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ia ee penny eo Meteo roca BG i | Et perfil biagratico y la Gee ee ence Cree ie ica ce eye eee Cie cu One noeee eeu eek a eeu Pagina 38 Genio que rompio moldes La vitalidad y riqueza del legado artistico de Antoni Gaudi, convertido hoy en un mito que se resiste a las comparaciones, serian inexplicables sin el contexto sociocultural de La Renaixenca J. J. Navarro Arisa, Poriodista Jos 150 afios de su nacimiento, la igu- ray la obra del arquitecto catalin An- toni Gaudi Cornet (Reus, 1852-Barce- ona, 1926) se nos revelan totalmente vivas en sus enigmas y sus makwillas, en sus origenes situables en una tierra, unas ‘reencias y una época concretas y al mis- ‘mo tiempo, en wma tniversalidad que ha ‘apturado la imaginacion de millones de personas en todo el mundo. A partir del 20 de este mes de mar~ 0, devenas de actos, exposiciones y pu- blicacionesjalonarin tun Aio Geudi que ce- Iebra y manifesta la vitalidad y vigencia de su legado artistic. Gaudi es un arquitecto inclasificable, porque su obra hinca sus raices en la tra- icin, pero incorpora innovaciones t6c- nicas y conceptuales que se adelantan a su tiempo, Como otros personajes cru- ciales de la reciente historia del arte es- pafil, como Picasso o Mir6, Gaudi es una singularidad que resste las comparacio- nes y los encasillamientos en tal o cual generacidn 0 movimiento estlistico. Libertad y originalidad. su obra es uma sucesién evolutiva de pruebas y ha llazgos. que confieren a sus proyectos tna ereciente libertad y originalidad, un lenguaje creativo cada vez mas personal Su vida es, en muchos aspectos, un enig- ‘ma lleno de paradojas. Por ejemplo, no deja de sorprender la evidencia de que, a medida que sus creaciones ganaban en libertad, inventiva y dominio de los re- cursos de su oficio, su personalidad fue hhaciéndose cada vez: mis sombria y ob- sesionada con Ia culpa y la expiacién. Pa- rece como sila fe y el genio que inspi- raron sus edificios tuvieran el precio de la angustia espiritual Gaudi nacié el 25 de junio de 1852 cen Reus (Tarragona), hijo de Francisco Gaudi Serra y Antonia Cornet Bertrén. ‘Tanto su padre como su madre eran hi- 2 jos y nietos de artesanos caldereros y es muy posible que entre los ancestros de Gaudi hubiese algiin antepasado nér- dico, de la region francesa de Auvernia, del que el futuro arquitecto hered6 el pelo rojizo y los ojos de un azul inten- so que el escritor Josep Pla definiria co- ‘mo “capaces de transportar personas cosas con la mirada”. ‘Una controversia bastante trivial sos- tiene que Gaudi pudo nacer en la loca~ lidad de Riudoms, a unos kilometros de Reus, donde su padre tenia el taller de caldereria y una casa donde la familia pa- saba largos periodos en primavera y ve- ano. Fl hecho es que Gaudi fue bauti- zado en Reus. Sea como fuere, lo que fs seguro es que nacié en um ambiente de artesanos que no estaban ni en el fon= do nie la cuispide de la escala social y ‘ereci6 en medio de una naturaleza dra~ mitica y cambiante, de calores abrasa- dores y nieblas gélidas, érida 0 exube- rante segiin la estacidn y los caprichos de la naturaleza. Los impacios simbélicos de su infan- cia vinieron dados por los rtos de la re~ ligibn cat6lica y las vibraciones tehiricas de la fragua de su padre, que le ensefié a batir el hierro y el cobre. La tierra y Ja fe, los rituales religiosos y los miste- Caricatura det arquitecto, juntos lng estiizaeiin de su maqueta funicular para ta Cripta de ta Colonia Buell, por Ulises, ros de la naturaleza fueron los ci mientos del universo gaudiniana Antoni Gaudf obtuvo el titulo de ar quitecto el 15 de marzo de 1878, tras estudiar en un colegio religioso (los Escolapios) de Reus, en la facultad de Ciencias de Ta Universidad de Barcelo- na y en la por entonces recién creada Escuela de Arquitectura. El mismo afio de su titulacién conocié al industrial y empresario Eusebi Giell Bacigalup una de las personalidades mis rele- ‘antes de la burguesia barcelonesa de Ja €poca, casado con una hija de An- tonio Lépez, marqués de Comillas (el mayor potentado de la Espaiia de la Restauracién alfonsina). Giell habria de ser el protector y mecenas de Gau- di hasta su muerte en 1918, y la rela- cién entre ambos es uno de los mayo- res ejemplos de fecundidad del dislo- go entre un arquitecto y su cliente Gaudi, muy poco amigo de los hala- gs, llegé a comparar al ilustrado Giell con los Médicis de Florencia, EI contacto entre los dos se inieié de una manera pintoresca. Glell se habia quedado prendado de un mueble expo- sitor de guantes que el joven Gaudi re- alizé para un comerciante barcelonés que concurriaa la Exposici6n Universal ‘an gaudi 2002 de Pars y, cuando los presentaron un aio iis tarde en Barcelona, la cordialidad surgié de inmediato. El primer afio crucial de la vida de Antoni Gaudi como arquitecto fue 1883. Antes habia realizado algunos proyectos menores en solitario © en co Taboracién con otros. Hl mas notable de los primeros fue una nave indus- trial para la Cooperativa Textil Obre- 1a Mataronense, en la localidad costera barcelonesa de Matar6 (1878-1882). Con medios muy escasos, Gaudi cred una sencilla estructura de arcos pa- rabilicos que configuraban un espa Gio despejado y luminoso. También disefié las ormadas farolas que hoy pueden verse en la harcelonesa Pla- sm Fad. Prieta eicngos. mn 1805; sin embargo, recibié casi simulténea- Gore esas mek eons ‘arian ala primera fila de su profesién. emo ccanetoan. Pelee cna yee Somsoye en 1883 71000 tea ocean iaecomoseuees AWAY Iadrillo visto, cerimica vi- | tiflcada y pied. La CosaViees era la pri- ‘mera singularidad gaudiniana, pero en lla también manifestaba antes que na ie los postulados del estilo modernista que otro arquitecto catalan (y adversa~ rio de Gaudi durante las carreras de am- }bos), Lluis Doménech i Montaner, haba formulado en su proclama “en busca de ‘una Arquitectura Nacional” El segundo encargo, obtenido a través de Gitell y el marqués de Comillas, fue Ia realizacién de un pequefio pabellon en Comillas (Santander) para un socio de sus mecenas, Maximo Diaz de Qui- jano. El caserén, popularmente conoci- do como Fl Coprcto, es una fantasia neo- mudéjar y llena de colorido, atin mas sada que la CsaVices. La tercera obra, iniciada en 1883, se prolongaria durante toda la vida de Gau- diy todavia no esté terminada: se trata delTemplo Expiatorio de La Sagrada Fami- lig en Barcelona, Los inicios de la carre~ 1a de Gaud como arquitecto coincidie- ron pricticamente con el movimiento politico y cultural cata llamado la Re- noixenga (el renacimiento) que no sélo senté las bases del catalanismo politico moderno, sino que dio origen a una rultifacéticaeclosién de las artes, las ar- tesanias, la lirica y otras manifestaciones cultural, s0$ afios fueron también escenario de una virulenta lucha de clases en una Barcelona que se industrializaba a rit- mo acelerado y que multiplicé por cua tro su poblacion en menos de un cuar- to de siglo. Paralelamente, la Iglesia catélica em- prendia una vigorosa accién de rearme moral y propaganda para recuperar la in- fluencia perdida durante la primera mi- tad del siglo XIX, después de la Desa- mortizacin de Mendizsbal. fn esos mo- mentos, los objetivos politicos e ideo logicos de la burguesta, los intelectuales catalanistas y un importante sector de la Iglesia catalana “encabezado por el obis- Mentores, mecenas y colaboradores Eusebi Gilelt (1846-1918), Este relevante industrial barcetonés fue et principal protector y mecenas de Gaul. Josep Torras i Bages (1846-1916). EL obispo de Vie aporté un carizcristianoy conservador al catalanismo del cambio de siglo. fz Roser Segimon Artells La acaudalada esposa de Pere Milé i Camps, sufragé et caro capricho de su segundo rmarido: La Pedrera, Una de as escasas fotografias que se conservan de Antoni Gaudi, tomads en a @p0ca en que, acabados los estudios, niciaba 5u acivded profesional Ihacia 1878-1880) po de Vic, Josep Torras Bages~ coinci- dian plenamente Gaudf estuvo desde el primer mo- ‘mento inmerso en ese ambiente ideo- Kigico. Tras sus escarceos con la solia~ ridad obrera laica de la Cooperativa Ma~ taronense, Gaudi opté por el sentido de Ja caridad cristiana y el paternalismo de patronos ilustrados como Eusebi Giell, 1a Sognda Familia formaba parte de ese in- tento de integrar a todos los fcles en una “familia” tutelada por la Iglesia y go- bernada por el capitalismo, Hl arquitecto Xavier Giiell, uno de los analistas més perspicaces de la obra gau- diniana, ha sefialado que es posible se- ¢guir la carrera profesional de Gaudi por dos caminos: La Segre Familia por si so la 0 todos sus demas proyectos y edi los. En efecto, La Sogrida Familia no sélo permanece inacabada, sino que, proba- blemente, no sea la mejor obra de Gau- i, pero es la sintesis de todo su progreso alo largo de cuarenta y tres aos. Llegaria un momento en que Gaudi renunciaria a cualquier otro proyecto ‘que no fuese el gigantesco templo ex- piatorio, pero en las décadas de los afios 80 y 90 del siglo XIX, la actividad de Josep Maria Jujol (1879-1949), Este arquitecto fue el ayudante més joven de Gaudi y ejerceria sobre él una gran inflvencia Proyecto para la iglesia dela Colonia Gull, perspectiva exterior, por Antoni Gaull, hacia 1910, serrata y gouache sobre fotogratia, 59,5 5 46 em, Barcolona, colaceién particular su estudio fue frenética y sus realizacio- nes le convirtieron primero en el arqui tecto més famoso de Espafia y, més tar- de, en una leyenda viva. Desde sus primetos afios, Gaudi no es- twyo solo: supo rodearse de fieles y ab- negados ejecutores, como Francesc Be- renguer, su primera “mano derecha”, y més tarde de arquitectos sélidos y ri- gurosos como Joan Rubié Bellver y, so- bre todo, el genial Josep Maria Jujol, que «en los tiltimos proyectos de Gaudi esti- ‘mul y potenci6 al maximo la capacidad de innovacién y la libertad creativa de su maestro, Jujol, constderado precursor del Surre- alismo y otras tendencias del arte con- temporineo ¥ autor de una obra notable en solitario, todavia espera el reconoci- ‘miento mundial del que Gaudi goza me- recidamente. Desde el comienzo de su eje- ccutoria, Gaudi presté gran atencién a las artesanias y artes aplicadas a la Arquitec- tura, Algunas de sus creaciones mis ecle- bradas estin en ese terreno, como sus ver- jas de hierro forjado, sus moldes para re- ‘yocar superfcies con motivos decorativos y- sobre todo, sus mosaicos de loza y ce- rémica fragmentada conocidos como ten- calis (quebradizo), en los que algain cri- tico de arte ha querido ver una prefigu- racin de las distorsiomes cubistas Sea cier- to ono, el hecho es que Picasso tuvo al- aquilado en Barcelona un taller desde el que se veian las chimeneas recubiertas de tre- cals del Palacio Gel consteuido por Gaul, Maxima creatividad. En el periodo de su méxima creatividad profesional, y in abandonar munca las obras de La Sagrada Familia, Gaudi proyect y construyé edi- ficios cada ver mas notables: las colori- das y fantasiosas caballerizas de la Finea Giel] (1884-1887), con su émblematica verja de hierto forjado que representa a un dragén; el Palacio Gillen el casco antiguo de Barcelona (1886-1889), que cs a la vez espectacular palacio munda- no y suncuoso oratorio a la altura del gusto y la fortuna de Eusebi Gill; el vi- brante, mistico y austero Colegio de lasTe- resans en Barcelona (1888-1890), en el que Gaudi convirti6 en arquitectira las Moraias Epritules de santa Teresa de Jests; En sus trencadis, algunos han querido ver una prefiguracién de las distorsiones cubistas Ta elegante Cast de Botins (1891-1894), en la ciudad de Leén, encargada por Jo- sé y Aquilino Fernindez-Riu y Mariano ‘Andrés Luna, socios y amigos de Eusebi Gill, que hoy se considera el mejor edi- ficio civil de la capital leonesa la Casa Cal- ‘et (1898-1904), en el Ensanche de Bar- celona, notable por su disefio interior y mobiliario, también creados por Gau- ai, o la Casa Bellsguard (1900-1902), en Ta ladera de la montafia barcelonesa del Tibidabo, situada sobre las ruinas del an- tiguo palacio del rey catalin Martin I el >| ‘Humano, construido a comienzos del si- ‘glo XV. En ese lugar histérico, Gaudi ‘combiné la creativa reinterpretaci6n ex- terior de un edificio gético con unos in- teriores luminosos ¢ innovadores. Entre comienzos del siglo XX y 1910, Gaudi ced sus obras mis universalmente ‘conocidas y celebradas, como la atrevi- dda y espectacular cripta de la Colonia Tex- tl Gia (1898-1915), en la localidad bar- celonesa de Santa Coloma de Cervell. Este lugar, que produce en el visitante ‘un impacto infrecuente en una obra ar- quitecténica, Gaudi realiz6 una mara villa tenica y espacial al crear un bos- que de columnas de piedra y ladrillo que se sostienen por su propia dinémica, sin necesidad de contrafuertes. También inicié las obras del Parque Gielplaneado por su mecenas como un exclusivo parque residencial. El Parque Giell no tuvo ningin éxito como pro mocién inmobiliaria (estaba alejado y mal comunicado con el centro de a ciu- dad), pero constivuye una de las obras mas potentes,visionarias y populares de Gaudi. Es una exaltacién arquitecténica de la naturaleza, una especie de proton: gacién constructiva de La Cracién. Su escalinata doble de azulejos frag mentados, su sala hipéstila de atrevidas columnas y sobre todo el banco sinuoso y recubierto de treneulis que delimita su ‘gran plaza, offeciendo una vista dela ciu- dad, se cuentan entre los mis aclamados iconos universales del genio gaudiniano, A partir de 1903 y hasta 1914, Gau- 4 y su equipo intervinieron en la res- tauracién de la magnifica catedtal g6ui- ‘ade Palma de Mallorca, impulsada por el obispo Pere Campins. Ademis de de- volver ala nave central su esplendor g6- tico velado por siglos de apatios barro~ cos y neoclisicos, Gaudi dejé su im pronta mediante un espectacular bal- daquino sobre el altar mayor, un lam- padario y diversos elementos decorati- vos ideados por Jujol para el coro y al- ‘gunos ventanales. De esa época data también la rompe- dora reforma de la Casa Batlle (1 904- 1906), en el Paseo de Gracia de Barce- La coherencia de Gaudi la relativa sorpresa de que cen la Escuela de Arquitec- tura no era de buen tona declararse adopto de Gaudi 3 En busca dela exlusivdad, las elites de gremios huyen de lo que consideran comin yadocenado, y ante los refinamientosracionalistas de moda entre los escogidos en los afios 70, Gaual era el ealme de a ordinariez, no tan séto por lo inmediato de su fascinacién, por lo aparentemente ficil que era accede a su magia, sino porque era~y lo sigue siondo~ el nica arquitecto verdaderamente popular en ruestro pas, y esto, en aquella 6poce, era muy indigesto para los escogidos.ELartista con éxito era sospechoso de Como en ta infancia de muchos barceloneses, también en la mia Gaudl fue el arquitecto por antonomasia, ,Qué ciudadana minimamente sofiador no se propuso en algin momentodesu* infancia, ante aquel terrible tépico del “Qué hards cuando seas mayor?” "Acabar la Sagrada Familia” Nouilaexcepcién, y cuando escogi la arquitectura como profesion, me encontré con capitalist vulgaridad, de prostitucién En parte por suerte, en parte por desgracia al final resulta ser verdad que los ‘extremos no son buenos-, la sociologia del ito ha dado un giro de 180° en los treinta afios que van det estudiante de arquitectura que fue este cronista al humilde degustador de formas que es hay. Las ‘modas esilsticas se han ssucedido, dejando obras de més o menos relieve -y también como siempre mucha paja~,y el éxito de Gaudi no ha hecho mas que crecer. Para apreciar su obra de verdad, es decir con conocimiento, hay que ir més alld dela fascinacién {cil por to inmediato, porto Jona, en ese tiempo la calle residencial mds prestgiosa de la ciudad. Con la ayu- da de Jujol, Gaudi cred un edificio que parece casi tn animal vivo recubierto de escamas con una tribuna que semea el costilar 0 las fauces de un dragon. Ese alarde de talento arquitecténico compi- te, en la misma manzana de casas y alo Jargo de la misma acera, con sendas cre- chillén que hay en olla Gaudi es un genio, pera no por lo original y divertido de las formas, por lo llamativo de los revestimientos, sino por la impecable coherencia del conjunto de los elementos, por la racionalidad integral de la ‘manera can que sus obras se producen, desde la idea hasta la estructuracién formal y a realizacién material, porla economia de medios que, como si de tuna operacion fractal del intelecto se tratase, le permite resalver con un solo concepto todas las fases de luna construccién, Miouet oe Paco. Escritory arquitecto. Premi Sant Jordi de Novela 1998 aciones de tres grandes arquitectos de! Modernismo catalén: Lhufs Domenech i/Montaner (Cos Leb Moren), Enric Sag~ niee (Casa Mullees) y Josep Puig i Cada- falch (Cosi Amat), Hl conjunto se conoce popularmente como “la manzana de la discordia", aun- que el espectador actual puede y debe verlo como una de las mas densas con. ccentraciones de talento arquitect6nico de Barcelona. La Gitima gran obra civil de Gaudi y su tercera interveneién en el Pasco de Gracia -con la Casa Batlé y un salén del desaparecido Café Torino (1902)~ fine la Caso Milé (1906-1910), popularmente conocida como La Palrera (x cantera). Espacio y estructura. Este impresio- nante edificio, que parece una monta fia erosionada por el viento o un oleaje pettificado, es una de las construcciones ais bellas y potentes de la arquitectura europea del siglo XX-Todo, desde los te- chos constelados de decoraciones ceri- micas y cielos rasos irregulares, hasta la terraza, cuyas chimeneas y respirade- 10S configuran un maravilloso jardin de esculturas, pasando por sus interiores lu- ‘miinosos y desprovistos de lineas curvas, es una extraordinaria manifestacién de talento espacial y estructural Gaudi sufrié una grave crisis de sa Jud entre los afios de 1910 y 1911 que le obligé a retirarse de la vida profesio- nal. Su diltima creacién fueron las es cuelas adyacentes a La Sagrada Familia, cu- ya espectacular cubierta ondulada me- reci6 Jos elogios, afios més tarde, de un arquitecto muy distinto, pero también inmenso, el suizo Le Corbusier. Tras su enfermedad, y sobre todo tras la mu te desu colaborador Francesc Berenguer en 1914, Gaudi ya no quiso trabajar en ‘ira cosa que Ia Sagiade Familia, Tal vez debido a sus dolencias, causa- das por el exceso de trabajo y uma ina- decuada dieta vegetariana, Gaudi se con- virti6 en un hombre taciturno y arisco y descuidé su aspecto personal, hasta €l punto de ser confuundido con un men- digo. Sus iltimos afios transcurrieron centre La Sagrada Familia, el confesonario y su solitaria casa del Parque Giell, una de Tas dos que se construyeron de la pre- vista urbanizacién de 60 viviendas. En ls iltimas semanas de su vida, en 1926, Gaudi se trasladé a su pequeiio estudio a pie de las obras del templo ex- ON gaudi 2002 Foto del estudio de Antoni Gaudi en Sagrada Famili, hacia 1947, pagina zquierda, La Podrora en un dibujo satiriee por Picarol LUosep Costa, aparecido fen LEsquella dela Torratea, 1-1-1912, arriba, ELarquitecto visto por Quelus iMicuet Cardona, dibujo publicado en ta Publicitat, 13-5-1926, izquierda. Gaudi paseando ante las obras de la Sagrada Faris, caricaturarealizada por ‘apa IFeli Elias) iderecha, Merecié los elogios de Le Corbusier, un arquitecto tan distinto, pero tan inmenso como él piatorio, La batalla que libraba contra el tiempo para culminar la inacabable ‘obra y su querencia de expiacién se con- Virticron en obsesiones. 17 de junio de 1926, mientras se dirigia a confesarse, un tranvia de la linea 30 lo atropell6 en Ja confluencia de la Gran Via y la calle Bailén de Barcelona ‘Tenia 7+ afios. Lo tomaron por un mendigo y recibié una atencién defi- ciente hasta que fue identificado. Pese a todo, expir6 tres dias mas tarde, el 10 de junio. Su sepelio fue una multicudi- 27 naria manifestacién de duelo y un acto de afirmacién del catalanismo proscrito por la Dictadura de Primo de Rivera Fue enterrado en la cripta de La Sagra- da Familia, la obra que punted su vida y su carrera y que dejé inacabada, A los 140 atios de su nacimiento, en junio de 1992, se fund una asociacién que pro- miueve su beatificacién y posterior ele- vacion a los altares. El 28 de agosto de 1998, la Iglesia nici ofcialmente ella go y complicado proceso para conver- tirle en beato y, después en santo. @ La arquitectura ofN tee May Gh Fle ay a i ae et Al ae AS ae ae ES gaudi 2002 Cantos Fores: Historiador de la Arquitectura {los primeros traba jos sobre Gaudi y su obra fueron publi cados cuando atin vivia el arquitecto (que yo sepa s pri: mer biégrafo fue Jo- sep Francesc Rafols, en 1915), hay que reconocer que la avalancha de publicaciones se produjo después de su muerte. No digamos na- da sobre todo lo que se nos ha venido encima con motivo del Af Gaudi que ahora da comienzo. Pese a todo, la arquitectura de Gaudi ¥ sus miiliples interpretaciones es un te- ‘ma abierto y que admite ser ampliado siempre que se aporten nuevos datos 0 rmueras y zesponsables visiones. El obje~ tivo de este articulo es justamente éste: reflexionar sobre aspectos nuevos de la obra gaudiniana En aras de la obligada simplificacién re veo obligado a esquematizar estas re- flexiones, con las consabidas reservas mentales con las que hay que acoger siempre cualquier tipo de esquemas, Anotada esta advertencia, nos hallaria ‘mos tal vez en condiciones de enunciar las tres fases 0 etapas esenciales, més un importante epflogo, en que la obra gau diniana puede ser, aproximadamente, compartimentada + “Obras-manifiesto" e iniciacién de! Modernismo Catalan. + Predominio de una acusada austeridad cromiitica con presencia de las texturas y color de los materiales naturales. Evo cactones medievalistas en cuanto a len. guaje y forma; creatividad e invencién por lo que se refiere a modelacién de! espacio interior. Detalle de la parte superior de la fachada de la Casa Batlé (1900-1914), Barcelona, Paseo de Gracia, 63 + Hallazgo de nuevas formulas expresi- vas, tanto desde el punto de vista formal como del espacial. En este aspecto, des- tacan las notables colaboraciones apor tadas por el arquitecto J.M. Jujol + Epilogo: Dos obras inacabadas de ca ricterreligioso: La cripta de la iglesia de la Colonia Giell (que abandona en 1914- 15) y el Templo Expiatorio de La Sagrada Familia, obra en la que laborara intensa- ‘mente hasta el momento mismo de su- frir su accidemte mortal Obras-manifiesto. Pasando, sin de. tenernos, por sus aos de formacién ya reseiiadas en el articulo de las paginas precedentes, llegamos al momento mis- mo (1883-84) en que el Gaudi se dis- pone a iniciar cada una de sus tres pri- eras obras importantes: CossVices y Diaz de Quijano, destinadas alas villas de Gracia (Barcelona) y Comillas (Canta~ bria), respectivamente, y el conjunto de cerca, puertas de entrada y pabello- nes de porteria y caballerizas para la fin- ca que Eusebio Giell -quien a partir de entonces se convertiria en su gran clien e-mecenas— posefa en la zona de Pe~ dralbes, extramuros por entonces de Barcelona. Dado que Gaudi se mostré siempre poco partidario de manifestar por escrito sus teorias y opiniones y teniendo, asi- mismo, en cuenta la posicién rompe- dora y contestataria -al margen total- 30 mente de la aburrida y repetitiva arqui- tectura que dominaba en su tiempo—que caracteriza estas tres obras no pareceria escabellaclo considerarlas como una es- ppecie de “manifiesto construido” me- diante el cual su autor iniciaba, sin lu- gara dudas, su caminar en busca de una arquitectura distinta poco partidario sus teorias y opiniones Resulta esencial para nuestro razona miento comprobar cémo pocos aiios después de construidas estas “obras-ma- nifiesto” gaudinianas, van a ir apare céendo por las mas importantes paises de Europa nuevas tendencias (el Art Nowe franco-belga, la Stesion views, el Jugendstil Béveda pert Palau Guelt | deta Rambla, ba laree y columnas de ladrillo ‘aballeriza det Palau Gull, Detalle del exterior, con ornamentacién cerémica, dela villa veraniega ElCapricho (7983-188SI, en Cornilas Santander! ‘aquierda, Aspecto de la fachada principal det Colegio Ge las Teresianas (1688-1889), Barcelona, calle Ganduxer, 85, derecha En la Casa Calvet (1898-189), Gaudi incorpora soluciones propiae 2 ae tipicas fachadas del Ensanche de Barcelona, calle Caspe, 48, abs. nnesas, el Pla Episcopal le Astorga y la Ca sa Feminder-Andés (0 de Bots) en la capi- tal, ejemplos evidentes de a calidad y per fecciin que, desde ) punto de vista cons- tructivo, seria capaz.de lograr el maestro. En cuanto a solucin de detalles y crea- ci6n de espacios, ambas obras aleanzan asimismo niveles dificiles de superar. Al- go que sorprende en todo caso y que, sin duda, resulta menos positivo, podria resumirse en su aparente desprecio por 1 entomo y las preexistencias ambien- tales con un incomprensible error de es- cala, Ademis, en el caso del Palacio Epsc. pul, cuya situacién, en las proximidades de la monumental catedral astorgana, le convierte en una especie de castillo de ceuento de hadas. Hl peculiar lenguaje goticista desarro. lado en ambos casos, al margen no sé: lo de cuantos pudieran encontrarse en el Gético leonés, sino en cualquiera de tales estos peninsulares, deberia ser si- tuado también en el capitulo del “debe” Un tercer edificio a destacar dentro de este periodo intermedio, serfa el Colegio- CComveno de Sania Teresa, stuado en el barrio de San Gervasio, una de las zonas mas elevadas y hoy exclusivas, de Barcelona Tal ver. sea ésta —junto con las Escuelas de la SogradaFamilie— la obra més exigen- temente rigurosa en lo que se refiere al El arquitecto pare de cada ladr aspecto econémico-funcional de cuan- tas llevara a cabo Gaudi. Tanto aqui co- ‘mo en las Escuelas, el arquitecto parece decidido a conseguir de cada ladrillo to- do lo pagado por su adquisicién, plan: teamiento que no impide que represen- ten dos de sus mis valiosas piezas ar- quitecténicas, ‘A destacar en el Convento, junto a su 35) a q bella austeridad formal, la originalidad del tratamiento de los pasillos interio- res, estableciéndose un espacio “se- cuencial” 0 continuo, directamente re Jacionalo con la estructura de arcos pa- rabglicos, ensayada en las caballerizas de 1a Finca Giiell, pero que sera aqui don- de alcance niveles de maxima calidad. Lenguaje propio. Pasando al iiltimo cuentros ~mejor hallazgos~ en la ter- cera fase”, seria preciso destacar ante todo el pleno dominio de un nuevo len- guaje, absolutamente propio e inde. pendiente, sin ofrecer ya duda alguna respecto a los estilos histéricos, bien es Getto que el Barroco ~que Gaudi tan- to admiraba en las obras del madrilenio Pedro de Ribera y de su paisano tarra- conense Lluis Bonifis— pudo suponer una guia, especialmente en lo que se reficre a tratamiento de la fachada y fluidez del espacio interior; apoyo 0 gaia que, en modo alguno, mediatiza- 4 sus propias decisiones y capacidad creativa, A caballo de los siglos XIX y XX, Gau- di construia en Barcelona la Casa Cat, sin duda su obra mas préxima a un eclec- ticismo en todo caso peculiar, pasando después, en muy breve espacio de tiem- po, a resolver el proyecto de chalet para su amigo el pintor Lluis Graner, donde, por vez primera, aparece ya un trata- siento de la forma ¥ del espacio que se- + desarollado plenamente en la Casa Bat- la, También, en estos primeros altos del siglo XX tendré lugar la construccién de 1 puerta de cerca de la Finca Miralles, pieza sorprendente en la que puede ad- vertrse ya toda la barbara potencia de las fachadas pétreas de la Casa Mili Hallazgo formal. Sus dos obras maes- tras, las Casas Baty Mil (La Pitem) coms~ twuidas entre 1905-06 y 1906-10, res- pectivamente, suponérin la culminacién de un ininterrumpido camino de crea~ tividad y hallazgos formales y espacia- les, obras que por si solas situarian a Gaudi como una de las cumbres indis- ceatibles del arte y la arquitectura uni- vversales del siglo XX (y parte del XIX) Gaudi, para la realizacion de estos dos edficios, asf como para el Parque Gill —s0- lapado cronolégicamente con ellos~ contaria con la asistencia de un joven co- laborador, José Maria Jujol, veintisiete afios menor que el maestro, figura in- solita por la que éste demostré siempre ‘una admiracién especial. que harta pui- blica en buen mimero de ocasiones. La colaboracién entre Gaul y Jujol de- bid comenzar en algim momento del ‘curso lectivo 1902-03 o, como muy tar de, en 1904-05, Este dato tronol6gico demuestra que la participacién de Jujol en obras como el Prgue Gil las Casas Bally Milé resulta posible , ademés, de evidente en cuanto se contemplan as- pectos concreios inconfundiblemente salidos de su mano, ero no slo por esta causa resultaria importante la presencia del joven alum- no junto al maestro en plena madurez Fs igualmente cierto que su seriedad y Torre de Beltesguard 900-1909 Barcelona, calle Bellesguard, 16-20. entrega, su autoexigencia y rigor, uni- os. sus preocupaciones de orden mo- zal, con las ideas de sacrificio y expia- id, presentes siempre en su trabajo, te- nnfan que representar una componente capaz de introducir en su obra un cier to sentido trégico, correlativo con aquel los conceptos que desde siempre presi- dian su vida. Jujol ~el joven ayudante del que, cuan- do arquitecto, se aseguraba “desconocia horarios y honorarios”— bien pudo in- fuir en una cierta desdramatizacion del complicado mundo gaudiniano, ha- Su trabajo en ella, durante sus étimos veinte afios, no se limitaria a proyectar y construir obra nueva, sino y casi so- bre todo, a resolver problemas fturos, aquellos que un momamento de su im- portancia y grandeza habria de plante- ar, procurando dejar lo mas expedito posible el camino que “los otros que ¥i nieran después”, habrian de recorrer sin su presencia Gracias a esta labor, verdaderamente titiniea, ha sido posible una continua~ cién que si bien munca podré llegar a coincidir exactamente con lo que Gau- Unas ideas morales de sacrificio y expiacion determinaron toda la vida y la obra de Gaudi ciendo ver al maestro, a través de su pro- pio ejemplo personal, que no era im- posible realizar buena arquitectura y, al tiempo, disfrutar con el trabajo que se estaba llevando a cabo. Ultimas obras. son la cripta de la ighe- sia dela Colonia Gal y el templo de La Sa- yale Fila, Ta cripta, que el arquitecto abandond hacia 1914, en un momento de total plenitud fisca y mental, le ser~ virla, ademis, como banco de pruebas en relaciSn con los problemas estruc- turales de su obra magna, aquella Cate- dhul de los Pobsesa la que no s6lo dedica- ria su vida sino que, a partir de un cier- to momento, seria su propia existencia. a 3) ‘di hubiera Hevado a cabo, si serd capaz ‘de hacernos experimentar un espacio in terior muy aproximado a aquel que en algiin momento estuvo en la mente de su creador, EI mantenimiento de la obra como ‘una “noble ruina” y, tal y como quedé en 1926, 2 la muerte del maestro, con ‘el campanario de San Bemabéterminado, ‘en 1930, con las cuatro torres finaliza~ das, pudo ser la solucién idénea en un ‘momento en que ain era posible. En t0- do caso, tal decision nunca nos hubie- 1a permitido experimentar, de modo re- al, el espacio més grandioso que Gau- di fuera capaz de imaginar alo largo de toda su vida, @ a SOLO mie) aa eres Ve) SORPRENDERLE Poe ewer yKe lg fee ees ees corer peter cr ae eed Roma Uomo Coes Cae una elegante bolsa ceed ero ers UOMO ye Wetcnsre rat ROM ole en oon Sree Tee ENTREVISTA Daniel Giralt-Miracle, comisario general del Afio Internacional Gaudi “No hay un Gaudi, sino dos, uno artesano y otro técnico’ El centenario permitira visitar por primera vez la Casa Batllo, la Casa Calvet y otros edificios de un arquitecto a caballo entre el XIX y el XX, rodeado de leyenda, reconocido tarde y alin misterioso Manie-CLaire UseRavot Periodista ‘on una larga ca- era como comi- sarlo de exposi- ciones y critico de arte a sus es- paldas, Daniel Gi- ralt-Miracle asu- ‘me con entusias- mo el reto de or- ganizar las miltiples manifestaciones del Afio Internacional Gaudi. Su principal objetivo es intentar que la creacién del genial arquitecto no se quede en una simple atraccién de parque temitico. Por azares del destino, el universo gau- diniano le ha resultado siempre cercano y familiar. Nacido en Barcelona, en 1944, Daniel Giralt-Miracle frecuent6 cen la infancia una escuela cercana al Par- que Giiell durante toda su vida, ha pa- sado Casi a diario por la famosa Casa Vi- ccens en el barrio de Gracia para ira la imprenta de su padre, convertida ahora ‘en su estudio de trabajo. ero quizé lo que mis le ha impulsa~ do a profundizar en la obra de Gaudi, hhan sido los quince aiios que pasé en La Pedrera, primero como director-geren- te dela Fundacié Caixa Catalunya y, des- pués, como responsable del Espei Gaudi instalado en la tltima planta de la Casa Mili, Para este estudioso del disefio, la arquitectura y el arte, esta experiencia fue una aventura apasionante, que le per- mitié poner en marcha la restauracién del edificio, una labor compleja que ha deserito en el libro Ta Pere, Arquitetura ihistria, editado por Caixa Catalunya en 1999, Pregunta. ;Qué aprendié de aquella experiencia en La Pedrera? ‘Respuesta. Creo que fue mi verdade- +0 aprendizaje en el conocimiento de la obra de Gaudi, Redacté el plan direc- tor dela reforma, con la transformacion de una serie de viviendas privadas en un espacio cultural, incluyendo las salas de cexposiciones, los despachos y un audi- torio situado en las antiguas caballeri- za. La verdad es que cuando las chime- neas del tejado estuvieron por fin res- tauradas y se abrié el acceso a la terraza, el piiblico se voleé para verla; y desde entonces es uno de los lugares mis visi- tados de la ciudad, LEI Epui Gaudi, que usted cred en 1993 cena tiltima planta de La Pedrera, ges un espacio didéctico? R, Bueno, queriamos que fuera un homenaje a Gaudi y a su trabajo. He- mos recuperado aqui las buhardillas, con sus 373 arcs, y las hemos con- vertido en un centro de informacién sobre su obra y su época. Después de pasar tanras horas observando la res- | tauracién de La Pedrera, me di cuenta de la importancia que Gaudi otorgaba a los detalles y con qué precisién y I6- gica habia calculado los volmenes y los espacios. Fue una experiencia acti- va que queriamos extrapolar a todos sus edificios. Creo que el pai Goud es una invitacion a disfrutar sensorialmente de su arquitectura Bn el Ambito de la historiografia del arte, el reconocimiento de Gaudi ha si- do un fenémeno bastante tardio... R.Ast es, y por varias causas que quie- ro resefiale. Primero, porque Gaul le- ‘96 al climax de su obra cuando en Eu- ropa empezaba el declive del Modernis- ‘mo y surgia en Catalufa el Nowcetisme, una corriente que se sitia en las anti- ppodas de la estética de Gaudi. Los nou- ‘centistas reivindicaban la contencién y Ja medida y Eugenio d’Ors se convirtié en su principal opositor. En segundo lu- gar, por el hecho de que Gaudi se refu- 215 en la Iglesia y se le asocié al nacio- nal-catolicismo, lo que contribuyé 2 ‘marginarle después de su muerte; yter- cero, por el estallido de las vanguardias, que desplazé el centro de atencién de los Iistoriadores del arte hacia ciudades co- mo Paris, Viena y Berlin B Es curioso que fueran los arquitec- tos racionalistas los que reivindicaron la obra de Gaudi en la década de los 50. R. Si. Incluso Le Corbusier, que estu- ENTREVISTA vvo en Barcelona en 1928, ya habia ha- blado de Gaudi en términos elogiosos. Pero fre en 1957, con la exposicién or- ganizada en el MOMA por iniciativa de Josep Lluis Sert con muebles y fotogra- fias de sus edificios, cuando se dio el pa- so decisivo para empezar a revisar su obra, Los arquitectos del Movimiento Modemo descubrieron que detrés de la piel de sus edificios habia una manera muy racionalista de trabajar, B.Sin embargo, hay algunos estudio- sos que cuestionan a Gaudi como pre- cursor de la arquitectura moderna Tal es el caso, por ejemplo, de Juan José Tahuerta, quien en su libro Gand, Agu tetra, delgi y politioe (1993) afirma que las raices de su creacién se encuentran cn el arte medieval y que su estilo se acerca més al kitsch ¥ al rococé que al arte contemporineo R. Bueno, yo diria que Gaudi es siem- pre dual. Hay uma dialéctica permanen- te en su obra fruto de su tiempo. Gau- i tiene un pie en el siglo XIX y otro en LX. Recibe su formacién en los afios 1870-80, coincidiendo con el posto- ‘manticismo, con los prerrafaelitas in- sgleses y con la influencia francesa de Vio- Iet-Le-Duc. Pero, al mismo tiempo, vi- viri el impacto de la legada de! nuevo siglo, con el ferrocarril, la luz eléctrica y la industrializacién, Su vida estar siempre entre dos polos, Por una parte es un artesano y por otra un técnico. Fs tradicional en la manera de construir, pero es innovador en los planteamien- {os estructurales, Gaudi oscila siempre entre dos mundos: el de tipo simbélico, roméntico, mitolégico y visionario, y el otro, el de la mecinica y la ingenieria, ‘cuyos iiltimos avances conoce perfec- tamente, Pero serd a partir de 1900, cuando Gaudi se transforme en tun in- vestigador que replantea el concepto de arquitectura como un auténtico cienti- fico, Creo por tanto que nadie puede de- cantarse por un solo Gaudi. B Se habla mucho de Gaul y sus edi- ficios principales estin reproducidos en todas las guias turistices. Sin embargo, sigue siendo casi un desconocido para rucha gente que slo se fija en el as- pecto espectacular y extravagante de sus construcciones.. R. Es cierto. Sus obras forman parte del paisaje para complacer al turista. Y sobre este tema, uno de los principa- les objetivos del Afio Internacional Gau- dies normalizar la relacién de los ciu- dadanos de Cataluita y de toda Espana ‘con su creaciSn, Queremos que Gaudi deje de ser un bien pasivo para conver- tirlo en un bien activo, Fue uno de los protagonistas més desconocidos del ar- te del siglo XX y nuestro propésito no es de traer més turistas, aunque todos sean bienvenidos, ni apoyar la beatifi- aci6n, que la respetamos pero ese no es muestro métir, ni tampoco desgastar sus obras por el peregrinaje de millo- nes de ciudadanos, sino situar «Gaudi en el lugar que le corresponde por su creatividad, su originalidad y su legado anquitecténico. P.,Cémo vaa cambiar esta relacién el Afio Gaudi? R, Conociendo en profundidad sus edificios, Hemos hecho un programa de circulos concéntricos, que tiene co- mo centro la obra de Gaudi, con la vi- sita de cada edificio para explicar la Epoca, las gentes que Tos encargaron y su uso publico o privado, Es muy di- ferente, por ejemplo, ver la Casa de Be- Mesguard, residencia particular de un médico, que las casas de la Colonia Gill, destinadas a viviendas de obre- ros, 0 incluso la Sagrada Familia, que ro es s6lo la catedral de la Barcelona del futuro, sino también la culminacién de toda su experiencia y el final de una ca- rrera donde conviven los dos Gaudi, de vista que le hizo Josep Pla y parece que fue la inica-, todo esto es pura especu- laci6n y lo tinico tangible es su propia obra. Por lo tanto, insisto en que las vi sitasa los edificios no serin una expe- riencia fngaz, sino que se hardn acom- ppafiadas con guias y habri que dedicar- les cierto tiempo. Se abrirén edificios que nunca se habian visitado antes, como la (Casa Baill, el Colegio de las Teresianas, el jardin de la Casa Calvet y las caballe- rizas de la Finca Giiell P.La primera exposicion que se inau- gura cl 20 de marzo en el Sal6 del Tinell se titula Gaul la bisque del forme. Espa- Cin, gometi, strut y construc, :Por qué ese titulo y cual es su contenido? R. Abrimos oficialmente el Afio Gau- di com esta exposicién, porque explica sus originales téemicas y sus métodos re- volucionarios para entender su arquii- tectura, Es el primer paso para acercarse a su obra. De hecho, esta exposicién, junto con las tituladas Univeso Gaudi, que en el Centre de Cultura Contemporania de Barcelona (CCB) mostrars el mun- do estético del genial arquitecto, y Gau- di are y diseo, que permiira contemplar cent La Pedrera suis riuebles y objetos mis emblemiticos, son los tres pilares de un proyecto que abarca las principales fa- cetas del universo gandiniano. Habré Ine- {go otras muestras mas especificas, sobre la cerémica, su relacién con la nacura- “Queremos que Gaudi deje de ser un bien pasivo para convertirlo en un bien activo” los que hablabamos antes. Los otros cir- culos del programa son las exposicio- ‘nes que interpretan y explican la obra de Gaudi, la cclebracién de seminarios y debates, los talleres con estudiantes, la edicién de una miscelénea con tex- tos de 20 especialistas internacionales por tltimo, el turismo. En este pro- grama hemos empezado por el pensa~ miento y no por la difust6n, para que- de claro nuestro objetivo. B.;No teme, sin embargo, que se aca- be trivializando la figura de Gaudi? R. Hay que evitar que Gaudi sea solo ‘um topico folelorico.Y para esto debe ser- vir el Afio Internacional Gaud, Hay mu- cha leyenda alrededor de su figura: que si era misogino, vegetariano, homose- 2aual o masdn, Como hay pocos datos s0- bre su vida -s6lo conocemos la entre Fl Ieza, con los libros, a bibliografia y su colaboracién con otros artistas de su tiempo. B.Pero Barcelona no es el tnico lugar aque celebraré los 150 afios de Gaudi R. Aunque Barcelona acoge el 80% de sus edificios, hemos asociado al proyec- to otras ciudades que conservan las hue- Ilas del arquitecto. Entre otras, Comillas, que alberga El Capricho, la casa veraniega de un familiar de los Gael “los mece- nas de Gaudi; Astorga, con su Palacio Episcopal; Leén con la Casa de los Bo- tines, y Palma de Mallorca con su acer~ tada intervencién en el interior de la ca~ tedral, std previsto, también, que la ex- posicidn Unites Gaui viaje en otofo al Reina Sofia y la de Gaudi: la hisqoa de la forma al Centro Cultural Conde Duque de Madrid. © ae ce toe KONINKLJK MUSEUM Voor SCHONE KUNSTEN [eer aa) 28 de Febrero 30 de Abyil de 2002 Ney ‘Troncadis cerémico que recubre una de las chimeneas det Palau Guell. gaudi 2002 Formas y texturas Historicista, religiosa, liturgica, magica, simbolista, surrealista, expresionista..., tantas y tan diversas calificaciones muestran la controvertida apreciacién del paraddjico arquitecto catalan DeLFin Ropricuez Catedratico de Historia del Arte e sabe que Salvador Dalf consideré co- mestible la arquitec- ‘ura de Gaudi, inclu- so bebible, liquida, bland, apetitosa, co- mo depositaday conformada por las, manos, obra casi de ‘un pastelero ode un obrador de putrefacciones, Es decir, Da- Iitenia muy presente que la obra del ar- ‘quitecto catalan era ritual, en ocasiones livirgica, y, por eso, se podia comer, ya fuera con delectacién 0 con ciertae ine- vitable repulsin. Las fotografias que del taller de Gaudi se conservan, verdadero eremitorio, en la Sagrada Familia, acen- tian y parecen avalar esa observacion: Jos modelos de alambre con formas hu- ‘manas o menos (algunos dirfan que transcendentes) esperan que el yeso li- quido recorra su estructura como para darle una forma afiadida. ;Significa esto que Gaudi diferenciaba entre forma y es- ‘muctura, entendiendo la primera como piel afiadida de la segunda? (pero no puede ser, pues todos sus historiadores dicen lo contrario) o gsignificaba que, a la postre, ambas eran una cuestién de ‘manos, de tacto, de moldeados figurati- ‘vos, propios de obrador o calderero? Es, por tanto, su arquitectura una arquitec- tura que se puede decir y contar? 7B eso Ja arquitectura?, mejor, también es es0 la arquitectura? Lo cierto es que, al final, tendemos a contar sus obras como un cuento, como tna maravilla, con palabras de suefio y de ficcién, de leyenda. Se dice incluso que alguna de sus obras para Comillas, 1o Hl Capricho, que ya sonaba solo cuan- do las ventanas eran movidas, pura mii- sica mudéjar o griega, fueron disefiadas por el arquitecto en la arena de la playa (Ga igual que esa playa estuviera en San- tander o en el Mediterrineo catalin, se j I o Mobiliario Ritmos asimétricos, dindmicas metaforas de la naturaleza, formas organicas..., los muebles disefiados por Gaudi son inseparables de la concepcién global de sus edificios Tocador del Palau Giielt Diseriado para el dormitorio de la condesa de Guell, hacia 1889. Madera, hierro y cristal, 120 x 130 146 em, Barcelona, Goleccién familia Guelt Sillén doble de la Casa Batllé Realizad en 1905, formaba parte del ‘amueblamiento del comedor del piso principal, Roble,120x 166 x79 cm, Barcelona, Casd-Museo Gaudl de P.OUel Puerta de un piso de La Pedrera Unimaginatvo trabajo de ebanisteria caracteriza las puortas de los pisos de la Casa Mild, Esta corresponde a uno de los aque tienen entrada por la calle Provenza. Banco de la Casa Calvet Encargado por el industrial text Pedro Calvet para su casa barcelonesa dela calle Caspe, 1903. Madere de roble, 102 11857 em, Pars, coleccién paricular. Detalles de ebanisteria Los endulantes motos decorativos de las puertas de la Casa Mila se anrecian neste detalle de ia de un piso con enirade por el Paseo de Gracia, trata de una leyenda vitruviana, como tantas otras que afectan al arquitecto de Reus, aunque haya muchos que se re- sistan a creerl...) Pero volvamos a su taller-eremitorio (Gesierto en la metrépoli) de La Sagra- da Familia de Barcelona, en el que tam- bién su cama fue fotografiada, casi co- ‘mo una reliquia del sueio, de su suefio, Fn él, en su taller obsesivo, ensimisma- do, nada puede impedir que la forma se derrame porque es, al vez, una cuestion de manos, como en las bévedas tabica- das que us6 con frecuencia, euyo fra~ guado era también una cuestién de tac- to. Esa arquitectura propia de los dedos también ha sido interpretada en térmi- nos propios y vénerables de la tradicién de un oficio, el de caldereros de su fa~ lia, posiblemente con la intencién de buscar una genealogia en la memoria, en los otigenes, y no una anticipacion retGrica de la vanguardia surrealista y del desperdicio, como exorcizéndola. Una ‘manera, en definitiva, de explicar y con- tener los excesos de su arquitectura y de sus formas Poema inacabado. Para unos, sus de- dos lo son de la tradiciGn pulera del of cio, para otros lo son de la irreverencia surrealist, Dos interpretaciones incon- iliabes, pero recurrentes. Pero, por qué en las fotografias de su taller los esque: Detatle del rvestimianto cerémico y ddesagues del Palau Guell, Barcelona fundido, eso si, con Phaleg, el arquitee- to de la Torre de Babel, Hiram murié ase- sinado por envidlia por ds de sus cola- boradores y su memoria ha sido recor- dada, en silencio, alo largo de ls siglo, ‘asi sin pronunciar su nombre. Phaleg, condenado por Dios, cumple su casti~ {g0 por toda la eternidad en un templo triangular a orillas del Balsico, @Por qué son triangulares las agrupa- ciones de algunas columnas en el Pala- cio Gill de Barcelona?, zera Gaudi un erudito?,;sabia que una disposicién se- ‘mejante también habia sido usada, en el siglo XVII, por Ribart de Chamoust pa- railustrar su orden nacional, francés, en Gaudi sabia que existian dos clases de arquitectura, la laica y clasica y la biblica Jetos, los modelos, de alambre o reales, son reproducidos multiplicados por es- pejos? ,Sélo para verlos bien?, zpara to- carlos bien?, gpara comérselos bien?, son tradicién 0 son vanguardia del des- perdicio? Aunque hay que recordar que, por esas fechas, proximas a su muerte, Gaudi habia dejado de ser Dindcrates, el arquitecto vitruviano del conde Giiell, para convertise en Hiram, el arquitecto del Templo de Salomén, el arquitecto de Dios. 0 es que nadie ha recordado que Gaudi sabia que habia y hay dos histo- rias de la arquitectura, la laica y clasica la biblica? Es decir, que hay o habia dos Antigiiedades, la historica y la sagrada y, por és0, con Gitell y otros actuaba como Dindcrates, Vitruvi, alarife mudéjar, go tico o barroco, mientras que en La Sa- ggrada Familia actuaba como Hiram, con- 48) contrado en la naturaleza? Se dice, con raz6n, que su arquitectura ¢s una mis ma con la naturaleza propia de Cataluia (qcaben ser mencionados, como para ayudamos a recordar, ejemplos palma- ris como la Casa de Bellesguard ~casa de tierra historica que empatia hasta lo funcional, la Casa Mili o el Park Gill?) Hlorden de su arquitectura, si asi puede llamarse, fue encontrado también en la naturaleza, como el de Ribart de Cha. ‘moust. Pero mientras que la naturaleza de Francia inspiraba un orden modéli- 0, tres en uno, tal como se podian en- contrar agrupados los troncos de los &r- boles em los bosques de aquella nacién, Ja naturaleza de Cataluita proporciona~ ba a Gaudi decenas de alternativas para el orden catalan, casi tantas como co- lumnas-soportes o columnas-forma pue~ Tradiciones de la forja medieval y una portentosa imaginacion, inspirada en la naturaleza, confluyen en los motivos y las formas de una rejeria caracteristica, consustancial a la obra gaudiniana Barandillas de la Casa Mild Compleja y retorcidas, todas distintas, contribuyen at ‘movimiento Caractaritico de ta fachada principal de a Pearera, Reja del Palau Gilt De inspiracién medieval, esta tupida feja permite ver desde elinterior sin sar visto desde el exterior Puerta de la Finca Giielt EL dragin encadenado de esta reja representa Ladin vencio por Héreules antes de robar las naranjas dal jardin de las Hespérides. Forjay forma El detalle de otra barandilla dela Casa Mild da cuenta de su imaginative inspiracién y jecucin, Reja de la fachada det Palau Giell Un ave de presa de caricter herdldice ‘ampoa sobre una de las rojas que dan a la calle Sant Pau. Salén central del Palau Giiett Deialle del interior det gran salén del palaco, onde forjay maderas nobles se canjugan en tina espectacular decoracin, den censarse en sus edificios, casi tantas ‘como distintoscapiteles 0 basas.Y todos, fustes, basas, capiteles, ornamentos realizados en texturas distintas. Por queé?, ;Se trataba de una demostracién de habilidad, de ingenio inagotable, de ‘maravilla de la imaginacién, de destreza ‘en el hacer, de elocuencia, como si cada soporte-columna-pilastra fuese palabra del verso de un poema inacabado? Se trataba de huir de la monotonia de lo que le/les rodeaba? Pero Gaudi no pro- cede de las cloacas de Rorromini, ‘odo lo contrario, mas bien de Bernini, de Ro- ma-Barcelona triunfantes, de la retéri- ca jesuitica Pura magia. Como al, también Berni- ni habia hecho levantar en madera, a e3- cala 1:1, columnas para comprobar su efecto en la Columnata de San Pedro del Vaticano. Gaudi lo hizo con las colum- nas-sillares de la Casa Mila. No se sabe «que Bernini se evase a su carpintero-ar- quitecto G. B. Soria de excursién reli- giosa al mismo San Pedro. Gaudi se lle- ¥6 a los suyos a Montserrat. Si Bernini fue el gran director de Roma, escena de ‘un teatro que era el mundo, Gaudi qui- Formas, luces, colo tienen una so ser algo parecido, disfrazéndose de anacronismos, como sus mecenas, ver- daderos antiguos en la metr6pol, anti- guos de si mismos (no “hombres pés: tumos” como dijera de la Viena con: temporénea M, Cacciari), y Barcelona es cena de un teatro intimo y privado, de ‘una antigiledad no secular, laica o cla- sicista, sino biblica, sagrada, silenciosa, erudita, propia de iniciados. Una ano- malia, dicho sin la intencién de Eugenio D'Ors. Por es0, su modernidad no podia ser “"modernista” en sentido europeo. St “modernismo” era otro, antiguo, ta

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