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DEBERES Y DERECHOS DEL PROFESIONAL

Escobar, G. (1992). La Profesión desde la Ética. México: McGraw-Hill

Los deberes profesionales son, en mucha parte, específicos de cada profesión. Dada la
especificidad de sus actividades y la peculiaridad de las relaciones profesional-usuario, además
del objetivo profesional. Pero existen deberes que son reconocidos y compartidos por la inmensa
mayoría de las profesiones. Estos deberes, que se transcriben enseguida, han sido sintetizados
por (Pérez. 1992, p. 227):

Ejercicio competente y digno de la profesión, teniendo presente en todos los casos, la


dignidad humana.

Entrega al trabajo profesional como corresponde a una verdadera vocación.

Realización de las prestaciones resultantes de este trabajo, en favor del bien común y al
servicio de la sociedad.

Constante perfeccionamiento del propio saber profesional, sin considerarlo jamás como algo
limitado, totalmente alcanzado o superado, sino como un punto de partida.

Exigencia justa de obtener no sólo el prestigio profesional, sino también los medios
materiales (económicos) para una vida digna, sobria. Justo pago a un trabajo honrado.

Lealtad al dictamen verdadero, razonado y reflexionado, de su propia conciencia, a pesar de


las posibles circunstancias contrarias o contradictorias.

Derecho moral a permanecer en la profesión elegida, ya que el constante .''El cambio de


actividades y ocupaciones de diversas índoles se opone a la estabilidad profesional.

Esfuerzo constante por servir a los demás, conservando plenamente, al mismo tiempo, su
libertad personal.

PAPEL DE LA CONCIENCIA EN EL EJERCICIO PROFESIONAL

La conciencia moral, en su ámbito profesional, rige los actos profesionales dando los juicios de
valor que sean necesarios para que el profesional los reconozca como acordes o no con lo
ordenado por la ciencia y la técnica profesionales, da su veredicto acerca del cumplimiento o no
de los deberes profesionales mencionados antes, además de los que sean específicos de la
profesión del sujeto. Este papel se cumple gracias a la existencia de normas morales en cada
profesión, concurrentes con expectativas sociales acerca del desempeño de las profesiones en
cada sociedad.

Sin embargo, muchas veces la conciencia profesional se ve estorbada o ha perdido la capacidad


de cumplir con su papel, porque en la sociedad y en los profesionales se dan factores que hacen
que la conciencia moral profesional no se forme adecuadamente o se deforme o simplemente, se
vea incapaz de actuar:

La materialización de la cultura ha propiciado un relajamiento de la conciencia moral en


general.

La ignorancia de los profesionales acerca de los deberes morales en su profesión,


impulsada por la creciente tecnificación de las profesiones, con desmedro de los aspectos
humanísticos de las mismas.

El sentido utilitarista que la sociedad de consumo ha propiciado en las relaciones


profesional-usuario, que lleva a mirar solamente bajo el aspecto rendimiento económico la
actividad profesional.

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