Qué Acciones Podemos Tomar Como Seres Humanos A Nivel Personal para Mitigar La Crisis Climática

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¿Qué acciones podemos tomar como seres humanos a nivel personal para mitigar la crisis

climática?
Si nos aferramos a la pregunta haciendo enfoque solamente en las acciones que se pueden tomar a nivel
personal, las acciones posibles a tomar son variadas, pero muy limitadas en comparación a si fueran
acciones en conjunto con la sociedad o sociedad alrededor del mundo, por lo cual el presente trabajo
contendrá tanto medidas que se pueden tomar de formas individuales, como a nivel global.
Se puede comenzar nombrando el comienzo y cambio lento pero progresivo en cuanto al uso de
recursos. Debido a esto, se puede comenzar por la preferencia de comprar y usar materiales que hayan
sido reciclados, ya sea plástico, madera, vidrios u cualquier otro material reciclable. Dentro de esta
misma línea, puede comenzar el proceso para cambiar los tradicionales botes de basura, por recipientes
específicos que separen los residuos de acuerdo a sus características físicas (como el plástico, latas,
papel y residuos orgánicos), lo cual puede servir tanto para el reciclaje, como para la creación de
compost para plantas (gracias a los residuos orgánicos).
Gran parte del impacto global también proviene de las formas en que “creamos” y utilizamos energía.
En muchas zonas alrededor del país sigue existiendo una cantidad importante de hogares que aún
utilizan la quema de leña para obtener calor o para cocinar, lo cual crea grandes emisiones de gases
tóxicos de efecto invernadero, los cuales no solo contribuyen al calentamiento de la tierra, sino a
empeorar la calidad del aire, debiendo decretar muchas veces alertas ambientales por la mala calidad de
este último. Para evitar este tipo de problemas, el gobierno y el estado deben promover la inversión e
incentivos para la utilización de nuevas energías y más limpias. No basta con que se prohíba usar
cocinas o estufas a leñas, sino darles las herramientas a los hogares que elijan cambiar su fuente de
energía, como el promover el uso de gas licuado, cocinas o calefactores eléctricos. Sin embargo, no se
debe ignorar el hecho de que estas medidas pueden aumentar el costo de vida de la población, por lo
cual es necesaria la parte relacionada al incentivo. Bajo esta perspectiva, todos los hogares que
implementen el uso de energías más limpias recibirán un subsidio por parte del estado para así cubrir los
mayores costes. Dentro de este paquete de medidas también se debe mencionar la instalación y
masificación de paneles solares en los techos de los hogares, ya que no solamente ayudaría a reducir el
costo de la energía que llega en la boleta de fin de mes, sino que contribuirá a intermediar en el aumento
de la demanda energética al usar más aparatos eléctricos para cocinar y obtener calefacción dentro del
hogar.
Dentro de las medidas que puede tomar el estado, se puede comenzar el mencionando el dejar de invertir
dinero en energías de origen fósil, como el petróleo o el carbón, y comenzar a invertir de mayor forma
en el desarrollo e implementación de energías renovables y limpias, como la solar, eólica, geotérmica,
hidroeléctrica, mareomotriz etc. Dentro de estas, se puede hacer especial mención a la energía solar que
puede ser obtenida en la zona norte del país, debido a la gran cantidad de radiación solar que recibe
durante gran parte del año sin interrupciones (lluvias). Sumado a esto, se pueden aumentar los proyectos
hidroeléctricos a lo largo del país, siempre y cuando estos no entren en conflicto con los intereses de los
ciudadanos que vivan en su cercanía. Así también, se puede aumentar la cantidad de plantas eólicas en el
sur del país debido a la gran cantidad de vientos y clima más tempestuoso.
Gran parte de los problemas también se deben a la crisis hídrica que se está viviendo, lo cual se ha visto
como una intensa y prolongada sequía en el país.
El agua debe comenzar a tratarse y valorarse como el recurso indispensable que es. De forma
lamentable, aún no hay la suficiente consciencia respecto este preciado producto, ya que, tanto de
formas cotidianas, como de formas industriales; se utiliza en exceso, perdiéndose en gran parte del
proceso o volviéndose no apta para el consumo o incluso el uso humano.
A continuación, se mostrarán gráficas respecto a la cantidad de agua en el planeta, el porcentaje de ella
que es agua dulce, más el porcentaje correspondiente que es utilizable.

Es inevitable no notar que de todo el porcentaje de agua que hay en el planeta (considerando que a
nuestro planeta es 70% agua), el ser humano tan solo pueda aprovechar solo un 0.025% total de esta.
Este número tan pequeño debería alarmar y hacernos dar cuenta que el agua es más bien escaza a escala
global, por lo que su uso debería estar mayormente enfocado en la supervivencia y consumo directo del
ser humano. Lamentablemente esto no llega a ser el caso, ya que, incluso teniendo tan poca agua para
uso humano, esta es aprovechada en un 88% aprox. por actividades productivas (agropecuarias e
industriales), mientras que tan solo alrededor de un 12% llega a ser para uso directo humano. Estas
cifras a nivel global pueden no parecer muy alarmantes, pero cuando se analiza el uso de agua a nivel
nacional, se pueden obtener porcentajes de uso similares, si es que no iguales.
Sin duda esto no es sustentable si se sigue desarrollando de la manera en que va, por lo cual se deberían
comenzar a tomar y aumentar medidas en cuanto a una mejor gestión y aprovechamiento del agua. Este
esfuerzo debe partir por los estados y gobiernos del mundo (incluido el nuestro), los cuales deben
promover e incentivar el desarrollo de tecnologías cada vez más innovadoras y eficientes en cuanto a
plantas desalinizadoras de agua. Estas plantas toman y aprovechan el agua del mar, quitándole la sal y
haciéndola potable o apta para el uso humano. Sin duda sería una buena inversión si se gestiona con
entes privados para así brindar agua apta para usos industriales y agropecuarios. Sumado a que también
ayudaría a priorizar a que el agua que se encuentra potable de forma natural sea para consumo directo
humano o de las especies vegetales o animales que lo requieran.
En cuanto a las emisiones de gases de efecto invernadero, una de las fuentes principales son los
automóviles a combustión, los cuales dependen de combustibles fósiles. Este es un problema que no
tiene una solución aplicable de forma masiva en el corto plazo, pero que sí puede comenzar a atenuarse
muy poco a poco, si se sigue innovando e invirtiendo en el desarrollo de automóviles eléctricos o incluso
híbridos, para que así puedan ir bajando las emisiones de estos dañinos gases.
Relacionado al párrafo anterior, se deben iniciar procesos y proyectos que permitan reducir la necesidad
y demandas por plantas energéticas que se basen en el uso de combustibles fósiles para su
funcionamiento, ya que también son una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero.
Para reducir la cantidad de CO2 en la atmosfera es importante contar no solo con bajas emisiones de
estos gases, sino también contar con una cantidad de vida verde (plantas, algas o microorganismos que
realicen fotosíntesis) que pueda aprovechar este nocivo gas y retornar el vital oxigeno que necesitamos.
Para esto es importante controlar las áreas que puedan ser taladas para uso económico y promover la
protección de biomas verdes, bajo la creación de parques o zonas protegidas por ley, que contengan una
rica cantidad de especies nativas, tanto de plantas como animales; así no solo se cuida el control de
gases en la atmosfera, sino también la biodiversidad y cadenas tróficas tan vitales para nuestro planeta y
territorios.
Limitar la cantidad de “verde” que se puede explotar no es suficiente para cumplir con el mejoramiento
de nuestro aire, sino que también hay que promover la creación de más zonas verdes en ciudades, la
plantación masiva de arboles en sitios que lo permitan y mejoras en las estructuras que se planeen a
futuro en grandes metrópolis o concentraciones de población. Un ejemplo de lo último puede ser la
incentivación de “arquitectura verde”, lo cual implica el diseño y construcción de edificios que tengan
integradas estructuras que soporten vida vegetal, como plantas y árboles. Este tipo de arquitectura
debería masificarse en grandes ciudades o futuras grandes ciudades para así comenzar a aliviar estas
urbes, mejorando su calidad del aire. Ejemplos de esta arquitectura quedan a continuación.

Por otro lado, se puede considerar el problema del calentamiento global en sí, el cual puede ser
combatido directamente con la implementación de arquitectura completamente blanca, la cual pueda ser
compatible con la “arquitectura verde” mencionada anteriormente. Esta arquitectura blanca haría reflejar
gran parte de la radiación solar que llega a la superficie de vuelta al espacio exterior, cumpliendo una
función similar a la que tiene el hielo en la superficie de la antártica. Así, habría una bajada considerable
de temperatura en la superficie terrestre. Para esta arquitectura se deberían usar los materiales blancos
que mayor cantidad de luz reflejen hacia el espacio, pero ubicándose en zonas estratégicas que no
compliquen el uso de la visión debido a la cantidad de brillo.
Por último, y pensando muchos años en el futuro, se puede aumentar la investigación sobre métodos de
producción de carne y similares en laboratorios a partir de las células básicas de estas, sin necesidad de
producir la muerte del animal, utilizando solo una muestra de este. Si este método lograra ser eficiente,
sostenible y masificable en un futuro significaría una disminución importante en la cría y muerte de
animales ganaderos (responsables también de emisiones de gases de efecto invernadero), aportando
también una alternativa para aquellas personas que prefieran un alimento libre de crueldad.

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