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Perens Problemas actuales RES en Ia psicologia clinica PREGUNTAS PRINCIPALES 1, (Cules som las vent diversos modelos de ensefianze para los psicélogos clnicos?zPor qué es importante tin fundamento s6lido en la ciencia psicolé- ie para los futuros psicblogos cinicos? 2 {qué obstéculosenfrentan ls pscslogos Clinics espedaizados en la préctca privada? y desventajas de los 3. :Cémo afectaréla atencién subsiiada la prictica dela psicologia clinica? Qué ‘entajas podrian tener los psicélogos inicos en un redo de atenci6n subsidlada? 4. Cudles son las entajas y desventajas de obtener los prilegios para expedirrecetas? {émo podria afectar esta bésqueda la ‘ensefianza avanzada? 5. {Qué problems éticos y de diversidad importantes orentan la préctica dela psicologia clinica? RESENA DEL CAPITULO ‘Modelos de ensefianza en la psicologia clinica El profesionista cient £ grado de dactor en pscologa (Psy D.) Escuelas prfesionales| ‘Modelo cientfico cinco Programas de ensenanza profesional ycientfica ‘combinados Programas para gradusdos: pasado y futuro Reglamentacion profesional Practica privada Independencia y economia La revolucion de la atencién de la salud Privilegios para expedirrecetas Servicios de salud mental sensibles ala cultura Normas éticas CCompetencia Confidencaidad Benestar del paciente RESUMEN DEL CAPITULO TERMINOS CLAVE sitios WEB DE INTERES | Havel capitulo 2 sevisamos la historia y ef desasio~ Ilo el campo de la psicologia clinica al examninar ‘os acontecimientos importantes en las areas de "iagnéstico y evaluacion, intervenciones y psico- " terapia, investigacion y la profesion. Esa revision “hos ayud6 a apreciar las raices de la psicologtacll- lea, asi como a ubicar las actividades actuales en "alcontexto historico adecuado, ‘neste capitulo se expone una varied de proble- “mas contemporineos en la psicologia clinica: cuales $n Tos mejores modelos de ensefianza para un psic- Jogo clinico? ;Oual es la mejor manera de asegurar la ‘nmpetencia profesional? ;Cusles son los problemas {que enfentan en la actualidad os pscélogosclinicos tela prdctca privada? :Cémo puede mantener la ps- ologia clinica su independenca y viabilidad econ6- ‘mica? ;Cémo deberfa responder la psicologia clinica ‘ala dNersidad cresiente de la poblacin a la que sit ‘e?;Cémo afectaré la revolucién de a atencién de la salud alos psicblogosclnicos? Deberian étos exigir obtener los privilegios para exes recetas?,Cusles son las noemas étcas contemaporineas para los psico- Joges clinics? Comenzaremos con el mis discutible deestos asuntos: los modelos de ensefanza adecados ara os fatros psicblogos cinicos. Modelos de ensefianza en la psicologia clinica EI profesionista cientifico El modelo de ensefianza. En el capitulo 2 expusk- ‘mos de manera breve la conferencia llevada a cabo en Boulder, Colorado, en 1949, que se convirti6 en ‘un punto sobresaliente en la educacion para gradua- dos en pecologia clinica. De esta conferencia surgls ‘1 modelo Boulder o modelo de enseftanza del profesionista-cientifico. Este modelo representa un intento para “casar’ la Gencia con la préctica clink cay atin es el modelo de ensenanza més popular para los psicdlogos alinicos. Resulta stl recordar gue la psicologfa clinica comenz6 en las universidades como una rama de la psicologia cientifica. Surgié dentzo de la estruc- trade los colegios de artes y clencias en los que la ensefianza, la investigacion y otros esfuerzos aca- démicos eran las actividades recompensadas. Las preocupaciones de los profesionistas se injertaron en este cuerpo, y el injerto no siempre result posi- Modelos de ensefanza enlopsicolgio cinco | S7 Livo, Los objetivos de los profesionistas no lem pre eran los mismos que los de un decano o incu s0 que los de un colega. ‘Ante tal conflicto, algunos profesores de psicolo- {a clinica levaron a cabo investgacions las publi- Caron Peto sus eiticos (on frecuencia estudiantes graduados o clinicos en el ramo) se quejaban de aque gran parte de las investigaciones resultaban tr- ales, sin utldad prictica, o meras distracciones «ayo tnico propésto era obtener remuneracionesf- nancieras vttulos. Peor ain, alos profesres les pa- recia que sus investigaciones los distraian de la preparaci6r de los estudiantes clinicos en la habil- dades de la profesién. Algunos estudiantes se quejaron de que estaban aprendiendo demasiado acerca del andlisis de varianza, teoias del condi- cionamlento o principios de psicologiafsiologica, ¥y muy poco sobre psicoterapla y pruebas de diag. néstico, fstos eran los tipos de acontecimientos y si tuaciones que condujeron a las demandas del cambio, El modelo Boulder miraba hacia una ca- sera conformada por profesionistas(practicantes) habiles que podian producr su propia investiga- ion y utilizar las investigaciones de otros. La zeta era crear una profesion diferente de cual- duier otra que hubieraexistido en el pasado. El psicélogo clinico ejrceria con destreza y sensibili- «ad, pero ‘ambien contribuiria al cuerpo del co- ‘ocimlento cinico mediante el entendimiento de cémo traducr la experiencia en hipétesis compro- babes y cimo probar esas hipdtesis. La visién de Boulder era na union sistemética entre la habildad clinica y el empirsmo logico de la clenca. Separar al profesionisa dela fuente de conocimiento es creat a flguien que consustieinformacién de manera pasiva 6 “compra” téenicas aun psicblogo mercachifle. El modelo del profesionista cientifico es mis tun estado mental que un desglose cuantitativo de las actividedes cotidianas. Nunca nadie intent te- ner a todos os psicélogos cinicos dedicando 50% de su tiempo ala préctice clinica y el oto 50% a Ja investgacin formal. Algunos serén investiga- dores ante tod, y otros sen, ante todo, clinics. ‘Aunque es cierto que los cinicos practicantes no Incursionan mucho en el éea de la investigacion, ello puede deberse en gran medida a que sus esta Decimientos de abajo no fo permiten, no a que ellos no deseen levara a cabo. 58 EI modelo de profesionista cientifio se aplica tanto a los investigadores -linicos como alos clin- cos practicantes. Lo anterior s6lo puede products investigaci6n solida y significativa si mantienen, su Sensibilidad clinica y sts habilidades agudizadas por la continua atencién de pacientes. Ast como los profesionistas cientificos no deben renunciar a ‘sa ensefianza en investigacion ni a sus intereses, Jos investigadores tampoco deben ignorar sus fun- damentos clinicos. FE debate contingia, Unaserie de conferencias sobre la ensefianza que culmin6 an Salt Lake City, Utah, en 1987, ha desgastado cualquier interpretacion esticta {del modelo del profesionsta clentillco, Estas confe- zenelas han reconocido sutas alternativas para la ‘competencia profesional. De manera especifca, han aceptado enfoques que restan énfass ala experiencia de la investigacion en favor de la enseftanza mas di recta y extensa dela habiliades clinicas +l modelo Boulder ha sido duradero, pero el de- bate continga, El 4nimo ¢el profesionalismo parece inerementarse cada ao. Cada vez con mayor fre- ‘cuercia, los psicélogos clinicos se dividen en dos gu ppos: los que se interesan ante todo por la préctica nica y los que dan priosbiad ala investigacén. Adi ‘ms, muchos de los que prctican se muestran indife. rentes ante la investigacior (Barlow, 1981). Qui par- te del problema surja de Ia falla de la puesta en prictica adecuada del mocelo de profesionista lent fico, Por ejemplo, Drabman (1985) describe que los estudiantes llegan al lugar dande harén su servicio de {nternado sin un conocimento adecuado de cémo administra, califcar eintepreta las pruebas psicol6- ica. Estos estudiantes también en ocasiones mues- fran una sorprendente falta de experiencia con ppoblaciones clinica. Auncue son versados en los por. ‘menores dela investigacién, tienen poca experiencia, cen la aplicacion préctica de sus conocimientos. En un aspecto relacionado, Golifried (1984) ha senalado, {que aunque a investigacion dela efcacia dela psco- ‘terapia en instalaciones nics reales es emocionante yy necsaria, no slempre seensefa. ‘Muchos ereen que el modelo de profesionista clentifico nos ha funcionado. Sin embargo, otros concluyen que es un modelo educativo pobre ¥ ‘que merece [a ira de sus critics. No obstante, la perspectiva de abandonarlo inquieta « muchos. ‘Come lo dijo Meltzoff (1984): CAR. 3. PROBLEMAS ACTUALES EN LA PSICOLOGIA CLINICA Ensefiar a una nueva clase de psicdlogos ‘meramente aplicados, que estardn obligados @ aceptar de buena fe Io que se les faciite sin {que sean capaces de evaluarlo 0 mejorarlo, es la ruta certera a la mediocridad. La capacita- cién en investigacién transmite una forma de pensar. Ensefla cOmo ser inquistivo y escépti- ‘co, cémo pensar ce manera logica, como formulas hipétesis y probarlas, como recopilar informacion y no opiniones, c6mo analizar esa informacl6n y sacar conclusiones a partir de ella, y cOmo hacer una presentacién cequilibrada de los hallazgos. Estas son Dhabilidades que ayudan...a los psicdlogos profestonales« elevaise por encima del nivel ‘tBenico.(p. 209) El grado de doctor en psicologia (Psy. D.) La controversia precedente fue la causa —al menos parcial— de que surgieran los grados de doctor en pslcologia (Psy. D.). Las caracteristicas especiales de {ales grados subrayan el desarrollo de ls habilidades clinicas y manifiestan una relativa falta de interés en 1a competencia en la investigacion. No se requiere ‘una tesis de maestria y la disertacin suele ser un in- forme acerca de una materia profesional en vez de ‘una contribucin de investigacion original EH primero de estos programas fue aborado por Ja Universidad de Minois en 1968 (D. R. Peterson, 1971), aunque esa escuela cers posteriormente su programa, De manera subsiguiente, se elaboraron pro- _ramassimilazes en Rutgers, Baylor yen todos lados, ‘Tal como imaginé Peterson (1968), los programas de doctorado en pscologiano differen de manera consi- erable de los programas de doctorado en fllosofia (Ph. D) durante los dos primeros afios de ensehanza. La divergencia real comienza en el tercer aft. En est ‘punto, la creciente experiencia en la prictica terapé fica y la evaluacin se convierten en le norma. En el ‘cuarto aio contintia el nfass clinic con una serie de ‘deberes de servicio de intemado. En los aos recen- tes, os programas de doctorado en psicologa se han orientado hacia cursos formales breves en el primet ano y expanden la experiencia clinica al requerit ‘puntos como una prictica durante los cinco afios. ‘McConnell (1984) ha proporcionado una buena de cripciéne historia de los programas de doctorado en pslcologia. En 1993, 544 de los 2200 doctarados com ‘exis en picologia clinica (245%) fueron grados de ctor en psicologia (ODEER, 1993). En 1998 habia 36, programas de doctorado acreditados en psicologia cli- nica que ofrecian dicho grado. ‘Los programas de doctor en psicologia han gana- do una posicin cada vez mas fieme en la profesion. Snepp y Peterson (1988) atin sostienen que los eta antes de doctorado en psicologia y de doctorado en. ‘Blosofla no se distinguen en esencia cuando se prepa ‘an para sus servicios de internado. Investigaciones de Peterson, Faton, Levine y Snepp (1982) trazan un re- ttato de los doctores en psicologia practicante, quie- nes estan satisfechos con sus carreras y atin mis, satisfechos con su ensefianza de posgrado de lo que ‘stn los clincos capactados en programas tradicio- nales. Encuentran pocos problemas al tramitar su ‘édula e informan que e grado de doctor en psicolo- gia representa una ventaja cuando compiten por uesos clinicos. No obstante, les resulta dificil hallar fempleos académicos. Ademés, cuando los recursos y Jos incentivos del lugar de trabajo lo permiten, los fraduados en el doctorado en filosofia se vinculan 8 actividades docentes con mayor frecuencia que les _gaduados en el dactorado en psicologia (Barrom, Shadish y Montgomery, 1988). Una encuesta reali- zada entre los graduados de uno de los primeros programas de doctorado en psicologia que se esta- Dlecieron, en la Universidad de Baylor (Hershey, Kopplin y Comel, 1991), descubrié que la mayoria de los graduados de este programa (8294) se identifi ‘aban como profesionistas, mientras que pocos se ‘dentificaron como educadores o investigadores. Quienes respondieron estaban muy satisfechos con su educacion avanzada y su eleccion de carrera, Escuelas profesionales ‘Aunque el modelo del doctor en psicologia represen- ‘aun rompimiento claro con la tradiciOn, una inno- vacion todavia mas radical es el desarrollo de las escuelas profesionales. Muchas de ellas no esti allladas a las universidades: son auténomas y cuen- tan con su propia estructura financiera y organiza- don. Con frecuencia lamadas escuelas profesionales “libres”, la mayoriaimparte el grado de doctor en psl- cologia (Peterson, Peterson, Abrams y Stricker, 1997), La mayor parte de las escueas destacan las funciones clinias y, por lo general, cuentan con poca 0 ningu- na orlentacién de investigacin en el sentido tradi- ional. Los cuerpos docentes son sobre todo de Modelos de ensefonza ena psaogia inka | 59 orientacién clinica y, en consecuencia, te dice que proporcionan mejores modelos alos estudian- tes, La primera de estas instituciones fue la Escuela, de Psicologia Profesional de California (Dorken, 1975). La fund6 la Asociacién Fsicoldgica Estatal de California (California State Psychological Asso- ciation) y o-ecia varios grados en salud mental Dorken y Cummings, 1977), En 1987 habia 45 escuelas profesionales en ‘operacion que otorgaban varios cientos de los 3000 docterados clinicos anuales (Strickland, 1988), Hacia 1993, ;cast la mitad (1 107 de 2 220, 10 49.996) de los doctorados en psicologia clinica fueron otorgados por escuelas profesionales! Re- sulta claro que la proporcién de doctorados en. Psicologia clinica otorgados por escuelas profesio= rales se ha incrementado de manera importante. Estos programas tienden a admitir muchos més estudiantes que los programas profesionales centil- os tradicionales con sede en las universidads. Para ‘tar un ejemplo, seis estudiantes fueron admitidos en uno de los programas clinics del autor en 1997- 1998, jmientras que una escuela profesional en el ‘mismo estado admitis cerca de 100 alunos! A me- nos de 19 de los estudiantes de esta escuela profe- sonal se le ofrecié becas ola suspensién del pago de sus cuotas (Seyettey cols, 1998) [AG no se puede saber si estas escuelas sobrevivi rn al final. Uno de sus mas grandes problemas es la stabilidad dd financiamiento. Muchas de esas insi- tuciones dependen del pago de colegiaturas como su incipal fuente de ingesos, lo cual no genera dinero suficiente para tomnarlas financieramente seguras, (Con frecuencia dependen en gran medida de plantas docentes de tiempo parcial, cuyo principal empleo fest en cual see fer Iigar sings cimientos tana Teantes para ana estructura académica. Una de las. cconsecuencizs de esto es que a veces se dificulta a Jos estudiantes tener el contacto frecuente ysostenido ‘on sus proftsores que es vital para una experiencia ‘educativa satisfactoria. Aunque algunas escuelas pro {esionales estén acreditadas porla APA, constituyen la ‘excepcién, mis que la norma. Este es uno de os prin cipales obstiaulos que tendrin que superar si desean, ‘que sus gradual encuentren aceptacin profesional, en todos ladcs. Recientes conferencias sobre la ense- ‘hanza parecen sugerir que tanto los programas {de doctoradoen psicologia como en filosofia han en contrado nictos Seguros y han legado para quedarse ae "No obstant,siguen recomendando que todos os pro sgramas de doctorado se impartan en universidades r- gionales acreditadas o en escuelasafiliadas a éstas (elary Penry, 1992; Fox y Barclay, 1985). Modelo cientifico clinico Durante la déeada pasada, los pscslogos cinicos con orientacin empirica se han ido preocupando cada vvez mis de que la psicoloyia clinica —segin se pact 2 en la actualidad— no est bien fundamentada en la ciencia. De acuerdo con esta perspectiva, muchos de los métodos que emplzan los profesionistas en sus ‘zatamlentos no han deinastrado ser eficaces en est dos einen contotades. Fn algunos casas no se han. ‘completado los estudlos empiricos de esta téenicas; ‘en otros, la investigacién que se ha concluido 0 ‘ava la utiizacion continua dela técnica. De manera similar, se ha puesto en duda el empleo de las téenicas de evaluacién que no han demostrado ser confiables y validas, ni conducen a um resul- tado de tratamiento postive. El “llamado a la accién” para los clentificos clinicos Hlegé en 199:, en el “Manifesto for a Science of Clinical Psycaology" (McFall, 1991). En. teste documento, McFall sostiene: 1, “La psicologia clinica cientifica es la nica forma de psicologia clinica kgitima y aceptable”(p. 76) 2, No se deben admiaistrar al piblico servicios psicol6gicos (excepto con un estricto control experimental) mientras no hayan cumplido {estos cuatro criterios minimos: ‘a, La naturaleza exacta del servicio debe des- cxibise con claridad. Los beneficios que se esperan del servicio deben formulasse de manera explicita. ‘aria de intervencion (por ejemplo, esquizofrenia) Una segunda ventala es el incremento poten- dal en la eficiencia y en Ia relacién costo-beneficio ela atencion para los pacientes que necesitan tan- to tratamiento psicolbgico como medicacion. Estos Individuos requicren a menudo mas de un profe- sional de la salud mental (un psiquiatra para los medicamentos, un psic6logo dlinico para el trata- ‘lento cognitivo-conductual). Un solo profesional dela salud mental que pudlera ofrecer todas las for- ‘mas de tratamiento podria ser deseable desde un punto de vista prictico y econémico. ‘También existe la creencia de que los privilegios para expedirrecetas darian a los psicdlogos clinics tna ventaja competitivaen el mercado de la atencién, ‘dela salud. Fl campo dela atencién del salud se esté vyolviendo cada vez més compettivo y tales privile 0s le conferrian una ventaja alos psicloges clini- 0s sobre otros profesionales de la atencidn de la salud (como los trabajadores sociales). Por timo, al _gunos ven la obtencién de estos privilegios como una rogresiGn natural en la bisqueda dela psicologia cli ‘lca para convertrse en una profesin de la atenciin dela salud hecha y derecha, en lugar de ser tan sélo ‘una profesion para la tencin de a salud mental Desventajas. Otros psiclogos cinicos han expresa- do preocupaciones acerca dela posbilidad de obtener dl derecho de recetar (Brentar y McNamara, 1991; DeNelsky, 1991, 1996; Handler, 198; Hayes y Heiby, 1996). Estos criticos sefalan que tales privlegios pueden conducie a una desestimacion de las formas ‘psicoldgicas” de tratamiento, debido a que a menudo los medicamentos actian més rapido y son potencialmente més provechosos que la psi- coterapia. Muchos temen que pueda ocurrir un cambio conceptual en que las explicaciones biol gicas de las condiciones emocionales prevalezcan, Sobre las psicologicas Dicha busqueda también puede dana la rela- ci6n de la psicologia clinica con la psiquiatria y la medicina general. Este conflcto puede dar como re- sultado demandas costosas en lo financiero, Esta nueva carga financier, al igual que los honorarios legalesnecesarios para modificar ls leyes de otorga- miento de licencias actuales, ocurriria a expensas ‘de los programas existentes. Ademas, es probable ‘que la concesion de ests privilegios conduzca a in- Priviegos por expdirrecetos | 73 usuieatus cu Ios wostus de sespousablidad por ‘mala préctica. En resumen, puede ser que no valga apena, Implicaciones para la ensefianza. Silos psicélo- 0s clinicos obtienen estos privilegios, el cambio afectard de manera significativa la ensefianza de los psic6logos clinicos futuros. En 1993, el Grupo Ad ‘Hoc sobre Psicofarmacologia (Ad Hoc Task Force on Psychopharriacology) de la Asociacin Psicolégica Estadounidense public6 sus recomendaciones res- ppecto de los criterias de competencia para la ense- ftanza de lospsic6logos que proporcionen servicios a personas que reciben psicotr6picos (Smyer ¥ cols., 1993). Bste grupo de trabajo delines los si- _guientes tres niveles cle competencia y capacitacion en psicofarmacologia. Notese que solo quienes completen con éxito el nivel 3 de ensefianza esta- rian calificacos para recetar [ive 1: capacttacion en farmacologa bisica. La competenciaen este nivel Incl el conocimiento dels bases Nolgicas dela neuropsicfazmacologia yun dominio dela lases de medicamentas usados para el tratamiento, al igual que un conocimlento de las sustancas de las que se abusa (como el alco- hl la cocina). Para lograr este nivel de capacit- cién se recomienda tn curso introductorio de un semestre de pscofarmacologia. [Nive 2: prcica colabraiva, La competencia en este nivel, queen esenciacapacta para fungir como consultor pskofarmacol6gco, suponda un conoc- riento mas profundo de la psicofarmacologia y de las droges de las que se abusa; competencia en la evalucci6n dlagndstica, evaluacién fisca, Interacciones de los farmacosy sus efectos Secunda. "ios: y capactaclin préctica en psicofarmacologa. De manera especiia, el comité recomendé cursos en las éreasenumeradas al igual que experiencia préctica suparisada [Nivel 3 prvilegias para expel rectus. Debe de- 1mostrarse competenciaen ete nivel fin de eecer en forma independiente como psiclogo que expide recetas. Hl comitérecomendé una edcacin univer: sitarasélida en cendlas blol6gcas (mcluyendo mil- tuples cursos de Biologia, quimica, mateméticas y fazmacologi), dos anos de ensenanza de posgrado en psicofarmacologia (26 horas de crédito) y una re sidencia posdoctoal en pscofarmacclogi. ee T CAP.3. PROBLEMAS ACTUALES EN LA PSICOLOGIA CLINICA, PERFIL 3-3 Elaine M. Heiby, Ph. D. La doctora Hei es profesera de pscoogia en la Universidad de Hawai Sus neress ena ivesigacin incuyen las tenis del autooato, wastes emado- rales yla adhesin alos conpotamintos anos, yha publica en forma exxensaen chases. Tami es conocia por su Iderang exe quienes se oponen ala bsquada de prvlegis pan expec reetas. Tos ‘oportunidad de preguntare sobre sus antecedents al Igual que ss puntos de visa respect de fe privegios para rece Qué hizo que se interesora en el campo de ta psicologia clinica? Cuando ingresé ala escula de posgrado en 1974, pretend converte en académicaen un rograma de psicologia conductual. Era una época lemocionante en la pscologia conductual cuando los trabajos de cientiicas ome Wolpe Staats y ‘Skinner estaban demostando hacer generalzables los principios bios de bboratorio para la ‘comprensin del comportmiento human complejo 1 elalvo del surimiento humano. Me percaté de ‘que deseaba contrbuira a snes dels princplos ‘conductuales ya psicoloyla plicada. También ‘comprendt que a psicoloya clinica era una profesén credente con espantosamente paces lineamientos con base clentifica para la selecciin de una programacion efectna de prevencién y ‘tratamiento. Asi que deci completar mi ensefianza ‘de doctorado en psicologia clinica y conductal, sabiendo que la capactaciin clinica era esencial ara concentrar mi carrera en la integracin de la clencia ya précticapscoligicas. Describa en qué actividades participa como psicéloga clinica. Soy profesora en el Departamento de Psicologia de la Universidad de Hawai en Manoa y tengo licencia. Impart clases en dos cursos de evalua- én psicol6gica en nuestro programa cinco, {unjo como drectora asociada de Estudios Cinco, supers la invesigacién cfnica de posgiadoy de lcencatina, dij varius Ue nis programas de investigaién y paticipo en los consejos de organizaciones de psiclogos. Tove tuna pequefia prctica de psicoterapia de tempo parcial durante unos diez fos. Anora mi trabajo aplcado se limita a consultas y aservir como ‘estigo perito. Las consults han inclido la elaboracin de protacolos de evaluacion y ‘eatamiento para proveedores de salud conductua,realzacin de evaluaciones de resultados de tatamientos en el mbit de la salud meatal y proporcionarevaluaciones psicalégicas para wibunaes familiares y penales. ‘Cuéles son sus éreas particulares de experiencia o interés? Mis intereses incluyen¢)elaborar teorias integradors de autocontrol,trastoros emociona- les (depresion,ansedad, ray mania) la adhe- sién a comportamientos sanos; bla constucién de dspostvos de evaluaion breve, incuyendo rmecidas de habldades de autocontrol y automeforzamiento y otras competences conductuales reacionadas con ls trastornos ernocionalesyla adhesion a comportamientos sanes,y 6) la aplicacin de a teoia del caos para la comprensién de os estados emocionales cambiantes y transitoros. Qué tendencias futuras ve para ta psicologia clinica? Encuentro que es un momento muy emedionante para la cencia clinica y las profesionstas ent- os. El ambiente de a atencién de a salud ahora requiere evidencia de sercios con una buena relacion costo-beneficio, Estas demandas del ‘mercado son congruentes con los prinepios bisicos de la Genca que comprenden la bsqueda de a austerdad y apoyo empirico para ls prediccones. La atencién subsidiada puede ser remuneradora para el profesionista ientfico cuyo ‘enfoque abarca el valor de que ls servicios con apoyo centifico son los més humanos. Se ecesitard que los psicdlogos expertoscapaciten a terapeutas en los procedimientos més efectivos, cevalen los resultados de programas de preven- én y tratamiento, proporcionen servicio drectos para los casos mas ccs y asesoren a proveedo- es médicos, dependencias gubernamentales, empresas y ots organizaciones. Los cientficos clinicas encontraran mis fondos de becas para apoyar la invesigacin sobre el desarrollo de lspositves de evaluacién y procedimientos de tratamiento con una buena rlacién costo- beneficio.Asf que crea que en el futuro los psiclogoscincos con capacitacién centfica ‘encontrarén las mayores oportunidades de ‘empleo y sern los mas stisfechos con su trabajo. Usted ha sido una critica abierta det ‘movimiento que busca obtener privilegios para expedir recetas por los Psicélogos clinicos. zPor qué? ‘Creo que el plato de a psicologa ext eno. Hay ‘muchas necesidades sociales no satsfechas para los Senos psicoligcosefectives. Los psctlogos son tos nicos proveedores de Servicios de salud mental Capacitados en la ciencia del comportamiento Irani y Spurs # tnar as decsloneseinias ‘mas informadas: Los invesigadores apenas han rozado la super en la comprensin del rive Estas recomendaciones, s se ponen en prictica, afectarian la enseianza de posgrado dela psicologia clinica en diversas formas. Primero, debido a los r- {uisitos de cursos adicionales (para los niveles 2 y 3), se requeriria més tempo para completar los estudios de posgrao. En muchos casos, e requessfa personal docente adicional para ensefar les nuevos Cursos te |quetidos; a mayor parte de estos cusos no se impar- Prviegos por eed ecetas | 75 pscligice dela adapta ysfiiento hum ‘os, Para quel scl tomara late de Coetaneay price mss ec gue dane Sige ms. tn el nivel dels ensehana, le espeiion (i deena en pclae agunes cortor prem los ese probable qc no dirignn actos de os esantes que se interes ena acts en dca La ensefarza de posgredo tambien tend que reise. Aregorvaror ates de capctacon Imicica aks programas dics necesriamente. | sehen detimeto dela een de a ptclo- Gio. ts pogo opador ern menos exes ena enc del compara y habia eo, personal cents de pcoog realizando inves orcenbiseay spac, No dante, ceo que abide algunos efectos potives dela propuesta para laconcesn | Gees peg. ox paclogosapcados son | Slentados wove més competent para haces recomendaciones alos mics y evan fea delietamento mele, See estimu- landoa losiesigadors para que sintetcenla | pscologh cnc ylaneurecenda conduct Una mayer colboradoneinvesigaion integrador sn dda promoverd servicios lobales {Yan atone ena dene ea pcoog. Ala | larga ests camibos pueden dar como resultado una discipina y profesién hibrida que incluya los dominios actules dels cencias psicol6gicay mécica.Eneste momento, sin embargo, cred que € prematuro el intento de tansformar legislativamente a la psicologiaen una especial ‘dad médica. Los psicélogos que desean recetar son libres ce buscar capatitacién que ya se encuentra disponible, como en enfermera, sin restarrecusos ala psicologi. ten en la artualiad en Ios programas de posgrado de Psicologia linica Por dtimo, es probable que los as- pPirantes a los programas de posgrado de psicologia clinica sean examinades en forma mas meticulosa ‘para asegurar que tengan antecedentes sidos en los ‘cursos de licenciatura de ciencias biol6gicas. Quiz no sea sorprendente que muchos directores de ense- ‘hanza clinica tengan preocupaciones serias sobre la eae puesta en prictica de a ensenanza para posbilitar la expedicin de recetas en al nivel de licenciatura (Evans y Murphy, 1997) Servicios de salud mental sensibles a la cultura Las proyecciones del Dezartamento del Censo de Estados Unidos indicen que Ia tasa de creci- miento de la pablacién para los blancas no his- panos entre los aftos 1995 y 2050 (7.496) sera la ‘mis baja de todos los grapes étnicos y raciales importantes en Estados Unidos. En contraste, sus proyecciones indican que la poblaci6n negra se Inerementara 69.5%, la poblacion de nativos Indios, 83.0%; la poblacién hispana, 258.3%, y la poblacién de origen aslatico, 269.1 por Gente. En una sociedad cada vez mas pluralista como lade Estados Unidos, es urgente que se desarrollen servicios de salud mental que sirvan con eficacia a las necesidades de las minorias culturals, racales ¥y étnicas (Abe-Kim y Tekeuchi, 1996; Shiang, Kjellander, Huang y Bogumill, 1998; D. W. Sue, 1990), Se puede afirmar el punto casi desde cualquier nivel: ico (por ejemplo, Pedersen y Marsella, 1982), econémic, etcétera, Pero es esencial que se elaboren. programas de enseftanza que produzcan terapeutas (que hayan aprendido a corsiderar los factores cultu- rales apropiados en su trabzjo clinico con clientes de diversas culturas (Alison, Crawford, Echemendia, Robinson y Knepp, 1994; Comas-Diaz, 1992; Lopez cols, 1989; Mio y Mortis, 1990). Por ejemplo, de- ‘bemos encontrar formas d2 lograr que los hispanos ‘tengan acceso a tratamlen‘os exitosos —tratamien- ‘tos sensibles a las caractesisticas distintivas de la cultura hispana (Rogler, Malgady, Costantino y ‘Blumenthal, 1987). Caben comentarios similares en el caso de los indios nativos (Wiis, 1989), los afroamericanos (A. Jones, 1991) y los de onigen asi- tico (Shiang y cols, 1998). Con este proposito, S. Sue (1998) ha propues- to que los psicologos clinicos y otros profesiona- les de la salud mental demuestren competencia ‘alltural: un conocimiento y apreciacién de otras, ‘grupos culturales y las hablidades para ser efectl- ‘vos con miembros de estos grupos. Sue (1998) ha identificado tres caracteristicas principales de Ja competencia cultural |= Disposicin cientifica. Los elinicos deben formu lar y probar hipétesis respecto al estado de ‘sus clientes de cultura diferente; Ios clinicos no deben adherisse al “mito de la igual- dad’ 8 Evaluacisn dindmica. Los clinicos deben ser hhabiles para saber “cuéndo generalizar y ser incluyentes, y cudndo individualizar y ser excluyentes” (p. 446), Esto permite al clinico evitar estereotipos y apreciar la importancia © Anfluencia de la cultura en cuestién. f= Enpericncia en ta cultura especifca. Los clinicos deben entender su propia cultura y perspecti- vas, tener conocimiento de los grupos cultur les con quienes trabajan y, si es lo indicado, ser capaces de usar intervenciones culturalmente ‘nformadas. De acuerdo con Sue (1998), estas caracteristicas es: tardn presentes en diversos grados en los clinicos individuales, Los psicélogos clinicos deben desa- rrollar en forma activa estas habilidades a fin de lograr competencia cultural en su trabajo con di- vversos grupos de clientes 0 pacientes. el mismo modo, las cuestiones de género se han vuelto prominentes en afios recientes (por ejemplo, Good, Borst y Wallace, 1994). Hemos escu- chado cantidades cada vez mayores de reportes so: bre explotacién sexual de los clientes. Desde la época de Freud hasta el presente, parece haber pro- ‘biemas para capacitar terapeutas que sean sensibles alas experiencias vitales especiales del sexo opuesto (Gilbert, 1987). En particular, muchos psicdlogos linicos (hombres y mujeres por igual) reciben poca. capacitacion que se centre en las necesidades y expe- ‘lencias tinicas de las mujeres. Enel futuro, debernos capacitar a los psicdlogos clinicos para que recono- can y entiendan tanto las diferencia de género como Ja lversdad cultural y la forma en que Se relaconan con el surinistro de servicios de salud mental. Vase el sitio web 3-8 al final de este capitulo para encon- ‘war un vinculo con los Lineamientos para proveedo- 16s de servicios psicol6gicos a poblaciones diversas (Guideline for Providers of Psychological Services to Diverse Populations) de la Asociacion Psicol6gica Estadounidense a fiterio para medir la madurez de una profe- in salud mental en el extablecimiento de un go de tica formal. La APA publicd un eédigo tivo desde 1951; en 1983, publicé de manera mal Bthiccl Standards of Psychologists (APA, 1953). Han aparecido revisiones de estas normas. ‘en 1958, 1963, 1968, 1977, 1979, 1981, 1990 7 1992, Adem, la APA ha publcado un registro de “istorias clinica con relacin alas normaséticas {APS 19872) y ha formulado una declaracion de ‘rnp ics que incuye la investigacion -cologica con sujetos humanos (APA, 1982). Se ela- boraron normas para los materiales de prueba (APA, 1966) y més tarde se actualizaron (APA, 41985). Por timo, una gran colecion de cues tes cas han sido dlsctidas por Kelth

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