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SEMINARIO CENTRAL SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA

ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA

Alumno:
Wilfredo Chávez Chávez

Tema:
Tentación y Pecado

Curso:
1° año de Teología

San Salvador, octubre de 2020


Tentación y Pecado
La tentación.

En el lenguaje ordinario la tentación es el impulso por tomar o hacer algo atrayente pero
que puede resultar inconveniente. Lo cierto es que “llamamos, pues, tentación a la
inducción al mal con la que alguien es incitado a pecar” 1, es una persuasión. La Sagrada
Escritura, en el capítulo tres del libro del Génesis nos expone “la caída” o el primer pecado
de Adán y Eva a causa de la seducción del maligno: “dijo, pues, Yahvé Dios a la mujer:
¿Por qué lo has hecho? Contestó la mujer: La serpiente me sedujo, y comí” (Gn 3, 13).
Entendemos aquí, que el hombre “creado a imagen de Dios” (GS 12) no fue hecho para el
pecado, el papel del tentador, fue precisamente hacer pecar al hombre “El hombre, empero,
pecó, por sugestión del diablo” (DS 800) en otras palabras “sucumbió a la tentación y
cometió el mal” (CEC 1707). La tentación es algo externo al hombre y no puede proceder
de Dios “tientan la concupiscencia, el demonio y el mundo”2, y el principal tentador es el
demonio cuyo deseo es incitarnos al pecado3, lo vemos así en el relato de la caída y nos
damos cuenta de que “Tras la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla
una voz seductora, opuesta a Dios”4

A pesar de nuestra naturaleza herida, por el pecado original, nos es posible vencer la
tentación con la ayuda de Dios, a través de la oración y la práctica de las virtudes. De ahí
que una de las peticiones que se realizan en el Padre Nuestro es “y no nos dejes caer en
tentación” (Lc 11, 4), en otras palabras, “le pedimos que no nos deje tomar el camino que
conduce al pecado” (CEC 2846). Ante todo, no hay que olvidar lo que dice el Catecismo de
la Iglesia Católica: “el poder de Satán no es infinito” (CEC 396).

El pecado.

Para tener una mejor comprensión de lo que es el pecado, no debemos dejar a un lado la
convicción de que el hombre es creado a imagen de Dios, y que hay un vínculo profundo
entre Dios y el hombre “fuera de esta relación, el mal del pecado no es desenmascarado en
su verdadera identidad de rechazo y posición a Dios”5. El pecado está presente en la

1
E. Cófreres y R. García, Teología Moral Fundamental, p.532.
2
Ibíd, p.531.
3
Cfr. Ibíd, p.533.
4
CEC 391.
5
CEC 386.
historia del hombre “desde el mismo comienzo de su historia” (GS 13) y sólo es
comprendido a la luz de la Revelación divina, de lo contrario se podría hacer una
interpretación de pecado desapegada de su identidad original, como lo señala el Catecismo
de la Iglesia Católica: fuera de la Revelación “se siente la tentación de explicarlo
únicamente como un defecto de crecimiento, como una debilidad psicológica, un error, la
consecuencia necesaria de una estructura social inadecuada” 6, y esas concepciones van en
contra de lo que la Escritura nos dice cuando Dios creó al hombre “Vio Dios cuanto había
hecho, y todo estaba muy bien” (Gn 1, 31). Entonces el pecado es “un abuso de la libertad
que Dios da a las personas creadas para que puedan amarle y amarse mutuamente” 7, ante
todo, el pecado es una elección libre de rechazo hacia Dios, pues Él ha creado al hombre
con una naturaleza buena, pero por la desobediencia de nuestros padres, entra en esa
naturaleza el pecado y “En adelante, todo pecado será una desobediencia a Dios y una falta
de confianza en su bondad”8.

Pasando el relato de la caída (Gn 3) y el pecado original, el Catecismo de la Iglesia Católica


define pecado de la siguiente forma: “El pecado es una falta contra la razón, la verdad, la
conciencia recta; es faltar al amor verdadero para con Dios y para con el prójimo” 9, más
adelante nos dice que el pecado hiere la naturaleza del hombre, no la corrompe, y atenta
contra la solidaridad humana10.

Sería imposible precisar una lista de pecados y sus consecuencias en la vida moral de la
persona, lo que podemos decir es que “el pecado, ciertamente, empequeñece al hombre
alejándolo de la consecución de su propia plenitud”.

Conclusión

Los dos temas son muy importantes, pero entenderlos mejor se deben estudiar a la luz de la
Revelación divina, teniendo muy en cuenta la naturaleza con la cual Dios crea al hombre.
Los dos temas, tentación y pecado, tienen mucha relación y a veces se pueden llegar a
confundir, por eso es importante lo que dice el Catecismo de la Iglesia: “debemos distinguir

6
CEC 387.
7
Ibíd.
8
CEC 397.
9
CEC 1849.
10
Cfr. CEC 1849.
entre ser tentado y consentir en la tentación” (CEC 2847), en otras palabras, debemos
distinguir entre ser tentado y pecar.

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