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BIBLIOTECA ESPANOLA DE ESCRITORES POLITICOS ee tS TORT A PARA ENTENDERLA Y ESCRIBIRLA POR LUIS CABRERA DE CORDOBA 1611 EDICION, ESTUDIO PRELIMINAR Y NOTAS SANTIAGO MONTERO DIAZ LIBRO PRIMERO DE LA HISTORLA Discurso I De la importancia de la historia Vno de los medios mas importantes Paya aleancar la prudencia tan necessaria al principe en el arte del reynar, es el conocimiento de las historias (1). Dan noti- cia de las cosas hechas, por quién se ordenan las veni- deras, y assi para las consultas son vtilicsimas. El que mira la historia de los antiguos tiempos atentamente, y lo que ensefian guarda, tiene luz para las cosas futu- vas, pues vna misma manera de mundo es toda. Las que han sido bueluen, aunque debaxo de diuersos nombres, figuras y colores que los sabios conocen Porque las con- sideran con diligencia y obseruacién, hallan no solamen- te los nombres de las cosas, estilo de los pueblos, mas lag inclinaciones del animo, los estudios de las letras, artes y armas, manera de hablar, variedad de los trages, aparatos, apetito y vso de los mantenimientos mudarse con la edad. Ilistorias leen los principes y toman conten- to con la diuersidad de accidentes que contienen; mas no atienden a imitar en el ordenar las republicas, conser- uar los estados, instituyr la milicia, administrar la gue- rra, aumentar el Imperio. La imitacién, buena maestra, ensefia la historia, y si la naturaleza, el artificio yaeb 11 exercicio valen mucho para la perfeciéa de las cosas; sin comparacién es mayor el prouecho que de la imita- cién se recibe. Las relaciones, libros de moralidades y las historias, dan preceptos, sin parecer que con superio- yidad, menos se aplaze la real soberania. Amonestaua cl emperador Theodosio que no apartasse dellas los ojos y de los insignes capitanes a su hijo Honorio, si queria ser buen principe, porque las cosas que los amigos no se atreuen a declarar, hallaria alli con las verdades que nunca oyen escritas. Para saber ganar y conseruar fin del buen goulerno, halla el entendimiento el més cier- to norte en la noticia de los modos y tragas, con que en diuersos tiempos se encaminaron felicemente muchos su- cessos no imaginados. Si las figuras y simulacros he- chos por mano de artifices, despiertan para imitar lo representado en ellas (causa porque hizo Augusto Cé- sar el teatro de las estatuas de los héroes de su republi- ca), {quanto mejor moueré la historia, que muestra la compostura y delineamento del cuerpo, faciones del ros- tro, virtudes y passiones del animo, que hizieron a los claros varones dignos de inmortal memoria! Pues como dizen Salustio y Libio, hablando de las estatuas con ele- gancia, llena esta fuerga la representaci6én de sus haza- fias, que los pechos generosos enciende para imitar aque- jla virtud premiada con emulacién de la gloria que alcan- garon. (In bello Iugurtino, scilicet non aeream illam, ne- aue figuram tantam vim a se habere sed memoriam re- yun gestarum eam famam in egregijs viriis in pectore crescere. Libius I. lib. Hoe praecipue salubre ac frugi- ferum omnis te exempli documenta in illustri posita loco intueri, vt inde tibi tuaeque reipublicae quod imiteris capias.) 12 cap.: Nam semper debet suum regimen conformare troacto, sub quo regnum melius, ac tutiue regebatur. Doctor Aegidius Romanus, De Regimine principis, in 2, p. lib. Voi multa videbis, quia principum exempla sequenda sunt, vt. jf, ad Trebellianum, 1. apud. Ioutnianum, parr. Antistia. regimini re- Discurso IV De las partes y difinicién de la historia iene la historia etimologia, difinicién, diuisién, sub- diuisién, y segunda subdiuisi6n, objeto, fin, anima, mate- ria y figura o cuerpo (4). Platén, que todas las cosas dixo con agudeza, consejo, verdad, y sutileza en nombre de Sécrates en Cratilo, cerca del fin intenta prouar que la palabra historia declara la naturaleza de la cbra: porque como él interpreta, historia: es lo mismo que histesiton rum, que quiere dezir en latin, sistit fluxwm, detencién del corriente de los acaecimientos, porque sin la historia passaran volando al lugar del oluido. Poseuino dize contra Platén, ser Hamado historia por- que Nos propone a la vista y especulacién las cosas. San Isidoro, que viene del verbo griego historin, que significa ver, porque antiguamente no tenian por histo- ria, sino la que fué hecha de quien auia visto las cosas que ponfa en escrito. En este sentido la definié Verrio Flaco con Aulo Gelio, Plinio, Teofrasto y Luciano, di- ziendo: es narracién de las cosas echas por medio de alguno que las aya visto; mas Estrabén, a quien siguen algunos antiguos, con Polibio y losefo y muchos moder- nos, tiene, que la historia ha de narrar las cosas que vi6d o oy6 a los que fueron presentes, porque el vocablo griego quiere dezir también, ver, conocer, y oyr pregun- tando. En todo suele auer errores; el m4s principal no pue- 23 de por entero ver todo lo que se haze y pone en vna larga Serfa pequefia la historia que de lo que vié solamente se hiziesse ¥ forgosamente ha de creer To que le dizen; no yno siné muchos, en quienes no ha- llaré la perfecta narracién que 1 presupone vniforme. ‘Antes porque es ordinario y cierto el variar, aura de ar- gumentar sobre prouables en Ia diuersidad de los hechos ‘gue le refieren, para sacar en limpio la fineza de la ver- dad y establecer lo que més verdadero o verisimil le pareciere. Vale mas en estas cosas la relacién que la presencia. Si nadie puede eseriuir sino sélo lo que ha visto, condenen con este titulo [a] griezos y latinos que los sucessos prosiguieron de la otra nacién; contaron historias de siglos mas atras que sus vidas, y a los que no peregrinaron toda la tierra con sus perso- as, como con sus libros. Cicerén dize ser la historia cosa verdaderamente hecha, mas de la edad nuestra muy apar- tada y remota. Iuan Costa: es narracién verdadera, clara x con orden, distinta de algunas cosas passadas, 0 pre- sentes, para imprimir su memorix en la de los hombres. ‘Yo digo, es In historia narracién de verdades por hom- bre sabio, para ensefiar a bien vivir. Consta esta difini cién de gerero y de diferencia, y contiene la: cuatro cau- sas, material, formal, eficiente y final. Tl genero es na- rracién, de que se trataré quando se toma por el cuerpo © figura de la historia. La diferencia es verdades, con que escluye la narracién de la poesia, que es de mentiras: y asi es mucha la diferencia y desconueniencia, entre la historia y la poesia, no por ser ‘ésta en verso; la otra en prosa eserita, como vulgaruiente se tienes oi bion ol vero es propio de la poética facultad; él no, la imitacién sf, haze la poesia, pues la ay en presa. Verificanlo Suidas con las comedias de Sofrén y de Senarco; en los diflogos, Platén, griego; Apuleyo, lati- y varia narracién, 2 y a los que - a Y Bocacio, {oseano. Si la historia de Herodoto se | reftUzesse en veri, seria ni més ni monos historia, pues no tiene parte do imitacién, 1 itere ; as en que est4 la diferencia. Homero porgue imita, es posta; Empedscles, no, por. que no imita, quando escrieue en verso las cosas de la filo- sofia natural. Lo mismo se puede dezir de Luerecio y de Lucano, aunque deste por diuerso Tespeto, :: La te escriue vna sola accién de vn solo hombre, tas ems or aesident; ln historia muchas y de muchos, aunque trata alguna vez vna acci6n s : : acci6n sola, como la conjura- cn de Catilina y la guerra de Tugurta que historié Sa- lustio, y otras semejances historias: su offeio es trata de muchas y diuersas acciones (5). fe sing, Poets obra caren de lo vniuesal,atendiendo la 5 pitra idea de las cosas (y por est i oS i (y por esto ta prefiri Pete Hoe) el historiador a la ee indo las cosas ecmo cllas son, i cre. trata al natural, refiri eas , ‘iendo las cosas como ft el poeta, como necessariat be Fen: Poeta, como ‘amente aulan de ser, 0 rian veristmil 0 prouatiemente, Si miramos isco teza de las cosas, el poeta a lo particular mira también i hese Pindaro, Siménides, Alceo, y otros eeatae te hee oir las alabangas particulares, atin de los nae er ou interés y los elegiacos y semejantes: dexo los aus mores por In mayor parte trataron, Tembién or desta manera mira a 1; i todo su fin es ensefi aie lar vniuersalmente a bi ii F i jen viuir con Jos exemplos, eon las oraeiones acomodadas a las perso- as, tempos, cosas y eat: onsofin desir y hase, com tando la naturaleza do las personas, sus alabangas, vi- luperlos y ots partes lenas de dotrina ciuil eon ‘és Prudencia que dan los preceptos de los filésofos, pues de la historia sacaron los que dieron. ete a poeta después que se ha propuesto la imitacién de 25 algunos, la mantiene siempre como empeg6 hasta el fin, El historiador, como halla los hombres los establece, o varia, mudables, 0 constantes, buenos 0 malos, segtin los tiempos. ‘La poesia es. junta y encadenamiento que haze vna de muehas, por la afinidad de las aceiones, a quien como ‘a sefiora ordena las otras ministras y sieruas, por medio de los episodios, que de su naturaleza y propiedad siem. pre tienen la mira y respeto a la fabula, parte sustancial y como el 4nima del poema. Bl orden de ta historia es més ineierto. y disjunto porque las acciones en ella no son sin depender vna de otra y no tienen la mira a vn mismo fin. Esta sigue el orden de las cosas mismas del prineipio al medio y deste al fin, como han sido hechas procediendo. La poesfa comienga del medio, algunas vezes dexando ‘cosas para los episodios que toma y trae a la memoria, como la Iliada y Odisea de Homero, [y la] Eneida de Virgilio. claramente muestra. El poeta no teniendo limi- to alguno en su juridieién, como le passa por Ja ta’ pone en el dnimo, muda las acciones, las crece, las menora, las varia, las adorna, las amplifiea y como ya se ha tocado, narra las cosas, antes como auian de ser he- chas, que como fueron: busea fuera de la materia mu- chas verdaderas 0 prouables o falsas, sin semejanca de verdad, para que salgan mds, parezean marauillosns ¥ més estupendas, para que deleiten més: como son las fabulas y transformaciones de Ouidio. El histérieo tiene sus términos y dentro dellos sus confines de In materis uue ha tomado a eseriuir, y 20 puede ealir dellos ni mu- dar cosa alguna: y assi, ni la pone, ni la quita, mas narra la verdad del hecho, bien que con ornamento y gala, como le toca y no de otra manera. Introduze personas habland? de diuersas naciones y modos de viuir, de que son exer Be feies or storia, que no les El Posta sein que le viene ben, ra, como dioses, ninfas, adiuinos, : la Tans y que hablar a las cosas namie qe q ee zs que no son, sino se fingen. jamoaeee o esto carece el histérico, mas regular e pero. 85 sentencing {2 Poesia, come iets en las palabras mis libre, de suer es anta con Tas antiguas vsa de vocadlos. Harte saute de nuevo o les toma de otra lengua, haziendo ma oemas, mis delectanles y mis 2 _ ese partados de lo En el dezir del: histér ro sent ue suena as plbran, meaed Soe ai, gue | Paro del velo de sus ficciones y misterioces tabaie, fina doetrina buess 0 heroica virlud. Pager : ae Saeieneen la poesta y la historia. Son seme- 1 1,iee,& historia y la poesia en que eada van propone a oe = eesrinle Ye Ja causa, Ambas vsan del gé- a ratiuo y deliberatiuo en que algunas veces ee, judicial, condenando los vicios, alabando las Eudes, ¢ introduzen los patiamentos y consultas. Am- _ as con suma industria atienden a la guardia de la prus ela ¥ del decoro, ensefian, delectan, Tueuen, cade Fmis J historia. ‘Yooa.a los dos hazer mencién de gan y las descripciones, con varios acci- a = 8, muchos y varios casos inciertos, lenos aerate temo, sora de esperanga, sora de alegria, aora olor. La historia deseubre la ira de Dios: cuenta los mete personas de fue- 28 20 prodigios{os] votos y sacrificios con que se aplaca. La poe- fa con estas cosas y respuestas de los ordculos, acompafia jos consejos de los dioses, sus dicordias y hechos. La vna y la otra es vaga, en las digresiones, amplificaciones, en ta variedad, en el escoger las cosas y las palabras y en su buena disposicién y asiento ponen trabajo. Tienen sus nimeros, sus figuras para dezir, aunque por diversas razones, para salir adornada. La historia tiene mas de lo honesto, graue, exemplar, camo matrona ilustre y sabia. La poesia jouen y geatil, alguna vez con gala y hermosura, laseiuia, con licencia y diferencia entre la noble y la plebea. (a). Posebinus in Biblioteca selecta sectione I. cap. 2 pag. 262: Historiam non tam a Platone, quod labentium rerum fluxwm, quo- dammodo sistat, quam a Graecis, quod ves nobis conspiciendas quin etiam speculandas obijciat, fuisse appellatam. (b) Laurentius Vala in proemio suae historiac: Qui vero in- terfuerunt, ij non modo, si aduersis partibus steterint inter se dis- sentive solent sed etiam si ab eisdem. Raro namque eadem ree 4 pluribus eodem modo narratur, partim studio, aut odio, partim varietate, cum aliqua, quae scire poterat, nesciens, videri vult sci- re, vel referentibus, temere non videri nescire: partim eredulitate, cum alijs quibus suam credidit. ‘Toannes Costa, De Conscribenda Historia, lib. 2: Vix enim fie- ri potest, vt onus omnia, quae im re gerenda contingunt, sensibus suis perceperit. (c) Cicero, De cratore, hablando de los poetas: Tamen in ex cw licentiam statuo maiorem esse, quam in nobis faciendorum, iungendorumque verborum voluptati vocibus magis, quam rebus inacruiunt. Discurso X Anima de la historia, es la verdad La verdad de la historia es 4nima della (12), como la racional informa, actiia y perficiona el cuerpo del hombre y en tanto lo es, quanto la tiene, que en faltandole muda especie y passa al ser de cadauer, assi la historia. Dizelo Polibio (en el lib. 12). Quemadmodum corpora animalium, st ab eis ossa exemeris tnutilia reddentur, ita histo- 41 riae narrationi, si verittatem ade meris quod in ea re- liquum, est inane quidem manebit. Consiste la verdad en. saber bien por informaciones y relaciones, los sucessos verdaderos y los seeretos de los prineipes. La verdad ha de ser de le notable, para enseiiar y delectar por la sin- gularidad y estrafieza. No se ha de escriuir que los que entraron a hablar al rey le hizievon reuerencia, sino si alguno no se la hizo: que en vn gran banquete todos comiessen, sino si algu- no no comis, en que esté In nouedad. Quando se ha es- crito que vno es soberuio, no se refiere las acciones de soberuia, sino aquellas en que no las huua o las huuo con excesso, que causan la nouedad en el dezir. Aduirtiendo, que ay verdadero y verisimil, y mas verdadero que verisimil, y mas verisimil que verdadero. Qué sea lo verdadero y lo verisimil es notorio: pues lo verdadero es confirmacién de lo cierto, negatiua de lo in- cierto, que muestra las cosas como passaron: verisimil es lo que con apariencia de verdad no niega ni efirma, ‘Mas verdadero que verisimil son los hechos de los es- paiioles en Flandres, en el esguazo de Zier Kizee y en las Indias Orientales y Occidentales que son tan prodigiosos, que en los venideros tiempos parecerdn fabulosos, porque son mas verdaderos que verisimiles de poderse hazer. Mas verisimil que verdadero es lo que se eseriue de lo que se trata en un consejo de estado o gauineto, en lo que el rey propuso, y las palabras, lo que dixeron los que yoiaron, los argumentos, las réplicas, cosa diffeil de s2- berse: y assf se eseriue lo verisimil, que se saca de los efec- tos, y de algunas eixcunstancius y manera de hazer los ne- govivs y executar las jornadas. Para conocer la verdad en los escritores, se ha de aduertir, como dize Halicarnaseo sobre Tucidides, si haze mencién fielmente de los lugares y tiempos en que suce- 42 dieron los hechos, los descriue, y del niimero de las per- sonas, de los nombres, de stis ministros, de la expedicién ¥ de los que se sefialazon, los oficios de los del mavistra: do, las prouineias de la monarquia o repiblica, su poder y riquezas. Aunque Estrabén, Plinio y Rufo no hizievon meneién de las romanas, quigé por tan grandes y cone. cidas del mundo: mas Apiano traté dellas. Tertuliano lama a Técito mentiroso, quando escriue las ceremonias de los judios y de los eristianos, por la pasién y enemis- tad que muestra. Eusebio Cesariense en la setima synodo, parece defensor de lcs arrianos; y Zozomeno el malo (porque huuo dos) de Teodoro, herege: y asst le lam san Gregorio mentiroso, lleno de heregias de los noua- cianos (en la epist. 31, libro 6 y en el 7, cap, 26), y asst ly Séerates, que le imité con Iulio Afrieano, sou con- denados de Gelasio, pontifice, en la distincién quinze, y en el Concilio Florentino, como parece en la distincién veinte, en el capitulo de quibus, por Inocencio: son re- prouados para las cosas de la fe, los historiadores ethni- cos, griegos y latinos. ' Tosefo Flauio en lo que contradize a la eseritura es tenido por mendaz. Los griegos porque encargaron tarde el escriuir sus historias a los sabios y dignos de fe, co- mo eseriufan por el arbitrio de cada vno, por mostrar nas sus ingenios y eloquencia que la verdad, discorda- ton tanto entre sf, que Iaman falsos ellos misiaos a Acusilao, Hellanico, Dién, Herodoto, Xenofonte, Filisto: Bforo a Hesiodo y a éte, Tueldides: véndense por més verdaderos, quanto més se contradizen y son causa de su diuersided, como dize osefo. Esta infelicidad duré hasta la primera Olimpiada, que huuo mas diligencia en conocer el arte y distinguir los tiempos y fueron de creencia sus autores, como Tu- vidides, Teopompo, Xenofon, Lasanceno, Timagenes, Po- 43 Polihistor, Metrodoro, Posidonio, Plu- Rstrahén, Dionisio Halicarnaseo y Dién. griegos Uamaron histérieas narra JIenos de fabulas, y su argumento siendo fabuladores y no historia- ensefiando, con trépa- libio, Alexandro tarco, Herodiano, Porque algunos ciones a sus escritos, de cosas fantaseadas, dores, complaciendo al ofdo y no la de palabras, efieacia y ruido de la oracién. Palefa- to eseriuié cosas inereibles, Honesierito, Nearco, Filar- co, Menipo, Luciano, Hipias y Protégoras, Trasimaco, ‘Yeodoto, a quien Séerates en el Fedro lama Logode- dalos. En Roma también huuv poco cuidado en el eserinir, hasta que legé el siglo de los sabios, que dur6 hasta ‘el emperador Antonino, desde el pontifieado de Mucio Seebola, en que se dexaron de poner en piiblico los Ana- tes, como dice Macrobio en el primero de los Saturnales, y comengaron a eseriuir historics de lo passado ¥ pre- gente, adornadas e ilustradas con variedad de afectos, Gigresiones y figuras de bien dezir. No porque por esto cesanssen los Anales, de quién como de comentarios to- maron la materia y los siguieron Pisén, Catén, Fabio Pictor, Quadrigario y otros. Los griegos, hasta los latinos contradizen, como Polibio a Fabio Romano y a Filino Cartaginés, dizien- Go que eseriuieron con oposicién en la verdad y modo fella, Libio eseriuis wn tratado contra Salustio, inti- y lo mal que imité a tulado de lo mucho que erré, ‘Tueidides: y Fabio vna censura y graduacién de los historiadores griegos. Dizen que eseriuié Fabio con més honor y mejor de los romanos, Filino de los cartagine- ces, lodindolos de ilustres, fuertes, prudentes, Hamando torpes a los tomanos, y Fabio mas valientes y graues, y Polibio dize por esto ser de mas crédito que Libio, ‘Pranquilo, Técito ni Arziano. “4 ae Bean diuersos, no por esso no son todos ver- e ee sitiendo muchas vezes en las circunstancias, a entre los griegos, Herodoto, 3 ie ie » Xenofonte, Be 5 én jas’ cosas de Assiria, Egypto y Fenicia festa ae ‘ico, Gerénimo Egipcio, Megastenes y Eupolemo, que ven verdad. Tn las cosas de Grecia, mienten Fils @ pean a aaee y dizen verdad Tucidides, ‘Teopom- 5 » Plutarco y Polibio. Amiano M: li : relio Victor, Capitolin iG it aaa 4 10, Polién, latinos, diz ' Polién, , dizen verdad, ‘unque con poca elegancia en las vidas de los ea dores, que escriuieron. ita a ad duda, sino que a los que interuinieron en : ‘iciones, como ministros y se hallaron pre ae los hechos, se les ha de dar mas crédito, Tucidides erm de real estirpe y no solo interuino en ie escriuié, sino presidié yen la guerra de Pelo- » ae legado ¥ pretor. Polibio se exercité en la ciuil am ves Aisciplina, y para entender las costumbres de a x rica ¥ Europa, vié sus prouincias; fué, de Sci- % m Emiliano Africano, amigo y consejero y compafie. ve a ‘SUS guerras, Plutareo Cheronense, no oi Eero 2s Y cortes de los principes, sino fué raxano emperador y prefecto le istri Tacito se exercité en Taueaneennn el gouierno ciuil y milif mu 2 militar, Brocurador de la Gala bégica por Vespeiano avis ,¥ pretor por Nerba, y eénsul, iui . iz S b 4 ¥ para escriuir la his- {ora a viejo se exoneré. Amiaio Mareclino ene ea ania milité muchos afios con luli: a luliano dor y se hallé presente a las mas de la: mater eseriue: y supo, como del palacio de “irtudes y vicios en los Anales, y fielmente Mamado hijo de sn Tecié tanta loa como él. Libio fué intimo del emperador Augusto, S guerras que a los principes, sus Lécito approdante, bien historia, aunque no me- que basta. 45 Dion Casio fué dos vezes cénsul en el Imperio de Alexan- dro Seuero, por cuyo mandado escriuié historia de noue- cientos y ochenta y vn afios, de que ay de ochenta y cin- co libros, solamente veinte y cinco. Polibio, natural de Megalopoli de Arcadia, escriuidé reinando en Egypto Tolomeo Euergete: Guichardino, fué priuado del pontifice Leén dézimo y prefecto de sus legiones sacras. Filipe de Comines, sefior de Argenton, de la casa de Luis Onzeno, rey de Francia, y su ministro en la paz y en la guerra. César obré lo que escriue: Dio- msio Halicarnaseo, fué amigo de Pompeyo, de Varrén, Tuberén, y otros principes de la repttblica romana, de quien tuuo relaciones ciertas para historiar. El principe que no dexa escriuir la verdad a sus his- toriadores, yerra grauemente contra Dios y contra si. aati Discurso XV Como ha de estudiar y saber la historia. Para saber perfetamente la historia antigua y hasta llegar no lexos de nuestros tiempos, esttidiese con cuidado curiosidad: aprouéchese desde el origen del mundo, la escritura sacra y de los historiadores que concu- ren con ella en historia vniuersal y en las particulares cada prouincia aueriguara por ellas lo que ay que saber 57 reinos mayores ¥ Menoreg oa Se ge coneurri6 con quién de Igy Se ae ‘atencién en la leceién, no suspenso ni ats, Eee ea y grandeza de los sueess0s, Dassang aes Sate otro y de un argumento en otro, insis Cea SSnquiriendo las eausas, tomando el estilo, sadn ' sis ip Rcavito| vipenieatotseetlla tiaras wet Lipsius, epist. 61. Ordine opus est ed ce ‘raljeere na lectio sit, aut dissolutoria, vel interrup! a, ie. ae Ce ee ee ee lntingoiae gis non nd iene ee haboat tanta nouitas, uk mag. vetudo cuenta, Insiste, inquire oui hoc rei facere pos. eae ated oan evd prsbera: morashia alirua ‘nter led nes itas fateor, ete. “ ae ee ee lean Tui de Tsefa a intérprete Hegesipo, y a Eusebio y Sozomeno, " Sa que la Iglesia haze, ss Saree ae autores. Para la nuéua, lea el Testament eae oda io, la Misceldnea religionis, como la mahome nl fue tiene mucha parte del mundo, y los escritos de os ate funieron vana religion; y si le bastare el énimo, pe nese con Ja leceién de los Concilios. tro En la humana historia busque las cosas sobre quat andes titulos: en la antigiiedad de cosas eee 5 dmiracién y temor; co iat Seer a ey: las riquezas y costu’ vat ia y hechos de algin rey oes ask “a Pree de agune prouinea: predginy seasons vi tos pocas veres por la magnitud y raridad ana ae egundo, de los ritos e institutos eda ey dives a Q . i i sus nombres, a ual es dezir de los dioses, Se at accel ae sacrificios, victimas, ceremonias, so'enida y er ‘istrados i los profanos, los magi 3 rogaciones. Tercero, de 8 ion io jmperio, oficios, senado, autoridad, y ornam¢ milicia, prouincias, los oficios de su administracién, leyes, juezes, penas, castigos, juegos, fiestas, triunfos, Gias festiuos. Quarto, de los particulares, la poten. cia del pueblo, y mandatos, como las bodas, entierros, varios banquetes, vestidos y monedas: en esta parte ay le cinil, que es el estado, reyes, prineipes y pueblo, y lo mo- ral, a quien tocan las virtudes, vicios y afectos, esperanga, miedo, goz0, dolor, y todo lo que en la ethiea se com. brehende, con qué se forma, informa y reforma la vida, toinando los preceptos de les griegos y exemplos de los _ vomanos. (Laurontius Valu in Proemio suae historiag: Quantum enim Graeci praccentis valent, tantum Romuni— quod est maius—exemplis.) Diufdese esta humana historia publica, griega, romana y barbara (15). La primera que contiene lo més antiguo del mundo, es inculta, obscura, ¢ ignota, hasta que llega. a los hebreos, egipcios, etiopes, sirios, persas, que Uenen sus cosas con més ordan, nobles hechos y sucessos. _ Biisquelo esto en Iustino, Herodoto, Diodoro Siculo y en los griegos que mezclan con ellos sus cosas: Polibio, Plu. | fteo, Zonoras, y la leceién greca de los hespartanos, _ Tueidides, Arriano, y Quinto Cureio, que cada vno habla su parte dellos, no de todos; porque si alguno Scerluié la historia griega enteramente no leg6 a nosotros: _ ésta es antigua como la que auemos dicho, y media, qual la dle Filipo y su Alexandro y los sucessores dél, hasta que los _Tomanos los deshizieron, y moderna, qué tiene principio en _ Constantino Magno, fundador del imperio griego: en ésta _Tea a Zonoras, Zozimo, Procopio, Agathio, Nicetas, Chro- Foniates Nicéforv, Grégoras, Georgio Cedreno y Glicas, __, Bn la historia romana se eseriuié con mag abundancia Plerden de las cosas y.sucessos, de que tuuieron insignes _¥ ebundantes eseritores que las ilustraron e hizieron me- T™orables e inmortales, tanto en la antigua de la fundacién en oriental, 59) de Roma, a quien di6 cabega a historia de Tito Libio, en (que huno reyes, decenuiros y eOnsules hasta AUgUStO, como aria media de los emperadores, y en la mucus, desde el pic rea de Cosmografia, en que vers lo que desseare dei si las prouineias y cfudades donde se obra, que le dara {perio de Constantinopla eon eseritores Halienmases, Libio, Polibio, Plutareo, Apiano, Veleyo- Floro, Eutropio, Grosio, Valeiano, Cardlo Sigonio en sus fastos dedieados a Augusto, y los anales de Vinando. En la media edad, Técito, Suetonio, Amiano, Hes. pareiano, y los que eserivieron las vidas de los em. peradores. De los griegos, Dién Casio, Inan Zonoras, He- padiano, y el Compendio de Publio Vietor, y Butropio, y pera la lus de los tempus y aun do las cosas a Qnufrin Puminio en sus fastos desde Augusto a Iustiniano, aca- dos con industria y diligencia, y la cronografia de Ge- n-brardo. La historia barbarica no ensefia sino vicios, tiranfas, y rauertes: en ella tuuieron el imperio alternativamente, ‘tranceses, alemanes, turcos; y antes godos, humnos, van- alos, seitas y aquella hez que huuo en la nueua y media historia romana. Léase para esto a Jornandes, a Procopio, Agathio y otros birbaros como éstos, que eseriuieron la inistoria barbara de aquellos prineipes birbaros de tan bér- para edad (18). Quedan los alemanes, franceses, ingleses, escritores sacados en vn cuerpo gallarda y vtilmente, y los anales de Publio Piteo. Escritié Sigonio del reino de Italia y Tuan Dumels- alo de la tureica historia, ambos buenos y de loar, y Leon “tio. Caleoncilas, Guillelmo Tirio y otros, en las jornadas sacras transmarinas de la tierra santa. Para las cosas 7 ernas de Italia, bfen conocidos son los autores y para las de Espaia, también en lo antiguo y moderne, Set faduerteneia en esta leccién, el tener delante las histo” yias de cosas naturales, para ver bien lo que allt se toca?’ 80 Ing. y gran eonoeimiento de las cosas. Discurso XVI De lo que se ha dudado de la verdad y crédito de los han escrito pious saede negar que mientras viuieron més cerea- patel a, ‘que sucedieron las cosas que escriuieron, peo ea stems fe que los que historiaron mu. se pone duda en su veri ente ate eres que quien eseriue lo que Behar cern de Berna, Aegiseneey Moses yates - Beroso, ‘aneton, pars anticalstzing aie fray Tuan da Viterbo coe auestrlo, de ra con profunda erudicién, los inuenté de pesca es ms que le acreditan Gueuara sobre Aba- ene Lesnar 4 Iberto Bolofiés en su descripeién de Italfa pec caulial f Ms. Etruria mediterranea de los Faliseos, sieiende We = Ja piblica Hbreria de la ciudad de ae, Hate lichos y que eran antiguos y autori- SRA GS visto le condena la malicia. Nhe rma con lo que Gregorio Cedreno y Fre- icone pe ‘rexuuiense en el libro primero de su Cro- paige 34 sie pares a los ochocientos y quaren- aes, r, eseriuen en que al las aie Pallas las autoridades que Bross ia mu ibro fuera inuentado por el Viteruiense que le 61

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