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DRAFT: Please do not cite without author’s permission. BORRADOR: Por favor, no citar sin el permiso del autor. XT Congreso Internacional de Literatura Centroamericana San José, Costa Rica, 5-7 de marzo de 2003 Después de los pos-ismos: ;desde qué categorias pensamos las literaturas centroamericanas contempordneas? Werner Mackenbach Universidad de Costa Rica / Universidad de Potsdam (Alemania) wmackenbach@amnet.co.cr «Sobre literatura centroamericana [...] las reflexiones y registros de informacion son més bien escasos.» Asi resumid la critica e investigadora costarricense Magda Zavala hace mas de diez afios en su estudio voluminoso sobre la novela centroamericana entre 1970 y 1985 el estado de la investigacion acerca de jas literaturas centroamericanas. (Zavala, 1990: 13, véase 5s. y Kelly, 1991: 13s., 15) Y continuo: s circunscriben su mirada a la produccion eno, Las historias literarias siglo XX o tienden ento estético.» «Los estudios literarios en cada uno de los paise nacional, sin que se haya logrado el apropiado desarrollo int nacionales cuando existen Ilegan, sobre todo, hasta la primera mitad del a ser resiimenes sobre un periodo, una promocion de escritores 0 un movim (ibid) Escaneado con CamScanner Atribuyé esta situacién a una fragmentacién, en sus palabras, cbalcanizacion» economica y politica de los siete estados nacionales que actualmente forman la region centroamericana, que después de la independencia de Espafia en parte habian sido el «Reyno de Guatemala» y durante un tiempo levaban el nombre de Provincias Unidas del Centro de América (ibid.: 12) Doce aftos después, la situacion parece haber cambiado significativamente. No solamente, se han publicado un sinntimero de articulos y libros cientificos y ensayisticos acerca de las producciones literarias en la region, durante la década recién pasada.' Al mismo tiempo, estamos experimentando una proliferacion de teorizaciones y conceptualizaciones de las literaturas centroamericanas, que han dejado atras el cardcter meramente nacional, y hasta nacionalista, de las publicaciones anteriores. El enfoque nacional-vernacular-terrestre ha sido sustituido por una vista de pajaro, desde los altos olimpicos de la teoria literaria, que trata de analizar y entender las diferentes expresiones literarias en los paises del istmo, desde una perspectiva regional y su ubicacién en el proceso de desarrollo de las literaturas hispanoamericanas, e incluso, en un contexto mas amplio. En este discurso literario-cientifico, a partir de la prolongada polémica sobre el testimonio o la literatura testimonial y hasta las expresiones literarias mas recientes, ha dominado el recurso al prefijo «pos», en sus mas variadas combinaciones y constelaciones: desde la caracterizacion del testimonio como «un. nuevo género literario posnovelesco», en el texto «fundadom de la ortodoxia testimonial. del académico estadounidense John_Beverley, «Anatomia del Fee gino a testimonio», (en: Beverley, 1987b: 168) y la reconfirmacién del testimonio como So esenemeres si oavseneiasems eee prototipo de un «concepto no literario de la literatura», como una expresion de «postliteraturay (Beverley, 1995: 165s., véase también 145, 153, 158, 161s. y Escaneado con CamScanner me Beverley, 1996: 266-286), en un ensayo con el mismo titulo del autor mencionado, a la clasificacion de algunas articulaciones de las literaturas centroamericanas, despues del fin de las grandes utopias sociales y del auge del testimonio como literatura de _posguerray (Cortez, 2000) y/o «literatura posrevolucionarian (Menton, 2000). Ast que hemos tamado esta mesa, con obvia intencién polémica: «De Ja postiteratura de guerra ala literatura de posguerra?», ‘No puedo renunciar ya a estas alturas a la observacién polémica sobre que, et. muchos de los casos, estas conceptualizaciones han tenido su origen en {as academias del norte (especialmente estadounidense, pero también europea) — sea en trabajos de miembros «nativosn de la vida académica metropolitana, sea en los de inmigrantes académicos del sur, un punto que voy a retomar mas adelante. Y no puedo reprimir mis dudas respect a si estas teorizaciones han contribuide a superar lo que Magda Zavala Ilamé la fragmentacién y balcanizacién de la region, en el campo de las ciencias literarias. En esta ponencia voy a polemizar con algunas de estas conceptualizaciones y tratar de averiguar qué podra haber «después de los pos-ismos», es decir, {desde qué categorias pensamos las literaturas centroamericanas contemporaneas? xo ¢El testimonio como postiteratura? Como ya mencionado, en el discurso sobre el testimonio, que durante mas de veinte afios ha dominado los estudios acerca de las literaturas centroamericanas, se ha sostenido que rompia con los patrones del canon literario tradicional en la sociedad burguesa. Este_cardcter anticanonico y subversive se_ha_alribuido, principalmente al supuesto grado_mas alto de veracidad y realidad. Con el al supuesto_graco “es testimonio, finalmente, parecia haberse encontrado una forma y practica literaria- cultural que superaba la contradiccion entre realidad y ficcién, entre literatura y politica. El testimonio, asi escribid la critica estadounidense Margaret Randall en Escaneado con CamScanner un manual muy estudiado en los afios ochenta, haria posible «escribir nuestra historia como realmente ha sido, y es» y «reconstruir Ja verdad» (Randall, 1983: 7, LL) — desde un sujeto subaltero, de su abajo, desde los margenes, ef olvido y la opresion. Ya en su definicién inicial -que entretanto se ha vuelto «clasica»~ John Beverley echo el cimiento de esta interpretacion del testimonio: «By testimonio | mean a novel or novella-length narrative in book or pamphlet (that is, printed as opposed to acoustic) form, told in the first person by a narrator who is also & real protagonist or witness of the event he or she recounts, and whose unit of narration is usually a ‘life’ or a significant life experience. [..] The situation of narration in festimonrio has to involve an urgency to communicate, a problem of repression, poverty, subalternity, imprisonment, smuggle for survival, and so on (Beverley, 1989: 126) Era evidente, asi Beverley en su ya citado ensayo «Anatomia del testimonio», que el testimonio constituia un nuevo género literario posnovelesco: «Si la novela tuvo una relacion especial con el desarrollo de la burguesia europea y con al de las formas en que podemos ver y participar a la vez imperialismo, el testimonio es una (Beveriey, en la cultura de un proletariado mundial en sw época de surgimiento (> 1987b: 168) varias publicaciones sefialé el cardcter provisional de esta clasificacion (véase Beverley, 1989: 13; Bevereley, 1987b: 153- la definicién ha resultado en una Aunque el mismo Beverley en 158), dada la heterogenidad del testimonio, persistente canonizacion de lo anti-canonico. Basta citar solo algunos ejemplos. Greg Dawes, en su estudio Aesthetics and Uno de los alumnos de Beverley, 93, entendid el 1979-1990, todavia en el afio 19 revolution. Nicaraguan poetry, y auténtica de las clase obrera y los testimonio como una expresion directa Escaneado con CamScanner campesinos. (véase Dawes, 1993: 170). En esta concepcion, hasta las consignas Politicas en las paredes de las casas centroamericanas valieron como un forma avanzada y mds alta de practica cultural que, por ejemplo, las novelas del boom: In a sense, then, graffiti writers can mark the first step away from bourgeois art (and bourgeois artists) because they do not operate within the traditional literary, economic, and political institutions.« (Dawes, 1993: 186) ncluso, los textos testimoniales fueron vistos como una parte integral de la resistencia contra las dictaduras militares; “No sdlo relatan estrategias de resistencia; son en si mismas una de estas estrategias.” (Harlow, 1999: 125) Para George Y idice el testimonio ha sido una narrativa auténtica relatada por un testigo que es movido por la urgencia de una situacion (por ejemplo, guerra, opresicn, revolucion, etc.): «Emphasizing popular, oral discourse, the witness portrays his or her own experience as an agent (rather than a representative) of a collective memory and identity. Truth is summoned in the cause of denouncing a present situation of exploitation and oppression or in excorcising and setting aright official history.» (Yuidice, 1991: 17, véase Gugelberger, 1996: 9) Incluso, John Bevereley en su mas radical relativizacion de Ja formula original —cuestionando la centralidad de todas las formas escritas de literatura como practicas culturales obsoletas- ha mantenido que el aspecto mas interesante del testimonio éra que ofrecia «un modelo tedrico y la practica conereta de una nueva posibilidad de relacién entre intelectuales [...] y sujetos subalternos [ J» (Beverley,1995: 162) En el proceso de adescentramiento de la literatura», el testimonio era una de las «formas intermediarias y transicionales» (ibid. 163): Escaneado con CamScanner «{...] una de las lecciones que ofrece el testimonio es a de que hoy en dia hace falta leer no solo a “comtrapelo’, como en fa prictica de la desconstraccion académica, sino comra ta literatura misma.» (ibid.: 165) De ahi su concepto de «postliteratura» (ibid.). Ya en 1990 John Beverley y Marc Zimmerman Hegaron a la conclusion que la integracién del testimonio al campo literario lo privaria de su funcién innovadora y revolucionaria, quitandole asi su razon de ser (vase Beverley/Zimmerman, 1990: 188: Beverley, 1987b: 167; también Zavala, 1990: 257f.) En su antologia de ensayos sobre el testimonio, The Real Thing, publicada en 1996, Georg M. Gugelberger incluso quiso mostrar

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