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sistémica GUNTHARD WEBER Nacido en 1940, es psiquiatra y terapeuta sistémico, Es uno de los fundadlores de ts Sociedad Sistémica, de fa Sociedad Inter- nacional de Terapia Sistémica y del Insti- to Helm Stiestin de Heidelberg. Asimismno fundé Ia Asociacién Internacional Bert Hellinger y dirige el Institaio de Soluciones Sistémicas de Wiesloch. Es autor de innu- -merables articulos acerca de la teoria y 1a préctica de la terapia sistémica, asi como de varias libros relacionados con esta te- imatica, que se han traducido a 14 idiomas. Qué me levé a deseribir justamente ta psicoterapia sistémica de Bert Hellinger? Durante tos aiios 70 participé en muchos talleresy seminars de las mas diversas co- rrientes psicoterapéuticas, dirigidos por coordinadores muy diferentes. Las tres serti- narios con Bert Heilinger, sin embargo, ‘me dejaron un recuerdo indeleble. En cada no de ellos aprendi algo que, ain arios ‘mds tarde, me movia, y seguia actuardo cent mi interior, ponienito en orden algin asunto 0 confiriéndote et lugar correcta, Gunthard Weber R; $39 a. 400 Welo Fek-2 Fecha de devolucion Fastin Chae Tue GUNTHARD WEBER (editor) Felicidad dual Bert Hellinger y su psicotcrapia sistémica ‘Traduccién: Sylvia Gomez Pedra Herder INDICE ' Ioveducen det etter B i Iewoduecion lv pl ” 4 1 Los Oren dl Amr 2 d L. Lavinculacios . eitteettettesteereeeresenes BB ) 2 Eleguiibas enue daryvomse B Ua teed seaigepr conn de dry mae XM 4 b. Cuando exist un desnivelenuetomary dat =.= 8 ; Dat sin tomat 5), Negara wma (26), Poguchos de g Fectos (8) «. Sinocsposblellegaraum equilib... 2 use padres e hos Zo ere son Mnchibawsen La Bolnde Oso (271: Agradeimieno ome ecommpensa (2) Hao Digoae Ds @8) Cuando ye noses psblea ' voandn 9) OL Larecmpensa neat » ‘De lo negative, mas vale devolver algo menos (0); Exigir Ja reparacién 3) ©. Elpperdén malo y el perdéa bueno 3h £ Suftimiento preventivo.en separaciones .-....-+0 34 1g Renvincia a flicidad coma ineentn le ecompenta 3 Higoria: La Recompenia Doble (35); Expiacién como re- compensa ciega: sb una madre muere a nacer un hijo (37) bh. La conformidad con el Destino ....... soe BD i, Como recompensa, un hijodetescate vo osscsecescsccese 41 3. Blonde... eee Le TL, La conciencia como sentido de equilibtio en las telaciones . 8 Hibdoria: El Ose Potar (14) 1. Laconciencia vela por as condiciones pura nucstraselaciones «4 ‘8. Conciencia y vinculacin 6 “Amot y vinculacién expisvu de sscrificio de lor débiles 40) 5 Cancseneia y equbbi90 «ose w «, Conciencia y orden a IDL Las relaciones entre padres ehijos 2, La imteraccién ene lt necesidadea de vinculacién, equilibrio 3. Cada sistema tiene su propia concieneia Historia: Las Jugadores (50) 4. La exclusion por I conciencia, yeomo superarta «s.-+..es+ses Historia: 61 Entendimiento (52) 5. Los limites del libertad iri: La Gran Absa (4) 1, Los padres daa I vida bos hijos 2. Honrar alos adores y alos dones 3. La jeranquia en la familia KLE Meyer: La Fuente Romana (59) 4, Trastornosen el orden entre padres hijos ‘3, Lasnversién del orden de tomar y dar by. El rechazo de uno de tos padres «. Sian hijo se convierteen confidente 5. Tomaralpadreyala madre »...+.++ : : Oracién a Amancoct dla Vida (63; Inelinarey volver a enderezarse (70) {6 Manciar los merits y les pérdidas de Fos padres «sce oseseesvese 7, Acerca de algunas etapes del camino comin... 1. (No) hacerse come los pads : bh. Puedes hacerte como padte/ tr mmadre «. Reglas para una edueacisn lograds .. 4. Desprenderse de los padtesy realizar lo propio - &. Labiisquede de autorrealizacién y de ituminscién £ Cuidar alos padres mayores 8. Temas y Ambicos especiales en Ia relacion enteepadtes hijos 4. Silencia el origen de ls hjos by Elilegitimo que no conocia asus hermanos... Hisaria: Et Cunino 1) 6 «Con quign van loshijos después del divoncio? 4. Laadopcién bonrosay la peligro... 1.4 ‘Mir os ion (86) El pobre abrinoy Ia oporsnidad buena {86); La ventaja de las alas infantiles SOS (87), -wicomo-lladrén asus rales! (Constelacin de loss nas actual y de otigen de Gerhard) (88) fe Incesto 1Ladinamica (100); La sohucgn para thi (02); Feo tode las frases curativas (103); La persecution de los auto- 2B 0 a 33 100 resmo ayuda a nadie (106); Si para Ja hija también fue una ‘experiencia de placer (108); El vinculo a través del inceste (109); El logar det terapeuta (109) 9, Padtes. hijos como comunidad con un destino comin .. “Huoria: La Posada (110) IV. fait facao ena elaciones cde pareja 1. Coma nos hacemos hombres y mujeres Lapequeia felicidad (17) a. Anima y animus eo oeceessesseeee b. Lespequeliadiferencia~ (De cso nada 2, lfandamentode a wai de pana ene hombre mur 4. La rempncia al ota sexo en uno misimo . 1. La iguatdad de rango como con telaciGn de pareja duradera Huston: Bayo Continuo (122) «La mujer sigue al hombre. ye hombre tiene que servi: nvjeryaloshios oseeessosscesseeres 4. La relacion entre amory orden « fe. {Guindo nna tlacién ex eifcad sobre arena? & Elenamoramiento es ciego, el amor ess en vela iPillade! 126) ‘&: Cuando dos tadiciones familiares se encuentran, 3. La vinculacin en la selacin depareia .. 24 La ignfieasin del coneunacin del senor co le plenamente carnal instintivo [La suipeioridad de la carne sobre el expinity (130); so- sia: Fl Conocimiento (130) b. Eldesearyelconceder ..... cee «Enna telacton de mucho viempo se pire algo de fo zaxcalina y deo femenino Historia: La Pleitud (136) Ad. Renovar le masculino yo femening +.s44- . «©, Conforme al mimero de relaciones, ct ec ini: Iafelicidad, no Relaciones de vigagulo B CelOS cesvvee Fh Los limits dela ibertad Hlderlin: Bl Adis (148) 4. Laorientacién de la elacin de pareja hacia los jos eos. +00 4. lamoral io pas por ames acenrage , Renunciara tener hijos 16 3 ns ns 119 9 20 ua w3 13 ms Bs 168 18 8 133 wz 13, uw 143 M3 146 us 16 € Parcs homosexuals 4. Inseminacin arial Las consocuencine dwn abortovoluaca deparca.... Hisora: El Piped (156); €Gémo se puede ayuda vas sis abort voluncario? (161) 5. Separaciones ...+-- . 2 Cuando dos personas no consiguen separarse Higorits Et Final (63) . Separacionesiresponsablesy sus consecuenias paraina relaign, Y. Implicaciones sistémicasy sus sohiciones 1. Lased famiar ».. 2 Condiciones para un domrtolo «a Eldevechosafapertenencia « >. La Ley del Néimero Completa ©, Lay dela Priori de los Amesionrs Alonenlees indent i cmporamino (1) 4, Reconocer que todd es paste «seo Hori: Le Sertencia V9) 3. Lajerasquia en sistemas Familates 20.0.0. .evseee 4 Lacondencia onl ted fmiiar Ta diferencias entre la conciencia personaly la concien- cade ated familiar (171); La lucha del amor contrac or Sen 71) 5, Tntemtos de hacer justicia a una persona exclude 1, Reavivar una suerte ana» 1b. La doble wansforenca = 6 Lierarse de las implcaciones 2. Encontrar a quien falta : ‘Una frase extrviada onesie (180) ', éCadles son ls indicion de implicaciones?.. ‘Verse involvezado en dnanieas aenas (182) wi: Lat Rensaca (183) «, Soatituir a recompensa negativa parla positiva . Masia, BLAdiss (185) 4. Consagrado a Dios en expiacién (Constelac6a dela familia de origen de Friedrich) “Miaoria: Bl Amor (192) ved foci VIL Acerca dela pret de a psicoterapiasistémica ... i. Lis actinad terapéuticn 0 us 152 153 162 182 163 155 165 ws 4, Lapercspcion centeada en Ios recursos «+ : go at Mei (8); Ht cae pens (203) b. Lamoderacién La hija pequeta que padeca de entuetis nocturna (206); {La pretension de ayudar (207); Hinoria: Lu Fe (208), Lt aatradlbien el pjar ldo 2) «, Lafuerza del mismo « Hisar La Carncién (21) 4. Mira solucién «++ ‘Para Ia slucidn no 40 neces Programado para la desgraia 215); La teria comarestor- bo para fa pritic (216); IEsto basta! (216); La mesa ests poesea (217); La trae venenosa (217); Hacere el tonto tiene algo de dicha (218); Eleimo lugar no es ef mde 5€- gure (218) Unientaciones terapeutieas «+... 2 Lainterpretacién ao et mis que elborde de a capa... ‘La intespretacion pricoldpica de ls enfermedades (221); ‘Guida ins palabees (222) b. La curtosidad destruye el efecto... &. El momentous. : 4. Evita dramaizacign ‘ Una visi holfetia del bien y del mal Loe actos tienen comscuencas (229) & -Aceptar ls reaponsahilidad en verde buscarla 4 Levedady pesadurnbre ...... ‘ori’ Lat dot Cara dela etc 231) bh, Elespircusopla .....» 4. Variants de a felicidad }. Concxiones imagineriae , La validez dels afrmaciones terapéanicas- Ethuen guiay el guré (237) 4, Prosedimicntorexpeifices 4 Lasrondas 1 Kevaraténnino el movimiene inceerumpido hacia eno delor padeet Mami, por for! (Constelacion de Ia familia de origen de Brigitte) (248); Hora: Bi Keproche (249) . Constelaciones farailiaes Imagenes interiores que aran cimigenes beran (goiones) (266); La wonfgwnacidn de un sistema {269}; Ft procedimiento (279); Condiciones previas para sta ningiin problems (213), a 203 206 210 a3 29 29 m 24 24 Bs 29 Bi 232 Be Bs 26 28 28 26 266 configurar une constelacién (271); Algwaos puntos a te- per en ctenta (271); Olvidarse de lo pessonal (272); Trae Lsjar con un méaimno de recursos (274); La constlaciga ‘esténdarsegtin ct orden de origen (275); La imagen ibe adore resita de I interac (2/7); bl efrcto de la ma- zen de solucién (278); Cuando le imagen es acenada (279); Acabara tiempo (279) La interrupcién como inter ‘vencisn dell y efiezz @79); Terapla familar, esculeura familiar, constelzcién familiar (281); Consteaciones de otros sistemas relacionales (282); Cursos con pareias (282); Patrones sepettivosea constclaciones (283); La har= soa de uno que queria satero todo (284) 4. Resumen ponte ateeren cunt en coasts familiares - ‘Adverencias para la configuracién de constelaciones (286) 4A. obits especiales de laterapia a. Diferenciar los sentimientos 285 287 287 ‘VII. El movimiento hacia el Todo . que ni, queride Paps (Constelaci de la familia de ori- gen de una cliente anorética} (522); A ta lado, Pap, me gusta (bulimia) (633); Prefere perder mi dinero antes que sii vide (ConstelaciOn de In familia de origen de un liente adic al juego) (333); Suivi: expetar be Dec sién (Constelacién de la familia de origen de Serah) (G42); Uno que se olvidé de ms sfntomas (352) «. Sutrir co méo cl que sctoarintentincesterapéutices Silo otro no funciona (352); El curso de pitinaie (352); Un segundo grifo (353); Mi srelaciéne (353); Demasiadas palabras (354); Vigilar Ia fuente (354); Defenderne et ind 1i1 (55), Desenlaces providenciales G55); Historia: Con- fase cn Bras (359) ‘Hitzoria: Sery No-Ser (338) La Fe de la Creacidn yia Fe de la Revelacion Hatrora: Loe Discfpuloe (361) 352 387 360 363 ‘Distingwir entre Is Sherday la debididad (290); Despedida y dolor (292); Dolor ¥ autocompasi6n (244); Cuando el dolor no acaba (294); Querer ayudar en el dolor (295); Dolor propio o adapeado (296); Sufrimiento deparade por Bl camino profesional de Beit Hellinger Indice emttico Indive da hinoriat 307 372 Destino osuffimiento buscado (296); Miedo de perder cl eontrol (297); El evadro exh toncido (297); Historia: ET Efocro (298) b. El trabajo terapéutico can suefios «, Laactitud terapética ante sesstenciass Objecianeasque frenan (21); La ituqueda de enusicy oe plicaciones (312); Lavaca y a valla de pias (312); Obsti- ‘naciOny spine contestataro (313); En cuestion de cinco minutos (14); Triunfo o éxito (314); Querer saber mis de Jo mecesario (314); Los peces j6venes pican (316); Hay algo de verdatl O17), BI sew del exuniny (347), Hor ris: EL Burro G18) 4d Lo que no se consigue a través de a comprensin, + veces se Jogra medianes el dotor Eltrabajo terapéutico con sintomas (318); Con cio podria ial circo(morders lis uitas) (349); Yao hage port (por , y él asinti6, ‘Mi primera idea fixe la de grabar en cinta magnetofénica y en video vuno de sus seminarios didaetiens de varios dius le duraciu, pra Ues~ pués editar una transeripeién de este curso. “Tras grabar un segundo seminatio, sin embargo, y después de reci- bir de Bert Hellinger su manuserito de conferencias, «Ordenes del ‘Amor, y acceler 4 uiras fuentes adicionalcs, cl plan original ya ne pa recfa realizable. B] presente fibro es, pues, el intento de hacer una sin- tesis de sus ideas acerca de las relaciones familiares y dela psicoterapia sistémica, presentando asf algunas imprestones ¢ imagenes de su pro- ceder concreto en terapia. Sus explicaciones y su trabajo en relacién a los temas mis diversos, fizeron resumidos en siete capftulos, siendo mi intencidn la de hacer hablar» a Bert Hellinger en tono original, es decir, de conservar ent lo posible los didlogos literales de los seminarios. Esto se hizo también para, una y otra vez, advertira los lectores de que no se encuentran ante un libro de estudio sino ante fragmentos y restimenes de unos ‘cuantes seminarior, seleccionades por mi. Asimismo, me abstuve de cualquier comentario, incluso en aquellas ocasiones en las que sus descripciones se diferenciaban de las mfas. De este modo, cada uno puede abordar el texto a st manera. Todas las modificaciones realiza- das Gnicamente pretendian comprimir el texto y hacerlo més legible, Pero équé me llevé a describirjustamente la psicoterapia sistémica de Bert Hellinger? Durante los afos 70 participé en muchos talleres y scminarios de las mas diversas corrientes psicoterapéuticas, dirgidos por coordinadores muy diferentes. Los tres serainarios con Bert Hel- linger, sin embargo, me dejaron un recuerdo indeleble. En cada uno de ellos aprendi algo que, atin afos mas tarde, me movfa, que seguta actuando en mi inserior, poniendo cn orden algéin asunto 0 confirién- 6 dole el lugar correcto. Me impresioné la precisin de su mirada, su cla- sividencia para la esencia de las cosas. Tampoce conozco ningiin otto terapcuta capaz de reconocer con tanta capidez y exactitud los patro- nes deatinados a conservar problemac, eabiendo, af mismo tiempo, in- terrumpirlos eficazmente en ef momento idéneo. De manera respe- tuosa y aftetuosa consigue cambios importantes y experiencias a nivel animico pocas veces abordadas en psicorerapia. Como participante cn sus seminarios, sin embargo, me faltaba la distancia necesaria para centrar mi atencién en c6mo lo conseguta: cémo toca lo bueno eal pasar, cémo se estructuran sus historias, de {qué manera simplifica y cousprimie Ia conliguracién de constelaciones familiares para reduciela a lo mas indispensable, convirtiéndolas as{en ‘un instrumento terapéotico altamente eficaz, También sus ideas acet- ‘ca de la dindmica y el trastondo de implicaciones tragieas en ttn princi- pio me parccian insélitas, y durante mucho tiempo me chocaban sus eapresiones en ver de concentrarme en el contenido. Las personas que participan en sus seminarios se sienten atrafdas sobre todo por su presencia clara y desafiante, exigente y orientadora, yal mismo tiempo, detinteresada y atenta. Desde la distancia se entre- ‘gr enteramente, De esta manera se evita cualquier tipo de embrollo, Pero atin hay otro elemento més que hace que la personas se sientan ‘conmovidas ¥ caurivadas: en catla uno, Bert Hellinger sabe sacaca un primer plano los temas fandamentales de su existencia humana, como, ‘pueden ser la pertenencia ala red familiar, el amor en e vinculo, el éxi- to 0 cl fracaso en nuestras relaciones, la conformidad con el destino, 0 lx aceptaciGn del cardcter effmero de esta vida. Lo que mueve fo més sntimo del alma muchas veces se expresa con los medios més escuctos. Por mucho que sus palabras parezcan referirse al pasado, su sensi idad emotiva c mntutiva siempre se drige hacia la solucidn liberado- ra, hacia aquello que hace posible lo no realizado hasta el momento. Las constelaciones familiares desarrollan su fuerza elemental gra- cias a su lenguaje metafbrico y preverbal. En ellas se retinen, como en tun rito de transiciGn, fo pasado, la despedicay la reorientacién, en un ‘marco temporal eomprimido, ‘Como ya mencioné en un principio, los contenidos de este libro también pueden dar hugar a malenteaclidos y distanciamientos eseépti- ‘coso indignados. Los crédulos pueden verse tentados de apropiaree ala "7 ligera lo lefdo, convintiéndolo en conocimiento propio, Una vez, Bert ‘Hellinger cit la siguiente fiase: «Lo mejor no puede expresarsecon pa~ Jabras,y lo bueno se interpreta mal» Frecuentemente, las explicaciones ‘y comentarios de Bert Hellinger estén formulados como si fueran eter- nos y absolutamente vilidos, coma side verdades inamovibles se tata- ra, Ai observarlo mas detenidamente, sin embargo, se comprucba que sus afirmaciones casi siempre representan intervenciones terapéuticas relacionadas con personas y hechox concrctos, bavéndose, al mise ticmpo, en st experiencia vital yen su intuicién. Viéndolas como afir- maciones y recetas universales, del fruto tan sélo queda la cAscara. De Ja misma manera que siempre se recomienda dejar que la imagen de sohucién encontrada en uns constelacién familiar actée en el interior de la persona, sin que ésta pretenda «hacers algo en seguida, asf tam- bién aqut parece aconsejable dejar que sus ideas vayan actuando. ‘Alleer los ejemplos de casos incluidos en el texto, los fectores po- dein comprobar cémo Bert Hellinger se retira una y otra vez en cuan- toalguien intenta generalizar precipitadamente sus palabras. En gene~ sal, se resiste a que sus ideas y procedimientos se viertan en un molde te6rico: «La orfa interfere en la préctica.» Ast, ambien yo me absten- ‘g0 de cualquier intento de este tipo. £1 mismo define su enfoque como fenomenoligico; es decir, la percepeién de los procesos le indica los pasos dar. eMe expongo a una situacién oscura, dela que no sélo que cs. La pregunta et: dedmo puede Hegar a una realidad que es oseura? ‘Me sumerio en un campo vibrante al que estoy unido y que me sobre- pasa. De repente, algo entra en la esfera luminosa, evelando algo de lo que es, Yo me expongo a ello, esperando a que me legue algo. Una imagen rerfa ésta: voy andando a tientas, palpando las paredes, hasta encontrar una puerta. En ctianto se presenta tn “claro”, intento deci aquello que me ilumina, en una palabra lena, rebosante. En cuanto sta haya encontrado una forms, la persona que la oye es alcanzada a ton nivel ms alld del mere ravanamienta. Ps algn caméin que acttia © impulsa, sin que la persona conozea el porqué» Desco que este texto les impulse y conmueva y, quiz, incluso les cautive, Guxtraxp Weser Heidelberg, diciembre de 1992 8 INTRODUCCION A LA VERSION ESPANOLA ‘Me alegro de que con el presente libro las ideas innovadoras de Bert Hellinger se abran también a todas las personas de habla hispana. Desde {a primera edicién alemana, en 1993, su enfoque centrado en Jas soluciones ha suscitaco wn interés insospechado en ef Ambito ger- manohablante, que todavia sigue en aumento. Hoy en dfa, los seani- narios de Bert Hellinger, en los que trabaja con clientes gravemente cenfermos configurando sus sistemas familiares con la ayuda de tepre~ sentantes, suelen contar con un gran niimero de participantes (nor malmente entre 400 y 500 terapeutas) interesados en conocer directa ‘mente su trabajo. En abril de 1997 se celebr6 com gran éxito el priner congreso relacionado con esta nueva forma de terapia sistémica, ‘Naturalmente, Bert Hellinger ha precisado y perfeccionado esen- cialmente sus ideas y procedimientos desde 1993, revisando también ef presente libro cn colaboracidn estrecha con la traductora, Sylvia Gémez Pedra, pudiendo offecerse asf una versién tovalmente actualizada. Por otra parte, latradveci6n fue un reto especial, ya que se trataba deencon- trar las palabras idéneas para las expresiones de Bert Hellinger, a veces antiguasy rebosantes de significado, a veces aucvary desacostumbradas en este contexto. En algunos puntos se amplié también el texto, intro- ducigndose nucvos ejemplos de casos para documentar atin mejor de termminadas dinamicas y sus soluciones en el seno de fos sistemas fami- liares. Por tanto, quisiera expresar mi gratitud tanto a Bert Hellinger como Sylvia Gémez Pedra por su interés el intensotrabajo realizado. 1La misma traduetora ya estd preparando fa versiOn de Ordenes ded ‘Amor de Bor Hellinges, la editorial alemana csté planeando wna edi- ci6n subsitutada de los excelentes videos de sus seminatios. ‘Asi, pues, deseo que el presente libro encuentte en el mundo bi panoparlante una resonancia similar a la del ambito aleman, ayudan- doa quc el campo vibrante se extienda y que muchas personas puedan ‘encontrar e impulsar soluciones positivas. GunTiaRD WEBER Heidelberg, 1999 19 | L.LOS ORDENES DEL AMOR, EN NUESTRAS RELACIONES Elamor lena lo que el orden abarca. Elunocs el agua, l otro el jar. Etorden recoge, clamor fluye. (Onden y morse entrelaaan en su actuar, Comrie metodta, al sonar, se gut por las harmonies «asi, el amor se gua por el orden Y¥ como el oido diftcilmente se habitia ala dsonencias, por mucho que sexpliqen, 1, esta ala diflslmante se hace aun amor sin orden Aguas tratan a ete orden ‘como ino fuera mds quae una opinién, (que pudieran tener 0 varia a gusto. En relidad, empero, nos viene dado: acta aungue no lo entendamer. Nose idea, se encuentra Lo comocemas, igual que el sentido y el alma, porn efecto. Desde el momento en que entramos en esta vida, pertenecemos a tun determinado sistema de relaciones que, con el tiempo, va ampiidn- dove en cfreulos concéntricos. Siguiendo el orden temporal, éstos son Jos grupos y relaciones importantes para nuestra supervivencia y nves- tro desarrollo, de los que formamas parte alo largo de nuestra vids, sea forzosamente, sea por libre eleccin: a —la familia de origen, es decir, nuestros padres y hermanos, — la red familiar, formada por todos los dems parientes, las relaciones libremente elegidas, por ejemplo las relaciones de amistad, —larelaci6n de parcja, —Ias relaciones con nuestros propios hijas, la relacidu con ef mundy como Todo. Los Ordenes del Amor, es decir las condiciones a tener en cuenta para conseguir que cl amor en todas nutestras relaciones crezca y pros- pre sin impedimentos, en lo esencial estin predeterminadosy sélo se nos revelan porlos efectos de nuestros actos. Relaciones def mismo tipo, por tanto, siguen a un mismo orden y ‘on mismo patron, relaciones de diferentes pos siguen a ordenes dife- rences. Asi, los Ordenes del Amor ton distintos para la relacidn del hijo con sus padres, y distintos para las relaciones en el seno de la red famni- liar. Son diferentes para fa relaci6n de pareja entre hombre y mujer, y «diferences para las relaciones de la pareja, como padres, con sus hijos. Finalmente, atin existen otros érdenes para nuestra relacién con Todo que constituye el fundamento de nuestra existencia, es decir aquello que experimentamos como espiritual o teligioso. En todos nucstros sistemas relacionales existe, ademés, una com: pleja interaccién de necesidades fundamencales. Entre éstas cuentan: — ln necesidiad de vinculacién, la necesidad de mantener un equilibrio entre dar y tomar, —Ia necesidad de encontrar seguridad en conveniencias sociales que hacen previsibles nuestras relaciones. Experimentamos estas tres necesidades con la vehemencia de reac- ciones instintivas, percibienda en ellas fuerzas que favorecen y exigen, impulsan y drigen, dan felicidad y ponen limites; y, tanto si lo quer ‘mos como si no, nos vemos expuestos a su poder que nos obliga a fines que van mis lla de nuestros deseos y de anestro querer consciente. En ellas sc retleja y se cumple la accesidad fundamental de todo ser hu- ‘mano de relacionarse fatimamente con sus congéneres. 2 De manera sensible percibimos estas fserzas que velan por nues- tras telaciones en los sentimientas de culpa 0 inocencia respecto a otros, es decir, a través de la conciencia, Enos siguientes capitulos se tratarin extensamente las tres necesi- dadcs fundamentales a cumplir para conseguir unas relaciones logra- das, es decir la vinculacidn, ef equilibrio entre dar y tomar, ¥ el orden, as{ como el concepto de conciencia, fundamentalmence diferente de lo que comtnmente se catiende como tal 4. LAVINCULACION: ‘As{ como un Arbol no elige el lugar en el que crece, y asf como se por él Eltomar y el dar las gracias, el tomarlo como ua regalo, sin pagar fo, es la solucién y una realizacin muy especial, Este agradecimicnto esuna setitud interior. No esté dirigido a nada ni a nadie. Tina imagen ‘que utilizo para deseribirlo cs ésta: ‘Algien se mete en un rio y éste le lleva a la otra oritla, Ahi sale de mucvo del agua y hace una reverencia ante ¢ rl. Allio, sin embargo, le da igual, Eso es dar las gracias, Un ejemplo: ‘Un grupo de aunigos cavo que marchar a la guerra juntos; vivieron peligros indecibles, y dos de ellos volvieron ilesos. Peto tno se habia vuelto muy callado: la vivencia més importante para él habia sido la salvacin. A partide ese momento, toda su vida posterior le parecia un regalo, El ot, sin embargo, muchas veces se encontraba con los ami- 4205, presumiendo de sus proezas y de los petigtos de los que se habfa salvado, Era como si hubiera vivide todo aqueilo en vano. Petra: Conoaco a us hombre, a quien, de nifio, su hermano lo sacé dela nieve y le salvé !a vida, Més adelante, ese hermano mayor fue asc 3 sinado por fos nazis. A partir de abt, el hermano menor siempre tenfa Iasensaciéa de no poder ni deber vivir, Bert Hellinger: Eso sélo tiene que ver con la mueste trigica del otro, En un caso asi, hay una frase importante: «1% estas muerto. Yo in vivo un poco, después moriré también Serfa posible que adems dijera: «Me inclino con respeto ante tu destino, y siempre seguirés siendo mi hermano.» Expiacién como recompenca cic} siuuna madre muere al nacer un hijo La expiacién también constituye un intento de recompensa, inten- 10 ciego, instintivo, sin embargo, que sc realiza sin control. Con espe- cial frecuencia se encuientea ete intento de recompensa en familias en las que una madre murié al dara luz 2 un hijo. Naturaimente, el hijo ‘que sobrevive es inocente de lz muerte de la madre. A nadie s¢ le ocu- rrirfa pedicle cuentas por cllo, pero, a pesar de todo, el conocer su ino cencia na le aporta ningén alivio. Como ser social, se sabe integrado en ‘un sistema en cl que secibié su vida a costa de la de su madre, No pue- de evitar, una y otra ve2, ver su vida en relaci6n con la muerte de su madre, y nunca consigue deshacerse de la presin de la culpa. Lo que frecuenremente ocurre tras wn incideate tan trdgico es una dinémica fatal. La siuacién sc interpreta como si el marido, per suimpulsividad, hubiera asesinado a la mujer, como si, por decirlo ast, la hubicra sacri~ fieado a sus instintos. En sealidad, los padres son conscientes del riesgo de la realizacién del amor y han aceptado conscientemente ese riesgo. Estas fantasfas de asesinato también descalifican a las mujeres, repre- ‘entando wn delito contra su dignidad. En Ia configuraciéa de tales constelaciones, las mujeres no expresaa ninguna acusacién contra el hombre y son plenamente conscientes de su propia dignidad. La imagen de ascsinato, sin embargo, conduce a que hijos varones ‘eu genciacioncs postetiores ~y un aceco asi asin afecta a muchas ge~ neraciones més-lo expfen. Muchas veces, atin nietos y bisnietos se sui- cidan por la muerte de una mujer, asf. Es una forma de recompensa primitiva, antiquisima y ciege: uno desaparece J, en recompensa, otro ze-va, Ea cuanto se hace algo en reparacin, ol respeto se pierde, Algu- nos renuincian a una relaci6n de pareja ya tener hijos, por cjemplo, ha- cigndose sacerdotes 0 casindose con una mujer que ya no puede tener 37 hijos. Este tipo de muerte en un sistema crea miedo, y por miedo, este hhccho frecuentemence se calla. Es la exclusiéa peor en un sistema y también crea las consecuencias més graves. ‘Ahora bien, sicl hijo que sigue con vida se limita 0 e suicida, el sa~ «tifcio de ta mujer fue en vano y encima se le hace responsable de la desgeacia del bijo. La solucién consiste en conceder a 1a mujer un lugar respetado en, cl sistema, y que el hijo le diga a su madre: «Ya que perdiste ou vida at snaccr yo, que no hraya sido en vano. Precisamente porque te cost6 tan to, te demuestro que valié Ia pena. Acepto fa vida por el precio que te costé ati, ¥ por el precio que me cuesta a mi, y le saco partido, en tu memorian. Eo el mismo amor, pero con otra direceién. Ast, Ia presién de te callpa fatal se convierte en motor yen fuerza para la vida, haciendo po- sibles actos que otros no lograrian realizar nunca. Aporta reconcilia- ion y paz, permitiendo que el sacrificio de la madre tenga un efecto bueno. &n ejemplo de un seminario: ‘Alexis cuenta que su padre ya estuvo casado anteriormente, y que la mujer y el primer hijo murieron juntos en el parto. Fa la constela- ign de la familia de origen, ambos hijos y los padres miran en wna misma direccién. ert Hellinger: Esté clarisimo: los padres y los dos hijos miran a ta primera mujerya su hifo. (Introduce aesta madre y a swhijocalacons- telacién, colocdndolos enfrente de los padres y de los hijos. La famiia asiente, aiviada,) Esta yaes|a solucién. Més adelante, Bert Hellinger coloca al nifio y 2 su madee ala dere: cha del padre, y a los otros hijos enfrente de ellos; finalmente coloca al hijo muerto, como hermano mayor, ala derecha de los otros dos hijos. ‘Después, empieza a hablar de la enfermedad grave que amenaza la vida del hermano de Alexis Bert Hellinger: De la constelacién se deduce que la enfermedad de tu hermano posiblemente tenga un significado sistémico y que quizé Je ayudaria que sc lo contaras. Quizds esté vinculado con el difumvo. Y si éste aparece en la imagen, posiblemente él también podsfa soste- nerve, 8 HLA CONPORMIDAD CON EL DESTINO Hay una patte de la fatalidad que pertenece a m{ mismo, por cjem- plo una enfermedad hereditaria, una mutilacion de guerra, ocondicio- ines diffeiles en la infancia. Si me rehelo contra exte desting invariable, ‘ome muestro descontento, manteniendo vivas la irvitaciGn y fa reivin- dicacién, o buscando culpables, o n6 integrando esta fatalidad en mi vida, entonces este destino tampoco puede desarrollar su fuerza. Aliigual que puedo ser salvado de manera inmerecida y sin inter venir personalmente, es decis, puedo recibir un regalo que ottos no re- ciben, también tengo que asentirsise me cxige levar las consecuencias de algo negative que ocurié sin mi culpa. Al Destino no le importan nuestras reivindicaciones, ni tampoco nuestra reparacién. Eneleasode unaculpa fatal, como tinica salida me queda el contor- ‘marme, [a sumsion a un contexto inextricable y sumamente poder0so, sea para mi felicidad o para mi desgracia, La actitad que sirve de base para esta manera de actuar la amo humildad. Ella me permite tomar snivida y mi felicidad tal como me vienen dadasy mientras duren, inde- pendientemente del precio que otros pagaton por ello. También me permite asentir a un destino duro si me toca a mf. Esta humildad hace ccuajar la experiencia de que nosoy yo el que determina el Destino, sino que el Destino me determina a mf. También es a respuesta adecuada a {a culpa y ala inocencia fatales, poniéndome a un mismo nivel con tas victimas. Me permite honrarlas, no tirando o limitando aquello que re- cibf «a su costa», sino justamente aceptindolo, a pesar de su alto precio, ytéansmitiendo parte de ello a otros. La expiacitin destruye el respeto; ¥ el respeto hace superflua la expiacién. La recompensa consite entonces ‘en que esta conformidad, en mi interior, se convicrtaen fuente de fet- za, Estaesla recompensa positiva, y siempre actiia paca bien. Un ejemplo ‘Un hombre joven, empresario y dinico representante de un pro- ducto en su pais, se presenta en un coche deportivo y cueata sus éxitos. Es obvio que sabe y vale, y iene un atractivo irresistible. Pero bebe, ¥ su contable le avisa que saca demasiada dinero de la empresa para fix nes privados, con lo cual pone en peligto el negocio. A pesar de los éxi- tos logrados hasta ef momento, en su interior y de manera casi imper- 8 ceptible, busea perderlo todp otra vez. Se descubre que su madre eché su primer marido porate lo tenfa por un blandengue. Mas adelante, se casé con el padre de este hombre joven, introduciende al hijo de su primer matrimonio en la nueva relacidn. liste ya no pudo ver masa su propio padte y, hasta exe dfa, no habfa restablecide el contacto con él Nisiquiera sabia siatin vivia. El empresaric joven se dio cucnta de que a la larga no se atrevia a tener éxito, porque pensaba que debia su vida a la desgracia desu her- mano. Encontré la siguiente solucién: en primer lugar, pudo recono- cer que el matrimonio de sus padres y su propia vida tenfan una rela- ci6n fatal con la pérdida que tuvicron que suftir st hermano y el padre de ésce. En.un segundo lugar, y a pesar de todo, pudo afirmar su propia felicidad, dickéndoles a los demas que también él esperarfa ser recono- ido con los mismos derechos que los demas y a un mismo nivel con ellos. En un tercer lugar, estaba dispuesto a hacerle un favor especial a su hermano para, de este manera, reconocer su-voluntad de Hegar a un equilibrio entre tomar y dar: se propuso encontrar al padre de su her- mano y arreglar un reencuentro entre los dos. Ahora vuelvo otra vez a la dindmica antes mencionada. Contaste que tu madre se volvi6 depresiva después de nacer ti, Faun caso asi, la tendencia es que el hijo lo pague. ‘Manuela: €2s algo similar sila madre tiene una depresi6n posparto? Rert Hellinger: Si, puede ser similar, que Inego of hijo piense qe tenga que pagar por ello. Se siente culpable siempre que la madte su- fra un dafioen el pare. Asin tengo otro elemplo més: ‘Un pasticipante en un grupo, un hombrede mediana edad, no se To pasaba nada bien en ef grupo, Se comportaba de manera curiosa, ais- Vindose de fos demas como 2i estuviera aucente. Supimos que su ma die, en el parto, sufiié una rotura de pelvis. En la constelacién de su familia de origen, él se puso totalmente al margen, La madre, sin em- bargo, estuvo dispucsta a pagat el precio, pero el hijo no pude aceptarlo porque el preciaeratan aleo, Lo que puede hacer el hijo en un caso asf es valorar lo ocurido, Se- ia decir: «Querida Mamé, tomo mi vida al precio que a tite costé, y @ justo por cso le rinde honor y le saco provecho, para alegefs tuys. No habré sido en vano. Justo porque te costé tanto, te demuestro que valié la penas. De esta manera, también para la madre es realmente una descarga. De lo contrario, es doblemente duro pari ella, Si acaba bien, también puede Hevar més ficilmente aquello que pars. Precwente- mente octtre también que alguien, tras una salvacién inesperada, si gue viviendo como muerto, como st ya hubiera terminado con Ja vida, Un ejemplo: Ea un curso habia un tipo simpético, pero la mayor‘a del tiempo «estaba abf, sentado como si estuviera sin vida. Asf pues, hice una regre- sién con él, y cuando tenfa cinco afios, s¢ vio @ sf mismo echado en la ‘cama: en su hombro habia salido una iilcera grande. Los médicos to- deaban Ia cama con caras de preocupacién yen ese momento él se mu- 1i6 interiormente. Mas tarde lo operaron y result que el tumor era be- nigno. El, sin embargo, ya habla terminado con su vida y siguié viviendo como muerto. Lo que corresponde en un caso asi es que Ja persona afectada dé {gracias por su salvaci6n, aceptando nuevamente el regalo de Ja vida ¥ sacdndole provecho. 1. COMO RECOMPENSA, UN H}O DE RESCATE Con relativa frecuencia ocurre que, en caso de una separacidn, se centrega a un hijo como recommpensa; por ejemplo, que una hija de un segundo matrimonio se vaya al primer marido. Si la madce toma otro marido, hay que psgarlo. Una posibilidad consiste en dejarle lo hija al primer marido, De esta manera, el asunto queda liquidado, para deci Toast. Muchas veces se paga también con un hijo silos padtes de La mu- jerno quicren permitirle que se case. En tn caso asi, la mujera veers kes a alos padree su priser hijo. Nadie sabe por qué, pero esl rescate que paga, Entonces la mujer puede quedarse con su marido. El hijo puede decit: «Lo hago a gusto, pero t6 eres mi abuela y éstaes mimadres. Esta dindmica se cratard atin més intensarmenteen cl tema det ineesto, Alexis: Lo que he visto machas veces en Grecia es que se le entrega un hijo a una herman tea, casada, pero sin hijos, una hermana que econdmicamente aynda 2 toda la familia, a Bert Hellinger: En un caso asi, et hijo tiene que decir: «Lo hago a susto por todos vosotros». Entonces puede hacerlo, quedando libre, al mismo tiempo, de un eventual reproche. 3, ELORDEN La tercera condicién bisica pata conseguir unas relaciones logea- das es ¢l orden. Aqui me refiero, en primer lugar, a las reglas que con- ducen la convivencia de un grupo a cauces fijos. En todas las relacio- nes duradcras se desarrollan mormas, ritos, convieciones y tabdes comunes que, « continuacién, adquieren un earicter vinculante para todos. De esta manera, las relaciones se convierten en un sistema con orden y estructura. Estas conveniencias sociales constituyen el orden superficial, es decir, el orden ms bien exterior y avurdado, que varta ampliamente de tun grupo a otro. Detras de éste actian érdenes prede- terminados que se sustraen a toda posibilidad de acuerdo. 2 iL, LA CONCIENCIA COMO SENTIDO DE EQUILIBRIG EN LAS RELACIONES Siempre que entramos en una relaciéin, nos vernos ditigidos por tun sentido interior, que reacciona automsticamente si hacemos algo ‘que podria datiar o poner en peligro la relaciGn. Es decir, hay como wn Sugano interno para cl comportamicnto sistémico, parecido al érgano interno que nos sirve para mantener el equilibrio. En cuanto nos sali- ios del equilibrio, la sensacin de malestar, producida por la caida, nos devuelve al equihbri. Vor lo tanto, el equilibrio se regula por el malestar 0 el placer. Si nos encontramos en equilibrie, es una sensa~ ‘ign agradable, de placer. $i nos saliznos del equilibrio, es una sensa- ciém de malestas, un malestar que nos indica et limite en el que tene~ ‘mos que cambiar para que no ocurra ninguna deygtatia. Algo sis cs vilida para sistemas y relaciones. En relaciones rigen unos érdenes determinados. $i estoy en hac ‘monfa con ellos y, en consecuencia, puedo permanecer en la relaci6n, tne sieate inucente y en equilibria Si, por lo contrario, nos desviamos de las condiciones que nes permiten conseguir unas relaciones logra- das, haciendo peligrar la relacién, surgen unas sensaciones de malestaz que acttian como un keflejo y nos obligan a volver: Este hecho se expe- rimenta como culpa. ‘la instancia que controls este proceso, como un ‘6rgano de equilibria a llamamos conciencia. Hay que saber que, por regla general, experimentamos tanto la culpa como la inocencia sélo en relaciones. Es decir, la culpa se refiee al otto, Me siento culpable si hago algo que perjodica la relaci6n con ‘otros, € inocente, si hago algo provechoso para la elacién con oteos. La conciencia nos ata al grupe importance para nuestra supervivencia,in- dependientemente de cudles sean Ias condiciones que éste nos impon- g2. Ella no exté porencima de este grupo, ni tampoco por encima de su cacencia o desu superstici6n, Estd a su servicio 8 Un ejemplo: En un grupo, un médico conté quc, una mafana, su hermana lo llamé pidiéndole que pasara a verla, porque queria consultar un pro blema médico con ét. El hombre fue, y estuvieron hablando durante uaa hora, ‘Toespniés dijo: -Quid ai que seria mejor que fueras a ver aun gine- célogo. Ella fue, y allf dio a luz a un nifio sano. El médico no habia perci- bido que st hermana estaba einbarsvada, La hermana tampoco habia percibide que estaba embarazada, aunque también ella era médico. En ese sistema estaba prohibido percibir embarazos, todos sus es- tudios acadkémicos no les babfan servido de nada para superar ese blo- ‘queo de percepcién. Ex. 030 Powak ‘Habla una ves un oso potar al que Wevaban de canst para alld en tun einen, Na ln necesitaban para las funciones sno silo para Ia exposi- ibn, Ast, siempre estaba en su rulos, Esta era tan extrecha, que s6lo po- dia dar dos pasos hacia adelante y dos pasos hacia atrés, Al cabo de un siempo, les dio pens ct om y se di Ahora lo venderemos awn 00. Alli tenfa ten gran érea libre, pero aun ast s6lo daba dos pasos hacia adelante y dos pasos hacia atrds. Entonces le preguts otro oso polar: -éPero por qué haces e:0? Yel respondié: Es porque pasé tanto tiempo en la lot. 1, LACONCIENCIA VELA PORLAS CONDICIONES PARA NUESTRAS RELACIONES. La conciencia vela por las condiciones importantes para nuestras relaciones, es decir, por la vinculacién, por el equilibrio entre tomar y dar, y por el arden, Tan s6lo puede conseguirse una relacién lograda si cstas trea condiciones se cumplen a la vee, No hay vineulacién sin cquilibrio y orden. No hay equilibrio sin vinculacién y orden, y no hay orden sin vinculacién y equilibrio, Estas condiciones se experimentan “ cen cl alma como necesidades clementales. La conciencia esté al servi- cio de las tres, y cada una de estas tres necesidades se impone por una sensacién particular de culpa e inocencia. Por lo tanto, nuestra expe- riencia de culpa ditiere, dependiendo de st la culpa se refiere ala vincu- Jacién, al equilibrio o al orden, y por la misma razén sentimos la culpa y lainocencia de maneras diferentes, segGn la meta y la necesidad alas quesirven. A. CONCIENCIA Y VINCULACION En este campo, la conciencia reacciona a todo cuanto beneticie 0 pponga en peligro la reaci6n. Por lo tanto, tencmos la conciencis tran- quila si nos comportamos de manera que podamis estar seguros de te- nner atin ef derecho de formar parte del grupo, y tenemos mala concien- «ia si nos hemos desviaclo de las condiciones del grupo, hasta el punto de tener que temer la pérdida total o parcial del derecho ala pertenen- cia. Bs decir, en este caso la culpa se siente como miedo de suffir una pérdida 0 una expulsién, y como lejanfa, mientras que la ihocencia se vive como cobijo y cercania, Quizas, &te sea el sentimiento més belloy mis profunde que conocemos: el tener ef derecho de formar parte aun nivel elemental de vivencia. S6lo el que experimenta la seguridad de la inocencia come dere- cho de formar parte, conoce también el miedo o cl terror ante una cx" pulsiin 0 una pérdida. Fl cohijo sélo puede ser vivido con miedo. Asi ¢s totalmente absurdo decir que fos padres tienen Ja culpa del miedo que uno siente. Cuanto mejores sean unos padres, tanto mayor seré el miedo de perdertos. Cobijo y cercania, és es el gran sueiio que perseguimos con mu- chos de nuestros actos. El suefio, in embargo, es irrealizable, ya que la pertenencia siempre peligea. Algunos dicen que hay que dadles segui- dad a los hijos, Sin embargo, cuanta mis segutidad se les da alos hijos, tanto més miedo tienen ante la pérdida de esta seguridad, ya que la se- {guridad no puede expetimentarse sinel miedo lo conrario. Porlotan- to, hay que volver a ganar la pertenencia tina y otra ve7, munca es una propiedad segura. Andlogamente, la inocencia se experimenta como el derecho de atin formar parte, sin saber cuanto duraré, Esta inseguridad 6 forma parte de la vida, Llama la atenci6n, cambién, quclos hijos depen den més de sus padres que no ala inversa. Dado quel vinculo del hijoa Jos padres es més fuerte que el vinculo de tos padres a los hijos, éstos también estin més fécilmente dispuestos a sactificarse por sus padres. ‘Ambas partes de la conciencia, la buena y la mala, sven a un mis- mo fin, Es un tira y afloja, que nos arrastra y nosempujs cn una misma direcciOn: asegura nuestra vinculacién con las rafces y con el tronco, independientemente de lo que este amor nos exija en este grupo. Para la conciencia, 4a vinculacién con el grupo de origen tiene ptioridad ante cualquier otra raz6n y cualquier otra moral. La conciencia se orienta por el efecto de nuestra creencia o uct ‘eo actoar sobre la vincularién, sin tener en ententa si esta ereencia ¥ ‘este actuar, bajo otros puntos de vista, quizds parezcan una locura 0 abominables. Pot lo canto, no pedemos fiarnos de la conciencia si se reata de discernir entre el bien y el mal en un contexto més amplio (capitulo 113). Dado que la vinculacidn tiene prioridad ante todo lo «que avin pueda seguir después, también vivimos la culpa respecto a la vinculacién como Ia més grave de todas las culpas, ¥ sus consecuen- cias, como el peor de los eastigos, Por otra parte, experimentamos la inocencia en ta vinculaci6n como felicidad profunda y como dlkima ‘meta de nuestros anhelos de la infancia, Amory vineilacién: expriea de sacrificia de lox débiles Laconciencia nos ata de manera més fuerte, sien un grupo nos en- ‘ontramos més ubajo y nos vemos expucstos a él, En fa familia, ste es cl caso de Jos nifios. Por amor, un nifio esth dispuesto a entregatlo roo, ineluse a propia vida y la felicidad, si de esta manera les va mejor alos padres y a la red familiar. Estos son los hijos que estin en la bre~ cha por sus padres o antepasados, ealizan lo que no tenian pensado, cxpfan lo que no hicicran (por ejemplo, entrando en un convente), tle- vvan aquello de Jo que no tienen ta eulpa, 0, en bugar de sus padres, 0- man venganza. En ejemplo: ‘Un hombre mayor, que ya se acercaba al final de su vids, buscé la ayuda de un amigo para encontrar la paz. 6 Una vee habia castigade a «u hijo por desobediente y, la neche six guiente, e hijo se ahore6. Aunque ahora el padre ya era mayor, atin no hhabsa logrado deshacerse del peso de su culpa. De repente, en la conver- saci6n con su amigo, se acondé de que cuando, pocos das antes del sui cidio, la madre conté en la mesa que estaba embarazada de nuevo, ese ‘mismo hijo exclam6, todo alterado: iPor Dios, si ya 20 cabemnos aqui? Y el padre comprendié: el hijo se habfa ahorcado para quitarles la preocupacidn a los padres; habia hecho sitio para et otro. Asi, el hombre encontré un sentido en la muerte de su hijo, y final- mente dij ~Estoy en paz, como mirando un lago tranquilo en las montanas, En cuanto ganamos poiler en un grupo, 0 nos hacentos indepen- dientes, el vinculo se afloja, y con él se afloja también la conciencia. Los debiles, sin embargo, se esmeran y siguen siendo ficles, Ellos mucstran la entrega més desinteresada porque estén atados. En una ‘empresa son los trabajadores sencillos, en un ejército, los soldados co- runes, y en la Iglesia el pucblo fiel, Para cl bien de los fuertes del gru- poactian a conciencia, arccaysndo su sali, st inocencia, su felicidad y su vida, aun si los fuertes se aprovechan de ellos sin ningtin tipe de esertipulos, para aquello que ellos Haman los fines superiores. Dado {que quedaa ligados a su propio sistema, pueden ser utilizados sin nin- iin tipo de reparos, en contra de sistemas ajenos. Extos san los peque- fios que dan la cara por los grandes, los verdugos que hacen el trabajo sucio, los hétoes de una batalla perdida, las ovejas detrds de su pastor ‘que las leva al matadero, las vietimas que pagan la cuenta, 1B, CONCIENCIA Y EQUILIBRIO ‘Asi como la conciencia vela porla vinculacién con los padres y con, la red Familiar, dirigiéedola mediante un sentimiento particular de culpa y de inocencia, también vela por el intercambio, dirigiéndolo mediante otro sentimiento de inocencia y de culpa, En relaci6n al intercambio positive entre dar y tomar, experimenta- mos la culpa como obligacién, y la inocencia, como libertad de cual- quier obligacién. Por lo tanto, no hay tomar que no tenga su precio, St yo, sin embargo, le devuelvo al otro tanto como recibf, quedo libre de 9 cualquier obligacién. El que esté libre de toda obligacién, se siente lige- roy libre, pero ya no conserva tampoco ninguna vineulacién. Esta i tad de toda obligaci6n atin se acrecienta si se da més de lo que se estaria ubligado adar. En uncaso asi, cxperimentamos lainocencia come dere cho alla reivindicacién. Es decir, fa conciencia no silo hace que estemos vinculados, sino, como necesidad de compensacién, regula clintercamn- bioen el seno de una relacién y de una familia. El papel que esta ding mica desempefia en las familias nunca podré apreciarse lo suficiente. ©. CONCIENCIA ¥ ORDEN Sila concicncia est al servicio del orden, es decir de las convenien- , ‘Estos érdenes sociales condicionan nuestro comportamienso en nuestro grupo, pero nunca seatimos la culpa de la infracci6n tan pro- fandamente como cuando faltamos a las exigencias del vinculo o del equilibrio entre dar y tomar. 2, LAINTERACCION ENTRE LAS NECESIDADES DE VINCULACION, EQUILIBRIO Y ORDEN La conciencia sirve a las necesidades de vinculaci6n, equilibrio y orden de maneras distintas. As, al servicio del vinculo, quizas nos exi- jaaquello que, siviendo al equilibrio val orden, nos prohibe; yo que hos permite por el bien del orden, quiz4s nos lo impida teniendo en venta el vinculo, Si se impone tinicamente una de las necesidades, las otras se quedan cortas, Si alguien, sin embargo, pretende someterse 2 las tres necesidades a Ja vez, se queda en deuda con cada una. Sea cual 48 fuere la manera en que seguimos a la conciencia, por una parte nos de- clara culpables, por la otra, nos absuelve. Por eso, nunca tenemos la conciencia del todo tranquila. Un ejemplo: ‘Siuna madre le dice a su hijo, que acaba de portarse mak: Ahora, durante wna hora, jugaris solo en tu habitacién-, aplica tun castigo teniendo en cuenta el orden. Ahora bien, si ella impone el orden hasta final, es decir, si deja al hijo soto en su habitacién duran- te toda una hora, ef hijo, en consecuencia, estS enfadado con la madre, yycon raz6n. Porque, siendo justa, se olvidé det vinculo y del amos. Por «so, muchas veces los padres perdonan a los hijos parte del castigo. En «sto hieren ef orden, porque también les es importante cf vinculo. Si los padres no castigan, el vinculo se encuentra en un primer lugar, pero clorden queda perjudicade, ‘También cn este caso, el hijo se enfada con los padres, porque no sabe dénde quedan los limites. Es decir, culpa e inocencia casi siempre aparecen juntas. El que extiende la mano para coger la mocencia, también toca la culpa. Y quien vive de inguiline en la casa de la culpa, descubre como su subin- quilina a la inocencia, Asimismo, culpa e inocencia eambian sus vest dos a menudo, de manera que la culpa aparece vestida de inocencia, y fainocencia, vestida de culpa. Asi, las apariencias enganan, y s6lo el re- sultado final muestea lo que fie real De la misma manera que las apariencias de culpa ¢ inocencia en- gafian, la conciencia del grupo geadualmente sustituyc Ja experiencia que ct nifio tiene del mundo, reemplizande sv pereepeién de lo queer por las creencias dela familia, 3. CADA SISTEMA TIENE SU PROPIA CONCIENCIA Como ya constatamos, el criterio para fa conciencia es aquello con- siderado vatido en el grupo al que pertenecemos. Pero cada persona se encuentra en relaciones difecentes cuyos intereses se contradicen, y forma parte de varios sistemas. Personas que se juntan proviniendo de grupos diferentes tienen, por lo tanto, conciencias diferentes, y cl que pertenece a varios grupos tiene también una conciencia diferente para o cada grupo. Asimismo, las leyes de vinculacién, equilibrie y orden son distintas en cada sistema. En un grupo de ladrones hay que robar para poder pestmanecer en cl grupo, y ext osu grupo os justamente est» fo que no s¢ debe hacer. Ambos, sin embargo, lo hacen con ta misma buena conciencia y con el mismo fervor. Los sentimientos de culpa o de inocencia, por lo tanto, no tienen nada que ver con «bucno» o smalor, sino con aquello que, cen el grupo, se aprecic come valor. El que nace en ana familia judfa se siente bien y seguro si acepta «su fey si abandona esta fe, se siente malo y amenazado. Los mismos sentimicntos de culpa ¢ inocencia conocen también cristianos y mu- solmanes si siguen asu fe ola abandonan. La conciencia nos mantiene junto al grupo, igual que un perro mantiene las ovejas junto al rebafio. Pero siel entorno carnbia, fa con- cicacia, para protegernos, cambiz de color com uu CatnaleGn. Por 690 tenemos otra coneiencia con la madre, y otra con el padre, otra en ba fa- smilia, y otra en el trabajo, otra en la Iglesia y otra con los amigos. Lo aque sirve a un sistema puede pesjudicar al otc, y Io que en uno nos tac inocencia, en otro nos arroja ala culpa. Asi, quizds, porun mismo acto nos encontremos ante muchos jueces, y mientras uno nos conde- 1a, oto nos absuelve, Por lo tanto, es un asunto perdido contar con la inocencia. Sabien- do que lor sentimientat de culpa einocencia no son mas recursos para nuestra orlentaci6n, para salir adelante en determinadas rclaciones, entonces no importa que seamos culpables o inocentes, sino que sepa- ‘mos eomportarnos de acuerdo con el respective entorze, Tengo resu- ido este dilema en una pequefia historia. Siempre que cuento esta historia, la mayorfa de la gente se queda en el primer plano. La histo- tia, sin embargo, tiene también un plano medio y un trasfondo. Los Jucanores Se presentan como enemigos, Lucgo se sientan, frente a frente, yjnegan en la misma tabla con una gran variedad de figures, siguiendo reglas complicadas, Jugada por jugeda. El nism juego veal. Ambos sscrifican diferentes figuras atu juego, J atentamente, se mantienen en jague, ‘hasta que el movimiento termina. Cuando no va mdi, a partida esté acabada. Despus, cambian de tado yde color. {y del mismo juego comienza tan silo otra partida. Pero el que largamsence jucga, ‘ymmuchas veces gana, 'y muchas veces prerde, ‘en ambor lados se conviente en maestro. 4. LAEXCLUSION POR LA CONCIENCIA, Y COMO SUPERARLA Donde ta concicncia vincula, también pone limites, incluyendo y ‘exeluyendo. Muchas veces, por lo tanto, si queremos permanecer ¢n un grupo, tenemos que negarle o retirarle al otro, que es distinto, la perce- nneacia que para nosotcos reivindicamos. Asi, porla conctenesa, nos ha- cemos terribles para el otro, ya que, ea nombre de Ia conciencia, cene- mos que desear @ hacer al oto, que se desvia de ella, aquello que para nosotros mismos tcmemos como consecucncia peor de una culpa y como amenaza extrema: la exclusion del grupo. ‘Todos los actos graves que cometemos con otros se realizan con la conciencia tranquila en relacion al propio grupo, La conciencia, al sensibilizarnos para el propio grupo al que pertenccemos, nos hace “g05 para oros grupos, Cusnto més nos vincula con este grupo, tan 31 to mas nos separa de los oxros. Cuanta mas simpatfa nos inspi ‘un grupo, tanto mas hostiles nos hace para los grupos de afer Pero de la misma manera que nosotros tratamos a otro, ellos, en nombre de a conciencia, también proceden con nosotros. Asi, muta ‘mente nos ponemos un limite para el bien y, en nembre de Ia concien- cia, suprimimos este imite para el mal. Es decir, si yo quiero hacedle un bien 2 alguien que pertenece a otro grupo cnemistado con cl mfo, nno se me permite hacerlo, la conciencia me lo prohibe, Sin embargo, sf «que se me permite bacerle wn mal. Ax, ea el contexto de conflictos po- IMticos o religiosos se cometen atrocidades de todo tipo, siempre con la conciencia tranquila, El que pretende sujetar esta inocencia, toda su vida seguir sien doo estrecho 0 mala ‘Todo desarrollo ulterior sélo puede sealizarse por el hecho de que wna persona también entre en otto grupo, y allt cexperimente la conciencia de una manera totalmente distinta. Enton- ces, para poder permanceer en ambos grupos, tiene que orientarse cle nuevo, Puede hacer esto de una manera ciega, compensando entre ambos grupos, pero tarmbién puede hacerlo de manera consciente y a tun nivel superior, a través del entendimiento, lo eval implica un de~ sarrollo personel. El entendimiento también acta como conciencia, pero de una manera distinta: es la percepcién de un contexto mayor, Porlotanto, el bien, que reconcilia y establece la paz, tiene que su- perar los limites que nos pone la conciencia a través de la vinculacién con el grupo particular. Sigue 4 ofra ley, acuta, qute actia en las cosas sélo porque son. Al contrario de fa conciencia, acta de una manera si- lenciosa y disereta, como el agua que fluye, desapercibida, Percibimos su presencia tan s6lo por sus frutos. pera EL ENTENDIMIENTO Un hombre quiere saberlo, por fin. Se monta en su bicicleta, se va «al campo abicrto y, lejor de lo habitual, encuentra otro sendero, Abi no hay indicaciones, yastse fla de lo que con sus ojos ve delante des, y de To que su paso pucde recorrer. Le impele una cierta alegria de descu- brit, y lo que antes mas bien era un presentimsiento para €l, ahora se toma certeza. Pero después, ef sendera termina a rrillac de un tla an- cho, y el hombre baja de su bicileta, Sabe que siatin quiere seguir mas ald, tendri que dejar en ta orilla todo lo que llewa encinna, Entonces 2 perderd su serveno firme yserd Uevado e impuliado por una fucrea que puede més que él, de mancra que tendré que confiarce a ella. ¥ por ero seacila y retrocede. Al dirgirse de nuevo hacia su cwu, se da cuente de que slo sabe (poco de las casas que ayudan, » que lees dificil de ransmitir a otros. Dematiadas veces le ha pasado lo de un hombre que sigue a otra bici-

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