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ciudades!
Pero no por miedo
ni fanatismo
Juan Rojas
Contenido
INTRODUCCIÓN ......................................................... 4
PARTE 1: EL PLAN ORIGINAL DE DIOS........................ 12
1 ¿VIVIR EN EL CAMPO O EN LA CIUDAD? .................13
2 UNA IMPRUDENTE DECISIÓN ............................... 24
3 CUANDO LAS BUENAS INTENCIONES NO BASTAN .....35
4 PELIGROS DE VIVIR EN LAS CIUDADES FRENTE A LAS
VENTAJAS DE VIVIR EN EL CAMPO ............................ 38
PARTE 2: POR QUÉ SALIR DE LAS CIUDADES .............. 41
5 BENDICIONES ESPIRITUALES DE VIVIR EN EL CAMPO .42
6 GRANDES PERSONAJES DE LA BIBLIA QUE SE
EDUCARON FUERA DE LAS CIUDADES ....................... 46
7 LA EDIFICACIÓN DEL CARÁCTER FACILITADA POR VIVIR
EN EL CAMPO ...................................................... 52
8 OBRA MISIONERA EN LAS CIUDADES DESDE PUESTOS
DE AVANZADA ..................................................... 54
9 LAS CIUDADES: SEMILLEROS DE VICIO LISTAS PARA SU
DESTRUCCIÓN ..................................................... 60
10 PREPARACIÓN PARA LA CRISIS DE LAS LEYES
DOMINICALES ..................................................... 64
11 MOTIVOS PARA SALIR DE LAS CIUDADES Y VIVIR EN
EL CAMPO .......................................................... 67
12 PALABRAS DE ADVERTENCIA Y CONSEJO PARA LOS
PADRES DE FAMILIA .............................................. 73
PARTE 3: INSTRUCCIONES PARA UNA SALIDA
PLANIFICADA DE LAS CIUDADES ............................... 76
13 NO TODOS PUEDEN SALIR TODAVÍA ....................77
14 EL PELIGRO DE PERMANECER INNECESARIAMENTE
EN LAS CIUDADES ................................................. 80
15 SALIDAS IMPRUDENTES DE LAS CIUDADES ............83
16 BUSCANDO FERVIENTEMENTE LA SABIDURÍA DE
DIOS .................................................................87
17 LOS PRIMEROS QUE DEBEN SALIR DE LAS
CIUDADES ........................................................... 89
18 ¿FORMACIÓN DE COLONIAS ADVENTISTAS? .........92
19 SALID DE LAS CIUDADES ANTES QUE SEA TARDE ....94
Introducción
Corría el año 1999 y el miedo de varios crecía
por el «problema del año 2000», conocido
también como «Y2K»1. Resulta que, décadas
antes, cuando se desarrollaban los programas
informáticos, se decidió codificar el año con los
dos últimos dígitos. Por ejemplo, 1970 fue
codificado como 70, 1971 como 71, 1998 como
98, 1999 como 99. Pues bien, cuando se
acercaba el año 2000, varios especialistas en
informática empezaron a advertir sobre el peligro
de que al pasar del 31-12-99 al 01-01-00, las
computadoras no interpretasen el 00 como el año
2000, sino como 1900. Esto podría causar
—pensaron estos expertos— un colapso de los
sistemas informáticos. Se hablaba de que:
bancos, aerolíneas, hospitales, plantas de
energía, misiles intercontinentales, sistemas
eléctricos, etc., dejarían de funcionar o fallarían
desde el 01-01-002.
7
… Si algunos actúan apresuradamente y
salen de Battle Creek4, y luego se
desaniman, no se culparán a sí mismos por
haber actuado imprudentemente, sino que
culparán a otros diciendo que los obligaron
a obrar en esa forma. Todo su
desconcierto y su derrota serán atribuidos
a aquellos que no deberían ser acusados
(Mensajes selectos, tomo 2, pp. 416, 417).
4
Battle Creek: Ciudad en el estado de Michigan donde se
encontraba la sede de la obra adventista en EE.UU.
5 Conspiranoico-ca: Persona obsesiva y desconfiada
que ve conspiraciones por todas partes
(https://www.um.es/neologismos/index.php/v/neologismo/153
0/conspiranoico-ca. Consultado el 26 de diciembre de 2021).
8
Algunos de los más fervientes en este
movimiento, mayormente laico, han sostenido
que los «fieles» deben salir prontamente de las
ciudades, pues —según han dicho— la vacuna
contra la COVID-19 es un veneno mortal, que
responde a un plan macabro de la «élite
mundial», para reducir a la población, modificar el
ADN de las personas, controlar su mente, e
instaurar un «nuevo orden mundial». Y puesto
que muchos gobiernos del mundo han
establecido restricciones para los no vacunados,
como la prohibición de realizar viajes
interprovinciales o de hacer compras en centros
comerciales, estos adventistas han interpretado
ello como el cumplimiento de Apocalipsis 13:17,
en donde se dice que nadie podía «comprar ni
vender, sino el que tuviese la marca […] de la
bestia». Lógicamente, en base a esa
interpretación forzada de la profecía, estos
hermanos, que pretenden ser «fieles» a Dios, se
han negado a vacunarse y vienen promoviendo
una salida apresurada de las ciudades, antes que
sea tarde y queden a merced de la «dictadura
mundial» que, según los videos conspiracionistas
que han difundido, se va a instaurar este 20226.
6
Ver p. ej. Falsos anuncios de Michael Yeadon (excientífico
de Pfizer) sobre el NOM (https://drive.google.com/file/d/10-
DxHPcAD-ShgNCCknSS-n7Q25lJZeTz/view?usp=sharing) y
Supercrisis en 2022. ¡Salid de las ciudades!
(https://drive.google.com/file/d/18arLe1mygFAJMrB1rzKEpHdh
pkNltAqD/view?usp=sharing).
9
No hay que ser profeta (solo hay que aprender
de la historia) para saber que ninguno de los
anuncios apocalípticos, creídos y difundidos entre
el movimiento de los «adventistas conspiranoicos
del séptimo día», se cumplirá. Y aquellos que
hayan salido de las ciudades, motivados por el
miedo y/o el fanatismo, basados en teorías y
anuncios falsos, se llevarán un chasco cuando
vean que nada de lo que les anunciaron sus
«gurús» en internet, se cumplió. Y al igual que
aquellos adventistas que hace veinte años
partieron a la selva de Cusco, en respuesta a un
mensaje espurio, se expondrán a sufrir pérdidas
económicas, y lo peor, a un deterioro de su
espiritualidad, lo cual requerirá de años para
superar7. La advertencia está hecha, estimado
lector.
11
PARTE 1: El plan original
de Dios
12
1 ¿Vivir en el campo o en la ciudad?
Iniciamos este estudio planteando la siguiente
pregunta: ¿Cuál fue el hogar que Dios escogió
para nuestros primeros padres?
13
dosel. Sus paredes estaban engalanadas
con los adornos más esplendorosos, que
eran obra de la mano del sumo Artista.
La primera ciudad
15
Al recibir la maldición de Dios, Caín se
había retirado de la familia de sus padres.
Había escogido primeramente el oficio de
labrador, y luego fundó una ciudad, a la
cual dio el nombre de su hijo mayor. Se
había retirado de la presencia del Señor,
desechando la promesa del Edén
restaurado, para buscar riquezas y placer
en la tierra maldita por el pecado, y así se
había destacado como caudillo de la gran
multitud que adora al dios de este mundo.
Sus descendientes se distinguieron en todo
lo referente al mero progreso terrenal y
material. Pero menospreciaron a Dios, y se
opusieron a sus propósitos… (Historia de
los patriarcas y profetas, p. 67).
18
apartarse de dicho plan. Más adelante, Génesis 9
relata que «comenzó Noé a labrar la tierra, y
plantó una viña» (Gén. 9:20). No se registra que
Noé o sus hijos hayan fundado una ciudad, como
lo hicieron Caín y sus descendientes.
19
Estas fueron las primeras ciudades post
diluvianas fundadas por Nimrod, el nieto de Cam,
caracterizadas por la rebelión y el desafío a Dios
(como es el caso de Babel9) y la violencia, el robo
y la mentira (como es el caso de Nínive10).
Comenta sobre ello la sierva del Señor:
23
2 Una imprudente decisión
Retomando la historia de Abraham, queremos
llamar su atención a un importante incidente del
cual obtendremos una gran lección a la hora de
elegir el lugar en donde establecer nuestro hogar.
24
Reinaban en Sodoma el alboroto y el
júbilo, los festines y las borracheras. Las
más viles y más brutales pasiones
imperaban desenfrenadas. Los habitantes
desafiaban públicamente a Dios y a su ley,
y encontraban deleite en los actos de
violencia. Aunque tenían ante si el ejemplo
del mundo antediluviano, y sabían cómo se
había manifestado la ira de Dios en su
destrucción, sin embargo, seguían la
misma conducta impía” (Historia de los
patriarcas y profetas, p. 153).
26
Descanse vuestra vista en los campos
verdes, las arboledas y los collados. Mirad
hacia arriba, al firmamento azul que el
polvo y el humo de las ciudades no
obscurecieron, y respirad el aire
vigorizador del cielo (El hogar cristiano, pp.
114, 115).
La destrucción de Sodoma
28
ciudad. Mas pareció a sus yernos como
que se burlaba” (Gén. 19:12-14).
29
dolor, se demoraba, y no podía
marcharse. Si no hubiese sido por los
ángeles de Dios, todos habrían perecido en
la ruina de Sodoma. Los mensajeros
celestiales asieron de la mano a Lot y a su
mujer y a sus hijas, y los llevaron fuera de
la ciudad” (Historia de los patriarcas y
profetas, p. 157).
31
Pero Lot subió de Zoar y moró en el
monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo
miedo de quedarse en Zoar, y habitó en
una cueva él y sus dos hijas. Entonces la
mayor dijo a la menor: Nuestro padre es
viejo, y no queda varón en la tierra que
entre a nosotras conforme a la costumbre
de toda la tierra. Ven, demos a beber vino
a nuestro padre, y durmamos con él, y
conservaremos de nuestro padre
descendencia [...] Y las dos hijas de Lot
concibieron de su padre. Y dio a luz la
mayor un hijo, y llamó su nombre Moab, el
cual es padre de los moabitas hasta hoy.
La menor también dio a luz un hijo, y llamó
su nombre Ben-ammi, el cual es padre de
los amonitas hasta hoy (Gén. 19: 30-32,
36-38).
32
que ellas no podían distinguir entre lo
bueno y lo malo. Los únicos descendientes
de Lot, los moabitas y amonitas, fueron
tribus viles e idólatras, rebeldes contra
Dios, y acérrimos enemigos de su pueblo.
33
condenada la destrucción. ¡Qué terribles
fueron las consecuencias que siguieron
a un solo paso imprudente! (Historia de
los patriarcas y profetas, pp. 164, 165)
34
3 Cuando las buenas intenciones no
bastan
Lot no era un empedernido rebelde contra
Dios, ¡no! Él tenía buenas intenciones, tenía el
propósito de ser fiel a Dios en Sodoma, junto con
su familia. Pero subestimó la corrupción de
aquella malvada ciudad y ésta terminó por influir
en la fe su familia, y hasta en la de él mismo.
36
sus intereses eternos, comprenderán al fin
que estas ventajas son una terrible
pérdida. Como Lot, muchos ven a sus hijos
arruinados, y apenas salvan su propia
alma. La obra de su vida se pierde; y
resulta en triste fracaso. Si hubiesen
ejercido verdadera sabiduría, sus hijos
habrían tenido menos prosperidad
mundana, pero tendrían en cambio seguro
derecho a la herencia inmortal (Ibid., pp.
165, 166).
37
4 Peligros de vivir en las ciudades
frente a las ventajas de vivir en el
campo
A manera de resumen, en este capítulo Elena
de White expone los peligros para la
espiritualidad y la salud física que existen en las
ciudades, y también las bendiciones espirituales
dispuestas por la Providencia, para las familias de
quienes se establezcan en el campo.
38
Una de las tentaciones más sutiles y
peligrosas que asaltan a los niños y a los
jóvenes en las ciudades es el afán de
placeres. Muchos son los días de fiesta; los
juegos y las carreras de caballos arrastran
a miles11, y el torbellino de las excitaciones
y del placer los distraen de los austeros
deberes de la vida. El dinero que debiera
ahorrarse para mejores fines se
desperdicia en diversiones.
39
Mejor que cualquier herencia de
riquezas que podáis dejar a vuestros hijos
será la dádiva de un cuerpo vigoroso, una
mente sana y un carácter noble. Quienes
comprendan lo que constituye el verdadero
éxito de la vida serán sabios a tiempo. Al
establecer un hogar recordarán las mejores
cosas de la vida.
40
PARTE 2: Por qué salir de
las ciudades
41
5 Bendiciones espirituales de vivir
en el campo
En el capítulo 1 descubrimos que vivir en el
campo forma parte del «plan original de Dios»
para el hombre13. En esta 2ª parte se desarrollan
otros motivos por los cuales somos llamados a
dejar las ciudades.
43
su influencia matan por el placer de matar,
y harán esto cada vez más…
44
En lugar de ser una privación dejar las
ciudades, es una bendición colocarnos en
contacto directo con las obras de Dios para ser
transformados imperceptiblemente a su misma
imagen.
45
6 Grandes personajes de la Biblia
que se educaron fuera de las
ciudades
¿Cuáles fueron las condiciones de vida
escogidas por la Providencia para la preparación
de aquel que fue el más grande Maestro que el
mundo jamás haya conocido?
46
primeros años de la vida de Jesús. (El
ministerio de curación, pp. 282, 283).
48
Como pueblo que guarda los
mandamientos de Dios, debemos salir de
las ciudades. Tal como lo hizo Enoc,
debemos trabajar en las ciudades pero no
vivir en ellas” (Eventos de los últimos días,
p. 98).
49
los hombres cuya influencia fue de las más
eficaces para la regeneración del mundo.
53
8 Obra misionera en las ciudades
desde puestos de avanzada
Constantemente se escucha el argumento de
que aún no debemos abandonar las ciudades
puesto que tenemos el deber de predicarles a los
que moran en ellas. Sin embargo, el espíritu de
profecía es claro al respecto:
54
Lecciones de la obra misionera de Lot y Enoc
55
los centros de población". Ahora hay
muchos que prefieren quedar en las
ciudades, pero dentro de poco llegará el
tiempo cuando todos los que deseen evitar
ver y oír el mal se trasladarán al campo,
porque la maldad y la corrupción
aumentarán a tal grado que la atmósfera
misma de las ciudades parecerá estar
contaminada.
56
que pertenecen a nuestra fe permanezcan
en ellas...
57
Instituciones que sí pueden estar en las
ciudades
58
como puestos de avanzada. Este es el plan
que se ha seguido al trasladar al campo
otras casas editoras y sanatorios, y este
mismo procedimiento se está siguiendo en
Inglaterra en lo que concierne a la casa
editora de Londres y también al colegio
que hay allí… (Mensajes selectos, tomo 2,
p. 411).
59
9 Las ciudades: semilleros de vicio
listas para su destrucción
El espíritu de profecía declara que las ciudades
se están volviendo como Sodoma y Gomorra, y
por consiguiente serán trastornadas de diferentes
maneras.
61
¡Ojalá que el pueblo de Dios tuviera una
noción de destrucción inminente de
millares de ciudades, ahora casi
[totalmente] entregadas a la idolatría!
63
10 Preparación para la crisis de las
leyes dominicales
Basados en la profecía de Apocalipsis 13, los
adventistas del séptimo día sabemos que se
acerca el tiempo cuando se promulgará una ley
dominical.
64
El partido del domingo se está
fortaleciendo en sus pretensiones falsas, y
esto significará opresión para los que
decidan guardar el sábado del Señor.
Debemos ubicarnos en un lugar donde
podamos cumplir plenamente con el
mandamiento del sábado. El Señor
declara: "Seis días trabajarás, y harás toda
tu obra; mas el séptimo día es reposo para
Jehová tu Dios; no hagas en él obra
alguna" (Exo. 20: 9, 10). Y debemos tener
cuidado de no colocarnos en un lugar
donde será difícil para nosotros y nuestros
hijos observar el sábado.
65
tener todas las cosas dispuestas para la
crisis (Mensajes selectos, tomo 2, p. 412).
66
11 Motivos para salir de las
ciudades y vivir en el campo
En base a los capítulos leídos hasta el
momento, estamos en condiciones de enumerar,
de manera resumida, los motivos por los cuales
debemos salir de las ciudades:
67
mayor razón, lo mantuvo, para que sus hijos
gozaran de plena salud física y espiritual (esto
último se desglosa en los motivos n.º 2 y 3).
68
Ejemplo de ello lo vimos en la vida de los
grandes siervos de Dios como Enoc, Moisés,
Elías, Juan el Bautista, etc., quienes fueron
educados fuera de las ciudades.
69
Vivir en el campo sería muy beneficioso
para ellos; la vida activa al aire libre
desarrolla por igual la salud de la mente y
del cuerpo (Testimonios para la iglesia,
tomo 4, p. 138).
71
Motivo n.º 6. La crisis de las leyes dominicales
afectará principalmente a quienes vivan en las
ciudades y dependan del sistema que las
gobierna
72
12 Palabras de advertencia y
consejo para los padres de familia
En este capítulo reproducimos las serias
advertencias del espíritu de profecía para los
padres que, como Lot, ponen los intereses
mundanales encima de los espirituales al
momento de elegir un lugar para vivir.
73
gracia. Mudasteis vuestras familias a
lugares de tentación; y no considerasteis
esencial el arca de Dios, vuestra gloria y
defensa; y el Señor no realizó un milagro
para librar a vuestros hijos de la tentación
(El hogar cristiano, p. 120).
74
Viviendo en el campo se beneficiarían;
una vida activa al aire libre desarrollaría su
salud, tanto física como mental. Debieran
tener un jardín que cultivar, donde pudieran
hallar diversión y ocupación útil. El cuidado
de plantas y flores tiende a perfeccionar el
gusto y el juicio, mientras que el
familiarizarse con las útiles y hermosas
creaciones de Dios ejerce una influencia
que refina y ennoblece la mente al referirla
al Hacedor y Señor de todo (El hogar
cristiano, pp. 125, 126).
75
PARTE 3: Instrucciones
para una salida
planificada de las
ciudades
76
13 No todos pueden salir todavía
El espíritu de profecía refiere que «algunos»
adventistas deben permanecer en las ciudades
para predicar el mensaje de Dios. Debemos tener
cuidado de no convertir esos «algunos» en ‘casi
todos’, desvirtuando así el llamado de Dios a salir
de las ciudades.
79
14 El peligro de permanecer
innecesariamente en las ciudades
Como se mencionó recientemente, debemos
tener cuidado de no desvirtuar los consejos del
espíritu de profecía sobre la salida de las
ciudades. Algunos adventistas acomodadizos
minimizan el consejo de Dios, recurriendo a citas
aisladas como ésta (que citamos en el capítulo
anterior): «Algunos deben permanecer en las
ciudades para dar la última nota de
advertencia»20. Declaraciones como ésta, que
habla de «algunos» (no de ‘todos’ ni de ‘la
mayoría’) que permanecerán en las ciudades
predicando el mensaje del tercer ángel, no
pueden justificar la actitud indiferente de quienes
innecesariamente permanecen en las ciudades,
porque sencillamente no quieren obedecer el
consejo de Dios, o porque no les conviene
hacerlo.
82
15 Salidas imprudentes de las
ciudades
Hemos de cuidarnos de salir de las ciudades
de forma imprudente y apresurada, como
respuesta a un movimiento de agitación, sin
buscar la sabiduría de nuestro Dios.
85
consejeros, y no hombres que piensan que
su deber consiste en crear agitación y
desorden sin ser capaces de dar consejos
oportunos ni organizar y disponer para que
después de cada brote de entusiasmo, de
la confusión surja el orden, y haya
descanso y paz por la obediencia a la
Palabra de Dios (Ibid., p. 417).
86
16 Buscando fervientemente la
sabiduría de Dios
Salir de las ciudades no es un asunto de poca
monta. Requiere de un análisis cuidadoso del
asunto, con mucha oración, aun con ayuno, y un
estudio concienzudo de la Palabra de Dios.
87
… La sabiduría de ningún instrumento
humano es suficiente para trazar planes y
proyectos en este tiempo. Exponed cada
plan delante de Dios con ayuno, y
humillando el alma delante del Señor
Jesús, y encomendad vuestros caminos al
Señor. La promesa segura es que él
dirigirá vuestras sendas. El posee recursos
infinitos. El Santo de Israel, quien llama por
su nombre a las huestes del cielo, y
mantiene las estrellas en su lugar, os cuida
individualmente... (Ibid., p. 418).
88
17 Los primeros que deben salir de
las ciudades
El espíritu de profecía declara que las familias
con hijos son los primeros que deben salir de las
ciudades.
89
ocio, la comodidad y la conveniencia,
comparados con el valor de las almas de
vuestros hijos?
90
para cultivar verduras y frutos pequeños,
con el fin de reemplazar la carne que tanto
contamina la sangre vital que circula por
las venas. En esos lugares los niños no
estarán rodeados por las influencias
corruptoras de la ciudad...
91
18 ¿Formación de colonias
adventistas?
El espíritu de profecía desalienta la formación
de colonias de adventistas, no importa si las
intenciones son «hacer la obra de Dios». No
recibiremos la bendición del Señor si
desatendemos sus claras instrucciones.
92
No os agrupéis en un solo lugar,
cometiendo el mismo error que en Battle
Creek. Hay cientos de lugares que
necesitan recibir la luz que Dios os ha dado
(Fundamentos de la educación cristiana, p.
495).
93
19 Salid de las ciudades antes que
sea tarde
Finalizamos éste opúsculo, compartiendo con
ustedes los solemnes llamamientos que la
mensajera del Señor hizo a las familias
adventistas, instándolas a que tomen una
decisión y salgan a tiempo de las ciudades.
94
esté bien despierto y procure salvar a su
familia. Que se ciña para realizar el trabajo.
Dios revelará punto por punto qué debe
hacer después.
95
ahora tenemos que utilizar salones de
reuniones en las ciudades. Pero dentro de
no mucho tiempo habrá tal contienda y
confusión en las ciudades, que aquellos
que deseen salir de ellas no podrán
hacerlo. Debemos estar preparados para
estos acontecimientos. Esta es la luz que
el cielo me ha dado (Mensajes selectos,
tomo 2, pp. 162, 163).
96