¿Tu sabías que el principal secreto de un buen pitch, de un pitch efectivo que conmueva a quienes te escuchen, que los ponga a discutir tu historia, que los movilice y que termine entusiasmándolos y haciendo que apoyen tu guion reside en algunas pocas palabras? ¿Has pensado con profundidad cómo funciona un pitch, qué lo conforma y cuál es su estructura? ¿Te has percatado de que no es del todo cierto que un guionista "hable en imágenes" porque cuando haces tú pitch con lo único que uentas, en última instancia, es con las palabras? ¿Y sabes cuáles son las palabras mágicas? La respuesta es obvia, aunque nadie la menciona: las palabras mágicas de un pitch son los verbos.
Todo lo que pasa en tu historia cuando la estás contando se transmite a través de esos vocablos especiales que son las formas verbales. Los verbos son los portadores de la acción y de las emociones. Y sin acción ni emociones no hay historia que valga la pena contar, ni hay personajes, ni hay nada. Dime cuáles verbos utilizas y te diré cómo es tu pitch y hasta dónde puedes llegar con él.
No es lo mismo decir que cuentes la historia de un "hombre desempleado que ha perdido una bicicleta en una ciudad" a que relates la historia de un "hombre desesperado que rastrea la ciudad tratando de recuperar su bicicleta pérdida". No tiene el mismo efecto que digas que tú protagonista está cansado a que refieras que está extenuado. No es lo mismo que tú personaje luche a que guerree, o que batalle a que se enfrente. No es igual que, en el mundo de tu historia, las luces se prendan a que se enciendan (en el segundo caso tu historia será más luminosa). Las cosas más importantes de nuestra vida se expresan con formas personales de los verbos o con participios verbales: logramos o no logramos nuestros anhelos, alcanzamos o no la felicidad, vencemos o no nuestros contratiempos, le vendemos o no nuestra alma al diablo. Y pasa así también en las películas, del género que sean. Si los sabemos seleccionar, los verbos, le darán vida a los personajes, profundidad al conflicto, intensidad a la acción: un pitch feliz es un torneo de buenos verbos escogido con astucia y sensibilidad .