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Trabajo Practico Sociologia - Bimestre 01
Trabajo Practico Sociologia - Bimestre 01
En la presente página encontrarás una serie de preguntas que deberás responder, en la medida de lo
posible, con tus propias palabras. Para ello, es importante que utilices el texto a continuación. Es
condición para que el trabajo esté aprobado no googlear las respuestas.
Podés enviarlo por mail (mceleste.viedma@bue.edu.ar) o por whatsapp (1151491445). Ante
cualquier duda, también podés consultarme por ambos medios.
El trabajo puede hacerse por computadora, o bien manuscrito (“a mano”) y enviarse por foto. En
cualquiera de los dos casos, es importante que incluyas carátula en hoja aparte con el título del trabajo,
tu nombre y apellido y el curso.
Fecha de entrega: martes 26 de abril.
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1.1 ¿Qué es la sociología?
La palabra sociología fue inventada hacia mediados del siglo XIX por un filósofo francés llamado
Auguste Comte. Está compuesta por el latín socialis, que significa sociedad, y el griego logos, que
significa ciencia. Es decir que la socio-logía es la “ciencia de la sociedad”, aquella disciplina científica
abocada al estudio del mundo social.
Pero entonces, ¿qué es una sociedad? Como todas las ciencias sociales, la sociología no brinda una
única respuesta a esta pregunta. Ella no se aferra a un único punto de vista acerca de su objeto de
estudio, sino que contiene en su interior una diversidad de tradiciones o teorías sociológicas. Por eso, la
sociología es una disciplina abierta y en constante elaboración.
- No es individual, es relacional
En general, nos acostumbramos a pensar en los seres humanos de manera aislada, en vez de
considerarlos como producto de la realidad social en la que viven. Una de las premisas básicas de la
sociología es considerar al mundo social en su carácter relacional, como un sistema de relaciones que no
se explica por las características individuales de sus integrantes. Podríamos decir que, en sociología, es
verdadera la siguiente afirmación: “el todo es más que la suma de las partes”. En otras palabras: la
sociedad es más que la suma de los individuos que la componen, por lo tanto, pensar el mundo social
implica ir más allá de la realidad individual y dar cuenta de su relación con el todo. La ca pacidad de
reflexionar acerca de la relación entre la experiencia vivida individual y el contexto social es lo que el
sociólogo Wright Mills denominó imaginación sociológica. Ejercitando esta cualidad mental podemos
descubrir el carácter social de lo que a simple vista juzgamos meramente individual.
Incluso las decisiones que nos parecen más íntimas pueden ser explicadas por las relaciones
sociales en el seno de las cuales ocurren. Por ejemplo, el francés Émile Durkheim, considerado uno de
los “padres fundadores” de la sociología, demostró por medio de una serie de complejas asociaciones
estadísticas que algo aparentemente tan “individual” como el acto de cometer suicidio podía ser
explicado por causas sociales:
Si se considera el conjunto de los suicidios cometidos en una sociedad dada, durante una
unidad de tiempo determinado, se comprueba que el total así obtenido no es una simple
adición de unidades independientes o una colección, sino que constituye por sí mismo un
hecho nuevo y sui generis, que tiene su unidad y su individualidad, y como consecuencia, su
naturaleza propia, y que además esta naturaleza es eminentemente social.
Durkheim, E. (2004) El Suicidio. Buenos Aires: Libertador, pág. 13.
En vez de considerar al suicidio como una acción individual, Durkheim lo abordó como “hecho
social”, es decir, como una realidad objetiva que podía ser explicada a partir de leyes. A través de una
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serie de estudios estadísticos sobre la tasa de suicidios, analizó la relación entre este hecho y las distintas
formas de funcionamiento de las sociedades.
Lo social no puede ser explicado por el carácter de los individuos que integran la sociedad. Al
contrario, son las relaciones sociales aquello que permite entender los modos de actuar individuales.
Durkheim precisó que el objeto de estudio de la sociología tenía dos características fundamentales: es
exterior a los individuos, puesto que no emerge de ellos sino que los precede, y es coercitivo, es decir, es
una fuerza que les impone modos de actuar, de hacer y de decir. Que sea exterior significa que es una
“realidad sui generis”, es decir, una totalidad que es más que la mera suma de sus partes. Y que sea
coercitivo implica que ejerce sobre las personas una fuerza que las condiciona. Por eso, toda explicación
sociológica debe partir de la siguiente premisa: “lo social se explica por lo social”. Es decir, no debemos
buscar la explicación de los hechos sociales en lo individual, ni tampoco en lo biológico, sino en lo
social mismo.
Otro de los “padres fundadores” de la sociología, el alemán Karl Marx, coincidía con Durkheim
en este aspecto, aunque no en muchos otros. Así, Marx decía que, en el transcurso de nuestras vidas,
establecemos determinadas relaciones con otras personas, que son “necesarias e independientes de
nuestra voluntad”. Es decir que nos vemos obligados a entrar en un sistema de relaciones que no hemos
elegido individualmente, pero que necesitamos para subsistir. Por lo tanto, el carácter relacional del
mundo social es también su carácter coercitivo y exterior. Pero esto no significa que la sociedad no sea
también un resultado de la acción de los seres humanos. Marx también decía que “los hombres hacen su
propia historia, pero no en condiciones elegidas por ellos”. El mundo social es construido en forma
cotidiana por hombres y mujeres, al mismo tiempo que los influye y condiciona. Hasta dónde es posible
orientar la transformación de la sociedad es una pregunta que divide a las teorías sociológicas hasta el
día de hoy.
- No es inmutable, es histórico
Lo dicho hasta aquí no debe conducirnos a creer que la sociedad es eterna, que está “dada” de una
vez y para siempre. Al contrario, el mundo social se encuentra en constante cambio. Estamos
acostumbrados a creer que el mundo en el que vivimos seguirá siendo igual en el futuro, pero esto no es
así. Cualquiera sea la tradición sociológica que utilicemos para pensar el mundo social, no hay ninguna
que lo conciba como inmutable. Aún si estas transformaciones no pueden ser orientadas por la voluntad
humana, ellas suceden. La sociología intenta explicar los cambios en la sociedad y, por lo tanto, el
estudio de esta disciplina permite comprender que ningún orden social es eterno.
El francés Pierre Bourdieu afirma que la sociología es “una ciencia que incomoda”, que molesta
al statu quo, que pone incómodos a los grupos sociales más poderosos, justamente porque muestra que
sus privilegios no son naturales sino un resultado histórico y, por tanto, pueden ser modificados:
La sociología es una ciencia que incomoda porque, como toda ciencia (“no hay más
ciencia que la de lo oculto”, decía Bachelard), devela cosas ocultas, y que, en este
caso, se trata de cosas que ciertos individuos o ciertos grupos prefieren esconder o
esconderse porque ellas perturban sus convicciones o sus intereses.
Bourdieu, P. (1997) Profesión: científico, en Capital cultural, escuela y espacio social. México: Siglo XXI,
pág. 65.
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Se trata de una ciencia que “revela cosas ocultas”, cosas que muchas veces no nos gusta oír,
porque tomamos el mundo social como un mundo natural. De allí que la sociología se oponga al sentido
común, es decir, a aquellos significados que orientan nuestras acciones cotidianas y que tenemos
incorporados como “naturales”. Naturalizar el funcionamiento de la sociedad significa considerar lo que
es un constructo como si estuviera “dado”, lo que es histórico como si fuera eterno, lo que es de una
cierta manera como no pudiendo ser de otro modo. La sociología nos muestra que todo aquello que
tenemos naturalizado es en realidad un producto social, un resultado histórico del sistema de relaciones
sociales en el que estamos inmersos. Ella nos permite entender que “casi todo podría ser de otra
manera”, según dice el español Vincent Marqués. Por eso, la sociología es una ciencia crítica, que
tiende des-naturalizar nuestro modo de pensar.
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el otro extremo, encontramos a los proletarios, clase social conformada por los obreros que eran
empleados como mano de obra en las fábricas.
Los avances tecnológicos generaron una progresiva mecanización que fue reduciendo el trabajo a
una actividad parcializada y repetitiva. En las fábricas, el trabajador se asemejaba a un engranaje más de
las máquinas, repitiendo una y otra vez la misma tarea mecánica. Testigo de estos procesos, la
sociología emergió articulada con una fuerte preocupación por las condiciones de vida y trabajo de los
trabajadores industriales, que se conoció como “cuestión social”.
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mediados del siglo XVIII. Las relaciones sociales capitalistas son aquellas establecidas entre un sector
reducido, que es dueño de los medios de producción (máquinas, herramientas, instalaciones y todo lo
necesario para producir), y aquella clase que, por no poseer nada más que su fuerza de trabajo
(capacidad para trabajar), se ve obligada a ofrecer dicha fuerza a cambio de un salario. Muy
tempranamente, la sociología comenzará a debatir distintas teorías explicativas sobre los orígenes de
este sistema. El surgimiento del capitalismo se convertirá, de este modo, en uno de los problemas
fundantes de la disciplina.
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origen a los nuevos empresarios fabriles? Marx criticó las filosofías liberales del siglo XVIII, que
tendían a presentar al capitalista como un individuo de astucia singular que, fruto del esfuerzo y del
ingenio, logró ahorrar hasta convertirse en un gran empresario. Es decir, criticó la visión del capitalista
como un “emprendedor” sagaz que logra acumular dinero gracias a su inteligencia y mérito. A través de
un minucioso análisis histórico, demostró el papel fundamental que tuvo la expansión colonial, así como
la explotación de las poblaciones conquistadas a través de la caza y el tráfico de esclavos. Es decir, que
en los orígenes del capitalismo moderno no estaba el ingenio de los capitalistas sino un violento proceso
de expropiación:
De este modo, Marx demostró que el Estado, a través de los cercamientos de tierras, la violenta
represión de los desposeídos y la expansión colonial, tuvo un papel fundamental en el nacimiento del
capitalismo. Por eso, su trabajo resultó especialmente incómodo para las teorías liberales que sostenían
que era necesario reducir al mínimo la intervención del Estado en la economía, posibilitando el “libre
juego” de las fuerzas del mercado. Impulsado en sus orígenes por una decisiva acción estatal, el
capitalismo una vez consolidado clamaría por la retirada del Estado, en un intento por garantizar su
propia reproducción.
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pregonaba la tradicional religión católica, sino una incesante laboriosidad que permitiría a cada
individuo conocer su destino. Así, esta religión formaba individuos austeros que hacían del trabajo la
razón de sus vidas:
El esfuerzo de Weber estuvo en demostrar que los valores culturales promovidos por la ética
protestante tenían gran afinidad con la formación del capitalismo. Un aspecto cultural de la realidad
social, vinculado al modo en que los individuos otorgan sentido al mundo por medio de la religión,
favoreció directamente el proceso económico de acumulación de riqueza.
Como puede observarse, la perspectiva de este autor se orienta a comprender el sentido de la
acción social. Para Weber, la sociología no debe buscar leyes generales, sino establecer relaciones
causales de afinidad centrándose especialmente en los aspectos subjetivos de la vida social, es decir, en
los significados y valores que las personas otorgan a su mundo. Esto no significa que se trate de sentidos
“conscientes”: los protestantes no sabían que, por medio de la religión, estaban forjando un “espíritu
capitalista”, este aspecto de su accionar estuvo fuera de su control y voluntad. Sin proponérselo,
contribuyeron por medio de su ética singular a desarrollar el espíritu capitalista.
Con el tiempo, el sentido religioso que tenía la vida profesional y ascética se fue perdiendo, de
modo que de aquella ética protestante fue quedando sólo su cáscara mundana:
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