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Fhopo JESE- sECI DE LA COEXISTENCIA IMPOSIBLE A LA CONCILIACION POSIBLE "| monopolio de las rentas de aduana constituyé la base de su vitalidad en el period de su separacion de las demas provincias y la razén oculta que le permité la ‘conquista del gobierno nacional en 1862." ‘SCOBIE, JAMES R.. La lucha por la consolidacion de la nacionalidad argentina. 1852 ~ 1862, Buenos Aires., Hachette, 1964, pp 7 y ss. a guerra civil que sobrevino algunos afios después de Caseros, debe entenderse ‘como la manifestaci6n politico-militar de un enfrentamiento entre ‘proyectos aitemativos de unidad nacional, congruentes con intereses econémicos ‘puestos J.J El fracaso de la Confederacién en organizar definitivamente la nacién y asegurar la viabilidad del estado, debe interpretarse pues ala luz de las Condiciones existentes para plasmar un pacto de dominacién estable y isponer de los recursos institucionales para materializar su existencia. {..J" OSZLAK, OSCAR: La formaciOn del estado argentino. Editorial de Belgrano, Buenos Aires, 1982, 8s porque fa fusién ha sido la base de nuestros procedimientos, que resisto a que tun partido se aproveche de la practica de aquella virtud, para hacerla desaparecer, como el hombre malo que se aprovecha de la hospitalidad para pillar nuestra casa; es porque creo que a esa sola condicion la organizacién de! pais es posible (..|; porque el renacimiento de un partido que como tal ha sido vencido, V. participa en esa victoria: y poner al vencedor ‘@ merced del vencido es renovar la lucha con mayor encamecimiento, es inutizar nuestra obra y traicionar la confianza que los pueblos depositaron en nosotros." Carta de J.J. Urquiza al presidente Santiago Derqui, 30 de diciembre de 1860 Citada or SCOBIE, JAMES R. en La lucha por la consolidacién de la nacionalidad argentina 1852-62, Buenos Aires, Hachette, 1964. La meta de la unidad sobre la base de una organizacion institucional con bases juridicas aceptadas por el conjunto nacional fue un objetivo mil veces proclamado desde 1810, pero fracasé reiteradamente ante los intereses en pugna, los regionalismos y aun las ambiciones, torpezas y errores personales que inciden en cualquier period histérico. En los afios posteriores a la sancién de la Constitucion Nacional de 1859 y a la portetia de 1854, esas dos entidades politicas con centros en Buenos Aires y Parana, protagonizaron una cificil coexistencia que abarcé complejas. instancias y diversos modos: desde la negociacion a la solucion por la via de las. armas. Lo cierto era que una de las dos debia predominar para lograr la integracién nacional; 0 Buenos Aires aceptaba las normas sancionadas en 1853 0 imponia su supremacia organizando la nacién bajo su predominio. Como se dieron las cosas, vencid el bando econémicamente mas fuerte; en el proceso pudo ocurir que toda la labor que condujera a la Constitucion de 1863 quedara en la nada. Tampoco fue asi. En esos afios la Confederacién estuvo presidida primero por Justo José de Urquiza (1854 - 1860) y luego por Santiago Derqui (1860 - 61); el gobiemo del Estado de Buenos Aires tuvo a la cabeza de su poder ejecutivo desde 1854 a Pastor Obligado, desde 1856 a Valentin Alsina, quien debié renunciar en 1859 y fue reemplazado por Felipe Llavallol, Lo sucederia Bartolomé Mitre en 1860. Los acontecimientos tuvieron lugar en esa década en un contexto intemacional que tendia fuertemente a las interrelaciones dentro del sistema que se empezaria a denominar capitalismo, marco ‘en el cual las relaciones pollticas, financieras, culturales, pasarian en muchos casos Por los carriles de los nuevos medios de transporte, comunicacion, produccien y aun mods de hacer la guerra. Buenos Aires y Parana Las dos capitales enfrentades poctrian reflejar la diferencia de recursos entre las fuerzas en pugna. Un viajero inglés que recorrié estas tierras (T. Woodbine Hinchiif) ‘elogiaba, con razon, el bello paisaje que rodeaba a la metropoli entrerriana (convertide en capital nacional en tanto se esperaba curmplir algtin dia a disposicién constitucional que fjaba la sede del gobiemo federal en Buenos Ares) los alrededores mas oercanos son [..] muy agradables...", pero apuntaba: "a ciudad no es grande y s6lo contiene unos pocos miles de habitantes. En el centro esta la acostumbrada plaza y los edificios piiblicos, asi como varias tiendas insignificantes; hay pocas iglesias y lo més importante que tienen es el exterior [..] Las casas llaman la atencién por su blancura, pero el mas entusiasta no podria nada que admirar en lo {ue es propiamente Ia ciudad...” La ciudad més populosa de la Confederacién era Cérdoba, a la que el historiador Juan Alvarez asigna entre 25 y 30.000 habitantes; en cuanto a Rosario, puerto que la politica federal quiso oponer 2 Buenos Aires, un censo de 1868 le atribuyo menos de 70.000 pobladores. (En total la Confederacién estaba habitada por alrededor de un rmilién de individuos). ‘Tampoco Buenos Aires era gran cosa inmediatamente después de Caseros: en su biografia de Sarmiento, Ricardo Rojas la describiria como "una aldea presuntuosa y sencilla", pero la década de la secesion portefia presenci6 un relativo avance, con la organizacién de la municipalidad, la realizacién de obras publicas como los muelles, la Aduana de Taylor o el teatro Colén sobre la Plaza de Mayo, un movimiento comercial importante y una poblacién de alrededor de cien mil aimas, diez veces mas que la sede del gobiemo nacional (le poblacién total de la provincia portefa era de unos 300.000 habitantes). En una carta escrita en 1855, refiréndose a los cambios sociales 4 (entre ellos el aporte inmigratorio), el sanjuanino Sarmiento escribié con entusiasmo que "Buenos Aires es ya el pueblo de la América del Sud, que mas se acerca en sus manifestaciones exteriores a los Estados Unidos" Presidencia de Urquiza. Convivencia 0 guerra econémica? Después dela victoria portefta que signficé el “oneroso" levantamiento del sitio en 1853, las relaciones entre ambos gobiemos transitaron caminos diversos, @ menudo superpuestos: los emigrades que habian acompariado la rebelién de Lagos (a los que se sumaron otros deportades 0 exiliados por su voluntad), siguieron hostigando a las ‘utoridades secesionistas con incursiones e intentos conspirativos que fueron reprimidos exitosamente por las autoridades de Bueno Aires. Es0s intentos contaron a menudo con el apoyo abiero o disimulado de los hombres de Parana. Oto factor que init fuertemente a los bonaerenses fueron las relaciones del gobierno confederado Con las trbus de la pampa, que aprovechaban la pugna para atacar puebios y ‘estancias de la frontera, legando en alguna ocasién los malones a 80 klémetros de Buenos Aires. Por su parte los liberales portefios contaban con el apoyo de grupos palticas en el interior. Después de haber dirgido la Confederacion dentro del marco institucional fjado por el ‘Acuerdo de San Nicolas, el vencedor de Caseros se convirtié en marzo de 1854 en el primer presidente gobernante en el marco de la Constitucién de 1853, Sin embargo, el fuerte peso de su personalidad y sus relaciones con los caucllos federales del interior iguieron siendo elementos basicos de la unidad de las provincias (asi como Un factor visto como amenaza por los dingentes portefios... ‘Su mandato protagoniaé diversas iniciativas encuadradas en las ideas de progreso de hombres como Juan B. Alberdi (que cumplié misiones diplomticas y de _asesoramiento para la Confederacion): foment6 la inmigracion europea y la colonizacién sisternética con miras al desarrollo de colonias agricolas (como Colonia Esperanza, undada en 1856 por Aaron Castellanos), hizo estudiar proyectos en ‘materia de comunicaciones y transportes, apoy6 el desarrollo educativo (entre otras, cosas, nacionaliz6 la antigua universidad de Cérdoba y el colegio de Montserrat) ‘También procuré establecer sélidas retaciones internacionales. Pero su problema central fue ia secesion de Buenos Aires y de 6! derivaba en parte la rénica falta de recursos econémicos que frustr buena parte de su proyectos y obligd. al gobierno a un constante endeudamiento mediante emprésttos onerosos Contratados con capitalistas extranjoros. Es que, como se ha sefalado, la Unica fuente de recursos econémicos de cierta entidad con que contaba la Argentina de mediados el siglo XIX era la Aduana de Buenos Aires. Un intento de superar esa situacin fue tuna compleja ley de hacienda y crédito publica y la creacién de un Banoo Nacional facultado para emitir moneda, a fines de 1853. Pero dur6 pocos meses (el papel ‘moneda emitido no encontré aceptacién pablica) y su caida fue imagen clara del

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