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MARZO - ABRIL DE 2022

El futuro de América Latina


Álvaro García Linera
Álvaro García Linera
Nacido en Cochabamba, el 19 el de octubre de 1962, es
uno de los más destacados intelectuales del campo so-
cial y político latinoamericano. Pensador militante, inte-
grante del Movimiento al Socialismo, fue vicepresidente
del Estado Plurinacional de Bolivia entre 2006 y 2019
cuando debió exiliarse temporalmente tras el golpe de
Estado sufrido por el gobierno de Evo Morales. Recono-
cido por numerosas instituciones y distinguido por varias
universidades con el título de Doctor Honoris Causa, su
trayectoria es sinónimo de un inquebrantable compro-
miso con las luchas y los debates de la izquierda. Ejerce
como docente y es autor de numerosos libros, artículos
e investigaciones sobre la realidad boliviana y los de-
bates contemporáneos de la izquierda latinoamericana y
global. Sus principales textos y ensayos, como La poten-
cia plebeya. Acción colectiva e identidades indígenas, obre-
ras y populares en Bolivia, Posneoliberalismo. Tensiones y
complejidades o ¿Qué es una revolución? Y otros ensayos
reunidos, se encuentran reunidos en la Biblioteca Álvaro
García Linera del Consejo Latinoamericano y Caribeño de
Ciencias Sociales (CLACSO).

2
El futuro de
América Latina

E
l contexto internacional marcado por la
crisis del Covid-19, la guerra en Ucrania
y el avance global de las derechas plan-
tea serios desafíos para las izquierdas la-
tinoamericanas en momentos en que una nueva ola
progresista y nacional-popular parece avanzar so-
bre la región. Los debates sobre sus agendas, el rol
del Estado y las necesidades de desarrollo social y
económico no estarán exentas de tensiones ante el
auge de los feminismos y el ambientalismo, las diná-
micas políticas y sociales engendradas por la pande-
mia, la imposición de un sentido común de derecha
y un contexto geopolítico explosivo que estrecha los
márgenes de autonomía y requiere más que nunca de
la construcción de una política externa regional que
consolide el lugar de América Latina en el mundo
como zona de paz y progreso. g

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 3


A
Álvaro García Linera cadémico de prestigio, cofundador de la
guerrilla indigenista, dos veces vicepresi-

“Hoy el
dente de su país, Álvaro García Linera reú-
ne dos características que en general con-
jugan mal en los intelectuales de acción –o en los
políticos con capacidad de elaboración teórica–:
las propias de un dirigente dispuesto a salir del es-

neoliberalismo
critorio o del aula para poner el cuerpo, como de-
muestran su paso por la insurgencia y la cárcel, sus
giras políticas y sus candidaturas, y el sentido crí-
tico de quien no acepta resignar la complejidad del

es el defensor
pensamiento, ni siquiera por un objetivo mayor.
García Linera habla desde un lugar, pero no simpli-
fica; reconoce la viscosidad de los problemas y la
densidad de los momentos, admite contradicciones

de un mundo
y no teme mirar atrás, incluso si pareciera que eso
lo alejara de un fin superior (él está seguro de que
no es así). De nuevo en la casa que debió dejar en
medio del golpe de Estado, el ex vicepresidente de

en retroceso”
Bolivia parece tranquilo a pesar de la crisis econó-
mica y sanitaria que atraviesa su país y de los tem-
blores de una región fracturada.

A comienzos del siglo XXI América Latina vivió un


ciclo largo de gobiernos progresistas, de izquierda o
por José Natanson* nacional-populares, que garantizó muchos años de
estabilidad política, crecimiento económico e inclu-
sión social. Hace cuatro o cinco años esa etapa pare-
cía que había comenzado a agotarse: las derrotas de
la izquierda en Chile, del PT en Brasil, del peronismo
en Argentina y del Frente Amplio en Uruguay, junto
al golpe en Bolivia, parecían sugerir el inicio de un
nuevo ciclo histórico. Pero en algunos casos se tra-
tó de “derechas breves”, que no lograron reelegir, o
que siguieron hasta hace poco en el poder, pero muy
frágiles, como sucedía con Sebastián Piñera. A ello
hay que sumar una nueva inestabilidad en los países
andinos. ¿Cómo describirías la situación de América
Latina hoy?
Yo no hablaría de un fin de del ciclo progresista si-
no de un proceso por oleadas. En efecto, hubo una
primera oleada muy fuerte que comenzó en 1999,
en el 2000, y que llevó al poder a una serie de líde-
res y partidos y movimientos de izquierda. Ya des-
de 2014, 2015, señalábamos que se venía una ofensi-
va conservadora, una contraoleada neoliberal, aun-
que también decíamos que iba a ser muy difícil que
© Anton Belitskiy / Demotix / Latinstock

permaneciera, que se estabilizara. Y efectivamente


desde hace dos o tres años asistimos a un repliegue
de esa ofensiva conservadora y un nuevo ascenso
de los progresismos. Había en algunos compañeros
y colegas una mirada teleológica de la historia, pen-
sar la historia como un ciclo que empieza y termi-
na, y luego empieza otro, pero yo creo que estamos
en un mundo menos claro en este sentido.

¿Este nuevo ciclo progresista se va a imponer?


Maurice Lemoine No lo sé, pero no es una resaca del ciclo progresis-

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ÁLVARO GARCÍA LINERA | EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA

ta anterior sino una nueva oleada, algo que conserva tro y se acerca a la extrema derecha, abandona
parte de lo anterior pero también es distinto. Esto se el centro tanto en lo económico, como en lo po-
ve en los cambios de signo político en Argentina, Mé- lítico y cultural. Es una novedad.
xico, Bolivia, Perú, pero también en el ciclo de inten-
sa protesta social que se vivió en países como Chile, ¿A qué atribuís este giro a la derecha de la dere-
Ecuador o Colombia. Incluso más allá de los resulta- cha?
dos electorales: en Ecuador ganó la derecha pero eso A que surge en un momento de declive histó-
no significa que esta oleada se haya detenido. rico planetario de las hegemonías neoliberales,
lo que no quita que puedan volver a ganar elec-
¿Es un progresismo igual al anterior? ciones, a veces al filo de las posibilidades, como
No. Esta segunda oleada tiene características dife- en Ecuador, desatando emotividades cada vez
rentes. En los lugares en donde se presenta no lo ha- más primarias, acciones cada vez más autorita-
ce de la mano de grandes movilizaciones sociales o rias. Esto ayuda a entender algo que habíamos
largos ciclos de protesta, como antes, salvo quizás en previsto sobre la contraoleada conservadora.
aquellos casos en los que el progresismo aún no pasó Decíamos que iba a ser temporal, porque esta-
por el poder, como Colombia y otros países de la fran- ba claro que el mundo neoliberal estaba en un
ja pacífica, como Perú o Chile. tiempo de declinación moral e ideológica, esta-
ba dejando atrás el optimismo histórico, ya no
No hay “Guerra del agua” o “Guerra del gas” o “Diciem- entusiasmaba. Hoy el neoliberalismo se pre-
bre de 2001”. senta solo como defensor de un mundo en re-
No, no hay. Lo que hay es una expresión fundamen- troceso, no como constructor de futuro, como

Es un neoliberalismo rabioso, que carga un discurso


más racializado, menos pluralista, más violento.

talmente de un hecho político-electoral, no tanto de en los 90. Ese discurso se desvaneció y enton-
movimientos sociales o protestas populares. La otra ces la contraoleada era necesariamente de pies
característica de esta segunda oleada progresista es cortos, de miradas cortas, porque el neolibera-
que está liderada por dirigentes moderados. Esto no lismo actual es un neoliberalismo cansado, con
necesariamente es un defecto; es una cualidad de la signos de decrepitud.
época, una cualidad de la estructura progresista. No
estamos ante liderazgos carismáticos y excepciona- ¿El contexto histórico entonces ayuda a esta nue-
les como antes. vo ciclo progresista?
Sí. Estamos en un contexto mundial más favo-
¿Los casos de Alberto Fernández y Luis Arce nos permi- rable. Muchos de los temas que discutíamos en
ten hablar de un “progresismo por delegación”? América Latina en 2007, 2008 o 2009 son los te-
Es una cualidad de las estructuras progresistas, de su mas que se discuten en Estados Unidos y Euro-
capacidad para leer la época y adaptarse, encontrar pa: el rol del Estado, la necesidad de construir
dirigentes acordes al momento. Son dirigentes que ciertas redes de protección, cierto nacionalis-
tienen otra manera de llevar adelante las cosas, son mo económico que proteja el mercado interno.
menos arriesgados, pero porque no son resultado, co- Son temas que inició el progresismo latinoa-
mo antes, de un proceso casi insurreccional, sino bá- mericano y que ahora encuentran un ambiente
sicamente porque surgen de procesos electorales, en mundial más tolerante.
algunos casos muy condicionados.
¿La agenda tiene que ser la misma que en los años
¿Qué tienen enfrente? 2000?
Fuerzas conservadoras radicalizadas. El contraoleaje Por un lado sí, porque muchos problemas per-
conservador que se inicia en 2014-2015 no es un neo- manecen e incluso se han agravado a partir de la
liberalismo triunfante, bonachón, optimista, como llegada de fuerzas conservadoras y de la crisis
podía ser el de los 90. Es un neoliberalismo rabioso, económica de la pandemia. Pero también hay
que carga un discurso más racializado, menos plura- que incorporar nuevas miradas, agendas y te-
lista, más violento. Incluso capaz, en países como Bo- mas. El progresismo de la primera oleada fue
livia, de un discurso y una acción golpistas. Aunque encontrando un límite, mostrando contradic-
en algunos países ensaye posturas más moderadas, ciones, debilidades. Este nuevo ambiente mun-
con los años vamos viendo que la derecha deja el cen- dial más favorable a los temas progresistas le d

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 5


d puede brindar una renovación de su agenda, al- peración de las empresas zombies, la construcción
go así como un nuevo conjunto de transformacio- de nuevas redes de protección, el apoyo a los tra-
nes y reformas. bajadores. Para salir de la etapa de emergencia va a
haber que generar recursos.

Simplificando, los gobiernos del giro a la izquierda


“Una característica de esta segunda concretaron una serie de nacionalizaciones, como en
Bolivia o Venezuela, nacionalizaciones más parcia-
oleada progresista es que está liderada les, como en Brasil y Ecuador, o suba de impuestos a

por dirigentes moderados.” las exportaciones, como las retenciones. Esto les per-
mitió fortalecerse financieramente y utilizar esos re-
cursos para impulsar políticas de inclusión social y,
en menor medida, de desarrollo económico. ¿Cuál se-
ría el camino hoy?
Reformas de segunda generación, como se decía en Hay que pensar en una segunda oleada de nacio-
los 90. nalizaciones, entendida como el control de fuen-
Sí, algo así. tes de elevados excedentes. Eso por un lado. Por
otro, avanzar en políticas tributarias más audaces;
¿Y cuáles serían? el número de multimillonarios aumentó en Améri-
Pienso que deberían ser reformas muy segmenta- ca Latina en estos años. Pero la gravedad del hueco,
das por país, más necesarias que nunca por la agu- de la crisis en la que estamos, es tan grande que se
deza de la crisis. Hemos decrecido nueve puntos en requieren grandes esfuerzos, intentar que vuelva
los últimos años, retrocedido diez años. No alcan- a la economía la riqueza latinoamericana deposi-
za con volver a hacer lo mismo que antes, que ade- tada fuera de los países, a veces en paraísos fisca-
más ya había comenzado a mostrar sus límites. La les. Implementar amnistías tributarias que ayuden
pandemia jugó un papel catalizador de múltiples a la repatriación o medidas que generen incentivos
crisis. En Bolivia, por ejemplo, el tema sigue sien- y obliguen a traer ese dinero. Y, también, un nue-
do el mismo, aunque las medidas sean diferentes. vo enfoque en la integración, trabajar en acuerdos
¿Cuál es el tema que enfrentan los progresismos? comerciales temáticos, puntuales y muy prácticos.
De dónde saldrán los recursos para enfrentar la de- En el ciclo anterior tuvimos una mirada de inte-
bacle económica, el aumento del déficit, el cierre gración, en tiempos de Lula, Evo, Correa, Chávez,
de la economía obligado por la pandemia, la recu- Néstor, que logró un acercamiento y coordinación

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2
ÁLVARO
| NOMRE
GARCÍA
CAPíTULO
LINERA
| TíTULO
| EL FUTURO
NOTA DE AMÉRICA LATINA

Futuro abierto...
Un tiempo histórico que no se puede prever. No hay
En el ciclo anterior un fin adonde llegar, no hay un futuro claro. La cua-
lidad de este momento es la superposición de ideas,
tuvimos una mirada de propuestas, elites con opiniones diferentes. Esta-
mos en un período, esperemos que no muy largo,
integración que logró en el que va a haber varias propuestas en disputa,
no hay una gran propuesta de largo aliento. Y es-
un acercamiento y to es así porque el nuevo horizonte no se constru-
ye sólo en América Latina, se va a constituir a ni-
coordinación política vel mundial. América Latina nos dio una primera
muy importantes. Pero oleada, pero ahora es un tema mundial. El discurso
de [Joseph] Biden, la propuesta de un Green New
ahora necesitamos Deal, son discusiones globales. Entonces esta déca-
da va a estar marcada por la incertidumbre, incluso
avanzar en cosas el caos. Los momentos liminares visibilizan el can-
sancio de la hegemonía neoliberal, aunque aún no
concretas y específicas. tenga sustituto. Por eso muchas sociedades viven
este desasosiego, esta situación de incertidumbre y
miedo: cuando uno deja de tener un destino orde-
nado y una imaginación clara de futuro. Esperemos
que cuando se abran los corazones y las mentes de
la gente el progresismo se imponga. Es un momen-
to interesante que no se da sino cada 40 y 50 años,
como se dio en los años 60 y 70. En ese momento
éramos niños o adolescentes, ahora estamos viendo
esa batalla como adultos.
política muy importantes. Pero ahora necesitamos
avanzar en cosas concretas y específicas para darle ¿Qué te llevaste de tu paso obligado por Argentina?
materialidad a la integración. No ya grandes acuer- Muchas cosas. Los amigos, la solidaridad, las libre-
dos sino líneas prácticas, en una, dos o tres áreas, rías. Y los parques.
que vinculen cadenas específicas, para fabricar en
conjunto una computadora o una máquina o lo que ¿Las plazas?
sea. Crear un área, que funcione, y pasar a la segun- Sí. Disfruté mucho cuando pude salir con mi hi-
da, la tercera y la cuarta... ja a esos lugares maravillosos de encuentro que
son los parques. El lugar en donde nos encontrá-
Para avanzar en este tipo de reformas e iniciativas bamos con gente que no conocíamos, familias que
se necesitan dos cosas: estabilidad política y tiempo. van a pasar un rato o todo el día, llevan sus galletas,
¿Habrá? sus jugos. Un lugar de protección y de disfrute, de
Es un gran tema. No veo que sea posible la estabili- igualdad entre hombres y mujeres, de niños que
zación de una larga oleada progresista. Va a ser di- no se conocen y juegan entre ellos, de padres que
fícil y va a depender de lo que hagamos. Pero lo más tienen que aprender a negociar con otros padres,
probable es que tengamos intermitencias, oleadas a ser tolerantes. En Bolivia había una cultura de
y contraoleadas, fuerzas progresistas que ganan en juego en las calle pero se fue perdiendo. Jugabas
un país, luego lo pierden, ganan en otro. Es un mo- el futbol en la calle, ahora los niños están mucho
mento de mucha inestabilidad. No sólo en América más encerrados. Por supuesto me llevo también la
Latina; es similar a la inestabilidad que está atra- generosidad de los amigos y colegas que nos cobi-
vesando el mundo. Estamos en un tiempo liminal. jaron, nosotros llegamos sin nada, vivimos siem-
Algo se está cerrando, todo el mundo sabe lo que pre de nuestro salario, no teníamos ninguna pro-
está envejeciendo, languideciendo, pero nadie sa- tección material y nos ayudaron mucho. El mundo
be con exactitud lo que viene. El progresismo es un intelectual argentino, la masa intelectual es algo
intento de salida, el radicalismo trumpista es otro que no vi en los otros países en los que estuve, co-
intento, el golpe es otro. Hay una divergencia de mo España y México. Pero lo que más me llamó la
elites, no hay una sola opción. Lo que surge como atención son los parques, es una institución argen-
propuesta no aparece con la fuerza y el entusiasmo tina de proyección universal. g
para construir un horizonte de mediano plazo. Hay
propuestas tácticas, más progresistas, más fascis-
toides, pero son tácticas. Sabemos lo que ya no está *Director de Le Monde diplomatique, edición Cono Sur.
bien, pero nadie sabe lo que viene. © Le Monde diplomatique, edición Cono Sur

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 7


L
as revoluciones se parecen menos a in-
Malentendidos y polémicas terminables escaleras mecánicas que a
las olas que rompen en la orilla. Se for-
man, se alzan, avanzan, parecen sus-
pendidas en su movimiento y luego caen an-

Siete
tes de volver a levantarse. Las etapas de este
movimiento continuo dependen del vigor de
las movilizaciones populares, que deter-
minarán el futuro de nuestro continen-
te. Y ahora las fuerzas progresistas se

lecciones
ven enfrentadas a ciertas tensiones que
va a haber que superar. Voy a identificar
acá siete de esas tensiones.
La primera concierne a la democracia,
que nuestra familia política concibió duran-

para la
te mucho tiempo como un puente incómo-
do entre la sociedad actual y el socialismo. La
izquierda latinoamericana demostró que esa
visión era errónea: la democracia nos provee
no sólo de un método sino también del marco

izquierda
indispensable para la transformación social.
Los procesos revolucionarios regionales de
los últimos años surgieron mediante el for-
talecimiento de las capacidades de organi-
zación autónoma de la sociedad, mediante
la promoción de su participación y de su in-
versión en los asuntos colectivos. Eso no es
por Álvaro García Linera* casualidad.
Esta concepción de la democracia como el
espacio mismo de la revolución implica sin
embargo su reinvención. No se trata de con-
formarse con una concepción fósil que llegó
desde los países del Norte. No: la democra-
cia que reinventamos en América Latina se
quiere plebeya, una democracia de la calle.
Al final, el verdadero socialismo se caracteri-
za por la radicalización absoluta de la demo-
cracia: en los lugares de trabajo, dentro del
Ejecutivo y del Parlamento, en la vida dia-
ria. Sin este proceso, toda lucha que aspire a
cambiar el mundo, ya sea a través de las urnas
o de las armas, va a oscilar entre reformismo
y oportunismo.
Otro interrogante, viejo como la izquier-
da: ¿tenemos que tomar el poder o construir
uno nuevo, lejos del primero? Nosotros,
de la vieja escuela, siempre consideramos
que nuestro objetivo era la toma del poder,
olvidando a veces que todo el Estado, por
más democrático que sea, se constituye co-
mo monopolio de lo común, de lo universal.
Ahora bien, apoderarse de ese monopolio tal
como se constituyó es lo mismo que reem-
plazar una burocracia por otra.
¿Eso quiere decir que habría que
renunciar a tomar el poder? Algunos
defendieron esta idea. Se recluyeron en
pequeñas comunidades, proponiéndose
construir el socialismo a pequeña escala;

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ÁLVARO GARCÍA LINERA | EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA

se consagraron a la lucha contra la comida tiva a nuevos proyectos. Entonces surgieron mos por el día a día, por los resultados con-
chatarra; crearon circuitos de intercambio Hugo Chávez (Venezuela), Rafael Correa cretos; el momento en el que la gente se di-
no comerciales, basados en el trueque, (Ecuador), Luiz Inácio Lula da Silva (Bra- rige a los dirigentes políticos para decirles:
etcétera. Pero se olvidaron de algo: el sil), Evo Morales (Bolivia). No cayeron del “Luché mucho. Me sacrifiqué. Pero también
poder no desaparece porque uno se quede cielo, sino que aparecieron en medio de la yo quiero cosechar los frutos de esta revolu-
al margen del mismo. Sigue existiendo, agitación. Sin embargo, transformar los pa- ción. ¿Dónde está mi agua potable, mi escue-
monopolizado por las mismas oligarquías de rámetros culturales no alcanza: tarde o tem- la, mi hospital?”. Es en ese preciso momento
siempre. prano, este proceso tiene que llevar a encarar que tenemos que poder mostrar la otra ca-
la prueba de fuego, a derrotar al adversario ra del revolucionario: la del buen gestor. Nos
La centralidad del Estado para permitirle a la nueva hegemonía propa- vamos a tener que mostrar a la altura de esta
La dificultad, en el plano teórico, radica en garse y consolidarse. exigencia durante la etapa de transición que
el hecho de que el Estado no existe sólo en ¿Dónde estamos hoy en día? En el curso se abre.
el plano material. Su existencia toma cuer- de los últimos años un intenso debate Una quinta cuestión que atraviesa nues-
po, por supuesto, alrededor de una serie de colectivo transformó un conjunto de tros procesos revolucionarios enfrenta el
instituciones, normas, procedimientos. Pero ideas revolucionarias en fuerza concreta. bienestar económico y social a la preserva-
también estructura la relación entre la gente. Pero ahora entramos en una fase de ción de la Madre Tierra. En resumen, el fa-
Orquesta la manera en la que concebimos co- estancamiento extremadamente peligrosa. moso debate acerca del “extractivismo”, de
lectivamente todo lo que nos une los unos a
los otros: las rutas, la educación, el comercio,
las cuestiones de salud, así como también los
razonamientos lógicos y morales.
Tampoco nos podemos conformar con
Si el Estado organiza de esta manera los proteger a los árboles y dejar a nuestra
preceptos de acuerdo con los cuales maneja-
mos nuestras vidas sintiéndonos miembros población en la miseria.
de una misma comunidad histórica, mien-
tras vivimos a cientos de kilómetros unos de
otros, claro está, ¡nos tenemos que apoderar Tenemos que relanzar la guerra de ideas; moda en América Latina. Ecuador, Vene-
de él! ¿Cómo podría la izquierda revolucio- no nos podemos permitir perder el zuela y Bolivia cargan una pesada herencia
naria no estimar una herramienta semejan- estandarte de la esperanza. Una revolución en este campo. En el caso de Bolivia, todo se
te? Esto no significa sin embargo que pueda es la esperanza en movimiento. Hemos remonta al año 1570, cuando el virrey Fran-
contentarse con tomar el poder. Tiene que conseguido mucho. Pero no alcanza. cisco de Toledo instauró el trabajo obligato-
transformarlo y democratizar la toma de de- La batalla por la hegemonía se volvió rio en el Cerro Rico, la montaña que domina
cisiones. Sin lo cual la izquierda dará a luz a nuevamente decisiva. desde lo alto a la ciudad de Potosí. Convirtió
una nueva elite que reproducirá el comporta- entonces a Bolivia en productora de mate-
miento de la anterior. La gestión es revolucionaria rias primas para la metrópolis. Desde hace
Tercera cuestión: la de la conquista de la En muchos países de América Latina, quie- 450 años la división internacional del traba-
hegemonía, entendida como la dirección in- nes militamos en las universidades, en los jo le impuso este mismo rol al país, al igual
telectual, moral, ética, lógica y organizacio- sindicatos, en las asociaciones, nos tuvimos que al resto de América Latina. Pero nues-
nal de un bloque social particular sobre el que consagrar a la gestión de los gobiernos. tras sociedades también se caracterizan
resto de la sociedad. Toda transformación de Era indispensable, pero nos llevó a abando- por tasas récord de pobreza y desigualdad;
la relación de fuerzas dentro del Estado re- nar nuestra retaguardia. Nos tenemos que por las necesidades materiales de nuestras
quiere una modificación previa de los pará- volver a concentrar en eso. Acordarnos de poblaciones, que fueron abandonadas a su
metros de percepción lógica de la sociedad; que un dirigente sindical al frente de su con- suerte.
de la manera en la que cada cual ordena el federación cuenta tanto como un ministro.
mundo, incluido el plano moral. No abandonemos el frente social. En Bolivia Ecologismo colonial
Antes de los años 2000, todo iba de la mejor hemos cometido este error. Y es justamente Entonces, ¿qué hacer? Si producimos para
manera en el mejor de los mundos. La privati- ahí donde la derecha intenta reorganizarse. satisfacer nuestras necesidades materiales,
zación de los recursos naturales aseguraría el Otra dificultad: cuando estamos en la opo- vamos a conseguir buenos resultados econó-
bienestar de todos, nos prometían. Esta con- sición, lo esencial consiste en producir ideas micos, pero habremos traicionado la heren-
vicción ordenaba la vida diaria; delimitaba el que generen esperanza y encarnarlas. Una cia indígena que alimenta nuestra visión del
horizonte de las ambiciones de cada cual. vez en el poder, todo eso sigue siendo nece- futuro. Tampoco nos podemos conformar
Poco a poco esta construcción intelec- sario, pero también hay que mostrarse capaz con proteger a los árboles y dejar a nuestra
tual se volvió intolerable. Ya no era creíble, de gestionar la economía. La respuesta de los población en la miseria –porque las condi-
porque no se correspondía con el mundo tal revolucionarios latinoamericanos a este de- ciones de vida de los pueblos indígenas no
como la gente lo percibía. Todas estas ideas- safío va a determinar su destino. tienen nada de idílico: estamos hablando de
fuerza que organizaban el día a día fueron Los ciclos heroicos de la movilización no una indigencia colonial construida durante
puestas en duda. Ese momento de ruptura son eternos. Tienen períodos de desacele- los últimos quinientos años–. Es sin embargo
simbólica en el que se modifica el “sentido ración que pueden durar semanas, meses, a lo que nos invita lo que yo llamo el ecologis-
común” hizo que la gente se volviera recep- años. Es el momento en el que nos preocupa- mo colonial: “Queridos latinoamericanos, d

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 9


El verdadero socialismo se caracteriza por la
radicalización absoluta de la democracia: en los
lugares de trabajo, dentro del Ejecutivo y del
Parlamento, en la vida diaria.

d dejen de soñar con el progreso, nos dice; raizada en los movimientos sociales o capaz los neoliberales, que se dedican a desmem-
si quieren hacer algo por la humanidad, de- de hacer progresar las dinámicas revolucio- brarlos. En principio, facilitando la forma-
díquense a proteger a los árboles. Nosotros, narias. Mediocres corifeos de la nueva ofen- ción y la movilización de oposiciones políti-
en el Norte, nos vamos a encargar de des- siva imperial, ponen su pseudorradicalidad cas, y creando zonas donde el Estado ya no
truirlos y de producir y esparcir el dióxido es soberano (regiones autónomas, territo-
de carbono por todo el mundo”. En resumen, rios ocupados, etc.). Y después debilitando
que los países del Sur financien la plusvalía la soberanía presupuestaria y monetaria de
medioambiental mediante la interrupción de Los ciclos heroicos los Estados, por ejemplo mediante la mecá-
su desarrollo y la renuncia a su futuro. nica de la deuda, como se puede ver en Gre-
Algunos de los compañeros del Altiplano de la movilización cia. La defensa del Estado –puesta al ser-
viven en casas de piedras; tienen que caminar vicio de un nuevo bloque social– tiene que
cinco horas para llegar a la escuela más cerca- no son eternos. volverse por lo tanto una de las prioridades
na; duermen todo el día por falta de alimen-
tación. Que alguien me lo explique: ¿qué eco-
Tenemos que de la izquierda. g

nomía del conocimiento se puede construir


en estas condiciones? ¿Salir del “extractivis-
poder mostrar
mo”? Sí, sin lugar a dudas. Pero no volvien- la otra cara del
do a la Edad de Piedra. La transición implica
la utilización de nuestros recursos naturales revolucionario: la
para crear las condiciones –culturales, polí-
ticas y materiales– que le permitirán a la po- del buen gestor.
blación pasar a otro modelo económico.
Una lógica semejante le escapa a esta iz-
quierda, crítica de los gobiernos progresis- al servicio de los dominadores, cuyo único
tas latinoamericanos, a los que les reprocha objetivo es vernos fracasar.
no haber construido el comunismo en unas Última cuestión, el Estado. A escala
semanas. Ejercitándose en su fitness matu- mundial, el neoliberalismo tuvo dos
tino, o en seminarios generosamente finan- grandes fases. La primera arranca en los
ciados desde el exterior, se burla de nuestra años 1980, con la llegada al poder de Ronald
incapacidad de controlar el mercado mun- Reagan en Estados Unidos y de Margaret
dial o de instaurar de un día para el otro (¡y Thatcher en el Reino Unido. Se extiende
por decreto!) el “vivir bien”. Estos radicales hasta 2005, más o menos. Durante este pe-
de salón interpretan el papel de los idiotas ríodo, el neoliberalismo usa al Estado para
útiles del neoliberalismo haciéndose eco de privatizar las riquezas públicas y darle una *Este texto es una versión revisada de una conferen-
cia pronunciada en Quito, Ecuador, el 29 de septiem-
su cancioncita del fracaso inevitable de las legitimación ideológica. bre de 2015, que se publicó en Le Monde diplomatique,
revoluciones. No proponen medidas con- Ahora estamos en una segunda fase. Los Buenos Aires, edición Cono Sur, enero de 2016.
cretas, no formulan ninguna propuesta en- Estados nacionales ya no son útiles para Traducción: Aldo Giacometti

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ÁLVARO
| NOMRE
GARCÍA
CAPíTULO
LINERA
| TíTULO
| EL FUTURO
NOTA DE AMÉRICA LATINA
E
Una singular estafa planetaria l desenfreno por un inminente mundo
sin fronteras, la algarabía por la cons-
tante jibarización de los Estados nacio-

La ideología
nales en nombre de la libertad de em-
presa y la cuasi religiosa certidumbre de que
la sociedad mundial terminaría de cohesio-
narse como un único espacio económico, fi-
nanciero y cultural integrado, acaban de de-

de la
rrumbarse ante el enmudecido estupor de
las élites globalófilas del planeta.
La renuncia de Gran Bretaña a conti-
nuar en la Unión Europea –el proyecto
más importante de unificación estatal de

globalización
los últimos 100 años– y la victoria electo-
ral de Trump –que enarboló las banderas
de un regreso al proteccionismo econó-
mico, anunció la renuncia a tratados de li-
bre comercio y prometió la construcción

ha muerto
de mesopotámicas murallas fronterizas–
han aniquilado la mayor y más exitosa ilu-
sión liberal de nuestros tiempos. Y que todo
esto provenga de las dos naciones que ha-
ce 35 años atrás, enfundadas en sus cora-
zas de guerra, anunciaran el advenimiento
del libre comercio y la globalización como
por Álvaro García Linera* la inevitable redención de la humanidad,
habla de un mundo que se ha invertido o,
peor aún, que ha agotado las ilusiones que
lo mantuvieron despierto durante un siglo.
La globalización como metarrelato capaz Y es que la globalización como metarre-
lato, esto es, como horizonte político ideo-
de encauzar las esperanzas colectivas lógico capaz de encauzar las esperanzas co-
lectivas hacia un único destino que permi-
hacia un único destino que permitiera tiera realizar todas las posibles expectativas
de bienestar, ha estallado en mil pedazos. Y
realizar todas las posibles expectativas de hoy no existe en su lugar nada mundial que
articule esas expectativas comunes; lo que
bienestar ha estallado en mil pedazos. En se tiene es un repliegue atemorizado al in-
su lugar existe un repliegue atemorizado al terior de las fronteras y el retorno a un tipo
de tribalismo político, alimentado por la ira
interior de las fronteras y el retorno a un xenofóbica, ante un mundo que ya no es el
mundo de nadie.
tipo de tribalismo político, alimentado por
La medida geopolítica del capitalismo
la ira xenofóbica. Es tarea del progresismo Quien inició el estudio de la dimensión geo-
gráfica del capitalismo fue Marx. Su debate
reconstruir un horizonte de esperanza. con el economista Friedrich List sobre el “ca-
pitalismo nacional” en 1847 y sus reflexio-
nes sobre el impacto del descubrimiento de
las minas de oro de California en el comer-
cio transpacífico con Asia, lo ubican como
el primer y más acucioso investigador de los
procesos de globalización económica del
régimen capitalista. De hecho, su aporte no
radica en la comprensión del carácter mun-
dializado del comercio que comienza con la
invasión europea a América sino en la natu-
raleza planetariamente expansiva de la pro-
pia producción capitalista.

12
ÁLVARO GARCÍA LINERA | EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA

Las categorías de subsunción formal y no Bruto (PIB) mundial y la importancia de


subsunción real del proceso de trabajo al los mercados financieros, que ya estuvieron
capital con las que Marx devela el automo- presentes en ese entonces. Sin embargo, lo
vimiento infinito del modo de producción que sí diferenció esta fase del ciclo sistémi-
capitalista suponen la creciente subsun- co de la que prevaleció en el siglo XIX fue la
ción de la fuerza de trabajo, el intelecto so- ilusión colectiva de la globalización, su fun-
cial y la tierra, a la lógica de la acumulación ción ideológica legitimadora y su encum-
empresarial, es decir, la supeditación de las bramiento como supuesto destino natural y
condiciones de existencia de todo el plane- final de la humanidad.
ta a la valorización del capital. De ahí que Y aquellos que se afiliaron emotivamente
en los primeros 350 años de su existencia, a esa creencia del libre mercado como salva-
la medida geopolítica del capitalismo ha- ción final no fueron simplemente los gober-
ya avanzado de las ciudades-estado a la di- nantes y partidos políticos conservadores,
mensión continental y haya pasado, en los sino también los medios de comunicación,
últimos 150 años, a la medida geopolítica los centros universitarios, comentaristas
planetaria. y líderes sociales. El derrumbe de la Unión
La globalización económica (material) Soviética y el proceso de lo que Gramsci lla-
es pues inherente al capitalismo. Su inicio mó transformismo ideológico de exsocialis-
se puede fechar 500 años atrás, a partir del tas devenidos en furibundos neoliberales,
cual habrá de tupirse, de manera fragmen- cerró el círculo de la victoria definitiva del
tada y contradictoria, aún mucho más. neoliberalismo globalizador.
Si seguimos los esquemas de Giovanni ¡Claro! Si ante los ojos del mundo la
Arrighi en su propuesta de ciclos sistémicos URSS, que era considerada hasta entonces
de acumulación capitalista a la cabeza de un como el referente alternativo al capitalismo
Estado hegemónico: Génova (siglos XVX- de libre empresa, abdica de la pelea y se rin-
VI), los Países Bajos (siglo XVIII), Inglate- de ante la furia del libre mercado –y encima
rra (siglo XIX) y Estados Unidos (siglo XX), los combatientes por un mundo distinto, pú-
cada uno de estos hegemones vino acompa-
ñado de un nuevo tupimiento de la globa-
lización (primero comercial, luego produc-
tiva, tecnológica, cognitiva y, finalmente, Ninguna frustración social queda impune.
medio ambiental) y de una expansión te-
rritorial de las relaciones capitalistas. Sin
Existe un costo moral que, en este
embargo, lo que sí constituye un aconteci-
miento reciente al interior de esta globali-
momento, no alumbra alternativas.
zación económica es su construcción como
proyecto político- ideológico, esperanza o blicamente y de hinojos, abjuran de sus an-
sentido común, es decir, como horizonte de teriores convicciones para proclamar la su-
época capaz de unificar las creencias polí- perioridad de la globalización frente al so-
ticas y expectativas morales de hombres y cialismo de Estado–, nos encontramos ante
mujeres pertenecientes a todas las naciones la constitución de una narrativa perfecta del
del mundo. destino “natural” e irreversible del mundo:
el triunfo planetario de la libre empresa.
El “fin de la Historia” El enunciado del “fin de la Historia” he-
La globalización como relato o ideología geliano con el que Fukuyama caracterizó el
de época no tiene más de 35 años. Fue ini- “espíritu” del mundo, tenía todos los ingre-
ciada por los presidentes Ronald Reagan y dientes de una ideología de época, de una
Margaret Thatcher, liquidando el Estado profecía bíblica: su formulación como pro-
de bienestar, privatizando las empresas es- yecto universal, su enfrentamiento contra
tatales, anulando la fuerza sindical obrera otro proyecto universal demonizado (el co-
y sustituyendo el proteccionismo del mer- munismo), la victoria heroica (fin de la Gue-
cado interno por el libre mercado, elemen- rra Fría) y la reconversión de los infieles.
tos que habían caracterizado las relaciones La historia había llegado a su meta: la glo-
económicas desde la crisis de 1929. balización neoliberal. Y, a partir de ese mo-
Ciertamente fue un retorno amplifica- mento, sin adversarios antagónicos a en-
do a las reglas del liberalismo económico frentar, la cuestión ya no era luchar por un
del siglo XIX, incluida la conexión en tiem- mundo nuevo, sino simplemente ajustar,
po real de los mercados, el crecimiento del administrar y perfeccionar el mundo ac-
comercio con relación al Producto Inter- tual pues no había alternativa frente a él. d

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 13


la pobreza, generar igualdad e impulsar crecimien-
to económico.
Con ello, el “fin de la Historia” comienza a mos-
trarse como una singular estafa planetaria y nue-
vamente la rueda de la historia –con sus inagota-
No existe sociedad bles contradicciones y opciones abiertas– se pone
en marcha. Posteriormente, en 2009, en Estados
capaz de desprenderse Unidos, el hasta entonces vilipendiado Estado, que
había sido objeto de escarnio por ser considerado
de la esperanza. una traba a la libre empresa, es jalado de la manga
por Obama para estatizar parcialmente la banca y
No existe ser humano sacar de la bancarrota a los banqueros privados. El
eficienticismo empresarial, columna vertebral del
desmantelamiento estatal neoliberal, queda así re-
que pueda prescindir ducido a polvo frente a su incompetencia para ad-
ministrar los ahorros de los ciudadanos.
de un horizonte, y hoy Luego viene la ralentización de la economía
mundial, pero en particular del comercio de ex-
estamos compelidos portaciones. Durante los últimos 20 años, este cre-
ce al doble del Producto Interno Bruto (PIB) anual
a construir uno. mundial, pero a partir del 2012 apenas alcanza a
igualar el crecimiento de este último, y ya en 2015
es incluso menor, con lo que la liberalización de los
mercados ya no se constituye más en el motor de la
economía planetaria ni en la “prueba” de la irresis-
tibilidad de la utopía neoliberal.
Por último, los votantes ingleses y norteameri-
canos inclinan la balanza electoral a favor de un
d Por ello, ninguna lucha valía la pena estratégi- repliegue a Estados proteccionistas –si es posible,
camente pues todo lo que se intentara hacer por amurallados–, además de visibilizar un malestar ya
cambiar de mundo terminaría finalmente rendido planetario en contra de la devastación de las eco-
ante el destino inamovible de la humanidad que nomías obreras y de clase media, ocasionado por el
era la globalización. Surgió entonces un confor- libre mercado planetario.
mismo pasivo que se apoderó de todas las socieda- Hoy, la globalización ya no representa más el pa-
des, no solo de las élites políticas y empresariales, raíso deseado en el cual se depositan las esperanzas
sino también de amplios sectores sociales que se populares ni la realización del bienestar familiar
adhirieron moralmente a la narrativa dominante. anhelado. Los mismos países y bases sociales que
la enarbolaron décadas atrás, se han convertido en
La historia sin fin ni destino sus mayores detractores. Nos encontramos ante la
Hoy, cuando aún retumban los últimos petardos muerte de una de las mayores estafas ideológicas
de la larga fiesta “del fin de la Historia”, resulta de los últimos siglos.
que quien salió vencedor, la globalización neolibe- Sin embargo, ninguna frustración social que-
ral, ha fallecido dejando al mundo sin final ni ho- da impune. Existe un costo moral que, en este mo-
rizonte victorioso, es decir, sin horizonte alguno. mento, no alumbra alternativas inmediatas, sino
Trump no es el verdugo de la ideología triunfalista que –es el camino tortuoso de las cosas– las cierra,
de la libre empresa, sino el forense al que le toca al menos temporalmente. Y es que a la muerte de la
oficializar un deceso clandestino. globalización como ilusión colectiva no se le con-
Los primeros traspiés de la ideología de la glo- trapone la emergencia de una opción capaz de cau-
balización se hacen sentir a inicios de siglo XXI tivar y encauzar la voluntad deseante y la esperan-
en América Latina, cuando obreros, plebeyos ur- za movilizadora de los pueblos golpeados. La glo-
banos y rebeldes indígenas desoyen el mandato balización, como ideología política, triunfo sobre
del fin de la lucha de clases y se coaligan para to- la derrota de la alternativa del socialismo de Esta-
mar el poder del Estado. Combinando mayorías do, esto es, de la estatización de los medios de pro-
parlamentarias con acción de masas, los gobiernos ducción, el partido único y la economía planificada
progresistas y revolucionarios implementan una desde arriba. La caída del Muro de Berlín en 1989
variedad de opciones posneoliberales mostrando escenifica esta capitulación. Entonces, en el imagi-
que el libre mercado es una perversión económica nario planetario quedo una sola ruta, un solo des-
susceptible de ser reemplazada por modos de ges- tino mundial. Y lo que ahora está pasando es que
tión económica mucho más eficientes para reducir ese único destino triunfante también fallece, mue-

14
ÁLVARO GARCÍA LINERA | EL FUTURO DE AMÉRICA LATINA

re. Es decir, la humanidad se queda sin destino, sin


rumbo, sin certidumbre. Pero no es el “fin de la His-
toria” –como pregonaban los neoliberales–, sino el
fin del “fin de la Historia”; es la nada de la historia.
Lo que hoy queda en los países capitalistas es
una inercia sin convicción que no seduce, un ma-
nojo decrépito de ilusiones marchitas y, en la plu-
ma de los escribanos fosilizados, la añoranza de
una globalización fallida que no alumbra más los
destinos. Entonces, con el socialismo de Estado
derrotado y el neoliberalismo fallecido por suici-
dio, el mundo se queda sin horizonte, sin futuro,
sin esperanza movilizadora. Es un tiempo de in-
certidumbre absoluta en el que, como bien intuía
Shakespeare, “todo lo sólido se desvanece en el ai-
re”. Pero también por ello es un tiempo más fértil,
porque no se tienen certezas heredadas a las cua-
les asirse para ordenar el mundo. Esas certezas hay
que construirlas con las partículas caóticas de esta
nube cósmica que deja tras suyo la muerte de las
narrativas pasadas.
¿Cuál será el nuevo futuro movilizador de las
pasiones sociales? Imposible saberlo. Todos los
futuros son posibles a partir de la “nada” hereda-
da. Lo común, lo comunitario, lo comunista es una
de esas posibilidades que está anidada en la acción
concreta de los seres humanos y en su imprescin-
dible relación metabólica con la naturaleza. En
cualquier caso, no existe sociedad humana capaz
de desprenderse de la esperanza. No existe ser hu-
mano que pueda prescindir de un horizonte, y hoy
estamos compelidos a construir uno. Eso es lo co-
mún de los humanos y ese común es el que pue-
de llevarnos a diseñar un nuevo destino distinto a
este emergente capitalismo errático que acaba de
perder la fe en sí mismo. g

*Este texto ha sido extraído de Álvaro García Linera, ¿Qué es una revolu-
ción? Y otros ensayos reunidos, Prometeo-CLACSO, Buenos Aires, 2021.

LE MONDE DIPLOMATIQUE | ENTREVISTA 15


E
Un nuevo momento histórico l mundo está atravesando una transición polí-
tica-económica estructural. El viejo consen-

Segunda oleada
so globalista de libre mercado, austeridad fis-
cal y privatización que encandiló a la sociedad
mundial durante treinta años, hoy se ve cansa-
do y carece de optimismo ante el porvenir. La crisis eco-
nómica de 2008, el largo estancamiento desde entonces,

progresista en
pero principalmente el lockdown de 2020 han erosio-
nado el monopolio del horizonte predictivo colecti-
vo que legitimó el neoliberalismo mundial.
Hoy, otras narrativas políticas reclaman la ex-

América Latina
pectativa social: flexibilización cuantitativa para
emitir billetes sin límite; Green New Deal, protec-
cionismo para relanzar el empleo nacional, Esta-
do fuerte, mayor déficit fiscal, más impuestos a las
grandes fortunas, etc., son las nuevas ideas-fuerza
que cada vez son más mencionadas por políticos,
académicos, líderes sociales y la prensa del mun-
por Álvaro García Linera* do entero. Se desvanecen las viejas certidumbres
imaginadas que organizaron el mundo desde 1980,
aunque tampoco hay nuevas que reclamen con éxi-
to duradero el monopolio de la esperanza de futu-
A medida que se desvanecen las viejas ro. Y mientras tanto, en esta irresolución de ima-
ginar un mañana más allá de la catástrofe, la expe-
certidumbres que organizaron el mundo riencia subjetiva de un tiempo suspendido carente
de destino satisfactorio agobia el espíritu social.
desde 1980, cobran fuerza a nivel global América Latina se adelantó a estas búsquedas
las ideas que hace ya más de una década mundiales hace más de una década. Los cambios
sociales y gubernamentales en Brasil, Venezuela,
anticipaba la primera oleada progresista Argentina, Uruguay, Bolivia, Ecuador, El Salvador,
Nicaragua, dieron cuerpo a esta “primera olea-
latinoamericana. Pero, frente a una da” de gobiernos progresistas y de izquierda que
se plantearon salir del neoliberalismo. Más allá de
derecha cada ves más radicalizada, el ciertas limitaciones y contradicciones, el progre-
sismo latinoamericano apostó a unas reformas de
nuevo progresismo debe apostar a un primera generación que logró tasas de crecimiento
programa de reformas que profundicen económico entre 3 y 5 por ciento, superiores a las
registradas en tiempos anteriores. Paralelamente,
la democratización y la igualdad social. se redistribuyó de manera vigorosa la riqueza, lo
que permitió sacar de la pobreza a 70 millones de
latinoamericanos y de la extrema pobreza a 10 mi-
llones. La desigualdad cayó de 0,54 a 0,48, en la es-
cala de Gini y se aplicó un incremento sostenido
del salario y de los derechos sociales de los secto-
res más vulnerables de la población que inclinó la
balanza del poder social en favor del trabajo. Al-
gunos países procedieron a ampliar los bienes co-
munes de la sociedad mediante la nacionalización
de sectores estratégicos de la economía y, como en
el caso de Bolivia, se dio paso a la descolonización
más radical de la historia, al lograr que los sectores
indígena-populares se constituyan en el bloque de
dirección del poder estatal.
Esta primera oleada progresista que amplió la
democracia con la irrupción de lo popular en la
toma de decisiones, se sostuvo sobre un flujo de
grandes movilizaciones sociales, descrédito gene-
ralizado de las políticas neoliberales, emergencia
de liderazgos carismáticos portadores de una mi-

16
2
ÁLVARO
| NOMRE
GARCÍA
CAPíTULO
LINERA
| TíTULO
| EL FUTURO
NOTA DE AMÉRICA LATINA

rada audaz del futuro y un estado de estupor de las creativo y expansivo de expectativas transforma-
viejas elites gobernantes doras sobre las que puede navegar el decisionis-
mo gubernamental. El nuevo progresismo resulta
La segunda oleada progresista de una concurrencia electoral de defensa de dere-
La primera oleada del progresismo latinoamericano chos agraviados o conculcados por el neolibera-
comenzó a perder fuerza a mediados de la segunda lismo enfurecido, no de una voluntad colectiva de
década del siglo XXI, en gran parte, por cumplimien- ampliarlos, por ahora. Es lo nacional-popular en
to de las reformas de primera generación aplicadas. su fase pasiva o descendente.
El progresismo cambió la tasa de participación del Es como si ahora los sectores populares de-
excedente económico en favor de las clases laborio- positaran en las iniciativas de gobierno el al-
sas y el Estado, pero no la estructura productiva de la cance de sus prerrogativas y dejaran, de mo-
economía. Esto inicialmente le permitió transformar mento, la acción colectiva como el gran cons-
la estructura social de los países mediante la notable tructor de reformas. Ciertamente, el “gran en-
ampliación de las “clases medias”, ahora con mayori- cierro” mundial de 2020 ha limitado las mo-
taria presencia de familias provenientes de sectores vilizaciones, pero curiosamente no para las
populares e indígenas. Pero la masificación de “in- fuerzas conservadoras o sectores populares
gresos medios”, la extendida profesionalización de allí donde no hay gobiernos progresistas, como
primera generación, el acceso a servicios básicos y Colombia, Chile y Brasil.
vivienda propia, etc., modificó no sólo las formas or- Una segunda característica del nuevo pro-
ganizativas y comunicaciones de una parte del blo- gresismo es que llega al gobierno encabezado
que popular, sino también su subjetividad aspiracio- por liderazgos administrativos que se han pro-

El nuevo progresismo, por ahora, es lo nacional-


popular en su fase pasiva o descendente.

nal. Incorporar estas nuevas demandas y darle sos- puesto gestionar de mejor forma en favor de los
tenibilidad económica en el marco programático de sectores populares, las vigentes instituciones
mayor igualdad social, requería modificar el modo del Estado o aquellas heredadas de la primera
de acumulación económica y las fuentes tributarias oleada; por tanto, no vienen a crear unas nue-
de retención estatal del excedente. vas. Dicho de otra manera, no son liderazgos
La incomprensión en el progresismo de su pro- carismáticos, como en el primer progresismo
pia obra y la tardanza en plantarse los nuevos ejes de que fue dirigido por presidentes que fomenta-
articulación entre el trabajo, el Estado y el capital, ron una relación efervescente, emotiva con sus
dieron paso desde 2015 a un regreso parcial del ya electores y disruptivas con el viejo orden. Sin
enmohecido programa neoliberal. Pero, inevitable- embargo, la ausencia de “relación carismática”
mente, este tampoco duró mucho. No había novedad de los nuevos líderes no es un defecto sino una
ni expansivo optimismo en la creencia religiosa en el cualidad del actual tiempo progresista, pues
mercado, sólo un revanchismo enfurecido de un “li- fue por esa virtud que fueron elegidos por sus
bre mercado” crepuscular que desempolvaba lo rea- agrupaciones políticas para postularse al go-
lizado en los años 90 del siglo XX: volver a privatizar, bierno y, también, por lo que lograron obtener
a desregular el salario y concentrar la riqueza. la victoria electoral. En términos weberianos,
Ello dio pie a la segunda oleada progresista que es la manera específica en que se rutiniza el ca-
desde 2019 viene acumulando victorias electorales risma, aunque la contraparte de ello será que ya
en México, Argentina, Bolivia, Perú y extraordina- no puedan monopolizar la representación de lo
rias revueltas sociales en Chile y Colombia. Esto en- nacional-popular.
mudeció esa suerte de teleología especulativa sobre En tercer lugar, el nuevo progresismo for-
el “fin del ciclo progresista”. La presencia popular ma ya parte del sistema de partidos de gobier-
en la historia no se mueve por ciclos, sino por olea- no, en cuyo interior lucha por ser dirigente.
das. Pero claro, la segunda oleada no es la repetición Por tanto, no busca desplazar el viejo sistema
de la primera. Sus características son distintas y su político y construir uno nuevo como en la pri-
duración también. mera época, lo que entonces le permitió obje-
En primer lugar, estas nuevas victorias electorales no tivamente enarbolar las banderas del cambio
son fruto de grandes movilizaciones sociales catárticas y de la transgresión por exterioridad al “siste-
que por su sola presencia habilitan un espacio cultural ma tradicional”. Lo que ahora se proponen d

LE MONDE DIPLOMATIQUE | FUTURÖCK 17


es estabilizarlo preservando su predominancia, lo del “gran encierro” planetario que en 2020 des-
que los lleva a una práctica moderada y agonista plomó la economía mundial sino, en medio de ello,
de la política. el agotamiento de las reformas progresistas de
En cuarto lugar, la nueva oleada progresista tie- primera generación.
ne al frente a unos opositores políticos cada vez Esto conlleva una situación paradojal de unos li-
más escorados hacia la extrema derecha. Las de- derazgos progresistas para una gestión de rutina en
rechas políticas han superado la derrota moral y tiempos de crisis económicas, médicas y sociales ex-
política de la primera oleada progresista y, apren- traordinarias.
diendo de sus errores, ocupan las calles, las redes y Pero, además, globalmente se está en momen-
levantan banderas de cambio. tos de horizontes minimalistas o estancados: ni
Han cobrado fuerza social mediante implosio- el neoliberalismo en su versión autoritaria logra
nes discursivas reguladas que las ha llevado a en- superar sus contradicciones para irradiarse nue-
roscarse en discursos antiindígena, antifeminista, vamente ni los diversos progresismos logran con-
antiigualitarista y anti-Estado. Abandonando la solidarse hegemónicamente. Esto hace prever un
pretensión de valores universales, se han refugiado tiempo caótico de victorias y derrotas temporales
en trincheras o cruzadas ideológicas. Ya no ofrecen de cada una de estas u otras opciones.

Tiene al frente a unos opositores políticos cada


vez más escorados hacia la extrema derecha.

un horizonte cargado de optimismo y persuasión, Sin embargo, la sociedad no puede vivir inde-
sino de revancha contra los igualados y exclusión finidamente en la indefinición de horizontes pre-
de quienes se considera son los culpables del des- dictivos duraderos. Más pronto que tarde, de una
quiciamiento del viejo orden moral del mundo: los u otra manera, las sociedades apostarán por una
“populistas igualados”, los “indígenas y cholos con salida, la que sea. Y para que el porvenir no sea el
poder”, las mujeres “soliviantadas”, los migrantes desastre o un oscurantismo planetario con clases
pobres, los comunistas redivivos… medias rezando por “orden” a la puerta de los cuar-
Esta actual radicalización de las derechas neo- teles como en Bolivia, el progresismo debe apos-
liberales no es un acto de opción discursiva, sino tar a producir un nuevo programa de reformas de
de representación política de un notable giro cul- segunda generación que, articuladas en torno a la
tural en las clases medias tradicionales, con efecto ampliación de la igualdad y la democratización de
en sectores populares. De una tolerancia y hasta la riqueza, propugne una nueva matriz productiva
simpatía hacia la igualdad hace quince años atrás, para el crecimiento y bienestar económicos.
la opinión pública construida en torno a las clases Pero, además, con ello, ayudar a impulsar un nuevo
medias tradicionales ha ido girando hacia posicio- momento histórico de reforma moral e intelectual de
nes cada vez más intolerantes y antidemocráticas lo nacional-popular, de hegemonía cultural y movili-
ancladas en el miedo. Las fronteras de lo decible zación colectiva, hoy ausentes, sin los cuales es impo-
públicamente han mutado y el soterrado despre- sible imaginar triunfos políticos duraderos. g
cio por lo popular de años atrás ha sido sustituido
por un desembozado racismo y anti-igualitarismo
convertidos en valores públicos.
La melancolía por un antiguo orden social
abandonado y el miedo a perder grandes o peque-
ños privilegios de clase o de casta ante la avalancha
plebeya han arrojado a estas clases medias a abra-
zar salvacionismos político-religiosos que prome-
ten restablecer la autoridad patriarcal en la fami-
lia, la inmutabilidad de las jerarquías de estirpe en
la sociedad y el mando de la propiedad privada en
la economía ante un mundo incierto que ha extra-
viado su destino. Es un tiempo de politización re-
accionaria, fascistoide, de sectores tradicionales
de la clase media *Fragmentos del discurso pronunciado en la Universidad Nacional de La
Y finalmente, en quinto lugar, el nuevo progre- Rioja, Argentina, al recibir el nombramiento de Doctor Honoris Causa, el 5
sismo afronta no sólo las consecuencias sociales de noviembre de 2021.

18
PROGRAMA DEL CURSO

El futuro de América Latina


14 de marzo

¿En qué etapa estamos hoy? ¿Hay una nueva


ola progresista, nacional-popular en America
latina? ¿Qué similitudes y diferencias tiene con
la anterior de 2005-2015? Los debates sobre
la moderación, la radicalidad, el lugar de los
líderes, de las organizaciones sociales, etc. ¿Hay
o debería haber un recambio en las agendas de
las nuevas gestiones? El lugar del ambientalismo,
el feminismo, etc. ¿Cómo se compaginan con
las necesidades de desarrollo económico?

21 de marzo

¿Cómo será la política pos-pandemia? ¿Cómo


afectó la pandemia a nuestra región? ¿Promovió
una agenda más cercana a la intervención
estatal o por el contrario, funcionó como
“acelerador” de dinámicas del “sálvese quien
pueda”, del individualismo, etc? Pandemia
y economía, pandemia y sociedad.

28 de marzo

Las derechas y ultraderechas, ¿qué importancia


tienen en nuestros países? ¿Cuáles son las
características locales de ese fenómeno global?
¿Por qué surgen en esta etapa histórica?
¿Fenómeno pasajero o estructural? ¿Es una
reacción frente a los avances logrados en los
últimos años? ¿Cómo combatirlas políticamente?
¿Con qué herramientas, alianzas, agendas?

4 de abril

América Latina y la guerra. En este contexto


mundial, ¿cómo se construyen los márgenes de El Dipló, una voz clara Futurock.fm, una voz colectiva
autonomía? ¿La guerra acelera un mundo más en medio del ruido Futurock Producciones SRL.
multipolar o volvemos a uno de guerra fría, con Capital Intelectual S.A. Medrano 707,
zonas de influencia muy marcadas, límites a las Paraguay 1535 (1061) Ciudad de Buenos Aires,

expresiones democráticas, etc? ¿Cuál sería un Buenos Aires, Argentina Argentina

diseño de una política externa de la región para


los próximos años? www.eldiplo.org www.futurock.fm

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