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Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte

Facultad De Granma
Elaborado por: MSc. Margarita González Vázquez. Profesora Auxiliar.
Fecha de elaboración: Octubre del 2012
TEMA: ESTUDIO DEL SISTEMA LOCOMOTOR
Temáticas:
- Diferenciación celular.
- El sistema locomotor. Estructura funcional del sistema locomotor.
- Procesos de diferenciación celular del sistema óseo, bajo la acción de las cargas físicas sistemáticas.
- Organización estructural y funcional del sistema locomotor.
El organismo humano está organizado en sistemas y aparatos se puede clasificar según sus funciones en 4 grupos:
- Somático o de la vida animal (Tegumentario y locomotor)
- Viscerales o de la vida vegetativa: (digestivo, respiratorio, urogenital y endocrino)
- Circulatorio (vascular, sanguíneo y linfático)
- Nervioso (central y periférico) íntimamente relacionado con los órganos de los sentidos.

Somático o de la vida animal (Tegumentario y locomotor)


El sistema Tegumentario formado por la piel y sus anexos (las uñas, pelos, glándulas sebáceas y sudoríparas), cubre la
superficie externa del cuerpo, la protege y excreta sustancias de desechos.
El sistema locomotor u osteómioarticular (Soma): Formado por el sistema óseo articulado o esquelético y el sistema
muscular esquelético. Este conjunto de órganos realiza las funciones de sostén, protección y biomecánica, consistente
en el movimiento y equilibrio del cuerpo, incluido la postura corporal.
El aparto locomotor está diseñado para el movimiento y este se revierte en beneficio de todos los elementos que lo
componen. La función crea el órgano, pero, una vez creado, además lo fortalece y lo mantiene en buen estado.
Integridad del organismo humano:
El organismo constituye un todo único, cuya integración está dada por la asociación de las diferentes estructuras que lo
conforman, unidas por medio del tejido conectivo, los líquidos circulantes y el sistema nervioso. Además la integridad
del organismo está dada por la unidad de lo psíquico y lo somático. El materialismo dialéctico considera que la
conciencia es un fenómeno espiritual, psíquico, como una propiedad de la materia altamente desarrollada, es decir, del
cerebro humano; por lo tanto no hay psiquis separada del cuerpo humano.
Relaciones del organismo con el medio que le rodea:
Otra cuestión de importancia es la relación del organismo y el medio, las variaciones del medio circundante provoca
cambio en el organismo, que se adapta a las condiciones del medio e inversamente, por la influencia del organismo en
desarrollo varía también el medio que lo rodea.
Las condiciones existencia de los animales constituyen su medio biológico. En el hombre, además del medio biológico,
tiene importancia el medio social, es decir las condiciones de vida y de trabajo. Por lo tanto el hombre no es
propiamente un ser biológico, sino que es un ser biosocial, en el que influyen las condiciones socio económicas y las
relaciones de producción que en esta imperan.
Diferenciación y especialización celular:
La diferenciación celular es un aspecto importante en el estudio biológico dentro de lo que habitualmente se enfoca
como desarrollo de un organismo.
En general se aceptan algunas formas típicas de desarrollo, según Spratt, son:
 Desarrollo continuo: Encapas germinativas de la piel de algunos animales, en los extremos apicales de las raíces de
plantas, en los pelos, dientes, plumas, en la actividad de la médula ósea y el desarrollo de los elementos figurados de la
sangre.
 Regeneración: de la cabeza y la cola de muchos invertebrados, de las extremidades en los anfibios y de las raíces
en las plantas.
 Reorganización: como el desarrollo de organismos unicelulares, cambios intracelulares de organismos
multicelulares, reorganización y reconstrucción celular posterior a extirpaciones provocadas, o dispersiones celulares
experimentalmente realizadas.
 Reproducción asexual o sexual: en la sexual el desarrollo de los gametos hasta su maduración, óvulo y
espermatozoide.
La diferenciación es uno de los procesos del desarrollo incluido dentro de la complejidad interactuantes orgánico-
ambiental. Es necesaria la identificación con estos criterios que dejan caminos abiertos a todas las posibilidades. Solo
de este modo es explicable lo que sucede en algunos componentes del organismo humano, cuando es sometido a
sobrecargas, cuando las acciones musculares no se realizan de acuerdo con sus lineamientos normales, y el
rendimiento es afectado. No se trata de enfocar la diferenciación y, por supuesto, la especialización, desde un punto de
vista puramente citológica, sino de identificarnos con las posibilidades del cambio, con la necesidad del cambio para
comprender realmente la bioadaptación.
La división celular puede ser considerada como una expresión de la diferenciación; pero también, el movimiento
intracelular de un componente citoplasmático puede ser valorado como parte o base de un cambio diferencial. De este
modo tanto el desarrollo en sí, como la diferenciación, es posible estudiarlos en diferentes niveles de organización,
incrementando la complejidad estructural y funcional, hasta los niveles celulares, de tejido, órgano, organismo o
población.
En un atleta, la sobrecarga de acciones musculares, provoca la irritación de integrantes celulares del propio músculo, de
sus vainas, de sus tendones; a través de los tendones esta irritación tiene la posibilidad de reacción en la relación del
tendón con el hueso, utilizando la vía perióstica y, desde luego, el hueso puede también corresponder defensivamente a
esa irritación; de modo que se establece una reacción en cadena, una especie de generalización en diferentes partes o
componentes del sistema. El final de esta generalización puede ser el dolor, la molestia, la inseguridad de las acciones
del sujeto y por tanto la afectación de su rendimiento, de sus capacidades organizadas de movimiento, de su trabajo. En
todo este proceso de diferenciación ha de desempeñado un papel determinante y ha tenido que estar presente a partir
de la irritación del músculo.
La intención del ejemplo anterior es dejar sentado que la diferenciación puede estar asociada a la pérdida de las
capacidades o potencialidades de una o de un conjunto de células; establecer que la especialización alcanzada por la
célula no es una situación de eternidad; sino que está sujeta, expuesta a los cambios, aún aquellos valorados como
normales. Desde este ángulo no resulta ilógico plantear la desdiferenciación, en término o concepto con el cual muchos
autores no están de acuerdo, pero que a la luz de las investigaciones actuales en el campo histológico, de la amplia
consideración genética-bioquímica en los estudios cancerígenos y celulares, se debe tener en cuenta y prestarle
atención.
En general la diferenciación celular la entendemos desde dos situaciones:
 La diferenciación partiendo de una forma celular simple hasta llegar al desarrollo de una unidad compleja. Por
ejemplo, enmarcaría el tránsito, las modificaciones, los cambios y desarrollo, de una célula mesenquimatosa primaria
hasta llegar al osteocito, o el tránsito desde la capa germinal ependimaria hasta la neurona. Conocida también como
diferenciación embrionaria, ontogénica.
 La diferenciación provocada por los cambios internos en aquellas entidades celulares que ya habían logrado, a
través de la diferenciación ontogénica, un nivel de especialización. De este modo nos parece más lógica la explicación
de cambios tróficos., metabólicos, que transforman la secreción o actividad enzimática, provocando la mutación celular.
La transformación del osteocito dentro de sus lagunas en un verdadero osteoclasto, es explicable por medio de esta
forma de diferenciación. Conocida también como diferenciación que permite atender los cambios internos, la
reorganización.

Sobre todo, esta concepción de la diferenciación hace posible entender y explicar la importancia de las actividades
físicas en las edades físicas en las edades tempranas y sus repercusiones sobre el crecimiento. Esto, es parte del
proceso de desarrollo y diferenciación celular. Incluso se promueve la exacerbación de la reflexología postural como
principio para el mejor dominio y control espacial del sistema humano. (Ivanov)

En muchas investigaciones sobre la estructura del tejido óseo, hemos comprobado que las unidades osteonales o
haversianas incluyendo las homeostásicas- dependerán de lo temprano que alcance la conformación irregular en la
disposición de sus conjuntos laminares. En los primeros estadios del desarrollo humano es típica la conformación
circular- casi perfecta- de los sistemas de Havers en el hueso diafisiario; esta disposición es habitual en los
cuadrúpedos, consecuente con la estabilidad de estos animales. Con relación al hombre, la disposición circular perfecta
de las láminas haversianas es un factor en contra de su estabilidad bípeda que se sustenta en la irregularidad osteonal
como base para vencer la influencia de la gravitación. En la medida irregular de los contornos haversianos, mayor es la
estabilidad postural, su control y posibilidades coordinativas del sistema.

Desde el punto de vista celular interno, estos resultados se traducen en una mejor asimilación en los osteocitos al
incrementarse la distribución circulatoria-energética intraósea; la actividad bioeléctrica, por la actividad de los
mucopolisacáridos, aumenta considerablemente, la influyendo en los procesos de conducción aferentes (sobre todo en
los propioceptivos) y condicionando las energías que promueven en el interior del hueso (variedad esponjosa epifisiaria
y esternal) su capacidad homopoyética.

Otro ejemplo de esta diferenciación, íntimamente asociada a los cambios de las relaciones dinámicas, lo vimos cuando
tratamos las mitocondrias. Las denominadas centrales energéticas celulares, modifican su producción en función de la
actividad total a que se somete el sistema; no es posible encontrar el mismo perfeccionamiento en las membranas
internas mitocondriales, ni la misma concentración ribosómica, en sujetos no entrenados que en aquellos sometidos a
cargas físicas adecuadamente establecidas.

Se han estudiados en condiciones hipodinámicas e incluso en sometimiento a condiciones reales de ingravitación, las
relaciones esquelético-articulares y las capacidades de la función de apoyo del hombre; son significativos los cambios
que se observan en las relaciones articulares y en los controles sobre la distribución del peso corporal. En análisis
fílmicos realizados para el estudio de la marcha normal, es evidente que todos los cambios provocan fenómenos de
adaptación- algunos irreversibles- que conllevan obligadamente modificaciones en la actividad de millones de entidades
celulares del sistema.

Los traumatismos deportivos, a través de este enfoque, pueden encontrar un camino más adecuado de interpretación y
por tanto de solución. Es necesario entender al sistema humano, en su conjunto, como fuera una entidad celular en sí y
en sus relaciones con el medio; si no lo entendemos de esta manera quedarían sin análisis muchas situaciones
funcionales, entonces estaríamos valorando al sistema humano como una simple máquina, eliminando el cambio, el
desarrollo, la interacción orgánico-ambiental.

Los pasos en la diferenciación llevan a la especialización, como al consumo de potencialidades, hasta alcanzar una
nueva capacidad. En los ejemplos anteriores quedan implícitos los cambios que promueven la diferenciación y que
constituyen, al mismo tiempo, expresiones de la especialización.

Cuando tratamos la diferenciación ontogénica del osteocito a partir de la mesénquima, se aprovecha una potencialidad
para llegar a un objetivo específico.

El osteocito constituye el elemento fundamental del tejido óseo, tendrá una forma, una composición estructural y
responderá normalmente a la organización del tejido. Su origen corresponde al mesodermo, al igual que la célula
muscular, que las células de las paredes arteriales, venosas y linfáticas; en fin, que existen otras entidades, tejidos u
órganos que responden al mismo origen. El osteocito quedará subordinado a su desarrollo. Los cambios que pueden
presentarse en algunas entidades, responden a estos orígenes comunes embrionarios. Una proliferación osteofítica
intramuscular tiene su explicación en el origen común del hueso y del músculo, y del cambio funcional en algunos de los
elementos celulares del músculo.

La diferenciación y especialización celular en el hombre, desde una célula (huevo o zigoto), llega a desarrollar alrededor
de cien formas diversas, respondiendo a las particularidades genético-cromosómicas de la especie y su desarrollo
evolutivo.

La diferenciación, por otra parte, tiene consigo la finalidad, integrada a la potencialidad. Se entiende por finalidad celular
a la capacidad posible de adquirir por una célula en fase de diferenciación y especialización. Por potencialidad, a la
capacidad interna, que provoca y garantiza en una entidad celular primaria un proceso de diferenciación hasta lograr la
finalidad celular. La potencialidad, teóricamente, decrece en la medida del consumo de etapas dentro de una finalidad
celular.

La potencialidad general de un proceso ontogénico responde inicialmente a las energías propias de las células
progenitoras, después, a procesos de intercambios especializados.

Tejido: concepto y clasificación general:

Los tejidos han sido definidos clásicamente como agrupaciones celulares con particularidades semejantes de forma,
estructura y función, las que al actuar de modo integral determinan un papel, una responsabilidad en la estructuración y
funcionabilidad del organismo vivo.

Es necesario la coherencia e interacción de células que hayan sido producto de un proceso diferencial y de
especialización común, que promuevan acciones similares entre sí, que estén comprendidas dentro de una condición
ambiental uniforme, que resuelvan su demanda energética armónicamente, y que sus productos, resultado d la
actividad metabólica, presenten uniformidad físico-química, para que podamos decir que estamos en presencia de un
tejido.

Teniendo en cuenta lo anterior, en el desarrollo evolutivo y conformando la mayor parte de los integrantes del reino
animal, nos encontramos cuatro tejidos, calificados como fundamentales o básicos:
 Tejido epitelial.
 Tejido conectivo.
 Tejido muscular.
 Tejido nervioso.

En todo tejido es necesario considerar:


 Las células fundamentales (acción principal del tejido).
 El esqueleto (estroma o soporte para toda actividad de los componentes celulares principales y complementarios).
 Células complementarias y elementos de relación.
 Redes vasculares o forma de garantizar la nutrición.
 Posibilidades de excreción.
 Regulación, control e integración neurohumoral.

Tejido epitelial: Es un tejido muy especializado para proteger, absorber y segregar.


Entre su clasificación general se destacan: Membranas de cubiertas y revestimiento y las glándulas.
Ejemplos de tejido epitelial: la piel, vasos sanguíneos y linfáticos, en el epitelio superficial del estómago, en la pared
intestinal y en las vías respiratorias, los ovarios, en la tráquea, el interior de la cavidad bucal y el esófago, la palma de la
mano, la planta de los pies.
Ejemplo de Glándulas: Endocrinas y exocrinas.

Consideramos necesario en correspondencia con el tema que estamos abordando, solo hacer referencia al tejido
conectivo.

Tejido conectivo. Mesénquima.


Mesénquima es la denominada a la formación celular que en verdad constituye la túnica media embrionaria, el
mesodermo. Esta túnica blastodermica, intermedia entre el ectodermo y en endodermo, tiene una enorme
responsabilidad en todo el proceso de desarrollo de las diferenciaciones, especializaciones y finalidades celulares.
Veamos algunos ejemplos de los complejos tejidos y órganos que tienen en la mesénquima la base de su proceso
diferencial y de desarrollo: aparato circulatorio, renal, la sangre y sus elementos figurados, las fibras colágenas,
elásticas, lisas, los tejidos óseo y muscular, parte del conjunto reproductor.

Como vemos no es posible discutir su responsabilidad en la estructuración funcional del organismo humano, así como
de los animales superiores. Al tejido conectivo se le atribuye las funciones principales de: soporte, transporte, reservas,
protección y reparación.

La composición del tejido conectivo consiste principalmente en células y fibras, embebidas en una sustancia amorfa y
gelatinosa denominada “sustancia fundamental”. Esta sustancia contiene líquido tisular y metabolitos difundidos en ella.
Las fibras que integran el tejido pueden ser de tres tipos: colágenas, reticulares y elásticas.

Tipos de tejido conectivo: La clasificación de los tejidos conectivos presentan los tipos siguientes:
 Común laxo (areolar).
 Adiposo.
 Fibroso (colágeno denso y elástico denso).
 Cartilaginoso.
 Óseo.
 Hemopoyético.
 Sangre.
El tejido fibroso: Estas poseen su estructura en correspondencia con el tipo de fibra que poseen, por tal razón se
estudian según la particularidad de cada fibra.

Fibras colágenas: Representa los más abundantes elementos del tejido conectivo. Compuestas por proteínas
colágenas, forman parte del denominado “componente de forma” de la sustancia intercelular. Estas fibras forman parte
de: tendones, músculos vainas musculares, capsulas, ligamentos, fascias, envolturas fibrosas, huesos, etc. Tienen una
gran resistencia a la modificación longitudinal (tensil), mostrando una gran capacidad de resistencia funcional para las
deformaciones del tipo torsional (rotatorio), lo cual le confiere importancia extrema en las capacidades de algunos
tejidos como el óseo, donde esta funcionabilidad y las disposiciones helicoidales determinan la estructura del
denominado “sistema de aspas colágeno).

La capacidad de resistencia (defensa a la modificación del músculo, o del hueso, serán proporcionales a las
disposiciones de la orientación de sus fibras colágenas, y a la cohesión de los integrantes celulares del tejido. Es por
ello que la irregularidad osteonal es sinónimo de mayor capacidad funcional del tejido óseo.

Esta irregularidad en la conformación y disposición de las unidades osteonales o haversianas, se alcanzan junto con los
cambios de orientación de la colágena.
En la medida de la disminución de las cargas gravitacionales, aumenta la laxitud (aumento de la composición de agua y
distensión de los espacios del sistema aerolar) en los componentes conectivos y dentro de ella el “enderezamiento” del
sistema aspeático colágeno.

Expresiones populares como “el niño es de goma” se refieren a la capacidad torsional-resistencia-tensil de esta
complejidad proteica; el colágeno. Las relaciones de las fibras colágenas con las sustancias amorfas (intercelulares),
derivados de carbohidratos (generalmente mucopolisacáridos o mucoproteíglicanos: ácido hialurónico, keratín sulfato y
condroitinsulfato) determinan los cambios con la edad y las actividades físicas.

Las fibras elásticas tienen una composición que responde a la presencia de la proteína elastina, posiblemente la más
resistente de las proteínas corporales a los cambios químicos.
Las fibras reticulares constituyen una vasta red asociada a las fibras colágenas. Son fibras muy finas que facilitan el
soporte, el estroma, para que otros componentes actúen.

Tejido fibroso colágeno denso: Tratar este tejido es tratar la estructura e identificarse con el trabajo tan resistente de los
tendones.
Tejido fibroso elástico denso: Esta variedad del tejido conectivo integra fundamentalmente ligamentos del conjunto
locomotor, sobre todo en aquellos ligamentos anchos, como el ligamento posterior de la nuca (ligamentum nuchae),
además está presente en los ligamentos amarillos de las articulaciones entre las láminas de las vértebras en la columna
vertebral.

APARATO LOCOMOTOR:
Todo integrante del organismo humano que tome parte en su traslación, se considera como integrante del aparato
locomotor, el cual se puede definir como el conjunto de estructuras pasivas y activas que garantizan la conducta bípeda
y la locomoción.

El conjunto esquelético-articular con sus elementos complementarios, conforman su base estructural; los músculos
constituyen la potencia, además de participar junto al tejido subcutáneo en la configuración y contornos generales del
cuerpo.

Como integrante activo del sistema locomotor, consideramos al sistema nervioso (sistema integrador). La asociación
entre los componentes pasivos y activos constituye la integración del complejo más desarrollado para garantizar la
sustentación y traslación del hombre. La vida de relación orgánica ambiental del hombre, se enriquece por las
posibilidades de desplazamiento, desde la simple quimiotaxia hasta la estructura armónica del movimiento. La
estructuración y desarrollo de tejidos, órganos, aparatos y sistemas, están en función de la interacción entre el hombre y
su medio.
Tejido óseo, estructura, variedades y capacidad funcional:
El tejido óseo es un tejido de naturaleza conectiva, mineralizado, que conforma el componente rígido del sistema
esquelético. Este tejido refleja, macro y microscópicamente, su capacidad mecánica. Es también, desde el punto de
vista metabólico, un tejido activo, funciona como un verdadero centro de homeostasia del calcio, fosforo, magnesio y
otros iones. Su constante remodelado lo convierte en un centro biológico de acción mecánico-estructural. (Tittel,
Hamilton, Greep, Ham, Bassett, Fukada, Yasuda)
El tejido óseo es un tejido celular, ricamente vascularizado, además de poseer un carácter funcional rígido por la
mineralización. Todo esto lo sitúa como un sistema biomecánico. Es por ello que la función del tejido óseo constituye
una cantera de estudio para el aparato locomotor, para la sustentación bípeda y para el desarrollo de estructuras que
respondan singularmente a las acciones gravitacionales e inerciales. Lógico resulta estudiar en sus variedades el
denominador común organizativo frente a las acciones gravitacionales, la radial de curvatura y los tubulares dinámicos
encuentran en este tejido su mayor y más completo representante.
Como en el cartílago, las células óseas quedan incluidas en cavidades como resultado de la actividad metabólica y la
secreción de la matriz; pero a diferencia de aquel, finas comunicaciones establecen una amplia red que enlaza y
relaciona a las células, garantizándole al mismo tiempo el proceso nutricional. Este proceso nutricional intraóseo
constituye una de sus mejores capacidades mecánicas en función del balance entre cargas compresivas y tensiles.
Las células fundamentales del tejido óseo son los osteoclastos, osteoblastos y osteocitos. La actividad osteocitaria
construye las lagunas o nichos; finas comunicaciones relacionan las lagunas: los canalículos. La matriz orgánica
representa alrededor del 38 % del peso seco del tejido, integrada prácticamente por fibras colágena. También
encontramos otra sustancia amorfa fundamental que contiene una pequeña cantidad de sulfato mucopolisacáridos,
extraordinariamente importante desde el punto de vista funcional, por cuanto es el elemento que determina la
orientación de los fascículos de colágeno en la estructuración del tejido. Se acepta (es muy discutido) que la fase
inorgánica de tipo hidroxiapatita, representada por sales de fosfato de calcio. (Lehninger).
Si el tejido se somete a la acción de los ácidos, se disuelven estas sales de calcio, se latera la rigidez y adquiere un
carácter suave y elástico, conservando su forma; por el contrario, si se somete a la incineración, la combustión elimina
los componentes de tipo orgánico y deja sólo las cenizas o residuos minerales; en este caso la forma se pierde de
inmediato al tocarlo.
En las formaciones de tejido joven el calibre de las fibras es grueso y muy irregular; La orientación es prácticamente
longitudinal o recta, separadas entre sí por la sustancia intercelular poco mineralizada; después en la medida del
desarrollo y de las actividades, los fascículos se hacen más apretados y disminuyen las posibilidades elásticas entre las
fibras, a medida que se incrementa la mineralización y se cambia la orientación de las mismas. Además, junto al cambio
de orientación de los conjuntos d fibras ocurre un proceso de torsión del fascículo entre 20 grados y 45 grados, es
entonces que se considera formado el conjunto aspeático colágeno en la lámina ósea. Las lagunas o cavidades en que
se atrapan las células del tejido, tienen alrededor de 15 a 17micron de longitud y desde ellas se observan las
disposiciones de los conductillos. Desde el centro de la laguna se notan en línea recta con relación a la laguna vecina,
en los extremos la disposición es multiangulada y sinuosa, con muchas arborificaciones.
Unidad estructural y funcional del tejido óseo: Es la laminilla ósea. Toda variedad del tejido, toda formación ósea,
responde a este principio organizativo. La laminilla no se presenta en forma recta, sino que se desarrollará con una
radial mayor o menor de curvaturas. De modo que, en cualquiera de sus variedades, el tejido es considerado como
participante de un sistema de contornos circunferenciales. Las radiales de estos contornos varían según la variedad,
región del hueso y magnitud de cargas incidentes.
VARIEDADES DEL TEJIDO ÓSEO:
Las dos variedades del tejido óseo son: la esponjosa y la compacta. De ellas la fundamental, la que inicia toda
formación y desarrollo del tejido es la esponjosa; la compacta, como veremos, será una derivada funcional de la
esponjosa.
En la variedad compacta se distinguen dos tipos: la compacta laminar de recubrimiento y la compacta osteonal o
haversiana. La denominación de haversiana se corresponde con el apellido de quien describió esta disposición
“concéntrica” de las laminillas alrededor de un capilar longitudinal en la compacta de las diáfisis, (Clopton Havers).
La compacta laminar de recubrimiento se constituye en la cubierta de toda expresión esquelética integrada por tejido
óseo, es la “piel de todos los huesos”. La compacta laminar constituye el sistema laminar fundamental externo en las
diáfisis de los huesos largos; Internamente también se describe un sistema laminar semejante y se le denomina
“sistema laminar fundamental interno”.
Célula osteoblasto-osteocito:
Esta célula de origen mesodérmico, constituye un integrante celular importante del tejido óseo. Su actividad metabólica
deposita formaciones proteínicas, organiza fibras de naturaleza colágena y también impregna la matriz orgánica con
sedimentos de sales de calcio, principalmente de fosfatos, además, carbonatos de calcio, fosfato de magnesio y cloruro
de calcio. Esta actividad del metabolismo celular está en dependencia del grado de relación entre los componentes
orgánicos e inorgánicos secretados por la misma célula. De manera que es notable el carácter trófico, los cambios de
acción en el curso de las actividades de estas células.
La actividad celular y sus productos, van conformando progresivamente un estado de rigidez, según la relación entre
fibras y cemento aglutinante. En la medida que esto ocurre, la célula misma, queda incluida (enclaustrada) en su propia
formación, creando una cavidad redondeado-ovalada que conocemos bajo la denominación de “laguna ósea”. En ese
momento la célula deja de ser considerada como osteoblasto y se denomina “osteocito”.
Es conveniente que el equilibrio orgánico establezca el porcentaje necesario de calcio y de fosforo para una
mineralización adecuada. Recordemos que el cemento aglutinante está conformado por calcio cristalino. En el colágeno
la estructuración cristalina está presente, de modo que las acciones mecánicas sobre el hueso seco provocarían
descargas eléctricas (piezoelectricidad); estas descargas se incrementarían con la edad del hueso y el enriquecimiento
mineral.
Otro ejemplo importante del tejido óseo en la célula osteoclasto, presente en los procesos de destrucción o lisis. En el
proceso continuo del remodelado, simultáneamente se destruye y se forma tejido, por eso tienen una participación
alterna los osteoblastos y los osteocitos.
Los osteocitos, fueron analizados anteriormente junto al osteoblasto, el cual una vez enclaustrada en la laguna, se
transforma en osteocito, célula encargada de mantener el tejido, asumiendo para ello responsabilidades constructivas y
destructivas, acomodando la laguna a sus acciones. Algo es cierto, y es que el osteocito y sus cambios
protoplasmáticos tienen que garantizar la nutrición del tejido desde los capilares vecinos, que cuando fallece el osteocito
se afecta la nutrición del tejido, entrando en juego los procesos de reabsorción y regeneración.
Capacidades funcionales de las variedades del tejido, son:
- Capacidad de asimilativa.
- Capacidad distributiva.
- Capacidad de traslación.
Las dos variedades, esponjosa y compacta cumplen estas capacidades, pero de un modo diferente. En la esponjosa la
composición estructural del tejido garantiza sobre todo la asimilación y distribución, trasladando las cargas que resultan
del proceso asimilativo y distributivo. En la compacta, y sobre todo la compacta osteonal, la capacidad fundamental es
la traslación de las cargas que han sido resultantes del proceso de asimilación y distribución. En la traslación
encontramos asimilación y distribución, pero en pequeña escala.
Clasificación de los huesos:
Clasificar los huesos ha ofrecido siempre la oportunidad de establecer criterios muy diversos. Clásicamente se ha
ordenado atendiendo a las dimensiones de los mismos en:
- Huesos largos.
- Huesos cortos.
- Huesos planos.
Existe otra clasificación que va más allá, basado en un ordenamiento, que hace más fácil entender la identificación
funcional de los huesos, para ofrecer alguna particularidad, de estructura, situación, etc., ella es:
- Huesos diafisiarios: largos y minilargos.
- Huesos esponjosos o cortos.
- Huesos planos, anchos o finos.
- Huesos irregulares.
Huesos diafisarios: largos y minilargos: En esta denominación se sitúan los huesos largos y medianamente largos de
las extremidades. Están formados por un cilindro hueco triangular; la “diáfisis o cuerpo del hueso”, típicamente
compacta, que presenta en sus dos extremos dilataciones formadas por variedad esponjosa, que reciben la
denominación de “epífisis”. En todo hueso existe una epífisis proximal y otra distal. En este grupo se encuentran el
húmero, el cúbito, el radio, el fémur, la tibia y el peroné, como largos, y como minilargos, los cinco huesos del
metacarpo en la mano y los cinco metatarsianos en el pie. La diáfisis presenta en su interior la cavidad medular, y
tienen la capacidad principal de traslación.
- Huesos esponjosos o cortos: Huesos potentes en cuanto a capacidades de asimilación y distribución. En su
conformación y capacidad de trabajo son semejantes a las epífisis de los huesos diafisiarios. Pero los bloques
esponjosos epifisiarios al igual que los huesos cortos, fundamentalmente asimilan y distribuyen. En este último grupo de
esponjosos cortos están incluidos los huesos del carpo en la mano y del tarso en el pie y los cuerpos vertebrales, la
rótula o patella, los sesamoideos con cobertura de compacta laminar. Los huesos coxales y el manubrio del esternón..
- Huesos planos, anchos o finos. En este grupo, bajo estas tres categorías, podemos enmarcar un grupo de huesos
que por una parte tienen el predominio de dos dimensiones sobre una tercera; por otra, podemos enmarcar un conjunto
de huesos integrados por dos láminas de tejido compacto laminar y una zona intermedia de variedad esponjosa, y por
último, podemos considerar los arcos costales, la escápula, las costillas, los huesos de la bóveda craneana o diploes, el
esternón.
- Huesos irregulares: Son los huesos con forma tan irregular que no clasifican en grupos definidos, tal es el caso del
hueso esfenoides en el conjunto craneano, las vértebras en relación con el conjunto de apófisis, el etmoide.

Particularidades de los huesos vivos:


Los huesos en sus características más relevantes se destacan:
- Las superficies articulares: Que en los huesos de relación semimóvil o móvil están cubiertas por una capa de
cartílago hialino, mostrando superficies regularizadas y lisas. El calibre de esta capa de cartílago estará en
dependencia del tipo de relación articular, capacidad funcional y grados de desplazamientos. Este cartílago
constituye la primera fase en la asimilación de las cargas incidentes sobre el hueso.
- Periostio: Con excepción de la región de hueso que integra una articulación, el resto del mismo está cubierto
por una envoltura membranosa, fibrosa: el periostio. Está conformado por capas de tejido fibroso con células
superficiales y profundas de3 naturaleza conjuntiva. La capa de células profundas, relacionadas directamente
al hueso, tiene potencialidad osteogénica (osteoblastos), desempeña un papel importante en los procesos de
remodelación ósea. La relación del periostio con el hueso está garantizada por fuertes manojos de fibras que
han quedado atrapadas en los contornos irregulares (abolladuras) de las diáfisis jóvenes, durante el
crecimiento transversal. Un importante papel del periostio es su participación como intermediario en el
abastecimiento nutricional-circulatorio del hueso, facilitando, además, la entrada a los mismos de filetes
nerviosos.
- Relaciones del hueso con los músculos, tendones y ligamentos: Estas estructuras se relacionan con el hueso a
través de fascículos o manojos de fibras colágenas que se entrelazan con los manojos o tramas fibrosas del
periostio y repercuten en todas las acciones que pueden realizar directa o indirectamente, sobre el hueso. En
ocasiones, fibras musculares carnosas poseen relaciones directas con el periostio, e interactúan de esta forma
con el hueso.
- Cavidades o espacios dentro del hueso: En los huesos encontramos dos tipos de cavidades: la cavidad
medular en las diáfisis de los huesos diafisiarios largos o minilargos, ocupada por la médula amarilla, y las
cavidades del trabeculado esponjoso, ocupadas por la médula roja. Estas cavidades medulares y esponjosas
tienen grandes relaciones vasculares con el interior y exterior del hueso, todas están tapizadas por la túnica
celular interna denominada “endostio”.
- Médula ósea, médula amarilla y médula roja: La médula ósea es una diferenciación de origen mesodérmica,
forma parte del conjunto de tejidos conectivos. Es parte de los órganos hemopoyéticos y desarrolla los
glóbulos rojos y blancos de la sangre. Después del nacimiento es fuente de formación de los glóbulos rojos del
tipo granulocitos.
En la médula roja invade todo el hueso, incluyendo los conductos haversianos y la cavidad medular diafiasiaria,
gradualmente es sustituida por la médula amarilla y ya en la pubertad sólo se encuentra en el hueso esponjoso.
Con el avance de la edad será reemplazada por la médula amarilla, queda únicamente en la esponjosa del
esternón lugar que normalmente se utiliza para obtener muestras de ella.
La médula ósea amarilla es una estructura simple formada esencialmente por tejido adiposo, tiene escasa actividad
en la formación de células de la sangre, puede incrementarse la formación en estados patológicos. La actividad
hemopoyética intraósea responde, entre otras, a las energías promovidas en el hueso a través del trabajo
mecánico. En nuestra opinión estas energías corresponden al balance entre compresiones y tensiones de los
tubulares esponjosos o de conjuntos laminares en las unidades osteonales de la compacta diafisiaria.
Variedad esponjosa del tejido óseo y su distribución en la estructura de los huesos:
Su capacidad fundamental es la asimilación y la distribución, y en menor grado la traslación. Esta variedad
conforma la epífisis de los huesos largos y minilargos, los huesos cortos, los cuerpos vertebrales, extremos de las
escápulas, el intermedio de los diploes craneanos. La base de organización del esponjosa es la lámina ósea, la
cual se relacionan por aposición formando conjuntos entre los cuales se aprecian los osteocitos en sus cavidades o
lagunas.
La esponjosa semeja un conjunto de tubos asociados, con la particularidad que en ella la pared de un tubo forma
parte de otros, de modo que no es posible separar un tubular de sus vecinos. El conjunto trabecular esponjoso se
comporta y desarrolla así desde el proceso de crecimiento embrionario.
Las cavidades esponjosas constituyen espacios comunicados entre sí, y los tabiques son dependencias de varias
cavidades asociadas. Resulta de lo anterior que el tabique intertubular forma como mínimo parte de tres cavidades
y de tres tubulares, por eso responde a tres radiales generales de curvaturas. La longitud de estos tabiques no es
grande, pero las relaciones entre ellos facilitan la conformación de largas trayectorias.
Las secciones transversales de los tabiques intertubulares, presentan contornos similares con la letra Y. La
trayectoria formada por los tabiques quedará en general conformada bajo ese contorno.
Todo esfuerzo incidente sobre la variedad esponjosa, encontrará en sus tabiques las posibilidades de
descomposición de los esfuerzos, lo cual es parte de la asimilación y distribución. La epífisis proximal del fémur,
por, por ejemplo, tiene la particularidad de poseer un cuello largo que relaciona dos bloques esponjosos, de
importancia y particularidades propias; la cabeza femoral, y el bloque trocantéreo.
Toda carga que incida sobre la cabeza femoral provoca u proceso de asimilación, distribución y traslado de
vectores resultantes en la longitud del cuello hasta la formación esponjosa del bloque trocantéreo. En este bloque
se produce una interesante situación; por un lado, llegan las fuerzas resultantes provenientes de la actividad en el
esferoide, por otro, las propias particularidades de4 la asimilación, distribución y traslación en respuesta a las
acciones musculares que actúan sobre los accidentes de los trocánteres. Es obligada la intersección de las fuerzas
que resulta, la formación de resultantes generales y el traslado a la diáfisis para continuar al largo de la misma
hasta entregarlas a otro bloque esponjoso donde se producirán situaciones semejantes.
En este proceso de fuerzas hay dos situaciones que no han sido consideradas:
- La primera, que las fuerzas que inciden sobre la cabeza femoral son compresivas, mientras que las que inciden
sobre el bloque trocantéreo son de tracción. Las fuerzas compresivas son provocadas fundamentalmente por el
peso corporal y las de tracción por las acciones musculares.
- En segundo lugar, la diáfisis es un cilindro, más o menos triangular además de su capacidad fundamental de
traslación, también asimila y distribuye.
¿Cómo analizar estos aspectos?
- Primero, debemos conocer bien la construcción de las laminillas sobre una base mecánica funcional. El resto es una
solución de carácter vectorial.
Cuando estudiamos la estructura del tejido óseo se mencionó los fascículos o manojos de fibras colágenas y se apuntó
que la orientación de la misma varía con la edad, y con las actividades. Es interesante que el proceso de aposición
pueda organizar los fascículos de fibras en las laminillas de modo alterno. Esta disposición responde al carácter de
estas proteínas y sus respuestas en la organización con el cemento. Mecánicamente se provocan dos procesos: la
piezoelectricidad y la descomposición vectorial de las magnitudes que incidan sobre esas láminas. Como el hueso está
integrado por láminas, este complejo proceso se repetirá tantas veces como láminas formen al hueso.

¿Qué resultado concreto ofrece esta disposición?, el resultado más concreto es la descomposición de las fuerzas y
mantener la resultante general en la longitud del hueso, para evitar la fractura y consolidar su trabajo de sostén,
protección y movimiento.

VARIEDAD COMPACTA:
En la variedad compacta se distinguen la compacta osteonal o haversiana y la de recubrimiento. Ambas son formas
derivadas de la esponjosa primaria y constituyen expresiones de bioadaptación funcional.

La compacta de recubrimiento es un conjunto de láminas más o menos apretadas, que conforman la superficie exterior
de todos los huesos, y también la encontramos en las partes internas de la cavidad medular de los huesos diafisiarios
largos y minilargos. En el exterior se mantiene en estrecha relación con el periostio y cuando lo observamos en el
interior de las cavidades está relación con el trabeculado esponjoso de transición o con el recubrimiento endostio.

En cortes de huesos a través de la tomografía axial computarizada, hemos comprobado que, en los sujetos con pocas
actividades físicas, sujetos sedentarios, se mantiene la conformación general de los sistemas laminares (sobre todo el
externo) como el anillo de sostén; mientras que en el resto del corte, los valores indican zonas de muy poca capacidad.
En cierto modo es lo que ocurre durante el proceso de crecimiento transversal endocondral de los huesos largos, la
consolidación del anillo periférico de mineralización para poder desarrollar la longitud.

En el niño las particularidades de este recubrimiento son bien disímiles, por lo que prácticamente los sistemas laminares
corticales estarán más definidos en huesos relativamente adultos. En los niños es demasiado intensa la actividad
osteogénica, externa e interna, lo que determina la configuración irregular del contorno de los huesos en general. Los
más regulares son los de la bóveda craneana porque sus dimensiones, aunque aumentan después del nacimiento, no
están mayormente incididas por acciones musculares.

La compactación entre las láminas será directamente proporcional a las cargas que inciden sobre el hueso. En un
hueso sometido a poca carga, las láminas tienden a separarse y verticalizar la orientación de sus fascículos fibrosos,
por el contrario, en un hueso sometido a cargas intensas, las láminas se compactan y es notoria la orientación oblicua o
torcida que adquieren los manojos de fibras, alternamente de una a otra de las láminas.

La compacta osteonal ha sido muchas catalogada como la esencia del tejido óseo, este es resultante del proceso de
desarrollo óseo a partir de las láminas y de su más primitiva organización; el trabeculado o retículo esponjoso.
La unidad de Havers está representada por un número variable de láminas desarrolladas alrededor de un capilar de
orientación longitudinal al eje mayor del hueso, o en casos muy particulares, en disposición transversal a la incidencia
de la gravedad (ramas mandibulares). Entre lámina y lámina, las células osteoblastica han quedado atrapadas en sus
lagunas y los conductillos de las prolongaciones conforman una vasta red de disposición radiada, que se extiende
desde las vecindades del capilar sanguíneo hasta el cuerpo celular más distante de la unidad osteonal integrante de la
misma. Por tanto, la unidad de Havers está integrada por un capilar o capilares arteriovenosos, un número de láminas
concéntricamente dispuestas (quiere decir que están organizadas alrededor de ese capilar y no de otro), los osteocitos
que han desarrollado esas láminas (las láminas aumentan sólo por aposición) y las prolongaciones o conductillo de
estos osteocitos establecidos desde el capilar hasta la lámina más extrema de la unidad.

En las unidades haversianas, las láminas se han compactado en extremo a base de grandes valores compresivos y
analizamos este aspecto como una energía resultante del balance compresivo –tensil capaz de establecer los cambios
de orientación de la colágena.

La estabilidad bípeda no responde solo al trabajo del conjunto de los ligamentos, son las acciones musculares
asociadas las que determinarán el desarrollo estructural del tejido óseo y el alcance en el remodelado de los principales
accidentes óseos en los huesos. Existen múltiples evidencias de los cambios estructurales y microestructurales
provocados por las particularidades funcionales del sujeto (Prives, Machcara, Bukin, Bassett, Endo y otros).

Valdría la pena preguntar. ¿Por qué el niño cuando nace no puede caminar?
Cuando un niño nace no es capaz de soportar su peso corporal, entre otras cosas, por las ya mencionadas cuanto a la
disposición de las fibras y sus relaciones con el cemento de hidroxiapatita. Solo cuando las relaciones entre fibras y
cemento adquieren la orientación y consolidación suficiente (a través de las acciones musculares, subordinadas a la
actividad nerviosa), es posible la independencia funcional, incluyendo el soporte del peso corporal, equivalente a la
masa en función de la gravedad. La irregularidad osteonal, aceptada por todos, e la mejor prueba sobre la necesidad de
identificación con las fuerzas del tipo helicoidal y la traslación a lo largo del eje diafisiario.

La columna vertebral, pilar básico. Esta desempeña un papel esencial, pues sirve de pilar básico para la posición de
pie. Por eso se halla sometido a muy variadas tensiones.
La enseñanza preventiva de la columna vertebral debe empezar con los niños, de forma que todos aprendan desde la
infancia a cuidar de su espalda y empleen las técnicas que garanticen al mínimo posible las tendencias que ésta debe
soportar. Aparte de las técnicas posturales y de trabajo, es importante el entrenamiento de los músculos que
proporcionan soporte a la columna vertebral, en especial los extensores del tronco y los músculos abdominales.

Influencia de la actividad física sobre las estructuras óseas:


La actividad física diaria a lo largo de toda la vida es necesaria para mantener el contenido en minerales del organismo
dentro de unos niveles óptimos. El sistema óseo está continuamente bajo la influencia de células que fabrican o
destruyen las sustancias óseas. La actividad física fuerza y somete al hueso a tensiones que constituyen un estímulo
necesario para el mantenimiento del delicado equilibrio existente entre su fabricación y su destrucción. Se sabe que el
reposo en cama descalcifica rápidamente los huesos, provocándole una atrofia ósea u osteoporosis, que aumenta el
riesgo de fracturas.

Organización del aparato locomotor humano en bloques funcionales.


Cuando se analiza la efectividad del rendimiento humano no es posible consignarlo a un músculo, a un hueso o a una
relación articular. Tampoco es posible decir que se debe al trabajo del aparato circulatorio o el sistema nervioso. La
eficiencia será el resultado del rendimiento integrado por diferentes segmentos, órganos, aparatos y sistemas. Un hueso
puede facilitar la inserción de un músculo y dar origen a otros que pertenezcan a segmentos corporales diferentes,
según los términos clásicos de dividir el cuero humano en cabeza, cuello, tronco y extremidades Las relaciones
articulares facilitan esta necesidad de interacciones e integraciones en el trabajo general del aparato locomotor.
Respecto a ello Roberto Hernández Corvo consigna la estructura del sistema locomotor en 2 bloques estructurales:
- El bloque central del tronco.
- El bloque apendicular.

El bloque central del tronco comprende:


- El tronco
- El cuello
- Las cinturas: Superior e inferior.
El bloque apendicular comprende los miembros superiores, inferiores, las cinturas y (los extremos libres o distales (las
manos y los pies).

BIBLIOGRAFÍAS:
1.- W. Rosel Puig, C. Dovale Borjas, I. Álvarez Torres. Morfología Humana I. Generalidades y sistemas somáticos.
Ciudad Habana. Ecimed. 2001.
2.- R. Hernández Corvo. Morfología Funcional Deportiva. Sistema Locomotor. Ciudad Habana. Editorial Científico-
Técnica. 1987.
3.- R. Hernández Corvo, Enriqueta Fernández Ponce, Silvia Manzur Rodés, otros. Función de apoyo y la armonía del
movimiento infantil. Ciudad Habana. INDER. 1991.
4. Salvat. Salud. Ejercicio físico y salud 2. 1984.
5.- M. Prives. Anatomía Humana. Edición MIR. Moscú.
6.- Lehninger. Bioquímica.

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