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7, Raptoy seducci6n La endogamia de clase social fue la forma oficial y socialmente pre- ferida de matrimonio tanto entre los blancos como entre las personas de color en la Cuba decimonénica. La mayor parte de los matrimonios se conformaban a este modelo. No obstante, cuando una joven pareja de- cidia pasar por alto las normas establecidas de eleccién de esposa 0 esposo dos cosas podian hacer para conseguirlo. O bien podian apelar ante las autoridades para conseguir una licencia matrimonial suplemen- taria que desestimara el disenso paterno 0, lo que era mas drastico, podian recurrir al rapto. Una vez enfrentadas las familias y la sociedad con este fait accompli a los padres presumiblemente les resultaria mucho ‘més dificil mantener sus objeciones iniciales. Esta préctica fue bastante comtin en la América colonial y en la Cuba decimondnica. Ya en 1780 encontramos que en la Audiencia de Cuba se Jamentaban del «exceso que alli se ha notado y esté mandado castigar de extraer en 's campaiias las hijas del poder de sus padres, conduciéndolas a despo- lados donde las tienen algunos dias los que pretenden casarse con ellas, “con pretexto de que los padres no convienen en ello» !. ¥ la literatura Popular cubana contiene repetidas alusiones al rapto. En El Perro Hue- vero, una sétira contempordnea, Ménica, la hija de Matias, se fuga con Mamerto el indiano y posteriormente promete casarse con él. Al ser as _ ' CDFS, II1:2, p. 465. 162 Escaneado con CamScanner a Habana esta obra, poco después del inicio de ly - fios, los Voluntarios causaron una algarad, f Sit ‘Se Pe oi general, que Matias, que se dedicabs re oan gallos y cra jugador de cartas, no era sino el gobierno espag i pee Monica era la isla de Cuba que se esforzaba por librarse de} a y dvial, y Mamerto representaba a los rebeldes *, 20 col aiee Ui embargo, dos formas de rapto ligeramente distintas, tap.el Consejo de Indias habia hablado de raptos «por causa de mat monio» 3, este es el tipo de rapto que se Mevaba ante los tribunales 486 recurria a él como un medio de superar el disenso Paterno y se hacia con la intencién de casarse inmediatamente. Los padres intentarian inj. cialmente un arreglo al margen de los tribunales; si no consegufan nada puesta en escena en Li 2 Rine Leal, «Qué viva la tierra que produce la cafia», Cuba (Octubre 1968), p. 73 En la novela de Cirilo Villaverde Cecilia Valdés también se describe un rapto, La hija de un capitén se fuga con su pretendiente para poder casarse con él. En principio su padre est muy enojado, pero més tarde se reconcilia con la pareja por las instigaciones de la hermana del hacendado, y da su consentimiento al matrimonio. Cirilo Villaverde, Cecilia Valdés o la Loma del Angel (Nueva York, 1882), p. 221. 3 CDFS, III:2, p. 468. ¢ * Los datos que aqui uso han sido extrafdos de los expedientes criminales sobre rapto y estupro del Archivo Nacional de Cuba. Vacié 231 casos de rapto y 71 de estupro; y encontré referencia de otros 131 casos de uno u otro en el siglo XIX que, sin embargo, no pude recoger por falta de tiempo. Los casos registrados se extienden de forma casi uniforme por todo el siglo XIX. No encontré ejemplos con fecha anterior, probablemente bien sea porque se guardan en otros archivos bien sea porque se hayan perdido. También hay muchos casos referidos al siglo XX en los archivos judiciales y en las publicaciones de la Corte Suprema de Cuba. Los expedientes que sirvieron de base para este estudio con- sisten, por una parte, en las declaraciones de las partes interesadas, que presumiblemente fueron tomadas por escrito conforme eran hechas; por la otra, son los comentarios de los funcionarios de los juzgados, restimenes de los eventos y sentencias de los tribunales. Ni todos los expedientes estén completos, ni siguen un modelo uniforme. En ocasiones 10 hay forma de saber cémo acabé el asunto. Por tanto, la cuantificacién plantea algunos Problemas. La distribucién de los casos segin color y tipo de ofensa es la siguiente: Distribucién de causas judiciales de rapto y estupro segtin color Color de las partes implicadas Tipo de ofensa ‘Ambos Blanco y ‘Ambos Total blancos de color de color rapto BI 157 2 Seapta 34 3 4 a el aut 45 46 5 A - os reel” Fn una serie de afios se dispone de estadisticas criminales. Muestran que los 5% a Tg Cubren todas las acciones Ilevadas ante los tribunales por rapto 0° Tt slo XIX en Cuba, incluyendo también los 131 casos que yo encontré pero ™ Escaneado con CamScanner Rapto Y seduccion 165 = a 2 el caso ante Ins autoridades 5. Pero el Tapto también ; rma de iniciar un amancebamiento, cosa comin entre los es- gg anos. El joven se llevarfa a la muchacha y se establecerian sh sia condicién de que una vez hubieran mejorado sus Sess financieras se casarian. En este caso, los padres, que pre- oi iplemente habian hecho lo mismo en su momento, acabarfan por dar gy ementimieno tras una muestra inicial de enfado. Como explicaba su , una muchacha: ye hace como un afio que leva relaciones amorosas con Andrés Garcia, que al q a om Causas criminales por rapto y estupro en-Cuba, 1841-1873 Rapto ; Estupio . Total No (Om. Ori. Total ce. i ‘Total."; general 3 z = z 8 woo a 3 a 8 188 - a a 2 1H : ~ 8 18 26 we : Bs ne na 189 eS 2 95 17 1851 3 : 2 109 m1 182 1 4 37 @ 13 es n ‘f fe 6 n we n 56 5 4 » 95 a. ws = os 10 2 n 2 1% % 8 “4 4 6 “0 a 1887 e st 7 2 0 Be 10 2 % 7 2 6 wo 35 4 0 B 6 2 ® we 7 6 2B n 0 a “4 ws as 9 4 15 1 2 6 a) 3 2B 9 4 B 36 1868 4 8 2 6 4 0 n 189 6 = 6 7 - 1 B wo 10 3 18 18 6 a 9 6 5 58 3 38 8 we a a 20 - e 8 48 Fentes: AHNM Ulramar Cube, 1699123, Leg. 16SSI84, Leg. 1668117, tramar Cuba, Leg. 1630, Leg. 1639/82, Leg. 1637130, Leg. 163923, Leg. 165584, 148 166039, Leg, 168514, Leg. 1693129, Leg. 1704195, Leg. 1715/46, Leg. 1734, Leg. 1742125, Leg. 1745128, Leg. 175481, Les. 173602 y Leg. 1763120, Como dice un padre: «él [el pretendiente de su hija] me llen6 de amarguras raptando ) destrozando la honra de mi hija; traté de indagar el punto en que ambos se encontraban Yaal fin el mismo D. Secundino y su hermano D. Rafael se me presentaron para que no ‘dicta ningtin paso judicial en el asunto, bajo la oferta que nuevamente se me hizo de que cl matrimonio se habia de efectuar a la mayor brevedad ... Para que se empezara a Practicar las diligencias para terminar el asunto hablé con el padre de D. Secundino y no fete'té oposicion hasta que por ultimo vine a desengafarme de que de nuevo se me habfa de burlar puesto que el raptor se ha marchado para no volver a llenar su compro; ‘miso, dejando burlada también a su victima ... lo que me ha movido a acudir a Ia autoridad ff este juzgado estableciendo mi querella». ANC, Misc., Leg. 1331/Z; ver también Leg. TSOU/Ad., Leg. 2543/H, Leg. 2580/8m y GSC, Leg. 1039/36145. Escaneado con CamScanner 166 Honor y Clase principio de sus relaciones eran bastante gustosos (sus padres) Spusieron) haciendole ver que era un hombre pobre .. y ella] si lleva gus casarse con D. Andres Garcia pero con la advertencia de que lo efeciue euagd® buenamente pueda hacerlo pues que él le ha manifestado su situacién yan? fug6 con él fue de su voluntad %. a Ly entonces 6 El rapto con miras a un concubinato prematrimonial era muy fre. cuente; al menos eso es lo que sugiere Francisco Figueras; Y a pesar de que los Tribunales de Justicia solo eran lamados a intervenis en una minima proporcién de ellos, el rapto con miras deshonestas se convirtié en el delito mas frecuentemente registrado.. En el campo sobre todo .., el rapto lleg6 a ser el medio més corriente y expedito de constituir la familia; aunque eg necesario consignar ... que el mayor nimero de los que contrafan este género de uniones, cuando eran beneficiados de prole y en fortuna, no demoraban el honrarlas y fortalecerlas con el vinculo més solido del sacramento 7, Se dice que una raz6n importante que lleva a estas parejas a optar por el concubinato en lugar del matrimonio es su precaria situaci6n fi- nanciera. Podria resultar paraddjico que la pobreza sea un obstéculo para el matrimonio pero no para el concubinato. Después de todo, los costes de una vida de casados sin duda no eran superiores a los de vivir amancebados. Ademas, los gastos que ocasionaba un matrimonio no eran tan fuertes. Los clérigos los fijaban a su capricho, pero los llamados pobres de solemnidad podian quedar exentos 8. Dada su frecuencia, es ° ANC, Misc., Leg. 2548/D 7 Francisco Figueras, Cuba y su evolucién colonial (La Habana, 1907), pp. 276-277. En una discusi6n sobre la familia rural haitiana actual Remy Bastien describe una institu- cién similar. Las parejas que por razones financieras no pueden formalizar su unién pot la Iglesia establecen concubinatos estables denominados plasaj. En cuanto sus recursos financieros se lo permiten celebran una ceremonia religiosa y dan una fiesta. Remy Bas- tien, «Haitian rural family organization», Social and Economic Studies, 10 (1961), 0. 4 504. En uno de los casos registrados en Cuba el joven dice que se habia aplazado con st novia con vistas a casarse: ANC, GSC, Leg. 912/31671. El término aplazarse se Sire usando hoy en Cuba en la parte oriental de la isla para las uniones libres con la intenibo df easarse en alguna fecha posterior. Segin Bastien, plasé significa establecerse con WS#" al matrimonio. En Cuba, aplazarse puede significar dos cosas: establecerse, pero tamol Posponer el matrimonio. En vista de la similitud del término y de su significado y ca sustancial migracién desde Haiti a la parte oriental de Cuba, es posible que el térmm cubano aplazarse tenga sw origen en el haitiano plasaj. Aunque en Ia parte occidental Cuba también existe el mismo tipo de concubinato, y allies llamado arrimarse. 4. 5g En 1844, D. Domingo Cueto formulaba una queja que aludia al coste excesiv0 ade ct Holes de papel timbrado que le habian pedido para su matrimonio las ads eclesiésticas: ANC, GSC, Leg. 908/31413, No hay duda de que se pueden ene nds evidencias de estos abtisos. : ! Escaneado con CamScanner 0 y seducti , Rapto¥ 167 esumible que las uniones libres recibieran cierto recon or otra parte, el matrimonio era con mucho un simbol cocial, al que recurrian quienes ya Posefan esa condi tegerla. Para que el matrimonio tuviera este signi sir determinada ostentaci ion y ritual ptblicos, cosa siria un gasto sustancial. Casi con toda certeza era el desembols licaban las celebraciones matrimoniales lo que impedia que cc ae jas entablaran una unidn legal desde el principio, ademas del hese : le que no tenfan propiedad ni condicién social que Proteger con ello, ° Como dice Figueras, s6lo muy pocos de estos casos fueron llevados te los tribunales. Cosa que es comprensible. Se pensaba que el joven actuaba de buena fe y los padres de la’ muchacha confiaban en que se ‘casaria con ella si pudiera y cuando pudiera. No habia pues razon alguna para una intervencién paterna u oficial. Aqui voy a discutir Gnicamente los casos bien documentados de rapto por causa de matrimonio inmediato. ocimiento social. lo de la condicién icin con el fin de ificado social se exi- que, a su vez, exi- apto por causa de matrimonio Es dificil valorar la incidencia exacta de los raptos por causa de ma- trimonio que se produjeron en la Cuba decimonénica. Se dispone, no obstante, de mucha evidencia indicadora de su grado. de institucionali- cién. Desde el momento en que no se sabe dénde esta la joven se pecha que puede haberse fugado. Los padres sacan inmediatamente conclusion de que habré huido con un pretendiente. El siguiente caso ‘pico. La madre informa a la policia local'de la desaparicién de su hija, y cuando le preguntan por qué piensa que su hija se ha fugado teplica: «que no tiene otro [motivo], considerandolo muy fundado, que el de que el citado Herrera le pidio a la citada su hija para casarse con ella a cuya licencia se presto la que absuelve juzgandolo hombre de bien Y de igual clase a su nifia» °. Después result que la hija se habia aaa ‘chado debido a las constantes peleas que tenfa con su hermanastro. ee a bien, los padres alegan que ha habido rapto como un ee Presionar a un joven para que se case con su hija. El tio ae canal comn ha llega incluso a falsificar una carta para librarse de su sobrina; comenta el abogado: Da. Manuela Guelvenzu vivia en casa de su tio D. Andrés Bustamante hacia * ANC, GSC. Lee. 910/31495. Escaneado con CamScanner 165 tendrfa aquella que ocuparse en ta mayo, seria una carga para su referido tio, quign {an ideo el medio de acusar a Menendst elito de rapto de dicha joven, aprovechando Ia fuga de esta de la casa pee del delito : Ja carta... [ : ‘aba su mujer, y al efecto finj i ++ [que] pusiera el trato que Fe dabei oe de optar por el matrimonio o de sufir la pena que tran : Fi Mle i sa rar cuyo caso seria él siempre el ganancios® pues la ley real ee casaba con dicha jéven [el tio] reducirfa sus gastos y sing tendria aia y con el importe del dote podrian vivir ambos con mas desahogo a de ateun tiempo, pero no tuvo en cuenta que la verdad resplandece por siempre ". Ni tampoco constitufa el rapto ninguna novedad para las autoridades, Un padre se siente ultrajado ante la ecuanimidad del jefe de la policia local quien al ser informado del rapto le aconseja al padre que se tran- quilice, pues al final los fugitivos acabaran casdndose; podia tener la certeza de que su hija reapareceria a la mafiana siguiente todo lo mis tardar "'. No obstante, no se debe considerar que la extendida familiaridad con el rapto que hubo en la Cuba decimonénica es indicativa de que ésta fuera la forma normal de casarse entre las capas superiores, del mismo modo que fugarse a Gretna Green, aun siendo una estrategia bien co- nocida en Inglaterra utilizada por los menores para conseguir casarse, no era una practica generalizada. La aspiracién al matrimonio exégamo que se manifiesta en este tipo de rapto debe ser tratada como una des- viacién de esta norma. Después de todo, de haber sido el matrimonio exégamo la regla general, los padres no hubieran tenido razones para oponerse a él, ni hubieran tenido los jévenes ninguna necesidad de fu- garse. El rapto deberd estudiarse en relacién’ con Ia falta de libertad de matrimonio, por una parte y, por la otra, en relacién con la moral reli 8iosa, que exigia virginidad en la'mujer soltera y castidad en la casada. __ como este es pobre haceres de la casa ... algun tiempo - go su precaria situacis parte de los quel ara aliviar en al El rapto entre blancos creto. No hija tenia tentaban she ne inicial del noviazgo era llevada mas 0 menos en se a antes una vez se habian dado cuenta los padres de que su Pretendiente, comenzaban a averiguar sus antecedentes ¢ in! '" ANC, Misc., Leg. 230 » Misc., Leg. 2390/N. 1 ANC, Misc., Leg, 2445/Q, Escaneado con CamScanner 7. Rapto y seduccién 169 as salié mi D. eeen Cabastani, conocido por Tarragona, y d di sus relaciones con aquella quise saber del mismo Cabastani el} en sus amores. Tuve una contestacién honrosa y déndome un ¢ el matrimonio con mi hija le permiti la entrada ‘en mi casa 3, ‘orto plazo para Que el pretendiente asegurara que Sus intenciones eran honestas fio era la unica condi mn para el establecimiento de una segunda etapa formal del noviazgo. Mas importante era que los Padres consideraran al candidato socialmente aceptable. La Preocupacién por asegurarse de que el esposo elegido respondia a sus expectativas no era, no obstante, algo peculiar de los padres de la novia. Los del joven ansiaban igualmente asegurar una unién apropiada. Cuando la evaluacién del candidato re- sultaba ser negativa entonces se iniciaba una campaiia para que rompiera el noviazgo. Era en este punto, cuando los padres ponian objeciones a la unién obstaculizando el camino de la joven pareja, cuando ésta recurria al rapto. El propésito de este paso tan drdstico era cambiar la actitud de disenso de los padres hacia aquel matrimonio, crear una situacién que, obligara a los padres a promover de forma activa el matrimonio. Gene- ralmente, la joven pareja desaparecia durante unos cuantos dias, y la joven era desflorada. Entonces, o bien el joven’se entregaba, o bien los encontraba Ia policia. El punto esencial es que la joven habia perdido la honra. En vista de la deshonra de la hija pocos padres iban a persistir €N su oposicién al pretendiente. La Idgica de esta maniobra era que, mientras que inicialmente se pensaba que el honor de la familia era dafado por el matrimonio con un candidato no deseable, a la luz de la deshonra de la hija era precisamente el honor de la familia el que ahora exigfa el matrimonio ™. 2 Por ejemplo ANC, GSC, Leg. 911/31550: la madre declard «que en un principio Re su noticia estas relaciones lo reconvino y que como le ofreciese easarse con 1a «.. le dio entrada por pocos dias en la casa». « ANC, Mise., Leg. 1333; también Leg. 1198/K y GSC. Les, 123154. ste ptt 9! expedientes de los 157 casos de rapto entre aa tue ha sido provocado ‘¢ Fapto, o bien la chica o bien el joven. En 56 casos se eee mags tratos de los ts ipalmente por la oposicién paterna al matrimonio y en 3 es, rincipio Escaneado con CamScanner 170 Honor y Clase Razones para el rapto Es bastante tipica la explicacién de D.* Inés Ros: «que a las Siete q, la noche de este dia, encontrandose ella y el deponente, conversando = Ja puerta de la casa de la primera, convinieron ambos €N marcharse i ser el tnico medio que encontraban para casarse, vista la opesicgy® sus padres» 'S. Pero no era preciso que la oposicién fuera tan sumamente explicita. La mera sospecha de que los padres pudieran estar en contr, del matrimonio bast6 para que otra muchacha se escapara «temerosa, te una negativa a sus intentos por parte de de su padre, aprovechandose por verificarla de hallarse este ausente» '. El rapto, utilizado como me- dio para superar el disenso paterno, formaba parte del sistema matrimo- nial hasta tal punto que también se habia convertido en un eficaz medio de seduccién para ciertos hombres, quienes alegaban que sélo se podria convencer a sus padres de que aceptaran el matrimonio ante la evidencia del rapto. No obstante, lo tipico era que el rapto se produjera con la intenci6n de casarse. En 36 de los 56 casos de rapto ocasionados por la oposicién paterna el joven decia que el propésito explicito era el matri- monio y, s6lo en dos, la seduccién. Entre las razones que se daban de los raptos los malos tratos Ocupa- ban el segundo lugar. Un anilisis de los expedientes revela, no obstante, que los malos tratos eran tnicamente una forma particular de oposicién paterna al matrimonio. Una muchacha * tan acosada como se veia la declarante ‘por su sefiora madre pues todo el dia la tenfa sofocada para que dejase las relaciones con‘el dicho Miguel, pero como ya de tiempo atrds le habia prestado su palabra’siempre se sostuvo y continua en la misma por cuya razon le obligo a decirle a el dicho Mesa la sacase @ depésito y la llevase en casa de sus tios ... mientras que se celebrase el matrimo- nio 7, Y de otro padre se decfa que «no llevando gusto en el enlace, la La maltratado» '8, Presumiblemente, el temor a los malos tratos y a . 3 lograban a menudo que se abandonara la idea de casarse, pen joven claro que también podian tener el efecto contrario y arrojar @ a los brazos de su hombre més r4pidamente todavia. discutido- Ea Las razones del disenso paterno entre blancos ya las he ‘ social Y# su mayor parte era su preocupacién por su preeminenci4 'S ANC, Misc., Leg. 2298/F. 16 ANC, GSC, Leg. 909/31484. "” ANC, Misc., Leg. 3641/Bb. 'S ANC, GSC, Leg. 908/31405. Escaneado con CamScanner seduccion 4, Rapto ¥ seueet mM ° la familia lo que impulsaba a los padres a Oponerse F trimonio. De este modo, he jovenes se fugaban principalmente an erar 1a desigualdad soci en tanto que ésta constitufa un obstaculo eT el matrimonio. Pero, ,cudn eficaz era esta estratagema? P ? La eficacia del rapto: el triunfo de la virginidad Para que el rapto fuera concebido como un instrumento instituciona- Jizado para conseguir casarse venciendo el disenso paterno, era necesario ue éste normalmente lograra superar su oposicién. Y, de hecho, a me- nudo lograba este fin. Como decia un padre, «en virtud del Tapto ege- cutado ... nO se opone hoy 4 ella antes al contrario que se efectue el enlace cuanto antes para que no quede agraviada la virtuosidad publi- cay ®, Si los padres eran intransigentes todavia se podfa recurrir a las autoridades civiles, que tenian la potestad de conceder licencias matri- moniales suplementarias que invalidaran el disenso paterno. Un funcio- nario reaccioné segtin se esperaba cuando sefialaba: Pero ahora viene haciendose mérito. de una circunstancia muy importante. Da. Paula Calera fue raptada y estuprada por su amante. Lo primero mancha su honra, lo segundo la llena de oprobio. La moral piiblica, el decoro doméstico, el ejemplo de la juventud con que hubiese un matrimonio mas, en vez de una joven cuya castidad ha sido violada y que quizds y sin quizas no encontrar un hombre honrado que ‘quiera unirse a ella por medio del matrimonio. Cuando una a se extravia muchos la solicitan, no para el bien sino para repetir el mal» , El rapto tenia éxito como un medio de superar el disenso paterno Porque infringfa una pérdida muy concreta en la familia, que sdlo se Podia reparar, al menos en parte, mediante el matrimonio. Hay muchas evidencias de que los padres ofendidos asf lo consideraban. Un matri- Monio apropiado slo podia conseguirse si la joven era virgen. De otro modo ésta se convertia en un riesgo perpetuo para la familia y una mancha en la reputacién de ésta ultima. Asi, un padre lamentaba que el joven le habfa arrebatado «por fuerza la joya mas apreciable que le 4i6 la naturaleza y que nunca podré ya recuperar; resultando escéin- dalo de la familia» 2!, Las consecuencias practicas para la familia de una Poe dec ; 20 ANC. Cow Les: 927/32451. 2 a ane GSC, Leg. 927/32496; véase tanbién Leg. 1148/4394. NC, Misc., Leg. 1248/L. Escaneado con CamScanner ~ Y Clase im : u virginidad quedan lacidamente explicadas por otra mujer q ue ha hecho el expresado Ojeda, madre: «Est Bae ee ayor consternaci6n a una familia honed ey goza de la major reputacién en todo aquel Partido, yen funda toda su esperanza y bien estar, por que de esta Suerte e| mejor medio para colocar a las hijas que tengo» #, hallo “ti senso paterno respondfa en un principio a consideraciones rey, sivas ak honor-precedencia, es decir, relativas al prestigio social de be familia, pero una vez producido el rapto la mayor preocupacién era salvaguardar la reputacion de la joven aidespecho) del desprestigio social de la familia que ello pudiera acarrear ™. Incidentalmente, el rapto pue- de ser igual de eficaz para superar el-disenso paterno al matrimonio de un hijo, aunque el prestigio de un hombre no sufria por ello en forma alguna. Podria ser una explicacion que los padres, al contribuir a prote- ger la honra-virtud de las hijas de otras familias, simbolizaban la expec- tativa de que se diera el mismo trato a sus hijas. Ademas, las sanciones legales del rapto —el matrimonio 0, alternativamente, una indemniza- cidn y el destierro— deben haber contribuido a su eficacia *. Lo que hacia que el rapto tuviera éxito como medio para lograr casarse ante la oposicién paterna era la pérdida de 1a virtud sexual de una hija y la consecuente pérdida de valia social de la familia, pues el honor de una familia estaba intimamente relacionado con Ja honra de sus mujeres. Legalmente, s6lo se podian emprender acciones judiciales contra el rapto cuando se habfa producido la desfloracién real de la joven. Al parecer era ésta una parte esencial del ritual, y a menudo se conseguia en condiciones dificiles. Nos dice una muchacha: ue perdiera st 2 ANC, Misc., Leg. 2500/M. O, como se lamenta otra madre, «fel rapto es ong] de la ruina de la mi familia que no conoce otro patrimonio que el honor intacto»: 3 Misc., Leg. 1228/W. J. A. Pitt-Rivers acuiié los conceptos de honor-precedencia y honor-virtud en SY ensayo «Honour and social status» en Peristiany (comp.), Honour and Shame | gy En varios casos para solucionarlo se llega a un acuerdo con respecto 4 la i i pypGiso una muchacha tendré que recibir «de indemnizaciOn por el perivick ol ANG. matide en su fortuna y posesiones ... 4 caballerias para el campo « pind ANC, GSC, Leg. 90931480. La virginidad tenfa un precio. La cantidad ¢f 0 f.-, ; rea fijaba de acuerdo con la «clase y fortuna» de la muchacha: ANC, Mie 30 v5. an y Leg. 3641/Bs. En trece casos se da la cantidad real de la dote. ° I en Que un ees: Sise quiere una clave de lo que suponfan estas sumas rae a igo, as ae Banaba 10 pesos al mes en aquel momento, ¥ qUé Me Hans one TE medio de un esclavo joven en Cuba ascendia a 600 pesos: D lunerario Felix Barbosa», p. 91. Escaneado con CamScanner 4, Rapto y seduecin 3 Que serfan las siete de la noche anterior, salie tina de la Calzada del Monte donde encontraron un carruaje con pare dose en l traron para la vuelta del Cerro ...y siguiendo mop rei ruaje a las suplicas amorosas y oferta de ponerse en estado se dio spacio se de su vir} lad, sin haber apeado ni estado en nin, euneten ndo desde su casa hasta la metic! el cari dose a que goza! Dos horas después el pretendiente se entregaba a la Policia, Seduccién: la afirmacién de la virilidad Hasta aqui s6lo he discutido el rapto y he Sugerido que era una de las formas posibles de superar las desigualdades sociales en tanto que eran obstdculos para el matrimonio en una sociedad jerarquica en la que se intentaba conservar el orden social a través de la endogamia de clase. También he mostrado que el mecanismo con el que se lograba la pureza de sangre del grupo era la virginidad, es decir, la pureza femenina. Al controlar el acceso a la sexualidad femenina, se ejercia el control sobre la entrada de miembros indeseables para el grupo. ® ANC, GSC, Leg. 912/31504. Aunque en alguna ocasién la sospecha de desfloracién bastaba para intimidar a los padres. Hasta 1875, en teoria, se podia procesar a un hombre Por rapto tinicamente si se atestiguaba la anterior virginidad de la muchacha. Dos senten- sias del Tribunal Supremo espafiol, de 1875 y 1881, respectivamente, contienen una defi- nicién legal de virginidad: «La doncellez a que la Ley se refiere es la que constituye el Gstado de honestidad y concepto que de tal goce toda joven mientras que a virtud de un _Scto realizado en su agravio y en ofensa de las buenas costumbres y de la moral pablica, ‘no viene a deshonrarla ante ia sociedad». ANC, Misc., Leg. 2314/M. No se hace mencién “xplicita de la integridad fisica real. D*. Gumersinda Valdés y Carranza, viuda, describe Muy bien lo que socialmente se considera una mujer de mala fama. «Que aunque conocia 8 D*. Caridad Valdés que vivia al abrigo de D*. Francisca Valdés», dice ella que «no Puede asegurar que fuese de estado honesto, ni la tenia en tal concepto cuando se marehs fon su novio D. Perfecto Alvarez toda vez que la vefa con frecuencia salir sola a i ale tebe neciendo largos ratos fuera de su habitacién, y no ser esa la conducta recatada que “tbe observar una joven doncellan. ANC, Mise., Leg. 2314/M. En efecto, para que on Frgnipetdiera la virtud no se requeria ninguna prueba concluyente de pérdidt rea! fe Wusinidad, Se suponia que por st mismas las mujeres estaban desvalidas a los PS oe del mundo, No Poseian la fuerza moral para controlar sus impulsos ni para lograt rca a los seductores embates de los hombres. Por tanto, nunca s¢ las debia dejar sn pote 2. Por ello, aun cuando una muchacha siguiera siendo virgen téencament, su ausenla la casa sin el ama podria ser suficiente para presionar a los padres a a fancionarios tie no: ¢Peto fueran las que quisieran las condiciones de Reina», sostiene un Maes Ts iireBular conducta de la novia ... ha hecho [el matrimonio] de decore PROS! Tate iia, Pues aunque no es de suponer Reina abusase de la ocasion que Ta fe Poreions la opinion pablica estard muy lejos de creerle .. quien s ACTCATA A la verdana ant man 892299 Escaneado con CamScanner 174 Honor y age Lo tipico era que el rapto se hiciera con miras al matrimon; joven deshonraba a su novia precisamente para poder devolverts a . E ra después. En estos casos, la conducta masculina parecfa estat en n- fecto acuerdo con las exigencias de virginidad. No obstante, también he encontrado evdencias de seduccones, o sea, del acceso ag gr ae de la mujer que se logra valiéndose del engafio o de Pretextos falsos, = tipico el siguiente caso de un padre que recurre a las autoridades obtener reparacion: Que como padre de familia pacifico y honrado vengo a implorar ... Isiendo padre de una familia numerosa que sostengo con mi personal trabajo, con fatigas y privaciones de la mayor consideracién, me estaba reservado al cabo de e afios el sentimiento acerbo de que un seductor corrompiera a una de mis ae graciadas hijas que ha manchado mas mi honradez Hevando €N Sus entrafias e| fruto de la criminal conducta de un hombre que supo triunfar con alagos de su inocencia y candor ... hombre astuto que conociendo su corazén inocente, supo tenderle lazos, no solo para disfrutar de su virginidad, sino Para dejarla con la sefial indeleble de su delito, cual es el embarazo de algunos meses que ha sido la causa de descubrirse la conducta incidiosa de aquel hombre que con la mascara del matrimonio falté a los deberes sociales y a cuantas obligaciones imponen las leyes y la moral. Se habia notado por mi familia el trato. de mi hija con el expresado Balio, y aunque nunca pudiera imaginarse que cometiera semejante atentado, se tomaron las medidas convenientes ‘a cortarlo y a evitar cualquier acontecimiento doloroso; pero como el habia formado sin duda su proyecto supo aprovechar los momentos en que yo descansaba de mis Penosas tareas para consumar el crimen cuyo castigo exijo en remuneracién de una hija desventurada cuyo honor se ha violado torpemente ... las mas de las noches entraba Balio oculto en mi propia casa a satisfacer sus libidinosos ‘deseos en el echo mismo de la victima de sus seducciones que sin duda le fueron tanto mas faciles ps que esa joven criada entre labradorés en las sencillas costumbres de! campo ™ Podia ofrecer toda la resistencia ... al atrevido manejo de Balio. tania Y lo peor despues de este atentado que arranca lagrimas de toda la a €s que se niega a toda transaccién capaz de enmendar el dao aa “estado YO no queria pleitos ni que llegase el instante de hacer mas piblico ¢ 7 de evitat de mi hija me cerqué a ese hombre para exigirle algun partido cable a la publicidad del acontecimiento; mas con una obstinacién inexpl negado a todo 6, ico, pus . 7 e piiblico, Pt Mientras que el Tapto era un asunto intencionalment Fi wit la pérdida de prestigio social que resultaba de que la oosién ee conocimiento de ello era precisamente la fuente de p seduce i, ja oe . f fstico de a la aprobacién paterna del matrimonio, lo caracterts Escaneado con CamScanner 7, Ray seducci6n 175 e fuera secreta. Solfa tener lugar en casa de la joven y en la 1a de los casos era detectada al quedarse ésta embarazada. Como yoria el evento iba precedido de una promesa de matrimonio. la seduccion, el curso normal de los hechos era que el joven a a cortejar a la muchacha. Intentaba ganar su confianza y la dres prometiendo casarse y comportandose de forma respeta- Una vez habia consolidado su situacin en relacién con Ia familia, be. ersuadir a la joven de que accediera a sus deseos. Y cuando esa cones eran coronadas por el éxito se batia en retirada lo mejor ee “podia con una serie de pretextos. Como manifestaba una muchacha ae 0s tribunales: «por hacer precisamente dos. meses que dejo de fre- cuentar la casa donde la declarante habita con su sefiora madre ... a consecuencia de que habiendo notado que la declarante se hallaba em- barazada ... y apremiendole diferentes veces para. que le cumpliera la palabra de casamiento que le habia dado, la abandoné sin saber el mo- tivo, aun cuando presume sea por eludir el compromiso» 7”. Pero escaparse y vivir oculto sin lugar a dudas no era nada facil. Por ello las mas de las veces recurrian los hombres a formas menos drasticas aunque también menos eficaces de dar la espalda a sus responsabilida- des. Con mucho, la estrategia mas comin consistié en desacreditar la reputacién de la joven. Con ello, el requisito fundamental para el-ma- trimonio, que’era la decencia de la muchacha, quedaba eliminado. Se invertia la situacién. Como ella no era decente, él no tenia porqué ca- sarse. Lo tinico que constitufa una ofensa era la seduccién de una virgen. De este modo se ponia en cuestién la decencia de una joven, pues al- guien que «repetidas veces abandona el hogar paterno, para ir a media noche a recrearse en un gallinero, con un hombre, no es ninguna don- cella candida a quien se seduce con palabras de casamiento» *, De otra muchacha se aducia su falta de moralidad, pues «concurria a bailes dados ‘1 una taberna del partido en que habitaba no desdefiandose de entre- ne en los brazos de negros y mulatos para danzar con ellos» *. No stante, ambos hombres fueron declarados culpables. En empezad’ de sus Pa ao ANG Mise., Leg. 2619/G. 9 ANG: Mise., Leg. 1333/B, ? Patcuanmen 6 Leg. 2751/E. El caso de D.* Magdalena Alvarez constituye un ejemplo . Felipe peng, amativo de este tipo de estrategia. Esta «llevaba amores» dos afios con ¢l tio de D, iM Se habian producido repetidos intentos de rapto siempre frustrados por Para fugarse, § fagdalena con quien ella vivia. Pero, al fin, la joven pareja se las arreglé €l padre del nn #Ude a la policia y los encuentran en el ingenio de azticar que posee 8 patienieg vot: La muchacha declara que él es el primer hombre que ha conocido, que 180. eh est” ©Puesto a ta relacién y que en consecuencia han decidido fugarse. Sin alega que ella habia admitido que tuvo una anterior relacién con otro hombre. Escaneado con CamScanner Honor y cage Tanto en el rapto como en la seduccion se esperab: tuviera un papel pasivo %. Ella concedia, confiando oa ne lam Su pretendiente. Necesariamente tenia que ser Pasiva cuan buena § peén con el que se jugaba‘en la competicién del honor. La act las otras partes se ajustaba en relacién con ella. Estas ; So le padres de la pareja, predominantemente los padres deen eran log Pretendiente. Ellos sf eran ‘activos, regulando' su condges ae ¥ el con sus propésitos. En el rapto tipico, la actitud paterna con © acuerdy matrimonio era ‘basicamente negativa. La del joven ery oe Pe al padres crefan que el matrimonio propuesto mermaria su Be itiva, I tras que era probable que el joven —si no’ olvidamos que te mien. respondia generalmente ‘a consideraciones de desigualdad soci in mentara la suya. En la seducci6n sé invertia la situaciOn. La acti 98) joven hacia el matrimonio era negativa, mientras que la de los i = tanto antes como después del evento, era positiva. Pa La seduccién aparece, de este modo, como lo puesto al rapto tipico, En el rapto, el joven intentaba guardar la honra de la joven; en la seducci6n, la muchacha es una presa de la agresividad sexual del varén y del deseo de afirmar su’ virilidad. Mientras que el honor de un padre podfa sufrir por la corrupcién de:una hija del mismo modo que el honor Se presenta tina carta que supuestamente habia sido escrita por ella y que, al fin, resulta ser él quien la habia falsificado. En ella le pide que la perdone, pues «no pude regalarte con la virginidad de la doncella que tu tenfas la ilusién de encontrar en mi». En ese momento, se descubren una serie de cartas de él. En una de ellas dice: «Si es verdad que me quieres, si es sincero y desinteresado tu amor, como tantas veces me lo has jurado, debes sin consideracién de ninguna clase anteponer mi tranquilidad y mi bienestar a los Propésitos ruines de tu familia.’ {Qué quiere tu familia? Tu familia y tu misma me bas dicho, quiere que me case contigo aunque te abandone en el instante mismo de oxebae 'a... ridicula ceremonia de iglesia. ;Que prueba esto? Prueba, fija bien, que no es ud i la que les ocupa (que se cifra en vivir conmigo; no importa como, no es verdad?) be deseo que raya en rabia de ver satisfecho su amor propio». ANC, Misc., Leg. SS ho Es preciso, no obstante, puntualizar dos cosas referentes a la pasties ae a de las mujeres. En primer lugar, y en contra del procedimiento general, me ener En de rapto parece que la iniciativa de fugarse haya sido de la chica mas oe perfecto lugar de considerar que estos casos son excepcionales yo sostendria ne ‘am tradicional € acuerdo con el rapto en tanto que manifestacién de un rechazo del ordet We favor de la afirmacién de Ia libertad individual de eleccién tanto para ef uc Ja sumision para las mujeres. En segundo lugar, y en relacién con lo primero, die Ccomente,cuand? de las mujeres en su mayor parte est4 determinada social que no fisiol ementonces se se le dé la ocasi6n la aprovecharé a menudo para convertirse en lo let latent eae ficard negativamente de mujer «viril». En suma, existe un constante cO™'T o< int los roles masculino y femenino socialmente definidos. Mientras vr dos & reprimit afirmar su independencia, los hombres estan estructuralmente oblig impulso de libertad. este Escaneado con CamScanner seduccion apt? y - “ , la desgracia de una hermana, el honor de un realzado por la seducci6n de una virgen. Cuan- pombe jer le dijo a su amante «que se la Hevase consigo y que de no 31, estaba desafiando precisamente su virilidad. hacer? ojos actitudes, @ saber, la elevada valoraci6n de la virtud feme- i mo se muestra en el rapto, y la agresividad mas- o se muestra en la seducci6n, parecen entrar en culina, Py sin embargo, coexisten una junto a otra y necesariamente, conflict? que la virginidad como tal fuera concebida como un bien eS, a Jas mujeres, debia existir la probabilidad de su destruccién. mearrencia de la seducci6n confiere credibilidad a esta probabilidad we jesruccion. El tutor de una muchacha violada describia hicidamente i dos tipos alternativos de conducta masculina cuando el seductor ha junfar sobre la virtud de ésta: «para gloriarse y saborearse mas Jogrado triun! orien 2 ‘ le su inicuo proceder y de su estado infeliz y abatido», siendo asu placer PI y yas ue ella habfa pensado que se trataba de un «hombre ingenuo y de probidad» *. Estos conceptos de la conducta masculina distintos, y que aparentemente entran en conflicto, son expresi6n del papel dual del hom- bre, estructuralmente necesario: el de defensor del honor de la familia, y més especificamente de la honra de la hermana (se dice de un hermano que es «el guardador de su honra» ¥), y el de agresor de la honra de cualquier otra mujer. Ademds, aqui se evidencia un principio general bisico de cualquier forma de competicién. La destruccién del honor de otras familias realza directamente el honor de la propia. De este modo, ee . Pt la seduccién es complementaria del rapto tipico del mismo modo que la aa de la virilidad es complementaria de la elevada valoracién de Virginidad >, 5 hermano sufria con me tambien quedaba El rapto entre personas de color er sapto con miras al matrimonio también ocurrié dentro de la co- de las Seco Como entre los blancos, era considerado como una me ore les formas de superar el disenso paterno al matrimonio: «se Tario Hh Sentado el moreno libre Ignasio Galban» informaba un funcio- le la policia, «manifestandome haber estraido del calor de sus a Es ANG, GSC, Leg. 914/31756. 3 ANG, Mis., Leg, 2434/D. + (NC Mise, Leg. 1272/8. Sana de in ¥4.$¢ ha mostrado con mucha perspicacia en el estudio que hace Lis6n-Tolo- n pueblo espaol, p. 85. Escaneado con CamScanner 178 padres a la parda Maria Ana Flor q.e tenfan ajustados y la Oposicio; razon por la que tomaron la expre visto, la oposicién paterna entre €S'con objeto de n de su Sada determinaciony c ped las perso, + Como ralmente a diferencias de «color» y de condi ice Tesponia Al igual que entre los blancos, Ja honra frase . valorada por las personas de color. Los Padres de esi el SUmamente ban de la . Tecato En su estudio de un pueblo espafiol, Lisén hace una descripcion | vemente menos restrictiva. Se espera que las mujeres se comporten ‘oh recato. Aunque se considera que la agresividad sexual es una fuente importante de prestigio masculino, la satisfaccién de ésta nunca se lo- grard a costa de una virgen. Y si una mujer se olvida de su deber puede ser expulsada del pueblo. Con todo, el matrimonio puede reparar en parte el dafio que se haya hecho *. En su estudio del honor en Andalucia, Pitt-Rivers hace una descrip- cién semejante con respecto al honor del pueblo y el de Ia clase media. El ideal de la pureza femenina se consigue en el pueblo con la vigilancia de los hombres cuyo honor-precedencia depende de forma importante de la virtud sexual de las mujeres de su familia. La sancién que acarrea una conducta deshonrosa es la pérdida de la honra, y consecuentemente de la valfa social. Sin embargo, parece que distinguen entre la mujeres totalmente deshonradas, es decir, las prostitutas, y las que han tenido la isten no obst comparacién inidad Briega d ‘ante cier- analitica, ledicada al lucion del 1Or, por una mantienen Shame; Pitt-Rivers, «Honour and Social status» in ibid. En tudo, en estas obras'se da més prominenci al aspecto mascu lferencia pueda deberse en parte al tipo de evidencia que yo p due exista una razén més profanda, Lison-Tolosana ya han seslado complementaredsd de los dos aspectos del honor. Pero mientras que estos autores parecen propones dit honor masculino exige la honra femenina, yo invertiria la relacon. Bl orden So Ot, uico depende de forma importante del valor que se otorgue a fa honra fermen a Su vez es sustentada por el honor maseulino. La explicitacion relativa 26 Me iT ye fuardarelacion con la esferas en que éstos se implementan pero no Tec}. Su relevancia sociol6gica respectiva. Campbell, Honour, Family and Patronage. Lisén-Tolosana, Belmonte de los Caballeros. contraste con el presente es- ino del honor. Aunque esta sugerirfa que puede Escaneado con CamScanner 190 Honor y clay desgracia de ser seducidas y abandonadas. Con el matrimoni remediar la pérdida del honor familiar causada por la pérdi nidad de una hija. Con todo, la idea que Pitt-Rivers trans; de forma general, y por lo que a la honra femenina tes pueblo la practica coincide con el ideal. Y ello ocurre po una comunidad cara a cara. La opinién publica reina p todo. El estatus social se logra a través de la conducta virtuosa, no debe al origen. La posesi6n de la honra define los limites de la oo nidad. En contraste con ello, se considera que las mujeres de la aii. cracia disfrutan de un alto grado de libertad sexual. En Primer lugar, estan fuera de las fronteras del pueblo, y las sanciones de éste no i afectan. Pero, ademés, su honra es «inexpuganable» en el sentido de que se trata de un estatus social que se.adquiere con el nacimiento y no una honra lograda por la conducta personal y que requiere por tanto la de. fensa de los hombres °*. Asi pues, la virtud femenina constituye el ideal de las tres comuni- dades, y de ella depende el honor familiar. Lo que entre ellas varia es. el rigor de las sanciones que se aplican a la conducta desviante. Entre los Sarakatsani, la pena por la deshonra es la muerte. En Belmonte de los Caballeros es la expulsion del pueblo. En la aldea andaluza ocurre que, por un lado, el matrimonio con el seductor es una solucién acep- table, y, por el otro, las madres solteras pueden ser recogidas por sus familias. Volveré sobre este punto. En cuanto a la explicacién que estos autores ofrecen, Peristiany, com- _ pilador de una coleccién de ensayos sobre el honor y la vergiienza en el Mediterraneo °, sugiere que estos valores «constituyen la preocupacién Constante de los individuos en las sociedades cerradas y de reducidas dimensiones en las que las relaciones personales cara a cara, en tanto ue opuestas a las relaciones anénimas, adquieren una importancia su- Prema» 7, opinién ésta que; como hemos visto, es compartida también Por Pitt-Rivers, quien sostiene que «cuanto més pequefia es la comun _ dad mas eficaces» resultan las sanciones. Por ello «el honor se ha ae tenido en el pueblo» §, No obstante, aunque es bien cierto que la Cul 10 Se pug ida de ae Mite es que Pecta, en | T tratarse de or encima de $ Pitt-Rivers, «Honour and social Status». 4 Bevistany (comp.), Honour and Shame. id. p. 11. zs {el origen 8 Pitt Rivers, «Honour and socal statuse, Me parece pertinente sefalar aati net Probable de este proverbio, Aqué honor implica pureza de sangre. Se alegaba a ig clase social que podia pretender justificadamente tener una aseendencia sin cont de sangre judia era el pueblo Ilano, que ni tenian el estatus social ni la ee el reconoc haber atraido a los eristianos nuevos para casarse con ellos en su lucha por St eag miento social. Por lo que hubo un momento en el que Ia nica garantia Escaneado con CamScanner Conctusi6m: Algunas comparaciones analitcas cimondnica no puede caracterizarg, . ducidas dimensiones, sf se puede aj rbitro de la conducta personal también €ra la opinio; es cuestién de preguntarse en qué medida — sonal, sino por qué. Y sugiero que podemos r nla naturaleza del orden social en el que se dai Como he mostrado, la Cuba decimonénica quica en la que el origen familiar constituia un importante 4, : el estatus. Se daba una correlacion entre la clase ney etminante recisamente las mujeres de los estratos mas bajos, es et 1 i oe je color, eran quienes menos honor tenian. Entre los Sarakatsa read na «jerarquia de prestigio» que se «basa en un cConocimiento aden reciso de la genealogia, riqueza, cardcter y conducta morales a dds familia» ’. A los pobres no se les otorga el reconocimiento de sus mér. jos, pues, como dice Campbell, «todos los Sarakatsani han nacido con jonor en familias de honor ... a excepcién de las personas de determi- adas familias del nivel mas bajo de la jerarquia de prestigion . Ade. iis, los conflictos que experimentan los Sarakatsani entre las normas & 3 ‘anciona Ja encontrar la respuesta in estos valores, era una sociedad jerdr. mente a la doctrina religiosa, que es basicamente igualitaria. Igualmente, en su breve discusién del rapto en el pueblo andaluz y la negativa de los padres desafiados a dar su consentimiento al matrimo- nio deseado en razon de la incompatibilidad social del pretendiente de la hija", ofrece Pitt-Rivers la evidencia de una valoraci6n diferencial del honor dentro del pueblo que depende de! lugar que un individuo ‘ocupe en la jerarquia social. Y Lisén habla explicitamente de «endoga- mia de la posicién social» 2. Basdndome en estos indicios sugerirfa que, al igual que en Ja Cuba decimonénica, aqui nos encontramos con socie- dades jerarquicas, y no homogéneas, y que ademds el origen familiar desemperia un papel fundamental en la determinacién del estatus de una tsona dentro de la sociedad. ee , ingre de una persona consistia en ser de la clase lana. Cf. Caro Baroja, pecniatie) lame> en Peristiany (compilador), Honour and Shame, p. 107. y H. Kamen, Pt Aven Inquisition (Londres, 1965), p. 10. Asi que el. uso que hace Pitt-Rivers super Ht ‘erziversacién, El honor del pueblo no se deriva de sus dimensiones, sino P 21 lugar que ocupan sus habitantes dentro de la estructura social. : oimpbell, Honour, Family and Patronage, p. 266. 11 Campbell, «Honour and the Devil», p. 144. tp Pitt-Rivers, «Honour and social Status», p- 49. * Lisén-Tolosana, p. 84. Escaneado con CamScanner 192 Honor : (ase Lo que en estas comunidades importa es mantener al Menos | posicién dentro de la gradacion de posiciones sociales, y esto ® Propia basicamente mediante el matrimonio isogdmico, que, a sy eae loge gura ejerciendo un estricto control sobre la sexualidad femening, ase, luz de esto, Ja doctrina religiosa que, especialmente en Grecia y Sa pueblo aragonés prescribe la virtud sexual femenina, més cs al origen de la alta estima de ésta, cumple una funcién complementari, a el sentido de reforzar un valor que es esencial para la Persistencia en orden social. Que, en conexi6n con esto, la religién no es un de primario queda mostrado también en el caso andaluz. Aunque los and, luces son notoriamente anticlericales, la honra femenina juega all; papel tan importante como en las otras comunidades. z Sugerirfa pues, que la caracteristica distintiva de estas comunidades, no es ni su tamano ni la falta de anonimato en las relaciones interper. sonales. Lo que parece ser fundamental es que Ia manera de determinar el estatus se vincula directamente al tipo de estructura social 3. Como hemos visto, Pitt-Rivers también alude.a esto como parte de su explica- cién cuando se refiere a las mujeres de las clases superiores, aunque en un sentido inverso. En Cuba, y parece que en las otras sociedades tam- bién, el origen y, slo de forma secundaria, la conducta personal parece definir el lugar que ocupa un individuo dentro de la jerarquia de la comunidad. El prestigio de la familia y el de sus miembros estén inti- mamente relacionados y la conducta personal es fuente de gran preocu- pacin para toda la familia. Si el logro personal s6lo fuera el determi- nante del estatus, a cada miembro de la familia se le podria conceder la libertad de forjar su lugar en la sociedad, y su conducta serfa irrelevante para el prestigio de sus parientes. Esto est4 implicito en el andlisis que hace Riviére de Los Hijos de Sanchez 4. En el contexto mas mévil de Ja ciudad de México la conducta individual pasa a sustituir parcialmente * Béteille, y es significativo que se trate de un idedlogo, también opina que aunque “A partir de estos estudios [sobre el Mediterraneo] no siempre se puede obtener una clara @ acerca de cémo se relacionan estos conceptos [los de honor y vergienza] con la Jerarquia social ... esta relacién esta implicitan: André Béteille, «The declene of social inequality», in Béteille (comp.), Social Inequality (Penguin Books, 1969), p. 373. Aqui se ser ga Relat que existenindicios de que en Brasil funcionan valores y principios similares. utes mae ftudio del Sertéo, Zimmerman afirma que «sigue siendo cierto que 10s attr ins importantes para pertenecer a la élite es la ascendencia familiar, 0 como i B. Zimmerman, «Race relati and Class in Rural Brazil P. G. Riviere, « ions en the Arid Serta ms .), Race 7 (unos py Seton en Charles Wagley (comp.) ‘The honour of Sanchez», MAN, 2 (1967). Escaneado con CamScanner g, Conclusién: Algunas comparaciones analiticas al origen como determinante del estatus y, Ja importancia de la honra femenina en tanto ue indi familiar. Ademas, que el principio hereditarig eos “i del prestigin mario del estatus implica Permanencia, orden social jerarquico. Sugiero por tan virginidad es inversamente proporcional por tanto, de la libertad individual que Es decir, que en una sociedad igualitari guna a la libertad sexual de sus mujeres Restableceré de forma clara los decimon6nica fue una sociedad jer: tura social debe buscarse en Su base econémica que se caracteriza por una distribucién sumamente desigual de los medios de Produccién. Esta desigual distribucién de los Tecursos fue preservada a través de la heren- cia, tanto respecto de la propiedad como del estatus, junto a un sistema matrimonial endégamo de clase. Como sefialé Nur Yalman, «alli donde la afiliacin es tinicamente a través de la madre o el padre se pueden mantener las diferencias de estatus con pedigris unilineales sin recurrir a reglas endogdmicas» '5, Sin embargo, en Cuba la filiaci6n era bilateral. Por ello resultaba fundamental la eleccién de esposa 0 esposo para el mantenimiento del sistema. Se puede controlar la eleccién de esposa 0 esposo de diferentes maneras, por ejemplo, mediante el matrimonio i fantil, mediante una rigida segregacién de los jévenes antes del matri- monio, etc. "©, En Cuba esto se lograba valiéndose del control estricto de la sexualidad femenina. No quiere decir esto que un sistema social jerérquico presuponga siempre el énfasis en la pureza femenina, mas bien quiere decir que allf donde se dé este énfasis por lo general estaré telacionado con la existencia de grupos de estatus. 2 Volvamos a la variacion en el rigor de las sanciones aplicadas a las desviaciones de las mujeres respecto de las reglas de conducta estable- cidas en estos diferentes contextos. La importancia relativa del one familiar 0 el mérito individual como determinantes del oat iss iz cuestién de grado. Sugeriria que la variacién en la severidad ¢¢ ft ciones a la conducta desviante de las mujeres esté Gea ‘ ate. mente con la relevancia del origen familiar como se a nivel de Ademas, cuanto mayor es la estabilidad y mas eleva os denen consenso en la sociedad, menos probables son las infracci et que es el prerr to que el valor te grado de movilidad social y, aya en un orden social dado, a NO se aplicaria Testricci6n a concedido a Ia pasos de mi argumentaci6n: la Cuba arquica. La explicacién de su estruc- 5 ‘Yalman, «On the purity of women», p. 40. 0 esposo, véase W. J. Para las diversas formas de control en Ia eleccién de esposa 0 FN 54 (1959), in de esposa ¢ Sood, «The theoretical importance of loves, American Sociologi Escaneado con CamScanner 194 Honor y hag unstancias, sanciones drdsticas como la Pena de ente a unas pocas y Por tanto serdn viables, Muerte mismo a preservar la estabilidad del sight? cial. Podria ser esto lo que ocurre entre los Sarakatsani, No obstane Cuba decimonénica se caracterizé por la falta de consenso, coma la manifiesta el rapto, y Por cierto grado de fluidez social. De haber g; lo iMetigadas con la muerte estas desviaciones de la norma de purezaf ido nina, con toda claridad la sociedad hubiera dejado de ser viable, Podemos deducir una tiltima cuestién de esta similitud estructural entre las comunidades campesinas mediterréneas étnicamente hom, 4 neas y la Cuba decimonénica multiracial, a saber, que en ultima instancig las relaciones raciales son relaciones de clase "’. Como. reza un antigo ma. En estas circ afectarén tnicamen contribuir con su rigor Tienen los que pobres son Ia ventura del cabrito. O morir cuando chiquito, o llegar a ser cabrén. Matrifocalidad en el Caribe Como he mostrado, debido a la correlacién entre estatus social y honor, las mujeres de las clases inferiores carecen de éste, y sus uniones con los hombres de las clases superiores por lo general se verdn relegadas al Ambito de la ilegalidad. En este punto parece apropiado recordar la apreciacién del obispo de La Habana sobre las penurias de las mujeres de color en la Cuba decimonénica: «continuan por todas partes los aman- cebamientos y concubinatos, los cuales son én gran parte entre blancos y mulatas, lo que da un némero excesivo de hijos naturales, hijos natu- tales que, si se exceptia alguno que otro que es reconocido por su PI genitor, puede decirse que ni tienen familia ni sociedad, pues aquels se reducen a una madre y sin porvenir» '9. Otra consecuencia de la ge dacién del honor es la inestabilidad de Ia familia de la mujer de las #8 inferiores. 5 ee mucho sobre la lamada familia «matrifocab « ultirraciales de los estados surefios de los Estados nn las inidos Y ” Pa i . a de clase que cone tion de la definici6n de las relaciones de raza més como - PCa Bante Telaciones de casta, véase la pagina 130. 9 RHNEeOi% “Honour and Shame», p. 120, ‘ + Ultramar, Cuba, Leg. 1748/03, Escaneado con CamScanner , Conclusién: Algunas comparaciones analiticas 195 es este lugar para discutir con detalle las diversas inter- pretaciones que se han dado de este fenédmeno. Baste con revisar bre- yemente los ‘estudios mas recientes sobre la organizacién de la familia en el Caribe como trasfondo tedrico desde donde explicar mis puntos de del Caribe. No vista. si Un supuesto basico subyace a todos estos estudios, a saber, la idea homogeneidad social, econémica.y cultural del 4rea caribefia de su pasado comtn como sociedades esclavistas y de su he- rencia africana. Algunos autores han considerado que este tipo particular de organizacion familiar es un vestigio modificado de la cultura africa- na, otros que es producto del efecto disruptivo que tienen sobre la familia de esclavos las condiciones que se dan en las plantaciones que empleaban la mano de obra esclava 2!, El. enfoque de estos primeros estudiosos fue basicamente histérico. Otros, sin embargo, adoptando un punto de vista estructural-funcional, han interpretado la matrifocalidad como la consecuencia de las relaciones de produccién caracteristicas de los sistemas de plantacién postesclavistas. Los primeros estudios sistema- ticos de la organizacién familiar, en particular de las comunidades del Caribe, son los realizados por R. T. Smith en Ja Guayana Britanica y E. Clarke en Jamaica “. Tanto el uno como la otra atribuyen el predo- minio de la matrifocalidad, es decir, de unidades domésticas en las que la cabeza de familia es una mujer, a las condiciones sociales y econémi- cas del momento que provocaban la inseguridad econdémica y consecuen- temente un bajo estatus social de los varones, que a su vez socava los roles de marido y padre que la sociedad espera de ellos. Como afirma Clarke: de que la se deriva La cuestién importante para entender la situacién contempordnea es que las condiciones que hicieron imposible que los padres cumplieran con el papel de padre y de marido tal y como se definen esos papeles en la sociedad a la que pertenecen, persisten en la Jamaica actual y en las condiciones en que hoy los encontramos es donde buscaremos de forma mds provechosa la explicacién de los rasgos «inestables» de la vida familiar a la que tanta prominencia se esta dando #, Basdndose en extensos estudios de campo en tres comunidades rura- les descubre Ia autora una correlacién entre estabilidad econémica y frecuencia de matrimonio legal. % J, Melville y F. S. Herskovits, Trinidad Village (Nueva York, 1947). E Frazier, The Negro Family. % R. T. Smith, Negro Family; Clarke, May Mother Who Fathered Me, Clarke, p. 21. Escaneado con CamScanner 196 En este sentido, el estudio de R. T. Smith es mas ami cio. s que Clarke busca la explicacién en factores SOcioeasnr Pues jntrinsecos a las comunidades estudiadas, Smith mantiene que ee namiento de las tres comunidades guayanesas que investiga S6lo se Nig. entender cabalmente si éstas son tratadas como parte de Ia Puede guayanesa en su totalidad. Concluye que «el sistema mattifocal fee"! relaciones domésticas y las unidades domésticas ++ puede ser Sia las do como el anverso de la naturaleza marginal del papel de esposn dre» *, Esta marginalidad del var6n es determinada por la naturalee, del orden social guayanés que R. T. Smith define como un sistem; a color/clase. En los dos extremos de la jerarquia social el estatus ae sicamente adscriptivo y en consecuencia estatico, siendo determinado esencialmente por criterios raciales. Un estatus racial cum social inferior implica un estatus profesional igualmente inferior. Como resultado de esta inmovilidad social y econdmica, el papel de marido-padre como cabeza econémica de la familia y su funcién como definidor del estatus quedan anulados. En consecuencia slo sera cabeza de familia en la medida en que su esposa dependa absolutamente de é1 para su subsis- tencia, es decir, mientras sean pequefios los hijos, pero iré quedando gradualmente al margen a lo largo del desarrollo del ciclo de la familia, y entonces sus funciones basicas seran asumidas por la esposa-madre. Edith Clarke y R. T. Smith legan pues basicamente a las mismas conclusiones: (a) lo que determina el tipo de organizacién familiar que se da es el papel socioecondmico especifico que se asigna al varén en esas comunidades; y (b) el papel que a estos hombres se asigna es de- terminado a su vez por la naturaleza socioeconémica de su sociedad. En la introduccién a la segunda edicion del estudio de Clarke, M.G. Smith critica severamente a R. T. Smith por varias razones*. No daré cuenta de esta controversia en todos sus detalles, pero hay algunos re tos que resultan pertinentes aqui. En contraste con R. T. Smith, M. G- Smith mantiene que se debe analizar un fenémeno social refiiéndcy Principalmente a su constitucién interna antes de intentar un ot a ee con el sistema social mas amplio *. De acuerdo oe Ra neo de la estructura familiar de los indios occidental fpols in intento de definir el problema, estableciendo una a fs ue las de las formas familiares y descubriendo los mecanismos intemnos q tigen. mientras rn i 35 R- T. Smith, Negro Family, p. 221. 28 i oe Introduction to Clarke, 2.* edicién (Londres 1966). fs . 8v. M. G. Smith, West Indian Family Structure. Escaneado con CamScanner iin Conelusién: Algunas comparaciones analiticas a la transferencia progresiva de la autori A sirmadre a 10 largo del ciclo de desarrolis Te nUesPadte a la espo. centrarse en las unidades que desde el princinj amilia, en lugar de causas de esto. La familia «matrifocab» es definida cr va (t7O%:¥ las tribuci6n de la autoridad, no en la ausencia fisica real dete’ Si Y, lo que es més importante, la familia matrifocal no ec oq eo Pe: una eleccién alternativa a la familia 7 Sonbebida come «patrifocal», sino como ui , v nil i ina for que evoluciona a partir de esta ultima en un Proceso de desarrollo Gi experimenta la mayor parte de las familias. Los hombres comienzan con las mejores intenciones de constituir una familia estable, pero, debido a factores socioecondmicos, se ven impedidos posteriormente a cumplir sus propésitos. Por el contrario, M. G. Smith define la familia matrifocal como una unidad que muchas veces es resultado precisamente de que no se intenta establecer una familia estable. Considera que las diversas formas de or- ganizacién de la familia son alternativas posibles determinadas por el tipo de emparejamiento al que se recurra. El sistema de emparejamiento es el principio formativo central de la estructura familiar. El matrimonio y el concubinato constituyen dos tipos diferentes de eleccion que produ- cen dos tipos de organizacién familiar formalmente distintos. Aunque el concubinato puede evolucionar hasta el matrimonio, las dos formas de emparejarse también pueden constituir planes alternativos. Aqui es sig- hificativo que R. T. Smith niegue cualquier distincién normativa entre , i i i ras- matrimonio y concubinato. Al considerar que la corresidencia es un a lo del desarrollo no deja lugar a g0 esencial de la familia, en su cicl - \- que M. G. Smith denomina emparejamiento extrarenal y las con- secuencias que éste tiene para la organizacion de la fins es insuficiente El material que he utilizado en el presente ee de la familia en Para establecer una tipologia comprensiva de las rlgunas sugerencias @ la Cuba decimondnica. No obstante, quiero hacer @ palaba el obispo de laseuestiones debatidas por los dos Smith. Como senalsba ce samente de la forma particular de iniciar las um , tro ed ‘er de color den! su vez, era consecuencia de la marginalidad de Ia muj s uniones podian de la gradacién del honor en la socie dad global. Estas inn re Ser relativamente estables incluso ¢! fan ser uniones &X matrimonio. No obstante, igualmente podian S€7 Uol* jer de colo Ciales temporales que acababan con el aban Escaneado con CamScanner 198 “Honor y clase por preferir el hombre una esposa perteneciente a su misma concubinato fue por tanto muchas veces una alternativa al matrimonio la que se recurria en los casos de incompatibilidad social de la Pareja By Obviamente, y dada la estratificacion social y el sistema €conémico de Cuba en aquel momento, la distancia social entre blancos y Personas, ile No obstante, tanto R. T. Smith como Clarke estudian lase, By color era extrema. NO | ; comunidades predominantemente negras en el periodo posterior an esclavitud. Con todo, como ha revelado el anilisis del rapto entre Per. sae de color libres en Cuba, lejos de constituir un grupo socialments homogéneo, estuvo resquebrajado por agudos conflictos en toro a | condicién social, con efectos similares para la organizaci6n de la familia como ocurre en las relaciones interraciales. Mi parecer es que ningung de los tres, ni los dos Smith ni Edith Clarke, han prestado la debida atencion a las posibles gradaciones de estatus dentro de las comunidades que estudiaron. De este modo, con respecto a las formas de la familia y su principio organizacional, el material de que yo dispongo tiende a apoyar la tesis de M. G. Smith de que es la forma de emparejamiento lo que determina los tipos particulares de familia que se dan en una sociedad dada. Afia- diria a esto que la forma de emparejamiento es determinada a su vez por la posicién social respectiva de cada uno de los integrantes de la pareja. Podria ser necesario distinguir entre la matrifocalidad —en el sentido de R. T. Smith— que tiene su origen en la unién de una pareja de clase baja que se inicia con el intento de permanencia pero que se caracteriza por la marginalizaci6n gradual del hombre, y el empareja- miento extrarresidencial entre una pareja socialmente desigual que s¢ inicia sin intencién de matrimonio. Aunque yo sugeriria que esta ultima tiene un efecto sobre la primera, esto sigue permitiéndonos explicar el predominio de una forma de emparejamiento sobre la otra. A pesat de su renuencia inicial a buscar una explicacién en los factores extrinseco® al final M. G. Smith también recurre a ellos cuando afirma que <2 Persistencia de altos indices de ilegitimidad, de uniones inestables y for mas andmalas de unidades domésticas en la India occidental se debe) todos ellos a las mismas condiciones. Estas condiciones tuvieron su °° & ification cy aa vale la pena observar que M. G. Smith, en su estudio sobre la Sistine E ies la (Londres, 1965), sefiala esto precisamente cuando pone el énfasis en fe Bamia de clase dentro de la élite y sus concomitantes: «La élite considera ¢l mats sociale a SOCiacién permanente, consagrada por la religion, sancionada Pot es ae ee ee eet la ley, y que implica la corresidencia de 1a esposa y ¢! ae esta8 conchnel's Uniones entre varones de ta élite y mujeres del pueblo 0 s¢. vo poagiiones ... Normalmente, la progenie ilegitima de un varén de la élite YN te, separado de su padre», (p. 186). Escaneado con CamScanner

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