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también larguisima, Los antiguos habian ya caleulado
su duracién en 51 dias. La gran batalla de los libros
La dificultad
situdes de la
XIII a XV es contada como un solo dia
aumenta, porque el poeta introdujo las vi
batalla de los libros XIII a XV, con posterioridad a
la insercién y refundicién del poema del “combate en
la muralla”. Mas aun dejando a un lado estos cuatro
libros, quedan incongruencias. Kn el comienzo del li-
bro XI, la batalla permanece indecisa hasta la hora en
que el lefiador, fatigado, prepara su almuerzo en la es-
pesura del monte. Después de tantos combates, la ba-
talla en el libro XVI continga indecisa, mientras el
sol esta en el mediodia ; cuando aquél se encamina hacia
el ocaso, inelinase por fin la victoria del lado de Pa-
troclo. Sigue entonces la muerte de éste y el largo com-
bate alrededor de su cadaver, y aun cl dfa se interrum-
pe antes de tiempo, porque Juno obliga al Sol a
hundirse, mal de su grado, en el Océano 3).
Que tales incongruencias proceden de la diversidad
de los modelos que utilizara Homero, parece incontes-
table. Pero ello importa mucho menos que la pregunta:
(por qué no las enmendé el poeta, siendo asi que él
mismo enlazé la salida de Patroclo con la batalla del
libro XI? Hs digno de notar que la deseripcién de la
batalla se lee facilmente, sin obstaculo, tal como el poe-
fa queria; nada cuesta leerla de corrido. Pero équé
lector que no ponga en la lectura la atencién de un erf-
tico, se habra dado cuenta de que la salida de Patro-
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