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OBRAS DE FRIEDRICH A.

HAYEK
VOLUMEN XII

LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL


F.A. HAYEK

Obras Completas
Volumen XII

LA TEORÍA PURA
DEL CAPITAL
Edición e introducción
Lawrence H. White
Prólogo y edición española al cuidado de
Jesús Huerta de Soto
Traducción de
Jaime González-Torres Domingo

Unión Editorial
2019
Título original: The pure theory of capital
The Ludwig von Mises Institute. (Alabama) 2009

© by the Estate of F.A. HAYEK


© 2019 para la presente edición española: UNIÓN EDITORIAL, S.A.

ISBN (Obras completas): 978-84-7209-235-8


ISBN (Volumen XII): 978-84-7209-746-9
Depósito legal: M. 2.207-2019

© 2019 para todos los países de lengua española:


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ÍNDICE

Prólogo a la edición española, por Jesús Huerta de Soto ............... vii

Prefacio del editor, por Bruce Caldwell............................................. xi

Agradecimientos del editor, por Lawrence H. White ...................... xiii

Introducción del editor, por Lawrence H. White ............................ xv

LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Prefacio ................................................................................................... 3

Índice ...................................................................................................... 9

Índice analítico........................................................................................ 11

Texto de La teoría pura del capital ........................................................ 35

Apéndices................................................................................................ 465

Bibliografía ............................................................................................. 505

Índice de nombres .................................................................................. 515

v
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA
Jesús Huerta de Soto

A lo largo de cada uno de los cursos académicos que imparto en la univer-


sidad, y desde hace ya varias décadas, siempre comento a mis alumnos que
solo empecé a entender de verdad la economía, y a sentir que comenzaba
a dominar de alguna manera nuestra disciplina, cuando a lo largo de tres
meses, en el verano de 1985, leí y estudié a fondo en mi casa de Formen-
tor (Mallorca) los tres volúmenes de la obra de Eugen von Böhm-Bawerk
dedicados a la teoría del capital con el título de Kapital und Kapitalzins
(«Capital e interés»). Me animé a emprender este trabajo intelectual llevado
de la curiosidad tras llegar a conocer que Ludwig von Mises mantenía que
ninguna persona interesada en los problemas económicos de nuestro tiempo
podía siquiera «bajar a la calle» sin dominar este magnum opus de Böhm-
Bawerk. Y la verdad es que, en mi caso, tanto el consejo como el esfuerzo
merecieron plenamente la pena: la comprensión del mundo que se abre al
economista que entiende y se familiariza con la estructura productiva y los
procesos de producción que impulsan el ahorro y la función empresarial,
es completamente imprescindible y de un incalculable valor para entender
todo lo que pasa en términos económicos a nuestro alrededor. Y, por contra,
el lamentable hecho de que el estudio de la teoría del capital haya desapa-
recido, al menos desde la Segunda Guerra Mundial, y como consecuencia
de la malsana influencia del vendaval macroeconómico de monetaristas y
Keynesianos, de la inmensa mayoría de los programas y planes de estudio
de economía de las universidades de todo el mundo (con la excepción, al
menos, de mis propias clases de economía en la universidad española) ponen
de manifiesto el penoso estado de nuestra disciplina, las graves carencias
científicas de sus principales cultivadores y el hecho incuestionable de que
todavía hoy (ya a punto de concluir la segunda década del siglo xxi) la mayor
parte de los economistas sean, por ejemplo, completamente incapaces de
explicarse por qué se produjo la Gran Recesión de 2008, o de consensuar qué

vii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tipo de política económica habría que emprender para evitar la recurrencia


de ciclos y crisis económicas y financieras.
La teoría del capital es, por tanto, un genuino producto, ya desde sus orí-
genes, de la Escuela Austriaca de Economía, y el libro que el lector tiene entre
sus manos representa la contribución en este campo de uno de sus principales
miembros y cultivadores, F.A. Hayek, premio Nobel de Economía en 1974.
Fue posteriormente cuando, en un viaje a Londres acompañando a mi padre
Jesús Huerta Ballester, y en una visita a la librería de la London School of
Economics, este me obsequió con un ejemplar de una reedición de la obra de
Hayek publicada en 1940 con el título de The Pure Theory of Capital (ejemplar
que algo después, el propio Hayek tendría la amabilidad de firmar y dedicarme
en Madrid y que conservo, como oro en paño, en mi propia biblioteca). Y al
igual que hiciera con el magnum opus de Böhm-Bawerk pocos años antes,
me decidí a emprender la lectura y estudio del libro de Hayek con todo dete-
nimiento. Sin embargo, aunque la obra de Hayek me impresionó y me hizo
aprender mucho, dejó en mí un sabor ciertamente agridulce que, sin embargo,
terminaría influyendo con el paso de los años de manera muy fructífera en la
formación de mi propia teoría del capital (y que en su versión más sintética
y depurada he expuesto en el capítulo 5 de mi libro Dinero, crédito bancario
y ciclos económicos).
Y es que el libro de Hayek fue escrito a lo largo de los años treinta del
siglo pasado, en un contexto en el que aún los economistas austriacos no se
habían desembarazado del todo de la malsana influencia del estéril análisis
económico del equilibrio, que tanto daño ha hecho a nuestra disciplina y que
es especialmente perturbador en un ámbito que, como el de la teoría del capital,
es por su propia esencia siempre dinámico, creativo y empresarial. Este sesgo
hacia el equilibrio del libro de Hayek, aunque no llega a oscurecer ninguno
de sus grandes méritos, sí que explica algunos errores y veleidades como el
hecho, por ejemplo, de que Hayek llegue a considerar (aunque luego en gran
medida se retracte en su ensayo, incluido como Apéndice V al presente volu-
men) que la productividad marginal del capital influya en el tipo de interés;
error que solo puede llegar a cometerse si uno se centra en el estado final
de reposo propio del equilibrio en el que, por definición, precios y costes, al
igual que interés y productividad marginal del capital, siempre coinciden.
Pero el mundo real jamás está en equilibrio, y en los procesos dinámicos de

viii
PRÓLOGO A LA EDICIÓN ESPAÑOLA

mercado solo las valoraciones subjetivas de preferencia temporal explican


el surgimiento del interés, tanto por el lado de la oferta como por el lado de
la demanda. El tipo de interés se utilizará, en todo caso, para descontar la
corriente futura de rentabilidad esperada de cada bien de capital para llegar al
precio de mercado al que tenderá cada bien de equipo (lo que explica que, en
el ajuste perfecto del equilibrio, el tipo de interés sobre este precio coincida
matemáticamente con la productividad, lo que ha llevado a tantos a dar el
salto injustificable, y teórica y dinámicamente insostenible, de concluir que
es la productividad la que determina el interés).
No deseo, sin embargo, que estas consideraciones personales desanimen a
ningún estudioso a emprender la lectura de este libro, que es una verdadera
joya de la ciencia económica que no dejará de sorprender y enseñarle en
cada una de sus páginas.

Formentor, 16 de agosto de 2018

ix
PREFACIO DEL EDITOR
Bruce Caldwell

La teoría pura del capital ocupó una gran parte del tiempo de Hayek duran-
te los 1930. Como se señala en la introducción del editor por Lawrence H.
White, hubo algunos comienzos fallidos, así como algunos puntos y aparte.
Aunque la había terminado, más o menos, al final de 1939, las exigencias
de la guerra retrasaron su publicación hasta 1941.
Tengo un gran placer en presentar aquí, como Volumen n.º 12 de la serie,
la versión del libro de las Obras Completas. Al igual que todos los demás
volúmenes, este contiene una introducción del editor, así como numerosas
notas al pie explicativas para ayudar al lector a seguir el argumento de Hayek;
y más aún de lo habitual, tanto la introducción como las notas explicativas,
son ayudas inestimables dentro de este volumen, ya que la teoría del capital
es una de las áreas más opacas de la economía y, por tanto, el libro de Hayek
es uno de los más difíciles de sus aportaciones técnicas. Agradecemos al
Profesor White la luz que arroja sobre los argumentos del texto, así como
el situar el libro dentro de su contexto histórico y teórico.
El texto es fiel al original, e incluye el prefacio de Hayek y el índice, tanto
general como analítico, así como los tres apéndices que había incluido Hayek
originalmente, habiéndose añadido más apéndices que no se encontraban en
el original. El primero es un comentario de Hayek de una página acerca de
un artículo del Profesor Friedrich Lutz titulado «Professor Hayek’s Theory
of Interest» [La teoría del interés del Profesor Hayek]. Tanto el artículo de
Lutz, como el comentario de Hayek, aparecieron en el número de noviem-
bre de 1943 de la revista Economica. El Apéndice V contiene un artículo más
largo de Hayek, «Time-Preference and Productivity: A Reconsideration» [Una
reconsideración de la preferencia temporal y la productividad] que apareció
en el número de febrero de 1945 de Economica. Después de los apéndices
hay un índice que enumera las páginas en las que se definen términos técni-
cos, así como la bibliografía de Hayek, ambas cosas incluidas en el original.

xi
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Aunque se ha estandarizado todas las citas de Hayek que figuran en el texto


para reflejar la forma moderna, no se ha hecho lo mismo con la bibliografía,
que ha quedado tal y como estaba en el original.
Agradezco a Larry White su magnífico trabajo al editar este volumen,
y también la creación inicial de un texto maestro con el que trabajar. Kevin
Welding ha hecho copias maestras de los apéndices y Brandon Beck del índice
de definiciones y la bibliografía. Brandon también me ha ayudado a com-
probar línea a línea el texto frente al original. Y finalmente, agradezco a la
Earhart Foundation, la Pierre F. and Enid Goodrich Foundation, y la Morris
Foundation su ayuda financiera a este volumen y a la serie de Obras Com-
pletas en su conjunto.

xii
AGRADECIMIENTOS DEL EDITOR
Lawrence H. White

Deseo agradecer a Bruce Caldwell su juiciosa guía como editor de la serie y


adicionalmente por compartir sus hallazgos de la correspondencia Hayek-
Machlup en la Colección Hayek de la Hoover Institution. Agradezco los agudos
comentarios de Jack Birner y el que proporcionara una copia de las notas
inéditas de Hayek a La teoría pura del capital. Roger Garrison, Israel Kirzner
y George Selgin han aportado útiles comentarios a las primeras redacciones
de la Introducción. Ninguno de los antes mencionados es responsable de los
fallos que siga teniendo este volumen. John L. Chapman también ha prestado
una útil ayuda a la investigación en las primeras fases del proyecto.

xiii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR
Lawrence H. White

[William Bartley] ¿No diría Vd., en retrospectiva, que la teoría del capital en
el sentido austriaco terminó con La Teoría Pura del Capital?
Hayek: Esencialmente he dicho eso: nadie ha hecho lo que esperaba que
hiciesen otros.1

[Entrevistador]: Vd. había participado en las controversias acerca del capital


de los años 1930, junto con el Profesor Hayek y el Profesor Knight, ¿Cómo
valora ese debate y su papel en él?
[Fritz Machlup]: Pienso que es muy valioso y pienso que debería volver a
él. Es una pena que ya no se lea La Teoría Pura del Capital de Hayek y que
nadie trate de trabajar con ella, después de todo no es el final. Todavía hay que
elaborar la relación del capital monetario con el capital puro. Es de la mayor
importancia, pero todavía no hay el suficiente interés en ello.2

En fuerte contraste con sus vibrantes y muy debatidas conferencias publicadas


como Precios y producción diez años antes, el libro de F.A. Hayek de 1941, La
teoría pura del capital, atrajo poca atención. Años de concienzudo esfuerzo
intelectual habían producido un árido tratado que se convirtió, y no por ca-
sualidad, en el último libro de Hayek de teoría económica. La teoría pura del
capital ofrece una descripción detallada de las relaciones de equilibrio entre los
inputs y outputs en una economía en la que la producción lleva consigo tiempo
y en la que algunos bienes de capital no son completamente versátiles. Pasa de
un tipo relativamente simple de esquema input-output, postulado en Precios
y producción, a tipos crecientemente complejos de relaciones entre inputs y
outputs con referencia temporal. El objetivo declarado de Hayek era hacer que

1. F.A. Hayek, Hayek on Hayek: An Autobiographical Dialogue, Stephen Kresge y Leif Wenar,
comps. (Chicago: University of Chicago Press y Londres: Routledge, 1994), p. 96.
2. Fritz Machlup, «An Interview with Fritz Machlup», The Austrian Economics Newsletter, vol.
3, verano de 1980. http://www.mises.org/journals/aen/aen3_1_1.asp

xv
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la teoría del capital —que previamente había estado dedicada casi exclusiva-
mente a la explicación del tipo de interés— «fuese útil para el análisis de los
fenómenos monetarios del mundo real».3 Por lo tanto, su ambicioso objetivo
era nada menos que desarrollar una teoría del capital que pudiese integrarse
por completo en la teoría del ciclo económico. Que ningún escritor posterior
hubiese aplicado La teoría pura del capital al análisis del ciclo económico sugiere
que lo que finalmente produjo fue demasiado complejo para ese propósito.

el lugar del libro en el programa de investigación de hayek

La teoría pura del capital comenzó con un intento de reformular la teoría del
ciclo económico de Precios y producción con un fundamento más riguroso de
la teoría del capital. Como observan Don Bellante y Roger Garrison, Precios
y producción «iba dirigido únicamente a ser un esbozo».4 En el prefacio de
la segunda edición de Precios y producción, Hayek explicaba que era, como
mucho, un esbozo. La invitación a pronunciar las conferencias que se publi-
caron como Precios y producción

llegó en un momento en el que yo había llegado a una clara visión de los


contornos de una teoría de las fluctuaciones industriales, pero antes de que la
hubiese elaborado con todo detalle, o incluso hubiese sido consciente de todas
las dificultades que presentaba tal elaboración. Además, la exposición estaba
limitada a lo que podía decir en cuatro conferencias, lo que, inevitablemente,
llevaba a una supersimplificación incluso mayor de la que probablemente
habría podido ser culpable en cualquier otro caso.5

Más tarde, en el mismo párrafo, Hayek añadía:

El contacto con los círculos científicos que estaban menos inclinados que yo
a dar por supuestas las principales proposiciones de la teoría «austriaca» del

3. F.A. Hayek, capítulo 1, más adelante, p. 39.


4. Don Bellante y Roger W. Garrison: «Phillips Curves and Hayekian Triangles: Two Perspectives
on Monetary Dynamics», History of Political Economy, vol. 20, verano de 1988, pp. 213-15, notas 10, 13.
5. F.A. Hayek, Prices and Production, 2.ª ed. (Londres, Routledge and Kegan Paul, 1935; reimpre-
sión, Nueva York, Kelley, 1967), p. vii.

xvi
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

capital, de las que me he servido con tanta libertad en este libro, ha mostrado,
no que estas proposiciones fuesen incorrectas o menos importantes de lo
que yo había pensado para la tarea para las que las había utilizado, sino que
tendrían que haber sido desarrolladas con mucho más detalle y haber sido
adaptadas mucho más estrechamente a las complicadas condiciones de la vida
real, antes de que pudiesen proporcionar un instrumento completamente
satisfactorio para la explicación de los fenómenos especialmente complicados
a los que las he aplicado.6

Esta era la agenda que seguiría Hayek en La teoría pura del capital.
Entre las simplificaciones clave de Precios y producción se encontraba el bien
conocido recurso gráfico de la Conferencia II, que representa una «estructura
de producción» agregada de una economía como una serie de «etapas» que
llevan al output de los bienes de consumo. En cada etapa, una aplicación de
«los medios originales de producción» (inputs de la tierra y trabajo) añade
valor a los bienes en proceso. En el caso de una aplicación continua y regular
de inputs a lo largo del tiempo, el valor creciente de los bienes en proceso
describe la hipotenusa de un triángulo rectángulo (un cateto es el valor y el
otro el tiempo).
El triángulo de Hayek así dibujado correspondía al caso simple de la
producción de «input-continuo output-en-un-punto» que había sido ana-
lizado anteriormente por los economistas William Stanley Jevons y Eugen
von Böhm-Bawerk.7 Puede ilustrarse ese caso considerando un árbol en
crecimiento, suponiendo que tiene que cuidarse el árbol continuamente (si
no es necesario el cuidado entre la plantación y la recolección, el proceso de
producción sería «input-en-un-punto output-en-un-punto»). El árbol (un
bien de capital) «madura» convirtiéndose en leña (un bien de consumo)
con la aplicación a lo largo del tiempo de inputs de tierra y de trabajo. O

6. Íbid., p. viii
7. Íbid., p. 38, n. 1, señalaba que Jevons y Knut Wicksell habían utilizado anteriormente «figuras
triangulares similares». Citaba a William Stanley Jevons, The Theory of Political Economy, 4.ª ed.
(Londres: McMillan, 1911) y a Knut Wicksell, Lectures on Political Economy, vol. 1, traducido por E.
Classen (Londres, George Routledge & Sons, 1934; reimpresión, Fairfield, NJ.: Kelly, 1977). En su nota
al pie, Hayek también respaldaba la sugerencia de Jacob Marschak de que se llamase a esos triángulos
«las figuras de la inversión de Jevons».

xvii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

considérese un ciervo que pasta, que madura convirtiéndose en filetes. Con


una aplicación perfectamente uniforme de inputs a lo largo del proceso de
producción, puede identificarse fácilmente un «periodo medio de producción»
(PMP) que resuma la duración o consumo de tiempo o «rodeo» del proceso
en términos «técnicos» (independiente del tipo de interés): es la mitad de
la longitud del proceso desde el comienzo al fin. Para cada unidad de tierra
o trabajo que el proceso «embotella» durante más tiempo que el PMP, hay
otra unidad que embotella por el menor tiempo correspondiente.
Bajo el supuesto clásico de que se paga a los trabajadores durante la dura-
ción del proceso reduciendo un «fondo de salarios» previamente acumulado,
un mayor ahorro (acumular un fondo mayor) permite un PMP más largo
y, por tanto, el uso de técnicas más-productivas-pero-con-mayor-rodeo,
que rinden un mayor consumo (no descontado o de un estado estacionario)
por trabajador. Una reducción del ahorro tiene un efecto inverso. El tipo
de interés de equilibrio equilibra la ganancia marginal de alargar el PMP
frente a la preferencia de los ahorradores por consumir antes en lugar de
después.8
Hayek pronto reconoció que el caso de input-continuo-uniforme segui-
do por output-en-un-punto es un caso muy especial.9 Un PMP ya no es
técnicamente definible (independiente del tipo de interés) en los casos más
complicados. Una complicación, hecha famosa décadas más tarde por los
ejemplos del «reswitching» de las «controversias de Cambridge» sobre el
capital, es una distribución temporal no uniforme de los inputs. Una segun-
da complicación la introducen los bienes de capital duraderos que ayudan
a producir flujos (más bien que puntos aislados) de outputs. Pensando en

8. Robert Dorfman ha analizado la optimización y las condiciones de equilibrio estacionario


en los modelos de Böhm-Bawerk, «A Graphical Exposition of Böhm-Bawerk’s Interest Theory»,
Review of Economic Studies, vol. 26, febrero de 1959, pp. 153-58; así como Jack Hirshleifer, «A Note
on the Böhm-Bawerk/Wicksell Theory of Interest», Review of Economic Studies, vol. 34, abril de
1967, pp. 191-99.
9. Hayek señaló ya en un artículo de 1934 que el uso de dos dimensiones para representar la gama
de los periodos de inversión del input «no puede reemplazarse con utilidad —excepto en razón de una
simplificación provisional en un primer estadio del análisis— por ninguna magnitud unidimensional
tal como “el periodo medio de producción”». F.A. Hayek: «On the Relationship between Investment
and Output», Economic Journal, vol. 44, junio de 1934, p. 211.

xviii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

bienes de capital duraderos como el hacha del leñador, Robert Solow señaló
que «Böhm-Bawerk, que parecía estar pensando principalmente acerca de la
edad en la que debería cortarse los árboles, parecía preocuparse demasiado
poco acerca del instrumento a usar al talarlos».10 El objetivo de Hayek en La
teoría pura del capital era analizar esas complicaciones, relajando los supues-
tos simplificadores de Böhm-Bawerk acerca de la tecnología de producción
(en especial, sin inputs o outputs duraderos) que Hayek había adoptado en
Precios y producción.
También por razones de simplicidad, Precios y producción había convertido
en su punto de referencia del equilibrio a una economía estacionaria. Bajo las
condiciones de la economía estacionaria, el eje del «tiempo» del triángulo de
Hayek puede cumplir una función doble. Puede interpretarse el diagrama,
o bien como (a) que muestra el crecimiento en valor a lo largo del tiempo
de una serie concreta de bienes en proceso que llegarán al consumo en una
fecha particular, o (b) que muestra los valores que tienen en un momento del
tiempo (hoy) todos los bienes en proceso a lo largo de las diversas fases de
su complexión. La estacionariedad implica que el perfil a lo largo del tiempo
es igual que el perfil a lo largo de las fases. En La teoría pura del capital,
Hayek separaba estos dos aspectos del tiempo, dándole a cada uno su propio
eje (además del eje del valor). Los lectores del libro, a menudo, han tenido
dificultades en concebir intuitivamente los diagramas «tridimensionales»
resultantes.11
En tándem con su trabajo sobre la teoría del ciclo económico, Hayek,
para 1941 había realizado un importante trabajo acerca del significado del
equilibrio económico a lo largo del tiempo. Había abordado la cuestión en
un ensayo de 1928: «Intertemporal Price Equilibrium and Movements in

10. Robert M. Solow, Capital Theory and the Rate of Return (Amsterdam: North-Holland,
1964), p. 12.
11. Jack Birner arguye que la proposición que Hayek llamaba «el Efecto Ricardo» traía consigo
un puente importante en el desarrollo de la teoría del capital de este autor entre Precios y producción
y La teoría pura del capital. Birner encuentra el Efecto Ricardo expresado, aunque no siempre por
su nombre, en varios diagramas que usó Hayek en Precios y producción, en el artículo de 1934 «On
the Relationship between Investment and Output» y, finalmente, en La teoría pura del capital. Véase
Jack Birner: «The Place of The Ricardo Effect on Hayek’s Research Programme in Economics», Revue
d’Économie Politique, vol. 109, noviembre-diciembre de 1999, pp. 804-16.

xix
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

the Value of Money».12 En el ensayo de 1937 «Economics and Knowledge»


argumentaba que la mejor forma de concebir un equilibrio económico a lo largo
del tiempo es como la compatibilidad en curso de los planes de los diversos
agentes.13 La teoría pura del capital aplica el concepto de la compatibilidad
de los planes. Aunque el libro comienza con el caso simple de una economía
estacionaria, Hayek observa que para hacer frente a muchos de los impor-
tantes problemas de la teoría del capital —tales como el uso de «reliquias»
de capital heredadas que no merece la pena reproducir de la misma forma,
o la transición a una estructura de producción más o menos capitalista— el
análisis tiene que ir más allá de examinar los estados estacionarios.14 La
noción más amplia de equilibrio de coordinación de planes sirve, entonces,
como el punto de referencia relevante.

la larga lucha de hayek con el libro

Hayek admitió en el prefacio de La teoría pura del capital que había sido una
lucha escribir el libro y que no había alcanzado la forma completa que había
planeado.15 En notas no publicadas a La teoría pura del capital escribió: «el
periodo de gestación de este libro ha sido indebidamente largo y extenso…

12. F.A. Hayek, «Intertemporal Price Equilibrium and Movements in the Value of Money»,
reimpreso como el capítulo 5 de Good Money Part I: the New World, comp. Stephen Kresge, que cons-
tituye el volumen 5 (1999) de The Collected Works of F.A. Hayek (Chicago: University of Chicago
Press y Londres: Routledge), pp. 186-227. Véase una discusión crítica de este ensayo en Lawrence H.
White, «Hayek’s Monetary Theory and Policy: a Critical Reconstruction», Journal of Money, Credit
and Banking, vol. 31, febrero de 1999, pp. 109-20.
13. F.A. Hayek, «Economics and Knowledge», Economica, N.S., vol. 4, febrero de 1937, pp. 33-54;
reimpreso en Individualism and Economic Order (Chicago: University of Chicago Press, 1948), pp. 33-
56. Véase en Bruce Caldwell, una descripción de los puntos de vista en evolución de las concepciones de
equilibrio de Hayek, Hayek’s Challenge: an Intellectual Biography of F.A. Hayek (Chicago, University
of Chicago Press, 2004), pp. 224-30. Hayek ya estaba en medio de la escritura de La teoría pura del
capital cuando escribió «Economics and Knowledge», de forma que el ensayo estaba indudablemente
influido por el proyecto del libro, así como a la recíproca.
14. G.L.S. Shackle, «F.A. Hayek, 1899-», en Austrian Economics, comp. Stephen Littlechild
(Aldershot, R.U.: Edward Elgar, 1990), p. 167, discutió la integración de estos temas en La teoría pura
del capital. Fue el único entre los estudiosos del pensamiento de Hayek que empleó más de la tercera
parte de su ensayo en La teoría pura.
15. F.A. Hayek, Prefacio, más abajo, p. 3.

xx
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

temo que incluso en esta última forma en la que finalmente he decidido pu-
blicarlo lleva demasiado lejos las marcas de un largo esfuerzo y trabajo y no
ha alcanzado nada parecido al análisis completo de todo el problema que me
gustaría darle».16 Tal y como se ha publicado, estableció los fundamentos teóri-
cos de la teoría del capital, pero no llevó a cabo por completo la originalmente
pretendida superestructura: una reformulación completamente elaborada
de la teoría del ciclo económico de Hayek. Como ha sugerido mordazmente
Kenneth Boulding en una revisión, es una ironía que la propia teoría del
ciclo de Hayek haya puesto de manifiesto la incapacidad de la economía para
completar proyectos con fundamentos demasiado complejos:

Se tiene la impresión de que muchas de las abstracciones del doctor Hayek


son fundamentos sin una superestructura. La teoría del capital nos enseña una
importante lección: que los fundamentos pueden ser demasiado complejos.
La lección de Lucas 14: 28-31 —quizá el primer ejemplo de la teoría del capi-
tal— puede también aplicarse a la elaboración de estructuras intelectuales.17

El difícil progreso del libro está documentado por la correspondencia de


Hayek en los 1930 con su amigo y antiguo compañero de clase de Viena, el
economista Fritz Machlup.18 Machlup había ido a Estados Unidos con una
beca de investigación Rockefeller en 1933 y aceptó un puesto de profesor en
la Universidad de Buffalo, en Nueva York, en 1935. Machlup le dio a Hayek
ánimos y consejo en numerosas ocasiones mientras escribía La teoría pura
del capital, incluyendo amplias recomendaciones línea por línea para cam-
biar el léxico.

16. Friedrich A. Hayek , apéndices y notas no publicados a La teoría pura del capital (sin fecha),
m.s., p. 1. Tengo que agradecer a Jack Birner haberme proporcionado una copia de este documento.
17. Kenneth E. Boulding, «Review of The Pure Theory of Capital», Journal of Political Economy,
vol. 50, febrero de 1942, p. 131. En el pasaje de la Biblia que cita Boulding, Lucas 14: 28-30 (Nueva
Versión Internacional), Jesús dice: «Supongamos que uno de vosotros quiere construir una torre. ¿No
empezará por sentarse y estimar el coste para ver si tiene suficiente dinero para completarla? Ya que
si construye los cimientos y no puede terminarla, todo el que la vea lo ridiculizará diciendo: “este
comenzó a construir y no pudo terminar”».
18. Puede encontrarse la correspondencia en la colección de Fritz Machlup, Caja 43, carpetas 15 y
16, archivos de la Hoover Institution, Stanford, California. Agradezco a Bruce Caldwell la información
sacada de la correspondencia.

xxi
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

En una carta fechada el 15 de febrero de 1934, Machlup dijo a Hayek que


estaba esperando ansiosamente un borrador de la primera parte del libro, lo
que indica que Hayek probablemente comenzó el libro en algún momento de
1933. El borrador llegó unos pocos meses después y Machlup le dio a Hayek
su primera serie de amplios comentarios en septiembre. Además de las tres
páginas de recomendaciones para revisar pasajes concretos, Machlup subra-
yó repetidamente la necesidad de que fuese clara la presentación de Hayek.
Sugirió que Hayek reorganizase su presentación de forma que los diagramas
acompañasen a la parte relevante del texto, que los diagramas solo fuesen un
complemento de sus formulaciones escritas y que las fórmulas utilizadas en
cada capítulo se basasen en sí mismas en lugar de exigir que el lector volviese
a capítulos anteriores para descifrarlas. Machlup alabó los esfuerzos de Hayek
con ese material tan difícil, pero pensaba claramente que había mucho más por
hacer. Al mes siguiente Hayek contestó diciendo que iba a aparcar la primera
parte del libro, para comenzar a trabajar en la segunda. En el invierno le envió
una copia del primer capítulo de la segunda parte (en su correspondencia lo
denomina capítulo 7; en la versión publicada la Parte II comienza con el capítulo
8), y en abril de 1935 Machlup le envió algunos comentarios más detallados.
Hayek, aparentemente, dejó en suspenso el libro en el verano de 1935,
informando de que iba a disfrutar del verano y a trabajar muy poco, pero
volvió a trabajar en él en otoño. En mayo de 1936, Hayek escribió a Machlup
que había terminado una primera versión del libro antes de las vacaciones de
Pascua y que ahora estaba rematándolo. En su siguiente carta, fechada el 21
de junio de 1936, Hayek informó a Machlup de que había vuelto a escribir
por completo la sección introductoria del libro: «de lo que ya has visto, no
queda nada». Al final del verano, Machlup había recibido once capítulos.
En el otoño de 1936 dio a Hayek ocho páginas de comentarios línea a línea.
En diciembre, Machlup, que debió haber creído que el manuscrito estaba casi
completo, preguntó a Hayek cuándo esperaba que se publicase. Sin embargo, el
progreso del manuscrito estaba atascado. Hayek replicó que seguía trabajando
en él y que había vuelto a redactar por completo el segundo capítulo.19 En 1937

19. En el segundo capítulo, «Análisis del equilibrio y el problema del capital», Hayek ofrece su
concepción de equilibrio como una relación de mutua compatibilidad entre los planes de los agentes,
de forma que no se frustren esas expectativas. Esta concepción, como señala Hayek, era la que había

xxii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

Hayek informó de que se había visto tan frustrado que había dejado de lado
el libro. En las notas no publicadas, Hayek se refiere a que «había intentado
incluso el experimento de dejar de lado el manuscrito prácticamente terminado
por un periodo considerable de tiempo».20 Su correspondencia languideció y no
se mencionó de nuevo el libro hasta el 14 de febrero de 1938, cuando Hayek
pidió a Machlup que le enviase unas pocas páginas de uno de los capítulos,
aparentemente porque había perdido sus propias copias.
Hayek tiene que haber vuelto a comenzar el trabajo del libro en serio
en 1938, a juzgar por una carta que le dirigió en noviembre Vera Lutz, una
antigua estudiante que entonces vivía en Princeton, que le informaba de su
avance al pasar a máquina los capítulos 20 a 26.21 En abril de 1939, Hayek
le dijo a Machlup que estaba trabajando en un capítulo sobre el ciclo econó-
mico (presumiblemente el capítulo 27) y en agosto de 1939 pudo informar,
finalmente, de que el libro estaba casi completo. Aproximadamente al mes
siguiente se haría todo menos la revisión final.
Las pruebas que se derivan de la correspondencia son congruentes con
los recuerdos de G.L.S. Shackle, que era un estudiante de postgrado en la
London School of Economics en ese momento, y que describía las dificultades
que encontraba Hayek al tratar de escribir el libro:

La teoría pura del capital apareció en su forma publicada a partir de varias


versiones manuscritas que tuve el privilegio de leer durante su composición.
La sostenida intensidad de pensamiento que costó a su autor… [requirió] un
alto valor moral y una implacable resolución… Al ir avanzando esta obra a
través de varias versiones desde mediados a finales de los 1930, respondió
a las dificultades que iban apareciendo continuamente con un intenso y
sostenido esfuerzo que no puede calificarse sino de heroico.22

propuesto en su documento «Economics and Knowledge», que fue una alocución presidencial pronun-
ciada ante el Club Económico de Londres el 10 de noviembre de 1936. Las fechas coinciden con el que
la redacción de la alocución de Hayek se solapase con su reformulación del capítulo.
20. F.A. Hayek, apéndices inéditos, ms. p. 1.
21. Carta de Vera Lutz a F.A. Hayek, 11 de noviembre de 1938, en la Colección Hayek, Caja 36,
carpeta 11. Archivos de la Hoover Institution, Stanford, California.
22. G.L.S. Schackle, «F.A. Hayek, 1899-» op. cit. pp. 163, 157. Por cierto, los fallidos comienzos
y periodos de inactividad revelados en la correspondencia pueden ayudar a explicar por qué Hayek

xxiii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

La correspondencia también corrobora una de las posteriores explicaciones


de Hayek de por qué La teoría pura del capital nunca completó su planeada
reformulación de la teoría de Hayek del ciclo económico, concluyendo, en
su lugar, con unas notas comparativamente breves sobre la relación entre la
teoría del capital y la teoría del ciclo. Como dijo Hayek a un entrevistador:

… realmente nunca comencé con la continuación monetaria o dinámica que


había planeado. Aunque intenté seguir concentrándome en este tema, mi
interés pasó a desplazarse a otros.23

La carta de Hayek de agosto de 1939 a Machlup especificaba su nuevo in-


terés: una investigación sobre los fundamentos científicos de la economía que
rastrease los errores conceptuales de los últimos cien años, desde Saint-Simon
a Hitler. Hayek más tarde llamaría a esta línea de investigación el proyecto del
«Abuso de la razón». Le ocuparía durante los años de guerra y daría lugar a
ensayos tales como «Scientism and the Study of Society» y «The Counter-
Revolution of Science», así como su famosísimo libro The Road to Serfdom.24
Hayek dejó claro en la carta que estaba ansioso de comenzar su nuevo proyecto.
De forma complementaria a este aumento de los costes de oportunidad,
Hayek, en otra entrevista, citó los beneficios decrecientes: continuar traba-
jando en la planeada reformulación de su teoría del ciclo «habría significado
trabajar por un resultado que ya sabía, pero que tenía que demostrar, lo que
era muy aburrido».25
En una tercera entrevista, Hayek ofreció una tercera (pero menos persua-
siva) lógica, aparte de la distracción por otros temas y la fatiga con la teoría
pura, de por qué no continuó con la prevista extensión monetaria:

habría dicho a veces en sus memorias que le llevó siete años escribir el libro, y otras veces que le llevó
cuatro. Véase, por ejemplo, Hayek, Hayek on Hayek, pp. 90-91, p. 101.
23. Hayek, Hayek on Hayek, pp. 78-79.
24. F.A. Hayek, «Scientism and the Study of Society» [1942-44] y «The Counter-Revolution of
Science» [1941], ambos reimpresos en F.A. Hayek, The Counter-Revolution of Science: Studies on the
Abuse of Reason (Glencoe, I.L., The Free Press, 1952; reimpresión, Indianapolis: Liberty Press, 1979),
pp. 19-182, 185-363; F.A. Hayek, The Road to Serfdom (Chicago: University of Chicago Press, 1944;
reimpresión, 1956, 1976, 1994).
25. Hayek, Hayek on Hayek, p. 96.

xxiv
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

Puede sorprenderle, pero durante la guerra yo estaba luchando en el lado de


Keynes contra sus críticos, porque Keynes temía mucho a la inflación. En
realidad, yo ya había publicado uno o dos ensayos, uno revisando su opúsculo
del tiempo de la guerra y otro acerca del problema de combatir la inflación
que él ya había aprobado. Durante los años de la guerra, la inflación se había
convertido en el gran peligro, mientras que ya no lo era la deflación; de forma
que estábamos contra la inflación. Y en esas circunstancias, en las que quería
fortalecer su influencia contra los inflacionistas, yo no quería continuar el libro.26

Dada la fuerte crítica de Keynes que aparece publicada en el libro en el


capítulo 27, quizá podamos subestimar la importancia de esta última lógica.

la relación de la teoría de hayek con sus predecesores

Hayek describió su propósito en La teoría pura como «a algún respecto, no


más que un intento de un desarrollo y elaboración sistemáticos de las ideas
fundamentales que subyacían a la teoría del interés de W.S. Jevons, E.v.
Böhm-Bawerk y Knut Wicksell», aunque señaló que «partes de su teoría»
podrían «cambiarse hasta dejar de ser reconocibles».27 Entre estos autores,
Hayek dio calificaciones más altas, por lo que tenía de original y fructífero,
a Jevons que a Böhm-Bawerk:

Böhm-Bawerk, en muchos aspectos, simplemente desarrolló las ideas propues-


tas por Jevons y las hizo inteligibles a círculos más amplios al desarrollarlas;
pero, al mismo tiempo, impulsó un movimiento que se alejaba de lo que me
parece que es el enfoque más fructífero siguiendo las líneas de Jevons.28

Las ideas acerca de la producción capitalista que proponían estos autores


habían pasado a ser conocidas como la teoría del capital «austriaca», de acuerdo

26. Íbid, p. 91. La revisión de Hayek del opúsculo de Keynes How to Pay for the War, así como
otros escritos relacionados con el tema de la financiación de la guerra, están reproducidos en la Parte
II de Socialism and War, Essays, Documents and Reviews, comp. Bruce Caldwell, que constituye el
volumen 10 (1997) de The Collected Works of F.A. Hayek.
27. F.A. Hayek, capítulo 4 más abajo, p. 77.
28. Íbid. p. 78.

xxv
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

con la nacionalidad de Böhm-Bawerk, a pesar de las diferentes nacionalidades


de Jevons (inglesa) y Wicksell (sueca), y a pesar del hecho de que la teoría del
interés de Böhm-Bawerk no fuese respaldada por sus compatriotas austriacos
Carl Menger, Friedrich von Wieser o Joseph Schumpeter.
La teoría austriaca del capital comenzó con un capítulo de los Principles of
Economics 29 de 1871 de Menger. Menger subrayó que los precios de mercado
de los bienes «de orden más alto» (tierra, trabajo y bienes de capital) se derivan
de sus contribuciones prospectivas a la producción de los valorados bienes de
consumo (bienes de «orden más bajo»). Menger, de esta forma, invirtió la
doctrina clásica del «coste real» de acuerdo con la cual los precios de los bienes
de consumo se derivan de la cantidad de trabajo o tierra contenida en ellos.
Böhm-Bawerk desarrolló la distinción de Menger entre bienes de orden
más alto y más bajo con un modelo bastante claro de producción agregada
a lo largo del tiempo.30 En ese modelo, los bienes semielaborados proceden
de la fase superior (materia prima), descendiendo sucesivamente a través
de fases más bajas con la aplicación de servicios de trabajo y tierra en cada
fase, hasta que finalmente se convierten en productos consumibles. La (tris-
temente) célebre medida resumen del tiempo gastado en la producción era
el antes mencionado «periodo medio de producción».
Hayek utilizó el concepto PMP en Prices and Production para describir los
cambios cíclicos en la «longitud» de la estructura del capital. En 1936, Hayek
admitiría que, en general, «es, de hecho, inadmisible, reducir la descripción
de la gama de periodos a lo largo de los que están invertidos los diferentes
factores a una expresión del tipo de una dimensión temporal única, tal como
el periodo medio de producción».31 De acuerdo con ello, Hayek reconoció

29. Carl Menger, Principles of Economics, traducido por James Dingwall y Bert Hoselitz (Nueva
York, New York University Press, 1981) pp. 149-74.
30. Eugen von Böhm-Bawerk, Positive Theory of Capital, traducido por George D. Hunke, que
constituye el volumen 2 de Capital and Interest (South Holland, I.L.: Libertarian Press, 1959). Véase
unas discusiones acerca de la divergencia de Hayek con respecto a la teoría del interés de Böhm-Bawerk
en Jack Birner, «Money, Utility, Intertemporal General Equilibrium and Cyclical Fluctuations: On
the Origins of F.A. Hayek’s Research Programme in Economics», documento de trabajo 17/97, ICER
(Turín, Italia).
31. F.A. Hayek, «The Mythology of Capital», Quarterly Journal of Economics, vol. 50, febrero
de 1936, p. 206.

xxvi
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

que mientras que la teoría austriaca del capital era «esencialmente correcta
e incluso… indispensable para un análisis más detallado, puedo ver que en
la forma simplificada en la que he tenido que usarla en mi anterior libro,
puede más llevar a confusión que ser útil».32
El PMP podría llevar a error porque, generalmente, no se lo puede medir
en puros términos técnicos. Puede identificarse técnicamente un «periodo de
inversión» (PI) para un input marginal particular tal como una hora de trabajo,
midiendo el tiempo (o serie de tiempos) entre su aplicación y la maduración
del(os) producto(s) final(es) debida a su aplicación. En principio, identificar
la contribución de un input al (los) ouput(s) con fecha, simplemente gene-
raliza el concepto estándar de identificar el producto físico de una unidad
marginal de input en una producción atemporal. Más allá de los casos más
simples, muchos inputs contribuyen conjuntamente en la producción de un
producto final dado, y muchos outputs finales (en muchas fechas) resultan
conjuntamente de inputs que contribuyen a la producción de una herramienta
duradera. Encontrar el PI medio o agregado para la serie entera de inputs
que produce un producto final dado, a fortiori para el agregado de productos
finales producidos por toda una economía, requeriría ponderar y sumar los
PI asociados a todos los diversos inputs. Las ponderaciones relativas adecua-
das de los inputs en diferentes fechas (las cantidades relativas «vinculadas»
en términos del valor presente) varían con el tipo de interés. Solo en casos
especiales puede formarse una media de diversos PI en términos puramente
técnicos, independientes del tipo de interés, como se requeriría para que el
PMP sirviese como un dato en una teoría que determinase el tipo de interés.
La teoría pura del capital trató de mostrar que el análisis de la producción que
consume tiempo puede avanzar de una forma modificada y aún así alcanzar
las conclusiones clave asociadas a la teoría austriaca del capital, sin apoyarse
en un «periodo medio de producción»33 independiente del tipo de interés.

32. F.A. Hayek, Profits, Interest and Investment: And Other Essays on the Theory of Industrial
Fluctuations (Londres: Roudledge and Kegan Paul, 1939; reimpresión, Clifton, N.J.: Kelley, 1975), p. 7.
Agradezco a Greg Ramsom que llamara mi atención sobre estos pasajes.
33. Malte Faber ha señalado que Wicksell en 1913 ya había «renunciado al concepto de periodo
medio de producción» porque la longitud medida de tal periodo medio generalmente no es indepen-
diente del tipo de interés. Malte Faber, Introduction to Modern Austrian Capital Theory [Lecture Notes
in Economics and Mathematical Systems, vol. 167] (Berlín: Springer-Verlag, 1979), pp. 20, 29. En

xxvii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

En lugar de la medida PMP, que es un simple escalar, Hayek (en los capí-
tulos 8 y 9 de más abajo) ofreció la más compleja noción de la «distribución
temporal del output debida a un input en un momento», función que dibuja
desde una dosis marginal de input de fecha cero a la serie de fechas en las
que madurarán los productos físicos. Puede representarse este dibujo, o bien
por una «curva de input» que muestra la parte del total del input de fecha
cero al que se debe el output de cada fecha posterior, o por una «curva de
output» que muestra la parte del total del output de todas las fechas (atri-
buible al input de la fecha cero) que representa el output de cada fecha. La
diferencia entre las dos curvas refleja el interés compuesto, que corresponde,
en equilibrio, a la mayor productividad física de los procesos de producción
elegidos que consumen más tiempo.
La mayor productividad física de las técnicas que consumen más tiempo,
explicó Hayek, no es una generalización empírica, sino una característica
necesaria de la frontera de técnicas potencialmente bien elegidas frente a
cualquier tipo de descuento positivo.34 Si una técnica que consuma más tiem-
po no es físicamente más productiva, es descartada y no se la escoge nunca.
En una entrevista con Jack High a finales de los 1970, Hayek identificó
el propósito del libro como una rehabilitación de la teoría de Böhm-Bawerk.
La tristemente célebre complejidad del libro se debió a sustituir el PMP por
conceptos más sofisticados:

[High] Usted ha escrito un libro extremadamente difícil sobre la teoría del


capital; en mi opinión, es difícil. ¿Qué mensaje quería transmitir en ese libro?
Hayek: Por decirlo brevemente, pienso que si bien Böhm-Bawerk estaba en
lo cierto en lo fundamental, su exposición en términos de un periodo medio
de producción estaba tan supersimplificada que podía llevar a error en su
aplicación. Y si queremos llegar hasta el final de la idea de Böhm-Bawerk, te-
nemos que introducir supuestos mucho más complejos. Una vez hecho esto,
las cosas se hacen tan endemoniadamente complicadas que es casi imposible
seguirlas.

opinión de Faber (Íbid. p. 29, n. 1) fue Oscar Morgenstern quien hizo la «crítica más convincente del
concepto del periodo medio de producción»: «Zur Theorie der Produktionsperiode», Zeitschrift für
Nationalökonomie, vol. 6, 1935, pp. 196-208.
34. F.A. Hayek, capítulo 6 más abajo, p. 114.

xxviii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

P2: ¿Tenía usted alguna idea de que el trabajo iba a ser tan complicado cuando
lo emprendió?
Hayek: No, no, ciertamente no la tenía. Se me apareció gradualmente que
todo parecía cambiar de aspecto una vez que no se lo podía poner de la forma
simple en la que pudiese sustituirse la serie de periodos de inversión por
un simple periodo medio de producción. El periodo medio de producción
es el primer modelo que muestra un principio, pero es casi inaplicable a la
situación real.35

Hayek consideraba que la obra de Wicksell sobre el capital e interés había


sido el predecesor más inmediato de La teoría pura del capital. En el área
de la teoría del interés, Wicksell y sus estudiantes «han desarrollado siste-
máticamente el enfoque de la productividad. Es la forma en la que Wicksell
ha formulado este tipo de teoría lo que proporciona la base más sutil para el
presente estudio».36 Wicksell, a su vez, había visto su propio análisis como
una reformulación y extensión de la teoría de Böhm-Bawerk.37
En Wicksell encontramos versiones de cuatro de los conceptos clave que
pone de manifiesto Hayek en La teoría pura del capital:

1. El papel esencial del capital surge de la naturaleza consumidora de tiempo


de la producción.38
2. Dos características clave que distinguen los bienes de capital de otros bienes:
los bienes de capital (a) son no permanentes (se los agota) y (b) puede agotár-
selos más deprisa o más despacio. La tierra pura y el trabajo, en contraste, son
permanentes y rinden un flujo invariable de servicios.39

35. Hayek, Hayek on Hayek, pp. 141-42.


36. F.A. Hayek, capítulo 4, más abajo, p. 79.
37. Wicksell, Lectures on Political Economy, vol. 1, p. 147. Wicksell expuso su teoría del capital
de la forma más completa en Value, Capital and Rent, traducido por S.H. Frowein (Londres: George
Allen & Unwin, 1954; reimpresión, Nueva York: Kelley, 1970) y Lectures on Political Economy,
vol. 1. Ambas obras citan extensamente a Böhm-Bawerk. Véase una útil exposición de la teoría del
capital de Wicksell en Carl G. Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell (Berkeley: University of
California Press, 1962) cap. 5.
38. Knut Wicksell, Lectures on Political Economy, vol. 2, traducido por E. Classen (Londres: George
Routledge & Sons, 1935; reimpresión, Fairfield, N.J.: Kelley, 1978) pp. 150, 171-72, 236.
39. Wicksell, Value, Capital and Rent, p. 99.

xxix
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

3. Puede hacerse un corte transversal en la estructura del capital de la economía


en un momento del tiempo (viendo así a los bienes de capital como factores
de producción que cooperan con la tierra y el trabajo), o puede cortársela a
lo largo del tiempo (viendo así los bienes de capital como productos semia-
cabados en el proceso de alcanzar el consumo final con la sucesiva aplicación
de los servicios del trabajo y la tierra).40
4. La formación neta de capital requiere una desviación de los servicios del input
que en otro caso podrían haber ido a la producción inmediata de bienes de
consumo.41

Hayek se apartó de Wicksell al ofrecer una concepción del capital congruen-


temente prospectiva, en contraste con la sugerencia retrospectiva de Wicksell de
que se considerase el capital como una «masa de trabajo y tierra ahorrados».42
En su ensayo-revisión del libro de Hayek, Arthur Smithies argumentó que
este alejamiento lleva necesariamente al rechazo del instrumento del periodo
medio de producción: «ya que, como [Hayek] señala correctamente, cuando
se define el capital como una diversidad de recursos heterogéneos, la única
manera de calcular una media es ponderar estos recursos de acuerdo con sus
valores relativos, y sus valores relativos “dependerán inevitablemente del tipo
de interés”».43 Pero incluso con el concepto retrospectivo de Wicksell surge
el mismo problema. Sería necesaria una ponderación para calcular una media
de los inputs de trabajo y tierra que se han incorporado en la masa «ahorra-
da» en diferentes fechas y las ponderaciones dependerán del tipo de interés.
La obra de Irving Fisher sobre el capital e interés, a principios del siglo
XX, tuvo una influencia trascendental sobre la teoría neoclásica del capital
y el crecimiento.44 Böhm-Bawerk y Wicksell ya habían realizado el análisis

40. Wicksell, Lectures, vol. 2, pp. 236-37.


41. Íbid. pp. 217-18.
42. Íbid. p. 150.
43. Arthur Smithies, «Professor Hayek on The Pure Theory of Capital», American Economic
Review, vol. 31, diciembre de 1941, p. 768. El pasaje que Smithies cita de La teoría pura del capital
se encuentra en la p. 151.
44. Véase Irving Fisher, The Rate of Interest (Nueva York: MacMillan, 1907; reimpresión, Nueva
York: Garland, 1982); The Nature of Capital and Income (Nueva York: MacMillan, 1906; reimpresión,
Nueva York, Kelley, 1965; y The Theory of Interest (Nueva York: MacMillan, 1930; reimpresión,
Nueva York: Kelley, 1961).

xxx
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

de la producción intertemporal, subordinado en gran medida a explicar el


fenómeno del interés y la magnitud de los tipos de interés, pero Fisher llevó
esta tendencia al extremo. El enfoque de Hayek en La teoría pura del capital
fue el inverso: subordinó la teoría del interés a la explicación de la estructura
de la producción intertemporal. En relación con la determinación del tipo de
interés, Hayek declaró que el libro de Fisher de 1930 había proporcionado
«el trabajo más sistemático sobre el tema que poseemos, una exposición
formalmente inexpugnable de la teoría del interés».45 De acuerdo con ello,
Hayek adoptó el aparato expositivo de Fisher para entender el tipo de interés
como un tipo de cambio de equilibrio entre el futuro cercano y el distante.46
En ese aparato, el tipo de interés de equilibrio surge de la tangencia entre
una curva de transformación intertemporal que abarca toda la economía (una
frontera de posibilidades de producción entre el producto del futuro cercano
y el futuro distante) y unas curvas de indiferencia intertemporales de un
agente representativo.47
La concepción de Fisher concedía a la transformación intertemporal y la
preferencia temporal un status lógicamente equivalente como determinantes
del tipo de interés. Se denomina, a veces, a la transformación intertemporal
«productividad del capital», pero la ambigüedad de esta última frase ha dado
lugar a malentendidos. La productividad en el sentido de transformación
intertemporal se mide en el margen por el producto suplementario que re-
sulta de extender la longitud temporal de un periodo de inversión. Hay que
distinguirla cuidadosamente de la productividad en el sentido de la utilidad de
los bienes de capital, que se mide por el producto marginal que resulta —para
cualquier periodo de producción dado— de tener más herramientas. La bien
conocida crítica de Böhm-Bawerk de las «teorías de la productividad», los
intentos de explicar el interés por la productividad del capital en el segundo
sentido, ha puesto de manifiesto que la utilidad de los bienes de capital explica
por qué se pagan precios positivos para alquilar herramientas y máquinas,

45. F.A. Hayek, capítulo 4, más abajo, p. 79.


46. Íbid. Apéndice I, más abajo, pp. 465-75.
47. Pueden usarse las curvas intertemporales de transformación e indiferencia de Fisher para derivar
la elaboración del libro de texto estándar de hoy con el fin de determinar el tipo de interés como un
precio que vacía el mercado, a saber, las curvas de oferta y demanda de «fondos prestables» (recursos
presentes ofrecidos a cambio de derechos sobre recursos fechados en el futuro).

xxxi
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de la misma forma que se pagan salarios positivos para contratar trabajo y


alquilar tierra, pero no explica el interés. La crítica de Böhm-Bawerk no ha
mostrado que el conjunto de oportunidades de transformación intertempo-
rales de una economía (como han identificado Fisher y Hayek) sea relevante
para explicar su tipo de interés. Por lo tanto, en contra de lo que afirman
algunos comentadores, la teoría positiva de Böhm-Bawerk —en la que la
transformación intertemporal juega un papel clave— no era incongruente
con su propia demolición de las «teorías de la productividad» del interés. Estos
comentaristas incluían al propio Hayek, que afirmaba que la crítica de Böhm-
Bawerk «efectiva, aunque pienso que equivocada, de las anteriores teorías de
la productividad del interés, tuvo el efecto de dar lugar a que los desarrollos
posteriores de su teoría se centrasen cada vez más alrededor del elemento
“psicológico” o de “preferencia temporal” en lugar de hacerlo alrededor del
elemento de productividad».48
Hayek, en La teoría pura del capital adoptó la postura de que la trans-
formación intertemporal es en la práctica más importante que la preferencia
temporal a la hora de determinar el tipo de interés, representado gráficamente
por la pendiente en la que son tangentes la transformación intertemporal y
las curvas de indiferencia, en el sentido en el que la curva de transformación
intertemporal está, en la práctica, menos curvada que la curva de indiferen-
cia intertemporal del agente representativo. Más tarde, Hayek publicó una
reconsideración de este punto, en la que señalaba que su postura anterior
suponía un equilibrio a largo plazo, pero que ahora reconocía que las curvas
de indiferencia intertemporal es probable que estén menos curvadas que la
curva de transformación intertemporal a corto plazo para una caída inespe-
rada de la voluntad de ahorrar.49 Sea la que fuere la más curvada, el análisis
de Hayek de la determinación del interés en términos de las dos series de
curvas era completamente fisheriano.
La teoría del interés de Fisher, así como la teoría de la producción de
Hayek, es una teoría de equilibrio intertemporal en la que los bienes y
servicios están fechados (es decir, se los distingue por la fecha en la que se

48. Íbid. Capítulo 4, más abajo, p. 78.


49. F.A. Hayek, «Time-Preference and Productivity: a Reconsideration», Economica, N.S., vol.
12, febrero de 1945, pp. 22-25. Se reproduce este artículo más abajo como Apéndice V.

xxxii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

los utiliza).50 A efectos del propósito de Fisher —explicar el tipo de interés


como un tipo de cambio intertemporal de equilibrio— era suficiente con-
siderar la elección de producción intertemporal más simple posible: una
mercancía compuesta y dos periodos temporales. En la versión del agente
representativo, como se ha señalado, la pendiente de la tangencia entre la
frontera de posibilidades de producción intertemporal y las curvas de in-
diferencia intertemporales del agente representativo determina el tipo de
interés de equilibrio. A efectos del propósito de Hayek en La teoría pura del
capital —entender la estructura de la producción en un mundo en el que los
bienes de capital son más o menos específicos para los usos concretos— era
necesario generalizar a muchos inputs y deshomogeneizar los inputs de los
outputs. De esta forma, Hayek comentó correctamente que «debido a… su
concentración en el tipo de interés en lugar de en los métodos de producción,
el trabajo del profesor Fisher apenas se refiere a una buena parte de lo que
en el presente estudio consideramos importante».51 La innovación de Hayek
en su ensayo de 1928, que constituyó el foco central de su libro de 1941, era
la noción de un equilibrio intertemporal con muchos bienes. Se necesitaba
esa noción para analizar los problemas de la planificación de la producción
intertemporal relacionada con bienes de capital específicos.52 La principal
preocupación de Hayek en el artículo de 1928 era la senda de equilibrio a
lo largo del tiempo del nivel de precios. Para este propósito, le bastaba solo
con dos bienes, «una mercancía de consumo compuesta y el dinero», en
cada fecha. El comportamiento del nivel de precios a lo largo del tiempo es
el comportamiento del precio en dinero del bien de consumo compuesto.
En sus obras posteriores referentes al ciclo económico y, finalmente, y de
la forma más completa, en La teoría pura del capital, Hayek consideró los

50. Jack Hirshleifer, Investment, Interest and Capital (Englewood Cliffs, N.J.: Prentice-Hall,
1970), p. 194, ha caracterizado el «punto de partida fisheriano» como «situar las elecciones de consumo
intertemporales subyacentes en el centro del análisis». En ese sentido, el enfoque de Hayek es, cierta-
mente, fisheriano.
51. F.A. Hayek, capítulo 4, más abajo, p. 79.
52. Murray Milgate presumiblemente pensaba en algo así cuando atribuyó al artículo de Ha-
yek de 1928 (más bien que a Fisher, o antes de él, Böhm-Bawerk o Ricardo) el originar la idea de la
teoría del equilibrio general intertemporal. Véase Murray Milgate: «On the Origin of the Notion of
“Intertemporal Equilibrium”», Economica, N.S., vol. 46, febrero de 1979, pp. 1-10.

xxxiii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

problemas de la planificación intertemporal relacionados con una variedad


de bienes de consumo y capital y una variedad de agentes.
En contraste con el trabajo anterior de Hayek sobre los ciclos económicos, La
teoría pura del capital hace poca referencia a los escritos de Ludwig von Mises.
Ciertamente, Hayek ofrece de pasada un reconocimiento global a la obra de
Mises acerca del ciclo económico.53 La única obra específica de Mises que cita,
y ello en un apéndice, es una monografía de 1928 sobre la política monetaria,54
aunque un ensayo de Mises de 1933 sobre el «capital inconvertible»55 apa-
reciese en la bibliografía.56 No se refiere a la Nationalökonomie de Mises, el
predecesor en idioma alemán del opus magnum Human Action de Mises (en
la que se discute predominantemente la teoría del capital), publicada en 1940,
pero esto se debe a que no lo recibió en forma de manuscrito hasta agosto de
1939, cuando su propio manuscrito estaba más o menos completado.57
En opinión de Hayek, las teorías del capital e interés más útiles para su
análisis de la producción eran las que seguían las líneas de Jevons, Böhm-
Bawerk y Wicksell, «que subrayaban la “productividad del capital” y que,
en consecuencia, estaban basadas en un análisis de la estructura material
de la producción».58 Mises, por el contrario, estaba a favor de una teoría del
interés (llamada a veces la teoría de la «pura preferencia temporal») que
considera irrelevante la productividad material de los bienes de capital en
ambos sentidos para explicar el tipo de interés. Para Mises, la productividad
de tener herramientas adicionales solo explica los precios de su alquiler (como
había argumentado Böhm-Bawerk). La transformación intertemporal en

53. Hayek, capítulo 4, más abajo, p. 83.


54. Ludwig von Mises, «Monetary Stabilization and Cyclical Policy», en On the Manipulation
of Money and Credit, comp. Percy L. Greaves Jr., traducido por Bettina Bien Greaves (Dobs Ferry, NY:
Free Market Books, 1978), pp. 57-203.
55. Ludwig von Mises, «Das festangelegte Kapital» [1931], reimpreso como «Inconvertible Capital»,
en Epistemological Problems of Economics (Nueva York: New York University Press, 1981), pp. 217-31.
56. La bibliografía original de Hayek sigue a los apéndices de más abajo.
57. Ludwig von Mises, Nationalökonomie: Theorie des Handels und Wirtschaftens (Ginebra:
Éditions Union, 1940); Mises, Human Action 3.ª ed. (Chicago: Regnery, 1966). Hayek menciona que
acababa de recibir el manuscrito en su carta del 28 de agosto de 1939 a Fritz Machlup, The Fritz Machlup
Collection, Caja 43, carpeta 15, The Hoover Institution Archives, Stanford, California. Hayek revisó
el libro en 1941 (véase la nota 59, más abajo).
58. F.A. Hayek, más abajo, p. 77.

xxxiv
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

términos de valor es totalmente el resultado de descontar al valor presente


los precios de los bienes de capital; a su vez, el tipo de descuento se explica
totalmente por la preferencia temporal. Mises tenía poco que decir acerca del
compromiso entre el output físico del futuro cercano y futuro distante. Para
un fisheriano, este compromiso es crucial a la hora de determinar la escasez
prospectiva del output del futuro cercano frente al del futuro distante, y de
esa forma, el tipo de equilibrio de la preferencia temporal. Cuando Hayek
subsiguientemente revisó la Nationalökonomie de Mises, en las páginas del
Economic Journal, comentó, por consiguiente, que «en una primera lectura,
su desarrollo del elemento psicológico de la teoría de Böhm-Bawerk, aunque
muy esclarecedor a algunos respectos, parece, para el que la revise, mucho
menos convincente que la mayor parte de la obra».59

los debates de los 1930 acerca del capital

En una serie de artículos periodísticos en los 1930, Hayek (con la ayuda de


Fritz Machlup) debatió detenidamente acerca de la teoría del capital con Frank
Knight y más brevemente con Nicholas Kaldor.60 Quizá sorprendentemente,

59. F.A. Hayek, «Review of Nationalökonomie: Theorie des Handelns und des Wirtschaftens,
por L. Von Mises», Economic Journal, vol. 51, abril de 1941, p. 125.
60. Los artículos más importantes de Frank Knight fueron: «Capitalist Production, Time and the
Rate of Return», en Economic Essays in Honour of Gustav Cassel (Londres: Allen and Unwin, 1933),
pp. 327-42; «Capital Time and the Interest Rate», Economica, N.S., vol. 1, agosto de 1934, pp. 257-86;
«Professor Hayek and the Theory of Investment», Economic Journal, vol. 45, marzo de 1935, pp. 77-
94; «Professor Knight and the “Period of Production”: Comment», Journal of Political Economy, vol.
43, octubre de 1935, pp. 625-27; «The “Period of Production”: A Final Word», Journal of Political
Economy, vol. 43, diciembre de 1935, p. 808. Hayek y Machlup contraatacaron con: F.A. Hayek, «The
Maintenance of Capital», Economica, N.S., vol. 2, agosto de 1935, pp. 241-76; Hayek, «The Mithology
of Capital»; Fritz Machlup, «Professor Knight and the “Period of Production”», Journal of Political
Economy, vol. 43, octubre de 1935, pp. 577-624; Machlup, «The “Period of Production”: A Further
Word», Journal of Political Economy, vol. 43, diciembre de 1935, p. 808.
Kaldor criticó a Hayek en «The Recent Controversy on the Theory of Capital», Econometrica, vol.
5, julio de 1937, pp. 201-33; «Capital Intensity and the Trade Cycle», Economica, N.S., vol. 6, febrero de
1939, pp. 40-66; y «Professor Hayek and the Concertina Effect», Economica, N.S., vol. 9, noviembre de
1942, pp. 359-82. Las respuestas de Hayek a los dos primeros artículos vinieron en el presente volumen.
Estos debates se reproducen en Capital and Interest, que comprende el volumen 11 (próxima pu-
blicación) de The Collected Works of F.A. Hayek.

xxxv
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el debate Hayek-Knight no figura explícitamente en La teoría pura del ca-


pital. Todas las referencias a Knight, con una excepción, son favorables.61 La
excepción registra el disenso de Hayek sobre la noción «mística» de Knight
de que debe considerarse el capital como un fondo perpetuo y refiere al lector
al artículo de 1936 de Hayek sobre «The Mythology of Capital».62
Sin embargo, las importantes diferencias entre Hayek y Knight siguen
siendo evidentes en La teoría pura del capital. Hayek criticó fuertemente el
enfoque (que atribuyó a la escuela de Cambridge, pero que era a este respecto
parecido al de Knight) que «trata a una parte del capital como permanente
y a la otra parte como que no lleva consigo ninguna clase de espera: así se
pasan por alto todos los problemas del capital».63 A lo largo de todo el libro
aparece el rechazo de Hayek de las proposiciones de Knight de que: (1) puede
considerarse el capital como un fondo homogéneo; (2) se toma por dado el
mantenimiento permanente del capital; (3) no hay ninguna distinción con
sentido económico que pueda hacerse entre «factores originales» (tierra y
trabajo) y capital; (4) el input y el output tienen lugar al mismo tiempo, de
forma que la producción es esencialmente instantánea y los conceptos de la
duración temporal en la producción (el periodo de producción o el periodo
de inversión) carecen de utilidad; y (5) la producción y el consumo son si-
multáneos, de forma que no tiene sentido hablar de «espera».64

61. Quizá la falta de crítica explícita de Knight el que Shackle, «F.A. Hayek» p. 166, creía que
«cuando llegó a escribir La teoría pura del capital… su actitud se había ablandado claramente hacia
Frank Knight». Sin embargo, no es evidente que Knight hubiese persuadido a Hayek de nada, aparte
del predominio de la productividad por encima de la preferencia temporal a la hora de explicar el tipo
de interés (la postura que reconsideró más tarde Hayek).
62. F.A. Hayek, capítulo 7, más abajo, p. 136; Hayek, «The Mythology of Capital», op. cit.
63. F.A. Hayek, capítulo 24, más abajo, p. 381. Véase en Israel Kirzner, An Essay on Capital (Nueva
York: Kelley, 1966), caps. 2-3, una penetrante crítica de los apoyos conceptuales de la teoría del capital
de Knight. El ensayo de Kirzner está reimpreso en Ídem, Essays on Capital and Interest: An Austrian
Perspective, (Cheltenham: Edward Elgar, 1996).
64. Ross Emmett explica la última de estas proposiciones: «El enfoque de Knight nos pide
considerar que el output de la economía es como una producción musical coral… el acto del coro de
producir la música de la que disfrutamos es simultáneo a nuestro acto de consumo. La producción es la
creación de un flujo de servicios agradables; el consumo es el disfrute del flujo de servicios —aun-
que a menudo distingamos entre ellos, los dos procesos tienen lugar en el mismo momento». Ross
B. Emmett, «What is Truth in Capital Theory? Five Histories Relevant to the Evaluation of Frank

xxxvi
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

Alan Ebenstein ha sugerido que el conflicto entre la teoría del capital de


Knight y Hayek siguió siendo una cuestión en vigor en la Universidad de
Chicago (en la que había enseñado Knight) cuando Hayek se incorporó al
Comité sobre el Pensamiento Social de esta Universidad en 1950. Cita al
economista de Chicago Milton Friedman diciendo que el departamento de
economía de Chicago «no estaba de acuerdo con la economía [de Hayek],
Precios y producción, su teoría del capital —si hubiesen estado buscando en
todo el mundo un economista para añadir a su equipo, su prescripción no
habría sido el autor de Precios y producción».65

acogida y subsiguiente influencia sobre


la corriente principal de la economía

Se publicó La teoría pura del capital justamente cuando la «revolución key-


nesiana» estaba sacudiendo la profesión económica. Desde la perspectiva de
la «nueva economía» de un desempleo generalizado del trabajo y capital (por
tanto, claramente no escaso), la preocupación de Hayek por asignar de forma
óptima los factores escasos de producción estaba desesperadamente pasada
de moda. Hayek era un bien conocido crítico de Keynes y el párrafo final del
libro era rotundamente antikeynesiano, por lo que la acogida del libro por
parte de los profesionales de la economía fue, en consecuencia, gélida. En la
frase de apertura de un largo ensayo de revisión en la American Economic
Review, Arthur Smithies mostró su agrado por el mensaje de Hayek al fun-
damentalismo religioso de otro tiempo:

El profesor Hayek ha dirigido una contundente apelación a sus colegas eco-


nomistas para dejar de ir en pos del becerro de oro y volver a la contemplación

Knight’s Contribution to de Capital Controverse», en New Economics and its History, comp. John
B. Davis, suplemento anual de la History of Political Economy, vol. 29 (Durham: Duke University
Press, 1998) pp. 231-50. Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell, pp. 109-13, ofrece una descripción
útil de los cuatro últimos de estos puntos de vista de Knight y las posturas austriacas en contraste
de Wicksell y Hayek. El contraste entre Knight y Hayek sobre la primera proposición fue señalado
por R.G. Hawtrey, «Professor Hayek’s Pure Theory of Capital», Economic Journal, vol. 51, junio-
septiembre de 1941, p. 287.
65. Alan Ebenstein, Friedrich Hayek: A Biography (Nueva York: Palgrave, 2001), pp. 172-73.

xxxvii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de los fundamentos de la economía; y como su creencia es, y siempre ha


sido, que la verdad última ha sido revelada en diversos grados a Jevons,
Böhm-Bawerk y Wicksell, su presente libro consiste principalmente en la
más alta crítica de la obra de estos autores, y no en la nueva evolución de la
doctrina económica.66

Kenneth Boulding ofreció una analogía similar, aunque parece ver a


Hayek con más simpatía:

La economía de la sorpresa de Mr. Keynes, como la de Hitler, puede ser ad-


mirable a la hora de dar lugar a un éxito inmediato espectacular, pero necesi-
tamos economistas puritanos como el Dr. Hayek para señalarnos los futuros
castigos de los placeres de la prodigalidad y advertirnos sobre el fuego del
infierno del largo plazo.67

Escribiendo dos décadas más tarde, durante el apogeo keynesiano, Carl


Uhr comentó:

Para su tiempo, aproximadamente 1920-35, los análisis del tipo Wicksell-


Åkerman-von Hayek representaron unos logros sobresalientes, tanto en la
teoría del capital, como en la del ciclo económico. Desde entonces, y espe-
cialmente con la llegada de la llamada «revolución keynesiana», se oye muy
poco de los análisis de la estructura del capital, por una parte y, por otra, de
las explicaciones del punto de inflexión superior de los ciclos económicos
basadas en la escasez de capital.68

La teoría keynesiana describía la renta corriente como próximamente


determinada por el gasto corriente (Y = C + I + G) y no por la producción
anterior. El «flujo circular» reemplazaba a la teoría del capital en macroeco-

66. Smithies pasó a identificarse como «un renegado de la fe austriaca» que encontraba difícil
«evaluar sus antiguas creencias con la tolerancia y empatía que merecen». Atribuyó su «apostasía» a la
influencia de Schumpeter, Knight y Keynes. Véase «Professor Hayek on The Pure Theory of Capital»,
p. 767 de Smithies.
67. Boulding, «Review of The Pure Theory of Capital», p. 131.
68. Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell, p. 143.

xxxviii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

nomía. El análisis del periodo corriente desplazaba al análisis intertemporal.


El tipo de interés ya no jugaba un papel equilibrador. Dejada a sus propias
fuerzas, la economía podía fácilmente quedarse atascada en un nivel de gasto
demasiado pequeño para conseguir el pleno empleo. Smithies encontraba
notable (obsérvese su claramente burlón uso de las comillas) que «el punto
de vista del profesor Hayek sea que una economía “real”, dejada a sus propias
fuerzas, consiga automáticamente el “equilibrio” y que las perturbaciones
que ocurren en la vida real se deban a la subversiva influencia del dinero».69
La teoría keynesiana, como dice Uhr, «degradaba» el tipo de interés desde su
papel de guiar la asignación intertemporal al de recompensar el sacrificio de
la liquidez.70 Aunque nunca se convirtiese en la doctrina dominante, algunos
keynesianos casi rechazaron la idea de que el capital es escaso y tiene que
ser asignado cuidadosamente, a favor de la tesis del «estancamiento secular»
de que los usos remunerativos del capital son, o pronto serán, difíciles de
encontrar.
Sean cuales fueren todas las razones del éxito de la revolución keynesia-
na, la popularidad del enfoque de Hayek sufrió, sin duda, en parte debido
a la posición de su política.71 Los economistas y los instrumentadores de la
política económica, ansiosos de hacer algo en relación con la Gran Depresión,
rechazaron el consejo de Hayek de una política monetaria no activa. Uhr
escribió del «fracaso [de los hayekianos] para interpretar la Gran Depresión
de una manera con suficiente sentido para sugerir criterios a efectos de una
política económica realizable».72 El mensaje de Hayek —que la forma de
evitar un colapso económico es impedir que la política monetaria cree en
primer lugar un boom insostenible— fue considerado como un «consejo de
perfección» irrelevante en medio de una profunda depresión. El hecho de
que se reimprimiese más tarde pasajes de La teoría pura del capital en un
compendio de Los críticos de la economía keynesiana pone de manifiesto

69. Smithies, «Professor Hayek on The Pure Theory of Capital», p. 769.


70. Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell, p. 143.
71. Véase las razones del éxito de la revolución keynesiana en Mark Blaug, «Second Thoughts
on the Keynesian Revolution», History of Political Economy, vol. 23, verano de 1991, pp. 171-92; cf.
Bruce Caldwell, «Editor’s Introduction», Contra Keynes and Cambridge: Essays, Correspondence, que
comprende el volumen 9 (1995) de The Collected Works of F.A. Hayek, pp. 31-40.
72. Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell, p. 144.

xxxix
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la cuestión de que el análisis de Hayek era ajeno a la nueva tendencia ma-


croeconómica predominante.73
Desde el final de los 1950, algunos de los problemas que abordó la teoría
del capital de Hayek han reclamado la atención de los economistas, bajo la
forma de la teoría neoclásica del crecimiento desarrollada por Robert Solow y
otros. La teoría del crecimiento se ocupa en su totalidad de la asignación inter-
temporal, especialmente el compromiso entre el consumo presente y futuro
(vía el ahorro y la acumulación del capital). Y sin embargo, la obra de Hayek
no tuvo ningún impacto aparente sobre el desarrollo de la teoría neoclásica
del crecimiento. Jack Birner ha ofrecido dos explicaciones.74 La primera es que
los teóricos del crecimiento estaban demasiado centrados en los problemas
inmediatos de la modelización y econométricos para buscar orientación en
viejos libros y periódicos. La segunda es que lo que efectivamente sabían acerca
de la bibliografía más antigua no les animaba a seguir buscando. Birner relata
una entrevista con Solow en apoyo de la segunda explicación:

En una entrevista con el autor (20 de abril de 1989), Solow admitió que conocía
Prices and Production de Hayek: «Leí a Hayek cuando era estudiante (…),
lo encontré completamente incomprensible. Se me asignó leer Prices and
Production (…) [no se trataba] tanto de que pensase que estaba equivocado,
como de que no lo entendiese (…), pensaba que algo le tenía que pasar al
hombre que pudiese escribir eso (…) y nunca volví a leer [ninguna otra obra
de Hayek], simplemente lo encontraba incomprensible».75

Esta afirmación es congruente con la observación de Solow publicada an-


teriormente de que «encuentro las anteriores discusiones [entre Böhm-Bawerk
y Clark y entre Hayek y Knight] terriblemente confusas y ocasionalmente
incomprensibles para un economista contemporáneo».76

73. Henry Hazlitt, comp., The Critics of Keynesian Economics (Princeton: D. Van Nostrand, 1960),
cap. 7.
74. Jack Birner, The Cambridge Controversies in Capital Theory; A Study in the Logic of Theory
Development (Londres: Routledge, 2002), pp. 25-27.
75. Íbid. p. 27.
76. Solow, Capital Theory and the Rate of Return, p. 9. Puedo informar personalmente de una
reacción similar de otro importante economista neoclásico: como estudiante de último año, en el otoño

xl
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

Si Solow hubiese leído La teoría pura del capital o los debates Hayek-
Knight, es probable que hubiera encontrado poco que hacer con ellos. Aunque
la teoría del crecimiento neoclásica gira en torno al compromiso entre el
consumo (de hoy) y la acumulación de capital (a efectos del consumo futuro),
típicamente trata el stock de capital como un agregado indiferenciado. En los
modelos de crecimiento de un sector, el bien de capital es incluso idéntico
al bien de consumo. El capital en masse (denominado K) se combina con el
trabajo (L) en la producción, estando gobernado por el nivel de tecnología el
volumen resultante de output. El transcurso del tiempo entra en el modelo
bajo la forma de sendas temporales para la acumulación de capital, el creci-
miento de la fuerza de trabajo y el crecimiento del output, y no en la forma
de una producción que consume tiempo. Los teóricos del «ciclo económico
real» adoptaron subsiguientemente el modelo de Solow para ayudar a explicar
los ciclos económicos (el impulso que prefieren para generar el ciclo econó-
mico son los shocks de la tecnología y no los shocks monetarios, de lo que
viene la etiqueta «real»). Más recientemente, los teóricos del «crecimiento
endógeno» se han centrado en explicar las mejoras tecnológicas que están
empíricamente asociadas con la parte del león del crecimiento del output
per cápita (la parte asociada a la acumulación de capital es mucho menor).
La teoría del capital de Hayek, por el contrario, se centra en el trans-
curso del tiempo dentro de un proceso de producción que tiene lugar entre
la aplicación de los inputs y la aparición final de los bienes de consumo. Es
importante para la teoría que el capital tome la forma de bienes en proceso
parcialmente terminados y herramientas no permanentes dirigidas a producir
outputs concretos en fechas futuras concretas. La estructura y composición
del stock de capital —no simplemente la cantidad agregada de capital— afecta
crucialmente, tanto al crecimiento a largo plazo, como a los ciclos económicos.
Los exponentes de la teoría neoclásica del capital han pasado por alto de
forma similar La teoría pura del capital, incluso al discutir los conceptos

de 1976, abordé a Kenneth Arrow, uno de los principales arquitectos de la teoría moderna del equilibrio
general, para ver si estaría interesado en supervisar una tesis que me proponía escribir acerca de La
teoría pura del capital (todavía no había leído el libro, pero había leído a Böhm-Bawerk y pensaba que
estaba preparado). Arrow me dijo que en una ocasión había tratado de leer La teoría pura del capital,
pero lo había encontrado demasiado difícil de entender.

xli
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

teóricos austriacos del capital. Jack Hirshleifer, en un libro de texto que sigue
las líneas de Fisher, solo ha citado a Böhm-Bawerk y a Wicksell en conexión
con las nociones del periodo de producción y del capital en cuanto bienes en
proceso.77 Esto es comprensible, dado que Hirshleifer no fue más allá del caso
estacionario simple de Böhm-Bawerk de un bien de capital homogéneo en
diversos estadios de perfeccionamiento (la parábola del grupo de árboles en
crecimiento, de diversas edades), mientras que el propósito de Hayek en La
teoría pura del capital (como se ha señalado más arriba) era precisamente
investigar casos más complicados. Edwin Burmeister, en una monografía
acerca de Capital Theory and Dynamics mencionaba de pasada «la tradición
austriaca que se asocia a economistas tales como Böhm-Bawerk, Wicksell y
Hayek», pero ni citó ni enumeró en su bibliografía obra alguna de ninguno
de los tres.78

la teoría austriaca del capital después de hayek

Hay al menos dos ramas de la teoría austriaca del capital desde 1941. En
Europa, John Hicks y subsiguientemente Peter Bernholz, Malte Faber y
sus asociados,79 desarrollaron una teoría del capital «neoaustriaca» basada
más en Böhm-Bawerk que en el Hayek de La Teoría pura del capital. Los
esfuerzos «neoaustriacos» de Hicks comenzaron con un ensayo de 1967 que
reconsideraba Precios y producción. Hicks propuso que la teoría de Hayek
era «un predecesor de la teoría del crecimiento de los años más recientes» y
brevemente esbozó una teoría de los cambios seculares en los factores reales
(en vez de las perturbaciones monetarias de la teoría del ciclo de Hayek)
que podrían dar lugar a la escasez de capital que es característica de la crisis

77. Hirshleifer, Investment, Interest and Capital, pp. 187-92.


78. Edwin Burmeister, Capital Theory and Dynamics (Cambridge: Cambridge University Press,
1980), pp. 144-54.
79. John Hicks, Capital and Time: A Neo-Austrian Theory (Oxford: Clarendon Press, 1973).
Acerca de las diferencias entre las escuelas neo-austriaca y austro-americana véase Malte Faber, «On
the Development of Austrian Capital Theory» en Faber, comp., Studies in Austrian Capital Theory,
Investment and Time, pp. 12-43; Ingo Pellengahr, «Austrians Versus Austrians I: A Subjectivist View
of Interest» en Íbid, pp. 60-77; e idem, «Austrians Versus Austrians II: Functionalist Versus Essentialist
Theories of Interest», en íbid, pp. 78-95.

xlii
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

hayekiana.80 En la monografía de 1973 Capital and Time: A Neo-Austrian


Theory, Hicks desarrolló con algún detalle las implicaciones de una tecnología
de producción «austriaca» (desfases temporales entre los inputs y los outputs
resultantes) a efectos de la teoría del crecimiento.81 Aunque mencionaba a
Hayek, Hicks no hacía ninguna referencia ahí a La teoría pura del capital.
Los subsiguientes teóricos del capital «neoaustriacos» se han centrado en
el análisis matemático de la producción que tiene lugar en el tiempo. A ese
respecto, el espíritu de su investigación está cercano a los capítulos centra-
les de La teoría pura del capital: analizan la asignación intertemporal bajo
varios supuestos acerca de la estructura temporal de las técnicas de produc-
ción disponibles, poniendo correctamente de manifiesto que su obra se basa
directamente en Böhm-Bawerk y Wicksell más bien que en las extensiones
y modificaciones de la obra anterior de Hayek.
En Estados Unidos, los miembros de una escuela «austro-americana» han
combinado de diversas formas el análisis de Hayek de la estructura de la
producción con el análisis de Mises del interés basado en la «pura preferencia
temporal». Podemos situar dentro de esta escuela al mismo Mises, (que se
trasladó a EE.UU. en 1940, enseñó en la Universidad de Nueva York de 1945
a 1969 e incluyó capítulos sobre el capital e interés en su Human Action de
1949), a Ludwig Lachmann (que publicó Capital and Its Structure en 1956
mientras enseñaba en Suráfrica, pero que luego se convirtió en profesor visi-
tante en la Universidad de Nueva York), a Murray Rothbard, Israel Kirzner,
Peter Lewin y Roger Garrison.82
Los esfuerzos de Hayek en los capítulos centrales de La teoría pura del
capital fueron implacablemente abstractos y constructivos, dedicados a
formar e ilustrar proposiciones de equilibrio comparativo bajo supuestos
estrictamente simplificadores. Por el contrario, la obra de Lachmann fue

80. John Hicks, «The Hayek Story», en Critical Essays in Monetary Theory (Oxford: Clarendon
Press, 1967), p. 211.
81. Hicks, Capital and Time.
82. Mises, Human Action; Ludwig Lachmann, Capital and Its Structure (Londres: Bell & Sons,
1956; reimpresión, Kansas City, M.O.: Sheed Andrews and McMeel, 1978; Murray Rothbard, Man,
Economy and State (Los Angeles, Nash Publishing, 1962); Kirzner, Essays on Capital; Peter Lewin,
Capital in Disequilibrium: The Role of Capital in a Changing World (Londres: Routledge, 1999); y
Roger Garrison, Time and Money: the Macroeconomics of Capital Structure (Londres: Routledge, 2001).

xliii
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

implacablemente deconstructiva, dedicada a poner de manifiesto lo que se


pierde en la abstracción de las complejidades de la estructura del capital. Los
esfuerzos de Hayek no quedaron excluidos de la crítica de Lachmann.83 Hayek
era consciente de lo que se perdía en su construcción abstracta de modelos
dirigida a aislar aspectos particulares de la estructura del capital e insertó
advertencias adecuadas a lo largo de La teoría pura del capital, pero no ha-
bría escrito el libro como lo hizo si no hubiese pensado que puede ganarse
algo de tales abstracciones, a saber, explicaciones útiles de los fenómenos del
mundo real. Por ello, es algo sorprendente leer la siguiente afirmación de
Hayek en su entrevista con Jack High:

Creo que las conclusiones más útiles extraídas de lo que he hecho están real-
mente en el libro de Lachmann sobre el capital. Como tantas cosas que he
intentado en economía, me temo que esta obra sobre la teoría del capital, más
que dar explicaciones precisas, lo que hace es mostrar una barrera de hasta
dónde podemos llegar con ellas. En realidad, todo lo que he puesto de relieve
—la complejidad de los fenómenos en general, el carácter desconocido de los
datos, etc…— lo que hace es mucho más señalar los límites a lo que podemos
conocer, más que contribuir a hacer posibles predicciones específicas.84

Quizá podamos atribuir esta afirmación al estado de ánimo pesimista de


Hayek en ese momento. Si bien La teoría pura del capital no permite predecir
magnitudes específicas, lo que sí hace (a diferencia de la obra de Lachmann)
es intentar predecir patrones de la asignación de los recursos.
El perspicaz Essay on Capital de Israel Kirzner se inspiró ampliamente en
La teoría pura del capital, citándola al menos dos docenas de veces.85 Dado
el propósito de Kirzner de dar lugar a una discusión crítica del papel del ca-
pital como un «prólogo» a La teoría del capital,86 no es sorprendente que se
inspirase sobre todo en los siete primeros capítulos «introductorios» de La
teoría pura del capital más bien que en los capítulos técnicos que se ocupan
del análisis de equilibrio de los diversos patrones temporales de producción.
Obras más recientes dentro de la tradición «austro-americana» de Garrison y

83. Lachmann, Capital and Its Structure, pp. 59-62.


84. Hayek, Hayek on Hayek, p. 142.
85. Kirzner, Essay on Capital.
86. Íbid. p. 2

xliv
INTRODUCCIÓN DEL EDITOR

Lewin, como las obras que acabamos de citar de Mises, Lachmann y Kirzner,
han sido, en gran medida, discusiones temáticas acerca de la teoría del capital
y sus implicaciones y no ejercicios para elaborar la teoría del capital a efectos
del análisis del equilibrio comparativo.87
Al aplicar la teoría del capital de Hayek al análisis de los ciclos económicos,
Garrison ha vuelto conscientemente al modelo más manejable de Precios y
producción. Como observaron Hayek y Machlup en las declaraciones de la
entrevista usadas como nuestro epígrafe, nadie ha intentado luego elaborar
o aplicar las herramientas analíticas desarrolladas específicamente en La
teoría pura del capital.
Si «el tiempo y el dinero» son «los universales de la teorización macroeco-
nómica» como ha dicho Garrison,88 entonces, La teoría pura del capital, en la
forma en la que la dejó Hayek, se queda corta en macroeconomía. Se centra
en el tiempo (en la producción) excluyendo el dinero. Garrison, que ha hecho
más que nadie para mantener la teoría del ciclo económico austriaca como
un proyecto vivo de investigación, argumenta que los diagramas tridimen-
sionales de La teoría pura son más elaborados de lo que es apropiado para
el análisis macroeconómico, mientras que el simple triángulo de Precios y
producción «es justamente lo correcto».89 Según este punto de vista, no es
accidental que ni Hayek ni ningún otro haya usado La teoría pura del capital
(más bien que Precios y producción) en un trabajo que extienda o aplique
empíricamente la teoría austriaca del ciclo.

87. Roger W. Garrison, «A Subjectivist Theory of a Capital-using Economy», en Mario Rizzo y


Gerald P. O’Driscoll Jr., The Economics of Time and Ignorance, 2.ª ed. (Londres: Routledge, 1996) pp.
160-87; y Lewin, Capital in Disequilibrium. La bibliografía de historia de las doctrinas acerca del pro-
grama de investigación de Hayek del ciclo económico y la teoría del capital es demasiado amplia para
revisarla aquí, pero es de señalar que incluye a Gerald P. O’Driscoll Jr., Economics as a Coordination
Problem: The Contributions of Friedrich A. Hayek (Kansas City: Sheed, Andrews and McMeel, 1977)
y G.R. Steele, Keynes and Hayek: the Money Economy (Londres: Routledge, 2001). Son dos útiles co-
lecciones de ensayos: Marina Colonna & Harald Hagemann, comps., Money and Business Cycles: The
Economics of F.A. Hayek, vol. 1 (Aldershot: Edward Elgar, 1994) y Marina Colonna, Harald Hagemann
y Omar Hamouda, comps., Capitalism, Socialism and Knowledge, The Economics of F.A. Hayek, vol.
2 (Aldershot: Edward Elgar, 1994).
88. Roger W. Garrison, «Time and Money: the Universals of Macroeconomic Theorizing», Journal
of Macroeconomics, vol. 6, primavera de 1984, pp. 197-213.
89. Garrison, Time and Money, p. 11.

xlv
F.A. HAYEK
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL
PREFACIO

Este estudio altamente abstracto de un problema de la teoría económica pura


ha surgido de la preocupación por una de las más prácticas y apremiantes
cuestiones a las que se tienen que enfrentar los economistas, el problema
de las causas los ciclos económicos. El intento de elaborar una cadena de
razonamientos que parece arrojar una importante luz sobre esta cuestión
me ha dejado dolorosamente claro que algunas de las herramientas teóricas
de las que disponemos en la actualidad son totalmente inadecuadas para la
tarea. La naturaleza de la contribución a la explicación del ciclo económico
que he intentado realizar ha llevado consigo un amplio uso de conceptos y
teoremas que caen en el terreno de la teoría del capital y el interés. Se trata
evidentemente de un campo que, por encima de todos, ha sido el centro del
interés teórico desde el comienzo de nuestra ciencia. La razón de por qué, a
pesar de ello, los resultados del trabajo pasado acerca de estos problemas han
resultado ser herramientas insatisfactorias en el análisis de fenómenos más
complicados parece ser, como trato de explicar en los capítulos de introduc-
ción, que en el pasado se han estudiado estos fenómenos con un propósito
diferente y basándose en supuestos que les despojan de la mayor parte de
su importancia en un contexto diferente.
En esta situación, parecía obligatorio, antes de seguir con una elaboración
ulterior de la explicación del ciclo económico, volver a la revisión de los
fundamentos y elaborar una teoría de la producción capitalista que resulte
adecuada para el análisis de los cambios dinámicos. Con gran reticencia, me
he convencido a mí mismo de esta necesidad, y simpatizo con la actitud pre-
dominante, que muestra una creciente impaciencia con todos los intentos de
un ulterior refinamiento del trabajo abstracto fundamental y que está ansiosa
de continuar con el trabajo más concreto sobre los procesos que observamos
en el mundo real. Sin embargo, he quedado claramente convencido de que
nada retrasa tanto el progreso real como esta impaciencia misma que se
olvida de la necesidad de empezar por exponer claramente los fundamentos.

3
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Mi reticencia a emprender este trabajo habría sido todavía mayor si,


desde el comienzo, hubiese sido consciente de la magnitud de la tarea que
me esperaba. En un principio, este estudio iba dirigido a ser poco más que
una exposición sistemática de lo que yo imaginaba que era un cuerpo bas-
tante completo de doctrina que, en el curso de los años, había evolucionado a
partir de los fundamentos establecidos por Jevons, Böhn-Bawerk y Wicksell.
Apenas me imaginaba que esta tarea de sistematización descubriría serias
lagunas en el razonamiento que todavía había que superar y que algunas de
las simplificaciones empleadas por los primeros autores tenían consecuencias
de tan amplio alcance como para convertir en casi inútiles sus herramientas
conceptuales para el análisis de situaciones más complicadas. La más impor-
tante de estas simplificaciones inadecuadas, de cuyos peligros fui consciente
en una comparativamente temprana fase, fue el intento de introducir el
factor tiempo en la teoría del capital, bajo la forma de un único relevante
intervalo temporal —«el periodo medio de producción»; pero gradualmente
se hizo claro que esta supuesta simplificación se evadía de tantos problemas
esenciales que el intento de sustituirla por una tratamiento más apropiado
del factor tiempo suscitaba una serie de cuestiones que nunca habían sido
realmente consideradas y para las que había que encontrar respuestas.
Era inevitable que en un primer enfoque de un análisis de los problemas
dinámicos en este terreno, debería haber usado cualesquiera herramientas
disponibles y no tengo que quejarme de los variados malentendidos que ha
causado el uso de estos imperfectos instrumentos y de las objeciones a las
que ha dado lugar, y sería ocioso fingir que yo he sido siempre consciente de
todas las limitaciones y peligros de lo que seguía considerando como legítimas
simplificaciones; pero, si bien sigo creyendo en la corrección fundamental
del enfoque general que seguía entonces, sería inexcusable si en esta fase
dejase de intentar remediar los demasiado evidentes defectos de las antiguas
herramientas teóricas.
Podría objetarse que cualquier revisión de la teoría pura que fuere necesaria
debería hacerse en conexión con el trabajo sobre los fenómenos concretos, en
donde se pudiese contrastar inmediatamente la utilidad de todos sus resultados;
y que todo lo que se ha dicho aquí no justifica la publicación de un volumen de
este tamaño, limitado enteramente a la teoría pura. Espero que el lector, antes
de que haya avanzado mucho en este libro, se dé cuenta de que la dificultad

4
PREFACIO

y complejidad de los problemas de los que se trata, han hecho muy necesario
un tratamiento sistemático de estas cuestiones por sí mismas. El hecho es
que, tan pronto como suprimimos las más importantes de las simplificaciones
tradicionalmente empleadas en este terreno por los economistas, nos encon-
tramos con nuevos problemas de un tipo que en otras partes de la economía
han sido resueltos hace tiempo por medio de un paciente análisis, mientras
que en el terreno de la teoría del capital, se sigue esperando que se cumpla
esta tarea. En otros departamentos de economía, puede estar muy justificada
la impaciencia mostrada a menudo por ulteriores refinamientos, mientras
que no hayamos hecho uso con éxito del trabajo más abstracto ya realizado,
pero lo que requiere la teoría del capital es precisamente un ulterior análisis.
Sin embargo, temo que el lector encuentre los auténticos fallos de este
libro, no tanto en su limitación a los problemas más abstractos, sino más bien
en el hecho de que incluso dentro de estos límites, deje sin resolver algunos
problemas de real importancia. En particular, soy dolorosamente consciente
de que la discusión del importante problema de los efectos de los cambios en
la oferta de capital sobre los precios relativos de los diversos factores de pro-
ducción en las secciones posteriores de la Parte III, no es totalmente adecuada
y requeriría una elaboración considerable para hacer que fuese algo así como
exhaustiva, lo que sería sin duda muy deseable, suponiendo que tengamos
que deshacer nuestros pasos y volvamos una vez más a todo el campo de la
teoría pura del capital, cosa que debería hacerse de una vez por todas. No
puedo pretender haber tenido éxito al hacerlo, pues, sin duda, requeriría una
considerable discusión ulterior, antes de que dejar en un estado totalmente
satisfactorio esta parte de la teoría general. Solo puedo afirmar que me he
esforzado honesta y pacientemente en desentrañar lo que incluso ahora me
parece, con mucho, la parte más difícil de la teoría económica y que este libro,
con todas sus limitaciones, es el fruto de un trabajo a lo largo de un periodo
tan extenso que dudo si un esfuerzo suplementario por mi parte merecería
sus resultados. Quizá haya también algo que decir, incluso a estas alturas, en
favor de una exposición que se limite a los problemas centrales sin seguir por
todas sus ramificaciones y detallar las consecuencias de la solución ofrecida.
Además de estas limitaciones, a las que me he resignado voluntariamen-
te, las circunstancias del tiempo han impuesto ahora otro recorte del plan
original del libro. La redacción final estaba en una fase avanzada cuando

5
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

estalló la guerra y quedó claro que, si podía tener en absoluto la esperanza


de publicar el libro, no podía retrasarlo demasiado o hacerlo indebidamente
largo. El resultado de esto ha sido que la Parte IV se ha convertido en más
condensada y resumida de lo que pretendía y que ha habido que sacrificar
varios apéndices, en los que había esperado ocuparme de los puntos con-
trovertidos que en años recientes han sido objeto de una amplia discusión.
El mismo destino también ha afectado a un apéndice matemático, en el que
en su momento esperaba reformular las proposiciones teóricas centrales
en forma algebraica; pero no estoy seguro de que haya que considerar su
abandono como una pérdida. La forma matemática de expresión nos ayuda
cuando contribuye a que podamos tratar un mayor número de variables de
las que sea posible ocuparse convenientemente en el lenguaje ordinario, pero
el poder de las herramientas matemáticas, y con la mayor seguridad las que
domino, también tiene sus límites, y los problemas de los que tenemos que
ocuparnos aquí son tan complejos que pronto me di cuenta de que, con el fin
de hacerlos reductibles a un tratamiento matemático exacto, manteniendo
al mismo tiempo este tratamiento en un plano en el que pudiese siquiera
intentarlo, tenía que introducir simplificaciones mucho más drásticas de lo
que parecía compatible con el objeto.
En la medida de lo practicable, he intentado mantener el cuerpo del libro
a salvo de la controversia, lo que no ha sido siempre fácil, ya que a lo largo
de los años en los que el libro ha estado en fase de preparación, su tema se
ha convertido una vez más en el centro de amplias discusiones en las revistas
eruditas. Pero, aunque el libro pretende, en alguna medida, ser una respuesta
a muchas objeciones levantadas contra el enfoque que he empleado en mi
obra anterior acerca del ciclo económico, y aunque espero, en el curso de la
exposición sistemática, abordar la mayor parte de los puntos importantes a
modo de crítica, he encontrado, por lo general, desaconsejable, interrumpir el
argumento principal con referencias explícitas a puntos de vista particulares.
Incluso en lo que se refiere a las más famosas doctrinas y disputas del pasado,
solo las he examinado con mayor detalle allí donde esto parecía arrojar más
luz sobre un punto discutido. Aparte de esto, solo se ha hecho un intento
de seguir el desarrollo de doctrinas particulares en unos pocos casos en los
apéndices. Por muy atractiva que fuese la tarea de escribir una historia de
las doctrinas en este terreno, no puede combinársela con una exposición

6
PREFACIO

sistemática sin oscurecer el guión principal de la solución positiva. En lo


que se refiere a las contribuciones más recientes, he enumerado las que han
llegado a mi conocimiento en la bibliografía que figura al final del volumen.
Si no hay ninguna referencia ulterior a alguna obra en particular, esto no
debe llevar a pensar que no me haya servido de ella de una u otra forma.
Solo me queda expresar mis numerosos reconocimientos a los que me
han ayudado en el desarrollo de las ideas aquí expuestas, o en la preparación
del libro, de otra forma distinta a sus obras publicadas. Debo exponer mi
gratitud, en primer lugar, a las infatigables cuestiones planteadas por una
multitud de estudiantes de la London School of Economics, cuya curiosidad
y agudeza crítica no fueron fáciles de satisfacer, y de los cuales, algunos
de ellos, desde entonces, han hecho su propia contribución al conjunto de
problemas discutidos aquí. Quiero mencionar en particular a este respecto,
ya que la mayor parte de su obra no está publicada, al Dr. Victor Edelberg,
la Dra. Helen Makower y el Dr. G.L. Shackle, de cuyas disertaciones acerca
de temas estrechamente relacionados he aprendido mucho. Varios amigos,
incluyendo al Dr. F. Benham, el Professor G. Haberler, el Profesor F. Ma-
chlup, y el Professor L.C. Robbins, han leído uno o más borradores y me
han ayudado con sus consejos, y se debe en gran medida a ellos que el libro
se acerque a la inteligibilidad. Finalmente, el Dr. V.C. Lutz me ha prestado
su paciente ayuda en lo que ha resultado ser la revisión final del manuscrito
para su publicación, pero, como desde entonces el texto ha sido sometido a
varios cambios, ni el Dr. Lutz, así como ninguno de mis otros amigos tiene
ninguna responsabilidad sobre los deslices o fallos que, sin duda, detectará
el lector.

F. A. Hayek
The London School of Economics and Political Science
Junio, 1940

7
ÍNDICE

Prefacio.................................................................................................. 3
Índice Analítico ................................................................................... 11

Parte I: Introducción .......................................................................... 35


Capítulo I: El ámbito de la investigación.......................................... 37
Capítulo II: El análisis del equilibrio y el problema del capital ....... 49
Capítulo III: La importancia del análisis en términos reales ........... 65
Capítulo IV: La relación de este estudio con las teorías
corrientes del capital .................................................................... 77
Capítulo V: La naturaleza del problema del capital ......................... 89
Capítulo VI: La duración del proceso de producción
y la durabilidad de los bienes: algunas definiciones ................... 107
Capítulo VII: El capital y el «fondo de subsistencia»....................... 127

Parte II: Inversión en una economía simple ..................................... 137


Capítulo VIII: La función de output y la función de input ............. 139
Capítulo IX: El proceso continuo de producción .............................. 157
Capítulo X: La posición de los bienes duraderos en la estructura
de la inversión .............................................................................. 171
Capítulo XI: La productividad de la inversión ................................. 185
Capítulo XII: Planificación de un flujo constante de output ........... 201
Capítulo XIII: Interés compuesto y el tipo de interés instantáneo ... 217
Capítulo XIV: La productividad marginal de la inversión
y el tipo de interés ....................................................................... 225
Capítulo XV: Input, output y el stock de capital en términos
de valor ......................................................................................... 239
Capítulo XVI: El producto marginal de la inversión: el problema
de la atribución (imputación) ...................................................... 249
Capítulo XVII: Preferencia temporal y sus efectos
con rendimientos constantes de la inversión.............................. 263

9
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Capítulo XVIII: Preferencia temporal y productividad:


su importancia relativa ................................................................ 277

Parte III: Producción capitalista en una comunidad


competitiva ....................................................................................... 295
Capítulo XIX: Las condiciones generales de equilibrio ................... 297
Capítulo XX: La acumulación de capital .......................................... 317
Capítulo XXI: El efecto de la acumulación de capital sobre
las cantidades producidas y sobre los precios relativos
de las diferentes mercancías ........................................................ 333
Capítulo XXII: El ajuste de la estructura del capital
ante cambios previstos................................................................. 343
Capítulo XXIII: Los efectos de los cambios imprevistos
y en particular de los inventos .................................................... 357
Capítulo XXIV: La movilidad del capital .......................................... 375
Capítulo XXV: «Ahorro», «inversión» y el «consumo de capital» ... 387

Parte IV: La tasa de interés en una economía monetaria ............... 403


Capítulo XXVI: Factores que afectan al tipo de interés
a corto plazo ................................................................................. 405
Capítulo XXVII: Fuerzas a largo plazo que afectan
al tipo de interés........................................................................... 423
Capítulo XXVIII: Diferencias entre tipos de interés:
conclusiones y perspectiva .......................................................... 451

Apéndice I: Preferencia temporal y productividad ......................... 465


Apéndice II: La «conversión de capital circulante
en capital fijo»................................................................................. 477
Apéndice III: «La demanda de mercancías no es demanda de
mano de obra» VERSUS la doctrina de la «demanda derivada»... 487
Apéndice IV: Un comentario .............................................................. 495
Apéndice V: Una consideración de la preferencia temporal
y la productividad .......................................................................... 497

Bibliografía ........................................................................................... 505


Índice de nombres ................................................................................ 515

10
ÍNDICE ANALÍTICO

Parte I
INTRODUCCIÓN .................................... 35

Capítulo I
El ámbito de la investigación .......................... 37
Objetivos y limitaciones de la investigación ......................................... 37
Por qué se han descuidado en el pasado los problemas que aquí
se discuten ......................................................................................... 38
Los intentos en la dirección correcta quedaban frustrados por
el tratamiento del capital como un factor único ........................... 39
El punto de partida adecuado es una descripción completa
de las partes componentes de la estructura del capital ................. 40
La concentración en conceptos únicos de capital también ha dado
lugar a pasar por alto aspectos importantes del problema.............. 41
Las dos relaciones cuantitativas relevantes ........................................... 41
Se ha pasado por alto estas diferencias porque desaparecen
en el equilibrio estacionario .......................................................... 42
Sin embargo, para el análisis dinámico hay que distinguir
cuidadosamente los dos conceptos ................................................ 43
Algunas causas y consecuencias del tratamiento del capital real
como una cantidad homogénea ..................................................... 44
Esto lleva a una teoría supersimplificada de la demanda derivada ....... 45
El concepto de inversión neta ................................................................ 46

Capítulo II
El análisis del equilibrio y el problema del capital ....... 49
La construcción de un estado estacionario no es adecuada
para la discusión de los problemas del capital............................... 49
Equilibrios generales que no son estacionarios..................................... 50
Equilibrio estacionario sin referencia a lo que sucede en el proceso
de llegar a él ................................................................................... 51

11
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

La ambigüedad del concepto de «dinámica».......................................... 52


Definición del equilibrio no estacionario............................................... 53
Por qué el concepto de un equilibrio parcial temporal es inapropiado
para nuestro propósito ................................................................... 54
Para poder servirnos totalmente del concepto de equilibrio, tenemos
que abandonar el supuesto de que se refiere a algo real............... 56
Equilibrio intertemporal y análisis del capital ...................................... 57
Relación con el análisis causal y con el punto de vista ex ante
y ex post de una situación dada. .................................................... 58
Aplicación a los problemas de la inversión ........................................... 59
La correspondencia entre los planes de producción analizados,
tratándolos como partes de un único plan .................................... 60
Relación de este estado de equilibrio con la realidad ............................ 62

Capítulo III
La importancia del análisis en términos reales .......... 65
El análisis del equilibrio es análisis en términos reales ........................ 65
La introducción del dinero en el análisis del equilibrio daría lugar
a complicaciones innecesarias e irrelevantes ................................ 66
Defectos de los intentos tradicionales de «hacer abstracción
del dinero»...................................................................................... 66
El análisis en términos reales solo es legítimo dentro
de la construcción del equilibrio.................................................... 67
El análisis en términos reales no es inútil ............................................. 68
El argumento usual en defensa del análisis en términos reales
es insatisfactorio ............................................................................ 69
Inestabilidad y carácter autorreversible de los cambios monetarios .... 70
Una ilustración de los diferentes efectos de los cambios reales
y monetarios .................................................................................. 71
Solo puede formularse ciertas condiciones de estabilidad
en términos reales y nada más que en términos reales................ 73
El análisis en términos reales lleva consigo hacer abstracción
de prestar y tomar a préstamo dinero ........................................... 73
Uso del término «tipo de interés» en este estudio ................................ 74
Limitaciones del análisis en términos reales ......................................... 76

12
ÍNDICE ANALÍTICO

Capítulo IV
La relación de este estudio con las teorías
corrientes del capital .................................. 77
Las teorías de la «productividad» del interés sirven de la mayor
ayuda para nuestro propósito ........................................................ 77
Los fundadores del moderno análisis de la productividad .................... 77
El desarrollo del enfoque de la preferencia temporal............................ 79
El desarrollo del enfoque de la productividad ....................................... 80
Predecesores y otras importantes contribuciones ................................. 81
Los dos métodos corrientes de enfoque del problema del capital ......... 83

Capítulo V
La naturaleza del problema del capital................. 89
El análisis del equilibrio elemental se desarrolla como si todos
los recursos productivos fuesen permanentes .............................. 89
En realidad, la mayor parte de los recursos productivos son
de una durabilidad limitada ........................................................... 90
Recursos permanentes y no permanentes............................................. 91
El problema central de cómo la existencia de recursos
no permanentes aumenta el flujo permanente de renta .............. 93
El capital como agregado de todos los recursos no permanentes ......... 94
Relación de este con otros conceptos de capital .................................... 98
Los servicios temporales de los recursos no permanentes
hacen posible que invirtamos los servicios de los recursos
permanentes y con ello incrementemos su rendimiento ............. 100
Las causas de la productividad de la inversión ...................................... 101
No todos los aplazamientos de los rendimientos harán que estos
aumenten ....................................................................................... 101
Servicios de los recursos escasos y libres, utilizados y latentes............ 102
Muchos recursos potenciales se quedan sin usar porque su
explotación requeriría la retirada de otros recursos de su uso
del momento .................................................................................. 103
Hay que considerar el rendimiento de la inversión con respecto
a la pérdida de la satisfacción del momento y el tiempo
que tengamos que esperar este rendimiento ................................ 104

13
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Al ir invirtiendo más recursos del momento, algunos de los


anteriormente recursos latentes también se irán haciendo
escasos y comenzarán a contar como inversiones ........................ 105

Capítulo VI
La duración del proceso de producción y la durabilidad
de los bienes: algunas definiciones ..................... 107
Definición de «input» y «output» ......................................................... 107
Los casos «input continuo-output en un punto» e «input en un
punto-output continuo» ................................................................ 108
Hay casos especiales de demanda y oferta conjuntas ........................... 109
Combinación de los dos aspectos en el proceso completo de
producción ...................................................................................... 110
Periodos de inversión y «periodos de producción» o la «longitud
del proceso» .................................................................................... 111
El significado de un «proceso único» ..................................................... 113
Inversión y cambios en la técnica de producción .................................. 113
Solo los métodos más productivos que son conocidos pero no utilizados
en cualquier momento dado llevarán consigo más espera ........... 114
Inversión y la división del proceso en fases .......................................... 115
El proceso completo de producción incluye el suministro
de herramientas que son habitualmente duraderas ..................... 117
El concepto del periodo de inversión aplicado a un proceso
en su conjunto no tiene ningún significado concreto................... 118
Los intervalos de tiempo relevantes son los periodos por los que se
invierte las unidades individuales de input .................................. 118
Los periodos de inversión de unidades particulares de input
pueden variar sin ningún cambio en la técnica de producción
utilizada en cualquier industria particular.................................... 120
La importancia de la durabilidad de los bienes...................................... 121
El uso de los bienes duraderos y la cantidad de capital ......................... 121
Los factores que determinan la durabilidad .......................................... 122
Las razones de utilizar bienes duraderos............................................... 122
A veces la solidez que se exige a un instrumento termina
haciéndolo duradero ...................................................................... 123

14
ÍNDICE ANALÍTICO

Sin embargo, en la mayor parte de los casos, se persigue


la durabilidad porque proporciona servicios adicionales
por un incremento menos que proporcional de los costes ........... 123
Efectos de las variaciones de la durabilidad de las cantidades
de servicios obtenidos en diferentes periodos............................... 124
Cambios en la cantidad de bienes duraderos utilizados ........................ 125
Esto implicará usualmente un cambio hacia un tipo de equipo
más o menos ahorrador de trabajo («automático»)...................... 125

Capítulo VII
El capital y el «fondo de subsistencia» ................. 127
La relación entre el stock de capital y la inversión corriente ............... 127
Bajo condiciones perfectamente estacionarias el stock de recursos
no permanentes sería idéntico al stock de medios de producción
producidos ...................................................................................... 128
La mayoría de los problemas del capital surgen solo fuera
de los límites de un estado estacionario ........................................ 129
Bajo condiciones dinámicas el hecho relevante es solo que los
recursos son no permanentes y no que hayan sido
producidos ...................................................................................... 130
El concepto tradicional de capital es una reliquia de la teoría del valor
del coste de producción .................................................................. 131
El doble aspecto del problema del capital ............................................. 132
La importancia de la «aumentabilidad» de los recursos ....................... 133
El sentido en el que puede decirse que tienen una cualidad común
los elementos constitutivos del stock capital ................................ 134
El concepto de capital como un fondo ................................................... 135

Parte II
INVERSIÓN EN UNA ECONOMÍA SIMPLE ............. 137

Capítulo VIII
La función de output y la función de input ............. 139
El plan de esta parte de la investigación ................................................ 139
Supuestos simplificadores ...................................................................... 141

15
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

El stock de capital en cualquier momento representa contribuciones


concretas a la renta esperada en diferentes fechas futuras........... 142
Representación diagramática de las dos porciones del flujo de renta ... 143
La curva que describe la distribución temporal de los rendimientos
a partir del input corriente ............................................................ 144
El uso de curvas a este y a posteriores respectos, lleva consigo
el concepto abstracto de una tasa temporal de flujo ..................... 145
La curva de output.................................................................................. 146
Interpretación como una distribución de frecuencia acumulativa ....... 146
La misma situación representada por una curva de frecuencia simple... 147
La descripción de la gama de periodos durante los que tenemos
que esperar las diferentes unidades de output tiene que ser
complementada— .......................................................................... 148
—por una descripción de la gama de periodos que tenemos que
esperar para los productos de diferentes unidades de input......... 150
La construcción de la curva de input ..................................................... 150
Se describe aquí todo el input aplicado como invertido........................ 151
La diferencia entre la curva de output y la curva de input ................... 152
La diferencia reformulada en términos de curvas no acumulativas..... 154
Para la discusión de los problemas económicos en cuestión
se requiere tanto la curva de input como la de output ................. 155
Sin embargo, cualquiera de ellas puede servir como base
para la descripción esquemática del proceso continuo
de producción ................................................................................. 156

Capítulo IX
El proceso continuo de producción .................... 157
El uso de la función de input y sus limitaciones ................................... 157
El resultado de una inversión continuamente repetida en el caso más
simple («input en un punto-output en un punto»)............................ 158
Producción «sincronizada» .................................................................... 159
Inversión continua a lo largo de una serie de periodos ........................ 160
Representación del stock de productos intermedios que existen
en un momento del tiempo ........................................................... 161
Representación del proceso en el tiempo .............................................. 162

16
ÍNDICE ANALÍTICO

Puede extenderse la serie de periodos de inversión


indefinidamente hacia el futuro .................................................... 162
La curva de input en su forma invertida ............................................... 163
El significado del sólido .......................................................................... 163
Los tres aspectos fundamentales de la función de input....................... 165
La relación entre las tasas temporales mostradas en el diagrama
y las cantidades concretas .............................................................. 165
La función de input como descripción de los procesos que consumen
tiempo............................................................................................. 166
Su forma en un proceso de producción de una sola rama .................... 166
Su forma en el proceso completo de producción de una mercancía ..... 167
Su forma para el sistema en su conjunto .............................................. 167
Las unidades en términos de los que se mide el input .......................... 168
Aplicación del diagrama a la representación de las variaciones ........... 169

Capítulo X
La posición de los bienes duraderos
en la estructura de la inversión ....................... 171
La importancia de los bienes duraderos ................................................ 171
Se supone bienes duraderos «ideales» ................................................... 171
Limitaciones al uso de la función de input ............................................ 172
Forma de la curva de input (elaborada) ................................................. 173
La discontinuidad de la sustitución ....................................................... 174
El stock de bienes duraderos .................................................................. 175
El concepto de fases en el caso de bienes duraderos.............................. 177
Distribución de la vida útil esperada de los bienes duraderos .............. 178
El periodo de gestación de los bienes duraderos ................................... 180
La figura de la inversión de Jevons ........................................................ 181
Las dificultades de combinar el periodo de gestación y el periodo
de uso en un diagrama ................................................................... 181
La representación del proceso combinado ............................................. 182

Capítulo XI
La productividad de la inversión ...................... 185
Efecto de las variaciones en la estructura de la inversión
sobre la dimensión del producto ................................................... 185

17
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

No puede reducirse las series de periodos de inversión de forma útil


a un solo intervalo de tiempo ........................................................ 186
Ni la serie de periodos de espera encarnada en una estructura
de inversión dada, ni la oferta de «espera» son magnitudes
unidimensionales ........................................................................... 187
Condiciones bajo las que sería válida la descripción en términos
de un intervalo de tiempo único.................................................... 188
Los dos puntos principales en los que los supuestos tradicionales
son contrarios a la realidad ............................................................ 189
La «cantidad de espera» no es directamente proporcional al periodo
de inversión .................................................................................... 190
No puede decidirse por motivos puramente técnicos cuál
de las dos estructuras de inversión en su conjunto
lleva consigo más espera ................................................................ 191
La dificultad correspondiente en el concepto de una oferta dada
de espera ......................................................................................... 191
El fondo de subsistencia de Böhm-Bawerk ........................................... 192
Significado de la «oferta de capital» ...................................................... 193
Los datos del problema ........................................................................... 193
El problema de la preferencia temporal pospuesto por el supuesto
de que se desea un flujo de renta constante .................................. 194
La relación general entre la dimensión del output y la serie
de periodos de inversión ................................................................ 195
Con vistas al análisis ulterior solo se necesita conocer los efectos
de las variaciones marginales ........................................................ 196
No es siempre posible relacionar unidades individuales de input
con unidades individuales de output ............................................. 196
Uso del principio de variación................................................................ 197
A veces no podemos establecer ninguna relación física más allá
de la que hay entre agregados de input y agregados de output ... 198

Capítulo XII
Planificación de un flujo constante de output........... 201
Supuestos sobre los que se examinará en primer lugar los
principios que determinan la estructura temporal de la
producción: (a) la oferta de recursos ............................................. 201

18
ÍNDICE ANALÍTICO

(b) se estudiará el problema general del valor para una «economía


simple» ........................................................................................... 202
—es decir, para una sociedad comunista—............................................ 203
—que previamente era estacionaria— .................................................. 203
—y ahora se dirige a producir en el futuro el mayor flujo posible
de renta constante— ...................................................................... 204
Significado de un flujo constante de renta ............................................ 205
No tiene por qué ser de composición constante .................................... 206
Cualquier cambio en la disposición de los recursos lleva consigo dos
desplazamientos en direcciones opuestas...................................... 206
La extensión de los periodos de inversión de las unidades
individuales de input ..................................................................... 207
La reducción compensatoria de los periodos de inversión de otro
input ............................................................................................... 208
Habrá que hacer cambios similares en el uso del input en todas
las fechas futuras ........................................................................... 208
El efecto neto del doble cambio es un nuevo flujo de renta constante ... 209
Ilustración diagramática......................................................................... 209
Las condiciones bajo las que la reordenación dará lugar
a una ganancia neta........................................................................ 211
La condición para maximizar el flujo de renta es la igualación
de todas las tasas de aumento ........................................................ 212
Cualificaciones necesarias de esta formulación ..................................... 212
Las tasas de incremento cuando cambia la clase de output .................. 212
Por qué los valores relativos de las diferentes mercancías
normalmente cambiarán durante el proceso de ajuste ................. 213
Las tasas de aumento cuando cambian los valores de las diferentes
mercancías ...................................................................................... 214
No puede considerarse a ninguna tasa de aumento
como «la» tasa de la productividad de la inversión ...................... 215

Capítulo XIII
Interés compuesto y el tipo de interés instantáneo ....... 217
Una tasa uniforme de aumento de todas las inversiones
entre dos puntos del tiempo es solo una condición de máximo ... 217

19
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Tasas de incremento para las inversiones por diferentes intervalos


de tiempo ........................................................................................ 217
Intervalos de diferentes longitudes ....................................................... 218
Las tasas de incremento no son simplemente proporcionales
a la longitud del intervalo.............................................................. 218
La tasa que rija para el intervalo más largo tiene que ser igual
al producto de las tasas para todos los intervalos más cortos
en los que se pueda dividir ............................................................ 219
El tipo instantáneo de interés ................................................................ 220
Relación con el tipo efectivo de interés ................................................. 221
—Ilustrado por la curva de interés compuesto ..................................... 222
Ambigüedad del término «tasa» ............................................................ 223
El «tipo» de interés, una tasa de crecimiento expresada como
un ratio ........................................................................................... 223

Capítulo XIV
La productividad marginal de la inversión
y el tipo de interés ................................... 225
La distribución de las inversiones a lo largo de periodos
de diferente longitud ..................................................................... 225
Casos en los que puede aislarse el producto marginal físico
de las unidades de input................................................................. 226
Esto es imposible cuando la función de input es rígida o cuando
solo puede derivársela en términos de valor................................. 226
El caso de «input en un punto-output en un punto»............................ 227
Igualación de la productividad marginal de diferentes inversiones ..... 227
Distribución de las inversiones entre los diversos procesos «input
en un punto-output en un punto» ................................................ 228
La igualación de las productividades marginales de la inversión
es una condición necesaria pero no suficiente de equilibrio ........ 231
Las condiciones de equilibrio en un proceso de «input continuo-
output en un punto» ...................................................................... 231
La productividad marginal de la inversión en este caso
no es el incremento del producto obtenido continuando
el mismo proceso— ....................................................................... 232

20
ÍNDICE ANALÍTICO

—sino el incremento obtenido escogiendo un proceso alternativo


ligeramente más largo ................................................................... 232
Aquí ya no puede considerarse que el rendimiento de la inversión
de una unidad de input sea una función del periodo
de inversión de esa unidad únicamente— .................................... 233
—debido, en parte, al efecto de cambios en las cantidades relativas
de diferentes productos en sus valores—...................................... 233
—sino principalmente debido a la complementariedad técnica
entre los periodos de inversión de diferentes unidades
de input .......................................................................................... 234
Las curvas de productividad de diferentes unidades de input
no son independientes ................................................................... 234
«La tasa de incremento del producto dividida por todo el producto»
de Jevons ........................................................................................ 236
El periodo de inversión no es uno de los datos sino una de las
incógnitas del problema ................................................................. 236
Los periodos de inversión no vienen dados por una determinada
oferta de capital libre ..................................................................... 237
Solo puede darse una solución final después de la introducción
de las preferencias temporales....................................................... 237

Capítulo XV
Input, output y el stock de capital
en términos de valor ................................. 239
La relación entre el input y el output en términos de valor................. 239
Representación gráfica de las variaciones del valor en el tiempo ......... 240
El principio de acuerdo con el que se modifica el anterior
diagrama .......................................................................................... 240
Limitaciones al uso de una sola curva de input..................................... 242
El proceso en el tiempo en términos de valor ....................................... 242
Representación del valor del stock de capital ........................................ 245
Solo puede determinarse su valor si tenemos una descripción total
de la serie de periodos de inversión y el tipo de interés ............... 245
Derivación de la curva de output a partir de la curva de input ............ 246

21
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Capítulo XVI
El producto marginal de la inversión:
el problema de la atribución (imputación) .............. 249
Las particulares funciones de input están unívocamente
correlacionadas con particulares funciones de output
solo si puede aislarse el producto marginal físico
de cada unidad de input ................................................................. 249
El caso en el que solo es conocida la relación entre agregados
de input y agregados de output ..................................................... 250
Principales casos a considerar ................................................................ 250
1. Procesos que consumen tiempo con una función de input
de forma invariable ........................................................................ 251
Se ajusta la relación entre el valor del input y el valor del output
variando la cantidad total de output.............................................. 251
El problema general de la atribución (imputación)............................... 252
La determinación del valor marginal del producto es análoga a otros
casos de coeficientes fijos de producción ....................................... 253
2. Bienes duraderos con longitudes fijas de vida ................................... 254
Efecto del tipo de interés sobre la forma de la curva de input
(construida) .................................................................................... 255
Influencia de la forma de la función de output sobre la forma
de la función de input a un tipo dado de interés........................... 257
Los casos más complicados ..................................................................... 257
El caso de «input continuo-output continuo»....................................... 258
Rigideces parciales .................................................................................. 259
Variación de la longitud de vida de un bien duradero: la distribución
temporal del resultado de una inversión marginal....................... 259
Efecto combinado de variar la cantidad y variar la durabilidad
de los bienes duraderos .................................................................. 261

Capítulo XVII
Preferencia temporal y sus efectos con rendimientos
constantes de la inversión............................ 263
Se abandona el supuesto de que se desee un flujo constante de renta
bajo cualesquiera circunstancias.................................................... 263

22
ÍNDICE ANALÍTICO

A todos los demás respectos se sigue manteniendo el supuesto


de condiciones estacionarias .......................................................... 263
Se supone que el flujo esperado de input puro es constante ................ 264
La importancia del supuesto de gustos constantes ............................... 265
El significado de gustos constantes ........................................................ 265
El uso del método de las curvas de indiferencia hace necesarias
considerables simplificaciones ....................................................... 267
La renta concebida como una sola mercancía (compuesta) .................. 267
Se supone que la inversión solo es posible por un periodo
concreto ......................................................................................... 268
Se supone que toda inversión una vez realizada está dirigida a ser
permanente .................................................................................... 268
En consecuencia, hay que comparar los rendimientos netos
(y no brutos) de las inversiones .................................................... 269
La construcción del diagrama ................................................................ 269
Solo hay que considerar los casos en los que se espera
que las inversiones proporcionen un rendimiento positivo ......... 271
Tasas posibles y probables de preferencia temporal.............................. 271
La pendiente de las curvas de indiferencia ............................................ 272
La curvatura de las curvas de indiferencia ............................................ 272
Oportunidades de inversión representadas por líneas de
transformación ............................................................................... 273
El primer acto de ahorro ........................................................................ 273
La senda del ahorro ................................................................................ 274
La importancia relativa de la productividad y la preferencia
temporal ......................................................................................... 275
El equilibrio estacionario final ............................................................... 275

Capítulo XVIII
Preferencia temporal y productividad:
su importancia relativa ............................... 277
Se abandona el supuesto de rendimientos constantes de la
inversión......................................................................................... 277
Dificultades que surgen de la representación diagramática .................. 277
La forma de las curvas de transformación............................................. 278

23
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Ello es prácticamente independiente de la longitud del periodo


a lo largo del que se hayan realizado las inversiones ................... 279
La disposición a ahorrar una cantidad dada depende de la longitud
del periodo durante el que hay que ahorrarla .............................. 279
El periodo relevante ............................................................................... 280
En cada paso del proceso de ahorro, la tasa variable de preferencia
temporal se adapta a la relativamente constante tasa de
rendimiento.................................................................................... 280
La preferencia temporal afecta directamente solo a la tasa de
ahorro y su efecto sobre el tipo de interés es únicamente
indirecto ......................................................................................... 282
La preferencia temporal positiva es una condición para la existencia
del interés bajo condiciones estacionarias ..................................... 283
Factores que determinan la senda del ahorro ........................................ 284
El efecto del tipo de interés sobre el ahorro .......................................... 285
La construcción de la curva de demanda de renta futura ..................... 285
La elasticidad de la demanda de renta futura ........................................ 286
No hay ninguna regla general en relación a si la tasa de ahorro
se moverá en la misma dirección que el tipo de interés
o en dirección opuesta.................................................................... 286
Efecto de la limitación del periodo a lo largo del que se extiende el
plan ................................................................................................. 287
Importancia de la incertidumbre ........................................................... 288
Efecto de la duración prevista de la vida sobre la disposición
a ahorrar ......................................................................................... 289
Efecto de una disminución anticipada de servicios no anticipables...... 290
Tasas de preferencia temporal para diferentes mercancías ................... 290
Efectos de la acumulación de capital sobre los valores relativos
de las mercancías ............................................................................ 291
Condiciones del equilibrio intertemporal de los valores ...................... 292
Efecto de cambios previstos en las preferencias relativas
de diferentes mercancías ................................................................ 292

24
ÍNDICE ANALÍTICO

Parte III
PRODUCCIÓN CAPITALISTA
EN UNA COMUNIDAD COMPETITIVA ................. 295

Capítulo XIX
Las condiciones generales de equilibrio ................ 297
Seguimos con un estudio de las relaciones de equilibrio...................... 297
Los datos del problema: (1) gustos individuales ................................... 298
(2) la distribución de los recursos .......................................................... 299
Clasificación de los recursos disponibles basada en la cercanía
de la fecha en la que pueden dar un rendimiento......................... 300
La especificidad y versatilidad de las diversas clases de input .............. 300
Los dos respectos a los que varía la especificidad o versatilidad ........... 301
Los factores que determinan el uso al que se dedican los recursos ...... 302
El peligro de un argumento circular ...................................................... 302
La posición clave de los propietarios de bienes listos para el
consumo ......................................................................................... 303
La «posesión de bienes de consumo terminados» ................................. 303
Irá en el interés de los poseedores de los bienes
de consumo terminados renunciar a una parte de ellos— ........... 304
—con el fin de asegurar el reemplazo de su stock ................................ 304
Principios que determinan la elección de recursos para los que se
ofrezca bienes de consumo ............................................................ 305
Parte de los bienes de consumo terminados de que se disponga
que serán transferidos ................................................................... 305
Efecto de las sucesivas transferencias de partes crecientes
de los bienes de consumo terminados de que se dispone ............. 306
Caída de la tasa de rendimiento de las inversiones ............................... 307
Cambios en los precios relativos de los diferentes recursos ................. 307
La suma del dominio potencial sobre los bienes de consumo
terminados de todos los individuos puede superar en muchas
veces el total de los bienes de consumo terminados que existen ... 308
Efectos sobre el uso y reemplazo de los recursos existentes
no permanentes.............................................................................. 309
Efectos del equipo existente sobre la dirección de la reinversión ......... 310

25
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Límites a la rentabilidad de la sustitución por equipo de la misma


clase ................................................................................................ 311
El acercamiento asintótico hacia un equilibrio estacionario ................. 312
Improbabilidad de que alguna vez se llegue cerca del equilibrio
estacionario .................................................................................... 314
La tasa uniforme de interés es una condición de equilibrio incluso
en una sociedad en la que no se preste dinero .............................. 314
La «oferta de capital» como tal no es un dato del equilibrio ................ 315

Capítulo XX
La acumulación de capital ............................ 317
Tipos de cambios a discutir .................................................................... 317
Se supone la ausencia de recursos sin utilizar ...................................... 317
La discusión se limita a los cambios del capital en relación
con el input puro ............................................................................ 318
Los efectos de planificar un flujo de renta creciente o decreciente ....... 319
Solo se considerará variaciones netas .................................................... 320
«Ahorro» y «desahorro»........................................................................ 320
Ahorro previsto e imprevisto ................................................................ 321
Los bienes de consumo ahorrados no financian a los productores
de nuevos bienes de capital............................................................ 321
El uso de los ahorros para pagar una mayor remuneración
a los factores no es necesario ni rentable ...................................... 322
Efectos de un acto único e imprevisto de ahorro .................................. 323
El uso de los ahorros y la redirección de la inversión ........................... 323
Lo que se ahorra no se consume en el momento en el que se
ahorra ................................................................................................ 324
Normalmente solo se requiere el ahorro algún tiempo después
de que hayan comenzado las nuevas inversiones ......................... 325
Efectos desorientadores de la idea de un periodo uniforme
de producción ................................................................................. 325
Defectos del análisis basado en esta idea ............................................... 327
Difusión de los efectos de la inversión sobre el flujo de output ........... 327
Los efectos de los ahorros previstos sobre los planes de los
empresarios .................................................................................... 329
El mecanismo del cambio de dirección de la inversión ......................... 330

26
ÍNDICE ANALÍTICO

La igualación de todos los rendimientos de la inversión a la nueva


tasa más baja .................................................................................. 330
Efecto de la inversión sobre el valor de los recursos específicos........... 331
La fuente de la mayor remuneración de los servicios de los recursos
permanentes ................................................................................... 332

Capítulo XXI
El efecto de la acumulación de capital
sobre las cantidades producidas y sobre los precios
relativos de las diferentes mercancías ................. 333
La acumulación de capital puede llevar a la expansión de algunas
líneas de la industria a expensas de otras...................................... 333
«Profundización» y «ampliación» de la estructura de producción....... 333
Una caída del tipo de interés puede afectar solo al tamaño relativo
de las diferentes industrias ............................................................ 334
Un caso especial de la regla general de los coeficientes fijos
de producción ................................................................................. 335
Los efectos sobre los valores relativos de los diferentes factores
son más complicados...................................................................... 335
Recapitulación de los efectos sobre el valor y la distribución
de una sola clase de input .............................................................. 336
Efectos sobre el valor relativo de las diferentes clases de input ........... 338
Problemas de complementariedad que están implicados ...................... 339
Efectos sobre el valor de los diferentes bienes de capital ...................... 340

Capítulo XXII
El ajuste de la estructura del capital
ante cambios previstos ................................ 343
Peligros de concebir el capital como un «fondo» o magnitud
cuantitativamente determinada .................................................... 343
No se puede tratar la cantidad de capital como dada en el análisis
de los cambios dinámicos............................................................... 344
Tampoco hay una actitud neutral claramente definida
de los empresarios de la que se pueda decir que represente
la normal y que no implique ni adiciones ni sustracciones
de su stock de capital...................................................................... 345

27
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

La reacción de los capitalistas a cambios previstos................................ 346


Mantener constante el valor monetario del capital .............................. 346
La lógica de mantener el capital intacto ................................................ 347
La magnitud significativa es la forma temporal de la renta
que se desea obtener ...................................................................... 348
Mantener la composición o el valor en monetario del stock de capital
constante no asegurará un flujo de renta constante ..................... 348
Los cambios en la dimensión mensurable del stock de capital mismo
no juegan ningún papel esencial en el cálculo económico
completo ......................................................................................... 351
Obsolescencia ......................................................................................... 351
Diferencias según se considere relevante solo la renta del capital
o toda la renta ................................................................................ 353

Capítulo XXIII
Los efectos de los cambios imprevistos
y en particular de los inventos ........................ 357
Reacción de los capitalistas a cambios imprevistos ............................... 357
Factores a considerar .............................................................................. 357
La utilidad en empleos alternativos no está necesariamente
relacionada con su valor original................................................... 358
«Beneficios (y pérdidas) inesperados» obtenidos de activos
específicos ....................................................................................... 358
Efectos sobre la preferencia temporal .................................................... 360
Efectos de los inventos a discutir como caso especial ........................... 361
Dos casos a considerar ............................................................................ 361
(a) ganancias de capital ........................................................................... 361
(b) pérdidas de capital: un ejemplo de los inventos que «ahorran
capital» ........................................................................................... 362
Efectos sobre los propietarios del antiguo equipo ................................. 363
Condiciones generales bajo las que resultará rentable
la introducción de inventos ........................................................... 363
Política de amortización de los propietarios del antiguo equipo .......... 364
Importancia de las proporciones entre los costes de funcionamiento
y de capital ..................................................................................... 365

28
ÍNDICE ANALÍTICO

Caso 1: los costes de funcionamiento del nuevo proceso son mayores


que en el antiguo proceso .............................................................. 366
La «liberación» de capital para otros propósitos ................................... 367
Caso 2: los costes de funcionamiento del nuevo proceso son
menores a nivel absoluto; pero mayores en proporción al coste
de capital......................................................................................... 368
Caso 3: Los costes de funcionamiento son absoluta
y proporcionalmente menores en el nuevo proceso ..................... 369
Efectos en los que los instrumentos duraderos no son
completamente específicos............................................................. 370
La probabilidad de los efectos de ahorro de capital de los inventos ..... 371
Efecto de los inventos sobre los sueldos ................................................ 372
Improbabilidad de que los inventos reduzcan la cuota relativa
del trabajo....................................................................................... 373

Capítulo XXIV
La movilidad del capital .............................. 375
Circunstancias de las que dependerá la preservación del capital .......... 375
Capital «fijo» y «circulante» .................................................................. 375
Conflicto en las definiciones .................................................................. 376
Ninguna de las dos distinciones tradicionales está basada
en la movilidad del capital ............................................................. 376
Capital circulante y el fondo de renta ................................................... 377
Importancia de la distancia con respecto al consumo ........................... 378
Otros factores que afectan a la movilidad: (a) movilidad entre líneas
de producción ................................................................................. 379
(b) posibilidad de acelerar la amortización ............................................ 379
Magnitud de la pérdida a que dé lugar .................................................. 380
Consecuencias de la complementariedad .............................................. 380
Ninguna clasificación simple es suficiente ............................................ 380
Las distinciones entre capital fijo y circulante llevan a menudo
a error ............................................................................................. 381
El papel de la previsión........................................................................... 382
Factor principal que afecta a la oferta de capital en cualquier
momento dado ............................................................................... 383

29
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Los beneficios inesperados capitalizados —una fuente importante


de la oferta de capital en un sistema dinámico ............................. 383
Beneficios extraordinarios capitalizados y no ahorro ........................... 384

Capítulo XXV
«Ahorro», «inversión» y el «consumo de capital» ........ 387
Los cambios en los datos llevan a cambios espontáneos
en la cantidad de capital ................................................................. 387
Las variaciones en el valor del capital no tienen por qué
corresponderse con el ahorro o la inversión ................................. 388
Posible divergencia entre los planes de los inversores y las
intenciones de los consumidores ................................................... 389
La comparación entre la forma de los flujos de renta suministrados
y demandados ................................................................................ 390
Valores relativos de las rentas presentes y futuras— ........................... 391
—comparados con sus costes relativos .................................................. 391
Diferencias entre ahorro e inversión en términos reales ..................... 392
La inversión «neta» no tiene por qué hacer crecer la cantidad
de capital......................................................................................... 393
Reformulación de las condiciones en las que el «ahorro» será igual
a la «inversión» .............................................................................. 394
Causas que perturbarán esta correspondencia ...................................... 395
Los ahorros superan las expectativas..................................................... 396
Los ahorros caen por debajo de las expectativas— ............................... 397
—lo que puede significar un consumo real de capital........................... 398
El efecto de un aumento impuesto de los salarios ................................ 399
Los síntomas usualmente asociados a un «consumo de capital»
independiente de los cambios absolutos en la cantidad
de capital......................................................................................... 400
Pero una reducción absoluta del capital tiene una tendencia a hacerse
acumulativa .................................................................................... 400
Aunque sean útiles en ciertos contextos, hay que utilizar
los conceptos de acumulación y desacumulación de capital
con cuidado..................................................................................... 401

30
ÍNDICE ANALÍTICO

Parte IV
LA TASA DE INTERÉS
EN UNA ECONOMÍA MONETARIA .................... 403

Capítulo XXVI
Factores que afectan al tipo de interés a corto plazo .... 405
El «tipo de interés» en el análisis del equilibrio y el tipo de interés
monetario ....................................................................................... 405
Ámbito limitado de la presente discusión del tipo de interés
monetario ....................................................................................... 406
Uso del término «tipo de interés» ......................................................... 406
Relación entre el tipo de beneficio y el tipo de interés en equilibrio ... 407
Influencia de las variaciones monetarias sobre el tipo de interés ......... 408
Ampliación del concepto de equilibrio que hemos utilizado ................ 410
Para el individuo, mantener dinero es una forma de inversión ........... 410
Los cambios en la distribución de los activos afectarán
al tipo de interés y la tasa de beneficio.......................................... 412
La determinación a corto plazo del tipo de interés: supuestos bajo
los que se considera........................................................................ 412
Causa de la creencia errónea de que el tipo de interés está determinado
solo por la cantidad de dinero y la preferencia por la liquidez..... 413
La influencia de la productividad que se esconde en la «función
de la preferencia por la liquidez» .................................................. 414
Ilustración diagramática de la relación entre la productividad
y la preferencia por la liquidez ...................................................... 416
Condiciones bajo las que se podría considerar la preferencia
por la liquidez como el único determinante a corto plazo
del tipo de interés........................................................................... 419
Forma probable de la curva a ................................................................. 419
Las dos fuentes de la demanda de dinero .............................................. 420

Capítulo XXVII
Fuerzas a largo plazo que afectan al tipo de interés ..... 423
Las influencias que determinan la forma de la curva de la demanda
de inversión .................................................................................... 423

31
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Significado de las variaciones en la «cantidad de inversión» ................ 424


Efecto de un aumento de la demanda de inversión en los ingresos ..... 425
Efecto de un aumento de los ingresos en la demanda de inversión ..... 425
Posición final del tipo de rendimiento ................................................... 426
Naturaleza de los supuestos que subyacen a este análisis .................... 427
La economía de la abundancia de Mr. Keynes....................................... 427
Importancia básica de la escasez ............................................................ 430
Efecto de un aumento de la demanda final en el patrón
de los beneficios ............................................................................. 431
Al principio la tasa de beneficio solo aumentará en las fases tardías
de la producción ............................................................................. 431
El alza del tipo de beneficio no puede ser eliminada por un aumento
proporcional de todos los demás precios ....................................... 432
El aumento de la diferencia entre el precio del output y los precios
de los inputs generalmente tiene que llevar a cambios
en los precios relativos de las diferentes clases de input .............. 435
Efecto de la diferencia de las diversas magnitudes entre el valor
del input y el valor descontado de su producto marginal ............ 436
Cambios en las combinaciones productivas (métodos de producción)
para ajustar las productividades marginales ................................. 437
Influencia sobre los precios relativos de las diversas clases de input ... 438
Efecto sobre la cantidad proporcional de inversión............................... 439
La «inclinación» del patrón de demanda de inversión .......................... 440
La cantidad de inversión por unidad de output cambia de forma
inversa con la tasa de beneficio...................................................... 441
La determinación del tipo de interés monetario y la tasa marginal
de beneficio..................................................................................... 443
Las variaciones del patrón de demanda de inversión monetaria .......... 444
Efecto sobre los tipos de interés cuando la oferta de dinero
es elástica.......................................................................................... 445
La importancia básica de los factores reales .......................................... 446
La importancia de la tasa de ahorro ....................................................... 447
La oferta de capital y la tasa de beneficio e interés en desequilibrio .... 449

32
ÍNDICE ANALÍTICO

Capítulo XXVIII
Diferencias entre tipos de interés:
conclusiones y perspectiva ............................ 451
Diferencias entre los tipos de interés (y tipos de beneficio),
un problema monetario— ............................................................. 451
—relacionado con las diferencias de liquidez unidas a los diversos
activos que producen ingresos que hasta ahora habíamos
pasado por alto ............................................................................... 452
Las variaciones en la preferencia por la liquidez pueden causar
oscilaciones divergentes del tipo de interés y el tipo marginal
de beneficio..................................................................................... 453
El significado de liquidez y su relación con el riesgo ............................ 454
Los efectos de las variaciones en la liquidez relativa de los diferentes
tipos de activos— .............................................................................. 456
—son similares a los efectos de variaciones en la cantidad de dinero... 456
A menudo es difícil decidir si es mejor considerar un determinado
cambio como un cambio en la liquidez de un activo o un cambio
en la cantidad de dinero ................................................................. 458

Apéndice I: Preferencia temporal y productividad ......................... 465

Apéndice II: La «conversión de capital circulante en capital


fijo» ................................................................................................ 477

Apéndice III: «La demanda de mercancías no es demanda


de mano de obra» VERSUS la doctrina de la «demanda
derivada»....................................................................................... 487

Apéndice IV: Un comentario .............................................................. 495

Apéndice V: Una consideración de la preferencia temporal


y la productividad ....................................................................... 497

Bibliografía ........................................................................................... 505

Índice de nombres ................................................................................ 515

33
Parte I
INTRODUCCIÓN
Capítulo I
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

Se indica el objeto de este estudio en el título por el encabezamiento bajo el


que se lo trata convencionalmente. Sin embargo, no proporciona ninguna
indicación del enfoque que vamos a adoptar. Quizá se habría descrito con más
propiedad el contenido de las siguientes páginas como una Introducción a la
Dinámica de la Producción Capitalista, siempre que se pusiese el énfasis en la
palabra Introducción y que se entendiese con claridad que solo trata de una
parte de un tema más amplio, del que es, simplemente, una parte preliminar.
El conjunto del presente análisis es esencialmente de naturaleza prepara-
toria a un estudio más amplio y realista de los fenómenos de la producción
capitalista y se abstiene de forma deliberada de considerar algunos de los
problemas más importantes que caen dentro de este contexto más amplio.

objetivos y limitaciones de la investigación

El objetivo central de este estudio es llevar a cabo un análisis sistemático


de las interrelaciones entre las diferentes partes de la estructura material
del proceso de producción y la forma en la que se adapte a las condiciones
cambiantes. En la medida en la que se han discutido explícitamente en el
pasado estos complejos problemas, se los ha tratado como parte de la teoría
del capital e interés. Aquí se los tratará desde un punto de vista algo diferente.
Nuestra principal preocupación aquí será discutir en términos generales qué
tipo de equipo habrá que crear bajo diversas condiciones para obtener el
máximo beneficio y cómo se utilizará el equipo existente en cada momen-
to, más bien que explicar los factores que hayan determinado el valor de
un stock dado de equipo productivo y de los ingresos que se deriven de él.
Como se verá a continuación, en este campo hay un número de problemas
bastante importantes y difíciles que caen dentro de lo que habitualmente
se considera la esfera del análisis del equilibrio, pero que todavía no han

37
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

recibido la atención apropiada. Predominantemente, la mayor parte de esta


investigación se limitará al sector del tema que pertenece al equilibrio general
propiamente dicho. Quedan fuera del ámbito de este libro un tratamiento
completo del proceso económico conforme va avanzando en el tiempo y de
los problemas monetarios relacionados con este proceso. Se reservará para
los dos siguientes capítulos la discusión dirigida a justificar la distinción de la
que se trata aquí. Llegado a este punto, todo lo que deseo explicar es por qué
es lo suficientemente importante como para merecer un estudio por separado
la tarea de poner, pura y simplemente, de una forma que resulte útil para el
análisis de los fenómenos monetarios del mundo real, los elementos de la teoría
del capital que suelen tratarse como parte del análisis de equilibrio general.

por qué se han descuidado en el pasado


los problemas que aquí se discuten

Al principio puede parecer algo desconcertante oír que la teoría de un tema que
ha sido tan amplia y vigorosamente discutido desde el principio de la ciencia
económica, como es la teoría del capital, fuese a necesitar ser reestructurada
casi por completo, cuando se intente utilizar sus resultados en el análisis de
los fenómenos más complejos del mundo real. Pero hay muy buenas razones
de por qué la teoría del capital, en la forma en que existe en la actualidad,
ha resultado ser menos útil de lo que desearíamos a los efectos a los que la
necesitamos ahora. El hecho es que los problemas del capital, tal y como los
entendemos aquí, es decir, los problemas que surgen de que la producción
dependa de la disponibilidad de «capital» en ciertas formas y cantidades, ape-
nas han sido nunca estudiados en razón de sí mismos y de su importancia. Y,
como veremos, la teoría del equilibrio estacionario, dentro de la que se los ha
tratado, no ofrecía realmente ninguna oportunidad para su discusión explícita.
El análisis que han recibido ha estado subordinado, casi por completo, a otro
problema, el problema de explicar el interés; y el tratamiento de la teoría del
capital como un anexo de la teoría del interés ha tenido algunos efectos des-
afortunados sobre su desarrollo, lo que se debe a dos razones:
En primer lugar, solo se la ha llevado tan lejos como parecía necesario a
efectos del objetivo principal de explicar el interés y esta explicación ha ido
dirigida a ilustrar un principio general por medio de los casos más simples

38
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

que pueda imaginarse y no a proporcionar una explicación adecuada de las


interrelaciones bajo condiciones más complejas.
En segundo lugar, y esto es aún más importante, los intentos de explicar el
interés por analogía con los salarios y la renta, como el precio de los servicios
de algún «factor» de producción1 claramente dado, ha llevado casi siempre
a una tendencia a considerar el capital como una sustancia homogénea,
cuya «cantidad» podía considerarse como un «dato» y que, una vez definido
adecuadamente, a efectos del análisis económico, podría ponerse en el lugar
de una descripción más completa de los elementos concretos de los que está
formado. En estas circunstancias, era inevitable que diferentes autores hu-
biesen considerado relevantes diferentes aspectos del mismo fenómeno, y las
consecuencias de todo ello han sido esas interminables discusiones acerca de
la «naturaleza» del capital, que figuran entre los capítulos menos edificantes
de la ciencia económica.

los intentos en la dirección correcta quedaban frustrados


por el tratamiento del capital como un factor único

Por supuesto que hubo encomiables excepciones, de las que las más notables
se encuentran en las obras de Jevons, Böhm-Bawerk y Wicksell,2 que al menos

1. Cf. Armstrong, 1936, p. 3: «…el tratamiento del capital…como un factor de producción a la


par con la tierra y el trabajo ha llevado a muchas conclusiones erróneas» (Se encontrarán los títulos
completos de las publicaciones a las que se hace referencia de esta forma en la bibliografía al final de
este volumen). [Hayek proporcionó referencias abreviadas en sus notas al pie originales e incluyó
aquí la siguiente nota entre paréntesis: «(Se encontrará en la bibliografía al final de este volumen
los títulos completos de las publicaciones referidas de esta forma)». Obsérvese que puede tratarse a
los bienes de capital o máquinas como si entrasen en la producción junto con la tierra y el trabajo,
pero tratándolos así, los precios del alquiler por máquina/hora —no el interés— son los pagos a los
factores en forma paralela a las rentas del suelo y los salarios.- Ed.].
2. [El economista y lógico británico William Stanley Jevons (1835-1882) figura con Carl Menger
y Léon Walras como uno de los tres fundadores de la teoría neoclásica del precio basado en la valora-
ción marginal subjetiva (utilidad marginal). Su teoría del interés subrayó la dimensión temporal de
la producción. Eugen von Böhm-Bawerk (1851-1914), ministro de finanzas austriaco y profesor de
economía en la Universidad de Viena, en la que estudió Hayek, desarrolló y defendió vigorosamente
una teoría del interés centrada en el precio, basada explícitamente en el enfoque de la valoración
subjetivista y marginalista de Menger. Knut Wicksell (1851-1926), economista sueco y reformador

39
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

comenzaron con el análisis del proceso de producción y el papel que juega en


él el capital, en lugar de hacerlo con un concepto de capital definido como una
magnitud cuasi homogénea. Pero incluso estos autores y sus seguidores se
sirvieron de este análisis solamente para llegar en último término a alguna
definición única que, a los efectos del análisis ulterior, agrupaba como una
masa cuasi homogénea todos o la mayor parte de los diferentes elementos
de la riqueza artificial; y luego se utilizaba esta definición en lugar de la des-
cripción más completa desde la que habían empezado.

el punto de partida adecuado es una descripción completa


de las partes componentes de la estructura del capital

Como veremos, es más que dudoso si la discusión del «capital» en términos


de alguna única magnitud, como quiera que se la defina, fuese afortunada
incluso para su propósito inmediato, es decir, la explicación del interés. Y no
puede haber duda de que para la comprensión de los procesos dinámicos ha
sido desastrosa. Los problemas que se suscitan por cualquier intento de analizar
la dinámica de la producción son, principalmente, problemas conectados con
las interrelaciones entre las diferentes partes de la estructura compleja del
equipo productivo que ha construido el hombre para servir a sus necesidades,3
pero todas las diferencias esenciales entre estas partes quedaban oscurecidas
por el propósito general de subsumirlas bajo una definición global del stock
de capital. Se ha pasado por alto sistemáticamente el hecho de que este stock
de capital no sea una masa amorfa sino que posea una estructura concreta,
organizada también de forma concreta, y que su composición por elementos
esencialmente diferentes sea mucho más importante que su «cantidad» agre-
gada. Tampoco ha conducido mucho más allá el que en ocasiones se pusiese de
manifiesto que el capital era «una concepción orgánica integrada»,4 mientras

social, reformuló y extendió la teoría de Böhm-Bawerk más consistente y rigurosamente. Hayek cita
obras específicas de estos autores en sus primeras seis notas al pie del capítulo 4 más abajo.- Ed.].
3. [Más tarde Ludwig Lachmann, en Capital and its Structure, subrayó estas interrelaciones. El
«germano-austriaco» Ludwig M. Lachmann (1906-1990) había sido alumno de Hayek en la London
School of Economics.- Ed.].
4. Knight, 1935a, p. 83.

40
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

que estas observaciones no fuesen seguidas por un detallado análisis de la


forma en la que deberían encajar sus diferentes partes.

la concentración en conceptos únicos de capital


también ha dado lugar a pasar por alto
aspectos importantes del problema

Esta concentración en un concepto particular de capital, pasando por alto la


multitud de significados que se adscribe a la palabra capital en el lenguaje
ordinario, tiene otra desventaja más: no solo es que el término capital, en
cualquiera de sus sentidos «reales» no se refiera a una sustancia homogénea,
sino que hay la dificultad adicional de que, incluso si describimos físicamente
todos los elementos de los que se compone la estructura real de la producción,
no habremos descrito todos los factores que dictarán su forma de utilización.
Los diversos significados del término capital en el lenguaje diario son un
tributo inconsciente a la complejidad del problema, y es algo desgraciado que
la mayoría de los autores parezcan haber supuesto que en algún otro lugar
haya alguna sustancia única que corresponde a la singularidad del término
que ha dado lugar a tantas funciones.

las dos relaciones cuantitativas relevantes

De hecho, hay al menos dos clases de magnitudes relevantes, o más bien pro-
porciones, que hay que tomar en cuenta si queremos comprender el mecanismo
del funcionamiento de los precios en este terreno; ninguna de las dos es una
«cantidad» simple y tampoco ninguna de las dos tiene una relación única con
el tipo de interés, excepto a través de su relación con la otra. La primera es las
dimensiones de la estructura real del equipo productivo, que describen cómo
está organizado para, o es capaz de, producir diversas cantidades de producto
final en diferentes fechas. La segunda es las demandas proporcionales o precios
relativos, que se espera regirán para estas diferentes cantidades de producto
en diferentes momentos. La primera de estas dos relaciones cuantitativas
describe las proporciones entre las cantidades existentes de recursos concre-
tos en términos de sus costes relativos, mientras que la segunda describe la
demanda relativa de las dos clases de recursos; pero solo juntas determinan

41
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

estas dos series de relaciones o proporciones cuantitativas lo que se considera


usualmente la oferta de capital en términos de valor.5

se ha pasado por alto estas diferencias porque desaparecen


en el equilibrio estacionario

El tratamiento del problema del capital en términos de la demanda y oferta


de una magnitud simple solo es posible bajo el supuesto de que las propor-
ciones que acabamos de describir se encuentren en una cierta relación de
equilibrio entre sí. Bajo este supuesto, el resultado de una oferta dada de
bienes de capital concretos que se encuentre con una demanda exactamente
correspondiente de los mismos podría representarse como una magnitud
de un valor único, una cantidad de capital en abstracto que podría contra-
ponerse con un esquema de productividad marginal del capital como tal; y
en este sentido habría una correlación única entre «la» cantidad de capital
y el tipo de interés. En cuanto primera explicación del tipo de interés, la
consideración de un tal estado imaginario de equilibrio final puede tener
ciertas ventajas. Puede haber pocas dudas de que las teorías tradicionales
del interés hagan poco más que describir las condiciones de tal equilibrio
estacionario a largo plazo. Como este concepto de equilibrio a largo plazo
supone que las cantidades de los recursos individuales medidas en términos
de los costes están en perfecta correspondencia con sus respectivos valores,
la descripción del capital en términos de un agregado de valor es suficiente.
Incluso a los efectos de lo que a menudo se llama «estática comparativa»,
es decir, la comparación de estados alternativos de equilibrio estacionario,
sigue siendo posible suponer que las dos magnitudes se muevan acompasadas
de una posición de equilibrio a otra, de forma que nunca se haga necesario
distinguirlas entre sí.

5. [En este y en los siguientes párrafos, Hayek sugiere dos discrepancias que surgen fuera del
equilibrio. (1) los ratios inter-temporales de transformación (contrapartidas de la producción margi-
nal entre outputs fechados) pueden diferir de los ratios inter-temporales de los precios (que reflejan
las preferencias marginales entre los outputs fechados). (2) Los precios de oferta pueden diferir de
los precios de demanda para los bienes de capital existentes. Cada discrepancia excluye una única
valoración correcta del stock de bienes de capital.- Ed.].

42
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

sin embargo, para el análisis dinámico hay que distinguir


cuidadosamente los dos conceptos

Sin embargo, el problema se articula de forma diferente tan pronto como nos
preguntemos cómo puede llegarse a un estado de equilibrio estacionario, o
cual será la reacción de un sistema dado a un cambio imprevisto. Entonces
ya no es posible tratar los diferentes aspectos del capital como uno solo y se
hace evidente que la «cantidad de capital» como una magnitud de valor no
es un dato,6 sino solo un resultado del proceso de llegar al equilibrio. Con la
desaparición del equilibrio estacionario, el capital se parte en dos entidades
diferentes cuyos movimientos hay que seguir de forma separada y cuya inte-
racción se convierte en el problema real. Ya no hay una oferta de un solo factor,
capital, que pueda compararse con el esquema de productividad del capital en
abstracto: y los términos demanda y oferta en cuanto se refieren a magnitudes
que afectan al tipo de interés, asumen un nuevo significado. Es la estructura
real existente del equipo productivo (que se dice que en el equilibrio a largo
plazo representa la oferta) lo que ahora determina la demanda de capital; y para
describir lo que constituye la oferta, los escritores se han visto habitualmente
obligados a introducir unos términos tan vagos y usualmente indefinidos como
capital «libre» o «disponible». Incluso los escritores que en las primeras fases
de su exposición se han decidido con el mayor entusiasmo en favor de solo
uno de los significados del término capital y de un concepto «real» de capital,
más adelante encuentran necesario, o bien servirse de la palabra «capital» en
otro sentido, o introducir algún nuevo término para algo que en el lenguaje
ordinario también se llama capital. La consiguiente ambigüedad del término
capital ha sido la fuente de una confusión sin límites y a menudo se ha hecho
la sugerencia 7 (y en uno o dos ejemplos incluso se ha llevado a la práctica)8
que habría que desterrar por completo este término del uso científico; pero
por mucho que pueda decirse en favor de este procedimiento, parece, en su

6. Cf. Wicksell, Lectures on Political Economy, vol. I, p. 202: «Pero claramente no tendría sentido
—por no decir que es totalmente inconcebible— mantener que la cantidad de capital ya está fijada
antes que se haya conseguido el equilibrio entre la producción y el consumo».
7. Por ejemplo por Schumpeter, Handwörterbuch der Staatswissenschaften, 4.ª ed., vol. 5, p. 582.
8. Por ejemplo por Cannan, Elementary Political Economy (1888).

43
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

conjunto, preferible utilizar la expresión como un término técnico de una de


las magnitudes en cuestión, sin ignorar, sin embargo, las otras magnitudes
que a veces denota este término. Como se explicará más abajo con más detalle
(Capítulo IV), utilizaremos el término capital como el nombre del stock total
de los factores de producción no permanentes.

algunas causas y consecuencias del tratamiento


del capital real como una cantidad homogénea

En esta fase no podemos entrar en demasiados detalles, pero puede ser útil
añadir unas pocas palabras, a manera de ilustración, acerca de las razones
de por qué ha habido un fallo general en tomar en cuenta seriamente la
naturaleza esencialmente no homogénea de los diferentes elementos del
capital y de las consecuencias de este fallo. Dos ideas en particular han
tenido un efecto muy dañino sobre toda la teoría del capital. La primera es
la idea de que los elementos particulares del capital representaban un valor
concreto independientemente del uso que se pudiese hacer de ellos, valor
que se pensaba que venía determinado por las cantidades «invertidas» en
estos elementos. Esta idea es un vestigio de las antiguas teorías del valor del
coste de producción, cuya influencia ha subsistido durante más tiempo en la
teoría del capital que, quizá, en ningún otro lugar de la teoría económica.9
La segunda es la concepción de que las adiciones al stock de capital signi-
fican siempre adiciones de nuevos elementos similares a los ya existentes,
o que un aumento del capital toma, normalmente, la forma de una simple
multiplicación de los instrumentos usados antes y que, en consecuencia,
cada adición es completa en sí misma e independiente de lo que existía
anteriormente. Este tratamiento del capital como si consistiese en una sola
clase de instrumentos o un conjunto de ciertas clases de instrumentos en
proporciones fijas —un tratamiento que se ha visto favorecido por el he-
cho de que a menudo se lo ha utilizado explícitamente como una supuesta
simplificación— es, quizá, más responsable que cualquier otra cosa de

9. Cf. Knight, 1935c, p. 45: «Históricamente esta noción se remonta a la teoría clásica del capital
como producto del trabajo, por lo que es una consecuencia indirecta de este error original la teoría
del valor trabajo».

44
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

la idea de que puede considerarse el capital como una cantidad simple


determinada físicamente y que puede explicarse el tipo de interés como
una función simple (decreciente) de dicha cantidad.10 Evidentemente, de
estos supuestos se seguiría que el tipo de interés tiene que caer constante
y continuamente a lo largo del progreso económico, ya que cada adición al
stock de capital tendería a disminuirlo; y el hecho familiar de que el tipo de
interés fluctúe ampliamente a lo largo de comparativamente cortos periodos
parecería carecer de ningún fundamento en los hechos reales, por lo que
habría que adscribirlo enteramente a la influencia de los factores monetarios.

esto lleva a una teoría supersimplificada de la demanda derivada

La organización de la estructura de los recursos reales que corresponde a


cualquier valor agregado esperado del stock existente de capital dependerá,
obviamente, del tipo de técnica productiva que sea posible con dicha cantidad
de capital; y la afirmación de que, bajo condiciones de equilibrio, una organi-
zación estructural diferente estará asociada a un valor diferente del stock de
capital, significa que los cambios en la oferta de capital producirán cambios en
la técnica productiva. La idea, ampliamente aceptada, de que el capital consiste
en (o es) un conjunto concreto de instrumentos combinados en proporciones
fijas y su corolario de que en cualquier momento dado solo hay una técnica
productiva practicable (que se supone que viene determinada, o bien por el
estado del conocimiento técnico, o bien por los instrumentos duraderos ya
existentes), lleva a otra falacia, a la que se puede describir adecuadamente
como la «teoría de la demanda derivada», que ha jugado un importante papel
en las discusiones recientes de los problemas del ciclo económico.
El error inherente de este punto de vista es, evidentemente, no la mera
afirmación de que la demanda de equipo productivo se derive de la demanda
esperada de bienes de consumo, lo que es totalmente correcto, sino la idea
de que la cantidad de equipo productivo que se requiere para satisfacer una
demanda adicional de bienes de consumo viene únicamente determinada

10. [Por el contrario, reconocer la heterogeneidad de los bienes de capital (en particular con res-
pecto a su adecuación para las diferentes fases de la producción) nos permite ver que algunas adiciones
al stock de bienes de capital pueden ser complementos y no sustitutivos del stock existente.- Ed.].

45
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

por el «estado actual de la técnica». Si la técnica productiva a emplear vi-


niese fijada por factores extraeconómicos y, especialmente, si se supusiese
que fuera independiente del tipo de interés, entonces un cambio dado de la
demanda de bienes de consumo se transmitiría automáticamente de forma
clara, a un tipo dado, a las fases anteriores de la producción y, a su vez, se
transformaría en una demanda de una cantidad de equipo unívocamente
determinada. Esta es una conclusión a la que llegan de manera uniforme
los autores que solo pueden pensar en un aumento del capital en términos
de una simple duplicación del equipo del tipo ya existente11 y que pasan por
alto completamente los cambios de la técnica productiva que van unidos a la
transición de métodos de producción menos a más «capitalistas» y viceversa.
Este punto de vista ha pasado a ser ampliamente conocido en las discusiones
de los problemas del ciclo económico como el «principio de aceleración de
la demanda derivada». Obtiene una cierta plausibilidad especiosa del hecho
de que, bajo ciertas condiciones monetarias, las cosas puedan funcionar por
algún tiempo de acuerdo con él.12 Sin embargo, como veremos, el hecho de
que las influencias monetarias a veces puedan oscurecer temporalmente,
o incluso invertir, las influencias más permanentes de los factores reales
subyacentes, es una de las principales razones de por qué es esencial llevar
a cabo un estudio sistemático de la importancia de estos factores reales.

el concepto de inversión neta

Puede mencionarse un último ejemplo de los desafortunados efectos que


han producido estas ideas simplificadas acerca del capital en el análisis de

11. Aunque una gran parte de la actual discusión de los problemas del ciclo económico se ve
afectada en alguna medida por esta idea, probablemente no haya ningún otro libro de un reputado
economista donde se la use con tan poco tino como en la Formation of Capital (Washington, 1935) de
H.G. Moulton, libro que es también, aparte de este punto particular, una auténtica joya de la mayor
parte de las falacias actuales relacionadas con el capital.
12. Véase la Parte IV más abajo y Hayek 1939, donde se examina con algún detalle la importancia
del «principio de aceleración de la demanda derivada». [El «principio de aceleración» sigue siendo un
concepto estándar de la macroeconomía actual. Hayek lo cita en el capítulo 4, de más abajo, como la
proposición 9A de la teoría anglo-americana del capital: «se supone que la demanda de capital varía en
la misma dirección que la demanda de bienes de consumo, pero en un grado exagerado». En algunos
puntos, Hayek se refiere al supuesto efecto como «multiplicador de la inversión».- Ed.].

46
EL ÁMBITO DE LA INVESTIGACIÓN

fenómenos dinámicos tales como el ciclo industrial. Me refiero a la poco


precisa distinción que se hace usualmente entre la producción corriente y la
nueva inversión, o entre la reproducción del stock existente de capital y las
adiciones al mismo, y a la todavía menos precisa entre la producción bruta
de bienes de capital y la producción de bienes de consumo. También aquí, la
idea de que el crecimiento del capital tiene lugar de forma tal que se añade
nuevos elementos de una naturaleza similar a los que ya existían a un stock
que en otro caso no cambiaría, ha sido responsable de una buena parte de la
confusión en la discusión contemporánea. Lo mismo se aplica a la idea afín
de que, a efectos del análisis, se puede tratar adecuadamente todo el problema
del capital dividiendo las industrias en dos grupos: las que producen bienes
de consumo y las que producen bienes de inversión; pero los problemas que
ello implica son, obviamente, demasiado complejos para permitir que en este
estadio hagamos algo más que una mera mención. En alguna medida, están
relacionados con la distinción entre periodos largos y cortos y los diversos
conceptos de equilibrio, que examinaremos en el siguiente capítulo.

47
Capítulo II
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO
Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

la construcción de un estado estacionario no es adecuada


para la discusión de los problemas del capital

Se ha sugerido en el primer capítulo que la mayor parte de los fallos de la


teoría del capital en su actual forma se debe al hecho de que solo se la ha es-
tudiado bajo los supuestos de un estado estacionario, en el que están ausentes
la mayor parte de los interesantes e importantes problemas del capital. Esto
se debe, en gran medida, a que los problemas característicos de la teoría del
capital son problemas de la interdependencia de las diferentes industrias y, en
consecuencia, solo surgen en conexión con una teoría del equilibrio general,
y porque la mayor parte de los sistemas actuales de la teoría económica (en
particular, el más influyente, el de Marshall1) no consideran realmente ningún
estado de equilibrio general que no sea al mismo tiempo estacionario. Los lla-
mados equilibrios a corto plazo, si es que este concepto significa algo, deben ser
concebidos necesariamente como equilibrios parciales.2 Y el equilibrio a largo,
que es el único que es un equilibrio general, es (como ha señalado el mismo
Marshall) idéntico «al supuesto de un estado estacionario de la industria».3

1. [Alfred Marshall (1842-1924), economista británico, desarrolló el enfoque de equilibrio parcial


oferta-demanda, que es la herramienta analítica estándar de la economía moderna. Su Principles of
Economics, (publicado por primera vez en 1890) ha seguido siendo, a lo largo de muchas ediciones,
un popular libro de texto.- Ed.].
2. Las razones de ello se harán claras conforme avancemos. Aquí solo hay que señalar que el
método del equilibrio a corto plazo consiste esencialmente en pasar por alto todas estas consecuencias
de un cambio dado, cuyo significado, a efectos del problema inmediatamente bajo consideración, es
de segundo orden de magnitud, lo que significa que pasamos por alto deliberadamente unas conse-
cuencias, porque no afectan a las partes del sistema que son nuestro objetivo principal; procedimiento
que es claramente inadmisible cuando estamos interesados en el equilibrio del sistema como un todo.
3. Cf. A. Marshall, Principles of Economics, 7.ª ed., nota de la p. 379: «Pero, de hecho, un periodo
teóricamente largo debe dar tiempo suficiente para hacer posible, no solo que se ajusten a la demanda

49
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

equilibrios generales que no son estacionarios

Sin embargo, una discusión efectiva de los problemas de la teoría del capital
tiene que avanzar justamente en este campo que se ha pasado por alto y
que trata de los equilibrios generales que no son al mismo tiempo estados
estacionarios. Tiene que avanzar en forma de una teoría del equilibrio ge-
neral, porque se ocupa de las interrelaciones entre grupos de industrias y,
en particular, de los efectos de los cambios en una industria sobre otra que
se pasa por alto deliberadamente cuando estudiamos el equilibrio particular
a corto plazo de una industria o grupo de industrias especiales. Y no debe
limitarse al estado estacionario, porque aquí ex definitione la mayor parte
de los problemas de los que tiene que ocuparse la teoría del capital han des-
aparecido.4 Los principales problemas son explicar qué tipos de instrumentos
se producirán bajo condiciones dadas y cuáles serán las consecuencias de
producir instrumentos concretos. Y estos problemas, evidentemente, no exis-
tirán si suponemos desde el comienzo que se reproducirá constantemente el
mismo stock de instrumentos. La imposibilidad de tratar los problemas del
capital de forma adecuada dentro del marco de un equilibrio estacionario se
hace, evidentemente, incluso más obvia tan pronto como incluyamos, como
tenemos que hacer, los problemas relativos a lo que usualmente se describe
como «ahorro» y (nueva) «inversión», ya que se trata de actividades que
implican, por definición, que las personas que las llevan a cabo quieren alterar

los factores de producción de la mercancía, sino también que se ajusten los factores de producción
de estos factores de producción, y así sucesivamente; y esto, al llevárselo a sus consecuencias lógicas,
resultará que implica el supuesto de un estado estacionario de la industria, en el que se pueda anticipar
de antemano por un tiempo indefinido los requisitos de una edad futura… Los periodos relativamente
cortos y largos van, generalmente, a lo largo de líneas similares. En ambos casos se sirve uno de la
estrategia básica de aislar parcial o totalmente alguna serie de relaciones para su especial estudio».
Véase también Ibíd. p. 367, donde se describe el estado estacionario como un estado en el que «se habrá
producido la misma cantidad de cosas per cápita de la población de las mismas formas por las mismas
clases de gente por muchas generaciones conjuntamente; por lo que esta oferta de instrumentos de
producción habrá tenido todo el tiempo necesario para ajustarse a esta demanda regular».
4. Cf. W.E. Armstrong, 1936, p. 1: «Todo lo que es significativo y vital en el concepto de Espera
(como el equivalente de Capital) pertenece a la economía de la comunidad en desarrollo y no puede
transferirse al estudio del Estado Estacionario sin tergiversar violentamente las ideas fuera de su
contexto correcto».

50
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

su posición futura y, en consecuencia, en el futuro harán algo diferente de


lo que están haciendo en el presente.

equilibrio estacionario sin referencia a lo que sucede


en el proceso de llegar a él

Quizá la irrelevancia de la construcción del equilibrio estacionario para el


tratamiento de los problemas del capital surja con la mayor claridad cuando
recordamos que no se puede concebir que la sociedad, tal y como existe,
pueda dar lugar a este estado ficticio en ningún momento dado, sino que
solo se puede alcanzar tras un muy largo lapso de tiempo.5 El equipo que
está dado en cualquier momento siempre es la herencia de un pasado en el
que se han previsto los acontecimientos futuros únicamente de una forma
muy imperfecta; y, como veremos, es precisamente la existencia de este
equipo y su efecto en la determinación de lo que podemos y no podemos
hacer durante un tiempo futuro muy largo lo que constituye el dato que
crea el peculiar problema del capital. Una teoría que comience suponiendo
que los ajustes han avanzado hasta el punto en el que ya no se necesitan
más cambios no tiene ninguna relevancia para nuestros problemas. Lo que
necesitamos es una teoría que nos ayude a explicar las interrelaciones entre
las acciones de los diferentes miembros de la comunidad durante el periodo

5. El equilibrio estacionario presupone la existencia de relaciones de equilibrio entre las cosas


existentes, es decir, supone que los bienes existentes son exactamente de la misma clase que los que
será rentable reproducir bajo las condiciones existentes. No es un equilibrio determinado por los
tipos de bienes que existan, sino un equilibrio que ha hallado su expresión en la producción pasada
de tipos y cantidades particulares de bienes. Por este motivo, carece de importancia a efectos de la
explicación de lo que ocurra antes del momento en el que se haya reemplazado todos los bienes que no
son permanentes por los bienes que sea ventajoso reproducir indefinidamente en formas y cantidades
idénticas. Se supone que se determina únicamente por los recursos permanentes y el concepto vago
de una oferta dada de capital libre y que es independiente de las formas particulares en las que se dé
el capital en la realidad. El equilibrio en el que estamos interesados aquí no es un equilibrio que ya
esté incorporado en las cosas, sino uno entre las diferentes actividades de creación de nuevos bienes
como viene determinado por los bienes que existen al comienzo. De hecho, este concepto no es me-
nos realista que el de un equilibrio estacionario: ya que para llegar a un equilibrio estacionario sería
necesario pasar por una fase en la que los cambios requeridos para producirlo siguiesen sucediendo,
pero se previese correctamente sus resultados.

51
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

(que es el único periodo de importancia práctica) antes de que se haya llevado


la estructura material del equipo productivo a un estado que haga posible
un proceso invariable y autorrepetitivo.6

la ambigüedad del concepto de «dinámica»

Esta ampliación de la técnica del análisis de equilibrio que proponemos que


se utilice aquí sigue siendo algo poco familiar, por lo que puede ser útil, antes
de que avancemos en su desarrollo ulterior, arrojar alguna luz suplementa-
ria sobre la diferencia entre los dos conceptos de equilibrio de que se trata,
examinando brevemente una ambigüedad estrechamente relacionada en el
uso del concepto de dinámica en la economía. Este concepto tiene dos signi-
ficados totalmente diferentes cuando se lo utiliza en contraste con el concepto
de estado estacionario o con el concepto más amplio de equilibrio. Si se lo
utiliza comparándolo con el análisis del equilibrio en general, se refiere a una
explicación del proceso económico al avanzar en el tiempo, explicación en
términos de causación que hay que tratar necesariamente como una cadena
de secuencias históricas. Lo que encontramos aquí no es una interdependen-
cia mutua entre todos los fenómenos, sino una dependencia unilateral del
acontecimiento siguiente con el anterior. Esta clase de explicación causal del
proceso a lo largo del tiempo es, evidentemente, el objetivo final de todo el
análisis económico y el análisis del equilibrio solo es significativo en la medida
que sirva de preparación para esta tarea principal. Pero entre el concepto de
estado estacionario y el problema de la dinámica en este sentido, hay un cam-
po intermedio que tenemos que atravesar para ir del uno al otro. El término
dinámica se aplica, a veces, también a este campo intermedio, pero aquí se
refiere a los fenómenos que siguen estando dentro del ámbito del análisis de
equilibrio en sentido amplio. Todo lo que significa aquí el uso del término
dinámica es que no postulamos la existencia de un estado estacionario, pero
no dice nada acerca del método que utilizamos.7

6. [En particular, Hayek quiere una teoría del capital que sea útil para explicar las decisiones tomadas
a lo largo del curso (no estacionario) del ciclo económico.- Ed.].
7. Es al menos cuestionable si la introducción de los términos estática y dinámica en la economía
(por J.S. Mill siguiendo a una división similar de la sociología de A. Comte), que es responsable de

52
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

definición del equilibrio no estacionario

Ahora, como he tratado de demostrar en otro lugar,8 la idea general de equi-


librio, de la que el estado estacionario es solamente un ejemplo particular, se
refiere a un cierto tipo de relación entre los planes de diferentes miembros de
una sociedad. Es decir, se refiere al caso en el que estos planes están totalmente
ajustados entre sí, de forma que es posible llevarlos todos a cabo, porque los
planes de cualquier miembro se basan en la expectativa de unas acciones
tales por parte de otros miembros tal y como están contenidas en los planes
que estos otros están haciendo al mismo tiempo. Esto es claramente el caso
en el que la gente sabe exactamente lo que va a suceder, debido a que se ha
repetido las mismas operaciones una vez tras otra a lo largo de un periodo
muy largo. Pero también puede aplicarse el concepto como tal a situaciones
que no son estacionarias y en las que prevalece la misma correspondencia
entre planes, no porque la gente continúe simplemente haciendo lo que
ha hecho en el pasado, sino porque prevén correctamente qué variaciones
ocurrirán en las acciones de los demás. Esta clase de estado de equilibrio

esta confusión, fue beneficiosa. Me parece que la única distinción relevante es entre dos métodos, el
del análisis lógico de los diferentes planes que existen en un momento («análisis de equilibrio») y
el del análisis causal de un proceso a lo largo del tiempo. A efectos de esta distinción, los términos
estática y dinámica parecen totalmente inapropiados, y sería, probablemente, mejor si desaparecieran
por completo de la economía.
[El filósofo y economista inglés John Stuart Mill (1806-1873) utilizó los términos «estática»
y «dinámica» en su Principles of Political Economy (Londres: John W. Parker, 1848; nueva edición,
Londres: Longmans, Green, 1909; reimpreso, Fairfield, NJ: Kelley 1987). Los Principles de Mill fueron
el texto dominante de la economía (clásica) en el mundo de habla inglesa hasta que fueron reempla-
zados por el texto (neoclásico) de Marshall. Hayek escribiría más tarde un estudio biográfico de Mill
y su mujer, John Stuart Mill and Harriet Taylor: Their Correspondence and Subsequent Marriage
(Londres: Routledge and Kegan Paul, 1951). En The Counter-Revolution of Science, Hayek criticaría
en detalle los puntos de vista de Auguste Comte (1798-1857), el filósofo y sociólogo francés que trató
de elaborar una «física social».- Ed.].
8. En un artículo acerca de «Economía y Conocimiento», Economica, N.S. Vol. IV, n.º 13 (febrero
de 1937) y, de una forma bastante insatisfactoria, mucho antes, en un artículo acerca de «Das intertem-
porale Gleichgewichtssystem der Preise und die Bewegungen des Geldwertes»; Weltwirtschaftliches
Archiv, vol. 28 (1928). [Véase una traducción del último artículo, F.A. Hayek, «Intertemporal Price
Equilibrium and Movements in the Value of Money», reimpreso como el capítulo 5 de Good Money,
Part I: The New World, pp. 186-227.- Ed.].

53
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ficticio que (independientemente de si hay alguna razón para creer que vaya
a ocurrir en la realidad) puede concebirse que comprende cualquier clase de
cambio planeado, es indispensable si queremos aplicar la técnica del análisis
de equilibrio a todos los fenómenos que están ex definitione ausentes en un
estado estacionario. Solo es en esta esfera donde podemos discutir provecho-
samente las relaciones de equilibrio que se extienden a lo largo del tiempo y
en las que, en consecuencia, recae principalmente la teoría pura del capital,
y puede casi decirse que esto último es idéntico al conjunto de este campo
intermedio entre la teoría del estado estacionario y la economía dinámica
propiamente dicha. Pero nunca se ha explorado sistemáticamente este campo.

por qué el concepto de un equilibrio parcial temporal


es inapropiado para nuestro propósito

Sin embargo, hay que admitir que hay una justificación parcial de ello en el
hecho de que no haya ninguna razón para creer que pudiera tener lugar por
completo equilibrio general alguno, excepto si han cesado todos los cambios
de los datos (es decir, que se haya alcanzado un estado estacionario) y que,
en consecuencia, no hay ninguna necesidad obvia de explicar el proceso
económico conforme avanza en el tiempo para servirse de semejante cons-
trucción hipotética. Podría pensarse que esto es más de lo que necesitamos o
podemos esperar del método del equilibrio: y que todo lo que tenemos que
hacer es explicar cómo se forman los equilibrios temporales en los mercados
concretos. Esto implicaría explicar cómo, una vez que se hayan ajustado los
elementos más móviles, se llega a un estado temporal de reposo, que durará
hasta que se efectúen los cambios más lentos de la parte más permanente
del equipo productivo. Podríamos, a continuación, describir las condicio-
nes que prevalecerán cuando se hayan completado todos estos cambios
(es decir, el estado hipotético al que se llegará finalmente, en el que todos
los datos permanezcan invariables). Después de todo, se toman y revisan
periódicamente en intervalos bastante cortos las decisiones acerca de qué y
cómo producir, y puede parecer que el análisis del periodo que se sirve del
concepto de equilibrio parcial a corto plazo en cada fase, tiene en cuenta este
hecho esencial y aparecerá como una explicación de los acontecimientos casi
tan realista como podamos esperar razonablemente de este tipo de enfoque.

54
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

Sin embargo, aquí surge una seria duda de si el concepto de equilibrio a


corto plazo, si se aplica a un sistema económico como un todo,9 tiene algún
tipo de significado determinado. La cuestión es si hay algún tipo de intervalo
de reposo comparativo entre el momento en el que se han ajustado los factores
más móviles y aquel en el que se pueden ajustar efectivamente los elementos
más rígidos de la estructura,10 lo que presupone que, en relación con el tiempo
que toma adaptarlos a las nuevas circunstancias, se puede dividir en dos grupos
diferentes los medios de producción existentes. Ello supone que los momentos
que toma alterar los diferentes elementos del stock de los recursos existentes
gastándolos y produciendo otros nuevos (que dependerá de la durabilidad de
los recursos individuales y el tiempo que tome producirlos) no están dispersos
a lo largo de un periodo razonablemente continuo, sino claramente confinados
alrededor de los dos puntos más frecuentes con un intervalo más o menos
vacío entre ellos. Parece altamente dudoso si este supuesto está justificado
de alguna forma por los hechos y, a efectos de esta investigación, prefiero
en cualquier caso adoptar lo que me parece ser el supuesto más plausible de
que estos periodos están extendidos de forma aceptablemente continua y sin
ninguna clara interrupción (aunque no necesariamente de manera uniforme)
a lo largo de toda la serie de periodos en cuestión.11

9. Es decir, como diferente de una industria determinada en la que las condiciones especiales
hagan posible delimitar un determinado periodo y señalar que es corto comparado con otro.
10. Sin algún tipo de supuesto semejante, el uso del término equilibrio no tiene ningún tipo de
justificación y se convierte en un concepto totalmente vacío que no dice nada más que el que en algún
momento, algunos factores han tenido tiempo de ajustarse y otros no, lo que sería cierto en cualquier
posición. La distinción entre el equilibrio a corto y largo plazo tiene, evidentemente, sentido cuando,
como en todos los ejemplos usados por Marshall, se aplica a una determinada industria, porque
en muchos casos los cambios dentro de esa industria tendrán lugar en dos fases separadas por un
intervalo de tiempo; pero para hacer posible el segundo de estos cambios (es decir, los cambios en el
equipo duradero), tienen que seguir durante el intervalo en alguna otra industria. Y, si bien podríamos
tener razón en pasar por alto estos cambios en otro lugar, siempre que solo nos estemos ocupando de
la situación en la primera industria, esto se hace claramente ilegítimo cuando hablamos del sistema
como un todo. Me parece altamente cuestionable el uso del concepto de un equilibrio general a corto
plazo en el análisis monetario reciente.
11. La distinción entre el periodo «a corto» y «a largo» plazo es el caso más general de una distinción
que surge en varios terrenos interconectados. Las distinciones entre coste «inicial» y «suplementario»,
entre capital «circulante» y «fijo», y entre gastos «corrientes» de producción e «inversión» (bruta),

55
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

para poder servirnos totalmente del concepto de equilibrio,


tenemos que abandonar el supuesto de que se refiere a algo real

Sin embargo, totalmente aparte de este punto particular, está claro que
este uso del concepto de equilibrio deja de aprovecharse de algunas de las
ayudas más valiosas que pueden derivarse de esta poderosa herramienta
intelectual. Mientras se mantenga el supuesto de que la idea de equilibrio
tiene que referirse a algo que podamos observar en el mundo real o, al menos
que pueda verse que surge espontáneamente bajo ciertas condiciones, posi-
blemente no haya otra forma de tratar estos problemas. Pero me inclino a
pensar que estos intentos de dar al concepto de equilibrio una interpretación
realista (cuya legitimidad sigue siendo, en cualquier caso, algo dudosa) nos
han despojado de un uso al menos igualmente importante, al que servirá el
concepto si reconocemos lisa y llanamente su carácter puramente ficticio.
Se ha subrayado a menudo que el concepto de un estado de equilibrio es
independiente de cualquier posibilidad de mostrar cómo podría alguna vez
llegarse a este estado. La razón por la que esta afirmación ha tenido tan
poco efecto sobre el uso que se hace en realidad del concepto de equilibrio
es, probablemente, que los que la han formulado no han mostrado ade-
cuadamente cómo podría ayudar una construcción tan ficticia a explicar
los acontecimientos reales. De hecho, cuando se ha llegado a cualquier uso

pertenecen todas a la misma categoría y plantean las mismas dificultades. A todas ellas hay que tratarlas,
y así lo haremos, como casos límite de una gama continua de variaciones y no como representativas
de una característica particular o el tipo más frecuente. No haremos aquí ningún intento de trazar
una línea arbitraria de división, en lugar de reconocer claramente que estas formas del fenómeno en
cuestión se difuminan imperceptiblemente unas en otras.
[Como los distinguió Alfred Marshall en su Principles of Economics, el coste «primario» (hoy en
día llamado el coste «variable») es el gasto de producir un output adicional en el periodo corto (o «a
corto plazo»), por el que deben tomarse como dados en cantidad algunos de los inputs de la empresa
(por ejemplo, la planta y equipo); el coste «suplementario» (hoy en día llamado «coste fijo») comprende
los restantes gastos generales de la empresa. En Marshall, a largo plazo todo el coste es variable; no
se da ningún input fijo o inalterable. El capital «circulante» consiste en los activos, tales como bienes
en proceso, que «rotan» (se convierten en outputs cuya venta financia su sustitución) en el periodo
corto; los activos de capital «fijos», tales como la planta y el equipo duradero, son los que tardan más
en rotar. La producción «corriente» genera ventas en el periodo corto; la «inversión» genera ventas
más tarde.- Ed.].

56
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

concreto del concepto, o bien se lo ha definido como atemporal,12 o se ha


recurrido al estado estacionario.

equilibrio intertemporal y análisis del capital

En la esfera de la teoría del capital, como hemos visto, la construcción de un


estado estacionario es particularmente inútil porque el principal problema,
el de la inversión, surge justamente porque la gente trata de hacer en el
futuro algo diferente de lo que está haciendo en el presente, la inversión
misma que pueden tratar de repetir continuamente al tener que sustituirse
los instrumentos que se ha creado. Pero los resultados de la inversión, ya
sean servicios directos para el consumo o (como en la mayoría de los casos)
una ayuda para la producción ulterior, alterarán necesariamente las cosas
que hay que hacer y que pueden hacerse en el futuro. Postular un estado
estacionario que se repite a sí mismo es abstraerse de los propios fenómenos
que queremos estudiar. Sin embargo, hay un sentido muy significativo en
el que el concepto de equilibrio puede ser de gran utilidad si se formula
para incluir los planes de acción que varíen en los momentos sucesivos del
tiempo. El problema esencial sigue siendo si los planes de los diferentes
individuos concordarán y, en consecuencia, tienen todos la oportunidad de
tener éxito, o si la situación actual lleva consigo la semilla de una desilu-
sión inevitable para algunos, que hará necesario que cambien sus planes.
No podemos perder de vista la razón por la que estamos interesados en el
análisis de un determinado sistema económico en un momento determinado
del tiempo: nuestro propósito es ser capaces de pasar de un diagnóstico
del estado existente de la cuestión a un pronóstico de lo que es probable
que ocurra en el futuro. Ahora bien, si queremos en absoluto ser capaces
de predecir, tiene que ser sobre la base de los planes que es probable que
hagan los empresarios a la luz de su conocimiento presente y de un análisis
de los factores que, con el tiempo, determinarán si son capaces de llevar
a cabo estos planes o si tendrán que cambiarlos. Parece natural comenzar
construyendo, con una herramienta intelectual, un estado ficticio bajo el

12. En cuyo caso, como he tratado de demostrar en el artículo al que ya me he referido, carece
de sentido.

57
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

cual estos planes se corresponden completamente, sin embargo, preguntar


si este estado existirá alguna vez o podrá hacerlo, ya que solo por contraste
con este estado imaginario que sirve como una especie de lámina seremos
capaces de predecir lo que sucederá si los empresarios intentan llevar a cabo
cualquier serie dada de planes. La descripción de la posición de equilibrio
en este sentido es al mismo tiempo una descripción de la interdependencia
mutua de las decisiones de diferentes empresarios.
La dirección en la que un empresario tendrá que revisar sus planes de-
penderá de aquella en la que los acontecimientos demuestren diferir de sus
expectativas. El enunciado de condiciones bajo las que los planes individuales
serán compatibles, es, por ello, implícitamente un enunciado de lo que suce-
derá si no son compatibles.13

relación con el análisis causal y con el punto de vista


EX ANTE y EX POST de una situación dada

Se verá que la extensión del concepto de equilibrio proporciona el puente


del análisis de equilibrio a la explicación en términos de secuencias causales,
ya que está dirigida a elucidar los factores que obligarán a los empresarios
a cambiar sus planes y a ayudarles a entender la forma en la que habrá que
cambiarlos. De hecho, este uso del concepto de equilibrio no es fundamen-
talmente diferente de la comparación entre las visiones prospectiva y re-
trospectiva (o ex ante y ex post) de una situación particular, como lo utilizan
los economistas suecos más jóvenes,14 ya que puede derivarse la situación
ex post de la ex ante solo refiriéndose al grado de correspondencia o no
correspondencia entre las intenciones individuales. El estado de equilibrio
como se lo entiende aquí, es un estado de completa compatibilidad de los
planes ex ante donde, en consecuencia (a no ser que tengan lugar cambios
en los datos externos acerca de los cuáles en ningún caso pueda decir algo

13. Esto es estrictamente cierto solo si pensamos en una desviación individual de un elemento
concreto en una situación que en otro caso se encuentra en equilibrio, es decir, bajo el supuesto de
que se confirmen todas las demás expectativas. Si más de un elemento resulta ser diferente de lo que
se esperaba, la relación ya no es tan simple.
14. Cf. G. Myrdal, Monetary Equilibrium (Londres, 1939), p. 46

58
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

la teoría económica) la situación ex post es idéntica a la ex ante. Sirve como


una especie de caso estándar al que podremos referirnos para juzgar qué
esperar en cualquier situación concreta.

aplicación a los problemas de la inversión

La importancia de estas consideraciones abstractas quedará más clara si


las ilustramos por referencia a los problemas de la inversión. Los problemas
del capital o de la inversión, tal como los definimos aquí, son problemas que
están conectados con la actividad de hacer provisión en el presente para el
futuro más o menos lejano. Sin embargo, el futuro relevante del que trata-
mos es algo más extenso que los periodos para los que el individuo invierte
conscientemente en una fecha determinada. En cualquier momento, sus
planes se basarán en las expectativas de un cierto estado futuro del mercado
que le permitirá disponer de sus productos a un cierto precio; y más allá de
eso no se extenderá su interés. Pero el «estado del mercado objetivo» con
el que cuenta es, en gran medida, el resultado de las decisiones actuales de
otras personas. Para que pueda tener éxito al comercializar sus productos
como espera, será necesario que otros hayan realizado preparativos que les
hagan capaces de utilizar justamente estos productos a los precios a los que
esperaba venderlos. En otras palabras, el estado del mercado en el momento
en el que planifica dependerá en gran medida de lo que hayan decidido otros
al mismo tiempo en el que él realiza sus planes. Esto no es solo así, o ni
siquiera principalmente así, porque las rentas que tendrán que gastar estas
otras personas dependerán de lo que han producido, sino también porque
los instrumentos y materiales que necesitarán, dependerán de los planes de
producción en los que se hayan embarcado. Esto significa que, aunque cada
individuo se guiará solo por (más o menos bien fundadas) expectativas de
precios particulares, en realidad formará parte de un proceso más amplio
del resto, del que sabe poco; y su éxito o fracaso dependerá de si encaja en
las otras partes de ese proceso más amplio que emprenden o contemplan
al mismo tiempo los otros. Lo que lleva a cabo, en la mayoría de los casos,
no será más que un solo paso en una larga cadena de operaciones sucesivas.
Puede ser eliminada su acción del consumo final por muchas fases y su éxito
dependerá en cada fase, no tanto de la demanda final como de la presencia o

59
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ausencia de elementos complementarios en cantidades proporcionadas y de


que haya gente dispuesta a usarlos en las fases subsiguientes de la produc-
ción. Hay que considerar todas estas sucesivas operaciones como partes de
un proceso integral, teniendo cada una de ellas posibilidades de éxito solo
en razón de su posición dentro del conjunto.
En cualquier sistema con una división extensiva del trabajo (especialmente
si es del tipo «vertical» y muchas operaciones sucesivas de diferentes empre-
sarios dependen en cadena una de otra), cada decisión de producir una cosa
en lugar de otra dependerá para su éxito de que se produzcan otras cosas en
cantidades apropiadas. De esta forma, tenemos unas relaciones cuantitativas
determinadas entre el output requerido de las diferentes clases de bienes, que
(debido al carácter tecnológico del proceso) será usualmente de un carácter
más rígido en el caso de los bienes de producción que en el de los bienes de
consumo. Casi cualquier combinación cuantitativa de las diferentes clases
de bienes de consumo podrá usarse de una forma u otra, pero los límites
dentro de los que pueden variar las proporciones entre las cantidades de los
diferentes bienes de producción son mucho más estrechos. Hay determinadas
proporcionalidades y relaciones cuantitativas entre las diferentes partes de
la estructura de producción que tienen que ser preservadas si no se quiere
que algunas de estas partes se hagan completamente inútiles.

la correspondencia entre los planes de producción analizados,


tratándolos como partes de un único plan

Es claramente posible estudiar las relaciones cuantitativas entre las di-


ferentes partes de la estructura real de producción que resultarán de los
planes del momento, independientemente de la cuestión de las fuerzas
que garantizarán o dejarán de garantizar que se cumpla en la realidad tal
correspondencia. En cualquier situación dada, habrá una forma (y en la
mayor parte de los casos solo una) en la que puede hacerse que se armoni-
cen entre sí los planes de los diversos empresarios y que se armonicen con
las preferencias de los consumidores. El uso del método del equilibrio aquí
significa, por tanto, elaborar un estado imaginario en el que los planes de
las diferentes personas (generalmente empresarios y consumidores) están
ajustados de tal forma entre sí, que cada individuo pueda vender o comprar

60
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

exactamente las cantidades de mercancías que ha planeado vender o comprar.


Evidentemente, lo que existirá seguirá siendo solo los planes por separado
de los diferentes individuos que únicamente están conectados por el hecho
de que se correspondan exactamente las cantidades de bienes que se espera
que pasen en diferentes fechas de la posesión de unos individuos a otros.
Cualquier persona en particular no tiene por qué saber ni quién tomará
sus productos ni quién le proporcionará lo que espera recibir y solo tendrá
expectativas acerca de que el grupo anónimo15 llamado el mercado le dé y le
tome; ni tampoco tendrá que saber gran cosa acerca de la forma en la que se
han producido los bienes que llegan a sus manos, o acerca de cómo se usarán
los bienes que él ha producido. Sin embargo, las expectativas coincidentes
acerca de las cantidades y calidades de bienes que pasen de la posesión de
una persona a la de otra coordinarán, en efecto, todos estos planes diferentes
en un único plan, aunque este «plan» no exista en la mente de nadie. Solo
puede imaginárselo, y de hecho es a menudo conveniente, adoptar la prác-
tica, que ha sido seguida por muchos economistas, de seguir basándose por
un tiempo en el supuesto de que las acciones de los diferentes individuos
están dirigidas por alguien de acuerdo con un único plan.16 Dentro de la

15. Cf. F. Machlup, «Why bother with methodology?» Economica, N.S., vol. 3 n.º 9 (febrero de
1936) pp. 43 y ss.
16. Este recurso lo usó de la manera más sistemática F. Wieser, primero en su Natural Value y
luego en su Social Economics, donde sentó las bases de su teoría de la economía social con una teoría
elaborada de lo que llamó una «economía simple», es decir, una economía de dirección central. Más
recientemente, el Profesor Pigou (en su Economics of Stationary States, 1935) se ha servido una vez
más de Robison Crusoe para el mismo propósito. Es interesante señalar que Marshall, cuando pasa
a discutir la inversión, cree también conveniente examinarla «observando la acción de una persona
que ni compra lo que quiere ni vende lo que hace, sino que trabaja por su cuenta» (Principles, 7.ª ed.,
libro V, cap. IV/1).
[Friedrich von Wieser (1851-1926) fue profesor de Hayek en la Universidad de Viena. Hayek
compiló una colección póstuma de los escritos de Wieser, Gesammelte Abhandlungen (Tubinga: Mohr,
1929), y escribió esbozos biográficos de Wieser: Véase Hayek, «Friedrich von Wieser (1851-1926)»,
reimpreso como el capítulo 3 de The Fortunes of Liberalism: Essays on Austrian Economics and the
Ideal of Freedom, comp. Peter Klein, que constituye el volumen 4 (1992) de The Collected Works of
F.A. Hayek, pp. 108-25, e Idem, «Friedrich von Wieser», International Encyclopedia of the Social Sci-
ences, vol. 16 (Nueva York: Free Press, 1968), pp. 549-50. Arthur Cecil Pigou (1877-1959) fue profesor
de economía en la Universidad de Cambridge de 1908 a 1943, sucesor de la cátedra de Marshall.- Ed.].

61
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

naturaleza del caso, este supuesto ficticio solo puede ser provisional y más
tarde hay que abandonarlo en favor del supuesto de planes separados, pero
perfectamente ajustados de los diferentes individuos; es decir: de equilibrio
competitivo en el sentido esbozado anteriormente.

relación de este estado de equilibrio con la realidad

Es inevitable que la opinión se divida acerca de la utilidad de una tal elabora-


ción tan claramente ficticia como el concepto de equilibrio empleado aquí, y
no hay otra forma de demostrar su utilidad más que aplicarla a un problema
particular. Sin embargo, es importante que no surja ningún malentendido
acerca de la justificación que quiere atribuírsele y que no es que nos permita
explicar por qué las condiciones reales deberían en algún caso y grado aproxi-
marse a un estado de equilibrio, sino que dicha observación muestra que lo
hacen de forma tan aproximada en algún grado17 y que el funcionamiento
del sistema económico existente dependerá del grado en el que se aproxime
a dicha condición. La explicación de por qué podría esperarse que las cosas en
algún momento, y bajo qué condiciones y en qué medida podrían aproximarse
a ella, requiere una diferente técnica, la de la explicación causal de cómo los
acontecimientos avanzan en el tiempo; pero el hecho de que sea probablemente
imposible formular ninguna condición bajo la cual tuviese lugar alguna vez tal
estado18 no destruye su valor como herramienta intelectual. Por el contrario,

17. Debería recordarse que casi toda la ciencia económica se basa en la observación empírica de
que los precios «tienden» a corresponder con los costes de producción y que fue esta observación la
que llevó a la elaboración de un estado hipotético en el que se cumpliese totalmente esta «tendencia».
En este contexto, ha producido una gran confusión la vaguedad del término tendencia. Un fenómeno
dado puede tender a (aproximarse hacia) una cierta magnitud, si en un gran número de casos puede
esperarse que esté bastante cerca de dicha magnitud, incluso aunque no haya ninguna razón para
esperar que alguna vez llegue a alcanzarla, por largo que fuere el tiempo que se le permita al ajuste.
En este sentido, «tendencia» no significa, como se entiende habitualmente, un movimiento hacia
una cierta magnitud, sino simplemente la probabilidad de que la variable considerada llegue a estar
cerca de esta magnitud. El estado ideal en el que todas las variables se encontrasen en la magnitud a
la que tienden a aproximarse en este sentido es un estado que no podría esperarse que fuese a tener
lugar alguna vez.
18. [Véase una discusión y una formulación formal de las condiciones (suficientes) bajo las que
un sistema de precios en una cierta clase de desequilibrio se aproximaría (en el límite) a un equilibrio

62
EL ANÁLISIS DEL EQUILIBRIO Y EL PROBLEMA DEL CAPITAL

parece ser un punto débil del uso tradicional del concepto de equilibrio que se
lo haya limitado a los casos en los que pudiese tener lugar alguna «realidad»
especiosa en la que se cumpliese. Para servirnos de todas las ventajas de esta
técnica, tenemos que abandonar cualquier pretensión de que es una realidad,
en el sentido de que podamos formular las condiciones bajo las que tuviese
lugar un estado particular de equilibrio. Su función es, simplemente, servir
como una guía para el análisis de las situaciones concretas, mostrando cuáles
serían sus relaciones bajo condiciones «ideales», ayudándonos así a descubrir
las causas de los cambios latentes que todavía no ha contemplado ninguno
de los individuos en cuestión.

general en Fraklin M. Fisher, Disequilibrium Foundations of Equilibrium Economics (Nueva York:


Cambridge University Press, 1983). El concepto de equilibrio de Fisher es similar al concepto de Hayek
de equilibrio como coordinación de planes.- Ed.].

63
CAPÍTULO III
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS
EN TÉRMINOS REALES

el análisis del equilibrio es análisis en términos reales

El análisis de las relaciones entre los planes de producción de los diferentes


empresarios tiene que continuar necesariamente en lo que se conoce como
«términos reales». Si suponemos —como es necesario si vamos a investigar
la compatibilidad de los diferentes planes— que los empresarios hacen planes
concretos y detallados para periodos razonablemente largos, prácticamente no
queda espacio para el dinero en la imagen, excepto como «meros registros»
que representen cantidades concretas de las determinadas mercancías. De
hecho, mientras supongamos que los empresarios deciden cada detalle de
antemano con la expectativa cierta de que podrán adherirse a todos sus planes,
la necesidad de mantener dinero casi se desvanece, ya que en el mundo real se
mantiene dinero principalmente debido a que se pospone deliberadamente la
decisión de cuándo comprar o pagar por algo; y esto es contrario a nuestros
supuestos. Pero incluso en la medida en la que se siguiese manteniendo dinero
bajo estas condiciones (debido a la discontinuidad de las transacciones y el
coste o inconveniencia de invertirlo durante cortos periodos hasta que se lo
necesite) cesaría de jugar un papel significativo. Porque el dinero entraría
en los planes, no bajo el cuasi independiente carácter de dominio sobre las
cosas en general (es decir, como algo que confiere a los que lo mantienen la
posibilidad de aprovechar las oportunidades imprevistas), sino solo como
un elemento transitorio que representase las cantidades determinadas de
mercancías a efectos de cuya compra se mantendría las cantidades concretas
de dinero.

65
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la introducción del dinero en el análisis del equilibrio


daría lugar a complicaciones innecesarias e irrelevantes

A menudo se suele suponer tácitamente, y es usualmente ilegítimo, que la


existencia de una condición tal en la que todo lo que sería relevante para los
planes realizados por el público serían las cantidades concretas de bienes que
esperasen recibir a cambio del dinero, pero no las cantidades del dinero mismo.
Bajo nuestros supuestos, esta condición existiría en la realidad, por lo que no
ganaríamos nada si introdujésemos cantidades de dinero como magnitudes
separadas en este tipo de análisis en lugar de las cantidades de mercancías que
representase el dinero. Este procedimiento simplemente llevaría consigo una
complicación muy considerable e innecesaria del argumento. Los precios con-
cretos en dinero se encuentran en una relación determinada con las cantidades
de bienes que se producirán o venderán a estos precios solo bajo el supuesto
de que todos los demás precios vengan dados. En principio, cualquier precio
concreto en dinero de una mercancía puede corresponder a la producción o
venta de cualquier cantidad de dicha mercancía, de acuerdo como varíen los
precios de las demás. No hay ninguna relación determinada entre precios en
términos de dinero y cantidades de bienes, tal y como la hay entre las rela-
ciones reales de intercambio y dichas cantidades. Por ello la introducción del
dinero en esta fase tendría pura y simplemente el efecto de introducir una
variable adicional que es irrelevante para nuestro propósito y que haría más
difícil ver las relaciones entre cantidades de mercancías y relaciones reales de
intercambio en las que estamos interesados aquí.

defectos de los intentos tradicionales de «hacer abstracción del dinero»

Los economistas han sentido a menudo la necesidad de algún análisis como este
en términos reales, y de hecho, una parte considerable de la economía clásica
se sirve de esta idea explícita o implícitamente, pero raramente se ha aclarado
alguna vez su significado e importancia. Recientemente, en relación con ello,
se ha usado el concepto de «dinero neutral».1 Si bien esto tiene, al menos, la

1. El presente autor debe confesarse culpable de alguna responsabilidad en la popularidad de este


concepto, e incluso de la forma incauta en la que se ha intentado ocasionalmente utilizarlo como un

66
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS EN TÉRMINOS REALES

ventaja de llevar la atención a la existencia de un problema, evidentemente, por


sí mismo no es nada más que un nuevo nombre para un viejo problema y no
nos da una solución. Deja claro que no podemos, como se ha hecho a menudo,
tratar el dinero como no existente mientras su valor permanezca estable y que es
erróneo suponer que si su valor permanece estable no ejerce ninguna influencia
sobre la formación de los precios. Tampoco resuelven realmente el problema las
elaboraciones especiales que han utilizado ciertos economistas para hacer frente
a esta dificultad. La mejor conocida de ellas es el «numerario» de Walras. Por
definición, el «numerario», que puede ser cualquiera de las mercancías, sirve
únicamente como unidad de cuenta; pero no se lo utiliza en la realidad como
medio de cambio y, en consecuencia, no habrá ninguna demanda adicional
de él para mantenerlo como dinero. Todo lo que hace la introducción de este
concepto es resolver la dificultad del economista matemático de expresar todas
las diferentes relaciones de intercambio en una unidad común y no contribuye
nada a la explicación de cómo puede efectuarse las transacciones de intercambio
triangulares y multiangulares, que son necesarias para producir el equilibrio,
sin el uso de uno o más medios de intercambio que se demandan y mantienen
únicamente con el propósito de intercambiarlos por otras mercancías.

el análisis en términos reales solo es legítimo


dentro de la construcción del equilibrio

El quid de la cuestión es que donde el análisis vaya dirigido directamente a


una explicación causal del proceso económico conforme avanza en el tiempo,

ideal práctico de la política monetaria; pero, si bien claramente no sirve de mucha ayuda para este
segundo propósito, sigue pareciéndome un concepto útil para describir un problema teórico real: las
condiciones bajo las que sería concebible que se comportasen los precios en una economía monetaria
como se supone que lo hacen en el análisis del equilibrio.
[Hayek había ofrecido la idea de «dinero neutral» como un punto de referencia teórico, atribuyén-
dolo a Knut Wicksell, en las dos últimas secciones de la Lección I de Prices and Production. Trató de
clarificar el concepto en una breve nota «Über “Neutrales Geld”», Zeitschrift für Nationalökonomie,
vol. 4, octubre de 1933, pp. 659-61, traducida como «On “Neutral” Money» y reimpresa como el
capítulo 6 de Good Money: Part I, the New World, pp. 228-31 de Hayek. Añadió una versión revisada
de esa nota a la segunda edición (1935) de Prices and Production, como un apéndice a la Lección IV,
titulada «Some Supplementary Remarks on “Neutral Money”».- Ed.].

67
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el uso de la concepción de una economía de intercambio sin dinero está fuera


de lugar. Es una contradicción en sí misma discutir un proceso que claramente
no podría tener lugar sin dinero y al mismo tiempo suponer que el dinero
está ausente o no tiene ningún efecto. En el caso de nuestra posición ideal
de equilibrio, que elaboramos como una guía para la interpretación, y en la
que se supone que todas las partes están perfectamente encajadas, el caso
es diferente. Aquí, el análisis en términos reales, no solamente está en su
lugar, sino que es casi esencial. Como en cada punto el dinero es, en su más
estricto sentido, solo un intermediario entre cantidades concretas de ciertos
bienes, todas las relaciones esenciales en este sistema lo son entre bienes
(relaciones de sustitución entre ciertas cantidades de bienes determinadas
por las cantidades totales de estos bienes); o, en otras palabras, será cierto
de este sistema —lo que, a veces, se ha afirmado que es cierto en el mundo
real— que la oferta y la demanda total de bienes tienen que ser idénticas
(esta así llamada «Ley de los Mercados» de J.B. Say es, ciertamente, una de
las primeras formulaciones del moderno concepto de equilibrio).2

el análisis en términos reales no es inútil

Sin embargo, sería un error creer que como estas relaciones solo existirán
en un estado de equilibrio puramente ficticio, es una mera pérdida de tiempo
desarrollarla. El hecho de que en el mundo real sean las relaciones entre los
precios monetarios, y no las relaciones reales de intercambio, las que deter-
minan directamente la acción humana, no hace que dejen de ser interesantes.

2. [Jean Baptiste Say (1767-1832), periodista y economista francés, formuló una proposición, a
menudo resumida como «la oferta crea su propia demanda». Say argumentó que como todo productor
intenta vender sus bienes solo para comprar los bienes de otros (esta premisa supone implícitamente
o bien que se considera que el dinero es solo uno de los bienes, o bien que el dinero no existe, o bien
que los productores no tratan de aumentar sus tenencias de dinero), no puede aparecer una «satura-
ción» (exceso de la oferta sobre la demanda) de bienes en general. Hayek aquí respalda la conclusión
para una economía en la que se cumple el tercero de estos supuestos implícitos. Acerca de la historia
y lógica de la «Ley de Say de los Mercados», véase Thomas Sowell, Say’s Law (Princeton: Princeton
University Press, 1972) y Robert W. Clower y Axel Leijonhufvud, «Say’s Principle, what it Means
and doesn’t Mean», en Axel Leijonhufvud, Information and Coordination: Essays in Macroeconomic
Theory (Nueva York: Oxford University Press, 1981), pp. 79-101.- Ed.].

68
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS EN TÉRMINOS REALES

Las relaciones entre los precios monetarios en sí mismas nos dicen poco, a no
ser que sepamos qué precios son adecuados a la estructura real existente del
equipo productivo, o qué relaciones de precios se requieren para hacer posible
que la gente siga con los planes que ha realizado; ni tampoco es suficiente,
como a menudo se supone, saber si los precios de los productos terminados
superan o no llegan a un coste monetario de producción dado, tal y como
viene representado por los precios de una combinación particular de recursos
productivos. Si se utilizará esta o alguna otra combinación de recursos en la
manufactura del producto, dependerá en sí misma de los precios, por lo que los
costes de producción de un bien determinado no varían en exacta consonancia
con los precios de ningún grupo particular de recursos, sino que también se
ven afectados por los cambios de la técnica de producción que se han hecho
rentables por las variaciones de los precios relativos de los diferentes recursos.3

el argumento usual en defensa del análisis


en términos reales es insatisfactorio

En el mundo real, la producción depende tan obviamente en el primer ejemplo


de los precios concretos en dinero, que la sugerencia de que dependa «en
último término» de algunas relaciones reales que se encuentren detrás de
estos precios en dinero, está sin duda, como muestra toda la historia de la
economía, en claro contraste con las conclusiones que sugiere la experien-
cia en primer lugar. Por ello, es necesario justificar nuestro procedimiento,
de alguna manera, de forma más completa que limitándonos a repetir las
frases predominantemente metafóricas que se utiliza, por lo habitual, en su
defensa. Que haya «fuerzas reales subyacentes que tienden a reafirmarse

3. [La idea de que las técnicas óptimas de producción varían con los precios relativos de los re-
cursos, junto con la idea de que el conocimiento relevante —acerca de cómo sustituir un recurso por
otro al cambiar el precio relativo— está ampliamente difundido entre los propietarios de los recursos,
fue fundamental en la crítica de Hayek del socialismo y, más tarde, de las propuestas de «planificación
indicativa» basada en tablas input-output que suponen técnicas fijas. Véase F.A. Hayek, «The Use of
Knoledge in Society», American Economic Review, vol. 35, septiembre de 1945, pp. 519-30; reimpreso
en F.A. Hayek, Individualism and Economic Order, (Chicago: University of Chicago Press, 1948),
pp. 77-91; e idem, «The New Confusion About “Planning”», en New Studies in Philosophy, Politics,
Economics and the History of Ideas (Chicago: University of Chicago Press, 1978), pp. 232-46.- Ed.].

69
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

aunque puedan ocultarse temporalmente por la superficie monetaria», o que


las relaciones reales que «en último lugar» determinan las relaciones entre
los precios muestran una cierta solidez y son más permanentes que la dis-
torsión temporal causada por el dinero, o que los determinantes reales sean
más fundamentales o básicos, en el sentido de que resurgirán cuando hayan
desaparecido las perturbaciones monetarias, es todo ello aproximadamente
cierto; pero apenas demuestra o explica la importancia de estos factores reales.

inestabilidad y carácter autorreversible de los cambios monetarios

Es innegablemente cierto que en ausencia de cambios monetarios continuos


y progresivos,4 y con gustos y una distribución de la renta dados, las rela-
ciones entre los precios de las diferentes mercancías vendrán unívocamente
determinadas por las cantidades de los bienes existentes; pero esto no es toda
la historia, porque estas mismas cantidades pueden verse alteradas por las
influencias monetarias. Sin embargo, el hecho decisivo es que el efecto sobre
los precios de estos cambios en las cantidades producido por las influencias
monetarias irá exactamente en la dirección opuesta del efecto directo sobre los
precios de estos mismos cambios monetarios. Podemos suponer, por ejemplo,
que en el punto en el que una adición neta al flujo total de dinero produzca su
primer impacto sobre los mercados de mercancías, resultará en primer lugar
un incremento de los precios y luego se verá afectado el output de mercancías.
El efecto de este aumento sobre el producto será que, tan pronto como cesen
las adiciones al flujo de dinero, los precios de estas mercancías caerán con
respecto a los precios de todas las demás y alcanzarán un nivel menor que el
que prevalecía antes del cambio monetario. Los cambios monetarios tienen
este efecto en común con todos los demás cambios meramente temporales
que no se reconoce como tales, pero lo tienen en un grado particularmente

4. [O, como pudo haber dicho Hayek más generalmente: en ausencia de perturbaciones monetarias,
«las variaciones monetarias progresivas y continuas» no son, estrictamente hablando, ni necesarias
ni (suponiendo un patrón fíat y expectativas correctas) suficientes para crear una perturbación del
equilibrio monetario que tenga efectos de derrame reales. En los casos que siguen, puede entenderse
que Hayek habla de variaciones en «el flujo monetario total» (MV, en la notación de la teoría cuan-
titativa del dinero) frente a una expectativa de variación cero. Acerca de la prescripción de un MV
constante para el dinero neutral de Hayek, véase White, «Hayek’s Monetary Theory and Policy».- Ed.].

70
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS EN TÉRMINOS REALES

alto. Esto no es solo así porque, en virtud de su naturaleza misma, no puedan


continuar indefinidamente,5 sino, más especialmente, porque un cambio
en el volumen del flujo de dinero que tiene lugar en un punto del sistema
económico se extiende por todo el sistema y tiene que causar más cambios en
todos los demás precios. Por ello, los cambios monetarios son en un peculiar
sentido autorreversibles y la posición creada por ellos es inherentemente
inestable, ya que, tarde o temprano, cualquier desviación de la posición de
equilibrio —tal y como viene determinada por las cantidades reales— dará
lugar a que el péndulo oscile en la dirección contraria.6

una ilustración de los diferentes efectos


de los cambios reales y monetarios

Desgraciadamente, no puede demostrarse por completo la importancia de


estos factores reales sin un análisis sistemático del funcionamiento de los
factores monetarios que proponemos pasar por alto en buena medida dentro
de este estudio, pero podemos proporcionar una ilustración refiriéndonos
brevemente al principal problema a propósito del que está surgiendo conti-
nuamente esta cuestión. Este problema hace relación a las posibles diferencias
entre la rentabilidad prospectiva de una inversión dada según si el inversor
tiene que utilizar los recursos reales que posee o toma a préstamo, o si pue-
de obtenerlos tomando dinero a préstamo a este propósito. No puede haber
ninguna duda de que, bajo ciertas circunstancias, la posibilidad de tomar di-
nero a préstamo hará que sean rentables inversiones que nunca aparecerían
atractivas si los inversores solo pudiesen utilizar recursos que poseyesen o
pudiesen obtener a préstamo en especie. La razón de ello, que ahora es muy
familiar, es que las cantidades de dinero que se ofrecen en el mercado de

5. [Hayek parece aquí estar suponiendo un patrón de moneda mercancía. En un patrón fíat, no
hay nada en la naturaleza de una inyección monetaria que evite que continúe indefinidamente.- Ed.].
6. Cf. en relación con ello la discusión en mi Monetary Nationalism and International Stability,
pp. 31 y ss. [El opúsculo de Hayek se reimprimió como Capítulo 1 de Good Money, Part II: the Standard,
comp. Stephen Kresge, que constituye el volumen 6 (1999) de The Collected Works of F.A. Hayek,
pp. 59 y ss. Allí Hayek discute los efectos del mercado de crédito temporales y autorreversibles que
siguen a los flujos internacionales de oro entre países cuando esos países tienen sistemas bancarios
nacionales distintos basados en reservas fraccionales de oro.- Ed.].

71
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

préstamos pueden cambiar de forma completamente independiente de la


oferta de recursos reales disponibles a efectos de inversión.7
De hecho, las variaciones monetarias facilitan las inversiones y dan lugar
a que se utilice los recursos de formas que no estén de acuerdo con un estado
de equilibrio entre la demanda y la oferta de recursos reales. Evidentemente,
esto no equivale a decir que los factores monetarios no puedan hacer cambiar
la composición de las cantidades reales que existan, sino muy al contrario,
al afectar a los usos a los que se dedica los recursos disponibles, darán lugar
inevitablemente a un cambio en la estructura real de producción. Pero de lo
que se trata es de que esta nueva y alterada estructura material de la pro-
ducción requerirá para su mantenimiento una nueva serie de relaciones de
precios, a saber, las que haya creado temporalmente la variación monetaria
inicial, o la que haya llevado a esperar por parte de la gente, pero que no puede
perpetuar esta variación monetaria.
La mayor parte de las adiciones o deducciones del flujo monetario no
permanecerán en donde hayan aparecido en primer lugar, ya que tienen la
tendencia inherente a invertir 8 las variaciones en las relaciones de precios
a que han dado lugar. Pero la importancia de los cambios ulteriores en los
precios relativos a los que ha dado lugar la variación monetaria deberá ser
juzgada en relación con la estructura de precios adecuada a la nueva orga-
nización de la producción.

7. A este respecto, ha dado lugar a una gran confusión el supuesto que se hace a veces de que
podría haber un mercado real de capital sin dinero en el que habría algún tipo de interés determi-
nado en especie. De hecho, no lo habría y no podría haber un tipo de interés sin dinero y el efecto
de la limitación establecida en la posible cantidad de espera por la escasez de stock de recursos no
permanentes se haría sentir exclusivamente a través de las variaciones en los precios relativos de las
diferentes clases de mercancías.
[«La limitación establecida a la posible cantidad de espera» —es decir, cuánto se puede diferir
el consumo mientras que se espera que lleguen a su culminación los procesos del rodeo de la pro-
ducción— «por la escasez del stock de recursos no permanentes» —lo que los economistas clásicos
llamaban «el fondo de salarios»— es un tema de Böhm-Bawerk que desarrollará Hayek con más
detalle más adelante.- Ed.].
8. Evidentemente, esto no quiere decir que la posición que hubiese existido sin la perturbación
monetaria se restaure —o incluso se pueda restaurar— por completo. Las pérdidas y redistribuciones
de renta, causadas por la desviación de la producción tendrán naturalmente un efecto permanente,
pero un efecto en la dirección opuesta al efecto del impacto del cambio monetario.

72
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS EN TÉRMINOS REALES

solo puede formularse ciertas condiciones de estabilidad


en términos reales y nada más que en términos reales

No podemos juzgar el efecto de ningún cambio en los precios en dinero sin


conocer el sistema de precios que es adecuado a la estructura de producción
existente. Por lo tanto, hay una tarea que es lógicamente anterior al estudio
del mecanismo monetario: la tarea de analizar el principio sobre el que están
coordinados los sistemas particulares de cantidades de bienes y los sistemas
particulares de precios (o relaciones reales de intercambio), que es lo que intenta
hacer el llamado análisis en términos reales. Como el análisis de equilibrio en
general, su propósito no es dar una explicación directa de ningún fenómeno
real, sino analizar por separado una serie de relaciones que son relevantes
para la explicación de los hechos reales. En otras palabras: hay condiciones
de estabilidad del sistema económico que no solo se las puede describir más
simplemente si pasamos por alto el factor monetario, sino que, aunque puedan
ser cambiadas por las influencias monetarias, existen independientemente
de ellas. Estas condiciones están determinadas en cualquier momento por la
estructura técnica del equipo material que exista y por los gustos de la gente.9

el análisis en términos reales lleva consigo hacer abstracción


de prestar y tomar a préstamo dinero

En el caso particular que tenemos que estudiar, el grado de abstracción que


lleva consigo pasar por alto el dinero es especialmente grande. Pretendemos
investigar los problemas del capital y al mismo tiempo la posibilidad de prestar
y tomar a préstamo dinero, pero esto es, evidentemente, un fenómeno con
el que están tan estrechamente relacionados en la vida real los problemas
del capital e interés que puede resultar fútil hablar en absoluto de capital sin
tener en cuenta el préstamo en dinero. Sin embargo, que esto aparezca así
solo muestra que en nuestras mentes, los términos capital e interés están tan

9. [En todavía otras palabras, Hayek propone examinar las condiciones de equilibrio intertemporal
en la estructura de la producción, tal y como viene determinado por los factores reales (preferencias
intertemporales y posibilidades de producción) con el fin de tener un punto de referencia para evaluar
los efectos de las perturbaciones monetarias en la estructura de producción.- Ed.].

73
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

estrechamente relacionados con los fenómenos monetarios que quizá habría


sido mejor si nunca los hubiesen utilizado los economistas en relación con los
fenómenos reales que, aunque relacionados de alguna forma con los fenómenos
monetarios, existirían incluso en una sociedad capitalista sin dinero. Pero se
ha consolidado tanto el aplicar los mismos términos a los fenómenos reales
subyacentes que se había aplicado al principio a sus manifestaciones mone-
tarias, que, en esta fase, sería difícil introducir para ellos nuevos términos.

uso del término «tipo de interés» en este estudio

Lo cierto es que en un sentido se ha cuestionado seriamente esta tradición. En


su última obra,10 Mr. Keynes ha subrayado con mucho empeño la deseabilidad
de limitar el término «tipo de interés» al tipo al que se puede tomar dinero
a préstamo. Y totalmente aparte del hecho de que su uso del término estaría
más de acuerdo con su uso en la vida ordinaria, no puede dudarse de que solo
bajo esta forma aparece el interés como un precio que se cotice en el mercado
y entre directamente en los cálculos de los empresarios. Los tipos de interés
reales o de las mercancías que han jugado un papel tan prominente en la
teoría económica tradicional son, en comparación, únicamente magnitudes
secundarias o elaboradas que, dicho sea de paso, varían de acuerdo con la
mercancía en términos de la cual las calculamos. Estas consideraciones quizá
hagan aconsejable, en todas las investigaciones que se ocupen de los fenómenos
monetarios, restringir el término interés, como sugiere Mr. Keynes, al tipo
monetario e introducir algún otro término para «los tipos reales»; pero esta
objeción no es válida, o al menos no con tanta fuerza, mientras nos limite-
mos a los aspectos reales del problema. Aquí no hay peligro de confusión y
en su conjunto parece adecuado utilizar aquí el término interés en el sentido
en el que se ha convertido en habitual usarlo en la economía pura, es decir,
refiriéndose a los tipos porcentuales reales de rendimiento.

10. Cf. Keynes, 1936.


[John Maynard Keynes (1883-1946), renombrado economista inglés y asesor del gobierno,
lanzó la «revolución keynesiana» en (macro)economía con su General Theory. Véase más acerca del
desacuerdo de Hayek frente a las ideas de Keynes en Hayek, Contra Keynes and Cambridge: Essays,
Correspondence.- Ed.].

74
LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS EN TÉRMINOS REALES

Solo conforme avance la investigación podrá verse en qué sentido y en


qué medida está justificado, bajo los supuestos hechos aquí, hablar de un
tipo uniforme de rendimiento; pero para que no lleve a error el término
tipo de interés que proponemos utilizar en este contexto, llegados a este
punto es necesario explicar, al menos con un poco más de detalle, a qué se
referirá este término. Ya se ha mencionado que el tipo de interés en estas
condiciones no es un precio de ninguna cosa concreta, sino un elemento de
las relaciones entre los diversos precios de diferentes mercancías, un ratio
entre los precios de los factores de producción y los precios esperados de
sus productos, que está en una cierta relación con el intervalo de tiempo
que transcurre entre la compra de los factores y la venta del producto. El
problema del tipo de interés en el sentido en el que se lo examinará en este
libro es, por tanto, el problema de por qué hay una tal diferencia entre los
precios de los factores y los precios de los productos y qué determina la
magnitud de esta diferencia. Quizá sería más correcto si denominásemos
a esta diferencia entre coste y precios como beneficios y no como interés,
pero como se ha hecho habitual —especialmente desde Böhm-Bawerk, al
que se debe esta formulación particular del problema del interés— referirse
a esta diferencia en el análisis del equilibrio como el tipo de interés, y como
el término tasa de beneficio ahora se reserva generalmente a las diferencias
«anormales» que solo surgirán bajo condiciones dinámicas, producirá pro-
bablemente menos confusión si en el análisis del equilibrio conservamos
este término establecido, aunque algo desafortunado.
Que estas diferencias entre costes y precios que impregnan todo el sistema
de precios relativos —y están expresadas en ellos— queden en equilibrio en
una relación determinada entre sí que se pueda expresar, en algún sentido,
como una tasa temporal uniforme es, hablando estrictamente, un hecho que no
debería suponerse al principio de este estudio, sino que constituye uno de sus
resultados. Sin embargo, como a este respecto solamente estamos repitiendo
lo que a menudo se ha dicho de forma similar, no puede estar mal anticipar
este resultado, que conocerán todos los lectores, y hablar ocasionalmente
de tipo de interés en este sentido, antes de que hayamos mostrado por qué
debería haber una tendencia a que se ajustasen todas las diversas diferencias
de precios a un estándar común.

75
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

limitaciones del análisis en términos reales

Si no se quiere que esta discusión metodológica se convierta en despropor-


cionadamente larga, debemos terminar con esta más bien somera discu-
sión de la relación entre análisis en términos reales y análisis en términos
monetarios. Un tratamiento más sistemático y exhaustivo sería imposible
sin una consideración explícita del papel que juega el dinero en la realidad,
y eso es justamente lo que queremos evitar aquí. Lo que hemos dicho es,
simplemente, un intento de indicar ciertas consecuencias que se siguen del
tratamiento del problema del capital como parte del análisis del equilibrio
general.
Solo hay un punto más que debe subrayarse al concluir esta discusión: el
hecho de que se dedique todo este volumen al equilibrio o a aspectos «reales»
de nuestros problemas no debe entenderse como que damos una importancia
excesiva a estos aspectos. La idea es, más bien, poner de manifiesto la mag-
nitud del trecho que separa este ejercicio de lógica económica de cualquier
intento de explicar directamente los procesos del mundo real. No hubiese
sido difícil ampliar esta exposición con disquisiciones ocasionales acerca de la
significación de las consideraciones expuestas aquí en un esquema de expli-
cación causal del proceso económico real. Teniendo todo en cuenta, el autor
ha intentado resistir esta tentación en la medida de lo posible y mantenerse
estrictamente dentro de los límites expuestos en este capítulo y en el ante-
rior. La aplicación de los resultados del análisis de equilibrio al mundo real
significa una transición a un plano completamente diferente de discusión y
requiere una reformulación muy cuidadosa de los supuestos sobre los que
avanza. Es imposible hacer esto por medio de observaciones ocasionales sin
correr el riesgo de convertir ilegítimamente las proposiciones analíticas en
afirmaciones de causalidad y parece mucho mejor reconocer con franqueza los
límites de lo que puede conseguirse con el método empleado aquí y reservar
la tarea de aplicar los resultados a la explicación causal para una investigación
aparte. En la Parte IV de este estudio se encontrarán algunas sugerencias
relativas al tratamiento de estos problemas ulteriores que surgirán en una
economía monetaria.

76
Capítulo IV
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO
CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

las teorías de la «productividad» del interés


sirven de la mayor ayuda para nuestro propósito

Como ya hemos señalado anteriormente, la explicación del interés no será el


objetivo único o central de este estudio, como ha sido el caso en la mayor parte
de las investigaciones similares del pasado. Su explicación será un resultado
incidental, aunque necesario, de un intento de analizar las fuerzas que deter-
minan el uso que se da a los recursos productivos. Nuestra principal tarea no
es explicar una forma particular de renta o el precio de un factor particular
de producción, sino exponer la conexión entre la oferta de las diversas clases
de recursos productivos, la demanda de renta real en diferentes fechas y la
técnica de producción que se escogerá. La mayor parte de las herramientas
analíticas que tendremos que usar habrán sido, sin embargo, creadas en el
pasado en la búsqueda de la explicación del interés; y es natural que las teo-
rías del interés que más han contribuido a la elucidación de los problemas
que vamos a estudiar deberían ser las que han subrayado la «productividad
del capital» y, en consecuencia, se han basado en un análisis de la estructura
material de la producción.

los fundadores del moderno análisis de la productividad

Lo que sigue no es, en ciertos aspectos, nada más que un intento dirigido
a un desarrollo y elaboración sistemáticos de las ideas fundamentales que
subyacen a la teoría del interés de W.S. Jevons, E.v. Böhm-Bawerk y Knut
Wicksell.1 Si en el curso de su reformulación se cambia partes de su teoría de
forma que no pueda reconocérsela, esto no cambia el hecho de que su obra

1. [Sobre estos tres economistas, véase la nota 2 del capítulo 1, más arriba.- Ed.].

77
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

contiene, aunque quizá de una forma algo tosca y excesivamente simplifi-


cada, casi todas las ideas fundamentales sobre las que se basa la siguiente
exposición. La obra de Jevons, aunque no tuviese tiempo de formularla
de una manera en que fuese fácilmente inteligible, contenía los elementos
esenciales de la teoría más completamente desarrollada.2 Böhm-Bawerk, en
muchos aspectos, simplemente desarrolló las ideas postuladas por Jevons y
las hizo inteligibles para círculos más amplios al elaborarlas; pero al mismo
tiempo impulsó un movimiento que se alejaba de lo que me parece que es el
enfoque más fructífero a lo largo de las líneas de Jevons.3 Su crítica efectiva,

2. Debería consultarse, aparte de los capítulos relevantes de la Theory of Political Economy (1.ª
ed. 1871, 4.ª ed. 1911, en especial el Capítulo VII), sus inacabados Principles of Economics (1905) y el
capítulo adicional a su obra, impreso como Apéndice II a la cuarta edición de la Theory.
3. Cf. Kapital und Kapitalzins, publicada en dos partes (1886 y 1889) y traducida bajo los títulos
de «Capital and Interest» (1890) y «The Positive Theory of Capital» (1891), que sigue siendo, con
mucho, la discusión más elaborada y completa de los problemas del capital. Las 3.ª y 4.ª ediciones
alemanas contienen una buena parte de material adicional importante bajo la forma de ulteriores
elucidaciones, respuestas a críticas y discusiones de teorías posteriores. Hasta ahora, no ha estado
disponible este material en inglés, aunque está en preparación una nueva traducción completa por
Mr. Hugh Gaitskell. Este material adicional es especialmente importante por su tratamiento de los
bienes duraderos, que se pasó indebidamente por alto en la primera edición disponible en inglés; hecho
que ha dado lugar a una gran parte de la mala comprensión de las doctrinas de Böhm-Bawerk entre
los economistas angloparlantes. Se encontrará algunas observaciones sobre este tema en la Recent
Literature on Interest de Böhm-Bawerk (1903). El Profesor F.X. Weiss, bajo el título de Kleinere
Abhandlungen über Kapital und Zins (1926), reunió, después de la muerte de Böhm-Bawerk, una
serie de ensayos menores en alemán que se ocupaban de problemas concretos en este campo.
[Las traducciones de 1890 y 1891 que cita Hayek fueron de William Smart de la primera edición
alemana. La cuarta edición alemana ha sido traducida por George D. Huncke y Hans P. Sennholz, bajo
el título general Capital and Interest, 3 vols. (South Holland, IL: Libertarian Press, 1959). Además
de las versiones revisadas y ampliadas de Böhm-Bawerk de las dos partes que cita Hayek (en esta
serie tituladas History and Critique of Interest Theories y the Positive Theory of Capital), un tercer
volumen (Further Essays on Capital and Interest) contiene el material suplementario incluido en el
volumen de 1926 que cita Hayek. Un útil estudio del pensamiento de Böhm-Bawerk es The Austrian
Theory of Value and Capital: Studies in the Life and Work of Eugen von Böhm-Bawerk (Cheltenham,
RU: Edward Elgar, 1997) de Klaus H. Hennings.
Hugh Gaistkell (1906-1963) enseñó economía en el University College London en los 1930. Aunque
era un socialista fabiano, estaba influido por la obra de Hayek sobre el dinero y el capital. Su artículo de
dos partes sobre el concepto del «periodo de producción» está incluido en la bibliografía de Hayek del
presente volumen. Su traducción de Böhm-Bawerk que, hemos dicho antes, estaba «en preparación»,

78
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

aunque yo pienso que equivocada, de las anteriores teorías de la producti-


vidad del interés, tuvo el efecto de dar lugar a un desarrollo posterior para
centrarse cada vez más alrededor del elemento «psicológico» o «de preferencia
temporal» de su teoría, en lugar del elemento de productividad.

el desarrollo del enfoque de la preferencia temporal

En el primer caso, el Profesor Irving Fisher,4 sin negar en forma alguna la


importancia del elemento de productividad, en una serie de obras anteriores,5
ha subrayado tanto el factor psicológico por encima del factor de productivi-
dad, que se ha entendido que daba más importancia al primero. Sin embargo,
más recientemente nos ha dado, en la obra más sistemática sobre el tema
que tenemos, una exposición formalmente inimpugnable de la teoría del
interés.6 Se trata de una obra con la que tienen que estar familiarizados
todos los estudiantes del tema, pero debido a una distribución diferente del
énfasis y, en particular, su concentración en el interés en lugar de en los
métodos de producción, la obra del Profesor Fisher apenas hace referencia
a una buena parte de lo que se considera importante en el presente estudio.
A pesar de ello, este elemento de la preferencia temporal ha sido puesto de
manifiesto de forma mucho más exclusiva por otro autor que ha desarrollado
este lado del análisis de Böhm-Bawerk, a saber, el Profesor F.A. Fetter. Se

nunca fue publicada, habiendo, evidentemente, interrumpido la guerra su terminación. Después de servir
al gobierno durante la guerra, Gaitskell se convirtió en un diputado del partido laborista, canciller del
Exchequer (1950-51) y, finalmente, líder del partido laborista (1955-63).- Ed.]
4. [Irving Fisher (1867-1947) fue profesor de economía en la Universidad de Yale (1898-1935).
Además de su teoría del interés discutida por Hayek, sus bien conocidas contribuciones incluyen la
distinción entre los tipos de interés real (ajustado por la inflación) y nominal, métodos de elaboración de
números índices y la exposición de la «ecuación de intercambio» (MV=PT) como marco para analizar
el poder de compra del dinero. Véase una breve revisión de la obra de Fisher en James Tobin, «Fisher,
Irving», en The New Palgrave: a Dictionary of Economics, vol. 2, John Earwell, Murray Milgate y
Peter Newman, comps., Nueva York, Macmillan Press, 1987, pp. 369-76.- Ed.].
5. Especialmente, The Nature of Capital and Income (1906) y The Rate of Interest (1907), seguirá
encontrándose útil por su tratamiento más detallado de problemas concretos, a pesar de su nueva
exposición de la misma serie de problemas que nos ha dado el autor desde entonces.
6. The Theory of Interest (1930). [Hirshleifer, Investment, Interest and Capital, da una reformu-
lación y ampliación de la teoría del interés de Fisher.- Ed.]

79
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

encontrarán muy sugestivos sus escritos sobre el tema, que, aparte de las
secciones relevantes de sus dos libros de texto,7 incluyen numerosos artículos
en diversas publicaciones y, a pesar de ciertas diferencias obvias, tienen una
estrecha afinidad con algunas de las ideas directrices de la investigación que
sigue.8 Esto es especialmente cierto en relación con la idea del tipo de interés
como elemento que impregna toda la estructura de precios.

el desarrollo del enfoque de la productividad

Además de esta rama, hay una segunda rama que surge también del tronco
de Jevons-Böhm-Bawerk y que está representada casi exclusivamente por K.
Wicksell 9 y sus alumnos (en especial, el Profesor G. Åkerman10 y el Profesor E.
Lindahl11), quienes, con la ayuda de ciertas ideas obtenidas de L. Walras,12 han

7. Principles of Economics (1907) y Economic Principles (1915).


8. [Frank Albert Fetter (1863-1949) fue profesor de economía en Cornell y Princeton, entre otros
cargos. Sus ensayos más importantes están reunidos en Capital, Interest, and Rent: Essays in the Theory
of Distribution, comp. Murray N. Rothbard (Kansas City: Sheed Adrews and McMeel, 1977).- Ed.].
9. Wicksell trató al principio estos problemas in extenso en 1893 en su Wert, Kapital und Rente
(ahora reimpresa como el n.º 15 de la Series of Reprints of Scarce Tracts in Economics and Political
Science, 1933). Más tarde incorporó el argumento principal con algunas mejoras, en sus Vorlesungen
(Vol. I, 1913 y anteriormente en sueco), ahora disponible en inglés bajo el título de Lectures on Political
Economy (Vol. I, 1934). También están contenidos ciertos puntos importantes en sus Finanztheoretische
Untersuchungen (1896) y Geldzins und Güterpreise (1896; edición inglesa, Interest and Prices (1936)
[reimpreso Nueva York, Kelley, 1965]). [El primero de los libros de Wicksell que cita Hayek está ahora
disponible en inglés como Value, Capital and Rent. Partes del tercero han sido traducidas como «A
New Principle of Just Taxation» en Classics in the Theory of Public Finance, Richard A. Musgrave y
Alan T. Peacock, comps. (Londres: Macmillan, 1958), pp. 72-118. Véase una útil relación secundaria
de la obra de Wicksell en Uhr, Economic Doctrines of Knut Wicksell. Véase una reciente discusión
en Edmund Malinvaud, «The Legacy of Knut Wicksell to Capital Theory», Scandinavian Journal of
Economics, vol. 105, diciembre de 2005, pp. 507-25.- Ed.].
10. G. Åkerman, Realkapital und Kapitalzins, 2 partes (1923 y 1924). [Gustav Åkerman (1888-
1959) fue más tarde profesor de economía en la Universidad de Gotemburgo, Suecia (1931-53).- Ed.].
11. La mayor parte de las contribuciones del Profesor Lindahl están ahora disponibles en inglés
en un volumen Studies in the Theory of Money and Capital (1939) [reimpreso, Nueva York: Kelley,
1970]). Véase, sin embargo, también la bibliografía al final del presente volumen. [Erik Lindahl (1891-
1960) fue profesor de economía en la Universidad de Lund, Suecia (1939-58).- Ed.].
12. Éléments d’Économie Politique Pure (1847-77, 4.ª ed. 1900), sección 5. Probablemente, Wal-
ras merece más que esta mención de paso, aunque su influencia directa en este campo no fue muy

80
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

desarrollado sistemáticamente el enfoque de la productividad. Es esta forma en


la que ha diseñado Wicksell este tipo de teoría la que proporciona la base más
útil para el presente estudio. Wicksell vio casi todos los importantes problemas
que dejó abiertos Böhm-Bawerk y, de hecho, después de haber encontrado la
solución de una dificultad que surge cuando se abandonan las simplificaciones
de Böhm-Bawerk, se la encuentra implícita o incluso explícitamente en alguna
observación inadvertida de la obra de Wicksell. Debe admitirse, sin embargo,
que Wicksell no dio una respuesta apropiada a las objeciones de Böhm-Bawerk
a una explicación del interés que se basaba principalmente en el principio de la
productividad marginal, y será una de las tareas de la presente investigación
mostrar por qué deberían relegarse a un lugar secundario los factores que
afectan a la oferta de nuevo capital, al menos en un análisis que no se ocupe
primariamente de las condiciones del equilibrio estacionario a largo plazo.

predecesores y otras importantes contribuciones

Junto a los tres autores responsables de los principales pasos en el desarrollo


del análisis del interés en términos de productividad marginal, hay varios
otros que deberían mencionarse, por cuanto han ayudado a dar forma a
estas doctrinas. En primer lugar, se encuentran los ingeniosos predecesores
de esta escuela, H. von Thünen y, más especialmente, John Rae.13 Los New

considerable, e incluso Wicksel, que en la mayor parte de los demás aspectos había absorbido tanto de
las enseñanzas de Walras, solo acabó de comprender completamente su teoría del interés en una fase
posterior. Véase su Lectures , Vol. I, p. 226, en especial la nota a pie de página, que, dicho sea de paso,
también es interesante a efectos de la distinción entre lo que ahora conocemos como tipo de interés
ex ante y ex post (o el tipo de interés anticipado y el que se da en la realidad, como los llama Wicksel).
[Léon Walras (1834-1916), nacido en Francia, fue profesor de economía en la Universidad de Lausana,
Suiza (1870-92). Su Éléments está disponible en inglés como Elements of Pure Economics¸or The
Theory of Social Wealth, traducido por William Jaffé (Homewood, IL: R.D. Irwin, 1954). Walras es
más conocido por introducir el análisis matemático del equilibrio general.- Ed.].
13. Quizá debería mencionarse aquí también a Ricardo, incluso si apenas hubiese podido ser
consciente de todas las implicaciones de esta teoría que ha elaborado tan ingeniosamente el Doctor
Víctor Edelberg (1933). Sin embargo, no puede dudarse de que Wicksell se vio inspirado en gran
medida por Ricardo.
[Johann Heinrich von Thünen (1783-1850), especialista en agricultura alemán, fue un prede-
cesor de la economía espacial (locacional) y de la teoría de la productividad marginal. Su obra en

81
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Principles on the Subject of Political Economy (1834) de este último14 contie-


nen algunos certeros análisis de detalles que todavía no pueden encontrarse
en ningún otro sitio y han tenido un efecto considerable por medio de su
influencia sobre J.S. Mill. Con respecto a las contribuciones más recientes,
este estudio debe mucho a la obra del Profesor F.W. Taussig Wages and
Capital (1897),15 especialmente por la más afortunada terminología que
ha introducido en ciertos casos. Entre la gran masa de otras monografías
anteriores a la guerra, merece una mención especial L’intérêt du capital
del Profesor A. Landry.16 Y, finalmente, L. von Mises, que aunque su obra
publicada se ocupa principalmente de los más complejos problemas que
solo surgen más allá del punto en el que termina este estudio, ha sugerido
algunos de los ángulos desde los que se enfoca en este libro el problema

tres volúmenes, Der Isolierte Staat (originalmente publicada en 1826, 1850, 1863), disponible en
inglés como The Isolated State, comp. Peter Hall, traducida por Carla M. Wartenberg (Nueva York:
Pergamon Press, 1966), fue solo más tarde descubierta y apreciada por otros economistas. John Rae
(1796-1872), maestro de escuela en Canadá (nacido y criado en Escocia), fue un escritor similarmente
solitario. Su teoría del capital (citada por Hayek en la siguiente nota) influyó sobre Böhm-Bawerk
y Fisher, así como sobre John Stuart Mill. David Ricardo (1772-1823), agente de bolsa y economista
inglés, escribió la obra que inauguró la formulación teórica de la economía clásica, On the Principles
of Political Economy and Taxation, 3.ª ed. [1821], reimpresa como el volumen 1 (1951) de The Works
and Correspondence of David Ricardo, comp. Piero Sraffa con la colaboración de M.H. Dobb, 11 vols.
(Londres: Cambridge University Press (para la Royal Economic Society), 1951-73).- Ed.].
14. Nueva publicación reformulada con una introducción del Profesor C.W. Mixter bajo el título
The Sociological Theory of Capital (1905). [La versión original del libro de Rae fue Statement of Some
New Principles on the Subject of Political Economy, Exposing the Fallacies of the System of Free Trade
and of Some Other Doctrines Maintained in the «Wealth of Nations» (Boston: Hilliard Gray and Co.,
1834). Ha sido vuelto a publicar en R. Warren James, John Rae Political Economist: an Account of his
Life and a Compilation of his Main Writtings, 2 vols. (Toronto: Toronto University Press, 1965).- Ed.].
15. Reimpresa como el n.º 13 de la Series of Reprints of Scarce Tracts in Economics and Political
Science (Londres, 1932). Cf. también los artículos del Profesor Taussig: «Capital, Interest and Diminishing
Returns», Quarterly Journal of Economics, vol. XXII/3 (1908), y «Outlines of the Theory of Wages»,
American Economic Association Quarterly, tercera serie, vol. XI, 1910. [Franz William Taussig (1859-
1940) fue profesor de economía en la Universidad de Harvard (1892-1935). Hayek se refiere a su libro
Wages and Capital (Nueva York, Appleton, 1896, reimpreso en Nueva York: Kelley, 1968).- Ed.].
16. [Adolphe Landry, L’Intérêt du Capital (París: V. Giard y E. Brière, 1904); Landry (1874-1956),
demógrafo, economista y legislador francés (corso) reformuló la teoría del interés de Böhm-Bawerk
centrada en la preferencia temporal (en vez de en la productividad) en su libro de 1904. Expuso la
teoría del valor austriaca en su Manuel Économique (París: V. Giard y E. Brière, 1908).- Ed.].

82
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

más abstracto.17 Por razones ya explicadas en el prefacio, en lugar de hacer


referencias más detalladas a lo largo del texto, las sustituiremos por una
declaración general de los principales reconocimientos. En especial, en el
caso de Jevons, Böhm-Bawerk y Wicksell se han omitido las constantes
referencias unidas a un reconocimiento adecuado de sus aportaciones, si
bien lo mismo puede aplicarse a la mayor parte de los demás autores; y las
comparativamente escasas referencias que se les hace, no van dirigidas tanto
a reconocer la deuda que se tiene con ellos como a ilustrar, por similitud o
contraste, el punto que se examina.18

los dos métodos corrientes de enfoque del problema del capital

La línea general de pensamiento que sigue esta investigación se ha descrito


últimamente a menudo como la teoría «austriaca» del capital. En vista de la
variada nacionalidad de los fundadores de esta teoría y del hecho de que los
hombres a los que se considera habitualmente como líderes de la «Escuela

17. [Ludwig von Mises (1881-1973), conferenciante privado en la Universidad de Viena y


mentor de Hayek en Viena durante los 1920, del que Hayek, más tarde, dijo: «no hay ningún otro
hombre al que deba más intelectualmente». Véase F.A. Hayek, «Coping with Ignorance», Imprimis,
vol. 7, julio de 1978, p. 1. Mises pasó al Graduate Institute of International Studies en Ginebra
(1934-40) y desde allí a Nueva York, donde enseñó en la Universidad de Nueva York (1945-69). Los
«problemas más complejos» a los que se refiere Hayek son los del ciclo económico. Mises había sido
pionero de la teoría «austriaca» del ciclo económico en The Theory of Money and Credit [1912],
traducida por H.E. Batson (Londres: Jonathan Cape, 1934; reimpreso en Indianápolis: Liberty Press,
1981) y aplicó la teoría en ensayos durante los 1920 y 1930, varios de los cuales están traducidos
en On the Manipulation of Money and Credit, op. cit. Allí donde Mises había puesto de relieve la
expansión de crédito del banco central y las consiguientes distorsiones del tipo de interés que inician
el ciclo, Hayek, en Prices and Production y obras subsiguientes, desarrolló las malas asignaciones
de capital que constituyen la fase del auge del ciclo y hacen que la crisis sea inevitable. Acerca
del enfoque de Mises de la teoría del capital, véase Israel M. Kirzner, «Ludwig von Mises and the
Theory of Capital and Interes», en Perception, Opportunity, and Profit (Chicago: University of
Chicago Press, 1979).- Ed.].
18. Si bien se ha mantenido en un mínimo las referencias en el texto a las discusiones con-
temporáneas de estos problemas, se ha añadido como apéndice a este volumen una lista bastante
completa de las contribuciones a este campo durante los últimos 10 ó 20 años de las que ha tenido
conocimiento el autor.

83
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Austriaca» de la economía no están en absoluto de acuerdo con ella,19 es


cuestionable que se la deba designar así; pero, a pesar de Jevons y los otros
seguidores ingleses y americanos, no puede negarse que estos puntos de vista
se hayan introducido últimamente en las discusiones anglo-americanas como
una especie de elemento extraño y quizá, ayudará al lector que se intente
esbozar los principales puntos en los que el enfoque seguido aquí difiere del
tratamiento anglo-americano de los mismos problemas y, particularmente,
según parece, de los de los autores que se han visto influidos principalmente
por las enseñanzas de Alfred Marshall. Puede hacerse esto adecuadamente
señalando las diferencias, punto por punto, en una tabla. Para hacerlas total-
mente claras, permítaseme establecer los puntos puestos de manifiesto por
las dos líneas de pensamiento de una forma más bien categórica e incluso
exagerada. Por supuesto que no afirmamos que la descripción de cualquiera
de estos enfoques en su forma extrema haga justicia a la postura real y,
ciertamente, una de las tareas de las siguientes páginas será amalgamar las
dos líneas de pensamiento en un todo coherente. Todo lo que afirmamos es
que en el tratamiento anglo-americano se ha pasado por alto indebidamente
en los últimos tiempos20 los aspectos subrayados por el segundo enfoque o
enfoque «austriaco».
En la siguiente lista de proposiciones, la primera de cada par pretende re-
presentar el punto de vista tradicional o «anglo-americano», mientras que

19. Ni C. Menger ni F. von Wieser, ni —por mencionar solo un nombre de la última generación—
el Profesor Schumpeter han aceptado los puntos de vista de Böhm-Bawerk.
[Carl Menger (1840-1921), profesor de economía en la Universidad de Viena (1879-1903) fue
autor de Grundsätze der Volkswirtschaftslehre (Viena, Braumnalter, 1871), disponible en inglés
como Principles of Economics y del documento fundacional de la Escuela Austriaca. Hayek editó The
Collected Works of Carl Menger, 4 vols. (Londres: London School of Economics & Politics, 1933-36),
y escribió ensayos biográficos sobre él. Véase Hayek «Carl Menger (1840-1921)», que constituye
el capítulo 2 de The Fortunes of Liberalism, pp. 61-107. Para más información sobre Friedrich von
Wieser, véase el capítulo 2, nota 16; y sobre Eugen Böhm-Bawerk, véase el capítulo 1, nota 2. Joseph
Alois Schumpeter (1883-1950), nacido en Austria-Hungría y formado en economía en Viena, fue
profesor de economía en la Universidad de Harvard (1932-1950).- Ed.].
20. Podría, quizá, mencionarse aquí que los economistas clásicos ingleses desde Ricardo y, es-
pecialmente J.S. Mill (este último, probablemente, en parte bajo la influencia de J. Rae) han sido, en
este sentido, mucho más «austriacos» que sus sucesores.

84
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

la segunda expone como contraste el punto de vista «austriaco» acerca del


mismo problema:
21 22 23

1B. Se subraya el papel del capital


circulante que aparece
1A. Se subraya exclusivamente el
por la duración del proceso
capital fijo como si el capital
de producción, porque esto pone
consistiese solo en bienes
de manifiesto con particular claridad
muy duraderos.
algunas de las características
de todo el capital.21

2B. Se considera la no permanencia


2A. Se reserva el término bienes
como el atributo característico
de capital a los bienes duraderos que
de todos los bienes de capital
se considera que necesitan
y, por tanto, se pone el énfasis
sustituirse solo en forma discontinua
en la necesidad de la continua
o periódica.22
reproducción de todo el capital.23

21. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 186: «estrictamente hablando solo puede considerarse como
capital propiamente dicho el capital a corto plazo (en otras palabras, el capital circulante)».
22. Una consecuencia de este concepto de capital que no podemos discutir aquí con más detalle es
el concepto de inversión bruta refiriéndose a la producción agregada de bienes duraderos y la creencia
de que esta magnitud es de especial significado. Evidentemente, está estrechamente conectada con la
distinción entre el periodo corto y el periodo largo, que, como hemos visto antes, tiene poco significado
para el sistema económico en su conjunto.
23. Cf. J.S. Mill, Principles, I/V/7, ed. Ashley, p. 74: «se mantiene la existencia del capital de
periodo en periodo, no conservándolo, sino por su perpetua reproducción; todas sus partes se usan y
destruyen, pero las que lo destruyen se emplean entre tanto en producir más»; y Wicksell, Lectures,
vol. I, p. 203: «la acumulación de capital es, en sí misma, incluso en condiciones estacionarias, un
elemento necesario en el problema de la producción e intercambio». [Hayek citó erróneamente el
pasaje de Mill como situado en la sección 7, omitió la elipsis y la última línea del pasaje de Mill reza,
en realidad: «pero los que lo consumen están empleados mientras producen más». Hayek puede haber
cambiado consumir por destruir por los cambios en el sentido del término «consumo» desde Mill.
Véase más acerca de esto en este volumen, Capítulo 5, nota 8.- Ed.].

85
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

3A. Se supone que la oferta 3B. Se supone que el stock


de bienes de capital está dada de bienes de capital se agota
a un plazo comparativamente corto. y reproduce constantemente.

4B. Lo que se considera


como el factor decisivo
no es la durabilidad individual
4A. El factor tiempo relevante
de un determinado, bien sino
que necesitamos considerar
el tiempo que pasará antes
para poder comprender el efecto
de que venzan los servicios finales
de las variaciones del tipo de interés
a los que contribuye. Es decir,
sobre un bien de capital
lo que se considera relevante
determinado se supone
no son los atributos del bien
que es su durabilidad individual.
individual, sino su posición
en el conjunto de la estructura
temporal de la producción.

5A. Se supone que la técnica 5B. Se supone que la oferta


empleada en la producción de capital disponible en cada mo-
está inalterablemente determinada mento determinará qué método
por la situación dada tecnológico de producción se em-
del conocimiento técnico. plee entre los muchos conocidos.

6B. Se supone que se necesitará


6A. Se supone que la necesidad capital adicional para hacer posibles
de más capital surge los cambios en la técnica de
principalmente por una expansión producción (es decir, en la forma en
lateral de la producción, es decir, una la que se usan los diversos recursos)
mera duplicación del equipo y para llevar a cambios
de la clase ya existente. longitudinales de la estructura de
producción.

86
LA RELACIÓN DE ESTE ESTUDIO CON LAS TEORÍAS CORRIENTES DEL CAPITAL

7A. El cambio que inicie adiciones 7B. Se supone que los cambios
al stock de capital procede en el stock de capital están
de un aumento de la demanda determinados por variaciones
absoluta, es decir, en el gasto de la demanda relativa
monetario total en bienes de bienes de consumo
de consumo. y de producción respectivamente.

8A. Para que se muestre posible 8B. Para subrayar las variaciones
una expansión lateral de la técnica productiva relacionada
de la producción, se postula con un aumento de capital
la existencia de recursos se suele postular la existencia
desempleados de todo tipo. de pleno empleo.

9A. Se supone que la demanda


9B. Se supone que la demanda
de bienes de capital varía en la misma
de bienes de capital varía en dirección
dirección que la demanda de bienes
opuesta a la demanda
de consumo, pero en un grado
de bienes de consumo.24
exagerado.

Y finalmente:

10B. Se lleva a cabo el análisis


10A. Se lleva a cabo el análisis
en términos «reales»
en términos monetarios
y un aumento de la demanda
y se supone que un cambio
en algún lugar tiene, por lo tanto,
en la demanda significa un cambio
que significar necesariamente
correspondiente en la magnitud
una disminución correspondiente
del flujo total de dinero.
de la demanda en otro lugar.

24
Las cuatro últimas proposiciones se refieren a problemas que ya están
fuera de la teoría pura del capital que constituye el objeto de este libro y per-

24. [Combinando las entradas 7-9 y colocando el contraste en términos del libro de texto co-
rriente: la teoría anglo-americana del capital supone implícitamente que la economía típicamente se

87
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tenecen, con más propiedad, a la teoría principal de los problemas monetarios


con respecto a los que el presente estudio es simplemente preparatorio; pero
su inclusión en la lista puede ayudar al lector a ver la importancia práctica
de estas diferentes formas de enfoque.

encuentra muy adentro de la «frontera de posibilidades de producción» entre el consumo (de hoy) y
la inversión (consumo de mañana) y avanza hacia o alejándose de la frontera, mientras que la teoría
austriaca se centra en movimientos a lo largo de la frontera. Véase un análisis gráfico del contraste
en Garrison, Time and Money. En su conjunto, de forma congruente con su objetivo de explicar las
decisiones relativas al capital realizadas a lo largo del transcurso del ciclo económico, el resumen de
Hayek del punto de vista austriaco fija el escenario para comprender cómo un aumento en la oferta
de fondos prestables —ya vengan del ahorro genuino o de una inyección por parte del banco central-
da lugar a una reasignación de los servicios del input hacia una producción de orden más alto.- Ed.]

88
Capítulo V
LA NATURALEZA
1
DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

el análisis del equilibrio elemental se desarrolla


como si todos los recursos productivos fuesen permanentes

Normalmente se supone, en la primera fase del análisis económico, que


todos los recursos productivos vienen dados de una forma inalterable y se
los considera como fuentes de servicios que continuarán estando disponibles
permanentemente, independientemente de cualquier acción deliberada para
suministrarlos. Esto es casi cierto en lo referente al trabajo humano libre2
(que no se crea deliberadamente a partir de consideraciones económicas) y
quizá también a los llamados «indestructibles poderes del suelo». Y cuanto
más corto sea el periodo de tiempo que consideremos relevante, más amplio
será el círculo de recursos que pueda considerarse como definitivamente
dados para ese periodo.3
Este procedimiento es conveniente como un primer enfoque, porque
nos permite analizar una serie de importantes relaciones sin las complica-
ciones que surgen en cuanto tengamos en cuenta el hecho de que muchos

1. Una versión anterior de este capítulo apareció en alemán como un artículo en la Zeitschrift
für Nationalökonomie, 1937. [F.A. Hayek, «Einleitung zu einer Kapitaltheorie», Zeitschrift für
Nationalökonomie, vol. 8, 1937, pp. 1-9.- Ed.]
2. «Libre», como opuesto a trabajo esclavo.
3. [Como ilustración, consideremos el flujo de servicios que proporciona una parcela pavimentada
como aparcamiento para coches. Sus servicios de aparcamiento no pueden agotarse por un uso prematuro
ni almacenarse para posponerlos; es decir, el que aparquen menos coches hoy no aumenta el número
de coches que puedan aparcarse mañana. El flujo de servicios de trabajo contratados, típicamente se
comporta de manera similar, al menos para las variaciones en la proximidad de la semana normal
de trabajo. Un trabajador cuya semana de trabajo se reduzca en unas pocas horas, no por ello puede
trabajar más horas la próxima semana. Un caso atípico de trabajo agotable (que ilustra el caso típico
a sensu contrario) serían los servicios de un atleta profesional (un pitcher de beisbol, un boxeador),
que solo tiene «en él» tantos partidos por semana, por año, o por carrera.- Ed.].

89
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de los recursos existentes pueden ser solo de durabilidad limitada y es uno


de los instrumentos que nos permite tratar el proceso económico como
«estacionario» y pasar por alto todos los cambios que tienen lugar en el
tiempo. Supondremos aquí que esta parte de la teoría económica ha sido
completamente elaborada.4

en realidad, la mayor parte de los recursos productivos


son de una durabilidad limitada

No puede dudarse de que la imagen obtenida de esta forma se corresponde


muy poco con la realidad. Si contemplamos los recursos productivos de
cualquier sociedad en un momento dado, encontramos que solo una parte
muy pequeña de ellos (incluso aparte de los seres humanos mismos) conti-
nuarán indefinidamente suministrando servicios útiles sin ninguna actua-
ción deliberada para su mantenimiento o sustitución, por lo que no se los
puede considerar como «permanentes» o «que se perpetúen por sí mismos».5
Esto no es solo cierto de prácticamente todos los proveedores de servicios
útiles que han sido creados por el hombre en el pasado y de los que puede
esperarse raramente, si es que se da en algún caso, que duren indefinida-
mente o permanezcan útiles permanentemente, sino que se aplica6 a todas
las capacidades adquiridas por los seres humanos por medio de la educación

4. Esta parte de la teoría económica pura es denominada a veces como la teoría de la Kapitallose
Wirtschaft. [Economía sin capital.- Ed.].
5. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 150.
6. Al menos desde un punto de vista social, prácticamente no puede decirse que el individuo
no pueda agotar su conocimiento y capacitación antes de que deje de estar interesado en su utilidad
(excepto, quizá, por un trabajo excesivo). Viene a parar a lo mismo el que el Profesor Knight (1936,
p. 641) haga que la calidad del capital humano dependa de que «presente alguna posibilidad de sobre-
mantenimiento o inframantenimiento deliberado».
[La «cualidad de capital de las capacidades humanas» es ahora un término estándar en economía
bajo la rúbrica de «capital humano», debido principalmente a la obra de Gary S. Becker, Human
Capital: a Theoretical and Empirical Analysis, with Special Reference to Education, 2.ª ed., (Chicago:
University of Chicago Press, 1975). Hayek se centra aquí en la no permanencia (exigencia de man-
tenimiento) del stock social de conocimiento o capacidades productivas, presumiblemente debido a
la jubilación de los trabajadores viejos, más que (como Becker) a la decisión individual de adquirir
capacidades (invirtiendo en educación o capacitación). En una economía de un cambio técnico continuo,

90
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

y capacitación y también a la mayor parte de los recursos naturales. Solo


puede esperarse que algunos de estos últimos, tales como la fertilidad del
suelo, duren permanentemente si nos ocupamos de conservarlos. Otros, tales
como los depósitos minerales, se agotan inevitablemente por su uso y no es
posible que proporcionen los mismos servicios para siempre.7

recursos permanentes y no permanentes

Esta distinción entre recursos permanentes y no permanentes (o «con-


sumibles»)8 es de importancia fundamental para el enfoque del problema
del capital que seguiremos en este estudio, pero no es una distinción que
carezca en todos los casos de ambigüedad. El punto principal que no hay
que perder de vista es que lo importante no es la permanencia en ningún
sentido absoluto, sino la opinión del sujeto económico de si una serie de
recursos a su disposición durarán a lo largo del periodo en el que está in-
teresado (sea mientras viva o un periodo más largo) o si se agotarán o
consumirán antes de ello. En este sentido, puede considerarse a su propia
persona como un recurso permanente si no le interesa lo que suceda tras su
muerte. Evidentemente, podría argüirse de forma en cierta manera plausible
que, estrictamente hablando, todos los recursos son no permanentes, pero
esto solo significaría que nuestra distinción es simplemente de grado y de
ninguna forma la privaría de su significado. Podría considerarse como una

el individuo puede «agotar» su conocimiento y capacitación en el sentido de que deje de ser útil si
no dedica tiempo a ponerlo al día.- Ed.].
7. [La mayor parte de los recursos naturales, incluyendo los importantes servicios que propor-
ciona la tierra en el sentido ordinario son, por tanto, parte del capital y no de «la tierra» en el sentido
económico de Wicksell y Hayek. A diferencia del enfoque del libro de texto corriente de separar los
«recursos naturales» (dados por la naturaleza) de los «recursos de capital» (hechos por el hombre),
el enfoque de Hayek no se fija en el origen histórico de los recursos, sino en el tipo de decisiones que
pueda tomarse a partir de ese momento en relación con ellos.- Ed.].
8. Es desgraciado que en inglés el término «consumible» se refiera de forma tan clara al consumo
final que apenas pueda usarse, sin peligro de dar lugar a malos entendidos, para incluir las cosas gastadas
en la producción. Si no fuese este el caso, podría ser preferible a este respecto a «no permanentes», y
Walras (Éléments, édition définitive, 1926, p. 246) utiliza «consumibles» como una de las características
esenciales de los «capitaux proprement dits» [«capital propiamente dicho».- Ed.], aunque añade que
también tienen que ser «produits» [productos].

91
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

base incluso más fundamental para esta distinción el hecho de que no puede
anticiparse los servicios futuros de algunos recursos, ya que continuarán
proporcionándolos en el futuro independientemente de cómo se los use en
el presente, mientras que el uso presente de los servicios de otros recursos
disminuye la cantidad de dichos servicios de los que pueda disponerse en
el futuro. Esto no se ve afectado por la objeción de que no pueda trazarse
una línea rígida entre los recursos permanentes y no permanentes. El hecho
subyacente, y en un sentido el aspecto más general del fenómeno bajo con-
sideración, es la irreversibilidad del tiempo que coloca los servicios futuros
de ciertos recursos más allá de nuestro alcance en el presente, por lo que
hace imposible anticipar su uso, mientras que, como regla general, puede
posponerse los servicios presentes de dichos recursos.9

9. Un concepto alternativo, que probablemente sea mejor pero más burdo que el de recursos
permanentes, es el concepto de rendimientos no anticipables, es decir, los servicios finales que seguirían
estando disponibles en cualquier fecha futura, incluso hasta una fecha en que se hubiese mantenido su
consumo al nivel máximo alcanzable en cada momento sin considerar el futuro. Para que un recurso
pueda ser permanente en este sentido no es esencial que sea indestructible en un sentido físico. Todo
lo que se necesita es que debería esperarse que fuese útil, no como consecuencia de mantenerlo en ese
estado realizando un sacrificio, sino porque no se obtendría ninguna ventaja presente destruyéndolo
a efectos de su utilidad futura.
Es evidente que habría que tratar a ciertos recursos como permanentes en este sentido, porque
no se puede sacrificar sus servicios futuros esperados para aumentar la satisfacción en un momento
anterior, pero en el otro sentido habría que tratarlo como no permanente, porque sus servicios, una vez
que se hacen disponibles, no se repiten. En casos como estos, se hace especialmente claro el significado
de lo que hemos llamado la irreversibilidad del tiempo, es decir, el hecho de que podemos posponer
pero no anticipar el uso de ciertos recursos. El espacio de tiempo durante el que puede hacerse que
cualquier fuerza de la naturaleza pueda sernos útil, por así decirlo, tiene siempre un comienzo claro
pero, con frecuencia, no necesariamente un fin.
A partir de estas consideraciones debería quedar claro que sería igualmente un error tanto pasar
por alto esta distinción, tratando a todos los recursos como no permanentes, como tratarlos como
permanentes. Lo que es relevante es la existencia de diferencias entre los recursos a este respecto y
no la de tipos extremos.
[En otras palabras: para Hayek un recurso de capital (no permanente) es un depósito que contiene
un número finito de unidades de servicios de input, que típicamente pueden usarse antes o después. Un
recurso (permanente) de tierra es, por el contrario, una fuente que proporciona unidades de servicios
de input que fluyen para siempre a una tasa finita e inalterable.- Ed.].
Es dudoso que no haya en la realidad recursos permanentes en este sentido, tal y como se sugiere
algunas veces. Si recordamos que el hecho relevante no es la indestructibilidad en un sentido físico,

92
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

el problema central de cómo la existencia de recursos


no permanentes aumenta el flujo permanente de renta

La naturaleza no permanente de todos los «activos que se deprecian» crea


un problema del que no se trata en la teoría de la producción atemporal.
No puede utilizarse estos activos directamente para contribuir al output del
momento en el que han dejado de existir. En la medida en la que su existen-
cia ayude a mantener el output permanentemente por encima del nivel al
que se lo podría mantener solo con la ayuda de los recursos permanentes,
tiene que hacerlo de una forma indirecta. Si el hecho de que controlemos
los recursos que siguen siendo útiles solo por un periodo limitado de tiempo
no nos ha ayudado a usar los servicios de los recursos permanentes con más
efectividad, sería totalmente imposible mantener permanentemente nuestra
renta por encima del nivel en el que se encontraría si nunca hubiesen es-
tado disponibles estos recursos no permanentes. Podríamos alargar su uso

sino la falta de ningún incentivo para destruirlos, puede haber pocas dudas de que, aparte de los seres
humanos mismos, tienen que considerarse permanentes no solo una serie de fuerzas tales como la
energía hidráulica, sino también una parte muy considerable del poder productivo del suelo. Una
gran parte de la tierra (pastos) retiene su fertilidad, no porque se tomen medidas para mantenerla
fértil, ni tampoco porque se la utilice para las necesidades de cada momento, sino simplemente por-
que se la usa cada año de forma que dé el mayor servicio posible en dicho año. Si alguien quisiera
negar seriamente (como entiendo que hace Mr. Kaldor) que existe algo que pueda llamarse recursos
permanentes, tendría que afirmar que fuese concebible que aumentando la tasa de consumo (o tasa
de output) al más alto nivel obtenible en el futuro próximo, podría reducirse a cero la capacidad pro-
ductiva del futuro más distante.
[Podríamos añadir también a los ejemplos de Hayek de recursos no agotados por el uso los in-
muebles como puro espacio y bienes de propiedad intelectual como software, texto e imágenes (los
bits de información como tales no se desgastan). Nicholas Kaldor (1908-1986) nació en Hungría,
fue alumno de Hayek y luego colega junior como conferenciante y lector (1932-47) en la London
School of Economics. Fue co-traductor (con H.M. Croome) de la Geldtheorie und Konjunkturtheorie
de Hayek (Viena: Hölder-Pichler-Tempsky, 1929) como Monetary Theory and the Trade Cycle
(Londres: Jonathan Cape, 1933; reimpreso, Nueva York: Kelley, 1966. Kaldor luego se convirtió en
un destacado keynesiano y publicó dos críticas influyentes de la teoría del ciclo económico de Hayek:
«Capital Intensity and the Trade Cycle» y «Professor Hayek and the Concertina Effect» (véase la
Introducción, 60). Más tarde se convirtió en lector (1952-65) y profesor de economía (1966-75) en
la Universidad de Cambridge.- Ed.].

93
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

durante un periodo más largo, pero, finalmente, los agotaríamos y entonces


tendríamos que contentarnos con los servicios que pudiesen suministrarnos
por sí mismos los recursos permanentes. Este es el problema de por qué la
existencia de un stock de recursos no permanentes nos posibilita mantener
la producción permanentemente a un nivel más alto de lo que sería posible
sin ellos, lo que es el problema peculiar relacionado con lo que llamamos
capital.10

el capital como agregado de todos


los recursos no permanentes

El término capital mismo, en la medida en la que se necesite para describir


una parte determinada de los recursos productivos, se usará aquí, consecuen-
temente, para designar los recursos no permanentes agregados que solo se

10. Cf. F. von Wieser, Natural Value, (1893), p. 124: «Por otra parte, es sorprendente encontrar
que los poderes perecederos del suelo y todos los medios muebles de producción, materias primas,
materias auxiliares, herramientas, instrumental, maquinaria, edificios y otras plantas y aparatos
productivos que se consumen, rápida o lentamente, al servicio de la producción, son fuentes de
rendimientos permanentes; rendimientos que se renuevan constantemente, a pesar de que se
haya gastado mucho antes los primeros factores de su producción. Esto nos da de bruces con uno
de los más importantes y difíciles problemas de la teoría económica: a saber, con la cuestión de
cómo podemos explicar el hecho de que el capital rinda un rendimiento neto». En una nota al pie
de este pasaje, Wieser añade que «en lo que sigue, entiendo por el término capital los medios de
producción perecederos o (con el significado ampliado que se explica en el texto) muebles». Aparece
un pasaje similar en K. Wicksell, Über Wert, Kapital und Rente, (1893), p. 73: «Dass nun aber die
verbrauchbaren Güter, d. h. Güter, die in einer begrenzten Reihe von Verbrauchsakten ihren ganzen
Nutzgehalt zu erschöpfen scheinen, dennoch “kapitalistisch” angewandt werden können, so dass
ihr ganzer Wert dem Eigentumer aufbewahrt bleibt und sie ihm dennoch Einkommen schaffen,
diese scheinbar paradoxe. Erscheinung, dieses perpetuum mobile des Volkswirtschaftsmechanismus
bildet, wie früher gesagt, den eigentlichen Kern der Kapitaltheorie». [«El aparentemente paradójico
fenómeno de que los bienes consumibles —es decir, bienes que se agotan o parecen agotar todo su
contenido de utilidad en una serie limitada de actos de uso —puedan, sin embargo, emplearse “de
forma capitalista”, de manera que todo su valor permanezca almacenado para el propietario y sin
embargo le dé una renta— este perpetuum mobile de las formas del mecanismo económico, como
se ha dicho previamente, es el verdadero meollo de la teoría del capital». Wicksell, Value, Capital
and Rent.- Ed.].

94
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

puede utilizar de esta forma indirecta para contribuir al mantenimiento per-


manente de la renta a un nivel determinado.11 Sin embargo, debería señalarse

11. Esta definición de capital es mucho menos revolucionaria de lo que podría parecer de entrada.
El primer paso en esta dirección lo dio Ricardo cuando decidió incluir «las mejoras permanentes» con
los «poderes originales e indestructibles del suelo», porque «una vez hechas, el rendimiento obtenido
será siempre, a partir de entonces, por completo de la naturaleza de la renta y estará sujeto a todas sus
variaciones», difiriendo en esto de las «mejoras perecederas», que «requieren ser renovadas constante-
mente y por ello no otorgan al dueño ninguna adición permanente a la renta» (Principles, Cap. XVIII;
Works, ed. McCulloch, p. 158, nota); y cuando, por razones similares, excluyó de la renta propiamente
dicha «la compensación dada por la mina o la cantera» (Principles, Cap. II; Works, p. 35). Cf. también
J.S. Mill, Principles of Political Economy, ed. Ashley, Parte I, Cap. VI, p. 93: «Pero cuando el capital…
no puede ser retirado, su productividad es desde entonces incorporada indisolublemente a la que surge
de las calidades originales del suelo y la remuneración por su uso desde entonces depende, no de las
leyes que gobiernan los rendimientos del trabajo y capital, sino de las que gobiernan la recompensa
por los agentes naturales». [Las dos referencias encontradas en la edición de los Principles of Political
Economy de Ricardo de 1888 utilizadas por Hayek pueden encontrarse en la previamente citada edi-
ción de 1951 de la Royal Economics Society, pp. 262 y 268, respectivamente. Todas las referencias
subsiguientes a la obra de Ricardo serán a la edición más reciente.- Ed.].
La definición adoptada aquí es esencialmente la misma que la de Wicksel, y Wicksel, a su vez,
parece debérsela a Wieser. Cf. Wicksel, Über Wert, Kapital und Rente (1892), pp. 72-73: Der wi-
chtigste volkswirtschaftliche Unterschied zwischen dem Grund und Boden und den produzierten
Sachgütern scheint nämlich darin zu liegen, dass ersterer seine Nutzleistungen nur successive in
einer vorher bestimmten und unveränderlichen zeitlichen Reihenfolge, dafür aber auch in einer
unendlichen Reihenfolge abgiebt, wogegen die produzierten Güter nur eine endliche Summe von
Nutzleistungen, diese aber beinahe in beliebiger Reihenfolge abgeben können …; man kann sagen,
dass die Produktionswerkzeuge um so mehr einen kapitalistischen Charakter (im engeren Sinne)
bewahren, als sie nach Belieben verwendet werden können, z. B. die Maschinen, welche in schnelleren
oder langsameren Lauf versetzt werden oder auch still stehen können, dabei aber keine Abnützung
erfahren. Andere Vorrichtungen im Gegenteil, z. B. gewisse Bodenmeliorationen, sind, einmal an-
gestellt, so ganz und gar mit dem Grund und Boden verwachsen, dass sie den erwähnten Charakter
verlieren, d. h. nunmehr eigentlich Rentengüter, nicht mehr Kapitalgüter im engeren Sinne sind»;
[La principal diferencia económica entre terreno y suelo y los bienes materiales producidos parece
ser que el primero produce sus rendimientos útiles solo de forma sucesiva en una secuencia tem-
poral predeterminada e invariable pero también en una secuencia infinita, mientras que los bienes
producidos pueden rendir solo una suma finita de rendimientos útiles, pero estos casi en la secuencia
deseada….; se puede decir que las herramientas de producción conservan tanto más un carácter capi-
talista (en el sentido más estricto) al poder utilizarlas según se desee, por ejemplo las máquinas, que
se las puede hacer funcionar más deprisa o más despacio y también dejarlas paradas, con lo que no
sufren ningún desgaste. Por el contrario, otras instalaciones, por ejemplo ciertas mejoras del suelo,
una vez instaladas están tan incorporadas al terreno y suelo que pierden el carácter que hemos citado,

95
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

en especial que el punto importante no es si es apropiado utilizar el término


capital a este propósito; sobre esto puede diferir la gente razonable, aunque
no es fácil que les merezca la pena discutir sobre ello. El punto esencial es que

es decir, a partir de entonces son propiamente bienes que producen una renta y no bienes de capital
en sentido estricto»]; y en la página 79 del mismo libro: «Für die folgenden Untersuchungen scheint
es mir jedoch am zweckmässigsten, die verschiedenen Kapitalien einfach nach ihrer Dauerbarkeit
zu rangieren. Die eminent dauerbaren Güter, seien sie selbst Produkte oder, wie der jungfräuliche
Boden, reine Naturalgüter, und mögen sie ihre Nutzleistungen spontan oder nur unter Zusetzung
von menschlicher Arbeit abgeben, nenne ich im folgenden Rentengüter. Die verbrauchbaren oder
schnell abgenutzten Produktions· oder Konsumtionsgüter, solange letztere sich noch nicht in den
Handen der Konsumenten befinden, nenne ich Kapitalgüter oder Kapitalien im engeren Sinne».
[«A efectos de las investigaciones que siguen, me parece lo más apropiado clasificar los diferentes
capitales simplemente según su durabilidad. Denomino a partir de ahora bienes que producen renta
a los bienes eminentemente duraderos, ya sean ellos mismos productos o, como el suelo virgen, puros
bienes naturales, y ya produzcan sus rendimientos útiles espontáneamente o solo al aplicarles trabajo
humano. Denomino bienes de capital o capitales en el sentido estricto a los bienes consumibles o
bienes de consumo o de producción que se desgastan rápidamente, siempre que estos últimos todavía
no estén en las manos de los consumidores»] (la cursiva no está en el original). Véase también Ibíd.
pp. 93-94, y del mismo autor Finanztheoretische Untersuchungen (1896), pp. 28 et. sec., Geldzins
und Güterpreise, pp. 117-118 y Lectures, Vol. I, pp. 186-187; y el pasaje de Natural Value de Wieser,
citado en la nota a pie de página anterior, al que se refiere Wicksel en relación con esto.
[«La diferencia económica más importante entre la propiedad de la tierra y los bienes producidos
parece residir en el hecho de que aquella rinda sus servicios útiles solo de forma sucesiva en una
secuencia cronológica previamente determinada e inalterable, pero para compensarlo, en una secuencia
infinita. Los bienes producidos, por otra parte, pueden rendir solo un número finito de servicios útiles,
pero en una secuencia casi opcional {es decir, en casi cualquier perfil temporal – Ed.}… Puede decirse
de las herramientas de producción que cuanto más se las puede usar opcionalmente, más conservan
un carácter capitalista (en su sentido más estricto); por ejemplo, las máquinas que se puede hacer que
trabajen más o menos rápidamente, o pueden detenerse, sin sufrir ningún tipo de desgaste, etc. Otras
estructuras, por el contrario —por ejemplo, ciertas mejoras de la tierra—, una vez llevadas a cabo se
convierten de forma tan completa en una parte de la propiedad de la tierra que pierden el carácter
antes mencionado; es decir, ahora son verdaderamente bienes que producen renta y ya no son bienes
de capital en el sentido más estricto del término». Y «sin embargo, me parece mejor a los efectos de la
siguiente investigación clasificar los diferentes capitales simplemente de acuerdo con su durabilidad.
En lo que sigue los llamaré bienes que producen renta altamente duraderos, ya sean ellos mismos
productos o, como el suelo virgen, bienes equipados por la naturaleza misma e independientemente
de que rindan servicios útiles espontáneamente o solo por la adición de trabajo humano. A los bienes
consumibles o bienes rápidamente agotables de producción o consumo, mientras que estos últimos no
estén todavía en las manos de los consumidores, los llamaré bienes de capital, o capital en el sentido
más estricto». Wicksell, Value, Capital and Rent, pp. 98, 99 y 105.- Ed.].

96
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

la existencia de esta clase de recursos crea un problema importante y peculiar


que es diferente, creemos, y de mucha mayor importancia, del problema de la
clase de descuento temporal que existiría incluso en una sociedad en la que
todos los recursos fuesen permanentes.12 Es este problema al que está dedicado
principalmente el presente estudio y es a estos efectos a los que encontramos
de la mayor utilidad emplear el término capital en el sentido indicado. Y en una
fase posterior intentaremos mostrar que fue este problema el que dio lugar
originalmente a la concepción de capital en su uso ordinario en los negocios.13
Sin embargo, no es necesario que deba interpretarse y aplicarse esta
definición adhiriéndose de manera demasiado rígida al sentido literal de los
términos «permanente» y «no permanente». De hecho, lo que deba con-
siderarse capital en una situación particular dependerá en algún grado del
contexto en el que usemos el concepto. Quizá sería todavía mejor intentar
llevar a cabo una definición general de capital solo en forma negativa, diciendo
que las únicas cosas que nunca deberían considerarse capital son los recursos
realmente permanentes en el sentido más estricto del término. En el caso de
todos los recursos que no son estrictamente permanentes, la decisión de si
tenemos que tratarlos como capital o no dependerá de si se pueden agotar o
no (o usar más rápidamente) durante el periodo de tiempo relevante para el
problema en cuestión.14 Ciertas clases de bienes, especialmente a los que suele
denominarse capital circulante, pueden consumirse incluso durante periodos
muy cortos, por lo que habrá que tratarlos como capital prácticamente en
todos los contextos (esta es la razón por la que el capital circulante muestra
las características peculiares del capital en un grado particularmente alto,
mientras que con respecto a otros, el problema del agotamiento gradual y

12. [El descuento del tiempo seguiría operando en una economía donde todos los recursos son
permanentes en el sentido de Hayek (proporcionar perfiles temporales inalterables de flujos de
servicios de input), porque (1) los derechos a outputs distantes en el futuro podrían seguir siendo
intercambiados frente a derechos a outputs cercanos en el futuro y (2) seguirían pudiendo alterarse
los perfiles temporales de outputs (más mañana a costa de menos hoy), adoptando procesos con un
mayor o menor rodeo de producción empleando los flujos de inputs dados.- Ed.].
13. Véase más abajo, Capítulo VII, p. 131.
14. Cf. Wicksel, Lectures, vol. I, p. 186: «Si, por lo tanto, nuestro análisis solo es aplicable dentro
de un periodo relativamente corto, entonces, estrictamente hablando, solo puede considerarse capital
propiamente dicho el capital a corto plazo (en otras palabras, el capital circulante)».

97
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la necesidad de sustitución solo surgirá cuando el periodo relevante para el


problema que consideremos sea mucho más largo).

relación de este con otros conceptos de capital

La justificación final de cualquier definición particular del término capital,


evidentemente, puede surgir solo de su uso como una herramienta del aná-
lisis. En esta fase no proponemos extendernos mucho más en la definición;
queremos solo poner de relieve especialmente su carácter global. Se incluye
en este término no solo el equipo productivo artificial en la medida en la que
no se espere que siga siendo útil para siempre, sino también los recursos
naturales en la medida en la que sean «activos que se deprecian» y todos los
bienes de consumo que existan en el momento en la medida en la que sean
fuentes no permanentes de renta final. Pero aunque este concepto está rela-
cionado con el concepto familiar de los «medios de producción producidos»,
no es idéntico a él. No incluye necesariamente todos los medios producidos
de producción, ya que es al menos concebible, aunque no muy probable,
que pueda esperarse que algunos de los medios producidos de producción,
una vez que han sido creados, permanezcan útiles para siempre;15 y en este
caso no serían capital según nuestra definición del término.16 Tampoco es

15. Puede parecer curioso que consideremos, por ejemplo, a las casas como capital, solo si y en
la medida en la que no sean permanentes. No cabe ninguna duda de que sería mejor para nosotros
si las casas, una vez construidas, durasen para siempre y el hecho de que necesiten ser sustituidas
es claramente una desventaja. Sin embargo, el hecho es que tenemos que sustituirlas por algo si
queremos mantener nuestro flujo de renta a un nivel dado y que podemos utilizar las cuotas de
amortización obtenidas de las casas de la misma forma que las obtenidas de cualquier otro bien de
capital para sustituir estos bienes de capital por cualquier otra nueva inversión que nos parezca más
ventajosa en un momento dado, lo que confiere a todos los bienes de capital un atributo común, el
de ser la fuente de este «fondo» que hace que sea posible… y necesaria la inversión del momento.
16. Cf. Wicksel, Lectures, vol. I, p. 186: «Estas mejoras de la tierra dejan a menudo un beneficio
residual permanente, lo que sucede, por ejemplo, en el caso de las operaciones importantes de vo-
ladura para obtener agua en las regiones montañosas, la construcción de carreteras, la repoblación
forestal protectora, etc. De esta forma, no se puede distinguir, ya sea física o económicamente, de los
poderes originales del suelo, las nuevas cualidades que, una vez adquiridas, conserva la tierra para la
posteridad; en el futuro no deberá considerárselas como capital sino como tierra… Además, puede
señalarse que casi todas las inversiones de capital a largo plazo, casi todo el llamado capital fijo (casas,

98
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

idéntico al otro concepto amplio que identifica al capital con el stock total de
riqueza,17 ya que excluye las fuentes de servicios realmente permanentes.18

edificios, maquinaria duradera, etc.) están, hablando desde el punto de vista económico, en la línea
fronteriza entre el capital en sentido estricto y la tierra».
17. Esta última definición del concepto de capital que ha pasado a ser comúnmente aceptada por
medio de los escritos del Profesor Irving Fisher (y que también ha sido usada por Walras, aunque
éste separe el capital consumible y producido como «capitaux proprement dits»), tiene la ventaja de
una gran claridad lógica y de evitar cualquier distinción basada en meras diferencias de grado. Sin
embargo es un obstáculo para nuestros propósitos, no solo porque utilice el término capital para una
magnitud para la que hay otros términos (en especial «riqueza») y ampliamente usados, sino, lo que
es más importante, porque lo desvincula por completo de todos los problemas especiales que han dado
lugar al concepto de capital y que, ya que necesitan ser estudiados en profundidad, lo más conveniente
es tratarlos bajo aquélla rúbrica general. Puede ser útil adoptar esta definición allí donde la definición
de capital esté totalmente subordinada a una explicación del interés, como ha sido el caso de la mayor
parte de las discusiones tradicionales, pero donde el principal tema de la discusión sea los problemas
peculiares que surgen de la producción a lo largo del tiempo; sería lamentable tener que inventar un
nuevo término mientras pueda disponerse del término capital a este propósito.
[Hayek argumenta aquí que agrupar los recursos de tierra y capital con el conjunto de riqueza en
general, como hace Fisher, está bien a los efectos de elaborar la teoría del interés. El valor de la tierra
y el valor del capital tienen la misma relación con el interés: se evalúa tanto los bienes de tierra como
los de capital calculando el valor descontado presente de un flujo anticipado de servicios productivos
futuros, utilizando el tipo de interés adecuado para el descuento; pero a los efectos de analizar las
decisiones de los productores acerca del mantenimiento, reemplazo o agotamiento, la distinción entre
la tierra (permanente) y los bienes de capital (no permanentes) sigue siendo esencial.- Ed.].
18. Puede ser útil resumir la relación entre los diversos conceptos de capital y las categorías de
recursos que incluyen con ayuda de una tabla esquemática:

Permanentes No permanentes
Clases de recursos
(no consumibles) (consumibles)

No producibles («originales») a b
Producibles («aumentables») c d

Nuestra definición incluye las categorías b y d, mientras que la definición más familiar de capital
como medios de producción producidos (o como «recursos aumentables» en la forma revisada en la que
Mr. Kaldor ha revivido recientemente esta definición —Véase 1937 p. 219) incluiría c y d. La definición
del Profesor Fisher (y el concepto más amplio de capital usado por Walras) evidentemente incluiría
los cuatro grupos, mientras que el concepto más estrecho de Walras (los «capitaux proprement dits»)
solo incluiría d. Veremos más tarde (Véase el Capítulo VII, p. 132, más abajo) que mientras que de las
cosas que existen en cualquier momento solo sirven como capital las que pertenecen a los grupos b y
d, su existencia nos permite «invertir» creando cosas que pertenecen tanto al grupo d como al grupo
c, aunque este último deje de ser, de esta forma, capital en nuestro sentido.

99
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

los servicios temporales de los recursos no permanentes


hacen posible que invirtamos los servicios de los recursos
permanentes y con ello incrementemos su rendimiento

La primera cuestión a la que tenemos que enfrentarnos es, pues, cómo la


existencia de un stock de recursos no permanentes nos permite mantener
nuestra renta a un nivel mayor por un periodo indefinido. La respuesta a
esta cuestión es especialmente significativa porque también explica por qué
una gran parte de estos recursos, a saber, los que son «medios de produc-
ción producidos» llegaron a existir. La respuesta es, evidentemente, que los
recursos no permanentes proporcionan un flujo de renta por un periodo
limitado y que, en consecuencia, nos encontramos en la posición de pospo-
ner el rendimiento de algunos de los servicios del momento de los recursos
permanentes sin reducir nuestro consumo por debajo del nivel al que se los
puede mantener permanentemente. Por ello, somos capaces de aprovechar la
celebrada productividad de los «métodos del rodeo» de la producción19 que
han sido la causa de tantos malentendidos. En otras palabras, la existencia de
recursos no permanentes hace al mismo tiempo posible y necesario «invertir»
algunos de los servicios productivos del momento, es decir, usarlos de manera
que no produzcan servicios consumibles hasta una fecha posterior de la que

19. Evidentemente esto no ha sido un nuevo descubrimiento de Böhm-Bawerk, aunque inventase


el término «los métodos del rodeo de la producción» y puso de manifiesto el papel del tiempo en la
producción con mucha más claridad que ninguno de sus predecesores. La mayor parte de los escritores
clásicos entendieron bastante bien de qué se trataba y N.V. Senior lo formuló particularmente bien en la
tercera de sus «Cuatro proposiciones elementales de la ciencia de la economía política», a saber, «que pueda
aumentarse indefinidamente los poderes del Trabajo y de los otros instrumentos que producen riqueza,
utilizando sus Productos como medios de una Producción ulterior» (Political Economy, 1836, 8.ª ed., p. 26).
[Nassau W. Senior (1790-1864) fue el primer profesor de economía política en Oxford (1825-1830;
también 1847-1862). Senior formuló la proposición citada incluso antes (como la tercera de cinco propo-
siciones) en su An Introductory Lecture on Political Economy (Londres: J. Mawman, 1827), pp. 35-36.
Otras consideraciones suelen decir que Senior explica (o justifica) el interés como una recompensa por
la «abstinencia» del capitalista. Raramente observan que para Senior la «abstinencia» lleva consigo, no
solo la falta de consumo, sino también la inversión productiva de los recursos no consumidos. Como
explicó Senior en su An Outline of the Science of Political Economy, p. 58, gana interés el que «se
abstiene del uso improductivo de lo que puede disponer, o deliberadamente prefiere la producción de
resultados remotos a la de los inmediatos».- Ed.].

100
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

podrían haberlo hecho en otro caso, pero que luego produzcan una cantidad
mayor de dichos servicios de lo que hubiesen producido en la fecha anterior.
Es solo debido a esto por lo que la provisión de una cantidad adicional de
servicios durante un periodo limitado del futuro nos coloca en la posición
de aumentar para siempre los rendimientos que podemos esperar obtener
del reducido suministro de recursos realmente permanentes.

las causas de la productividad de la inversión

¿Pero por qué deberían proporcionar un mayor rendimiento los métodos de


producción que consumen más tiempo? Esta proposición ha sido la fuente de
una interminable confusión desde que se formuló por primera vez y ha dado
lugar a tantos malentendidos que, por mucho espacio que se esté dispuesto
a darle al tema, apenas sería posible tratar todos ellos. Tampoco es cierto
que haya una sola explicación que se ajuste necesariamente a todos los casos,
aunque haya un hecho general que hace que parezca probable que siempre
será posible aumentar la cantidad de servicios finales que se puede obtener
de unos recursos dados si se permite que pase más tiempo entre el momento
en el que se los aplica y aquél en el que aparezca su producto final. Y esto
es, evidentemente, todo lo que se necesita.
El hecho general es, dicho en pocas palabras, que casi siempre existirán
recursos potenciales sin utilizar, a los que se podría hacer que produjesen un
rendimiento útil, pero solo después de algún tiempo y no inmediatamente;
y que la explotación de dichos recursos requerirá, normalmente, que tengan
que usarse otros que podrían dar un rendimiento inmediatamente o en el
próximo futuro, con el fin de que estos otros recursos puedan ofrecer algún
rendimiento. Este simple hecho basta para explicar por qué habrá, casi siem-
pre, posibilidades de aumentar el output obtenido de los recursos disponibles
invirtiendo algunos de ellos por periodos más largos.

no todos los aplazamientos de los rendimientos


harán que estos aumenten

Nunca se ha afirmado que cualquier inversión por un periodo más largo pro-
duzca necesariamente un producto mayor, aunque los críticos han atacado, a

101
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

veces, la teoría basándose en ello. Solo es importante que, mientras haya posi-
bilidades de aumentar el producto invirtiéndolo por un periodo más largo, solo
se escogerá prolongar los periodos de inversión cuando se obtenga un mayor
producto. Más adelante consideraremos las más bien obvias razones de ello.

servicios de los recursos escasos y libres, utilizados y latentes

La explicación de la mayor productividad de algunos métodos de producción


que consuman tiempo está estrechamente relacionada con otra cuestión, a
saber: ¿en qué sentido puede decirse que los servicios de los recursos per-
manentes vengan dados en una cantidad definida? Es necesario comenzar
considerando en detalle el significado de este supuesto. De todas las fuentes
potenciales de satisfacción de las necesidades humanas, solo comparativa-
mente pocas pueden utilizarse directamente. Existe siempre un número
infinito de fuerzas naturales que son susceptibles de ser transformadas para
que las utilice el hombre, y que son, en ese sentido, recursos potenciales o
latentes; y de los que se utilice en la realidad, solo una parte serán escasos,
por lo que se los considerará como activos valiosos de cuyo uso depende la
satisfacción de las necesidades humanas. Qué parte del total de los recursos
potenciales se utilice en la realidad y qué parte será escasa, dependerá siempre
de circunstancias concretas y variará con ellas. Cuando hablamos aquí de
que esté disponible un flujo constante de servicios a partir de los recursos
permanentes, en lo que estamos pensando es siempre en la totalidad de di-
chos recursos potenciales, independientemente de qué parte de ellos se use
realmente en cualquier momento determinado o qué parte de ellos se haya
convertido en escasa.20 Solo en este sentido se los podrá considerar como
un «dato» extraeconómico. Qué parte de ello se utilizará y qué parte será
escasa, teniendo por lo tanto valor, dependerá de las decisiones humanas,

20. El hecho de que con circunstancias cambiantes, la cantidad de servicios que procedan de los
recursos permanentes que son escasos varíe en lugar de permanecer constante, crea una grave dificultad
que apenas será posible tener en cuenta en todas las fases de la exposición sin hacerla indebidamente
complicada. Durante la primera parte del análisis, que está dedicada a una mera descripción de las
interrelaciones tecnológicas, en cualquier caso tendremos que tomar como un hecho dado que solo
una cierta parte de los recursos potenciales es escasa, por lo que debe ser tenida en cuenta, pasando
por alto los recursos libres.

102
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

siendo la tarea de los economistas explicarlo. En general, la razón por la que


los recursos que son capaces de ser dedicados a algún propósito útil no se
usan de esta forma en la realidad es que tendrían que ser combinados con
otros recursos que se necesitan en otro lugar con mayor urgencia. Mientras
que no se pueda apartar esos otros recursos, complementarios, porque se
los necesita todos para propósitos donde produzcan un mayor rendimiento
del que se conseguiría en cooperación con el recurso potencial en cuestión,
este último permanecerá sin usar o latente, por lo que no se hará escaso.

muchos recursos potenciales se quedan sin usar


porque su explotación requeriría la retirada de otros recursos
de su uso del momento

Este fenómeno general de complementariedad entre diferentes recursos


productivos se convierte en importante para nuestro problema particular
si los recursos potenciales que podrían utilizarse para producir servicios
útiles no dan lugar a ellos hasta pasado un tiempo después de que se los
haya combinado con otros recursos que pueden usarse para producir estos
servicios inmediatamente. Evidentemente, no es en absoluto una necesidad
a priori que el producto que se obtendrá de esta forma que requiere tiempo
sea mayor que (es decir, sea preferible a) el que se habría obtenido por el
uso directo de los recursos complementarios. Todo lo que podemos decir
en general es que los hombres se tomarán la molestia de usar los servicios
de los recursos adicionales solo si, como resultado, el producto no solo se
haga diferente, sino que también es preferible a lo que hubiese sido de otra
forma;21 pero que esto sea técnicamente posible no quiere decir que se haga
siempre. En la medida en la que no pueda reservarse para este fin los otros
recursos que se requieren para utilizar los recursos potenciales, tales como
el trabajo humano, pero a los que también se puede utilizar para la satisfac-
ción de las necesidades inmediatas del momento, estos recursos potenciales

21. Quizá no sea innecesario subrayar hoy el hecho de que el objetivo de la actividad económica no
es usar la cantidad mayor posible de recursos, sino producir el máximo de satisfacción y que estas dos
cosas no son idénticas. [Hayek alude críticamente aquí al énfasis keynesiano sobre el «pleno empleo»
de los recursos, al parecer considerado como un fin en sí mismo.- Ed.].

103
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

quedarán sin utilizar. Y en la medida en la que así sea, no podremos con-


siderarlos como recursos independientes, ya que intrínsecamente seguirán
siendo bienes libres. Incluso si se ha hecho posible desviar algunos de los
otros recursos del servicio de las necesidades del momento para utilizar los
recursos latentes, pasará algún tiempo antes de que estos últimos se hagan
escasos; y aunque el mayor producto se deberá al hecho de que ahora se ha
hecho posible utilizar los recursos de los que antes era imposible servirse,
no necesitamos prestar atención a este hecho, mientras que estos recursos
adicionales sean libres y no «económicos» o factores escasos.

hay que considerar el rendimiento de la inversión con respecto


a la pérdida de la satisfacción del momento y el tiempo
que tengamos que esperar este rendimiento

Entre los diferentes recursos latentes puede hacerse que algunos propor-
cionen un rendimiento después de un intervalo corto de tiempo y otros
después un largo intervalo. Ceteris paribus, se tomará primero a los que
dan un rendimiento antes,22 pero entre las otras circunstancias que tienen
que permanecer iguales para que esto se cumpla, se encuentra la dimensión
del rendimiento que puede obtenerse aplicándoles una cierta cantidad de
recursos retirados de su uso a efectos del consumo del momento. Si en un
caso particular el recurso obtenible de invertir los recursos durante un
cierto periodo es considerablemente mayor que el doble del rendimiento
obtenible de invertir los mismos recursos durante la mitad de dicho pe-
riodo, evidentemente se hará en primer lugar la inversión más larga, pero
hay que reservar para un capítulo posterior la consideración detallada de
esta cuestión.

22. Supongamos que hay dos recursos latentes de los que puede conseguirse, aplicando trabajo, que
uno produzca un rendimiento después de un año y el otro, con la misma aplicación, un rendimiento
de la misma dimensión únicamente tras dos años; entonces, suponiendo que puede repetirse de forma
continua estas dos inversiones, el recurso obtenido durante cualquier periodo dado será siempre mayor
por parte del primer recurso que del segundo.

104
LA NATURALEZA DEL PROBLEMA DEL CAPITAL

al ir invirtiendo más recursos del momento,


algunos de los anteriormente recursos latentes
también se irán haciendo escasos y comenzarán
a contar como inversiones

Por el momento, hay otro punto que es más importante. En primer lugar,
lo que cuenta como «inversiones» son solo los servicios de los recursos
que también podrían haber dado un rendimiento inmediato. Siempre que
sean los únicos recursos que puede utilizarse en absoluto, o utilizarse por
completo, es solo su inversión lo que lleva a una reducción del output del
momento; pero como, en consecuencia, de estas inversiones anteriores,
los anteriormente recursos latentes con los que se combinan los otros
recursos, primero se hacen efectivos y luego gradualmente escasos, estos
también empezarán a contar porque algún consumo dependerá del uso
concreto al que se los dedique. Si luego se los combina con algunos otros
recursos potenciales que no rindan un producto consumible hasta todavía
más tarde, esto representará un aplazamiento adicional del consumo. El hecho
de que, al ir desarrollándose la inversión se utilice y arrastre gradualmente
al círculo de bienes escasos más y más de estas fuerzas naturales que antes
eran solo recursos potenciales y que haya, a su vez, que considerarlos como
inversiones, es de gran importancia para entender todo el proceso.23
Tendremos que volver a esta cuestión de la función general del capital en
el proceso de producción dentro de dos capítulos, pero antes de que podamos
hacerlo es necesario considerar de manera algo más concreta las diversas
formas en las que el tiempo entra en el proceso de producción, lo que tendrá
que ser la tarea del próximo capítulo.

23. Cf. C. Menger, Grundsätze der Volkswirtschaftslehre [Fundamentos de la ciencia económica]


(1.ª ed., 1871; reimpreso en Londres, 1934), pp. 129-30.

105
Capítulo VI
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN
Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES:
ALGUNAS DEFINICIONES

Tenemos ahora que empezar a considerar el proceso de inversión en sus ma-


nifestaciones más concretas. Hay dos formas principales en las que se muestra
a sí misma la productividad de la inversión, y aunque la distinción no es
fundamental, es bueno mantenerlas diferenciadas con claridad. La diferencia
se debe al hecho de que la inversión de cualquier grupo de servicios de los
recursos permanentes puede combinarse en un solo «proceso» de producción
de dos formas: en un caso es la duración del proceso real de producción, en
el que entra el factor tiempo y en el otro es la durabilidad del producto (o
de los recursos no permanentes utilizados en la producción). En el primer
caso, el punto esencial es que se tendrá que aplicar los recursos algún tiempo
antes de que se produzca cualesquiera servicios consumibles, y frecuente-
mente a lo largo de un periodo anterior considerable. En el segundo caso,
el punto esencial es que no merecerá la pena realizar la inversión a no ser
que dé lugar a un flujo de servicios útiles que continúen llegando durante
algún periodo futuro.

definición de «input» y «output»

En lo sucesivo, siguiendo una sugerencia del Doctor Hawtrey,1 llamaremos


cantidad de input puro de ese periodo (o momento) al «flujo de servicios

1. Hawtrey, 1937, p. 15: «Podemos utilizar el conveniente término “input” para la aplicación de los
factores originales de producción en cualquier intervalo de tiempo. Cuando tratamos al capital como
factor de producción llamaremos a la aplicación de los factores originales en conjunción con el capital
“input mixto”; y si queremos distinguir al input en el primer sentido del input mixto, lo llamaremos
“input puro”». Se observará que en la definición de input puro usada en el texto, en conformidad
con la terminología utilizada a lo largo de todo este libro, en lugar de los «factores originales» del
Dr. Hawtrey, se utiliza la expresión «recursos permanentes». El término «input» mismo había sido

107
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

procedente de los recursos permanentes» de los que se puede disponer durante


cualquier periodo dado de tiempo (o, en el caso límite, en un momento del
tiempo). Sin embargo, debería señalarse en especial que el término input
no se limitará a la parte de los servicios de los recursos permanentes que se
«invierte» en el sentido usual de la palabra, sino que comprenderá todos los
inputs puros que se utilice, incluyendo la parte que se use para producir el
output del momento. En consonancia, el término inversión (o «una inver-
sión») describirá el acto de aplicar una unidad de input en cualquier proceso
de producción. Ya que, como veremos más adelante, no es solo input puro
en el sentido estricto de servicios de los recursos permanentes lo que puede
invertirse por diversos periodos, sino también los servicios de los recursos
no permanentes, también adoptaremos la expresión de input mixto del Dr.
Hawtrey cuando queramos subrayar que también está incluida esta última
clase de input. Se utilizará el término output para describir el flujo de ser-
vicios finales que lleguen al consumidor.2

los casos «input continuo-output en un punto»


e «input en un punto-output continuo»

La distinción mencionada en el párrafo inicial de este capítulo equivale a


una diferencia en la forma en la que están conectados los agregados de input
con los agregados de output. En el mundo real, evidentemente, los dos casos
nunca están completamente separados; pero es útil elaborar unos casos li-

diseñado con anterioridad, probablemente por el Profesor R. Frisch, en conexión con la distinción a
la que se refiere la próxima nota a pie de página.
[Ralph George Hawtrey (1879-1971) fue un prominente economista en el Tesoro del R.U. (1904-
1945) y autor de numerosos libros que desarrollaron lo que podría llamarse una teoría monetaria
marshalliana (más bien que austriaca) de los ciclos económicos. Revisó ampliamente el presente libro
de Hayek. Véase la introducción, n. 64. Acerca de Fisher véase la nota 3 más abajo.- Ed.].
2. [Hayek, por tanto, considera los bienes de consumo duradero como bienes de capital, inputs
que ayudan a producir flujos de servicios finales. Los contables de la renta nacional, por el contrario,
miden el «output» agregado de una economía (que usualmente es sinónimo de su producto interior
bruto, PIB) por el valor de mercado de los bienes y servicios vendidos a los usuarios finales, incluidas las
ventas de bienes de consumo duradero —excepto las casas, en las que, en su lugar, incluyen solo el valor
imputado del flujo de servicios de alojamiento. El enfoque de Hayek trata de forma consistente todos los
bienes de consumo duradero de la misma forma en la que los contables del PIB tratan a las casas.- Ed.].

108
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

mitativos ideales que muestren sus peculiaridades en la forma más pura. La


mejor representación del primer caso es concebir una aplicación continua de
input a lo largo de un periodo de tiempo, que lleve a un output que madure
en un momento del tiempo al final del periodo. Se ha descrito esto como el
caso 3 «input continuo-output en un punto». El segundo caso se representa
idealmente si imaginamos un bien duradero que se produce en un momento
del tiempo y luego da lugar de forma continua a servicios a lo largo de un
periodo de tiempo. En consonancia, se ha descrito este caso como el caso input
en un punto-output continuo. Conforme vayamos avanzando, tendremos
que dedicar una buena parte de nuestra atención a las relaciones descritas
idealmente por estos casos extremos.

hay casos especiales de demanda y oferta conjuntas

Antes de pasar a discutir la forma en que se manifiesta la productividad de


la inversión en cada uno de estos dos casos, tenemos que mencionar otra
forma de describirlos que parece poner de manifiesto las peculiaridades rele-
vantes incluso con mayor claridad y tener además la ventaja de formularlas
de una forma que está más de acuerdo con los conceptos utilizados en otras
ramas de la teoría económica. Puede considerarse el primer caso, en el que
el proceso real de producción lleva su tiempo, como uno donde los servicios
finales que se desea en un momento particular del tiempo dan lugar a una
demanda conjunta de factores a aplicar en diferentes momentos del tiempo.
Puede considerarse el segundo caso, en el que se trata de una cuestión de

3. Creo que el primero que sugirió estos términos fue el Profesor Ragnar Frisch. [Ragnar Frisch
(1895-1973) fue profesor de economía en la Universidad de Oslo, Noruega (1931-1965) y primer
editor de la revista Econometrica (1933-1955). Por su trabajo pionero en econometría (otro término
que él acuñó) compartió en 1969 el primer Premio Nobel de Economía. Hayek no especifica la fuente
de su creencia de que Frisch acuñase el término «input», pero una posible fuente es Sune Carlson, A
Sudy on the Pure Theory of Production (Londres: King, 1939), que se basaba en las conferencias que
Frisch había pronunciado en la Universidad de Yale (agradezco al profesor Finn R. Forsund su cita).
La Theory of Production (Dordrecht: D. Reidel, 1965) de Frisch, escrita en noruego en los 1920, no se
publicó en inglés hasta 1965. Véase acerca de la obra de Frisch sobre la teoría de la producción Finn
R. Forsund, «On the Contribution of Ragnar Frisch to Production Theory», Rivista Internazionale
di Scienze Economiche e Commerciali, vol. 46, marzo de 1999, 1-34.- Ed.].

109
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la durabilidad del bien, como un caso en el que la inversión realizada en un


momento del tiempo da lugar a una oferta conjunta de servicios a lo largo
de un periodo de tiempo.4

combinación de los dos aspectos


en el proceso completo de producción

Como ya se ha observado, es casi imposible en la vida real encontrar casos


en los que transcurra el tiempo entre la aplicación de los factores y el dis-
frute de los resultados de una sola de estas formas. Solo bajo condiciones
comparativamente primitivas podremos concebir casos que correspondan
perfectamente a cualquiera de los dos tipos extremos. Si pudiésemos su-
poner que se fabricase los fuegos artificiales sin el uso de ningún tipo de
herramientas o maquinaria durables, el trabajo de nuestras manos a lo largo
de un periodo de tiempo llevaría a un espectáculo que durase poco más de
un momento, lo que, por tanto, correspondería, de forma bastante cercana,
al caso «input continuo-output en un punto». Si, por otra parte, cortamos
una rama derecha de un árbol y la utilizamos durante años como un bas-
tón para caminar, tendremos un ejemplo bastante bueno del caso de «input
en un punto-output continuo», pero, como regla general, las dos series de
relaciones están tan completamente imbricadas que es extremadamente
difícil desenmarañarlas, lo que significa que, en la práctica, casi siempre ten-
dremos que tratar con casos de un flujo de servicios de consumo que llegue
en momentos sucesivos del tiempo y que son el producto conjunto de un
proceso que también implica una demanda conjunta de factores aplicados
en momentos sucesivos del tiempo. Sin embargo, esto solo hace que sea más
necesario tratar de aislar conceptualmente la forma en la que cada una de
estas dos clases de inversión incrementa el output de unos recursos dados.
A efectos del análisis teórico, es necesario aislar la conexión entre las
unidades individuales de input y las unidades individuales de output y, al
mismo tiempo, tenemos que reconocer que en la vida real, como regla gene-
ral, la producción es continua. La experiencia ha demostrado que a veces es

4. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 260: «Los usos anuales [de un bien de capital] que se siguen
sucesivamente constituyen una clase de oferta conjunta (para usar la terminología de Marshall)».

110
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

difícil mantener el equilibrio correcto entre estos dos aspectos. Siempre es


importante recodar que la continuidad del proceso real de producción no se
debe tanto al hecho de que se esté repitiendo continuamente la misma clase de
proceso, sino al de que se hace la mayor parte de las inversiones que forman
parte del proceso continuo con vistas a obtener un flujo de rendimientos a
lo largo de un periodo de tiempo y que casi todos los rendimientos se deben,
no a una inversión en particular, sino a una gama de inversiones a lo largo
de un periodo de tiempo.5 Requiere un alto grado de abstracción llegar a la
idea de procesos individuales separados que consisten en inputs y outputs
separados y claramente distinguibles 6 que rindan un flujo continuo de output
únicamente si se lo repite continuamente de forma inalterada; pero solo por
medio de esta abstracción será posible aislar las relaciones relevantes entre
las diferentes partes del proceso continuo.

periodos de inversión y «periodos de producción»


o la «longitud del proceso»

El hecho de que habitualmente se combine una serie de inversiones sucesivas


con el fin de producir cualquier clase de mercancía y que la misma operación
productiva resulte en un flujo de servicios finales que se extiendan a lo largo
de un periodo de tiempo, es la fuente de otra grave dificultad cuando llegamos
a considerar las variaciones de los periodos de inversión que son consecuen-
cia de los cambios en la técnica. El hecho fundamental que nos concierne es
el cambio de los periodos en los que se invierte las unidades concretas de

5. Incluso el Profesor Knight, que en general no simpatiza en absoluto con el análisis de todo
el periodo de inversión, resulta admitir la necesidad de distinguir entre los periodos de inversión de
la diversas unidades de input; aunque en otras ocasiones niegue la posibilidad de tal distinción. Esto,
en todos los casos, es el único sentido que puedo encontrar en el siguiente pasaje de uno de sus más
recientes artículos (1936, p. 447): «Como el proceso de inversión tiene que extenderse a lo largo del
tiempo y como, en general, hay una mayor o menor desinversión en relación con el rendimiento de
cualquier bien de capital determinado, es necesario reconocer los diversos periodos de inversión de
cero a infinito, de cada incremento infinitesimal de capital invertido en cualquier fuente o bien de
capital. Solo de esta forma puede hacerse diferentes inversiones a la misma tasa y obtenerse el máximo
rendimiento de todo el capital que sea posible bajo las condiciones económicas dadas».
6. Es decir, distinguibles por motivos técnicos.

111
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

input, es decir, en el intervalo entre la aplicación de una unidad de input y la


maduración de la cantidad de output debida a dicho input. Denominaremos
este intervalo de tiempo el periodo de inversión de dicha unidad de input.7
Si la variación de la técnica de producción utilizada, siempre o bien afec-
tase al periodo de inversión de solo una unidad de input o bien lo hiciese a
los periodos de inversión de todas las unidades en la misma dirección, no
habría ningún problema, y podríamos hablar de cambios en el «periodo de
producción» o la «longitud del proceso en su conjunto» como una forma
breve de referirnos a los cambios en los periodos de inversión de los diversos
factores utilizados. De hecho, sin embargo, es probable que la mayor parte
de los cambios de la técnica productiva impliquen cambios en los periodos de
inversión de las diferentes unidades de input en un grado diferente y quizá en
diferentes direcciones, lo que suscita todo tipo de dificultades que tendremos
que considerar más adelante. En especial, hace imposible utilizar los términos
«cambios en los periodos de inversión» y «cambios en la longitud del proceso»
o «cambios en el periodo de producción» de forma sinónima. Ciertamente,
tiene que resultar dudoso si el segundo y el tercero de estos conceptos, que
se refieren necesariamente a agregados de periodos de inversión, tienen
algún significado claro. Es más bien desafortunado que el aspecto temporal
de la producción haya sido introducido en primer lugar en el análisis teórico
de esta forma, ya que ha llevado a mucha confusión innecesaria; pero como
el uso de la expresión «cambios en la longitud del proceso» es una forma
práctica de describir la clase de cambio en un proceso conjunto en el que las
variaciones de los periodos de inversión van predominantemente en una
dirección, probablemente deba mantenerse, siempre que se la utilice con
precaución, hasta que estemos listos para dar una explicación más completa
de lo que se entiende por un proceso como un conjunto que lleve consigo
una mayor espera que otro.

7. [Obsérvese que «el periodo de inversión de una unidad de input» es enteramente un concepto
prospectivo. En el momento del input es la distancia prospectiva «corriente abajo» (para utilizar la
metáfora fluvial que Hayek utiliza más tarde en este capítulo) hasta la aparición del(os) output(s)
final(es) resultante(s).- Ed.].

112
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

el significado de un «proceso único»

Sin embargo, es necesario definir con algo más de exactitud de lo que se ha


hecho hasta ahora, qué se entiende por un proceso de producción. En general,
la expresión se refiere a la serie de operaciones que llevan a la producción de
una clase concreta de bien, pero esto sigue dejando alguna ambigüedad en
su significado. Puede usarse el término proceso para describir la serie com-
pleta de operaciones que llevan a la producción de una cantidad concreta del
producto en un momento determinado del tiempo. El trabajo de un alfarero
que hace una vasija de barro bajo condiciones primitivas y cuece el barro en
un fuego hecho para esta ocasión representaría un proceso individual en este
sentido, pero el término también puede referirse a toda la cadena de opera-
ciones repetidas continuamente que llevan a un output continuo de alfarería.
Si se utiliza el término proceso sin un adjetivo calificativo se referirá aquí al
primer concepto y se describirá el «proceso continuo» bien como tal o como
una «línea de producción». Pronto se verá que el concepto de un proceso en
el primer sentido lleva consigo una considerable dosis de abstracción y, en la
mayor parte de los casos, no se refiere a nada que pueda aislarse con claridad
en el mundo real.

inversión y cambios en la técnica de producción

Las ventajas de los procesos de producción que requieren tiempo están estre-
chamente relacionadas con las ventajas de la división del trabajo. Si se divide
el proceso que lleva a un cierto servicio final al consumidor en una serie de
operaciones separadas, se hace posible utilizar ciertas capacidades, materiales y
herramientas que no podrían haberse utilizado si hubiese habido que aplicar el
trabajo de una forma que diese el resultado final por la ruta más corta posible;
pero no debemos dejarnos engañar aquí por una ambigüedad más del término
«un proceso», es decir, la referencia a una técnica particular de producción
que lleva consigo ocasionalmente. Si las ventajas de la división del trabajo
consistiesen únicamente en el hecho de que la misma serie de operaciones
que antes llevaba a cabo un hombre fueran divididas entre un número de
hombres y, en consecuencia, cada uno de ellos se hiciese más eficiente en esta
tarea especial, el efecto sería, probablemente, reducir la duración del proceso

113
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

en lugar de alargarla, pero en muchos casos la división del proceso que lleva
a la satisfacción de cualquier necesidad particular será una división entre un
mayor número de factores cooperantes, incluyendo algunos que antes no se
utilizaban en absoluto. Ello significará un cambio en el método de produc-
ción, y en los materiales, herramientas y capacidades humanas utilizadas y
el producto resultante puede ser técnicamente muy diferente de lo que era
anteriormente. Sin embargo, si las necesidades a las que sirve son las mismas,
se las satisfará ahora por un proceso diferente y más largo.8 De hecho, la mayor
productividad de este proceso más largo se expresará frecuentemente en la
circunstancia de que el nuevo producto sirve a los mismos fines de manera
más efectiva, o quizá sirve a otros fines al mismo tiempo.
En todos los casos, el mayor output derivado de los inputs que ahora se
invierten por periodos más largos se deberá a su combinación con fuerzas
que no podrían ser utilizadas durante el periodo más corto. Puede ser que,
como con los procesos naturales de crecimiento o fermentación, las fuerzas
naturales ejerzan su efecto hasta el punto deseado, solo si se las deja operar
durante un considerable periodo de tiempo; o los materiales, herramientas
o accesorios que es ventajoso utilizar pueden ser ellos mismos obtenibles
solo como resultado de un proceso que toma su tiempo.9 En pocas palabras,
el aumento del output se deberá siempre a un cambio en el método de pro-
ducción utilizado, una mejora técnica.

solo los métodos más productivos que son conocidos


pero no utilizados en cualquier momento dado
llevarán consigo más espera

Sin embargo, el término mejora, aunque es totalmente apropiado y frecuen-


temente usado a este respecto, sigue siendo otra fuente de posibles malen-
tendidos a los que debería hacerse frente desde el comienzo. Este término ha
sido a menudo entendido cuando se lo utiliza a este respecto para referirse a

8. Cf., sin embargo, F.X. Weiss, 1921.


9. [Böhm-Bawerk, Positive Theory of Capital, 1959, pp. 102-4, presentó el sencillo ejemplo de
Robison Crusoe, que cazaba con más efectividad después de que se tomase el tiempo de fabricar un
arco y unas flechas.- Ed.].

114
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

los inventos o descubrimientos. En este caso, el argumento parecería implicar


que el progreso técnico en este sentido, el avance del conocimiento, tiende
necesariamente a aumentar la duración del proceso productivo. Se ha argüido
con razón contra esto que será exactamente tan probable —o incluso más
probable— que el descubrimiento de nuevas formas, hasta entonces descono-
cidas, de producir algo reduzca la duración del proceso, como que la aumente.
Las consideraciones señaladas más arriba —y es importante recordarlo a lo
largo de toda la discusión— no tienen nada que ver con el progreso técnico
en este sentido. Al contrario, se refieren a cambios bajo condiciones en las que
el conocimiento es estacionario. Todo lo que se supone es que en cualquier
momento se conocen formas posibles de utilizar los recursos disponibles que
arrojarían un mayor rendimiento que las que realmente se aplica, pero que
no arrojarían este rendimiento hasta una fecha posterior, razón por la que
no se las utiliza en la realidad.
Entre la amplia gama de posibles métodos de producción conocidos en
cualquier momento, habrá algunas que produzcan su output después de
periodos más cortos de tiempo y algunas que no lo hagan hasta después de
periodos más largos. Entre cada grupo de métodos que lleven consigo la misma
cantidad de «espera» —si nos servimos del uso provisional de este término
vago— la que se escogerá será la que dé lugar al mayor rendimiento a partir
de una inversión dada de factores; pero mientras haya alguna limitación de
la «cantidad de espera» para la que la gente esté preparada, evidentemente,
no se adoptará las que lleven consigo más tiempo a no ser que den un mayor
rendimiento que las que lleven consigo menos tiempo.

inversión y la división del proceso en fases

Debemos volver ahora a la relación de esos cambios en la técnica productiva


con la división del trabajo. Lo importante acerca de la transición a procesos
que en su conjunto impliquen inversiones para periodos más largos, es
que siempre se los emprende con el fin de utilizar fuerzas adicionales de la
naturaleza y que, en consecuencia, como regla general, lleven a un mayor
número de aplicaciones sucesivas de distintos factores de producción. Una
vez se ha entendido esto, es fácil ver cómo la transición a estos procesos
tenderá a dar lugar al fenómeno que se ha descrito como la división sucesiva

115
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

o vertical del trabajo frente a la división horizontal o simultánea (es decir,


el tipo de división que se debe al hecho de que la gente se especialice en la
producción de diferentes productos finales). La división sucesiva o vertical
del trabajo significa que el proceso que lleve a cualquier producto se divide
en diferentes «fases», o, es decir, en una serie de operaciones distintas que
se llevará a cabo en la moderna organización de la sociedad por diferentes
empresas; pero aunque el número de estas distintas «fases» en cualquier
línea de producción tenderá, a menudo, a aumentar con el alargamiento
del proceso, no debemos esperar ninguna proporcionalidad estricta entre
el tiempo que lleve consigo un proceso y el número de fases en las que se
lo divide.
En este sentido, como parte de un proceso completo que está bajo el con-
trol de una empresa determinada, el concepto de una «fase» de producción
es de poco interés teórico, aunque sea práctico utilizar el término para un
conjunto de diferentes clases de bienes de capital de acuerdo con su lejanía
del consumo final. En este sentido, sirve pura y simplemente como medio
de una ulterior y muy necesaria subdivisión que va más allá de la división a
grandes rasgos de los bienes en bienes de consumo y bienes de capital. Tiene
la ventaja de tomar mejor en cuenta el hecho de que nos enfrentamos a una
gama continua de diversas clases de bienes y que dondequiera que tracemos
la línea entre bienes de consumo y bienes de capital, con mucho, la mayor
proporción de los bienes que existan en cualquier momento siempre recaerá
en esta última categoría. Aquí, el concepto de fases y la distinción entre las
fases más tempranas y posteriores proporciona la distinción que más tarde
resultará ser muy necesaria. Cuando en adelante utilicemos el término fase,
siempre lo haremos en este sentido abstracto, sin que implique ninguna
referencia a la división del proceso entre diferentes empresas o personas.10
Sería, sin embargo, un error concentrar demasiada atención en esta
división vertical del trabajo y totalmente equivocado suponer que el alar-
gamiento de los periodos de inversión signifique siempre un aumento en
el número de diferentes operaciones que se siguen en sucesión lineal. No
es menos importante que, en el curso del alargamiento del proceso, el flujo

10. Véase en Ellis, 1935, un malentendido característico del sentido en el que se usa en el análisis
teórico el concepto de «fases del producción».

116
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

de operaciones que lleven a un producto dado se divida en muchas ramas


y subramas; y podría ocurrir que, mucho antes de que se dé el primer paso
para producir el auténtico material a partir del cual se hace el producto, se
emprenda un trabajo para proporcionar algún material auxiliar o herramienta
que luego se necesite para convertir la materia prima en el producto final.
En cada fase del proceso que va de la materia prima al producto terminado
se unirán afluentes a la corriente principal que, en algunos casos, ya pueden
haber fluido por un curso mucho más largo que la corriente principal misma.
Pero todas estas actividades, muchas de las cuales pueden haber sido reali-
zadas al mismo tiempo en diferentes lugares, deben ser consideradas como
parte del mismo proceso y hay que tenerlas en cuenta cuando hablemos de
su longitud. Las series de operaciones que son necesarias para suministrar
el combustible o lubricante y las herramientas o máquinas que se necesitan
para convertir la materia prima en el producto terminado forman parte del
proceso de producción del bien tanto como las operaciones realizadas en la
materia prima.

el proceso completo de producción incluye el suministro


de herramientas que son habitualmente duraderas

En esta fase hay alguna dificultad en introducir en el escenario las herramientas


y aún más la maquinaria, porque suscitan el problema de la durabilidad, que
tenemos todavía que discutir. De hecho, esto es uno de los principales ejem-
plos de la forma en la que están tan inextricablemente unidos los problemas
de la duración del proceso de producción y la durabilidad de los bienes, ya
que aunque las herramientas suelen ser duraderas, no lo son siempre. Los
moldes necesarios en muchas clases de procesos de fundición, o la dinamita
usada para las voladuras, probablemente deban ser consideradas como he-
rramientas, aunque solo se las pueda usar una vez, constituyendo ejemplos
de cómo amplios preparativos, que dan lugar a herramientas elaboradas o
materiales auxiliares, pueden ser necesarios para servirse de ciertas leyes de
la naturaleza en la transformación de cualquier materia prima en algo útil.
Discutiremos ahora la importancia de la circunstancia de que las herramientas
y máquinas sean, por lo general, duraderas, junto con el problema general
relacionado con la durabilidad de los bienes.

117
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el concepto del periodo de inversión aplicado a un proceso


en su conjunto no tiene ningún significado concreto

Antes de que podamos pasar a este problema, es necesario volver por un


momento a la dificultad de hablar acerca de las variaciones en la longitud del
proceso de producción. A estas alturas será, probablemente, bastante obvio que
al hacerse cada vez más complejo el proceso de producción del que tenemos
que ocuparnos, se hace cada vez más difícil, y en algunos casos será imposible,
decir de cualquier forma general cuál de los varios procesos alternativos que
consideramos es en su conjunto el más corto o el más largo. La longitud total
del tiempo que pasa entre el comienzo mismo del proceso y la consecución
del producto puede ser más corta en un proceso que en otro y, sin embargo,
con mucho, puede aplicarse la mayor parte del input utilizado en forma muy
temprana en el primer proceso y muy tardía en el segundo. ¿A cuál de estos
dos procesos debemos considerar como el más largo? En esta fase, es impo-
sible contestar a esta pregunta y, de hecho, no tiene una respuesta general,11
solo la mencionamos en este punto para advertir al lector frente a cualquier
intento de darse a sí mismo una respuesta introduciendo algún concepto de
un «periodo medio» de producción. Este concepto, como veremos, no es solo
innecesario, sino también sumamente desorientador.

los intervalos de tiempo relevantes son los periodos


por los que se invierte las unidades individuales de input

A efectos de nuestros presentes propósitos, no necesitamos saber si todo


un proceso como tal es más largo o más corto que otro. Los únicos puntos
relevantes aquí son, en primer lugar los periodos para los que se invierte

11. [Lo que señala Hayek aquí es que cuando los proyectos de producción implican combinaciones
de inputs anteriores y posteriores, la clasificación de un proyecto como más o menos «consumidor de
tiempo» que otro, o que requiere más o menos «espera», no es puramente una cuestión de ingeniería.
La clasificación depende de cómo pongamos los inputs anteriores con respecto a los posteriores y, por
tanto, depende del tipo de interés. Este tema reapareció en los 1970 como el «problema del reswitching»
en la «controversia de Cambridge acerca del capital». Véase una clarificación de la cuestión en Leland
B. Yeager: «Toward Understanding Some Paradoxes in Capital Theory, Economic Enquiry», vol. 14,
septiembre de 1976, pp. 313-346.- Ed.].

118
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

las unidades de input y, en segundo, el hecho de que no se los invertirá por


periodos más largos a no ser que, como consecuencia, el rendimiento que
produzcan sea mayor.12 El lector se ahorrará una buena parte de molestias
si se acostumbra desde el comienzo a contemplar los periodos para los
que se invierte unidades particulares de input como el factor primario, y a
contemplar la longitud de todo el proceso de producción del que resulta un
producto en particular únicamente como un fenómeno secundario.13
Todavía tendremos que ocuparnos extensamente de la distinción entre
los periodos por los que tendremos que esperar el producto de una unidad de
input y el periodo por el que tendremos que esperar una unidad de output;
pero en este momento puede mencionarse un malentendido particular del
teorema de que los procesos del rodeo de la producción son más productivos,
en cuanto que se debe a una confusión entre estos dos conceptos. A menudo
se ha argumentado que es más probable que un aumento del capital acorte
más bien que alargue el tiempo que tengamos que esperar para obtener el
producto, lo que es totalmente cierto si hablamos del intervalo de tiempo
que transcurre antes de que aparezca una cantidad dada de output, pero
esto es totalmente compatible con un aumento simultáneo de los periodos
durante los que tendremos que esperar el producto de unidades determina-
das de input. El uso de maquinaria elaborada no solo puede acortar en gran
medida el tiempo que tome transformar la materia prima en un producto
terminado, sino que incluso puede hacer que sea más corto el tiempo que
transcurra entre el momento en el que se invierte el primer input en la
maquinaria y el momento en el que aparezca el primer output que el pe-
riodo con el que nos enfrentábamos antes esperando al producto. Pero esto

12. Una excepción a esta regla, que puede ser pasada por alto en esta fase, tiene lugar cuando
en el curso de un cambio a fondo en la técnica de producción empleada que lleve a un aumento del
output total, puede que decrezca el producto debido a tipos particulares de input.
13. [Volviendo a la metáfora fluvial: lo que importa a alguien que está considerando botar una
barca en un punto determinado de un cierto río, con el fin de viajar corriente abajo a su desemboca-
dura, no es la «distancia media» o «distancia total» que viajan todas las moléculas de agua que llegan
a la desembocadura del río procedentes de todos sus afluentes. La distancia corriente abajo desde el
punto de la botadura hasta la desembocadura es un concepto con sentido potencialmente relevante
para alguien que tome una decisión, incluso si «la longitud de todo el sistema fluvial» carece de sen-
tido o es irrelevante.- Ed.].

119
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

solo ha sido posible invirtiendo parte del input utilizado en la producción


de la maquinaria por un periodo mucho más largo de lo que lo había sido
cualquier otro anteriormente.14

los periodos de inversión de unidades particulares de input


pueden variar sin ningún cambio en la técnica de producción
utilizada en cualquier industria particular

La forma de contemplar el concepto del periodo de inversión también impide


que caigamos en otro error común. Se supone frecuentemente que todos los
aumentos de la cantidad de capital per cápita (al menos cuando no implican
cambios en las cantidades de bienes duraderos) tienen que significar que
ahora se producirán algunas mercancías por medio de procesos más largos
que antes. Pero siempre que los procesos utilizados en diferentes industrias
sean de diferentes longitudes, esto no es, en absoluto, una consecuencia ne-
cesaria de un cambio en los periodos de inversión de unidades particulares
de input. Si se transfiere el input de industrias que usen procesos más cortos
a industrias que usen procesos más largos, no habrá ningún cambio en la
longitud del periodo de producción de ninguna industria, ni tampoco en los
métodos de producción de ninguna mercancía particular, sino, meramente,
un aumento de los periodos por los que se invierte unidades particulares de
input. Sin embargo, el significado de estos cambios en los periodos de inver-
sión de unidades particulares de input será exactamente el mismo que el que
sería si fuesen la consecuencia de un cambio en la longitud de los procesos
particulares de producción.

14. Cf. A.A. Young, 1929, p. 796: «El uso de capital ahorra tiempo en el sentido de que puede
obtenerse un producto mayor con una cantidad dada de trabajo, pero aumenta el intervalo medio de
tiempo que transcurre antes de que los productos del trabajo de un día dado alcancen su forma final
y pasen a las manos de los consumidores».
[Por ejemplo, un aserradero, una vez construido, convierte un trozo de madera en tablas más
deprisa de lo que lo hacen los hombres con simples sierras de mano, pero si desviamos a algunos
hombres con sierras de mano de la producción inmediata de tablas hoy, para pasar a un esfuerzo di-
rigido a construir un aserradero que dure un año, esperaremos más hasta que aparezcan tablas que
resulten de sus esfuerzos de hoy.- Ed.].

120
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

la importancia de la durabilidad de los bienes

Al referirnos a las herramientas y maquinaria, ya hemos tenido ocasión de


mencionar uno de los más importantes grupos de bienes duraderos. Estos
ejemplos también muestran el sentido en el que se utiliza la palabra duradero
en el presente contexto. Puede no ser totalmente innecesario señalar que aquí
no se utiliza la palabra meramente para indicar que un bien no vaya a perecer
pronto, como la carne o la fruta, por el simple paso del tiempo,15 aquí se lo
utiliza para describir los bienes que no se destruyen en un momento por un
único acto de uso, sino que se los puede usar repetida o continuamente a lo
largo de un periodo de tiempo. La durabilidad en el primer y más restringido
sentido puede también dar lugar a la inversión, como cuando es posible produ-
cir una mercancía en la estación en la que sea más barato hacerlo, para luego
almacenarla, pero esto no sería durabilidad de la clase que nos ocupa aquí.
Mercancías que en otro caso serían indistinguibles y que están disponibles
en diferentes periodos del año (por ejemplo, el hielo en enero y el hielo en
julio) tienen que ser consideradas como mercancías diferentes a efectos del
análisis económico y el almacenamiento (la transformación en el tiempo)
como parte de una posible técnica de producción. Por ello, es más adecuado
considerar este caso como un ejemplo en el que un periodo de producción
más largo da lugar a un mayor producto.

el uso de los bienes duraderos y la cantidad de capital

Los cambios en el uso que se haga de los bienes duraderos pueden afectar a
la cantidad de capital utilizado de dos formas diferentes: o bien puede cam-
biar la cantidad de bienes duraderos utilizados en un proceso dado, o puede

15. El uso de «duradero» en el sentido de meramente almacenable está bastante extendido en la


bibliografía inglesa acerca del tema (Cf. por ejemplo, J.M. Keynes, 1936, p. 222) y es, probablemente,
una de las razones por las que los escritores ingleses usen tan ampliamente el término «bien de
capital» para describir los bienes duraderos en el sentido en el que se utiliza este término en el texto.
Sin embargo, parece preferible y más de acuerdo con el uso por parte de los economistas clásicos,
distinguir entre bienes perecederos, no perecederos, duraderos y permanentes, y reservar el término
bienes de capital como descripción de los tres primeros tipos, es decir, todos los bienes no permanentes.
[El cuarto grupo, bienes permanentes, se consideran tierra.- Ed.].

121
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

cambiar la durabilidad de los bienes. Consideraremos en primer lugar el


efecto de los cambios en la durabilidad de los bienes utilizados.

los factores que determinan la durabilidad

Incluso dentro de la categoría de bienes duraderos en el sentido más estricto


en el que se utiliza aquí el término, hay que hacer alguna distinción más
en relación con la forma en la que se determina la durabilidad de un bien
particular. Es posible imaginar un bien duradero que dure por un periodo de
tiempo predeterminado independientemente de la cantidad de uso al que esté
sujeto. Durante dicho periodo dado, puede usárselo más o menos intensiva-
mente y, de acuerdo con ello, dará una cantidad mayor o menor de servicios;
pero una vez que se haga, su durabilidad queda finalmente determinada y
podremos hablar de variabilidad en su durabilidad solo en la medida en la
que se nos presente la elección de producir en otro caso bienes similares
de mayor o menor durabilidad. La mayor parte de los edificios pertenecen,
probablemente, a esta categoría. El otro extremo estará representado por
un bien que encarne una cantidad definida de servicios que puedan usarse a
voluntad a lo largo de un intervalo de tiempo, ya sea más corto, o más largo.
En este caso, el tiempo que dure el bien quedará determinado, no solo por
la forma en la que se lo haga, sino por la forma en la que se lo utilice. Aquí,
el ejemplo obvio es la mayor parte de las clases de maquinaria, por ejemplo,
un coche de motor. No es probable que alguna vez nos encontremos con
ninguno de estos tipos de bienes duraderos en su forma pura. En la vida real
tenemos que ocuparnos de diversas combinaciones de los dos elementos,
aunque a veces sea útil agruparlos según se acerquen más a uno u otro de
los dos tipos extremos.

las razones de utilizar bienes duraderos

Sin embargo, más importante que esta distinción es otra similar que está
relacionada con las razones por las que se usan los bienes duraderos. Puede
suceder que solo pueda hacerse un instrumento particular de una forma
en la que dure y que los costes de hacerlo sean tales que solo sea rentable
producirlo siempre que se lo utilice repetidamente o por un cierto periodo

122
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

de tiempo. O, puede ser que, aunque se pueda hacer un instrumento de-


terminado de forma que sirva solo por una sola vez, sean más baratos los
servicios que proporcione si se hace de forma duradera.

a veces la solidez que se exige a un instrumento


termina haciéndolo duradero

El primer caso es la regla cuando un instrumento no consume parte de su


sustancia o energía en el proceso de su utilización, sino que sirve meramente
«como una herramienta». Un martillo o una grúa que se rompan mientras
se utilizan no servirían de nada y hay un número casi infinito de casos
en los que una herramienta, para ser útil, tiene que estar hecha de forma
que dure —y, en la mayor parte de los casos, siga siendo útil— durante
un considerable periodo de tiempo. Pero una vez que se sepa que dura, se
la producirá en tales cantidades, y el valor de sus servicios caerá hasta tal
nivel, que si se utilizase cada herramienta una sola vez, no amortizaría su
coste: es decir, se invertirá deliberadamente el input para obtener un flujo de
servicios que se extiendan a lo largo de un periodo de tiempo. La cuestión de
qué parte del input invertido en tal bien duradero deba considerarse como
invertida por periodos concretos de tiempo presenta dificultades a las que no
podemos intentar enfrentarnos hasta más adelante. Por el momento, todo lo
que debemos considerar es el hecho de que, en muchos casos, no podamos
sacar partido de la ayuda que nos presten estos instrumentos, a no ser que
el input amortice los costes a lo largo de un considerable periodo de tiempo
en el que se lo aplique antes de que los resultados comiencen a madurar.

sin embargo, en la mayor parte de los casos, se persigue


la durabilidad porque proporciona servicios adicionales
por un incremento menos que proporcional de los costes

Pero este caso en el que pueda solo hacerse un determinado instrumento


de una cierta durabilidad o que no se lo haga en absoluto, no es más que
uno dentro de un grupo de casos mucho más amplio en el que el uso de un
equipo duradero hace posible que obtengamos un mayor rendimiento de
cantidades dadas de input. El caso más frecuente está asociado al hecho de

123
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que, como regla general, el gasto adicional que va unido a hacer el equipo
más duradero, de forma que proporcione una cantidad mayor de servicios,
es mucho menos que proporcional a este servicio adicional. Incluso si fuese
posible construir una casa que solo durase un mes, pero que sirviese adecua-
damente a su propósito durante este tiempo, no valdría la pena, porque esta
casa costaría, probablemente, un poco menos que otra que durase durante
años. Y aunque, generalmente, haya algún gasto adicional por hacer que
un bien sea más duradero, este gasto adicional será, normalmente, mucho
menor que el gasto que se requiere para obtener la misma cantidad de
servicios durante la primera fase de la vida del bien.

efectos de las variaciones de la durabilidad de las cantidades


de servicios obtenidos en diferentes periodos

La mejor forma de verse este efecto es suponer por un momento que en una
sociedad se aparta una cantidad fija de input para proporcionar unos deter-
minados bienes duraderos. Puede utilizarse este input para producirlos en su
forma más barata y menos duradera. En este caso, estará pronto disponible
un gran número de los bienes duraderos, y durante algún tiempo continuará
aumentando la cantidad total de servicios obtenidos a partir de ellos; pero muy
pronto se llegará a un máximo: tan pronto como los bienes producidos en
primer lugar comiencen a desgastarse, se necesitará todo el input disponible
para reemplazarlos y ya no habrá ningún incremento ulterior de servicios.
Compárese esto con el caso en el que el input apartado para hacer bienes
duraderos se utiliza para hacer menos bienes, pero más duraderos. Al prin-
cipio, la cantidad de servicios que se obtenga será menor que en el primer
caso, pero como la durabilidad del bien individual aumentará más que pro-
porcionalmente al incremento del gasto que ha ocasionado, el número total
de estos bienes que se haya creado antes de que comiencen a desgastarse los
que se haya producido en primer lugar (es decir, antes de que se haga nece-
sario dedicar los recursos disponibles únicamente a efectos de sustituirlos)
será mayor que en el primer caso. El efecto de utilizar una cantidad dada
de input para hacer bienes más duraderos será, por tanto, proporcionar una
menor cantidad de servicios en el comienzo, pero, en resumidas cuentas y
de forma permanente, obteniendo una mayor cantidad.

124
LA DURACIÓN DEL PROCESO DE PRODUCCIÓN Y LA DURABILIDAD DE LOS BIENES

cambios en la cantidad de bienes duraderos utilizados

Como ya se ha sugerido, lo que se llama una transición a la utilización de


«bienes más duraderos» puede querer decir dos cosas muy diferentes que hay
que distinguir claramente, aunque a nuestros efectos venga a ser lo mismo.
En primer lugar, puede querer decir que se pase al uso de bienes de mayor
durabilidad; es decir, puede referirse al fenómeno que acabamos de examinar;
pero, aunque esto sea, probablemente, lo que suela querer decirse dentro de
este concepto, no es el único caso y, quizá, ni siquiera el más importante.
«Bienes más duraderos» puede también querer decir que se use una mayor
cantidad de bienes de una durabilidad dada (o bienes duraderos en general) en
comparación con la cantidad de input puro que se invierte en capital circulante.
De esta forma, la cantidad de capital puede aumentar al utilizar «bienes más
duraderos», aunque cada bien duradero individual utilizado ahora pueda ser,
en realidad, menos duradero de lo que era antes el caso, ya que la cantidad
de estos bienes duraderos utilizados en proporción al input puro empleado
habrá aumentado más de lo que haya disminuido la durabilidad de los bienes
duraderos individuales.

esto implicará usualmente un cambio hacia un tipo de equipo


más o menos ahorrador de trabajo («automático»)

En la práctica, pasar al uso de más bienes de una durabilidad dada (en con-
traposición con pasar al uso de bienes que son más duraderos) significará,
por lo general, que se utilizará en un proceso dado de producción un tipo de
equipo más caro y más ahorrador de mano de obra. El profesor G. Åkerman,
que ha dedicado un estudio especial a este fenómeno, ha propuesto describir
esta distinción entre diferentes instrumentos de la misma durabilidad que
están dirigidos a cooperar con una cantidad proporcionalmente mayor o
menor de «mano de obra» (input puro), como el grado de automatismo de
estas diferentes clases de bienes de capital.16 También puede describírselos
como tipos más o menos ahorradores de mano de obra. En ciertos contex-

16. Véase G. Åkerman, 1923, cap. III/4 y cap. V/1, pp. 27, 39 y ss., y 1924 p. 284; también Wicksell,
Lectures vol. I, apéndice y Lindahl, 1925, p. 81.

125
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tos, estos términos son adecuados y los utilizaremos ocasionalmente, pero


es importante recordar que el uso de maquinaria más «automática» o más
«ahorradora de mano de obra» es solo un caso especial de un cambio hacia
el uso de instrumentos más duraderos y que, el que se utilice una mayor
cantidad de bienes duraderos (en el sentido de bienes duraderos que posean
un mayor valor y posiblemente de una especie diferente) o bienes duraderos
de mayor durabilidad, a nuestros efectos viene a ser lo mismo. En ambos
casos, parte del input puro utilizado en el proceso de producción se invertirá
ahora por periodos más largos.17 La única importante diferencia es que, en
el primer caso, el input que ya se haya invertido en bienes duraderos se in-
vertirá ahora (junto con algunas cantidades adicionales de input puro) en
bienes aún más duraderos, mientras que en el segundo caso se sustituirá el
input invertido en bienes en proceso por input invertido en bienes dura-
deros. Tampoco habría que preguntarse por qué requeriría una explicación
ulterior el que se hiciese rentable utilizar una mayor cantidad de bienes
duraderos, más allá de lo que ya se ha dicho de por qué se utilizan los bienes
duraderos. El hecho es, simplemente, que entre las diversas herramientas,
etc., que puede usarse, algunas serán más eficientes que otras; que siempre
se elegirá entre las herramientas de iguales costes e igual durabilidad las
más eficientes y que, en consecuencia, la adopción de instrumentos aún más
eficientes requerirá más capital, porque dichos instrumentos más eficientes,
o bien serán más duraderos o más costosos por alguna otra razón; y que, por
lo tanto, si se suministra capital de forma más amplia y barata, esto llevará, o
bien al uso de herramientas de mayor durabilidad, o al uso de herramientas
más costosas de una durabilidad dada, o a ambas cosas a la vez.18

17. [Los servicios de los inputs son instrumentos duraderos «embotellados» en instrumentos
duraderos, por decirlo así, y esperan a ser «liberados». Hasta que un bien duradero no se utilice en
los años venideros, los servicios que han ido a su construcción no harán su total contribución dirigida
al aumento del output final.- Ed.].
18. También es posible que el aumento de la oferta de capital pueda dar lugar a uno de estos
efectos hasta tal punto que más que contrarrestase las consecuencias del otro efecto que fuese en la
dirección opuesta. [No está claro lo que quiere decir aquí Hayek. Los dos efectos parecen actuar en
la misma dirección.- Ed.].

126
Capítulo VII
EL CAPITAL
Y EL «FONDO DE SUBSISTENCIA»

la relación entre el stock de capital y la inversión corriente

Debemos volver ahora a las consideraciones desde las que empezamos en el


Capítulo V. La importancia de las diversas formas de la productividad de la
inversión que hemos discutido en el último capítulo es, como hemos visto, que
la existencia de un stock de recursos de durabilidad limitada nos hace posible
mantener la renta permanentemente por encima del nivel que podría asegurar
el uso directo del input puro corriente. Lo hace proporcionando renta durante
el tiempo que tenemos que esperar el rendimiento del input que se está invir-
tiendo corrientemente; pero es importante, incluso en esta temprana fase de
la exposición, que no simplifiquemos indebidamente la relación entre stock de
recursos no permanentes y la posible gama de periodos de inversión. El muy
expresivo término «fondo de subsistencia» que se ha usado para describir esta
función del stock de recursos no permanentes se presta a confusión en una
serie de formas. Evidentemente no es un stock de verdaderos medios de sub-
sistencia, sino solo un stock de recursos que se puede convertir en medios de
subsistencia, es decir, en bienes de consumo.1 El proceso de transformar estos
recursos en bienes de consumo requiere la cooperación del input corriente; y

1. N.W. Senior ha sido de nuevo la primera persona, hasta un tiempo relativamente reciente, que
vio totalmente clara esta conexión. «Tampoco es absolutamente necesario», escribe (Political Economy,
1836, pp. 78-79), «aunque si se tomasen literalmente las palabras de Adam Smith, podría inferirse
esta necesidad, que, antes de que un hombre se dedique a una clase concreta de producción, debería
acumularse un stock de bienes para suministrarle su subsistencia y los materiales y herramientas,
hasta que se haya completado y vendido su propio producto. Es cierto que tiene que ser abastecido
de estos artículos, pero no tiene por qué habérselos acumulado antes de que comience a trabajar y
puede habérselos producido mientras está desarrollando su trabajo… En este fondo tienen que figu-
rar en especie algunas de las cosas necesarias. El pintor tiene que tener su tela, el tejedor su telar y
materiales quizá no suficientes para terminar su tejido, pero sí para comenzarlo. Sin embargo, en lo
relativo a las mercancías que el trabajador requiere subsiguientemente, es necesario, si el fondo en

127
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la cantidad de bienes de consumo que producirán y el tiempo en el que estos


vayan estando disponibles dependerá de la forma en la que se combine los ser-
vicios de los recursos permanentes y no permanentes. Por tanto, estos últimos
no representan una cantidad fija de bienes de consumo o un flujo de ellos en
un tiempo preestablecido, sino que todo es una cuestión de qué combinación
de los diferentes recursos sea la más ventajosa. El hecho es que la existencia
de recursos no permanentes que hace posible que invirtamos los servicios de
los recursos permanentes no significa que los frutos de aquellos sean siempre
consumidos en la fecha más temprana en la que se pueda disponer de ellos
y que solo se invierta estos. Siempre que se espere un mayor output por el
hecho de seguir posponiendo el rendimiento de los recursos no permanentes
y se utilice en el entretanto los servicios de los recursos permanentes, será este
esquema el que se adopte. Nunca insistiremos demasiado en que los servicios
de los recursos no permanentes son tan objeto de la inversión como los de los
recursos permanentes.

bajo condiciones perfectamente estacionarias


el stock de recursos no permanentes sería idéntico
al stock de medios de producción producidos

Como ya se ha señalado, la mayor parte de los recursos no permanentes deben


su existencia al hecho de que hacen posible la inversión sin una reducción tem-
poral del flujo de renta. Todo o casi todo el equipo producido es no permanente
y la mayor parte, aunque en absoluto toda, de los recursos no permanentes
que existen en cualquier momento, consiste en equipo producido, lo que nos
devuelve a la relación de mi definición de capital como «el stock de recursos
no permanentes» con la tradicional de «medios de producción producidos».
Ciertamente, estas dos definiciones simplemente subrayan diferentes
aspectos del mismo proceso, que al acercarse a condiciones completamente
estacionarias, tenderían a hacerse idénticos. Con el tiempo, hay que susti-
tuir los recursos no permanentes por equipo producido deliberadamente
y, finalmente, si se detuviese el progreso técnico, se agotarían todos los

el que se apoya es un fondo productivo, que mantenga el ritmo de sus necesidades y virtualmente
separado para satisfacerlas».

128
EL CAPITAL Y EL «FONDO DE SUBSISTENCIA»

recursos no permanentes que eran dones de la naturaleza y, evidentemente,


no habría adiciones a los recursos estrictamente permanentes en un estado
estacionario.2 En consecuencia, bajo condiciones perfectamente estaciona-
rias, en las que todo se repitiese continuamente de una forma invariable,
la definición genérica de capital como los medios de producción producidos
definiría también los recursos no permanentes y la forma en la que fuesen
producidos corrientemente.

la mayoría de los problemas del capital surgen solo fuera


de los límites de un estado estacionario

Pero el hecho de que una definición fuese adecuada bajo condiciones puramente
estacionarias significa menos en la teoría del capital que en casi cualquier otro
lugar de la economía (con la excepción de la teoría del dinero). La teoría del
capital se ocupa en gran medida de la importancia de los recursos consumidos,
que en palabras de Wicksell, «no se los puede incluir, hablando con propiedad,
en el esquema de una economía estacionaria».3 Por ello, solo puede hacerse
que la teoría del capital satisfaga los requisitos del análisis estacionario por
un esfuerzo extremo y casi tedioso de abstracción. En la vida real, el stock
de bienes de capital existente siempre es el resultado de un proceso histórico
accidental, que consiste en una sucesión de cambios imprevistos y que nunca
se reproducirán exactamente de la misma forma. Solo se los produjo de esta
particular forma porque resultó que se disponía de ciertas clases de equipo
como consecuencia de la historia pasada.

2. [Hayek parece suponer que la naturaleza no proporciona de forma recurrente «regalos» de


recursos no permanentes, lo que quiere decir que en un equilibrio estacionario, cualquier recurso
natural biológicamente «autorrenovable» (por ejemplo, una pesquería) debe considerarse como
algo «producido» (al igual que un bosque deliberadamente repoblado). No puede considerarse como
«permanente» cuando se podría agotar la pesquería. Al decidir no pescar en exceso, dejando que
se reproduzcan los bancos de peces existentes, los gestores de los recursos están «produciendo» un
medio de producción.- Ed.].
3. Cf., Lectures, vol. I, p. 151. [Consumido aquí no significa «ser desperdiciado», sino agotable. Es
un término contable para los activos tangibles (particularmente recursos naturales) que se gastan en
la producción, por ejemplo canteras de minerales o bolsas de petróleo (pero no bosques, que vuelven
a crecer). Tal y como lo utiliza Hayek, «consumido» es sinómino de «no permanente».- Ed.].

129
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

bajo condiciones dinámicas el hecho relevante es solo


que los recursos son no permanentes y no que hayan sido producidos

La característica esencial del capital y la que afecta al uso del input corriente
es que necesita ser reemplazado y, en consecuencia, lleva a la inversión. Esto,
a su vez, lleva a la creación de nuevo capital, pero una vez que este último
existe, el aspecto histórico se hace irrelevante. Lo importante no es que se
haya producido el capital, sino que hay que reproducirlo (u otro equivalente).
Evidentemente, bajo condiciones estacionarias, los dos aspectos coincidirán,
pero bajo condiciones dinámicas esto no será así. Si hay que mantener perma-
nentemente la renta al nivel más alto que hacen posible los recursos naturales
depreciables, estos recursos, al agotarse, tendrán que ser reemplazados por
medios producidos de producción.4 Y ocasionalmente, puede encontrarse
ventajoso reemplazar a los recursos no permanentes por algún cambio de la
superficie de la tierra, que, como un túnel, puede esperarse que siga siendo
permanentemente útil.
Este último caso es particularmente interesante, porque apunta a una dife-
rencia significativa entre las dos definiciones. En la definición clásica, el túnel
y cualquier otro elemento de equipo hecho por el hombre que se considerase
permanente, sería considerado como capital solo debido a su origen histórico.
Sin embargo, en la realidad, una vez que existiese, no tendría ninguno de los
efectos sobre el uso del input corriente que son peculiares de los recursos no
permanentes. Ya no representaría una oferta de capital que, si cambiasen las
condiciones, podría ser transformada en una forma más deseable; ni represen-
taría (tanto desde el punto de vista social como del privado) una reserva de la

4. Puede señalarse aquí, aunque estrictamente no pertenezca a nuestro presente tema, que un
tratamiento del problema de la conservación de los recursos agotables bajo el aspecto de la parte que
representan del capital nacional, colocaría finalmente la, de alguna forma confusa, discusión de estos
problemas sobre una base más sensata. Evidentemente, no hay ninguna razón de por qué, por ejemplo,
debería mantenerse los bosques en la extensión particular en la que resulta que se encuentren en
cualquier momento histórico dado, aunque pueda haber que tomar en cuenta otras consideraciones
que la mera rentabilidad directa de los bosques en cuestión (efecto sobre el clima, erosión del suelo,
consideraciones estéticas, etc.). Pero siempre habría que tener en cuenta que cualquier recurso agotable
representa solamente un elemento del capital nacional que puede ser más útil en alguna otra forma
en la que pueda convertirse.

130
EL CAPITAL Y EL «FONDO DE SUBSISTENCIA»

que podría tirarse para obtener un aumento temporal de la renta corriente.


Aunque sería un «medio producido de producción», no tendría ninguna de
las características que crean los problemas especiales relativos al «capital».5
Llegados a este punto, debe observarse que el concepto de capital surgió
de la necesidad de distinguir la «sustancia» de un activo (que hay que susti-
tuir) de su rendimiento: es decir, de dividir los rendimientos brutos entre la
amortización y el interés. Esto es, por sí mismo, razón suficiente para reservar
el término a los activos no permanentes. Donde no hay «giro» del stock, sino
solo un flujo permanente de servicios, no surgen los problemas del capital.

el concepto tradicional de capital es una reliquia


de la teoría del valor del coste de producción

Pero hay otra razón incluso más fundamental de por qué debería abandonarse
definitivamente la definición de capital como los medios producidos de pro-
ducción, que es una reliquia de las teorías del valor del coste de producción,
de los antiguos puntos de vista que buscaban la explicación de los atributos
económicos de algo en las fuerzas encarnadas en ello.6 Pero, excepto como
fuente de conocimiento, la historia real de una cosa particular, es decir, la
forma en la que ha adquirido sus cualidades, es totalmente irrelevante. No
tiene absolutamente nada que ver con la decisión de cómo vaya a utilizarse
esa cosa a partir de ese momento. Lo pasado está pasado en la teoría del capital
no menos que en cualquier otro lugar de la economía, y el uso de conceptos
que contemplan la importancia de un bien en el gasto realizado en el pasado
solo puede llevar a confusión.
Todo esto no quiere decir que la relación del capital a la inversión y la
creación de aquél por ésta, no sea de la mayor importancia. De hecho, es
tan importante que la mayor parte de lo que sigue consistirá en un intento
de aclarar esta relación. Lo que esto significa es que lo importante no es la

5. Cf. el pasaje de Wicksell citado más arriba, p. 97, nota 14.


6. Cf. C. Menger, Zur Theorie des Capitals, passim, y el pasaje de la discusión del Profesor F.H.
Knight de estos problemas que ya hemos citado (véase más arriba, p. 44, nota a pie de página). [Hayek
aquí cita a Carl Menger, «Zur Theorie des Kapitals», Jahrbücher für Nationalökonomie und Statistik,
vol. 17, 1888, pp. 1-49.- Ed.].

131
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

relación del capital existente a la inversión pasada, sino su influencia sobre


la inversión corriente, su influencia sobre la creación de bienes de capital del
futuro; para todos los problemas relacionados con la demanda de capital, la
posibilidad de producir nuevo equipo es fundamental y todos los conceptos
temporales utilizados en la teoría del capital, en especial los de los diversos
periodos de inversión, se refieren a periodos prospectivos y siempre «miran
hacia delante» y nunca «hacia atrás». Pero para determinar qué recursos
funcionan como capital en un momento dado, el punto esencial no es que
se haya producido recursos determinados; es que no son permanentes, sino
de durabilidad limitada, por lo que hay que reemplazarlos por algunos
recursos nuevos si no se quiere que se reduzca el flujo de renta.

el doble aspecto del problema del capital

Si en nuestra definición de cuáles de los recursos presentes debe considerarse


capital y cuáles no, separamos como capital los recursos no permanentes, no
tenemos que pasar por alto al hacerlo que, en un sentido, el problema del
capital tiene dos caras, y que sus dos aspectos hacen necesario reconocer dos
categorías de bienes que no son necesariamente idénticas. Desde el primer
punto de vista nos enfrentamos con lo que nos da la capacidad de esperar y
desde el segundo con lo que nos capacita para sacar ventaja de esta posibili-
dad de esperar. La inversión que hace posible la espera puede, obviamente,
solo asumir la forma de las cosas que pueda producirse; y cuando estamos
pensando en el capital a producir, este, obviamente, solo puede consistir en
cosas que pueda producirse. Pero lo que queremos decir cuando afirmamos
que la existencia de recursos presentes particulares hace posible la espera,
es que estos recursos proporcionan un flujo de renta temporal durante el
periodo en el que esperamos a que madure alguna otra renta. No existe
ningún otro significado concreto al que podamos atribuir al concepto, vago
pero muy usado, de la «cantidad de espera» que se dé, más que la cantidad de
servicios disponibles en el próximo futuro comparada con la que solo estará
disponible en el futuro más lejano. Y no puede haber ninguna duda de que
este es el sentido en el que se utiliza el capital en el lenguaje diario. No se
considera comúnmente que disponga de algún capital además de su renta
una persona que en el año corriente no pueda echar mano de una cantidad

132
EL CAPITAL Y EL «FONDO DE SUBSISTENCIA»

mayor de recursos de los que dispondría en forma recurrente en cada año


sucesivo, por muy grande que pueda ser esta renta. Un latifundista, por
ejemplo, puede muy bien estar escaso de capital y, a no ser que sea capaz de
«conseguirlo» con cargo a sus tierras, no podrá hacer ninguna inversión para
intensificar el cultivo de su tierra.7 Y un país puede ser muy rico en tierra
y faltarle el capital que pueda suministrarle otro país cuya riqueza total sea
mucho menor. Por otra parte, se considera generalmente que posee capital
una persona o un país que además de un flujo asegurado (y no anticipable)
de renta permanente, disponga de un volumen de recursos que pueda utilizar
en el próximo futuro.

la importancia de la «aumentabilidad» de los recursos

Se ha sugerido recientemente 8 que en lugar del concepto tradicional de medios


producidos de producción o del concepto de recursos no permanentes utilizado
aquí, debería considerarse «capital» los recursos reproducibles o aumenta-
bles. Pero totalmente aparte del hecho de que el criterio de aumentabilidad,
o bien es excesivamente vago o, tomado literalmente, estrecharía la gama de
recursos aumentables de una forma tal que haría el concepto inútil a nuestros
propósitos,9 lo que es relevante a efectos de nuestro problema no es que se

7. Es cierto que debido a esta posibilidad de tomar dinero a préstamo con cargo a la tierra (u otro
recurso permanente) la distinción entre capital y tierra tiende a difuminarse y los individuos tienden
cada vez más a tratar a la tierra como parte de su «capital». Pero la distinción entre capital y tierra no
es, seguramente, una invención de los economistas, y encuentro difícil creer que pueda recomendarse
los esfuerzos de una serie de economistas modernos (en particular, el Profesor Fisher, el Profesor Fetter
y Edwin Cannan) para ampliar el concepto de capital de forma que incluya toda la riqueza. [Edwin
Cannan (1861-1935) fue lector (1895-1907) y profesor de economía (1907-1926) en la London School
of Economics. Hayek escribió un obituario, «Edwin Canan», que está reimpreso como una adenda en
Hayek, Contra Keynes and Cambridge: Essays, Correspondence, pp. 64-69; y también rindió tributo a
las contribuciones de Cannan al resurgimiento del liberalismo clásico (junto con las contribuciones de
Ludwig von Mises y Frank Knight en «The Transmission of the Ideals of Economic Freedom», en Studies
in Philosophy, Politics and Economics, (Chicago: University of Chicago Press, 1967), pp. 195-200.- Ed.].
8. N. Kaldor, 1937, p. 219.
9. La definición de Mr. Kaldor de recursos «producibles» o «aumentables» aparece como que
tienen sustitutivos perfectos (o al menos muy cercanos) que es posible producir económicamente (es
decir, rentablemente). Si se requiriese la sustituibilidad perfecta (en el sentido de que los bienes por

133
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

pueda sustituir ciertos recursos existentes por otros que son similares a ellos
en algún sentido tecnológico, sino que tengan que ser sustituidos por algo, ya
sea similar o no, si no se quiere que se reduzca el flujo de renta. Un depósito
de mineral metálico no es menos capital porque no se lo pueda reproducir, y
viceversa, la energía hidráulica de una corriente existente no se convertiría en
capital en el sentido relevante por la posibilidad de crear una nueva corriente
recogiendo agua de lluvia a la que no se le permita evaporarse.

el sentido en el que puede decirse que tienen una cualidad común


los elementos constitutivos del stock de capital

Lo que determina las especiales características comunes de los bienes de capital


no es que se los pueda reproducir, sino cómo se los pueda utilizar: a saber, que
se pueda hacer que rindan todos sus servicios en un futuro comparativamente
cercano. Y es este hecho y no otro lo que en un sentido los convierte en un
«fondo» común; que sean capaces de producir renta para el mismo periodo de
tiempo, en el futuro comparativamente cercano. Incluso bienes de consumo
muy diferentes que estén disponibles al mismo tiempo son sustitutivos en un
grado mucho más alto que otros bienes, incluso por lo demás idénticos, que,
sin embargo, estén disponibles en fechas muy distantes entre sí. Y mientras
que podamos aumentar nuestra renta invirtiendo, es decir, posponiendo la
fecha en la que algunos recursos rindan servicios consumibles, todo lo que
se pueda utilizar para proporcionar una renta durante el intervalo, y así haga
que podamos hacer uso de las oportunidades de invertir, posee el atributo
común de ser una condición que haga posible la inversión. En otras palabras,
mientras haya un incentivo especial a posponer la fecha en la que algunos
recursos rindan sus servicios finales, el atributo común de las cosas capaces

los que se sustituye los recursos existentes tengan una elasticidad de sustitución infinita con estos
últimos) no se podría llamar capital a nada excepto a los bienes que es rentable reproducir en una
forma exactamente idéntica. Pero si solo se requiere la existencia de sustitutivos cercanos, ¿dónde hay
que trazar la línea? Por otra parte, si solo se denomina capital a los recursos que es posible reproducir
económicamente, toda la maquinaria obsoleta dejaría de ser capital tan pronto como se disponga de
máquinas mejores; mientras que si lo que contase fuese la posibilidad tecnológica de producir susti-
tutivos, ni siquiera podría excluirse la tierra, ya que es posible cultivar prácticamente cualquier fruto
en compuestos artificiales («cultivo en bandejas»).

134
EL CAPITAL Y EL «FONDO DE SUBSISTENCIA»

de rendir servicios en el intervalo es un factor «escaso» del que dependen


ciertas adiciones a nuestra renta futura. Pero si cesasen las oportunidades
de aumentar el output por medio de la inversión, aunque parte de nuestros
recursos seguiría teniendo el atributo exclusivo de ser capaces de rendir ser-
vicios en el próximo futuro, sin embargo la existencia de cualquier unidad
determinada de tales factores dejaría de ser una condición de la posibilidad de
invertir y su característica común de estar disponible en el próximo futuro
dejaría de ser escasa con respeto a la demanda.

el concepto de capital como un fondo

El reconocimiento de que los elementos constitutivos del stock de capital poseen


en este sentido una cualidad común ha llevado a menudo a los economistas
a hablar de él como si se lo pudiese tratar como un «fondo» homogéneo,
una «cantidad de espera» o una cantidad dada de «disposición de capital» o
de «capital puro» en abstracto. Si se utilizase estos términos ocasionalmente
para expresar no más de lo que se ha explicado en los párrafos precedentes,
habría poco que objetar. Sin embargo, desgraciadamente, se han realizado
aseveraciones que llegan mucho más lejos acerca de la existencia real de tal
fondo que yo no puedo sino considerar como puro misticismo. Los repre-
sentantes mejor conocidos de este punto de vista son, evidentemente, J.B.
Clark y el Profesor Gustav Cassel, y, recientemente, alguien con no menos
autoridad que el profesor F.H. Knight, ha resucitado los puntos de vista de J.B.
Clark.10 En su opinión, la «cuestión básica» que en el momento actual divide

10. [John Bates Clark (1847-1938) fue profesor de economía en la Universidad de Columbia
(1895-1923) y autor de The Distribution of Wealth: A Theory of Wages, Interest and Profits (Londres:
Macmillan, 1899; reimpreso, Nueva York: Kelley, 1965). Karl Gustav Cassel (1866-1945) fue profesor
de economía en la Universidad de Estocolmo (1903-36), donde uno de sus alumnos fue Gunnar Myrdal
(que compartió con Hayek el Premio Nobel de Economía en 1974). En su The Nature and Necessity
of Interest (Londres: Macmillan, 1903; reimpreso, Nueva York: Kelley, 1971), Cassel consideraba «la
espera» como un factor de producción escaso y el tipo de interés como el correspondiente precio del
factor. Tanto Clark como Cassel debatieron con Böhm-Bawerk por escrito. Frank H. Knight (1885-1972)
fue profesor de economía en la Universidad de Chicago (1928-1952). Al igual que Hayek, un liberal
clásico, entre sus alumnos figuraban los futuros Premios Nobel James Buchanan, Milton Friedman
y George Stigler. Como se señala en la Introducción, debatió sobre la teoría del capital con Hayek en

135
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a los economistas «es el viejo y familiar tema entre las dos concepciones de
capital. Según un punto de vista, consiste en “cosas” de vida limitada que
periódicamente se desgastan y reproducen. Según el otro, es un “fondo” que
se mantiene intacto, aunque las cosas en las que se lo invierte, en alguna
medida, puedan ir y venir. En este último caso, que es, obviamente, por el
que abogamos aquí,11 puede imaginarse el “fondo” de capital, o bien como
un valor o una “capacidad” para producir un flujo perpetuo de renta».12 Me
temo, con todo el debido respeto al profesor Knight, que no puedo tomar
en serio este punto de vista porque no puedo encontrarle ningún sentido a
este «fondo» místico y que no voy a tratar su opinión como un rival serio
de la que he adoptado aquí. Lo que tengo que decir acerca del primer punto
de vista ya lo he dicho en otro lugar 13 y no voy a discutirlo de nuevo, más
allá de señalar ciertos errores que se deben a su influencia.14

una serie de artículos de revista en los 1930. Véase una relación detallada del debate en Avi J. Cohen,
«The Hayek/Knigth Capital Controversy: the Irrelevance of Roundaboutness, or Purging Processes in
Time?», History of Political Economy, vol. 35, otoño de 2003, pp. 469-90. Véase una disección crítica
de la postura de Knight (que apoya a la de Hayek) en Kirzner, Essay on Capital.- Ed.].
11. Es decir, por el Profesor Knight.
12. F.H. Knight, 1935c, p. 57.
13. Hayek, 1936a.
14. Véase más abajo, capítulos XXIII-XXV.

136
Parte II
INVERSIÓN
EN UNA ECONOMÍA SIMPLE
Capítulo VIII
LA FUNCIÓN DE OUTPUT
Y LA FUNCIÓN DE INPUT

el plan de esta parte de la investigación

La tarea de esta parte de nuestra investigación será estudiar las diversas


relaciones posibles entre la organización de la producción y la dimensión
del producto con consideración especial a la productividad de la «inversión»,
es decir, el uso de diferentes clases de métodos de producción que consumen
tiempo. Las diferentes formas en las que puede entrar el tiempo entre la
aplicación de los recursos y la maduración del producto son, sin embargo,
tan variadas y están usualmente combinadas en la vida real según tantos
patrones complicados y complejos, que antes de que podamos investigar con
éxito la influencia de las consideraciones de la productividad sobre la elec-
ción de una estructura de productividad particular, será necesario exponer
con algún detalle los diferentes tipos de relaciones que pueden tener lugar.
Esta parte de nuestro camino transcurre a través de una senda bastante
árida en la que será difícil durante algún tiempo ver el provecho que ob-
tenemos de nuestro trabajo. Y no es de sorprender que casi todos nuestros
predecesores,1 ansiosos de llegar a lo que son los problemas más interesantes,
se sintiesen satisfechos con unas pocas y simples generalizaciones acerca del
«periodo de producción» y pasasen, sin analizar realmente la naturaleza e
interrelaciones de los diversos intervalos de tiempo implicados en el proceso,
a considerar su relación con la productividad de la inversión. Veremos más
adelante que este procedimiento lleva casi inevitablemente a embrollos y
confusiones que son muy difíciles de desentrañar en una fase posterior. A la
vista de esta experiencia haremos bien, antes de acercarnos al problema de
la productividad de la inversión, en explorar pacientemente todos los tipos
de relaciones con las que tendremos que tratar.

1. [Particularmente, William Stanley Jevons y Eugen von Böhm-Bawerk.- Ed.].

139
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

De acuerdo con ello, los tres primeros capítulos de esta parte se dedicarán
por completo a describir el carácter formal de las diversas posibles relaciones
entre el stock de recursos permanentes existente en un momento del tiempo,
el flujo de renta esperado a que dé lugar este stock y la forma en la que está
siendo invertido el input corriente. Aquí consideraremos estas relaciones
meramente como hechos tecnológicos que surgen a partir de la circunstancia
de que la producción lleva su tiempo.2 Nuestra tarea aquí será esencialmente
proporcionar una forma conveniente de describir las posibles relaciones de
una forma que servirá de ayuda en el tratamiento posterior de los problemas
económicos que implican. En el presente capítulo en particular, consideraremos
las diversas formas en las que puede relacionarse aisladamente las cantidades
de input y las de output. En el siguiente capítulo, veremos cómo la técnica
desarrollada aquí nos ayuda a describir un proceso continuo de producción
en todos sus aspectos y en el capítulo décimo, se considerará por separado
ciertas peculiaridades relacionadas con los bienes duraderos.
Y no estaremos preparados estudiar el efecto de la diferente productividad
de las diferentes formas de inversión sobre la elección de una determinada
estructura de inversión, hasta que completemos esta tarea preliminar. Estas
relaciones entre la productividad de las diferentes formas de inversión, la
particular estructura de inversión que se adoptará bajo diferentes condicio-
nes, el tipo uniforme de interés que caracterizará un estado de equilibrio y
el valor de los bienes de capital existentes, nos ocuparán durante la mayor
parte de esta fase de la investigación. Durante una parte considerable del
camino (capítulos XI-XV) trataremos de concentrarnos en los efectos de la
productividad de la inversión sobre la estructura de la misma, haciendo su-
puestos especiales que nos darán la capacidad más o menos de pasar por alto
el elemento psicológico de la «preferencia temporal» que forma, por supuesto,
una parte esencial del cuadro completo. Se introducirá este elemento en los
dos últimos capítulos de esta Parte.

2. [Las relaciones que examinará aquí Hayek como si fuesen meramente hechos tecnológicos no
son, estrictamente hablando, meramente tecnológicas. En particular, la relación por la que las inversiones
obtengan un interés compuesto que corresponda al tiempo que transcurra hasta su maduración no
está tecnológicamente dada, sino que es un resultado de equilibrio bajo una elección optimizadora:
no se elegirán las inversiones más largas que no obtengan más intereses.- Ed.].

140
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

supuestos simplificadores

A lo largo de esta parte del libro, adoptaremos una serie de supuestos sim-
plificadores. Hasta que en la Parte III introduzcamos explícitamente el mer-
cado, se supondrá que estamos tratando de un sistema económico cerrado,
en el que se dirige toda la actividad económica por una voluntad única y de
acuerdo con un plan coherente. Es decir, trataremos, o bien de la economía
de un individuo aislado, o de la de una sociedad comunista donde un dictador
dirige toda la actividad económica.3
Hasta que lleguemos a los dos capítulos finales de esta Parte, se supondrá,
además, que hay que usar los recursos disponibles para producir un flujo de
output de dimensión invariable, a lo largo de un periodo indefinido o quizás
infinito. Por el momento, no entraremos en la cuestión del significado exac-
to de un flujo constante de renta. A efectos de nuestro presente propósito,
supondremos simplemente que el output que planea el dictador consiste en
fechas sucesivas, o bien de cantidades constantes de una mercancía homogé-
nea, o al menos de proporciones constantes de diversas mercancías, de forma
que se las pueda medir en unidades físicas.4 Durante los próximos capítulos
también pasaremos por alto las consideraciones que hay que tomar en cuenta
para que pueda obtenerse el mayor flujo posible de output.
Todos estos problemas económicos o de valor, tendremos que considerarlos
sistemáticamente a partir del Capítulo XI. Por el momento, supondremos
simplemente que se ha decidido un determinado plan para usar el stock de
recursos del que está provista nuestra sociedad. En forma similar, supondre-
mos por el momento que, dentro de este plan de producción, se espera que
cada unidad separada del input disponible haga una contribución concreta
y determinable al flujo de output del futuro. También es una cuestión que
tiene que esperar a una discusión posterior, cómo hay que determinar la

3. [Este enfoque, a menudo llamado «economía de Crusoe», es muy frecuente en la primera


bibliografía neoclásica. Aísla los equilibrios de la producción o consumo a los que —debido simple-
mente a la escasez e independientes de cualquier organización social— se enfrenta cualquiera que
tome una decisión. En las manos de Hayek especialmente, no va dirigido a sugerir un esquema de
planificación central.- Ed.].
4. [Irving Fisher había adoptado este enfoque de una economía de un solo bien en su Teoría del
interés, con el fin de centrarse en el equilibrio entre el consumo presente y futuro en general.- Ed.].

141
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

magnitud de estas contribuciones específicas, es decir, según qué principio


puede atribuirse las partes concretas del flujo futuro de output a las unidades
particulares de input.5

el stock de capital en cualquier momento representa contribuciones


concretas a la renta esperada en diferentes fechas futuras

Es probable que el stock de recursos no permanentes que existen en cualquier


momento encarne una parte muy considerable del output del futuro inmediato
y una proporción constantemente decreciente del output de fechas futuras
más y más distantes. Casi todo el output del momento inmediatamente
posterior ya existirá en forma de productos intermedios, semielaborados, o
en la forma de bienes duraderos que continuarán proporcionando servicios
durante algún tiempo. La parte del output del futuro inmediato que todavía
no exista de tal forma (es decir, lo que ha descrito el profesor Taussig como
«riqueza incipiente») se añadirá en el intervalo, al usar alguna parte del input
que se aplique durante dicho tiempo.6
Conforme vayamos contemplando fechas futuras más distantes, la parte
del output final total de la que ya se dispone de una forma incipiente como
recursos no permanentes, se hará cada vez menor y, de forma correspondien-
te, la parte a la que todavía no se ha proveído (por la aplicación de un input
que no estará disponible hasta una fecha posterior) se hará cada vez mayor.
Cuanto más distante sea la fecha futura, menor será la parte del output de
esa fecha de la que se pueda decir que ya se ha proveído.7 Pero aunque esta

5. Se verá más tarde, en la discusión de los problemas económicos implicados, que no conocemos
necesariamente la conexión entre todas las unidades individuales de input y las correspondientes
unidades de output, o todos los periodos de inversión individuales, pero que resultará suficiente que
sepamos los que se ven afectados por los cambios marginales. Pero al presente propósito de construir
un aparato para la descripción de las relaciones tecnológicas implicadas, será conveniente retener el
supuesto que formulamos en el texto.
6. [En todo este capítulo y en el próximo «input» se refiere a la aplicación de servicios de trabajo
y tierra, que Hayek también llama «input puro».- Ed.].
7. [Es decir, aportadas bajo la forma de recursos no permanentes. De la misma forma, será mayor
la parte aportada por los servicios de tierra y trabajo durante el periodo transcurrido. Alguna parte de
esos servicios irán a reconstituir el stock de bienes de capital (recursos no permanentes).

142
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

fracción del output futuro se haga muy pequeña cuando dirijamos la mirada
al futuro muy distante, es dudoso si dentro de cualquier periodo en el que
estemos interesados, se desvanecerá completamente y si algunos de los recur-
sos «no permanentes» no cesarán de hacer contribuciones solamente en una
fecha en la que ya no estemos realmente interesados.8 Pero como estamos
utilizando el concepto de no permanente no en un sentido absoluto, sino con
referencia al periodo para el que planifica la persona en cuestión, no debe
seguir preocupándonos este problema.

representación diagramática de las dos porciones del flujo de renta

Puede representarse adecuadamente la posición por un simple diagrama.


En la Figura 1, el eje horizontal, o eje r, mide las cantidades de output y el
vertical, o eje t, el tiempo.9 Las dos líneas paralelas verticales Ot y RQ indican
el flujo de output esperado, representando la distancia entre estas dos líneas
su dimensión constante. La línea de base representa el presente y puede

Hay un significado de sentido común en la idea de que algún output futuro (digamos pan) «existe»
o «ya ha sido aportado» bajo la forma de productos semiacabados (masa en la panadería). Por extensión,
Hayek quiere decir que, en forma similar, el output futuro «existe» en parte o «ya ha sido aportado»
en forma de bienes de capital duraderos (hornos de la panadería) que figuran en el plan para producir
outputs. Para hacerlo, adopta el enfoque, anunciado en el Capítulo 4 más arriba, de tratar a los bienes
de capital duraderos como tipos de productos semiacabados. En contraste, el output futuro no «existe»
o no «ha sido ya aportado» en la misma forma no permanente en la medida en la que el trabajo o
tierra contribuirán a producirlo. Aunque aquí y más abajo habla a veces de la parte de output futuro
«existente» o «ya aportado» sin matices, no tendría sentido que Hayek insistiese en que el output
futuro «ya haya sido aportado» por los bienes de capital existentes y no por la tierra o trabajo exis-
tentes que forman parte del plan para producirlo. La tierra, en el esquema de la clasificación de Hayek,
es solo el caso límite de «bienes duraderos que continuarán proporcionando servicios durante algún
tiempo». Una parte del output futuro «ya ha sido aportada bajo la forma de alguna clase de recursos
no permanentes». Podemos imaginar el resto como «ya aportado» (que se ha planeado producir) por
los servicios de la tierra o trabajo.- Ed.].
8. [Esta porción no se desvanecerá por completo (pero, como mucho, se reducirá asintóticamente)
mientras se esté utilizando algunos de los bienes de capital duraderos de hoy para producir algunos
de los bienes de capital duraderos de mañana, y así sucesivamente ad infinitum.- Ed.].
9. Por razones de conveniencia en la construcción de algunos de los diagramas posteriores más
complicados, para los que este servirá como base, se ha considerado adecuado representar el tiempo
no, como es la práctica usual, a lo largo de las abscisas, sino a lo largo de las ordenadas.

143
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

imaginarse que las dos líneas verticales se extiendan indefinidamente hacia


el futuro. El área situada bajo la curva T2R representa la parte del output
futuro a la que ya se ha provisto en forma de alguna clase de recursos no
permanentes. La curva misma se ha trazado cóncava bajo el supuesto plausible
de que la proporción del output de fechas futuras crecientemente distantes
a las que ya se ha provisto, disminuirá a una tasa decreciente.

la curva que describe la distribución temporal


de los rendimientos a partir del input corriente

Bajo condiciones estacionarias, deberíamos encontrar una situación similar en


cada momento subsiguiente. La parte del stock de los recursos no permanentes
que se habría consumido en el entretanto, habría sido sustituida por la aplica-
ción del input puro corriente durante el intervalo. La curva de puntos T3R1 da
la situación tal como aparecería después de un corto intervalo. El área T1ORR1
representa la cantidad que ha sido consumida10 durante el intérvalo OT1 y el
área entre las dos curvas T2R y T3R1 muestra el output que se espera llegue en
el futuro a partir de la inversión (en instrumentos y otros recursos no perma-
nentes) del input que ha pasado a estar disponible durante el intervalo OT1.

10. [Es decir, la cantidad de output.- Ed.].

144
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

A ciertos propósitos es útil, en lugar de referirnos a la contribución realizada


por el input invertido durante algún periodo concreto de tiempo, referirnos
al incremento marginal debido a la aplicación de input en un momento de-
terminado del tiempo.11 Puede verse esto en el diagrama, haciendo el inter-
valo entre las dos líneas horizontales cada vez menor hasta que finalmente
coincidan. En lugar del intervalo entre las dos curvas, tendremos entonces la
única curva T2R. La pendiente de esta curva en cualquier punto representa
la adición al flujo de renta futura (en el punto del tiempo correspondiente)
que se debe al input puro aplicado en el momento O.12

el uso de curvas a este y a posteriores respectos, lleva consigo


el concepto abstracto de una tasa temporal de flujo

El concepto del producto debido al input en un momento del tiempo es,


obviamente, un concepto totalmente irreal y puramente abstracto. Puede
aplicarse el input y puede madurar el output solo durante un intervalo finito
de tiempo, pero el concepto de una tasa de flujo en un momento del tiempo es
un instrumento matemático conveniente para expresar el volumen del flujo
independientemente del supuesto de un periodo de una longitud determinada
y nos ayuda a aislar ciertos aspectos de los procesos continuos y hace que
podamos determinar la dimensión de las magnitudes concretas implicadas para
cualquier periodo de tiempo que podamos escoger. Haremos repetidamente
uso de estas curvas (y de las correspondientes funciones), que se refieren solo

11. Este uso del concepto de incremento marginal puede, al principio, resultar algo poco familiar,
pero está en total acuerdo con la significación estricta del término. Tratamos aquí de pequeñas variaciones
en una cantidad (el flujo de output), con respecto a la variación de otra cantidad (el flujo de input).
En la aplicación más familiar del concepto de un incremento marginal se supone habitualmente que
la cantidad varía en un momento dado del tiempo, es decir, que en lugar de una cantidad está dada en
ese momento otra cantidad un poco mayor o menor. En el presente caso, la variable independiente
(input) es un flujo en el tiempo que varía no en amplitud sino en longitud. El incremento marginal
de output se debe, en consecuencia, no al hecho de que se esté aplicando más input en cualquier
momento, sino al hecho de que se esté aplicando el flujo de input a lo largo de un periodo algo mayor.
12. [La pendiente de la curva muestra lo rápidamente que el output «ya aportado» está cayendo
al avanzar el tiempo prospectivo, mostrando así cuánto caerá el output en cualquier fecha futura si
no se aplicase el input puro corriente.- Ed.].

145
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a tasas temporales y no a cantidades reales. Mientras tengamos en mente que


solo son instrumentos artificiales dirigidos a describir ciertos aspectos de un
proceso esencialmente continuo, el hecho de que no se refieran directamente
a algo tangible no tiene que suponer un problema para su uso.

la curva de output

Por ello, puede representarse por medio de una curva la distribución tem-
poral del producto del input de un momento: la curva que limita el área que
representa la parte de la renta futura que se debe a todos los recursos no per-
manentes que ya existen en un momento dado. La curva indica, como hemos
visto, el incremento marginal de esta área debido a la aplicación del input del
momento. Sus ordenadas (las distancias de la base) describen el conjunto total
de los diferentes periodos que tenemos que esperar a las diferentes unidades
del output que se deben al input de un momento. Y su pendiente muestra la
tasa a la que el producto de ese input madura en las fechas correspondientes.13
A muchos respectos, esta curva (que llamaremos la curva de output o la curva
que representa la función de output) es una de las más fundamentales mag-
nitudes que son necesarias para describir el proceso capitalista de producción.

interpretación como una distribución de frecuencia acumulativa

El diagrama que hemos estado discutiendo ha sido originalmente introduci-


do, se recordará, no para mostrar la curva de output (es decir, la distribución
temporal del output debido al input de un momento) sino para mostrar la
distribución temporal del producto del stock de recursos no permanentes
que existen en una fecha dada.14 Se muestra solo indirectamente la cantidad
de output debido al input puro de un momento que madurará en cada fecha
sucesiva por la pendiente de la curva, lo que se debe al hecho de que la curva

13. Hablando estrictamente, la tasa a la que madura el output se mide por el valor inverso de la
pendiente: haciéndose la tasa menor al aumentar la pendiente (y por ello, mayor en términos alge-
braicos), y aproximándose a cero al tender la curva a convertirse en perpendicular (es decir, cuando
la pendiente se hace «infinita»).
14. Se muestra la cantidad de producto que rinde este stock en cada momento sucesivo por la
abscisa de la curva en el punto correspondiente.

146
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

muestra la distribución temporal de este output en una forma acumulativa.


Bajo condiciones estacionarias, el total de todas las unidades de output debido
al input de un momento debe ser igual al output total que madure en ese mo-
mento (es decir, a la distancia entre las dos líneas verticales). Y para cualquier
momento futuro, la parte de la línea a la derecha de la curva en la Figura 1
(por ejemplo, PR1 en el momento T1) nos da la porción de este total que ya
se ha producido, y la parte de la línea a la izquierda (T1P) nos da la porción
que todavía tiene que producirse, por lo que puede, por tanto, considerarse la
curva como una curva de frecuencia acumulativa (u ojiva —acumulada hacia
abajo)15 que representa la parte del producto de un momento dado de input
que queda invertida más allá de cualquier fecha determinada.

la misma situación representada por una curva de frecuencia simple

Aunque esta forma de representación es, de alguna manera, más instructiva


y se la usará extensamente en lo que sigue, facilitará la comprensión del
significado exacto de la curva de output el que mostremos la misma distri-
bución temporal del producto del input de un momento, de una manera que
sea más directamente adecuada para este propósito, es decir, por una curva de
frecuencia simple (no acumulativa). Ahora medimos a lo largo de la abscisa
(Figura 2), no la parte del input en O que todavía no ha madurado, sino la
tasa a la que madurará ese input en cualquier momento (es decir, la magnitud
representada por la pendiente negativa de la curva de output en la Figura 1).
De esta manera, obtenemos una franja vertical que representa directamente
la forma de la corriente de output debida al input de un momento. Se verá sin
dificultad que esta franja será de forma rectangular si la función de output
es lineal y, por tanto, la “curva” de output una línea recta, que será de una
anchura decreciente hacia arriba si la curva de output es cóncava y que será
ella misma cóncava si la pendiente de la curva de output desciende a una
tasa decreciente. Se representa los tres casos por los diagramas marcados con
a, b y c, respectivamente, en la Figura 2. (La relación entre las dos series de

15. Se recomienda al estudiante que experimente dificultades llegado a este punto, que se remita
a cualquier libro de texto de estadística para una explicación más completa de la relación entre una
curva de frecuencia simple y acumulativa.

147
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

curvas es la general entre una curva de frecuencia simple y la ojiva, es decir,


aquélla representa la primera derivada de esta).

la descripción de la gama de periodos durante los que tenemos


que esperar las diferentes unidades de output
tiene que ser complementada—

Es aconsejable contrastar inmediatamente los conceptos de la curva de output


o función de output con otro concepto estrechamente relacionado y no menos
importante que se confunde fácilmente con él. Como se acaba de explicar, la
curva de output describe la gama de periodos que tenemos que esperar a las
diferentes unidades de output que son el producto del input de un momento.
Esto no es lo mismo que la gama de periodos que tenemos que esperar a los
productos de diferentes unidades de input de igual dimensión.16 Las dos curvas
que representan estas gamas de periodos serían idénticas para cualquier proceso
dado, solo si cantidades iguales de input siempre rindiesen cantidades iguales
de output, independientemente de cuál fuese el periodo por el que se invirtiese
estas diferentes unidades de input, pero, evidentemente, esto no es el caso.
Aunque no hemos considerado todavía sistemáticamente la productividad de
la inversión o la fuente del interés, sabemos que existen y por ello debemos
dejarles espacio en nuestros diagramas. En términos generales, la importancia

16. Como en el caso del output, tendremos que suponer a efectos de nuestros presentes propósitos,
o bien que el input es completamente homogéneo o que, si se compone de servicios de diferentes
recursos, siempre se los utiliza en proporciones constantes.

148
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

de estos factores a efectos de nuestro presente propósito es que las unidades


de input que se invierten por periodos más largos darán un mayor producto
que las que se invierten por periodos más cortos.17 Por ello, hay dos formas de
representar la gama de los periodos de espera, según que utilicemos unidades
de input o unidades de output como unidades de referencia. La diferencia entre
las dos formas de contemplar la gama de periodos de espera se debe al hecho
de que en el primer caso tomamos como nuestras unidades de referencia las
unidades de input (o unidades de factor) y en el segundo caso las unidades de
output (o unidades de mercancía). Si hablamos en términos de unidades de
output, la parte del producto total al que tendremos que esperar un tiempo
comparativamente largo, será claramente mayor que la parte de input total
a cuyo producto tendremos que esperar un tiempo igualmente largo.18

17. [De nuevo, esta no es una proposición acerca de todos los procesos de producción posibles,
sino acerca de la serie de procesos elegidos racionalmente. Dado un tipo de interés positivo, nunca
se escogería un proceso más largo que no diese lugar a un producto mayor. El principio de que las
inversiones más largas deben rendir mayores outputs por unidad de input socava la «teoría del valor
trabajo» clásica, de acuerdo con la cual el precio del output es proporcional al input de trabajo. Inclu-
so si suponemos que el trabajo es el único input (ignorando la tierra y reduciendo las máquinas al
trabajo utilizado para construirlas), una vez que reconocemos que las unidades de trabajo se emplean
en diversos proyectos que rinden fruto después de diferentes longitudes de tiempo y admitimos que
la competencia entre los capitalistas iguala la tasa anualizada de rendimiento en las sumas invertidas
en los salarios adelantados a los trabajadores, se sigue que el valor de mercado del output de cada
proyecto no puede ser proporcional solamente a su input de trabajo. El preeminente teórico clásico
David Ricardo (Principles of Political Economy and Taxation, capítulo 1, sección 4, p. 37) reconoció
este punto, señalando explícitamente que «las mercancías que tienen la misma cantidad de trabajo
invertido en su producción diferirán en su valor de cambio si no puede llevárselas al mercado en
el mismo momento del tiempo». Sin embargo, arguyó que esas diferencias serían relativamente
pequeñas comparadas con las diferencias en el valor de cambio asociado a diferencias en el input
de trabajo. La famosa crítica de Böhm-Bawerk de la teoría de Marx del precio, «Karl Marx and the
Close of his System», (Londres: Fisher Unwin, 1898), reimpreso en Karl Marx and the Close of his
System & Böhm-Bawerk’s Criticism of Marx, comp. Paul Sweezy (Clifton, NJ: Kelley, 1975), se
centraba precisamente en que Marx expusiese las dos proposiciones incompatibles: el volumen 1 del
Kapital afirma la proporcionalidad del precio al input de trabajo, mientras que el volumen 3 afirma
la igualación de la «tasa media de beneficio».- Ed.].
18. [Puede afirmarse alternativamente: «en cualquier fecha tantos años a partir de hoy, la parte
del producto total (del input de hoy) que todavía estaremos esperando recibir será claramente mayor
que la parte del input total de hoy cuyo producto estaremos todavía esperando».

149
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

—por una descripción de la gama de periodos que tenemos


que esperar para los productos de diferentes unidades de input

Esta distinción es un poco difícil de captar, pero es tan importante a efectos


de lo que sigue, que es necesario aclararla por completo. Quizá será más
fácil si volvemos a exponer la diferencia, comenzando con una definición
de la segunda de las dos curvas, la curva de input, o la curva que representa
la función de input.19

la construcción de la curva de input

Para dibujar esta curva requerimos un sistema de coordenadas en el que la


abscisa, en lugar de medir cantidades de output como en el diagrama anterior,
mide cantidades de input (o las cantidades de output que se deben a estas can-
tidades de input) y la ordenada, como antes, mide el tiempo, estando indicado

Parte del flujo de output en cualquier fecha prospectiva t será aportada por el stock de bienes de
capital de hoy; el resto lo aportará el input puro aplicado entre hoy y la fecha t. La curva de output
limita el área que representa el output futuro que aportan los bienes de capital de hoy. La diferencia
en la fecha t entre el output que aporta el capital de hoy y el output total (la distancia horizontal desde
la curva de output a la línea vertical RQ de la Figura 1) muestra directamente el output de la fecha t
atribuible a la maduración del input puro aplicado entre hoy y la fecha t. En situación estacionaria,
repitiéndose en cada fecha subsiguiente la gama de periodos de inversión escogidos en la fecha cero,
cada bit de input puro que madure en la fecha t que se invierta después de hoy tiene su réplica exacta
en el input puro invertido hoy que haya madurado antes de la fecha t. De esta forma, la diferencia
también representa la contribución acumulativa al output realizada por el input puro de hoy (que
madure entre hoy y t). Con ello, la curva de output muestra la contribución acumulativa al output
hecha por el input de hoy. La dimensión de la contribución crece conforme vayamos avanzando en
nuestra contemplación del futuro prospectivo. La inversa de la pendiente de la curva de output, dr/
dt, es un número negativo que representa la contracción de la contribución del capital de hoy en la
fecha t. Su inverso, -dr/dt, representa la adición correspondiente al output de la fecha t (manteniendo
el output total constante) proporcionado por el input puro de hoy. Cuanta más pendiente tenga la
curva de output, menor será esa contribución.
La curva de input muestra la distribución temporal de las fechas en las que madura el input de hoy.
El valor negativo del inverso de su pendiente, -dV/dt muestra la tasa del flujo al que está madurando
el input de hoy en cada fecha.- Ed.].
19. Esta es la misma función (y curva) que he discutido en una publicación anterior (1934b) bajo
el nombre de «función (o curva) de inversión».

150
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

el presente por el punto cero. Los puntos de la curva (que puede representarse
de nuevo por la Figura 1) mostrarán entonces los puntos del tiempo en el
que madurará el producto de partes determinadas del input total aplicado en
la hora cero. El principio general del criterio es, evidentemente, de nuevo, el
de una curva de frecuencia acumulativa. La abscisa indica las cantidades de
input que se invierten más allá de los periodos que se muestran a lo largo de
la ordenada. La pendiente de la curva así obtenida, describe la tasa a la que
los productos de unidades iguales de input maduran en diferentes puntos del
tiempo, por lo que toda la curva nos da una descripción de la gama completa de
periodos en los que se invierte los servicios de las diferentes unidades de input.

se describe aquí todo el input aplicado como invertido

En el sentido en el que se usa aquí el término «invertido», se invierte todo el


input, aunque parte de él (la parte que se muestra en el extremo derecho de
la base de nuestra figura) se invertirá solo por periodos muy cortos y en el
caso límite cero. Pero como sería totalmente arbitrario fijar algún intervalo
mínimo que tenga que transcurrir entre la aplicación del input y la madu-
ración del producto antes de que podamos hablar de que se está invirtiendo
el input, y como de hecho solo se puede consumir una parte despreciable del
input inmediatamente después de que quede disponible, es, en su conjunto,
más congruente hablar de todo el input como invertido. En cualquier caso,
tiene que entenderse la curva de input en el sentido de referirse a todo el
input utilizado, independientemente de si se lo invierte en el sentido usual
de la palabra o si se lo usa en la producción corriente. Si en realidad parte
del input sirve al consumo en el momento en el que quede disponible (como
será el caso de algunos servicios personales), esto lo mostrará el que la curva
de input coincida a lo largo de alguna distancia a la derecha con la línea base.
Lo mismo se aplica, mutatis mutandis, a la curva de output.20

20. [Si RQ representa el flujo de output total (consumo), la Figura 1 tal y como está dibujada no
tiene en cuenta ese input que madura en un instante (por ejemplo, cortes de pelo y espectáculos en
directo, en los que el trabajo contribuye de forma inmediata al consumo; espacio residencial en el que
la tierra contribuye inmediatamente al consumo). Si se tuviese en cuenta esos servicios en la Figura 1,
la línea vertical que representa el flujo de output estaría a la derecha del punto en el que la curva T2R

151
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la diferencia entre la curva de output y la curva de input

La cantidad de input cuyo producto madure en cualquier momento no será


proporcional a la cantidad de output (debida a ese input) que madure en el
mismo momento.21 La razón es que la dimensión del producto dependerá, no
solo de la cantidad de input, sino también del tiempo por el que se lo haya
invertido. Con el fin de obtener el valor del output debido a una cantidad
determinada de input, hay que añadir el interés compuesto por el periodo de
inversión al valor de ese input, lo que significa que la parte proporcional del
producto agregado de un input dado que madure en el futuro más lejano será
mayor que la parte proporcional del input que se invierta por estos periodos
más largos. En términos de nuestras curvas, esto significa que la curva de
input tendrá mayor pendiente en la parte superior que la curva de output,
mostrando que hacia el final de la gama de periodos de inversión, la tasa a la
que madure el producto de unidades dadas de input caerá más rápidamente que
la tasa a la que se hace disponible el output (medida en sus propios términos).

(que representa el output para cada fecha «encarnada» en el stock de bienes de capital de hoy) corta el
eje horizontal (que representa la fecha de hoy).- Ed.].
21. [Es decir, para un inversor que optimice y realice inversiones, tanto más cortas como más lar-
gas, en un mundo con un tipo de interés positivo, cantidades iguales de input puro de hoy no rendirán
adiciones físicas iguales al output en dos fechas futuras diferentes. Para hacer que merezca exactamente
la pena una espera más larga, el output físico marginal esperado en la fecha posterior tiene que ser
mayor en un porcentaje que corresponda exactamente al interés compuesto por encima del tiempo de
espera adicional.- Ed.].

152
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

Si medimos tanto el input como el output en términos de valor, podremos


mostrar ambas curvas en el mismo diagrama. El output total esperado en
cualquier fecha se compondrá, en parte, del valor equivalente del input cuyo
producto madure en dicho momento y en parte del interés. Si se muestra por la
curva de output TV2 el output total ya proporcionado en cada fecha, podremos
dividir el output esperado en cada momento del tiempo en estas dos partes y
obtener así una segunda curva TV1. La distancia horizontal entre esta curva
y la ordenada nos da, para cada momento del tiempo, el valor del input cuyo
producto madure en dicho momento, mientras que la distancia horizontal,
en el mismo punto, entre la nueva curva y la curva de output nos dará el
valor adicional del output debido al interés que se añade al valor del input.
Tenemos, por lo tanto, en el mismo diagrama, dos descripciones de la dis-
tribución temporal del output debido a un input dado: una en términos de
los productos de unidades dadas de input (en términos de factores) y la otra
en términos de unidades de output (en términos de mercancías). De estas dos
curvas, la segunda es, obviamente, la curva de output y la primera la curva
de input; pero el punto importante es la diferencia entre las formas de estas
dos curvas. La adición proporcional debida al interés (comparada con el valor
del input al que se acumula) será, obviamente, cada vez mayor cuanto más
avancemos en el futuro; o, en términos del diagrama, la distancia entre la curva
de input y la curva de output, aunque se haga absolutamente más pequeña al
movernos hacia arriba a lo largo de la ordenada, se hará relativamente mayor
comparada con la abscisa de la curva de input. Ello significa que hacia la parte
superior de nuestro diagrama, la curvatura de la curva de input se hará mayor
(o su pendiente aumentará más rápidamente que la de la curva de output),
lo que expresa el hecho de que al movernos más allá hacia el futuro, la tasa
a la que maduren los productos de unidades dadas de input se reducirá más
rápidamente que la tasa a la que maduren unidades dadas de output.22

22. [La curva de input TV1 de la Figura 3 está dibujada de forma que su límite superior sea con-
gruente con la discusión de Hayek de aquí, pero su límite inferior es incongruente con el texto. Para que
la distancia horizontal en cualquier fecha t «entre la curva de [input] y la curva de output» muestre el
«valor adicional del output debido al interés aportado sobre el valor del input [en la hora cero]» (p. 152),
la curva de input tiene que juntarse a la curva de output y llegar al eje horizontal en V2, simplemente
porque la parte de output atribuible al interés compuesto tiene que llegar a cero al reducirse a cero el
periodo para el que se dé el interés compuesto. La Figura 4 de más abajo muestra correctamente esta

153
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la diferencia reformulada en términos de curvas no acumulativas

Puede verse quizá más claramente la diferencia entre las dos curvas si, de
nuevo, usamos la forma no acumulativa de representación. Supongamos en
primer lugar que los periodos de inversión de las diferentes unidades de input
están extendidos uniformemente a lo largo de toda la gama, de forma que
los productos de las unidades dadas de input maduren a una tasa constante.
Medido en términos de las unidades input a las que se debe, puede entonces
representarse el flujo de output por la franja única rectangular mostrada
anteriormente y que viene indicada por ORPT en la Figura 4; pero los pro-
ductos de las unidades iguales de input que maduren en diferentes fechas
no serán de la misma dimensión.
Para obtener la magnitud del output en términos de sus propias unidades,
tendremos que añadir el interés compuesto al tipo vigente para el tiempo
por el que se haya invertido las diferentes unidades de input. Supuesto que
el tipo de interés esté dado, podemos representar esto en el diagrama aña-
diendo a la abscisa en cada punto una cantidad correspondiente al interés
compuesto sobre la cantidad inicial de input invertida para los periodos que
se muestran a lo largo de la ordenada. El resultado es la curva de interés
compuesto RS y el flujo de output correspondiente a un distribución uni-
forme de los periodos de inversión de las diferentes unidades de input será
de la forma indicada por ORST. En lugar de comenzar desde una curva de
input lineal y derivar a partir de ella la forma del flujo de output, eviden-
temente, podríamos comenzar con un flujo constante de output y deducir
de él el interés con el fin de derivar la tasa a la que maduran los productos
de unidades iguales de input. Partiendo de un flujo constante de output,
este proceso de descuento nos da la distribución del input a lo largo de los
diferentes periodos de inversión que vienen indicados por la franja marcada

relación. El acumular los flujos mostrados en cualquiera de los paneles que aparecen en la Figura 4 dará
una Figura 3 correcta. La diferencia entre la curva de input corregida y el flujo total de output (una
línea que se alce verticalmente a partir de V2) mostrará entonces acumulativamente, como pretende
Hayek, «los puntos del tiempo en los que madurará el producto de partes determinadas del input total
aplicadas en la hora cero». En la Figura 6 de más abajo aparece una curva de input correctamente di-
bujada denominada RQ3.- Ed.].

154
LA FUNCIÓN DE OUTPUT Y LA FUNCIÓN DE INPUT

como ORPT en la Figura 4 (b). Las Figuras 4 (c) y 4 (d) ilustran los otros
dos tipos del caso que hemos considerado antes.23

para la discusión de los problemas económicos en cuestión


se requiere tanto la curva de input como la de output

Más adelante, tendremos que discutir la naturaleza de la relación entre la


curva de input y la curva de output y su interdependencia mutua. Enton-
ces veremos que, en ciertos casos, particularmente cuando sea la duración
del proceso de producción de lo que tengamos que ocuparnos, la función
de input es la magnitud fundamental de la que tenemos que partir y solo
puede derivarse la curva de output construyéndola a partir de ella. En otros
casos, en especial los de los bienes duraderos, la función del output es el dato
inicial del que tenemos que partir y hay que construir la curva de input a
partir de ella. En el primer caso (el caso «input continuo-output en un pun-
to») sabemos cuándo se invierten las unidades concretas de input y cuándo
madura el producto total de un proceso, lo que significa que sabemos cuánto

23. [El panel 4 (a) representa el caso en el que un 1 por ciento (digamos) del input puro de hoy
madura en cada fecha a lo largo de T. El 4 (b) representa el caso en el que el input puro de hoy aporta
un 1 por ciento del output que madura en cada fecha. El 4 (c) representa el caso en el que un porcentaje
uniformemente decreciente del input puro de hoy madura en cada fecha sucesiva. El 4 (d) representa el caso
en el que el input puro de hoy aporta un porcentaje decreciente del output en cada fecha sucesiva.- Ed.].

155
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tendremos que esperar por el producto de las unidades concretas de input


invertidas; pero como no sabemos siempre qué parte del producto se debe a
cada una de estas unidades de input, podemos no ser capaces de decidir por
motivos técnicos cuánto tendremos que esperar a las unidades concretas de
output. En el segundo caso (el caso «input en un punto-output continuo»)
sabemos cuándo se ha invertido todo el input en un determinado proceso y
cuándo maduran las unidades concretas del producto de este proceso, pero
no sabemos necesariamente cuánto tendremos que esperar al producto de
las unidades concretas de input. Y en el mundo real, en el que las reglas son
los casos de «input continuo-output continuo» la situación es, obviamente,
todavía más complicada.

sin embargo, cualquiera de ellas puede servir


como base para la descripción esquemática
del proceso continuo de producción

Veremos que, en muchísimos casos, solo está dada directamente una de las
dos magnitudes y que hay que derivar la otra por un proceso de descuento
o acumulación. Y solo somos capaces de llegar a un cuadro completo de toda
la estructura de inversión en términos, ya sea de la función de input o de la
función de output, a través de estos métodos de convertir la una en la otra.
Sin embargo, por el momento pasaremos por alto estas dificultades y nos
serviremos solo de uno de estos dos conceptos para describir el proceso en
su conjunto.

156
Capítulo IX
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

el uso de la función de input y sus limitaciones

Por una serie de razones prácticas históricas, basaremos nuestras descripcio-


nes del proceso continuo de producción en la función de input en lugar de
en la función de output. Fue en la forma de una función de input como se
introdujo por primera vez la dimensión tiempo en la teoría de la producción
por W.S. Jevons.1 Y probablemente sea el enfoque con el que se lo compren-
de con mayor facilidad. Sin embargo, este hecho mismo viene asociado a
ciertos inconvenientes a los que lleva con facilidad el uso de la función de
input. Esencialmente es un enfoque del problema del capital desde una
perspectiva del coste. Este enfoque es incluso tolerablemente adecuado solo
bajo condiciones estrictamente estacionarias y ya se ha señalado los peligros
a los que va unido su uso, pero ayuda a elucidar una serie de importantes
relaciones y lo usaremos aquí añadiendo la advertencia de que puede llevar
a error a ciertos respectos si se lo usa sin precaución. Pero siempre que nos
limitemos a la consideración de condiciones estacionarias podemos pasar por
alto estas dificultades.
Los problemas que queremos estudiar con la ayuda de este concepto son,
en primer lugar las relaciones que existen bajo condiciones estacionarias
entre el stock de recursos no permanentes (o, lo que bajo estas condiciones

1. El doctor Marschak, en 1933, sugirió que por esta razón deberíamos hablar de la «Figura
de Inversión de Jevons». Aunque yo en una ocasión anterior he utilizado los términos «función de
inversión» y «curva de inversión» en este contexto, los términos «función de input» y «curva de
input» me parecen ahora preferibles, tanto por su brevedad como por su analogía con el término
«función de output». [Jacob Marschak (1898-1977) hizo importantes contribuciones a la econometría
y teoría de la información. En los 1930 fue coautor de un estudio empírico de la formación de capital.
Nacido en Ucrania, estudió en Alemania y fue a enseñar en la Universidad de Heidelberg (1930-33),
la Universidad de Oxford (1933-39) y la New School for Social Research en Nueva York (1939-42).
Más tarde enseñó en la Universidad de Chicago, la de Yale y la UCLA.- Ed.].

157
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

viene a ser lo mismo, el stock de «productos intermedios») y la gama de


periodos para los que se invierte el input corriente; y en segundo lugar,
las interconexiones entre las diferentes formas en las que se puede usar
la función de input para describir un proceso de producción continuo y
estacionario.

el resultado de una inversión continuamente repetida


en el caso más simple («input en un punto-output en un punto»)

Comencemos considerando el resultado de la repetición continua de una in-


versión por un periodo dado en el caso más simple imaginable: el caso «input
en un punto-output en un punto». Podemos suponer que se aplica el input
continuamente para comenzar algún proceso natural de fermentación o cultivo
que, sin que requiera ninguna aplicación más de mano de obra, dé lugar a
un cierto producto después de un intervalo dado de tiempo. Suponemos, en
otras palabras, que cualquier cantidad de input aplicada en un momento del
tiempo, dará lugar, después de un intervalo fijo, a un producto concreto en
otro momento del tiempo y que se aplica el input y, en consecuencia, madura
el output, de forma continua a una tasa constante.2
Puede ilustrarse esto adecuadamente por un diagrama (Figura 5). Si medi-
mos el tiempo a lo largo de la ordenada Ot y las cantidades de input y output
(estas, evidentemente, en unidades tales como el producto de una unidad de
input) a largo de la abscisa Or, cualquier tasa constante de flujo a través del
tiempo de input o de output se verá representada por una línea recta de la
pendiente adecuada (por ejemplo, OP).3 Para cualquier intervalo en la orde-
nada que mida el tiempo, digamos T1T2, el correspondiente segmento en la
abscisa R1R2 nos dará la cantidad de input invertido durante dicho intervalo. Si
suponemos que se invierte este input por periodos constantes, digamos de la
longitud OT1, podemos representar el flujo resultante de output por una línea
inclinada paralela T1Q. El producto de cualquier input invertido en cualquier

2. [En este caso simple de input en un punto-output en un punto, no hay bienes de capital dura-
deros, solo bienes intermedios, es decir, bienes semielaborados en proceso.- Ed.].
3. [Es decir, el rayo OP representa el input acumulativo; su pendiente representa la tasa de flujo
del input por unidad de tiempo.- Ed.].

158
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

punto del tiempo y mostrado por el punto en la línea OP correspondiente


al punto apropiado sobre el eje del tiempo, quedará indicado por un punto
con la misma abscisa (es decir, directamente encima de aquélla) en la línea
T1Q. Cada proceso que lleve de la inversión de un momento al producto de
la inversión puede, entonces, representarse por una línea vertical que conecte
las dos líneas inclinadas. Como suponemos que se comienza continuamente
procesos similares en cada momento del tiempo, tenemos que imaginar que
toda el área entre las dos líneas inclinadas está llena completamente por líneas
verticales que representan procesos individuales, lo que significa que toda
línea horizontal trazada desde cualquier punto correspondiente a cualquier
momento del tiempo (por ejemplo, T2) cortará estas líneas verticales en una
serie de puntos que incluirán cualquier punto posible desde el comienzo al
final de un solo proceso.

producción «sincronizada»

Pasando de términos diagramáticos a reales, esto significa que cuando se repite


un proceso continuamente, todas las situaciones o fases sucesivas por las que
pasa cada proceso individual coexistirán también en cualquier momento del

159
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tiempo. Esta conclusión es importante para la comprensión del subsiguiente


análisis. Otra manera de formularla es la siguiente: bajo el supuesto de con-
diciones estacionarias en las que se lleva a cabo la inversión continuamente,
la descripción completa del proceso histórico de producción conforme avanza
en el tiempo es también, y al mismo tiempo, una descripción completa de
todas las diferentes fases de los diversos procesos individuales que existen
simultáneamente en cualquier momento del tiempo. O, como ya se ha ex-
presado lo mismo a veces,4 en cualquier momento del tiempo encontramos
todas las fases por las que pasa el proceso de producción «sincronizadas» o
avanzando al mismo tiempo.

inversión continua a lo largo de una serie de periodos

Esta relación se hace ligeramente más complicada si, en lugar de suponer un


periodo único de inversión, consideramos un proceso en el que las inversiones
están extendidas a lo largo de la gama continua de periodos de inversión
descritos por la función de input. Solo en esta forma podemos obtener un
cuadro verdaderamente útil de las relaciones que existen en el mundo real.
Hay que dibujar el diagrama que utilizaremos a este respecto en un sistema
de coordenadas de tres dimensiones. El eje horizontal r en el plano del papel
mide de nuevo la tasa a la que se hace disponible el input, mientras que el
eje t, que va hacia atrás en el espacio, mide el tiempo. En el plano horizontal
tOr formado por estos dos ejes se muestra sombreada el área encerrada por
la curva de input RQ3. Hasta ahora el diagrama corresponde a la Figura
1 de más arriba: representando el flujo esperado de output toda la franja
cercada entre Ot y RR1R2… y moviéndonos hacia atrás en el tiempo; y la
porción sombreada de esta franja muestra la parte del flujo de productos
ya provistos por la «riqueza incipiente» o los «productos intermedios» que
existen en la hora cero.5

4. Este término se debe J.B. Clark, The Distribution of Wealth (1899), Capítulo XX.
5. [Recuérdese que en el caso de input en un punto-output en un punto, todo el capital está formado
por «productos intermedios», como la masa que está en camino de convertirse en pan en un proceso
sin hornos duraderos. Hayek aplaza la discusión de los bienes de capital duraderos hasta el siguiente
capítulo.- Ed.].

160
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

representación del stock de productos intermedios


que existen en un momento del tiempo

Todo lo que se encuentra en el plano base se refiere, por tanto, a los produc-
tos finales presentes o futuros. Para poder mostrar el stock de «productos
intermedios» (la forma transitoria que toma el input en su camino hacia el
producto consumible final) en el mismo diagrama, se introduce un tercer
eje o eje s. Se alinea a lo largo de este eje perpendicular de acuerdo con la
«fase» que hayan alcanzado en el proceso las cantidades de estos productos
intermedios que existan en cualquier momento. Se muestra cerca de la base
los productos intermedios que están muy cerca del consumo o en una fase
tardía (bienes de un orden relativamente bajo), mientras que los que perte-
necen a las fases tempranas se muestran, de acuerdo con ello, más arriba en
la figura triangular.

161
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

representación del proceso en el tiempo

Se muestra la conexión entre los elementos individuales en este stock de bie-


nes de capital que existen en la hora cero y la contribución a la renta futura
que se espera que rindan, por medio de los planos oblicuos que conectan los
puntos en el triángulo perpendicular con los puntos correspondientes del
triángulo horizontal. En la base, los dos triángulos coinciden, lo que expresa
el hecho de que todo el producto a consumir en el momento inicial debe
existir en este momento en forma terminada. Si subimos un poco más en
el triángulo perpendicular S3OR, digamos hasta los bienes en la fase más
temprana representada por la línea S1P1, estos serán los bienes que forman
parte del producto esperado en el momento T1. En forma similar, la cantidad
de productos intermedios en la fase todavía anterior indicada por la línea
S2P2, representa parte del producto que madurará en T2. Se observará que en
ambos casos —y en los casos de todos los planos que puede visualizarse que
vienen en medio— los productos intermedios que ya existen en el momento
inicial 0 representan solo una parte del producto total del momento al que
están destinados y una parte que disminuye conforme avanzamos a estadios
anteriores. Por ello, la cantidad de productos intermedios S2P2 representa solo
la pequeña parte T2Q2 del producto en T2; y la parte mucho mayor, indicada
por Q2R2 todavía tiene que crearse por la ulterior aplicación de input que
solo estará disponible en el intervalo entre O y T2. Puede leerse la tasa a la
que se aplicará este input a partir de las curvas P1R1 y P2R2.

puede extenderse la serie de periodos de inversión


indefinidamente hacia el futuro

Cuando alcanzamos fases todavía más altas, es decir, las que se muestra en
la parte superior del diagrama, encontramos que muy poco del producto del
momento relativamente distante T3 existe en el momento inicial y que habrá
que crear casi todo ese producto por la aplicación de input en el intervalo
entre 0 y T3; pero, deliberadamente, no se ha continuado el diagrama, como
podría haberse pensado, hasta un punto en el que haya de crearse todo el
producto futuro por la aplicación de input en el futuro. Bajo las condiciones
reales encontraremos siempre que por muy lejos que miremos al futuro,

162
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

alguna pequeña parte del equipo existente no permanente ya habrá provisto


alguna pequeña parte del producto de dicho momento futuro. Esta parte
tenderá a convertirse en despreciable conforme nos alejemos en el futuro,
pero no desaparecerá por completo dentro de cualquier espacio de tiempo
que podamos representar adecuadamente en el diagrama. Esto ha sido tenido
en cuenta dejando el diagrama abierto en la parte superior, por decirlo así,
e indicando en forma similar que el triángulo sombreado en el plano base
está limitado por una curva que se aproxima a Ot asintóticamente.

la curva de input en su forma invertida

Tiene especial interés la parte superior de los tres planos oblicuos del diagra-
ma, el triángulo curvilíneo no totalmente completo S3T3R3P3. Como se verá
con facilidad, reproduce la curva de input de una forma invertida, con la
parte estrecha de la figura triangular que delimita apuntando hacia nosotros
y alejándose la base de nosotros. De esta forma, la curva tiene un especial
significado. Describe el proceso real de aplicar el input, la tasa a la que se lo
aplicará a partir de ahora hasta el momento T3 para producir el output de dicho
momento. En otras palabras, describe el input continuo que lleva al output
del momento T3.6 Más adelante utilizaremos a veces esta forma invertida de
la curva de input al discutir el caso en el que tengamos que tratar de un stock
de bienes en proceso que son el resultado de la duración real del proceso de
producción (en contraposición a la durabilidad de los bienes). Por ahora, sin
embargo, solo es necesario ser consciente de la relación de este aspecto de la
figura con los aspectos que ya se ha discutido.

el significado del sólido

Puede concebirse, obviamente, todo el cuerpo sólido de la figura como cons-


tituido por un número infinito de planos, similares a los que acabamos de

6. Fue de esta forma como primero utilicé las figuras triangulares en Prices and Production; pero
como a veces se ha interpretado la función de input en esta forma invertida como «mirando hacia
atrás», quizá debería subrayarse que incluso en esta forma «mira hacia delante», ya que se refiere a
todas las inversiones que habrá que hacer a partir de hoy para obtener el producto que madure en
alguna fecha futura.

163
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

describir. Por lo tanto, cualquiera de los planos perpendiculares representa


una sección transversal a través de un número infinito de estos triángulos
curvilíneos oblicuos, representando cada uno un solo proceso; lo que significa
que se muestra que cada uno de los triángulos perpendiculares que represen-
tan el stock de productos intermedios que existen en el momento al que nos
referimos está formado por todas las diferentes fases a través de las que pasan
los diversos procesos que están teniendo lugar en dicho momento. A este
respecto, la figura corresponde al diagrama más simple utilizado previamente
(Figura 5, p. 159), excepto en que en este caso estamos considerando, no un
solo periodo de inversión uniforme, sino una serie continua de periodos de
inversión de diferentes longitudes. Como estamos considerando condiciones
estacionarias, obviamente, de nuevo tenemos la identidad entre cada una de
estas diferentes fases a través de las que pasa el proceso a lo largo del tiempo
y cada una de las diversas «fases» representadas por el stock de productos
intermedios que existen en un momento del tiempo.
De hecho, todo el cuerpo sólido representa todas las fases a través de las
que pasarán todos los procesos que ahora están en marcha o que comenzarán
en cualquier momento del futuro. Cualquier sección transversal perpendicular
del sólido, que representa el stock de productos intermedios en el momento
correspondiente, será como cualquier otro en el sentido en que consistirá en
la misma combinación de productos intermedios; pero ningún bien individual
se encontrará en la misma posición en dos momentos sucesivos. Al pasar el
tiempo, es decir, al retroceder en el diagrama hacia atrás en el espacio, cada
bien progresa hacia abajo a fases más avanzadas, tomando su lugar otros
bienes que están avanzando simultáneamente de manera similar desde fases
todavía anteriores. Evidentemente, todos estos movimientos, todas estas
transformaciones, se efectúan por la aplicación continua del input corriente,
que está llegando a ser constantemente disponible y está siendo combinado
con el stock de bienes intermedios en las diferentes fases. La distribución
del flujo total de input en cualquier momento entre las diferentes fases se
muestra por la curva vertical P3R, la aplicación continua del input en cual-
quier proceso por la curva oblicua P3R3 y la distribución en el tiempo de las
adiciones marginales al producto del input aplicado en el momento inicial
por la curva RQ3.

164
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

los tres aspectos fundamentales de la función de input

Hay, por lo tanto, tres aspectos fundamentales 7 de la función de input. En su


forma original, describe la distribución temporal del output debida al input de
un momento; también se la puede utilizar (como los triángulos perpendiculares
de nuestra figura) para describir el stock de productos intermedios que existe
en cualquier momento del tiempo; y, finalmente, se la puede utilizar de una
forma invertida (como en los planos oblicuos) para describir el proceso que
lleva a que madure el producto en un momento del tiempo. Bajo condiciones
estacionarias, todos estos triángulos serían exactamente similares. Todos ellos
están extraídos, por decirlo así, de la imagen más completa del proceso total
representado por la figura sólida y solo se puede entender totalmente su
significado en relación con esto. Mientras que nos limitemos a las condicio-
nes estacionarias, no importa, en realidad, qué aspecto utilicemos, pero nos
ha parecido conveniente considerar como el aspecto básico el que se muestra
en el plano base, por el uso que haremos de él más adelante. Sin embargo, a
ciertos propósitos, puede ser más instructiva la interpretación de la función
en su forma invertida, es decir, como una descripción del proceso histórico
que lleva al output de un momento particular.

la relación entre las tasas temporales mostradas


en el diagrama y las cantidades concretas

La anterior exposición debería haber dejado claro lo que significa que digamos
que la imagen dada por cualquiera de los planos inclinados no representa
nada más que una descripción abstracta del proceso continuo de la vida real.
La «cantidad» de producto en que resulta cada proceso, y que viene indicada
por la línea horizontal en el plano base (por ejemplo, T3R3) es, en realidad,
solo una tasa temporal a la que madura el producto en ese momento y no una
cantidad real. Solo se convierte en una cantidad real cuando la multiplicamos
por el tiempo, obteniendo así, en lugar de una tasa de flujo en un momento del
tiempo, la cantidad producida durante un periodo de tiempo. Para convertir

7. Más adelante, en la página 240 (Capítulo XV) discutiremos un cuarto aspecto en el que la función
de input está representada en el diagrama, a saber, por la superficie P3RR3.

165
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

nuestro proceso-sombra en algo concreto, deberíamos, por tanto, tener que


sustituir nuestros meros planos bidimensionales por unas «rodajas» corres-
pondientes de algún grosor concreto. Evidentemente, es totalmente arbitrario
qué periodo de tiempo tomemos como unidad y el grosor real de la «rodaja»
dependerá de esta elección. Al describir un proceso continuo estacionario es
conveniente fijar el periodo que sirva de unidad lo más corto que sea posible
y, finalmente, pasar al límite cuando desaparezca esta dimensión; pero no
debemos nunca olvidar que este método de aislar un aspecto particular (la tasa
temporal de flujo) es un instrumento matemático, un proceso de abstracción,
y que el resultado solo adquiere un significado concreto cuando volvemos a
introducir la dimensión que hemos pasado por alto.

la función de input como descripción


de los procesos que consumen tiempo

La apariencia de la curva de input en su forma invertida, en la que es par-


ticularmente útil para representar un proceso individual en el sentido más
estricto del término, ofrece una buena oportunidad para añadir unas pocas
palabras acerca del significado de esta curva y de los factores que determinan
su forma.8 Se reservará para el siguiente capítulo la más difícil cuestión de
cómo puede encajarse los bienes duraderos en el esquema general.

su forma en un proceso de producción de una sola rama

Comienzo con la cuestión de la forma de la curva de input. Mientras que


nos limitemos a considerar el proceso de producción de una mercancía
determinada, hay pocas razones para suponer que sea más probable que la
curva sea cóncava, como yo la he dibujado, más bien que recta o convexa.
Parece exactamente igual de probable que, en cualquier proceso individual,

8. Es importante recordar que la descripción del proceso figura aquí en términos de cantidades
físicas, por lo que, o bien tenemos que suponer que nos enfrentamos a la producción de solo una mer-
cancía y que solo se utiliza un factor homogéneo, o bien, si queremos aplicar el diagrama a los casos
en los que estén implicados más de una mercancía y más de un factor, tenemos que suponer que se
conoce y son constantes los valores relativos.

166
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

se invertirá relativamente más en las fases tempranas que en las tardías, o


que la inversión avanzará a una tasa constante al invertirse más en las fases
tardías que en las tempranas.

su forma en el proceso completo de producción de una mercancía

Sin embargo, la cuestión adquiere un aspecto algo diferente cuando recor-


damos que incluso los procesos que llevan a una mercancía determinada
no suelen ser lineales, sino que, como regla general, están formados por
muchas ramas separadas de diferentes longitudes que se unen gradualmen-
te para formar la corriente principal. Para obtener la función de input del
proceso completo, evidentemente, debemos hacer una suma en cada fase de
todo el input invertido en el mismo momento (es decir, en la misma fase)
en todas las diversas ramas del proceso. Comenzando por la que empiece
antes, tendremos que incluir, al avanzar a las fases posteriores, más y más
de estos procesos ramificados, que durante un tiempo han avanzado simul-
táneamente, pero de forma separada. Ahora, incluso si se aplica el input a
una tasa constante en cada uno de estos subprocesos, el efecto agregado, al
crecer el número de estos subprocesos que avanzan simultáneamente, tiene
que ser que la tasa a la que se aplique el input en el proceso en su conjunto
tienda también a aumentar.

su forma para el sistema en su conjunto

Esta tendencia de la curva de input a ser cóncava será incluso más marcada si
la utilizamos para describir la tasa a la que se aplica el input, no meramente
en un único proceso que lleve a un determinado producto, sino en todos los
diferentes procesos que transcurren en el sistema económico. La longitud
total de los procesos en las diferentes industrias, obviamente estará some-
tida a amplias variaciones. Algunas de ellas serán muy largas y comenzarán
en un momento en el que no se están haciendo todavía otros preparativos
para el producto del momento en el que maduren finalmente. Al pasar a la
siguiente fase de estos procesos, estarán comenzando otros, y así sucesiva-
mente conforme nos acercamos al consumo. El número total de procesos
individuales que vayan en paralelo, aumentará constantemente conforme

167
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

avanzamos a estadios posteriores, lo que significará que incluso si se aplica


el input a una tasa constante en cualquiera de los procesos, para el sistema
económico en su conjunto, la tasa a la que se aplica el input en los estadios
sucesivos aumentará constantemente, es decir, la curva agregada será cóncava.
Quizá sea razonable suponer que la cantidad de input que se aplica al stock
de productos intermedios en cada fase guardará una proporción constante
con la cantidad de dichos productos intermedios, o (con una terminología
más popular pero más inexacta) que la proporción entre capital y trabajo
será aproximadamente la misma en todas las fases. En este caso, la curva de
input será alguna clase de curva exponencial.

las unidades en términos de los que se mide el input

La segunda cuestión es el significado del concepto de «la tasa a la que se in-


vierte el input» en el curso del proceso. El término es deliberadamente vago y
puede significar dos cosas diferentes. Puede referirse al valor del input que se
invierte en cada punto del proceso, o puede referirse a las cantidades físicas. Si
el input utilizado es homogéneo y de una especie, la misma curva describirá
ambas cosas. Pero la situación es diferente si, como será normalmente el
caso, se usan diferentes clases de input en el mismo proceso. En este caso, en
absoluto puede dibujarse una curva individual de input en términos físicos,
y solo puede hacérselo en términos de valor si suponemos valores relativos
dados para las diferentes clases de input. La forma de esta curva dependerá
de estos valores relativos y cambiará con cada cambio en ellos. Dejará de ser
un dato tecnológico que describe el carácter técnico del proceso en términos
físicos. A estos efectos, deberíamos haber comenzado con funciones de input
separadas, describiendo cada una de ellas la tasa a la que se aplica cada factor
concreto. Todas estas funciones se corresponderían y habría que considerarlas
conjuntamente para obtener una descripción completa del tipo concreto de
proceso. Por cierto, que más adelante en nuestra discusión de la productividad
de la inversión lo que tendremos que utilizar serán grupos de funciones de
input de este tipo.

168
EL PROCESO CONTINUO DE PRODUCCIÓN

aplicación del diagrama a la representación de las variaciones

Merece la pena mencionar, en conclusión, que es posible modificar el diagra-


ma usado en este capítulo de forma que muestre ciertas consecuencias de las
variaciones, tanto de los periodos de inversión, como de la cantidad de input
que resulta disponible a efectos de la inversión. Un aumento de los periodos
de inversión aparecería como un incremento gradual de la altura de la figura y
un aumento de la población o cualquier otro aumento de la cantidad de input
aparecería por un incremento en la anchura de su base. Sería entonces posible
trazar con precisión el efecto de cualquiera de estos cambios sobre el flujo de
productos, efecto que solo se manifestaría después de periodos que variasen
con la variación de los periodos de inversión; pero como todas las conclusiones
extraídas de esta construcción tendrían que basarse en un supuesto más bien
artificial, a saber, que solo podría variarse los periodos de inversión del input
y que todos los productos intermedios serían tan completamente específicos
que solo pudiese usárselos con el propósito concebido originalmente, sería
de una utilidad muy limitada.

169
Capítulo X
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS
EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

la importancia de los bienes duraderos

En el último capítulo, pusimos enteramente el énfasis en los bienes a lo


largo del proceso, es decir, en la acumulación de capital debida a la duración
real del proceso de producción. No debe creerse que esto signifique que esta
forma de acumulación de capital es la más importante. Por el contrario,
puede haber pocas dudas de que bajo las condiciones modernas, el papel
mucho más importante lo juegan los bienes duraderos. Hemos procedido así
meramente porque se puede mostrar ciertas relaciones con más claridad y
facilidad en el caso de un proceso que consume tiempo, en el que la función
de input tiene un significado simple y obvio. En el caso ideal de este tipo (el
caso «input continuo-output en un punto») hay un momento determinado
en el que maduran todos los resultados de la inversión que pertenece al
proceso, por lo que se puede decir inmediatamente por cuánto tiempo se
invierte cada unidad adicional de input. La función de input, que describe
la gama de periodos de inversión para las diferentes unidades de input, se
presta especialmente bien a ser descrita por la figura de tres dimensiones que
acabamos de utilizar.

se supone bienes duraderos «ideales»

Volviendo ahora a los bienes duraderos, consideraremos de nuevo en


primer lugar los bienes duraderos «ideales», es decir, el caso «input en
un punto-output continuo»; lo que significa que tenemos que suponer en
primer lugar que el tiempo que lleva hacer un bien duradero es tan corto
que puede pasárselo por alto; y en segundo lugar, que el bien duradero, una
vez que se lo ha producido, proporcionará servicios directos al consumidor
sin que tenga que haber una aportación ulterior por parte del input puro

171
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

corriente.1 En otras palabras, pasamos por alto el tiempo que lleva hacer el
bien duradero (y el tiempo que puede llevar que los productos producidos
con la ayuda del bien duradero lleguen al consumidor), así como el hecho
de que haya que aplicar más input para utilizar el bien duradero una vez
que exista.

limitaciones al uso de la función de input

Como ya hemos visto, en el caso de los bienes duraderos, no se conoce di-


rectamente la función de input que hemos usado en conexión con los bienes
en proceso. Incluso en el caso de un bien duradero ideal, podremos afirmar
meramente a efectos tecnológicos cuánto tendremos que esperar a las diver-
sas unidades de sus servicios,2 pero no cuánto tendremos que esperar por los
productos de las unidades concretas de input invertidas.3 En otras palabras,
todo lo que viene dado inicialmente como «dato» tecnológico es la función
de output, la serie de periodos durante los que tendremos que esperar a las
diferentes unidades de output. Ya hemos visto (véase pp. 155-156 anterior)
que no hay ninguna conexión constante o invariable entre estas dos mag-
nitudes y que no se las puede convertir inequívocamente una en otra. Sin
duda, sería posible hacer que la función de output fuese la base de la cons-
trucción análoga a la utilizada en el anterior capítulo, pero esto no evitaría la
verdadera dificultad. Por el momento, será mejor olvidarnos de la dificultad
de atribuir particulares unidades de output (es decir, de los servicios del bien
duradero) a cantidades determinadas del input invertido en la producción de
bienes duraderos. Supondremos provisionalmente que este problema está
resuelto. Basándonos en este supuesto, es decir, siempre que conozcamos por

1. [Recuérdese el ejemplo previo de Hayek de una rama de un árbol que se transforma instan-
táneamente en un bastón duradero.- Ed.].
2. [Por ejemplo, el bastón proporciona una cierta cantidad de servicios cada día. Su propietario
tendrá que esperar un día para sus servicios mañana, 365 días para sus servicios un año a partir de
hoy, 366 días para sus servicios al día siguiente, y así sucesivamente hasta que deje de ser útil.- Ed.].
3. [Incluso cuando se aplique todo el input puro que produce un bien de capital duradero en
un único momento, necesitaríamos conocer la tasa de interés compuesto para decir qué proporción
del output en cualquier fecha futura debe atribuirse al interés compuesto y qué proporción al uso
de input.- Ed.].

172
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

cuánto tiempo permanecen invertidas las diversas unidades de input en el bien


duradero, es fácil mostrar cómo se puede encajar los bienes duraderos en la
representación esquemática del proceso completo. Quedará para posteriores
capítulos mostrar hasta qué punto está justificado este supuesto provisional.
Al considerar hasta donde puede encajarse los bienes duraderos en el cuadro
esquemático del proceso continuo dado en el último capítulo, nos referiremos
una vez más a la figura tridimensional usada allí y preguntaremos qué sentido
podemos atribuirle a sus diversas partes cuando se interpretan para referirse
a un stock de bienes duraderos.

forma de la curva de input (elaborada)

No hay ninguna especial dificultad acerca de la interpretación del triángulo


curvilíneo en el plano base de nuestra figura. Representa, de la forma ya fami-
liar, el flujo de servicios (en términos de tales unidades como son el producto
de las unidades de input) que podemos esperar que surjan a partir del stock
existente de bienes duraderos. El único punto que necesita ser más explicado
es por qué, también en este caso, deberíamos esperar que la curva de input sea
cóncava. Si tuviésemos que tratar solo de una clase de bienes duraderos que
diesen un flujo constante de servicios a lo largo de toda su vida, deberíamos
esperar que la tasa a la que fluyesen los servicios procedentes del stock exis-
tente de esos bienes cayese a una tasa aproximadamente 4 constante, al irse
desgastando estos sucesivamente. Si los bienes de todos los periodos, desde los
que se acabasen de completar hasta los que estuviesen a punto de desgastarse,
existiesen simultáneamente, como sería el caso bajo condiciones estacionarias,
el número de bienes (del stock del momento inicial) que siguiesen existiendo,
y en consecuencia la cantidad de servicios que proporcionasen, decrecería a
una tasa constante en cualquier momento sucesivo. La curva de input sería
una línea recta.
Sin embargo, hay dos razones de por qué, de hecho, y para el sistema
económico en su conjunto, no es probable que esto sea el caso. La primera
y menos importante razón es que la mayor parte de los bienes duraderos
rendirán, a lo largo de su vida, no un flujo constante de servicios, sino decre-

4. Es decir, pasando por alto el interés.

173
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ciente.5 En consecuencia, incluso si el número de bienes que sobreviviese a


las fechas sucesivas decreciese a una tasa constante, la cantidad de servicios
proporcionados por ellos caería solo a una tasa decreciente.6 Sin embargo,
la segunda y más importante razón es que los diferentes bienes duraderos
que existen en un sistema económico serán de grados muy diferentes de
durabilidad, por lo que, incluso si dentro de cada grupo de bienes duraderos
de cada clase los elementos individuales se desgastan a una tasa constante, el
efecto agregado debe ser que el stock total de bienes duraderos de todo tipo
se desgastará solo a una tasa decreciente; lo que se debe a que partes del stock
total se desgastarán a una tasa más rápida y otras a una mucho más lenta que
la media. La mejor forma de mostrarlo es concebir los flujos de servicios que
surgen de los diferentes grupos de bienes de durabilidad dada como repre-
sentados por triángulos distintos de diferentes alturas e imaginar luego que
se combinan en una sola figura. La línea discontinua que obtenemos de esta
forma en lugar de la hipotenusa de la figura triangular combinada, tenderá a
convertirse en una curva continua al aumentar el número de diferentes bienes.

la discontinuidad de la sustitución

La cuestión de la continuidad a la que nos hemos referido hace un momento,


suscita otro problema. Cuando estábamos tratando de los bienes en proceso, el
supuesto de completa continuidad, aunque no enteramente realista, al menos
no estaba tan lejos de la realidad como para parecer irrazonable; pero en el
caso de los bienes duraderos el supuesto de continuidad significaría que, en
cada momento, cada parte de cada clase de bien duradero se completaría y
pondría en servicio para sustituir a otra que acabase de desgastarse. Cuando
se trata de bienes de durabilidad comparativamente pequeña y de los que
existen simultáneamente un número considerable, este supuesto puede
no estar todavía demasiado lejos de la realidad; pero donde se trate de que

5. [Imagínese, por ejemplo, un motor que cada año puede funcionar menos horas por día antes
de que se caliente.- Ed.].
6. [Por ejemplo: si la serie que representa el número de máquinas que sobrevivan en sucesivos
periodos es (100, 80, 60, 40, 20, 0) y la serie de coeficientes que representan el servicio rendido de las
máquinas supervivientes es (1, 0,8, 0,6, 0,4, 0,2, 0), la serie que representa el cese del servicio en el
segundo periodo y en los subsiguientes será (36, 28, 20, 12, 4).- Ed.].

174
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

existan bienes de muy gran durabilidad y comparativamente pocos (por


ejemplo, locomotoras, o incluso puentes), este supuesto, obviamente, se hace
absurdo. Es innegable que para estos bienes la producción y sustitución será
inevitablemente discontinua y que, en consecuencia, la composición de su
stock estará sometida a cambios periódicos. En la práctica, el efecto será que,
si hay que mantener la cantidad de capital intacta, en ciertos momentos habrá
que sustituir un gran número de bienes de pequeña durabilidad y en otros
un pequeño número de bienes de mayor durabilidad; lo que significa que
la forma de la curva misma de input estará sometida a cambios periódicos.
También podría mostrarse, por otra ligera modificación de nuestro diagrama,
que es posible que esto tenga lugar de una forma que preserve una cierta
clase de continuidad tal que el stock de bienes duraderos en su conjunto sea
sustituido y mantenido constantemente; pero llevaría demasiado tiempo
entrar aquí en estas complicaciones. Tendrá que bastar poner de manifiesto
su existencia y continuar con la exposición del supuesto de esa perfecta
continuidad que está implícita en el dibujo del diagrama.

el stock de bienes duraderos

Pasamos ahora a la interpretación de los planos verticales en el diagrama


tridimensional (Fig. 6) que se aplica a los bienes duraderos. Cuando se referían
a los bienes en proceso, estos planos representaban el stock de tales bienes
que existen en cualquier momento del tiempo y esta interpretación sigue
aplicándose a los bienes duraderos. La única diferencia se refiere al concepto
de fases. Podría contemplarse a los bienes en proceso como avanzando físi-
camente de fase en fase, de forma que en cada momento sucesivo hubiesen
avanzado las mismas unidades materiales a las fases posteriores. Tratándose
de los bienes duraderos, la situación es que los servicios que maduren en
diferentes fechas están todos encarnados en la misma unidad material. Por
lo tanto, hay que considerar a cada uno de estos bienes como formado por
unidades de futuros servicios que madurarán en diferentes fechas y, por lo
tanto, pertenecerán a diferentes «fases». Quizá, de nuevo, la mejor forma
de explicar la situación es recurrir a la representación no acumulativa de la
distribución temporal de los servicios derivados del bien. Podemos concebir
el flujo de servicios que se espera rinda un bien como representado por una

175
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

franja vertical, de la que la anchura indique la tasa a la que se producirán


los servicios y la longitud el periodo durante el que tendrán lugar. En la
Figura 7a, se indica la durabilidad del bien, dividiendo la franja en secciones
que corresponden al número de periodos unitarios, digamos meses o años,
durante los que durará el bien. De esta forma, podemos representar toda la
colección de bienes de diferentes periodos, pero de la misma clase, que existen
en cualquier momento. Supongamos que el bien del tipo en cuestión dura
cinco periodos unitarios, y durante cada uno de ellos, cada bien se agota y
se produce otro para reemplazarlo. Por tanto, al principio de cada periodo
tendremos la posición mostrada en el diagrama. Tendremos un bien que acaba
de completarse y sigue representando cinco periodos unitarios de servicio,
uno que ya ha servido durante un periodo unitario y representa solo cuatro
más, etc., hasta que lleguemos al bien más antiguo del tipo que aún exista
y que represente servicios para solo un periodo más.

Es evidente que al crecer simultáneamente el número de bienes que existen


y al hacerse correspondientemente menores los intervalos a los que se pone
en servicio los nuevos, la forma de la figura tenderá a aproximarse cada vez
más estrechamente a un simple triángulo. Al tender a infinito el número de
bienes y la parte de los servicios totales representados por un solo bien ha-
cerse infinitamente pequeña, la línea «escalonada» tenderá a convertirse en
una línea recta (evidentemente, de esta forma volvemos a la representación
acumulativa de la distribución temporal de los servicios, ya que la cantidad de
servicios que todavía no están agotados en un bien en un momento particular
de su vida, bajo nuestros supuestos, será necesariamente igual a la cantidad

176
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

total de servicios que están siendo proporcionados en ese mismo momento por
todos los bienes que siguen quedando entre los que existían en el momento
en el que el bien en cuestión se puso por primera vez en servicio).

el concepto de fases en el caso de bienes duraderos

La principal diferencia entre este triángulo y los triángulos similares que


hemos usado en relación con los bienes en proceso, se relaciona con el con-
cepto de fases. En aquel caso, las diferentes «fases» que se había obtenido
dividiendo el triángulo en secciones horizontales, correspondían a diferentes
bienes. En el presente caso, hay que dividir el triángulo en franjas verticales
para obtener la parte del output a la que contribuirán los bienes individua-
les y todos estos bienes (excepto, evidentemente, los que están a punto de
agotarse) pertenecerán a un número de diferentes fases.
Las figuras triangulares que acabamos de obtener son, obviamente, idén-
ticas a los planos verticales del diagrama tridimensional. Uno de los puntos
que ayudan a explicar es lo que se quiere decir al afirmar que uno y el mis-
mo bien puede en cualquier momento pertenecer a varias o incluso muchas
fases.7 Veremos que esto está lejos de ser un concepto inútil o artificial y que
es realmente esencial para la comprensión de los factores que afectan a los
precios de estos bienes. Sin embargo, lo que queremos hacer ahora es mos-
trar cómo puede relacionarse la oferta de servicios que proporcionan estos
bienes duraderos en cualquier momento del tiempo con las inversiones que
son necesarias para producir estos bienes.
A este propósito, utilizaremos una vez más la función de input en su forma
invertida, es decir, como muestran los planos oblicuos en el diagrama tridi-
mensional. Los servicios proporcionados en cualquier momento del tiempo
por el stock total de bienes duraderos los proporcionarán, en parte, los bienes
que están casi agotados y que fueron producidos hace mucho tiempo; en parte,
por bienes que acaban de ser completados y que, en consecuencia, durarán por

7. Cf. A. Marshall, Principles of Economics, 1.ª ed., p. 109, nota: «Evidentemente, un bien puede
pertenecer a varios órdenes al mismo tiempo. Por ejemplo, un tren puede transportar a gente en una
excursión de placer y hasta ahí es un bien de primer orden; si resulta que transporta al mismo tiempo
algunas latas de galletas, alguna fresadora y alguna maquinaria que se utilice para hacer fresadoras,
es al mismo tiempo un bien de segundo, tercero y cuarto orden».

177
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

mucho tiempo; y en parte por bienes en todas las fases intermedias entre estos
dos extremos. Si representamos los servicios que surjan en cualquier momento
dado de todos los bienes que existan por la línea horizontal T3R3 en la base del
triángulo oblicuo S3T3R3P3 de la Figura 6, entonces la curva P3R3 (que hace el
papel de hipotenusa de un triángulo rectilíneo) nos dará las fechas en las que
se habrán hecho las diversas inversiones para las que deben tener lugar las
respectivas fracciones de los servicios de los bienes duraderos existentes en T3.

distribución de la vida útil esperada de los bienes duraderos

Ya hemos mencionado el motivo a priori por el que resulta probable que también
en el caso de bienes duraderos es probable que esta curva de input sea cóncava.
Es extremadamente difícil obtener muchas pruebas empíricas de su forma
real, pero toda la información que poseemos de la verdadera longitud de la
vida de los bienes duraderos utilizados en el mundo actual tiende a confirmar
esta conclusión. Las cifras más completas de este tipo disponibles se refieren al
output de los bienes de capital de las empresas de los Estados Unidos en un año
(1929).8 Desde nuestro punto de vista, estas cifras adolecen del defecto de que
excluyen los bienes de consumo duraderos y que, evidentemente, los servicios
proporcionados por los bienes duraderos de producción pueden todavía estar
muchas fases apartados del consumo, pero como estos datos están basados en
tasas de depreciación (la longitud de su vida que se supone es simplemente el
recíproco de la tasa de depreciación) corresponde aproximadamente a nuestra
función de input (es decir, muestran la parte de la inversión original que se
supone que se retornará año a año); y como nuestro propósito es simplemente
ilustrar un aspecto general, puede merecer la pena elaborar aparte de las cifras
disponibles una descripción hipotética del stock de los bienes duraderos de
producción que existirían en cualquier momento si se repitiese la producción
anual de forma continua año tras año a la misma tasa a la que se produjo
dichos bienes en el año al que se refieren nuestras cifras. El resultado de este
cálculo, representado de la misma forma que en los diagramas esquemáti-
cos que acabamos de utilizar, se muestra en la Figura 8 que insertamos. Las
destacadas irregularidades se deben claramente a una preferencia por las

8. Fabricant, 1938, p. 181.

178
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

cifras redondas (10, 15, 20, 40 años) como base para la depreciación; pero
incluso así estará claro que la «curva de input» de los bienes duraderos que
obtenemos si suavizamos los datos originales (como se ha hecho más o menos
en la Figura) es fuertemente cóncava.9

9. Otro punto de interés general que surge de las cifras del Dr. Fabricant es que muestran una
contribución esencialmente continua y ningún predominio de ninguna cifra particular para la longitud
esperada de la vida de los bienes duraderos en general. Esto está, evidentemente, muy de acuerdo con
nuestra actitud general de subrayar la continuidad esencial de la distribución de los periodos de inversión
a lo largo de una larga gama. Y contradice de plano el supuesto de la frecuencia predominante de una
duración determinada (especialmente 10 años) que se ha tomado siempre desde Karl Marx, sin prueba
alguna, como la base de la generalización, en especial en la teoría del ciclo económico. Un buen ejemplo
de ello es la afirmación del Profesor Pigou de que «hay razones para creer que muy diferentes clases de
maquinaria tienen la misma clase de longitud de su periodo de vida. Diez años parecen no ser meramente
la media, sino también la longitud claramente predominante. Esto es, en todo caso, el punto de vista del
Director del Censo Británico de Producción» (Industrial Fluctuations, 2.ª ed., 1929, pp. 229-230; véase
también Economics of Welfare, 4.ª ed., 1932, p. 38). Sin embargo, cuando se va a las páginas del Final
Report on the First Census of Production of the United Kingdom (1907) (Londres, 1922, pp. 35-36) al
que se refiere el Profesor Pigou, su afirmación apenas se sostiene. Todo lo que dice el Director del Censo
es que «al determinar la cantidad probablemente necesaria para las reservas de amortización del capital
industrial, debe recordarse que los fabricantes previsores sostienen, por lo general, que debería realizarse
una provisión en las cuentas de las empresas para la renovación de los edificios [sic] y plantas en diez
años» y «la consideración de que parte del capital no requiera renovarse en un periodo tan corto como
diez años puede ser contrapuesta, no solo frente al hecho de que se requiera una renovación más rápida
en otros casos, sino también frente al hecho de que se requiere la provisión que es el objeto de la presente
estimación para cubrir las reparaciones corrientes, así como la renovación de la planta deteriorada».
[Hayek citó incorrectamente la fecha de publicación del Final Report como 1922.- Ed.].

179
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el periodo de gestación de los bienes duraderos

El uso de la forma del input invertido a este respecto ofrece una oportunidad
para decir unas pocas palabras acerca de un problema que hasta ahora hemos
pasado por alto. Hasta aquí, se ha tratado a los bienes duraderos como si
su producción no llevase ningún tiempo, es decir, se los ha tratado como
claros ejemplos del caso ideal «input en un punto-output continuo», lo que
obviamente es todavía menos cierto que el supuesto de que un proceso
de producción que consume tiempo corresponderá siempre exactamente
al caso «input continuo-output en un punto». Siempre llevará tiempo pro-
ducir un bien duradero y, en consecuencia, y, las inversiones a las que se
debe el flujo de servicios del bien, se extenderán siempre a lo largo de un
cierto periodo de tiempo antes de que realmente el bien comience a prestar
sus servicios.

180
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

la figura de la inversión de jevons

Fue para ilustrar este punto por lo que Jevons originalmente introdujo su
figura de la inversión, utilizando un doble triángulo,10 del que (en la forma
en la que se reproduce aquí) la parte inferior representa la inversión gradual
de input en el bien mientras se lo está produciendo y la superior la desinver-
sión gradual conforme rinde sus servicios; pero aunque esto es una forma
más realista de describir la historia de la vida de un bien individual, no se
presta fácilmente a una representación del proceso completo de utilización
y mantenimiento de un stock dado de bienes duraderos. La única forma en
la que podemos ofrecer una representación esquemática de este proceso
es concentrándonos, o bien en todo el output que se debe a la inversión de
servicios en un momento determinado (la forma original de la función de
input), o en toda la inversión a la que se debe el output de un momento (la
forma invertida de la función de input).

las dificultades de combinar el periodo de gestación


y el periodo de uso en un diagrama

Ambos métodos son, evidentemente artificiales, en el sentido de que no in-


cluyen la historia completa de la vida de ningún bien individual, sino solo, o
bien los resultados de las inversiones realizadas en un momento determinado
en diferentes bienes duraderos en las diversas fases de su acabado, o las in-
versiones a las que son atribuibles los servicios derivados en cada momento
de todos los bienes duraderos que existan en cada instante. En cualquiera de
los dos casos, esto significa que dividimos, por así decir, la unidad natural que
representa un bien duradero y tratamos como si perteneciese a un proceso, ya
sea tales partes de los diferentes bienes que componen un stock dado como
si estuviesen hechas en un momento, o tales partes como si rindiesen sus
servicios en un momento.

10. W.S. Jevons, Theory of Political Economy, 1.ª ed. (1871), p. 223, 4.ª ed. (1911), p. 231. Se ha
girado la figura en 90º en comparación con el original, para hacerla corresponder con los otros diagramas
usados en la presente obra. La técnica de Jevons ha sido usada y desarrollada en la excelente discusión
de los problemas relacionados con los instrumentos duraderos por R.F. Fowler, 1934.

181
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la representación del proceso combinado

Todo esto se convierte en relevante, en cuanto tratemos de mostrar el efecto


combinado del tiempo que lleva producir un bien duradero y el tiempo que
lleva utilizarlo hasta el final. Podría, evidentemente, mostrarse de forma directa
el proceso real por el que se produce un bien duradero como en el diagrama
de Jevons, por medio de la función invertida de input, pero el resultado de
usar el bien volvería de nuevo a aparecer como un flujo de servicios que
se extendiese a lo largo de un periodo ulterior de tiempo. En lugar de ello,
queremos una descripción de la gama de periodos que tendremos que esperar
todos los productos del input que madura en un momento determinado del
tiempo. El input que madura en cualquier momento se habrá invertido en
diferentes bienes y en diferentes momentos. Tendremos que suponer que
cualquier inversión realizada en cualquier fase de la producción de un bien
duradero hace alguna contribución a los servicios que rendirá ese bien en
cualquier momento de su existencia; por lo que tendremos que esperar al
resultado de cada inversión, primero por un periodo hasta que se complete
el bien duradero y luego por una serie más de periodos que correspondan a
la vida del bien y a la tasa a la que rinde sus servicios en diferentes periodos
de su vida (incidentalmente, esto significa que hay que considerar no solo
el bien duradero mismo, sino también el input que se invierte en él, como
encontrándose en un momento y al mismo tiempo en una serie de diferen-
tes «fases»). Si bien no sería imposible representar esta situación por un
diagrama especialmente construido en tres dimensiones, prácticamente no
merece la pena dedicar mucho más espacio a este punto.11

11. Si el lector lo desea, puede construir fácilmente en su imaginación el diagrama apropiado con-
cibiendo en primer lugar la gama de periodos en los que se invierte las diferentes cantidades de input en
la producción de un bien duradero representado por un sólido del que la elevación vendría dada por la
función de input con sus coordenadas, mientras que su base sería un cuadrado. Podría luego mostrarse
la gama ulterior de periodos durante los que permanece invertida cada unidad de input invertido en
el bien duradero después de que haya sido completado, erigiendo en la superficie con pendiente hacia
arriba del sólido así obtenido y en los ángulos rectos de la primera función de input, otro sólido que
consistiese en una familia de funciones de input invertidas que describiesen la durabilidad del bien. Las
diversas distancias verticales entre la base y la superficie de arriba del sólido completo mostrarían, así,
la gama total de periodos de inversión completos desde el momento en el que se invierte el input en la

182
LA POSICIÓN DE LOS BIENES DURADEROS EN LA ESTRUCTURA DE LA INVERSIÓN

Comparado con el mundo real, evidentemente, sigue estando muy sim-


plificado incluso este caso de un bien duradero que se elabora sin la ayuda
de otros bienes duraderos (es decir, solo a partir de input puro) y que luego
sirve directamente al consumo sin ninguna cooperación ulterior de otro
input corriente. En realidad, todos los servicios que maduren en cualquier
momento concreto, así como los resultados de todas las inversiones de in-
put realizadas en cualquier momento, serán, por lo general, el resultado de
una larga cadena de usos alternativos de bienes duraderos y procesos que
consumen tiempo que forman en su conjunto un patrón muy complicado;
pero no es necesario aquí seguir todas estas complicaciones en todos sus de-
talles. Es totalmente suficiente haber elucidado el principio, de acuerdo con
el que puede describirse por una función de input incluso los patrones más
complicados de esta clase.

producción de un bien duradero hasta el momento en el que maduren los servicios del bien duradero
y todas las posibles formas en las que este periodo de inversión total puede dividirse entre la inversión
durante la producción del bien duradero y la inversión durante su vida: para algunas partes del input
total estos dos periodos, y por tanto el periodo total de inversión, será cero; para otras partes el periodo
total de inversión será igual a la suma de la duración total del proceso de manufactura del bien dura-
dero más su tiempo total de vida, mientras se invierte la mayor parte del input durante alguna otra
combinación de periodos intermedios.

183
Capítulo XI
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

La mera descripción de cualquier estructura de inversión dada por medio de la


función de input (u output) es solo preliminar, aunque sea un preliminar muy
necesario para el problema central del que nos tenemos que ocupar. Hasta este
momento no habíamos considerado las razones por las que se debería haber
elegido cualquier estructura particular de producción frente a todas las otras
posibles organizaciones de los recursos disponibles. Es decir, hemos pasado por
alto toda consideración de la diferente productividad de las diferentes formas
de inversión y su influencia sobre la elección de una determinada estructura
de inversión. En los dos últimos capítulos en particular, se había basado ente-
ramente la exposición en el concepto de la función de input que, por definición,
excluye cualquier consideración de las posibles variaciones de la dimensión del
output total que se deriva de un input dado. A este respecto, no hubiese habido
gran diferencia si hubiésemos usado para este propósito de mera descripción
de la estructura de la producción, la función de output en lugar de la función
de input. Incluso en este caso, no habríamos podido investigar la relación entre
la forma en la que se invierte el input y la dimensión del output, lo que solo
puede hacerse si sabemos la conexión exacta entre las particulares funciones
de input y las particulares funciones de output; y esta conexión está estrecha-
mente relacionada con, y en parte depende de, el tipo de interés.

efecto de las variaciones en la estructura de la inversión


sobre la dimensión del producto

Sin embargo, el tipo de interés depende de una relación que todavía no hemos
considerado, a saber, la relación entre las variaciones de la estructura de la
inversión y de las de la dimensión del output.1 Esta relación no es la misma

1. [Aquí Hayek adopta un enfoque fisheriano, considerando el tipo de interés como dependiente,
en parte, de las posibilidades intertemporales de transformación, y no como (al igual que F.A. Fetter y
algunos economistas neoaustriacos) dependiente solamente de las preferencias intertemporales.- Ed.].

185
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que la conexión, dentro de cualquier estructura dada de inversión, entre


el valor de las diversas unidades de input y el valor de las correspondientes
unidades de output; y es importante que no se confunda estas dos cosas.
En este caso tenemos que tratar del crecimiento del valor en el tiempo, a
un tipo dado de interés, en el curso de un proceso dado de producción. Y se
representará este crecimiento del valor por la diferencia entre una función de
input dada y la correspondiente función de output. Sin embargo, en el caso
que queremos considerar ahora, el objeto de la investigación es la conexión
entre las variaciones en la forma de la función de input y las variaciones
en la forma de la función de output. La cuestión que tenemos que contestar
es cómo reacciona la productividad de la inversión a los cambios en la serie
de periodos de inversión.

no puede reducirse las series de periodos de inversión


de forma útil a un solo intervalo de tiempo

Ahora podemos ver claramente por qué solo puede formularse correctamente
la teoría del interés después de que hayamos obtenido un conocimiento ade-
cuado de la naturaleza de la estructura de la inversión. En el pasado, ciertas
concepciones supersimplificadas han llevado a un enfoque del problema
del interés que sirve de poco para explicar los fenómenos del mundo real.
Estos conceptos entraron en el análisis cuando se reconoció abiertamente
por primera vez que había una clara relación entre la necesidad de capital y
el tiempo que pasa entre la inversión y la maduración del producto y cuan-
do se convirtió explícitamente esta relación en la base del análisis teórico.
Jevons y Böhm-Bawerk e incluso, aunque con algunas reticencias, Wicksell,
suponían que la variedad de diferentes periodos de espera a los que tenemos
que enfrentarnos podía reducirse de alguna forma a un único intervalo de
tiempo y que esta media o periodo agregado de inversión de la sociedad, que
se consideraba un dato técnico, se podía relacionar inequívocamente con la
cantidad de capital. Bajo este supuesto de una correlación única entre «la
oferta de capital» y alguna dimensión temporal única de la inversión que
podía determinarse con datos puramente técnicos, parecía posible representar
la productividad de la inversión como una función simple «del» periodo de
inversión o, lo que se consideraba equivalente, la cantidad de capital. Se su-

186
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

ponía que la dimensión del producto total aumentaría a una tasa decreciente
con los sucesivos aumentos de este periodo de inversión (o de la cantidad
de capital) y que el ratio entre el aumento marginal del producto (debido
a la última extensión del periodo de inversión medio) y el producto total
determinaban el tipo de interés.2

ni la serie de periodos de espera encarnada en una estructura


de inversión dada, ni la oferta de «espera»
son magnitudes unidimensionales

Este enfoque adolece de dos defectos fundamentales, que no solo hacen inapli-
cables las conclusiones a cualquier fenómeno real, sino que las privan de valor
como una simplificación inicial, ya que los supuestos irreales que hace no se
refieren meramente a circunstancias incidentales, sino que afectan a la raíz
misma del problema y, en consecuencia, hacen imposible continuar a partir de
ellos a casos más realistas. El primero de estos dos defectos es el supuesto de
que la variedad de periodos de espera que implica cualquier estructura dada
de producción puede combinarse sobre una base tecnológica y describirse en
términos de un agregado único que tiene un significado inequívoco. El segundo
defecto es el supuesto de que la medida en la que estamos en la posición de
esperar parte del producto de los recursos existentes, sin reducir el consumo
por debajo del nivel al que se lo puede mantener permanentemente, puede
expresarse en forma similar en términos de una única «cantidad de espera»,
una especie de producto del volumen de mercancías a las que tenemos que
esperar y del tiempo por el que tenemos que esperarlas. Estos dos puntos
son tan importantes que es necesario ocuparse de ellos separadamente con
considerable detalle.

2. [En el enfoque que describe Hayek, el tipo de interés viene determinado por la tasa marginal
intertemporal de transformación (la «productividad marginal del rodeo») en términos de porcentaje.
La intuición consiste en que si esperar otro año para cortar un árbol rinde un 5% más de madera y,
en forma similar, cualquier otra ampliación de un año de la producción rinde otro 5%, nadie prestará
a un interés de menos de un 5% anual o tomará prestado a menos de dicho 5%.- Ed.].

187
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

condiciones bajo las que sería válida la descripción


en términos de un intervalo de tiempo único

Todos los intentos de reducir la compleja estructura de los periodos de espera


que se describe por las funciones de input y output a un agregado único o
medio,3 a los que podrían generalmente sustituir estas funciones en la discu-
sión de la productividad de la inversión, están destinados a fracasar, porque no
pueden reducirse los diferentes periodos de espera a un común denominador
en términos puramente técnicos, lo que solo sería posible suponiendo que
nos enfrentásemos solo a una clase homogénea de input,4 y que el valor del
producto fuese siempre directamente proporcional a la cantidad de este input
que se utilizase. Por supuesto que ninguno de estos supuestos es cierto en
la realidad, pero son ideas como esta, que se remontan a las teorías del coste
real del valor, las que hasta hace muy poco han desfigurado e invalidado gran
parte de la teoría del capital.5

3. En las discusiones tradicionales de estos problemas solo se ha utilizado el concepto de periodo


medio de inversión o de producción, pero está evidentemente relacionado de forma exclusiva con la
idea de un agregado o una suma de todos los periodos de inversión. Y para dejar claro que nuestras
objeciones no están meramente dirigidas contra el proceso de hacer una media, sino contra la idea
en su conjunto de que puede describirse adecuadamente la estructura de inversión por un proceso de
suma de los periodos de inversión individuales, a lo largo de todo este texto se utilizará la expresión
«agregado o media». En términos del diagrama, el concepto de un agregado de todos los periodos de
inversión se representa por el área limitada bajo la curva de input y es siempre igual a la línea de
base del triángulo curvilíneo multiplicada por su altura media (que representa el periodo medio de
inversión). El punto importante es que no puede considerarse que los triángulos con la misma área
pero limitados por las curvas de input de diferentes formas representen cantidades iguales de capi-
tal, porque la forma de la curva de input posee un significado especial que no debe pasarse por alto.
4. Esto implicaría también que no podrían usarse los productos intermedios que resulten de la
inversión de este input para ningún otro propósito que para el que estaban dirigidos originalmente
y, por tanto, no habría que tomarlos como recursos aparte.
5. [El valor del producto no es «siempre directamente proporcional» a la cantidad de input ante-
rior, porque este valor incluye también el interés compuesto sobre el valor del input y, por tanto, el
ratio del valor del producto al input depende del tipo de interés (expresado en forma alternativa, el
valor imputado del input por dólar del output posterior depende del tipo de descuento). Como se ha
observado previamente, David Ricardo y Karl Marx reconocieron que esto es una anomalía a la que se
enfrenta su teoría del valor trabajo, la más importante de las «teorías del coste real del valor».- Ed.].

188
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

los dos puntos principales en los que los supuestos


tradicionales son contrarios a la realidad

En realidad, nos enfrentamos a una situación en la que, en primer lugar, hay


un gran número de diferentes clases de input y, en segundo, lo que es más
importante, el valor del producto debido a las diferentes unidades de input
es variable y puede variárselo deliberadamente utilizando más o menos de
la clase particular de input en combinación con otras clases de input.
La primera de estas dos circunstancias significa que en todos los casos en
los que se aplica diferentes clases de input en diferentes fases de cualquier
proceso de producción, las cantidades relativas de espera implicadas en los
diferentes procesos dependerán de los valores relativos de las diferentes clases
de input. Para llegar a una cifra agregada de la cantidad de espera implicada en
cada proceso, tenemos que asignar ponderaciones concretas a las diferentes
unidades de input y hay que expresar necesariamente estas ponderaciones
en términos de valor; pero los valores relativos de las diferentes clases de
input dependerán inevitablemente del tipo de interés, de forma que no puede
considerarse un agregado que sea independiente de, o un dato que determine,
el tipo de interés.
La segunda dificultad es todavía más seria y está directamente conectada
con el hecho ya señalado de que en algunos casos solo viene dada directamente
la función de input (es decir, la sucesión de periodos por los que tenemos que
esperar los productos de diferentes unidades de input) y en otros casos solo
la función de output (es decir, la sucesión de periodos por los que tenemos
que esperar las diferentes unidades de output) y que solo puede convertirse
la una en la otra bajo el supuesto de que esté dado el tipo de interés. Esto
significa que en muchos casos (en todos los casos en los que se trate de bie-
nes duraderos) no podemos decir en ninguna forma general y por motivos
puramente técnicos, cuánto permanecerán invertidas las diferentes partes de
la cantidad total de input. Pero esto no es todo: el hecho de que el valor de
cualquier inversión crezca gradualmente (a interés compuesto) en el valor
variable de su producto, significa que habrá que considerar como invertidas
cantidades cada vez mayores en cada periodo sucesivo en el que continúe
la inversión dada. Si, por ejemplo, el producto de la inversión de un año de
una cantidad dada de input se reinvierte por otro año, la cantidad que se

189
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

reinvierte incluye el interés generado sobre la inversión original durante


el primer año. Y el resultado de invertir una cantidad dada de input, a un
tipo dado de interés, por dos años, será mayor que el resultado de invertir dos
veces la cantidad de input por un año.

la «cantidad de espera» no es directamente


proporcional al periodo de inversión

El efecto de todo ello es que la cantidad de espera que va unida a una inver-
sión concreta no es simplemente proporcional a la longitud del periodo de
inversión y el valor del input invertido, sino que depende también del tipo
de interés.6 En consecuencia, cuando comparamos dos diferentes estructuras
de inversión, no será siempre posible decir siquiera por motivos puramente
técnicos, cuál de las dos lleva consigo la mayor cantidad de espera. Para una
serie de valores relativos de las diferentes clases de input y un tipo de interés,
una estructura, y para una serie diferente de valores o un diferente tipo de
interés la otra, representará la mayor cantidad de espera o será «más larga» en
el sentido en el que se ha usado comúnmente este término.7 Si, por ejemplo,
tomamos dos estructuras de inversión de procesos de producción en las que se
utiliza el trabajo y las materias primas en diferentes proporciones, pero en una
serie de precios relativos del trabajo y las materias primas el periodo medio
de inversión para el total del input es el mismo, un aumento del precio del

6. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 184: «Debería quizá señalarse aquí que el supuesto de que el
periodo medio de inversión es independiente del tipo de interés (es decir, del interés simple) se aplica
solo, estrictamente hablando, cuando diferentes inversiones de capital se refieren a uno y el mismo acto
futuro de consumo (como en el ejemplo de Böhm-Bawerk). En el caso opuesto, cuando uno (o más)
factores de producción se invierten en un solo bien de capital o bien de consumo duradero, puede verse
fácilmente que el periodo medio de inversión dependerá del tipo de interés, incluso con interés simple».
«En su conjunto, la teoría de la coincidencia del tipo de interés y la “productividad marginal de la
espera” solo es aplicable como una fórmula matemática exacta bajo ciertos supuestos abstractos. Esto
es totalmente natural, ya que la espera por parte de la sociedad en su conjunto —y frecuentemente
también por parte del individuo— no es una cantidad simple, sino que es, como acabamos de señalar,
algo complejo; “la espera media”, como regla, solo existe como un concepto matemático sin ningún
significado directo físico o psíquico».
7. [Hayek se refiere aquí a lo que pasó a ser conocido como «switching» o «inversión del capital»
en las controversias del capital de Cambridge de los 1960 y 1970.- Ed.].

190
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

trabajo con respecto al de la materia prima hará que el periodo medio de uno
de los dos procesos sea más largo que el del otro y una reducción del precio
del trabajo con respecto al de la materia prima tendrá el efecto opuesto.8

no puede decidirse por motivos puramente técnicos cuál de las dos


estructuras de inversión en su conjunto lleva consigo más espera

En pocas palabras, no hay forma en la que pueda combinarse la variedad de


periodos técnicos durante los que tenemos que esperar, bien a los productos de
diferentes clases de input o a unidades concretas del producto en un agregado
o media que pueda considerarse como un dato técnico. Independientemente
del procedimiento que adoptemos, la misma combinación técnica de diferentes
inputs bajo diferentes condiciones, resultaría corresponder a diferentes periodos
agregados o medios, y entre las diferentes combinaciones, unas veces una y
otras veces otra, resultaría ser la «más larga»; pero como la dimensión del
producto dependerá claramente de la combinación técnica de las diferentes
clases de input, obviamente no se la puede representar como una función de
cualquier periodo de inversión agregado o medio. Todo lo que podemos decir
es que depende de la combinación de los diferentes periodos de inversión
o de espera que son inconmensurables en términos puramente técnicos y
que ceteris paribus una variación de cualquiera de estos periodos dará lugar
a un claro cambio en la dimensión del producto. Por lo tanto, tenemos que
basar el siguiente análisis en la multiplicidad de datos proporcionados por
nuestra descripción de la estructura de inversión, sin tratar de combinarlo
en una única función de productividad de la espera o del capital.

la dificultad correspondiente en el concepto


de una oferta dada de espera

La dificultad asociada a la idea de que la productividad del capital depende


inequívocamente de la longitud de un periodo concreto agregado o medio
tiene su homóloga en una dificultad similar relacionada con el concepto de

8. Véase más abajo, capítulo XV, pp. 245 y ss. una discusión ulterior de los puntos suscitados
provisionalmente en los dos últimos párrafos.

191
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

una oferta concreta de capital que se supone hace posible «esperar» un periodo
agregado o medio determinado. A veces se supone que una «cantidad» de
capital dada está disponible de una forma «libre». En este contexto, el vago
concepto de «capital libre» apenas puede significar otra cosa que un stock de
bienes de consumo disponibles, que, si se los consume a una tasa dada, nos
permitirá esperar durante un periodo concreto el producto de la actividad
de producción corriente. Pero, aunque este no es un supuesto imposible, no
es útil. En primer lugar, la oferta de capital nunca está dada en la forma de
bienes de consumo en la medida de más que una pequeña fracción de su
total; y en segundo lugar, los problemas que surgirían si estuviese dada de
esta forma serían muy diferentes de los problemas que surgen en la realidad
bajo las condiciones en las que se abastece el consumo corriente a partir del
output corriente y al menos se debe parcialmente al input (mixto) corriente.9

el fondo de subsistencia de böhm-bawerk

En lugar de este concepto irreal de un stock real de bienes de consumo,


Böhm-Bawerk introdujo10 el concepto más refinado de fondo de subsisten-
cia, que consiste, no en bienes de consumo disponibles, sino en cantidades
de bienes de consumo prospectivas o incipientes que por el momento solo
están representadas por productos intermedios. Sin embargo, este stock de
productos intermedios correspondería a una cantidad concreta de bienes de
consumo y por lo tanto determinaría un único posible periodo de espera, con
tal de que todos los bienes intermedios fuesen completamente específicos
en el sentido de que cada uno de ellos solo se pudiese convertir en una can-
tidad fija de bienes de consumo que madurasen en una fecha concreta. De
hecho, solo en casos excepcionales los bienes de los que consiste el stock de
capital son específicos en este sentido. Por lo general, la cantidad de bienes
de consumo obtenibles a partir de un producto intermedio dado o fechas en
las que esta cantidad será disponible, dependerá, como en el caso del puro
input, de cómo se utilice el bien, es decir, de con qué clases y cantidades de
otros bienes de capital se combine. Un stock dado de bienes de capital no

9. Cf. Capítulo VII, p. 130, nota a pie de página 4.


10. Cf., sin embargo, el pasaje de N.W. Senior. citado arriba, p. 127, nota a pie de página 1.

192
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

representa un flujo único de output potencial de dimensión y forma temporal


definidas, sino que representa un gran número de flujos alternativamente
posibles de diferentes formas y magnitudes temporales.

significado de la «oferta de capital»

De hecho, lo que se entiende por «oferta de capital», en la medida en la que


este término se refiera a cosas del mundo exterior y no simplemente a una
actitud psíquica (es decir, a una preferencia por flujos de renta de formas
temporales particulares), puede describirse con más exactitud solo en términos
de las formas alternativas en las que pueda utilizarse el stock existente de
recursos no permanentes para aportar contribuciones a la renta en diferentes
fechas. Puede utilizarse cada una de las partes constituyentes de este stock de
varias formas y en varias combinaciones con otros recursos permanentes y
no permanentes, para generar flujos de renta temporales mientras esperamos
el rendimiento de otros recursos que se han invertido en procesos que no
darán lugar a su producto hasta una fecha posterior. Lo que sacrificamos para
obtener un flujo de renta de una forma particular es siempre las partes de los
flujos potenciales de renta de otras formas temporales que podríamos haber
tenido en su lugar. Por lo tanto, el dato normalmente llamado la «oferta de
capital» puede describirse adecuadamente solo en términos de la totalidad
de todos los flujos de renta alternativos entre los que nos permite escoger
la existencia de un cierto stock de recursos no permanentes (junto con el
flujo esperado de input).

los datos del problema

Esto nos devuelve a nuestro punto de partida y a la correcta formulación


de nuestro problema principal. Nuestra tarea es determinar los principios
sobre los que se pueda combinar de la manera más efectiva un stock dado
de recursos no permanentes (incluyendo, evidentemente, cualquier oferta
de bienes de consumo que no se necesite para el consumo corriente) con el
flujo esperado de input, con el fin de dar lugar a ese flujo de renta que se
prefiere a todos los demás flujos de renta posibles. El dato inicial del que
tenemos que partir es una descripción completa de los resultados que se

193
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

sabe son obtenibles de las diversas combinaciones del stock existente de


recursos no permanentes con el flujo esperado de puro input; lo que sig-
nifica que los datos que requerimos en el lado técnico no son simplemente
la cantidad de alguna sustancia homogénea, algún «fondo» dado de capital,
sino una completa enumeración de todos los diferentes flujos de renta que
se puedan obtener a partir de recursos dados y de las formas en las que se
ven afectados estos flujos de renta al variar el uso que se hace de los recursos
concretos.11 En otras palabras, los únicos datos técnicos son las cantidades de
una gran variedad de diferentes recursos con una información completa
acerca de cómo pueda usárselos, las cantidades del producto que se puede
obtener a partir de las diferentes formas de usarlos y las fechas en las que
se obtendrá el producto.12

el problema de la preferencia temporal pospuesto


por el supuesto de que se desea un flujo de renta constante

Además de esto, evidentemente, necesitaremos una información concreta


acerca de la actitud psíquica del individuo o individuos afectados, sus prefe-
rencias entre flujos de renta de diferentes formas temporales o su voluntad
de someterse a una reducción temporal del consumo para poder aumentarlo
más tarde, o viceversa. Pero, para facilitar la exposición, dividiremos nuestra
discusión del problema en dos partes. En primer lugar, limitaremos nuestra
atención a los efectos de la productividad de la inversión, bajo el supuesto de
que el objetivo es obtener un flujo de renta que permanezca constante en el
tiempo bajo todas las circunstancias. Más adelante, después de haber anali-
zado los efectos de la productividad en este caso comparativamente simple,
pasaremos a estudiar el efecto de la posible voluntad de la gente afectada de
dejar que la dimensión del flujo de renta varíe en el tiempo. El significado
exacto de este supuesto de que la gente persiga un flujo de renta constante,
se explicará al comienzo del próximo capítulo en relación con otros supuestos
simplificadores que tendremos que emplear en nuestro primer enfoque para
la solución del problema.

11. Cf. Irving Fisher, The Nature of Capital and Income, 1906.
12. Cf. la última sección del capítulo XIV más abajo.

194
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

En el resto del presente capítulo trataremos meramente de resumir los


problemas que han surgido de este primer estudio de la productividad de la
inversión y los reformularemos de una forma en la que sean más útiles en
los estadios subsiguientes del análisis.

la relación general entre la dimensión del output


y la serie de periodos de inversión

Se recordará que en el primer diagrama que utilizamos, el triángulo curvilí-


neo, cuya área representaba la parte del flujo futuro de output que ya existía
en forma de recursos no permanentes, se dibujó bajo el supuesto de que se
había decidido un método particular de usar estos recursos, una estructura
particular de producción. Serían posibles muchas otras formas de combinar
estos recursos con el flujo esperado de input, y cada una de ellas daría un flujo
de output que habría que representar por un triángulo de forma diferente.
Hemos visto que es imposible representar el tamaño o forma de este flujo de
output como dependiente de algún intervalo temporal único que se aplica a
la inversión de todas las diferentes clases de input (algún periodo agregado
o medio único de inversión) y que tenemos que comenzar analizando los
efectos de las variaciones de las inversiones o periodos de espera individuales
que puedan aislarse.
Esto significa que todo lo que podemos decir en la práctica es que si ya está
determinado el uso hecho del resto del input, las variaciones en los periodos de
inversión de unidades concretas o grupos de input llevarán a ciertos cambios
conocidos de la dimensión del producto; y en todos los casos en los que tenga
que tenerse en cuenta como alternativa real el alargamiento de cualquier
periodo de inversión concreto, su efecto será aumentar el producto obtenido
a partir del input en cuestión; pero la dimensión del aumento del producto a
que dé lugar cualquier extensión concreta de un periodo de inversión indi-
vidual dependerá del uso que se haga de todo el resto del input. Por ello, no
puede considerarse la cuantía del rendimiento meramente como una función
de este periodo de inversión particular, sino como una función de todos los
periodos de inversión individuales de las diferentes unidades de input.

195
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

con vistas al análisis ulterior solo se necesita conocer


los efectos de las variaciones marginales

Este es, quizá, el lugar en el que debería subrayarse expresamente que, mientras
que hasta ahora hemos supuesto que puede determinarse el producto físico
de cada unidad individual de input, este supuesto no es esencial a efectos
de nuestro análisis ulterior. Todo lo que tenemos que saber en relación con
lo que sigue son los efectos de los cambios marginales13 y particularmente
las relaciones entre los cambios en los periodos de inversión de las unidades
particulares de input que puede ser aconsejable usar de forma diferente en
la posición dada y los cambios en la cantidad total de capital. Estrictamente
hablando, a este propósito no sería siquiera necesario saber la longitud total
de estos periodos de inversión y bastaría si conociésemos la cantidad en la
que se alarga o acorta un periodo particular de inversión, es decir, el intervalo
de tiempo entre el momento en el que (como consecuencia del cambio en
cuestión) se reduce el flujo de output y el momento en el que madurará algún
output adicional que se ponga en su lugar. Según la fecha del nuevo output
sea más tardía o más temprana que la del output que ha sido sacrificado para
obtener aquél, habrá que alargar o acortar el periodo de inversión, y a este
respecto no necesitamos volver a remitirnos a la fecha en la que se invierte
el input; pero como, por lo general, no conoceremos qué unidades de input
hemos usado de manera diferente para dar lugar a un aumento del output
en una fecha y reducirlo en otra, normalmente no será más difícil evaluar la
longitud total del periodo de inversión de una unidad particular de recursos
que conocer el cambio marginal en dicho periodo.

no es siempre posible relacionar unidades individuales


de input con unidades individuales de output

Sin embargo, es innegablemente cierto que la estructura de la inversión dada


por la técnica es raramente tan simple de carácter, si es que lo es en algún

13. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 260: «Fundamentalmente es claramente tan absurdo preguntar
cuánto trabajo se invierte en uno u otro uso anual como tratar de averiguar qué parte de un pasto se
convierte en lana y qué otra en carne de ovino. Solo en el margen de producción puede diferenciarse
estas cantidades y tener un significado concreto que se les asigne».

196
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

caso, que pueda siempre adscribirse inequívocamente las unidades particu-


lares de input a esas cantidades particulares de output (N.T. no puede ser
input, como dice el original). La popularidad de la que han gozado entre los
autores del tema los ejemplos del cultivo de árboles o de la crianza del vino
se debe al hecho de que estos ejemplos corresponden muy estrechamente
a estos casos extremadamente simples, el caso «input en un punto-output
en un punto»; pero suponer que pueda tratarse todos los casos de inversión
según estas líneas es eludir los principales problemas. Como hemos visto,
la relación entre el producto y el input utilizado, por lo general, se encon-
trará en la naturaleza de una demanda conjunta de recursos a utilizar en
diferentes momentos para producir el output de un momento dado, o una
oferta conjunta de productos extendidos a lo largo del tiempo y debidos al
input invertido en un momento, o será una combinación de ambos casos.
A veces, podremos decir solo que una determinada cantidad de output se
debe a todo el input invertido a lo largo de un periodo de tiempo, sin poder
decidir sobre una base técnica qué parte del output se debe a las cantidades
de input invertidas en fechas concretas. Otras veces lo único que podrá
considerarse como un dato técnico será el hecho de que el input invertido
en una fecha determinada da lugar a un flujo de output que se extiende a
lo largo de un periodo de tiempo, y no nos encontraremos en la posición
de afirmar en términos generales qué parte de este flujo debe atribuirse a
unidades particulares de este input. E, incluso más frecuentemente, el único
vínculo técnico que podremos establecer será la conexión entre un flujo de
input que se extiende a lo largo de un periodo de tiempo y un flujo de output
que se extiende a lo largo de otro periodo de tiempo.

uso del principio de variación

En muchísimos casos, aunque no en todos, el hecho de que la conexión entre


estos agregados de input y agregados de output no sea absolutamente rígi-
da hace posible analizarla con más detalle. Siempre que pueda variarse de
forma continua (al menos dentro de ciertos límites) las cantidades de input
invertidas en fases concretas del proceso, será posible observar los efectos
de las variaciones marginales del input sobre la cantidad de output en fechas
determinadas. Donde se trate de procesos de producción que consumen

197
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tiempo, por lo general, será posible invertir algunas de las unidades del in-
put en una fase anterior, es decir, por un periodo más largo, o invertir más
unidades por un periodo dado y observar el efecto de esta variación sobre
la magnitud de la maduración del producto en una fecha determinada; y en
este sentido, será posible afirmar cómo variará el producto, ceteris paribus,
con las variaciones del periodo de inversión de este factor. De forma similar,
donde tengamos que tratar con bienes duraderos, será a menudo posible
observar que los cambios de las cantidades de determinadas clases de input
invertidas en ellos, darán lugar a claros incrementos o decrementos de los
servicios suministrados por estos bienes en fechas determinadas; y enton-
ces también será posible aquí decir que, ceteris paribus, la inversión de una
proporción creciente de la oferta total del factor en cuestión por periodos
más largos llevará a aumentos del output a una tasa concreta.
Pero incluso cuando se dé esta variabilidad continua de la estructura de
inversión que haga posible establecer las contribuciones al output debidas a
variaciones en los periodos de inversión de determinados factores, seguiremos
teniendo que enfrentarnos a la dificultad de que esta dependencia funcional
de la dimensión del producto con respecto al periodo de inversión de la unidad
de input de que se trate, es solo cierta para una disposición particular de todos
los demás inputs y será diferente para cualquier otra; y no puede disponerse
los efectos de las variaciones de los periodos de inversión de las diferentes
unidades de input, tal y como hemos visto, de alguna forma inequívoca,
de acuerdo con la longitud de los periodos, de manera que pueda decirse
siempre que una estructura compleja de inversión sea más larga que otra o
que pueda describirse la dimensión total del producto como dependiente de
la longitud de la estructura de la inversión.

a veces no podemos establecer ninguna relación física más allá


de la que hay entre agregados de input y agregados de output

Finalmente, existe la dificultad, a la que hasta ahora solo habíamos aludido


colateralmente, de que en muchos casos solo se darán bloques o conjuntos
de input y bloques o conjuntos similares de output entre las unidades con-
cretas de las que sea imposible establecer conexión alguna por el principio
de variación marginal, porque la tasa a la que hay que invertir el input en

198
LA PRODUCTIVIDAD DE LA INVERSIÓN

diferentes momentos y la tasa a la que madura el output no son susceptibles


de variación, sino que están rígidamente fijadas para un proceso particular.
En estos casos, como veremos, todo lo que tenemos en que basarnos es la
variación en el valor del producto en cuestión con respecto a la variación en
la cantidad total de input dedicada a su producción.
Tal es, por tanto, la diversidad de posibles variaciones en la estructura de
inversión que tendremos que tener en cuenta en nuestra búsqueda de los
principios sobre los que puede combinarse cualquier stock de recursos no
permanentes con el flujo esperado de input de la forma más ventajosa.

199
Capítulo XII
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO
CONSTANTE DE OUTPUT

supuestos sobre los que se examinará en primer lugar


los principios que determinan la estructura temporal
de la producción: (a) la oferta de recursos

Tenemos que comenzar nuestra discusión de las formas en las que hay que
organizar todos los recursos para obtener el mejor resultado, formulando de
forma más completa los supuestos a partir de los que avanzaremos. Nuestro
punto de partida será una comunidad equipada desde el principio con un
stock de muchas clases de recursos no permanentes y que espera disponer
un flujo constante de input puro1 que pueda combinarse con los activos de
capital de las múltiples formas que ya hemos descrito para obtener flujos
de output de diferentes formas y dimensiones temporales.
Sea cual fuere el plan provisional para la combinación de estas diferentes
clases de recursos que suponemos que vamos a contemplar, siempre habrá
numerosas posibilidades de aumentar la dimensión del producto obtenido a
partir de unidades concretas de input o elementos concretos de capital, uti-
lizándolos de forma tal que se posponga la fecha en la que vayan a rendir su
producto. La gama de estas posibilidades será muy amplia. Puede alargarse
aún más los periodos de inversión que ya son muy largos, así como los que
son comparativamente cortos; y en algunos casos, una extensión relativamente
corta de un periodo de inversión o de una gama de periodos de inversión
puede dar lugar a un aumento del producto relativamente grande, mientras
que en otros una extensión muy considerable de un periodo de inversión
puede resultar solamente en un pequeño aumento del producto.
La razón por la que solo se aprovechará algunas de estas posibilidades de
aumentar el producto a partir de determinadas unidades de input es, eviden-

1. [Es decir, un flujo constante de servicios de trabajo y tierra.- Ed.].

201
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

temente, que cualquier aplazamiento del rendimiento de estas unidades de


input dará lugar, ceteris paribus, a un intervalo en el flujo esperado de renta
en algún punto, intervalo que habrá que rellenar si se quiere que el flujo de
output sea constante, invirtiendo otras unidades de input por periodos corres-
pondientemente más cortos. Siempre que haya alguna limitación en la medida
en la que los miembros de nuestra sociedad estén dispuestos a restringir su
consumo con vistas a aumentar el output que pueda obtenerse invirtiendo
el input por periodos más largos, existirá siempre el problema de decidir qué
parte del input disponible deba invertirse por periodos relativamente largos
y qué parte debe usarse como sustento en el intervalo que transcurra antes
de que llegue el producto invertido por los periodos más largos.

(b) se estudiará el problema general del valor


para una «economía simple»

La decisión acerca de cuál de las combinaciones alternativamente posibles


de los recursos es la más ventajosa y la cuestión de cómo avanzar en cada
caso concreto para llegar a este mejor criterio total, suscita, obviamente, un
problema de valor de la naturaleza más general. Se trata de un problema del
valor que surgiría independientemente de cualquier posibilidad de intercam-
bio entre diferentes personas, ya que incluso un individuo aislado tendría
que tener en cuenta el mismo factor al tomar sus decisiones. En casos de tal
naturaleza, siempre es útil comenzar estudiando el problema en su forma
más general, es decir, en el caso en el que una persona individual administre
todos los recursos disponibles al servicio de un único sistema de fines.2 Este
supuesto nos permite investigar la influencia de los datos tecnológicos en
su forma más simple, sin tener que tomar en cuenta las diferencias en los
objetivos de una multiplicidad de personas y los efectos de una diferente
distribución de los recursos entre ellas. Solo en una segunda e independiente
fase del análisis relacionaremos el resultado obtenido bajo este supuesto con
la explicación de los precios en una economía de intercambio.3

2. Cf. el pasaje de Marshall citado más arriba, Capítulo II p. 49, nota a pie de página 1.
3. [Un enfoque algo similar se utiliza generalmente hoy en la exposición de la teoría del
bienestar de equilibrio general, en la que se trata la consecución de la eficiencia de Pareto como

202
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

—es decir, para una sociedad comunista—

Pero, aunque nos serviremos de la idea de un sistema económico dirigido por


una voluntad única, no volveremos al caso de un individuo único, un Robin-
son Crusoe que actúe en completo aislamiento. Obviamente, tal individuo
no sería capaz de utilizar más de unas pocas de las ventajas de los procesos
consumidores de tiempo, ya que la mayor parte de ellos solo son aplicables
cuando se lleva a cabo la producción en una escala bastante grande y donde
hay la posibilidad de un alto grado de especialización o división del trabajo.
Por ello, ayudará más considerar el caso de una sociedad comunista, en la
que toda la actividad económica está dirigida por la voluntad de un único
dictador o administrador general. Mantendré este supuesto a lo largo de este
y los siguientes seis capítulos y dejaré la consideración de los problemas de
un mercado hasta el capítulo XVIII.4

—que previamente era estacionaria—

Supondremos que esta sociedad comunista está equipada, en el momento en


el que comenzamos a considerarla, de un stock de recursos no permanentes
de muy diferentes clases. Algunos de estos serán el resultado de la actividad

un «problema del planificador social» antes de que se introduzcan los precios y los mercados des-
centralizados.- Ed.].
4. Acerca del significado de este procedimiento metodológico, Cf. Friedrich Wieser, Theory of
Social Economy, Nueva York, 1927. Apenas hay que añadir que tal discusión de cómo debería actuar
un dictador comunista si quisiese obtener una distribución económica de los recursos no prejuzga en
absoluto la cuestión de si podría actuar así; en otras palabras, estamos suponiendo un dictador omnis-
ciente sin, evidentemente, creer que pudiera existir alguna vez tal dictador. [Hayek citó incorrectamente
la traducción del título del libro de Wieser como Theory of Social Economy. En sus contribuciones al
debate del cálculo socialista, Hayek criticó acerbamente la creencia de que un planificador central pudiese
tener todo el conocimiento necesario para planificar una economía moderna de forma eficiente. En
«The Use of Knoledge in Society», reimpreso en Individualism and Economic Order, p. 77, como todo
el mundo sabe, argumentó que el problema de optimización al que se enfrenta un hipotético dictador
«claramente no es el problema económico al que se enfrenta la sociedad» porque «el conocimiento de
las circunstancias de las que tenemos que servirnos nunca existe de forma concentrada o integrada,
sino solo como los bits dispersos de conocimiento incompleto y frecuentemente contradictorio que
poseen los individuos por separado».- Ed.].

203
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

productiva del pasado y otros serán recursos naturales que se deprecian, de


varias clases. El problema de nuestro dictador será entonces cómo hacer el
mejor uso de este stock, es decir, cómo obtener de él el flujo de renta que
se prefiere a todos los demás flujos que también son técnicamente posibles.
Podemos suponer que en el pasado, la cantidad de estos recursos no perma-
nentes o «de capital» que se utilizaba en cada una de las diversas industrias
y procesos, venía determinada, o bien arbitrariamente, o de acuerdo con
alguna rutina tradicional, pero sin ningún cálculo concreto de rentabilidad.
Supondremos, en particular, que nuestro dictador ha menospreciado tomar
en cuenta el factor del interés en sus cálculos; pero podemos suponer que
ahora se ha hecho tan evidente que la distribución tradicional de estos
recursos entre las diferentes industrias es tan ineficiente, que el dictador se
ve obligado a tratar de llegar a una redistribución que asegure el uso de los
recursos de la mejor forma posible. ¿Bajo qué principio tendría que actuar?

—y ahora se dirige a producir en el futuro


el mayor flujo posible de renta constante

Mencionamos en el último capítulo que, al discutir este problema, tendríamos


que empezar por hacer otro supuesto simplificador más. Supondremos que
lo que intenta el dictador es producir el mayor flujo posible de renta que
permanezca constante en su dimensión, lo que significa que, por el momento,
excluiremos la posibilidad, tanto de reducir temporalmente el flujo de renta
para aumentarlo en una cantidad mayor en una fecha más tardía, como de
un aumento temporal del consumo (incluso si fuese ventajoso, ya que no
llevaría consigo ninguna reducción considerable del flujo de renta en fechas
posteriores).5 Este supuesto de que bajo todas las condiciones el objetivo será
asegurar un flujo constante de renta es, evidentemente, altamente irreal,6 y

5. [Hayek propone prescindir de la cuestión de la inversión o desinversión neta para centrarse


únicamente en las condiciones equi-marginales referentes a la serie de periodos de inversión.- Ed.].
6. Esto es especialmente así, si interpretamos nuestro supuesto en el estricto sentido de que el
dictador tenga que alcanzar inmediatamente el flujo de renta máximo que pueda mantenerse perma-
nentemente; pero si queremos excluir cualquier consideración del sacrificio que esté dispuesto a hacer
para aumentar la renta futura a costa de la presente, tendremos que interpretar nuestro supuesto de
esta forma estricta y no permitirle ningún tiempo durante el que acercarse a esta tasa máxima de

204
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

lo suprimiremos en una fase más avanzada del análisis; pero por el momen-
to, y hasta que introduzcamos de forma expresa supuestos más específicos
acerca de la disposición de la gente a sacrificar parte de su renta presente para
obtener aumentos de la futura, o viceversa, este supuesto nos será de ayuda
de la misma forma en la que la hipótesis del estado estacionario nos ayuda
en el análisis económico general.

significado de un flujo constante de renta

Pero en primer lugar es necesario definir el concepto de un flujo constante


de renta con mayor exactitud. Si se lo toma demasiado literalmente como
que signifique que la renta tiene que tener también una composición cons-
tante, es decir, que tiene que estar compuesta en cada momento de la misma
combinación de las diversas mercancías, se excluirá una gran parte de las
posibles mejoras en el uso de los recursos disponibles. Hacer un mejor uso
de los recursos existentes no solo significará producir ciertas mercancías
de diferentes formas, sino también ampliar la producción de algunas de
ellas a costa de la producción de otras. Y aunque supongamos que hay que
mantener a lo largo de todo el proceso el nivel de satisfacción total, se pre-
sentará a nuestro dictador, evidentemente, una gama mucho más amplia
de posibilidades de mejora si se le permite, en el curso de la reorganización
o readaptación de la estructura existente de producción, poner en ciertos
momentos cantidades adicionales de mercancías en lugar de cantidades
equivalentes de otras.
Al admitir esta posibilidad de cambios en la composición del flujo de
renta, estamos, evidentemente, abandonando las condiciones completamente
estacionarias que han sido el objeto de la mayor parte de nuestra discusión
hasta este punto. A partir de ahora, nos ocuparemos de las condiciones de
equilibrio en el sentido más amplio explicado anteriormente en el Capítulo
II, es decir, supondremos simplemente que los datos dados a nuestro dictador
al principio del periodo permanecen invariables; pero estos datos incluyen
cambios previstos en las circunstancias, que le harán que planifique desde

consumo —aunque el output pueda aumentar más lentamente si mientras tanto puede alimentarse
el consumo a partir de los stocks.

205
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el comienzo todos estos sucesivos cambios en su asignación de recursos que


le parezcan apropiados a la luz de las condiciones del momento.

no tiene por qué ser de composición constante

Por lo tanto, hay que definir un flujo constante de renta, no simplemente en


términos físicos como tales y tales cantidades de cada una de las mercancías
incluidas, sino en términos de valor. Obviamente, la mejor forma de describirlo
será por el esquema de las curvas de indiferencia, o más bien por superfi-
cies de indiferencia n-dimensionales. Si suponemos que las preferencias de
nuestro dictador en cualquier momento sucesivo vienen representadas por
un sistema idéntico 7 de curvas de indiferencia, en ese caso un flujo de renta
de valor constante tendrá que consistir en cada momento sucesivo en una
combinación de bienes que ocupe una posición en la misma superficie de
indiferencia. En sucesivos puntos del tiempo, puede sustituirse algunas de las
mercancías disponibles en momentos anteriores por cantidades adicionales
de otras mercancías (o quizá mercancías que eran conocidas pero que ante-
riormente no se las producía); pero tiene que ser siempre en tales cantidades
que las adiciones compensen exactamente las deducciones sin hacer que el
total sea de ninguna forma más o menos atractivo.

cualquier cambio en la disposición de los recursos


lleva consigo dos desplazamientos en direcciones opuestas

Hemos supuesto que desde la fecha en la que se ha hecho la reordenación


de recursos, nuestro dictador tiene que mantener el flujo de renta constante.
Su tarea, sujeta a esta condición, es maximizar el flujo de renta haciendo el
mejor uso posible de las oportunidades disponibles para aumentar el output,
invirtiendo una parte de su input total por periodos más largos y otra por

7. Tenemos que postular identidad de gustos en este sentido en los momentos sucesivos para dar
al concepto de un flujo de renta constante un significado objetivo [en un mundo sin precios.- Ed.]. Los
puntos de vista subjetivos de la persona en cuestión en relación de qué incremento de renta en una
fecha sea justamente suficiente para equilibrar un decremento en otra fecha pertenece al fenómeno
de la preferencia temporal que reservamos para un análisis posterior. Véase el Capítulo XVII más
adelante y Hayek 1935b.

206
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

periodos más cortos. Ya hemos visto que cualquier intento de mejorar la


disposición original de los recursos, que también rendía un flujo constante
de renta, pero no de la dimensión óptima, lleva consigo necesariamente este
doble desplazamiento de recursos en direcciones opuestas del tiempo. El apla-
zamiento de la fecha en la que será disponible el rendimiento de cualquier
inversión particular significará, ceteris paribus, que aunque el flujo de renta
aumente en esta fecha posterior hasta un nivel más alto del que hubiese
alcanzado en otro caso, se reducirá en alguna fecha anterior por debajo de
ese nivel. Habrá que rellenar este intervalo con alguna reasignación de los
recursos y si se quiere que toda la transacción sea ventajosa, tiene que ser
posible desplazar algunos de los otros recursos de la producción para una
fecha posterior a la producción para la fecha anterior a un coste que sea
menor que la ganancia de la primera operación.

la extensión de los periodos de inversión


de las unidades individuales de input

Consideremos, en primer lugar, variaciones en los periodos de inversión


de unidades individuales de input en un caso en el que sea fácil seguir la
conexión entre los cambios de sus periodos de inversión y los cambios en
el producto, es decir, un caso en el que pueda alterarse el periodo de inver-
sión de una unidad individual o un pequeño grupo de unidades de input
sin alterar al mismo tiempo los periodos de inversión de otras unidades.
Bajo las condiciones que hemos supuesto, habrá siempre algunos casos en
los que el beneficio a obtener alargando los periodos de inversión de las
unidades individuales de input sean particularmente visibles. Un cierto
material, digamos una cantidad de carbón, que originalmente había sido
dirigida a calentar una casa durante algún periodo del futuro inmediato,
podría, si se la pudiese utilizar para fundir mineral de hierro, hacer po-
sible la producción de ciertas herramientas urgentemente necesarias que
constituirían, en una fecha posterior, una muy considerable contribución
al flujo de output.

207
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la reducción compensatoria de los periodos


de inversión de otro input

Pero si se quiere aprovechar esta oportunidad y al mismo tiempo hay que


mantener constante el flujo de renta a partir de ese momento, serán necesarios
dos ajustes más en el uso del input disponible. En primer lugar, será necesario
rellenar el intervalo creado en el segmento anterior del flujo de renta a costa
del posterior, de manera que la renta sea de nuevo igualmente grande en
ambas fechas, pero mayor de lo que era antes de la reasignación. En muchos
casos, el reajuste deberá tener lugar de una forma indirecta por un rodeo, que
implique cambios en la utilización de muchas diferentes clases de input. Pero
para comenzar con un caso comparativamente simple, supondremos que el
cambio que compensa exactamente la extensión del periodo de inversión de
nuestra cantidad de carbón consiste en usar para el consumo corriente cierto
input que bajo el antiguo esquema habría ido a producir alguna mercancía
que hubiese madurado en el momento en el que el producto del carbón debe
madurar bajo el nuevo esquema. Supongamos, por ejemplo, que en el momento
en el que debe madurar el nuevo mayor producto del carbón, se desgastará
algún bien de consumo duradero y bajo la antigua situación habría tenido
que ser sustituido: pero como se ha decidido no sustituir este bien, el input
que entre el momento actual y la fecha en cuestión habría sido usado para
este propósito, queda disponible para el consumo corriente.

habrá que hacer cambios similares en el uso del input


en todas las fechas futuras

Pero después de esta segunda reordenación, todavía solo habremos aumen-


tado la renta durante dos segmentos del flujo de renta futura y para hacerlo
constante durante todo el tiempo será necesario realizar más intercambios
de una naturaleza similar en la utilización del input que surja en todas las
fechas futuras, lo que significa que habrá que ajustar de manera similar no
solo los periodos de inversión de un par de unidades actuales de input, sino
también los periodos de inversión de todas las unidades de input corres-
pondientes que surjan en fechas posteriores, con el fin de que sea constante
el flujo de renta futura.

208
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

el efecto neto del doble cambio es un nuevo flujo de renta constante

Por tanto, un efecto del cambio será que, en lugar de los servicios del bien
duradero, a partir de una cierta fecha, tendremos los servicios del nuevo
producto del carbón. Y como se utilizará una cantidad correspondiente del
carbón producido corrientemente de la misma forma en todas las fechas fu-
turas, o como el trabajo y otros inputs invertidos en esta cantidad de carbón
será siempre invertido en el futuro por un periodo más largo y rendirá una
cantidad correspondientemente mayor de producto, este cambio significará
una adición permanente al flujo futuro de renta. Frente a esto, tenemos que
contrapesar, en primer lugar, el intervalo temporal causado por invertir el
carbón por un periodo más largo. Supondremos, a efectos del argumento,
que los servicios que podemos esperar obtener del producto del carbón serán
exactamente iguales en valor a los servicios que rinde el bien de consumo
duradero mientras dure. En segundo lugar, tenemos que tener en cuenta la
reducción del producto del input que habría sido usado, bajo la ordenación
anterior, para sustituir el bien duradero y que ahora se usa, de acuerdo con
la nueva ordenación, para servir al consumo corriente.

ilustración diagramática

Puede mostrarse con más facilidad el efecto neto de estos diversos cambios de
la dimensión del flujo de renta por medio de un simple diagrama (Figura 10).
Las dos líneas de puntos denominadas A y B en cada una de las dos partes del
diagrama representan los flujos de input que, bajo la ordenación original, se
habrían usado corrientemente para reproducir la cantidad de carbón y sustituir
el bien duradero, respectivamente. Se muestra esta ordenación original en la
parte izquierda del diagrama y la parte derecha representa la situación después
de haber realizado el cambio. Los bloques denominados C y D muestran el flujo
de servicios a obtener a partir del carbón y el bien duradero respectivamente:
la altura de los bloques representa la tasa a la que surgirán los servicios y su
longitud representa el periodo durante el que surgirán. La continuación de
estos bloques en líneas de puntos en la parte izquierda del diagrama indica
los servicios similares que se obtendría si se sustituyese continuamente C y
D. Las flechas indican esta sustitución por medio de la inversión del input.

209
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

En la posición original (que aparece a la izquierda) se invertiría continua-


mente los grupos de inputs A y B para reproducir bienes similares a C (carbón)
y D (el bien de consumo duradero), pero bajo la nueva ordenación, en la que el
producto de la inversión de A (es decir, el carbón) se sigue invirtiendo para dar
lugar más tarde a un producto mayor, C’, hay que usar el flujo de servicios B
para el consumo directo conforme se va haciendo disponible y consiguiente-
mente dé un producto menor. Se muestra este rendimiento menor de B por la
franja estrecha E en la parte de debajo de la mitad derecha del diagrama. Como
el uso corriente de un flujo constante de input nos dará lugar, obviamente, a
un flujo constante de output, está claro que, para que el flujo de renta total
sea también constante, la tasa a la que se obtenga los servicios de C’ tendrá
que ser exactamente igual a la tasa a la que se obtenga los servicios de D en
el futuro cercano. En el párrafo precedente hemos supuesto que esto era así
y ahora estará claro por qué este supuesto era necesario.
Esta última conclusión, que al principio puede parecer sorprendente, se
hace plausible en cuanto contemplemos la situación de una forma ligeramente
diferente. Es realmente la existencia del flujo de servicios encarnados en el bien
duradero (D) lo que hace posible esperar (sin reducir temporalmente el flujo de
renta por debajo de su nivel previo) el producto de algunos otros recursos. En
la situación inicial, era el flujo del input B lo que se invertía (para reproducir
bienes del tipo de D). En la nueva situación, en su lugar se invierte otra clase
de input, es decir, el carbón, que en su mayor parte tiene todavía que producirse
por la inversión de A, y B se usa para el consumo corriente. Obviamente, en
lugar de un solo bien D, podríamos haber tomado cualquier grupo o agregado
de recursos no permanentes que hubiesen servido al mismo propósito. Con el

210
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

fin de hacer posible que siga invirtiéndose C en el caso que hemos supuesto,
todo lo que es necesario es encontrar algún grupo de mercancías que, en el
intervalo antes de que esté disponible el producto de C, proporcione servicios
que sean iguales en cantidad a los que C producirá más tarde.

las condiciones bajo las que la reordenación


dará lugar a una ganancia neta

¿Pero qué decide el que toda la transacción sea ventajosa o no? La parte del
flujo de renta total que está compuesta en primer lugar por los servicios de
D y luego por los de C’ y los bienes que la sustituyen es exactamente igual
en valor a la parte que se había obtenido anteriormente a partir de D y que
podría haberse obtenido continuamente sustituyendo D. El cambio neto de la
dimensión total del flujo de renta dependerá, por tanto, de la magnitud relativa
del rendimiento obtenido anteriormente del grupo de recursos A (mostrado
por la franja denominada C en el lado superior izquierdo del diagrama) y
el rendimiento ahora obtenido del grupo de recursos B (mostrado por la
franja denominada E en la parte inferior de la mitad derecha del diagrama).
Si esta es mayor que aquella, la diferencia es claramente una ganancia neta.
Si fuera menor, la transacción hubiese dado lugar a una disminución neta
del flujo de renta total en lugar de a un aumento.
Estos flujos de renta (C y E) son el producto de recursos y cualquiera de
los dos podrían igualmente haber producido un flujo de renta de la dimen-
sión de D o C’, si se los hubiese invertido con el fin de rendir su producto
más tarde por un intervalo correspondiente a la duración de D; pero si se
sigue invirtiendo durante este periodo el producto (C) de A, el producto
final de la magnitud de D crecerá desde una magnitud menor que si en su
lugar se utilizase B, es decir, la tasa de crecimiento obtenida al extender el
periodo de inversión de A será mayor que la obtenida de la extensión del
periodo de inversión de B. Esto significa que obtenemos una parte dada
del flujo de output, de la dimensión de D, con un menor sacrificio de otro
output invirtiendo A en lugar de B durante el periodo más largo y que, en
consecuencia, nos encontramos en la posición de aumentar la dimensión
del flujo total de output.

211
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la condición para maximizar el flujo de renta


es la igualación de todas las tasas de aumento

Ahora resultará evidente que siempre que la tasa de aumento del producto que
pueda obtenerse alargando los periodos de inversión de algunas unidades de
input sea mayor que la tasa de decrecimiento del producto causada al reducir
los periodos de inversión de otras unidades de input en el mismo intervalo
de tiempo, resultará ventajoso hacer los cambios correspondientes. Siempre
que haya diferencias en las tasas de rendimiento que se obtiene al invertir
diferentes unidades de input por un periodo dado, será posible continuar au-
mentando de esta forma la dimensión total del flujo de renta; por lo tanto, la
condición para maximizar el flujo total de renta que hemos estado buscando es
que esta tasa de aumento del producto debida a una extensión del periodo de
inversión durante un intervalo dado sea la misma para todas las inversiones.

cualificaciones necesarias de esta formulación

Sin embargo, pronto veremos que, de la manera en la que se acaba de formular,


esta condición es una condición necesaria pero no suficiente para determinar
por completo la posición del óptimo. Las tasas de aumento del producto que
se deben a la extensión del periodo de inversión por cualquier intervalo dado
tienen que ser las mismas para todas las unidades de input; pero esto no nos dice
nada acerca de la relación que tiene que prevalecer entre las tasas de aumento
debidas a las inversiones durante diferentes intervalos. Como veremos, solo
puede formularse una solución completa de nuestro problema después de que
se haya considerado esta cuestión, pero como una discusión completa de este
punto llevaría un tiempo considerable y como está estrechamente relacionada
con varios otros puntos, debemos posponerla a un capítulo posterior. Mientras
tanto, es necesario añadir algunas observaciones más al concepto de una «tasa
de aumento del producto» y los términos en los que se mide.

las tasas de incremento cuando cambia la clase de output

Si pudiésemos suponer que los valores relativos de las diferentes mercancías


permaneciesen siempre iguales, es decir, si nuestro flujo de renta constante

212
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

fuese también de composición constante, entonces el concepto de una tasa


uniforme de aumento de todas las inversiones realizadas en un punto del
tiempo y que madurasen en otro no presentaría ninguna dificultad. Siempre
que el sacrificio de una cantidad dada de una mercancía en una fecha anterior
llevase a la producción de una mayor cantidad de la misma mercancía en una
fecha posterior, el ratio entre estas cantidades tendría que ser el mismo para
todas las mercancías en cuestión, y en los probablemente más numerosos casos
en los que el sacrificio de una cantidad dada de una mercancía en una fecha
anterior llevase a la producción de una cantidad de otra mercancía en la fecha
posterior, estas dos cantidades tendrían que ser tales que sus equivalentes en
valor en términos de cualquier tercera mercancía en las dos fechas mantuviesen
el mismo ratio entre sí. En ese caso, habría una tasa uniforme de crecimiento
a lo largo del intervalo en cuestión que, sin importar en términos de en qué
mercancía la expresásemos, tendría también el mismo valor numérico.8

por qué los valores relativos de las diferentes mercancías


normalmente cambiarán durante el proceso de ajuste

Sin embargo, ya hemos observado que esta clase de estacionariedad no es


compatible con hacer el mejor uso del stock existente de recursos no perma-
nentes. Durante la reordenación inicial de los recursos serán parte del plan
ciertas sustituciones de una clase de mercancía por otras en fechas sucesivas, y
lo mismo se aplicará, aunque en un grado menor y rápidamente decreciente, a
todas las fases posteriores del proceso de cambio. La razón es, evidentemente,
que comenzamos con una variedad de recursos no permanentes que es el
resultado de un proceso histórico particular y que estará formada, en gran
parte, por productos cuya reproducción es, o bien imposible, o no rentable.
Como la forma en la que existan estos recursos al principio y en cualquier fase
subsiguiente ejercerá una influencia sobre la clase de recursos por las que serán
sustituidos, y como los recursos existentes en cada momento vienen determi-
nados por las condiciones pasadas, nos enfrentamos a un proceso de cambio

8. [Por ejemplo, el incremento porcentual en el output de madera de dejar que un árbol crezca un
día adicional, igualaría el incremento porcentual en el valor del output de ampliar similarmente cual-
quier otro proceso de producción el mismo día adicional (manteniendo constante el input puro).- Ed.].

213
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

continuo. Incluso si pudiésemos suponer que en el momento inicial, cuando


nuestro dictador redacta su nuevo plan, está en posesión de un conocimiento
completo de todas las condiciones futuras, este plan tendría que prever una
serie infinita de cambios, cambios que, ciertamente, disminuirían rápidamente
en magnitud al pasar el tiempo, y al pasar éste se harían insignificantes, pero
en principio continuarían para siempre en algún pequeño grado.

las tasas de aumento cuando cambian los valores


de las diferentes mercancías

Esto significa que tendremos que enfrentarnos a un flujo de diferentes bienes


cuyos valores relativos cambiarán constantemente, al principio, quizá, de
forma muy considerable y, en alguna medida, incluso más tarde. En tal sis-
tema, el concepto de una tasa uniforme de aumento de todas las inversiones
hechas a partir de un punto del tiempo a otro punto del tiempo es mucho
menos simple, pero sigue teniendo un significado totalmente definido. Ahora
tenemos que tener en cuenta la posibilidad de un cambio en el valor de cada
una de las mercancías con respecto a los valores de otras; pero seguirá siendo
cierto que, medida en términos de cualquier mercancía, la tasa de aumento
tendrá que ser la misma para todas ellas. Sin embargo, el valor numérico
real de esta tasa de aumento será diferente según se escoja una mercancía
u otra como el patrón de comparación o «numerario».
Esta afirmación requiere algunas precisiones. Consideremos dos puntos
del tiempo en el que el anterior representa la fecha en la que se realizan
numerosas inversiones y el posterior, la fecha en la que estas inversiones
maduran. Sigamos suponiendo que los valores relativos de las diferentes
mercancías son diferentes en las dos fechas. Si ahora tomamos cualquier
mercancía (definida en términos técnicos) que se utiliza en ambas fechas y
de la que se pueda aumentar la cantidad disponible en la fecha posterior a
costa de la cantidad disponible en la fecha anterior, tendremos una clara tasa
cuantitativa de incremento debida a la «inversión» de esta mercancía. Para otra
mercancía, encontraremos probablemente una diferente tasa de incremento.
El equilibrio (es decir, la disposición más ventajosa de los recursos) requiere
que estas dos tasas de aumento entre las dos fechas se encuentren en una
relación concreta con respecto a los valores relativos de las dos mercancías en

214
PLANIFICACIÓN DE UN FLUJO CONSTANTE DE OUTPUT

las dos fechas. Si tomamos unas cantidades de las dos mercancías que tengan
igual valor en la primera fecha y las hacemos aumentar por la inversión a sus
diferentes tasas individuales, las cantidades de las dos mercancías obtenidas en
la segunda fecha tienen que ser de nuevo de igual valor. Evidentemente, esto
viene a ser lo mismo que la afirmación realizada antes de que, en términos
de cualquier mercancía (cualquier «numerario»), la tasa de incremento tiene
que ser igual para todas las mercancías. Aunque el ratio cuantitativo entre la
cantidad física invertida en la fecha anterior y la cantidad física obtenida en la
posterior puedan ser diferentes para diferentes mercancías,9 los equivalentes
en valor en términos del «numerario» en las dos fechas tienen que guardar
el mismo ratio entre sí para todas las mercancías.

no puede considerarse a ninguna tasa de aumento


como «la» tasa de la productividad de la inversión

Probablemente sea innecesario poner de manifiesto que no hay forma en la


que esta multitud de diferentes «tipos propios de interés (como Mr. Keynes ha
llamado a estas tasas de aumento en términos de las mercancías individuales)
pueda reducirse a una sola tasa que tenga más derecho que cualquier otra
a ser considerada como la tasa de productividad de la inversión. Distinguir,
en cualquier caso particular, entre la parte que se debe a las circunstancias
que afecten al valor de la mercancía particular y la parte que se debe a la
productividad de la inversión es exactamente tan imposible como dividir la
variación del valor relativo de las dos mercancías en la parte que se debe a
una variación del valor de la una y la parte que se debe a una variación del
valor de la otra. Aunque probablemente algunos economistas todavía sigan
persiguiendo esta piedra filosofal, no tenemos nada más que añadir aquí.

9. [A saber, para igualar los rendimientos porcentuales de la «inversión» entre mercancías en


términos de valor, el crecimiento en porcentaje en unidades físicas será menor para una mercancía
que está aumentando en valor relativo por unidad.- Ed.].

215
Capítulo XIII
INTERÉS COMPUESTO
Y EL TIPO DE INTERÉS INSTANTÁNEO

una tasa uniforme de aumento de todas las inversiones


entre dos puntos del tiempo es solo una condición de máximo

En el último capítulo encontramos una de las condiciones que tienen que


cumplirse si se quiere obtener el flujo de renta constante máximo de un stock
dado de recursos no permanentes en colaboración con un flujo constante de
input. Esta es que la tasa de aumento del producto que se debe a la inver-
sión de input desde un punto del tiempo a cualquier otro sea la misma para
todas las unidades de input que se invierten para este particular intervalo
de tiempo. Se recordará que cuando hablamos de «siendo igual la tasa de
aumento» no queremos decir que las tasas de aumento en términos físicos
tengan que ser necesariamente iguales para todas las diferentes mercancías,
sino solo que tengan que serlo las tasas de aumento en términos de valor.

tasas de incremento para las inversiones


para diferentes intervalos de tiempo

Sin embargo, esta conclusión se aplica solo a un particular intervalo de tiempo.


Hasta ahora no se ha dicho nada acerca de la relación entre las tasas de au-
mento a lo largo de diferentes intervalos del tiempo, de si estos intervalos son
de la misma longitud pero comienzan y terminan en diferentes momentos, o
de si son de diferentes longitudes. En lo que se refiere a pares de momentos
diferentes pero equidistantes, se estaría inclinado a suponer que la tasa de
aumento tendría que ser la misma, y bajo condiciones perfectamente esta-
cionarias esto sería, sin duda, cierto; pero, como hemos visto, solo se podría
llegar a un estado completamente estacionario gradualmente y después de
mucho tiempo; por tanto, mientras que los valores relativos de las diferentes
mercancías continuasen cambiando, también cambiaría necesariamente la tasa

217
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a la que aumentase cualquier unidad de inversión destinada a su producción.


En este caso, no habría ninguna relación necesaria entre las tasas de aumento
a lo largo de diferentes periodos, excepto en la medida en la que se solapasen
los periodos y entonces se convertiría en un caso especial del problema de las
tasas que regirían por periodos de diferentes longitudes.

intervalos de diferentes longitudes

La mejor forma de considerar este último problema es comparar las tasas


que prevalecerán durante dos o más periodos muy cortos de igual longitud
que se suceden inmediatamente el uno al otro con la tasa para un periodo
más largo al que se sumen. Si, por ejemplo, llamamos al momento actual 1
y consideramos dos momentos posteriores a los que llamaremos 2 y 3, la
cuestión a la que tenemos que responder es cuál será la relación de las tasas
de incremento obtenidas invirtiendo de 1 a 2 y de 2 a 3 con respecto a la
tasa de aumento obtenida invirtiendo de 1 a 3. Evidentemente, la respuesta
dependerá de las condiciones bajo las que sea imposible aumentar el producto
total invirtiendo más en los periodos más cortos y menos en el periodo más
largo o viceversa.

las tasas de incremento no son simplemente


proporcionales a la longitud del intervalo

Al principio podría sentirse uno inclinado a suponer que se satisfará esta


condición cuando el aumento del producto obtenido invirtiendo una cantidad
dada de input por el periodo más largo sea igual a la suma de los incremen-
tos del producto obtenido si se invierte las cantidades correspondientes de
input en cada uno de los dos periodos más cortos; pero examinándolo con
más atención, esta respuesta resulta ser incorrecta. Puede demostrarse con
facilidad que el equilibrio requiere que la tasa de incremento a lo largo del
periodo más largo debería ser igual, no a la suma de las tasas (en porcentaje)1
de incremento a lo largo de los dos periodos más cortos sino a su producto.

1. El punto esencial es que la tasa esté expresada como un ratio y no como una simple tasa temporal
en términos absolutos. Cf. más abajo, p. 223.

218
INTERÉS COMPUESTO Y EL TIPO DE INTERÉS INSTANTÁNEO

Si, por ejemplo, la tasa de incremento debida a la inversión a lo largo de los


periodos más cortos es la misma para ambos periodos y asciende en cada
caso a un aumento del 1,01 del valor del input invertido, en ese caso la tasa
de incremento a lo largo del periodo más largo tendrá que ser tal que dé un
producto no simplemente de 1,02 veces el valor del input invertido, sino de
1,01 × 1,01 o 1,0201 veces dicho valor.
La demostración es como sigue: supongamos que al principio la distribución
de input entre el periodo de inversión más largo y los dos más cortos era tal
que la tasa de incremento obtenida a lo largo de los dos periodos más cortos
era exactamente la mitad de la tasa de incremento obtenida al invertir por
el periodo más largo. Si ahora se invierte solo por el primer periodo alguna
cantidad de input que solía ser invertida por el periodo más largo, es decir,
de 1 a 2 en lugar de de 1 a 3, proporcionará una adición al output en 2, que
comparada con el valor original del input invertido ya mostrará un incre-
mento por la mitad de la cantidad en la que se hubiese incrementado ese
input al final del periodo más largo; y será posible, sin cambiar la cantidad de
output originalmente disponible en 2, invertir una cantidad de input equi-
valente al output obtenido en 2, de 2 a 3. Esta cantidad, que ya representará,
digamos, 1,01 veces la cantidad invertida en primer lugar, seguirá entonces
aumentando a 1,01 veces su magnitud actual o, es decir, a 1,0201 veces su
magnitud original. Esto significa que si la tasa de incremento obtenible
invirtiendo por el periodo más largo fuera solo dos veces mayor que la tasa
de incremento a lo largo de los dos periodos más cortos, podría obtenerse
un mayor rendimiento invirtiendo durante el periodo más corto solo en el
primer caso y luego reinvirtiendo una cantidad equivalente al producto re-
sultante por el segundo periodo corto. Sería rentable invertir por el periodo
más largo solo si la tasa de incremento fuera al menos igual al producto de
las tasas de incremento obtenibles a lo largo de los dos periodos más cortos.

la tasa que rija para el intervalo más largo


tiene que ser igual al producto de las tasas para todos
los intervalos más cortos en los que se pueda dividir

Mientras que supongamos unas condiciones completamente estacionarias


y, en consecuencia, que las tasas de incremento de todos los periodos de

219
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

igual longitud sean las mismas, todo lo que significa este resultado es que
las tasas de incremento a lo largo de periodos de diferentes longitudes
tendrán que corresponder a la conocida ley del interés compuesto. La tasa
de incremento a lo largo de cualquier periodo largo que sea divisible en
n periodos más cortos de igual longitud será, en general, igual a la ené-
sima potencia de la tasa de incremento que se aplique a cualquiera de los
periodos más cortos. Y como quedará pronto claro, lo que es el fenómeno
fundamental es en realidad el interés compuesto: «el interés simple» es
solo una simplificación conveniente a efectos prácticos, pero crea confusión
si se la usa en el análisis teórico. Pero, por el momento, quiero subrayar
el todavía más general concepto de que el tipo de incremento a lo largo de
cualquier periodo es igual al producto de los tipos de incremento durante
todos los periodos más cortos que contiene. Estas últimas tasas pueden,
como hemos visto, variar de un corto intervalo al siguiente, pero la tasa
tendrá que ser uniforme para todo el input invertido durante cualquiera
de estos intervalos.

el tipo instantáneo de interés

La relación que tiene que prevalecer entre las tasas de incremento a lo


largo de los periodos más cortos y más largos, evidentemente, tiene que
cumplirse por muy cortos que hagamos los intervalos más cortos de los que
suponemos están compuestos los más largos, y disminuyendo la longitud
de estos periodos más cortos más y más, hasta que en el límite tiendan
a ser meros instantes de tiempo, llegaremos finalmente a un concepto
que demostrará su utilidad cuando lleguemos a dar una formulación más
exacta de la conexión entre la productividad de la inversión y el interés.
Este concepto es el tipo instantáneo de interés o «tipo de interés en un
instante del tiempo» (la Verzinsungsenergie de Wicksell: literalmente, «la
fuerza del interés»).2
La mejor forma de explicar el significado de este concepto es compararlo
con el concepto de la velocidad en un instante del tiempo de un cuerpo

2. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 178 e I. Fisher, The Nature of Capital and Income (1906), p. 359,
en donde se describe la misma magnitud como «el tipo de interés anual calculado continuamente».

220
INTERÉS COMPUESTO Y EL TIPO DE INTERÉS INSTANTÁNEO

que se mueve a una velocidad uniformemente acelerada. Al menos para


condiciones estacionarias, en las que la fuerza del interés sería la misma en
cada momento, el caso de una velocidad uniformemente acelerada propor-
ciona un paralelo completo. En este caso, la velocidad del cuerpo cambiará
durante cualquier intervalo de tiempo y, en consecuencia, la distancia real
recorrida durante cualquier intervalo no nos daría una expresión exacta
de su velocidad en un instante del tiempo. En forma similar, nuestra tasa
de incremento del valor de cualquier unidad de input invertida cambiará
durante cualquier intervalo, por corto que sea, y ningún incremento real
durante tal intervalo nos dará una medida exacta de la tasa de incremento
en un instante del tiempo. Y como, ya que puede describirse el movimien-
to solo señalando la distancia recorrida durante algún periodo finito de
tiempo, la única forma de señalar la velocidad en un instante del tiempo
es señalar la distancia que se habría recorrido si la velocidad instantánea
hubiese continuado por un periodo de tiempo, por ello, como solo puede
describirse el crecimiento del valor señalando la cantidad de incremento
durante algún periodo finito de tiempo, la única forma de señalar una
tasa de incremento en un instante del tiempo es señalar la cuantía del
incremento que hubiese tenido lugar si la tasa instantánea de incremento
se hubiese mantenido por un periodo concreto de tiempo. Y de la misma
forma que hablamos de una velocidad y de tantos pies por segundo, aunque
la velocidad de un cuerpo que cae nunca permanece constante ni siquiera
por un segundo, de la misma forma hablamos de un tipo instantáneo de
interés de tanto por ciento anual, aunque, evidentemente, este tipo no
continúa dándose a lo largo del año, sino que se aplica solo a un instante
particular.

relación con el tipo efectivo de interés

En términos más concretos, un tipo instantáneo de interés del 5% anual,


como consecuencia de que sea un interés continuamente compuesto que
surja en cada instante, significa un incremento efectivo al final del año de un
5,127%, mientras que para obtener un incremento efectivo de solo un 5%
sobre el valor inicial al final del año, solo se requeriría un tipo instantáneo
del 4,873% anual.

221
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

—ilustrado por la curva de interés compuesto

La mejor forma de mostrar esta relación entre el tipo instantáneo (expresado


anualmente) y el incremento efectivo resultante a lo largo del año si se trata
de un interés continuamente compuesto, es por medio de la conocida curva
de interés compuesto. El atributo característico de una curva de interés com-
puesto (como de todas las curvas «exponenciales», de la que es un ejemplo
particular) es que en cada punto de la curva la tangente se encuentra siempre
en la misma proporción con el valor correspondiente de la ordenada. Si, por
ejemplo, la ordenada del punto P en el diagrama (Fig. 11) es 2 y la pendiente de
la tangente en este punto es 2/5, entonces la tangente en el punto P’ con una
ordenada de 3 será 3/5 y así sucesivamente. Ahora la pendiente de la tangente
en cualquier punto dividida por la ordenada representa el tipo instantáneo de
interés o fuerza del interés en dicho punto. Su expresión inmediata, una tasa
de incremento dividida por una cantidad absoluta es, sin embargo, un puro
número sin ningún significado obvio y solo asume un significado concreto
si la expresamos en términos del aumento proporcional en la cantidad origi-
nal a que habría dado lugar si hubiese continuado actuando por un periodo
concreto, digamos un año. Si en la Figura 11 la distancia entre los puntos M
y N sobre la abscisa representa este intervalo de un año, entonces el ratio de
QR a RN representará la fuerza del interés expresada por año.

222
INTERÉS COMPUESTO Y EL TIPO DE INTERÉS INSTANTÁNEO

Resulta claro inmediatamente que el incremento efectivo a lo largo del año


es mayor que este porcentaje. A este tipo de interés compuesto instantáneo,
la cantidad inicial MP se habrá incrementado en la realidad a final de año
para pasar a NP’ y la tasa media del incremento real durante el año vendrá
expresada por la pendiente de la cuerda PP’. Esta pendiente representa el
tipo anual efectivo de interés en el sentido usual. Se verá que tiene que ser
necesariamente mayor que el tipo instantáneo de interés o fuerza del interés.
La situación se hace considerablemente más complicada, evidentemente,
tan pronto como prescindamos del supuesto de que la fuerza del interés es la
misma en cada instante, lo que solo será cierto bajo condiciones completamente
estacionarias. En los casos en los que el tipo instantáneo de interés no sea el
mismo en cada instante, solo puede obtenerse el tipo efectivo de interés, hablando
estrictamente, integrando a lo largo del intervalo correspondiente una función
que describa la tasa absoluta de interés en sucesivos instantes del tiempo.

ambigüedad del término «tasa»

Antes de que sigamos más allá, será útil considerar con más detalle una
distinción que está implícita en la discusión de la última sección y que, si
no se la entiende claramente, puede dar lugar a una considerable confusión.
La fuente de esta confusión es la ambigüedad del sentido, o quizá meramente
el uso inexacto en el lenguaje común, del término «tasa». La tasa a la que avanza
algo se refiere en primer lugar a la magnitud absoluta del movimiento u otro
cambio durante una unidad de tiempo. Es en este sentido en el que hablamos
de movimiento a la tasa de tantos pies por segundo, o de los pagos salariales a la
tasa de tantos chelines por hora, etc.; pero cuando no nos referimos meramente
a la tasa de flujo, sino a la tasa del cambio continuo de alguna magnitud, también
podemos expresar esta tasa como un ratio o proporción de esta magnitud misma.
Esto es, evidentemente, lo que hacemos cuando expresamos la tasa como una
cifra por ciento. Es una tasa temporal expresada como un ratio o proporción.

el «tipo» de interés, una tasa de crecimiento expresada como un ratio

Mientras pensemos en el interés meramente como un flujo de renta que se


obtiene y consume continuamente conforme madura, no hay mucho peligro

223
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de que esta forma particular de expresarlo lleve a confusión. La dificultad


surge solo cuando hay periodos en los que se permite que el interés se acu-
mule al principal, lo que puede ser el caso, o bien entre las fechas en las que
se paga el interés periódicamente, o a lo largo del periodo más largo antes
de que rinda su fruto una inversión concreta. En estos casos, cuando nos
enfrentamos no simplemente a un flujo continuo, sino a un crecimiento
continuo de una magnitud inicial a una tasa dada, la distinción se convierte en
importante; ya que una tasa constante de crecimiento en el sentido absoluto 3
no será una constante sino una tasa proporcional decreciente (es decir, una
tasa expresada como un ratio de la magnitud que ha alcanzado en cualquier
momento la cantidad en cuestión), y una tasa constante en el sentido de un
ratio significará una tasa creciente en el sentido absoluto del término.4
Es debido a que el tipo de interés es una tasa temporal expresada como
un ratio por lo que, para obtenerlo, tenemos que dividir la tasa absoluta de
incremento del producto debido a una extensión dada del periodo de in-
versión por la cantidad de producto. Se evita la dificultad a que esto parece,
ocasionalmente, dar lugar, si nunca perdemos de vista la diferencia entre el
concepto de una tasa en el sentido absoluto y el concepto de una tasa en el
sentido de una proporción o ratio (como se utiliza en el término «tipo de
interés»). La tasa de incremento del producto se expresa como una cantidad
absoluta por unidad de tiempo y se convierte en un tipo de interés si la ex-
presamos como tal y tal proporción (o porcentaje) de la magnitud total que
se está incrementando; y la magnitud total relevante a este propósito no es,
evidentemente, la que existía en el momento en el que se aplicaba el input
(puro), sino la magnitud a la que ha crecido en el punto del tiempo en el que
deseamos describir el tipo de interés.

3. [Es decir, una tasa constante de variación. «Hoy habitualmente se utiliza “tasa de crecimiento”
para significar una tasa proporcional y no absoluta».- Ed.].
4. Cf. F.H. Knight, 1936, p. 444: «La ambigüedad de la palabra “tasa” es de lo más desafortunada.
En expresiones tales como “la tasa de interés” se usa la palabra inexactamente, ya que combina una
tasa temporal de flujo (significado correcto) con un ratio de este flujo a un principal; y además se
encuentra implicada en la realidad una tasa instantánea (ratio) de crecimiento con referencia a una
base continuamente cambiante».

224
Capítulo XIV
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL
DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

El análisis del último capítulo nos ha proporcionado un medio adecuado para


dar expresión numérica a la magnitud que en el capítulo anterior habíamos
llamado, más bien torpemente, la «tasa de aumento del producto debida a la
extensión del periodo de inversión». Pero identificar esta magnitud, como
hicimos en el último capítulo, con el tipo de interés fue algo prematuro;
aunque por tipo de interés queramos decir aquí meramente la tasa general
de rendimiento sobre el capital real y pasemos por alto los problemas de la
relación entre este tipo y el tipo al que se presta y se toma prestado dinero.
Hablando estrictamente, solo podemos llamarlo el tipo de interés en una
situación de equilibrio en la que las «tasas de aumento» se hayan igualado
para todas las diferentes inversiones. Mientras estemos investigando las
condiciones de equilibrio y hablemos de las tasas de incremento debidas a
inversiones concretas, será adecuado utilizar la expresión «la productividad
marginal de una inversión». Introducimos esta frase aquí como un término
técnico con el significado específico del ratio de incremento del output pro-
cedente de una unidad concreta de input, debido a una extensión del periodo
de inversión de dicha unidad de input y expresada como una tasa temporal.

la distribución de las inversiones a lo largo


de periodos de diferente longitud

Continuaremos ahora aplicando las reglas generales que rigen las relaciones
entre la productividad marginal de las inversiones por diferentes periodos al
problema de determinar la elección del periodo por el que se invertirá cual-
quier unidad individual de input. Limitaremos primero nuestra atención al
caso en el que pueda variarse continuamente el periodo de inversión de la
unidad particular de input y en el que puede aislarse con claridad el producto
debido a la inversión de esta unidad de input.

225
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

casos en los que puede aislarse el producto marginal físico


de las unidades de input

Esto no significa que nos vayamos a ocupar exclusivamente del caso más
bien excepcional de «input en un punto—output en un punto». Se satisfarán
igualmente bien nuestras condiciones siempre que sea posible variar continua-
mente (al menos dentro de ciertos límites) las cantidades de input invertidas
en diferentes fases del proceso de producción. En los casos de «input continuo-
output en un punto» de esta clase, en la que se pueda variar continuamente
la forma de la curva de input, es posible cambiar, o bien la tasa a la que se
aplica el input en fases particulares de un proceso que rinda un producto en
una fecha determinada, o (lo que, en realidad, viene a ser lo mismo) los pe-
riodos por los que se invierta las unidades de input. En tales circunstancias,
será siempre posible observar a qué cambios en la cantidad del producto dan
lugar los cambios en los periodos de inversión de unidades particulares de
input. Bajo el supuesto de que esté dado el uso que se vaya a hacer de todos
los demás inputs, podemos entonces representar la dimensión del producto
como una función del periodo de inversión de la unidad de input en cuestión.

esto es imposible cuando la función de input es rígida


o cuando solo puede derivársela en términos de valor

Los casos que dejaremos de considerar por el momento son todos los casos en
los que no pueda establecerse sobre bases puramente tecnológicas tal conexión
entre las unidades particulares de input y los incrementos particulares de
output y en donde todo lo que pueda considerarse como un dato tecnológico
sea una conexión entre ciertos agregados de input y agregados de output. Bajo
este epígrafe están incluidos, en primer lugar, todos los casos de procesos que
consumen tiempo (es decir, los casos de «input continuo-output en un punto»),
donde las tasas a las que se invierte el input durante el proceso no son variables
de forma continua, o, esto es, cuando la función de input sea más o menos rígida.
En segundo lugar, hay casos de bienes duraderos (es decir, casos de «input en
un punto-output continuo» y casos de «input continuo-output continuo»)
en los que la variabilidad de los periodos de inversión individuales que se
requieren para establecer un vínculo tecnológico entre las unidades de input

226
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

y las unidades de output, si es que existe en absoluto, es mucho más limitada.


Reservaremos estos casos para una discusión aparte en el siguiente capítulo.

el caso de «input en un punto-output en un punto»

Entre los casos que consideraremos aquí, el más simple de «input en un punto-
output en un punto» tiene una gran ventaja a efectos de la exposición que
hace aconsejable considerarlo en primer lugar. En muchos casos, los productos
intermedios que surgen en los diferentes estadios del proceso son similares en
carácter al producto final; en consecuencia, lo que se reinvierte en cualquier
estadio puede compararse directamente, en términos de cantidades físicas, con el
producto final. Se debe a esta circunstancia que estos casos, como la producción
de madera y la crianza del vino, hayan disfrutado desde hace mucho tiempo de
popularidad entre los autores que se ocupan del tema.1 En tales casos, puede
calcularse la adición al producto que es atribuible a la extensión del periodo
por el que permanece invertido el input aplicado al comienzo del proceso, por
medio de una comparación directa de las cantidades de producto que resultan de
uno y el mismo proceso según se lo termine en una fecha anterior o posterior.

igualación de la productividad marginal de diferentes inversiones

Este supuesto hace fácil ver el punto principal. Está claro que lo que está sien-
do invertido para el periodo ulterior por el que se amplía el periodo original
no es simplemente la cantidad de input que se había invertido al principio,
sino el producto en el que se ha convertido el input al final del periodo más
corto y que podría haberse consumido en dicho momento. Si tiene que ser
rentable cualquier ampliación del periodo de inversión, el incremento propor-
cional del producto debido a ella tiene que ser por lo menos igual al aumento
proporcional del producto debido a cualquier otro input que se invierta por
exactamente el mismo periodo (adicional). Mientras que la proporción en la

1. [El crecimiento de la madera es aquí un ejemplo adecuado, suponiendo que los árboles jóvenes
y viejos estén formados por una madera similar; pero claramente, la maduración del vino no es un
ejemplo adecuado de un simple crecimiento cuantitativo. El vino no maduro no es intercambiable
con el vino maduro; el vino embotellado no crece en volumen al madurar.- Ed.].

227
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que el producto ya obtenido continúe creciendo por una ulterior inversión


sea mayor que el aumento proporcional de cualquier otro input invertido a
lo largo del mismo periodo, será, evidentemente, ventajoso seguir invirtiendo
el producto por dicho periodo; y se invertirá todo el input de la forma más
rentable solo si ninguno de los productos que maduren en cualquier momento
aumentasen en una mayor proporción que cualquier otro que madurase en el
mismo momento si se continuase su inversión por un ulterior periodo corto
(en el límite, esta tasa de incremento durante un periodo corto de tiempo se
convierte de nuevo, evidentemente, en una tasa de incremento proporcional
en un momento del tiempo).
De esta forma, si tomamos una unidad concreta de input cuyo periodo
de inversión pueda variarse de forma continua mientras que todo el resto
del input permanece constante, el periodo concreto de inversión que sea más
rentable será aquél en el que la tasa proporcional de incremento del pro-
ducto sea igual a las tasas de incremento de todos los demás productos que
maduren en el mismo momento; y bajo condiciones estacionarias, también
tendrá que ser igual a las tasas de incremento de los productos que maduren
en todos los demás momentos.

distribución de las inversiones entre los diversos procesos


«input en un punto-output en un punto»

Hasta aquí hemos hecho las consideraciones que determinan la elección del
periodo de inversión para una unidad concreta de input; evidentemente, las
mismas consideraciones decidirán también cómo hay que distribuir una serie
de unidades de una clase de input o de diferentes clases de input entre los
diversos usos. Cuando se pueda usar cualquier clase particular de input en
una variedad de procesos, los rendimientos adicionales que sean obtenibles
alargando los periodos de inversión decrecerán presumiblemente a diferentes
tasas en los diferentes procesos. En consecuencia, las tasas proporcionales de
incremento final se igualarán si se invierte las diferentes unidades de input
por periodos de diferentes longitudes.
Para los casos simples «input en un punto-output en un punto», que se-
guimos considerando, y en los que se puede medir directamente el incremento
del producto durante cualquier proceso en términos de cantidad o valor, puede

228
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

mostrarse con facilidad en un simple diagrama (Fig. 12) las condiciones de


equilibro entre procesos de diferentes longitudes. En este diagrama, la ordenada
mide el valor del producto obtenido de la inversión de una unidad de input
para los diferentes periodos que se miden a lo largo de la abscisa. Las curvas
P1, P2 y P3 representan el valor del producto obtenido después de diferentes
intervalos a partir de tres diferentes procesos que comienzan en los momen-
tos O, T1 y T2, respectivamente. El equilibrio requiere que para todos estos
procesos que terminan en una fecha dada, digamos T3, el ratio entre la tasa
de incremento final del producto (debida a la última ampliación del periodo
de inversión) y el producto obtenido tiene que ser el mismo.

En el caso que muestra el diagrama, en el que el producto obtenido a partir


de cada uno de los tres procesos en cuestión en T3 será el mismo, a saber, T3P;
se satisfará esta condición si la pendiente de las tres curvas de productividad
en P es la misma (a los efectos del diagrama, hemos hecho igual la dimensión
del producto que madura a partir de los tres procesos en T3, suponiendo que
las cantidades de input invertido en cada uno de los tres procesos serán tales
que produzcan el mismo output en dicha fecha. Como se verá inmediatamente,
esto significa que habrá que invertir más input en el proceso que comienza
en T1 que en el proceso que comienza en O y que habrá que invertir aún más
input en el proceso que comienza en T2 que en el proceso que comienza en

229
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

T1. Si, en su lugar, hubiésemos decidido representar las curvas que describen
la cantidad de output que resulta de invertir iguales cantidades de input en
las tres fechas, de forma que el output obtenido en T3 a partir de los procesos
que comienzan en T2 y T1 fuese menor que el output obtenido del proceso
que comienza en O, la condición de equilibrio no sería que las pendientes de
las curvas que están por encima de T3 fuesen idénticas, sino que estuviesen
en la misma proporción con respecto a la altura de la curva en este punto).2
Evidentemente, tendrá que satisfacerse la misma condición en cualquier
momento, es decir, para todos los procesos que maduren en el mismo momento
del tiempo, el ratio entre la tasa de incremento del producto y la dimensión
del producto mismo tendrá que ser el mismo, lo que no significa que estos
ratios tengan también que ser iguales para procesos que terminen en dife-
rentes momentos. Esto solo se cumple bajo condiciones estacionarias, aunque
es útil seguir brevemente la práctica usual y discutir este caso estacionario.
Luego podemos considerar la relación entre procesos que resulten de la in-
versión de cantidades iguales de input en un momento dado para diferentes
periodos. Si en este caso el ratio del incremento final del output con respecto
a la dimensión absoluta de este output tiene que ser también el mismo para
todos los procesos, la condición de equilibrio vendrá determinada por todas
las diversas curvas de productividad que toquen al mismo interés compuesto
en diferentes puntos. Esta situación está representada en la Figura 13, en la
que el proceso representado por la curva de productividad P1 termina en T1,
el proceso descrito por la curva de productividad P2 en T2, etc.3

2. [En términos de la cosecha de árboles estándar, el equilibrio para maximizar el beneficio implica
que cortemos cada árbol cuando su tasa porcentual de crecimiento deje de superar, para pasar a igualar,
el tipo de interés. Este enfoque para encontrar el momento óptimo de cosecha trata a los procesos de
crecimiento de árboles como no repetibles. Si, por el contrario, se pudiese repetir el proceso una vez
que se haya cortado el árbol, merece la pena cortarlo antes. En términos de la Figura 12, una serie
de inversiones del tipo P3 produciría rendimientos más altos por año que una serie de inversiones
del tipo P1 o P2, suponiendo iguales gastos iniciales. Acerca del periodo de producción óptimo bajo tales
condiciones de «rotación», véase Hirshleifer, Investment, Interest and Capital, pp. 81-92.- Ed.].
3. [La curva sin denominación de la Figura 12 (o de la Figura 13), a la que son tangentes las curvas
de productividad, es una curva de descuento o de interés compuesto. Su intersección vertical representa
el valor presente descontado de los outputs futuros de los tres procesos que en condiciones óptimas
terminan en las fechas señaladas. El ratio (constante) de su pendiente a su altura representa el tipo de
interés, que se supone es el mismo a lo largo de cada intervalo.- Ed.].

230
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

la igualación de las productividades marginales de la inversión


es una condición necesaria pero no suficiente de equilibrio

La condición de equilibrio así descrita es una condición necesaria pero to-


davía no es una condición suficiente, ya que siempre habrá, no meramente
una, sino muchas curvas diferentes de interés compuesto que puede hacerse
que toquen todas las curvas de productividad y que, por lo tanto, nos darán
diferentes series de puntos de equilibrio. Más tarde veremos que la explica-
ción reside en la circunstancia de que los valores relativos de las diferentes
clases de input y las diferentes clases de output dependerán de las cantidades
invertidas en diferentes procesos y por diferentes periodos; pero, antes de
que podamos ocuparnos de este punto, tenemos primero que generalizar las
conclusiones obtenidas hasta ahora aplicando el mismo argumento a otros
casos que el más simple de «input en un punto-output en un punto».

las condiciones de equilibrio en un proceso


de «input continuo-output en un punto»

Tenemos ahora que considerar las condiciones que rigen el periodo de inversión
del input que no pueda considerarse como un input aislado en un punto, sino
que se aplique en un punto de, y como una parte de, un proceso de «input

231
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

continuo-output en un punto». Cuando la función de input que describe tal


proceso es continuamente variable, la cuestión que surge es si debería invertirse
las unidades concretas de input en un punto anterior o posterior del proceso
(o si debería invertirse más o menos unidades en un punto concreto). Antes
de que podamos contestar a esta cuestión son necesarias dos modificaciones
de nuestro argumento.

la productividad marginal de la inversión en este caso


no es el incremento del producto obtenido
continuando el mismo proceso—

La primera de estas modificaciones se ha convertido en necesaria por el hecho


de que, en el caso que estamos ahora considerando, no pueda llevarse a cabo la
ampliación del periodo de inversión de unidades concretas de input, simplemente
continuando el mismo proceso durante algo más de tiempo; hay que invertir
las unidades de input desde el principio en un proceso totalmente diferente.
En este caso, no habrá ningún producto consumible disponible después del
intervalo al final del cual habría aparecido el producto en el proceso original;
por ello no nos enfrentamos a diferentes cantidades de output que surgirían del
mismo proceso en diferentes fechas, sino a cantidades de output que surgirían
en diferentes fechas de procesos alternativos en cualquiera de los que puede
invertirse el input; y tendremos que comparar, no la dimensión total de los
productos de diferentes procesos, sino solo la dimensión de las contribucio-
nes a estos productos que se deben a la cooperación de las unidades concretas
de input en cuestión. Es decir, tenemos que comparar la adición marginal al
producto que puede obtenerse invirtiendo alguna pequeña cantidad de input
en un punto en un proceso, con la adición que puede obtenerse invirtiendo
la misma cantidad en el mismo momento en un estadio algo anterior de un
proceso similar que dará lugar a su producto un poco después.

—sino el incremento obtenido escogiendo


un proceso alternativo ligeramente más largo

Pero aunque sería imposible en este caso prolongar el periodo de inversión


simplemente continuando un poco más un proceso ya comenzado, la deci-

232
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

sión inicial acerca de cuál de las inversiones alternativas deba emprenderse,


debería realizarse con arreglo exactamente a los mismos principios que
si estuviésemos tratando de productos que podrían obtenerse de uno y el
mismo proceso en diferentes fechas; lo que significa que el resultado de una
ampliación del periodo de inversión de una unidad concreta de input habría
de ser juzgado como si lo que se estuviese invirtiendo por el intervalo adi-
cional fuese la adición marginal que podría haberse obtenido de dicha unidad
de input si se la hubiese invertido por el periodo más corto; 4 y el concepto
de la tasa proporcional de incremento final del producto —la magnitud que
en equilibrio tiene que ser igual para todas las inversiones— se referiría en
este caso a la diferencia entre los productos marginales que se podría haber
obtenido alternativamente aplicando la cantidad de input antes o después
en el proceso.

aquí ya no puede considerarse que el rendimiento


de la inversión de una unidad de input sea una función
del periodo de inversión de esa unidad únicamente—

La segunda modificación que hay que introducir en este punto es una cualifi-
cación que estaba implícita en la discusión del caso anterior y más simple, pero
que ahora se hace más obviamente necesaria, por lo que hay que convertirla
en totalmente explícita. Se había señalado en aquella discusión anterior que
puede considerarse la dimensión del producto obtenible a partir de un uso
concreto de una unidad dada de input y las variaciones en la dimensión del
producto que se deben a cambios en el periodo de inversión de dicha unidad
de input como dadas, suponiendo que están determinados los periodos de
inversión de todas las demás unidades de input.

—debido, en parte, al efecto de cambios en las cantidades


relativas de diferentes productos en sus valores—

Hay dos razones de ello en el presente caso. La primera razón, que es la más
general y también se aplica, aunque quizá menos obviamente, al caso anterior,

4. Es decir, en una fase posterior del mismo proceso.

233
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

es que puede describirse la dimensión del producto obtenido en una fecha


concreta solo en términos de valor, y que este valor vendrá determinado
solo si están dadas las cantidades de todas las demás mercancías disponibles
en esta y en todas las demás fechas.

—sino principalmente debido a la complementariedad técnica


entre los periodos de inversión de diferentes unidades de input

La segunda razón, que se aplica exclusivamente al presente caso, pero que es


aquí muy obvia, es que incluso la dimensión física de la contribución debida
a una unidad concreta de input que coopera con muchas otras unidades en
cualquier proceso, depende, debido a la complementariedad técnica, no solo
de su propio periodo de inversión, sino también de los periodos de inversión
de todas las unidades de input utilizadas en dicho proceso.

las curvas de productividad de diferentes


unidades de input no son independientes

Esto significa que no estamos autorizados a considerar las curvas de pro-


ductividad de la inversión de diferentes unidades de input tales como las
que habíamos dibujado previamente, como válidas de forma independiente
y simultánea. La forma de cada una de ellas es susceptible de cambiar con
cualquier cambio en el uso que se haga de cualquier otra unidad de input
y cada una de las curvas tendrá una forma determinada solo suponiendo
que esté determinado el uso de todas las demás unidades input. En otras
palabras, no es realmente posible partir de la noción de que el producto de
cada unidad de input es una función únicamente del periodo por el que se
la invierta. Deberemos tomar como nuestro dato inicial una descripción
de la forma en la que el flujo total de renta y los valores relativos de sus
elementos componentes dependen de los periodos de inversión de todas
las unidades de input utilizadas. El valor de cualquier parte de este flujo
total de renta dependerá de, o será una función de, los periodos de inver-
sión de todas las unidades de input utilizadas; y solo puede determinarse
la contribución debida a una unidad determinada de input observando y
comparando los efectos, en primer lugar, de sacarla de un uso concreto, y

234
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

luego de aplicarla de una forma en la que rinda su producto en una fecha


ligeramente posterior, permaneciendo igual el uso realizado de todas las
demás unidades de input.
Por fundamental que sea la importancia de esta modificación, no quita
su valor a nuestra elaboración anterior como descripción de las condiciones
de equilibrio. Sigue siendo cierto que en un estado de equilibrio tiene que
haber un ratio uniforme para todas las unidades de input, entre la tasa de
incremento del producto marginal de la unidad, debida a un ligero incremento
de su periodo de inversión, y este producto marginal. La única modificación
que tenemos que hacer para que el diagrama utilizado antes pueda seguir
siendo una descripción correcta de esta condición de equilibrio, es que no
debemos considerar que las curvas de productividad sean simultáneamente
válidas, sino que cada una describe el cambio causado por una variación de un
periodo de inversión concreto cuando todos los demás periodos de inversión
sean tales que correspondan a una posición de equilibrio. Quizá sería me-
nos confuso si en lugar de mostrar curvas completas de productividad, solo
dibujásemos unos cortos segmentos en la inmediata vecindad del punto de
tangencia con la curva de interés compuesto. Entonces puede considerarse
el segmento como indicador de la tasa de variación del producto de una
unidad de input que siga a un pequeño cambio en su periodo de inversión,
al mismo tiempo que se supone que todos los demás periodos de inversión
permanecen invariables (Fig. 14).

235
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

«la tasa de incremento del producto dividida


por todo el producto» de Jevons

Las consecuencias de esta última modificación son de muy largo alcance.


El concepto de ratio entre la tasa de incremento del producto y el producto
(el ratio que tiene que ser igual al tipo instantáneo o fuerza del interés) es,
evidentemente, el mismo que en el que se basa la explicación de W.S. Jevons.
Jevons lo describió como «la tasa de incremento del producto dividida por todo
el producto» y lo definió en términos matemáticos como F’(t)/F(t), donde la
función F(t) describe la dimensión del producto como función del periodo de
inversión del input.5 Y tanto Böhm-Bawerk como Wicksell siguieron el mé-
todo que utilizó Jevons para determinar esta tasa. El método que emplearon
los tres autores fue suponer que el agregado de la espera, o la suma de los
periodos por los que podría invertirse las diferentes unidades de input estaba
inequívocamente determinado por la dimensión del «fondo de subsistencia»;
concluyendo después, que podía determinarse la productividad marginal de la
espera, distribuyendo así la espera total entre las diferentes unidades de input
de forma que la «tasa de incremento del producto dividida por el producto»
se convirtiese en todas partes en la misma.

el periodo de inversión no es uno de los datos


sino una de las incógnitas del problema

Sin embargo, ya hemos observado que no puede siempre suponerse que la


oferta de capital venga dada en una forma (libre) como un verdadero fondo
de subsistencia y que no puede identificarse el stock real de recursos no
permanentes de ninguna forma concreta y no ambigua con las cantidades de
bienes de consumo futuros o de periodos de espera determinados; por eso
es imposible considerar el periodo de inversión medio o agregado como un
dato del que podamos derivar la productividad marginal de la inversión, de la
misma forma en la que determinamos la productividad marginal de cualquier
otro factor del que haya disponible una cantidad dada para su distribución
entre los diversos usos.

5. W.S. Jevons, The Theory of Political Economy, 1.ª ed. (1871), p. 237; 4.ª ed. (1911), p. 246.

236
LA PRODUCTIVIDAD MARGINAL DE LA INVERSIÓN Y EL TIPO DE INTERÉS

los periodos de inversión no vienen dados


por una determinada oferta de capital libre

Pero vemos ahora que no necesitamos una descripción de la dimensión temporal


total de la inversión, un periodo de inversión agregado, o un fondo concreto de
capital, como un dato inicial; y que su naturaleza es, más bien, la de los resulta-
dos de las fuerzas que determinan el equilibrio. El factor que limita las posibles
ampliaciones de los periodos de inversión es que, al invertirse una unidad de
input por un periodo más largo, se reduce el flujo de output en la fecha más
temprana y, en consecuencia, se aumenta el valor de los productos que maduren
en dicha fecha temprana; lo que significa que aumenta el valor de los productos
marginales de las unidades de input invertidas en dicha fecha temprana, con el
resultado de que se hace rentable invertir más en dicha fecha. Hemos postulado
que hay que usar el input disponible de forma que el flujo de renta resultante
sea de magnitud constante, es decir, que cada intervalo originado por invertir
algunas unidades de input por periodos más largos debe ser rellenado invirtiendo
otras unidades de input por periodos correspondientemente más cortos. Por
tanto, la condición de que deba invertirse todo el input de manera que el ratio
entre la tasa marginal de incremento del producto y la dimensión de todo el
producto sea la misma para todas las unidades de input, determina también el
periodo por el que hay que invertir cada una de las unidades de input.6

solo puede darse una solución final después


de la introducción de las preferencias temporales

La naturaleza de nuestro presente supuesto acerca de la forma deseada del


flujo de renta, es decir, que bajo todas las condiciones tiene que permanecer

6. [Es decir, no hay que contemplar el coste de ampliar un periodo de inversión en términos de
agotar un «fondo de subsistencia» dado, y los periodos de inversión óptimos (el beneficio marginal de
la ampliación iguala al coste marginal) pueden determinarse sin suponer que exista ese fondo. En su
lugar, junto con los rendimientos decrecientes usuales de la ampliación de los periodos de inversión,
suponemos un flujo dado de servicios puros de input y el objetivo de mantener un flujo de consumo
que no disminuya. Por tanto, el ampliar el periodo de inversión de un input requeriría acortar el
periodo de inversión de algunos otros inputs (para sustituir el output diferido). Como es habitual, se
encuentra el equilibrio donde se igualen las tasas marginales de rendimiento de la ampliación.- Ed.].

237
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

constante a lo largo del tiempo, hace, por el momento, imposible dar a esta
conclusión una expresión más exacta. En términos del análisis de utilidad, este
supuesto, que hasta ahora se ha formulado solo en términos muy generales,
significaría que cualquier adición al output en una fecha en la que el output
total sea menor que en otras, tendría un valor mayor que cualquier adición,
por muy grande que fuese, al output en esas otras fechas. Aparte de la obvia
falta de realidad de tal supuesto, es extremadamente inapropiado, por lo que
aplazaremos una discusión más a fondo de este punto hasta que hayamos
realizado un estudio más cuidadoso de las posibles actitudes psicológicas
hacia los flujos de renta de diferentes formas (Cf. Capítulo XVII).
Pero incluso sin esta más exacta formulación, será ya evidente que si
comenzamos con un stock dado de recursos no permanentes, el factor que
determinará los periodos de inversión de los diversos elementos de ese stock
será la condición de maximizar el flujo resultante y la consecuente condición
de igualar las tasas proporcionales de incremento final de todas las diferentes
inversiones. Este stock de recursos no permanentes, en la forma en la que existe
como dato, no es una cantidad determinada de capital, ya que solo se la puede
expresar como una magnitud única después de que se haya determinado los
valores relativos de los elementos de los que está compuesta, y estos valores
son claramente una resultante de las mismas fuerzas equilibradoras que de-
terminan los periodos de inversión. El dato inicial a partir del que tenemos que
comenzar es simplemente una enumeración de todos los elementos de los que
está compuesto este stock de recursos no permanentes y de todos sus atributos
técnicos. Como aparecerá más tarde con más detalle, la cantidad de capital como
una magnitud de valor, no menos que los diferentes periodos de inversión, no
son datos, sino que se encuentran entre las incógnitas que hay que determinar.7

7. Wicksell vio esto con absoluta claridad, aunque continuó en su exposición como si los periodos
de inversión o la cantidad de capital fuesen magnitudes dadas. Resulta evidente que se dio cuenta de que
esto no era así a partir de un pasaje de sus Lectures (vol. I, p. 202), que ya hemos citado, cuando pone de
relieve que «carecería claramente de sentido —si no fuese totalmente inconcebible— mantener que la
cantidad de capital está fijada antes de que se haya conseguido el equilibrio entre producción y consumo»;
sin embargo, Wicksell no fue consecuente con esto. Parece que descubrió este punto más bien tarde y
nunca lo incorporó del todo a su sistema, lo que está sustentado por el hecho de que en la traducción al
alemán de sus Lectures, que se preparó a partir de una versión anterior en sueco, el pasaje citado ante-
riormente es mucho menos enfático (Cf. Vorlesungen über Nationalökonomie, vol. I, 1913, pp. 272-273).

238
Capítulo XV
INPUT, OUTPUT Y EL STOCK DE CAPITAL
1
EN TÉRMINOS DE VALOR

la relación entre el input y el output en términos de valor

En los dos últimos capítulos vimos que siempre que sea posible, por motivos
puramente técnicos, atribuir una cantidad definida de output a la aplicación
de una cantidad definida de input en un momento particular del tiempo, los
valores de estas cantidades tienen que tener una relación entre sí que corres-
ponda a un tipo de interés compuesto que (en el sentido especial definido) sea
uniforme a través de todo el sistema. Se recordará que es posible establecer
tal conexión tecnológica o causal entre unidades individuales de input y
unidades individuales de output, no solo en los casos más simples de «input
en un punto-output en un punto», sino también en algunos casos de «input
continuo-output en un punto». Ello es posible en estos últimos casos, siempre
que pueda variarse de forma continua la forma de la función de input, de
manera que pueda aislarse el producto marginal físico de las unidades de input
aplicadas en fases sucesivas del proceso. En el capítulo siguiente tendremos
que investigar los casos en los que no exista tal relación física no ambigua
entre unidades individuales de input y unidades individuales de output y
donde todo lo que sepamos es que un cierto agregado de output se debe a un
cierto agregado de input y pudiendo extenderse a lo largo de un periodo de
tiempo uno de ellos o ambos. Entonces tendremos que buscar una solución
de los problemas que surgen en estos casos del principio de una «imputación»
de un producto de valor marginal.
Sin embargo, antes de pasar a estos casos más complicados, será útil que
tratemos de dar una descripción general de las relaciones entre agregados
de input y agregados de output en los casos más simples en los que puede

1. La sustancia de este capítulo y el siguiente, aunque de una forma diferente, fue objeto de un
artículo del presente autor, que apareció hace algún tiempo en el Economic Journal (1934b).

239
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

construirse estas relaciones, por decirlo así, a partir de las relaciones entre
los elementos de los que están compuestos los agregados.

representación gráfica de las variaciones del valor en el tiempo

Nuestra tarea consiste esencialmente en diseñar un método adecuado para


adaptar nuestras representaciones anteriores de la estructura completa de la
producción, con el fin de mostrar el nuevo factor del crecimiento del valor
de cada unidad de input invertida durante el tiempo por el que permanece
invertida. A este propósito, tenemos que volver al diagrama tridimensional
que hemos utilizado anteriormente (Figura 6, p. 161) para representar la
estructura completa de la producción en términos de unidades de input. En
dicho diagrama, había que medir todas las cantidades de productos interme-
dios y finales en términos de tales cantidades, como si fuesen el producto de
unidades iguales de inversión. Habíamos pasado por alto cualquier cambio
en el valor al que habían sido sometidos los resultados de la inversión de una
unidad de input en el curso del proceso; pero lo que nos interesa principalmente
aquí es precisamente este aumento del valor, y para poder mostrarlo en el
diagrama original sería, evidentemente, necesario, introducir una dimensión
adicional, aunque, como los métodos diagramáticos usuales no nos permiten
mostrar variaciones en más de tres dimensiones en un diagrama, tendremos
que dejar espacio para la dimensión adicional omitiendo una de las variables
que se mostraba en dicho diagrama anterior. Aquella de la que podemos
prescindir con la menor pérdida es la representada por el eje vertical o eje s
de dicho diagrama (es decir, el eje que indica las «fases» a las que pertenecen
las diferentes cantidades de productos intermedios medidas a lo largo del eje
r). Podemos mostrar de otra manera la relación indicada a lo largo de este eje.

el principio de acuerdo con el que se modifica el anterior diagrama

Para explicar este recurso alternativo a efectos de representar el fenómeno de


la «sincronización» mostrado por medio del tercer eje del diagrama anterior,
tenemos que volver por un momento al primero de todos los diagramas usa-
dos en este libro (p. 144) y que reproducimos ahora con algunas adiciones
en la Figura 15. Este diagrama muestra la parte del flujo esperado de renta

240
INPUT, OUTPUT Y EL STOCK DE CAPITAL EN TÉRMINOS DE VALOR

del que puede decirse que existía ya en cualquier momento en la forma


«incipiente» de recursos no permanentes. La curva TmR que delimita esta
parte del flujo de renta futura (la curva de output) representa la distribución
a lo largo del tiempo del producto de las diferentes unidades de input puro
corriente invertidas en el momento O. Se puede decir que el área bajo esta
curva representa también todas las fases sucesivas a través de las que tendrá
que pasar el input puro invertido en O antes de que madure en su producto
final.2 Pero como bajo condiciones estacionarias se realizará inversiones simi-
lares en cada momento sucesivo (es decir, en T1, T2, T3 y cualquier otro punto
del eje t), podemos visualizar un número infinito de triángulos similares
plegados uno sobre otro; y en cada punto del eje t estarán simultáneamente
presentes todas estas fases sucesivas. En otras palabras, si concebimos estas
series continuas de triángulos superpuestos uno sobre otro, cada uno de ellos
también representará la posición que, bajo condiciones estacionarias, exis-
tiría en cada uno de los momentos, y lo mismo tendría lugar si, en lugar de
triángulos bidimensionales, usásemos una serie correspondiente de sólidos
tridimensionales que, en forma similar, se pliegan uno dentro de otro.

2. Interpretado así, el triángulo curvilíneo de la presente figura corresponde al plano P3RR3 del
diagrama tridimensional anterior (la Figura 6 más arriba), cuyo significado no se había discutido ex-
plícitamente en esa ocasión.

241
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

limitaciones al uso de una sola curva de input

En lo que sigue, comenzaremos, no a partir de la curva de output, sino de la


curva de input; pero antes de continuar con la construcción de un diagrama,
es necesario recordar una vez más el significado exacto de las funciones de
input que están implicadas, y que describen la serie de periodos por los que se
invierten las diferentes partes de input aplicadas en un momento del tiempo.
Puede formularse estas partes en términos físicos solo bajo la condición de que
haya únicamente una clase de input homogéneo. La correspondiente informa-
ción de un número de diferentes clases de input puede combinarse en una sola
curva de input, únicamente bajo el supuesto de que estén dados los valores
relativos de estas diferentes clases de input; lo que significa que realmente
deberíamos comenzar con tantas curvas de input distintas como diferentes
clases de input haya, y que, aunque será posible describir las condiciones de
equilibrio por medio de una única curva de input compuesta, solo se puede
construir esta curva sobre la base de valores relativos dados de las diferentes
clases de input, siendo ellas mismas determinadas por dicho equilibrio.

el proceso en el tiempo en términos de valor

El diagrama tridimensional (Fig. 16) de más abajo representa el crecimiento


del valor en el tiempo y se construye utilizando el último diagrama (Fig.
15), pero interpretado como representando la función de input como base
y erigiendo sobre él un eje perpendicular v a lo largo del que se miden los
valores cambiantes que obtienen los productos de las diversas unidades de
input en momentos sucesivos del tiempo.3 Las unidades de input invertidas
en O (o en cualquier momento posterior) pueden, evidentemente (y tienen
que, si está implicada más de una clase de input), ser expresadas en términos
de valor, y el hecho de que se mida los valores a lo largo de dos ejes diferentes

3. Se mide aquí el «valor» en términos de cualquier mercancía bajo el supuesto de que cantidades
idénticas de esta mercancía disponibles en diferentes fechas sean idénticas en valor. El «crecimiento
del valor en el tiempo» significa que en fechas sucesivas el producto de la inversión de una cantidad
dada de input en una fecha particular será igual en valor a cantidades crecientes de la mercancía
elegida. Bajo las condiciones estacionarias aquí postuladas es irrelevante qué mercancía se use como
el «patrón de valor».

242
INPUT, OUTPUT Y EL STOCK DE CAPITAL EN TÉRMINOS DE VALOR

en este diagrama puede, al principio, parecer desorientador; pero la explicación


es simple, cuando recordamos que el eje r mide las cantidades de productos
intermedios y finales en unidades tales como son el producto de una unidad
de input (en unidades de factor) y no en sus propias unidades (unidades de
mercancía); y, como hemos visto, el valor del producto de una unidad dada
de input variará con el tiempo. Si bien, por ello, el valor del input permane-
ce necesariamente el mismo a lo largo de todo el proceso y sería superfluo
mostrarlo una segunda vez además de su medida a lo largo del eje r, hay que
indicar por separado los valores de los productos de este input.
Por tanto, en el diagrama, el valor total del input invertido en cualquier
momento viene representado por el rectángulo OR1Q1V1 (y T2R2Q2V’2 y todos
los rectángulos similares que pueda imaginarse en todos los demás puntos
a lo largo del eje t). Los periodos de inversión de estas unidades de input
varían entre cero y OT1, como viene indicado por la curva de input R1T1. A
lo largo de la misma serie de periodos, el valor del producto de cualquier
unidad de input invertido crecerá a un tipo de interés compuesto unifor-
me como viene indicado por la curva V1T’1. Cualquier sección transversal
perpendicular del sólido resultante, paralela al plano vOt, corresponde a la
Figura 13 de más arriba; es decir, muestra cómo crece el valor del producto

243
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de una unidad infinitesimalmente pequeña de input aplicada en O al interés


compuesto durante el periodo por el que permanece invertida. Cualquiera
de las curvas paralelas que se ha dibujado en la superficie del interés que se
curva hacia arriba V1Q1T’1 corresponde a la curva de interés compuesto del
diagrama anterior y la altura de la superficie perpendicular curvada Q1R1T1T’1
en el punto en el que termina cualquiera de estos planos verticales muestra
el valor del producto debido a la inversión de una pequeña unidad de input
por el periodo correspondiente.
De acuerdo con ello, puede considerarse que cada uno de los dos sólidos
que muestra el diagrama —y todos los demás que no aparecen, pero que
puede imaginarse que se superponen uno en otro en una serie infinita— están
hechos añadiendo todas las delgadas rodajas que, a la manera de la Figura
13, muestran el crecimiento gradual del valor de una única unidad de input
invertido.4 La diferencia es que, mientras en el diagrama bidimensional era
posible mostrar solamente el crecimiento de una única pequeña unidad
invertida por un periodo determinado, el presente diagrama da una visión
simultánea del crecimiento de todas las unidades de input invertidas en un
momento del tiempo a lo largo de la serie continua de periodos descritos por
la curva de input R1T1.
El diagrama tridimensional nos da una clara imagen de dos importantes
relaciones que, hasta este punto, habían quedado sin explicar. En primer lugar,
nos da una descripción del valor total a un tipo dado de interés del stock de
capital que corresponde a una función dada de input o de output. En segundo
lugar, muestra la relación entre la serie de periodos por los que se invierte el
input (es decir, la función de input) y la forma del flujo de renta que se obtiene
de él (es decir, la función de output). Estas dos relaciones están claramente
interconectadas.

4. Si no hiciese el diagrama demasiado complicado, podríamos también hacer que mostrase la


condición de equilibrio de la misma forma que en la Figura 13. La condición es que, en el punto en el
que madura el producto de cada unidad de input, el segmento de la curva de productividad de dicha
unidad de input (que muestra la variación de la dimensión de su producto marginal cuando se cambia
ligeramente su periodo de inversión mientras permanecen constantes todos los demás periodos de
inversión), tiene justamente que tocar a la superficie del interés desde abajo.

244
INPUT, OUTPUT Y EL STOCK DE CAPITAL EN TÉRMINOS DE VALOR

representación del valor del stock de capital

El valor del stock de productos intermedios que existen en cualquier mo-


mento, bajo condiciones estacionarias, viene representado en el diagrama
por el volumen de cada uno de los sólidos V1OR1Q1T’1T1, etc. Esto resulta
inmediatamente evidente si pensamos que estos sólidos están compuestos
de una serie infinita de planos perpendiculares paralelos al plano vOr, re-
presentando cada uno el valor de los bienes intermedios que corresponde a
la «fase» de la producción. El único punto que hay que resaltar más es, como
se verá a partir del diagrama, que el valor del stock de capital, tal y como
viene representado por el volumen del sólido, depende no solo de la forma
de la función de input o la dimensión del área que encierra, sino también del
tipo de interés. La razón es, evidentemente, que lo que sigue invirtiéndose
en cada fase no es meramente el valor del input original, sino que incluye
el interés que ya se ha generado (o el valor del producto que podría haberse
obtenido si se hubiese invertido el input en cuestión únicamente durante
el periodo más corto).

solo puede determinarse su valor si tenemos una descripción total


de la serie de periodos de inversión y el tipo de interés

Esta representación de los factores que determinan el valor del stock de ca-
pital muestra que no hay ninguna correlación simple o única entre la forma
de la curva de input y este valor; y también muestra que, incluso dado el
tipo de interés, no podríamos determinar el valor del stock de capital si en
lugar de tener una descripción completa de la serie de periodos de inversión
tales como los proporciona la función de input, conociésemos solamente el
agregado o media de estos periodos. Si todo lo que estuviese dado fuese tal
agregado o media, ello significaría que solo conoceríamos la dimensión del
área encerrada en la función de input y no su forma. Habrá cualquier número
de diferentes funciones de input que encierren áreas de la misma dimen-
sión, es decir, que correspondan al mismo agregado o media de periodos de
inversión. Y si tomamos dos curvas de input tales que (como, por ejemplo,
las que aparecen en la Figura 17) una se extienda a lo largo de un periodo
más corto de inversión y esté menos curvada, y la otra que se extienda a lo

245
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

largo de un periodo más largo y esté más curvada, es claramente posible que
a un tipo de interés, la primera, y a otro tipo de interés, la segunda, corres-
pondan a la mayor cantidad de capital. De forma similar, a cualquier tipo
dado de interés, dos curvas de input de diferentes formas, pero que incluyan
la misma área (y, por lo tanto, representen el mismo periodo de inversión
medio o agregado), corresponderán a diferentes cantidades de capital.5

derivación de la curva de output a partir de la curva de input

Ahora será fácil derivar la forma del flujo de output en términos de unida-
des del producto (o la curva de output) que corresponde a cualquier curva
de input dada. De hecho, la función de output en su forma no acumulativa
(como se muestra anteriormente en la Fig. 4) está representada implícita-
mente por la superficie vertical curvada R1Q1T’1T1 de la Figura 16. La altura
de esta superficie indica el valor del producto de una pequeña (hablando
estrictamente, infinitesimal) unidad de input que madure en el momento
en cuestión; pero para hallar la magnitud real del producto que madure a lo
largo de cualquier intervalo de tiempo de longitud finita, tenemos también

5. [Hayek está describiendo aquí una clase de «switching de capital»: dadas dos diferentes series
de inversiones con diferentes distribuciones de los periodos de inversión, podemos encontrar que una
tiene el mayor valor presente a un tipo de descuento, pero la otra tiene los mayores valores presentes
a oro tipo de descuento, aunque tengan el mismo periodo medio de inversión.- Ed.].

246
INPUT, OUTPUT Y EL STOCK DE CAPITAL EN TÉRMINOS DE VALOR

que tener en cuenta la tasa a la que madurará el producto de tal pequeña


unidad de input en el momento relevante. Esta tasa temporal viene mostrada
por la pendiente de la curva de input R1T1 que forma la base de la superficie
vertical; en consecuencia, se obtiene la forma del flujo de output multipli-
cando la altura de la superficie en cada punto por la pendiente en el punto de
la curva que forma su base. De esta manera, llegamos a una descripción no
acumulativa del flujo de output, tal y como viene representado por las franjas
que se muestra a lo largo del sólido en las Figuras 18 y 19 de más abajo. Es
importante observar que la representación de la forma del flujo de producto
así obtenido no es la forma usual (acumulativa) de la función de output:
las franjas representan las curvas no acumulativas o, es decir, las primeras
derivadas de las funciones de output propiamente dichas.6 Volveremos a
la discusión de la relación entre las curvas de input y output mostradas en
estos dos diagramas, en el capítulo XVI más adelante, en conexión con los
casos «input en un punto-output continuo».

6. A este respecto, la exposición anterior de estas relaciones dada por el autor en el artículo citado
antes (1934b), era algo confusa.

247
Capítulo XVI
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN:
EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN
(IMPUTACIÓN)

las particulares funciones de input están unívocamente correlacionadas


con particulares funciones de output solo si puede aislarse
el producto marginal físico de cada unidad de input

En los casos que consideramos en el capítulo XV, pudimos construir la rela-


ción entre la función de input y la función de output a partir de la conexión
entre unidades individuales de input y unidades individuales de output que
suponíamos que eran conocidas. Dada la forma de la función de input y el
producto marginal de cada pequeña unidad de input a la que se refería, pu-
dimos derivar de ella la forma de la función de output; y como se suponía
que conocíamos la cantidad de input y la cooperación de la que dependía cada
elemento particular del output, también pudimos, similarmente, derivar la
función de input a partir de la función de output. Esta conexión entre las
dos funciones era independiente del tipo de interés y se basaba en la pro-
ductividad marginal física conocida de las diferentes unidades de input. En
estos casos, las funciones particulares de input y las funciones particulares
de output estaban unívocamente correlacionadas en el sentido de que una
y solo una función de output encajaría en una función particular de input y
viceversa. El tipo de interés entraba en la discusión solo en la medida en la
que, en equilibrio, se habría escogido una función de input tal que la relación
entre el valor de cualquier unidad de input y el valor de la unidad dependiente
de output correspondiesen al tipo de interés que rigiese en el sistema. Solo
podría darse lugar a cambios en la función de output por medio de cambios
en la función de input y si la conexión entre cualquier función particular de
input y la correspondiente función de output no dependiese del tipo de interés
(o complejo de tipos de interés). Y podría considerarse tanto a la función de
input (o, más bien, las diferentes funciones de input de las diferentes clases de
input) como a la función de output como datos tecnológicos que estuviesen

249
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

dados independientemente del tipo de interés o de cualquier otro fenómeno


de valor que solo podría ser la resultante del equilibrio.

el caso en el que solo es conocida la relación


entre agregados de input y agregados de output

Tenemos que pasar ahora a los casos en los que, en lugar de esta conexión
tecnológicamente dada entre unidades individuales de input y unidades indi-
viduales de output, todo lo que viene dado es una conexión entre agregados
de input y agregados de output. Es conveniente continuar inmediatamente
al extremo opuesto de los casos que hemos considerado hasta ahora, es decir,
a los casos en los que no está dado nada más que la conexión entre los agre-
gados; y dejaremos para una posterior consideración los casos intermedios
en los que es posible por razones tecnológicas establecer una conexión entre
al menos algunas partes del input y algunas partes del output.

principales casos a considerar

Hay dos casos principales a considerar aquí. El primero es el de los bienes en


proceso, en los que la forma de la función de input está rígidamente fijada por
condiciones técnicas y en donde, en consecuencia, sepamos cuánto tendremos
que esperar al producto de diferentes partes del input, pero no podamos decir,
por razones tecnológicas, qué partes del producto se deben a las diferentes
unidades de input, o cuánto tendremos que esperar a las diferentes partes
del output. El segundo es el de los bienes duraderos cuya durabilidad no
se puede variar y donde, de acuerdo con ello, sabemos exactamente cuánto
tendremos que esperar a las diferentes partes de los servicios que rendirán
estos bienes, pero no sabemos a qué porciones del input hay que atribuir
cada parte de estos servicios o cuánto tendremos que esperar al producto de
las diferentes porciones del input. En el primer caso, la función de input es
conocida y la función de output desconocida, en el segundo caso la función
de output es conocida y la función de input desconocida. El problema del
primer caso es cómo asignar un agregado dado de output entre las diferentes
unidades de input invertidas para una serie conocida de periodos, y el pro-
blema del segundo caso es cómo asignar un agregado dado de input entre

250
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

las unidades de output que se deben a él y que maduran a una tasa conocida
a lo largo de un periodo conocido de tiempo.

1. procesos que consumen tiempo con una función


de input de forma invariable

El primero de estos dos casos no presenta ninguna dificultad real. Tenemos un


producto de dimensión dada que se debe a la inversión de un agregado dado de
input a lo largo de una serie dada de periodos. Bajo condiciones estacionarias,
el producto que madure en un momento del tiempo como resultado de una
serie de inversiones realizadas por una gama de periodos anteriores a dicho
momento (descrito por la curva de input invertida) será igual al producto total
que madure a lo largo de una serie de periodos y que se deba a las inversiones
realizadas en un momento del tiempo (descrito) por la curva de input origi-
nal. Por tanto, podemos tomar como base de nuestra discusión cualquiera de
estos dos aspectos del proceso. Con el fin de adecuarnos al tratamiento del
siguiente caso, escogemos el segundo aspecto, es decir, la representación por
medio de la curva de input en su forma original que también se utilizó para
el fundamento de la Figura 16 anterior.

se ajusta la relación entre el valor del input


y el valor del output variando la cantidad total de output

El equilibrio requiere que el valor total del producto tenga que ser igual al
valor del input más el interés sobre cada unidad del input, por el periodo
conocido durante el que está invertido, a una tasa que sea igual a la que rige
en el sistema. Como, con una técnica dada, la cantidad del producto obteni-
ble a partir de la inversión de cantidades dadas del input es un dato, la única
forma en la que puede conseguirse esta igualdad es variando la cantidad
total producida (lo que implica variar la cantidad total de input invertida
en esa línea de producción).1 Cada aumento de la cantidad producida en la
línea de producción en cuestión tendrá dos efectos: reducirá el valor de una

1. [Es decir, donde una secuencia de inputs (por ejemplo, el trabajo en t1, en t2, etc.) tenga que
aplicarse en proporciones fijas, no podemos determinar el producto marginal físico del «input aplicado

251
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

unidad de output y aumentará el valor que tienen las unidades de input en


usos alternativos. Por lo tanto, variando la cantidad total producida, puede
conseguirse cualquier proporción deseada entre el valor total del input y el
valor total del output. Por ello, a un tipo dado de interés, estará determinada
unívocamente la cantidad que se puede invertir de forma rentable en esta
línea de producción.
Pero no tenemos por qué suponer que el tipo de interés venga dado
independientemente de la magnitud del output en esta particular línea de
producción. La condición de que el tipo de interés aquí debería ser igual al
que rija en cualquier otro lugar tiene en cuenta cualquier posible efecto de
los cambios en la escala de producción en esta industria sobre los tipos de
interés en cualquier otro lugar, por lo que nos da la condición general de
equilibrio.

el problema general de la atribución (imputación)

La idea de que el valor del producto debería ser suficiente y solo justamente
suficiente para cubrir el valor de todas las unidades de input más el interés
para sus respectivos periodos de inversión implica, obviamente, alguna
asignación «ideal» del producto total entre las unidades cooperantes de
input, es decir, una atribución de partes «ideales» particulares del producto
a unidades particulares de input. Para usar un concepto que se ha aplicado
tradicionalmente en economía a esta clase de atribución, podemos hablar
de la imputación de partes concretas del valor del producto a las diferentes
unidades de input que cooperan en su producción; y este proceso de imputa-
ción, que hace posible que conectemos cantidades particulares de input con
cantidades concretas de output, también hace posible que construyamos a
partir de una función de input dada, la correspondiente función de output (es
decir, una descripción de la serie de periodos durante los que tendremos que
esperar las cantidades de output que se deben a las inversiones realizadas en
un momento del tiempo). La función de output así obtenida, evidentemente,
no es, en sentido alguno, un dato físico, una magnitud que pueda encontrarse

en la fecha ti». Sin embargo, puede ampliarse o reducirse el proceso como un todo (y resulta que
Hayek supone que muestra rendimientos físicos constantes de escala).- Ed.].

252
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

en el mundo real: es un artificio de cálculo, una «elaboración», que puede


obtenerse, dadas las condiciones de equilibrio, a partir de los datos. El hecho
de que podamos expresar las condiciones de equilibrio en la forma de una
función de output, sin embargo, no carece de importancia; ya que, como ya
hemos observado, en la vida real las relaciones relevantes están en algunos
casos dadas en forma de funciones de output y en otras, a veces, en la forma
de funciones de input y, en consecuencia, solo podemos dar un panorama
global si podemos convertir la una en la otra.

la determinación del valor marginal del producto


es análoga a otros casos de coeficientes fijos de producción

La circunstancia de que no pueda resolverse el problema de atribuir partes


particulares del output a unidades particulares de input por referencia a la
dependencia física de aquellas a estas, sino que tenga que resolverse por medio
de la imputación de valor, evidentemente no es específico de nuestro presente
caso. Se aplica generalmente a todos los casos en los que la proporción en
la que se combinan diferentes clases de input no es variable de forma con-
tinua. En todos estos casos de coeficientes fijos de producción es imposible
determinar un producto marginal físico, es decir, la cantidad del producto
que depende de la cooperación de una pequeña unidad de input. Todo lo que
podemos hacer es determinar un «valor marginal del producto», es decir, la
parte del valor del producto que tiene que ser posible asignar a una unidad
de un factor para hacer que su empleo sea rentable.
El caso de una función de input rígida, así como el caso de una función
de input invariable, que todavía tenemos que considerar, son solo casos es-
peciales del fenómeno general de «coeficientes constantes de producción».
Su única peculiaridad es que no son las proporciones en las que factores
físicamente diferentes puedan utilizarse en un proceso de producción, las
que están rígidamente fijadas, sino las proporciones entre las cantidades
de factores que se pueda aplicar en diferentes fases del proceso. De ahí se
sigue que hay que resolver los problemas a los que dan lugar estos casos a
lo largo de las mismas líneas que otras situaciones del caso más general de
coeficientes fijos.

253
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

2. bienes duraderos con longitudes fijas de vida

Pasamos ahora a nuestro segundo caso, el de bienes duraderos con durabi-


lidad fija e invariable. Para evitar las complicaciones que surjan del uso de
tales bienes duraderos en la producción, limitaremos aquí nuestra atención
al caso de bienes duraderos de consumo. También será conveniente comenzar
una vez más con el caso del bien duradero «ideal», cuya producción no lleva
tiempo y que, por lo tanto, corresponde al caso teórico «input en un punto-
output continuo». En este caso, la inversión de una cantidad dada de input en
un momento particular del tiempo rinde un flujo de servicios de una forma
temporal dada e invariable, lo que significa que mientras que sabemos cuánto
tendremos que esperar a cada unidad de los servicios del bien, no sabemos a
qué porción del input invertido se deben estas unidades y, en consecuencia,
cuánto tendremos que esperar a los productos de las diferentes unidades del
input invertido. En otras palabras, la función de output está dada y hay que
derivar de ella la función de input.
La cuestión a contestar es a qué porciones «ideales» del input invertido en
un momento del tiempo hay que atribuir los diferentes segmentos del flujo
de output resultante. El equilibrio requiere que el valor del flujo de output,
descontando cada parte para el periodo relevante a una tasa de interés igual
al que rija en los demás lugares del sistema, debe ser igual al valor del input
invertido; y se puede dar lugar a la relación requerida entre el valor agregado
del input invertido y el valor del flujo de output variando el volumen total
de output. El valor descontado de cualquier pequeña parte del flujo de output
que madure durante un cierto intervalo de tiempo nos da la porción «ideal»
del input, de la que puede decirse que se invierte por el periodo relevante.
El principio de la solución es exactamente paralelo al que se aplica en el
caso anterior; pero el caso presente es tan importante que merece la pena
ilustrar su relevancia considerando uno o dos casos especiales con mayor
detalle. Preguntaremos en primer lugar ¿cuál será el efecto de una variación
del tipo de interés sobre la forma de la función de input que derivamos de una
función de output dada? y en segundo lugar, ¿cuáles serán, a un tipo dado
de interés, las formas de las funciones de input que pertenezcan a diferentes
funciones de output?. Se puede contestar adecuadamente ambas cuestiones
por medio de un diagrama similar al de la Fig. 16 anterior.

254
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

efecto del tipo de interés sobre la forma


de la curva de input (construida)

En la Figura 18, la franja marcada como θ(t) representa la forma del flujo
de output (que en este caso se supone es de volumen constante a lo largo
del tiempo) esperado a partir de un bien duradero dado y que se muestra
como una distribución de frecuencia simple (no acumulativa). La cantidad
de input usada en la producción del bien viene indicada por la distancia OR1
a lo largo del eje r. Los valores aparecen, como en el diagrama anterior, a lo
largo del eje perpendicular v y, por tanto, el crecimiento a un tipo dado de
interés compuesto estará de nuevo representado por una curva de pendiente
hacia arriba en cualquier plano paralelo a vOt. A efectos de la representación
diagramática es útil suponer que el valor de los servicios del bien (el flujo de
output) está dado, aunque en realidad es evidentemente variable, justamente
de la misma forma que el valor del input. El valor del flujo de output en un
momento del tiempo (es decir, como una tasa temporal) se muestra entonces
por la altura de la franja que describe su forma.

Para que el valor descontado del flujo de output sea igual al valor del in-
put, tiene que ser posible agotar el valor total del flujo de output, asignando
a cada pequeña unidad de input un segmento del flujo de output tal que el
valor descontado de dicho segmento sea igual al valor de la unidad de input;

255
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

o, como el valor de todas las unidades de input tiene que crecer durante el
tiempo que permanecen invertidas al mismo tipo de interés compuesto, se
tiene que suponer que el producto de las diferentes unidades de input tiene
que madurar a una tasa tal que el valor del input cuyo producto madure
durante cualquier intervalo, más el interés compuesto por el periodo por el
que ha sido invertido, sea igual al valor dado del flujo de output durante ese
intervalo. En términos geométricos, esto quiere decir que la pendiente de la
curva de input R1T1 en cualquier punto tiene que ser tal que el producto de
esta pendiente multiplicado por la altura de la superficie del interés sea igual
a la magnitud dada del flujo de output en este punto.
Como se verá a partir del diagrama, con un flujo constante de renta y el
tipo dado de interés representado por la superficie de interés dibujada por
líneas continuas V2QT’1, obtenemos la función de input cóncava, representada
por la curva continua R1T1. Evidentemente, el significado de esto es que, como
se añade una mayor cantidad de interés a las porciones “ideales” del input
que están invertidas por los periodos más largos a las que están invertidas
por los periodos más cortos, hay que atribuir una mayor parte del flujo de
output a aquéllas que a estas: o, lo que viene a ser lo mismo, que ahí donde
el flujo de renta sea constante, hay que imaginar que el producto de unidades
dadas de input madure a una tasa más lenta durante la parte final de la vida
del bien que durante la primera parte (toda la relación es la misma que la que
se muestra de una manera más simple en la Figura 4(b) en la página 155 y
el lector que encuentre difícil la presente representación más completa, hará
bien en volver al diagrama anterior).
El diagrama también pinta el efecto de un alza del tipo de interés, indicando
las curvas de puntos la superficie del interés V1Q’T’’1, que corresponde al tipo
más alto de interés, y mostrándose la nueva función de input como curvas de
puntos. Se verá que el efecto es hacer que la curva de input sea más cóncava,
es decir, atribuir los servicios que maduren más tarde a una mayor cantidad
de input y los servicios que maduren antes a una cantidad menor y reducir
el valor del input con relación al valor del output. (El diagrama muestra solo
un decrecimiento del valor del input, pero está claro que lo que dará lugar
al decrecimiento en su valor con respecto al valor de su producto será, en
parte, una caída del valor del input y en parte un alza del valor del output).

256
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

influencia de la forma de la función de output sobre la forma


de la función de input a un tipo dado de interés

Finalmente, la Figura 19 muestra la forma de las funciones de input que, a


un tipo dado de interés, corresponden a las funciones de output de diferentes
formas. Las franjas marcadas como θ1, θ2 y θ3 representan tres funciones
de output (simples) que aumentan a una tasa constante, permanecen todo
el tiempo constantes y decrecen a una tasa constante, respectivamente. Las
curvas marcadas como φ1, φ2 y φ3 representan las correspondientes funciones
(acumulativas) de input.2 Se observará que una tendencia de la función de
output a decrecer hace la función de input más cóncava, y que una tendencia
de la función de output a crecer hará la función de input menos cóncava;
o, incluso, puede (si la función de output aumenta a una tasa mayor que el
tipo de interés) hacerla (parcial o enteramente) convexa. Para que la fun-
ción de input sea lineal sería necesario que la función de output creciese en
progresión geométrica a una tasa igual al tipo de interés que rija.

los casos más complicados

Para completar el análisis, debemos ahora ampliar nuestro argumento a


dos casos más. El primero es el caso de «input continuo-output continuo»,
que corresponde a bienes duraderos que son el producto de un proceso de

2. [Sic. En el diagrama las curvas están señaladas como ϕ1, ϕ2 y ϕ3.- Ed.].

257
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

producción que consume tiempo. El segundo caso, o grupo de casos, incluye


los bienes duraderos que no rinden servicios finales directamente sin una
ulterior colaboración de otros factores, pero que suministran diferentes can-
tidades de estos servicios, de acuerdo con la cantidad de factores cooperantes
utilizados, y los bienes duraderos que suministran diferentes cantidades de
servicios finales, de acuerdo con la intensidad con la que se los utilice. Este
último grupo de casos incluye, evidentemente, no solo una gran cantidad de
bienes de consumo duraderos, sino también todos los bienes de producción
duraderos. Aunque estos casos no presenten realmente nuevos problemas,
su verdadero análisis es tan complicado que apenas es posible realizarlo con
detalle alguno sin recurrir a un elaborado aparato matemático, por lo que
es mejor dejarlo para estudios más especializados.

el caso de «input continuo-output continuo»

Para dar alguna indicación de la clase de dificultad que surge y del principio
general que subyace a su solución, puede añadirse unas pocas palabras acerca
del caso de «input continuo-output continuo». La dificultad aquí es que ya
no es suficiente ser capaz de atribuir partes concretas del output a porciones
«ideales» del input; se requiere que conozcamos qué parte del output debe
ser atribuida a las cantidades concretas del input que se invierte en fechas
particulares. Pero no es posible decir que alguna unidad particular de input
invertida en el curso de la producción del bien duradero en cuestión con-
tribuya solo a los servicios que rinde ese bien en un momento particular
o durante un pequeño intervalo particular de tiempo. Lo que tenemos que
hacer para obtener una imagen clara de la relación de valor es atribuir a
cada una de las diferentes unidades de input invertidas en diferentes fases
de la producción del bien duradero alguna pequeña parte de los servicios que
rendirá el bien duradero en todos los momentos de su vida. Esto significa
que, para distribuir el valor de los servicios rendidos por el bien entre las
unidades de input invertidas en él en diferentes fechas, tendremos que, por
así decirlo, hacer rodajas longitudinales en el flujo de output y atribuir a
diferentes unidades del input rodajas de diferente grosor según como hayan
sido invertidas, antes o después, en el proceso de producción. Esta relación,
que no se puede pasar de sugerirla en palabras, obviamente trasciende la

258
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

posibilidad de una representación diagramática incluso en tres dimensiones,


y solo se la puede describir adecuadamente en términos matemáticos.

rigideces parciales

Resta, sin embargo, un problema más importante del que tenemos que ocu-
parnos antes de que concluyamos este capítulo. Hasta ahora, hemos limitado
nuestra atención en el capítulo a casos en los que, o bien la función de input,
o la de output, estaba fijada rígidamente y no podía variársela de ninguna
forma. Cerca del comienzo, mencionamos, como un punto reservado para
una consideración posterior, que entre el caso de variabilidad continua de la
función de input y el caso en el que, o bien la función de input, o la función
de output, tenía una forma invariable, había importantes casos intermedios.
Estos incluyen el caso en el que la función conocida de input es solo parcial-
mente variable, es decir, en el que puede variarse en ciertos puntos la tasa a
la que se aplica el input en el curso del proceso, o para parte del input, pero
no en otros. Este caso, aunque sea una fuente de complicaciones adicionales,
no requiere ningún comentario ulterior. Un caso más interesante que merece
seguir siendo discutido es aquel en el que la forma de la función de output
conocida permite una variación limitada, porque la durabilidad del bien al
que se refiere puede cambiarse, alterando la cantidad de input invertida
en dicho bien; lo que puede servir como un ejemplo del caso general en el
que pueda determinarse para alguna parte del input, pero no para todo, un
producto físico marginal concreto.

variación de la longitud de vida de un bien duradero:


la distribución temporal del resultado de una inversión marginal

La peculiaridad de un bien duradero con durabilidad variable es que normal-


mente no será posible variar la forma del flujo de servicios que se obtiene
de él de cualquier forma arbitraria; los efectos de variar la cantidad de input
invertida en el bien se concentrarán principalmente al final del flujo de servicios
que se obtiene de dicho bien. Cómo se distribuirán en el tiempo exactamente
las adiciones al flujo de servicios que rinda cualquier bien duradero y que
se deben a la inversión de un input adicional, dependerá de la forma inicial

259
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de este flujo de servicios (y el cambio de su forma, si es que se da alguno,


causado por la inversión adicional). Si el flujo es de forma constante, y sim-
plemente se hace más largo cuando se invierte más input en el bien, todo el
incremento marginal se encontrará al final de dicho flujo, como se muestra
en el diagrama (a) de la Figura 20. Los otros dos casos que es más probable
que tengan lugar son aquellos en los que el flujo de servicios decrece a una
tasa constante y a una tasa decreciente, respectivamente. Suponiendo que
permanezca igual la forma general del flujo, tanto con el input adicional
como sin él, las adiciones marginales al flujo de servicios se distribuirán en
estos casos en el tiempo de la forma representada por los diagramas (b) y (c),
respectivamente, de la misma figura.

Sin embargo, el punto esencial es que en todos estos casos no podemos


establecer una dependencia marginal de las unidades particulares de input
para las unidades individuales de servicios que maduren en todos los puntos
durante la vida del bien, sino solo para aquellas unidades de servicios que
se deben a la adición marginal del input total. Esto significa que, si bien no
podemos derivar una función de input completa de la función de output
dada sobre una base de la productividad marginal, y si bien, en consecuencia,
no puede decirse que una función de input particular esté unívocamente
correlacionada con la función de output dada, existe una conexión definida

260
EL PRODUCTO MARGINAL DE LA INVERSIÓN: EL PROBLEMA DE LA ATRIBUCIÓN

entre la inversión marginal en el bien duradero y las adiciones al flujo de


servicios que rinde ese bien.

efecto combinado de variar la cantidad y variar


la durabilidad de los bienes duraderos

La conclusión es que ahora hay que tener en cuenta dos factores para decidir
cuánto será rentable invertir en cualquier clase particular de bien duradero.
El producto marginal del input invertido en cualquiera de estos bienes tiene
que ser igual al valor de una unidad de dicho input, y el valor descontado de
todos los servicios rendidos por el bien tiene que ser igual al valor total del
input invertido en él. Para llegar a esta igualdad son posibles dos clases de
variaciones: puede variarse la durabilidad del bien individual y puede cambiarse
el número de bienes de la misma clase que se produce. Habrá que utilizar
estas dos posibilidades de variación hasta que, no solo el valor descontado
del producto marginal físico variable de la última unidad de input invertida
en un bien concreto sea igual al valor de dicha unidad de input, sino que el
valor descontado de todos los servicios de cualquier bien sea igual al valor
de todos los inputs invertidos en él.
Este caso de bienes duraderos de durabilidad variable es el más importante
de los casos necesarios para completar la discusión anterior de la conexión
entre la productividad de la inversión y el tipo de interés. Para el bien du-
radero «ideal» (el caso de «input en un punto-output continuo»), lo que ya
se ha dicho es suficiente para indicar la solución completa. Evidentemente,
sería posible continuar y aplicar la misma clase de argumento a los casos más
complicados mencionados antes; pero, aunque pueda ser necesaria a ciertos
propósitos una elaboración casuística de esta clase, probablemente ya se ha
ilustrado lo suficientemente bien el principio general, y el beneficio que po-
dríamos obtener por ulteriores refinamientos, apenas compensaría el esfuerzo
que requeriría el más detallado análisis de estos casos altamente complicados.

261
Capítulo XVII
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS
CON RENDIMIENTOS CONSTANTES
1
DE LA INVERSIÓN

se abandona el supuesto de que se desee un flujo constante


de renta bajo cualesquiera circunstancias

El supuesto del que nos hemos servido hasta este momento de que el dictador
de nuestro sistema económico pretenderá, bajo cualquier circunstancia, obte-
ner un flujo constante de renta, solo ha sido un artificio expositivo adoptado
de forma provisional. Su propósito era hacer que pudiésemos estudiar el
significado de ciertos factores de manera aislada, pero tiene poca relevancia
para las condiciones que existen en la vida real. Es extremadamente impro-
bable que cualquiera desease una renta constante a lo largo del tiempo bajo
cualesquiera circunstancias y sin considerar en particular las oportunidades
que prevalecerían para variar la dimensión de los rendimientos obtenibles
por la inversión y desinversión, respectivamente. Por ello, nuestra siguiente
tarea es introducir una técnica por medio de la cual podamos describir apropia-
damente las posibles actitudes que pueda tener una persona frente a flujos de
renta de diferentes formas temporales y que harán que podamos servirnos
de supuestos más realistas a este respecto.

a todos los demás respectos se sigue manteniendo


el supuesto de condiciones estacionarias

Sin embargo, no sería conveniente desechar de una vez todos los supuestos
simplificadores que hemos empleado hasta aquí. Será aconsejable comenzar
estudiando los efectos de las medidas a lo largo del tiempo, suponiendo que,
aparte de los efectos estas medidas mismas, todo lo demás no varíe. Este

1. Parte de este y el siguiente capítulo están tomados textualmente de un artículo que apareció
hace algún tiempo en el Economic Journal (1936b).

263
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

supuesto de datos constantes incluirá en particular el supuesto de que los


gustos y el conocimiento del sujeto económico y el flujo de servicios a partir
de los recursos permanentes de los que dispone, permanezcan igual. El sig-
nificado de estos supuestos, en especial el de «gustos constantes» requerirá
una definición cuidadosa. Pronto resultará evidente que la existencia de
datos constantes, tal y como la acabamos de definir, no implica necesaria-
mente la existencia de un estado estacionario en el sentido tradicional, ya
que estas condiciones son totalmente compatibles con las acciones por parte
de cualquier individuo que cambie su posición de periodo a periodo y que,
por lo tanto, alteren las condiciones que afecten a las decisiones que tome
en sucesivos momentos del tiempo, aunque supongamos que sus gustos
permanezcan constantes.

se supone que el flujo esperado de input puro es constante

A pesar de ello, antes de que continuemos definiendo el concepto crítico de


gustos constantes, será útil decir unas pocas palabras acerca de las implica-
ciones del otro supuesto principal, es decir, el de que el dictador de nuestra
sociedad comunista espera disponer de un flujo constante de input. Este su-
puesto excluye provisionalmente uno de los principales factores que en el
mundo real llevan a la gente a acumular capital. Si, como se seguiría de este
supuesto, la gente planificase para una vida eterna, durante la que dispusiese
invariablemente de la misma cantidad de recursos permanentes, no se daría
algunos de los principales motivos que rigen sus acciones en el mundo tal
como es;2 pero solo es bajo este supuesto, junto con el de gustos constantes,
como somos capaces de obtener una visión clara de la importancia de la pre-
ferencia temporal para las decisiones de ahorrar o invertir, o de aprovechar
las oportunidades para obtener mayores adiciones a la renta futura renun-
ciando a una cantidad dada de renta presente. En las secciones posteriores de
este capítulo complementaremos este análisis preliminar considerando los
factores que ignoramos aquí.

2. [Tal como ahorrar para la jubilación, en la que la renta del trabajo prevista es más baja.- Ed.].

264
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

la importancia del supuesto de gustos constantes

De nuevo, la idea de gustos que permanecen constantes a lo largo del tiempo


es, evidentemente, algo que no se supone que exista en la realidad; se trata
simplemente de un artificio expositivo y está estrechamente relacionado con
el concepto del estado estacionario, concepto que es de particular importancia
en la teoría del interés, porque todas las teorías familiares que se refieren a
los factores psicológicos que afectan al interés implican la existencia de gustos
constantes, al menos en este particular sentido. Ciertamente, la principal
razón por la que es tan importante tener una visión clara de este concepto
es que prácticamente todas las dificultades que surgen a este respecto no se
deben a ninguna especial complejidad del problema, sino al hecho de que
la senda está sembrada de los efectos de las diversas confusiones acerca de
este punto. La culpa de ello no la tienen los autores individuales que han
tratado estos problemas en el pasado, sino el estado de la teoría general del
valor de la que tuvieron que servirse. Solo en tiempos comparativamente
recientes, el desarrollo de la técnica de la «sustitución» (y el método con ella
relacionado de representación por medio de curvas de indiferencia) nos ha
proporcionado un método que evita de manera efectiva los peligros del an-
terior análisis de la utilidad. En lo que sigue, se hará un intento de realizar
una formulación directa de las relaciones relevantes tal y como aparecen
a la luz de la moderna teoría del valor. Toda la discusión de las relaciones
entre esta formulación positiva y los conceptos o teorías tradicionales queda
relegada al Apéndice I.

el significado de gustos constantes

El supuesto de gustos constantes se introdujo en el análisis de equilibrio para


indicar que una persona actuará de la misma forma en diferentes momentos del
tiempo si se encuentra con las mismas circunstancias. «Actuar» aquí incluye,
evidentemente, la distribución de recursos entre el presente y el futuro 3 y

3. Hay otra dificultad más que surge de la cuestión de qué es lo que hay que considerar como los
mismos intervalos de tiempo; y conforme vayamos dando diferentes respuestas a esta cuestión, obten-
dremos un concepto más amplio o más estrecho de gustos constantes. Podemos definir preferencias

265
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

por ello este supuesto significa que, enfrentado a las mismas posibilidades,
una persona distribuirá sus recursos en diferentes momentos del tiempo
de la misma forma entre el presente y el futuro. La misma distribución
en este sentido no tiene por qué ser una distribución uniforme a lo largo
del tiempo, es decir, una distribución que proporcione la misma renta en
el presente y en el futuro. La actitud seguiría siendo la misma si en ambas
fechas la persona estuviese igualmente dispuesta a aumentar su renta futura
a costa de la presente, o viceversa; pero surge la dificultad ulterior de que si
decide un aumento o disminución del flujo de renta, las circunstancias en las
que tendrá que actuar en diferentes momentos variarán necesariamente; y
para decir si sus gustos han permanecido siendo los mismos o han cambiado
tendremos que comparar sus decisiones en el momento posterior, no con
las decisiones que tomó en la realidad en el momento anterior, sino con las
decisiones que habría tomado si la elección que se le hubiera presentado
en el momento anterior hubiese sido la misma que la que se le presentase
en el momento posterior. O, en otras palabras, el hecho de que los gustos
de una persona hayan permanecido constantes no puede establecerse me-
ramente comparando sus decisiones reales en momentos sucesivos, sino
solo comparando su actitud (hipotética) frente a todas las series posibles de

temporales constantes, como hacemos en el texto, como una situación en la que en cualquier momento
del tiempo, los valores relativos atribuidos a una unidad de renta presente y una unidad de renta,
transcurrido un año, sean los mismos; pero también podríamos incluir bajo esta descripción el caso
en el que los valores relativos atribuidos a las rentas en los momentos tm, tn, to… sean los mismos en
t1, t2, t3… sin postular que la actitud entre cualquier par de momentos sucesivos del tiempo tm, tn,
to… (que se supone que son equidistantes) tenga que ser la misma. Como se verá con facilidad, esta
cuestión está estrechamente relacionada con los supuestos que hacemos en relación con la previsión.
Si suponemos que la persona en cuestión planifica inversiones en la fecha inicial t1 para todas las
fechas futuras , t2, t3… tm, tn, to… ,entonces habrá que considerar sus gustos como constantes en el
sentido estricto, solo si la importancia relativa que atribuye a incrementos marginales en tm y tn (o
cualquier otro par de momentos futuros del tiempo) es la misma, ya se encuentre en t1, t2, t3 o en
cualquier otro momento, independientemente de si en cualquier momento dado su actitud entre
diferentes pares de momentos futuros sea o no la misma. Esto sería el concepto más amplio de
gustos constantes, y aunque satisfaría los requisitos del análisis de equilibrio, complicaría las cosas
en el presente contexto. Por esta razón, en el texto utilizamos el concepto más estricto, que implica
la identidad de la actitud entre cualesquiera dos momentos y que, como se verá con facilidad, es un
caso especial de la definición más amplia.

266
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

circunstancias en cada momento, tal y como vienen expresadas por su «mapa


de indiferencia» completo.

el uso del método de las curvas de indiferencia


hace necesarias considerables simplificaciones

Sin embargo, no puede mostrarse por métodos gráficos unos «mapas de


indiferencia» completos, que es lo que necesitaríamos para un tratamiento
adecuado de la cuestión. Cada uno de los «mapas de indiferencia» que mos-
trasen la actitud de una persona en cualquier momento del tiempo tendría
que mostrar sus preferencias relativas, no solo para todas las diferentes
mercancías, sino también para cada una de estas mercancías en todos los
momentos futuros del tiempo que entran en su consideración; lo que sig-
nifica que habría que dibujar el «mapa de indiferencia» completo en tantas
dimensiones como correspondiese al número de diferentes mercancías,
más el número de diferentes fechas que entran en los planes de la persona
o, hablando estrictamente, como el tiempo es continuo e infinito, en un nú-
mero infinito de dimensiones; pero, como los gustos en los que estamos
interesados en primer lugar son las preferencias relativas para los bienes
presentes y futuros, es posible mostrar los puntos esenciales en un modelo
drásticamente simplificado.

la renta concebida como una sola mercancía (compuesta)

En primer lugar, podemos ignorar provisionalmente la existencia de una


variedad de diferentes mercancías y hablar de la renta como si consistiese
en una sola mercancía o, lo que a nuestros propósitos viene a ser lo mismo,
como si fuera una mercancía compuesta, formada siempre por exactamente
las mismas proporciones de los diferentes bienes. Esto implica uno o ambos
de los supuestos de que por razones tecnológicas solo puede producirse
las diferentes mercancías en proporciones fijas, y/o que existe tal peculiar
clase de complementariedad psíquica entre ellas que solo se las quiere en
proporciones fijas; y ello significa que, ya se expanda o contraiga el flujo de
renta, la cantidad de cada una de las mercancías contenida en él aumentará o
disminuirá en la misma proporción. En secciones posteriores consideraremos

267
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

explícitamente la posibilidad de que las variaciones en la dimensión del flujo


de renta lleven a cambios en su composición.

se supone que la inversión solo es posible por un periodo concreto

Por tanto, lo que tenemos que considerar es la actitud de la persona en mo-


mentos sucesivos del tiempo, cuando tiene que elegir entre una adición a
su renta ahora y otra en una fecha posterior; pero como normalmente será
posible por un sacrificio dado de nuestra renta presente aumentar la futura
en cualquiera de las fechas futuras de una larga gama continua (o viceversa),
seguiremos teniendo que considerar muchas más variables de las que se puede
mostrar en cualquier diagrama. Hablando estrictamente, nuestro mapa de
indiferencia seguiría debiendo tener un número infinito de dimensiones —es
decir, tantas como futuros momentos del tiempo haya que considerar. A pesar
de ello, podemos obviar esta dificultad suponiendo que hay solo un único
periodo posible de inversión, digamos de un año, como podría ser el caso en
una comunidad que solo cultivase grano y en la que apareciese periódicamente
la oportunidad de decidir qué parte del input corriente debería dedicarse al
consumo corriente y qué parte debería invertirse por un año.

se supone que toda inversión una vez realizada


está dirigida a ser permanente

A partir del supuesto ya introducido (es decir, que los gustos de la persona
considerada permanecen invariables) se sigue que cualquier inversión, una
vez que se haya realizado, va dirigida a ser permanente: es decir, a repetírsela
en cada año sucesivo, ya que nuestro supuesto implica que en la medida en la
que tenga que escoger en momentos sucesivos del tiempo entre las mismas
alternativas, decidirá siempre de la misma forma. Cualquier cuestión en lo
relativo a lo que hará en sucesivos momentos surge solo en la medida en
que, como consecuencia de las decisiones pasadas, han cambiado las opor-
tunidades que ahora se le abren; lo que significa que todo lo que hay que
considerar como adición a la renta del año próximo debida a una inversión
dada es el rendimiento neto: es decir, la cantidad que queda para el consumo
después de que se haya hecho una provisión de las mismas cantidades a

268
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

invertir (o reinvertir) que en el año anterior. En tales circunstancias, puede


esperarse que cualquier inversión dé lugar a adiciones iguales a la renta
de todos los años futuros.

en consecuencia, hay que comparar los rendimientos netos


(y no brutos) de las inversiones

Por ello, la elección descrita por los «mapas de indiferencia» de más abajo es
entre adiciones a la renta de este año y adiciones a la renta de todos los años
futuros.4 Es importante recordar esto a lo largo de toda la exposición que sigue,
ya que los mapas difieren a este respecto de otros diagramas, por lo demás
similares, que ha hecho familiares la discusión del profesor Irwin Fisher de
los mismos problemas.5 La ventaja del método adoptado aquí, como se verá,
es que hace posible que utilicemos los diagramas para describir las sucesivas
decisiones de un individuo o el proceso de ahorrar a lo largo del tiempo.

la construcción del diagrama

En el siguiente diagrama (Fig. 21) se mide la renta de este año a lo largo de


la ordenada Oy y la renta del año próximo y de todos los años futuros a lo
largo de la abscisa Ox. Se dibuja la línea Ow a través del cuadrante con un
ángulo de 45 grados con respecto a los dos ejes para indicar el locus de todos
los puntos que representan una distribución igual de la renta entre este
año y todos los años futuros (que corresponde a condiciones estacionarias).

4. [Hirshleifer, Investment, Interest and Capital, p. 69, se refiere a este enfoque como un «modelo
discreto a perpetuidad». Observa su similaridad con un modelo discreto de dos periodos: «las decisio-
nes siguen implicando solo dos objetos de elección – c0 {el consumo de este año} y c {el consumo de
cada año futuro} en lugar de c0 y c1». «Consumo» es una denominación más clara para lo que Hayek
llama «renta» en este capítulo.- Ed.].
5. Cf. The Theory of Interest (1930), pp. 237 y ss. Las líneas de «Deseo» y «Mercado» empleadas
allí se refieren a rendimientos brutos (y no netos). En consecuencia, en los diagramas del Profesor
Fisher «se representa un tipo de interés dado por la diferencia algebraica entre la pendiente de una
línea de Mercado dada y el 100 por ciento de la pendiente de la línea de interés 0 de 45º», mientras
que en los diagramas que siguen, el tipo de interés viene representado directamente por la pendiente
de las curvas.

269
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Será conveniente comenzar la discusión desde un punto en el que todavía no


se haya realizado ninguna inversión, no exista ningún recurso no permanente
y se espere un flujo constante de input corriente. La renta que podría esperarse
permanentemente a partir del uso directo del input puede ser representada
por la distancia OL. Si no hubiese que realizar ninguna inversión y, en con-
secuencia, las rentas futuras esperadas fuesen iguales a la renta presente, se
representaría la posición inicial por el punto P (con coordenadas x=y=OL).6
Esto puede servirnos de punto de partida.

6. Como partimos de una posición en la que se supone que solo existen recursos permanentes,
un aumento de la renta presente a costa de la renta futura es, evidentemente, imposible, ya sea para el
individuo por separado como para la comunidad en su conjunto. Por esta razón, puede prescindirse de la
parte del plano yOx (Fig. 21) que está situada a la izquierda de la línea LP, ya que no contiene ningún
punto que represente posibles combinaciones de renta presente y futura. Incluso después de que se
haya acumulado capital y, en consecuencia, se haga, en principio, posible aumentar la renta presente
a costa de la renta futura, nunca será posible reducir la renta futura por debajo de OL, ya que, por
su naturaleza, no puede consumirse los servicios de los factores permanentes antes de que maduren.

270
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

solo hay que considerar los casos en los que se espera


que las inversiones proporcionen un rendimiento positivo

La elección a realizar en esta situación inicial es entre retener una cantidad


dada de renta presente y obtener una adición permanente a la renta de cada
periodo en el futuro. Puede que no sea inmediatamente obvio que en esta
situación solo tendrá lugar el ahorro si se puede obtener tal rendimiento
permanente neto y tenemos que tener cuidado de no evitar esta cuestión;
pero puede mostrarse con facilidad que bajo nuestros presentes supuestos
esto será así. Como ya hemos visto, de nuestro supuesto de gustos y da-
tos externos constantes (incluyendo, en particular, posibilidades técnicas
constantes) se sigue que la inversión llevada a cabo en el primer momento
tiene que repetirse en cada momento sucesivo; pero si no fuese obtenible
ningún rendimiento neto (o si el producto bruto obtenible de la inversión
fuese menor que la cantidad invertida), el sacrificio de la renta presente no
se vería equilibrado por ninguna adición a la renta futura (o podría, incluso,
llevar a una reducción de la renta futura), y como estamos excluyendo aquí
la posibilidad del deseo de prever contingencias inciertas (es decir, cambios
imprevistos en los datos), una inversión permanente sin la perspectiva de
un rendimiento neto implicaría un deseo de dar lugar a una reducción neta
de la renta total y por ello la excluiríamos de nuestras consideraciones.

tasas posibles y probables de preferencia temporal

Las posibles actitudes entre incrementos marginales alternativos de renta


presente y futura que tendremos que considerar irán, por lo tanto, desde
un caso límite, en el que cada adición, por pequeña que sea, al flujo de renta
permanente, induzca a la persona a renunciar a parte de su renta presente,
hasta el otro caso límite, en el que ninguna adición, por grande que sea, al
flujo de renta permanente, le inducirá a renunciar a parte de su renta presente.
Es imposible decidir por motivos a priori cuál será en realidad la actitud de
una persona en cualquier situación dada, pero es razonable suponer, a partir
de la experiencia común, que para inducir a una persona que, aparte de esta
decisión, tendría la certidumbre de obtener una renta constante, a renunciar a
parte de su renta presente para incrementar la futura, esta adición permanente

271
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a la renta futura tendría que alcanzar una magnitud mínima concreta. Y es


incluso más cierto que para inducirla a hacer sacrificios cada vez mayores
de la renta presente en un momento dado, se requeriría adiciones más que
proporcionalmente grandes a la renta futura. Como la conservación de la
vida requiere un cierto mínimo de renta presente, ninguna adición a la renta
futura, por grande que fuese, le induciría a reducir su renta presente por
debajo de este mínimo.

la pendiente de las curvas de indiferencia

Si ahora describimos esta actitud por medio de curvas de indiferencia, el primer


caso límite —aquél en el que cada adición permanente a la renta futura se
considera que valga algún sacrificio de la renta presente—, se representará
por una curva con una pendiente perpendicular 7 en el punto P. Si, sin em-
bargo, es necesaria alguna adición concreta para la renta futura para inducir
a la persona a renunciar incluso a la menor cantidad de renta presente, la
curva en este punto mostrará una pendiente (negativa) que corresponda a
la tasa de rendimiento (neto) que deje a la persona justamente indiferente
entre ahorrar y no ahorrar. En cualquiera de los dos casos, cualquier punto
situado a la derecha de esta curva representará una combinación de renta
presente y futura que se preferirá a la renta constante representada por P.

la curvatura de las curvas de indiferencia

En todos los casos, la pendiente de la curva será como se indica solo en el


punto en el que cruza la línea Ow y, al avanzar a lo largo de la curva hacia
la derecha, la pendiente disminuirá gradualmente. Ya sea la pendiente en
P perpendicular o ligeramente inclinada, girará gradualmente más y más
a la derecha con los valores decrecientes de la ordenada y, finalmente, se
hará horizontal en algún punto antes de que la renta presente (medida por
la ordenada) se haya reducido a cero.8 Y lo mismo será cierto en el caso de

7. [Es decir, una curva que es vertical.- Ed.].


8. [Hayek, sin duda, pretendía que esta región de curvas de indiferencia «horizontales» represen-
tase su hipótesis antes mencionada de que cualquiera que tome una decisión, perciba un nivel mínimo

272
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

todos los demás miembros de la familia completa de curvas de indiferencia


que puedan dibujarse a través de todos los demás puntos que se encuentran
en la línea Ow.

oportunidades de inversión representadas


por líneas de transformación

Esta serie de curvas que describen la actitud psíquica de la persona en cualquier


momento hará que podamos deducir su comportamiento en la realidad si la
combinamos con una representación correspondiente de las posibilidades
técnicas de inversión. El supuesto más simple a realizar a este respecto —y el
único supuesto compatible con el caso en el que hay solo una mercancía y solo
un posible periodo de inversión— es que hasta un límite concreto 9 las inver-
siones producen rendimientos constantes y que en este límite el rendimiento
neto cae repentinamente a cero. Esta tasa constante de transformación de la
renta presente en adiciones permanentes a la renta futura puede expresarse
por una familia de líneas rectas de transformación (o «desplazamiento») de
pendiente correspondiente, como se ve en el diagrama.

el primer acto de ahorro

Con esta representación de las posibilidades técnicas añadida a las curvas


de indiferencia, puede deducirse inmediatamente la acción del individuo. Si

de consumo presente (necesario para seguir con vida) tal que no esté dispuesto a reducir el consumo
presente, ni siquiera el menor bit por debajo de ese nivel por cualquier cantidad de consumo futuro.
Sin embargo, suponer que las curvas de indiferencia se hagan completamente horizontales a una co-
ordenada común y es problemático, porque se solaparían. Se representa mejor la hipótesis suponiendo
que las curvas de indiferencia se aproximan asintóticamente a un límite horizontal inferior.- Ed.].
9. En este caso, se realizará inversiones sucesivas, invirtiendo dosis sucesivas del input puro para
el periodo de inversión dado, en lugar de usarlas para la satisfacción de las necesidades corrientes; y
todas las oportunidades de inversión se agotarán cuando se invierta todo el input disponible para dicho
periodo. Hasta este punto, podemos esperar rendimientos físicos constantes, a no ser que supongamos
que algunas clases del input puro son más apropiadas para la inversión que otras. El punto en el que
se ha invertido todo el input representa el límite absoluto más allá del que no se puede aumentar la
renta futura. En el diagrama, esto se expresa por el hecho de que todas las líneas de transformación
terminan (o se hacen perpendiculares) en los puntos correspondientes a esta renta máxima.

273
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

comienza en la posición representada por P, podrá avanzar y avanzará de la


forma indicada por la línea de transformación que pase a través de ese punto.
De entre las posiciones posibles representadas por todos los puntos que se
encuentran sobre esta línea, la que preferirá será, evidentemente, la posición
indicada por el punto R, en el que la curva de transformación es tangente a
una curva de indiferencia, lo que significa que en la primera fecha, la persona
ahorrará de su renta LP la cantidad MP para incrementar la renta del próximo
año y de todos los siguientes desde OL a ON.

la senda del ahorro

Pero esto es solo el comienzo de un proceso que continuará durante algún


tiempo. Se supone que, como se recordará, el diagrama representa los gustos
de la persona no solo en el momento inicial, sino en todo momento, ya que
se supone que sus gustos permanecen constantes. De esta forma, así como
podemos deducir del diagrama la posición en la que se encontrará la persona
en el segundo momento a consecuencia de su decisión del primer momento,
también podemos deducir de ella cuál será su decisión en el segundo mo-
mento. Como resultado de la inversión en la primera fecha, la persona más
tarde dispondrá de una renta presente incrementada con una renta futura
asegurada de igual magnitud, es decir, estará en la posición representada
por P’. Y de nuevo encontrará ventajoso avanzar a lo largo de la línea de
transformación de P’ a R’ pasando a una curva de indiferencia más alta y así
sucesivamente. Si, como hemos supuesto, las decisiones de ahorrar e invertir
tienen lugar de forma discontinua en intervalos concretos, la persona se
encontrara en los años sucesivos en los puntos R, R’, R”.
Hay dos cuestiones a las que tenemos que contestar, al menos provisio-
nalmente, antes de que podamos pasar a hacer supuestos más realistas en
relación con la forma de la curva de transformación. La primera es: ¿cuál
es la importancia relativa del elemento de la productividad y de la actitud
psicológica, respectivamente, a la hora de determinar el tipo de interés mien-
tras continúa el proceso de ahorro? La segunda es: ¿en qué punto llegará
a su fin ese proceso y de qué dependerá el tipo de interés en ese estado es-
tacionario final?

274
PREFERENCIA TEMPORAL Y SUS EFECTOS CON RENDIMIENTOS CONSTANTES

la importancia relativa de la productividad


y la preferencia temporal

Bajo el supuesto que venimos haciendo (líneas rectas de transformación o


costes —de oportunidad— constantes) la respuesta a la primera cuestión es
muy simple. Mientras continúe el proceso de ahorro, el tipo de interés vendrá
determinado únicamente por la productividad de la inversión (la pendiente
de la curva de transformación) y la actitud psíquica determinará meramente
cuánto habrá que ahorrar en cada momento con el fin de que la tasa marginal
de preferencia temporal pueda adaptarse a la tasa de productividad dada y
constante. El único papel que juega la «preferencia temporal» en este caso
particular es que determina cuánto tardará en alcanzarse una posición esta-
cionaria.10

el equilibrio estacionario final

Hay dos respuestas alternativas a la segunda cuestión. Obviamente, es posible


que el ahorro continúe hasta que ya no queden posibilidades de inversión.
En este caso, la posición final de equilibrio vendrá representada en el diagra-
ma por el punto en el que el final de la línea de transformación más alta se
encuentre en la línea Ow. Aquí la inversión se detiene simplemente porque,
aunque posiblemente la persona seguiría queriendo invertir más, no hay más
salidas para la inversión. Como este caso es totalmente irrelevante para los
problemas que surgirán más adelante bajo supuestos más realistas, no hace
falta que sigamos considerándolo.
La segunda posibilidad es que el proceso pueda terminar antes de que se
hayan agotado las oportunidades de inversión. Puede ocurrir que en algún
punto situado sobre la línea Ow, la línea de transformación coincida con la
tangente a la curva de indiferencia y que, en consecuencia, el sujeto no se
vea inducido a avanzar a lo largo de esa línea a la derecha, es decir, a invertir.

10. La situación aquí es, evidentemente, la misma que en el caso más general, en el que los costes
relativos de dos mercancías son constantes (es decir, independientes de las cantidades producidas) y en
el que, en consecuencia, sus valores relativos vienen únicamente determinados por sus costes relativos
y no pueden verse afectados (excepto a muy corto plazo) por variaciones en sus utilidades relativas.

275
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

En el presente caso, esto es solo posible si las pendientes de las curvas de


indiferencia en los puntos en los que cortan la línea Ow no son las mismas
para todas las curvas, sino que aumentan gradualmente. Hasta ahora, no
habíamos tenido ocasión de realizar ningún supuesto explícito a este respecto;
pero si introducimos ahora el supuesto que acabamos de mencionar (es decir,
que las pendientes de las sucesivas curvas de indiferencia en los puntos en
los que cortan a la línea Ow crezcan de manera continua), es evidentemente
posible que en tal posición en la que las rentas presentes y futuras sean
iguales, la preferencia temporal pueda ser igual a la productividad técnica
del capital. En este caso, se alcanzará el equilibrio estacionario final con un
tipo de interés positivo igual a la productividad constante de la inversión. La
actitud psíquica determinará meramente a qué renta se alcance este punto,
y el tipo de interés en este estado de equilibrio final vendrá solamente de-
terminado por la productividad de la inversión.

276
Capítulo XVIII
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD:
SU IMPORTANCIA RELATIVA

se abandona el supuesto de rendimientos constantes de la inversión

Se recordará que hubo que introducir el supuesto de productividad cons-


tante de las inversiones sucesivas como consecuencia de otros dos supuestos
simplificadores que eran necesarios para hacer practicable un tratamiento
diagramático de nuestro problema. Estos supuestos eran, en primer lugar,
que solo se producía una mercancía (o «renta» concebida como una especie
de mercancía compuesta, consistente en proporciones constantes de los dife-
rentes componentes) y, en segundo lugar, que había solo un periodo posible
de inversión.1 Tan pronto como abandonemos cada uno de estos supuestos,
llegamos a un caso más realista en el que inversiones sucesivas den lugar a
rendimientos decrecientes. Sin embargo, se verá que los resultados obtenidos
bajo los supuestos menos realistas no son totalmente inútiles o irrelevan-
tes, ya que, comparada con la preferencia temporal, la productividad de la
inversión es probable que sea razonablemente constante.

dificultades que surgen de la representación diagramática

Sin embargo, existe la grave dificultad de exposición de que, tan pronto como
abandonemos cualquiera de los dos supuestos en cuestión, ya no se pueda
aplicar estrictamente el método diagramático empleado hasta ahora. La razón
por la que la existencia de diferentes mercancías haga que los rendimientos
de las sucesivas inversiones decrezcan es doble. En primer lugar, la ventaja de
procesos que consumen tiempo será diferente en la producción de diferentes
mercancías y en segundo, si se aumenta la producción de algunas mercancías

1. Probablemente se requiere también una tercera condición para obtener productividad constante,
es decir, que el input debería ser homogéneo.

277
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

más que la de otras, caerán los valores relativos de aquellas; pero en nuestro
diagrama solo se puede representar adecuadamente decrecimientos de los
rendimientos físicos. La razón por la que la posibilidad de variar los perio-
dos de inversión implica rendimientos decrecientes es que la existencia de
diferentes clases de métodos posibles de producción significará siempre
que se seleccionará primero los más rentables y solo se echará mano de los
menos productivos de forma gradual al aumentar la oferta de capital. La
dificultad de representar este caso en forma diagramática se debe al hecho
de que si varían los periodos de inversión, ya no será posible suponer que
los resultados de las inversiones realizadas en cualquier fecha estén todos
disponibles después de un único y constante intervalo de tiempo; pero, si
bien sería difícil tener en cuenta este factor en el diagrama, la inexactitud a
la que diese lugar pasarlo por alto no es tan grave como para hacer que sea
inútil la forma más simple del diagrama para la elucidación de este caso. Por
ello, postularemos simplemente que los rendimientos decrecientes tienen
lugar como resultado de la variedad de periodos de inversión, pero pasaremos
por alto la particular complicación mencionada con el fin de poder usar la
misma clase de diagrama que antes.

la forma de las curvas de transformación

La forma en la que el diagrama (Fig. 22, p. 282) expresará el hecho de que


decrecen los rendimientos de la inversión es que las líneas de transforma-
ción serán curvas y cóncavas hacia los ejes en lugar de ser rectas como en
el caso anterior. Como hay que suponer que el rendimiento de la inversión
ulterior dependa solo de la cantidad de inversiones ya realizadas (es decir,
solo de la provisión realizada para el futuro), y que sea independiente de
la magnitud de la renta dejada para el presente, no puede presumirse que
las formas de los diferentes miembros de la familia completa de curvas de
transformación sean independientes unas de otras. En cualquier punto que
corresponda a un valor dado sobre la abscisa, la pendiente de todas las cur-
vas de transformación tendrá que ser la misma, por lo que serán todas de
forma similar; pero las que estén situadas más arriba y a la derecha poseerán
partes adicionales en su extremo inferior que faltarán en las que estén más
abajo y a la izquierda.

278
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

ello es prácticamente independiente de la longitud del periodo


a lo largo del que se hayan realizado las inversiones

Qué miembro de esta familia de curvas de transformación sea relevante


en cualquier momento particular dependerá de la magnitud de renta pre-
sente, pero esto afecta solo a la variedad de la elección y no a la cuantía de
los rendimientos obtenibles por el sacrificio de una cantidad dada de renta.
Qué proporción de la renta corriente represente una cantidad dada a inver-
tir tendrá poco o ningún efecto sobre la magnitud de los rendimientos que
se obtenga. Esta última dependerá casi exclusivamente del agregado de las
inversiones ya realizadas, independientemente de si las inversiones indivi-
duales que constituyan dicho agregado se han seguido una tras otra en in-
tervalos largos o cortos.

la disposición a ahorrar una cantidad dada depende


de la longitud del periodo durante el que hay que ahorrarla

Pero mientras la magnitud de la renta presente, de la que ahorramos una


cantidad dada, no tendrá ninguna influencia sobre el rendimiento de la inver-
sión de una unidad de dicha renta, tendrá un efecto muy considerable sobre
nuestra disposición a ahorrar cualquier cuantía dada. Y como el agregado
de renta a partir del que se ahorra una cantidad dada variará en proporción
a la longitud del periodo durante el que se la ahorra, de ello se sigue que
la forma de la curva de indiferencia variará con la longitud del periodo que
consideramos «el presente». Al hacerse más corto el periodo durante el que
se ahorra e invierte una cuantía dada, esta se convierte en una parte propor-
cionalmente mayor de la renta de dicho periodo. Para una persona con una
renta anual de 600 £, por ejemplo, ahorrar 25 £ en el curso de un año es una
proposición completamente diferente de ahorrar la misma cantidad en el
curso de un mes. El sacrificio en el segundo caso equivale a reducir su gasto
a la mitad de su renta y, al reducir aún más el periodo, se irá aumentando la
resistencia a ahorrar e invertir una cantidad dada.

279
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el periodo relevante

El hecho de que de las dos curvas relevantes, la curva de transformación y la


curva de indiferencia, la primera sea independiente de la longitud del periodo
considerado mientras que la segunda dependa de él, significa, en términos
del diagrama, que al ir haciendo más corto el periodo de la renta la curva de
indiferencia se curvará cada vez más, mientras que la curva de transforma-
ción permanecerá prácticamente sin cambiar. Sin embargo, para nuestros
propósitos, los periodos relevantes serán claramente los intervalos compara-
tivamente cortos en los que se acrecienta la renta y en los que hay que tomar
las decisiones acerca de qué parte de la renta consumir y cuál otra ahorrar.2
Comparadas con los totales que se pueda invertir de forma rentable, incluso
la renta total de un año, y aún más la renta total de un mes, son magnitudes
relativamente pequeñas, pero son estos relativamente cortos periodos los que
tenemos que considerar si queremos entender la posición de una persona en
los diferentes puntos a lo largo de la senda del ahorro.

en cada paso del proceso de ahorro,


la tasa variable de preferencia temporal se adapta
a la relativamente constante tasa de rendimiento

Por ello, es el ratio de las curvaturas de (o el ratio de las elasticidades de susti-


tución expresado por ellas) los dos grupos de curvas lo que es de fundamental
importancia para lo que sigue. Quizá sea necesario detenernos algo más en
este punto. La afirmación anterior acerca del ratio de las curvaturas es una

2. Se requieren nuevas decisiones de esa clase para cada fecha en la que crece la renta corriente
como consecuencia de la inversión pasada. A nuestros propósitos es irrelevante que supongamos
que no se toma la «nueva decisión» hasta dicho momento, o que supongamos que la nueva opción
que tiene lugar después de dicho momento haya sido tomada desde el principio. La dificultad, como
hemos mencionado anteriormente, hace relación a la fecha o fechas en las que se hacen disponibles los
sucesivos frutos de la inversión. Contrariamente al primer caso discutido, estos periodos de inversión
ya no son idénticos al periodo de renta, por lo que, hablando estrictamente, ya no es cierto que la
decisión de ahorrar tomada durante cualquier periodo de renta se vea directamente afectada por el
resultado de la inversión en el periodo inmediatamente precedente. Se trata de una complicación que,
como hemos mencionado previamente, pasaremos deliberadamente por alto.

280
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

expresión del hecho de que, si consideramos un intervalo de tiempo relati-


vamente corto, el sacrificio de partes sucesivas de la renta de este intervalo
con vistas al futuro tendrá que hacer frente a una resistencia rápidamente
creciente, mientras que, por otra parte, la inversión de sucesivas fracciones
de una pequeña renta total tendrá un efecto totalmente insignificante sobre
la tasa de rendimiento obtenible de la inversión.3 La situación seguirá siendo
similar al caso discutido antes en la medida en la que durante cualquier corto
periodo de renta la tasa de preferencia temporal (como viene representada
por la curva de indiferencia) tendrá que adaptarse a una tasa de rendimiento
relativamente constante. En términos del diagrama: si el proceso comienza
en P, entonces, durante el primer intervalo de tiempo, el individuo se moverá
a lo largo de la curva de transformación hasta que alcance R, donde la tasa
de preferencia temporal acerca de dosis sucesivas de renta presente sea igual
a la tasa de rendimiento, que habrá sido afectada en pequeña medida por
la cantidad comparativamente pequeña invertida. A consecuencia de esta

3. [Hayek reconsideró más tarde, y se retractó en parte, del argumento de que la «productividad»
influye sobre el tipo de interés de equilibrio más que la preferencia temporal, en Hayek «Time Pre-
ference and Productivity: a Reconsideration». Este artículo está reimpreso más abajo como Apéndice
V. Señaló allí (p. 397) que el argumento se basa en «la probabilidad de que la curva de indiferencia
{intertemporal} esté mucho más curvada que la curva de transformación {intertemporal}», de forma
que la pendiente de su tangencia (que determina el tipo de interés) está predominantemente regida
por esta última curva. Si bien seguía considerando esto válido bajo condiciones de una acumulación
de capital correctamente prevista, ahora pensaba que era inválido para las condiciones en las que la
inversión no cumpla las expectativas. En este último caso, los procesos de producción se habrían iniciado
bajo la expectativa de que una inversión ulterior los completase. Un nivel de inversión más bajo no
previsto significaría una relativamente brusca caída de la renta futura por unidad de renta presente
perdida, porque los bienes de capital presentes (debido a su imperfecta versatilidad) estarían mal
adaptados para pasar del output futuro al presente. En otras palabras, para movimientos inesperados a
lo largo de la curva de transformación intertemporal en la dirección de más output presente y menos
output futuro, la curva de transformación no sería relativamente plana y, por tanto, «se haría cargo
la “preferencia temporal”». De esta forma, Hayek proponía explicar la espectacular alza de los tipos
de interés que va unida al agotamiento inesperado de fondos prestables al final de un boom. En esa
situación, «la existencia de “inversiones no completadas” (es decir, inversiones que pueden generar su
output completo de bienes de consumo solo si se hacen más inversiones) crea una urgente demanda
de capital y tenderá a hacer crecer la productividad marginal de la inversión muy por encima del nivel
al que habría estado si no se hubiese esperado nunca que la oferta de capital hubiese sido mayor».
Otros han llamado a este fenómeno «endeudamiento de emergencia».- Ed.].

281
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

inversión, algún tiempo después se encontrará en P’ y de nuevo ahorrará


hasta que su preferencia temporal haya aumentado para igualar la compa-
rativamente constante tasa de rendimiento, o sea, que se moverá a R’. Y
cuando, a consecuencia de ello, se encuentre en la posición indicada por P”,
ahorrará de nuevo, y así sucesivamente.

la preferencia temporal afecta directamente solo


a la tasa de ahorro y su efecto sobre el tipo de interés
es únicamente indirecto

La curva imaginaria R, R’, R”… representa, por tanto, de nuevo, la senda a


lo largo de la que se mueve el ahorrador en el tiempo. Los puntos principales
que pone de manifiesto este método de representación son estos: en primer
lugar, hay que tratar necesariamente al ahorro como un proceso en el tiem-
po cuyos efectos cambian continuamente la posición real del ahorrador y
con ello su disposición a seguir ahorrando. En segundo lugar, en cualquier
punto de este proceso, la tasa de ahorro viene prácticamente determinada
únicamente por la productividad de la inversión y la preferencia temporal
es solo importante a la hora de determinar con qué rapidez avanzará el aho-

282
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

rrador hacia una posición en la que la productividad de seguir invirtiendo,


y por tanto el tipo de interés, sean menores.4 Se verá también que mientras
que continúe el ahorro, la preferencia temporal del individuo tal y como
viene representada por su tasa marginal de sustitución entre flujos iguales
presentes y futuros (la pendiente de la curva de indiferencia donde atraviesa
la línea Ow) puede ser cero o incluso negativa, habiendo, sin embargo, un
tipo de interés positivo.

la preferencia temporal positiva es una condición para la existencia


del interés bajo condiciones estacionarias

La dirección exacta de la senda de ahorro dependerá, evidentemente, de la forma


y posición de las dos series de curvas. Si se alcanza y cuándo se alcanza una
posición estacionaria dependerá de la tasa a la que decrezca la productividad
de la inversión al crecer la cantidad invertida, comparada con la variación
de la tasa de preferencia temporal que se sigue del aumento de la renta. Es
concebible que podría no cesar el ahorro hasta que se hayan agotado todas
las oportunidades de inversión, porque cualquier tasa de rendimiento, por
pequeña que sea, llevaría a algún ahorro. Esto significaría que en el punto
en el que cruzan la línea de renta constante Ow, las curvas de indiferencia,
al menos en la región de las rentas más altas, serían perpendiculares. En
este caso, solo se alcanzarían las condiciones estacionarias a un tipo cero de
interés; pero si las curvas de indiferencia tienen una pendiente definida a
lo largo de dicha línea (es decir, si hay, según el significado tradicional, una
preferencia temporal positiva), cesará el ahorro y se alcanzará un estado
estacionario con un tipo positivo de interés que corresponde a la tasa repre-
sentada por dicha pendiente. Y en este sentido, puede decirse que la tasa de
preferencia temporal determina el tipo de interés que exista en el equilibrio
estacionario final y solo allí.5 Finalmente, también existe la posibilidad de

4. El mérito de haber aclarado este punto pertenece claramente al Profesor F.H. Knight, con
cuyas más recientes formulaciones acerca del mismo estoy totalmente de acuerdo. Cf. en particular
sus artículos 1932a y b. [En esta referencia, Hayek, equivocadamente, citó la fecha de publicación del
primer artículo de Knight, 1932.- Ed.].
5. «La» tasa de preferencia temporal es aquí la tasa a la que una persona estaría exactamente
indiferente entre renunciar a una cantidad marginal de su renta presente a cambio de una adición

283
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que al reducirse el rendimiento de la inversión, la tasa de ahorro se haga tan


pequeña que no se agoten las oportunidades de inversión dentro de cualquier
periodo de tiempo en que estemos interesados. En este caso, el ahorro prose-
guirá indefinidamente (es decir, la senda de ahorro terminará en la línea Ow
solo después de un tiempo indefinidamente largo) y mientras continúa, el
tipo de interés no vendrá determinado por la preferencia temporal sino por
la productividad de la inversión.

factores que determinan la senda del ahorro

La forma de la curva que describe la senda de ahorro depende de la tasa a


la que cambie la disposición a ahorrar con un cambio en la renta y la tasa
a la que decrezcan los rendimientos de la inversión ulterior como conse-
cuencia de la inversión pasada. Solo en el caso de rendimientos constantes
de las inversiones sucesivas (véase la Fig. 21) dependerá su forma de y será
una propiedad de la estructura del «mapa de indiferencia». En este caso, la
curva se convierte en un ejemplo de la curva de «gasto», que es familiar a
partir de las modernas exposiciones de la teoría del valor,6 y que representa el
cambio en la distribución del «gasto» (en nuestro caso, entre la renta presente
y futura) que se sigue de un aumento de la renta. En el otro caso que hemos
considerado que aparece en nuestro segundo diagrama (Fig. 22), este efecto
de un aumento de la renta se combina con los efectos de los rendimientos
decrecientes de la ulterior inversión. Será útil también aislar esta influencia y
mostrar cómo reaccionaría la persona en cuestión si, mientras permaneciese
su renta invariable, se alterasen gradualmente por circunstancias externas los
rendimientos de la inversión.

correspondiente de su en otro caso igual renta futura. Ya que, como quedará claro a partir de lo que
se ha dicho antes, una tasa de preferencia temporal positiva en este sentido es totalmente compatible
con el supuesto de gustos constantes, tenemos aquí el caso de un equilibrio estacionario con un tipo
positivo de interés, que el Profesor Schumpeter considera imposible (Cf. Apéndice I).
6. Cf. J.R. Hicks y R.G.D. Allen, «A Reconsideration of the Theory of Value» [«Una reconside-
ración de la teoría del valor»] , Economica, N.S., vol. I (1934).

284
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

el efecto del tipo de interés sobre el ahorro

Puede hacerse esto derivando del «mapa de indiferencia» una curva que muestre
la demanda de renta futura en términos de la presente a cada tasa posible de
rendimiento de la inversión. El fenómeno que describe esta curva es, obvia-
mente, idéntico al que ha sido ampliamente discutido bajo el epígrafe de cómo
reaccionará el ahorrador individual, ceteris paibus, a cambios del tipo de interés.
Aparecerá inmediatamente, quizá en contra de la primera impresión, que los
supuestos hechos hasta ahora no prejuzgan esta cuestión de forma alguna y
que son compatibles con que el ahorrador tanto aumente como disminuya
la cantidad ahorrada en respuesta a un alza del tipo de interés y viceversa.

la construcción de la curva de demanda de renta futura

La curva de demanda que estamos ahora considerando muestra el efecto


de una variación del precio sobre la distribución del gasto entre renta pre-
sente y futura en cuanto diferente del efecto de una variación de la renta
(mostrada por la curva de gasto). Se construye (Fig. 23) rotando la línea de
precio PQ alrededor del punto fijo P (que representa la renta presente bajo
el supuesto de que todavía no se ha hecho ninguna inversión) y conectando
todos los puntos (R, R1, R2, R3, R4), donde esta línea se hace tangente a las

285
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

sucesivas curvas de indiferencia.7 Las pendientes de estas líneas representan


las diferentes tasas a las que se puede transformar la renta presente en renta
futura, es decir, las tasas de rendimiento o los tipos de interés. Al ir haciéndose
menos y menos empinadas, la adición permanente a la renta futura que se
pueda obtener por un sacrificio dado de renta presente se hace cada vez mayor.

la elasticidad de la demanda de renta futura

Se construye el diagrama de forma que muestre un caso en el que, hasta cierto


punto, el sacrificio de la renta presente que esté dispuesta a hacer la persona
para obtener adiciones a la renta futura aumenta al hacerlo los rendimientos
de la inversión; pero incluso si, como implican los supuestos que subyacen al
diagrama, las adiciones a la renta futura que se demande continúan aumentando
indefinidamente con aumentos de la tasa de rendimiento de la inversión, esto
no significa que la demanda de renta futura en términos de la renta presente
continúe aumentando. Al aumentar las adiciones a la renta futura que se pueda
obtener por sacrificios dados de la presente, la demanda de tales adiciones a
la renta futura puede muy bien aumentar menos que en proporción inversa
al decrecimiento de su precio en términos de la renta presente. Es decir, la
cuantía de la renta presente a la que se renuncia para obtener adiciones a la
renta futura puede, en realidad, disminuir. Esto se muestra en el diagrama por
el hecho de que la curva de demanda en algún punto gira hacia arriba. En este
punto, la elasticidad de la demanda de renta futura se hace menor que la unidad
y a partir de ahí la oferta de ahorro disminuirá al aumentar el tipo de interés.

no hay ninguna regla general en relación a si la tasa


de ahorro se moverá en la misma dirección
que el tipo de interés o en dirección opuesta

No podemos decir nada a priori acerca del punto en el que, en casos concretos,
la tasa de ahorro comenzará a disminuir con aumentos ulteriores del tipo

7. [En la teoría del comercio internacional se conoce este tipo de elaboración como «curva de
oferta». Esta elaboración geométrica se remonta a Alfred Marshall; véase Thomas M. Humphrey,
«When Geometry Emerged: Some Neglected Early Contributions to Offer-Curve Analysis», Federal
Reserve Bank of Richmond Economic Quarterly, vol. 81, primavera de 1995, pp. 39-73.- Ed.].

286
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

de interés. Será diferente con diferentes individuos y es concebible que sea


tan baja (aunque esto parece muy improbable) como para hacer que una
caída en la oferta de ahorro en respuesta a tasas crecientes de interés sea la
regla más bien que la excepción, al menos en lo que concierne a las tasas
de interés con las que tenemos que enfrentarnos en la práctica. Pero, para
las cuestiones teóricas de las que nos ocupamos aquí, nuestra falta de cer-
tidumbre en relación a cuál es el caso que resulte más probable que ocurra
tiene pocas consecuencias. Todo lo que queremos poner de manifiesto es
que nuestro tratamiento no implica ningún supuesto particular a este res-
pecto: cualquiera de los dos casos encaja en nuestro esquema. En la práctica,
tenemos, probablemente, que suponer que la tasa de ahorro aumentará al
hacerlo los tipos de interés hasta cierto punto y disminuirá más allá de él.
Y la posición de este punto será diferente para diferentes individuos y en
diferentes momentos.

efecto de la limitación del periodo a lo largo


del que se extiende el plan

En el caso del dictador económico de una sociedad comunista sobre el que se


ha centrado nuestra atención hasta ahora, lo probablemente más razonable es
suponer que el dictador planifique para un futuro indefinido y espere disponer
de un flujo constante de output durante dicho futuro; pero es importante,
a la vista de aplicaciones ulteriores de nuestro argumento, prescindir ahora
de estos supuestos y considerar el caso en el que el periodo futuro en el que
está activamente interesada la persona es limitado y en donde también, quizá,
no pueda esperar un flujo de servicios permanentes que duren a lo largo de
todo el periodo en el que está interesado. Esta última condición significa,
evidentemente, que inicialmente no dispone de cualesquiera recursos real-
mente «permanentes»,8 todo lo que tiene son recursos que se deprecian. De
esta forma, incluso si no quiere aumentar (por medio de la inversión) el flujo

8. Pero como no pueden utilizarse de forma alguna los servicios de estos recursos antes de que
aparezcan en el curso de la naturaleza, es decir, como son servicios no anticipables, puede que posean
en gran medida, en lo que se refiere a su plan inicial, las características esenciales de los recursos
«permanentes».

287
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de servicios finales que puede obtener por el uso directo de estos recursos
mientras duren, se verá obligado a hacer una provisión para su sustitución,
produciendo recursos para el momento en el que se agoten.
Sin embargo, el más importante de los dos supuestos es el primero, es decir,
que la persona en cuestión planifica solo por un periodo limitado más allá del
cual no está interesado, lo que significa, obviamente, que no podemos seguir
suponiendo que haga una provisión para un flujo de renta permanente: por
tanto, tenemos que contar con la posibilidad de que reconvierta el capital que
ha estado acumulando durante la primera parte del periodo en renta durante
la parte posterior del mismo. Si además suponemos que no tiene ningún tipo
de recursos permanentes, sino que desde el principio solo está equipado con
un stock de activos que se deprecian, de una durabilidad mínima variable,
el problema se convierte en cómo usar este stock de capital de forma que
produzca una renta que se extienda a lo largo del periodo deseado y que posea
la forma que más prefiera. Pero incluso bajo este supuesto, tendremos que
tener en cuenta que los servicios de algunos de los activos que se deprecian se
parecen más a los recursos permanentes en el sentido de que no se los puede
consumir antes de una cierta fecha. Ello significa que si incluso ninguno de
los recursos son estrictamente permanentes, el hecho esencial sigue siendo
que no puede utilizarse algunos de ellos antes de una cierta fecha.

importancia de la incertidumbre

Apenas es posible discutir estas cuestiones de una forma satisfactoria sin


tener en cuenta otro elemento importante. Me refiero a la incertidumbre
que existirá normalmente en relación, tanto con la longitud del periodo para
el que haya que hacer provisión, como con el tiempo que es probable que
duren los recursos. Cualquier intento de ir más allá de lo que ya se ha dicho
significaría, por tanto, entrar en un análisis sistemático del papel que juega
la incertidumbre a este respecto; pero por una serie de razones, ha parecido
aconsejable detener aquí esta discusión. Una razón es que parece haber pocas
posibilidades de decir muchas cosas que merezcan la pena acerca del tema
sin hacer supuestos más concretos en relación con el marco institucional que
se requiere para las consideraciones más generales a las que está dedicada
la mayor parte de este estudio. En particular, parece que puede discutirse

288
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

más adecuadamente la importancia de la incertidumbre en relación con los


aspectos monetarios de nuestro problema que no discutimos aquí. Además,
la mayor parte de lo que pueda decirse de forma útil acerca de la importancia
de la incertidumbre en el plano general de abstracción a lo largo del que se
desarrolla esta discusión, parece haber sido ya dicha por otros, en especial
por el Profesor Irwing Fisher.9 Por ello, en lugar de seguir prolongando
esta discusión pasando a lo que es terreno familiar para la mayor parte de
los lectores, será, quizá, preferible, referirse a estas otras obras y limitarnos
aquí a lo poco que puede decirse acerca del tema que constituye nuestra
preocupación inmediata sin introducir el factor de incertidumbre.

efecto de la duración prevista de la vida


sobre la disposición a ahorrar

Si, entonces, suponemos que se desea un flujo de renta solamente durante un


periodo limitado (pero concreto) esto significará, en general, que cualquier
acto de ahorro e inversión aumentará la renta durante el resto del periodo,
no solo por el interés neto, como se ha usado antes el término, sino también
por una cantidad ulterior que corresponda a la tasa a la que sea posible gra-
dualmente consumir el capital previamente acumulado. O, en otras palabras,
cualquier aumento dado de la renta de una persona para el resto de su vida
será obtenible con un menor sacrificio presente que un aumento similar de
una renta perpetua, lo que probablemente significará que una persona estará
dispuesta, durante los primeros años de su vida, a aportar año a año alguna
adición a su renta futura; pero como puede obtenerse en este caso adiciones
dadas a la renta futura con un sacrificio presente menor, es probable que el
efecto sea que no ahorre una porción de su renta presente como parecería ser
aconsejable si estuviese pensando en una renta perpetua y, además, ciertamente
dejará de ahorrar a una edad más temprana. Por lo tanto, y en su conjunto,
deberíamos esperar que una limitación en el tiempo para el que una persona
desea contar con una renta —y cualquier acortamiento de este tiempo— le
hará ahorrar menos de lo que lo haría en otro caso.

9. Véase también una tesis no publicada por la Doctora Helen Makower sobre The Theory of
Value on the Capital Market (Universidad de Londres, 1937).

289
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

efecto de una disminución anticipada de servicios no anticipables

El efecto del segundo de los dos factores mencionado más arriba, una disminu-
ción esperada de la renta de servicios «permanentes» que estarían disponibles
sin ahorrar, actúa en la dirección opuesta. Es probable que aparezcan más
urgentes las adiciones a una renta futura que, en ausencia de ahorro presente,
sería menor que la renta presente, que los aumentos de la renta futura más
allá del nivel de la renta presente. Por ello, es probable que una disminución
esperada del flujo de servicios de los recursos «permanentes» incremente el
ahorro, de forma que contrarreste (aunque no necesariamente compense, o
no más que compense) el efecto de la limitación del periodo para el que hay
que proveer una renta. Como aquí no nos ocupamos de la magnitud concreta
de la preferencia temporal, sino solo de la dirección en la que es probable que
la afecten los diversos factores, podemos dejar aquí el problema.

tasas de preferencia temporal para diferentes mercancías

El último punto que hay que abordar brevemente en este capítulo es la po-
sibilidad de la existencia de diferentes tasas de preferencia temporal en re-
lación a diferentes mercancías. Hasta ahora, hemos contemplado «la renta»
como si fuera una mercancía compuesta que estaba hecha necesariamente
de proporciones constantes de los diferentes bienes. Esto llevaba consigo
uno o ambos de los supuestos, o bien que solo se podía producir, por razones
técnicas, las diferentes mercancías en proporciones fijas, o que existía tal
grado de peculiar complementariedad entre ellas que solo se las deseaba en
dichas proporciones fijas.
Si los gustos permaneciesen constantes y las condiciones fuesen a todos
los demás respectos estacionarias, deberíamos esperar que el tipo de interés
fuese el mismo independientemente de en qué mercancía se expresase; pero
incluso con gustos constantes, no hay ninguna razón de por qué la gente,
cuando aumenten sus rentas totales, no debería desear gastar estas rentas
en diferentes proporciones en las diversas mercancías; y además, tendre-
mos que tener en cuenta que, en distintas fechas, pueden ser diferentes las
preferencias relativas por las diversas mercancías. Esto no tiene por qué
significar un «cambio en los gustos» en el sentido de que una persona haya

290
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

alterado sus intenciones. Puede que desde el principio haya anticipado que
en diferentes periodos querrá tener su renta de diferentes formas (y haga,
de acuerdo con ello, sus planes) justamente como cualquiera preverá que
tendrá diferentes necesidades en diferentes estaciones del año y diferentes
horas del día.

efectos de la acumulación de capital sobre


los valores relativos de las mercancías

Pero podemos comenzar con el caso más simple en el que los gustos son
constantes, en el sentido de que, enfrentándose a iguales oportunidades, el
individuo siempre decida de la misma forma en las diferentes fechas. Todo
lo que tenemos que considerar en este caso es el efecto de la acumulación
gradual de capital sobre los valores relativos de las mercancías. Esto actúa
de dos formas. Por una parte, con costes relativos dados (es decir, curvas de
desplazamiento dadas) para las diversas mercancías, las preferencias rela-
tivas y, por tanto, los valores relativos, pueden cambiar en respuesta a los
aumentos de renta Por otro lado, la caída del tipo de interés que acompañe
a la acumulación de capital afectará a los costes relativos de las diferentes
mercancías en diversos grados, de acuerdo con las cantidades proporcionales
de capital 10 que puedan usarse rentablemente en su producción a los dife-
rentes tipos de interés.
Más arriba (Capítulo XII, p. 215), cuando nos ocupamos del significado
del concepto de un tipo uniforme de interés en términos de valor, se ha dis-
cutido las implicaciones generales de tal situación. Sabemos que el equilibrio
en estas relaciones intertemporales de valor es totalmente compatible con
las diferentes tasas marginales intertemporales de sustitución de las diversas
mercancías. Todo lo que hay que añadir aquí es una explicación de cómo en-
caja esta situación en nuestra representación de las preferencias temporales;
y aunque el presente caso cae fuera del campo en el que son aplicables las
representaciones gráficas utilizadas previamente, no presenta ninguna seria
dificultad una extensión temporal de nuestro esquema para cubrir este caso.

10. A este respecto, la magnitud decisiva es la «elasticidad de sustitución» del nuevo capital para
los recursos concretos que ya existan.

291
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

condiciones del equilibrio intertemporal de los valores

Tendremos que concebir una estructura de superficies de indiferencia n-


dimensionales, incluyendo n el número de mercancías consideradas más el
número de diferentes puntos del tiempo (o periodos) para los que la persona
realiza sus planes. De forma similar, puede representarse las diferentes tasas
de transformación entre las diferentes mercancías o entre mercancías en
diferentes puntos del tiempo, por un sistema correspondiente de superficies
de desplazamiento n-dimensionales. En ese caso, se determinará formalmente
los valores relativos de las mercancías y sus tasas individuales temporales
de incremento con base a exactamente los mismos principios que los que
determinan los valores relativos de una serie de mercancías que se supone
están disponibles simultáneamente. Cada aumento o disminución del valor
de cada mercancía con respecto al de las demás que tiene lugar en respuesta
a un aumento de la renta total, significará un tipo correspondiente de interés
durante el periodo en términos de esa mercancía. Supongamos, por ejemplo,
que tomamos como nuestro patrón de referencia el tipo de interés en términos
de la mercancía a y consideremos una mercancía b cuyo valor aumente en
términos de a de un momento del tiempo a otro, de forma que en el segundo
momento una menor cantidad de b corresponda a una cantidad dada de a
que en el primer momento. En ese caso, el equilibrio requiere que el tipo de
interés en términos de b sea menor que el tipo en términos de a; y lo mismo
se aplica, mutatis mutandis, a la caída del valor de una mercancía en términos
de otra: aquí el tipo de interés en términos de aquella tendrá que ser mayor
que en términos de esta.

efecto de cambios previstos en las preferencias


relativas de diferentes mercancías

Fundamentalmente, las mismas consideraciones se aplican también cuando


la causa del cambio de los valores relativos no sea una variación de la renta
total, sino un «cambio» previsto de los gustos. Si —para añadir unas pocas
palabras sobre este caso— se sabe de antemano que en una fecha posterior
se demandará relativamente más de la mercancía a y relativamente menos
de la mercancía b, y se puede obtener un aumento del output de a a costa

292
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD: SU IMPORTANCIA RELATIVA

del de b solo a un coste creciente, entonces el tipo de interés en términos


de a (es decir, el precio del a presente en términos del a futuro) será menor
que el tipo de interés en términos de b.
Se verá que esta descripción de las relaciones intertemporales no cubre solo
el caso de gustos constantes en el sentido más estricto, sino también el caso
en el que la distribución real de los recursos es diferente en diferentes fechas,
pero que se ha previsto correctamente desde el momento inicial, cuando se
había realizado la planificación para todo el periodo. Esto significa que cubre
tanto como se pueda cubrir por el análisis de equilibrio general, es decir, todas
las acciones basadas en el conocimiento poseído en un momento del tiempo.

293
Parte III
PRODUCCIÓN CAPITALISTA
EN UNA COMUNIDAD
COMPETITIVA
Capítulo XIX
LAS CONDICIONES GENERALES
DE EQUILIBRIO

Ahora estamos listos para prescindir de algunos de los supuestos especiales


con base a los cuales habíamos discutido hasta ahora los problemas del
capital e interés y para aplicar los resultados obtenidos a los fenómenos del
mercado. El caso de una sociedad comunista centralmente dirigida que he-
mos estado considerando nos ha mostrado el papel que juegan dos factores
básicos (es decir, las diversas oportunidades para invertir y las preferencias
temporales de las personas en cuestión) bajo las condiciones (analíticamente)
más simples, es decir, cuando todos los recursos están bajo el control de una
única mente que los utiliza al servicio de un sistema coherente de fines.
Aquí avanzaremos un paso más acercándonos a la realidad al considerar el
caso en el que el mando sobre los recursos existentes está distribuido entre
una multitud de personas independientes, utilizando cada una de ellas su
porción de aquéllos al servicio de su sistema individual de fines y estando
todos los individuos en posición de realizar intercambios en un mercado.

seguimos con un estudio de las relaciones de equilibrio

Esta transición a una serie de supuestos que están algo más estrechamente
relacionados con los fenómenos reales, sin embargo, no significa que vayamos
a explicar el proceso real que tiene lugar en un mercado competitivo. Como
habíamos indicado en la sección introductoria, este estudio se limitará en lo
principal a un análisis de relaciones de equilibrio. La transición del estudio
del equilibrio en una economía «simple» al estudio del equilibrio en una
economía competitiva significa aquí pasar del análisis de los planes de un
individuo al análisis de la compatibilidad de los planes independientes de
una serie de individuos. La cuestión de cómo y cuándo surgirá tal estado de
equilibrio competitivo no nos afecta directamente aquí y solo nos referire-
mos a ella incidentalmente; pero, como se recordará, esto no significa que

297
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

nuestra discusión tenga que estar limitada a las condiciones estacionarias.


De hecho, esta parte del libro se ocupará, en gran medida, de los reajustes
del sistema económico que serían necesarios si hubiese que enfrentarse a un
cambio imprevisto por medio del establecimiento inmediato de una nueva
posición de equilibrio.
Esto no nos impedirá hablar, a veces, a efectos ilustrativos, de momentos
sucesivos que llevarán a una posición de equilibrio, lo que, sin embargo, no
estará pensado como una explicación de los verdaderos problemas causales
que pueden dar lugar en el mundo real a dicha posición de equilibrio. Más
bien hay que concebir las sucesivas aproximaciones como los tâtonnements
del análisis de Walras o la construcción de Edgeworth de volver a contratar,
como intentos sucesivos de los individuos de averiguar cuál es la posición
de equilibrio. En otras palabras, estamos discutiendo deliberadamente las
variaciones a las que puede darse lugar solo por el mecanismo del dinero y la
competencia, pasando, sin embargo, por alto, a efectos de nuestros propósitos
presentes, el papel exacto que juegan estos dos factores. La razón de ello es
que aquí no estamos realmente interesados en el proceso que da lugar al
equilibrio, sino meramente en las condiciones de un estado de equilibrio
y, cuando estamos considerando posiciones distintas de las de equilibrio es
solamente para mostrar por qué no son posiciones de equilibrio. Y el enfoque
del equilibrio del que hablaremos ocasionalmente no está concebido como
una descripción de un proceso, sino meramente como una herramienta
conceptual que nos lleva, por decirlo así, como espectadores, de posiciones
que están más alejadas del equilibrio a otras que están más cercanas a él y
finalmente, a la posición de equilibrio mismo.1

los datos del problema: (1) gustos individuales

Al discutir el equilibrio en tal sociedad tendremos que tomar en cuenta los


siguientes nuevos datos. En primer lugar, tendremos, en lugar de un solo
sistema de preferencias, y particularmente preferencias temporales, tantos

1. Puede considerarse la naturaleza del proceso causal en cuestión, en la medida en la que se


lo haga en absoluto en este volumen, solo después de que hayamos introducido explícitamente el
dinero al principio de la Parte IV.

298
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

sistemas de deseos como diferentes individuos haya. Puede representarse


cada uno de estos sistemas por un mapa de indiferencia similar al utilizado
en los capítulos precedentes para describir la actitud del dictador único. Sin
embargo, en el presente capítulo no prestaremos mucha atención a estas
preferencias temporales. Al principio de esta discusión usaremos una vez
más y por última vez el supuesto de que todos pretenden obtener un flujo
de renta constante. Pospondremos la discusión explícita de lo que sucede
cuando la gente pretenda obtener flujos de renta crecientes o decrecientes.

(2) la distribución de los recursos

En segundo lugar, los recursos disponibles para la satisfacción de estos de-


seos estarán distribuidos desigualmente entre los individuos. Como regla
general, veremos que la mayor parte de los individuos no disponen de to-
dos los recursos que, con las técnicas utilizadas en la realidad, se requieren
para llevar a cabo la producción continua ni siquiera de una sola mercancía.
Usualmente veremos que los recursos requeridos para cualquier proceso de
producción están divididos entre una serie de personas. En la mayor parte
de los casos, el equipo que pertenezca a diferentes fases de un proceso de
producción estará en diferentes manos, y algunos, al menos, de los recursos
permanentes cuyo servicio se requiere en las diferentes fases, ciertamente
la mano de obra humana si es que no otros, estarán bajo el control de per-
sonas distintas de las que poseen el equipo material y dirigen y organizan la
producción. En consecuencia, será necesario intercambiar no solo diferentes
productos finales, sino también productos intermedios y los servicios de los
recursos de todas clases.
Será conveniente comenzar considerando una sociedad que ha trabajado
a lo largo de estas líneas en el pasado, pero considerarla en un punto del
tiempo sin inquirir como se ha determinado hasta ahora la dirección de la
producción. Podemos suponer que en el momento en el que comenzamos
a contemplar esta sociedad acaban de ocurrir cambios considerables en
los datos, de forma que hay que encontrar un nuevo equilibrio. Podemos,
entonces, hablar de los diferentes propósitos a los que se han dedicado los
diversos recursos antes de que tuviese lugar el cambio, sin pasar por alto
ninguna de las cuestiones que suscita la determinación del nuevo equilibrio.

299
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

clasificación de los recursos disponibles basada en la cercanía


de la fecha en la que pueden dar un rendimiento

La forma más significativa de clasificar los diferentes recursos a este respecto


es de acuerdo con la fecha o fechas en las que pueda hacerse que rindan un
producto consumible. Todos o casi todos, evidentemente, tendrán el control de
algunos recursos que pueden servir a sus necesidades en el futuro inmediato.
Por lo menos, como regla general, caerá dentro de esta categoría su propio
trabajo, incluso si esto no es así para ningún otro de sus recursos; pero esto
tampoco significa que este sea el uso más rentable que pueda hacerse de
estos recursos, o incluso que pudiese capacitar al individuo para producir lo
suficiente para su manutención. En las sociedades modernas, en las que, a
consecuencia de la acumulación de capital, se ha estimulado el crecimiento
de la población mucho más allá de las cifras en las que podría mantenerse
sin ese capital, sería frecuentemente imposible que un individuo aislado pro-
dujese con su solo trabajo y sin ayuda ni siquiera lo suficiente para subsistir
con él. Y los otros recursos que están en posesión de muchos individuos, a
menudo no serán capaces de rendir productos consumibles hasta una fecha
lejana, o si se los usa para el consumo inmediato, solo rendirán una pequeña
fracción de lo que rendirían en dicha fecha lejana.
A consecuencia de la división (vertical) del trabajo, con mucho, la mayor
parte de los recursos más apropiados para dar lugar a bienes consumibles para
el futuro inmediato se encontrará bajo el control de una sección comparati-
vamente pequeña de los miembros de la sociedad. Solamente una proporción
relativamente pequeña de los recursos de la sociedad estará en la forma de
verdaderos bienes de consumo, listos para su consumo inmediato; con mucho,
la mayor parte estará formada por otros recursos que, o bien porque iban
originalmente dirigidos a servir al consumo en fechas posteriores, o por la
variación de las circunstancias, son más apropiados para servir al consumo
en el más distante futuro.

la especificidad y versatilidad de las diversas clases de input

Se hace necesario aquí dar una formulación más precisa de esta distinción
que estaba implícita en la mayor parte de lo que se había dicho hasta este

300
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

punto. Por una parte, puede haber input que solo pueda usarse en una de-
terminada «fase de la producción» o solo de forma tal que rinda un producto
en un intervalo concreto e invariable después de su inversión. Llamaremos
a este input, input completamente específico. La especificidad en esta forma
extrema se dará, probablemente, en muy raras ocasiones, pero será, eviden-
temente, posible, distinguir entre menores y mayores grados de especificidad
de acuerdo con que el uso de clases particulares de input esté limitado a una
serie más larga o más corta de periodos.

los dos respectos a los que varía la especificidad o versatilidad

Sin embargo, la mayor parte de las clases de input no será específica, sino
más o menos «versátil»,2 en el sentido de que puede usárselos en una gran
cantidad de todas las fases de producción si no en casi todas; pero en su caso,
es necesaria una distinción ulterior del grado, lo que es algo más complicado
que la que se basa en la absoluta posibilidad o imposibilidad de usar ciertos
recursos en determinadas fases. Si consideramos dos clases de input que pue-
dan usarse a lo largo de la misma serie de «fases» pueden seguir difiriendo
con respecto a la variación de la cantidad de productos que se sigue de un
cambio en su periodo de inversión. Si empezamos por una disposición dada
del input, la necesidad de desplazar alguna parte de una clase de input a otra
fase puede llevar consigo una mayor pérdida de producto que la que sería el
caso con otra clase de input y en este sentido aquella habría que considerarla
como menos adaptable que esta. Sin embargo, esta distinción es mucho más
complicada que aquella que se basaba en la absoluta movilidad o inmovilidad
de las diferentes clases de input, ya que el cambio en el producto que se debe
a cualquier transferencia de este tipo dependerá, no solo de las proporciones
en las que ya se haya distribuido las dos clases de input en cuestión entre las
fases, sino también del uso que se haya hecho de todos los demás input. Esto

2. Este término ha sido sugerido por Mr. G.L. Shackle para reemplazar la torpe expresión «no
específico». [Al no citar Hayek aquí ninguna fuente publicada, Shackle puede haber hecho la suge-
rencia en una discusión personal. George Lennox Sharman Shackle realizó estudios de grado en la
LSE, trabajando inicialmente bajo la supervisión de Hayek, en 1935-36. Acerca de la interacción de
Shackle con Hayek véase J.L. Ford, «G.L.S. Shackle (1903-1992): A Life with Uncertainty», Economic
Journal, vol. 103, mayo de 1993, pp. 683-97, y Shackle, «F.A. Hayek».- Ed.].

301
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

desemboca en la cuestión de la elasticidad de la demanda de las diferentes


clases de input en las diferentes fases y la respuesta depende, a fin de cuentas,
de, y solo puede ser discutida adecuadamente en términos de, la función de
productividad completa de la inversión para todas las clases de input y las
elasticidades de sustitución que podrían derivarse de ella.

los factores que determinan el uso al que se dedican los recursos

Cómo lleguen en la realidad a usarse las clases versátiles de input (que pueden
usarse para producir renta, bien en el próximo, o en el más distante futuro)
dependerá, evidentemente, de los precios relativos que alcancen en los dife-
rentes usos. Y para cualquier individuo concreto, la magnitud relativa del ren-
dimiento que pueda obtener dependerá de la forma en la que todos los demás
pretendan distribuir sus recursos totales entre los usos presentes y futuros.
Si todos los demás dedicasen la mayor parte de sus recursos a adquirir renta
para el futuro inmediato, el producto que podrían obtener de sus recursos en
el próximo futuro sería relativamente más valioso y les induciría a escoger
este uso y viceversa; pero, evidentemente, lo mismo se cumple para todos
los demás, de forma que es imposible tratar esta disposición de la gente en su
conjunto para dividir sus recursos en ciertas proporciones entre el presente
y el futuro como un dato del que podamos derivar la forma en la que usarán
los diferentes recursos individuales.

el peligro de un argumento circular

Puede formularse la dificultad que surge aquí en términos ligeramente dife-


rentes como sigue: que en cualquier caso concreto sea más rentable utilizar
los recursos dados para producir renta en el futuro más próximo o más
distante, dependerá de la proporción en la que la comunidad en su conjunto
decida distribuir sus recursos totales entre el uso para el presente y el uso
para el futuro; pero esta proporción en la que se distribuyen los recursos
totales dependerá, evidentemente, no solo de la voluntad de los diferentes
individuos para distribuir sus recursos de formas particulares, sino también
del valor de los recursos que posean. De este valor de los recursos que po-
sea cada persona dependerá, no solo la forma en la que quiera distribuirlos

302
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

entre el presente y el futuro, sino también la ponderación que atribuya a su


decisión a la hora de formar la proporción agregada para la sociedad; pero
este valor depende, a su vez, de las decisiones similares de todos los demás,
por lo que parece que todo el argumento se mueve en un círculo.

la posición clave de los propietarios de los bienes listos para el consumo

Sin embargo, puede superarse este aparente callejón sin salida si centramos la
atención en la peculiar posición clave que tienen los poseedores de los recursos
que puede hacerse que produzcan bienes de consumo en el futuro inmediato,
y si comenzamos por estudiar los efectos que tendrán sus decisiones sobre
la posición de todos los demás. Si cada uno decidiese consumir por sí mismo
todos los bienes consumibles de que pudiese disponer durante, digamos, el
mes próximo, y no se preocupase de lo que fuese a suceder después (por
ejemplo, porque la creencia en alguna clase de milenarismo hiciese que la
gente esperase que el fin del mundo viniese al final de este mes), entonces,
claramente, todos los «recursos» de los que no pudiese obtenerse un rendi-
miento consumible antes de esa fecha, carecerían completamente de valor
y no se los usaría en absoluto; y todos los otros recursos que, en diferentes
circunstancias, se habrían invertido por más de un mes, se los utilizaría ahora
para producir las mucho más pequeñas, y en algunos casos casi despreciables,
cantidades que pueden producir dentro del mes. Si la sociedad en cuestión
ha utilizado previamente una gran parte de capital, esto significará que,
con mucho, la mayor parte de los bienes de consumo de los que se pueda
disponer durante el mes estarán en poder de una sección comparativamente
pequeña de la sociedad, mientras que el resto de ella tendrá poco más de lo
que pueda producir con sus solas manos durante ese periodo.

la «posesión de bienes de consumo terminados»

Lo que hay que considerar como la cantidad de bienes de consumo terminados


de los que se dispone en el momento en cuestión depende, evidentemente, en
gran medida, del periodo que tomemos como la base de nuestra distinción. Si
en lugar de un mes hubiésemos tomado una semana o un día como nuestro
periodo de referencia, se podría haber convertido en bienes de consumo una

303
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

parte todavía más pequeña de los recursos totales y la mayor parte de la «oferta
de bienes de consumo terminados» probablemente habría estado en manos de
una sección todavía más pequeña de la comunidad. Como veremos más tarde,3
hay varios conceptos tradicionales, tales como los del capital circulante y la
liquidez del capital, cuyo exacto significado depende enteramente de lo que
escojamos como nuestro periodo de referencia. A nuestros presentes propó-
sitos, debemos, hablando estrictamente, comenzar, con la oferta de bienes de
consumo que podrían hacerse disponibles durante el intervalo más pequeño
concebible; pero, aunque eso sería más exacto, daría a todo el análisis un aspecto
algo irreal, por lo que será mejor si escogemos como nuestro punto de partida
algún periodo concreto de longitud razonable, y no hay ninguna razón para
no tomar el mes que ya hemos usado como periodo representativo.

irá en el interés de los poseedores de los bienes de consumo


terminados renunciar a una parte de ellos—

Aparte del caso puramente hipotético al que nos hemos referido más arri-
ba, es, evidentemente, muy improbable, que los que disponen de la oferta
de bienes de consumo terminados pudieran querer consumirlos todos por sí
mismos, ya que el efecto de ello sería que después de que el periodo hubiese
pasado, estarían reducidos a exactamente la misma posición que todos los
demás. Esto es así porque mientras cualquier otra persona estuviese ocupada
en convertir todo lo que tuviese en bienes de consumo, no se aproximarían
ningunos otros recursos al consumo, ya que los que estarían en posesión de
los recursos mejor adaptados para su utilización en estas fases tempranas, se
verían compelidos a dedicar todas sus energías a producir suficientes bienes
de consumo con medios poco apropiados para este propósito, y ello con el
mero fin de sobrevivir.

—con el fin de asegurar el reemplazo de su stock

En consecuencia, irá en el interés de los que disponen de considerables can-


tidades de bienes de consumo terminados ofrecer una parte de ellos a los

3. Cf. Capítulo XXIII.

304
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

que están dispuestos a proporcionarlos, bajo las condiciones más favorables,


con nuevos bienes de capital para reemplazar los que se agoten.

principios que determinan la elección de recursos


para los que se ofrezca bienes de consumo

¿Bajo qué principio distribuirán los propietarios de los bienes de consumo


la parte de esos bienes que deciden no consumir por sí mismos entre los
diferentes tipos de bienes de capital en los que tienen la posibilidad de
invertir? Podría uno verse inclinado a suponer que al principio, y en tanto
solo estén disponibles para la inversión cantidades relativamente pequeñas
de bienes de consumo terminados, solo se demandarán bienes de capital
que den lugar a un rendimiento en el futuro comparativamente cercano;
por ejemplo, que al principio solo se buscará recursos que produzcan un
rendimiento durante el mes inmediatamente posterior al mes corriente, y
que solo después que se haya tomado todas las inversiones que produzcan
un rendimiento en el segundo mes, habrá alguien que esté dispuesto a
invertir en bienes que no produzcan un rendimiento hasta el tercer mes,
y así sucesivamente.
Sin embargo, esta conclusión sería errónea. Si los propietarios de los bie-
nes de consumo quieren mantener su renta permanentemente por encima
del nivel que sería posible si fuesen a consumir ahora todo su stock sin hacer
ninguna provisión para su reemplazo, tendrán que planificar una reinversión
regular de cantidades similares durante cualquier periodo futuro; y si la
inversión directa para una fecha posterior rinde un producto que es mayor
que el que podría obtenerse reinvirtiendo el equivalente del producto que
se puede obtener del mismo input en una fecha anterior, les será rentable
invertir para el periodo más largo desde el principio.

parte de los bienes de consumo terminados


de que se disponga que serán transferidos

Los que disponen de bienes de consumo terminados usarán, por tanto, la


parte de ellos que no quieran consumir por sí mismos en el futuro inmedia-
to, para emplear otro input tal que dé lugar a la tasa de rendimiento anual

305
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

relativamente más alta con arreglo al coste presente. Qué porción de sus
bienes de consumo estarán dispuestos a invertir de esta forma dependerá,
en parte, del rendimiento a obtener. Por otra parte, el coste de la inversión
dependerá del rendimiento que habría dado el input a invertir por periodos
más largos en el futuro inmediato, lo que significa que, al principio, mientras
se invierta solo una pequeña proporción del total de los bienes de consu-
mo terminados, ese input que habría contribuido a añadir al rendimiento
solamente una cantidad muy pequeña, o que habría contribuido a añadirla
solo en una fecha muy distante, no alcanzaría ningún precio. Por ello, todo
el coste en cuestión es la remuneración que hay que ofrecer para inducir
a aplicar el input que también podría usarse para producir corrientemente
bienes de consumo, en lugar de a la provisión de bienes de consumo en el
futuro más distante. En consecuencia, el primer input que se retirará del
uso corriente y se invertirá, será el que ofrezca el rendimiento presente más
bajo comparado con el rendimiento al que podría dar lugar en el futuro más
distante. Se observará que esto significará siempre una reducción del input
corriente por debajo del máximo potencial.

efecto de las sucesivas transferencias de partes crecientes


de los bienes de consumo terminados de que se dispone

Si suponemos que la gente que dispone directamente de la mayor parte de los


bienes de consumo terminados, al principio ofrece solo una parte relativamen-
te pequeña de ellos a los demás, probablemente pensarán que la cantidad de
recursos que pueden obtener a cambio es insuficiente para reemplazar los que
están utilizando, por lo que ello no podrá asegurarles una oferta de bienes de
consumo en el futuro igual a la que poseen en el presente. Y si quieren man-
tener su renta disponible a un nivel uniforme, tendrán que aumentar la parte
de los bienes de consumo que poseen que ceden a los demás miembros de la
comunidad. Por ello, podemos pasar a considerar los efectos que se seguirán
si aumentan gradualmente la parte de sus bienes de consumo terminados que
están dispuestos a intercambiar por recursos con un rendimiento más distante.

306
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

caída de la tasa de rendimiento de las inversiones

Un efecto será, evidentemente, que la tasa de rendimiento de las inversio-


nes caerá al crecer la cantidad invertida. Habría que compartir la primera
pequeña cantidad de bienes de consumo disponibles para la inversión entre
inversiones de diferentes duraciones, pero que todas ellas proporcionasen la
misma tasa máxima de rendimiento. De forma similar, una cantidad mayor
se distribuiría entre inversiones de duraciones diferentes, pero que todas
produjesen una tasa de rendimiento algo menor. Böhm-Bawerk ha descrito
este proceso diciendo que habría que extender las inversiones a lo largo de
las líneas de contorno que correspondiesen a tasas de rendimiento cada vez
menores al aumentar las cantidades disponibles para la inversión.4

cambios en los precios relativos de los diferentes recursos

El efecto sobre los precios (en términos de bienes de consumo) de los di-
versos recursos está estrechamente relacionado con esto. Al principio, los
precios que tendrían que pagar los propietarios de los bienes de consumo
terminados para obtener input para la producción del futuro más distante,
superaría solo justamente los muy bajos rendimientos que podrían obtener
en ese uso las clases de input menos apropiadas para la producción directa
de los bienes de consumo; pero conforme se vayan usando más y más bie-
nes de consumo para remunerar el input cuyos servicios se van a invertir,
sucederán dos cosas. Los rendimientos corrientes alternativos de este input
aumentarán y, además, la competencia entre los propietarios de los bienes
de consumo impulsará al alza los precios de los recursos de una menor
productividad presente, hasta una cifra que corresponda a su rendimiento
verdadero descontado al menor tipo de interés que rige ahora; y en todos
los casos en los que se utilice la oferta adicional de bienes de consumo, no
para invertir input que no haya sido invertido en absoluto previamente,
sino para prolongar el periodo de inversión del input que con una menor
oferta de bienes de consumo habría sido invertido por un periodo más corto,

4. Cf. Positive Theory of Capital, p. 405. [Esta discusión puede encontrarse en la p. 360 de la
edición de 1959.- Ed.].

307
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

será necesario pagar un precio más alto que el rendimiento (descontado)


del periodo de inversión más corto.
Las dos últimas consideraciones se aplican tanto a los recursos que hu-
biesen producido algún rendimiento si se los usase directamente, como a
los recursos que habrían sido totalmente inutilizables y sin valor si los que
disponen de los bienes de consumo terminados los hubiesen consumido por
sí mismos. Al principio, ciertamente, se pondrá siempre en funcionamiento
tales recursos (que serán, en gran medida, de la clase no permanente, como
máquinas) cuando no se cubra más que la remuneración de este input me-
nos específico cooperante (es decir, el coste primario de utilizarlos); pero al
ir aumentando la demanda de bienes de capital en general (o, lo que es lo
mismo, la parte del dominio sobre los bienes de consumo terminados dedi-
cados a la inversión), estos recursos irán gradualmente ganando en valor y
alcanzarán un precio (en términos de bienes de consumo). Al irse ofreciendo
más y más bienes de consumo presentes a cambio de la expectativa de bienes
de consumo futuros que promete la posesión de estos recursos, el precio de
estos recursos seguirá aumentando.

la suma del dominio potencial sobre los bienes de consumo


terminados de todos los individuos puede superar en muchas veces
el total de los bienes de consumo terminados que existen

Todo esto significa que el dominio sobre una parte considerable de la oferta de
bienes de consumo terminados se transferirá en el primer caso de los que los
poseen directamente a los que puedan ofrecer medios de proporcionar bienes
de consumo futuros bajo las menores condiciones. Sin embargo, no es probable
que tampoco este segundo grupo quiera tomar todo lo que se les debe en la
forma de bienes de consumo presentes. Al aumentar su dominio potencial
sobre los bienes de consumo, consideraciones similares a las que habían guiado
al primer grupo llevarán a los miembros del segundo grupo a invertir, en vez
de consumir, parte del output final del que disponen; pasando, por decirlo así,
a los otros parte del dominio sobre los bienes de consumo terminados que han
recibido, a cambio de recursos que les capacitarán para obtener un dominio
similar en el futuro. Como un efecto de, y en paralelo con, la demanda creciente
de bienes de capital por parte de los que disponen directamente de la oferta de

308
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

bienes de consumo terminados, veremos, por tanto, que otros, que tienen solo
un dominio derivado sobre los bienes de consumo, arrojarán el peso de una
parte del valor creciente de sus recursos al lado del platillo de la balanza que
favorece un ulterior incremento de la demanda de bienes de capital. Es decir,
una vez que la oferta de bienes de consumo terminados a cambio de bienes
de consumo todavía incipientes haya dado a aquellos un valor definido, se los
podrá usar a su vez, para aumentar la demanda agregada de bienes de capital
y así transmitir más allá el valor que se les ha conferido por la demanda de
los propietarios directos de los bienes de consumo.

efectos sobre el uso y reemplazo de los recursos


existentes no permanentes

Tenemos que considerar ahora con más atención la posición de los propie-
tarios de recursos no permanentes en las diferentes fases de este proceso.
Nos referiremos en su mayor parte a los recursos no permanentes que están
formados por equipos hechos por el hombre, pero las principales conclusiones
se aplicarán igualmente a los recursos que se deprecian.5 El principal punto a
considerar aquí es la distinción entre las condiciones que meramente harán
rentable utilizar una parte del equipo existente y las condiciones que harán
posible y rentable reemplazarlo, ya sea por uno similar o por otra clase de
equipo. Por el momento, nos limitaremos de nuevo al caso «estacionario» y
supondremos que todos los propietarios de tales recursos no permanentes
pretenden obtener de ellos, o con su ayuda, un flujo permanente de renta de
volumen constante. En el siguiente capítulo abordaremos sistemáticamente
los casos en los que los diferentes individuos pretendan deliberadamente
obtener un flujo de renta, ya sea creciente o decreciente.
El equipo existente en nuestra comunidad puede o no haber ido dirigido
a producir un flujo de renta constante; pero como suponemos en cualquier
caso que inmediatamente antes del momento en el que habíamos empezado
a considerar esta comunidad, habían ocurrido cambios imprevistos en algún

5. [Es decir, recursos naturales agotables, tales como depósitos minerales. En el capítulo 5 de más
arriba, Hayek clasificaba esos recursos desde un punto de vista económico como «capital» y no como
«tierra».- Ed.].

309
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

aspecto material de forma que se hubiese trastocado los planes originales,


esto en realidad no es relevante a efectos de nuestro problema. Lo que es
importante es que exista el equipo que se adapte, o se pueda adaptar, a ciertas
clases de procesos, al mismo tiempo que no exista el equipo requerido para
otros procesos (que podrían requerir un menor gasto inicial si la comunidad
empezase desde cero).

efectos del equipo existente sobre la dirección de la reinversión

Si comenzamos por considerar la posición de los empresarios propietarios


del equipo que pertenezca a una fase muy tardía de un determinado proceso
de producción, veremos que se les hará rentable hacer funcionar el equipo
tan pronto como la cantidad de bienes de consumo ofrecida a cambio de su
producto sea justamente suficiente para pagar a los factores, que tienen un
uso alternativo en un proceso más corto, un precio ligeramente más alto
que el que podrían conseguir en tal proceso más corto. Pero al aumentar la
cantidad de bienes de consumo terminados disponibles para la inversión,
estos empresarios podrán obtener precios más altos que dejarán un margen
por encima del mero coste de funcionamiento. Para los que tienen bienes de
consumo terminados para ofrecer, la oportunidad de comprar los productos
de la maquinaria ya existente en fases comparativamente tardías será, con
mucho, en la mayoría de los casos (a no ser que sea muy grande el cambio
que haya tenido lugar en las condiciones relevantes), la forma más barata
de garantizar una oferta de bienes de consumo futuros, ya que al principio
tendrán que pagar un poco más que los meros costes de funcionamiento de
esa maquinaria. E incluso cuando, a consecuencia de la competencia entre
los propietarios de los bienes de consumo presentes, aumenten los precios
de los productos de la maquinaria, estos productos probablemente todavía
continuarán representado por algún tiempo la oportunidad más favorable
de inversión, ya que, presumiblemente, el coste de obtener cualesquiera
nuevos productos de similar utilidad estará mucho más cerca del coste total
(es decir, incluyendo el coste de crear el equipo requerido) que del mero coste
de funcionamiento de la maquinaria ya existente.
La renta que obtenga el propietario de esta parte existente del equipo al
crecer el precio de sus servicios es de naturaleza temporal, limitada por la

310
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

duración de esa parte del equipo, y si quiere obtener una renta permanente
de este capital, tendrá que reinvertir parte de la renta bruta y limitar su
consumo a una cifra tal que el rendimiento esperado de la parte reinver-
tida de la renta bruta sea igual a su consumo presente. Cuánto reinvierta
dependerá de la magnitud de esta renta bruta y la tasa de rendimiento que
pueda obtener de la reinversión. Y cómo la invierta dependerá de dónde
pueda obtener el rendimiento más alto. Y si bien, obviamente, a la vista de
las circunstancias que han cambiado, no es seguro que sea la inversión más
rentable dicha reinversión en nueva maquinaria de la misma clase que la se
ha depreciado, al menos hay una fuerte probabilidad de que en muchos casos
esto ofrezca oportunidades muy favorables. Las razones son muy similares
a las que hemos discutido más arriba.
El equipo que había usado algún otro empresario en el pasado para
proporcionar su equipo al empresario en la fase posterior, probablemente
seguirá existiendo, e irá en el interés del segundo empresario utilizar dicho
equipo (en lugar de dejarlo desocupado) tan pronto como los precios cubran
sus costes de funcionamiento. Y al aumentar la demanda del equipo que pro-
duce, él a su vez, se encontrará en una posición exactamente similar a la que
hemos estado considerando en el caso del empresario en la fase subsiguiente,
es decir, considerará necesario reinvertir la mayor parte del exceso de sus
ingresos por encima de sus costes de funcionamiento si quiere obtener una
renta constante de su capital. Y él también verá, probablemente, que la exis-
tencia de equipo dirigido a proporcionarle la clase de productos intermedios
que necesita para reemplazar los que consume en la producción, hace posible
que reinvierta en la misma clase de equipo en términos comparativamente
favorables. En general, puede decirse que, en alguna medida, la clase de equipo
que ya se encuentre en existencia determinará la clase de producción que
vaya a emprenderse.

límites a la rentabilidad de la sustitución


por equipo de la misma clase

De esta forma, vemos cómo el crecimiento gradual del valor de los recursos
que se dedican no al consumo presente, sino a la adquisición de medios para
proporcionar un consumo futuro (aumento que se debe inicialmente a la

311
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

mayor cantidad de bienes de consumo terminados dedicados a este propósito)


hará gradualmente posible utilizar más y más del equipo existente; y si en
el entretanto no han tenido lugar cambios en los datos, es concebible que
se alcance un equilibrio estacionario en el punto en el que se haya pasado a
utilizar todo el equipo existente y al mismo tiempo sea también posible y
rentable de forma corriente reproducir las cantidades de las diferentes clases
de equipo que justamente reemplacen lo que se utiliza corrientemente, de
forma que se mantenga intacto el stock total.
Pero, bajo el supuesto que hemos hecho, a saber, que han cambiado las
condiciones a efectos materiales desde que se crease el equipo existente,
no es probable que suceda esto. Más tarde o más temprano, en el curso del
proceso, algún empresario verá que, a consecuencia de este cambio de las
circunstancias, ha dejado de ser rentable no ya invertir la misma cantidad en
equipo de la clase que ya poseía, sino llegar en absoluto a invertir en equipo
de la misma clase. Siempre que, bajo las nuevas condiciones, el rendimiento
obtenible de un tipo dado de equipo que pueda comprar a un precio que solo
cubra el coste primario de su producción sea menor que los rendimientos
que podría obtener en otro lugar, el propietario del equipo existente de esta
clase verá que va en su interés reinvertir en bienes de capital de una clase
diferente. E incluso cuando al principio la existencia en una fase anterior del
proceso del equipo que se utilice, siempre que se cubriese los meros costes
de funcionamiento, le permita reemplazar su propio equipo a un precio que
cubra poco más que estos costes de funcionamiento, la situación cambiará
tan pronto como se haya depreciado el equipo en la fase anterior. Finalmen-
te, la sucesiva reinversión en diferentes, y en alguna medida nuevos, tipos
de capital, de fondos que ya no sea rentable utilizar para la sustitución del
equipo similar a aquel del que se haya obtenido la amortización de estos
fondos, llevará gradualmente a la creación de una nueva y diferente estruc-
tura de inversión.

el acercamiento asintótico hacia un equilibrio estacionario

El proceso por el que un sistema así tenderá hacia un equilibrio final después
de cualquier tipo de cambio, será, evidentemente, muy lento y gradual, ya
que en cualquier fase, parte de los datos, a saber, el carácter y composición

312
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

del equipo en existencia, será el resultado de un proceso histórico que, desde


el punto de vista de las decisiones presentes, debe ser considerado como un
accidente histórico que nunca se repetirá en forma idéntica. Y como el equipo
que exista al final de cualquier periodo se verá influenciado en alguna medida
por la composición del equipo que resultaba existir al principio del periodo,
con lo que en realidad nos enfrentamos es con un proceso de cambio conti-
nuo. Aunque el cambio pueda, si los datos externos (gustos, conocimiento
y oferta de recursos permanentes) permaneciesen los mismos, decrecer
continuamente en magnitud, probablemente nunca cesará por completo, de
forma que el sistema solo se acercará asintóticamente a la posición de un
equilibrio final ideal.
Sin embargo, ya que los siguientes cuatro capítulos se ocuparán explícita-
mente del análisis de los efectos de las diferentes clases de cambio, podemos
dedicar el resto del presente capítulo a resumir las condiciones que deben
cumplirse para que sea posible un equilibrio estacionario.
Puede resumirse como sigue la condición de equilibrio estacionario en
una sociedad competitiva con producción capitalista. Los miembros de la
sociedad deben distribuir sus recursos totales entre el uso para el consumo
presente y para el consumo futuro, de forma que hagan que los valores re-
lativos de los diferentes tipos de recursos sean exactamente proporcionales
a sus costes relativos de producción, incluyendo «costes de producción» la
tasa de rendimiento temporal uniforme sobre los recursos invertidos. O,
para formular la misma condición de manera diferente, con ofertas dadas
de bienes de consumo presentes y bienes de consumo futuros, los valores
de los bienes de consumo futuros (en términos de los bienes de consumo
presentes) deben superar a sus costes (en términos de los bienes de consu-
mo presentes) en un importe que tenga una relación uniforme (es decir, la
de una función exponencial) con el tiempo que pase antes de que se hagan
disponibles los bienes de consumo futuros.
«Los costes en términos de los bienes de consumo presentes» pueden
significar a este respecto la cantidad de bienes de consumo presentes que se
podría haber obtenido directamente de los recursos que se habría utilizado
para producir los bienes de consumo futuros. Sin embargo, frecuentemente,
no se utiliza directamente los recursos de la clase en cuestión para producir
bienes de consumo presentes. Así, la frase significa la cantidad de bienes

313
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de consumo presentes que habrían ayudado a producir estos recursos si,


en lugar de ser invertidos por el periodo en cuestión, se los hubiese in-
vertido por el periodo próximo más rentable de duración más corta y si
se hubiese redistribuido los otros recursos de forma tal que garantizasen
la mayor adición neta a la renta presente, dejando invariable el resto del
flujo de renta futuro.

improbabilidad de que alguna vez se llegue cerca


del equilibrio estacionario

En un equilibrio totalmente estacionario, esta coincidencia del valor corriente


y el coste de reproducción de los bienes de capital en términos de bienes de
consumo tendrá que cumplirse, tanto para el stock de bienes de capital en su
conjunto, como también para cada bien de capital individual que exista. Que
esto sea, como mínimo, extremadamente improbable que pueda suceder en
el mundo real, ya será a estas alturas totalmente evidente. Se lo menciona
aquí solo como otra ilustración de la dificultad de decir algo útil acerca de
la teoría general del capital mientras nos limitemos al análisis del estado
estacionario. Casi todos los problemas importantes surgen del hecho de que
en cualquier momento gran parte del equipo capital de la sociedad existe
de una forma que no se puede reproducir o no se reproducirá, y cualquier
«equilibrio» al que se llegue alguna vez es necesariamente transitorio y
limitado a la vida de los «activos que se deprecian», que constituyen parte
de los «datos» de ese equilibrio.

la tasa uniforme de interés es una condición de equilibrio


incluso en una sociedad en la que no se preste dinero

Pero —y este es el punto final con el que podemos concluir la presente discu-
sión— en la medida en la que esté justificado que hablemos de una tendencia
hacia un equilibrio, esta tendencia se debe al hecho de que todos los que
podrían, directa o indirectamente, poseer bienes de consumo terminados que
no quieran consumir inmediatamente, se guiarán en su inversión (aparte del
riesgo, etc… que no nos afecta aquí) por la única consideración de obtener el
porcentaje más alto de rendimiento; y su propósito de distribuir la inversión

314
LAS CONDICIONES GENERALES DE EQUILIBRIO

de forma tal que dé lugar al rendimiento más alto dará lugar necesariamente
a una tasa uniforme de rendimiento. Esto será así de forma totalmente in-
dependiente de cualquier posibilidad de prestar dinero y, en consecuencia, de
obtener interés por esos préstamos. Podríamos concebir una sociedad en la que
se prohibiese el prestar dinero (al menos a interés) y en la que, sin embargo,
en la medida en la que existiese la posibilidad de distribuir las inversiones por
medio de asociaciones, capitales compartidos, etc…, la tasa de rendimiento
sobre la inversión sería uniforme a lo largo de todo el sistema.
La tasa de rendimiento sobre la inversión, tal y como viene determi-
nada por las relaciones de precio entre los bienes de capital y los bienes
de consumo es, por lo tanto, anterior a, y en principio independiente de, el
interés sobre los préstamos monetarios, aunque, evidentemente, allí donde
sean posibles los préstamos monetarios, la tasa de interés sobre los mismos
tenderá a corresponder a la tasa de rendimiento sobre las otras inversiones.
Las relaciones de precios fundamentales son el resultado de una demanda
de bienes de capital en términos de bienes de consumo o de un intercambio
de bienes de consumo presentes por bienes de consumo futuros. Cuando los
que disponen de bienes de consumo terminados decidan consumir menos de
ellos por sí mismos y ofrecer más de ellos a cambio de bienes de consumo
futuros, naturalmente los precios de los bienes de consumo futuros aumen-
tarán y la diferencia entre los precios de los bienes de consumo presentes y
futuros que corresponde al tipo de interés caerá de forma correspondiente.

la «oferta de capital» como tal no es un dato del equilibrio

Se observará que en la determinación de estas relaciones de precios no entra


ningún factor separado de «capital», aparte de los recursos concretos y las
fechas en las que sus poseedores quieren servirse de ellos. No hay oferta de
capital en abstracto, no hay «fondo» de «espera» o «disposición de capital»
(o cualquier otro término por el que se haya descrito esta cantidad mística),6

6. [En el capítulo 7, pp. 106-7, Hayek calificó a John Bates Clark, Gustav Cassel y Frank Knight
como los principales proponentes de la tesis de que el capital de una economía es un fondo perma-
nente (o que se auto-perpetúa) de valor que trasciende los bienes de capital concretos que existan en
cualquier momento. Hayek criticaba estas tesis como «puro misticismo». En su artículo sobre «The

315
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que formaría un dato en la determinación de esos precios. En particular, no


hay ninguna magnitud «real» llamada «capital libre» que exista de forma
alguna, aparte de los bienes de capital concretos y que podría considerarse
que estuviese disponible para la inversión en, y en este sentido constitu-
yendo la demanda de, los bienes de capital. Evidentemente, existe la forma
en la que todos los individuos usan su disposición potencial sobre los bienes
de consumo presentes; pero, si bien bajo condiciones dadas, la magnitud de
esta disposición potencial viene determinada para cada individuo y es igual
al valor de «casi» todos sus recursos, no tendría sentido, como hemos visto,
sumar la disposición sobre los bienes de consumo de todos los diferentes
individuos. La razón es que la mayor parte del dominio que tiene cualquier
persona depende de que los demás no ejerciten su dominio similar y la suma
de la disposición potencial sobre los bienes de consumo de todos los indivi-
duos sería mucho mayor que la cantidad de bienes de consumo terminados
que existiese en la realidad.

Mithology of Capital», p. 214, razonaba: «El problema mismo de la contabilización del capital surge
solo porque, y en la medida en que, las partes componentes del capital no son permanentes y no
tiene ningún sentido en el análisis económico decir que, aparte de la decisión humana, que todavía
tenemos que explicar, el agregado de todos los recursos no permanentes se convierte en alguna entidad
permanente». Sigue razonando acerca de ello en el capítulo 22 de más abajo. En «The Mithology of
Capital», pp. 218-21, así como en el capítulo 11, pp. 153-54, Hayek ha criticado a los economistas
clásicos, así como a Jevons y Böhm-Bawerk por considerar al capital de una economía como un «fondo
de subsistencia» almacenado que hace que la sociedad pueda esperar al output un intervalo de tiempo
específicamente determinado. Véase una perspicaz discusión de la relación entre capital y espera en
Kirzner, Essay on Capital, capítulo 3.- Ed.].

316
Capítulo XX
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

La importancia de las condiciones de equilibrio estacionario de la producción


capitalista que hemos discutido en el último capítulo solo se hará más clara al
aplicar las mismas consideraciones al estudio de los efectos de los diferentes
tipos de cambios. En el presente y en los sucesivos capítulos discutiremos,
por tanto, los reajustes que se harán necesarios si, después de diversos tipos
de cambios en los datos, tiene que restablecerse el equilibrio.

tipos de cambios a discutir

Será conveniente dividir esta tarea en dos partes. En este y en el siguiente


capítulo, discutiremos los cambios de los que puede adecuadamente decirse
que se originan del lado del capital, es decir, en donde la causa originadora y
activa es lo que normalmente se llama un cambio en la oferta de capital. Bajo
este epígrafe, tendremos que ocuparnos de la acumulación y desacumulación
de capital (o del ahorro y el desahorro) en una sociedad competitiva en la que,
por lo demás, se den condiciones estacionarias. En los capítulos XXII-XXVII,
pasaremos a discutir los efectos de otros cambios y, en particular, de cambios
imprevistos en los datos, que incluirán cambios en la oferta de factores y en
el conocimiento técnico; también incluirán cambios en los gustos, tales que
se reflejen en los valores relativos de las diferentes mercancías en un mo-
mento del tiempo, pero no en la forma temporal del flujo de renta deseado.
En este segundo grupo de cambios, el capital juega esencialmente un papel
pasivo, aunque, como veremos, también estos cambios en la mayor parte de
los casos den lugar a nuevos procesos de ahorro y desahorro.

se supone la ausencia de recursos sin utilizar

Sin embargo, este intento de tratar ciertos problemas dinámicos no nos


permitirá ocuparnos de todas las complicaciones que surjan bajo similares

317
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

circunstancias en el mundo real. En particular, es necesario recordar que el


análisis todavía continúa en términos reales, es decir, bajo lo que equivale
esencialmente a supuestos de trueque, y que esto hace imposible ocuparse
de la existencia de recursos no utilizados debido a la rigidez de los precios
monetarios. Por ello, el siguiente análisis de los efectos de la acumulación de
capital tiene que suponer que no existen recursos sin utilizar en el sentido
técnico del término. En otras palabras, a los precios que rijan, no se puede
obtener más recursos que los que se emplean en la realidad.1

la discusión se limita a los cambios del capital


en relación con el input puro

Bajo estos supuestos, cualquier aumento del capital supondrá un aumento


del mismo con respecto a la cantidad de los demás factores de producción,
o lo que Böhm-Bawerk llamaba un aumento de la cantidad de capital per
cápita. Se trata de un punto importante, ya que un aumento del capital en
proporción a los demás factores empleados 2 tendrá diferentes efectos de un
aumento que sea meramente proporcional a un aumento simultáneo de la
cantidad de input puro empleado. Es solo en aquel caso, cuando la cantidad de
capital aumente ceteris paribus, lo que llevará a las peculiares consecuencias
usualmente relacionadas con un aumento de capital, tales como una caída
del tipo de interés, un cambio en la técnica de producción, o la adopción de
métodos de producción más largos o con un mayor rodeo. Hay que distinguir
tajantemente este primer caso del segundo, en el que el aumento de la cantidad
total de capital significa simplemente que se está equipando a una cantidad
proporcionalmente mayor de trabajo y otro input puro con la misma clase
de instrumentos que los que se empleaba anteriormente.
En las pasadas discusiones, se ha descrito algunas veces a estos dos casos
como un crecimiento del capital en su «dimensión temporal» y en su «di-
mensión con respecto al trabajo» respectivamente, y Knut Wicksell se refería

1. [El supuesto de pleno empleo excluye la «paradoja del ahorro» keynesiana, un escenario en el
que el intento de la sociedad de ahorrar más es contraproducente porque la reducción del gasto de con-
sumo da lugar a que los recursos pasen a estar ociosos (y no a que se los reasigne a la inversión).- Ed.].
2. [Es decir, por unidad de trabajo y tierra.- Ed.].

318
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

a ella como una distinción entre el crecimiento del capital en «altura» y en


«anchura».3 Más recientemente, M.R. Hawtrey ha sugerido para la misma
distinción los términos «profundización» y «ampliación» del capital.4 El punto
relevante aquí es que, bajo nuestros supuestos, y para el sistema económico
en su conjunto, el crecimiento del capital solo puede adoptar la forma de
un crecimiento en «altura» o de «profundización». Aunque este supuesto
es, evidentemente, algo irreal, tiene la ventaja de subrayar un efecto de la
acumulación de capital que siempre estará presente en alguna medida y que,
como han probado ampliamente recientes discusiones, es susceptible de ser
pasado por alto; sin embargo, son los cambios que están relacionados con
esta «elevación» o «profundización» del capital la mejor forma de ver las
especiales características de un crecimiento del capital, y por esta razón este
supuesto ayuda realmente a resaltar un punto importante.

los efectos de planificar un flujo


de renta creciente o decreciente

En la discusión de las condiciones estacionarias del último capítulo se suponía,


generalmente, que cada uno trata de mantener su flujo de renta constante. Qué
implica esto cuando hay cambios de los otros datos es algo que consideraremos
con algún detalle en el siguiente capítulo. La cuestión que tenemos que discutir
ahora es qué sucede si algunos de los miembros de la comunidad apuntan, ya sea
a un flujo de renta creciente, o decreciente y, en consecuencia, invierten, o bien
más, o bien menos, de lo que se requeriría para mantener su renta constante.
Se recordará que todos los recursos excepto las pequeñas cantidades
marginales (o fracciones del valor de algunos recursos) que deben su valor al
último incremento de la inversión, dan a sus poseedores un control potencial
sobre los bienes de consumo. Por ello, en este sentido, todos los recursos que
posee un individuo (excepto esas cantidades marginales) son para él «capital
libre» y le dan una opción acerca de si consumir una cantidad correspon-
diente de bienes de consumo inmediatamente o invertir este «capital libre».

3. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, pp. 163 y 266; y también Ibid. p. 164, donde habla de cambios en
la dimensión «vertical» y «horizontal» del capital.
4. Hawtrey, 1937, p. 36.

319
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

solo se considerará variaciones netas

Las condiciones estacionarias existirían, obviamente, si cada individuo divi-


diese este control potencial sobre los bienes de consumo terminados entre el
consumo corriente y la provisión para el consumo futuro, de forma que se
asegurase un flujo de renta constante; pero esto, como es bien sabido, no es
probable que suceda vez alguna, ni tampoco es necesario para crear condi-
ciones estacionarias. La mera sucesión de sucesivas generaciones, si no otra
cosa, tendrá regularmente el efecto de que en cualquier momento algunos
estén ahorrando y otros desahorrando; pero es un axioma familiar que, si la
población en su conjunto permanece estacionaria, estas diferentes acciones
puedan cancelarse entre sí y que permanezca constante la oferta agregada
de capital, aunque quizá ningún individuo aislado pretenda obtener perpe-
tuamente un flujo de renta constante.
Sin embargo, estamos aquí interesados meramente en los efectos netos de
las decisiones agregadas de todos los individuos, y para evitar las complica-
ciones que surgen de la existencia de una multitud de decisiones divergentes,
de las que solo nos interesa el resultado neto, supondremos por ahora que
la mayoría de la gente busca un flujo de renta constante a perpetuidad, pero
que hay justamente un pequeño grupo de gente de los que todos buscan un
flujo de renta creciente (o uno decreciente), de manera que el único cambio
neto que tenemos que tener en cuenta se debe a las decisiones de estas com-
parativamente pocas personas.

«ahorro» y «desahorro»

Cuando usamos aquí los términos ahorro y desahorro, esto significará siem-
pre por definición que la gente preverá, respectivamente, un flujo de renta
creciente o decreciente. En la primera parte de este capítulo nos concentra-
remos principalmente en el caso en el que la gente pretende obtener un flujo
de renta creciente, es decir, en el caso de ahorro e inversión positivos. La
mayor parte de las conclusiones a las que se llega a este respecto se aplican
también al caso inverso de desahorro, pero se discutirá explícitamente ciertas
peculiaridades de este caso en el capítulo XXVI.

320
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

ahorro previsto e imprevisto

Si suponemos que en una sociedad en la que han prevalecido hasta ahora


condiciones estacionarias, algunas personas deciden repentinamente consumir
menos y demandar una mayor cantidad de bienes de capital, esto no puede
afectar a las cantidades relativas de las dos clases de bienes disponibles hasta
que se ajuste la producción al cambio de la demanda relativa de bienes de
consumo y bienes de capital; y una verdadera reducción del consumo, en
consecuencia, solo será necesaria cuando, como resultado de la desviación de
recursos de la producción de bienes de consumo a la producción de bienes de
inversión, queden disponibles menos bienes de consumo.5 Si, sin embargo,
como podemos suponer para comenzar, la reducción del consumo tiene lugar
repentina o inesperadamente, como puede mostrarse con facilidad, esto tiene
que llevar en primera instancia a una acumulación al menos temporal de
stocks de los bienes de consumo. Como hay una gran parte de confusión en
todas las discusiones de este mecanismo de trueque de ahorro e inversión,
se hace necesario entrar en la materia con algún detalle.

los bienes de consumo ahorrados no financian


a los productores de nuevos bienes de capital

Se ha argüido a menudo, y se supone implícitamente en gran parte de la


doctrina clásica sobre el tema, que los bienes de consumo ahorrados por una
clase de gente son meramente transferidos y consumidos por otra, al mismo
tiempo que los habría consumido la primera clase.6 Veremos más tarde que
esto es cierto en alguna medida en el caso en el que se utilice las cantidades

5. Para esta y las siguientes tres secciones, cf. Bresciani-Turroni, 1936 y R. v. Strigl, 1934a. [El
libro de Strigl está ahora disponible en inglés como Capital and Production, traducido por Hans-
Herman Hoppe y Margaret Rudelich Hoppe (Auburn, AL: Ludwig von Mises Institute, 1995).- Ed.].
6. Cf. Adam Smith, Wealth of Nations, Libro II, Cap. III (ed. Cannan, vol. I, p. 320): «Lo que se
ahorra anualmente es consumido tan regularmente como lo que se gasta anualmente y también casi
al mismo tiempo; pero es consumido por un grupo de gente diferente». [Puede encontrarse también el
pasaje de Smith en The Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith (Oxford:
Clarendon Press, 1976; reimpreso, Indianapolis Liberty Classics, 1981), An Inquiry into the Nature
and Causes of the Wealth of Nations, vol. 1, pp. 336-38.- Ed.].

321
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ahorradas para emplear a trabajadores antes desempleados;7 pero nuestros


supuestos excluyen aquí este caso y tiene que parecer al menos dudoso si
el argumento iba dirigido a aplicarse a este caso y solo a este caso. La idea
que subyace al argumento y que ha sido ampliamente difundida por la ex-
posición de J.S. Mill,8 resulta ser que se ofrecen las cantidades ahorradas
a los recursos que deben desviarse a la producción de bienes de capital con
el fin de retirarlos de la producción corriente de bienes de consumo, lo que
sugiere en particular que se paga o «avanza» a partir de los ahorros la ma-
yor remuneración que, a consecuencia de la nueva acumulación de capital,
tiene que pagarse a los servicios del trabajo y otros recursos permanentes.

el uso de los ahorros para pagar una mayor remuneración


a los factores no es necesario ni rentable

Sin embargo, puede mostrarse que no será necesario ni rentable para los
ahorradores utilizar sus ahorros para ofrecer una mayor remuneración a
los servicios del input que se acaba de invertir.9 De hecho, si lo hiciesen,
encontrarían que la transacción terminaría en una pérdida y que no se-
rían ni siquiera capaces de completar la inversión prevista, a no ser que
estuviesen preparados para seguir ahorrando; y, como también veremos,
en este caso, las cantidades ahorradas en primer lugar no ayudarían de
forma alguna a salvar la brecha que tendría lugar más tarde en el flujo de
renta a consecuencia de la desviación del input corriente a la inversión. La
verdadera fuente de las cantidades adicionales que incuestionablemente
habrá que pagar al trabajo y otros recursos, hay que buscarla en otro lugar
distinto del ahorro.10

7. Cf. más abajo, pp. 424 y ss. Y Hayek, 1939, pp. 44 y ss.
8. Cf. su «tercera proposición fundamental referente al capital» que, aunque ahorrado, y el
resultado del ahorro, sin embargo se consume. (Principles of Political Economy, Libro I, Cap. V, § 5)
9. Contrástese, sin embargo, la afirmación en Bresciani-Turroni, 1936.
10. Si existen recursos desempleados y los ahorros hacen rentable emplearlos, entonces se usará
este ahorro para remunerar estos recursos adicionales. En este caso, el consumo corriente no se reducirá,
sino que solo se redistribuirá a consecuencia del nuevo ahorro; y aquí y solo aquí, se aplica la doctrina
de Smith-Mill acerca de los ahorros que son también consumidos, pero por otro grupo de gente.

322
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

efectos de un acto único e imprevisto de ahorro

Comenzaremos considerando lo que es, en algunos respectos, el caso más


simple, aunque en absoluto el más realista, en el que el ahorro inesperado
tiene lugar solo una vez y no se espera que se repita. Supondremos que los
ahorradores deciden en un cierto momento que no quieren en ese momento
consumir una cierta cantidad de bienes de consumo que, o bien poseen, u
obtendrían en el curso normal (estacionario) de los acontecimientos a cambio
de algunas otras mercancías que poseen; y supondremos además que la forma
más rentable de nueva inversión es de una clase que se pueda completar
dentro de un periodo comparativamente corto, de forma que pueda hacerse
que sirva al consumo al final de ese periodo sin requerir ninguna inversión
nueva ulterior. Un ejemplo que encajaría en nuestro presente modelo sim-
plificado seria la producción de algún producto semielaborado del que, una
vez que se haya producido la cantidad requerida en lugar de los bienes de
consumo, se reproducirá continuamente y pueda luego usarse para producir
bienes de consumo de la misma forma que, pero mucho más efectivamente
que, el input del que se había hecho.

el uso de los ahorros y la redirección de la inversión

Para obtener estos nuevos bienes de capital, los ahorradores tendrán que hacer
que unos recursos que en otro caso se habrían dedicado a la producción de
bienes de consumo, produzcan los bienes de capital requeridos, y al hacerlo,
reducirán el output de bienes de consumo en alguna fecha futura. (Cuándo
tenga lugar exactamente la falta de output en los bienes de consumo que es
consecuencia de ello, se discutirá a continuación); pero este input se habría
remunerado en cualquier caso para producir bienes de consumo, de forma que
si los ahorradores quieren ahora más bienes de capital en lugar de bienes de
consumo, todo lo que tienen que hacer es ofrecer la remuneración que habrían
tenido que ofrecer para obtener bienes de consumo en esta fecha con el fin
de obtener en su lugar los bienes de capital. Y como, a consecuencia de ello,
obtendrán menos bienes de consumo, lo que harán es conservar los bienes
de consumo que han ahorrado para consumirlos cuando deje de tener lugar
el flujo corriente de dichos bienes. (Apenas tendremos que considerar aquí el

323
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

caso excepcional en el que el input que hay que desviar habría producido de
forma instantánea bienes de consumo. En cualquier caso, esto, ciertamente,
se aplicaría solo a una fracción muy pequeña del input desviado).

lo que se ahorra no se consume en el momento


en el que se ahorra

Por ello no habrá aumento en el consumo de los que no ahorren y ninguna


transferencia adicional de bienes de consumo de los que disponen de ellos
a los demás. Todo lo que sucede es que en la fecha anterior, los ahorradores
consumen menos de lo que obtienen de la producción corriente y en la fe-
cha posterior (cuando la producción corriente de bienes de consumo haya
disminuido y en su lugar resulten bienes de capital) pueden consumir más
bienes de consumo de los que obtienen de la producción corriente.11
Más tarde explicaremos por qué, a pesar de la constancia de la cantidad
de bienes de consumo que se deja para el resto de la comunidad, aumentará
la parte que va a algunos de los recursos y en especial los recursos perma-
nentes. Por el momento, es suficiente haber mostrado que esto no es esencial
para inducir al input, que previamente había estado produciendo bienes de
consumo, a producir en su lugar bienes de capital; para este propósito es
suficiente si la remuneración que se les habría ofrecido en cualquier caso
para producir bienes de consumo, se ofrece ahora a ese input para produ-
cir bienes de capital. También quedará claro que si los ahorradores en la
realidad no utilizan sus ahorros para ofrecer una remuneración adicional
al input que hay que invertir ahora por periodos más lagos, comprobarán,
en primer lugar, que más tarde, cuando se reduzca el output de bienes de
consumo a consecuencia de la pasada inversión, ellos (o quizá algún otro)
se verán obligados a repetir el ahorro. En segundo lugar, comprobarán que
incluso si están dispuestos a repetir el ahorro, no habrá medios a partir de
los que puedan recuperar los gastos extra en que han incurrido al pagar a
estos factores como remuneración adicional todo lo que han ahorrado.

11. El que mantengan en la realidad el mismo conjunto de bienes de la primera fecha a la segunda,
o si mantienen simplemente una cantidad constante de bienes transferidos de un momento a otro que
se renueva continuamente, es totalmente irrelevante desde el punto de vista del problema general.

324
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

También tendría lugar el mismo efecto si los consumidores realizasen el


ahorro adicional imprevisto meramente gastando menos dinero en la compra
de bienes de consumo. Aunque esto podría llevar en alguna medida a una
acumulación de stocks no utilizados en las manos de los comerciantes, lle-
varía probablemente a alguna reducción del precio y a través de ello a algún
aumento del consumo por parte de la gente que no ahorrase y, sucedería de
nuevo, que cuando se redujese el output corriente de bienes de consumo, no
quedarían reservas, o serían insuficientes, para cubrir la deficiencia y habría
que repetir el ahorro.

normalmente solo se requiere el ahorro algún tiempo


después de que hayan comenzado las nuevas inversiones

A estas alturas será evidente que, en realidad, solo se requiere el ahorro cuando,
a consecuencia de una desviación pasada del input desde la producción de bienes
de consumo a la de bienes de capital, se esté reduciendo el output corriente de
bienes de consumo; y el éxito de cualquier inversión realizada en un momento
particular del tiempo dependerá generalmente, no de la cantidad de ahorro de
ese momento, sino de la tasa de ahorro y la consiguiente relación de precios
entre bienes de consumo y de capital en alguna fecha del futuro. El ahorro que
tiene lugar de manera imprevista sirve simplemente como señal que crea la
expectativa de que la demanda de bienes de consumo será menor en el futuro
de lo que lo era en el pasado, y bastaría por completo si, sin ningún ahorro
presente, se conociese con la suficiente antelación que el ahorro tendría lugar
en el futuro. Todo esto hace necesario investigar con algún mayor detalle cuál
será el efecto de la inversión adicional sobre el flujo de renta.

efectos desorientadores de la idea de un periodo


uniforme de producción

Concepciones hipersimplificadas del «periodo de producción» han llevado


a conclusiones ilegítimas tanto en este campo como en muchos otros. Si se
supone que el periodo medio de producción es un periodo uniforme para todo
el input y se supone además que solo puede cambiarse los periodos de inver-
sión del input puro, mientras que todos los demás recursos no permanentes

325
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

son completamente específicos (y estos dos supuestos han entrado explícita


o implícitamente en el análisis de los problemas de este tipo), entonces la
respuesta a nuestra cuestión se convierte en muy simple.12
Si, por ejemplo, el periodo uniforme de inversión de todo el input puro ha
sido previamente de un año y ahora se amplía repentinamente a trece meses,
el efecto será, evidentemente, que un año después de que haya tenido lugar
el cambio, cesará totalmente el flujo de bienes de consumo durante un mes
y no comenzará a fluir de nuevo hasta la fecha en la que los productos del
input invertido por trece meses lleguen al mercado. Si el periodo de inversión
se prolongase para solo parte del input total, deberíamos tener una reducción
proporcional del flujo de output durante el intervalo de tiempo correspon-
diente; y si suponemos que el periodo de inversión, en lugar de prolongarse
repentinamente de un tirón, se extiende gradual y continuamente, la mejor
forma de explicar el efecto sobre la dimensión del flujo de output es la Figura
adjunta 24, que es una modificación de la Fig. 5 (véase la página 159).13

12. Véase un análisis basado en estos supuestos en Bresciani-Turroni, 1936.


13. [De esta forma, en la Fig. 24, el eje horizontal representa unidades de input y output, el eje
vertical, unidades de tiempo. La línea OP representa input puro acumulativo; TQ representa output
final acumulativo.- Ed.].

326
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

En este diagrama, la pendiente de la línea OP representa la tasa a la que


se está invirtiendo el input puro y la distancia vertical entre esta línea y
la línea TQ, el periodo por el que se invierte este input. Se mostrará, por
tanto, un alargamiento continuo del periodo de inversión por que la línea
TQ adquiera más pendiente que la línea OP, como entre los puntos U y V
del diagrama y un acortamiento continuo del periodo de inversión por que
la línea TQ tenga menos pendiente que OP, como entre W y X.14
Bajo condiciones estacionarias, se recordará, el output durante cualquier
periodo dado será siempre el producto de una cantidad de input igual a la
que se invierte durante el mismo periodo. Sin embargo, mientras se está
alargando el periodo de inversión, como durante el intervalo T1T2, se verá
que el output que madure será el producto de una cantidad de input R1R2,
mientras durante el mismo intervalo se está invirtiendo la mayor cantidad
de input R4R6; y mientras se está acortando el periodo de inversión, como
durante el intervalo T3T4, el output que madure durante ese intervalo será el
producto de la cantidad de input R3R5, que es considerablemente mayor que
la cantidad de input R7R8 que se está invirtiendo durante el mismo intervalo.

defectos del análisis basado en esta idea

Esta clase de análisis, que se da raras veces incluso con este gran detalle, sufre,
como ya se ha señalado, de dos defectos en los supuestos subyacentes. En primer
lugar, de lo que tenemos que tratar en la realidad no es un único periodo de
inversión uniforme, sino de una serie de periodos de inversión. En segundo
lugar, siempre es posible alterar los periodos de inversión, no solo del puro
input, sino también de una gran parte al menos de los «productos interme-
dios» y otros recursos no permanentes (es decir, de todo el «input mixto»).

difusión de los efectos de la inversión sobre el flujo de output

La consecuencia del primero de estos dos hechos es doble. En primer lugar,


como incluso la longitud total de los procesos de producción es diferente, el

14. [Como el tiempo está en el eje vertical, un segmento más empinado de TQ indica que el
output se está acumulando menos rápidamente.- Ed.].

327
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

efecto de alargarlos todos en el mismo momento no se sentirá en una y la


misma fecha, sino que se extenderá a lo largo de un largo periodo de tiempo.
En segundo lugar, como cada uno de los procesos requiere inversiones su-
cesivas, extendidas a lo largo de un periodo de tiempo y como, obviamente,
solo se pueden hacer las inversiones en las fases tardías del nuevo proceso,
después de que ya se hayan hecho las correspondientes inversiones en las
fases tempranas, todo el proceso de alargamiento de la estructura de la in-
versión se difundirá lo largo de un periodo de tiempo. Cuando comience a
tener lugar la nueva inversión, solo se invertirá por periodos más largos el
input aplicado al principio de los diversos procesos; pero la gente lo hará con
la intención de cambiar (y con la expectativa de que sea posible cambiar), en
los sucesivos periodos, los periodos de inversión de las unidades de input en
las fases tardías del mismo proceso. La transición de una clase de estructura
de inversión a otra hará, por tanto, necesario que, por un considerable periodo
de tiempo, el input sea transferido de una «fase» del proceso a otra. Además,
el efecto de cada uno de estos sucesivos cambios se extenderá a lo largo de
diversas fases del flujo de renta, conforme los nuevos periodos de inversión
de las unidades individuales de input sean más largos o más cortos que los
periodos más antiguos.
Esta difusión del efecto sobre la dimensión del flujo de output causada
por el cambio del periodo de inversión se ve reforzada por un segundo hecho
fundamental, a saber, que no solo se puede desviar de periodos de inversión
más cortos a periodos más largos (y, viceversa) el «input puro», sino tam-
bién los productos intermedios y otros recursos no permanentes. Debido
a esta razón, no es posible, como podría suponerse, deducir de las formas
comparativas de las funciones de input de la estructura antigua y nueva,
los efectos exactos sobre el flujo de renta de cualquier alargamiento de la
estructura de inversión. Si los productos intermedios fuesen completamente
específicos y solo pudiese cambiarse los periodos de inversión del «input
puro», ciertamente que esto sería posible, supuesto que, tanto las funciones
agregadas de input como las funciones de input de los procesos separados,
estuviesen dadas. Entonces sería posible deducir de estas funciones qué
cantidades de inputs habría que cambiar a lo largo de los otros periodos de
inversión en cada fase del proceso y en qué cantidad habría que cambiar sus
periodos de inversión, y esto determinaría de forma unívoca el efecto sobre

328
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

la forma del flujo de output. Sin embargo, donde también se pueda desplazar
los productos intermedios a otros usos, esto se hace claramente imposible y
tenemos que estar satisfechos con las siguientes dos conclusiones generales.
En primer lugar, la disminución temporal del flujo de output que se sigue
de cualquier nueva inversión se extenderá, de alguna forma, a lo largo de
todo el periodo entre el momento en el que comienza la nueva inversión y
el momento en el que se completa la nueva estructura. En segundo lugar, la
terminación de cualquier nueva estructura de inversión que haya comenza-
do en cualquier momento del tiempo, requerirá habitualmente una nueva
inversión ulterior a lo largo de todo el periodo hasta que esté terminada la
nueva estructura.15

los efectos de los ahorros previstos


sobre los planes de los empresarios

Será útil ahora examinar los efectos del ahorro desde un ángulo diferente.
Consideremos qué clases de nuevas inversiones resultarán ser las más venta-
josas para los empresarios si esperan que en el próximo futuro haya, durante
algún tiempo, un desplazamiento de la demanda desde los bienes de consumo
y hacia los bienes de capital en general. Supondremos que los empresarios
consideran un incremento presente del ahorro como una indicación de que,
durante un considerable tiempo por venir, el ahorro y la inversión continuarán
a la misma tasa que en el presente. Estoy hablando aquí deliberadamente de
los empresarios en general, y no meramente de ahorradores o de la gente que

15. [Michael Montgomery, «Capital Complementarity, Time-To-Build and the Persistence of


Investment Starts», Journal of Macroeconomics, vol. 17, primavera de 1995, pp. 187-205, utiliza
esta idea de la complementariedad de sucesivas inversiones para explicar el hallazgo, que en otro
caso sería desconcertante, de que un shock monetario positivo puede hacer aumentar el gasto en
inversión, no solo en el periodo de shock, sino también subsiguientemente. El trabajo pionero acerca
del «tiempo para construir» en la elaboración de nuevos bienes de capital —y una piedra angular de
la bibliografía moderna del «ciclo económico real» que atribuye los ciclos a shocks de la tecnología
más bien que a shocks monetarios— es el de Finn E. Kydland y Edward C. Prescott, «Time to Build
and Agregate Fluctuations», Econometrica, vol. 55, noviembre de 1982, pp. 1345-70. El artículo de
Kydland-Prescott comienza citando a Böhm-Bawerk acerca del hecho de que la producción toma su
tiempo («no se hace el vino en un día»).- Ed.].

329
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tenga sus nuevos ahorros para invertir, porque, como veremos, las decisiones
de todos los empresarios se verán afectadas por las expectativas de ahorros
futuros. Como se supone que se prevé el desplazamiento de la demanda y
que hay, en consecuencia, tiempo para ajustar las ofertas, no hay ninguna
razón para concluir que habrá inmediatamente un cambio correspondiente
en los precios relativos; y planteará menos interrogantes si describimos la
situación general diciendo que se desplazan las curvas de demanda esperada
de los bienes de consumo y de capital en general, aquéllas a la izquierda y
éstas a la derecha.

el mecanismo del cambio de dirección de la inversión

La principal cuestión que surge es la siguiente: ¿hacia qué clase de bienes de


capital se dirigirá la nueva demanda y cómo se verán afectados los precios
relativos de los diferentes recursos y las cantidades producidas por este
cambio en la demanda? En términos abstractos, puede describirse la situa-
ción diciendo que se ofrece un mayor control potencial sobre los bienes de
consumo en el comparativamente cercano futuro a cambio de medios para
obtener bienes de consumo en el más distante futuro; y es razonable esperar
que esto dé lugar a una expansión de la producción para dicho más distante
futuro. Nuestra tarea es mostrar el mecanismo que da lugar a tal cambio de
dirección de los recursos si es que tiene lugar en la realidad.
El hecho de que la gente, en general, prevea un desplazamiento a la dere-
cha en la curva de demanda futura de bienes de capital, significa que esperan
poder vender en esa fecha futura, a precios dados, una mayor cantidad de
productos intermedios de lo que habría sido posible bajo las antiguas con-
diciones; pero solo puede suministrarse una mayor cantidad de productos
intermedios en esa fecha, extendiendo las inversiones presentes a lo largo
de una gama más amplia de fechas futuras de madurez.

la igualación de todos los rendimientos


de la inversión a la nueva tasa más baja

Esto significa claramente que toda la inversión se verá empujada a una


«curva de nivel» de menores rendimientos marginales sobre los costes, es

330
LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL

decir, se extenderán todas las inversiones individuales, tanto si se espera


que maduren antes como después de la fecha en la que se espera el cambio
en la demanda relativa, hasta un punto en el que «la tasa de aumento del
producto dividida por el producto» sea de nuevo uniforme para todas las
inversiones pero más baja de lo que lo era antes.16 Y como incluso antes de
la fecha en la que se espera el cambio de la demanda, se reducirán los ren-
dimientos de algunas inversiones, la competencia ajustará así los precios de
todos los recursos invertidos de forma que haga que su rendimiento sea el
mismo en todos los usos.
Se observará que todo esto sucede antes de que estén disponibles los nuevos
ahorros. Tiene lugar únicamente como resultado del desplazamiento esperado
de la demanda. El capital que se utiliza en el primer caso para financiar estos
cambios en la inversión, y del que se han reducido sus rendimientos, es capital
antiguo que previamente se utilizaba para producir bienes de consumo que
ahora se utilizan para producir bienes de capital para la fecha en cuestión.
No se requerirá el nuevo capital (los ahorros) hasta que, a consecuencia de
estos cambios, lleguen menos bienes de consumo al mercado.

efecto de la inversión sobre el valor de los recursos específicos

Discutiremos ahora ciertas excepciones a esta regla general, que se deben


al hecho de que en muchos casos no se pueda variar de forma continua las
estructuras de inversión y que, a consecuencia de los cambios en la técnica
usada y la composición del stock de capital empleado en una línea particular
de la industria, solo cambiarán de forma discontinua. A los presentes pro-
pósitos, es suficiente señalar que lo que pueda ser reinvertido en la nueva y
diferente forma, será solo el input puro corriente y los más versátiles recursos
no permanentes. Este capital, por otra parte, como estaba irrevocablemente
hundido antes de que se previese la nueva inversión en un equipo muy
duradero y altamente específico, evidentemente no se lo puede desplazar

16. En lo que se refiere a la producción de bienes de consumo para la fecha en la que se espera que
tenga lugar el desplazamiento de la demanda, la reducción del output de bienes de consumo para dicha
fecha dará lugar a que el rendimiento de la inversión sea mayor de lo que habría sido si el cambio de
la demanda hubiese ocurrido sin ningún cambio del output.

331
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

pronta o totalmente a un uso diferente. El rendimiento obtenido de él se


reducirá por un alza en los precios de los servicios de los recursos que se
necesitan para cooperar con él y, en consecuencia, no será rentable reproducir
estos instrumentos; y en algunos casos, se verá que, incluso en el curso del
tiempo, solo se puede recuperar y reinvertir de una forma diferente parte
del capital originalmente invertido, y que se ha perdido el resto.

la fuente de la mayor remuneración de los servicios


de los recursos permanentes

De esta forma, cualquier inversión adicional (incluso mientras que solo sea
esperada) causará una reducción del rendimiento de todo el capital. Esto sucede,
no porque el capital tenga un rendimiento absoluto que no ha cambiado y
que se descuenta a una menor tasa de interés, reduciendo así el rendimiento
por ciento, sino porque se reduce la magnitud de la parte del producto que
vaya al capital antiguo. Este hecho también da la respuesta a la cuestión de la
fuente de la que se paga la mayor remuneración de los servicios de los recur-
sos permanentes. Esta remuneración adicional no sale de los nuevos ahorros,
sino de la parte del producto que solía ir a los propietarios del antiguo capital.
Se ha mostrado que, tan pronto como caen los rendimientos marginales que
se pueden obtener de la inversión en respuesta a la variación de la demanda
relativa, la competencia entre capitalistas tenderá a impulsar hacia arriba el
precio de la mano de obra y los otros servicios de los recursos permanentes,17 a
costa de la renta de los capitalistas, y este alza de los precios de estos servicios
explica también por qué un aumento (esperado) de la demanda de bienes de
capital (en términos de los bienes de consumo potenciales) y la consiguiente
caída en el tipo de interés, tiene el efecto, no solo de hacer rentables métodos
de producción que antes no lo eran, sino también de hacer que dejen de serlo
métodos de producción que lo eran anteriormente.

17. [Tal como el precio del alquiler de la tierra.- Ed.].

332
Capítulo XXI
EL EFECTO DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL
SOBRE LAS CANTIDADES PRODUCIDAS
Y SOBRE LOS PRECIOS RELATIVOS
DE LAS DIFERENTES MERCANCÍAS

la acumulación de capital puede llevar a la expansión


de algunas líneas de la industria a expensas de otras

Se ha señalado anteriormente en esta Parte que, para hacer que el argumento


desarrollado aquí sea aplicable al mundo real, en el que las estructuras de
inversión no son necesariamente susceptibles de variación continua, hay
que introducir ciertas modificaciones. Es necesario hacerlo explícitamente,
en especial ya que ciertos fenómenos reales que puede sin duda observarse
empíricamente, han llevado a muchos economistas a negar explícita o im-
plícitamente la proposición de que la acumulación de capital, como regla
general, lleve a un cambio de los métodos de producción. Estos economistas
han sugerido que todo lo que realmente sucede es una mera multiplicación
del equipo que ya existía. Esto puede ser cierto en dos casos. Uno es donde
hay disponibles recursos permanentes desempleados, cuyos servicios se pue-
den utilizar para producir un output adicional por exactamente los mismos
métodos de producción que se habían utilizado previamente. El otro es donde
el aumento de la oferta de capital lleva en su mayor parte a una expansión de
algunas industrias a costa de otras. Se ha abordado el primer caso en relación
con la discusión de los efectos del ahorro (Capítulo XX más arriba), y, como
es un fenómeno que se debe principalmente a causas monetarias, por lo que
cae fuera del ámbito de este estudio, no necesitamos seguir considerándolo
aquí. Sin embargo, el segundo caso es de inmediato interés.

«profundización» y «ampliación» de la estructura de producción

El fenómeno a considerar está estrechamente relacionado con una distinción


ya mencionada, que la Escuela Austriaca solía describir como la diferencia

333
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

entre un crecimiento del capital que asuma la forma de una extensión de


su dimensión temporal y una que asuma la forma de una extensión de su
dimensión de «trabajo», y que el Dr. Hawtrey ha bautizado recientemente
como la «profundización» y la «ampliación» del capital, respectivamente.1
Puede claramente usarse más capital en una industria o en un sistema
económico dados, ya sea al equipar a un mayor número de trabajadores (o
combinando una mayor cantidad de «input puro») con cantidades propor-
cionales de equipo del tipo usado anteriormente, o proporcionando a un
número constante de trabajadores más equipo (o más elaborado). Para el
sistema económico en su conjunto, la primera de estas alternativas solo es
posible si hay disponible una reserva de mano de obra, pero, en cualquier
industria determinada puede atraerse la mano de obra adicional requerida
desde otra industria.

una caída del tipo de interés puede afectar


solo al tamaño relativo de las diferentes industrias

Si, como hemos supuesto, solo puede cambiarse de forma discontinua la


estructura de inversión en muchas o la mayoría de las líneas de inversión,
el solo efecto de un cambio de la demanda relativa de bienes de capital en
términos de bienes de consumo puede ser variar la dimensión relativa de
las diferentes líneas de producción (volver por una vez a las condiciones
tradicionales) sin afectar a las proporciones entre capital y mano de obra en
ninguna de ellas de forma individual. Un incremento de la cantidad de bie-
nes de consumo ofrecidos a cambo de bienes de capital o una caída del tipo
de interés, causará una expansión de las industrias que usen más capital en
proporción al trabajo de lo que lo hacen otras, mientras que el caso inverso
favorecerá a las industrias que usen relativamente poco capital. Se utilizará
más o menos capital en la industria en su conjunto, no porque haya cambiado
la proporción entre capital y trabajo en industria alguna (y, en consecuencia,
la técnica de producción), sino solo porque ha cambiado el tamaño relativo
de los grupos de industrias que usen comparativamente mucho y compara-
tivamente poco capital, respectivamente. La técnica de producción puede no

1. R.G. Hawtrey, 1937, p. 36 (cf. p. 319 más arriba).

334
EL EFECTO DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL SOBRE LAS CANTIDADES PRODUCIDAS

haber cambiado en ninguna industria. Puede seguir produciéndose todos los


diferentes productos de la misma forma que antes y, sin embargo, habrán
aumentado los periodos de inversión de las unidades individuales de input
que han sido transferidas a la industria en expansión. Lo que ha sucedido es
simplemente que se han expandido las industrias en las que se han reducido
los costes de producción más que en otras por la caída del tipo de interés, a
costa del segundo grupo.

un caso especial de la regla general


de los coeficientes fijos de producción

Este efecto es, evidentemente, meramente una aplicación a la industria en su


conjunto de la proposición general que hemos invocado hace un momento
(Capítulo XVI, p. 253). Siempre que los coeficientes en los que se pueden
combinar los diferentes factores de producción en las industrias individua-
les sean relativa o absolutamente rígidos, puede hacerse frente solo a un
cambio en la escasez relativa de los diferentes factores por una expansión
de la escala de output de las industrias que utilicen relativamente menos de
los factores que se han convertido en más escasos, y una correspondiente
contracción por parte de las industrias que utilicen más de esos factores. Y lo
que es cierto de ese caso general se aplica también en este caso, a saber, que
a no ser que las proporciones en las que se pueda combinar los factores sean
variables, al menos en algunas industrias, cualquier cambio en las ofertas
relativas de los factores es probable que dé lugar a violentos cambios en
sus valores relativos y puede, incluso, hacer que algunos factores dejen de
tener valor en absoluto.

los efectos sobre los valores relativos


de los diferentes factores son más complicados

Pueden mostrarse sin gran dificultad los efectos de variaciones en la demanda


relativa de bienes de consumo y de capital sobre el valor del input en general.
Un problema que es al menos tan importante, pero mucho más complicado,
es el de sus efectos sobre los valores relativos de diferentes clases de input. En
particular, es casi imposible explicar los cambios en los valores relativos de

335
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

los diferentes tipos de bienes de capital sin volver a los factores que determi-
nan los cambios en los valores relativos de las diferentes clases de input puro,
pero cualquier intento de ofrecer un análisis exhaustivo de las intrincadas
relaciones aquí implicadas, solo aumentaría indebidamente el tamaño de
este estudio. Todo lo que puede intentarse dentro de sus reducidos límites
es sugerir las diferentes consideraciones que deben tomarse en cuenta, sin
tratar de mostrar en detalle cómo se combinan para determinar el equilibrio.

recapitulación de los efectos sobre el valor


y la distribución de una sola clase de input

La mejor forma de mostrarlos es empezar suponiendo que solo hay una clase
de input, la «mano de obra homogénea» que en el análisis tradicional se con-
trapone habitualmente con el capital. Bajo este supuesto, puede representarse
la productividad marginal (en términos de bienes de consumo) de las sucesivas
cantidades de «mano de obra» aplicadas en las diversas fases del proceso de
producción por una serie de curvas, como se muestra en el siguiente diagra-
ma. Podemos suponer que estas fases a, b, c, etc. están separadas por iguales
intervalos de tiempo y dispuestas en el diagrama de izquierda a derecha en
orden ascendente por maduración, de forma que la fase a estaría el doble de
lejos del consumo que la fase c (siendo e el momento en el que el proceso de
producción estuviese completado), y así sucesivamente. En cada una de estas
curvas, la ordenada muestra la adición al producto que se debe a las sucesivas
cantidades de input aplicado a esa fase, midiéndose las cantidades a lo largo de
la abscisa. Como ya sabemos, no puede considerarse estas diferentes curvas
de productividad como simultánea e independientemente verdaderas, sino
que solo muestran cómo variará el producto si la cantidad de input invertida
en cada una de las fases varía, mientras la cantidad invertida en todas las
demás fases permanece fija en una determinada cifra. Obviamente, no hay
ninguna razón para suponer que la forma de estas curvas sea la misma en
las diferentes fases, aunque se haya supuesto esto en el diagrama, con el fin
de hacer resaltar lo que se quiere decir con más claridad.
El producto marginal que muestran estas curvas es, obviamente, el pro-
ducto marginal no descontado, la adición total al producto que se debe a la
inversión de una unidad adicional del factor en cuestión en la fase relevante.

336
EL EFECTO DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL SOBRE LAS CANTIDADES PRODUCIDAS

La verdadera parte del producto a atribuir a una unidad de «mano de obra»,


o el precio de demanda que los empresarios estarán dispuestos a pagar por
una unidad de «mano de obra» si se la emplea en esa fase, será igual al valor
del producto marginal descontado al tipo corriente de interés a lo largo del
periodo de inversión relevante.
En el diagrama, puede mostrarse el efecto de este descuento bajando las
diferentes curvas de productividad (o, más exactamente, todos los puntos
individuales de estas curvas) en una cuantía que corresponda al descuento
adecuado a los periodos por los que están invertidas las respectivas unidades
de input. Como se supone que las fases están separadas por intervalos de
tiempo iguales, puede mostrarse esto gráficamente por medio de una curva
de descuento de la que se supone están suspendidas las curvas de produc-
tividad individuales, de forma que se muevan hacia arriba o hacia abajo al
disminuir o aumentar el tipo de interés (hablando estrictamente, necesitamos
una familia de curvas de descuento que conecten cada punto de la curva en el
extremo derecho con los puntos correspondientes de todas las demás curvas,
de manera que con cada variación del tipo de interés cambie, no solo la posi-
ción, sino también la forma de las curvas individuales, ya que bajará o subirá
cada punto, no en la misma cantidad absoluta, sino en la misma proporción).
El siguiente diagrama muestra dos de esas curvas de descuento junto
con las curvas de productividad en su correspondiente posición.2 La serie
de curvas continuas corresponde a un menor tipo de interés (i1) y la serie

2. [Hayek utilizó el mismo diagrama en Prices and Production, 2.ª ed., p. 80, pero sin delimitar
tan explícitamente los intervalos de más y de menos. Acerca de la relación del diagrama con la pro-
posición que Hayek llamaba «el efecto Ricardo», véase Birner, «The Place of the Ricardo Effect in
Hayek’s Research Programme».- Ed.].

337
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de curvas de puntos a un tipo más alto (i2). Como en equilibrio el producto


marginal descontado del factor en cuestión tiene que ser el mismo en todas
las fases, la distribución de una oferta dada del factor estará, evidentemente,
determinada para cualquier tipo dado de interés. Podemos suponer que, por
ejemplo, al más alto tipo de interés mostrado por la curva de descuento i2, la
oferta disponible del factor se agotará exactamente y su producto marginal
descontado será en todas partes el mismo si se lo distribuye entre las fases
en las proporciones indicadas por los segmentos de la línea que termina en
p1 y que están delimitados por las curvas de productividad correspondientes
y sus respectivas ordenadas. Entonces, si suponemos que se reduce el tipo de
interés (representado por la curva de descuento i1), la oferta dada del factor
en cuestión, evidentemente, tendrá que ser redistribuida entre las diferentes
fases, de forma que irá más a las primeras fases y menos a las posteriores. Los
segmentos de la abscisa del diagrama, marcados por los signos más y menos
muestran los cambios en las cantidades de input invertidas en las respectivas
fases. El valor descontado del producto marginal del factor (o su precio en
términos de bienes de consumo) indicado por la distancia desde la base de la
línea que termina en p2 será necesariamente más alto de lo que lo era antes.

efectos sobre el valor relativo de las diferentes clases de input

Hasta ahora, este diagrama es solo una manera de reformular conclusiones que ya
nos eran familiares, pero puede usárselo, aunque solo con limitaciones obvias, para
ilustrar los factores que determinarán cuánto cambiará el precio y la distribución de
cualquier factor dado a consecuencia de una variación dada del tipo de interés. Hasta
ahora se ha supuesto que la forma de la curva de productividad del factor

338
EL EFECTO DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL SOBRE LAS CANTIDADES PRODUCIDAS

en cuestión en las diferentes fases es la misma, pero esto no es en absoluto


probable en la práctica, y el efecto real de un cambio del tipo de interés sobe
el precio y la distribución de cualquier factor dependerá, evidentemente, de lo
que podríamos llamar la elasticidad relativa de su productividad en las diver-
sas fases. Para un factor cuyas curvas de productividad en las primeras fases
sean relativamente planas, una caída dada del tipo de interés dará lugar a una
mucho mayor transferencia de las fases tardías a las tempranas y a un mucho
mayor aumento del precio, de lo que sería el caso en un factor cuyas curvas
de productividad sean comparativamente empinadas en las fases tempranas.
Si recordamos que solo se demandarán en todas las fases unos pocos de los
diferentes factores (los perfectamente versátiles) y que la mayoría de ellos solo
serán útiles en un número limitado de fases (siendo cero su elasticidad de la
productividad en las otras fases), se hace inmediatamente obvio lo diferente
que tiene que ser el efecto de una variación dada del tipo de interés sobre los
precios de los diversos factores.

problemas de complementariedad que están implicados

No vamos a seguir este punto con detalle. Para el método adoptado, dar
una panorámica general de las consideraciones en cuestión, realmente no
es apropiado para un análisis exhaustivo. La razón es evidentemente, como
en todos los otros casos en los que se considera como dadas las curvas de
productividad o demanda individuales de los factores, que no se puede con-
siderar a estas curvas como válidas simultánea e independientemente. Pero
tener en cuenta las complicadas relaciones de complementariedad técnica
(y psicológica) que están implicadas, requiere otra técnica que se ha desa-
rrollado muy recientemente en terrenos estrechamente relacionados y que
también habrá que usar en una investigación más exhaustiva de nuestros
problemas Todo lo que mencionaremos aquí es que si empezáramos a partir
de una formulación completa de las relaciones de sustitución entre todos los
diferentes recursos en cuestión, todas las clases de peculiaridades y aparentes
anomalías en el comportamiento de los factores individuales resultarían ser
totalmente congruentes con las tendencias generales que se puede deducir
del tipo más tosco de análisis. Por ejemplo, es muy posible que, mientras una
caída del tipo de interés creará una tendencia a que se invierta los servicios

339
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de la mayor parte de los factores permanentes por periodos más largos y a


que sus precios suban, en el caso de algún factor individual el efecto puede,
bien ser que se lo invierta por periodos más cortos, o que se reduzca su pre-
cio, o ambas cosas a la vez.
Pero esto pertenece a los aspectos más complicados del tema que no nos
proponemos tratar aquí in extenso. Después de este esbozo —que admito es
solo a grandes rasgos— de los factores que afectarán a los precios relativos
de las diferentes clases de input en el curso de un cambio en la estructura
capitalista de producción, solo es necesario volver por un momento a una
cuestión que había surgido previamente pero que había quedado sin con-
testar: ¿Cómo afecta un cambio en el tipo de interés a los precios relativos
de los diferentes bienes de capital que se producen y usan antes y después
de que tenga lugar?

efectos sobre el valor de los diferentes bienes de capital

La explicación que acabamos de dar de la diferencia entre los cambios en el


precio de las diferentes clases de input también explica el cambio en los precios
relativos de los productos intermedios en las sucesivas fases. De entrada, podría
parecer que, como a largo plazo los precios relativos de los diferentes productos
intermedios tienen que corresponder a sus respectivos costes, estos precios
solo podrían cambiar permanentemente en la relativamente pequeña medida
en la que cambiase el elemento del interés directo en su coste. Pero pensar en
el interés solo como un factor directo del coste es pasar por alto su principal
influencia en la producción.3 Mucho más importante es su efecto sobre los
precios a través de su efecto sobre la demanda de productos intermedios y de
los factores por los que están producidos. Es a consecuencia de estos cambios
de la demanda y de los cambios en los costes relativos a que dan lugar al hacer
crecer los precios de estos factores que experimentan una fuerte demanda en
las fases tempranas con respecto a los precios de los factores que se demandan
menos en estas fases, como se ajustan los precios de los productos intermedios.
El punto que se pasa por alto tan frecuentemente a este respecto y que
al mismo tiempo es tan importante para la comprensión del efecto de los

3. Cf. Machlup, 1935a.

340
EL EFECTO DE LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL SOBRE LAS CANTIDADES PRODUCIDAS

cambios en los tipos de interés, es que el cambio en el precio de un factor


determinado que sea consecuencia de otro del tipo de interés, puede no estar
en ninguna relación directa con el valor que ha cambiado de un determinado
factor en el punto en el que se lo usa. El cambio en su precio puede ser muchas
veces mayor de lo que sería si se debiera meramente a que se descontase
su producto marginal particular a un tipo de interés diferente. La causa de
esto es, evidentemente, que el precio de un determinado factor no dependerá
únicamente de su productividad en el uso particular en cuestión y que su
demanda en otro lugar puede verse afectada con mucha mayor fuerza por
el cambo en el tipo de interés. El aumento del valor de la mano de obra y la
inmediata caída del coste de la maquinaria en una industria concreta que sea
consecuencia de una caída del tipo de interés puede ser muy pequeño, pero
el aumento de la demanda de mano de obra en otro lugar, originado por la
misma caída del tipo de interés, puede impulsar hacia arriba el precio de la
mano de obra hasta una medida tal que obligue a una amplia sustitución
de mano de obra por maquinaria. Volveremos a este importante punto en
la Parte IV de este libro, cuando discutamos el efecto de los cambios de la
demanda sobre el rendimiento de las diferentes clases de inversión (véase
el Capítulo XXVII más adelante).

341
Capítulo XXII
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL
ANTE CAMBIOS PREVISTOS

peligros de concebir el capital como un «fondo»


o magnitud cuantitativamente determinada

El término «capital» es una adecuada descripción del agregado de recursos


no permanentes, a la vez que un término del que es difícil prescindir por
completo. Sin embargo, su uso, como hemos observado antes, está rodeado de
peligros, de los que no es el menos grave, así como al que la mayor parte de
los economistas han sucumbido una u otra vez, la tentación de considerar el
stock de «capital» como una magnitud cuasi-homogénea y cuantitativamente
determinada, que pueda tratarse, como la oferta de cualquier otro factor de
producción, como un dato del análisis económico. Una de las principales
conclusiones del conjunto de la precedente discusión es que no puede tra-
tarse la oferta de capital como una cantidad individual en este sentido; sin
embargo, en vista de la posición consolidada que ocupa esta idea en la teoría
económica, parece aconsejable seguir examinándola.
La idea de que el capital es un fondo cuantitativamente determinado que
tiene alguna existencia aparte y más allá de los recursos no permanentes
concretos en los que está «encarnado», es decir que es «una entidad capaz de
mantener su cantidad a la vez que altera su forma»,1 impregna en mayor o
menor grado casi toda la bibliografía del tema. Ciertamente, puede decirse
que en el tratamiento usual de los problemas dinámicos, la idea de un stock
dado o una oferta dada de capital ocupa una posición central. Usualmente
se toma como dado que los capitalistas normalmente tratarán de mantener
su stock de capital constante en algún sentido cuantitativo y que consegui-
rán hacerlo. Cualquier intento serio de analizar lo que se quiere decir por
«mantener el capital intacto» debe pronto haber mostrado que detrás de la

1. A.C. Pigou, 1935, p. 239.

343
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

especiosa simplicidad de la idea acechaba una serie de confusiones y supuestos


ilegítimos, pero la mayor parte de los economistas no parecen haber sido
conscientes de dichas dificultades ni han hecho tal intento.2 El término «ca-
pital» se ha aplicado al stock de recursos no permanentes, porque se sentía
que todos los elementos de ese stock tenían ciertas cualidades comunes, lo
que ha llevado a la idea de que se lo podría tratar como una masa homogénea,
que en los componentes heterogéneos de este agregado estaba encarnada
alguna sustancia común que se podría conservar, independientemente de
los cambios en su composición.

no se puede tratar la cantidad de capital como dada


en el análisis de los cambios dinámicos

La consecuencia de la introducción de esta magnitud ficticia se hace eviden-


te tan pronto como la usamos como un supuesto «dato» en el análisis de los
efectos de cualquier clase de cambio. En la mera descripción de un estado es-
tacionario que se consideraba que ya existía, importaba poco. Si se hubiese
previsto siempre todo correctamente, y las condiciones siempre resultasen
ser lo que resultaba que fuesen cuando se crearon los bienes de capital, nunca
surgiría ningún problema al decidir cómo usar los bienes de capital existen-
tes.3 Simplemente se los usaría para lo que estuviesen hechos. Solo hay que
tratar al stock de bienes de capital como un dato en relación con el ajuste a
los cambios imprevistos, pero, claramente, es precisamente en relación con
ello cuando no es permisible describir el stock como una magnitud individual
o en términos de alguna unidad común de medida. Es esencial volver a sus

2. El único intento sistemático de aclarar el significado de este concepto, que hizo el Profesor
Pigou, lo he discutido con algún detalle en otra ocasión (cf. 1935b). Se han incorporado partes de
esto, así como de un artículo posterior (1936a) sobre un tema relacionado, en el presente capítulo.
3. Esto es estrictamente cierto solo de los bienes de capital en el sentido tradicional más estrecho
(o, a algunos respectos, más amplio) de «medios producidos de producción», pero no de los recursos
naturales que se deprecian que están incluidos en nuestra definición de capital. Sobre este punto,
véase mi artículo que acabo de citar (1936a, p. 226). [El concepto tradicional de capital («medios de
producción producidos») es, «a algunos respectos, más amplio», en el sentido de que incluye los re-
cursos permanentes hechos por el hombre (Hayek cita más abajo como ejemplo «la vía permanente
de un ferrocarril»).- Ed).

344
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

componentes reales y describirlo por una completa enumeración y descripción


de todas sus partes constitutivas.4

tampoco hay una actitud neutral claramente definida


de los empresarios de la que se pueda decir
que represente la normal y que no implique
ni adiciones ni sustracciones de su stock de capital

También se hace necesario hacer un estudio sistemático de cómo se compor-


tarán los que disponen de los bienes de capital cuando comprueben que los
acontecimientos están resultando de forma diferente a lo que esperaban. Aquí,
deberíamos comenzar con una consideración de las oportunidades concretas
que les estarán abiertas bajo las nuevas condiciones y de sus preferencias por
los flujos de renta de diferentes formas entre los que pueden ahora elegir. En
las discusiones de este problema, usualmente está implicado que hay una clara
línea entre el proceso normal de mantener y reemplazar el capital existente y
hacerle una adición neta. Se supone que es siempre posible decidir de manera
inequívoca si la cantidad de capital permanece constante, crece o decrece y
que hay fenómenos típicos relacionados con cada uno de estos procesos que
se puede separar claramente, al menos a nivel conceptual; pero, tan pronto
como se intenta aplicar estas categorías a un mundo en el que las cosas están
cambiando, todos estos atractivamente simples conceptos pasan a depender
de más de una forma de la respuesta a la siguiente cuestión: ¿qué se entiende
exactamente por un stock constante de capital? Es imposible definir la renta
(o «ingresos») neta, y por lo tanto el ahorro, antes que se haya separado del
producto bruto las cantidades que se requieren para el mantenimiento del
capital. Es igualmente imposible decir qué son las adiciones al stock de capital
real, antes de saber qué bienes de capital se necesita para hacer frente a la
depreciación corriente. Todo esto es uno de los problemas en los que se hace
particularmente claro que los problemas reales del capital solo surgen cuando
traspasamos los límites de la elaboración de un estado estacionario. Como se

4. El único autor, que yo sepa, que ha visto claramente que la forma tradicional de tratar un stock
de capital determinado cuantitativamente como un dato es ilegítimo, ha sido Knut Wicksell. Cf. su
formulación citada más arriba, Capítulo I, pp. 43-44.

345
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ha señalado antes, la existencia misma de recursos no permanentes que no se


reproducirá o no puede reproducirse de una forma idéntica, es incompatible
con la idea de un proceso estrictamente estacionario y repetitivo. Siempre
dará lugar a un proceso de continuo cambio en el que cada paso viene deter-
minado por el accidente histórico de la existencia de una cierta colección de
recursos no permanentes.

la reacción de los capitalistas a cambios previstos

Sin embargo, antes de que podamos continuar discutiendo las reacciones del
empresario capitalista 5 a cambios imprevistos, tenemos que aclarar ciertas
extendidas confusiones que hacen referencia a la actitud adecuada frente a
cambios que pueden ser previstos. Los puntos a que aludiremos aquí están
todos implícitos en las discusiones de los precedentes capítulos, pero serán
una introducción útil a los problemas del capítulo siguiente si los reformu-
lamos sistemáticamente. Hay dos principales fuentes de confusión, ambas
relacionadas con las prácticas ampliamente adoptadas por los empresarios
en sus políticas de depreciación y amortización.6 Una es la práctica de consi-
derar al stock de capital principalmente como representando un cierto valor
monetario y de tratar de mantener este valor monetario constante. La otra
es el hábito de considerar la depreciación en el sentido más estrecho, como si
fuese causada por el desgaste, que sería algo más fundamental e importante
que una «mera» pérdida de valor por la «obsolescencia».

mantener constante el valor monetario del capital

La primera de estas dos prácticas representa una especie de método abreviado


o simplificado, una clase de cuenta de la vieja mecánica para obtener una
solución aproximada a los problemas que son —como veremos— a menudo

5. A este respecto, no se puede distinguir claramente las funciones del capitalista y del empre-
sario, por lo que se usarán los dos términos indistintamente.
6. [Una política de depreciación reduce el valor contable del equipo instalado, o asigna su gasto
a lo largo de una serie de periodos de tiempo. Una política de amortización aparta cada periodo la
suficiente renta para retirar el principal de una deuda en la que se ha incurrido para comprar equipo,
o para sustituir el equipo al final de su vida útil.- Ed.].

346
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

extremadamente intrincados. Hay que encontrar la explicación histórica de


esta práctica de contabilizar el capital en términos de dinero en la técnica de la
contabilidad por partida doble y esta práctica obtiene una cierta justificación
del hecho de que se suministre una gran parte del capital de muchas empresas 7
bajo la forma de préstamos monetarios y que uno de los principales propó-
sitos de la contabilidad sea asegurar que estos «pasivos» estén cubiertos por
«activos». Esta es también, obviamente, la principal fuente de la concepción
del capital como un «fondo».

la lógica de mantener el capital intacto

Que tal sea, a grandes rasgos, la práctica en la realidad de los empresarios, tiene
importantes consecuencias que requerirían una cuidadosa consideración en
una investigación más realista. Sin embargo, como los problemas monetarios
caen, en gran medida, fuera del ámbito del presente estudio, pero hay una
tarea preliminar que está emparentada con la presente investigación y que es
determinar cuál será la acción más adecuada de los empresarios que deseen
mantener su stock de recursos no permanentes, dados los fines últimos a
los que sirve este stock. Solo se podrá juzgar en estudios más realistas, la
importancia y consecuencias de las prácticas seguidas en la realidad sobre
el fondo de una tal serie de principios, deducidos de la lógica de «mantener
el capital intacto».
El «mantener el capital intacto» no es, obviamente, un fin en sí mismo.
Se lo desea, debido a ciertas consecuencias que se sabe seguirán en caso de no
hacerlo. Veremos además que una vez que se aplica a un mundo cambiante, la
frase no tiene ningún sentido concreto, independientemente de la razón de por
qué los empresarios quieren mantener su capital. No estamos interesados en
la magnitud de capital porque haya alguna ventaja inherente en cualquiera de
sus medidas absolutas concebibles. Estamos interesados en ella, porque, ceteris
paribus, un cambio en la misma dará lugar a otro en la renta que se espera
de ella y porque, en consecuencia, puede considerarse cada cambio en ella
como un síntoma de tal cambio en la magnitud realmente relevante: la renta.

7. [Es decir, el «capital» de la empresa en el sentido de sus recursos no permanentes, no en el


sentido de su capital o valor neto.- Ed.].

347
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la magnitud significativa es la forma temporal


de la renta que se desea obtener

¿Cuáles son, entonces, las razones por las que deseamos que el capital se com-
porte de una forma determinada? La principal razón es, evidentemente, que
las personas que obtienen una renta del capital quieren evitar gastar ininten-
cionadamente partes de las fuentes de su renta. Creen que deben conservarse
estas si la renta debe mantenerse al nivel actual. Quieren evitar «derrochar» o
«escatimar» (por servirme de los términos del Profesor H. Robertson) ininten-
cionadamente, lo que tendría el efecto de reducir posteriormente la renta por
debajo (o aumentarla por encima) del nivel al que apuntan.8 La contabilización
del capital en este sentido es simplemente un instrumento abreviado para
evitar intrusiones involuntarias en la renta futura. Sea cual fuere la forma
temporal del flujo de renta futura derivada del capital que posean que un in-
dividuo pretenda pretenda obtener, siempre queda el problema de decidir cuál
es la forma adecuada de disponer de los activos concretos que posea. Y, aunque
ciertamente no tengamos ningún derecho a suponer que cada persona tratará
normalmente de obtener un flujo permanente constante de renta a partir de
su capital, probablemente haya alguna justificación para considerar este caso
especialmente de interés. Además, incluso cuando un capitalista busque otra
forma de su flujo de renta, el problema sigue siendo el mismo y podrá consi-
derarse el caso de un flujo constante de renta como un estándar con el que se
pueda comparar los otros casos.

mantener la composición o el valor monetario del stock


de capital constante no asegurará un flujo de renta constante

¿Se conseguirá siempre este objetivo si el fin inmediato seguido en sucesivos


momentos es mantener el valor en dinero del stock de capital constante? La
respuesta es no. Totalmente aparte de la posibilidad de cambios generales en

8. [Dennis H. Robertson (1890-1963), que enseñó en la Universidad de Cambridge (1914-38,


1944-57) y la Universidad de Londres (1939-44), fue un prominente teórico monetario y del ciclo
económico. En su Banking Policy and the Price Level: an Essay in the Theory of the Trade Cycle
(Londres: P.S. King & Sohn, 1926), el término «splashing» [despilfarro] es un sinónimo de «splurging»
o «consumo por encima del nivel sostenible». «Stinting» [escatimar] es lo opuesto.- Ed.].

348
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

los precios, debido a causas monetarias que no nos interesan aquí, es obvio
que, bajo condiciones cambiantes, el valor en dinero del stock de recursos no
permanentes que se requiere en momentos sucesivos para asegurar un flujo
constante de renta real no tiene por qué ser constante, ni siquiera si se han
previsto todos los cambios. Si se supiese de antemano que a partir de una
cierta fecha un stock compuesto de los mismos bienes de capital produciría
un rendimiento menor que antes, una política que fuese meramente dirigida
a mantener un stock de bienes del mismo tipo no conseguiría dar lugar a una
renta constante. El consumo de la mayor renta durante el periodo anterior
iría a costa de una reducción posterior a una cifra inferior. Una política diri-
gida a obtener un flujo constante de renta tendría que usar partes del mayor
«rendimiento» durante el periodo anterior para formar un stock mayor de
recursos no permanentes tal que el rendimiento obtenido después del cambio
fuese igual a la renta consumida en la realidad antes del cambio, y lo mismo es
cierto mutatis mutandis en el caso de un aumento esperado del rendimiento
de un stock dado de bienes de capital. Se verá que una serie de cambios en
cualquier dirección, si se la previese correctamente desde el principio, hará
necesario, si se quiere que la renta obtenida permanezca constante, que el
stock de recursos no permanentes aumente a veces y disminuya a veces, in-
dependientemente de en qué términos midamos el stock.9 Y ninguna clase de

9. [«Independientemente de en qué términos midamos ese stock» puede parecer demasiado fuerte.
La afirmación de Hayek —que el stock de capital medido de una empresa tiene que variar para asegurarle
una renta constante a la vista de los rendimientos variables de su equipo concreto— es obviamente
cierta si medimos el stock en términos físicos (unidades de capacidad física) o en términos monetarios
a costes históricos. Pero si añadimos al supuesto de Hayek de previsión correcta los supuestos de un
tipo de descuento invariable y rendimientos constantes de la inversión, entonces mantener constante
la renta neta obtenida implica que el stock de la empresa de recursos no permanentes permanezca
necesariamente constante donde midamos ese stock en términos de su valor de mercado corriente en
su uso presente (en un equilibrio con previsión correcta, el valor de mercado corriente de una parte
del equipo de capital iguala al valor presente de su flujo de renta futuro neto de las amortizaciones).
En un ejemplo numérico, consideremos un empresario capitalista o empresa que posea una má-
quina que rinde corrientemente una renta anual (neta de amortización) por un valor de 100$ (todas
las cantidades en dólares son dólares reales). La renta de hoy ya está gastada, el siguiente rendimiento
de 100$ debe tener lugar en t1, dentro de un año. Llega hoy la noticia de que en t3 (dentro de tres años)
la renta de la máquina será solo X$, siendo X<100 y seguirá siendo X$ para todas las fechas futuras.
Si el empresario no ahorra y no adquiere una capacidad adicional, el consumo y la renta anual serán
100$ durante los siguientes dos años y solo X$ a partir de entonces. Como dice el texto de Hayek,

349
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

política monetaria concebible podría hacer que los precios se comportasen de


forma que una política que fuese dirigida meramente a mantener constante

«el consumo de la mayor renta durante el periodo anterior sería a costa de una reducción posterior a
una cifra más baja». Si el empresario prefiere tener un flujo de consumo constante más alto, reduce
el consumo de t1 y t2 y reinvierte la renta no consumida en una capacidad de maquinaria adicional.
Suponiendo que la capacidad adicional muestra rendimientos constantes, el precio de una unidad
de maquinaria es siempre igual al valor descontado presente de su renta neta en su uso corriente
(porque la máquina no tiene ningún uso alternativo relevante), y la tasa de descuento es siempre el
10% anual. Consumiendo solo (digamos) 50$ de los 100$ de la renta recibida en t1 y ahorrando e
invirtiendo el resto, puede añadirse 50/P1 unidades adicionales de capacidad, siendo P1 el precio de una
máquina en t1. La renta será ligeramente más alta en t1, porque la capacidad ha crecido, permitiendo
un ahorro e inversión ligeramente mayores después de consumir 50$ en t2. Si X$=39,5$, P1=100$/
(1,1)+395$/(1,1)=450$. (El primer término es el valor presente de los 100$ que corresponden en t2.
El numerador del segundo término es el valor presente en t2 de la renta neta perpetua de la máquina
de 39,5$ por año en t3 y con posterioridad, descontado al 10%). A un precio de 450$ de la máquina
por unidad de capacidad, 50$ de ahorro e inversión permiten añadir 0,1111 unidades de capacidad.
Entonces en t2 la renta es 111,11$, que permite un ahorro de 61,11$ y que sea P2=395$, permitiendo
los 61,11$ comprar otros 0,1547 de capacidad. La capacidad aumenta a 1,2658, mientras que la renta
neta por unidad de capacidad cae, como estaba previsto, a 39,5$. La renta neta en t3 y más adelante
es de 1,2658 (39,5$)=50$, que puede ser consumida en su totalidad. De esta forma se ha conseguido
mantener constante el consumo en 50$ antes y después de t2. (Se ha escogido el valor de X en este
ejemplo de forma que 50$ resultasen ser la cantidad correcta a ahorrar para reducir el consumo.
¿Qué implica esta política para el stock de maquinaria entre hoy y t3? Claramente no es constante en
términos físicos; crece en 0,2658 unidades. Sin embargo, el valor de mercado del stock de maquinaria
permanece constante. En t0, P0=100$/(1,1)+100$/(1,1)2+395$/(1,1)2=500$. En t1, P1(1,1111)=(450$)
(1,111)=500$. En t2, P2(1,2658)=(395$)(1,2658)=500$. En cada fecha, el stock de la capacidad de
maquinaria tiene que valer 500$, porque en cada fecha el stock es exactamente suficiente (dada una
reinversión planeada) para rendir un flujo perpetuo consumible de 50$ por año descontados al 10%.
Sin embargo, el ejemplo supone que el empresario puede continuar comprando tantas nuevas
máquinas como quiera a sucesivamente menores precios. En general, la cantidad de nuevas máquinas
suministradas caerá con los menores precios, de manera que no todas las empresas podrán comprar más
que su cantidad previa del estado estacionario (justamente lo suficiente para compensar la depreciación).
La cantidad de nuevas máquinas suministradas puede incluso reducirse a cero si el precio de venta cae
tan bajo que deje de cubrir los costes de oportunidad de los inputs versátiles utilizados para fabricar
máquinas. En el equilibrio a largo plazo de previsiones correctas, todos los inputs (trabajo, capital,
tierra) son versátiles como si en el sentido de que ninguno será empleado allí donde su especificidad
para una tarea determinada los atrape en conseguir un rendimiento inferior a lo largo de su vida.
En cualquier caso, no necesitan matizaciones las afirmaciones de Hayek de los dos siguientes
párrafos, incluso si el valor de mercado se encuentra entre «las dimensiones directamente mensu-
rables» del stock de capital de una empresa. «Medir» el capital por el valor presente de su flujo de
renta neta previsto no es una «concepción materialista del capital como sustancia mensurable».- Ed.].

350
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

el valor monetario del stock de capital asegurase simultáneamente una renta


real constante a partir de ese stock.10

los cambios en la dimensión mensurable del stock de capital mismo


no juegan ningún papel esencial en el cálculo económico completo

El punto principal, como se verá más claro cuando pasemos a considerar en


detalle las reacciones de los capitalistas a los cambios imprevistos, es que tan
pronto como volvamos a la lógica de mantener el capital intacto, la cantidad
de capital desaparece de la escena como una magnitud directamente relevante.
Su sitio lo ocupa una consideración directa de la magnitud de los flujos de
renta que puede esperarse en las diferentes fechas. Lo que es relevante es
si una persona mantiene un stock de recursos no permanentes que le ase-
guren un flujo de renta creciente, constante o decreciente, y no si aumenta,
permanece constante o disminuye este stock mismo en cualquiera de sus
dimensiones directamente mensurables; y —como se discutirá más adelante
con algún detalle— son estos cambios de renta en diferentes fechas, y no
cambios en algún tamaño físico absoluto del stock de capital, lo que hay que
hacer la base de la distinción común entre consumo corriente y ahorro, por
una parte, y entre producción corriente e inversión, por otra, si es que estas
distinciones deben tener un sentido definido y útil.

obsolescencia

Hay también un segundo punto con respecto al que la concepción mate-


rialista del capital como una sustancia mensurable lleva a puntos de vista
erróneos. Hace referencia a la distinción entre la depreciación en el sentido
más estrecho, o erosión física por el desgaste, y la «mera» obsolescencia o
las pérdidas de valor que tienen lugar sin un cambio correspondiente en la

10. [La anterior nota muestra que con un tipo de interés real constante y un nivel de precios
constante (y, por tanto, un tipo de interés nominal constante) un empresario que mantenga constante
el valor monetario de su stock de capital asegura simultáneamente una renta real constante proce-
dente de ese stock; pero ninguna política monetaria puede asegurar un tipo de interés real constante
ni un tipo nominal constante junto con un nivel de precios constante, a la vista de los cambios en el
tipo real de equilibrio.- Ed.].

351
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

sustancia física. A la luz de todo nuestro enfoque, será obvio que cualquier
sugerencia de que aquel es en cualquier sentido más fundamental que este,
carece de base, y podemos tratar de este punto con más brevedad. Solo tene-
mos que acordarnos de que es tan probable que los empresarios prevean que
un bien de capital se hará inútil mucho antes de que se desgaste o deteriore
físicamente, como que sepan que su vida útil solo terminará por su colapso
físico.11Vemos, entonces, inmediatamente, que tanto en un caso como en el
otro, si hay que mantener un flujo de renta constante, solo podrá conside-
rarse renta neta la parte de los servicios esperados que sea compatible con la
reproducción de nuevos recursos no permanentes que garanticen una renta
igual en el futuro. Esto quiere decir, en particular, que la inversión en bienes
de capital susceptibles de obsolescencia tiene que restringirse de forma que
los precios de sus servicios, o su rendimiento bruto, incluyan una cuota de
amortización suficiente para reemplazarlos finalmente por nuevos bienes
de capital que rindan una renta futura igual en valor al rendimiento neto
de los antiguos que se está consumiendo.12 Pero hay que tener en cuenta

11. No puede haber ninguna duda de que en la vida real se realiza muchas inversiones con la
completa consciencia del hecho de que el periodo durante el que sea útil el instrumento en cuestión
será mucho más corto que su posible duración física. En el caso de la mayor parte de las estructuras
duraderas como la vía permanente de un ferrocarril, hay que considerar la «vida económica prospectiva»
mucho más corta que la posible «vida física». En muchos casos, ello reside en la naturaleza misma del
producto que tiene que hacerse casi infinitamente duradero, aunque se lo necesite para un propósito muy
transitorio. Es imposible ajustar la durabilidad de una máquina al corto periodo por el que se la pueda
necesitar, y en muchos otros casos la solidez necesaria de una estructura mientras se la usa, necesita
que se la haga de forma que dure mucho más tiempo que el periodo durante el que se la necesitará.
12. La importancia de tal decisión por parte del capitalista se hace particularmente clara si con-
sideramos el siguiente caso. Supongamos que el capitalista tiene que elegir entre dos inversiones de
igual coste, ambas representadas por instrumentos de la misma durabilidad física, pero se espera que
una permanezca útil mientras dure físicamente, y la otra sirve solo a un propósito muy transitorio.
¿Bajo qué condiciones considerará a ambas inversiones como igualmente atractivas? La primera
respuesta es, evidentemente, si le prometen la misma renta permanente. Pero, ¿bajo qué condiciones
le prometen la misma renta permanente? Supongamos que los ingresos brutos de las inversiones
mientras dan un rendimiento son iguales en ambos casos y son exactamente suficientes para darle
la misma renta más un margen para la depreciación, proporcional al deterioro físico. Entonces, el
efecto será claramente que en el caso en el que el instrumento deje de ser útil mucho antes de que se
desgaste físicamente, solo se habrá recuperado una fracción de la suma originalmente invertida, lo
que claramente dará solo una renta mucho más baja en el futuro. Decidir a favor de esta alternativa

352
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

que el concepto de amortización mismo sugiere la idea engañosa de que hay


que recuperar y reinvertir una cierta cantidad de capital. Evidentemente, el
punto esencial no es que el nuevo bien de capital (por el que se reemplaza
el que se ha hecho obsoleto) deba ser de la misma magnitud, sino solo que
deba prometer proporcionar la misma renta.

diferencias según se considere relevante


solo la renta del capital o toda la renta

Hay, además, otra cuestión de considerable importancia que tenemos que


considerar explícitamente. ¿Qué renta es la que se supone que considerará
el capitalista cuando decida acerca del uso de sus recursos no permanentes?
¿Es únicamente la renta que obtiene del capital o es toda su renta, obtenida
de todos sus recursos, permanentes y no permanentes?
La respuesta a esta cuestión asume una particular importancia cuando
pasamos a aplicar estas consideraciones al caso que regirá en una sociedad
competitiva, en el que los recursos no permanentes y permanentes con los
que cooperan pertenecen a diferentes grupos de gente. En cada sociedad,
obviamente, hay solo una fracción de gente que deliberadamente regula —o
están deliberadamente en situación de regular— la forma de sus futuros
flujos de renta, y al hacerlo se convierten en capitalistas; pero, como hemos
visto, cualquier decisión acerca del capital no afectará meramente a la renta
del capital, sino que también lo hará a la renta de los recursos permanentes
y, por ello, en una sociedad competitiva, a la renta de los que no sean los
capitalistas que toman la decisión.
En lo que concierne al capitalista aislado, no puede caber ninguna duda de
que la consideración dominante que influye sobre su decisión será la renta

significaría tratar a un flujo de renta que comienza con una magnitud dada, pero luego decrece, como
igual a un flujo de renta que se mantiene permanentemente en la magnitud inicial de aquélla. Para que
la inversión en el instrumento de utilidad únicamente transitoria pueda parecer igualmente atractiva
a la del instrumento de utilidad más duradera, será necesario para aquélla que produzca, mientras
permanece es uso, unos rendimientos brutos lo suficientemente grandes como para permitir el reem-
plazo total de su poder adicional de generar renta. En otras palabras, para que se considere a las dos
inversiones igualmente atractivas, el rendimiento esperado tiene que ser suficiente para cubrir, además
de la misma renta, no solo la depreciación en el sentido más estrecho, sino también la obsolescencia.

353
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a obtener de todos sus recursos; pero, ¿debemos considerar que conserva


su capital intacto si mantiene su renta total constante, o si mantiene solo
constante la renta de su capital? La dificultad surge del hecho de que, en
vista de la vida limitada de cualquier individuo, todos sus recursos son, en
cierto sentido, no permanentes desde su punto de vista y cualquier distinción
rígida entre recursos permanentes y no permanentes se hace imposible. Si
aplicásemos nuestra definición de capital estrictamente e incluyésemos todos
los recursos no permanentes, incluido el trabajo humano, evidentemente
desaparecería la dificultad, pero el hecho de que la oferta total de trabajo no
se obtenga solo a partir de motivos económicos, hace desaconsejable esta
práctica. Desde el punto de vista de la sociedad, sigue siendo importante la
distinción entre los recursos no permanentes y los recursos que, o bien son
realmente permanentes o que, como el trabajo humano, se los sustituye
independientemente de su capacidad productiva.13 Por ello, es conveniente
a este respecto seguir la costumbre tradicional y ver al capitalista qua capi-
talista, como si solo extrajese renta del capital, de forma que en su caso, al
apuntar a un flujo constante de renta del capital y a un flujo constante total
de renta, se hiciesen una y la misma cosa. Entonces, cualquier consideración
del destino probable de cualquier renta que pueda extraer el capitalista del
mundo real de fuentes distintas de su capital, y que influyan en sus deci-
siones en relación con este capital, a efectos teóricos y de acuerdo con el uso
tradicional, tendrán que clasificarse entre los motivos que le lleven a ahorrar
o desahorrar, es decir, a buscar un flujo de renta creciente o decreciente de
su capital.14

13. [Los recursos «realmente permanentes» incluyen los aspectos de la tierra no sujetos a la ero-
sión física o agotamiento. Obsérvese que de acuerdo con el concepto de Hayek del capital, «el capital
humano» no consistiría en todas las habilidades productivas adquiridas deliberadamente por medio de
la capacitación (lo que corresponde, en su lugar, al concepto de capital de «medios producidos»), sino
solo en las habilidades no permanentes adquiridas por su productividad, que requieren una continua
puesta al día o sustitución. Las habilidades adquiridas independientemente de su productividad serían
«trabajo humano». Las habilidades realmente permanentes serían «tierra humana».- Ed.].
14. El hecho interesante acerca de tal política por parte de los capitalistas es que tiende a acentuar
las fluctuaciones de la renta de otros recursos. Al menos esto es así en lo que se considera habitual-
mente el caso «normal», en el que los capitalistas mantienen la cantidad de capital, en algún sentido,
constante. Si tomamos, por ejemplo, el caso en el que un cambio previsto tiende a incrementar la renta

354
EL AJUSTE DE LA ESTRUCTURA DEL CAPITAL ANTE CAMBIOS PREVISTOS

Con esto se debe concluir esta discusión de la actitud del capitalista ante
cambios completamente previstos, que admitimos es incompleta y a grandes
rasgos; pero este supuesto de previsión completa es en cualquier caso tan
irreal, que la única justificación de su consideración detallada es que ilustra
ciertos principios generales. La cuestión más importante es la reacción de los
capitalistas ante cambios imprevistos, que se considerará en los siguientes
capítulos.

de los recursos permanentes a costa de la renta del capital, los intentos de los capitalistas de hacer
frente a una disminución de su renta acumulando un mayor stock de capital, aumentarán aun más
la productividad marginal de los recursos permanentes; y viceversa, si los capitalistas prevén que un
cambo inminente tenderá a aumentar su renta a costa de la de los recursos permanentes y, en conse-
cuencia, comienzan a desacumular capital, esto tendrá el efecto de reducir la productividad marginal
y, en consecuencia, la renta, de los recursos permanentes, incluso por debajo de la cifra a la que se la
habría mantenido si se hubiese mantenido constante el stock de capital en algún sentido cuantitativo.
[El resultado que describe aquí Hayek es razonable para el trabajo pero no para la tierra. Para la
tierra, no hay ninguna razón para adoptar como un supuesto de comportamiento la convención de que
un «capitalista qua capitalista» invierte solo en «recursos no permanentes». Si un cambio en los gustos
previstos promete aumentar la renta de la tierra a expensas de la renta procedente de los bienes de
capital, seguramente que un capitalista que ajustase la renta podría trasladar y trasladaría alguna parte
de su riqueza a la tierra. (En una sociedad sin esclavitud no hay ninguna forma directa de trasladar
riqueza hacia la propiedad del trabajo). La propuesta de Hayek de clasificar ese movimiento para pre-
servar la riqueza (aunque no preservar el capital) como «desahorro» parece contraria y no conforme
al «uso tradicional».- Ed.].

355
Capítulo XXIII
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS
Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

reacción de los capitalistas a cambios imprevistos

Al considerar las alteraciones que tendrán que hacer los capitalistas en su


política de amortización a la vista de un cambio en las circunstancias que no
habían previsto en el momento de realizar alguna particular inversión que se
vea afectada por este cambio, hay poca diferencia entre que supongamos que
el acontecimiento imprevisto suceda de forma totalmente inesperada o que
supongamos que su inminencia se haga conocida algún tiempo después de
que se haya realizado la inversión. En ambos casos, los capitalistas se enteran
de que, a partir de una fecha dada (presente o futura), los rendimientos de sus
inversiones serán menores o mayores de lo que esperaban cuando se habían
realizado las inversiones y que, en consecuencia, el plan de amortización y
reinversión que habían decidido originalmente no les asegurará un flujo de
renta constante en el futuro. Continuar consumiendo tanto como habían
planeado se ha hecho incompatible con el mantenimiento del consumo de
manera permanente al nivel actual.

factores a considerar

Será ahora probable que los rendimientos brutos durante el resto de la vida
del bien de capital en cuestión sean mayores o menores que lo que se había
previsto, ya sea porque estos rendimientos se produzcan ahora a una dife-
rente tasa, o porque continúen durante un periodo más corto o más largo de
lo que se esperaba antes. Además, puede haber que tomar en consideración
nuevos usos alternativos para el activo en cuestión. Hasta qué punto esto
sea así, dependerá del grado de especificidad o versatilidad del activo. Para
algunos activos, por ejemplo la mayor parte de los stocks de materas primas,
los usos alternativos serán muy numerosos y la utilidad del bien en otros

357
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

usos no será mucho menor que la que se había contemplado originalmente.


Otro activos, tales como maquinaria especializada, pueden ser altamente
específicos, es decir, puede no haber en absoluto otros usos o solo otros que
proporcionen un rendimiento mucho menor.

la utilidad en empleos alternativos no está


necesariamente relacionada con su valor original

La disponibilidad de usos alternativos a los que se ha dedicado ahora el bien


es un factor de gran importancia, pero al considerarlo, tenemos que perci-
bir claramente desde el comienzo que no hay ninguna conexión necesaria
entre su posible utilidad para otros propósitos y la función a la que estaba
originalmente destinado a servir. Esta posibilidad de usarlo para otro pro-
pósito es, por decirlo así, un accidente y no una consecuencia necesaria de, o
idéntica a, su función original. Lo que podamos transferir a otros propósitos
no es, en particular, el mismo «poder de espera» que representaba cuando
se lo consideraba útil para el propósito original, sino otra y probablemente
diferente contribución que pueda aportar en la nueva situación.

«beneficios (y pérdidas) inesperados»


obtenidos de activos específicos

Para clarificar algunos de los principales puntos, será útil considerar primero
el caso en el que los bienes de capital son completamente específicos y para los
que, por tanto, no hay que considerar ningún uso alternativo.1 Supongamos
que el capitalista cuya propiedad se ve afectada por el cambio inesperado
apunta a mantener su flujo de renta constante en todas las circunstancias,
de forma que, suceda lo que le suceda, lo único que quiere es mantener su
flujo de renta a un nivel constante de forma permanente, lo que parece que

1. Como regla general, incluso en el caso del más específico tipo de planta o maquinaria, habrá
que considerar, obviamente, su valor como chatarra como un rendimiento alternativo. Sin embargo,
podemos pasar esto por alto mientras ignoremos los casos en los que el valor del bien de capital en
cuestión no se haya reducido, en su uso presente, por debajo de su valor como chatarra, o si suponemos
que el valor como chatarra del material no es más alto que el coste de convertirlo en chatarra (como
sucede a menudo con las casas).

358
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

puede obtener sobre la base de su conocimiento presente. En ese caso, tendrá


que tratar los rendimientos brutos restantes del activo como una anualidad
extinguible, de la que no pueda consumir más de lo que le permita consti-
tuir una reserva, de la que, cuando el activo haya cesado de proporcionar un
rendimiento, pueda sacar una renta igual a la que obtenía previamente de
ese activo. Que este cambio imprevisto particular le sea favorable o desfa-
vorable, significará que tan pronto como se entere de que ha sucedido o que
sea inminente, tendrá que cambiar su tasa de consumo al nivel al que pueda
ahora mantenerla permanentemente. Si, por ejemplo, sus ingresos aumen-
tan a consecuencia del cambio en 210£ y la tasa de rendimiento que puede
obtener de la reinversión es del 5 por ciento, tiene que consumir solo 10£ y
tiene que reinvertir las 200£ restantes, que, al 5 por ciento le proporcionarán
el mismo rendimiento en cada año futuro. Por tanto, tales beneficios ines-
perados no son renta, en el sentido de que su consumo sea compatible con
«mantener el capital intacto».2 Ni tampoco hace falta reducir el consumo en
la cantidad de las correspondientes pérdidas inesperadas. En ambos casos,
solo debe contarse como renta el interés corriente sobre las ganancias de
capital (positivas o negativas).3

2. [El concepto de referencia de Hayek de un hipotético emprendedor que mantenga su «tasa de


consumo en el nivel al que pueda mantenerlo ahora permanentemente» y que, por tanto, ahorre e
invierta todo excepto el interés de un beneficio inesperado, tiene una similitud obvia con la «hipótesis
de la renta permanente» de Milton Friedman, de acuerdo con la cual, la economía doméstica repre-
sentativa decide su nivel de consumo basándose en su renta «permanente» prevista o sostenible y,
en consecuencia, ahorra su renta transitoria. (De acuerdo con Birner, «Money, Utility, Intertemporal
General Equilibrium, and Cyclical Fluctuations», Hayek había anunciado la idea de una renta per-
manente tan pronto como en su artículo de 1928 «Intertemporal Price Equilibrium and Movements
in the Value of Money»). La similitud se debe probablemente a la influencia común del enfoque de
Irving Fisher. Una vez que se enmarca la decisión consumo-ahorro en los términos fisherianos de
las curvas de indiferencia entre el consumo presente y futuro, ajustar el consumo a lo largo de los
periodos se sigue del supuesto estándar de las tasas marginales de sustitución decrecientes. Como
se señala en la introducción del presente volumen, Friedman no apreciaba gran cosa los enfoques
claramente austriacos de los ciclos de la economía o el capital. Friedman desarrolló la hipótesis de
la renta permanente en A Theory of the Consumption Function (Princeton: Princeton University
Press, 1957), obra que el Comité de Economía del Premio Nobel situó en primer lugar entre sus
logros científicos.- Ed.].
3. En el caso de las «pérdidas inesperadas», evidentemente, sería a menudo posible recuperar
gradualmente el valor del capital invertido originalmente. Para hacerlo, el propietario del capital tendría

359
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

efectos sobre la preferencia temporal

Después de tal cambio, el capitalista que estaba previamente en un estado de


equilibrio individual, en el que meramente quería que su renta continuase
siendo constante, puede muy bien cambiar de actitud. Habrán cambiado los
dos datos más importantes para su decisión. No solo su renta será diferente
de lo que era antes, sino que también serán diferentes los rendimientos a
esperar del nuevo ahorro de lo que lo eran antes. Con toda probabilidad, si
ha aumentado la renta procedente de su antigua inversión, el rendimiento
esperado de la nueva inversión será ahora también mayor. Y ello, como regla
general, le animará a buscar un ulterior aumento de su renta: es decir, le
hará ahorrar. Por otra parte, una disminución del rendimiento de la antigua
inversión, irá también frecuentemente acompañada por un aumento de los
rendimientos que se espere de las nuevas inversiones, y por ello también
llevará a menudo a un nuevo ahorro; pero el efecto inverso, a saber, una
reducción de la renta de la antigua inversión, unida a una disminución de
los rendimientos esperados de las nuevas inversiones, que lleve a los capi-
talistas a apuntar a un flujo de renta decreciente (es decir, a desahorrar), no
es en absoluto imposible.4

que decidir, después de que haya tenido lugar el cambio desfavorable, hacer la misma previsión para
la depreciación que antes y reducir el consumo corriente por el importe total de la pérdida; pero esto
sería difícil de describir como «mantener el capital intacto», sino que significaría que el propietario
tendría que reducir el consumo durante un periodo por debajo del nivel al que se lo podría mantener
permanentemente, con el fin de aumentarlo más tarde por encima de dicho nivel. Parece que sería
más apropiado considerarlo como nuevo ahorro; ahorro, es cierto, para cubrir una pérdida, pero una
pérdida que ya ha tenido lugar. Esta pérdida se produjo irrevocablemente cuando se hizo la inversión,
ignorando el inminente cambio.
4. [Hayek supone en los tres casos que el efecto de sustitución (la tasa marginal de transformación
entre el presente y el futuro, o la tasa esperada de rendimiento de la nueva inversión) anula cualquier
efecto de la renta corriente sobre el ahorro. Presumiblemente, en el cuarto caso posible —un aumento
en el rendimiento de la antigua inversión unido a una disminución en el rendimiento esperado sobre
la nueva inversión— Hayek también esperaría un desahorro. Hayek matiza sus predicciones («por lo
general», «llevará a menudo a») porque una mayor tasa de rendimiento tiene un efecto teóricamente
ambiguo sobre la cantidad ahorrada. Con un mayor rendimiento real previsto, se tendrá que ahorrar
menos hoy para alcanzar cualquier meta fijada de gasto futuro (por ejemplo, para pagar la educación
universitaria futura de un niño).- Ed.].

360
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

efectos de los inventos a discutir como caso especial

La naturaleza e importancia de las reacciones del empresario capitalista a los


cambios inesperados se harán más claras si consideramos con algo más de
detalle los efectos de un tipo particular de cambio. A muchos respectos, los
efectos debidos a los cambios en el conocimiento tecnológico o los inventos
son los más interesantes, por lo que pueden servir aquí como un ejemplo
concreto de la clase general de fenómenos que consideramos. La aplicación del
argumento a los demás tipos de cambios principales que son aquí relevantes,
es decir, desplazamientos de la demanda entre diferentes tipos de bienes de
consumo o cambios en la oferta de factores, no presentará ninguna dificultad.

dos casos a considerar

En el caso de los inventos, habrá que considerar dos clases de efectos: por
una parte, la posibilidad de una pérdida del capital invertido en la planta, al
que el invento ha convertido en obsoleto, y por otra, la posibilidad de una
ganancia en la planta y el stock que, al menos durante un periodo de tran-
sición, puede dar lugar a rendimientos más altos de lo esperado. Aunque
haya alguna razón para suponer que es mucho más probable que cualquier
cambio inesperado lleve a considerables pérdidas de capital que a ganancias
de capital, no es imposible que en casos particulares las ganancias puedan
superar a las pérdidas.

(a) ganancias de capital

Puede tratarse más brevemente el caso de las ganancias de capital, por lo que
lo abordaremos en primer lugar. Las ganancias de capital derivadas de un
invento tendrán lugar, principalmente, durante los periodos de transición
que transcurran hasta que sea posible aumentar la oferta de instrumentos
determinados que son ahora necesarios en el nuevo proceso inventado.5 Si,
por ejemplo, puede producirse la nueva maquinaria necesaria solamente en

5. Estamos aquí pasando por alto los aumentos en los valores del capital de los recursos naturales
que se deprecian.

361
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

una determinada planta, que anteriormente se esperaba usar solo un poco o


de forma discontinua, y lleva mucho tiempo construir una planta adicional de
la misma clase, el propietario de la planta existente podrá claramente obtener
beneficios considerables e inesperados durante el intervalo.6 Como estos bene-
ficios serán de carácter temporal, no debe considerarlos como renta ordinaria.
Debe reinvertir la parte de los mismos que le aseguren una renta adicional en
el futuro igual a los que consume durante el periodo de transición.

(b) pérdidas de capital:


un ejemplo de los inventos que «ahorran capital»

Las pérdidas debidas al progreso técnico requieren una consideración algo


más cuidadosa, ya que están estrechamente relacionadas con las cuestiones
que han sido objeto de una amplia discusión y de una considerable confusión.
De nuevo, es provechoso comenzar suponiendo que el antiguo equipo que, a
consecuencia de un invento, ya no se podrá reproducir, es de un carácter alta-
mente específico. Como se ha usado a menudo el ejemplo del desplazamiento
de los cables de larga distancia por la telegrafía sin hilos como un caso de lo
que se consideraba un invento que «ahorra capital»,7 podemos tomar nota
de ello como un caso concreto sin preocuparnos demasiado por los detalles
técnicos. Nos tomaremos la libertad de formular diferentes supuestos hi-
potéticos acerca de la medida en la que supongamos que la introducción de
la telegrafía sin hilos haya reducido el coste de transmitir telegramas y de la
parte relativa que suponen los costes primarios y suplementarios en ambas
clases de telegrafía.

6. [Por ejemplo, el rápido crecimiento de la popularidad de la compra online trajo temporalmente


rendimientos supra normales a Navistar International, un importante productor de los camiones de
carga media que utilizan United Parcel Service y otras empresas para entregar bienes comprados
online.- Ed.].
7. Cf. A.C. Pigou, The Economics of Welfare (4.ª ed., 1932), p. 675. Los términos inventos «aho-
rradores de trabajo» y «ahorradores de capital» se usan aquí en el antiguo y más popular sentido en
el que los usa el Profesor Pigou, que define un invento ahorrador de capital (ibid. p. 674), como «uno
que reduce el ratio de capital a trabajo en la industria en la que se aplica». El Profesor Hicks (The
Theory of Wages, 1932, pp. 121 y ss.) ha refinado este concepto original, pero, como veremos, no ha
escapado por completo a las consecuencias del uso del concepto «fondo» de capital.

362
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

efectos sobre los propietarios del antiguo equipo

Consideremos en primer lugar la posición de los propietarios del antiguo


tipo de equipo, es decir, en nuestro caso, de los cables. Evidentemente su po-
sición se verá solo afectada si el nuevo método hace posible proporcionar los
mismos servicios a un coste más bajo, pero el hecho de que se haya hecho
posible suministrar estos servicios a un coste total más bajo no significa ne-
cesariamente que haya dejado de ser rentable usar el equipo ya existente. Si
suponemos que el valor como chatarra del equipo existente es prácticamente
cero, (porque, por ejemplo, puede costar más levantar un cable submarino
que lo que puede obtenerse por el material que contiene), en ese caso, su-
poniendo al menos que se cubre los meros costes de funcionamiento, será
claramente más rentable continuar con su funcionamiento que cancelarlo
por completo. La mayor demanda de servicios al menor coste al que se los
puede suministrar ahora hará rentable instalar tantas estaciones sin hilos,
además de los cables existentes, que el precio de un telegrama caerá con
relación al coste de transmisión por el nuevo servicio; pero al comienzo, en
cualquier caso y hasta que se desgasten y haya que reemplazarlos, seguirán
usándose los cables existentes.

condiciones generales bajo las que resultará


rentable la introducción de inventos

Aunque se trate de terreno conocido,8 es necesario dar una formulación más


exacta de las condiciones bajo las que será rentable hacer funcionar el equipo
del antiguo tipo y el del nuevo uno junto a otro, y las condiciones bajo las
que el nuevo tipo suplantará inmediatamente al otro. Las magnitudes rele-
vantes para ambos tipos de equipo son las siguientes: En primer lugar, está

8. Cf. A.C. Pigou, The Economics of Welfare (4.ª ed., 1932). p. 188; L.C. Robbins, An Essay on
the Nature and Significance of Economic Science (1932), pp. 50 y ss.; Hayek, «The Trend of Economic
Thinking», Economica (Mayo 1933) y 1936c. [El último artículo se expuso originalmente como una
conferencia de Hayek el 3 de abril de 1936 en el Österreichisches Institut für Konjunkturforschung. El
artículo fue traducido como «Technical Progress and Excess Capacity» en F.A. Hayek, Money, Capital
and Fluctuations: Early Essays, Ed Roy McCloughry (Londres: Roudledge and Kegan Paul, 1984), pp.
163-80. El artículo aparecerá en un volumen a publicar de The Collected Works of F.A. Hayek.- Ed.].

363
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

el interés y la amortización del capital que se requeriría ahora para crear el


equipo en cuestión; a eso lo llamaremos «coste de capital» y lo designaremos
por c1 para el equipo antiguo y por c2 para el nuevo. En segundo lugar, están
los costes de funcionamiento del antiguo y nuevo equipo que designaremos
por o1 y o2 respectivamente.9 Por lo tanto, la condición para que sea rentable
introducir el nuevo proceso inventado es que c2 + o2 < c1 + o1. Sin embargo,
mientras que c2 + o2 > o1, seguirá siendo rentable usar el antiguo equipo.10
El rendimiento de este antiguo equipo habrá caído por debajo de c1, la cifra
necesaria para hacer rentable su reemplazo, pero seguirá siendo una cifra
positiva, o sea, c2 + o2 – o1. Solo cuando el coste total del nuevo proceso se
haga tan bajo como el mero coste de funcionamiento del antiguo, es decir
cuando c2 + o2 = o1, el antiguo equipo dejará de ser rentable y perderá todo
su valor. Y si c2 + o2 < o1, será totalmente no rentable usar el antiguo equipo,
ya que su solo coste de funcionamiento será mayor que el precio que está
determinado por el coste total del nuevo proceso.

política de amortización de los propietarios del antiguo equipo

Los propietarios del antiguo equipo, al ver reducido su rendimiento bruto,


tendrán que decidir, en primer lugar, qué parte del rendimiento reinvertir
y qué parte consumir. Supongamos que actúan de acuerdo con una política
racional de mantener el capital intacto, es decir, que apuntan a cualquier flujo
de renta constante que puedan obtener en el futuro. Entonces, en cuanto se
enteren de los efectos del nuevo invento, reducirán su consumo a un nivel
tal que reinvertir les asegure la misma renta neta perpetua. Evidentemente,
no reinvertirán en el antiguo tipo de equipo que ha dejado de ser rentable
reemplazar, sino, o bien en el tipo nuevo de equipo o en una clase totalmente

9. El «coste de capital» y el «coste de funcionamiento» como se los usa aquí, aunque estén
estrechamente relacionados con, no son necesariamente idénticos a, los conceptos de «coste suple-
mentario» y «coste de producción» como se los usa generalmente. La razón por la que preferimos los
términos usados en este texto es que, a estos propósitos, habrá que hacer la distinción entre las dos
clases de costes con respecto al uso de la parte particular del equipo en cuestión y puede ser diferente
de cualesquiera tales distinciones hechas desde el punto de vista de la empresa en su conjunto.
10. [Como señala Hayek al final del párrafo, él supone que la competencia de los operadores que
usen el nuevo proceso reduce el precio del output a c2 + o2.- Ed.].

364
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

diferente de negocio. Como, al desgastarse el antiguo tipo de equipo, habrá


oportunidades de más inversión en el nuevo y los propietarios del antiguo
tendrán, probablemente, más campo para usar su conocimiento aquí que
en cualquier otro lugar, es al menos probable que tratarán de invertir tanto
como puedan en esta forma; pero ¿cuánto tendrán que invertir? ¿Es posible
que lo que recuperen ahora gradualmente sea más que lo que pueda seguir
siendo rentable en el nuevo proceso, de forma que quede liberado capital para
otros propósitos? Si este exceso que ahora se desbordaría a otras líneas de la
industria fuese mayor que la cantidad que se había aportado inicialmente del
exterior a nuestra industria para comenzar los nuevos servicios adicionales,
nos encontraríamos con el caso que se ha tratado habitualmente como un
invento ahorrador de capital. ¿Es este caso posible? Y, por otra parte, ¿no
puede suceder también que se recupere tan poco capital que sea insuficiente
para reemplazar el antiguo equipo que se está desgastando por el nuevo
que rinda servicios equivalentes y que, en consecuencia, al desgastarse el
antiguo equipo, vayan siendo atraídas desde fuera cada vez mayores dosis
de nuevo capital?

importancia de las proporciones entre


los costes de funcionamiento y de capital

La respuesta depende, en general, no de las cantidades absolutas de las dos


clases de coste, sino de las proporciones en las que se las pueda gastar de la
forma más rentable para producir una unidad del servicio en cuestión. Pero
puede mostrarse que cuando hay una completa especificidad del antiguo
equipo, el primer caso, el del así llamado invento que ahorra capital, tendrá
lugar solo bajo condiciones muy especiales y bastante improbables. En tales
casos, cuando para el nuevo proceso se requiere menos capital del que se
requería para el antiguo, es claramente más probable que seguirá habiendo
necesidad de capital adicional de fuentes externas que el que sea posible para
crear todo el nuevo equipo a partir de las cuotas de amortización del antiguo.
La razón de ello es, evidentemente, que muy a menudo se destruirá por la
obsolescencia tanto o más del valor del antiguo capital del que se «ahorra»
por la inversión, La cantidad adicional de capital encarnado en la ahora an-
ticuada maquinaria se perderá al mismo tiempo en que se hace «superfluo».

365
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Sin embargo, todavía hay que mostrar que esto se aplica a cada uno de los
diversos casos concebibles.

caso 1: los costes de funcionamiento del nuevo proceso


son mayores que en el antiguo proceso

Comencemos con el caso más favorable al «ahorro» de capital, es decir, al caso


en el que la cantidad absoluta de costes de funcionamiento, así como su parte
relativa en el coste total de una unidad de producto, es mayor en el caso del
nuevo proceso que en el caso del antiguo. Esto es perfectamente compatible
con que los costes totales del nuevo proceso sean menores que los del antiguo,
siendo el ahorro en el coste del capital mayor que el gasto extra en el coste
de funcionamiento. Pueden formularse, por tanto, las condiciones de nuestro
caso de esta forma:

c1 + o1 > c2 + o2 ,
o1 < o2
o1 o2
< ,
c1 + o1 c2 + o2

de ello se sigue que:


c1 – c2 > o2 – o1
c1 c2
y < .
c1 + o1 c2 + o2

Los rendimientos brutos del antiguo equipo se reducirán por la intro-


ducción del nuevo proceso a c2 + o2 - o1 < c1, pero esto puede seguir siendo
mayor que c2. Es decir, las cuotas de amortización recuperadas del antiguo
equipo pueden ser mayores que lo que se requiere para reemplazarlo por
un elemento del nuevo equipo que (con un mayor gasto en el coste de fun-
cionamiento) proporcione los mismos servicios por el mismo periodo.11 En

11. En este caso, en el que el mero coste de funcionamiento del nuevo proceso es mayor que el
del antiguo, es obviamente imposible que el coste total del nuevo proceso sea menor que el coste de
funcionamiento del antiguo, y por ello, que el invento del nuevo proceso lleve al abandono instantáneo

366
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

este caso, en el que se conserve el valor del antiguo capital en una cuantía
mayor que la cuantía del nuevo capital requerido, además del nuevo equipo,
se requerirá una cantidad ulterior de input para producir los mismos servicios
finales. Cierto que el propietario del antiguo equipo dispondrá solo de un
total reducido de recursos, tal como la que ahora se requiera para producir
la misma cantidad de servicios finales; pero como ahora encontrará rentable
utilizar una mayor cantidad de input que antes, sustituirá el capital por dicho
input y podrá liberar capital para otros propósitos.

la «liberación» de capital para otros propósitos

Sin embargo, es esencial que quede totalmente clara la forma en la que pueda
liberarse el «capital» en este sentido de un uso y transferírselo a otro. Lo
que sucede en la realidad es que, al irse desgastando el antiguo equipo y ser
sustituido por un equipo que requiera la inversión de una cantidad menor
de input, pero unido a una mayor cantidad de input corriente, se acorta el
agregado de los periodos de inversión de este input. Si no se compensase
esto por el alargamiento del periodo de inversión de algún otro input, el
efecto sería que, durante algún periodo, la cantidad de output que estuviese
corrientemente madurando se debería a una mayor cantidad de input del que
se está aplicando corrientemente. De hecho, si una cantidad total de input
igual en valor a las cuotas de amortización devengadas corrientemente a
partir del antiguo equipo más el input (el coste de funcionamiento) utilizado
conjuntamente con él se usase corrientemente para que el nuevo proceso
proporcionase la oferta de los servicios finales, el efecto sería necesariamente
que la oferta de esos servicios aumentaría temporalmente más allá del nivel al
que se la pudiese mantener permanentemente, ya que, como en su conjunto
(o por término medio) este input maduraría antes de lo que lo hacía en el
pasado, el flujo de servicios finales obtenidos a partir de él, no se enlazaría,
sino que en parte se solaparía con los del antiguo equipo. Para compensar
el hecho de que el equipo antiguo se desgasta más lentamente que el nuevo,

del antiguo y la completa destrucción de su valor. La nueva clase de equipo, en este caso, se instalará solo
para satisfacer la demanda adicional, suscitada por el menor precio del producto, pero no reemplazará
al antiguo equipo hasta que este último se acabe de desgastar.

367
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

será necesario reinvertir en el nuevo equipo a una tasa más lenta, pero a
lo largo de un periodo más largo,12 lo que significa que por un tiempo, por
decirlo así, se podrá prestar recursos a otras industrias, que podrán empezar
la producción de productos que estarán terminados en una fecha concreta
anterior a los que de otra forma habría sido el caso.

caso 2: los costes de funcionamiento del nuevo


proceso son menores a nivel absoluto;
pero mayores en proporción al coste del capital.

Sin embargo, el caso en el que el recién inventado proceso haga rentable


gastar una cantidad absoluta mayor de costes de funcionamiento para pro-
ducir una cantidad dada de servicios, no es probablemente muy frecuente,
y ciertamente no es el único caso al que usualmente se considera ahorrador
de capital; pero es fácil mostrar que, tan pronto como la cantidad de coste de
funcionamiento requerida para producir una unidad de los servicios finales no
sea más (o incluso menos) que en el proceso antiguo, incluso si es mayor en
relación con el coste del capital con el que está combinado, no se «ahorrará»
ningún capital. Es decir, no habrá ningún capital disponible para producir
cantidades adicionales, tanto del mismo producto como de cualquier otro.
Pueden formularse brevemente las condiciones de estos casos que tene-
mos que considerar ahora, en la notación utilizada anteriormente, de la si-
guiente forma:
c1 + o1 > c2 + o2 ,
c1 > c2 ,
o1 ≥ o2 ,
o1 o2
≥ .
c1 + o1 c2 + o2

12. Estoy pasando ahora por alto el caso en el que, a consecuencia de una caída en el precio, la
demanda del producto aumenta totalmente en proporción o más (es decir, cuando la elasticidad de
la demanda del producto final es mayor que la unidad). En este caso, la reinversión puede continuar
a la misma tasa, o más deprisa que la amortización y el input adicional requerido tendrá que ser re-
tirado de otros usos.

368
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

En este caso, el rendimiento bruto del antiguo equipo, es decir, la diferen-


cia entre los precios de los servicios finales como vienen determinados por
el coste total del nuevo proceso y el coste de funcionamiento del antiguo
equipo, (c2 + o2 – o1), puede ser igual, como mucho, (si o1 = o2) al coste de
capital del nuevo equipo, y puede (si o1 > o2) ser menor que el coste de capital
de producir con el nuevo equipo. Esto significa que, cualquiera que sea el
valor original del equipo de capital que se requería para el proceso antiguo, se
recuperará no más, y quizá menos, de lo que se requiere para la construcción
de tal nuevo equipo que proporcione los mismos servicios. Si los costes de
funcionamiento del antiguo y el nuevo proceso son los mismos, no se liberará
ningún input de clase alguna, ni tampoco se requerirá ningún input adicional
para producir el mismo volumen de output que se producía previamente.
Para el output adicional que ahora será rentable producir al coste más bajo,
habrá que atraer de otro lugar capital, así como input corriente. Pero no se
puede realizar ninguna afirmación general acerca del efecto de ello sobre las
proporciones entre el capital y el trabajo en el resto del sistema, ya que ello
dependerá, no de la relación entre las proporciones en las que se requiere
ahora las dos clases de recursos en la industria concreta en cuestión y las
proporciones en las que se requería anteriormente, sino de la relación entre
las proporciones en las que se requiere ahora en esa industria y las existentes
en el resto del sistema económico general.

caso 3: los costes de funcionamiento son absoluta


y proporcionalmente menores en el nuevo proceso

Si el coste de funcionamiento, es decir, la cantidad requerida de input para


producir una cantidad dada de output final, es menor en el nuevo proceso que
en el antiguo, se recuperará menos capital del equipo antiguo del requerido
para producir el nuevo, y será necesario atraer nuevo capital desde fuera
de la industria; pero, por otra parte, se liberará alguna cantidad de input.
Por tanto, lo que sucederá es que en la industria en cuestión se sustituirá
«trabajo» (es decir, input puro) por capital y que, en consecuencia, en el
resto del sistema económico, el capital se hará relativamente más escaso
en relación con el input puro. Esto, como ahora quedará claro, será muy a
menudo el efecto de un invento, aunque el invento dé lugar a que se utilice

369
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

una cantidad mucho menor de capital en términos absolutos en la industria


directamente afectada.

efectos en los que los instrumentos duraderos


no son completamente específicos

Podría concluirse de lo anterior que hay que considerar los inventos que
son ahorradores de capital como un caso bastante excepcional, limitado a los
inventos que, si bien reducen la cantidad absoluta de capital requerida para
producir un output dado, en realidad aumentan (aunque, evidentemente, en
una menor medida) la cantidad de input requerida para cooperar con este
capital; pero debemos recordar que hasta ahora solo hemos considerado el
caso en el que el antiguo equipo, que se ha convertido en obsoleto debido
al invento, era de un tipo altamente específico, lo que significa que tenemos
todavía que considerar los casos en los que los recursos no permanentes
concretos, que pasaron a ser menos útiles en su uso original debido al in-
vento, pueden transferirse fácilmente a otros usos. Mientras que estemos
pensando principalmente en maquinaria, no es muy probable que tengan
lugar estos casos, aunque ello no sea en absoluto imposible. Si una industria
que ha utilizado en el pasado un gran número de electromotores pudiera,
debido a un invento, prescindir repentinamente de su mayor parte, estos,
probablemente podrían absorberse por otras industrias sin una gran pérdida
de valor,13 pero es mucho más importante a este respecto lo que se conoce
como capital de funcionamiento o circulante, tal como stocks de materiales,
combustibles, etc.
Si, por poner solo un ejemplo, la industria papelera, debido a algún in-
vento, ya no requiriese madera como materia prima, los stocks de árboles
en pie cultivados, esperando que se los necesitase como materia prima para
la fabricación de papel, no pasarían a ser pura y simplemente superfluos.
Por ejemplo, puede usarse la madera en la producción de seda artificial, lo
que evidentemente no significa que represente el mismo valor, es decir, que
produzca la misma renta. Incluso en un caso tan altamente favorable como

13. Que la movilidad de muchos bienes de capital individuales es considerablemente mayor de


lo que se supone habitualmente, lo muestra el interesante artículo de L.H. Seltzer, 1932.

370
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

el mencionado (es decir, en el que ya se haya usado un material idéntico


antes en otra industria extensiva), el aumento de la oferta con relación al
uso ahora más restringido dará lugar a una considerable reducción de valor.
Lo que se puede transferir a otros usos no es, evidentemente, la «cantidad
abstracta de valor» o el «control de los recursos» que representaba ese stock
antes de que tuviese lugar el invento, sino solo la utilidad que posee en estos
otros usos, lo que probablemente significará (a no ser que el input usado en
la reproducción de estas materias primas sea altamente específico) que no
será rentable reproducir toda la cantidad de estos recursos no permanentes
cuando se hayan terminado de utilizar. En dicho caso, la otra industria disfru-
tará de las ventajas de una oferta adicional barata de sus materias primas, si
bien solo temporalmente; pero incluso esto no prueba que no se conserve de
alguna forma el valor del capital que representaba temporalmente este stock
de materias primas para la industria, de los que ha pasado repentinamente
a disponer. La situación es aquí exactamente análoga al caso de los recursos
naturales depreciables, que, evidentemente, no podrán nunca reproducirse de
forma idéntica. Sin embargo, una política que apunte a mantener el flujo de
renta futuro a un nivel dado, tendrá que ver que se sustituye esos recursos
por algún medio de producción producido que proporcionará servicios que
son completamente equivalentes a los anteriores y, como ya se ha señalado
varias veces, la existencia de esos recursos depreciables siempre hace posible
permitir esta sustitución.

la probabilidad de los efectos de ahorro de capital de los inventos

Es difícil estimar la medida en la que es probable que los inventos que afec-
ten directamente a una determinada industria incrementen de esta forma
la oferta de capital disponible para el resto de la industria. Apenas puede
negarse que en algunos casos particulares pueda no ser insignificante; pero,
en su conjunto, parece que, incluso si añadimos los casos que estamos ahora
discutiendo a los casos más excepcionales discutidos antes, es claramente más
improbable que tengan lugar los inventos que ahorran capital de lo que se
supone por lo común. Puede añadirse aquí que lo que se ha dicho acerca de los
inventos como un ejemplo típico de cambios imprevistos en las condiciones
de producción, se aplica igualmente bien a los cambios imprevistos en la

371
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

oferta de input puro o a cambios imprevistos en los gustos. Podría tratarse


a ambos casos a lo largo de exactamente las mismas líneas y clasificarlos
de acuerdo con sus tendencias al ahorro de capital o al ahorro de trabajo.

efecto de los inventos sobre los sueldos

Si a partir de la discusión precedente llegamos a la conclusión de que es im-


probable que los inventos ahorradores de capital sean por motivos a priori
algo más que comparativamente raras excepciones, ¿también tenemos que
extraer las mismas conclusiones pesimistas que han extraído otros en relación
con el efecto probable del progreso técnico sobe la renta del trabajo? Parece
que también aquí el concepto de capital como un fondo de magnitud fija
haya llevado a conclusiones erróneas. Se ha argüido que si, en su conjunto,
es probable que los inventos hagan el capital relativamente más escaso en
comparación con el trabajo y que, por tanto, incrementen la remuneración
de una unidad de capital con respecto a la de una unidad de trabajo, la parte
absoluta y relativa en la renta nacional de los capitalistas como clase, por
regla general, se verá incrementada por un invento, mientras que la parte
relativa, y a veces incluso absoluta, del trabajo se verá disminuida. Pero
este argumento parece suponer inconscientemente que, en el curso de estos
cambios, el valor agregado del capital siempre permanece el mismo y que,
en consecuencia, un porcentaje más alto del rendimiento del capital tiene
también que significar un aumento de la renta agregada del capital.
Podemos aquí dar por supuesto, sin prueba explícita,14 que solo será ren-
table introducir un invento si por ello se aumenta el output agregado. Pero,
si al mismo tiempo permaneciesen las mismas la oferta de capital y la oferta
de trabajo, pero la remuneración de una unidad de capital aumentase con
respecto a la de una unidad de trabajo, resultaría que, en cualquier caso, los
capitalistas como clase extraerían un mayor producto y que lo que quedase
para el trabajo sería una parte relativa menor y, quizá incluso, una cantidad
absoluta menor.

14. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, pp. 133.143; J. R. Hicks, 1933, p. 121 ; y Kaldor, «A Case against
Technical Progress?» Economica, N.º 36 (Mayo 1932). [En su nota al pie original Hayek cita a Hicks
como «Hicks, 1933» en lugar de 1932, cuando fue publicado.- Ed.].

372
LOS EFECTOS DE LOS CAMBIOS IMPREVISTOS Y EN PARTICULAR DE LOS INVENTOS

improbabilidad de que los inventos


reduzcan la cuota relativa del trabajo

Pero, como sabemos, no hay ninguna razón para suponer que, en el curso
de estos cambios, permanezca igual el valor agregado del capital. De hecho,
lo menos que se puede decir es que es bastante improbable que este sea el
caso. Los inventos, por regla general, tenderán, ciertamente, a aumentar el
rendimiento del capital disponible para la inversión, pero también harán
disminuir o destruirán el rendimiento de parte del equipo capital existente.
Por ello, el aumento del porcentaje de rendimiento del nuevo capital dis-
ponible para la inversión no prueba de forma alguna que aumente la renta
agregada de los capitalistas. No es en absoluto improbable que la reducción
en los rendimientos absolutos de los antiguos bienes de capital supere al
rendimiento adicional del capital que puede invertirse de nuevas formas. En
este caso, aunque el invento sea ahorrador de trabajo en el sentido ordina-
rio, puede muy bien reducir, no meramente la parte relativa, sino incluso
la parte absoluta de los capitalistas y, en cualquier caso, hay pocas razones
para suponer que el rendimiento de los bienes de capital antiguos aumente
al hacerlo el tipo de interés; en consecuencia, apenas alguna vez aumentará
la parte de los capitalistas en proporción al aumento del tipo de interés.

373
Capítulo XXIV
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

circunstancias de las que dependerá la preservación del capital

En el precedente capítulo hemos visto que la competencia impondrá, inde-


pendientemente de los valores existentes del capital, una tal reorganización
de la producción que dé lugar, en las circunstancias dadas, al uso más rentable
de todos los recursos disponibles, aunque esto no nos diga mucho acerca de
las circunstancias que determinen lo útiles que resulten ser en cualquier
momento los resultados de la acumulación pasada. Sin embargo, en general,
resultará obvio a partir de lo que ya se ha dicho, que en relación con esto
hay dos factores de importancia decisiva: en primer lugar, la previsión de los
empresarios, y en segundo, y particularmente allí donde esta previsión es
necesariamente imperfecta, el grado de movilidad o versatilidad de los activos
de capital existentes. Comenzaremos con la consideración del segundo de
estos dos factores y reservaremos la discusión del papel de la previsión para
el final, ya que lleva a los problemas con los que nos proponemos concluir
esta parte de nuestra investigación.

capital «fijo» y «circulante»

La distinción que se utiliza generalmente que se refiere a las diferencias en


movilidad entre los diferentes bienes de capital es la que existe entre capital
fijo y circulante (o «de explotación»); pero, aunque esta distinción parece
apuntar a lo que es al menos una importante diferencia, se define usualmente
las dos clases de capital para subrayar solo una causa de los diferentes grados
de movilidad, que quizá no sea la más importante.Y además, cualquier simple
dicotomía como esta, probablemente haga más daño que bien, al sugerir lo
que parece ser casi una diferencia de especie, en lugar de poner de manifiesto
la continua variación a lo largo de una amplia gama de atributos relevantes
de los diversos bienes de capital.

375
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

conflicto en las definiciones

La definición consuetudinaria identifica el capital «fijo» con los bienes


duraderos y el capital «circulante» (o «de explotación») con lo que hemos
descrito aquí como bienes en proceso; pero de forma paralela con esta dis-
tinción, que se basa en la longitud del periodo durante el que un bien re-
tendrá una particular forma física, transcurre otra distinción, basada en el
tiempo durante el que un determinado bien quedará dentro del recinto de
una empresa concreta.1 De acuerdo con esta distinción, uno y el mismo bien,
por ejemplo una máquina, debería ser considerado como capital circulante
en la empresa en la que se lo fabricase, pero capital fijo en la empresa en
la que se lo usa.2

ninguna de las dos distinciones tradicionales


está basada en la movilidad del capital

La primera de estas dos distinciones, si nos adhiriésemos estrictamente a ella,


nos daría una clasificación basada en una de las razones de por qué diferentes
bienes de capital son de diferente movilidad, pero no una clasificación basada
en el grado de movilidad mismo, ya que, como veremos, depende de otros
factores aparte de la movilidad del bien de capital individual. La segunda
distinción se basa en el esencialmente accidental grado en el que se divide el
proceso completo de producción de cualquier mercancía entre un número de
diferentes empresas. Se trata de una distinción que es muy importante desde
el punto de vista del empresario individual, pero no tiene por qué tener la
misma importancia desde el punto de vista de la sociedad en su conjunto.

1. Cf. Machlup, 1932, p. 272.


2. La primera distinción mencionada en el texto es la de Ricardo, la segunda la de Adam Smith. Cf.
D. Ricardo, Principles of Political Economy (3.ª ed.), cap. I, sec. 4 (Works, ed. McCulloch), p. 21, donde
dice que «según el capital sea rápidamente perecedero y requiera ser reproducido frecuentemente, o
sea de lento consumo, se lo clasifica bajo los epígrafes de circulante o fijo», y luego añade en una nota
a pie de página, «Una división no esencial y en la que la línea de demarcación no se puede trazar con
precisión». Adam Smith, Wealth of Nations, Libro II, cap. 1, ed. Cannan, vol. 1, pp. 262 y ss. [Cf. Smith,
Wealth of Nations, vol. 1, pp. 279 y ss. de la edición de Glasgow.- Ed.]. Se discute la diferencia entre
los dos autores con alguna extensión en N.W. Senior, Political Economy, p. 62.

376
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

El «periodo de circulación» al final del que el empresario individual espera


recuperar su capital de una forma «libre», es decir, en dinero, no tiene por
qué ser idéntico al periodo por el que la inversión en cuestión permanece
comprometida con un propósito particular. En muchos casos, la posibilidad
de «girar» el capital de una empresa dependerá de la voluntad de algún otro
empresario de invertir en el producto de la primera empresa.

capital circulante y el fondo de renta

Pero el uso hecho de esta distinción por muchos de los autores clásicos mues-
tra que, aunque se llegase y definiese desde el punto de vista del empresario
individual, en lo que reamente pensaban era en una distinción en el punto
de vista de la sociedad en conjunto, lo que, sin embargo, coincidiría con la
distinción como se la traza ahora solo bajo supuestos muy especiales. Esto es
particularmente evidente allí donde se utiliza el concepto de capital circulante
como el «fondo» del que se pagará las rentas y en especial los sueldos durante
el periodo corriente. En la mayor parte de las discusiones de estos proble-
mas, el término «capital circulante» se usa para describir la parte del stock
de capital existente que durante el periodo corriente se convertirá en bienes
de consumo.3 Está claro que lo que sea el capital circulante desde el punto
de vista del empresario individual sería idéntico al capital circulante en este
sentido social solo si la producción estuviese totalmente integrada, es decir,
si los diferentes empresarios no se comprasen ningún producto entre sí, sino
que llevasen a cabo el proceso completo de producción de cualquier mercancía
que produjesen, incluyendo la manufactura de cualesquiera herramientas,
etc., en su propia empresa. Como en este caso todas las ventas serían ventas
al consumidor final, la parte del stock de capital que se vendiese dentro de
cada periodo dado y la parte que quedase disponible para el consumo dentro
de dicho periodo, serían necesariamente idénticas.

3. Este significado del término queda especialmente claro en la prolongada discusión de los
efectos de una conversión del capital circulante en fijo, que comenzó con el celebrado capítulo acerca
de la Maquinaria, que Ricardo añadió a la tercera edición de sus Principles. Se encontrará un breve
esbozo de estas discusiones en el Apéndice II.

377
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

importancia de la distancia con respecto al consumo

Es obvio que una clasificación de esta clase, basada en lo alejado del consu-
mo final de un particular bien de capital es de considerable importancia en
cualquier discusión de la movilidad del capital y también estará claro que
la durabilidad de bienes determinados será uno de los factores, pero no el
único factor, que determinará lo remoto de la fecha del consumo que estén
las diferentes partes del stock existente de recursos no permanentes. Parte
de los servicios a obtener de un bien duradero no pueden surgir hasta al-
guna fecha muy distante, pero, obviamente, los servicios a esperar de algún
material que pueda usarse solo en la producción de ese bien duradero están
incluso más lejos del consumo, y el material en cuestión, aunque menos
duradero que el producto hecho con él, habría que considerarlo como más
«fijo». Habría que considerar los ladrillos, por ejemplo, en este sentido, como
más fijos que las casas construidas con ellos. De forma similar, si se usase una
máquina para construir una segunda máquina, que, a su vez, serviría para
la producción de una tercera máquina, y si cada una de estas tres máquinas
durase tres años, el capital representado por la primera de las tres máquinas
sería considerablemente más fijo que el capital representado por otra má-
quina que durase seis años, pero que sirviese al consumo más directamente
y produjese un flujo regular de servicios consumibles.
La razón de por qué la rapidez con la que un bien de capital dado puede
convertirse en bienes de consumo es tan importante en relación con la cues-
tión de cómo puede adaptarse una estructura de capital dada a un cambio
imprevisto, es que es, como hemos visto (véase el Capítulo XII), solo a través
del flujo de renta que producirá un bien de capital concreto será posible
reemplazarlo por un bien de capital de una clase diferente. Y si el cambio
imprevisto no tiene lugar repentina, sino gradualmente, es más probable
que todavía se obtenga una parte sustancial del flujo de renta esperado de
un determinado bien no permanente si el bien rinde esta renta dentro de
un espacio de tiempo comparativamente corto, que si la rinde a lo largo de
un periodo bastante largo que se extienda hacia el lejano futuro.

378
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

otros factores que afectan a la movilidad:


(a) movilidad entre líneas de producción

Se hace necesario aquí antes de continuar, introducir dos distinciones que son
esenciales para la comprensión de los efectos de los diferentes tipos de cambio.
La primera hace referencia a la naturaleza del cambio considerado. Por una
parte, puede haber cambios, tales como desplazamientos de la demanda entre
diferentes productos, que no hacen en sí mismos deseable que los rendimien-
tos consumibles de los recursos existentes se hagan disponibles antes de lo
que hubiese sido el caso de otra forma, pero que solo se hiciesen disponibles
de una forma diferente. Esto será así si no existen más usos rentables de
la inversión bajo las nuevas condiciones que bajo las antiguas. Si, en estas
circunstancias, el equipo anteriormente usado en la rama de producción de
la que se ha desplazado la demanda es igualmente útil en la rama a la que se
ha desplazado, esta movilidad de los instrumentos concretos entre las dife-
rentes líneas de producción puede en sí misma dar lugar al ajuste necesario
a las nuevas condiciones.

(b) posibilidad de acelerar la amortización

Sin embargo, la situación es diferente si el cambio suscita una demanda adi-


cional de capital que tiende a atraer capital a una industria de manera más que
proporcional al aumento relativo de la demanda del producto de esa industria, y,
en consecuencia, empuja al alza el tipo de interés. Entonces será necesario retirar
capital, en alguna medida, de todas las demás líneas de producción. Mientras
que no pueda efectuarse esto transfiriendo instrumentos concretos de esas
otras industrias a la industria que ahora necesita más capital, la posibilidad de
una retirada se limitará a la cantidad de los recursos no permanentes utilizados
en esas otras industrias que se pueden convertir en bienes de consumo antes
de lo que se había pretendido originalmente. Hemos visto antes que donde
se excluya esta posibilidad porque el equipo no permanente en cuestión sea
completamente específico, el valor del equipo se ajustará simplemente al nuevo
tipo de interés y no será posible en absoluto retirar capital.

379
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

magnitud de la pérdida a que dé lugar

Entonces está claro que la movilidad del capital depende no tanto de lo alejado
que esté en el futuro el momento en el que se esperaba originalmente que los
instrumentos concretos proporcionasen un rendimiento consumible, como de
lo próximo que esté el momento en el que se pueda hacer que produzcan un
rendimiento alternativo. Y la cuestión no será tanto un problema de posibilidad
física como de la dimensión del rendimiento alternativo comparado con el ren-
dimiento que se había esperado originalmente. Por tanto, la movilidad del capital
(como el estrechamente relacionado concepto de liquidez) es una magnitud
que puede representarse adecuadamente solo en dos dimensiones, una que dé
la serie de fechas en las que sean obtenibles los rendimientos alternativos de
un recurso dado y la otra las magnitudes de estos rendimientos alternativos.

consecuencias de la complementariedad

Sin embargo, el problema de la movilidad se hace aún más complejo por el


hecho de que, a la vista de las extremadamente intrincadas relaciones de com-
plementariedad entre los diferentes bienes de capital, es prácticamente imposible
hablar de la movilidad de un determinado bien de capital de forma aislada.
Qué efecto tenga una determinada clase de cambio sobre su valor dependerá
siempre, no solo de los usos alternativos que se le pueda dar, sino también del
grado de movilidad de los otros recursos con los que podría cooperar en sus
usos anteriores y alternativos. Es realmente una cuestión no de cómo, ceteris
paribus, pueda usarse la concreta unidad de recursos en el sistema, sino de cuál
será su importancia en cualquiera de las diferentes combinaciones de todos los
recursos existentes que sea la más ventajosa bajo las nuevas circunstancias.

ninguna clasificación simple es suficiente

La lección a extraer de todo esto es, principalmente, que ninguna división


basada únicamente en los atributos de un bien concreto (tal como su dura-
bilidad individual o distancia a la fecha para la que se pretende consumirlo)
describirá adecuadamente las diferencias que tenemos que tomar en cuenta.
Es necesario considerar la posición del bien en todo el proceso, su uso en la

380
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

organización de la producción que sea el más apropiado bajo las presentes


circunstancias, así como su uso más apropiado después de que haya tenido
lugar una clase determinada de cambio.

las distinciones entre capital fijo y circulante


llevan a menudo a error

No hay forma de escaparse de una detallada consideración de estas complejas


relaciones en cada caso particular, y probablemente podrá hacerse muy pocas
generalizaciones útiles acerca del problema en su conjunto, exceptuando la
afirmación negativa de que cualquier división tajante entre dos categorías
diferentes de bienes de capital, tales como capital circulante y fijo, es probable
que haga más daño que bien. Ello se hace particularmente dañino cuando crea
la impresión, como parece haber hecho a menudo, de que pueda considerarse
la estructura material de la producción como formada por dos partes distintas:
que tengamos, por una parte, un esqueleto absolutamente rígido, que haya
que considerar, a todos los efectos, de un carácter bastante a corto plazo, como
dado en una forma inalterable, y, por otra, como un flujo totalmente flexible de
capital circulante que se adapte de forma prácticamente instantánea a cualquier
cambio en las condiciones y que, por tanto, no necesita tratarse como algo
diferente del input puro que se requiere para producirlo. Es evidentemente
cierto que, sea cual fuere el periodo que se considere, parte del equipo más
duradero se encontrará en la situación de un recurso cuasipermanente, por
lo que no habrá que tratarlo como capital, sino como Rentengut, pero esto
solo significa que, a efectos de los problemas comparativamente a corto plazo,
los elementos significativos son las partes de la estructura del capital a las
que puede hacerse que rindan servicios consumibles durante el periodo en
cuestión. La división en dos grupos diferentes se convierte en especialmente
engañosa si trata a una parte del capital como si fuese permanente y a la otra
como si no implicase ninguna espera, sean cuales fueren todos los problemas
del capital que pasásemos entonces por alto.4 El hecho es más bien que incluso

4. Esta clase de enfoque, ampliamente utilizado por los economistas de la Escuela de Cambridge,
es evidentemente un efecto de la desgraciada extensión del concepto marshaliano de equilibrio a
corto plazo a partir del caso de los equilibrios particulares (donde es lo suficientemente legítima)

381
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

en el más corto de los cortos plazos, el equipo capital no viene dado, sino
que es eminentemente variable, ya que cada acto de producción tira de los
stocks existentes y lleva a la creación de nuevos stocks, y que la dirección de
la producción viene determinada en gran medida por las cantidades relativas
de los diferentes tipos de «capital circulante» (en el sentido de los bienes en
proceso), que resulten estar disponibles y por sus precios. A ello se debe que
hayamos persistentemente argüido que el capital circulante, en este sentido
ordinario del término, posea los atributos característicos del capital en un
grado más alto que el fijo y que, en consecuencia, las teorías que tienden a
subrayar la importancia de los bienes en proceso más bien que de los bienes
duraderos han contribuido más a la comprensión de importantes problemas
en este campo.

el papel de la previsión

El segundo punto a considerar ahora es la importancia que va unida a la pre-


visión de los empresarios capitalistas en relación con el mantenimiento del
capital. Será probablemente obvio a estas alturas que el grado de movilidad
del capital, la medida en la que se lo pueda mantener en un mundo sometido
a cambios, dependerá en gran parte de la medida en la que los empresarios
puedan prever correctamente los cambios inminentes. Si consideramos por
un momento qué sucedería si los empresarios actuasen siempre como si las
cosas fuesen a permanecer para siempre como son en el momento actual, y
si nunca alterasen sus planes hasta que hubiese tenido lugar un cambio en
la demanda final (o cualquier otro cambio), podremos ver fácilmente cuál
sería el efecto sobre la productividad general. Cada cambio significaría una
enorme pérdida o, más bien, la adaptación de la producción al cambio sería
tan cara como para hacerla en muchos casos imposible. Esto no se debe a que
habría que considerar la pérdida en las antiguas inversiones como un coste,
sino a que el capital disponible para la inversión en nuevas formas sería tan
escaso. ¡Qué ricos, por otra parte, seríamos ahora si se hubiese previsto co-
rrectamente todos los cambios pasados desde el principio de todas las cosas!

a una posición de equilibrio general en la que no tiene ningún sentido. Acerca de ello, véase más
arriba, Capítulo II, p. 49.

382
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

factor principal que afecta a la oferta de capital


en cualquier momento dado

Pero si esta dependencia de la previsión de los empresarios de la medida


en la que se suministre en cualquier momento capital a la sociedad es poco
más que un lugar común, es ciertamente un lugar común al que se presta
demasiado poca atención en el razonamiento usual. Probablemente significa
que la cantidad de capital disponible en cualquier momento en una sociedad
dinámica depende mucho más de la cantidad de previsión que hayan mostrado
los empresarios que del ahorro corriente o «preferencia temporal». Esto, por
supuesto, solo es un corolario del hecho igualmente obvio, pero similarmente
pasado por alto, de que, incluso al comparativamente corto plazo el «capital»
no es un factor cuya cantidad venga dada independientemente de la acción
humana. Cuán grande sea una parte de la potencial satisfacción a obtener de
un stock dado de bienes de capital que siga estando disponible algún tiempo
más tarde, dependerá en gran medida de lo correctamente que prevean los
empresarios cuál será la situación en dicho momento futuro. Sus anticipacio-
nes a este respecto son tan importantes como «dato» para la explicación del
proceso dinámico como el «stock de capital». Este concepto tiene, de hecho,
poco significado sin aquel. Como una enumeración de los bienes de capital
concretos que existan al comienzo, el «stock de capital» es evidentemente un
dato importante, pero la forma en la que este capital siga existiendo poco tiempo
después y cuánto de ello exista, dependerá principalmente de la previsión de
los empresarios capitalistas. No sería, probablemente, una exageración decir
que es la principal función del empresario tratar de mantener su capital, de
forma que produzca el mayor posible rendimiento duradero.

los beneficios inesperados capitalizados —una fuente importante


de la oferta de capital en un sistema dinámico

Pero no solo la dimensión del equipo productivo de la sociedad depende en


este sentido del éxito del empresario, sino que también depende, en un mun-
do de incertidumbre, de que capitalice sus ganancias de capital («beneficios
inesperados»). Debería reconocerse que gran parte de la nueva formación de
equipo de capital (que no tiene por qué representar adiciones netas al capital

383
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

en el sentido tradicional) no surge de los ahorros propiamente dichos, sino de


las ganancias de los capitalistas individuales que forman parte del proceso de
mantenimiento del capital.5 Este proceso, como se ha mostrado más arriba,
siempre implicará beneficios imprevistos por parte de unos empresarios y
pérdidas imprevistas por parte de otros. Lleva consigo cambios en la cuenta
de capital, que forman parte de un proceso continuo de redistribución de
la propiedad (que no hay que confundir con la distribución de la renta). El
empresario que vea que tiene éxito una empresa arriesgada y que durante
algún tiempo obtenga beneficios extraordinarios porque haya restringido la
cantidad de inversión, de forma que en caso de éxito proporcione un margen
de beneficio que sea proporcional al riesgo, no estará justificado al considerar
todo el beneficio como renta. Si pretende obtener de la inversión un flujo
constante de renta, tendrá que reinvertir una parte suficiente de sus beneficios
para que le den de forma continua una renta igual a la parte de su beneficio
que asigna al consumo inmediato, después de que la tasa de beneficio de lo
que ahora ha resultado ser una línea de negocio excepcionalmente benefi-
ciosa, se reduzca a la normalidad.6

beneficios extraordinarios capitalizados y no ahorro

Es de esta manera en la que, como resultado de los cambios de la demanda,


el progreso tecnológico, etc., se forma algún capital nuevo sin que haya un
nuevo ahorro, mientras que se pierde el otro capital. Por supuesto que no
hay ninguna razón para suponer que el capital que se pierde corresponda
en cualquier sentido cuantitativo al nuevo capital que se forma a partir de
los beneficios inesperados, y es precisamente por esta razón por lo que el
concepto habitual de un cambio neto de la cantidad de capital, que se supone
corresponde de alguna forma al ahorro, es de poco valor. En este caso no
ha habido una abstención del consumo a una tasa que podría haber sido
mantenida permanentemente. Si puede decirse de alguien que se ha abs-

5. [Es decir, de las ganancias retenidas.- Ed.].


6. Es, evidentemente, posible que pueda considerar que es mucho más listo que sus competidores,
de forma que piense que vaya a ser capaz de obtener beneficios supernormales de esta clase perma-
nentemente. En esa medida, estaría totalmente justificado que considerase estos beneficios como renta.

384
LA MOVILIDAD DEL CAPITAL

tenido del consumo que habría sido compatible con disfrutar de la misma
renta permanentemente, no son los empresarios, sino los consumidores,
que habrían tenido que pagar durante un tiempo un precio por encima del
coste que lleva consigo la producción de la mercancía después de que haya
resultado ser un éxito. Pero, evidentemente, este «ahorro» no es deliberado,
ni representa una abstención del consumo que podría haberse considerado
como permanentemente posible mientras que el resultado de la operación
era todavía incierto. No puede apenas cuestionarse que en el mundo real
una gran parte del equipo que pasa a necesitarse como consecuencia de al-
gún cambio se financia a partir de tales diferencias temporales entre coste
y precio. Puede resultar algo paradójico que cuando se lo suministra de esta
manera, debe considerarse su fuente no como ahorro, sino como una ga-
nancia de capital, una clase de transferencia de capital que significa, no solo
que se forma capital a cambio del que se ha perdido en otro lugar, sino que
se forma exactamente donde más se lo necesita y se lo coloca en las manos
de los más cualificados para usarlo; pero esto se sigue como algo evidente
de las solas definiciones de mantener el capital y del ahorro, que tienen un
significado claro. Se mostrará en el siguiente capítulo que este uso de estos
términos resulta también conveniente a otros respectos.

385
Capítulo XXV
«AHORRO», «INVERSIÓN»
Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

los cambios en los datos llevan a cambios


espontáneos en la cantidad de capital

Hay ciertas consecuencias que se siguen de las consideraciones expuestas


en los últimos tres capítulos que, aunque en su mayor parte se encuentran
fuera del ámbito del análisis puro del equilibrio general, podemos comen-
tar brevemente aquí. El principal resultado de estas últimas discusiones
es que, si tienen lugar cambios inesperados en los datos, el valor del stock
de capital que exista y tenga que mantenerse para mantener constante la
renta a partir de este momento, también cambiará 1 y, en consecuencia, no
hay ninguna razón para esperar que, en un mundo dinámico, permanezca
constante ninguna de las dimensiones concebibles del capital. Evidentemente,
sigue siendo cierto que ceteris paribus es necesario mantener un stock de
bienes de dimensión constante para mantener un output dado, pero cuando
las condiciones cambian de forma que se haga necesario un stock menor o
mayor para el mismo propósito, su contenido tenderá a cambiar espontá-
neamente, de forma que, se tenga en cuenta, desde el momento en el que
pase a ser conocido el cambio, el nuevo flujo concreto de renta que ahora
es el que se prefiere a todos los demás flujos de renta de diferentes formas
temporales que pueden obtenerse ahora. El hecho de que sea probable que

1. Lo mismo se aplica, ya midamos el stock de capital en términos de valor o de cualquier otra


forma, digamos, como un cierto múltiplo de la renta de un periodo dado o como el resultado de un
cierto periodo de espera «medio» o de cualquier otra forma. [En el capítulo 22, nota 9, he argüido que
existen supuestos bajo los que el stock de capital permanece constante en términos de valor cuando
el empresario actúa para mantener la renta constante. Un supuesto clave es que el tipo de descuento
permanezca constante. En el capítulo 24, Hayek deja claro que rechaza ese supuesto, basándose en
que una variación general de la tasa de rendimiento sobre la nueva inversión implica una variación
del tipo de interés de mercado de equilibrio.- Ed.].

387
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

un cambio inminente se vaya a conocer por diferentes personas en diferentes


momentos llevará a ganancias y pérdidas de capital por parte de éstas, lo
que tendrá como resultado que las que hayan previsto mejor, obtendrán la
mayor cantidad de recursos, pero en un mundo con previsiones imperfec-
tas, no solo la dimensión del stock de capital, sino también la renta que se
obtenga de él, estará inevitablemente sujeta a cambios no intencionados e
impredecibles, que dependerán del grado y distribución de la previsión,
sin que haya posibilidad de identificar como normal ninguna variación
particular de estas magnitudes.

las variaciones en el valor del capital no tienen por qué


corresponderse con el ahorro o la inversión

Estas conclusiones tienen más bien consecuencias de largo alcance con res-
pecto a los muy usados, o muy abusados, conceptos de ahorro e inversión. Si
el stock de capital que se requiere en una sociedad cambiante para mantener
constante la renta en momentos sucesivos no puede definirse en ningún
sentido como una magnitud constante, es también imposible decir que cual-
quier sacrificio de la renta actual dirigido a hacer aumentar la renta futura
(o a la inversa) lleve necesariamente a cambio neto alguno en la cantidad
de capital. Aunque el ahorro y la inversión, en el sentido ordinario de estos
términos, son obviamente uno de los factores que afectan a la magnitud del
capital (en cualquier sentido cuantitativo concebible), no son en absoluto el
único factor. Por ello no puede considerarse los cambios en la dimensión del
stock de capital como indicaciones de qué sacrificios de la renta presente se
ha hecho o se está haciendo en interés de la renta futura. Esta idea, que es
lo suficientemente adecuada para el análisis de los efectos de un cambio bajo
condiciones por lo demás estacionarias, tiene que ser enteramente abandonada
en el análisis de un proceso dinámico. Si queremos mantener la conexión
entre el concepto de ahorro e inversión, y el concepto de un sacrificio de la
renta potencial presente en interés de la futura 2 no podemos determinar la
dimensión ni del ahorro ni de la inversión con base a ninguna referencia

2. Más tarde, mostraremos que es este último concepto el que es importante a efectos de cómo
se usan habitualmente los términos ahorro e inversión.

388
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

a variaciones en la cantidad de capital. Y con el abandono de esta base para


la distinción, también debe hacerlo la práctica habitual de los economistas
de separar la parte de la actividad general de inversión que deja al stock de
capital, en cierto sentido, constante, como algo diferente de las actividades
que incrementan dicho stock. Esta distinción no tiene ninguna relación con
nada de lo que ocurra en el mundo real.3

posible divergencia entre los planes de los inversores


y las intenciones de los consumidores

Negar que las distinciones usuales entre nueva inversión y la inversión


meramente renovada y entre nuevo ahorro a partir de la renta neta y ahorro
meramente mantenido, como distinciones basadas en la idea de incrementos
o decrementos cuantitativos del capital, tengan un significado definido, no
es negar que vayan dirigidas a una distinción de importancia real.
No puede haber ninguna duda de que las decisiones de los consumido-
res en relación con la distribución del consumo a lo largo del tiempo son
algo diferente de las decisiones del empresario capitalista acerca de qué
cantidades de bienes de consumo debe ofrecer en diferentes momentos del
tiempo. Y las dos series de decisiones pueden o no coincidir. Todo lo que se
niega aquí es que pueda expresarse adecuadamente la correspondencia o no
correspondencia entre estas dos series de condiciones en términos de una
correspondencia cuantitativa entre el ahorro (neto) y la inversión (neta).4

3. Evidentemente, lo mismo se aplica, incluso en mayor grado, al supuesto implícito en la dis-


tinción de acuerdo con la cual las actividades que llevan a esos incrementos netos de capital están,
de alguna forma, sujetos a una serie diferente de influencias determinantes de las que llevan a un
mero mantenimiento cuantitativo. Esto debería haber sido siempre obvio por el mero hecho de que
cuando tienen lugar aumentos en este sentido (i. e. si aumenta el capital en la terminología usual),
esto siempre afectará a la forma concreta de los nuevos bienes de capital por los que se sustituyen
los antiguos).
4. Esto, evidentemente, no supone sugerir que pueda evitarse la dificultad utilizando en su lugar
magnitudes brutas, como cree Mr. Keynes (1936, p. 60). Todo el concepto de ahorro e inversión brutos
está estrechamente conectado con el punto de vista que trata a los bienes duraderos solamente como
capital y que continúa como si hubiera una diferencia fundamental entre capital fijo y circulante y
como si estas dos categorías estuviesen sujetas a diferentes leyes. De hecho, evidentemente, el punto en
el que trazamos la línea entre los dos, no solo es puramente arbitrario y cualquier clasificación basada

389
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Pero si no hay que formular esta distinción de esta forma particular, ¿por
qué hay que sustituirla? En términos generales, la respuesta no es difícil. Si
ya no podemos seguir hablando en términos de aumentos y disminuciones
absolutas de capital, tenemos que intentar hacer una comparación más directa
de la distribución temporal de la renta. La contabilización del capital, como
se ha mostrado antes, es en sí misma solo un método abreviado de realizar
esta comparación de una forma indirecta, y si falla este método indirecto, lo
natural es volver a su lógica y llevar a cabo la comparación explícitamente.
El método indirecto consiste en comparar el aumento o disminución con el
supuesto caso estándar, en el que el capital permanece «constante», llegando
así a los conceptos de ahorro neto (renta neta menos consumo) e inversión
neta, y luego yuxtaponiendo estos conceptos derivados. En lugar de ello,
necesitamos realizar una comparación directa de las intenciones de los
consumidores y las intenciones de los productores, considerando la forma
de los flujos de renta que quieran consumir y producir, respectivamente.

la comparación entre la forma de los flujos de renta


suministrados y demandados

Por tanto, la cuestión es, esencialmente, si la demanda de bienes de consumo


tiende a ir por delante de, a coincidir con, o a caer por debajo del output de
bienes de consumo, independientemente de si cualquiera de las dos magnitudes
crece, permanece constante, o decrece, en cualquier sentido absoluto. Pero
para dar a esta pregunta un significado claro, todavía tenemos que decidirnos
acerca de una unidad en términos de la que pueda medirse la demanda y
la oferta de los bienes de consumo; en caso contrario, no tenemos ninguna
forma de determinar si coinciden o si una supera a la otra. En un sentido,
evidentemente, la demanda y la oferta son siempre iguales, o el proceso de
formación de precios las hace iguales. Por ello, hablar de sus magnitudes

de estos dos conceptos es de poca importancia, sino que claramente induce a error, porque sugiere
que los factores que llevan a la inversión en capital fijo son diferentes de los que influyen sobre la
inversión en capital circulante. Los conceptos de ahorro e inversión brutos deberían desaparecer del
análisis económico con la división tajante entre capital fijo y circulante (o, por la misma razón, entre
el periodo corto y el periodo largo).

390
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

comparativas presupone la existencia de alguna unidad, en términos de la


cual se mida su magnitud, independientemente de los precios que se formen
en el mercado.

valores relativos de las rentas presentes y futuras—

Consideremos primero las decisiones de los «ahorradores» o del cuerpo de


consumidores en su conjunto. El supuesto que tenemos que hacer en rela-
ción con su comportamiento es claramente que no apuntarán, bajo todas las
condiciones, a un flujo de renta de una particular forma, sino que si se les
ofrece una renta presente de una magnitud dada, más las fuentes de una renta
futura de una cierta magnitud, atribuirán ciertos valores relativos a estas
rentas. Para cada una de las combinaciones de una renta presente dada y las
fuentes de una cierta renta futura, tenemos que suponer que se determinan
estas valoraciones relativas. Ahora, estos valores relativos, que la gente, en
general, atribuirá a flujos dados de renta presente frente a las fuentes dadas
de renta futura, claramente pueden ser, ya sea superiores, ya sea inferiores,
que el coste de aquellos en términos de estos.

—comparados con sus costes relativos

Si los valores que los consumidores atribuyen a las fuentes de renta futura
(en términos de la renta presente) son mayores que el coste (en términos de
la renta presente) de reproducir nuevas fuentes de renta futura de la misma
magnitud, se producirán muchas más fuentes de renta futura y viceversa. Y,
suponiendo que las valoraciones relativas de los consumidores no cambian
bruscamente —como es improbable que lo hagan si la renta que se hace dis-
ponible en cada periodo sucesivo es igual a la renta y las fuentes de la renta
futura que han planeado— los importes de renta presente y las fuentes de renta
futura a la que dará lugar la producción en cada periodo sucesivo, tenderán a
ser tales que sus costes relativos (en términos unos de otros) corresponderán
aproximadamente a los valores relativos que les asignen los consumidores.
Pero si, por alguna razón, los precios de las fuentes de renta futura han su-
bido, dejando de corresponder con las valoraciones de los consumidores, el
resultado será que se añadirán más fuentes de renta futura para el siguiente

391
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

periodo de lo que los consumidores estén dispuestos a asumir a los precios


que correspondan a los costes relativos. Los consumidores obtendrán meno-
res ingresos corrientes y, en consecuencia, le atribuirán un mayor valor en
comparación con las fuentes de renta futura.5

diferencias entre ahorro e inversión en términos reales

A pesar de los sentidos especiales que se ha atribuido recientemente a la


idea de las diferencias entre ahorro e inversión, es difícil no describir este
caso como uno en el que el ahorro supera a la inversión (o viceversa). Y
veremos posteriormente que los casos especiales a los que se han aplicado
generalmente estos términos solo son ejemplos particulares del caso ge-
neral que estamos considerando ahora. Estos difieren del caso general solo
a través de la causa que da lugar a la diferencia entre ahorro e inversión,
que en este caso especial es una causa monetaria. Pero los efectos son los
mismos y son, a su vez, ejemplos de un caso aun más general, el de que la
demanda supere o quede por debajo de la oferta: cuando el ahorro supera
a la inversión que esté disponible en el momento en el que se la necesite
debido a la inversión anterior,6 el resultado será que la oferta de bienes de
capital superará a la demanda y la oferta de bienes de consumo será inferior
a su demanda, y cuando la inversión quede por debajo del ahorro realizado
en las fechas relevantes, el efecto será que el output corriente de bienes de
capital se valorará a menos de sus costes y el output corriente de bienes de
consumo a más de ellos. Se trata simplemente de que, debido a las expectativas
erróneas por parte de los productores, la oferta de ciertos tipos de productos
superará a la demanda y la de otros caerá por debajo de ella, y los cambios
de los precios en relación al coste serán exactamente los necesarios para dar
lugar a los cambios adecuados de la producción. Veremos más adelante por

5. [La situación que describe aquí Hayek corresponde a la fase de «malinversión» del ciclo econó-
mico austriaco. Los precios de los bienes de capital de orden más alto han crecido demasiado porque el
tipo de interés se encuentra por debajo de su valor de equilibrio (lo que, a su vez, lo más plausible es
que se deba a una política monetaria expansiva).- Ed.].
6. Acerca de la relación entre las fechas en las que cambia la dirección y el volumen de la inversión
y la fecha en la que se requiere el ahorro, véase más arriba el Capítulo XX, pp. 327-329.

392
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

qué los cambios monetarios son especialmente apropiados para dar lugar a
este tipo de expectativas erróneas.7

la inversión «neta» no tiene por qué hacer crecer


la cantidad de capital

Pero, aunque sea posible, como primera aproximación, tratar este problema
en términos de las relaciones entre ahorro e inversión, esta terminología crea
considerables dificultades en cuanto la apliquemos a cualquier caso, excepto
a los casos ceteris paribus más simples. Bajo el supuesto de que las demás
condiciones permanezcan constantes, (es decir, conocimientos, gustos, etc.
constantes), podremos tratar a las variaciones del lado de la inversión en
términos de variaciones de los periodos de inversión y de las variaciones en
la cantidad de capital que han originado.8 Podríamos decir que, al aumentar
los periodos de espera y acumulando así más capital, los productores causan
una brecha temporal en el flujo de renta, que lleva a una relativa escasez de
bienes de consumo, a no ser que los consumidores restrinjan su consumo
en la cuantía correspondiente. Y lo mismo, mutatis mutandis, podría decirse
para una reducción de los periodos de inversión y una disminución del capital.
Pero, tan pronto como prescindamos del supuesto ceteris paribus, esto deja
de ser una formulación correcta. La correspondencia entre los valores que
van unidos a las fuentes de renta futura y sus costes, deja de depender del
coste de reproducir las mismas cantidades y tipos de bienes de capital que
hacían posible previamente producir una cierta renta futura.
Puede tener lugar una inversión adicional, en el sentido de que se reduz-
ca por un tiempo el output total para aumentarlo en una fecha posterior,
aunque se reduzca simultáneamente la cantidad de capital. Las interrupcio-
nes en el flujo constante de bienes de consumo, que, si hay que evitar las
perturbaciones, necesitan cambios correspondientes de las actitudes de los
consumidores, solo tendrán lugar si no se mantiene la cantidad de capital al

7. [Acerca del papel de las expectativas en la teoría del ciclo económico de Hayek, véase su ensayo
«Price Expectations, Monetary Disturbances and Malinvestment», en Profits, Interest and Investment,
reimpreso en Hayek, Good Money, Part I: The New World, pp. 232-44.- Ed.].
8. Expresadas como un múltiplo de la renta de cualquier periodo elegido arbitrariamente.

393
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

nivel que se requiera bajo las condiciones que prevalezcan en ese momento
para proporcionar tal flujo constante de renta.

reformulación de las condiciones en las que el «ahorro»


será igual a la «inversión»

Como veremos con facilidad, el test final de la correspondencia entre ahorro


e inversión en el sentido relevante es realmente si la demanda corriente y
la oferta corriente de bienes de consumo están tan ajustadas que no hay
ningún incentivo, ya sea para aumentar o disminuir esta oferta corriente a
costa o en favor del suministro en el futuro. Y esta correspondencia entre la
oferta corriente de bienes de consumo y su demanda, tendrá, por tanto, que
expresarse midiendo ambas en términos de las alternativas abiertas a los
consumidores y productores en las circunstancias dadas del momento.9 Para
hacerlo, parece necesario abandonar por completo los conceptos de ahorro
e inversión en el sentido de referirse a algo más allá y fuera del proceso
normal de mantener intacta la cantidad de capital en sentido cuantitativo.
Tenemos que poner en su lugar un análisis que no intente separar inversión
«nueva» y «vieja» y ahorro «nuevo» y «mantenido» como fenómenos dis-
tinguibles.10 O, si queremos mantener los términos acostumbrados y usarlos

9. Parecería que podría haberse explicado todo esto de forma más simple, comparando el coste del
output de los bienes de consumo que llegan al mercado durante un periodo dado con el gasto en este
output (o comparando la parte de todos los factores de producción que han contribuido al output de
un periodo dado con la parte de su renta que gastan en el output). Esto sería totalmente satisfactorio,
si no fuese por el hecho de que el concepto de coste (y, evidentemente, de renta) depende él mismo
del concepto de mantener el capital intacto. Esta forma de formular la relación sería adecuada solo si
contásemos el coste (en términos del consumo presente) que se necesita no para mantener el capital
intacto en algún sentido cuantitativo, sino para proporcionar fuentes de tanta renta futura como
deseen comprar los consumidores a los precios que cubren los costes.
10. Debería quizá señalarse de nuevo que los conceptos de ahorro e inversión «brutos», tal y
como se los utiliza habitualmente, no sirven para superar esta dificultad. No hay ninguna razón por la
que las cantidades producidas de determinadas clases de bienes, en especial bienes duraderos, deberían
oscilar dentro de cualquier proporción estricta con la parte de los recursos corrientes que se dedican a
satisfacer necesidades futuras en contraposición con las presentes, ni tampoco hay ninguna razón de
por qué dicha parte de los ingresos monetarios brutos («renta bruta») de los miembros de la sociedad
que no dedican al consumo corriente, deberían oscilar siempre de la misma forma que la parte de sus

394
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

sin ninguna referencia a los cambios en la cantidad de capital, podríamos


formular la condición de igualdad de la siguiente forma: el «ahorro» corres-
ponde a la «inversión» cuando el valor de los bienes de capital existentes (en
términos de los bienes de consumo existentes) es tal que se hace rentable
sustituirlos por los bienes de capital necesarios para producir la renta, en
cuya expectativa la gente ha decidido en el momento actual consumir en
la cuantía que lo hacen.

causas que perturbarán esta correspondencia

Quizá sea necesario recordar al lector que aquí no nos estamos ocupando
todavía de las diferencias entre ahorro e inversión a que dan lugar las causas
monetarias. De la misma forma en que las diferencias entre la demanda y la
oferta de cualquier mercancía pueden originarse, ya sea por un mero cambio
en la demanda o por la aparición de una demanda monetaria totalmente
nueva, así, las diferencias en la demanda y la oferta de bienes presentes (o
futuros) puede surgir generalmente, o bien por desplazamientos en la de-
manda o por variaciones monetarias; y de igual forma que en el caso de una
variación de la demanda de cualquier mercancía, los efectos serán diferentes
según se deba esta variación a un mero desplazamiento de la demanda o a
una variación monetaria, las consecuencias de una diferencia entre «ahorro»
e «inversión» serán distintas, según sean originadas por un cambio real o
monetario. La esencia de la diferencia, para mencionarla brevemente aquí,
es que los cambios monetarios están destinados a suscitar expectativas que
se verán inevitablemente frustradas. A pesar de ello, este no es lugar para
considerar con mayor detalle los errores de los empresarios a que darán
lugar estos cambios monetarios y que son probablemente la principal causa
de las fluctuaciones del ciclo industrial. Examinaremos brevemente estos
problemas en la parte final del presente estudio.

recursos totales que quieren dedicar a hacer frente a las necesidades futuras. Para dar un significado
concreto a estos conceptos de ahorro bruto e inversión bruta, habría que hacer explícitamente algunos
supuestos muy concretos e irreales acerca de las relaciones entre el flujo de pagos monetarios y el
flujo de bienes, de alguna forma, de manera similar a los supuestos que subyacen a mi propio análisis
en Prices and Production (2.ª ed., 1935, pp. 43-45 y 120-122).

395
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Sin embargo, mientras que solo pueden discutirse adecuadamente las


perturbaciones de este tipo que están especialmente relacionadas con causas
monetarias, en el contexto de una consideración sistemática del conjunto del
mecanismo monetario, tal y como no podemos traer aquí, hay ciertamente
otras causas que pueden dar lugar a resultados algo similares. Por ello, una
breve discusión de las mismas puede ser la manera correcta de concluir nuestra
consideración de los aspectos «reales» de estos fenómenos.
Los empresarios basarán en conjunto sus previsiones acerca de la demanda
relativa de bienes de consumo y de capital en el futuro, en sus observacio-
nes de la situación en el presente. Entre los factores que pueden dar lugar a
cambios, y por ello hacer que sus previsiones no se cumplan, se encuentra
el deseo de la gente de ahorrar ciertas proporciones de una renta dada, pero
no es muy probable que esto cambie de forma brusca e inesperada. Es más
probable que pueda haber un cambio bastante brusco en la capacidad de
ahorrar de ciertos tipos de personas, lo que puede resultar, o bien por una
variación de los datos externos, o —y este es el factor que es más probable
que afecte a una gran parte de la población— por la acción el Gobierno o de
grupos monopolísticos. Cualquier considerable redistribución del control
sobre los recursos existentes,11 dará lugar a una variación de la proporción
en la que se demandan los bienes de consumo y los activos de capital (o la
renta actual y las fuentes de renta futura).

los ahorros superan las expectativas

Una desproporción en la forma en la que los consumidores dividen sus rentas


y en la que los empresarios han dividido sus recursos entre el suministro de
bienes de consumo y el de bienes de capital, puede surgir, obviamente, en
ambas direcciones. El caso en el que la demanda de bienes de consumo resulte
ser menor y la oferta de fondos de inversión mayor de lo que esperaban los
empresarios, parece en su conjunto menos probable y es ciertamente la que
es menos apta para crear graves dificultades. Este no es el lugar de examinar
todos los argumentos de las teorías del subconsumo, que tratan de probar que

11. Veremos ahora que lo que es probable que tenga importancia en este contexto, no es solo
una redistribución de la renta neta en el sentido habitual.

396
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

una reducción de la demanda de bienes de consumo está destinada a bloquear


los mercados de ulteriores inversiones. Incluso si consideramos el caso más
desfavorable (y más probable) en el que la reducción de la demanda de bienes
de consumo afecte a todos los tipos de bienes de consumo simultáneamente y
en la misma medida, no hay ninguna razón de por qué esto haría que dejase
de ser rentable, por lo general, una inversión ulterior. Ya hemos observado que
cualquier ahorro que no haya sido previsto y que, por tanto, no haya llevado
a una correspondiente reestructuración previa de los recursos, llevará a una
acumulación temporal de stocks. Pero no parece haber ninguna razón de por
qué un aumento de la tasa de ahorro, del orden de magnitud que merezca
ser considerada, fuese a reducir los ingresos que deban esperarse de la venta
de bienes de consumo en una cantidad que no pudiese ser más que compen-
sada por una reducción del tipo de interés y las variaciones de la técnica de
producción que hace ésta rentable. No cabe ninguna duda que siempre habrá
algunos bienes, como stocks o productos perecederos, que no puede desplazarse
a fechas posteriores, debido a su alta especificidad, y con los que, por tanto, se
sufrirán pérdidas considerables; pero, en su conjunto, casi siempre será posible
cambiar de procesos más cortos de producción a más largos, incluso aunque
solo sea manteniendo mayores stocks sin incurrir en ningún tipo de gasto
considerable; y a consecuencia de este aumento mismo del ahorro se reducirá
uno de los elementos más importantes a este respecto, el tipo de interés.

los ahorros caen por debajo de las expectativas—

Sin embargo, la situación es muy diferente en el caso opuesto, en el que la


demanda de bienes de consumo resulta ser mayor y el deseo de mantener
activos de capital menor de lo que corresponda a los costes relativos de las
cantidades de estas dos clases de activos que han proporcionado los em-
presarios. Es aquí donde la irreversibilidad del tiempo, que al principio de
este estudio hallamos que era la causa de todas las peculiares dificultades
relacionadas con el capital, da lugar a considerables diferencias entre casos
que formalmente parecen ser muy similares. El quid de todo el problema del
capital es que, mientras que es casi siempre posible posponer el uso de las
cosas que ahora están listas o casi listas para el consumo, en muchos casos
es imposible anticipar los rendimientos de los que se trataba de obtener en

397
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

una fecha posterior. La consecuencia es que, mientras una relativa deficien-


cia de la demanda de bienes de consumo frente a la oferta solo da lugar a
pérdidas comparativamente pequeñas, un exceso relativo de esta demanda
puede tener efectos mucho más graves.12
Hará totalmente imposible utilizar algunos recursos que están destinados a
proporcionar un rendimiento consumible solo en el futuro más distante, pero
solo lo hará en colaboración con otros recursos que ahora es más provechoso
utilizar para proporcionar bienes de consumo para el futuro más inmediato.

—lo que puede significar un consumo real de capital

Este caso de un aumento relativo imprevisto de la demanda de bienes de


consumo no solo es el caso más perturbador; es (aparte de las complicacio-
nes monetarias) también el caso que es mucho más probable que ocurra,
así como que asuma considerables proporciones. En el mundo moderno,
las dos causas de cambios más o menos repentinos en la distribución de la
renta (interferencia del Gobierno y extorsión monopolística), a la que nos
referimos anteriormente que era probable que afectase a la demanda relativa
de bienes de consumo y de capital, pueden operar en gran escala contra la
clase capitalista y pueden efectuar una redistribución de mucho más que la
renta neta propiamente dicha.13 Esto significa que, en su conjunto, tenderán,
no solo a reducir la tasa de ahorro neto en el sentido usual, sino que puede
llevar a una transferencia al consumo de fondos que deberían ser reinvertidos
si se quiere mantener la renta al nivel presente.
Para entender este proceso de «consumo de capital», es esencial tener en
cuenta que no solo son los capitalistas los que pueden ser responsables del

12. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, pp. 186-187: «Por otra parte, puede aumentarse a largo plazo
el volumen de capital fijo por la conversión de capital circulante en fijo —en la medida en que sea
generalmente rentable— pero no puede disminuir en forma apreciable —siendo la operación inversa
usualmente imposible. Por ello está, en la mayoría de los aspectos, al mismo nivel que los factores
productivos originales invariables, trabajo y tierra. Esta circunstancia es a veces evidente durante los
booms, en donde se convierte grandes cantidades de capital circulante en fijo y no es posible sustituir
aquél con la suficiente rapidez».
13. [Hayek quiere decir aquí con un aumento de la extorsión monopolista contra los capitalistas,
un alza de los salarios impulsada por los sindicatos, como queda claro en los siguientes párrafos.- Ed.].

398
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

consumo de su capital. Una vez que el capital está clara e irrevocablemente


destinado a un cierto propósito, cualquiera de los factores cooperantes pue-
de, por medio de una combinación monopolística, forzar a los capitalistas a
cederles una parte de los rendimientos brutos que deberían ser reinvertidos,
pero que si se los paga como renta a los no capitalistas, serán consumidos en
su mayor parte. Esto, así como una considerable transferencia obligatoria de
renta de los capitalistas a otras clases, tenderá a incrementar la demanda de
bienes de consumo y a reducir los fondos disponibles para la inversión con
relación a los costes (en términos unos de otros) de las cantidades de bienes
de consumo y de capital que estén disponibles.

el efecto de un aumento impuesto de los salarios

Un aumento de los salarios que venga impuesto por asociaciones de traba-


jadores da lugar a unos problemas extremadamente complicados, que mejor
dejaremos a estudios más especializados.14 Da lugar a tendencias conflictivas
que son muy difíciles de desenmarañar. En la medida en la que lleve a un
aumento de la demanda agregada de bienes de consumo, tiende a producir
un consumo de capital. Pero, en la medida en la que el factor trabajo consiga
asegurarse una porción mayor del output e incrementar los salarios reales,
tenderá a causar una sustitución de trabajo por capital o una transición a
métodos más capitalistas de producción. El efecto neto sería, probablemente,
que se empleará a menos trabajadores con más capital per cápita, es decir,
que, al mismo tiempo, la estructura del capital aumentará en altura, pero
se reducirá en amplitud. Aunque esto se verá probablemente acompañado
por alguna destrucción de capital, es decir, por una reducción del nivel al
que se podría mantener permanentemente el output, apenas mostrará los

14. Un intento que hizo el presente autor hace algunos años en esta dirección (1932b), en rea-
lidad, no tuvo en cuenta la dificultad mencionada en el texto, aparte de haber sido hecha todavía en
términos de variaciones en la cantidad absoluta de capital, en lugar de, como debería ser, en términos
de la correspondencia o la no correspondencia entre las proporciones en las que se ofrece y demanda
los bienes de capital y los de consumo. Cf. también Machlup, 1935d, y E. Schiff, 1933. [Hayek refiere
a su artículo «Kapitalaufzehrung», Weltwirtschaftliches Archiv, vol. 36, julio de 1932, pp. 86-108. En
el volumen 11 de The Collected Works of F.A. Hayek aparecerá una traducción del artículo, titulada
«Capital Consumption».- Ed.].

399
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

típicos síntomas de un simple «consumo de capital». A nuestros presentes


propósitos, será mejor pasar por alto este caso especial y concentrarnos
en los efectos de un aumento inesperado de la demanda agregada de los
consumidores que no se vea acompañada por un aumento de la tasa real de
los salarios, sino que se origine, o bien por una transferencia obligada de
renta de las clases ahorradoras a las no ahorradoras, o por un aumento de
las rentas monetarias agregadas financiado por una expansión del crédito.

los síntomas usualmente asociados a un «consumo de capital»


independiente de los cambios absolutos en la cantidad de capital

En esta fase de nuestra exposición, no hay necesidad de volver a exponer por


qué un aumento de la demanda de bienes de consumo (que, bajo nuestros
supuestos solo puede significar un aumento de la demanda y de sus precios
en términos de todos los otros recursos y de los bienes de capital en particu-
lar) hará que algunas actividades de inversión no sean rentables y llevará a
una transición a métodos menos capitalistas de producción. El único punto
que queremos subrayar aquí es que casi todos los fenómenos característicos
de tal proceso aparecerán siempre que la demanda de bienes de consumo
aumente con respecto a la oferta, ya sea esta demanda más alta de lo que es
compatible con el mantenimiento de la renta de forma permanente al nivel
actual, o si se encuentra meramente por encima del nivel que han planeado
los empresarios. Tendrán lugar pérdidas en las inversiones antiguas en gran
escala y habrá que reducir la producción de bienes de capital, independien-
temente de si tenemos lo que podría describirse como un consumo real de
capital, o de si meramente la gente no está dispuesta a reducir el consumo
lo suficiente para hacer posible que los empresarios completen los procesos
de inversión en los que se habían embarcado.

pero una reducción absoluta del capital


tiene una tendencia a hacerse acumulativa

La única peculiaridad de un proceso de consumo de capital propiamente


dicho, es decir, en el que el consumo se encuentra por encima del nivel que
puede mantenerse permanentemente, es que tal proceso tiene una tendencia

400
«AHORRO», «INVERSIÓN» Y EL «CONSUMO DE CAPITAL»

a hacerse acumulativo. Una vez que una comunidad ha comenzado a vivir


por encima de su renta y, de esta forma, a reducir sus recursos no perma-
nentes por debajo de lo que requiere para mantener permanentemente el
nivel presente de renta, cada día que continúe este proceso significa que,
para detenerlo, habrá que reducir aún más el consumo. Y una comunidad
que se ha resistido al principio a una reducción de su nivel de vida, hecha
necesaria por acontecimientos tales como la destrucción de una guerra, es
muy improbable que, una vez que se haya dado cuenta de la inevitabilidad
de dicha reducción, que la lleve a la mayor medida que se ha hecho necesaria
a causa del retraso. Creo que la historia de Europa desde la última guerra
ofrece importantes ejemplos de países que han sido cogidos en esta espiral
viciosa de retraso de un ajuste necesario de sus niveles de vida y que, en
consecuencia, han pasado por prolongados periodos de consumo de capital
en el sentido absoluto del término.

aunque sean útiles en ciertos contextos,


hay que utilizar los conceptos de acumulación
y desacumulación de capital con cuidado

En la discusión de los acontecimientos a largo plazo de esta clase, el uso del


concepto de incrementos y decrementos absolutos de la cantidad de capital
es comparativamente inocuo y llevará a más o menos los mismos resultados
que el análisis más correcto. Es a este respecto, con más cambios a corto plazo,
como los que ocurren en el curso del ciclo industrial, como es probable que
tenga la mayor importancia la diferencia entre el análisis en términos de
conceptos absolutos y en términos de conceptos relativos. A este respecto,
ciertamente no podríamos hacer nada más que hablar de cambios que, cete-
ris paribus, llevarían a aumentos o disminuciones de la cantidad de capital,
pero esta forma de hablar es bastante engañosa, ya que, inevitablemente, da
lugar a la tentación de suponer que tendría ese efecto normalmente incluso
en un mundo cambiante; y ciertamente parece aconsejable abstenerse de
basar cualquier distinción usada en la explicación de fenómenos dinámicos
en supuestas variaciones netas en la cantidad de capital.
El fenómeno del ciclo económico en particular está relacionado en gran
medida con los cambios en esa zona de indeterminación que se encuentra ente

401
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

los claros incrementos y decrementos de la cantidad de capital, en donde el


concepto de una variación absoluta no tiene ningún sentido, pero probable-
mente sigue siendo cierto que la acumulaciones y desacumulaciones netas de
capital en el sentido usual es probable que den lugar a fenómenos similares
a los auges y depresiones. En cualquier caso, eso será así, si —como es muy
probable que ocurra— la acumulación real avanza más rápidamente y la
desacumulación real más lentamente de lo que corresponde, respectivamente,
a la tasa de ahorro y desahorro. Resulta que Ricardo ya vio las dificultades
a las que se enfrenta el análisis de estos problemas cuando escribió que «a
menudo se confunde los problemas que proceden de una aversión al comercio
con los que acompañan a una disminución del capital nacional y un estado
retrógrado de la sociedad: y quizá sería difícil señalar las señales por las que
podría distinguírselas con precisión».15

15. Principles, cap. XIX, en Works, comp. de McCulloch, p. 160.

402
Parte IV
LA TASA DE INTERÉS
EN UNA ECONOMÍA
MONETARIA
Capítulo XXVI
FACTORES QUE AFECTAN
AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

el «tipo de interés» en el análisis del equilibrio


y el tipo de interés monetario

La tarea de las tres primeras partes de este libro ha sido mostrar, por medio
del mismo método general usado por el análisis de equilibrio para explicar
los precios de las diversas mercancías en un momento dado, por qué habrá
ciertas diferencias entre los precios de los factores de producción y los pre-
cios esperados de los productos, y por qué estas diferencias se encontrarán
en una cierta relación uniforme con los intervalos temporales que separan
las fechas en las que se pagan estos precios. De acuerdo con una antigua prác-
tica establecida, hemos descrito estas diferencias de precios, que pueden
expresarse en términos de una tasa temporal, como el tipo de interés; pero,
como ya hemos advertido al lector al principio de este libro, este «tipo de
interés» no es idéntico al precio de los préstamos monetarios al que se aplica
este término en una economía monetaria. No se trata de un precio que se
pague por una cosa determinada, sino una tasa de las diferencias entre los
precios, que transciende a toda la estructura de precios. En lo que se refiere
al tipo de interés monetario, nuestro tipo de interés es meramente uno de
los factores que ayudan a determinarlo, y es el fenómeno que le correspon-
de más de cerca que podamos encontrar en nuestra imaginaria economía
no monetaria. Pero, si no fuese por el bien establecido uso, probablemente
habría sido mejor referirse a este fenómeno «real», bien, como hicieron los
economistas clásicos ingleses, como la tasa de beneficio, o por algún término
tal como el Urzins alemán.1

1. [Mises, en este contexto, se refería al «tipo originario de interés»; cf. Mises, Human Action,
pp. 526 y ss.- Ed.].

405
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ámbito limitado de la presente discusión


del tipo de interés monetario

Aunque una discusión completa de los problemas monetarios que origina la


existencia del tipo de interés «real» se encuentra fuera del ámbito de este libro, no
sería apropiado dejar nuestro tema sin dar alguna indicación algo más concreta
de cómo están relacionados el tipo de interés que hemos venido discutiendo y el
tipo de interés monetario. Llegados a este punto, no podemos dar más que un
esbozo de las respuestas de los principales problemas. Una discusión completa
de todo el conjunto de problemas que lleva consigo este tema requeriría otro
libro de aproximadamente el mismo tamaño que este, incluso suponiendo
que, en el presente estadio de nuestro conocimiento, pudiese intentarse con
éxito llevar a cabo tal estudio sistemático y exhaustivo de estos temas todavía
imperfectamente explorados. Como hemos explicado anteriormente en este
volumen, su tarea es poner los cimientos del estudio de estos problemas y no
discutirlos con detalle, por lo que nos limitaremos en esta Parte final a mostrar
cómo puede utilizarse estas bases teóricas para elucidar ciertos puntos destacados
en la discusión de estos más complejos problemas. No vamos a intentar inter-
narnos en todos los posibles puntos complicados o explorar las consecuencias
de los diferentes supuestos posibles con una exactitud microscópica.

uso del término «tipo de interés»

A los efectos de esta discusión, será necesario alterar la terminología usada


en las Partes anteriores de este libro. Como la terminología tradicional que
hemos seguido hasta este momento crea claramente el peligro de dar lugar a
alguna confusión, si se la conserva en la discusión de los problemas moneta-
rios, quizá lo mejor sea si, a los propósitos de esta Parte final, reservamos el
término «tipo de interés» exclusivamente para el tipo de interés monetario,
es decir, el precio pagado por préstamos en dinero, y denominamos a la tasa
real de rendimiento tasa de beneficio.2

2. [La terminología común de hoy en economía y finanzas distingue el «tipo nominal de interés»
(en unidades monetarias) de un préstamo del «tipo real de interés» (en unidades de poder de compra
constante, es decir, ajustándolo a la variación del poder de compra de la unidad monetaria) en el mismo

406
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

relación entre el tipo de beneficio y el tipo de interés en equilibrio

Nuestro principal problema pues, es explicar cómo la existencia de un siste-


ma de tipos de beneficio, que en términos de cualquier mercancía tenderá a
corresponder a un tipo temporal uniforme,3 afectará a las condiciones en las
que se entregue y reciba dinero a préstamo. No puede haber ninguna duda
de que la existencia de tal tipo de beneficio de las inversiones sea la principal
fuente de la demanda de préstamos en dinero, ya que el control del dinero
presente es el control de los recursos presentes que se pueden convertir en
mercancías futuras obteniendo un beneficio. Y tampoco puede dudarse de que
la existencia de tal tasa de beneficio es, al menos, una de las razones de por qué
la gente, que podría emplear ella misma beneficiosamente el dinero, no esté
dispuesta a prestarlo sin una remuneración especial, y que por ello la tasa de
beneficio afectará a la oferta de dinero susceptible de ser prestado.4 Si la tasa
de gasto en dinero permaneciese siempre constante, de forma que el gasto en
dinero durante cualquier periodo fuese siempre igual a la cantidad de dinero
gastada durante el periodo precedente de igual duración, y si, en consecuencia,
pudiéramos suponer que todo el dinero recibido durante cualquier periodo
fuese gastado de nuevo tras un intervalo constante (por término medio)
en bienes de consumo o en algún tipo de activos que generasen renta, sería
claramente justificable suponer que el tipo de interés vendrá directamente de-
terminado por la tasa de beneficio.5 A cada incremento de la demanda de una

préstamo. Por el contrario, Hayek aquí distingue la tasa de rendimiento de un préstamo monetario
de la tasa de rendimiento implícita en el diferencial de precios entre una cesta de inputs (recursos) y
el output (mercancía) que produce.- Ed.].
3. Para ver el significado exacto del concepto de un tipo temporal uniforme de rendimiento (me-
dido en términos de cualquier mercancía), compárese más arriba pp. 214-215.
4. [Puede decirse igualmente que la causación va en la otra dirección: la existencia de préstamos
a un x% anual es una fuente principal de la demanda que hace crecer el precio de una cesta de inputs
a un x% anual del output futuro que produce. O, quizá, ayude más decir que la correspondencia
entre el tipo de interés de un préstamo y la diferencia de precios entre las fases de producción es una
relación de equilibrio mutuamente determinada.- Ed.].
5. [En otras palabras, si no hay perturbaciones en el stock de dinero (M) o la velocidad de circu-
lación del dinero (V) y, por tanto, ningún desbordamiento procedente del desequilibrio monetario a
los mercados financieros, podemos suponer que el tipo de interés se encontrará en su valor natural o
de equilibrio, tal y como venga determinado por los factores no monetarios.- Ed.].

407
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

mercancía (u otro tupo de activo) correspondería un decremento exactamente


igual de la demanda de otra clase de mercancía. Es decir: los precios vendrían
determinados de la misma forma que en la imaginaria economía de trueque
y, en especial, la demanda de bienes de inversión sería exactamente igual a
la parte de sus activos que la gente no quisiese tener en forma de bienes de
consumo. La oferta de fondos no gastados en bienes de consumo se haría igual
a la demanda de dichos fondos a un tipo de interés que correspondería a la
tasa de beneficio determinada por los precios dados. Habría diferencias entre
las tasas de beneficio que la gente esperase ganar en sus propios negocios y
los tipos de interés a los que estarían dispuestos a tomar y dar a préstamo,
correspondientes a los diferentes grados de riesgo, pero el tipo neto de interés
tendería a ser igual a la tasa neta de beneficio, y los precios relativos de los
diversos tipos de bienes, y por tanto las diferencias de precios, dependerían
solamente de la relación de las proporciones en las que la gente distribuyera
su gasto monetario entre bienes de consumo y bienes de capital con las pro-
porciones en las que estuviesen disponibles estos dos tipos de bienes.

influencia de las variaciones monetarias sobre el tipo de interés

Mientras que esta sería indudablemente la posición, una vez que se hubiese
establecido el equilibrio, es uno de los más antiguos hechos conocidos por la
teoría económica que las variaciones de la cantidad de dinero o de su «velo-
cidad de circulación» (o «demanda de dinero») desviará el tipo de interés de
esta posición de equilibrio y puede mantenerla por periodos considerables
de tiempo por encima o por debajo de la cifra determinada por los factores
reales. Este hecho apenas ha sido negado alguna vez por los economistas,
y desde la época de Richard Cantillon y David Hume 6 ha sido objeto de un

6. Cf. R. Cantillon, Essai sur la nature du commerce en général (1754), Parte III, caps. 7 y 8; y D.
Hume, Essays Moral, Political, and Literary (1752), Parte II, Ensayo IV, «On Interest». [En su celebrado
Essai, Richard Cantillon (¿1697?-1734), banquero del que solo se conocen algunos detalles biográficos,
describió los efectos de los precios relativos sobre las variaciones de la oferta monetaria, a los que a
veces se llama «efectos Cantillon». David Hume (1711-1776), hoy mejor conocido como filósofo, hizo
importantes contribuciones a la teoría monetaria. En el citado ensayo, Hume comienza señalando
que «el bajo interés generalmente se adscribe a la abundancia de dinero», pasando luego a mostrar
que esa adscripción es inválida a largo plazo. Hume señala el caso excepcional de la importación por

408
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

análisis teórico que ha sido desarrollado con más detenimiento en épocas


más recientes,7 en especial por Knut Wicksell y sus seguidores,8 pero también
ha dado lugar a una moda científica recurrente, desde John Law 9 hasta L.A.
Hahn10 y J.M. Keynes, de considerar que el tipo de interés solo depende de
la cantidad de dinero y de los deseos cambiantes de la gente de mantener
ciertas cantidades de dinero en su poder.
Aquí no estamos primariamente ocupándonos de los efectos transitorios
o puramente dinámicos de las variaciones monetarias sobre el tipo de interés,
pero si es verdad —como debemos suponer a la luz de todas las pruebas—
que las variaciones de la cantidad de dinero afectan al tipo de interés, tiene

parte de España del oro y la plata del Nuevo Mundo, en la que una larga entrada de metales preciosos
redujo transitoriamente los tipos de interés al aumentar la oferta de fondos prestables por encima de
la demanda. En su nota original, Hayek equivoca las fechas iniciales de publicación de ambas citas, así
como el título del ensayo de Hume, que citó como «On Interest».- Ed.].
7. [Los economistas se refieren hoy al «efecto de liquidez» sobre los tipos de interés de un exceso
de oferta o de demanda de dinero. Las estimaciones empíricas de la dimensión y persistencia del efecto
de liquidez varían ampliamente, cuestionando algunos investigadores modernos su existencia. Los
teóricos continúan trabajando en la elaboración del efecto en modelos rigurosos.- Ed.].
8. A la vista de la aparentemente difundida impresión de que la influencia de las consideraciones
de liquidez sobre el tipo de interés es un nuevo descubrimiento, quizá pueda excusarse a este autor por
señalar que hace más de diez años describió las fluctuaciones cíclicas como debidas en gran parte al hecho
de que el tipo de interés, a corto plazo, viene «determinado por consideraciones de liquidez bancaria»
(Geldtheorie und Konjunkturtheorie,Viena, 1929, p. 103; edición inglesa, Monetary Theory and the
Trade Cycle, Londres, 1933, p. 180). [Hayek aquí desmiente la novedad de la teoría de la «preferencia
por la liquidez» del tipo de interés que expuso Keynes en su General Theory, op. cit., cap. 13.- Ed.].
9. [John Law (1671-1729) fue un financiero escocés cuya Compañía del Mississippi obtuvo con-
cesiones comerciales monopolísticas de la corona francesa y cuya Banque Générale (más tarde deno-
minada Banque Royale) intentó refinanciar la deuda nacional francesa introduciendo dinero papel. Sus
planes explotaron en la tristemente célebre Burbuja del Mississippi de 1720. En su tratado Money and
Trade Considered: With A Proposal for Supplying the Nation with Money (1705) Law señaló que un
aumento de la cantidad de dinero reduce el tipo de interés.- Ed.].
10. Véase L.A. Hahn, Volkswirtschaftliche Theorie des Bankkredits, Tiibingen, 1920, pp. 102 y ss.,
capítulo titulado «Der Zins als Preis des Liquiditätsverlustes». [L. Albert Hahn (1889-1968), banquero y
economista alemán, emigró a Estados Unidos y enseñó en la New School for Social Research (1939-53).
Sus puntos de vista evolucionaron desde los proto-keynesianos, en el libro de 1920 que cita aquí Hayek,
a anti-keynesianos en The Economics of Illusion: A Critical Analysis of Contemporary Economic Theory
and Policy (Nueva York: Squier, 1949). Véase otra exposición de lo mismo en Donald Boudreaux y
George Selgin, «L. Albert Hahn: Precursor of Keynesianism and the “Monetarist Counterrevolution”»,
History of Political Economy, vol. 22, verano de 1990, pp. 261-279.- Ed.].

409
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que existir, incluso en condiciones de equilibrio, alguna relación entre la


cantidad de dinero que la gente desea mantener y el tipo de interés. Esta es
la relación que debemos tratar de elucidar en primer lugar.

ampliación del concepto de equilibrio que hemos utilizado

Ahora, como se ha señalado en un capítulo anterior,11 no se puede encajar


sin problemas el deseo de la gente de mantener dinero en la rígida definición
de equilibrio de la que nos hemos servido hasta este momento. Al menos en
una economía en la que la gente tuviese una absoluta certidumbre acerca
del futuro, no habría necesidad de mantener dinero alguno, más allá de las
comparativamente pequeñas cantidades de dinero que se necesita por la dis-
continuidad de las transacciones y el coste de invertir importes tan pequeños
por periodos tan reducidos. Pero el supuesto de certidumbre acerca del futuro
más distante, aunque hayamos basado en él hasta ahora nuestro argumento,
no es realmente esencial para nuestro concepto de equilibrio. Los planes de
los diversos individuos pueden ser compatibles en la medida en que sean
concretos12 y, sin embargo, los individuos, al mismo tiempo, pueden tener
incertidumbre acerca de lo que vaya a pasar después de una determinada
fecha y pueden desear mantener alguna reserva general frente a lo que pu-
diere suceder en dicho futuro más incierto. De esta forma, puede hacerse que
nuestro sistema incluya el deseo de los individuos de mantener dinero como
una reserva general para el control sobre los recursos.

para el individuo, mantener dinero es una forma de inversión

Está claro que, para el individuo, la posesión de dinero es una forma de man-
tener sus activos 13 que competirá con las otras formas de invertir los recursos

11. Cf. más arriba, Capítulo III.


12. No puede considerarse aquí el interesante problema de hasta qué punto —a pesar del hecho
de que los planes de los diferentes individuos sean algo vagos— la «ley de los grandes números»
pueda, sin embargo, dar lugar a una regularidad suficiente, de forma que los vaivenes de las decisiones
individuales no defrauden las expectativas.
13. En adelante usaremos el término «activos» cuando queramos describir el agregado del capital rea,
dinero y valores, que desde el punto de vista de cualquier individuo serían considerados como su «capital».

410
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

que estén a su disposición. Aunque mantener dinero no produzca ningún


rendimiento directo, sí puede hacer posible que el poseedor aproveche opor-
tunidades imprevistas, siendo una forma de conseguir un rendimiento como
cualquier otro factor de producción, de manera que las variaciones en las
ventajas relativas que suponga mantener dinero u otros recursos, le induzcan
a mantener en diferentes momentos diferentes proporciones de sus activos
totales de una forma u otra. De la misma forma que su intento de maximizar su
renta hará que distribuya sus recursos entre las diversas formas de inversión,
en el sentido más estricto, de manera que iguale sus rendimientos, también
distribuirá sus activos entre inversiones en bienes, préstamos monetarios y
dinero líquido, de forma que iguale la ventaja que espera obtener de estas
clases de activos. Si suponemos que, como haremos para comenzar, solo se
considera como realmente líquido el dinero y que todas las inversiones en
bienes y préstamos en dinero son igual de no líquidos, la posición de equilibrio
entre inversiones en bienes e inversiones en préstamos en dinero se alcanzará
cuando los rendimientos netos, es decir, los rendimientos físicos esperados
menos la compensación por el riesgo y problemas incidentales o el esfuerzo,
sean iguales. El rendimiento de los saldos de dinero, al ser por su naturaleza
no tanto una expectativa de un rendimiento concreto como una expectativa
de diversas posibilidades inciertas, es más difícil de medir. Podríamos, quizá,
hablar de un rendimiento medio que se espera obtener del mantenimiento de
una cierta cantidad de dinero, pero quizá sea más conveniente no concentrarse
en este rendimiento de alguna forma intangible, sino relacionar la cantidad
de dinero que la gente está dispuesta a tener con el importe del beneficio o
interés que podría esperar ganar si invirtiese esa cantidad de dinero ahora
en bienes o préstamos y que, en consecuencia, sacrifica para mantenerse en
la posición de aprovecharse de posibilidades más inciertas.14

14. [En otras palabras, incluso si no podemos medir directamente su beneficio a partir del dinero
mantenido, sabemos que el individuo igualará su beneficio del dólar marginal que tiene a su coste
de oportunidad (el rendimiento del interés que podría ganar invirtiendo ese dólar, neto de costes de
transacciones).- Ed.].

411
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

los cambios en la distribución de los activos afectarán


al tipo de interés y la tasa de beneficio

Cualquier cambio en el atractivo relativo de mantener dinero e inversiones,


respectivamente, y cualquier cambio en la oferta de dinero y de inversiones,
es, por ello, probable que cambien la forma en la que cualquier persona dis-
tribuya sus activos entre las dos opciones. No es difícil de ver que cualquier
tendencia hacia tal cambio en la distribución de los activos está destinada
a afectar al tipo de interés y la tasa de beneficio, de lo que se sigue que las
variaciones de estas tasas pueden ocurrir, incluso cuando los factores que
hasta ahora hemos tratado como sus únicos determinantes, es decir, la ren-
tabilidad de la inversión y el deseo de ahorrar, permanezcan invariables; y
que el efecto de cualesquiera cambios en estos últimos factores puede verse
alterado por un nuevo elemento, las variaciones de la demanda de las dife-
rentes clases de activos a los que puedan dar lugar.

la determinación a corto plazo del tipo de interés:


supuestos bajo los que se considera

De una forma general, este efecto de «preferencia por la liquidez» y la cantidad


de dinero sobre el tipo de interés puede describirse diciendo que el tipo de inte-
rés tiene que ser tal, que la gente en general se vea inducida a mantener como
reservas de liquidez exactamente la parte de la cantidad existente de dinero
que no se requiere para realizar las transacciones de los negocios corrientes.
Sin duda es cierto que en este sentido la cantidad de dinero y la preferencia
por la liquidez influirán sobre el tipo de interés, pero esto está muy lejos de
decir, como hacen Mr. Keynes y su escuela, que, incluso a corto plazo, el tipo
de interés venga únicamente determinado por la cantidad de dinero y las
preferencias de la gente por la liquidez, y aún menos que a largo plazo el tipo
de interés esté primariamente determinado por esos factores monetarios.15

15. [Puede considerarse que Hayek adopta aquí una posición intermedia. Si la preferencia por la
liquidez y la cantidad de dinero fuesen los determinantes primarios o exclusivos del tipo de interés,
como mantiene Keynes, entonces el tipo de interés no sería capaz de coordinar los planes del consumo
intertemporal con los planes de la producción intertemporal (o «el ahorro» con la «inversión»). Por otra

412
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

En este capítulo nos ocuparemos solo de los efectos que tendrán estos
factores monetarios sobre la determinación del tipo de interés a muy corto
plazo, dejando para el siguiente capítulo la discusión de las repercusiones más
lentas de cualquier cambio, lo que significa, en particular, que consideraremos
aquí solo el equilibrio temporal que se establezca cuando haya tenido lugar
un cambio en el mercado de los préstamos monetarios y antes de que hayan
tenido tiempo de afectar a los rendimientos esperados los cambios consi-
guientes en la renta y la demanda final.16 Pero para simplificar el argumento
en esta primera fase, supondremos que solo existe una clase homogénea de
dinero, cuya cantidad es fija y que está claramente demarcada, en cuanto a su
liquidez, de todos los demás activos, ya sean préstamos monetarios o activos
reales, considerándose todos los demás activos, a los presentes efectos, como
igualmente ilíquidos. La consecuencia más importante de este supuesto es
que, en el presente contexto, podemos pasar por alto cualesquiera diferencias
entre las diferentes tasas de rendimiento de los fondos invertidos en cualquier
sentido y, particularmente, entre el tipo de interés y la tasa de beneficio. De
esta forma, podemos limitarnos a la relación entre el rendimiento puramente
psíquico de mantener dinero y todos los demás rendimientos físicos de las
inversiones de cualquier especie.

causa de la creencia errónea de que el tipo de interés


está determinado solo por la cantidad de dinero
y la preferencia por la liquidez

Podemos empezar considerando el argumento que se encuentra detrás de


la afirmación de que, al menos a corto plazo, el tipo de interés lo determina
únicamente la cantidad de dinero y la preferencia por la liquidez.
Puede mostrarse sin gran dificultad que este punto de vista se debe a la
consideración de una fuente de la demanda de dinero como si fuera el único

parte, si los factores de la oferta y demanda de dinero nunca han tenido más que un efecto despreciable
sobre el tipo de interés, entonces los impulsos monetarios no podrían ser responsables de perturbar
la coordinación intertemporal como lo hacen en la teoría del ciclo económico de Mises-Hayek.- Ed.].
16. [En lenguaje de libro de texto, Hayek considerará aquí solo el efecto liquidez y no el subsi-
guiente efecto de renta nominal de una variación de la oferta o demanda de dinero.- Ed.].

413
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

determinante de su precio, error que es similar a la antigua creencia, ya que


la demanda industrial de oro tiene alguna influencia sobre su valor, porque
el valor del oro monetario depende solo de sus usos industriales. El caso de
la relación entre la demanda de dinero, preferencia por la liquidez, y el tipo
de interés parece solo superficialmente más plausible, ya que es, evidente-
mente, cierto, que toda la demanda de dinero se deriva del deseo de tener
dinero, pero no todo el deseo de tener dinero se debe a la preferencia por la
liquidez, ni tampoco puede suponerse que la demanda de dinero debida a
otras circunstancias pueda considerarse a corto plazo constante. Solo si se
satisficiesen la una o la otra de estas dos condiciones, podría decirse que el
precio del dinero dependiese solo de la preferencia por la liquidez y la cantidad
de dinero existente. De hecho, evidentemente, mantenemos dinero, no solo
porque no sabemos qué hacer con él, sino también, y en tiempos normales
probablemente en mucha mayor medida, porque intentamos utilizarlo para
propósitos particulares en algún momento posterior y, en el entretanto, no
podemos invertirlo de forma conveniente. Y, mientras un aumento de la
tasa esperada de rendimiento de las inversiones hará relativamente menos
atractivo mantener dinero con la sola esperanza de que llegue a ser más útil
en alguna fecha posterior incierta, al mismo tiempo hará aumentar la cantidad
de dinero que se necesite para realizar las transacciones que prometan una
tasa de rendimiento dada.17

la influencia de la productividad que se esconde


en la «función de la preferencia por la liquidez»

La impresión equivocada de que el tipo de interés viene determinado úni-


camente por la cantidad de dinero y la preferencia por la liquidez, se basa
en la sugerencia errada, que es consecuencia de este tipo de análisis, de que
la demanda de dinero depende solo de la preferencia por la liquidez. Pero la

17. [Hayek hace aquí la importante observación de que mantener dinero es, en alguna medida,
complementario, y no meramente una alternativa, a invertir riqueza en la formación de capital. Esto lo
pondrá de manifiesto más tarde en contra de la concepción keynesiana del «efecto Tobin» de que una
mayor inflación, al desalentar la tenencia de dinero, promueve la formación de capital. Véase Adam
Stockman, «Anticipated Inflation and the Capital Stock in a Cash-in-Advance Economy», Journal of
Monetary Economics, vol. 8, noviembre de 1981, pp. 387-93.- Ed.].

414
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

descripción de la demanda de dinero en términos de una curva o función,


a la que se llama curva o función de preferencia por la liquidez, significa
simplemente que se ha agrupado bajo este nombre todo tipo de influencias,
incluyendo, en particular, la productividad de la inversión. Evidentemente,
es siempre posible definir así los términos utilizados en un argumento de
forma que se convierta a las conclusiones en puramente analíticas y nece-
sariamente ciertas, lo que es exactamente lo que se hace cuando se define
a la preferencia por la liquidez de forma que incluya todos los factores que
determinan la demanda de dinero, para luego concluir que el precio de los
préstamos en dinero depende exclusivamente de la cantidad de dinero y
la preferencia por la liquidez. Pero, bajo esta forma, la afirmación viene a
parar solo a decir que el tipo de interés depende de la demanda y oferta de
dinero, sin decirnos nada acerca de qué factor del lado de la demanda es el
que tiene la mayor importancia.
Para mostrar que, de hecho, no puede considerarse la curva de preferen-
cia por la liquidez como independiente de la productividad de la inversión,
sino que meramente esconde o, más bien, incluye, el elemento de la pro-
ductividad y, en consecuencia, que la demostración de que el tipo de interés
viene determinado por completo por esta curva y la cantidad de dinero no
prueba que sea independiente de la productividad de la inversión, solo te-
nemos que formular una pregunta: ¿Son las cantidades que se supone que
la gente está dispuesta a mantener por razones de liquidez a cualquier tipo
de interés dado, independientes de las cantidades que puede invertir a ese
tipo? Solo si se pudiese contestar razonablemente de forma afirmativa a esta
pregunta, podría considerarse que la curva de preferencia por la liquidez
es independiente de la productividad de la inversión. Pero, incluso si ello
fuese así, solo se podría aplicar a las cantidades de dinero mantenidas como
reserva de liquidez, por lo que no nos permitiría derivar el tipo de interés
de la oferta total de dinero. Sin embargo, si, como es casi con total certi-
dumbre el caso, la respuesta a nuestra pregunta fuese negativa, es decir, si
la cantidad de dinero que la gente está dispuesta a mantener como reservas
de liquidez depende inter alia de cuánto pueden invertir a una tasa dada de
rendimiento, esto significa que se ha introducido de matute todo el elemento
de la productividad en la llamada curva de preferencia por la liquidez. De
esta forma, la afirmación de que el tipo de interés depende únicamente de

415
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

la preferencia por la liquidez y no de la productividad de la inversión se


queda sin ningún fundamento.18

ilustración diagramática de la relación entre la productividad


y la preferencia por la liquidez

Puede ilustrarse la posición real modificando ligeramente un diagrama utili-


zado por el profesor Hicks a este respecto.19 Se basa en el supuesto de que la
cantidad de dinero es fija, y tiene dos curvas, una que muestra las cantidades
de dinero que la gente estará dispuesta a gastar de sus saldos dados en dinero
liquido durante cualquier periodo dado a diversos tipos de interés, y la otra
los tipos de rendimiento que la gente espera obtener de cantidades dadas de
gasto. De esa forma, en la Figura 27 la curva a muestra que con un aumento
del tipo de interés (medido a lo largo de la ordenada Oi), la gente estará
dispuesta a gastar cantidades crecientes de sus tenencias dadas de dinero, en
inversiones (las cantidades gastadas se miden a lo largo de la abscisa Om),
mientras que la curva b muestra que al aumentar este gasto, cae la tasa es-
perada de rendimiento.
Dado que, por el momento, solo nos ocupamos de los efectos a muy corto
plazo, este gasto inducido por las variaciones de los rendimientos esperados
se referirá únicamente a las inversiones directas y no incluirá las variaciones
ulteriores del gasto por parte de la gente cuyos ingresos aumenten por las
inversiones. A este respecto, nuestro diagrama difiere del diagrama similar

18. Probablemente, ha habido alguna confusión con la idea de que, bajo competencia perfecta, el
patrón de la demanda de inversión al que se enfrente cualquier individuo tiene que ser horizontal, es
decir, que la cantidad que puede invertir a cualquier tipo de interés es ilimitada. Pero, aparte del hecho
de que la competencia perfecta requiere meramente que nadie cuente con que su acción afecte a los
precios, aquí no nos enfrentamos con las oportunidades de inversión que se ofrecen a un individuo,
sino con el patrón de la demanda de inversión de la sociedad como un todo.
19. Cf. J.R. Hicks, 1937, p. 153. [John R. Hicks (1904-1989) fue lector en la London School of
Economics (1931-35), donde fue colega de Hayek durante varios años; luego pasó a Cambridge
durante tres años; en el periodo 1938-46 fue profesor de economía en Manchester y después pasó el
resto de su carrera en Oxford (1946-1971). Fue co-recipiendiario del Premio Nobel de Economía de
1972. El artículo de 1937 que Hayek cita aquí fue la fuente clásica del modelo keynesiano IS-LM, que
durante décadas fue el instrumento analítico estándar de los libros de texto de macroeconomía.- Ed.].

416
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

que utiliza el Profesor Hicks, que incluye todos los efectos indirectos sobre
la renta. Nuestra curva representa simplemente lo que Mr. Keynes llama el
esquema de la demanda de inversiones o el esquema de la eficiencia marginal
del capital en el momento en cuestión.
Este método de representación significa que, en lugar de preguntar, como
hace Mr. Keynes, qué cantidad de dinero querrá mantener la gente a diversos
tipos de interés y beneficio y con una renta monetaria dada, preguntamos
qué cantidades de dinero estará dispuesta a gastar la gente en inversiones
con saldos monetarios dados, pero para diferentes tasas de rendimiento, lo
que significa que tratamos a la renta como una variable dependiente.
De la definición de nuestras curvas se sigue que el tipo de interés y be-
neficio se fijarán en cualquier momento en el punto de intersección de las
dos curvas (el punto P del diagrama). Supongamos ahora que el esquema
de la demanda de inversión (nuestra curva b) se ve desplazada hacia arriba,
digamos, por un invento. Si los saldos en dinero estuviesen rígidamente
fijos, de forma que el aumento de los rendimientos esperados no indujese a
la gente a sacar dinero de sus saldos (es decir, si la curva a fuese una línea
vertical), el tipo de interés aumentaría por la cantidad total del aumento del
esquema de demanda de inversiones. O, en otras palabras, si la demanda de
dinero fuese perfectamente inelástica con respecto al tipo de interés, éste
dependería únicamente de la productividad de la inversión (y la tasa de aho-
rro, que, sin embargo, a efectos de nuestro presente análisis a corto plazo,

417
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

podemos considerar constante) y seguiría estrechamente cualquier cambio


de la productividad de la inversión. Este es, obviamente, el caso mencionado
al comienzo de este capítulo y el que se ha discutido tradicionalmente en la
teoría pura del interés (en contraposición a la monetaria).
Si, sin embargo, como es más probable, un aumento de la tasa de rendi-
miento esperada induce a la gente a reducir algo sus tenencias de dinero (de
forma que las pendientes de nuestras curvas a se desplacen hacia arriba y a la
derecha), un desplazamiento hacia arriba de la curva b no hará que ascienda
el punto de intersección de las dos curvas o, por tanto, que aumente el tipo de
interés por toda la magnitud del desplazamiento hacia arriba de la curva b,
sino en una magnitud algo menor; cuánto menos dependerá de la pendiente
de la curva a. Esto quiere decir que el desembolso de dinero de las reservas
de liquidez aumentará la oferta de fondos al mismo tiempo que aumenta su
demanda, por lo que el tipo de interés aumentará menos que si la oferta fue-
se fija. Incluso podríamos concebir teóricamente un caso extremo en el que,
dentro de ciertos límites, el deseo de tener dinero líquido fuese perfectamen-
te elástico (es decir, nuestra curva a fuese horizontal), de forma que, como
consecuencia de un aumento de la curva b, se desembolsaría exactamente la
cantidad suficiente de dinero de los saldos ociosos para mantener el tipo de
interés a su anterior nivel. En este caso, podría decirse que el tipo de interés
vendría solo determinado por la preferencia por la liquidez, es decir, el deseo
de mantener dinero ya que, mientras nuestra curva b corte a la curva a en su
parte horizontal, los desplazamientos de la curva b no tendrán, a corto plazo,
ninguna influencia sobre la magnitud del tipo de interés.20

20. [Un desplazamiento hacia arriba de la curva b similarmente no tendrá ninguna influencia
a un plazo inmediato sobre la magnitud del tipo de interés si el banco central apunta a un objetivo
de tipo de interés constante ampliando la cantidad total de dinero en tanto como sea necesario para
evitar que aumente el tipo de interés. Esa expansión monetaria se mostraría en el diagrama de Hayek
desplazando la línea vertical del punto N a la derecha (representando ON la cantidad del stock mo-
netario), tirando de la curva a unida a ella hacia la derecha tanto como sea necesario para mantener
el nivel del tipo de interés de equilibrio i constante a la vista de un desplazamiento hacia arriba de la
curva b. A más largo plazo esa política elevaría la renta nominal y, con ello, ejercería una presión al
alza ulterior sobre la curva b y el tipo de interés.- Ed.].

418
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

condiciones bajo las que se podría considerar


la preferencia por la liquidez como el único
determinante a corto plazo del tipo de interés

Es instructivo considerar algo más de cerca las condiciones en las que esto
podría ser cierto, lo que mostrará lo extremadamente limitada que es la apli-
cación de este caso teóricamente posible. Una curva a horizontal, como hemos
visto, significaría que la gente, en todas las circunstancias, invertiría solo lo que
pudiese invertirse a una tasa fija de rendimiento, independientemente de lo
grandes que fuesen las cantidades. La única condición bajo la que, en todo caso,
esto podría resultar probable, es que la tasa de rendimiento ya hubiese caído
tanto como para compensar exactamente el riesgo extra de prestar o invertir
en activos reales, en comparación con el mantener dinero; en esta situación, la
gente invertiría tanto como pudiese a dicho tipo mínimo y atesoraría el resto.
Pero como sabemos que la gente presta incluso a una fracción del uno por ciento,
este mínimo es, evidentemente, muy bajo. Por tanto, toda la discusión implicaría
que hay alguna cifra mínima de la tasa de rendimiento por debajo de la cual no
caería nunca, y que si se la ha alcanzado, se financiarán todas las variaciones
de la cantidad de inversión por medio de variaciones exactamente iguales en
los saldos monetarios ociosos. Pero incluso esto solo sería exactamente igual
en la vida real si pudiésemos considerar la tenencia de dinero, como hacemos
aquí, como si no estuviese sujeta a pérdida o depreciación. De hecho, sabemos
que esto no es así y que en algunas circunstancias la gente incluso pagaría algo
por mantener su dinero de alguna forma que no sea dinero líquido (o incluso
saldos bancarios), es decir, a veces preferirán invertir incluso con una tasa de
rendimiento negativa. Por ello, parece que tenemos que suponer que las can-
tidades de dinero que la gente esté dispuesta a mantener, disminuye cada vez
que aumente la tasa esperada de rendimiento, a partir de cero, o incluso por
debajo de cero, hacia arriba, y que, por ello, nuestra curva a tendrá en toda su
trayectoria una pendiente hacia arriba en mayor o menor grado.

forma probable de la curva A

Por lo tanto, podemos ir olvidándonos del caso de una curva a que sea absolu-
tamente horizontal, ni siquiera en algunos tramos, y podemos concentrar

419
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

nuestra atención en el caso en el que tiene una pendiente más o menos


positiva. Sin embargo, sigue siendo probable que con una muy baja tasa de
rendimiento, su pendiente sea reducida, pero claramente crecerá al aumentar
las tasas de rendimiento, ya que cuanto mayor sea la reducción de los saldos
ociosos que ya ha tenido lugar, mayor tendrá que ser el ulterior aumento de
la tasa de rendimiento para dar lugar al desembolso con cargo a estos saldos
de un importe ulterior de cuantía dada. Y, como, por razones técnicas, hay
claramente un máximo que no puede sobrepasar la velocidad de circulación
(porque ya no queden saldos «ociosos»), la curva tiene que tender a hacerse
vertical para tasas de rendimiento muy altas.
La importancia de esta conclusión para la determinación del tipo de interés
(que nuestra curva a tenga una pendiente hacia arriba a la derecha) es que un
desplazamiento de la curva de rendimiento hacia arriba o hacia abajo llevará al
desembolso o absorción de diversos importes de dinero a partir de los saldos
ociosos y que el efecto inmediato de un cambio de la curva de rendimiento
sobre el tipo de interés se verá modificado en esta medida.

las dos fuentes de la demanda de dinero

Puede ilustrarse ulteriormente la naturaleza de este proceso por medio de


nuestro diagrama si introducimos un supuesto simplificador más que nos
permita interpretarlo de una segunda forma. El supuesto que tenemos que
hacer a este propósito es que la cantidad de dinero que mantendrán los em-
presarios en relación con las inversiones acerca de las que tienen planes con-
cretos, así como los receptores de la renta producida por todas las inversiones
(el total de los «saldos por transacción») cambiará en una proporción exacta
con el total de estos pagos. Bajo este supuesto, la distancia OM en nuestro
diagrama, que expresa el gasto en inversión, puede también interpretarse que
representa la cuantía de los saldos por transacción que se mantiene, y como
se supone que la cantidad total de dinero en manos de todos los interesados
es constante, y ON representa el caso en el que los saldos ociosos son cero
y se mantiene todo el dinero en saldos por transacción, MN mide la cuantía
de saldos ociosos que se mantiene en cualquier momento.
Interpretado así, el diagrama muestra cómo la oferta de dinero dada se
distribuirá en diversas circunstancias entre saldos activos y saldos ociosos. Nos

420
FACTORES QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS A CORTO PLAZO

muestra cómo los dos usos del dinero que compiten entre sí determinarán
conjuntamente a corto plazo la tasa de rendimiento de todas las clases de
inversión y lo equivocada que tiene que ser cualquier afirmación de que el
tipo de interés dependa siempre solamente, o bien de la preferencia por la
liquidez, o de la productividad. La teoría de que el tipo de interés depende
solamente de la preferencia por la liquidez es una inferencia del supuesto
implícito de que toda la demanda de dinero se debe a la preferencia por la
liquidez —o, al menos, que puede considerarse constante la demanda de di-
nero para otros propósitos. Ahora quedará también claro que no es suficiente,
como han hecho los profesores Hicks y Lange,21 añadir pura y simplemente
el volumen de renta monetaria a la preferencia por la liquidez como un
segundo determinante, ya que, antes que puedan aumentar los ingresos
con una cantidad determinada de dinero, tiene que tener lugar un aumento
de los rendimientos para inducir a alguien a reducir sus saldos ociosos. Y
solo a consecuencia de un aumento previo de las inversiones, que, a no ser
que nuestra curva a sea horizontal, significará un tipo más alto de interés,
aumentarán los ingresos y la demanda final y, a su vez, afectarán al patrón
de la demanda de inversión, lo que, sin embargo, ya se encuentra fuera de los
efectos a muy corto plazo que estamos considerando en el presente capítulo.
Por ello, no puede negarse que, incluso en el más corto de los cortos plazos,
el patrón de la demanda de inversión tiene una influencia directa sobre el
tipo de interés y que cualquier cambio en aquella llevará directamente a un
cambio en este.

21. O. Lange, 1938, pp. 16 y ss. [Oscar Lange (1904-1965) enseñó en la Universidad de Chicago
(1937-45) antes de volver a su nativa Polonia como consejero del gobierno estalinista de postguerra.
Aparte de su obra sobre la teoría del ciclo económico y el interés, es famoso que en el debate del
cálculo socialista argumentase a favor de la superioridad del «socialismo de mercado», una economía
propiedad del Estado que guía la producción haciendo que los planificadores centrales fijen de forma
inteligente «precios contables» con respecto a los que optimizarán los gestores de las fábricas y otros
funcionarios. Mises y Hayek adoptaron la posición contraria de que es necesaria una competencia
en el mercado real entre los propietarios de los recursos privados para generar precios exactos de los
bienes de capital y establecer una asignación racional de los recursos.- Ed.].

421
Capítulo XXVII
FUERZAS A LARGO PLAZO
QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

Habiendo considerado en el último capítulo el efecto del impacto de cualquier


cambio en la demanda de inversión, debemos volver ahora a las repercusiones
ulteriores de los cambios que hemos observado. Hemos visto que, en una
economía monetaria, uno de los efectos de un cambio en la rentabilidad de
la inversión será un desembolso de dinero de (o una absorción de dinero
en) los saldos ociosos y un consiguiente cambio de la magnitud del flujo de
dinero que se enfrenta al flujo de bienes.1 Todavía no hemos considerado los
efectos sobre los rendimientos de este cambio en el flujo de dinero, ya que
se harán sentir solo después del periodo corto del que nos hemos ocupado
en el último capítulo.

las influencias que determinan la forma de la curva


de la demanda de inversión

La curva de rendimientos o el esquema de la demanda de inversión, que en-


tonces habíamos tratado como una magnitud dada, o como una variable in-
dependiente, se verá claramente afectada por los cambios en la magnitud del
flujo de dinero. Antes de que podamos analizar estos efectos, será necesario
examinar algo más de cerca los factores que determinan la forma de esta
curva en general y, al mismo tiempo, distinguir entre las diferentes formas
en las que puede cambiar la cantidad de inversión y los efectos de estos cam-
bios sobre la curva de rendimientos.
Hasta ahora, no hemos discutido explícitamente la relación entre la curva de
rendimientos utilizada en el último capítulo, que se refiere a los rendimientos

1. [Por ejemplo, un aumento del rendimiento esperado de la inversión, al hacer que crezca el
coste de oportunidad de mantener efectivo, hará que crezca la velocidad de circulación del dinero y,
de esa forma, la demanda nominal agregada.- Ed.].

423
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de cantidades sucesivas de dinero invertido y nuestra anterior discusión de la


productividad de la inversión en términos reales. Pero mientras consideremos
los precios como dados, como hemos podido hacer a efectos del análisis del
último capítulo, la relación es tan obvia que apenas necesita que se la explique
más. De la misma forma que sucesivas cantidades de inversión expresadas
en términos de cualquier otra unidad, producirán rendimientos decrecientes,
así la inversión de sucesivas dosis de tantas cantidades de input como pueda
obtenerse por una cantidad dada de dinero, también darán como resultado
rendimientos decrecientes.

significado de las variaciones en la «cantidad de inversión»

Es necesaria una consideración algo más cuidadosa de lo que queremos


decir exactamente cuando hablamos de un aumento de la inversión. Estric-
tamente hablando, si comenzamos desde una posición inicial de equilibrio,
en la que se excluye por definición la existencia de recursos no utilizados,2
un aumento o disminución de la inversión debería significar siempre una
transferencia de inputs de la producción de bienes de consumo para una
fecha más cercana a la producción de bienes de consumo para una fecha
más distante o viceversa. Pero, cuando suponemos que esta desviación de
inputs de una clase de producción a otra viene acompañada, y en parte
producida, por cambios en el gasto total en dinero, no podemos al mismo
tiempo suponer que los precios no varíen. Sin embargo, no es ni necesario
ni aconsejable, para nuestros presentes propósitos, adherirnos a un supues-
to de tipo de equilibrio tan rígido. En cualquier caso, en lo que se refiere
a los efectos del impacto de un aumento de la demanda de inversión que
examinamos en el capítulo anterior, no hay ninguna razón de por qué no
deberíamos suponer que los inputs adicionales que se está invirtiendo estu-
viesen anteriormente sin emplear, de forma que el aumento de la inversión
significa un aumento correspondiente del empleo de toda clase de recursos
sin ningún aumento de precios y sin una disminución de la producción de
bienes de consumo. Este supuesto significa pura y simplemente que existen

2. Esto significa los recursos sin utilizar que podría haber habido a precio vigente en el mercado.
Evidentemente, siempre habrá más reservas que solo se ofrezcan si los precios aumentan.

424
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

ciertas cantidades limitadas de diversos recursos que se ha ofrecido, pero no


se ha comprado a los precios corrientes, pero que se emplearía tan pronto
como creciera la demanda a los precios existentes. Y como la cantidad de
estos recursos será siempre limitada, el efecto de hacer este supuesto será
que tenemos que distinguir entre los efectos que tendrá un aumento de las
inversiones y renta mientras haya recursos de todo tipo sin utilizar, y los
efectos que tendrá este aumento después de que los diversos recursos se
vayan haciendo sucesivamente escasos y sus precios comiencen a aumentar.

efecto de un aumento de la demanda de inversión en los ingresos

El cambio inicial a partir del que hemos comenzado nuestra discusión en el


último capítulo, un invento que da lugar a una nueva demanda de capital,
significa que, con precios dados, el margen entre el coste de producción y
el precio del producto producido con el nuevo proceso será más alto que la
tasa de beneficio vigente, es decir, habrá crecido la tasa marginal de beneficio
sobre el anterior volumen de producción. El primer resultado de esto, como
hemos visto, será que aumentará la inversión, caerá la tasa marginal de be-
neficio y disminuirán los saldos en dinero, hasta que el deseo de mantener
las unidades marginales de los menores saldos en dinero, se vea de nuevo
equilibrada exactamente por los más altos beneficios que puede obtenerse
invirtiéndolos. Esta nueva tasa de beneficio se encontrará en algún lugar
entre la tasa antigua y la tasa más alta que existiría si no hubiese aumentado
la inversión. Pero como esta inversión adicional ha sido financiada por un
desembolso de dinero sacado de los saldos ociosos, los ingresos habrán au-
mentado y, como consecuencia, también aumentará la demanda de bienes de
consumo, aunque probablemente no por todo el importe, ya que es probable
que se ahorre parte del ingreso adicional.

efecto de un aumento de los ingresos en la demanda de inversión

Si suponemos que existen recursos sin utilizar, no solo en forma de fac-


tores de la producción, sino también en forma de bienes de consumo en
todos los estadios de su elaboración, y mientras sea ese el caso, el aumento
de la demanda de bienes de consumo llevará por algún tiempo solamente

425
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

a un aumento de las ventas sin aumento de los precios. Este aumento de


la cantidad de output que puede venderse a precios dados, tendrá el efecto
de hacer aumentar más la demanda de inversión o, más exactamente, de
desplazar nuestra curva de rendimiento a la derecha sin hacer que cambie
su forma. De acuerdo con ello, aumentará la cantidad de dinero que resulte
rentable tomar a préstamo e invertir a cualquier tipo de interés y esto, a su
vez, significará que, aunque se desembolse algún dinero más procedente de
los saldos ociosos, se elevarán más el tipo de interés y la tasa de beneficio. Y
como este proceso habrá hecho crecer los ingresos todavía más, se repetirá,
es decir, cada aumento ulterior de la demanda de bienes de consumo llevará
a algún aumento ulterior de la inversión y a algún aumento ulterior de la
tasa de beneficio. Pero en cada fase de este proceso, alguna parte de la renta
adicional se ahorrará, y al crecer los tipos de interés, cualquier incremento
dado de la demanda final llevará a proporcionalmente menos inversión (o,
lo que es en realidad el mismo fenómeno, solo que visto desde un ángulo
diferente, los incrementos sucesivos de la demanda de inversión llevarán
al desembolso de cantidades decrecientes de dinero a partir de los saldos
ociosos). De esta forma, el proceso se ralentizará gradualmente, llegando
finalmente a detenerse.

posición final del tipo de rendimiento

¿Dónde quedará fijado el tipo de interés en este equilibrio final? Si suponemos


que la cantidad de dinero ha permanecido constante, evidentemente, estará
por encima del tipo que regía antes del cambio inicial que ha tenido lugar,
e incluso por encima del tipo más alto que es consecuencia del impacto, que
regía inmediatamente después de que tuviese lugar el cambio, ya que cada
revolución del proceso que hemos venido considerando lo habrá aumentado
un poco más. Pero bajo nuestros presentes supuestos, incluso si este proceso
llega a su final, no hay razón de por qué el tipo de interés haya tenido que
aumentar en toda la medida en la que lo habría hecho al principio, si la oferta
de fondos invertibles hubiera sido totalmente inelástica. De esta forma, bajo
las condiciones que hemos considerado, el desembolso de dinero a partir de
los saldos ociosos (y lo mismo, evidentemente, sería cierto para un aumento
de la cantidad de dinero) puede mantener la tasa de rendimiento y el tipo

426
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

de interés de forma duradera por debajo de la cifra a la que habría subido


sin tal cambio monetario.

naturaleza de los supuestos que subyacen a este análisis

Pero tengamos totalmente claro a cuál de nuestros supuestos se debe este


resultado algo sorprendente. Hemos supuesto que era infinitamente elástica
no solo la oferta de input puro, sino también la oferta de productos finales e
intermedios y de instrumentos de todas clases, de forma que cada aumento
de la demanda podría satisfacerse sin ningún aumento del precio, o, en otras
palabras, que el aumento de la inversión (o mejor diríamos, del output)
era posible sin que la sociedad como agregado, o incluso ningún individuo
aislado, tuviese que reducir el consumo para suministrar un ingreso a las
personas adicionales ahora empleadas. O, en otras palabras, hemos estado
considerando un sistema económico en el que no eran escasos, no solo los
recursos permanentes, sino también todas clases de recursos no permanentes,
es decir todas las formas de capital. No hay, ciertamente, ninguna razón de
por qué el precio del capital debería subir si hay tales reservas sin utilizar de
capital, incluso no hay ninguna razón de por qué el capital debería tener un
precio en absoluto si abundase en todas sus formas. La existencia de interés
en tal mundo se debería, por cierto, a la escasez de dinero, aunque, incluso el
dinero no sería escaso en un sentido absoluto, sino solo en relación con los
precios dados en los que se supondría que insistiría la gente. Por un ajuste
apropiado de la cantidad de dinero, el tipo de interés podría, en tal sistema,
ser reducido prácticamente a cualquier nivel.

la economía de la abundancia de mr. keynes

Ahora bien, esta situación, en la que existen abundantes reservas de todo


tipo de recursos, incluyendo todos los productos intermedios, puede preva-
lecer ocasionalmente en lo profundo de una depresión. Pero, ciertamente,
no es una situación normal en la que podría basarse una teoría que afirmase
tener validez general. Sin embargo, es algún mundo así el que se trata en
La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero de Mr. Keynes, que
ha dado lugar, en los últimos años, a tanto alboroto y confusión entre los

427
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

economistas e, incluso, entre el público en general. Aunque los tecnócratas


y otros creyentes en la ilimitada capacidad productiva de nuestro sistema
económico todavía no parezcan haberse dado cuenta, lo que nos ha dado es,
realmente, esa economía de la abundancia por la que venían tanto tiempo
clamando.3 O, más bien, nos ha dado un sistema económico basado en el
supuesto de que no existe ninguna escasez real y que la única escasez que
debe preocuparnos es la escasez artificial creada por la determinación del
público de no vender sus servicios y productos por debajo de unos precios
arbitrariamente fijados. No se explica de ninguna manera estos precios, sino
que se supone simplemente que permanecen a su nivel dado históricamente,
excepto en los raros intervalos en que la economía se acerca al «pleno em-
pleo» y los diferentes bienes comienzan sucesivamente a hacerse escasos y
a aumentar de precio.
Ahora bien, si hay un hecho bien establecido que domine la vida económi-
ca, es la incesante variación, incluso por horas, de los precios de las materias
primas más importantes y de los precios al por mayor de casi todos los ali-
mentos. Pero el lector de la teoría de Mr. Keynes se queda con la impresión
de que estas fluctuaciones de precios están completamente inmotivadas y
son irrelevantes, excepto quizá hacia el final de un boom, cuando se vuelve
a admitir el hecho de la escasez en el análisis, como una aparente excepción,
bajo la denominación de «cuellos de botella».4 Y no solo se pasa por alto

3. [El movimiento de la tecnocracia, fundado por el ingeniero americano Howard Scott (1890-
1970) después de la Primera Guerra Mundial, ganó popularidad en los 1920 y particularmente durante
la depresión de los 1930. La tecnocracia es un sistema socio-económico basado en la abundancia y no
en la escasez. Los avances técnicos, como la automatización, han dado lugar a amplios incrementos en
la eficiencia productiva, creando una abundancia de factores de producción, pero el antiguo sistema
económico basado en la escasez lleva a la competencia entre los trabajadores y a una caída del nivel
de vida. Por medio de la gestión científica, el estado tecnocrático asegurará que los beneficios de la
tecnología sean compartidos por todos.- Ed.].
4. Debería haber pensado que el abandono de la distinción tajante entre los «bienes libremente
reproducibles» y los bienes de escasez absoluta y el haber puesto en su lugar el concepto de los diver-
sos grados de escasez (de acuerdo con los costes crecientes de reproducción) era uno de los mayores
avances de la economía moderna; pero Mr. Keynes desea, evidentemente, que volvamos a la antigua
forma de pensar. Esto es, en todo caso, lo que parece ser que significa su uso del concepto de «cuellos de
botella», concepto que me parece pertenece esencialmente a una ingenua fase anterior del pensamiento
económico y cuya introducción en la teoría económica apenas puede considerarse como una mejora.

428
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

sistemáticamente los factores que determinan los precios relativos de las


diversas mercancías,5 sino que se argumenta explícitamente que, aparte de
los factores puramente monetarios que se supone que son los únicos deter-
minantes del tipo de interés, los precios de la mayor parte de los bienes serían
indeterminados. Aunque esto solo se afirme expresamente para los activos de
capital en el especial estrecho sentido en el que Mr. Keynes usa este término,
es decir, para bienes duraderos y valores, se aplicaría el mismo razonamiento
a todos los factores de producción. En la medida en la que nos refiramos a los
«activos» en general, todo el argumento de la Teoría General se basa en el
supuesto de que su rendimiento está solo determinado por factores reales (es
decir, está determinado por los precios dados de sus productos) y que puede
determinarse su precio solo capitalizando este rendimiento a un tipo dado de
interés, determinado únicamente por factores monetarios.6 Este argumento,
si fuese correcto, habría claramente que extenderlo a los precios de todos
los factores de producción cuyo precio no está arbitrariamente fijado por
los monopolistas, ya que sus precios tendrían que ser iguales al valor de su
contribución al producto, menos el interés por el intervalo durante el que han
estado invertidos los factores.7 Es decir, la diferencia entre costes y precios
no sería una fuente de demanda de capital, sino que estaría determinada
unilateralmente por un tipo de interés que sería totalmente dependiente de
las influencias monetarias.

[La discusión de los «cuellos de botella» de Keynes aparece en el capítulo 21 («The Theory of Prices»)
de The General Theory, pp. 300-1.- Ed.].
5. Es característico que, cuando finalmente, hacia el final de su libro, Mr. Keynes pasa a discutir los
precios, la «Teoría del Precio» es para él meramente «el análisis de las relaciones entre las variaciones
de la cantidad de dinero y las variaciones en el nivel de precios» (Teoría General, p. 296).
6. Cf. Teoría General, p. 137: «Tenemos que determinar el tipo de interés a partir de alguna otra
fuente y solo después podremos valorar el activo “capitalizando” su rendimiento prospectivo».
7. La razón por la que Mr. Keynes no saca esta conclusión y la explicación general de su peculiar
actitud frente al problema de la determinación de los precios relativos es, presumiblemente, que bajo la
influencia de la doctrina del «coste real» que hasta el presente día juega tan gran papel en la tradición
de Cambridge, supone que los precios de todos los bienes, excepto los más duraderos, están, incluso
a corto, plazo determinados por los costes. Pero, independientemente de lo que se piense acerca de la
utilidad de una explicación basada en los costes de los precios relativos en el análisis de equilibrio, debería
estar claro que carece en absoluto de utilidad en cualquier discusión de los problemas del corto plazo.

429
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

importancia básica de la escasez

No tenemos por qué ir mucho más lejos con este argumento para ver que lleva
a conclusiones contradictorias. Incluso en el caso que hemos considerado antes
de un aumento de la demanda de inversión debido a un invento, el mecanismo
que restaura la igualdad entre beneficios e interés sería inconcebible sin un
determinante independiente de los precios de los factores de producción, a
saber, su escasez. Ya que si los precios de los factores de producción dependiesen
directamente del tipo de interés dado, no podría aparecer ningún aumento
de los beneficios y no tendría lugar ninguna expansión de la inversión, ya
que los precios quedarían fijados automáticamente para hacer la tasa de
beneficio igual al tipo de interés dado.8 O, si se considerase como invariables
los precios iniciales y se supusiese que se dispone de ofertas ilimitadas de
factores a estos precios, nada podría reducir la mayor tasa de beneficio al nivel
del tipo de interés invariable. Está claro que, si queremos llegar a entender
el mecanismo que determina la relación entre costes y precios, y por tanto
la tasa de beneficio, es a la escasez relativa de los diversos tipos de bienes de
capital y de los otros factores de producción a dónde debemos dirigir nuestra
atención, ya que es su escasez la que determina sus precios. Y aunque pueda
haber, en la mayor parte de las veces, algunos bienes en los que un aumento
de su demanda pueda dar lugar a algún aumento de la oferta sin un aumento
de sus precios, en conjunto será más útil y realista suponer a efectos de esta
investigación que la mayoría de las mercancías serán escasas, en el sentido de
que cualquier aumento de la demanda, ceteris paribus, llevará a un aumento
de sus precios. Debemos dejar la consideración de la existencia de recursos

8. [Es decir, si solo importase el lado de la demanda, un invento que hiciese crecer el valor del
output de una determinada máquina en un uso determinado haría inmediatamente que creciese en
la forma correspondiente el precio de esa máquina, y de la misma forma haría que aumentasen los
precios de los inputs utilizados para construir la máquina. Hayek está señalando que esos aumen-
tos de precios, de hecho, están restringidos a la medida en la que la máquina o los inputs puedan
también utilizarse de formas alternativas (cuya productividad no se vea directamente afectada por
el invento) y, por tanto, tengan una curva de oferta menos que perfectamente vertical para el uso
en cuestión. En el caso en el que se suponga que un invento aumente la productividad de todos los
bienes de inversión, siguen quedando inputs utilizados en la producción inmediata de bienes y ser-
vicios de consumo.- Ed.].

430
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

desempleados de ciertas clases a investigaciones más especializadas de los


problemas dinámicos.

efecto de un aumento de la demanda final


en el patrón de los beneficios

Esta divagación crítica ha sido, desgraciadamente, necesaria por la confusión


que ha reinado en este tema desde la aparición de la Teoría General de Mr.
Keynes. Podemos ahora regresar a nuestro tema principal, el efecto de un
aumento de las rentas y la demanda final sobre el patrón de la demanda de
inversión y el tipo de interés. El caso del que nos ocuparemos ahora es la
situación que surgirá una vez que la mayor demanda de bienes de consumo
ya no pueda ser satisfecha a costes constantes, porque al menos algunos de los
factores con los que haya que producir algunos bienes de consumo adicionales
se hacen claramente escasos. A efectos de nuestro propósito no importa si esto
ocurre inmediatamente, tan pronto como aumenten los ingresos y la deman-
da de bienes de consumo, o no ocurra hasta más tarde, ya que, como hemos
visto, el proceso por el que la mayor inversión hace que aumente la demanda
final, y esta mayor demanda final hace que siga aumentando la inversión,
continuará por algún tiempo. Ahora no nos ocupamos de los efectos transi-
torios que tienen lugar mientras se absorbe cualquier capacidad sin utilizar
a que ha dado lugar una caída previa, ya que este análisis corresponde a los
estudios dinámicos, sino de la forma en la que la influencia de la escasez se
reafirmará, una vez que se haya absorbido en el sistema esta caída.

al principio la tasa de beneficio solo aumentará


en las fases tardías de la producción

Más tarde o más temprano, por tanto, el aumento de la demanda de bienes


de consumo llevará a un aumento de sus precios 9 y de los beneficios realizados

9. No debemos dejar que nos confunda el hecho de que, por razones especiales relacionadas con
el carácter de competencia imperfecta de muchos mercados al por menor, los precios al por menor de
los bienes de consumo sean desgraciadamente lentos en sus movimientos. Aparentemente el hecho es
que para el vendedor al por menor individual, la elasticidad precio de la demanda de sus productos es

431
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

en su producción. Pero una vez que los precios comiencen a crecer, la de-
manda adicional de fondos ya no estará limitada a los propósitos de la nueva
inversión adicional dirigida a satisfacer la nueva demanda. Al principio —y
este es un punto importante que a menudo se pasa por alto— solo aumen-
tarán los precios de los bienes de consumo y de los otros bienes que puedan
convertirse rápidamente en bienes de consumo y, en consecuencia, también
aumentarán solamente los beneficios en las fases tardías de la producción. Para
que el alza de precios se haga general y ejerza un efecto proporcional sobre
los precios de todos los diversos factores de producción, como resulta que se
supone generalmente que es el caso normal, no solo será necesario que los
productores en todas las fases se encuentren en la posición, en un momento
y al mismo tiempo, de gastar proporcionalmente más, sino que también sería
necesario que el aumento de las rentas a que daría lugar este mayor gasto
no lleve a un aumento ulterior de la demanda de bienes de consumo y a un
ulterior aumento de sus precios. En caso contrario, los precios de los bienes
de consumo irían siempre un paso por delante de los precios de los factores.
Es decir, mientras que cualquier parte de la renta adicional así creada se gaste
en bienes de consumo (es decir, a no ser que se ahorre toda ella), los precios
de los bienes de consumo tienen que crecer permanentemente en relación
con los de las diversas clases de input, y esto, como ahora será evidente, no
puede durar sin un efecto sobre los precios relativos de las diversas clases de
input y sobre los métodos de producción que resulten rentables.

el alza del tipo de beneficio no puede ser eliminada


por un aumento proporcional de todos los demás precios

La naturaleza general del mecanismo de precios que se pondrá en marcha y


de los efectos que tenga esta clase de cambio sobre el volumen de inversión

demasiado baja (y los precios de venta, siempre que las rentas de sus consumidores sean constantes,
demasiado altos) para que le merezca la pena aumentar las ventas bajando los precios, aunque (si
excluimos los costes de venta) pueda estar operando bajo costes decrecientes. Pero esto no excluye
la posibilidad de que cuando aumente la demanda pueda aumentar sus ventas a costes decrecientes
y beneficios crecientes y que por ello pueda ofrecer mayores precios a los mayoristas. Debido a esta
razón, es probable que sean los precios al por mayor y no los precios al por menor de los bienes de
consumo los que sean relevantes a efectos de la presente discusión.

432
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

generalmente, ya nos es conocida por la discusión en una Parte anterior de


este libro, pero será útil reformularla ahora en términos monetarios. El punto
de partida de este análisis tiene que ser el hecho de que, tanto si lo que da
lugar al aumento de la inversión10 es el empleo, en la producción de bienes

10. La razón por la que, a lo largo de todo el siguiente argumento nos concentraremos en un
aumento de la demanda de bienes de consumo, es que queremos resaltar el significado de la escasez de
bienes de consumo (o de «capital» —lo que viene a ser lo mismo) con tanta claridad como sea posible,
pero el argumento se aplicaría mutatis mutandis igualmente al caso de una caída de la demanda de
bienes de consumo.
La fuente principal de las concepciones erróneas que se encuentran en este terreno es una falsa
analogía con el efecto de los cambios en el rendimiento esperado y el tipo de interés sobre el precio
de los activos (principalmente, valores) que pueden dar solo una clase particular de rendimiento. El
precio de un bono de interés fijo, por ejemplo (pasando por alto para nuestro propósito, los efectos
de los diversos grados de riesgo), será siempre igual al valor del rendimiento esperado, descontado al
tipo corriente de interés, por lo que su precio cambiará en proporción inversa al tipo de interés y en
proporción directa a cualquier variación de los rendimientos, si es que tienen lugar.
Sin embargo, la situación es totalmente diferente con respecto a los factores de producción que
pueden utilizarse de diversas maneras, de forma que den diferentes rendimientos en diferentes fe-
chas. Y esto se cumple incluso para factores de producción completamente específicos que solo pueden
utilizarse para un propósito especial, siempre que cooperen con otros factores que caen dentro de
la anterior categoría. (Las solas clases de activos reales que en efecto serían similares a los valores
a este respecto serían los bienes de consumo duradero que, ni necesitan la cooperación de cualquier
otro factor para producir sus servicios, ni puede usárselos más o menos intensivamente, de forma
que duren menos o más tiempo).
Para obtener una analogía válida a la determinación de los precios de los bienes de capital en el
terreno de los valores, tendríamos que concebir valores que no solo diesen al poseedor el derecho
a diferentes opciones de varias clases (correspondientes a diferentes usos que se pueda dar a los
recursos productivos), sino algunos, al menos, de los que produjesen un rendimiento solo si se los
posee en ciertas combinaciones con otros valores. Si este fuese el caso, sería claramente posible para,
por ejemplo, un alza dada del tipo de interés reducir el precio de un grupo de valores que portasen
un derecho solo a una serie fija de rendimientos, en mucho más de lo que redujese el precio de otro
grupo que confiriese una opción a una serie más corta de mayores rendimientos como alternati-
va a la misma serie de rendimientos fijos. Y si pudiesen utilizarse algunos valores solamente en
combinación con otros, de forma que en conjunto diesen al poseedor un cierto rendimiento, podría
muy bien darse el caso de que un alza del tipo de interés redujera el precio de la primera clase de
valores en gran medida y, al mismo tiempo, aumentase el valor de la segunda clase de valores. Esto
sucedería si el valor de la primera clase dependiera en gran medida de una larga serie de pequeños
rendimientos que podría obtenerse como alternativa al uso en combinación con la segunda clase de
valores, proporcionando este último uso una salida para solo una parte muy pequeña del importe

433
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de inversión, de inputs antes desempleados o el empleo de inputs antes em-


pleados en la producción de bienes de consumo, la remuneración del input
en general en términos de bienes de consumo tiene que caer, a no ser que los
propietarios del input reduzcan voluntariamente su consumo. En el primer
caso, habrá que dividir un output dado de bienes de consumo entre un
mayor número de perceptores de renta, mientras que en el segundo, habrá
que dividir un menor output de bienes de consumo entre el mismo número
de perceptores de renta. En tal situación, ningún cambio monetario puede
alterar el hecho de que, con respecto a cada unidad de input empleada aquí
habrá menos output disponible y que, por ello, a no ser que la gente decida
espontáneamente ahorrar la cantidad correspondiente de más, el precio del
input en términos del output final tiene que caer.11

total de la primera clase de valores. En este caso, el valor de la primera clase de valores dependería
casi exclusivamente de este uso independiente y se reduciría en gran medida por un alza del tipo
de interés. Si, por otra parte, el rendimiento del uso conjunto de ambas clases de valores fuera una
gran suma en el próximo futuro, un alza del tipo de interés afectaría muy poco al valor actual de
del rendimiento conjunto. Pero, como la parte de este rendimiento conjunto que tuviese que ir a la
primera clase de valores (determinada por su valor en otros usos) se reduciría mucho más, aumentaría
el valor de la segunda clase de valores.
Ahora bien, esto, que en el terreno de los valores sería un caso curioso y muy improbable que
tuviese importancia alguna, puede muy bien ocurrir con los recursos productivos. E incluso aquí,
también la regla sería que un alza del tipo de interés reduciría el valor de los activos que produjesen
renta, lo que sería cierto en una medida variable y sujeto a tantas excepciones que la analogía con
el caso normal de los valores sería muy engañosa. Lo que no hay que perder de vista es que, con
recursos productivos reales, como regla, se puede variar y se variará deliberadamente el rendimiento
en respuesta a los cambios de sus precios, y que esto no será el rendimiento absoluto mayor, sino
la tasa de rendimiento temporal más alta que orientará su uso. Más tarde veremos acerca de este
último punto, que evidentemente distingue la teoría del capital del análisis de la productividad
atemporal, que son las analogías con respecto a este último las que han dado lugar a la segunda
importante fuente de error.
11. Incluso si los precios presentes en dinero «se viesen incrementados instantáneamente con un
margen» en proporción total al alza del precio del producto (o, incluso, al alza esperada del precio del
output), esto solo podría llevar a un alza continua y progresiva del precio del output que excedería
siempre a las expectativas de los empresarios, hasta que se diesen cuenta de que por muy grande que
fuese el aumento de los precios pagados por el input, no podrían evitar que estos precios cayesen
relativamente al precio del output y que, por lo tanto, sería mejor adaptar sus métodos de producción
a las nuevas relaciones de precios.

434
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

el aumento de la diferencia entre el precio del output


y los precios de los inputs generalmente tiene que llevar
a cambios en los precios relativos de las diferentes clases de input

Pero es imposible en tal situación que los precios de todas las clases de inputs
crezcan en proporción al alza del precio del output, y como el valor de casi
todos los inputs en términos de output tiene que caer en alguna medida,
también es imposible para el alza del precio del output que deje sin afectar
los precios relativos de las diversas clases de input. Si esto fuese así, es decir,
si los precios preexistentes de las diversas clases de input continuasen pre-
valeciendo, el alza dada del precio del output significaría cambios muy dife-
rentes en las tasas de beneficio obtenidas en diversas clases de input, ya que,
aunque un alza dada del precio de todo el output, evidentemente aumentaría
la diferencia entre el precio de cualquier unidad de input que produjese un
producto marginal dado y el precio de dicho producto marginal en la misma
cuantía, cambiaría claramente la tasa temporal de beneficio conseguido en
diferentes unidades de input en grados muy diferentes, de acuerdo con los
periodos por los que se habría invertido las diversas unidades de input.12 Si
en la posición previa de equilibrio, el margen entre el precio de una unidad de

12. Puede ilustrarse el argumento mediante un simple diagrama. Si a lo largo de la abscisa Ot


representamos los periodos de inversión y a lo largo de la ordenada Or valores de unidades de input
y de sus productos marginales (usando para este eje una escala logarítmica) podemos representar
el valor de los productos marginales de iguales unidades de input invertidas por diversos periodos
por una línea con la pendiente hacia arriba PU. La diferencia entre el precio de una unidad de input
(OP) y el valor de su producto marginal corresponde en todos los casos a un tipo uniforme de interés
representado por la pendiente de la línea PU.
Supongamos ahora que se aumenta el precio de todo el output en una proporción dada, mientras
que el precio del input no cambia. Puede mostrarse en el diagrama el aumento del precio de las can-
tidades de output que no han cambiado debidas a los diversos inputs, subiendo la línea PU a alguna
posición tal como P’U’ sin cambiar su pendiente. Se muestra las tasas temporales de beneficio que
se obtenga ahora por el input invertido por varios periodos por las pendientes de las líneas PR’, PS’,
PT’, etc. y se verá que la tasa de beneficio conseguida ahora sobre la inversión de un año será mayor
que la conseguida en dos años de inversión, siendo esta mayor que en tres años de inversión y así
sucesivamente, siendo todas estas tasas más altas que la previa tasa uniforme de inversión, repre-
sentada por las pendientes de las líneas PU y P’U’. Y como la tasa de beneficio de la inversión para
diferentes periodos habrá cambiado en una diferente medida, también habrá cambiado la demanda
de input para la inversión por diferentes periodos.

435
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

input y el precio de su producto marginal corresponden en todas partes a una


tasa temporal uniforme del 6%, la diferencia entre el precio de una unidad de
input invertida dos años antes de que esté terminado el producto y el precio
de su producto marginal sería del 12%,13 mientras que la diferencia entre el
precio de una unidad de input invertida solo un mes antes de que el producto
esté terminado sería solo del 0,5%. Un aumento del precio del producto en
un 2%, que aumentaría los márgenes al 14 y 2,5% respectivamente, haría
crecer la tasa anual de beneficio en aquél a solo el 7%, pero aumentaría la
tasa anual de beneficio en éste al 30%.14

efecto de la diferencia de las diversas magnitudes entre


el valor del input y el valor descontado de su producto marginal

Si suponemos que, al principio, el tipo de interés al que se puede tomar a prés-


tamo el dinero no varía o aumenta solo muy poco, está claro que tenemos

Si el precio del input hubiese crecido en proporción al aumento del precio del output, es decir, a OP’, la
tasa de beneficio conseguida en los diferentes periodos de inversión seguiría siendo uniforme y la misma
que se conseguía antes del alza del precio del output. Y la demanda relativa de input para estas diversas
formas de inversión habría permanecido invariable; pero, aunque este supuesto esté implícitamente con-
tenido en el análisis usual de estos fenómenos, es, como hemos visto, un supuesto ilegitimo que se hace.
13. Sin tener en cuenta el interés compuesto.
14. Se desarrolla más a fondo el ejemplo en Hayek, 1939, p. 8.

436
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

aquí una situación que no puede durar. Y ya hemos visto que no puede re-
mediarse la situación simplemente aumentando los precios de todo el input
en proporción al aumento del precio del output, ya que no queda suficiente
output. El output dado que hay que distribuir ahora entre un mayor número
de demandantes (o el menor output que hay ahora que distribuir entre el
mismo número de demandantes) seguirá teniendo que ser distribuido de
acuerdo con la productividad marginal descontada de las diversas clases de
input. Los empresarios seguirán teniendo que subir los precios de las diver-
sas clases de input hasta el valor descontado de sus respectivos productos
marginales y, si la tasa a la que pueden tomar dinero a préstamo permanece
invariable, la única forma en que se puede restablecer esta igualdad entre el
precio del input y el valor descontado de su producto marginal es, evidente-
mente, reducir dicho producto marginal.

cambios en las combinaciones productivas


(métodos de producción) para ajustar
las productividades marginales

Esta conclusión puede, de entrada, parecer paradójica, ya que significa, en


primer lugar, que habrá que pasar el input de los usos en los que su producto
marginal sea más alto, a usos en los que su producto marginal sea más bajo,
y, en segundo lugar, que habrá que reducir al mismo tiempo la productividad
marginal de todas o casi todas las clases de input. Pero si nos aferramos a
las dos consideraciones básicas: (a) que es imposible bajo las condiciones
consideradas que los precios de todos los inputs aumenten en proporción
con los precios del output y (b) que hasta que se restablezca la igualdad entre
el precio del input y el precio descontado de sus productos marginales será
la tasa de beneficio conseguida con los diversos usos del input lo que guiará
a los empresarios a tomar su decisión, no es difícil encontrar la respuesta.
Quizá podamos comenzar señalando que, aunque usualmente no se consi-
dere este caso en el análisis elemental de la productividad marginal, puede,
evidentemente, reducirse la productividad marginal de todas las clases de
input concreto, cambiando a métodos de producción menos capitalistas y, por
tanto, menos productivos. Y a esta consideración solo tenemos que añadir
que, como ya hemos visto, si aumenta la diferencia entre el precio de una

437
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

unidad de input y el precio de una unidad de output, un producto marginal


menor que madure en una fecha más cercana puede muy bien representar
una tasa de beneficio más alta y, por ello, parecer más atractivo que el mayor
producto marginal en el futuro más distante que, antes del alza del precio
del producto, prometía una tasa de rendimiento más alta.

influencia sobre los precios relativos


de las diversas clases de input

Con la ayuda de estas consideraciones generales podemos mostrar ahora


con más detalle lo que ocurrirá a los precios de las diferentes clases de input.
El tipo de beneficio que se obtenga a los precios preexistentes que más se
haya incrementado y, por tanto, la demanda que más se haya incrementa-
do, serán para las clases de input que puedan ser convertidas rápidamente
en bienes de consumo. Si y en qué medida se aumentarán sus precios en
consecuencia, dependerá de con qué facilidad se pueda aumentar la cantidad
de estas clases de input disponibles para la producción rápida de bienes de
consumo, transfiriéndolos de otros usos en los que la demanda sea menos
urgente, de las reservas sin utilizar, etc. Las clases de input cuya oferta a
estos propósitos sea muy elástica, se usarán en muchas mayores cantida-
des en proporción con otros, de forma que su productividad marginal se
reducirá en gran medida y se cerrará el margen entre su precio y el precio
descontado de su producto marginal, principalmente por una reducción de
dicho producto marginal. Para otros, de los que no pueda aumentarse con
facilidad la cantidad usada para la producción de bienes de consumo en el
futuro cercano, puede reducirse solo un poco la productividad marginal, y la
brecha se cerrará principalmente por un aumento de su precio, aunque este
alza será menor que la del producto final. Y para otros más, cuya cantidad
no se puede aumentar en absoluto a corto plazo, puede aumentarse la pro-
ductividad marginal por el mayor uso de otros factores cooperantes, y para
ajustar el margen entre su precio y el precio incrementado de su producto
marginal, su precio tendrá que crecer en una gran medida. La experiencia
muestra que esto sucede durante los booms con respecto a algunas materias
primas, cuyo precio crece proporcionalmente más que el precio del producto
final en cuya producción se han utilizado.

438
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

Hablando en términos generales, podemos decir que los recursos de los


que ya se ha usado antes la mayor parte, en lo que hemos llamado las fases
tardías de la producción, aumentarán tanto más de precio, cuanto más cerca
se encuentren del output final, y habrá que economizarlos en una medida
correspondientemente mayor. Y en la medida en la que pueda reproducirse
dichos recursos, su producción se hará relativamente más o menos rentable,
de acuerdo con lo cerca o lejos que estén del output final. Los recursos que
puedan transferirse directamente más cerca de la fase de consumo se los
usará generalmente en una proporción mucho mayor para las inversiones
por periodos más cortos que para las inversiones por periodos más largos. Al
final, veremos que, para casi todos los factores, se ha reducido la producti-
vidad cambiando a combinaciones productivas que dan lugar a un producto
marginal menor en una fecha más cercana. Y, en general, habrá aumentado
la demanda de los factores a los que se puede hacer que rindan en el futuro
más próximo un rendimiento no mucho menor que el que habían rendido
antes, mientras que habrá caído la demanda de los que no pueden dar nin-
gún rendimiento en el futuro próximo o solo uno que sea muy pequeño
comparado con el que pueden dar en el futuro lejano. Y mientras todos estos
cambios han sido originados por el aumento del margen entre el precio de
una unidad dada de input y el precio de una unidad dada de output (o la
tasa de beneficio), como consecuencia de estos ajustes, la tasa marginal de
beneficio (o los márgenes marginales de precios) se habrá reducido de nuevo,
para corresponder el tipo dado de interés.

efecto sobre la cantidad proporcional de inversión

Llegados a este punto de la exposición, apenas hace falta explicar con detalle
por qué tal aumento de la demanda de inversiones para periodos cortos, jun-
to con una disminución de la demanda de inversiones para periodos largos,
reducirá la cantidad total de inversión que se realizará para proporcionar un
output dado. Pero como es posible dejarse confundir por consideraciones que
se aplican solo a condiciones estacionarias —en las que, evidentemente, el
input corriente que se necesita para mantener un output dado es menor con
un gran stock de capital que con uno pequeño—, puede ser útil reformular
brevemente las razones por las que durante la transición de métodos más a

439
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

menos capitalistas de producción, caerá la cantidad de output que se demande


para la inversión. Que esto tiene que ser así es fácil de ver en los casos simples.
Si una determinada cantidad de servicios proporcionada por las máquinas, que
en el pasado había sido suministrada por máquinas que duraban diez años,
a partir de una cierta fecha se mantiene sustituyendo cada máquina que se
desgasta por otra que solo dura cinco años, esto, durante un tiempo, reducirá
la cantidad de input que hay que invertir en máquinas para mantener el flujo
de servicios de las máquinas a un nivel invariable. Lo mismo se aplica a cual-
quier otra clase de inversión, independientemente de que se trate de sustituir
bienes más duraderos por bienes menos duraderos o maquinaria que ahorre
más trabajo por otra que ahorre menos trabajo o procesos de producción más
largos por más cortos en el sentido literal del término. En todos estos casos,
la cantidad de inversión por periodos cortos que se convierte en más rentable
por esta transición será por algún tiempo menor que la cantidad de inversión
por periodos largos que se ha hecho menos rentable.

la «inclinación» del patrón de demanda de inversión

Podemos describir este efecto en términos del esquema de demanda de in-


versión, diciendo que la curva que describe la demanda de input real dirigida
a la inversión como función del tipo de interés está inclinada, de forma que
su extremo superior está desplazado hacia arriba y su extremo inferior hacia
abajo. Es difícil expresar esto exactamente ya que no estamos tratando de
una clase homogénea de input y que los valores relativos de las diferentes
clases de input cambiarán necesariamente en el curso del proceso. Pero en
términos de cualquier sistema dado de precios (o si suponemos que hay solo
una clase homogénea de input) podemos decir que, como consecuencia del
aumento de los márgenes de precios (y, por ello, de la tasa de beneficio sobre
el volumen y método de producción dados), la curva que describe la cantidad
de input (medida a lo largo de Op) que se demandará para cualquier tipo
de interés (medido a lo largo de Oi) se desplazará de una posición como la
representada por la curva a del diagrama, a una posición como la represen-
tada por las curvas b o c. La razón para esta inclinación de la curva es que
para cada cantidad de input que es más intensamente demandada a un tipo
dado de interés, se demandará menos intensamente una mayor cantidad

440
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

de input. La variación en la rentabilidad relativa de las diferentes clases de


inversión significará que las diversas oportunidades de inversión cambiarán
su posición relativa en el patrón de demanda de inversión, y como para cada
cantidad de input para la que aumenta la demanda habrá una mayor cantidad
para la que disminuye la demanda, se alterará la forma de toda la curva de
la forma que indica el diagrama.

la cantidad de inversión por unidad de output


cambia de forma inversa con la tasa de beneficio

La conclusión que tenemos que extraer de estas consideraciones puede, al


principio, parecer algo paradójica y es que para cualquier tipo dado de interés
(excepto uno que sea muy alto), la cantidad proporcional de inversión que
requiera cualquier demanda final será menor con una alta «tasa de beneficio»
(es decir, grandes márgenes de precio o un valor bajo del input en términos
de output) y mayor con una baja tasa de beneficio. O, en otras palabras, la
cantidad de inversión que, con una demanda final dada, se requerirá para
reducir la tasa marginal de beneficio a una cifra igual a cualquier tipo dado
de interés, será menor cuando la «tasa de beneficio» (las diferencias de precios
entre cantidades dadas de input y output) es alta y menor cuando la «tasa de
beneficio» es baja. Pero, por paradójica que pueda aparecer esta conclusión

441
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

para los que hayan sido educados en los puntos de vista populares infracon-
sumistas, no es más paradójica que el innegable hecho de que ciertas clases
de inversión que eran rentables a un alto tipo de interés dejarán de serlo a
un bajo tipo de interés. Es evidente, y usualmente se ha dado por supuesto,
que los métodos de producción que se habían convertido en rentables al caer
el tipo de interés del 7 al 5 por ciento pueden dejar de serlo si sigue cayendo
del 5 al 3 por ciento, porque el primer método ya no podrá competir con lo
que ahora se ha convertido en el método más barato. Sin embargo, es cierto
que apenas resulta posible explicar esto adecuadamente si solo se piensa
en el efecto directo de una variación del tipo de interés monetario sobre el
coste de producción y no se pasa a considerar las variaciones de los precios
relativos que gobiernan, a fin de cuentas, la rentabilidad de los diversos
métodos de producción. Solo a través de estos cambios en los precios pode-
mos explicar por qué un método de producción que era rentable cuando el
tipo de interés era del 5 por ciento haya dejado de serlo cuando cae al 3%.
De forma similar, solo en términos de las variaciones de precios podemos
explicar adecuadamente por qué una variación del tipo de interés hará que
sean rentables métodos de producción que antes no lo eran.
Por lo tanto, la conclusión más importante que surge de esta discusión
es que el método de producción que se adoptará, o la cantidad proporcional
de capital que sea rentable utilizar, dependerá no solo del tipo de interés al
que se pueda tomar a préstamo, sino de las relaciones entre los diferentes
precios y de la forma del esquema de beneficio (o esquema de la demanda de
inversión), tal y como venga determinado por estas diferencias de precios.
Y estos precios relativos dependerán, a su vez, de la escasez relativa de las
diversas clases de recursos comparada con la dirección de la demanda. En lo
principal, el tipo de interés determinará solamente hasta qué punto se llevará
a cabo el patrón de demanda, es decir, determinará solo la tasa marginal de
beneficio y, a través de esta última, ejercerá una pequeña influencia sobre
el volumen de output que sea rentable producir con una demanda dada. Sin
embargo, el volumen de inversión dependerá en la misma medida, si no más,
de cuánta inversión será rentable realizar para obtener un cierto output. Y
con una alta «tasa de beneficio», se alcanzará cualquier tasa de beneficio
dada con relativamente poca inversión por unidad de output, porque con
una alta tasa de beneficio el patrón de demanda de inversión tendrá una gran

442
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

pendiente, mientras que con una baja «tasa de beneficio», solo se alcanzará
la misma tasa marginal de beneficio con mucha más inversión por unidad
de output, porque el patrón de demanda de inversión será plano.15

la determinación del tipo de interés monetario


y la tasa marginal de beneficio

Tenemos que volver ahora al problema del efecto de todos estos cambios so-
bre el tipo monetario de interés (y la tasa marginal de beneficio) que, en la
discusión de estos cambios, hemos tratado hasta ahora como dados. El efecto
dependerá claramente de lo que suceda (a) a la forma del patrón de demanda
de inversión en términos monetarios y (b) a la oferta de dinero.16 En lo que
se refiere a esta última, continuaremos suponiendo aquí que la circulación
fiduciaria es fija, de forma que todo lo que tiene que preocuparnos es el au-
mento de fondos invertibles a tipos crecientes de interés debido a la liberación
de dinero procedente de saldos ociosos (evidentemente, puede interpretarse
esto para incluir cualquier aumento de la superestructura de crédito erigida

15. Véase en Hayek, 1939, una discusión del significado de estos efectos para la explicación de los
ciclos industriales y, en particular su relación con el llamado «principio de aceleración de la demanda
derivada». En particular, se muestra aquí que la «tasa de beneficio» determina el «multiplicador», con
el que opera el «principio de aceleración» (o la «Relación» de Mr. Harrod), y que los cambios en este
multiplicador es probable que tengan un mayor efecto sobre el volumen de inversión que el segundo
de los dos factores que determinan el efecto de aceleración (el «multiplicando»), a saber, la demanda
final. [Hayek se refiere aquí a las secciones 4-6 (pp. 15-20) de íbid. El «principio de aceleración» que
el economista de Oxford Roy Harrod (1900-1978) llamó «la Relación» nos enseña que, como el
valor en dólares del stock de capital es un múltiplo del valor en dólares del consumo anual (output
final), un aumento permanente del gasto de consumo da lugar a un aumento aún mayor del gasto de
inversión durante la transición al nuevo stock de capital del estado estacionario. El «multiplicador»
en este contexto es el ratio del aumento del gasto de inversión con respecto al aumento del gasto de
consumo. La afirmación de Hayek es que este multiplicador no es fijo; se reduce cuando merece la pena
producir output con relativamente menos capital (y más trabajo). Un aumento de la demanda final
de consumo hace crecer los precios de consumo con respecto a los precios del input, así como la tasa
de beneficio anual de las industrias de bienes de consumo con respecto a las de bienes de producción,
dando, por tanto, lugar a una reducción del ratio del capital al output, lo que amortigua la tendencia
hacia una mayor inversión procedente del aumento de la demanda de consumo.- Ed.].
16. [Es decir, el efecto sobre el tipo de interés depende de lo que suceda con las curvas de demanda
y oferta de fondos prestables.- Ed.].

443
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

sobre la base de dinero líquido dada). Por ello puede representarse el lado
de la oferta por una curva como la que hemos utilizado antes en la Fig. 27
(capítulo XXVI p. 417 más arriba) y nuestro principal problema será qué
sucederá al patrón de demanda de inversión monetaria. Podemos deducir
esto de lo que sucede a este patrón de demanda descrito en términos reales.
Todo lo que tenemos que hacer es mostrar el efecto de las variaciones en los
precios sobre la demanda de fondos invertibles, que ya hemos discutido, o
trazar de nuevo este patrón de demanda en términos de los nuevos precios,
en lugar de utilizar el precio preexistente (que es lo que significa en esencia,
a este respecto, expresarlo en «términos reales»).

las variaciones del patrón de demanda de inversión monetaria

Hemos visto que, cuando se expresa en términos reales, el patrón de demanda


se inclinará por un alza del precio del producto final, es decir, se levantará
a la izquierda y bajará a la derecha. Pero como las diversas clases de input
que tendrán ahora una mayor demanda también aumentarán de precio en
grados diferentes, una menor inversión real irá asociada a la inversión de
cualquier cantidad dada de dinero, es decir, la curva de demanda de inversión
monetaria, además de estar inclinada, también estará desplazada hacia la
derecha. Cualquier cantidad de inversión real, es decir, cualquier cantidad
de inversión que corresponda a una tasa marginal de beneficio dada y que
lleve a una cantidad dada de producto, requerirá más dinero17 y, por lo tan-
to, hará que aumente el tipo de interés en una medida que dependerá de la
forma de nuestro patrón de preferencia por la liquidez. Si la oferta de fondos
invertibles fuese completamente inelástica y no se pudiese incrementar en
absoluto la cantidad invertida, esto significaría claramente un aumento con-
siderable del tipo de interés y una disminución de la cantidad de inversión
real. La inclinación del patrón de demanda tendría, en este caso, el efecto
de hacer rentable emplear menos input de la clase que aumenta de precio y
más input de la clase que se reduce de precio. (De paso, esto también ilustra
lo engañoso que es concentrarse en la existencia de recursos desempleados o

17. [En el lenguaje de los libros de texto modernos este es el «efecto de la renta nominal» sobre
la demanda de fondos prestables.- Ed.].

444
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

«pleno empleo», según sea el caso, y argumentar en términos de variaciones


del nivel general de precios, cuyos movimientos se supone dependen de si
existe o no pleno empleo. Lo relevante no es si existe pleno empleo, sino si
existen las clases concretas de recursos en las proporciones que corresponden
al estado de la demanda).

efecto sobre los tipos de interés


cuando la oferta de dinero es elástica

Si, sin embargo, la oferta de fondos invertibles no es totalmente inelástica


y el aumento de la demanda de fondos invertibles lleva a una mayor oferta,
el tipo de interés no aumentará en la medida total del aumento de la curva
de demanda y la inversión real no se reducirá tanto, o puede no reducirse
en absoluto y puede incluso aumentar más. Pero como esto significa un
aumento ulterior de las rentas monetarias, llevará a un nuevo aumento de
la demanda monetaria de bienes de consumo, un ulterior aumento de sus
precios y, en consecuencia, una ulterior inclinación del patrón de demanda de
la inversión real y a una inclinación y desplazamiento de patrón de demanda
de la inversión monetaria. La elasticidad de la oferta de dinero, que a corto
plazo tiende a mantener bajo el tipo de interés tiene, por tanto, el efecto
—al menos por algún tiempo— de aumentar simultáneamente la tasa de
rendimiento de la inversión de cualquier cantidad dada de dinero y reducir
la cantidad de inversión real que le corresponda. Y como cualquier aumento
ulterior de las rentas en dinero aumentará esta tendencia, este proceso tiene
que continuar hasta que el efecto combinado de la inclinación de la curva de
demanda de inversión y del aumento del tipo de interés sobrepase finalmente
el efecto del ulterior aumento de la demanda y evite así un ulterior aumento
de la cantidad de dinero invertida. Cualquiera de estos dos factores por sí
solo puede dar lugar a este efecto. En otro lugar 18 hemos tratado de mostrar
que, incluso si la oferta de dinero fuese perfectamente elástica y por eso se
mantuviese constante el tipo de interés, el efecto de la «inclinación», por sí
solo, detendría finalmente una expansión ulterior. Y hemos visto antes que,
si la oferta de dinero fuese perfectamente inelástica, el alza del tipo de interés

18. Véase Hayek, 1939, pp. 24 y ss.

445
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

evitaría la expansión antes de que tuviese lugar el efecto de la inclinación.


Sin embargo, en la vida real, los dos factores, la inclinación de la curva de
la demanda de inversión y el alza del tipo de interés, como regla, actuarán
conjuntamente. En tales circunstancias, el proceso solo terminará cuando el
tipo de interés y la tasa marginal de beneficio hayan sido mantenidos bajos
por la expansión monetaria por un tiempo lo suficientemente largo como
para permitir que las repercusiones, por medio de cambios en los precios
relativos y márgenes de precios, hayan cambiado de tal forma la pendiente
de la curva de demanda de inversión, de manera que hayan reducido en
gran medida la cantidad de inversión real que es rentable a un tipo dado de
interés, al mismo tiempo que aumentar también en gran medida la cantidad
de dinero que se requiere para dicha cantidad de inversión, aumentando así
el tipo de interés que corresponde a una cantidad dada de dinero.19

la importancia básica de los factores reales

En esta fase, no podemos intentar ningún tratamiento más exhaustivo de este


complejo mecanismo, ya que comprendería una discusión de todo el tema
de los ciclos industriales y necesitaríamos un libro aparte para ocuparnos
adecuadamente de él. En el capítulo final de este libro, se añadirá algunas
consideraciones relevantes a estos efectos. Concluiremos este tratamiento
subrayando una vez más el hecho de que, aunque a corto plazo las influen-
cias monetarias puedan retrasar que las tendencias inherentes a los factores
reales lleven sus efectos hasta el final, y temporalmente incluso revertirlas, al
final lo que decidirá qué clase de inversión y cuánta de ella es rentable será la
escasez de recursos reales con respecto a la demanda. El hecho fundamental
que guía la producción y en el que se expresa la escasez misma del capital,
es el precio del input en términos de output, y esto, a su vez, depende de la
proporción de la renta gastada en bienes de consumo frente a la proporción de

19. [El punto de vista de Hayek de que (incluso con un stock constante de base monetaria) la
oferta de dinero emitido por los bancos comerciales es elástica, de forma que lleve a que el sistema
bancario amplifique los ciclos económicos, ayuda a explicar por qué Hayek (a diferencia de Mises)
era ambivalente con respecto a una banca de laissez-faire. Véase los detalles en Lawrence H. White,
«Why Didn’t Hayek Favour Laissez Faire in Banking?», History of Political Economy, vol. 31, in-
vierno de 1999, pp. 753-69.- Ed.].

446
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

renta ingresada por la producción corriente de bienes de consumo. No puede


modificarse estas proporciones a voluntad por ajustes del flujo de dinero, ya
que dependen, por una parte de las cantidades reales de los diversos bienes
que existan y, por la otra, de la forma en que la gente distribuya su renta entre
gastos en bienes de consumo y ahorro, y ninguno de estos factores puede
alterarlos deliberadamente la política monetaria. Como hemos visto, cualquier
retraso por medios monetarios de los ajustes que hayan hecho necesarios
los cambios reales, solo puede tener el efecto de acentuar más estos cambios
reales y cualquier cambio puramente monetario que, en primera instancia,
desvíe los tipos de interés en una dirección, tiene que desencadenar fuerzas
que, a fin de cuentas, los redirija en la dirección opuesta.

la importancia de la tasa de ahorro

Por ello, en último término es la tasa de ahorro la que fija el límite a la


cantidad de inversión que pueda llevarse a cabo con éxito. Pero los efectos
de la tasa de ahorro no operan directamente sobre el tipo de interés o sobre
la oferta de fondos invertibles, que siempre se verá influida en gran medida
por los factores monetarios. Su principal influencia es sobre la demanda de
fondos invertibles y aquí opera en una dirección opuesta a la que se supone
por todas las teorías infraconsumistas. Una variación de la tasa de ahorro
afectará al volumen de inversión vía la demanda de inversión. De forma
similar, será vía la demanda de inversión como se restablezca el equilibrio
si las influencias monetarias hubiesen causado que la inversión se hubiese
desajustado con el ahorro. Si a lo largo de toda esta discusión hemos tenido
pocas ocasiones de mencionar explícitamente la tasa de ahorro, esto se debe
al hecho de que los efectos considerados tendrán lugar sea cual fuere la tasa
de ahorro, en la medida en que es una magnitud dada y no cambia espontá-
neamente para restaurar el equilibrio perturbado. Todo lo que se requiere
para hacer que nuestro análisis sea aplicable es que, cuando aumentan los
ingresos por la inversión, la parte de la renta adicional gastada en bienes
de consumo durante cualquier periodo de tiempo debería ser mayor que
la proporción en la que la nueva inversión aumente el output de bienes de
consumo en el mismo periodo de tiempo. Y, evidentemente, no hay ninguna
razón para esperar que se ahorre más de una fracción de la nueva renta y,

447
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

ciertamente, no tanto como lo que se ha invertido recientemente, porque


esto significaría que habría que ahorrar prácticamente toda la renta ganada
por la nueva inversión.20

20. La tasa a la que una cantidad dada de nueva inversión contribuirá durante cualquier intervalo
dado de tiempo al output de los bienes de consumo se encuentra, evidentemente, en una relación
muy simple con la proporción entre cualquier nueva demanda y la cantidad de inversión a la que da
lugar: esta es simplemente el valor reciproco de aquella. Para una discusión completa de esta relación
entre este «cociente» y el «multiplicador» con el que opera el «principio de aceleración de la demanda
derivada», debo referirme nuevamente a Hayek, 1939, pp. 48-52.
No puede objetarse a este argumento que, como la inversión crea automáticamente una cantidad
idéntica de ahorro, no pueda surgir la situación contemplada aquí. La tautología irrelevante de que
durante cualquier intervalo de tiempo la cantidad de renta que no haya sido recibida por la venta de
bienes de consumo y que, por lo tanto, se ha ahorrado (a saber, por los que han gastado esta renta),
tiene que haber sido gastada en algo diferente de bienes de consumo (y, por tanto, ex definitione tiene
que haber sido invertida) tiene poco significado para este o para cualquier otro problema económico.
Lo que es relevante aquí no es la relación entre una clasificación del gasto monetario y otra, sino la
relación de dos flujos de gasto monetario con los flujos de bienes a que hacen frente. Estamos intere-
sados en la cantidad de inversión porque determina en qué proporciones (en términos de sus costes
relativos) llegarán a existir diferentes clases de bienes. Y estamos interesados en saber cómo están
relacionadas estas proporciones entre cantidades de diferentes clases de bienes con las proporciones en
las que se distribuirá el gasto monetario entre las dos clases de bienes, porque depende de la relación
entre estas dos proporciones el que la producción de cada clase de bien sea más o menos rentable. No
importa si formulamos esta cuestión preguntando si la distribución de los ingresos entre gasto en
bienes de consumo y ahorro corresponde a la proporción entre los costes relativos (de reemplazo)
de la oferta total de bienes de consumo y nuevos bienes de inversión, o si se distribuye ahora los
recursos disponibles en la misma proporción entre la producción de bienes de consumo y la produc-
ción de bienes de inversión como en la que se distribuirá la renta obtenida de esta producción entre
las dos clases de bienes. Sea cual fuere el aspecto de la cuestión de los dos que prefiramos poner de
manifiesto, lo esencial, si queremos hacer una pregunta con sentido, es que tenemos que comparar
siempre el resultado de la inversión encarnada en los bienes concretos con el gasto monetario en
estos bienes. Lo que determina la oferta de bienes de capital a la que la demanda monetaria puede o
no corresponder, no es nunca la inversión que esté teniendo lugar al mismo tiempo que el ahorro,
sino el resultado de la inversión pasada. Jugar con las relaciones entre las diversas clasificaciones del
gasto monetario total durante cualquier periodo dado solo llevará a preguntas sin sentido y nunca a
resultado alguno de la menor relevancia para cualquier problema real.
No deseo sugerir que las recientes discusiones de los diversos significados de estos conceptos hayan
carecido de utilidad. Nos han ayudado a poner en claro las condiciones bajo las que tiene sentido hablar
de las relaciones entre ahorro e inversión; pero ahora que se ha aclarado las oscuridades y confusio-
nes relacionadas con estos conceptos, tendría que haber desaparecido de la discusión científica el uso

448
FUERZAS A LARGO PLAZO QUE AFECTAN AL TIPO DE INTERÉS

la oferta de capital y la tasa de beneficio e interés en desequilibrio

Los precios relativos de los diversos tipos de bienes y servicios y, por tanto, la
tasa de beneficio obtenido en su producción, estarán siempre determinados
por el impacto de la demanda monetaria de los diversos tipos de bienes y
sus ofertas. Y a no ser que estudiemos los factores que limitan las ofertas de
estos diversos tipos de bienes, y, especialmente, si suponemos, como hace Mr.
Keynes, que son todos libremente reproducibles en cantidades prácticamente
ilimitadas y sin ningún lapso de tiempo apreciable, ignoraremos por completo
los factores que guían la producción. En el equilibrio a largo plazo, el tipo
de beneficio e interés dependerán de cuántos de sus recursos querrá usar la
gente para satisfacer sus necesidades corrientes y cuánto estén dispuestos a
ahorrar e invertir. Pero en el comparativamente corto plazo, hay que consi-
derar como fijas las cantidades y clases de bienes de consumo y de capital que
existan, y la tasa de beneficio dependerá, no tanto de la cantidad absoluta de
capital real que exista (mídaselo como se lo mida) o de la magnitud absoluta
de la tasa de ahorro, como de la relación entre la proporción de los ingresos
gastados en bienes de consumo y la proporción de recursos disponibles en
forma de bienes de consumo. Debido a ello, es perfectamente posible que,
tras un periodo de gran acumulación de capital y una alta tasa de ahorro, el
tipo de beneficio y de interés sean más altos de lo que lo eran antes —si el
tipo de interés es insuficiente comparado con la cantidad de capital que hayan
intentado formar los empresarios, o si la demanda de bienes de consumo es
demasiado alta comparada con la oferta. Y, por la misma razón, el tipo de
interés y de beneficio pueden ser más altos en una comunidad rica con mucho
capital y una alta tasa de ahorro que en otra, por lo demás similar, con poco
capital y una baja tasa de ahorro.21

tautológico carente de sentido de estos conceptos. Acerca del conjunto de la cuestión y las recientes
discusiones en relación con ella, compárese ahora la excelente exposición en el nuevo capítulo ocho
de la segunda edición de Prosperity and Depression (Ginebra, 1939) del Profesor Haberler.
21. Véase en Hayek, 1937, una discusión ulterior de este tema.

449
Capítulo XXVIII
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS:
CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

diferencias entre los tipos de interés (y tipos de beneficio),


un problema monetario—

Hay otro conjunto más de problemas que hay que considerar brevemente en
una obra centrada en gran medida en la cuestión del tipo de interés, aunque
su estudio sistemático caiga fuera del ámbito de este libro. Me refiero al
problema de la relación entre los diversos tipos de interés y el beneficio y
las causas de las diferencias en su magnitud. Evidentemente, ya hemos visto
que en lo referente a los tipos de interés obtenidos a lo largo de periodos de
diferentes duraciones, incluso aparte de las influencias monetarias, no hay
ninguna razón de por qué deberían ser los mismos en un sistema económico
no estacionario;1 pero hasta ahora hemos tenido poco que decir acerca de la
forma en la que deberíamos esperar que estos diversos tipos difiriesen. La
principal razón de ello es que este problema, a diferencia del de la existencia
y los movimientos a largo plazo del tipo de beneficio, es muy claramente
un problema que pertenece más al campo de la teoría monetaria, o de la
dinámica económica en general, que al del análisis del equilibrio general, al
que se ha limitado principalmente este libro. Podemos hacer aquí poco para
contribuir a su solución y la atención que podamos prestarle en este capítulo
final se ocupará principalmente en mostrar cuál es el campo adecuado de
aplicación de ese «análisis de la preferencia por la liquidez» que no hemos
podido situar entre los factores primarios que determinan la magnitud o
la oscilación de la tasa de beneficio o (excepto a muy corto plazo) el tipo
de interés.

1. [En otras palabras, no hay ninguna razón de por qué la estructura temporal de los tipos de
interés deba ser plana.- Ed.].

451
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

—relacionado con las diferencias de liquidez unidas


a los diversos activos que producen ingresos
que hasta ahora habíamos pasado por alto

Incluso en los dos últimos capítulos, cuando ya estábamos considerando la


importancia de las influencias monetarias, pasamos por alto la posibilidad de
que pudiese haber una diferencia entre los diversos tipos de interés o entre
los tipos de interés y los tipos marginales de beneficio en los diversos tipos de
inversiones. Este procedimiento estaba justificado porque habíamos supuesto,
en efecto, que había solo dos tipos de activos claramente divididos: dinero
por una parte y bienes reales de capital por otra. Se suponía implícitamente
que el dinero era un grupo homogéneo de activos que poseían el atributo
de liquidez en una medida mucho mayor que cualquier otra cosa, que po-
día considerarse la posesión de dinero como prácticamente el único medio
de satisfacer el deseo de liquidez o de proteger frente a la incertidumbre.
Por otra parte, se consideraba todas las inversiones propiamente dichas, ya
asumiesen la forma de prestar dinero o comprar mercancías o servicios para
ser utilizados con el fin de obtener una ganancia, como igualmente ilíquidas
y arriesgadas, de forma que los rendimientos esperados de estas diversas
inversiones tenderían a igualarse (sujetos a las cualificaciones necesarias si
se aplicase esta formulación a un equilibrio no estacionario: véase pp. 214-
215 más arriba). Aunque el rendimiento del uso de una clase determinada
de recurso en términos de sí mismo podría ser diferente para diferentes
clases de recursos, los rendimientos en la inversión de diferentes recursos
a lo largo de cualquier periodo dado tendrían que ser los mismos si se los
midiese a todos en términos de cualquier unidad dada.
Hemos visto que, bajo estas circunstancias, la preferencia por la liquidez
tenía poca importancia más allá de dar una explicación de por qué algunos
activos no producirían ningún interés (o, quizá, un tipo de interés más bajo
que otros), pero que ciertamente no explicaba ni el nivel de los tipos de
interés (excepto bajo las condiciones más improbables) ni la dirección en
la que se moverían. Como mucho, describiría uno de los factores del coste
(es decir, de los «usos alternativos» de los fondos) que habría que tener en
cuenta al determinar la tasa de rendimiento de la inversión. En otras pa-
labras, proporcionaba una explicación de por qué la gente retenía algunos

452
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

fondos que podría invertir (o invertir a una tasa más alta de rendimiento);
pero, claramente no explicaba ni siquiera la magnitud de la oferta total de
fondos que estarían disponibles para la inversión en cualquier momento (que
también depende de la tasa de ahorro), por lo que habría que considerarla
como totalmente insuficiente para explicar por qué había en absoluto un
rendimiento positivo o cuál sería su magnitud real.
También hemos visto que, incluso a corto plazo, durante el cual la preferen-
cia por la liquidez y sus cambios puedan tener una influencia predominante
en la determinación del tipo de interés (y del tipo marginal de beneficio),
éste estará solo relacionado de una forma indirecta con esas diferencias de
precios (la «tasa de beneficio») que expresan la verdadera escasez de capital
y regulan la cantidad proporcional de capital que se usará en la producción;
y la influencia indirecta que tengan, las fuerzas monetarias que actúen
sobre el tipo de interés, tendrá que ser, de esa forma, directamente opuesta
a lo que se supone por lo general. Una reducción del tipo de interés como
consecuencia de variaciones de la preferencia por la liquidez tenderá a dar
lugar a un aumento de las diferencias de precios y de la tasa de beneficio (no
del tipo marginal de beneficio) y llevará así a una reducción de la cantidad
proporcional de inversión y viceversa.2

las variaciones en la preferencia por la liquidez


pueden causar oscilaciones divergentes del tipo de interés
y el tipo marginal de beneficio

Veremos ahora que si consideramos más a fondo los efectos de variaciones


de la preferencia por la liquidez y tenemos en cuenta el hecho de que, debido
a las diferencias de liquidez de los diversos tipos de activos, el tipo marginal
de beneficio y el tipo de interés no solo no tienen por qué ser idénticos, sino
que pueden variar en direcciones opuestas, la conexión entre el tipo mone-

2. [El argumento de Hayek aquí parece ser que una caída de la preferencia por la liquidez creará
un exceso de oferta monetaria (al tipo de interés inicial), que llevará a un aumento del gasto de con-
sumo que (siguiendo el argumento del capítulo anterior) hará que aumenten los beneficios en las
industrias de bienes de consumo más que lo que la caída del tipo de interés aumente los beneficios
en la industria de bienes de producción. El «multiplicador» de la inversión se reducirá y se acortará
la estructura de la producción.- Ed.].

453
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

tario de interés y la rentabilidad de la inversión se convierte en todavía más


laxa de lo que habíamos supuesto hasta ahora. Está claro que en la vida real
no hay una división tajante entre una clase única de dinero, por una parte,
y una masa de activos que producen renta, todos igualmente ilíquidos, por
otra. En primer lugar, hay obviamente más alternativas a la inversión en
activos reales que todavía no hemos considerado, en forma de diversos «va-
lores» (derechos sobre el dinero), a algunas de las cuales hay que considerar
tan altamente líquidas como para constituir sustitutivos muy próximos del
dinero, mientras que otras serán más o menos semejantes a tipos de activos
reales menos líquidos; y los activos reales diferirán también en gran medida
con respecto a la posibilidad de despojarse de ellos rápidamente y sin grandes
pérdidas, si se hiciese necesario de manera inesperada. De hecho, hay una
larga y prácticamente continua gama a lo largo de la que se puede agrupar
los diversos tipos de activos, de acuerdo con los grados de liquidez que poseen
y el riesgo asociado a ellos.

el significado de liquidez y su relación con el riesgo

No es posible aquí entrar en un análisis más detallado del significado de


liquidez y del problema de la relación de este concepto con el de riesgo. Este
es claramente un tema que pertenece a la dinámica económica y podríamos
obtener poca cosa ocupándonos superficialmente del problema cuando no se
puede llevar a cabo una investigación sistemática. En los últimos años se ha
realizado mucho trabajo acerca de estos problemas y queda gran parte por
hacer para que se pueda considerar satisfactoria la teoría acerca del tema.3

3. Además de la obra de Mr. Keynes, diversos artículos del Profesor Hicks y el Dr. Hawtrey, y,
en una fecha anterior F. Lavington, son de especial importancia a este respecto. [Frederick Lavington
(1881-1927) desarrolló la versión de «Cambridge» de Alfred Marshall de la teoría cuantitativa del
dinero, subrayando el problema de la optimización del individuo de elegir el volumen de saldos en
efectivo a mantener. Publicó dos libros: The English Capital Market (Londres: Methuen, 1921) y The
Trade Cycle: an Account of the Causes Producing Rhythmical Changes in the Activity of Business
(Londres: P.S. King & Son, 1922). De los artículos anteriores de Lavington que trataban del riesgo,
Hayek puede haber estado pensando en F. Lavington, «An Approach to the Theory of Business Risks»,
Economic Journal, vol. 35, junio de 1925, pp. 186-99, y F. Lavington, «An Approach to the Theory
of Business Risks II», Economic Journal, vol. 36, junio de 1926, pp. 192-203. Otra útil versión de las

454
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

Todo lo que mencionaremos aquí es que no puede expresarse adecuadamente


ni el riesgo ni la liquidez como simples magnitudes unidimensionales, ya
que ambas son de naturaleza probabilística, que solo pueden describirse
suficientemente en términos de las propiedades de una distribución de fre-
cuencias, lo que significa que, estrictamente hablando, no es posibles clasificar
los diversos activos en un orden lineal simple, de acuerdo con la liquidez o
el riesgo que vaya unida a ellos, y que en lugar de ello, habría que servirse
de alguna clasificación multidimensional.
Sin embargo, para nuestros propósitos, tenemos que contentarnos con algún
concepto de liquidez menos elaborado y de sentido común, sin intentar una
clasificación exacta. Si en este sentido tosco clasificamos los diversos activos
de acuerdo con su liquidez, tendremos, en un extremo de la escala, inversiones
que prometen una tasa muy alta de rentabilidad, pero que requieren que los
fondos estén comprometidos irrevocablemente a un particular uso por un
tiempo largo, de forma que, en el entretanto no haya posibilidad de desviarlos
a otros propósitos que, como consecuencia de un cambio de las condiciones,
puedan parecer más atractivos. En el otro extremo de la escala, tendremos
puro dinero, que, sin ofrecer ningún rendimiento directo, debido a su acepta-
bilidad universal, coloca al portador en situación de ser capaz inmediatamente
de aprovechar las nuevas oportunidades de inversión que aparezcan. Y entre
estos dos extremos, tendremos que situar la gran mayoría de activos, bienes
de capital y valores, de forma que la magnitud decreciente del rendimiento
se equilibrará en cada caso por una correspondiente mayor capacidad de los
activos de ser «liquidados» con corta antelación, es decir, una mayor o menor
posibilidad de que, en caso de un cambio imprevisto, sea posible conservar al
menos una alta proporción de su valor actual pasando estos activos a otros usos.4

contribuciones de los cuatro economistas que menciona Hayek (entre otros), véase en David Laidler,
Fabricating the Keynesian Revolution: Studies of the Inter-War Literature on Money, the Cycle and
Unemployment (Cambridge y Nueva York: Cambridge University Press, 1999).- Ed.].
4. La diferencia entre el riesgo unido a mantener un activo determinado y su liquidez es, prin-
cipalmente, que el riesgo se puede referir meramente a una pérdida que se pueda sufrir, aunque la
fecha en la que el activo en cuestión tenga que ser vendido (o utilizado de otra forma) sea claramente
conocida de antemano, mientras que la liquidez subraya la pérdida extra (o, más bien, la ausencia de
peligro de esta particular pérdida) en que puede incurrirse porque haya que disponer del activo en una
fecha que no pueda ser prevista y con muy poca antelación.

455
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

los efectos de las variaciones en la liquidez relativa


de los diferentes tipos de activos—

Para nuestros propósitos todo esto significa que, para los activos que poseen
diferentes grados de liquidez, debemos tener en cualquier momento, no una
tasa uniforme de rendimiento, sino una larga serie de diferentes tasas de
rendimiento que vayan de alguna cifra positiva hasta cero y quizá incluso
hasta cifras negativas (en los casos en que se haga un pago para la custodia
segura del dinero, etc.). Esto no sería muy diferente de todo el argumento
que hemos desarrollado hasta este momento, si pudiésemos suponer que la
agrupación de los diversos tipos de activos de acuerdo con su liquidez y, por
tanto, las relaciones entre las tasas de rendimiento de los diversos tipos de
activos, fuesen constantes. Pero esto está muy lejos de ser así. En condiciones
cambiantes, las opiniones que tendrá la gente acerca de la liquidez relativa de
los diferentes tipos de activos también cambiarán, y esto dará lugar a modifi-
caciones en el funcionamiento del mecanismo de los precios muy similares a
las que hemos visto que ocurrirán como consecuencia de las variaciones de la
tasa de gasto de dinero. De hecho, veremos que los efectos de las variaciones
de la preferencia por la liquidez, en el sentido más estricto en el que ahora
hemos usado el término, es decir, refiriéndose solamente a las variaciones
en la preferencia por mantener dinero, por una parte, y cualesquiera otras
clases de activos, por otra, es solo un caso especial de una categoría mucho
más amplia; y que si bien no hay una separación tajante entre un activo
perfectamente líquido, dinero, y la masa de todos los activos igualmente lí-
quidos, se hace imposible, bien trazar cualquier distinción tajante entre las
variaciones monetarias (cambios en la cantidad de dinero o de su «velocidad
de circulación») y variaciones en la liquidez relativa unida a cualquier grupo
de activos, o hacer una clara distinción entre variaciones de la cantidad de
dinero y variaciones en su velocidad de circulación.

—son similares a los efectos de variaciones


en la cantidad de dinero

Si se mantiene activos de los que se espera que den un rendimiento más bajo,
debido a su mayor liquidez, prefiriéndolos a otros que prometen una tasa

456
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

más alta de rendimiento, una reducción de esta preferencia por la liquidez


tendrá efectos muy similares a un alza del patrón de la demanda de inversión.
Esto se debe a varias razones. En primer lugar, porque crecerán todos los im-
portes que se inviertan a un tipo dado de interés. En segundo, como, por lo
general, las inversiones por periodos más largos es probable que sean menos
líquidas que las inversiones por periodos más cortos, aquellas aumentarán
relativamente más que estas. En tercer lugar, porque cualquier aumento de la
liquidez de un determinado activo hará que pueda actuar en alguna medida
como sustitutivo del dinero o, al menos, de algún otro activo más líquido.
Por tanto, reducirá la demanda de estos activos más líquidos y este efecto,
vía la caída del precio de, o el aumento de la tasa de rendimiento de, estos
activos más líquidos, irá gradualmente hacia arriba en la escala de liquidez
hasta que llegue al tipo de activo más perfectamente líquido: el dinero. De
esta forma, cada aumento de la liquidez que acompaña a cada clase de activo
tenderá a producir un aumento de la oferta de fondos invertibles y, de forma
similar, cualquier disminución de la liquidez que acompaña a cualquier tipo
de activo, es probable que aumente la demanda de dinero y disminuya la
oferta de fondos invertibles en dinero.
Puede ilustrarse adecuadamente cómo funciona esto, si consideramos un
caso más particular. Por cierto que este caso también mostrará cómo, bajo
condiciones en las que tenemos que hacer frente a una serie casi continua
de activos que poseen diversos grados de liquidez, fundiéndose casi imper-
ceptiblemente unos en otros, se hace casi imposible trazar cualquier clara
distinción entre los efectos de cambios en la cantidad de dinero y cambios
en la velocidad de circulación, o, lo que es lo mismo, en la dimensión pro-
porcional de la reserva de liquidez que quiera mantener la gente frente a
sus transacciones. El caso que vamos a considerar es el de alguna forma de
deuda a corto plazo fácilmente transferible, por ejemplo letras del tesoro, que
suponemos que adquiere, de repente, la reputación de ser más líquida de lo
que lo era anteriormente. Es irrelevante a nuestros propósitos cuáles son las
circunstancias particulares, si se trata de un aumento del crédito del deudor,
la emisión de un determinado nuevo tipo de valor, una mayor confianza en
la estabilidad de los tipos de interés, o cualquier otro factor que haga que
un valor sea más ampliamente aceptable y proporcione así un activo que
produzca renta del que se confíe que vaya a ser fácilmente convertible en

457
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

dinero en cualquier momento y a un precio prácticamente inalterado. Está


claro que la disponibilidad de esta nueva alternativa de mantener reservas
de una forma altamente líquida llevará a la sustitución de otros activos más
líquidos y, particularmente de dinero, por algunos de los activos mencionados,
lo que significa que parte del dinero que antes se mantenía como reserva
de liquidez será invertido ahora y que con el aumento de la oferta de, y la
reducción del rendimiento de, los tipos de activos más líquidos, habrá un
desplazamiento general de las inversiones hacia los activos menos líquidos.

a menudo es difícil decidir si es mejor considerar


un determinado cambio como un cambio en la liquidez
de un activo o un cambio en la cantidad de dinero

Si suponemos que tiene lugar esta clase de cambio, no con respecto a algún
valor, sino (en un país en el que el uso de cheques siga estando algo limitado)
con respecto a los depósitos bancarios, resulta inmediatamente evidente que
sería igualmente legítimo describir lo que sucede, ya sea como un aumento
de la cantidad de dinero, o como un aumento de la velocidad de circulación
de la cantidad invariable de dinero. Podemos, o bien decir que los depósitos
bancarios se han convertido ahora en dinero (o, al menos como sustitutivos
del dinero que tienen en todos los aspectos la misma importancia que el di-
nero), o bien decir que la disponibilidad de sustitutivos cercanos del dinero
hace posible economizar éste y mantener menos dinero real en proporción
a cualquier volumen dado de transacciones, es decir, aumentar la velocidad
de circulación del dinero. Ciertamente, Knut Wicksell, como es bien sabido,
prefería tratar los aumentos del crédito bancario, no como aumentos de la
cantidad de dinero, sino como aumentos de lo que llamaba «la velocidad
virtual de la circulación» fiduciaria.5
Las mismas razones que hacen imposible en este caso particular distin-
guir claramente entre cuáles son los cambios en la cantidad de dinero y los
cambios en su velocidad de circulación, se aplican, sin embargo, igualmente
bien a todos los demás casos en los que cambia la liquidez relativa de los
diversos tipos de activos y hacen extremadamente difícil, si no imposible,

5. Lectures on Political Economy, vol. II, pp. 67 y ss.

458
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

distinguir entre los efectos de lo que podría considerarse propiamente cambios


monetarios en el sentido estricto del término y los exactamente similares
efectos de los cambios en la liquidez relativa de los diversos activos reales
que no tienen nada que ver con ningún cambio en nada que pueda llamarse
con propiedad dinero. Puede retirarse recursos de la inversión, o de otras
inversiones más rentables, no porque la gente desee usarlos en la producción
corriente de bienes de consumo, sino porque quieran mantener activos de
un carácter más líquido, que no tienen por qué ser dinero o valores, sino que
pueden ser, de acuerdo con las circunstancias, cualquier cosa, desde primeras
materias o ciertos alimentos almacenables, a sellos de correos, o joyas u
obras de arte. Y, de forma similar, puede que se produzca menos bienes de
consumo, no porque la gente quiera claramente almacenar en el futuro más
distante un mayor output de bienes de consumo, sino porque desean por el
momento convertir parte de sus recursos en lo que consideran las formas
más seguras y adaptables.6
Cualquier cambio de este tipo en las preferencias relativas de activos que
posean diferentes grados de liquidez traerá consigo una variación de la tasa
de rendimiento obtenida en estos tipos de activos, Por ello, tenemos que
reconocer que los diversos tipos de interés y beneficio que encontramos en
un mercado desarrollado estarán sujetos a todo tipo de cambios autónomos,
que no tienen ninguna relación con las variaciones en la rentabilidad de la
inversión o los cambios de la tasa de ahorro. En consecuencia, el movimiento
de los tipos de interés en el sentido más estricto puede, a veces, adoptar una
dirección opuesta a la de las tasas marginales de beneficio de la inversión
real y, así, un cambio dado de los tipos de interés puede venir acompañado
por un cambio de la inversión real que sea el inverso del que usualmente
asociamos a un alza o caída de los tipos de interés. Si, por ejemplo, una varia-
ción espontánea de la preferencia por la liquidez lleva a un desplazamiento
de fondos de la inversión real al mantenimiento de «valores refugio», la
caída de los tipos de interés propiamente dichos se verá acompañada por un

6. La razón de por qué el efecto de tal cambio es similar al de los cambios monetarios propiamente
dichos es, por supuesto, que también en estos casos tenemos que vérnoslas con una clase de intercam-
bio indirecto, solo que el medio que se mantiene como depósito de valor no es dinero, sino que puede
ser cualquier cosa que en esas circunstancias parezca ser especialmente adecuada para este propósito.

459
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

alza de las tasas marginales de beneficio e indicará que se está reduciendo la


inversión real. De forma similar, un alza de los tipos de interés monetarios
puede verse acompañada por una caída de las tasas marginales de beneficio
y puede ser simplemente un síntoma del hecho de que ahora se considera
relativamente más atractiva la inversión real, con el resultado no solo de que
ninguna inversión real que antes era rentable se convertirá en no rentable
en razón del aumento del tipo de interés, sino que se abordará ahora algunas
nuevas inversiones reales que antes no se realizaban al menor tipo de interés.
No podemos seguir aquí las causas que hacen que la conexión entre el tipo
monetario de interés y los factores que rigen directamente la rentabilidad
de la inversión sean, incluso, más laxas y distantes de lo que ya hemos visto
que lo son bajo los más favorables supuestos del último capítulo. Tenemos
que contentarnos con haber mostrado no solo que la variación de los tipos
monetarios venga determinada en gran medida por factores distintos que
los que determinan la rentabilidad de la inversión, sino también que las
influencias que ejercen las variaciones de los tipos de interés monetarios
sobre la rentabilidad de la inversión, serán a menudo las opuestas a las que
esperábamos si identificamos estos tipos monetarios con el «tipo de interés»
de la pura teoría. Para ofrecer un breve resumen de los principales resulta-
dos, podemos decir que las variaciones de los tipos monetarios tendrán los
efectos que generalmente se supone, solo y en la medida que, correspon-
dan a cambios reales y sirvan meramente para dar lugar a cambios que ha
hecho necesarios la situación real. Sin embargo, si los tipos de interés se
ven afectados, ya sea por cambios monetarios espontáneos (cambios en la
preferencia por la liquidez o cambios de la oferta de recursos de diferentes
grados de liquidez) o cambios monetarios inducidos (cambios de la demanda
relativa de activos de diversos grados de liquidez debidos a variaciones de
sus rendimientos, estando dadas las preferencias por su liquidez, así como
las ofertas de estos activos), estas influencias monetarias sobre los tipos de
interés desencadenarán fuerzas que trabajarán en una dirección opuesta a
su efecto inmediato por medio de los tipos de interés. Debido a ello, a corto
plazo, el dinero puede evitar que los cambios reales muestren su efecto y
puede dar incluso lugar a cambios reales para los que no haya ninguna
justificación en la posición real subyacente. Sin embargo, a largo plazo, ello
siempre acentuará simplemente el cambio que al principio había evitado

460
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

o dará lugar a cambios opuestos a los efectos del impacto. Ya nos hemos
referido antes a este carácter autorreversible de las variaciones monetarias.
Obviamente, en el mundo real, todos los cambios tienen que actuar a través
de este mecanismo monetario, que frecuentemente retrasa la adaptación y
será, a menudo, la fuente de perturbaciones espontáneas. El dinero no es,
evidentemente, nunca «neutral», en el sentido de ser meramente un instru-
mento o servidor: siempre ejerce alguna influencia efectiva sobre el curso
de los acontecimientos. No sería difícil mostrar, cómo este papel del dinero
debe llevar a constantes fluctuaciones de la actividad económica, incluso
si nunca hubiésemos oído hablar de tales fluctuaciones. Y, evidentemente,
la teoría de las fluctuaciones consiste, en gran medida, en un estudio de la
interacción entre los factores monetarios y reales.
Pero esto está fuera de nuestro presente propósito, que ha sido poner
de manifiesto la importancia de los factores reales, que se está pasando por
alto cada vez más en la discusión contemporánea. Pero incluso sin continuar
más allá la discusión del papel que juega el dinero a este respecto, estamos
ciertamente autorizados a concluir, a partir de lo que ya hemos mostrado,
que la medida en la que podemos esperar controlar los acontecimientos a
voluntad al controlar el dinero es mucho más limitada, que el ámbito de la
política monetaria es mucho más restringido de lo que se cree hoy en día. No
podemos, como parecen creer algunos autores, hacer más o menos lo que nos
plazca con el sistema económico, jugando con el instrumento monetario. De
hecho, en cada situación solo habrá una política monetaria que no tenga un
efecto desequilibrador, y por ello, finalmente invierta su influencia a corto
plazo. Que siempre sea extraordinariamente difícil, si no imposible, saber
exactamente cuál es esta política, no altera el hecho de que no podamos espe-
rar, ni siquiera aproximarnos, a esta política ideal, a no ser que entendamos,
no solo los factores monetarios que actúan, sino también, lo que es aún más
importante, los factores reales. Hay pocas razones para creer que un sistema
con la compleja estructura crediticia moderna pueda alguna vez funcionar
con fluidez sin algún control deliberado del mecanismo monetario, ya que el
dinero, en virtud de su naturaleza misma, constituye una especie de articu-
lación floja en el aparato autoequilibrador del mecanismo de los precios que
está destinado a impedir su funcionamiento, y ello en tanta mayor medida
cuanto mayor sea el juego de la articulación floja. Pero la existencia de tal

461
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

articulación floja no es ninguna justificación para concentrar la atención en


dicha articulación floja e ignorar el resto del mecanismo, y aun menos para
hacer el mayor uso posible de la efímera libertad de la necesidad económica
que permite la existencia de esta articulación floja. Por el contrario, el objetivo
de cualquier política económica con éxito tiene que ser reducir tanto como
sea posible esta holgura en las fuerzas autocorrectoras del mecanismo de
precios y hacer que la adaptación sea más rápida, de manera que se reduzca
la necesidad de una reacción posterior y más violenta.7 Sin embargo, a estos
efectos, una comprensión de las fuerzas reales subyacentes es incluso más
importante que una comprensión de la superficie monetaria, justamente
porque esta superficie no simplemente oculta, sino que a menudo también
perturba el mecanismo subyacente de la forma más inesperada. Todo esto
no equivale a negar que a muy corto plazo el ámbito de la política monetaria
es ciertamente muy amplio; pero el problema no es tanto lo que podamos,
sino lo que debamos, hacer a corto plazo; y en este punto, una doctrina ex-
tremadamente dañina ha ganado terreno en los últimos años, que solo puede
explicarse por haberse pasado totalmente por alto —o por una falta total
de comprensión— de las fuerzas reales en acción. Se ha abogado por una
política que en cualquier momento vaya dirigida al máximo efecto a corto
plazo de la política monetaria, pasando completamente por alto el hecho de
que lo que es mejor a corto plazo puede ser extremadamente dañino a largo,
porque los efectos indirectos y más lentos de la política a corto plazo de
la situación actual, dan forma a las condiciones y limitan la libertad de la
política a corto plazo del mañana y del pasado mañana.8

7. [El punto de vista de Hayek de que el dinero es una «articulación floja» en virtud de su pro-
pia naturaleza puede ser responsable de su relativa falta de atención a la posibilidad de que pudiese
«apretarse» considerablemente la «articulación» reformando las instituciones que suministran dinero,
en particular por la banca libre competitiva (como aboga Mises) en lugar de la banca central.- Ed.].
8. [Lo que pone de manifiesto Hayek aquí —que el que la política monetaria se centre en la maxi-
mización a corto plazo pueda empeorar las posibilidades a largo plazo de la economía— es similar a la
bien conocida crítica más tarde de la elaboración de la política periodo a periodo por parte de Finn E.
Kydland y Edward C. Prescott, «Rules Rather Than Discretion: The Inconsistency of Optimal Plans»,
Journal of Political Economy, vol. 85, junio de 1977, pp. 473-91. El argumento Kydland-Prescott se
basa en las previsiones del público de las medidas de la política discrecional y no en los efectos reales
retrasados de esas medidas.- Ed.].

462
DIFERENCIAS ENTRE TIPOS DE INTERÉS: CONCLUSIONES Y PERSPECTIVA

No puedo evitar contemplar la creciente concentración en los efectos a corto


plazo —que en este contexto viene a ser lo mismo que una concentración en
factores puramente monetarios— no solo como un serio y peligroso error
intelectual, sino como una traición al principal deber de un economista y una
grave amenaza a nuestra civilización. El economista tiene probablemente poco
que contribuir a la comprensión de las fuerzas que determinan las variaciones
día a día de la coyuntura económica que no sepa mejor el hombre de negocios.
Sin embargo, solía considerarse como el deber y el privilegio del economista
estudiar y poner de manifiesto los amplios efectos que pueden ocultarse al
ojo del no experimentado y dejar que el hombre práctico se preocupase de
los efectos más inmediatos, ya que, en todo caso, solo vería esto último y
nada más. El propósito y efecto de doscientos años de continuo desarrollo
del pensamiento económico han sido, esencialmente, desviarnos de y llevar-
nos «detrás» del más superficial mecanismo monetario, y hacer resaltar las
fuerzas reales que guían el desarrollo a largo plazo. No deseo negar que la
preocupación por los aspectos «reales» de los problemas, en contraposición
con los monetarios, pueda a veces haber ido demasiado lejos. Pero esto no
puede ser una excusa para las actuales tendencias que ya han llegado lejos
para devolvernos al estadio precientífico de la economía, cuando todavía no
se entendía el completo funcionamiento del mecanismo de los precios y solo
suscitaban interés los problemas del impacto de un flujo monetario variable
sobre una oferta de bienes y servicios con precios dados. No es sorprendente
que Mr. Keynes encuentre que sus puntos de vista los habían anticipado los
escritores mercantilistas y aficionados con talento: la preocupación por los
fenómenos superficiales siempre ha marcado el primer estadio del enfoque
científico de nuestra materia;9 pero es alarmante ver que, después de que
hayamos pasado por el proceso de desarrollar un estudio sistemático de las
fuerzas que a largo plazo determinan los precios y la producción, se nos
convoque a desecharla, para sustituirla por la miope filosofía del hombre de
negocios elevada a la dignidad de ciencia. ¿Acaso no nos dicen, incluso, que
«como a largo plazo todos estaremos muertos», la política debería guiarse

9. [J.M. Keynes examinó los puntos de vista precursores de los mercantilistas y escritores tales como
Silvio Gesell, J.A. Hobson y A.F. Mummery en el capítulo 23 de The General Theory, titulado «Notes
on Mercantilism and the Usury Laws, Stamped Money and Theories of Under-Consumption».- Ed.].

463
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

totalmente por consideraciones a corto plazo? Temo que los que creen en el
principio de après nous le déluge pueden obtener lo que han pedido antes
de lo que quisieran.10

10. [Hayek se permite yuxtaponer la famosa observación de J.M. Keynes en A Tract on Monetary
Reform {1923}, reimpreso como vol. 4 (1971) de The Collected Writings of John Maynard Keynes, p.
65, de que «a largo plazo todos muertos» con una línea atribuida a Madame de Pompadour enviada a
Luis XV, que se desesperaba acerca de una derrota militar a manos de los prusianos.- Ed.].

464
Apéndice I
PREFERENCIA TEMPORAL Y PRODUCTIVIDAD

El trato dado en los Capítulos XVII y XVIII al papel de los elementos psíquicos
en la determinación del tipo de interés difiere de la discusión clásica de las
mismas cuestiones como las encontramos en los escritos de Böhm-Bawerk
y su Escuela en tres puntos principales.1 En primer lugar, subraya desde el
principio que no hay una única tasa significativa de «preferencia temporal»
(al menos, para cualquier persona dada), sino que esta tasa de preferencia
temporal misma varía con los cambios de la dimensión relativa de la renta
presente y futura previstas.2 Si se quiere que el concepto de una única tasa
de preferencia temporal tenga algún significado, tiene, por tanto, que estar
limitada a la tasa que prevalecería si se previese rentas de igual magnitud
para el presente y futuro. En segundo lugar, la preferencia temporal no im-
plica ninguna «infravaloración perspectiva», ningún «descuento psíquico»
del «verdadero» valor futuro, sino que es simplemente una descripción de
los valores relativos que se atribuirán a las mercancías presentes y futuras
bajo diferentes condiciones; y, en tercer lugar, la preferencia temporal es
un factor subordinado comparado con la productividad de la inversión al
determinar el tipo de interés, ya que opera solo a través de la determina-
ción de la tasa de ahorro y la tasa de acumulación de capital y, por tanto, de
la productividad de la inversión. A corto plazo, se adapta meramente a la
productividad marginal de la inversión dada.
Sobre el primer punto, ahora hay un amplio acuerdo entre los econo-
mistas y en todo caso no se ha dicho nada que ya no esté contenido en la

1. [Los escritos de Böhm-Bawerk sobre la teoría del interés están reunidos en Eugen Böhm-Bawerk,
Capital and Interest, op. cit. Se verá más abajo que Hayek consideraba que la «Escuela» Böhm-Bawerkiana
incluía a Joseph Schumpeter, Knutt Wicksell, Irving Fisher y Frank A. Fetter.- Ed.].
2. [Es decir, las curvas de indiferencia intertemporal están típicamente combadas más que rec-
tas.- Ed.].

465
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

exposición más moderna de los puntos de vista de la Escuela de la Preferencia


Temporal, la Teoría del Interés del Profesor Irving Fisher. Sobre el segundo
punto, también la diferencia entre la exposición precedente y la dada en la
obra que acabamos de mencionar, probablemente no es sino verbal. Sin
embargo, como los términos empleados por el Profesor Irving Fisher,
especialmente el término «impaciencia» siguen llevando consigo parte
del sabor de los anteriores y menos defendibles puntos de vista, quizá sea
necesario complementar lo que ya se ha dicho con una refutación más ex-
plícita de las confusiones contenidas en las anteriores teorías. Finalmente,
sobre el tercer punto, los puntos de vista expresados difieren claramente de
los que todavía se mantiene (aunque no sea de manera universal) y aunque
todo lo que es realmente esencial está ya contenido en los Capítulos XVII
y XVIII, no estarían fuera de lugar unas pocas observaciones más acerca de
la naturaleza general del problema en cuestión. De acuerdo con ello, las dos
secciones que siguen estarán dedicadas a una discusión más explícita de las
opiniones defendidas aquí acerca de los dos últimos puntos, en comparación
con otras opiniones generalmente mantenidas sobre estos problemas.
1. La forma en la que Böhm-Bawerk formuló el problema del interés ha
ganado un apoyo considerable. En especial, de la manera en la que el Profesor
Schumpeter 3 ha desarrollado de forma totalmente consistente el enfoque de
Böhm-Bawerk, ha llevado a la afirmación de que la existencia de interés es
incompatible con condiciones estacionarias, opinión que ahora se mantiene de
manera general. Por ello, todo el enfoque necesita un examen más explícito
de lo que era posible ofrecer en los Capítulos XVII y XVIII. Intentaremos
demostrar aquí que, en la forma en la que Böhm-Bawerk formuló la cuestión
central, no tiene sentido y es solamente uno de esos pseudoproblemas que
surgieron de la idea de utilidad como una magnitud absoluta.
El punto de partida del análisis de Böhm-Bawerk fue la cuestión de por
qué la gente no aprovechaba la oportunidad de aumentar por medio de la
inversión el producto obtenible a partir de recursos dados hasta el punto en
el que la utilidad del futuro producto cayese a un nivel que correspondiera al
del producto corriente alternativo que se podría haber obtenido a partir de
los mismos recursos. Esto es lo que se esperaría a partir de la regla general

3. En particular, su Theory of Economic Development, cap. I.

466
APÉNDICE I

de que se distribuirá todos los recursos entre sus diversos usos, de manera
que la utilidad marginal de un producto de una unidad de recursos sea en
todas partes la misma y, por tanto, también igual a la utilidad marginal
derivada de los factores utilizados. Si se comenzase por la idea de que, a no
ser que cambien los gustos, la utilidad marginal en un sentido absoluto de
que iguales cantidades de mercancías deberían ser las mismas en diferentes
fechas, la única explicación posible de por qué la gente no actuaría de hecho
de acuerdo con esta regla parecería ser que no atribuyesen esta verdadera
utilidad a los productos futuros, sino que les atribuyesen una utilidad menor
que decreciese en proporción a su distancia temporal respecto al consumo.
Esto significaría que la gente dejaría de invertir para el futuro antes de que
la verdadera utilidad futura del (mayor) producto futuro hubiese caído al
nivel del (menor) producto presente alternativo. Esto explicaría la existencia
del «gap» entre la utilidad de los factores y la utilidad del producto, que, de
acuerdo con Böhm-Bawerk, es la verdadera fuente del interés.
Si, sin embargo, se negase, junto con el Profesor Schumpeter, la existencia
de tal descuento psíquico, los mismos supuestos llevarían necesariamente
a la conclusión de que el ahorro debe continuar mientras las inversiones
adicionales llevasen a un mayor producto del que pudiese obtenerse del uso
de los mismos recursos para la satisfacción corriente de las necesidades y
que, en consecuencia, solo se podría alcanzar un estado estacionario después
de que hubiese desaparecido el interés. En cualquier momento, es cierto, la
cantidad que fuese ventajoso invertir estaría limitada por el hecho de que
caería la utilidad marginal de adiciones dadas al output en cualquier momen-
to futuro y que, en consecuencia, incluso si el producto futuro obtenible a
partir de ulteriores dosis de inversión fuese mayor en cantidad que el output
presente alternativo, podría tener una menor utilidad que éste. Pero esto
solo limitaría la tasa de ahorro y no alteraría el hecho de que continuaría
existiendo algún ahorro, mientras que pudiese aumentarse el rendimiento
físico de cualquier factor, invirtiéndolo por un periodo más largo. Solo el
completo agotamiento de todas las oportunidades de aumentar el output a
partir de cualquier factor de esta forma, podría detener el ahorro; y, como un
estado estacionario implica la ausencia de nuevo ahorro, solo podría existir
este estado si la productividad del capital y, por tanto, el interés, hubiesen
desaparecido.

467
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Se verá que esta proposición no es nada más que el resultado lógico de


los supuestos hechos originalmente por Böhm-Bawerk, siempre que se
acepte que el supuesto inicial acerca de la forma idéntica de las curvas de
utilidad en sucesivos momentos no se vea subsiguientemente modificado
por la introducción del descuento psíquico.
Este argumento, como ya se ha señalado, depende enteramente para su
validez del concepto absoluto y más antiguo de utilidad. Por ello, es necesario
formular más explícitamente la diferencia entre este más antiguo punto de
vista y el punto de vista moderno, e indicar la especial relevancia de esta
diferencia para las comparaciones intertemporales.
Concibiendo la utilidad de una mercancía como una magnitud absoluta,
era natural definir que los gustos constantes implicasen que en todos los mo-
mentos sucesivos la utilidad marginal de iguales cantidades de una mercancía
disponible en fechas sucesivas tenga que ser la misma. A nuestros propósitos,
hay poca diferencia si se formula este supuesto en la forma más simple e
incluso más objetable de ux= f(x), que implica que la utilidad marginal de
x depende solo de la cantidad disponible de esa mercancía, o si se formula
de la manera ligeramente con más sentido ux= f(x, y, z,…), que implica que
la utilidad marginal de x depende de las cantidades de todas las mercancías
disponibles. Se la que fuere, de estas alternativas, la que adoptemos, el punto
esencial sigue siendo el mismo. En ambos casos, se supone que la utilidad
marginal de cualquier mercancía en un momento determinado depende
solo de las cantidades de mercancías disponibles en ese momento, que es
independiente de las cantidades provistas para otros momentos, y que esta
formulación acerca de las utilidades absolutas en diferentes momentos no
permite hacer deducciones acerca de la utilidad relativa de las cantidades
disponibles en diferentes momentos. No importa si el supuesto hecho es que
la oferta de todas las demás mercancías es constante o si se trata esto como
irrelevante. En ambos casos, el resultado es que se considera que la utilidad
de diferentes cantidades está adecuadamente representada por curvas de uti-
lidad independientes, que, si se supone que los gustos son constantes, tienen
que ser de idéntica forma.4

4. En un intento que hice hace algunos años para aclarar algunas de las dificultades relacionadas
con ese enfoque, yo mismo lo usé sin darme cuenta de los supuestos ilegítimos que trae consigo. (Cf.

468
APÉNDICE I

Ya no es cuestionable que las funciones de utilidad absoluta tienen


un significado unívoco solo en la medida en la que puedan ser traducidas
en una formulación en el sentido de qué cantidades de las mercancías en
cuestión tendrán la misma utilidad bajo las condiciones dadas o sean susti-
tutivos perfectos entre sí. De esta forma, la curva de utilidad para cualquier
mercancía expresaría la cantidad decreciente de alguna otra mercancía
(cuya oferta total se suponía que era constante) que bajo, por lo demás,
condiciones invariables, sería exactamente igual a la utilidad de adiciones
marginales sucesivas a la oferta de la primera mercancía. El significado del
supuesto de que las dos curvas de utilidad de la misma mercancía en dos
momentos diferentes son idénticas es ligeramente más complicado, pero
puede, sin embargo, expresarse en forma de una formulación acerca de las
cantidades relativas de las mercancías disponibles en los dos momentos que
den la misma utilidad. Como muestra una ligera reflexión, este supuesto
tiene que significar que si las cantidades totales de la mercancía disponible
en cada una de las dos fechas son las mismas, cantidades iguales tendrán el
mismo valor, y que si las cantidades totales disponibles en los dos momentos
son diferentes, una pequeña adición al total menor será tan útil como una
mayor adición al total mayor.
Esto, sin embargo, sería meramente una afirmación acerca de la actitud
de la persona en cuestión en la más temprana de las dos fechas en cuestión,
ya que solo en esa fecha podría escoger entre las dos cantidades. No señalaría
si su actitud era la misma o diferente en las dos fechas. Para poder afirmar
esto último, tendríamos que conocer qué decisión tomaría si se encontrase
en una posición similar en la segunda fecha. Evidentemente, si el supuesto
de curvas de utilidad constante se refiere, no meramente a las dos fechas
consideradas, sino también a todas las demás fechas posibles, esto implica
que su decisión sería la misma en la segunda fecha; pero se hace inmediata-
mente obvio que esto también podría ser el caso si las curvas de utilidad en
los diferentes momentos no fueran las mismas en un sentido absoluto. Para

Hayek, 1927, pp. 517-532, especialmente p. 523). [Una traducción del artículo de Hayek de 1917 apa-
recerá en un volumen posterior de The Collected Works of F.A. Hayek. La anterior discusión de Hayek
se apoya en otro artículo; véase F.A. Hayek, «Utility Analysis and Interest», Economic Journal, vol.
46, marzo de 1936, pp. 44-60.- Ed.].

469
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

que mi elección entre hoy y mañana pueda ser la misma que la elección de
mañana entre entonces y el día siguiente, no es en absoluto necesario que
en cada ocasión las cantidades de los bienes de hoy y los bienes de mañana,
respectivamente, que considero igualmente útiles, sean cantidades idénticas.
Todo lo que es necesario es que la proporción entre la cantidad de los bienes
de hoy y la cantidad de los bienes de mañana, que considero igualmente
útiles, sea la misma en ambas ocasiones.
El hecho es que el supuesto de curvas de utilidad idénticas en todos los
momentos sucesivos no formula meramente el postulado general de que la
elección entre el presente y el futuro sea realizada de la misma forma en
diferentes momentos, sino que implica además que la elección se realizará
de una forma particular. En lugar de ser meramente un supuesto formal
que la actitud de una persona será la misma en diferentes puntos del tiempo,
es un supuesto muy concreto acerca de la particular actitud que asumirá
en cada momento. Hemos visto hasta qué punto este particular supuesto
tiene algún mérito que nos justificaría al considerarlo como un caso par-
ticularmente significativo o como si representase el caso normal en algún
sentido. En este punto solo estamos interesados en mostrar por qué parecía
seguirse directamente del supuesto de gustos constantes, necesario para el
análisis estático, siempre que se concibiese la utilidad como una magnitud
absoluta, que pudiese describirse como función de una variable la cantidad
de la mercancía en cuestión.
Pero, mientras que el enfoque moderno de «sustitución» o «indiferencia»
hace fácil ver que cualquier actitud entre el presente y el futuro es compa-
tible con el supuesto de gustos constantes, tampoco es difícil entender por
qué el enfoque antiguo llevó a Böhm-Bawerk y sus seguidores a introducir
la idea de una «infravaloración perspectiva de las necesidades futuras».
El caso especial que contemplaban como el caso de gustos constantes re-
queriría ciertamente que la gente ahorrase e invirtiese hasta que el valor
de los factores presentes se hubiese hecho igual a la utilidad futura de su
producto, es decir, hasta que hubiese desaparecido el interés. Sin embargo,
de hecho, al adoptar este procedimiento, no hicieron más que superar una
dificultad que ellos mismos habían creado. Solo porque habían supuesto
que gustos constantes implicaban que cantidades iguales de una mercancía
en dos fechas debían tener la misma utilidad marginal para una persona en

470
APÉNDICE I

un momento particular, tuvieron que introducir una explicación especial


de por qué esto, de hecho, no era el caso. En la forma particular en que la
dieron, su explicación tiene poco sentido, ya que implica una comparación
entre la utilidad presente (absoluta) de una mercancía futura y su utilidad
futura (absoluta) que se considera la verdadera utilidad. Esta comparación
no surge en ningún acto de elección, ya que dada la naturaleza de las cosas
es imposible contemplar nada en un momento determinado, tanto desde el
punto de vista del presente como desde el punto de vista del futuro. Todas
las comparaciones de las utilidades relativas se hacen necesariamente en un
momento del tiempo, de forma que todo lo que expresan son relaciones entre
utilidades presentes de bienes presentes y utilidades presentes de bienes fu-
turos. Solo puede compararse las utilidades atribuidas a bienes en diferentes
momentos, contrastando las utilidades relativas de un par de mercancías
en un momento con las utilidades relativas de un par correspondiente de
mercancías físicamente similares en el otro momento.
La respuesta a la pregunta de Böhm-Bawerk de si hay una diferencia entre
el valor de los factores presentes y el valor de su producto presente es que
no hay tal diferencia. Si hay un tipo de interés del 5%, esto simplemente
significa que 100 de hoy es igual en valor a 105 disponible dentro de un
año. La respuesta contraria que dio Böhm-Bawerk se basaba en el supuesto
de que si el valor en dinero presente equivalente a los factores invertidos
era 100 y el valor futuro equivalente en dinero del producto era 105, esto
probaba que había una diferencia entre el valor del producto y el valor de
los factores, pero esto solo se seguiría si pudiese mantener que 100 unidades
de dinero de hoy eran iguales en valor a 100 unidades del año siguiente,
lo que contradiría sus propios supuestos. La afirmación de que hay una
diferencia de valor entre los factores y su producto o (en una economía de
intercambio) entre los bienes presentes y la cantidad de bienes futuros por
los que se intercambian, carece simplemente de sentido.
Apenas habría sido justificable conceder tanto espacio a la refutación de
puntos de vista que son ahora claramente obsoletos si no hubiesen dejado
huellas en los términos que siguen siendo todavía comúnmente empleados
en este contexto. En particular, puede haber pocas dudas de que en el análisis
del Profesor Irving Fisher, aunque formalmente esté libre de la confusión
aquí discutida, el uso del término «impaciencia» sigue conservando algo

471
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de la vieja idea de una «infravaloración perspectiva» de las necesidades


futuras. Una persona está «impaciente», de acuerdo con su terminología, si
teniendo la seguridad de rentas presentes y futuras iguales, prefiere alguna
adición a su renta presente, incluso si ésta es muy grande, a una adición
permanente a su renta futura, incluso si ésta es muy pequeña.5 Esto signi-
fica que el término «impaciencia» implica lo que se entiende en el lenguaje
popular, es decir, que una persona está ansiosa de anticipar su renta futura,
con el fin de aumentar su renta presente más allá del nivel en el que pueda
mantenérsela permanentemente. Sin embargo, esto no es en absoluto una
condición necesaria para la existencia de interés en sociedad alguna, excepto
en una estacionaria. Todo lo que se requiere en una sociedad progresiva para
la existencia de interés es que sus miembros sientan alguna resistencia a
posponer el consumo de la renta presente con el fin de aumentar la renta
futura más allá de la presente a más que una tasa limitada;6 pero decir que
la gente no ahorra más de lo que lo hace porque son impacientes, no solo
es una curiosa forma de decirlo, sino claramente engañoso si sugiere, como
indudablemente lo hace a algunas personas, que hay una tasa definida de
impaciencia, que determina el tipo de interés.
2. Acerca de la segunda cuestión que hay que discutir aquí —la importancia
relativa de la valoración del tiempo y la productividad en la determinación
del tipo de interés— hay probablemente más desacuerdo entre los econo-
mistas que en la mayor parte de los demás puntos relacionados con la teoría
del interés. La posición adoptada aquí es como sigue: de las dos ramas de la
escuela de Böhm-Bawerk, la que subrayaba el elemento de la productividad
casi hasta excluir la preferencia temporal, rama cuyo principal representante
es K.Wicksell, tenía esencialmente razón, frente a la rama representada por
los Profesores F.A. Fetter e I. Fisher, que señalaba a la preferencia tempo-
ral como el factor exclusivo y un factor al menos igualmente importante,
respectivamente. La debilidad de la tesis de Wicksell era que nunca intentó
expresamente justificar el que pasase por alto el elemento de preferencia

5. Véase I. Fisher, The Theory of Interest, pp. 61 y ss.


6. La misma distinción subyace aparentemente a la distinción hecha por el Profesor F.X. Weiss
entre la subestimación de las necesidades futuras y la no subestimación de las necesidades presentes.
Véase Weiss, 1928, p. 1148, nota a pie de página.

472
APÉNDICE I

temporal. El Profesor Fisher, por otra parte, aunque puede reclamar habernos
proporcionado un aparato formal que nos capacita para describir la interac-
ción de todos los factores relevantes, incluso aunque no atribuyese más que
una igual importancia a los dos factores en cuestión —y ciertamente se ha
entendido que consideraba el elemento psíquico como el dominante—, ha-
bría dado al factor psíquico más importancia de la debida. El punto de vista
dominante es probablemente que, como en las dos hojas de las tijeras de
Marshall, los dos factores están tan inseparablemente unidos entre sí, que
es imposible decir cuál de ellos tiene la mayor y cuál la menor influencia.
Nuestro problema aquí es realmente no más que un caso especial del
problema al que Marshall aplicó el famoso símil, el problema de la influencia
relativa de la utilidad y el coste en el valor. La valoración temporal en nuestro
caso corresponde, evidentemente, a su utilidad, mientras que la tasa técnica de
transformación es una expresión de los costes relativos de las mercancías (o
cantidades de renta en los dos momentos del tiempo); pero el mismo Marshall
ha señalado que existen casos en los que es legítimo distinguir entre la mag-
nitud de las dos influencias.7 La formulación de nuestro problema en términos
de costes relativos y utilidades relativas, que está más en conformidad con
la teoría moderna del valor que la formulación de Marshall, nos capacitará
ciertamente para mostrar que, incluso en el caso más general, puede tener
todavía más sentido en la cuestión de la importancia relativa de los dos fac-
tores de lo que estaba dispuesto a admitir Marshall. Las aplicaciones de las
conclusiones derivadas de la consideración del caso más general a nuestro
caso particular serán probablemente obvias.
Tenemos primero que definir qué queremos decir cuando afirmamos que
en un caso particular determinan el valor, ya sea la utilidad, ya sea el coste.
Diremos que la utilidad sola determina los valores relativos de dos mercancías
y que no está afectada por los costes relativos, si puede mostrarse que un
cambio en las condiciones de los costes no afectará a estos valores relativos.

7. Principles, 8.ª ed., p. 349: «puede excusarse……a una persona por hablar [en casos de coste
constante] de que el coste de producción rija el precio —siempre que no pretenda que su doctrina tenga
precisión científica y explique la influencia de la demanda en su justo lugar». [La nota al pie original
de Hayek señalaba que esta discusión tuvo lugar en la p. 349 de la octava edición, pero tiene lugar en
la p. 349 de la séptima edición. Aparece en la p. 291 de la octava.- Ed.].

473
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Y diremos que el valor depende únicamente del coste y no de la utilidad, si


puede mostrarse que los cambios en las utilidades relativas (en cuanto ex-
presados por las curvas de indiferencia) no afectarán a los valores.
Si se aceptan estas definiciones, puede mostrarse con facilidad que en ciertos
casos extremos, bien la utilidad sola, bien los costes solos, determinarán los
valores relativos de dos mercancías, mientras en otros casos que están cerca
de uno de los extremos, sería legítimo decir que la influencia de uno de los dos
factores es tan predominante como para hacer despreciable la influencia del otro.
Para comenzar con el caso en el que los valores relativos de las dos mer-
cancías dependen solo de los costes, supondremos que la cantidad producida
de cada mercancía puede cambiarse a costa de la cantidad de la cantidad de
la otra a un coste constante en términos de esa otra mercancía. En términos
diagramáticos, esto significa que la curva de desplazamiento 8 que muestra la
tasa a la que puede producirse una mercancía en lugar de otra es una línea
recta. Inmediatamente resulta evidente que, sea cual fuere la forma de las
curvas de indiferencia que representen las utilidades relativas de las dos
mercancías, sus valores relativos vendrán unívocamente determinados por
sus costes relativos. En la Fig. 30 se muestra las dos diferentes relaciones de
utilidad por las curvas de indiferencia alternativas I e I’ y el coste constante
por la curva de desplazamiento (o transformación) TT’. El valor de equilibrio
de la mercancía, expresado por la pendiente de las curvas en los puntos de
contacto P y P’ es, evidentemente, el mismo en ambos casos.

8. [O curva de transformación.- Ed.].

474
APÉNDICE I

El caso opuesto, en el que las utilidades relativas son totalmente inde-


pendientes de las cantidades relativas de las dos mercancías, es más difícil de
imaginar.9 Pero obtenemos prácticamente el mismo resultado si suponemos
que la curvatura de la curva de indiferencia (que representa la elasticidad de
sustitución) es tan pequeña, al menos en el tramo relevante, como para llegar
casi a ser una línea recta. Si, al mismo tiempo la curva de desplazamiento
tiene una curvatura considerable, está claro que los valores relativos de las
dos mercancías no se verán prácticamente afectados por los cambios en los
costes relativos (tal y como vienen representados por cambios en la forma
de la curva de desplazamiento) y que dependerán casi exclusivamente de las
utilidades relativas. En la Fig. 31, se representan las dos diferentes condiciones
de costes por las curvas de desplazamiento T y T’ y las utilidades relativas
por la curva de indiferencia I. Se verá que el valor expresado por la pendiente
en los puntos de contacto es casi el mismo en P que en P’.

Necesitamos solo sustituir las dos diferentes mercancías por la renta


presente y futura para obtener los resultados generales discutidos en el
Capítulo XVII.

9. Significaría que las dos mercancías serían sustitutivos perfectos, aunque siguiesen siendo mer-
cancías diferentes porque fuesen producidas de una forma diferente, de manera que sus costes podrían
cambiar de forma diferente.

475
Apéndice II
LA «CONVERSIÓN DE CAPITAL CIRCULANTE
EN CAPITAL FIJO»

La idea de una «conversión de capital circulante en capital fijo» ha jugado un


considerable papel en las discusiones de la dinámica de la formación de capital
y de los ciclos industriales, en especial desde los tiempos de Ricardo hasta
Knut Wicksell. Sin embargo, le ha privado de gran parte de su fecundidad
una cierta confusión acerca de su significado exacto y, en especial, entre dos
diferentes situaciones que podría describir este concepto. Por ello, podríamos
dedicar una corta nota a la tarea de aclarar estas confusiones.
La idea, si no los auténticos términos, parece haber sido introducida en el
análisis económico por Ricardo, cuando en el nuevo capítulo «On machinery»
[Acerca de la maquinaria], en la tercera edición de sus Principles admitió, en
respuesta a Barton, que el repentino descubrimiento y extensivo uso de ma-
quinaria mejorada puede tener el efecto de «desviar el capital de su verdadero
empleo» como capital circulante para aumentar la cantidad de capital fijo 1 y,
en consecuencia, reducir el producto bruto y, por consiguiente, el fondo para
el empleo de mano de obra. Como lo formuló más tarde J.S. Mill, el capital
«se ha convertido de circulante en fijo y ha dejado de tener influencia alguna
sobre los salarios o los beneficios».2
Pero no fue en relación con la doctrina del efecto del progreso técnico
sobre los salarios y beneficios como esta idea adquirió su mayor influencia.
Las expresiones usadas aquí parecieron proporcionar una perfecta descrip-
ción de los fenómenos que se observó durante los mayores booms, cuando
un periodo de amplia elaboración de capital fijo fue seguido por una intensa
escasez de capital y la idea se convirtió, en consecuencia, en una explicación

1. Works (ed. McCulloch), p. 241.


2. Principles of Political Economy (ed. Ashley), p. 734. Un tratamiento más sistemático del
tema, de hecho el más completo que se pueda encontrar en ningún lugar de la bibliografía clásica, se
encuentra antes en el Libro I, cap. VI de la misma obra.

477
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de las crisis comerciales que se mantuvo muy ampliamente por un largo


periodo. Uno de los primeros autores en explicar las crisis por una escasez
de capital circulante causada por una excesiva conversión de capital circu-
lante en fijo, parece haber sido el americano Condy Raguet;3 pero fue en
gran medida por el considerable desarrollo que recibió esta idea en Capital,
Currency and Banking (1847) de James Wilson por lo que se convirtió en
ampliamente aceptada y durante los siguientes treinta años siguió siendo casi
la explicación dominante de las crisis. J.S. Loyd, T.H. Williams, O. Michaelis,
R. Torrens, J.G. Courcelle-Seneuil, V. Bonnet, J. Garnier, W.S. Jevons, J. Mills,
H. v. Mangoldt, Leone Levi, Bonamy Price, e Yves Guyot, por mencionar
solo los representantes más importantes en orden cronológico,4 todos ellos
hicieron uso en mayor o menor medida de esta idea en sus teorías de las crisis.
En todas estas diferentes versiones de la teoría, el punto crucial es que,
hacia el final de un boom, una escasez de capital circulante y una consiguiente
alza de los tipos de interés hacen imposible, ya sea completar los grandes pro-
yectos de inversión en capital fijo, o usar rentablemente la planta adicional así
creada. Nos llevaría demasiado lejos discutir aquí las relaciones que diferentes
autores suponen existen entre estos fenómenos y la expansión del crédito.

3. A Treatise on Currency and Banking (Londres, 1839), pp. 62 y ss.


4. Cf. Lord Overstone (J.S. Loyd), pruebas dadas en 1848, Tracts on Metallic and Paper Currency
(1857), pp. 489, 590; T.H. Williams, Observations on Money, Credit and Panics (1857); O. Michaelis,
Die Handelskrisis von 1857, reimpreso en Volkswirtschaftliche Schriften (1873), vol. I; R. Torrens,
Principles and Practical Operations of Peel’s Act (3.ª ed., 1858), p. 95; J.G. Courcelle-Seneuil, Traité
d’économie politique (1858-9), vol. I, pp. 361-363; V. Bonnet, Questions économiques et financières à
propos des crises (1859), pp. 1-11; J. Garnier, art . «Crises commerciales» en el Dictionnaire universel
théorique et pratique du commerce, vol. I, p. 925; W.S. Jevons, A Serious Fall in the Value of Gold
(1863), p. 10 (reimpreso en Investigations upon Currency and Finance, p. 28); J. Mills, «On Credit
Cycles and the Origin of Commercial Panics», Transactions of the Manchester Statistical Society
(Sesión 1867-68), 1868, pp. 9-40; H. v. Mangoldt, Grundriss der Volkswirtschaftslehre (1863), p. 68;
Leone Levi, Banker‘s Magazine (Nueva York, 1878), vol. XXXIII, pp. 40-45, 118-126; Bonamy Price,
Chapters on Practical Political Economy (1878), pp. 110-124; Yves Guyot, La Science économique (1881).
Sobre estos autores véase E. v. Bergmann, Geschichte der Nationa1ökonomischen Krisentheorieen
(1895), y T.S. Ashton, Economic and Social Investigations in Manchester (1934). [Hayek comenzó su
larga lista de autores refiriéndose a James Wilson, Capital, Currency and Banking (Londres: Office
of The Economist, 1847), que reunía una serie de artículos publicados en The Economist en los 1840,
que respondía a la Ley Bancaria de 1844 y a las crisis financieras contemporáneas.- Ed.].

478
APÉNDICE II

Tampoco es posible aquí seguir la importante influencia que estos puntos de


vista han tenido en la teoría de las crisis de Karl Marx, a través de él en M.
v. Tougan-Baranowski y a través del último, en autores tan contemporáneos
como G. Casell, A. Spielhof y D.H. Robertson. K. Wicksell, por otra parte,
que repetidamente hace uso de estos conceptos, está probablemente más en
deuda con los primeros autores.5
Sin embargo, en esta nota, no estamos tan preocupados con estas ela-
boraciones de la teoría. Queremos simplemente desentrañar los diferentes
significados que van unidos al concepto de la conversión de capital circulante
en fijo. Se mostrará que la opinión original ricardiana acerca del efecto de
tal conversión sobre la dimensión del «producto bruto» se basaba en una
confusión entre el stock de capital circulante propiamente dicho y el flujo
de output disponible para el consumo corriente —confusión que también
es responsable de las formas más burdas del análisis del fondo de salarios,
pero que de la manera que se usó la proposición por los escritores poste-
riores como explicación de las crisis, es decir, refiriéndose a un fenómeno
temporal durante los periodos de transición, describía un fenómeno real, y
que la «reducción del fondo destinado a la manutención de la mano de obra»
describe el mismo fenómeno que luego pasó generalmente a ser conocido
bajo el nombre de ahorro forzoso.
Por razones de conveniencia, puede dividirse nuestra discusión en tres
partes. Primero trataremos de mostrar que la proposición que usaron los
economistas clásicos tiene, en realidad, poco que ver con la particular distinción
entre capital circulante y fijo tal y como la definen, pero está relacionada con
cambios en la dimensión temporal del capital en general (o la sustitución de
un crecimiento de la amplitud del capital por un crecimiento de su altura),
independientemente de si esto está relacionado con un aumento relativo
del capital fijo o no. En segundo lugar, trataremos de mostrar que mientras

5. Cf. Lectures, vol. I, p. 164: «Que la transformación de capital circulante en fijo, es decir, el
cambio de inversión a corto a inversión a largo pueda frecuentemente dañar a la mano de obra está
fuera de toda duda». Ibid. p. 185: «... durante los booms, cuando se convierte grandes cantidades
de capital circulante en capital fijo y no es posible sustituir aquel con la suficiente rapidez. En la
subsiguiente depresión, las condiciones suelen invertirse: hay una abundancia de capital circulante,
pero ya no es rentable convertirlo en capital fijo». [Hayek, erróneamente, citó que el segundo pasaje
aparecía en la p. 185.- Ed.].

479
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

comparemos posiciones alternativas de equilibrio, una con relativamente


más y otra con relativamente menos capital fijo, esta diferencia no puede
afectar a la dimensión del producto bruto en el sentido de los autores clásicos
y que, en consecuencia, su argumento acerca del efecto de tal conversión
sobre los salarios estaba equivocada. Y, en tercer lugar, trataremos de explicar
cómo, bajo condiciones dinámicas y durante los periodos de transición de
una posición de equilibrio a otra, el efecto en cuestión puede llevar en la
realidad a una reducción temporal del producto bruto y así, si no aumenta
el ahorro lo suficiente, dar lugar a esa escasez de bienes de consumo que es
el equivalente real del fenómeno descrito por los escritores clásicos como
una escasez de capital.
1. El argumento se apoya en el primer ejemplo en la simple idea de que
mientras que con una cantidad dada de capital, si asume tal forma que todo
él experimenta un giro una vez al año, digamos bajo la forma de un stock
de materias primas, el producto obtenido con él en el curso de un año será
igual al valor total de este capital, pero si se invierte la misma cantidad de
capital de forma que solo la décima parte gire en el curso del año, el producto
anual a él debido será solo una décima parte de su valor primitivo. De ello
se sigue que si el «capital circulante» (en el sentido de bienes en proceso) se
convierte en «capital fijo» (en el sentido de bienes duraderos), el producto
anual debido a esta cantidad de capital disminuirá. Pero se verá sin dificultad
que esto es totalmente independiente de si el alargamiento de los periodos de
inversión en cuestión se debe a una sustitución de los bienes en proceso por
bienes duraderos o no, y que seguirán exactamente las mismas consecuencias
si se utiliza una cantidad dada de capital circulante para financiar un proceso
de mayor duración en lugar de otro de más corta duración. Si un fabricante
que no puede aumentar la cantidad de capital a su disposición cambia de un
proceso de producción en el que el «periodo de producción», en el sentido
más estricto del término, es más corto, a otro en el que el periodo es más
largo, claramente podrá ahora emplear solo menos hombres que antes y su
output anual también (al menos medido en términos de los factores) será
menor que antes (aunque presumiblemente sus beneficios serán mayores).
Por otra parte, es al menos concebible que un cambio que implique una
sustitución de bienes en proceso por bienes duraderos puede no tener ese
efecto, porque los periodos durante los que el input permanece invertido

480
APÉNDICE II

en el bien duradero pueden ser en realidad más cortos que los periodos de
inversión implicados en procesos que consumen mucho tiempo, tales como
algunas clases de curtidos.
Por ello, tenemos que concluir que la proposición de que una conversión
de capital circulante en fijo dará lugar a una reducción de la tasa de output
debida a ese capital, no es estrictamente correcta si definimos el capital fijo
como bienes duraderos y el capital circulante como bienes en proceso, pero
se hace cierta si definimos ambas clases de capital, como ha sido sugerido
anteriormente (Capítulo XXIV), de acuerdo a su distancia final del consumo.
Si, por ejemplo, decidimos definir todas las partes del stock de capital existen-
te que se transforme en bienes de consumo dentro de un año como capital
circulante (incluyendo, por tanto, en esto las partes de los bienes duraderos
que puedan agotarse durante el año siguiente) y el resto del capital como
fijo, está claro que cualquier cambio en la composición de una cantidad dada
de capital, de forma que menos de ella sea ahora capital circulante en este
sentido y más de ella fijo, tiene que significar que la tasa de output final de
dicho capital tiene que disminuir.
2. Esta proposición de aplica, sin embargo, solo al output que se debe a
una cantidad particular de capital, y es un error generalizar este argumento
para aplicarlo al output de la sociedad en general. Esto puede demostrarse
de la manera más sencilla adaptando uno de nuestros anteriores diagramas
que representan la función de input en su forma más simple. En la Fig. 32,
la curva continua OR representa la curva de input en su forma invertida
y el área limitada por esta curva y las dos coordenadas mide la cantidad de
capital (esto, como estamos utilizando la función de input y pasando por
alto el tipo de interés, se mide en términos de factores). Si decidimos llamar
capital circulante a la parte del stock de capital total que madurará dentro
de un periodo de la longitud T1T2, el stock de capital circulante vendrá re-
presentado por el área T1T2RP, mientras que el área de la parte restante del
triángulo curvilíneo, OT1P, representaría el stock de capital fijo.
La curva de puntos OR representa una función alternativa de input, es
decir, un método alternativo de producción que requiere la misma cantidad
total de capital, pero que se compone de una mayor cantidad de capital fijo
y una menor cantidad de capital circulante. La cantidad de capital circulante
en este caso viene representada por el área de T1T2RP y es menor que la

481
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

cantidad de capital circulante utilizada en el primer caso, siendo la diferencia


la cantidad representada por el área contenida entre la curva continua y la
curva de puntos RP, mientras que la cantidad de capital fijo es correspon-
dientemente mayor. Los economistas clásicos deducían de ello que la cantidad
que estará disponible para el pago de salarios (y otros ingresos) durante el
periodo unitario se verá reducida en la forma correspondiente, pero esto es
claramente falso y debido a una confusión entre el stock de capital circulante
y el flujo de renta derivado de él, como puede fácilmente verse. La tasa a
la que madure la renta bajo condiciones estacionarias se mide en nuestro
diagrama por la línea T2R y la cantidad de renta que madure durante el
periodo unitario de tiempo, bajo condiciones estacionarias estará siempre
representada por el área del rectángulo T2T3QR, sea cual fuere la composi-
ción del capital. La cantidad de renta, si la medimos en sus propios términos,
evidentemente variará con los cambios en los métodos de producción, pero
medida en términos de factores, como hacemos a nuestros presentes propó-
sitos y como lo hicieron los economistas clásicos, la renta (o el output), bajo
condiciones estacionarias, será siempre igual al input corriente. Hemos visto

482
APÉNDICE II

antes que las variaciones en la estructura de producción debidas a cambios


tecnológicos pueden dañar a la mano de obra al cambiar su productividad
marginal, pero aunque esto pueda verse acompañado por una conversión de
capital circulante en fijo, no es una consecuencia directa o necesaria de ello,
como creían los economistas clásicos.6
3. Sin embargo, la situación es diferente cuando, en lugar de considerar
dos posiciones alternativas de equilibrio estacionario, preguntamos qué
sucede durante el periodo de transición de un estado al otro, especialmente
cuando el incremento relativo de capital circulante es meramente un pre-
ludio a un cambio que requiriese un incremento de la cantidad agregada
de capital. En el caso en que, a pesar del aumento de la cantidad relativa de
capital fijo, la cantidad total de capital permaneciese constante, se obten-
dría este resultado porque el alargamiento de los periodos de inversión de
parte del input sería compensado por un acortamiento de los periodos de
inversión de otras partes del input (en la Fig. 32 se mostraba esto porque
la nueva curva de input estaba, con respecto a la antigua, por debajo en su
parte izquierda y por encima en su parte derecha). Este doble cambio hacía
posible que el output continuase madurando a través de todo el proceso a
una tasa constante, a pesar del cambio de los periodos individuales de in-
versión. Pero, evidentemente, es concebible que se aumente el capital fijo
a costa del capital circulante alargando los periodos de inversión de algún
input sin un acortamiento compensatorio de otros. Y, al principio, y por un
periodo que correspondiese al periodo original de inversión del input que
ahora se invierte por un periodo más largo que antes, esto será meramente
posible a costa del capital circulante, es decir, sin incrementar la cantidad
total de capital: Pero después de un tiempo, el efecto de tal alargamiento
de los periodos de inversión tiene que ser que por un tiempo se reduzca el
output corriente por debajo del producto del input corriente, y si hay que

6. Cf. Wicksell, Lectures, vol. I, p. 164: «Que la transformación del capital circulante en fijo, es
decir, el cambio de la inversión en capital del corto plazo al largo, pueda frecuentemente dañar a la
mano de obra está fuera de toda duda, pero Ricardo estaba equivocado al creer que esta consecuencia
se debiese al hecho de que se reduzca simultáneamente el producto bruto. Esto, como puede probarse
fácilmente, es teóricamente inconcebible. El producto bruto bajo libre competencia (donde fuere
posible) tiende siempre, en esencia, al máximo que sea físicamente posible obtener con los medios
de producción existentes».

483
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

completar la estructura de la nueva inversión, será necesario que por un


tiempo la gente consuma menos y haga posible mediante su ahorro crear el
capital adicional que requiere la nueva estructura. En este caso, el aumen-
to de capital fijo, que al principio tuvo lugar a costa del capital circulante,
requerirá un incremento neto posterior de capital por las correspondientes
adiciones de capital en las fases inferiores y de capital circulante en parti-
cular. En este caso, el aumento de capital fijo, que al principio tenía lugar
a costa del capital circulante, requerirá un incremento posterior de capital
por medio de correspondientes adiciones de capital en las fases más bajas
y de capital circulante en particular. En este caso, la conversión de capital
circulante en capital fijo ha creado una estructura incompleta de capital
que hay que completar por medio de adiciones netas ulteriores al capital y
el correspondiente ahorro.
Puede ilustrarse de nuevo este caso por un simple diagrama. En la Fig.
33, la curva continua de input OR representa de nuevo el antiguo proceso
antes de la conversión del capital circulante en fijo, y la curva de puntos
OQS la situación después que se haya convertido parte del capital circulante
existente en fijo; sin embargo, en este caso, la segunda curva no representa
una estructura completa, sino simplemente la posición en un punto durante
el proceso de transición cuando han comenzado los nuevos procesos, pero

484
APÉNDICE II

todavía no han concluido. El nuevo proceso completo estaría descrito por la


curva de puntos OQR y, a fin de que se lo pudiese completar, sería necesa-
rio añadir durante el periodo T1T2 al stock de capital una cantidad adicional
que corresponde a QRS, que solo se puede aportar si, durante este periodo,
la gente reduce su consumo de T2R a T2S. Si pudiésemos suponer que en
esta fase, la gente, espontánea y voluntariamente, redujera su consumo en
esta medida requerida, no surgiría ningún problema. Pero si no lo hacen
y continúan gastando en bienes de consumo tanto como antes, la cantidad
de capital requerida para completar el proceso no se materializará, es decir,
tendrá lugar esa «escasez de capital» considerada en la teoría clásica, que,
evidentemente, significará una escasez de bienes de consumo y un alza de
su precio, y en los márgenes de beneficio en general, que hará que deje de
ser rentable la inversión en procesos largos de esta clase.
Apenas hay que subrayar que discutir todo este fenómeno en términos de
cambios entre capital «circulante» y «fijo» es algo desorientador. Totalmente
aparte del hecho de que nos haya parecido necesario para hacer congruente
el argumento, sustituir la definición usual por la nuestra en cuanto a lo que
es capital fijo y circulante, está claro que, incluso con nuestra definición, el
argumento no se aplica solo a desplazamientos entre las dos partes del capital
que hemos dividido arbitrariamente sobre la base de algún periodo estándar,
sino igualmente a cualquier otro cambio de los periodos de inversión, como,
por ejemplo, a un aumento de lo que tendríamos que llamar capital relati-
vamente más fijo, a costa del relativamente menos fijo. Resulta que, tanto
aquí como en cualquier otro caso, cualquier intento de realizar una división
tajante del capital en dos grupos, aunque a veces sea ilustrativa, es peligrosa
y confusa y debe ceder su lugar en un análisis más preciso a un tratamiento
que tome en cuenta la esencial continuidad de la serie de periodos por los
que se invierte el input.

485
Apéndice III
«LA DEMANDA DE MERCANCÍAS
NO ES DEMANDA DE MANO DE OBRA»
VERSUS
LA DOCTRINA DE LA «DEMANDA DERIVADA»

La celebrada proposición de John Stuart Mill de que la «demanda de mer-


cancías no es demanda de mano de obra»1 es hasta el momento actual una
de las más disputadas teorías de la economía. Fue la cuarta2 de sus proposi-
ciones fundamentales respecto al capital y está estrechamente relacionada
con la primera de estas proposiciones de que «la industria está limitada por
el capital». La idea que subyace a ambas formulaciones se remonta por lo
menos hasta Adam Smith, que la expresó diciendo: «la industria general
de la sociedad nunca puede sobrepasar el capital que pueda utilizar dicha
sociedad».3 En el escrito de Bentham, la fórmula de que «la industria está
limitada por el capital» se convirtió casi en el leitmotiv, y ha sido evidente-
mente familiar a todos los miembros de la escuela clásica de economistas.4

1. J.S. Mill, Principles of Political Economy (ed. Ashley). Libro I, cap. V/9, p. 79.
2. El «segundo teorema fundamental referente al capital» es que el capital es el resultado del
ahorro y el tercero, en su más completa formulación, que «el capital mantiene su existencia de
época en época no por la conservación sino por su perpetua reproducción; cada parte de él se usa y
destruye, por lo general, inmediatamente después de ser producido, pero los que lo consumen están,
mientras tanto, empleados en producir más» (ibid, p. 74). Se observará que estamos preparados para
defender las cuatro proposiciones y solo objetamos lo que nos parece la errónea conclusión extraída
de la tercera de que cuando la gente «convierte su renta en capital, no por ello aniquila su poder de
consumo, sino que únicamente lo transfiere de sí misma a los trabajadores a los que dan empleo»
(Véase más arriba, pp. 321-322).
3. Wealth of Nations (ed. Carman), Libro IV, cap. II, vol. I, p. 419. [Cf. Smith, Wealth of Nations,
vol. 1, p. 453 de la Glasgow Edition.- Ed.].
4. [Jeremy Benham (1748-1832), el influyente impulsor del utilitarismo, subrayó en su Manual of
Political Economy un principio que atribuía a la Wealth of Nations de Adam Smith: «La limitación de
la industria por la limitación del capital». Véase Jeremy Benham, Manual of Political Economy, en W.
Stark, ed., Jeremy Benham’s Economic Writings, vol. 1 (Londres: Allen and Unwin, 1952), p. 225.- Ed.].

487
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Cuando, finalmente, J.S. Mill formuló su cuarta proposición, que es más


concretamente el objeto de este apéndice, fue poco más que un corolario de
la primera, que él había tomado de sus predecesores y, evidentemente, estre-
chamente conectada con la teoría del fondo de salarios; pero, como ésta, fue
casi inmediatamente atacada5 y desde entonces ha sido siempre el blanco de
los ataques e incluso de la mofa de una larga lista de eminentes economis-
tas que van de Jevons 6 a E. Cannan 7 y J.M. Keynes.8 Sin embargo, siempre
ha tenido sus defensores, incluyendo Marshall 9 y, en especial Wicksell 10 e
incluso Leslie Stephen la describió, como recientemente nos ha recordado

5. La más completa crítica adversa de las cuatro proposiciones que conoce el presente autor se
encuentra en A. Musgrave, Studies in Political Economy (Londres, 1875), pp. 55-102, y S. Newcomb,
Principles of Political Economy, Nueva York, 1886.
6. Véase, en particular, los Principles of Economics de Jevons (1905), pp. 120-133.
7. Theories of Production and Distribution, p. 381. [Hayek cita que la discusión tiene lugar en
la p. 381, pero no especifica un año de publicación o edición del libro de Cannan, de forma que puede
haber estado refiriéndose a una edición anterior.- Ed.].
8. J.M. Keynes, 1936, p. 359. [Hayek, erróneamente, cita que la discusión tiene lugar en la p.
359.- Ed.].
9. Principles, p. 828. [La discusión tiene lugar en el apéndice de Marshall sobre «The Doctrine
of the Wages Fund», que puede encontrarse en la más reciente, octava, edición de los Principles de
Marshall, en la p. 681.- Ed.].
10. K. Wicksell, Wert, Kapital und Rente (1893), p. 67: «Es bestätigt sich hier der bekannte Satz
von J.S. Mill (dem er freilich selbst eine ganz ungehörige Ausdehnung gab), dass die Nachfrage nach
Gütern nicht mit Nachfrage nach Arbeit identisch ist» [«Se confirma aquí la conocida frase de J.S.
Mill (a la que él, en efecto, dio una extensión totalmente impropia), de que la demanda de bienes no
es idéntica a la demanda de mano de obra»] ; y Lectures, vol. I, p. 191: «Hablando en líneas generales,
incluso si no en detalle, tenemos que reconocer la verdad del bien conocido principio de Mill, de que
la demanda de bienes no es la misma que la demanda de mano de obra, a no ser que resulte en la acu-
mulación de capital». [La edición inglesa de Value, Capital and Rent de Wicksell, op. cit. p. 93, expone
la primera formulación como sigue: «aquí se confirma la bien conocida máxima de J.S. Mill (a la que
él mismo, sin duda, dio una extensión totalmente indebida), de que “la demanda de mercancías no es
demanda de trabajo”». Wicksell (pp. 93-94) pasó a explicar el razonamiento que subyace a la máxima:
«la producción requiere tiempo y los vendedores de los servicios productivos {trabajadores} general-
mente no podrán o querrán esperar a la finalización de las mercancías para garantizar su remuneración
procedente de la venta: obtienen su remuneración de los resultados de los periodos de producción ya
completados… Solo tomando en cuenta este hecho puede uno explicarse adecuadamente el papel del
capital en la producción, esa misteriosa “productividad” del capital, y obtener al mismo tiempo la clave
principal del fenómeno del interés del capital.- Ed.].

488
APÉNDICE III

Mr. Keynes, como «la doctrina tan raramente comprendida que su completa
aprehensión sea, quizá, el mejor test de un economista».11
Que en tiempos más modernos la doctrina haya sufrido un marcado
eclipse se debe principalmente al hecho de que se pensase erróneamente que
la moderna teoría subjetiva del valor había proporcionado una efectiva refu-
tación. Esta moderna visión del valor enseñaba, obviamente, y nadie puede
enfrentarse en serio con esta proposición general, que el valor de los factores
de producción se basa en la utilidad de sus productos y que, en este sentido,
puede decirse que se «deriva» del valor de sus productos. En la medida en
la que esta idea se usó para explicar por qué el valor de factores concretos
de producción cambiaba con respecto al de otros, proporcionaba ciertamente
una clave extremadamente importante a la solución de problemas que habían
intrigado a muchas generaciones anteriores de economistas. Y, en general,
puede decirse que en la medida en la que se refiere a la teoría de la kapitallose
Wirtschaft,12 el principio es válido sin restricciones.
Se pensaba, sin embargo, que la aplicación a una economía que usase un
equipo de capital extensivo, no solo no disminuía la importancia del principio,
sino que incluso la aumentaba. El simple «principio de la demanda derivada»
se convirtió en la base del llamado «principio de aceleración de la demanda
derivada», basado en la idea de que en un sistema que utilizase métodos de
producción altamente capitalistas, cualquier aumento de la demanda final
daría lugar no solo a un aumento igual en la demanda de factores, sino a un
aumento mucho mayor de la misma, ya que, para satisfacer la mayor de-
manda final, sería necesario acumular, en un corto periodo, todo el equipo
capital adicional requerido para producir el output adicional.
En la medida en que se aplique este argumento a la demanda de un pro-
ducto concreto y su efecto sobre la demanda de factores a partir de los que se
produce, todavía hay poco que objetar. Sin embargo, el significado y validez
del argumento se hacen mucho más cuestionables cuando se los aplica, como

11. History of English Thought in the Eighteenth Century, p. 297. [Leslie Stephen (1832-1904)
fue un ensayista inglés, historiador de las ideas y primer editor del Dictionary of National Biography.
Su hija, la autora Virginia Woolf (nacida Adeline Virginia Stephen), fue miembro del «Bloomsbury
Group» con Keynes. Stephen dijo que la completa aprehensión de la doctrina «es, quizá, el mejor test
de un economista sensato».- Ed.].
12. [Economía sin capital (o que no utilice capital).- Ed.].

489
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

inmediatamente se hizo al utilizarlo en la teoría del ciclo económico, a la


relación entre la demanda de bienes de consumo en general y la demanda
de factores de producción en general. En su forma original, basada en el
análisis moderno de la utilidad del valor, el argumento es claramente incapaz
de esta extensión. De hecho, es difícil ver qué significado podríamos atribuir
a la afirmación de que un aumento del valor de los bienes de consumo en
general llevaría a un aumento similar del valor de los factores de producción
en general, ya que ello implicaría que el valor agregado de todos los bienes
en su conjunto ha aumentado —afirmación que en términos del moderno
análisis de la utilidad claramente carecería de sentido.
Sin embargo, antes de que sigamos avanzando, será aconsejable reformular
la proposición de Mill de una forma que no deje ninguna duda acerca de su
exacto significado. En el primer caso, está probablemente claro a partir del uso
que se ha dado generalmente en la doctrina, que podemos, como ya hemos
hecho, sustituir las «mercancías» por los bienes de consumo y que habrá que
describir la «demanda de mercancías», no como una simple cantidad, sino
como un patrón o curva de demanda que describa las cantidades de bienes
de consumo que se comprarán a diferentes precios.13 En segundo lugar, el
test de si la demanda de bienes de consumo «es» demanda de mano de obra
(o, podemos decir, demanda de input puro) tiene que ser si un aumento de
la curva de demanda de bienes de consumo hace crecer la curva de demanda
de input puro (y si una reducción de la primera reduce la segunda) o si un
cambio en la demanda de bienes de consumo no da lugar a ningún cambio
en la misma dirección, o quizá incluso a un cambio en la dirección opuesta
de la demanda de input puro.
Queda por decidir en términos de qué vamos a medir las dos clases de
demanda. Y se verá enseguida que esta decisión es verdaderamente crucial para
la solución de nuestro problema. Si decidimos medir la demanda en términos
de dinero, el problema estará claramente indeterminado, a no ser que hagamos
más supuestos en relación con el efecto de un cambio de la demanda final sobre
las expectativas de los precios futuros y la oferta de dinero. Son claramente
concebibles circunstancias en las que un aumento de la demanda final dará
lugar a un aumento en la demanda de mano de obra (en términos monetarios)

13. [Hayek describe aquí lo que los libros de texto de hoy llaman la curva de demanda agregada.- Ed.].

490
APÉNDICE III

de muchas más veces su valor, lo que es ciertamente el caso que trata como
el normal el «principio de aceleración de la demanda derivada». Si, por otra
parte, decidimos medir la demanda en términos reales, como claramente
debemos hacer mientras consideremos la proposición como de teoría pura,
se verá rápidamente que la proposición opuesta se convierte casi en una pura
tautología. Un aumento de la demanda de bienes de consumo en términos
reales puede solo significar un aumento en términos de algo distinto de los
bienes de consumo; habrá que ofrecer o bien más bienes de capital o bien más
input puro o ambas cosas a cambio de los bienes de consumo y sus precios,
en consecuencia, tienen que aumentar en términos de estas otras cosas; y de
forma similar, un cambio en la demanda de mano de obra (es decir, de input
puro) en términos reales tiene que significar un cambio en la demanda, ya
sea en términos de bienes de consumo o en términos de bienes de capital, o
de ambas cosas, y aumentará el precio de la mano de obra expresado en estos
términos. Pero, como está probablemente claro sin más explicaciones que si
cae la demanda de bienes de capital en términos de bienes de consumo, la
demanda de mano de obra en términos de bienes de consumo tiene que caer
también (y viceversa), y que si la demanda de mano de obra en términos de
bienes de capital aumenta (o cae), también tiene que aumentar (o caer) en
términos de bienes de consumo, podemos prescindir de los bienes de capital
a efectos de nuestro análisis y concluir que un aumento real de la demanda
de bienes de consumo solo puede significar una caída del precio de la mano
de obra en términos de bienes de consumo o que, como un aumento de la
demanda de bienes de consumo en términos reales tiene que ser un aumento
en términos de mano de obra, significa exactamente una disminución de la
demanda de mano de obra en términos de bienes de consumo.
Por ello, vemos que si tratamos el problema en términos reales y en sus
formas más simples, un aumento de la demanda de bienes de consumo no
solo no hace aumentar, sino que hace disminuir la demanda de mano de obra.
Y, evidentemente, obtenemos el mismo resultado si enfocamos el problema
más específicamente desde el punto de vista de la teoría del capital. Viéndolo
así, la demanda real de mano de obra dependerá de su productividad mar-
ginal, que, a su vez, aumentará y disminuirá con la «oferta de capital», es
decir, con la parte de los recursos disponibles totales que la gente en general
no quiere consumir corrientemente, sino dedicarla a la producción para el

491
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

futuro. Cualquier aumento en la parte de los recursos a su disposición que


dediquen al consumo corriente, cualquier aumento en la demanda de bienes
de consumo, por tanto, significa una disminución de la oferta de capital y,
en consecuencia, una disminución de la productividad de la mano de obra y
la cantidad de ella que se demande a cualquier salario real dado.14
La doctrina sigue manteniendo su validez en lo referente al efecto sobre
la demanda real de mano de obra si meramente introducimos en el escena-
rio el dinero, pero suponemos una posición de equilibrio en la que la oferta
de todos los factores se iguale a la demanda (es decir, en la que no haya
recursos ociosos). El mecanismo por el que en tal sistema un aumento en la
demanda final haga que disminuya la demanda de mano de obra es algo más
complicado, pero fundamentalmente sigue siendo el mismo. Es de lo más
fácil de mostrar si suponemos que el aumento de la demanda de bienes de
consumo tiene lugar en un sistema que ha sido antes de equilibrio estacio-
nario —aunque el argumento se aplica también cuando no se satisface esta
condición. Supondremos que el aumento inicial de la demanda tiene lugar
por un aumento neto del gasto total monetario (que implique, ya sea desa-
tesoramiento o bien un aumento de la cantidad de dinero), ya que en otro
caso el aumento del gasto en bienes de consumo significaría simplemente una
disminución simultánea del gasto en factores de producción (input mixto).
Tal aumento de la demanda monetaria de bienes de consumo, en primer
lugar dará lugar a un aumento de los precios de los bienes de consumo, que,
sin duda, se transmitirá en alguna medida a la demanda de input puro; pero,
por razones obvias, discutidas a fondo anteriormente en el Capítulo XXVII,
el precio monetario del input puro y del trabajo en particular (suponiendo
condiciones de pleno empleo) no puede nunca aumentar en la proporción
total del alza de la demanda final, ya que alguna parte del output disponible
tendrá que utilizarse para satisfacer la nueva demanda adicional y habrá

14. [En otras palabras, aparte del caso especial de una economía con recursos desempleados de todo
tipo, más consumo significa menos ahorro y, por tanto, menos inversión o formación de capital y, por
ello (porque el capital es complementario del trabajo) menores salarios reales de equilibrio. Véase un
enfoque de la macroeconomía (fuertemente influida por Hayek) que concede un papel central a este
compromiso en Garrison, Time and Money. Garrison representa gráficamente el compromiso como
una frontera de posibilidades de producción entre consumo e inversión. El caso especial keynesiano
corresponde a una economía muy dentro de la frontera.- Ed.].

492
APÉNDICE III

que reducir la remuneración real del input puro en la cuantía de esta nueva
demanda, es decir, caerán los salarios reales. Se ha mostrado en el capítulo al
que acabamos de referirnos, cómo, a su vez, esa caída en los «salarios reales»
llevará a tal reorganización de la producción que reduzca la productividad
marginal de la mano de obra (y del input puro en general) de forma global
(al llevarla a cabo en combinación con proporcionalmente menos capital), de
forma que se alcanzará un nuevo equilibrio con los más bajos salarios reales.
Este más bajo salario real será ahora la única tasa salarial a la que, con la menor
oferta de capital (o, lo que es lo mismo, la mayor urgencia en la demanda de
bienes de consumo), se empleará toda la oferta de mano de obra. Si, en estas
condiciones, la mano de obra insistiese en salarios reales que no variasen,
y, de acuerdo con ello, tuviese éxito en aumentar su salario monetario, el
resultado solo puede ser que se emplearía menos mano de obra que antes.
La situación sería obviamente diferente si, al nivel preexistente de salarios
y precios, la oferta superase a la demanda y un aumento de la demanda final
hace posible inmediata y proporcionalmente aumentar el output empleando
recursos previamente desocupados de todas las clases requeridas. En este caso,
y solo en este caso, un aumento de la demanda final llevará a un incremento
proporcional del empleo, y este efecto se limitará, evidentemente, al periodo
durante el que existan tales reservas desocupadas. Habrá evidentemente casos
intermedios en los que, aunque pueda no haber recursos desempleados de
todas clases, haya suficientes reservas en existencia de una serie de las más
importantes clases de input para hacer posible aumentar el output, aunque
no en proporción al aumento de la demanda final, sí en alguna medida. En
este caso, una muy ligera reducción de los salarios reales puede verse acom-
pañada por un incremento del empleo muy considerable. En ambos casos, el
«principio de la demanda derivada» se aplicará aproximadamente si puede
suponerse que los salarios monetarios están dados y son constantes, porque
el efecto de un incremento de la demanda final no se disipará aquí en un
aumento de los precios del output y —en menor medida— del input, sino
que puede traer un aumento del empleo a precios más o menos invariables.
Que, bajo condiciones de subempleo, no se aplique directamente el principio
general, era, evidentemente, bien conocido por los economistas «ortodoxos» y
por J.S. Mill en particular. En su exposición, la afirmación de que «la industria
está limitada por el capital», sobre la que, como hemos visto, está basada la

493
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

proposición que discutimos, es inmediatamente seguida por la ulterior afir-


mación de que «no siempre llega a ese límite».15 Y hay pocos economistas
competentes que puedan haber dudado alguna vez de que, en posiciones de
desequilibrio en las que existiesen reservas no utilizadas de recursos de todas
clases, el funcionamiento de este principio estaría temporalmente suspendido,
aunque puedan no haber dicho esto siempre,16 pero, aunque sea lamentable
este descuido en haber dejado de afirmar una importante cualificación y ello
pueda llevar a error a algunos, seguramente lleva consigo menos confusión
intelectual que la presente moda de negar de plano la verdad de la doctrina
básica que, después de todo, es una parte esencial y necesaria de la teoría del
equilibrio (o teoría general de los precios) que utiliza todo economista que
trate de explicar algo. El resultado de esta moda es que los economistas se están
haciendo cada vez menos conscientes de las condiciones especiales en que se
basan sus argumentos y que muchos, ahora, parecen totalmente incapaces
de ver qué sucederá cuando dejen de existir estas condiciones, como tiene
que suceder inevitablemente tarde o temprano. Más que nunca, me parece
ser cierto que la completa aprehensión de la doctrina de que «la demanda de
mercancías no es demanda de trabajo» —y de sus limitaciones— es «el mejor
test para un economista».

15. Principles, Libro I, cap. V/2 y tabla de contenidos (ed. Ashley), pp. 65 y xxxiv. Mill se ocupa
principalmente del caso en el que no hay tanta mano de obra disponible como podría emplearse con
el capital existente, pero aunque el caso parece muy diferente de aquellos de los que nos ocupamos
ahora, no es realmente tan diferente del caso de la escasez artificial causada por la mano de obra que
se niega a trabajar por menos de cierto salario.
16. Como se ha hecho claramente, mencionemos solo al principal representante de una escuela a
la que frecuentemente se acusa de pasar esto por alto, el Profesor L. v. Mises. Véase su Geldwertsta-
bilisierung und Konjunkturpolitik (1928) p. 49. [Esta monografía está disponible en una traducción
inglesa como «Monetary Stabilisation and Cyclical Policy», en Ludwig von Mises, On the Manipulation
of Money and Credit. En el pasaje que cita Hayek, Mises escribió (como está traducido en la p. 125):
«a veces, incluso en el mercado libre, hay algunos trabajadores desempleados, bienes de consumo sin
vender y cantidades de factores de producción no utilizados que no existirían bajo el equilibrio estático.
Con la recuperación de la economía y la actividad productiva, inmediatamente pasan a demandarse
estas reservas; pero, una vez que se han agotado, el aumento de la oferta de medios fiduciarios lleva
necesariamente a perturbaciones de un tipo especial» (he eliminado aquí las comillas que añadió la
traducción de Greaves para la frase «equilibrio estático». Donde Greaves dice «inmediatamente pasan
a demandarse», Mises decía «werden nun zunächst… erfasst», lo que estaría mejor traducido en este
contexto como «se las toma en primer lugar»).- Ed.].

494
Apéndice IV
UN COMENTARIO1

Disponiendo en este momento de poco espacio y tiempo, es imposible res-


ponder inmediatamente al cuidadoso análisis del Dr. Lutz del tratamiento
del interés en mi Pure Theory of Capital con la considerada respuesta que
merece. Pero deseo, al menos, sugerir que las dificultades del Dr. Lutz pueden
deberse a que su análisis no haya considerado las secciones de mi libro que
me parece que contienen, al menos, el germen de una solución. El supuesto
de un «flujo constante de renta» se había adoptado, como traté de explicar, de
forma meramente provisional, como un artificio expositivo en las primeras
partes del libro, del que debía prescindir más tarde. Solo puede aparecer una
solución completa después de abandonar este supuesto y sustituirlo por un
análisis de las preferencias por los incrementos de renta en diferentes fe-
chas. Se esboza ese análisis en los capítulos 17 y 18, que no ha considerado
el Dr. Lutz.
En la medida en que el Dr. Lutz afirme que estos capítulos están inapro-
piada o insuficientemente integrados en la exposición, admito sin reservas
lo justo de su crítica. El hecho es que en la medida en la que se aborde el
análisis de la preferencia temporal, como sería necesario para este propósito,
pasando de las consideraciones más simples entre dos puntos del tiempo a
las de las comparaciones entre todas las diferentes fechas del futuro que
tiene que considerar el planificador, la tarea se hace tan absurdamente
complicada que la he abandonado agobiado. Un análisis tan detallado de la
estructura de las preferencias temporales análogo al que había intentado
realizar con respecto al elemento de la productividad, me parecía pertenecer
a las elaboraciones ulteriores, en las que el resultado no parecía probable que
compensase los esfuerzos del autor o del lector. Lamento si el esbozo que he
intentado llevar a cabo no indica suficientemente el principio de la solución,

1. [F.A. Hayek, «Un comentario», Economica n.s., vol. 10, noviembre de 1943, p. 311. El comen-
tario se refería a un artículo del profesor Friedrich Lutz, «Professor Hayek’s Theory of Interest», que
precedió directamente (pp. 302-10) a la respuesta de Hayek.- Ed.]

495
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

y particularmente si la brevedad en el tratamiento y una o dos generaliza-


ciones no fundamentadas dan la impresión de que atribuyo al aspecto de la
preferencia temporal menos importancia de la que, probablemente, merece.
Es a este respecto más que a otros, por lo que soy ahora más consciente de
que mi exposición requiere una revisión.

496
Apéndice V
UNA CONSIDERACIÓN
DE LA PREFERENCIA TEMPORAL
1
Y LA PRODUCTIVIDAD

La cuestión que quiero ahora volver a considerar es, en primer lugar, la


puramente teórica de la importancia relativa, a la hora de determinar la
productividad marginal de la inversión, del plan de productividad, por una
parte, y el llamado factor de preferencia temporal, por otra. Se recordará que,
en su conjunto, los «austriacos», es decir, Böhm-Bawerk y sus seguidores,
como I. Fisher, F.A. Fetter y, en particular L. v. Mises, subrayaron el factor
de la «preferencia temporal», mientras que Wicksell y F.H. Knight tendían a
subrayar casi exclusivamente el factor de la productividad. En mi Pure Theory
of Capital me alineaba con el segundo grupo, en gran medida persuadido
por los argumentos del profesor Knight. Creo ahora que estaba parcialmente
equivocado en esto. El argumento del profesor Knight, aunque me parece
que sigue demostrando su tesis mientras nos limitemos a la consideración
de una economía que progresa uniformemente, no se aplica necesariamente
a otra en la que la estructura de capital no esté en total equilibrio. Aunque
había pensado que había realizado todos los esfuerzos para escaparme del
enfoque «estático» que ha tenido un efecto tan desafortunado sobre la teo-
ría del capital, en este aspecto particular parece que sigo habiendo estado
confundido por él —y ello a pesar del hecho de que ya anteriormente había
visto y descrito parte del fenómeno que voy a discutir.2
Si bien el problema de entrada parecería poseer solo un interés teórico,
creo que la respuesta que voy a sugerir pueda ser de alguna importancia para
aclarar ciertos problemas suscitados por el curso histórico del tipo de interés.
El hecho de que a lo largo de un largo periodo el tipo de interés haya fluctuado

1. [F.A. Hayek, «Time Preference and Productivity: A Reconsideration», Economica, N.S., vol.
12, febrero de 1945, pp. 22-25.- Ed.].
2. Véase «Investment that Raises the Demand for Capital», Review of Economic Statistics, vol.
19, noviembre de 1937, pp. 174-77, reimpreso en Profits, Interest and Investment, pp. 73-82.

497
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

por encima de un nivel básico bastante constante, da una cierta plausibilidad


a la afirmación de que estas fluctuaciones están conectadas únicamente con
los factores monetarios que lo afectan y no determinadas por ninguna clase
de fluctuaciones similares en los fenómenos reales subyacentes —excepto
a través de los cambios de la renta monetaria, a través de la cual se ajusta la
productividad marginal de la inversión a las variaciones del tipo de interés.
En particular, el alza del tipo de interés hacia el final de un boom aparecería,
según esto, en cuanto determinada únicamente por factores monetarios,
mientras que las violentas fluctuaciones del volumen de la inversión, por
otra parte, parecen haber sido tomadas como una prueba prima facie de la
rapidez con la que reduce la productividad marginal de la inversión cual-
quier incremento repentino de la actividad inversora. De esa forma, se ha
concebido la curva de demanda de inversión como bastante empinada y el
hecho de que el tipo de rendimiento de las inversiones nunca cayese debajo
de un mínimo bastante constante, ha sido considerado, no en el sentido de
que la curva de productividad fuese bastante plana, sino como prueba de
que por debajo de ese mínimo la gente no estaba dispuesta a invertir; o, por
decirlo de otra forma, no se ha buscado del lado de la demanda de fondos
invertibles la razón de por qué el tipo de interés no cayese por debajo de ese
mínimo, sino entre los factores que determinan la oferta de esos fondos.
Si la afirmación teórica que voy a realizar es correcta, resultaría que estos
fenómenos son susceptibles de una interpretación diferente.
Antes de que comience a formular la corrección, volveré a formular breve-
mente el argumento a favor de la influencia predominante de la productividad.
La mejor forma es considerar el problema como un caso especial de la regla
general que tenemos que aplicar al decidir si en una situación particular, el
valor relativo de dos mercancías depende principalmente de sus utilidades
o de sus costes relativos. La «preferencia temporal», evidentemente, a este
respecto, no es más que una forma abreviada y más bien engañosa de des-
cribir la intensidad relativa de las demandas de bienes presentes y futuros,
respectivamente. Y la llamo más bien engañosa porque la verdadera «prefe-
rencia temporal» de los individuos es, evidentemente, solo uno de los factores
que determinan esta posición de la demanda, siendo la otra la dimensión y
distribución de las rentas individuales. Pero a los propósitos de una breve
exposición del principio, hay una cierta ventaja en hablar en términos de un

498
APÉNDICE V

individuo aislado y su «preferencia temporal» en vez de en términos de la


demanda en un mercado. Ello nos hace capaces de usar la simple combinación
de una familia de curvas de indiferencia y una curva de transformación y no
hay ninguna dificultad en aplicar más tarde el argumento a una economía
de mercado.
En el diagrama de la página siguiente, la curva de transformación TT’ re-
presenta la productividad de la inversión, es decir, la proporción en la que
partes de la renta del periodo presente (medida a lo largo del eje y) puede
convertirse en incrementos de la renta en todos los periodos futuros (medida
a lo largo del eje y) —o la tasa a la que puede aumentarse la oferta de bienes
futuros a costa de los bienes presentes. Se muestra la «preferencia tempo-
ral» por una familia de curvas de indiferencia de las que solo aparece una, la
curva continua II’, que toca a la curva de transformación en el punto P. El
argumento en favor de la influencia predominante de la productividad sobre
la productividad marginal de la inversión se basa en la probabilidad de que la
curva de indiferencia esté mucho más curvada que la curva de transformación
y que, en consecuencia, suceda lo que le suceda a la «preferencia temporal»,
la productividad marginal de la inversión es probable que se adapte a la pro-
ductividad comparativamente constante.
Este argumento, expuesto más completamente en The Pure Theory of
Capital,3 me parece que es correcto mientras consideremos solamente los mo-
vimientos hacia abajo y a la derecha a lo largo de la curva de transformación,
es decir, mientras supongamos una acumulación de capital continua y gradual
a una tasa que, al menos, cumpla las expectativas. Pero no tiene validez para un
movimiento en la dirección opuesta, es decir, en el caso en el que decrezca la
oferta de capital o (lo que, para el presente propósito, viene a ser lo mismo) no
alcance la cuantía esperada de las expectativas bajo las que se habían realizado
las anteriores inversiones. En tal situación, probablemente hay que suponer que
para ese movimiento hacia atrás la curva de transformación tendrá una fuerte
«torcedura» en el punto P en el que nos encontremos en cualquier momento
y que, en consecuencia, en lo referente a ese movimiento hacia atrás, la curva
de transformación estará mucho más curvada que las curvas de indiferencia
y la «preferencia temporal» se convertirá, por tanto, en el factor decisivo.

3. Véase el Capítulo XV y el Apéndice I.

499
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

El argumento que lleva a esta conclusión es realmente el mismo que el


que he empleado en el artículo al que ya me he referido. En términos del
diagrama anterior puede reformularse como sigue: la productividad de la in-
versión mostrada por la pendiente de la curva de transformación en el punto
P en el que nos encontremos en cualquier momento, se referirá siempre a la
productividad esperada cuando se completen las inversiones que ahora están
en proceso de construcción. O, en otras palabras, se basará en el supuesto de

500
APÉNDICE V

una cierta tasa de inversión que continúe durante algún tiempo en el futuro.
Solo las inversiones por encima de las que se requieren para completar las que
ya están en marcha, nos llevarán a un punto en la curva de transformación
a la derecha y por debajo de P, mientras que serán necesarias inversiones
continuas a lo largo de un cierto periodo y a una tasa decreciente, incluso
para manteneros en el punto P que ya se había alcanzado. Si las inversiones
cayeran por debajo de la cuantía requerida para continuar con los procesos ya
comenzados, esto nos desplazaría a un punto por encima y a la izquierda de
P. Pero la posición en la que nos situaría tal reducción inesperada de la tasa
de inversión no sería la misma que en la que nos encontraríamos si nunca
hubiésemos esperado que las inversiones fuesen mayores de lo que resultan
ser ahora. La expectativa de una mayor oferta de fondos invertibles (o de
un menor tipo de interés) habría tenido el efecto de que se habría dado a las
inversiones comenzadas una forma diferente de lo que hubiese sido el caso en
otra situación; y aunque los rendimientos porcentuales marginales de la mayor
cantidad de capital que se esperaba que se invirtiese habrían sido menores que
los de las inversiones que requiriesen una cantidad total menor, el hecho de
que ya se hubiese comenzado aquéllas significa que el rendimiento total que
se esperase de ellas depende ahora de las inversiones ulteriores requeridas
para completarlas, y si es necesario puede atribuirse a esas inversiones com-
pletadas. En otras palabras, la existencia de «inversiones no completadas» (es
decir, inversiones que pueden hacerse para producir su output total de bienes
de consumo solo si se realiza más inversiones) crea una demanda de capital
especialmente urgente y tenderá a aumentar la productividad marginal de
las inversiones muy por encima del nivel que hubiese tenido lugar si no se
hubiese esperado nunca que la oferta de capital fuese mayor.
Por tanto, el punto P del diagrama representa una posición en la que se
estaba invirtiendo TB de la renta corriente potencial (que en otro caso se
podría haber mantenido permanentemente en la magnitud TO) y se esperaba
que tendrían lugar más inversiones que fuesen suficientes para completar
las que estaban en marcha. La productividad marginal de la inversión, re-
presentada por las pendientes que coinciden de las dos curvas en P, sería la
productividad esperada de las inversiones completadas. Si nunca se hubiese
esperado que las inversiones se diesen a la tasa de TB por periodo, sino solo
a la tasa de TA, estaríamos en el punto P’, en el que la pendiente de la curva

501
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

de transformación es un poco menor que en P; pero si, después de que nos


hubiésemos movido a P, se redujese inesperadamente la tasa de inversión a
TA, no podríamos volver a P’ a lo largo de la curva de transformación dada.
La situación se habría visto alterada por las inversiones ya realizadas en la
expectativa de unas mayores inversiones futuras, y el capital disponible, en
lugar de ser suficiente para que pudiésemos comenzar nuevas inversiones
ulteriores a una tasa de rendimiento ligeramente más baja, ahora ni siquiera
es suficiente para completar las ya comenzadas. La curva de transformación
a lo largo de la que en ese caso podríamos movernos solo sería algo similar
a la curva de puntos PT’’. Si la oferta de capital cayese a TA, por tanto, la
productividad marginal de la inversión aumentaría a una cifra indicada por
la pendiente de la tangente en P’’.
Sin embargo, no podemos suponer que con ese cambio de la productividad
marginal de la inversión caiga la oferta de capital tanto como lo habría hecho
si hubiese permanecido constante la productividad marginal. De esa forma, no
podemos imaginar en este contexto que la oferta de capital sea una magnitud
fija, sino que debe representar el cambio en la disposición a ahorrar como un
desplazamiento de las curvas de indiferencia. Por tanto, supongamos que lo
que ha sucedido es que las curvas de indiferencia se han desplazado de forma
que, en lugar de la curva continua II’, la curva de puntos I2I’2 es ahora tangente
a la curva original de transformación en el nuevo punto P’; pero como ahora
solo podemos movernos hacia atrás a lo largo de PT’’, la «torcedura» en P
significará que, incluso después de un desplazamiento muy considerable en
la posición de las curvas de indiferencia, la tangencia entre la nueva curva de
transformación y una de las curvas de indiferencia (I1I’1 ) seguirá teniendo
lugar en el punto P. En otras palabras, dentro de los límites determinados por
el ángulo de la curva de transformación en la «torcedura», la productividad
marginal de la inversión vendrá determinada exclusivamente por la pendiente
de la curva de indiferencia, o por la «preferencia temporal»; e incluso por
encima de P, la curva de transformación ¡es probable que esté tan fuertemente
curvada, que la curva de indiferencia pueda ser comparativamente más plana
y, por tanto, determine la productividad marginal de la inversión!
Por ello, parecería que la conclusión que debemos extraer sería que mientras
que consideremos únicamente una economía que progresa uniformemente,
la productividad marginal de la inversión dependerá casi exclusivamente del

502
APÉNDICE V

patrón de la demanda de inversión, adaptándose la oferta de capital a la nue-


va tasa constante de productividad. Pero tan pronto como se mantenga este
progreso uniforme y la oferta de capital resulte ser menor de la esperada, la
«preferencia temporal» se hace con el control —o, ya que «la caída en la oferta
de capital» es simplemente otra forma de decir que aumenta la «preferencia
temporal», mientras esta permanezca constante o caiga, dominará el elemento
de productividad; pero siempre que aumente la «preferencia temporal», esta
se hace con el control y podemos obtener como resultado unos incrementos
repentinos y violentos de la productividad marginal de la inversión y, como
consecuencia, del tipo de interés.
Traducir todo esto del lenguaje de la «preferencia temporal» y tipos de
transformación, al de la demanda y oferta de bienes de consumo futuros en
un mercado no presenta ninguna dificultad real, pero ocuparía más espacio
del que podamos concederle en este momento.

503
BIBLIOGRAFÍA

Se utilizan las siguientes abreviaturas:

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A.S.: Archiv fur Sozialwissenschaft und Sozialpolitik
E.J.: Economic Journal
G.E.: Giornale degli Economisti
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W.A.: Weltwirtschaftliches Archiv
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514
ÍNDICE DE NOMBRES

Åkerman, G., 80,125 Fetter, F.A., 79, 80n, 133n, 185n, 465n,
Allen, R.G.D.,xx, xix, 284n 472n, 497
Ashton, T.S., 478n Fisher, I., xxx-xxxiii, xlii, 63n, 79,
82n, 99n, 108n, 133n, 141n, 149n,
Benham, F., 487n 149n, 220n, 269, 289, 359n, 465n,
Bentham, J., 487 466, 471-473, 497
Bergmann, E. V., 478n Fowler, R.F., 181n
Böhm-Bawerk, E. v., vii, viii, xvii-xix, Frisch, R., 108n, 109n
xxv, xvi, xviii-xxxv, xxxviii, xl, xlii,
39, 40n, 72n, 75-84, 100n, 114n, Garnier, J., 478
135n, 139n, 149n, 186, 190n, 192,
193, 236, 307, 316n, 318, 329n, Haberler, G., 7, 449n
465-472, 497 Hahn, L.A., 409
Bonnet, V., 478 Harrod, R., 443n
Bresciani-Turroni, C., 321n, 322n, Hawtrey, R.G., xxxvii, 107, 108, 319,
326n 334, 454n
Hicks, J.R., xlii, xliii, 284n, 362n, 372n,
Cannan, E., 43n, 133n, 321n, 376n, 416, 417, 421, 454n
488 Hume, D., 408, 409n
Cantillon, R., 408
Cassel, G., xxxv, 135, 315n Jevons, W.S., xvii, xxv, xxvi, xxxiv,
Clark, J.B., xl, 135, 160n, 315n xxxviii, 4, 39, 77-80, 83, 84, 139n,
Comte, A., 52n, 53n 157, 181, 182, 186, 236, 316n,
Courcelle-Seneuil, J.G., 478 478, 488

Edelberg, V., 7, 81n Kaldor, N., xxxv, 93, 99n, 133n, 372n
Edgeworth, F.Y., 298 Keynes, J.M., vii, xxv, xxxvii-xxxix,
Ellis, H.S., 116n 74, 93n, 103n, 121n, 215, 389n,
409, 412, 417, 427-431, 449, 454,
Fabricant, S., 178n, 179n 463, 488n, 489, 492n

515
LA TEORÍA PURA DEL CAPITAL

Knight, F.H., xv-xviii, xl, xli, 40n, 44n, Price, B., 478
90n, 111n, 131n, 133n, 135, 136,
224n, 283n, 315n, 497 Rae, J., 81, 82n, 84n
Raguet, C., 478
Landry, A., 82 Ricardo, D., xxxiii, 81n, 82n, 84n, 95n,
Lange, O., 421 149n, 188n, 337n, 376n, 377n,
Lavington, F., 454n 402, 477, 483
Law, J., 409 Robbins, L.C., 363
Levi, L., 478 Roberston, D.H., 348, 479
Lindahl, E., 80, 125n
Loyd, J.S., 478 Say, J.B., 68
Schiff, E., 399n
Machlup, F., xv, xxi-xxiv, xxxiv, xxxv, Schumpeter, J., xxvi, xxxviii, 43, 84n,
7, 61n, 340n, 376n, 399n 284n, 465n, 466, 467
Makower, H., 7, 289n Seltzer, L.H., 370
Mangoldt, H. v., 478 Senior, N.W., 127n, 192n, 376n
Marschak, J., xvii, 157n Shackle, G.L., xx, xxiii, xxxvi, 301n
Marshall, A., 49, 53n, 55n, 56n, 61n, Smith, A., 127, 321, 322n, 376n, 487
84, 108n, 110n, 177n, 202n, 286n, Stephen, L., 488, 489n
454n, 473 Strigl, R. v., 321n
Marx, K., 149n, 179n, 188n, 479
Menger, C., xxvi, 39, 84n, 105n, 131n Taussig, F.W., 82, 142
Michaelis, O., 478 Thünen, H. v., 81
Mill, J.S., 52, 53n, 82, 84n, 85n, 95n, Torrens, R., 478
322, 477, 487-490, 493, 494 Tougan-Baranowski, M.V., 479
Mills, J., 478
Mises, L. v., vii, xv, xxxiv, xxxv, xliii, Walras, L.E.M., 39n, 67, 80, 81n, 91n,
xlv, 82, 83n, 133n, 321n, 405n, 99n, 298
413n, 421n, 446n, 462n, 494n, 497 Weiss, F.X., 78n, 114n, 472n
Moulton, H.G., 46n Wicksell, K., xvii, xviii, xxv, xxvi, xx-
Musgrave, A., 80n, 488n vii, xix, xxx, xxxiv, xxxviii, xxxix,
Myrdal, G., 58n, 135n xlii, xliii, 4, 39, 43n, 67n, 77, 80, 81,
83, 85n, 90n, 91n, 94n, 96n, 110n,
Newcomb, S., 488n 125n, 129, 131n, 186, 190n, 196n,
220, 236, 238n, 318, 319n, 345n,
Pigou, A.C., 61n, 179n, 343n, 344n, 372n, 398n, 409, 458, 465n, 472,
362n, 363n 477, 479, 483, 488, 497

516
ÍNDICE DE NOMBRES

Wieser, F. v., xxvi, 61n, 84n, 94n-96n, Wilson, J., 478


203n
Williams, T.H., 478 Young, A.A., 120n

517
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