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MORAL

1. Concepto:
Esta moral vivida o moralidad es la que se manifiesta en la experiencia, en la
historia, en la religión, en la filosofía etc. Es por ello que la moral es una
realidad que se puede abarcar desde distintas perspectivas, ya que se puede
comprender, pasando desde un sentido filosófico, hasta uno más religioso, así
tenemos que, desde el punto de vista filosófico, se trata de aquel conjunto de
creencias y valores, que dictan normas y costumbres que guían el actuar de las
personas hacia el bien, ya que se trata del conjunto de creencias que
permiten distinguir entre el bien y el mal al realizar un determinado acto.
La moral tiene un sentido social, es decir, todo pueblo tiene su moral. La moral
de un pueblo ha sido formada por múltiples factores, pero, sin duda, la religión
ha sido un factor formador de moral social.
Desde una perspectiva más bien religiosa, se hace el intento de que los fieles no
piensen la moral como aquellas prohibiciones impuestas por Dios, sino más
bien, que se trate de vivir y desarrollar nuestras vidas en el amor a Dios y al
prójimo. A fin de lograr comprender mejor lo anterior, se presentan como
guía los 10 mandamientos, ya que indican lo que es el amor auténtico: el
desear y hacer el bien al prójimo y a sí mismo.
por lo tanto, se ha visto que la palabra “moral” significa un criterio de
discernimiento de lo bueno y de lo malo, de lo valioso y lo disvalioso.
Consiguientemente, esta palabra también puede hacer referencia a ciertos
principios prácticos de discernimiento que son las reglas, pautas o modelos de
conductas que llamamos norma.
Sin embargo, la doctrina ha pretendido definir a la moral como “la coincidencia
de la conducta del hombre con los fines que han sido trazados en su naturaleza,
en sus instintos espirituales y corporales o, más concretamente, en la
conformidad con los instintos; siendo la ley moral la más profunda ley de vida
de los pueblos y de las culturas como fuerza reguladora de la vida social”.
En otras palabras, podemos decir que la moral viene a ser la práctica
comúnmente aceptadas y repetitiva, por generaciones de individuos, donde
todas sus acciones o inacciones les han sido impuestas, a cada uno de los
miembros de dicho grupo social, sin necesidad de represión física o castigo
alguno; derivada del señalamiento o la amenaza de no ser aceptado o de ser
excluido de dicho grupo. Circunstancias suficientes que obligan a las personas a
practicar éstas y también con ello se comprometen a trasmitir dichas conductas a
los suyos.

2. CARACTERISTICAS:

 Es obligatoria, es decir hay una necesidad moral de obedecer.


De este carácter de obligación se sigue que la norma moral debe ser siempre
cognoscible y practicable, ya que una obligación solo se impone cuando es
conocida, y adema no puede atar la voluntad sino en tanto en cuanto ésta tiene
el poder de hacer la acción que se le ordena.

 Es absoluta, cuando manda sin condición, es decir, impone una acción no como
medio de lograr algún bien, sino con fin en si, deseado por ella misma.
 Es universal, puesto que sus prescripciones son idénticas. para todos los
hombres en todos los lugares y de todos los tiempos.

 Viene del exterior, principalmente de la familia después de la escuela y el


medio ambiente que nos rodea.
 Se transmiten de generación en generación.
 Evolucionan con el tiempo.

3. Conciencia moral:
Todo hombre conoce el imperativo moral de su conciencia y todos los sistemas de
normas morales vigentes en los más diversos pueblos, desde el tabú hasta las sociedades
más avanzadas, confirman la generalidad en la conciencia de este imperativo, que sirve
de base a las reglas y preceptos particulares de tales sistemas.

El hombre descubre todos estos aspectos de su razón moral de forma inmediata,


por medio de su conciencia, que al juzgar ante o después de tomar una decisión
sobre una conducta que cae dentro de la esfera del bien o del mal, eleva su voz
aprobando, desaprobando estimulando, reprimiendo sus sentimientos.

La conciencia moral está integrada por un elemento intelectual, un elemento


efectivo y un elemento volitivo. El intelecto o razón juzga, aprueba o desaprueba el
acto. El elemento afectivo no se da la respuesta sobre los sentimientos hacia ese acto; y
el volitivo, tiene una tendencia natural al bien. Por lo tanto, la conciencia moral es
interpretada como una voz interior que juzga nuestras acciones, juicio que se
realiza a partir de las normas morales que hemos interiorizado.

4. El fundamento de la moralidad.

El fundamento de la moral reside en la razón que constituye a su vez la naturaleza, es


decir, la esencia del ser humano a diferencia del mundo animal, se encuentra
determinada por la razón. Ser racional significa conducirse y expresarse según el
logos o sentido. El ser humano busca el presupuesto de la perfección y la
realización plena, esta disposición a la autodeterminación propia de la naturaleza
del hombre es el fundamento de la responsabilidad de la conducta humana y del
nacimiento del fenómeno de la moralidad del hombre. El mayor representante de esta
tesis es Aristóteles.

2. Esencia de la moralidad
La conducta propia o específicamente humana es de ser racional, la conducta exigida
para la plena realización de la naturaleza del hombre viene determinada por los fines
trazados en los instintos espirituales y corporales de su naturaleza; la conducta del
hombre exigida para la plena realización de su naturaleza recibe para él la esencia
de la moralidad, precisamente por estar condicionado por su conocimiento racional y
por su voluntad de autodeterminación.

La esencia de la moralidad se puedes considerar:

a) La esencia de la moralidad en general:


Investigar la esencia de la moralidad en general es estudiar la razón general,
porque muchas acciones se llaman morales o inmorales. Pero para que el
acto se clasifique dentro del orden moral basta que proceda bajo la
dirección de la inteligencia, notando la honestidad del objeto, o su
conveniencia con el hombre.

b) Esencia de la moralidad objetiva:


Es la moralidad de los objetos sobre las que versan los actos morales; consiste
en la conformidad o disconformidad que por sus propias esencias tienen los
objetos de los actos humanos con la naturaleza racional en cuanto tal. La
razón es que el bien honesto o moral no puede ser sino el que lo es del hombre
en cuanto tal, o cuanto dotado de razón, y distinto de las leyes irracionales o
insensibles.

c) Esencia de la moralidad subjetiva:


Esta se llama también formal. Es subjetiva en cuanto se halla en el sujeto que
realiza el acto moral; y se puede llamar formal, en cuanto da al acto en el
individuo su forma moral característica. El orden natural pide lo subjetivo y lo
objetivo queden como superpuestos.

3. Lo que se entiende por Valor y por Principio Moral


un valor es algo a lo que se decide dedicar la vida o parte de ella y se constituye
como algo que le da sentido a ésta. Para Cabello, (1999:115) por su parte afirma
que un valor, “se aplica a aquello que es valioso y que constituye el fundamento por
el cual hacemos o dejamos de hacer una cosa en un determinado momento”.
De esta manera se definen los valores como aquellas actitudes mostradas por
las personas, basadas en principios personales considerados positivos, que dan
sentido y rigen la vida del ser humano.

Los principios morales son normas sociales que indican lo que las personas deberían
hacer o lo que deberían evitar. También determinan cuáles son las acciones que
deben ser promovidas o reconocidas y cuáles son las que deben ser criticadas o
castigadas.

EL HÁBITO

1. DEFINICIÓN:
Un hábito es una conducta llevada a cabo con regularidad, es decir, repetida en
el tiempo, que es aprendida –no innata– y que requiere de poco o ningún
compromiso racional.
Todas las personas tienen arraigados una serie de hábitos que
tienen notable influencia en sus vidas, hasta el punto
determinar los éxitos y los fracasos en diversas actividades.
2. NATURALEZA DE LOS HÁBITOS1
El hábito racional es el conocimiento del acto racional, lo que hoy en día
llamaríamos el “darse cuenta” de nuestros actos cognoscitivos. Es clásico sostener
que los hábitos son “cualidades”. Algunos autores, tras distinguir varias especies de
cualidades, los encuadran en la primera de ellas, precisamente llamada así: hábito,
puesto que son determinaciones del sujeto en orden a la naturaleza. Ahora bien, si los
hábitos son de las potencias (entendimiento y voluntad) y éstas forman parte de la
esencia humana, el clásico encuadramiento del hábito dentro de la categoría física de la
cualidad nos denuncia una laguna, a saber, que no se puede encuadrar en lo físico lo que
no lo es.

En efecto, los hábitos no son sustancia ninguna, pues no pertenecen al compuesto


hilemórfico, pero tampoco son ninguno de los accidentes, a menos que se quiera admitir
que la esencia humana es un accidente, pues son los hábitos los que actualizan la
esencia humana a la que estaban abiertas naturalmente las potencias espirituales.
Entonces, si no son accidentes de la realidad física, ¿qué son?

manifestaciones del acto de ser del hombre en la esencia humana.

3. LOS BUENOS Y MALOS HÁBITOS: VIRTUDES Y VICIOS


Los buenos hábitos se califican así porque están dirigidos hacia una mejora de la
calidad de vida de la persona, en función de la satisfacción o la felicidad que
generen, como el hábito de hacer ejercicio, de estar informado, de practicar un
deporte, de educarse.

En cambio, los malos hábitos son fuente de insatisfacción y tienen consecuencias


negativas y dañinas para nuestra vida, al punto de convertirse en vicios como el
despilfarro de dinero, la ociosidad excesiva, el beber en exceso, la pereza, el fumar.

Como habíamos señalado al principio El hábito es la costumbre adquirida por repetición


de actos iguales o similares. Los hábitos pueden alterarse. Ellos nos hacen responsables

1
SELLES, Juan Fernando. “HÁBITOS, VIRTUDES, MANÍAS Y COSTUMBRES”(pdf). Documento obtenido
en: http://filosofiaperu.files.wordpress.com/2007/06/habitos-virtudes-manias-y-costumbres-j-f-
selles.doc.
de nuestro modo de ser. Los hábitos que constituyen nuestro carácter moral se
denominan virtudes y vicios. Asumiendo esta postura diríamos que los buenos hábitos
morales son las virtudes y los malos son los vicios.

La doctrina socrática, de que la virtud es conocimiento y el vicio es ignorancia, la


contradice la enseñanza aristotélica de que el control de la razón sobre las pasiones no
es despótico, sino político. Los apetitos pueden rebelarse contra la razón, pero no
deberían hacerlo y han de entrenarse para que no lo hagan.

El estoicismo sostiene que la virtud es su propia recompensa. Controla la emoción


mediante la apatía y cultiva la reasignación ante el destino inexorable en un universo
panteísta. La principal dificultad está en que la virtud es un medio y no un fin.

Las virtudes intelectuales hacen del intelecto un instrumento mejor de conocimiento.


Son la comprensión, la ciencia y la sabiduría, en el intelecto especulativo, y el arte
y la prudencia en el intelecto práctico.

Las virtudes morales gobiernan los apetitos tanto racionales (voluntad) como sensibles
(concupiscencia e ira). Consisten en el hábito de escoger el medio entre extremos,
bajo la dirección de la virtud intelectual de la prudencia.

Las virtudes cardinales son los goznes a cuyo alrededor giran las demás virtudes. Son
prudencia, en el intelecto, que consiste en elegir los medios apropiados hacia fines
plausibles; templanza, en el apetito concupiscente, que lo refrena de la complacencia
excesiva; valor, en el apetito irascible, que lo aguijonea para enfrentarse al peligro, y
justicia, en la voluntad, que consiste en dar a cada uno lo suyo.

Con toda esta información, podemos decir que los hábitos se forman por la repetición
constante sobre el tiempo. Si una acción es persistente en nuestra rutina, es muy probable
que termine por grabarse en el “disco duro” de nuestro cerebro en forma de hábito.
FIN

La justicia es particular o general. La justicia particular es o bien conmutativa, esto es


de individuo a individuo, para restablecer el equilibrio de igualdad, o distributiva, entre
la comunidad y sus miembros. Estas dos forman la virtud cardinal. La justicia general, o
legal, o social rige la vida social conjunta, y comprende tanto la adquisición como la
distribución del bien común.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:

Cabello, C. et al. Formación ética en contextos educativos. Teoría y práctica. Editorial


Universidad Central de Chile: Santiago, Chile. 1999.

1. ANDÍA CHÁVEZ, Juan. DEONTOLOGÍA JURÍDICA. Ética de la Abogacía.


2da Ed. Librería editorial El saber. Lima, 2007, p. 37.
2. SCHMIDT, Eduardo (1996) “La posible distinción entre ética y moral
profesional” en: Moralización a fondo. Edit. U del Pacifico: Lima
3. TORRES VÁSQUEZ, Aníbal (2001) “Introducción al Derecho: Teoría
General de Derecho” 2da. Edición. Edit. IDEMSA: Lima. Pág. 63
PORQUE TODA PERSONA TIENE DERECHO A QUE EJERZAN LA DEFENSA
DE SUS DERECHOS E INTERESES.

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