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ROSA BAROCIO DISCIPLINA cONAMOR Cémo poner limites sin ahogarse en la culpa EDITORIAL PAX MEXICO EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN Amigo lector: La obra que tiene en sus manos es muy valiosa. Su autor vertié en ella conocimientos, experiencia y afios de trabajo. El editor ha procu- rado una presentacion digna de su contenido y pone su empefo recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comer. cializacion. Cuando usted fotocopia este libro 0 adquiere una copia “p' 0 fotocopia ilegal de! mismo, el autor y editor no perciben lo q permite recuperar la inversion que han realizado. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor desalienta la creatividad y limita la difusion de la cultura, ademas de ser un delito. Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible con guirlo, escribanos o llémenos. Lo atenderemos con gusto. Eprroriat Pax México CoorDINACION EDITORIAL: Matilde Schoenfeld Portapa: Victor M. Santos Gally © 2004 Rosa Barocio © 2004 Editorial Pax México, Libreria Carlos Cesarman, S.A. ‘Av. Cuauhtémoc 1430 Col. Santa Cruz, Atoyac México DF 03310 Tel. 5605 7677 Fax 5605 7600 www.editorialpax.com Primera edicién en esta editorial ISBN 978-607-9346-14-0 Reservados todos los derechos Impreso en México / Printed in Mexico ‘A Victor, mi esposo por st apoyo incondicional ‘A mis hijos Gabriel y Mauricio de quienes sigo aprendiendo A todos los padres, maestros y amigos que me han compartido sus experiencias {Muchas gracias! Reflexiones para el educador Cémo proteger sin acobardar Cémo sostener sin asfixiar Cémo ayudar sin invalidar Como estar presentes sin imponer Cémo corregir sin desalentar Cémo guiar sin controlar Cémo amar y dejar en libertad Indice Introduccion ccc cece cece eee xi PRIMERA PARTE CarfruLo 1. La educacién autoritaria Mundos separados: el mundo adulto y el mundo infantil ... EI bienestar del nifio Apoyo familiar ... . Secuelas emocionales Educacidn autoritaria en las escuelas .......-..-0.005 CapITULO 2. El salto del autoritarismo a la permisividad Mundos integrados: el nifio adulto y el adulto nifio iInteligencia significa madurez? . iPeligro! Especie en extincién: el nifio inocente jAptirrate, mi hijito! ©... 0-6-0 20s rere ee La alcancia del tiempo EI precio de la prisa para el nifio Adiés a la rutina y bienvenido el estrés Padres sin tregua EI nifio invade el espacio de los padres 33 Ayudas positivas .39 El efecto de “El hombre lobo” 42 EI nifio con cabeza de champii 44 Las escuelas entran a la competencia 47 El alumno estresado 51 .53 El nifio calificacién vii) a INDICE Carrruto 3. EL padre malvavisc Pérdida de la autoconfianza +++ Miedo al error: pardlisis de la valuntad Micdo a ala perdida del amor eee El nuevo tridngulo amoroso: la madre, el padre nae ee ye culpa 665 El pa a SCCIMIC pee ee eee seen EI padre adolescente ea EI maestro pierde su autoridad Cartruio 4. El hijo demandante El sindrome del nifio consentido ...--.. Sintomas del sindrome del nifio consentido . Enfermedad de nuestros tiempos: la apatia Indicios de que su hijo sufre de SNC SEGUNDA PARTE CapfTuLO 5. Una nueva alternativa: la educacién COMSCIENte 6... ee ee eee tt ttt 95 CapfTULO 6. Actitudes equivocadas: sobreproteger oabandonar .... 1... cere reer ee eee 103 Padres que abandonan 104 Padres que sobreprotegen -- 108 Causas de sobreprotecci6n 66... eee eee eee eee eee 112 Sobreproteccién y el nifio discapacitado ........-.. 121 en) resume ty eee ee ee 126 CapfTULO 7. Educacién consciente: capacitar, alentar, confiar Capacitar Alentar Confiar Ideas equivocadas sobre la confianza CaPfTULO 8. Actitud equivocada: e ivi radas ctitud eq id da: expectativas cerrad; 155 INDICE » ix respecto a nucs De la negacién a la frustra La frustracién se torna en vergiienza CapfruLo 9. Educacién consciente: expectati y amor incondicional Tener expectativas abiertas Aspirar al amor incondicional .. . . Un regalo para la vida Recordar por qué vivimos en familia . Individualidad y destino ...... En resumen CapfTuLo 10. Actitud equivocada: comparar ... 5179, En resumen . 184 CaPfTruULO 11. Educacién consciente: cultivar su autoestima y disciplinar con amor ...- . 187 Nuestros hijos no son comparables . 187 jAlto a las comparaciones! ....... +++: . 187 Reconocer sus habilidades y cualidades . 188 | 191 Cultivar su autoestima Corregir sin lastimar .. . No etiquetar Asegurarle a cada hijo su lugar No tener favoritos. ...+-+ +--+ Conclusion vo cceceeveeee Compendio de afirmaciones Cit Introduccién E! mejor cumplido a mi trabajo lo recibf de un nifio de la ciu- ad de Canctin. Estaba con un compafiero de clases al que habia invitado a comer, cuando le Ilegé a su madre un fax de mis “De quién es este fax”, le pregunté a su madre, “Es sobre los talleres de disciplina a los que asist{ el mes pasado”. El nifio se volted y le pregunté a su amigo: “Oye, {Tu mamé ya tomé esos cursos?” Cuando le contesté que no, le dijo: “Dile que los tome, te conviene, te tratan mejor”. Por esta razén esctibo. Si puedo contribuir a que tratemos mejor a nuestros hijos, alumnos 0 aquellos nifios con los que entremos en contacto, mi esfuerzo bien ha valido la pena. talleres. Vivimos una época muy interesante, pero dificil. Tenemos acce- so a tanta informacidn que el sentido comtin ha quedado relega- do, olvidado, a tal grado que, incluso, nos cuesta trabajo resolver cuestiones muy sencillas. Sobre todo en relacién con nuestros hijos. ;Por qué? Porque todo se complica cuando nos dejamos invadir por el temor a equivocarnos y a lastimar, a ser anticuados, autoritarios, a no ser queridos, a ser criticados... . ' Nuestros padres y abuelos la tenfan més facil. “;Puedo ira la fiesta?” “No”. “Por. qué no?” “Porque no”. Ahi acababa el asunto, no se quebraban la cabeza, ni cargaban un Dormfan tranquilos, A : con su sentido comtin, costal de culpas, Ellos estaban en contacto 0 aunque, debemos decirlo, la reflexidn sobre la educacién no er parte de su vida, Todo era mas sencillo, pero los hijos no tenfan derecho a expresarse, a defenderse ni a contradecir a los mayores Por injustos que fucran. Los padres de familia actuale la tentacién de encontrar un libro que les oftezc: {n viviendo algo distinto y ‘a la solucién INTRODUCCION para resolver los problemas que enfrentan con sus hijos Puede muy atractiva, Sf, encontrar la formula que les resuelva ef com, a de cducar. “jOlvidense de los detalles, vayan | plejo problem me qué debo hacer con es, grano y diganme cémo! iExpliquens : ; muchacho y ya!” Como si educar pudiera ser una simple reece, de cocir . . Es cierto que las recetas de cocina son maravillosas. No, garantizan el éxito si seguimos cuidadosamente los pasos enlist. dos, Sdlo es cuestién de comprar los ingredientes y seguir las ins. trucciones del “modo de preparar” al pie de la letra. Un inexper. to con un buen recetario puede preparar una buena comida. j;Cémo quisi¢ramos hacer eso con nuestros hijos! Comprar el “tecetario para el nifio ideal”. Pero como en gustos se rompen géneros, tendria un indice largo para poder escoger el tipo de nifio que deseamos. Cada pareja de padres podria elegir una rece- ta de acuerdo con el tipo de hijo que quisiera. Por ejemplo, ésta podria ser una opcién: Receta para nifio “Terror del barrio” Ingredientes: Nifio fresco y tierno, de preferencia menor de 3 ajios. Padre o madre de temperamento colérico. Escuela autoritaria y represiva, o sin disciplina. T.V., nintendo y juegos de video agresivos. (Opcional) Clases de defensa personal. Modo de educar A un nifio como éste es importante educarlo con mano dura. Es necesario explicarle desde pequefio que el mundo es de los fuer- tes. En ningtin momento se le deben permitir demostraciones de debilidad 0 flaqueza, y debe saber que el Ilanto sdlo es permiti- do a las mujeres. Deberd fomentdrsele todo tipo de competen- cias y hacerle saber que lo importante es ganar y que el fin jus- tifica los medios. Los padres deberan aprovechar toda situacién cation para ensefiarle a defenderse: un mal modo de algdn invaluables pare eres 9 eomonilistico, son oportunidades intimidar a otros. INTRODUCCION xiii Es importante que desde pequefo se sienta el vencedor en rinas callejeras y escolares, por lo que, si es necesario, el padre fo la madre podran intervenir para asegurar la victoria. Si hay quejas del colegio o de los vecinos por st agresividad, siempre defigndalo diciendo que sepuramente fue provocado y que él no tione la culpa de ser tan fuerte y valiente, Asegtirese de que su hijo lo escucha y siente su apoyo incondicional. Expliquele des- pués que los nifios como él tienden a despertar envidias y ensé- ele a culpar siempre a los demas. No se sorprenda cuando dejen de invitarlo a las fiestas infantiles; su hijo seguramente es demasiado maduro para ellas. Si es necesario cambiarlo de escue- la, véalo como motivo de orgullo, pues es demostracién de su creciente poder. Es indispensable que vea, en un minimo de tres horas diarias, programas 0 caricaturas violentos. Recomendamos especialmen- te las japonesas y que las vea antes de dormir, para que las ima- genes penetren mejor en su subconsciente. No se desanime si tiene pesadillas y no puede dormir. Con el tiempo se acostum- rar y dejarn de impresionarlo. Nunca lo retire de la habita- cién cuando vea con usted programas de adulto en la television, pues esto ayudar a endurecerlo. Cuando sea posible acompa- fielo al cine, especialmente si es después de las diez de la noche y la pelicula es de clasificacién C. El nifto deberd acostumbrarse a todo. Observaré que cada vez necesitaré que las peliculas aumenten en violencia; ello es parte normal del proceso para insensibilizarlo al dolor de los demas. Cuando se divierta con juegos de video, animelo: "jMuy bien, hijo, ya mataste a cinco, sélo te faltan dos!” Cémprele todos los disfraces de guerreros y asegdrese de que juegue a dia- rio con pistolas, ametralladoras y demés juguetes bélicos. Tapice las paredes de su recémara con carteles de monstruos y héroes de batallas, prefiriendo siempre los de colores oscuros y fosfo- rescentes. Apodos como Atila, El garras, 0 Destroyer, pueden ayudarlo a identificarse con su temeridad. Prontincielos con énfasis y con mucho orgullo. Contraindicaciones: Nifios como éste pueden convertirse, de adultos, en psicépatas, asesinos 0 golpeadores de mujeres. | A esco, xiv INTRODUCCION Pero si el nifio “Terror de barrio” no ger entre muchas otras opciones. de su agrado, podri Las recetas para: ; Nifo/a: “Osito de peluche”: — simpatico, carifioso Y compla. ciente. Nifio/a: “Cascabelito social”: graciosa, platicadora Y Siem. pre alegre. Nifio/a: “Nerd”: muy estudioso, inteligente, beca garantizada. Nos puede parecer gracioso, pero cudntas veces no Pensamos que educar es eso: aplicar una receta a un “producto”, como Ilaman los doctores al nifio antes de nacer. El problema surge cuando nos damos cuenta de que ese “producto” es tinico, diferente en cada caso y que por eso no debemos sorprendernos de que cada hijo resulte distinto aunque lo hayamos cocinado, segun nosotros, con la misma receta, Peto no hay recetas para educar, aunque hay autores que nos quieren vender esta ilusién, Si las hubiera, eliminarian una parte muy importante de nuestras vidas: poder crecer a través de una relacién inteligente con nuestros hijos, A ve aportarnos, siempre y fa, al llegar del trabajo, ba, y le dije: “Cansada”. nsada”. Reflexioné y me re estaba cansada, y que de ia. También pensé en lo Ser vivir con una madre que siempre esta ago- ede transmitir su fastidio, Una persona cansa- Uslasmo, pasién, nj alegria Por la vida. Me giné el epitalt dle pide: ‘Omo mértir, E ima- cuando estemos abiertos a recibirlo. Un di ine pregunté uno de mis hijos cémo estal Me contesté: Claro, tu siempre estds ca di cuenta de que, efectivamente, siemp arte de mi vida diar INTRODUCCION & xv Agut yace una mujer cansada, demos gracias a Dios de que jpor fin! descansa en par. mi estilo de vida. Ahora cuando digo que estoy Empece a camb cansada con vor de gemido, me escucho, y se prende interior- mente una luz de alarma. Recuetdo que sdlo yo soy responsable de mi bienestar. Este aprendizaje mutuo no siempre es placentero, Cuando era maestra siempre me admiraba cémo, al final del afio escolar, podia sentir tanto carifio por aquellos nifios que me habian dado tanto trabajo. Dentro de ese carifio pienso que también habfa un profundo agradecimiento por todo lo que aprendimos juntos. Convivir con algunos nifios es como estar constantemente fro- tando dos piedras de donde salen chispas. Estas chispas producen calor, Calor que se puede transformar en amor, si lo permitimos. La tarea de ser padres es quizd la més dificil y de mayor tras- cendencia que jamds tendremos. Estamos tratando con seres humanos, y lo que hagamos o dejemos de hacer va a marcarlos para coda su vida. Sin embargo, nadie nos entrena para ser padres. Existen las platicas matrimoniales para las futuras parejas. Me pregunto por qué no hay orientacién para las personas que quieren ser padres. Estén surgiendo las “escuelas para padres”. Desafortunadamente, muchas veces estamos tratando de reme- diar lo echado a perder. Imaginense lo que significarfa que nos pudiéramos preparar antes de tomar la decisién de tener hijos, en vez de buscar ayuda cuando ya tenemos problemas con ellos. Cuando doy mis talleres para padres de familia, muchas ve- ces escucho y veo expresiones de dolor y culpa en las caras de las personas que hubieran querido educar a sus hijos de una manera més informada, sin lastimarlos. Es doloroso saber que hemos he- rido a los que mds queremos en la vida. Raras son las personas que conscientemente deciden hacer dafio a sus hijos; general- mente cometemos errores por ignorancia, porque no conocemos una mejor manera, un mejor camino. lee Aunque sigamos teniendo la fantasia de encontrat esa rege xvi «@ INTRODUCCION ta We come 8 abriénds, hos a nuevos cuestionamicntos. Tenemos un nuevo nivel de con. para educar a nuestros hijos, Ia verdad es mig ra a humanidad estamos iniciando una nueva etapa. Estamo: ciencia y por cllo queremos desechar lo viejo en busca de lo nuevo. Adids al autorit: toda nueva propuesta, estamos tirando al bebé con el agua sucig de {a bariera, como dice la expresién estadounidense. Oscilamos de extremo del autoritarismo al extremo de la permisividad, Entonces, ahora el nifio puede hacer lo que le viene en gana, no sea que “lo vayamos a traumar”. No vayamos a cometer los mis. mos errores de nuestros padres. El nifio consentido, que antigua- mente era la excepcidn, ahora es la regla, lo hemos presenciado en.Estados Unidos desde los afios sesenta, lo empezamos a obser. var ahora en los demés paises. El nifio que rompe cosas, insulta los padres, 0 los golpea, y los padres lo permiten “porque el nifio est enojado y se est4 desahogando”. En este oscilar del extremo del autoritarismo al extremo de la permisividad, necesitamos buscar un equilibrio. Los invito a transitar por un nuevo camino, de doble sentido, en donde, por un lado, el adulto respete al nifio y, Por otro, el nifio respete al adulto. Necesitamos encontrar el camino del respeto mutuo en donde exista libertad, pero con orden. Donde podamos recupe- rar nuestra seguridad interna como adultos, para poder guiar al nifio con carifio, pero también con fitmeza, Oftecerles el apoyo de un adulto que esta bien plantado sobre la tierra. En pocas palabras, los invito a dar un salto en conciencia por medio de reconocer el potencial de crecimiento que puede apor- diaria con nuestros hijos. A recuperar la dignidad de ser padres al darnos cuenta de la oportunidad tinica que se nos oftece de crecer a través del amor, ismo. Adiés a la represién. Pero coms INTRODUCCION xvii fami- En ningin momento pretendo resolver sus problemas Nadie puede saber mejor que ustedes qué es lo que sus yudarlos. Sélo preten- una perspectiva mas liares. hijos ne do avivar su autoconfianza y oftecerles amplia para que tengan nuevos instrumentos con que enfrentar las situaciones que viven diariamente con ellos. En otras palabras, quiero propotcionarles los suficientes clementos de juicio para que tomen las decisiones que mejor convengan. Si pretendiera darles la solucién a sus dificultades, estaria quitandoles su poder y responsabilidad como adultos y como padres. Crearfa una esclavitud tanto para ustedes como para mi. Cuando buscamos que otros nos resuelvan la vida, desechamos nuestro derecho a elegir. Nos subordinamos al entregarles nuestro poder y dejamos de ver que somos responsables de crear nuestra propia realidad. En esta posicién dejamos de ser adultos y nos convertimos en nifios frente al “experto”. En cierta forma es una posicién muy cémoda, porque cuando no funcionan sus consejos, podemos con toda tranquilidad culparlo... para empezar nuevamente la btis- queda de otro “experto”. De esta manera, nos vemos sélo como victimas de la ayuda ineficiente de “los que deberian de saber” Para eso les pagamos, jno? Pero esto es un autoengafio. La responsabilidad es nuestra. Si somos adultos en todo el sentido de la palabra y queremos ser res- ponsables como padres, necesitamos tomar nuestro lugar con dignidad, valor y entusiasmo, sabiendo que estamos contribu- yendo a un cambio profundo de la humanidad. [El esfuerzo se verd multiplicado no sélo en nuestros hijos, sino en los hijos de nuestros hijos, y en los hijos de los hijos de nuestros hijos.] Como una ayuda adicional les oftezco en el libro distintas afirmaciones que los pueden ayudar a ser mejores educadores. Una afirmacién es una frase que repetimos para cambiar las creen- cias equivocadas que tenemos en relacién con nosotros mismos, nuestros hijos y nuestra realidad, Estas frases, si se repiten con constancia, penetran poco a poco en nuestro subconsciente y a “codazos” sacan y sustituyen las viejas creencias arraigadas que itan y qué puede hacerse para a viii INTRODUCCION nuestros micdos, resentimientos y culpas; hos tenemos a causa de ; cambiar cuando estamos por dan el apoyo y el aliciente p repetit los viejos patrones de educar a Seleccionen una o dos afirmaciones, las que para ustedes resulten atractivas; confien en que éstas serdn las que necesiten como apoyo, Pueden transcribielas en varios papeles y ponerls en su bolso 0 cartera, en el espejo del baito, en el escritorio o en el buré al lado de la cama. En pocas palabras: en cualquier lugar donde estén constantemente a la vista, Repftanlas al levantarse, cada vez que las recuerden durante el transcurso del dia y antes de dormirse. Mientras més las repitan, mds répido y seguro serd el pro- ceso. Estas afirmaciones pueden servir para sanar miedos e inse- guridades, y ayudarlos a adquirir la fortaleza para recuperar su autoridad como padres y educadores. Al final del libro podrin encontrar un compendio de ellas. Este libro esté escrito para ser leido con el corazén. Busco despertar nuestro amor para ver al nifio con otros ojos; para ver su inocencia, su gracia, su gran confianza y amor por nosotros; para ver al nifio como el reflejo de lo que nosotros también ful: mos y sobre todo, para saber que necesita lo que siempre hemos necesitado: aceptacién, amor, proteccién, seguridad. Recordar por medio de él qué me gustaba, qué querfa y a qué le temfa, Porque lo que este nifio necesita es lo mismo que sigo, atin ahora, queriendo, Las formas cambian pero las necesidades persisten. Gracias por permitirme caminar por un momento 4 su lado. ACLARACION: Pido al lector que comprenda que por evitar el tedio de estar continuamente haciendo la aclaracién, cuando me refiero al padre me estoy refiriendo igualmente a la madre, y cuando digo nifta, me estoy refiriendo igualmente al vardn. Primera parte capitulo 1 La educacion autoritaria paz un hogar en el que cuando en la comida se servia pollo, el padre preguntaba a cada hijo: * {Qué pieza de pollo quieres?” “Pechuga”, decfa el hijo. *Sirvanle pescuezo’, ordenaba el padre. “Yt?” “Pierna’. “Denle pechuga” "AY Wa?” “Pechuga’’. “Denle ala”. “2Y tG2" “Pescuezo”. “Denle pescuezo”. Ninguno se salvaba, pero nadie protestaba ni se quejaba. Estaban aprendiendo a comer en un sistema cuasimilitar. Nada de pre- guntas, nada de comentarios. Lo que pensaban se quedaba asi, en forma de pensamiento y no salia jamds de sus bocas. Nuestros antepasados y muchos de nosotros fuimos educa- dos en esta forma autoritaria. Crecimos bajo la ley de “lo haces porque yo lo digo y punto”. Los adultos eran firmes y seguros, no titubeaban al tomar decisiones, en raras ocasiones tomaban en cuenta nuestros sentimientos o preferencias. En este sistema autoritario el nifio tenfa muy claros sus limi- tes y sabfa las consecuencias si no obedecta. Los padres ejercian su derecho a educar sin temor a ser criticados, y este derecho les daba un dominio exclusivo sobre la vida de sus hijos. El nifio era considerado un ser inferior, sin voz ni voto, incapaz de tomar al- guna decisidn, y sus sentimientos generalmente eran ignorados. La siguiente anécdota me la compartié una amiga: “;Papé, puedo ir a la excursién con mis amigos?", pregunta Mir na de 16 afos. “No”, contesta el padre. “;Por qué? Saqué muy buenas calificaciones y he cumplido con todas mis tareas,” re- clama la hija. “A tu padre no le preguntas por qué, te quedas sin 4» IAEDUCACION AUTORITARIA . on este momento.” La hija ando ¢ ia ve > dias empe’ va 4:00 p.m. del viernes, dentro de hasta las 4 salir con sus amigas. re. alin quine Joj y sabe que manas, podra tos gy, volver Mundos separados: cl mundo adulto y el mundo infantil ado tenia también sus aspectos positivos. La estruc. tura familiar cra clara: el mando era gjercido por el adulto que cargaba con toda la responsabilidad y el nifio simplemente obe. 8 ido podia crecer sin preocuparse de decisiones decia, En este senti que no le correspondian. EI nifio se respaldaba en el adulto y 5. to le permitfa habitar su mundo infantil Ileno de inocencia. El ni- fio era considerado un ser inmaduro y sus errores eran conside- rados como el precio de esa inmadurez. El adulto cargaba con la responsabilidad de educarlo y hacer de él un hombre de bien. La divisién entre el mundo del adulto y el mundo del nifio era clara y bien marcada. Las transgresiones no eran aceptadas. Tanto el adulto como el nifio conocfan su espacio. Pero este mun Sandra quiere saber si puede salir al jardin a jugar con los veci- nos. Abre con mucho cuidado la puerta de la sala para descubrir a su madre platicando con la tia Berta. Cuando se dan cuenta de su presencia, las mujeres bajan la voz e interrumpen su conver- saci6n. Hay un silencio embarazoso mientras la nifia espera que la madre le indique con la mirada que puede acercarse. Sandra se aproxima, pero se detiene a una “distancia prudente” y aguat- da sin hablar hasta que la madre le pregunta lo que desea. “Si, puedes salir un rato hasta que te llamen a cenar”. Ambas muje- Fes observan a Sandra retirarse antes de continuar su conversa- cién. Este ejemplo nos transporta a tiempos ya olvidados en donde las conversaciones de adultos eran sélo para adultos. Ningtin nifio era admitido en estas pliticas, pues se consideraban “inapropit das” para ellos. Los adultos cuidaban celosamente todo lo que 4& clan, y el nifio se enteraba sélo de lo que el adulto consideraba EL BIENESTAR DEL N Ss conveniente, Esto permitéa una separacién clara entre ambos mundos, ya la ver offecta una proteccién importante al nines pucs evitaba que eseuchara comentatios perturbadores que pu dicran llenarlo de micdo y preocupacién. No se estresaba en re- lacign con situaciones que no le incumbfan ni estaba en su poder ambiar. (Qué diferente de lo que vivimos en estas épocas! El bienestar del nifio Antes los padres cuidaban al nifio y daban preferencia a su bie- nestar, Su vida era regulada por rutinas consideradas sagradas. Se desayunaba, comfa y cenaba a una hora fija. El bafio y la hora de dormir eran parte de un ritual que se sucedia, dia con dia, de ma- nera inalterable. Las excepciones eran raras y consideradas como un regalo del cual se gozaba sdlo en ocasiones privilegiadas, co- mo la boda de la prima, la Navidad 0 el aniversario de los abuelos. Esta rutina inviolable oftecfa al nifio una estructura que le proporcionaba seguridad emocional, pues sabia qué esperar y no vivia de un sobresalto a otro. No requeria de adaptaciones cons- tantes que lo estresaran. EI nifio pequefio no tenia mas trabajo que jugar y dejar que el adulto se encargara de atender sus necesidades fisicas. La ma- dre generalmente estaba en casa y le oftecia todo el apoyo que él necesitaba, Hasta su ingreso a la primaria, el nifio pasaba todo el dia en casa observando el quehacer de los adultos. Raramente sa- lia y la prisa no existfa. El nifio despertaba cuando habfa descan- sado lo suficiente, y cuando com{a nadie lo apresuraba. No habfa expectativas respecto a lo que tenfa que aprender y a lo que tenfa que lograr. Era nifio y nadie tenia por qué esperar mds. Se le per- mitia germinar y florecer como a la planta en el campo, que s6- lo requiere del ambiente necesario, El nifio en edad escolar tenfa que ocuparse de ir al colegio y hacer Ia tarea, y el resto del tiempo era suyo, para disfrucar. Las tareas escolares de antafio eran consideradas sélo un apoyo al tra- & -» LA EDUCACION AUTORITARIA bajo reliza por el nifio durante la mafiana en la escuela, y ogy, paban poco de su tiempo por la tarde; tenia libertad para juga, con sus hermanos y vecitos. Apoyo familiar Las madres gozaban del privilegio del apoyo & otras mujeres madre, tia, abuela, que las ayudaban y ensefiaban eee alos hijos. La madre y la abuela dedicaban su noone educar ala hi. ja y la inducian al mundo femenino, para que copiers acoger, proteger y nutrir a su hijo. Este sosten femenino oftecfa una guia para saber cémo y qué responder ante las demandas del nifio, Ayudaban a despertar en ella el instinto materno, a fin de que con. tactara y satisfaciera adecuadamente las necesidades del pequeiio, Este instinto materno le permitia después desenvolverse con seguridad y la ayudaba a tomar decisiones firmes sin perderse en dudasyy cavilaciones. En ningiin momento pensaba que necesita. ba dar explicaciones de sus determinaciones ni al hijo ni a otros adultos. Nada de comparaciones con los vecinos ni de consultar con el psiquiatra o el consejero familiar. Pensaban: “En mi casa las cosas se hacen asf, y al que le guste bien, y al que no ;tambign!” Recuerdo haber preguntado de nifia: “Por qué no puedo ir a dor mir a casa de Regina?” Mis padres me respondieron: “Porque no". Cuando me encontré con mi amiga, ella me pregunts por qué me habian negado el permiso, y yo le dije: “Que porque no”. “iAh!", me respondid. Ambas quedamos conformes. “Porque no”, o “porque st” era suficiente explicacién que mante- nia satisfechos alos nifios de esa época, Secuelas emocionales Si bien era acertado que se cuidara el bienestar fisico del nifio y que ambos mundos, el infantil y el del adulto, estuvieran clara~ SECUELAS EMOCIONALES = 7 mente separados y que fas madres contaran con wn apoyo por de otras mujeres, los padtes no reflexionaban sobre la parte 5 con- gecuencias emocionales de sus actos con respecto al nifio. ‘Tenfan sara lo que esperaban de él, Si para lograrlo eta necesarie humi- ilalo y azotarlo, effin justificaba los medios, EI nifio er cia bajo ia benevolencia o la edlera de los adultos, que no se prepuntaban sobre las consecuencias emocionales que aquél pudiera suftir, Habia que evitar que el hijo creciera “torcido”, y el cémo los te- nia sin cnidado. Aun nino de 7 afc s le dio por tomar dinero de la cartera del pa- dre. La primera vez que lo hizo, el padre le pegd; la segunda vez lo azot6, pero la tercera lo encerré tres dias en su cuarto a pan y agua. El muchacho no volvié a tomar dinero del padre. Escarmenté, pero también quedé lastimado. Qué puede pensar y sentir un ni- fio de esa edad a quien se le encierra y se le trata como a un preso? Otro incidente que marcé a una amiga: “Tenia 6 afios cuando me sirvieron un huevo de desayuno. Como cl huevo no me gustaba, pensando que no me veian, me levan- (6 disimuladamente y lo tiré a la basura. En mi familia jamas se desperdiciaba la comida, pues mi madre es de origen aleman y le tocé vivir penalidades durante la segunda Guerra Mundial. Ella se dio cuenta de lo que habja hecho y sin decir palabra, cuando toda la familia partia de dia de campo, me tomé de la mano y me encerré en un oscuro patio de servicio. Ahi perma- nect sola todo el dia, hasta que cuando regresaron, de noche, mi madre abrié la puerta, me tomé de la mano y me llevé a cenar. Me sirvid... huevo”. Aprendié su leccién: hay que comer lo que nos sirven, nos guste 0 no, pues la comida no se desperdicia. La intencién, buena; la forma, nefasta. Lecciones aprendidas con el hierro candente no se olvidan porque las guardamos en la memoria como recuerdos que atin palpitan cubiertos de dolor y resentimiento. UTORITARIA SUCACION Al pw cou cca aria en las escuclas Jucacion autoritaria en | Fduee ia de la humanidad, todavia hay escuclas A sen Pe esgrack 5 : " ; . Pana dese ens Eno tiene que aprender, y el precig gic” hajo este regimen. rea ip ee sr ello no importa. Aunque sea por medio de burl ' auc pc = Mrilaciones o golpes, cién, Los padres aceptan cs agado. Si no, ¢qU' En un colegio preescolar de prestigio, el hip a mi amiga uy compaferito eran especialmente inquietos. ndia la maesta, Ps sabiendo qué hacer, los amarré con sus suéteres a la silla lesen brio la boca con cinta adhesiva. lo que cuenta es que aumente su cali: i ae te maltrato por micdo a que sy hij ; 05 é va a ser de su futuro? a quede rez ‘Santo remedio! Se acabé el problema. pune secuelas emociong. les, ésas que las arreglen los padres después. Para eso estén los psi. célogos, jno? Me enteré, por otra madre de familia, que en la escuela de sus hijos sentaban a los alumnos de acuerdo con sus calificacio- nes. “;A qué te refieres?”, le pregunté. Me explicé que a los alum- nos los ubican en sus pupitres, por hileras, de acuerdo con el pro- medio de sus calificaciones; es decir, los nifios mds aplicados, de diez, en la primera fila, los de nueve en la segunda, y asf sucesiva- mente, quedando hasta atrds los reprobados. / Me quedé boquiabierta. Empecé a imaginar lo que siente y piensa un nifio sentado con los reprobados. “Soy un fracasado, no sirvo, soy lo peor, soy una vergiienza”. Con seguridad ha de Pensar: “Para qué seguir en la escuela”, Creo que no existe una me nce ita aun alumno, / “died? Fsteniio debe semtie init en ee ae : dems’. Se lena de arrocmnge ntlablemente “mejor que i: fetiores, Pero le asalea ei aed puede ver a los otros aes = ao escolar como el mej e oe no Puede ste n ee ie fraudo a mis padies y mracsteng Ere eden oeee a i flloy Y maestros? El precio que este nifio pag? © EDUCACION AUTORITARIAEN LAS ESCUELAS we 9 ivir con inseguridad y miedo de perder lo que ticne, Como re- vivir ¢ s jane Itado tenemos a un nifo den sulta sind estresado, Si observamos, en este sistema todos pierden, Pi cados que se sienten humillados, pictden los de ent ados ‘ ; arrvjensan mediocres, y picrden los mis avatrzados se pienss Y prenden Jidos por los adultos, pero rech didos icrden los medio, que , que son aplau- ados y envidiados por sus com- afer ae . , , Podriamos escribir multitud de anécdotas del maltrato en las uclas que atin siguen este régimen autoritario. En estas escue- escuclas ; : las se educa al cerebro, pero se lastima al corazén. a aa ; capitulo 2 El salto del autoritarismo a la permisividad “No tengo idea de cémo voy a educar a mis hijos: lo Unico que tengo claro es que no voy a cometer los mismos errores que mis padres”. Este se convirtié en el nuevo lema de aquellos adultos que de ni- fos sufrieron heridas a manos del sistema autoritario, Han deci- dido que no quieren tratar a sus hijos como fueron tratados ellos y buscan un cambio radical, un nuevo camino. Con esta sincera resolucién han oscilado de un polo a otro. Es asf como de ser autoritarios se han convertido ahora en padres permisivos. Si alguien duda de lo que significa esta permisividad, sélo basta ir a un lugar piblico y observar a los padres con sus hijos: Eugenia y Alberto estan en un restaurante con su hijo Ricardo de 4 afios. El padre revisa su agenda en busca de una anotaci6n, mientras la madre contesta su celular. Ricardo empieza a jugar con el cenicero de vidrio. “Déjalo, Ricardito, que lo vas a rom- per”, le dice el padre mientras saca su cartera. “Déjalo, caramba, que lo vas a romper”. Esta advertencia la repite varias veces, has- ta que se escucha cémo azola el cenicero en el piso y se quiebra en mil pedazos. {Te dije que lo ibas a romper, qué necio eres!” La madre baja el celular y le dice a su esposo: “Llama a la me- sera, dile que nosotros pagamos el cenicero”. Ricardito empieza a jugar con el salero y el pimentero. Se pone de rodillas, desta- pa el salero y riega la sal por todo el piso. “Deja de hacer cochi- nadas’, le dice el padre. La madre cuelga el teléfono y le dice a u Apis ALA PERMISIVIDAD 1 satto DEL AUTORIY jlo se esta entreteniendo. ;Qué ee sjalo, sOlo 88 ay, dgjaloy , suc ” Ja comida psp0s0: + est muchas veces presente en cuey ivo esti : i ” Pety + permis as veces Pp © 69 ip Bra ri 1 pero no ve Sélo se medio ocupa del ni ct ma. Mira a ee aan! no en alt (en libertad de hacer todo lo que quiere sin we sabe que est cidn alguna. Mundos integrados: el nifio adulto y el adulto nifio Hemos iniciado una época de integracién en donde quetemos unificar todo: a nivel econdmico le llamamos globalizacién 5 ani. yel sexual, unisex; a nivel religioso, ecumenismo. Son mani festa. ciones de la necesidad humana que nos lleva a buscar la unibn con otros, para desaparecer aquellas diferencias que nos separan, Surge de la necesidad inconsciente de regresar a la unificacién que una ver tuvimos en el mundo espiritual. Una manifestacién, aunque equivocada, de esta tende el deseo de unificar todas las edades, el Nia, es iminar la separacign entre © evitar a toda costa), al ni- Srque al vestitlo como joven erienc; “Y empezamos a demandat MUNDOS INTEGRADOS: El NINO ADUITO Y EL ADULTO NIKIO. NO m 19 En este sentido hay que ver cémo han eambiado los A 7 A hnice ; a 5 comen- tarios y juegos que hacen los niftos en los preescolares fee ares en relacién con la sexualidad. Si antes jugaban al doctor y a "si te bj / i t a utyas tu cal- yo me bajo el mio y te ensefio”, ahor : _ sain y me ej a lbe una aifla pata jugar a que hacen el amon No fla made eveandalizada que vaya al colegio a quejati falta dienes sorprende, silos nivos ven programas eee sen la television y en el cine? ;Si : adultos er ny en el cine? :Si muchos estan solos frente ia computadora y tienen acceso a fa pornograffa en el interne? Leticia encuentra a Selma con su hija de 6 afios, saliendo de | Edel ci Ever Gaia pleats (0) seat cies fuerte la pelicula para tu hijita, ;no crees?” “Si, pero no fect quién dejarla y como era el iltimo dia que la pasaban, pues fa didi traerla. Pero no creas, le tapé los ojos en las escenas que no eran para ella”. : Aunque tratemos a los nifios como jévenes, la nifiex no se elimi- na, sdlo se distorsiona, se acorta, se llena de miedos y se enferma. EI nifio interpreta, a su manera, las situaciones que no compren- de y crece golpeado por una realidad demasiado cruda para sus escasos afios. Otra interpretacién, desafortunadamente equivocada, de es- es la que se refiere a la igualdad en- ta tendencia a la unificacién, hombres y tre los sexos. Se traduce en buscar que seamos iguales 3s aquello que nos distingue. Esta situacién nos pone en competencia, y en ver de unificarnos,cerminames separandonos més que nunca Somos iguales en cuanto a que ambos somos seres humanos que merecemos respeto y dignidad. Somos iguales en derechos, en que merecemos las mismas opor- tunidades y el mismo trato de respeto en el trabajo y en el hogar. ‘Ambos tenemos derecho a crecer y realizarnos como personas. Lo anterior nada tiene que ver con éliminar las diferencias que nos caracterizan a las mujeres y a los hombres. Si reconocemos inter namente el verdadero sentido de la igualdad que compartimos, desecharemos la necesidad de competir para demostrar nuestra superioridad. mujeres, que borremo 14 ee EL SAITO DEL AUTORITARISMO A TA PERMISIVIDAD Por otro lado, la interpretacién equivocada de los derechos humanos en relacién con el nifio se traduce en la idea de que és. te y el adulto tienen la misma madures y poder de juicio, Un ejemplo es la ley, en Estados Unidos, que permite que un nifio demande a sus padres por maltrato. Ponemos tna responsabili- dad de adulto en manos de un nifio; spodemos imaginar el con- flicto interno que le ocasionamos al pensar que tiene la posibil- dad de disponer de la vida de sus padres? :Para cudntas manipulaciones se presta? Aunque la intencidn de evitar el abu so infantil es buena, su implementacién es un error garrafal, gCudntos nifios en dicho pais, disfrutando de este nuevo poder zan para amenazar y manipular a sus padres si son regafiados 0 no son complacidos como ellos desean? en sus manos ahora lo ut Gracias a esta ley, los papeles se han invertido: el nifio controla y el padre se doblega. éInteligencia significa madurez? La Ifnea clara que marcaba la separacién entre el mundo del ni- fio y el mundo adulto se ha borrado. El nifio en este acerca- miento de permisividad es considerado sabio, maduro y muy in- teligente. Capaz de decidir y dirigir su vida. Pero hay que analizar esta nueva perspectiva. :El nifio es sabio? En algunos aspectos te- nemos que decir que sf lo es. Melisa, que atin no cumple cuatro afios, le dice a su madre: “Mama, td sabes que cuando me gritas me duele mi corazén?” Y Sergio, de 13 ajios, le dice a su madre, que insiste en con- trolar toda su vida: “Mira mam, imaginate que es como hacer un edificio; t ya pusiste los cimientos, y ahora a mi me toca construir lo demas.” Son inteligentes? S{, pueden ser muy inteligentes, y a edad muy temprana sus respuestas nos pueden, muchas veces, sorprender por lo atinadas que son. LINTELIGENCIA SIGNIFICA MADUREZ? 15 Pablo tiene 2% aiios y quiere ponerse los zapatos, pero se f ante la dificultad y pide ayuda. La madre, que rs a para que se esfuerce y sea independiente, le dice: ‘inténtalo, Pablito, inténtalo”. Mas tarde el nifio quiere treparse a una ba da, pero viendo que no alcanza le grita a la madre are lo : ude, “Inténtalo, Pablito, inténtalo”. En Ia madrugada, Pablo Ie ide que le lleve una mamila a la cama y la madre le Contesta queno puede, que se duerma. Pablo le grita: “Inténtalo, mama, inténtalo”. Dos aiios y medio y el nifio ya sabe cémo regresarle a la madre sus propias ensefianzas, entiende el sentido y sabe cémo aprove- charlas para su beneficio. Otra anécdota simpatica: Fabiola quiere que su hijo de 3 afios se baie. “Hijo, deja de ju- gar, que es hora de bafiarte”. Pero como esta muy entretenido, Tofio, ignora la orden de su madre. Después de insistirle varias veces, por fin se acerca molesta y le grita: “Tofio, jdije que a ba- arte! Voy a contar, uuuno, dooos...” El nifio corre y obedece. Una vez bafiado, se sienta a cenar. “Quiero leche con choco- late”. La madre lo ignora. El nifio repite con el mismo tono de la madre: “Voy a contar, uuuno, dooos..." aInteligente? Si, muy inteligente, gpero inteligencia es lo mismo que madurez? Aqui esté la confusién. Pueden ser muy inteligen- tes, tener una sabidurfa que nos asombra por su profundidad, pe- ro eso no quiere decir que puedan manejar sus vidas 0 que ten- gan la madurez para tomar decisiones importantes. Porque la madurez es resultado de la experiencia, es decir, de asociar causa y efecto y poder recordarlo. Pero el nifio no tiene todavia la ca- pacidad para hacer estas asociaciones y, gcdmo puede tener me- moria de situaciones que atin no vive? Jorge, de 9 meses, est en el tapete con su primo Alejandro de 6. Jorge se acerca gateando, toca el brazo rechonchito de su pri- Alejandro suelta un fuerte alarido de dolor mo y lo muerde. mientras Jorge lo observa asombrado. pERMISIVIDAD sa ca EL SATO DEL AUTORTARISMO A UA PERMISI a i momento ha asociady a sorprendide 18 do del otro bebé. Al nif . ¢ La mordida ha ea fi aoe adder como funciona ef mundo y darse cuenta de oe 4 Ae . at impacto cn los demas. Cudntas veces nos. Jorge mira qui n ‘ itud tiene ur see aeedultos maduros no eaemos en cuenta: ;todavia ng acabamos de aprender! Alex se encuentra con su amiga Rina. “Oye, Rina, ;d6nde se es. ta escondiendo tu amiga Celina? Cada vez peel veo parece desaparecer”. Rina se encuentra Mas tarde con Cel ina, fue le ex. plica: “Ya no lo soporto, ya le dije mil veces que me aburre que s6lo hable de automéviles, pero no entiende”. Madurez también implica tener vision hacia el futuro. Compren- der cémo me afectard el dfa de mafiana lo que hago en este mo- mento. Olvidamos que el nifio pequefio vive en el presente, no tiene atin nocién del mafiana. Al nifio pequefio, de meses, cuan- do le retiramos un juguete, para él ese juguete ha dejado de exis- tir. Fuera de su vista, fuera de su existencia. Por eso en vez de re- gafiarlo cuando esté tomando algo que no debe, hay que quitarlo del lugar o esconder el objeto. Cuando el nifio es més grande, digamos de edad preescolar, observamos lo siguiente: La madre llega a recoger a Jerdnimo de 4 ajios a la escuela, y con expectativa le pregunta: “;Mi hijo, qué hiciste hoy en la escue- la?” El nifio responde: “Nada”, mientras abre su lonchera y se empieza a comer el pedazo de galleta que sobrd. “Como que na- da, estuviste muchas horas, algo has de haber hecho”, Entre mor- dida y mordida le contesta desinteresadamente: “No, no hice nada”. La madre mangja el auto a casa preocupada y cuando lle- ga le dice a su esposo: “Oye, creo que seria bueno pensar en cambiar de escuela a Jeronimo, qué caso tiene gastar en un co- legio tan caro, jpara que no haga nada!” Como fui maestra de preescolar, muchas veces atendi a madres Preocupadas que pensaban que su hijo se pasaba la mafiana en- tera de ocioso. Cuando explicaba todas las actividades en que Participaban, algunas todavia me miraban con incredulidad, y LINTELIGENCIA SIGMIFICA MADUREZ? «= 17 ime daba eventa de que pesaba mis el comentario de su hij { ecesi enict te Jo que rhmfo, Necesitamos entender que el nifio no puede atin neseiee rset iio atin recorda a voluntad lo que le pedimos, pues sélo tiene memoria asoci a a asociati « decir, recuerda cuando algin olor, imagen o coment i : ario, cpierta la memoria, Ast, sien la tarde, al estar jugando en I val led sala, Jewénimo escuicha na cancién, puede que recuerde el jue ego que hizo en cl colegio con sus compaficros y empicce a plati peemene El clo dean penne ae) ee abuela, una cara enojada al policia del estacionamiento. Por i ciacién el nifto pequefio recuerda y, por tanto, es intitil pedirle que a voluntad platique todo lo que hizo por la mafiana. Para él Jo que hizo en la escuela es un pasado muy Iejano y que no tiene ahora el menor interés. Su atencién sdlo est enfocada en el mo- mento presente. Este ejemplo de una sobrina mfa nos puede acla- rat e6mo percibe el nifio el tiempo. “Mama, jcudndo vamos a ir a comprar mis zapatos?", pregunta Rosalia de 3 afios. “Mafana, mi hija”. Mas tarde, cuando estén desayunando, pregunta: "jCudndo vamos a ver a la abuela?” “Maifiana, hija". “Cuando regresa papa de viaje?” “Mafiana”. La hifia se queda reflexionando: "Mam, siempre es hoy, zverdad?” El futuro no tiene gran significado para el nifio pequefio que vi- ve en el eterno presente; conforme va creciendo empieza a am- pliar su horizonte para incluir tanto el pasado como el futuro. Lo ipcién del espacio. Por ello, antes de mismo ocurre con su perce ido ensefiarle ni historia ni geografia, los nueve afios no tiene senti ya que sélo repetiré los conceptos como loro, pero sin ninguna verdadera comprensién. Cuando tratamos de apresurar esta madurez en el nifio nos podemos sentir muy frustrados. Pensamos que si damos largas explicaciones a este nifio, que consideramos muy listo, podra comprender las consecuencias de sus actos; al hacerlo, dejamos gn sus manos la responsabilidad para después sentirnos decep- cionados, cuando toma la decisién equivocada. Que yo le expli- que al nifio, por inteligente que sea, no quiere decir que él com- SAITO DEL AUTORITARISMO A LA PERMISIVIDAD ae 8s pero no comprende, pues la comprensién 56), prenda. Entiende , a sin lo que decide en él no €8 su juicio ¢. es resultado de la madure: no sti apetencia, su deseo del momento. Julién quiere otro helado. “No, hijo”, explica pacientemente |g madre. “Ya es demasiado, después vas a estar con dolor de est. mago”. Julian empieza a gritar: "jjQuiero otro, quiero otro!” La ma, dre, intimidada por el arranque de célera del nifio y ante las mi. adas molestas de los adultos, le compra lo que pide. Una vez en casa, Julian empieza a quejarse de que le duele o| estomago. “Te lo dije, por Dios, cudntas veces te lo dije, pero eres un necio...”, le recrimina la madre. Cuando dejamos que el nifio tome la decisién equivocada y sue fre después las consecuencias, el famoso “jte lo dije! sdlo €s sal que afiadimos a su herida. Cometemos una gran injusticia cuan- do dejamos decisiones en sus manos que no le corresponden, y después lo regafiamos 0 lo castigamos. El error y la falta de juicio no son de los nifios, son nuestros al insistir en que tengan una madurez de adulto cuando atin son pequefios 0 jdvenes. Francisco tiene 15 afios y sus amigos quieren ir a pasar el fin de semana al lago de Tequesquitengo. “Lo siento, Francisco, pero si no los acompajia algiin adulto, no vas”. Francisco le grita a la madre que es una anticuada y muy enojado le azota la puerta La madre se sostiene en su decisién y no le permite ir. El lunes, cuando Francisco regresa a la escuela, le platican sus compaie- ros espantados que Julidn habia estado en el hospital, pues estu- vo a punto de morir ahogado cuando, alcoholizado, traté de sa- car la lancha y cayé al lago. La madurez se adquiere con el tiempo. Sélo la madre puede vis- lumbrar el peligro que corre un muchacho de esta edad, en esas circunstancias. ;Por qué insistimos en tratar al nifio y al joven co- mo adultos? ¢Por qué insistimos en querer borrar esta etapa de la vida y apurarlos a cargar con responsabilidades que no les corres- ponden? Si pudieran desempefiarse como adultos estarfan ya vi- viendo independientemente y no necesitarfan de nuestra ayuda, éPcto esto es posible? Si los nifios estén con nosotros es porque EINTELIGENCIA SIGNIFICA MADUREZ) 1 2?» 19 sitan. Necesitan de nuestra puta y buen nos nec * : ; juici carlos. Cuando vemos la infancia del Dalai Lang nn Patt ee lai Lam: As apreciamos ¢4- moa pesar de que su madre sabfa que c a que estaba prede 1 predestinado ao oct par un puesto tan importante, eso no evitaba que lo tra educara como correspondta a su etapa de vida, come nena” exporaba otta cosa de dl ni evitaba ponetle limites ened ke” Pe reeeeecieN Els oe steve fee tae Perec lugar que le correspondfa. eee En este mundo actual, en a inte del nifio en el del adulto, le hemos abiere rae : a one Paneer 0 al nifio la puerta prin- cipal sin poner limite alguno a lo que puede escuchar o ver. Asif conversamos en el coche sobre el divorcio de nuestra oni aie encontré al marido con otra, y cuando el nifio sorprendido nos pregunta de quign hablamos, le decimos simplemente que no la conoce. Vemos en el noticiario arrestos, guerras y violaciones mientras el nifio juega al lado. O escuchamos en el radio las no- ticias sobre el tiltimo secuestro al conducir a los nifios al colegio. El adulto pretende que el nifio est4 ausente, sordo o ciego. EI resultado de inmiscuir al nifio en nuestro mundo adulto es que lo Ilenamos de miedo. Le permitimos que presencie y es- cuche situaciones que emocionalmente no puede digerir y se an- gustia, Cuando escucha en la telenovela que el padre ha abando- el nifio hace la transferencia a su vida y sufte nado a la madre, Cuando ve pensando que lo mismo puede ocurrir en su familia. sinatos que ocurren en el Medio Oriente, y co- piensa que esté ocurtiendo en ayuda a ate- en el noticiario ase: mo atin no tiene nocidn de espacio, la casa vecina.y ninguna explicacién lo consuela 0 lo , {culo televisivo. nuar la zozobra que siente ante tal especta lad de México, me platicé una maestra alumnos que no podian salir al acercé y le dijo al ofdo: ar en el jardin, En un colegio de la ciud que cuando un dia le avis6 a sus a nifia se le jué no pocemos jug m6 todo el pasto! recreo en el jardin, un “Maestra, yo ya sé por 4 iPorque la lava del Popo ya que! DAD 20» EL SALTO DEL AUTORITARISMO A LA PERMISIVI ‘habia escuchadlo los noticiarios de esa se. i je crupcién del volcén Popo. Seguramente esta ni -anunciaban el peligro d roledn mana, que anunc tigre ya kabl ebjers catépetl, Era un hecho, para ella, ee al salén de clases. jardin de su escuela y estaba por entrar iPeligro! Especie en extincion: el nifio inocente El precio que estén pagando los nifios en a por ha integracién de esos dos mundos ¢s muy alto. El precio eh pe. dida de su inocencia. Antiguamente, nificz era sindnimo de ino. cencia; pero hoy en dia ya ni sabemos cémo se escribe esta pala- bra. ;lnocencia se escribiré con “h”?, nos preguntamos. Cuando arrancamos al nifio de su mundo infantil, de ese mundo magico donde se maneja a su antojo y se encuentra se. guro, para incluirlo en el mundo adulto, lo volvemos impotente y desvalido. Lo mandamos a la guerra sin fusil. Como la fruta que ha sido madurada artificialmente, que conserva su bella apa- riencia, pero ya no tiene sabor, cuando el nifio pierde su inocen- cia, su alma se encoge y endurece. El mundo deja de ser bello y seguro para volverse incierto y amenazante. El nifio deja de con- fiar y se protege con cinismo y agresién. Cambia su alegria de vi- vir por el resentimiento de existir. Después nos sorprende saber que la depresién infantil va en aumento. Al finalizar un taller se acercé un padre con mirada angus- tiad. “Escuché un Feportaje sobre abuso sexual de nifios, y tratando de Proteger a mi hijo de 5 aiios, lo senté y le expliqué todo lo que le podia ocurrir si no se cuidaba, A partir de ese momento no a de mi lado. Esté con mucho miedo. IAPORATE, MI HINTON ye ai pero la realidad es otra. Cuando el niio picrde k : . . lt inocencia tes de tiempo, pierde un tesoro irrecupe ae rable, Rasgamos su al- comprensible, que pa- antes de t I a enfientarlo a an mundo crude e in ee leno slo de dolor, Aunque es una fantat, la pelicula La vid e bella mes, I: historia de wn padre que en la peor de lis circunstancine se de preservar la inocencia desu hijo. @Por qué gusté tanto esa c Heula? Porque apela ae | anhelo inconsciente que tenemos de co. pectarnos con la parte bella de la vida y desechar lo que cs inj to, doloroso y nos degrada. Como es este nifio inocente? Es espontineo, ocurrente, fresco, y se siente contento de exis- tir, Su abrazo entusiasta es abierto y confiado. Sus movi- mientos, ligeros y graciosos. Vive lleno de asombro y cada detalle del mundo lo maravilla. Sin esfuerzo alguno percibe y toca lo bueno en cada uno de nosotros. Somos lo que so- mos, y con eso ¢s feliz. No espera nada y espera todo. Si lo contemplamos, veremos que atin tiene estrellas en los ojos. El nifio inocente es tan bello, que me pregunto: ;Por qué lo que- remos cambiar? ;Por qué preferimos a ese nifio desfasado, des- confiado, de movimientos erraticos y nerviosos que pretende que nada lo impresiona, pero en la noche no puede dormir? Es como la planta que sembramos a la intemperie y crece débil, torcida por los azotes del mal tiempo. En cambio, la que germina y cre- ce con todos los cuidados en el invernadero, se encuentra después fuerte y bien arraigada para que, al ser trasplantada, pueda so- portar cualquier inclemencia. Asi el nifio que se mantiene prote- gido ¢ inocente y que se le permite madurar lentamente, cuando despierta a la vida tiene la fuerza que necesita para enfrentarla. iApurate, mi hijito! El cambio de ritmo en nuestras vidas ha sido la causa mas im- portante en la transformacién de la dindmica familiar. Si pre- MO A LA PERMISIVIDAD afios c6mo sc llama, puede que nos ” “Mi hijito”. gPor que a durante cl dia. 22 -e EL SALTO DEL AUTORITARIS! guntamos a un nifio de dos ae ido? conteste: “Aptirate’, “ZY tu apellde? Porque son las palabras que mds esctted adn dormida cuando escucha la voz de sy al Levantate, que se NOs hace tarde”. Luisa Cama y cuando oye al perro ladrar se haces? No tenemos tiempo para perder, mpieza a quitar la pijama. Luisa Luisa, de 3 aios, esta madre: “jApurate, hij se sienta lentamente en |: dirige a la ventana. “Qué ven a que te vista”. La madre lee a E toma un zapato y tala de ponérselo. ‘Asi no, nena, deja que yo lo haga y asf acabamos mas rapido”. La madre, en pocos minu- tos, termina de vestirla y la carga al bafio. La sienta s el excu- sado mientras le moja el pelo. Luisa toma un peddazo ¢ le papel de bafio y empieza a hacer bolitas. “Estate quieta, no hagas tonte. tias”. La toma de la mano y la conduce a la cocina, donde le sir. ve un plato de cereal con leche. “Quiero un huevo revuelto”, “No hay tiempo para hacer huevos revueltos; cémete el cereal, que se nos hace tarde para el colegio”. Luisa toma la cuchara y aplasta las bolitas de cereal y observa como vuelven a flotar, “Qué haces, por Dios, deja de jugar. jAptirate y come!” La ma- dre se sienta a su lado y le empieza a dar de comer en la boca, La nifia quiere protestar, pues siente que se ahoga. “Sécate con la servilleta y al carro. Corre, que se hace tarde”. La madre, con refrigerio y suéter en mano, la toma del brazo y la jala al auto- mévil. “Si nos toca trafico no Ilegamos... jNo puede ser! jTenemos que pasar por gasolina!” Cuando pienso en esta situacién, no sé quién me da més pena, la madre o la hija. Lo cierto es que estamos envueltos en un torbe- Ilino y al nifio no le queda mds remedio que seguirnos. “Aptirate, Eligio”. “sAdénde vamos, mama?" “No sé, pero api- rate”. am: i i "3 Ese f adre no miente a le esta ocultando a su hijo la razén de risa; realmente é estd i i up aka mente no sabe por qué esta apurada. La prisa nos in- 'o en nuestra forma de vivir. El nifio desde pequefio aprende que no hay peor cos i Debe aprovecharse siempre y a maximo. Es er cae pant oar Es con este pretexto que hemos climinado el juego de su vida. P Todo nuestro tiempo WAPORATE, MI HUITO! = 23 debe ser empleado de mancra constructiva y deberd tener un pdsito educativo. Pro- Maria llega al club y se encuentra a su amiga cf 7 poniendo el trae de bafio a su hija de 3 ree eae —"3C6mo, aun no la mandas a la escuela? Bueno, es tu prim ra, pero ya est4 un poco grandecita para estar en casa, sno cre- es? Catalina va al colegio desde el afio y la semana pasada em pez6 a leer y ya sabe usar la computadora. Sdlo tiene 4 afos, pero claro, es muy lista. sTe acuerdas de ella? Y bueno, ayuda que la puse en el mejor colegio bilingiie. Es muy cara, me cues- ta “un ojo de la cara”. 3Y cuanto crees que gasté en libros? Mejor ni te digo, un escéndalo. Pero mira, como dice la directora, ésta es la edad para estimularlos, para que aprendan de todo. Yo no hablo muy bien inglés, pero lo que sé se lo repito todo el dia. Acabo de inscribirla en unas clases en la tarde, para que se en- tretenga. Asi, cuando llega a casa Gnicamente hace la tarea y a la cama. jAh!, te queria recomendar la nueva tienda de juguetes educativos, asi juega y aprende. No quieres que se quede atra- sada, 0 si? Cuando Maria se retira, Lucfa se queda con un nudo en el es- témago mientras observa cémo “pierde el tiempo” su hija cha- poteando en la alberca. Pareciera que tenemos una cantidad limitada de tiempo que por tanto, amenaza con terminar- perdicio. Pero si obedecemos la ley de actividades en un trado la solucién: transcurre a gran velocidad y, se. De ahf nuestro terror al des de la eficiencia y desempefiamos el maximo minimo de tiempo, habremos entonces cncon! jahorrar tiempo! Eso quiere decir que me estacione en el mportante que si voy al supermercado si para aho- | lugar mds cercano a la entrada, rrar tiempo, escoger la fila del cajero més corta, para ahorrar tiempo, tener celular para no buscar una cabina telefénica y asi ahorrar tiempo. Usar microondas, comprar comida congelada ° precocida, para ahorrar tiempo, comprar y pagar mis cuentas en internet, para ahorrar tiempo. Por cierto, hay que emitir una ley que exija que se reduzcan los mensajes de las contestadoras tele- 24-2” EL SALTO DEL AUTORITARISMO A LA PERMISIVIDAD 1 hija adolescente de unos ami. fSnicas, pues nos quitan tiempo. este ahorro del tiempo, grabé el siguien. gos mios que comprende “Yq sabes qué hacer te mensaje en su contestadora, Eficiencia total, tres segundos Pero lo que atin no me queda claro es: gpor qué si cstamo qu . ahorrando tanto tiempo seguimos tan apresurados? ;Queé est su- cediendo con todo ese tiempo ahorrado? ¢Quién se lo esta que. dando? Nos estaremos engafiando? La alcancfa del tiempo Acabo de comprar un marranito de barro, una alcancfa de las que venden en los pueblos. Me fue dificil encontrarlo, pues parece que ya casi no los hacen. Pero yo la necesito. Necesito una alcan- cfa que me recuerde que hay que ahorrar y que no me permita tomar el dinero a la primera oportunidad. Las cuentas en el ban- co no me han funcionado. Creo que el problema es que en el fon- do soy anticuada. ‘Asi que aht est4 el marranito. Un recordatorio de mi obliga- cién. Y las tres preguntas que continuamente me asaltan son: jeudndo se va a llenar? ,Cudnto dinero le cabe? Para qué lo voy a usar? Son las mismas preguntas que nos podemos hacer con la al- cancia del tiempo que tan diligentemente estamos rellenando. Algunos padres estan ahorrando ese tiempo para cuando tengan comprado todo lo que desean: la casa, los muebles, la camione- ta, la casa en la playa. El problema es que cuando rompan el co- chinito del tiempo ahorrado, sus hijos ya no van a estar con ellos. Si ya son adolescentes van a preferir estar con sus amigos y les van a decir: “Vayanse ustedes a la playa, yo tengo plan con mis ami- gos”. Para su sorpresa, ahorraron tiempo para disfrutarlo solos. Otros lo estan ahorrando para utilizarlo en su vejez, 0 para cuando se jubilen. Algunos son muy buenos para ahorrar, pero ¢l cuerpo no les aguanta y mueren de un ataque al corazén antes de 'AAICANCIA DEL TIEMPO 25 oder gozarlo. Paradojas de la vid stos : cuando el nifio esta pequefi 4 pequetio y ansfa ansta os. estén muy ocupados para tar con sus padres, atenderlo y t¢ ae ends importante que estar con él. Cuando los padresse aa nen tiempo para estar con él, ya es joven y no le inter — sus padres. Ahora preficre a sus amigos y a la novia. Cuando olvidamos y confundimos nuestras prioridades, ol vidamos el lugar que ocupan nuestros hijos en nucstra side Olvidamos que sdlo serdn nifios por unos afios. Que no siem e nos estarin esperando parados en la puerta. Que no siempre se remos los primeros en sus corazones, ni a los que busquen para Hlorar sus sinsabores. Olvidamos que también para ellos trans- curre el tiempo y que una vez que esta nifiez se despide, ya no re- gresa. Que su compafifa es un regalo para gozar en el presente. En resumen, podemos decir que el precio de la prisa para los adultos es que: a estar con * Vivimos atolondrados * Abandonamos el presente + Estamos irritables y de mal humor * Desligamos el pensamiento del corazén + Perdemos el gozo y la alegria de vivir + Dejamos de digerir nuestras experiencias * Olvidamos y confundimos nuestras prioridades * Nos desconectamos de los que queremos * Perdemos el sentido de la vida Preguntas para reflexionar: + Estoy siempre con prisa? {Siento que nunca tengo sufi- ciente tiempo? ;Estoy cansada, irritable e impaciente? * Me quejo constantemente de mis hijos? Los regafio con- tinuamente? ;Me desesperan? * ;Qué puedo hacer para estar tividades puedo prescindir par ds relajada? gDe cules ac- 1 estar menos estresada? 26 -~ EL SALTO DEL AUTORITARISMO A LA PERMISIVIDAD jEstoy atendiéndolas? ; i son mis prioridades? * Cua ce Fagan ‘ncipal? hijo cs mi prioridad principal? ; : + ;Estoy dispuesto a dedicarle més tiempo? {Qué tengo que hacer para que esto sea posible? Las siguientes afirmaciones pueden ayudar a soltar la prisa y dar. les a sus hijos mds tiempo y atencién. ‘Afirmaciones para padres con prisa » Me detengo para alimentar con atencién el alma de mi hijo. + Tomo el tiempo para disfrutar y gozar de mis hijos. x Suelto mi prisa para apreciar las bondades de la relacién con mis bijos. EI precio de la prisa para el nifio EI nifio desde que nace est4 tratando de hacer dos conexiones: una con su cuerpo, al cual, por medio del movimiento, esté aprendiendo a dirigir y, por tanto, a dominar; y otra, con el mun- do que lo rodea, al que con sus sentidos quiere explorar, conocer y experimentar. Por eso todo toca, huele y se lo mete a la boca. Estas dos conexiones permiten al nifio, por un lado, integrarse como persona, desarrollar su individualidad y sentirse un “yo”, separado ¢ independiente de su entorno. Por el otro, le permiten sentirse parte de un todo, parte del nuicleo social y relacionado con la naturaleza que lo rodea. Separado, pero unido a la vez. Separado por su individualidad, pero unido como ser fisico, emocional y espiritual al cosmos. Eo es la paradoja de todo ser humano: scémo puedo mantener mi individualidad a la vez que me conecto y me siento parte del todo? Aunque podemos resumir este Proceso, un de manera muy es- quemitica, no podemos dej jar de reconocer que hablamos de al- go muy complejo, Cuando este Proceso, en el nifio, no se realiza de manera adecuad: . uada, nos : pot autismo, sindsorre te neontTamos con problemas de todo ti- » sindrome de déficit de atencién, hiperactividad, de- ELPRECIO DE LA PRISA PARA ELNINO 27 presién infantil, etc. Aunque sabemos que cn algunos casos puc- de haber ; a estos males, la vida poco saluda- ble que llevan los nifios en fa actualidad esté contsibuyendo al auz mento desmedido de nifios con estos problema zones genéticas pi Visitando un colegio privado en Estados Unidos, hace ya diez, afios, me co- mntaba la directora que cerca del 30 por ciento de lor nitos de esa institucién necesitaban de algtin tipo de ayuda, ya fuera fisi- exo emocional. ; Tenemos que preguntarnos: équé ocurre cuando apuramos al nifto y él esta haciendo estos intentos por autodescubrirse? ;Qué ocurre cuando por nuestra prisa y excitacién interrumpimos estos intentos del nifio por relacionarse con el mundo que lo rodea? Aarén, de 2 afios, esté absorto viendo cémo Ilueve. Escucha el ruido de las gotas que golpean el techo y observa como se des- lizan por el vidrio recorriendo lo largo de la ventana. Fascinado por el brillo del agua que se escurre, acerca su dedito, cuando se sobresalta al escuchar a su madre: “Aar6n, gqué haces? Te he es- tado buscando para que te cambies, pues en unos minutos llega tu tfa y saldremos de compras. jAptirate!” Aarén, desconcertado, se resiste cuando la madre trata de jalarlo del brazo. “No tengo tiempo para tus payasadas, te vistes porque te vistes sme oyes?” E] nifio intenta conectarse, pero nosotros lo desconectamos. Tendemos a pensar que lo que queremos hacer como adul- tos siempre es mds importante que lo que hace el nifio. La madre est subiendo las bolsas del mercado a su automévil. ‘Aar6n ha descubierto el borde de cemento de la jardinera a la orilla de la banqueta. Con toda su atencién y cuidando no per- der el equilibrio, se sube y empieza a recorrerlo poniendo un pie frente al otro para no caer. La madre cierra la cajuela del auto- mévil. En dos pasos alcanza por detras a Aarén, lo alza de las axilas y lo mete al coche. El nifio, sorprendido, protesta: “;Déa- me!” “Ya se nos hizo tarde, Aarén, y tenemos atin mucho que- hacer’. Caminar en un borde guardando el equilibrio es una tarea muy importante para Aarén y requiere de toda su concentracién. Po- pA <> EL SALTO DEL AUTORITARISMO A LA PERMISIVIDAD demos observar emo ef nifio con toda su atenci6n trata, me, diante st: movimiento, de conectarse con st cuerpo. Quiere con. vertirlo en un instrumento que pueda con toda facidad mane. jar y ditigir, Por ello disfruta tratando de vencer todos los rexos que le presenta la vida. Esta tarea, do su tiempo. Pero en vex de ayud con nuestra insensibilidad. / Cuando constantemente interrumpimos sus Intentos de co. los que lo rodean y consi. en los primeros aos, ocupa to. jatlo, obstruimos este trabajg nectarse con su medio ambiente, con 1 pa go mismo, el nifio empieza a volverse nervioso, pierde su aten- cidn y se torna disperso, 0 se retrace y Se deprime. Muchos nifios que presentan estos problemas sdlo son el resultado de la vida apresurada que llevan, que no les permite anclarse en la vida de manera adecuada, Se sienten perdidos en un mundo desconod- do y exigente, a merced de las corrientes que los arrastran. El precio de nuestra prisa es muy alto. Por qué pagar con te- rapias y medicamentos algo que podemos prevenir dandole al ni- fio el espacio y el tiempo que necesita para crecer? Espacio y tiempo que le permiten ser nifio, sin pardmetros absurdos que al- canzar, ni competencias que ganar. Espacio y tiempo para jugar, para explorar, para disfrutar. Cuando, como padres, le damos al nifio el cuidado y el tiem- po para que crezca sano, emocional y fisicamente, le abrimos las posibilidades para que desarrolle su maximo potencial. Porque cuando el nifio, en estos primeros afios, logra estas conexiones vi- tales con su ser y con su medio ambiente, le damos la posibilidad de crecer y convertirse en el autor de su propia vida. Puede afi marse y construir a través de sus elecciones y decisiones la vide que desea y merece. {Qué mejor regalo podrfamos darles? Adis a la rutina y bienvenido el estrés Si tevisamos qué nos esté ocu i triendo como humanidad en rel cién con la comida, podremos ver que estamos completando u" ADIOS A LA RUTINA Y BIENVENIDOS AL ESTRES » 29 cfroulo. Desde las condiciones de vida del hombre primitivo, que cra como animal, que sélo eazaba su presa para asatlay comée. vita, la humanidad poco a poco ha ido refindndose. De comer a la intemperic con las manos, pasamos a comer sentados con vrensilios y adornos en las mesas. Los platillos se tornaron mis vais sofisticados. Invitar a compartir una comida familiar cmpe. ra considerarse un honor. La hora de comer era un momento de convivencia familiar en donde se exigfa la maxima educaci6n y consideracién hacia los demés. Los buenos modales y la corte- sia eran muestras importantes de educacién. Las ocasiones espe- siales se celebraban siempre alrededor de la mesa. Comida y ce- lebracién significaban convivencia, la oportunidad de vivir en buena armonfa con la familia y con los amigos, darse el espacio para disfrutar. Al comer no sélo se nutrfa al cuerpo sino también el alma Pero con este cambio en el ritmo de nuestras vidas, estamos dando un giro de 360 grados y completando el ciclo: estamos re- tornando 2 nuestros orfgenes animales. Gracias al fast food esta- mos regresando al estado animal de comer cualquier cosa, de cual- quier manera y a cualquier hora. Lo importante ¢s quitarme el hambre y que sea répido, como el hombre de las cavernas, que sdlo buscaba satisfacer su urgencia. De comer con utensilios es- tamos retrocediendo a comer con las manos. Una hamburguesa, un taco, o comida chatarra. De usar platos estamos comiendo en servilletas o platos desechables. De comer sentados nuevamente estamos regresando a comer parados, en la calle, en el coche o don- de nos llegue la necesidad. De comer acompariados a comer solos. Observen, si no, a las masas de personas comiendo en un aero- puerto, sin hablar, con la mirada perdida, parados ante una espe- cie de mesitas altas que fueron disefiadas para que S° pudiera prescindir de las sillas; me las imagino como tna suerte de “peri- queras”. Eliminan la distancia entre la comida y la boca. Menor esfuerzo, muy practico. Observen asimismo al nifio sirvi¢ndose cereal para comer solo frente al televisor. Al hombre en la calle que come tacos y un refresco. O a Ja madre que le da de cenar ga 40. EL SALTO DEL AUTORITARISIMO A LA PERRISIVIDAD Hletas y yogurt al nifio en el automédvil, mientras maneja a to velocidad rumbo a su casa. Estamos regresando a nuestras rafces, a engullir en vex de co. mer, Pero zdénde queda el nifio en esta nueva modalidad? Pues apuradas. Que coma cuandg pueda, lo que pueda y como pueda. Que duerma como pueda, donde pueda y cuando pueda. Es la ley de adaptarse 0 morir. EI nifio se esta adaptando, pero ja qué precio! El precio que paga cs cl precio de su bienestar. Palabra poco usada en esta épo- como un anexo de nuestras vid: ca. Porque a quién le interesa que el nifio esté bien? Esta priori- dad esté al final de nuestra lista y, la verdad, la olvidamos. Las ru- tinas nos parecen cosa del pasado, son anticuadas. El padre moderno tiene mucho quehacer y el nifio que se aguante. Es verano y hace mucho calor. Carina sale de compras con su hi- jita de 4 semanas de nacida y a la que sdlo ha puesto un pajial. Entran al stiper climatizado y la madre pone a la nifia acostada en su sillita de plastico en el carrito de las compras. Se acerca a los refrigeradores de comida congelada y escoge varios produc- tos que deposita en el carrito al lado del bebé. Al terminar de comprar salen nuevamente al calor del estacionamiento. En la noche la bebé no puede dormir porque tiene la nariz tapada y algo de fiebre. ¢Por qué tanto nifio enfermo? Es bien sabido que los bebés y los nifios pequefios sufren hoy mds que nunca de alergias y enfer- medades del ofdo. Se tienen que ajustar a tantos cambios de tem- peratura y su organismo atin no est lo suficientemente maduro. Un bebé no es un adulto pequefio. Las abuelas de antaio insistian en que el recién nacido estuviera tapado y protegido en casa. Su instinto materno las llevaba a comprender que las necesidades del nifio y del adulto son diferentes. Es cierto que hoy en dfa, en mu- chos casos, es imposible dejar al bebé en casa y que las madres no tienen ayuda ni apoyo de los familiares. Pero tomar en cuenta y proteger al pequefio evita que suframos después teniendo un ni- fio enfermo en casa, ADI (OS A LA RUTINA Y BIENVENIDOS ALESTRES w 31 Cuando, en nuestro esfuerzo por modernizarnos, desecha mos las rutinas para comer y dormir, terminamos afectando | afectando Ia sa- jad fii del nifio, pues come mal y duerme mal. Un nifi ni 5 co al y du al, 0 que duerme mal y come mal es un no infelizs iettable, malhem rado ¥ frustrado. ae son las 9 de la noche, Alicia esta al final de una larga fi pagar en el supermercado, Damiin, de 1, aft, lor desaforeds, mente, la madre abre un paquete de donas que le oftece. El ni fio, enojado como esta, avienta la dona. La sefiora vecina trata de simpatizar: “Pobre, ya es muy tarde y ha de estar cansado, ;Cémo son lentos para cobrar en este supermercado! Deberian tener mas cajeras”. La madre, despreocupada, le contesta: “No, no puede estar cansado, se durmié toda la tarde en el coche. Este nifio siempre esta de mal humor”. Un nifio que no duerme a sus horas y no come a sus horas, es un nifio que no tiene bienestar. Su cuerpo necesita estar constante- mente readaptandose a los cambios en su ambiente y eso le pro- duce estrés. Nunca sabe qué va a comer ni cudndo. Se vuelve ca- prichoso pues nunca sabe qué esperar. El soporte y la seguridad que le oftece una rutina diaria Je hace falta. Muchos nitios eti- quetados como nifios demandantes, “de mal cardcter”, enojones, sélo estén estresados. Cuando las madres regresan a crearles una rutina de comer y dormir a sus horas y sin prisa, estos nifios se transforman en nifios encantadores. Muchas madres agradecen tanto este cambio en sus hijos y se dan cuenta de que el esfuerzo la rutina de sus hijos ¢s mfnimo en compa- racién con los beneficios que obtienen. Un nifio descansado y bien comido es un nifio relajado y contento. que hacen al cuidar Preguntas para reflexionar: * Esté mi hijo constantemente de mal humor, irritable y cansado? Esta estresado? ¢Cémo puedo ayudarlo para que esté mas relajado? * ;Tiene una rutina par para dormir o comet? comer y dormir? ;Tiene problemas

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