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ÉTICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LAS ORGANIZACIONES: ¿UNA

CUESTIÓN DE CONVICCIÓN O DE MARKETING?


Milagros Lizeth Carvajal Samper
En el presente ensayo se pretende extender uno de los grandes cuestionamientos

dentro de las organizaciones en cuanto a Ética y Responsabilidad Social se refiere: el rol de

ambos desde dos cuestiones, una de convicción y otra de marketing.

En primera instancia, resulta preciso definir términos centrales como la Ética,

entendida por Soto y Cárdenas (2007) como una parte de la filosofía que estudia la moral y

las obligaciones del ser humano, en este caso, las de un individuo inmerso o relacionado

con el campo organizacional. En esta misma línea, se puede entender a la Responsabilidad

Social como un modo distinto al cotidiano de comprender la Ética, pues la Responsabilidad

Social, al partir de una visión general y holística, tiene en cuenta los efectos a corto y largo

plazo e incluso, los impactos en cadena. Sin embargo, existen organizaciones del mundo

actual emplean la Ética y la Responsabilidad Social como un medio para ganar una buena

reputación en el campo en el que se desenvuelven, más que como una práctica que nace

desde la convicción.

Dado que el mundo permanece en constante cambio, también lo hacen las

perspectivas en torno a las conductas adecuadas por las que debe regirse un individuo, en

los distintos ámbitos de una sociedad. Si bien es cierto, una empresa u organización que

cuente con cualidades como la Ética y Responsabilidad Social refleja además de calidad,

compromiso con los clientes y los demás agentes involucrados en la organización, no en

todos los casos estas cualidades representan a la empresa, pues pueden ser simplemente una

fachada para el aumento de las ganancias pasando por alto los impactos que ha generado en

las partes afectadas y las necesidades como consumidores de algún producto o clientes de
algún servicio. Esto no quiere decir, que las organizaciones deban ser filántropas, al

cimentar las bases de la Ética y la Responsabilidad Social en actos desinteresados, de

beneficencia y demás, sino que tengan en cuenta a las partes interesadas, (clientes,

proveedores, accionistas y colaboradores) y los posibles impactos que los servicios

provoquen en su actividad, ya sean económicos, sociales y ambientales.

Es innegable que ambas cualidades aumentan ganancias y eso representa un aspecto

positivo para las organizaciones, pero estas pueden ser un arma de doble filo si se manipula

solo para mantener las apariencias. Una empresa u organización, va más allá del servicio o

producto que ofrezcan, porque detrás de este la organización ha de reflejar el interés que

tiene por la satisfacción de los usuarios en distintas áreas de su empresa y sus servicios,

después de todo, es gracias a los clientes y sus percepciones que las empresas pueden

alcanzar la cima del éxito o bien la bancarrota.

Para autores como Hall-Smith (2019) un caso de faltas a la Ética y la

Responsabilidad Social, por parte empresas de gran reconocimiento, podría ser el de Apple,

que en 2017 admite la ralentización intencionada de los dispositivos a medida que pasan los

años. Esta situación, se dio a conocer través del comentario de un usuario en una red social,

quien expresa que el rendimiento de su dispositivo había reducido tras una actualización.

Este caso dio lugar a que los usuarios de Apple, concluyeran que la empresa les ofrecía

dispositivos diseñados a envejecer con el fin de forzarlos a comprar los dispositivos más

actualizados de la compañía. Si bien ofrecieron un descuento en el reemplazo de baterías,

desdibuja las intenciones de la empresa para con sus clientes.

Por otro lado, es necesario también tener en cuenta el papel de los empleados y los

trabajadores de una organización, pues al realizar actividades en la misma, los trabajadores


la constituyen y son el reflejo de las características y cualidades de la empresa. Es por ello

que no basta con empleados que sean competentes y tengan un óptimo desempeño, sino que

también comprendan el efecto de sus acciones y actitudes en los logros de la empresa. Por

ejemplo, si en alguna empresa se presentan situaciones de acoso sexual por parte de

algunos empleados hacia cierta usuaria u otra empleada directamente, y la organización no

toma las medidas necesarias, la sociedad en general está en el derecho de rechazar los

servicios que ofrecen a modo de obstaculizar el desarrollo de las actividades en la

organización, pues esta puede representar un caso de negligencia y machismo, teniendo en

cuenta lo que hoy se considera como reprochable en la sociedad. En el anterior caso es

posible ver no solo la falta a la ética por parte del trabajador, sino cómo los directivos hacen

caso omiso a la situación a pesar de haberse desarrollado en sus instalaciones.

En conclusión, la Ética y la Responsabilidad Social son cualidades que deben

reflejarse en las organizaciones, empresas o compañías, no como un medio para obtener

ganancias, que, si bien es un efecto esperado, no debería resultar en una fachada; sino más

bien como dos aspectos que harán parte de la esencia de la compañía y que se transmiten

desde los productos o servicios que ofrecen hasta las personas involucradas en las

actividades que desarrollan las empresas. De esta manera, las organizaciones deberían tener

en cuenta los niveles de satisfacción del cliente, las perspectivas que se tengan sobre la

misma y los impactos o efectos que sus actividades provoquen en la sociedad, pues es de

ella de quien se benefician y sacan provecho al ofrecer sus servicios.


Referencias Bibliográficas

Hall-Smith, W. (2019). Los 10 mayores escándalos empresariales y su efecto en los

precios de las acciones. IG Europe GmbH. https://www.ig.com/es/estrategias-de-

trading/los-10-mayores-escandalos-empresariales-y-su-efecto-en-los-preci-190403

Soto, E., y Cárdenas, J. (2007). Ética en las Organizaciones. McGraw Hill.

http://fcaenlinea1.unam.mx/anexos/1143/1143_u7.pdf

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