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7 1e- Esta hipdtesis es explorat ymerosas cosmogo- Dues de lengua pano dela Amaroni dca eee gido por Miguel Carid: “La accién [del mito] transcurre existian las personas.‘ La version citada en el epigrafe oe ee a ees alan mai tee te ne ‘4, Miguel Carid, Yawanay guerra d festa, tesis de ma = el ado on nas altar flr ces ces icas, variaciones cosmolégicas e identidades étnicas en la et ala ‘pano", Journal de la Société des Americanistes, n* 87. beset aos ne ds en i ‘rani, tesis de doctorado, Rio de Janeizo, 2014, p. 41, be {htm mrad rte ee nen er nia 5 rte nmap pane eee hast emt lo" ge ee cams ogee es pono ee ‘que el de un sustantivo, ee Remeeie (oc ma primordial (ya sea mero fruto de una presuposicion o fa- bricada por un demiurgo) como la tinica sustancia o ma- teria a partir de la cual el mundo vendrfa a ser formado. Se trata de narrativas sobre un tiempo anterior al inicio de los tiempos, una era o un e6n que podriamos lamar “pre-cosmol6gico”.” Tras una serie de peripecias, algunas fracciones de la humanidad originaria (aunque no com- pletamente humana, ya que, aunque antropomorfa y do- tada de facultades mentales idénticas a las nuestras, esa raza primigenia posefa una enorme plasticidad anat6mi- ‘ca y cierta propensién a conductas inmorales ~incesto, canibalismo-), algunas fracciones de esa “primigente” se vvan transformando ~de modo espontaneo o, una vez més, como resultado de la accion de un demiurgo- en las es- pecies biolégicas, accidentes geograficos, fendmenos me- teorolégicos y cuerpos celestes que componen el cosmos actual. La parte que no se transformé, que permanecio esencialmente igual a sf misma,” es la humanidad hist6ri- ‘ca, 0 contemporanea. Una de las mejores ilustraciones tal ver la mejor- de ese tipo general de cosmogonia se encuentra expuesta con gran detalle y elegancia en la autobiografia de Davi Kope- rnawa, el chamén y lider politico yanomani.” Pero también podrfamos recordar, de forma mas sucinta, ciertas ideas de los ashaninka (campa), pueblo aruaque geograficamente alejado y culturalmente distinto de los yanomamis: 1a ee 7, Eduardo Viveirs de Catto, “The esta forest: notes onthe ontology tf Amazonian spits, Zaner dria, vl 9, 2° 2, pp. 153-172. 8. Con alguna mejoraen el campo de i moraliad et canibtismo Wer, por ejemplo, se vuelve objetivamente inecesari (aunque, en certosca- ns, haya seguio sendo subjetiva,exto e,socialmenteimperativo) una tex que con el advenimiento de Ta era cosmoliica, sugen animales Dantas més adeaados para la alimentacén humana 5 Davi Kopenawa y Brice Alber, x chute du ciel. Paroles dun choman ‘yenomani, Fes, Fon, 2020; ver también Bruce Albert, Temps du sang, temps des condrs, tess de doctorado, Pats, 1985. 1a mitologiaeampa es, en gran medida, la historia de cémo los campa prinordiaes fueron, uso por uno, ieversibemente \tansformados en los primeras representantes de las diversas es pees de animales y plantas, as como de euerpos eelestes 0 de caracteristicas del ambiente, (..] Bl desrzllo del universe fue ‘sencalmente un proceso de diversifcacin, con la humanided como sustanca primordial 2 pati de ta cual muchas -si no todas las eategorias de seres y cosa del univers vnieron ala ‘xistenca. Las campa contemporéneo son ls descendlentes de aguellos campa ancestrales (es decir la humanided primordial] que escapron al transformation." © podriamos mencionar también la casmogonia de los luisefio de California ~evocada por Lévi-Strauss en La alfa- vera celosa~ en ta que Wyiot, el héroe cultural, identifica a la comunidad humana originaria en las muchas especies de seres actuales, El tema se encuentra asimismo en al- ganas culturas no_amerindias: los kaluli de Papta Nueva Guinea, ‘por ejemplo, cuentan que “en aquel tiempo [de los origenes]... no habia Arboles o animales o, rachos 0 comida, La tierra estaba completamente cubierta de gente people." Entonces un hombre de autoridad (big man) decide transformar a diferentes grupos de personas en las Sulit mcrae cote Doe mae came Ea ees aaa so areata et eo emer ean area iwi Set diversas especies y otros fenémenos naturales; y “los que fueron dejados de lado se transformaron en los ancestros de los seres humanos". ‘Asi es como, en el pensamiento amerindio, ta humani- dad o personitud es tanto la semilla como el fondo o el sue- lo primordial del mundo."* Fl Homo sapiens no es el perso- naje que viene a coronar la gran cadena del ser, al agregar ‘una nueva capa ontol6gica, de naturaleza espiritual (o, en el lenguaje moderno, “cognitiva’), sobre una capa organi- ca previa, la cual, a su ver, habria emergido de un subs- trato de materia “muerta’, En la tradicién mito-filoséfica occidental, en general tendemos a concebir la animali- dad y la “naturaleza” por medio de una remisién esencial al pasado. Los animales son “archifosiles" vives, no solo porque en su cardcter de bestias andaban por la Tierra mucho antes que nosotros (y esas bestias arcaicas eran como versiones magnificadas de los animales actuales), sino porque la especie humana “anatémicamente moder- na” tiene su origen en especies ancestrales cada vez mas préximas, cuanto mas retrocedemos en el tiempo, a una condicion de animatidad pura." Mediante una feliz in- novacion -bipedestacion, neotenia, cooperacién, lenguaje sintictico, ete.-, el gran relojero (ya ciego u omnividente) nos confirié una capacidad que nos transformé en seres, més-que-organicos (en el sentido de lo “superorgénico” de Kroeber), dotados de aquel suplemento espiritual que es, 12, Es precio matiar eta afimacion, distngufa para os casos de ms Chas eosmologis amerndas y,ocasionalmente tl vez, exceptuar a alg rade elas, Exist un debate en cso sobre extensn a comprensin Ge este mito-Slosofema sobre una “hananidad” primordial oinfaesic tual en la Améric indigena, debate que se vineula a aquellos acerea de Tos concepts de “animism” y de “perspectivismo”, sobre los cuales no nos detendremas 2a 4 Recadrdere un pasje ya tad de Anders: “La regn prebumana de tonde proveninos es aquela deta animalidad total’ Gunther Anders, temps de a fn, op. ct. 15 See ee eee “1o propio del hombre”, la preciosa propiedad privada de la especie, El excepcionalismo,humano, en suma: lengua- je, trabajo, ley, deseo; tiempo, mundo, muerte. Cultura. Historia. Futuro. Los humanos pertenecen al futuro como los animales al pasado; esto es, a nuestro pasado, ya que en lo que les concieme estan encerrados ~suponemos- en. un presente inmévil y en un mundo exiguo. § La excepcion come aqui, una vex més, por cuenta de ta ficcion, como en ta serie de films £1 planeta de los simios, ‘roducida por Arthur P. Jacobs, en la que la civiizacion hu- ‘mana da lugar a la civilizacin de los simios, que repite los rismos defectos y “pecados” de sus antiguos dominadores: luna sociedad militarizada y totalitaria, que esclaviza, hum lla y tortura (inclusive usindalos como cobayos en estudios cientificos) a sus otros, los manos, ahora sin vox y sin lenguaje, o simplemente callados. Los dos primeros films de la serie, El planeta de los simios (1968) y Regreso al planeta de los simios (1970), sitian la narrativa en ese futuro disté- pico (distopico para los humanos, entiéndase bien), pero los dos siguientes, Hulda del planeta de los simios (1971) y La rebelion de los simias (1972), asi como el reciente EI origen del planeta de los simios (de 2011), euentan la historia de la rebetion de los simios y su fuga, lo que habrla dado origen a la inversién de las dos posiciones. Fl acontecimiento con- tingente que explicaria al mismo tiempo el éxito en la fuga ¥¥ esa posterior inversion es un inesperado efecto colateral de una droga experimental que le fuera inyectada alsimio protagonista, César, con vistas a encontrar una cura para la enfermedad de Alzheimer: el efecto colateral es el aumento de su inteligencia, que lo leva a la adquisieién del lenguaje. HL animal situado en el futuro del humano es aqui, por to ‘tanto, un hibrido, un organismo genéticamente modificado que se venga de su creador. Esto no deja de recordar el film de Ridley Scott, Blade Runner (1982), basado en el libro de Philip K. Dick, ¢Suefan los androides con avejas eléctricas?, cuyos protagonistas no humanos no son animales (ya no hay animales en ese futuro distépico, solo réplicas artificiales) sino maguinas humanoides. Pues bien, no es asi como suceden las cosas para esos otros humanos que son los amerindios y otras humanida- des no modernas. Una de las caracteristicas que los vuel- ven “otros” consiste, precisamente, en el hecho de que sus conceptos de “humano” son otros que los nuestros. El riundo tal como nosotros lo conocemos, o mejor, el mundo tal como los indios lo conocian, el mundo actual que existe (0 existia) en el intervalo entre el tiempo de los origenes y el fin de los tiempos ~el tiempo intercalado que podrfamos llamar “presente etnografico” o presente del ethnos, en contraposicién al “presente histérico” del Estado-nacién-, ese mundo es concebido en algunas cos- mologias amerindias como la época que se inicié cuando los seres precosmolégicos interrumpieron su incesante de~ venit-otro (metamorfosis erraticas, plasticidad anatémi- ca, corporalidad “desorganizada") en favor de una mayor univacidad ontol6gica.™* Con la clausura del “tiempo de -17- 14, “Provente etnogrifco” es el nombre que los antiopélogos te dan a feta, Hoy con inten cas siempre censora (para una importante ex. fepeén, sin embargo, ver Kisten Hastmup, “The Bunographie Present: ‘a Reinventio’, Cultural Anthropoiogy, vl. 5, n° 1, 1990), en el estilo rarratvo siempre clic de la dicilna, que sita las descripiones de ls monografiasenun presente atempaal mas o menos contemporaneo a testimonio dl observadar, 0 que “ge” ignarar los “ambos istics” (como el colonaisma) que justamente hicieron posble la observacion ‘cnogeica. Enpero, age usaremos la expresgn en un sentido doble- ‘mente opto a ec, ara designar la acttud dels “socedades contrat Etado” frente ala stoieldad. Ht presente etnogrfico es el tiempo de ‘as socedades fas" de Livl-Staus,soieddes contra el acleaconismo socedades lata (asi como se habia de slow fod o slow scence Ste ‘et-), que entienden que todos ls cambios cosmopoltcas necesaris Dare la exstenela humana yo aconteleon, y que Ia tara de ehnas es Seegurr y reproduce ese "cempre-ya" ee ee / v 1 v é I R 2 ; las transformaciones” -la expresién es usual en las cul- turas amaz6nicas-, los inestables seres antropomorfos de los origenes adoptaron las formas y habitos corporales de aquellos animales, plantas, rios, montafias, etc. que ellos vendrian a ser, como por otra parte estaba prefigurado en los nombres que ya portaban en ese pasado absoluto. Ast se dio, por ejemplo, que los “yanomamis pecaries”, en otras palabras, la tribu de primigente que tenia el nom- bre de “pecari” (“gente” se dice yanomami en la lengua Gel pueblo homénimo), “se volvieron pecaries", es decir, los cerdos salvajes que los cazamos y comemos hoy. EL “mundo entero” (tal vez, de nuevo, no los jabutis u otra excepcin cualquiera) esta virtualmente incluido en esta protohumanidad originaria; la situacién precosmolégi- ca puede ser asi descripta por igual como una humani- Aadatn-in-mundo © como un mundo-en-forma-humana, lun multiverso antropomérfico‘que da lugar a un mundo concebido como el resultado de la estabilizacién (siem- pre inacabada) del potencial de transformabilidad infinita contenido en la humanidad como sustancia, o mas bien, como “actancia” universal originaria y persistente,”* Aqui puede verse una multiple inversién de los esce- narios canibalescos o zombiformes descriptos en La carre- tera y en narrativas semejantes: en la mitologia indigena, Telalimento de los humanos consiste en humanos que fue- ron transformados en animales y plantas; la humanidad } es el principio activo que esta en el origen de la prolife- es de formas vivas en un mundo rico y plural. Pero el esquema indigena también invierte el mito del jardin del dén, En el caso amerindio, los humanos son los primeros cen llegar, el resto de la creacién procede de ellos. En este 450, es como si de la “costilla de Adan” surgiese mucho ee 415. Un metaisio amazonico poia amar a ete argumento “ancestral ad humana” o“evidenca el antopotii sis que su complemento femenino: surge el mundo todo, OF Garledad estan, como vines, antes ya par las a —rtéi“e ee FL vano deseo de ignorar la muerte esta ligado, segin Kopenawa, a la fjacin de los blancos en ta relacién de propiedad y en la forma mereancfa. Ellos son “apasionados” Por las mercancias, en las que su pensamiento permane- ce completamente “aprisionado": “Asi, ellos suefian con sus coches, sus casas, con su dinero y todos sus otros bienes...".” Recordemos que los yanomamis no solo va- loran al extremo la liberalidad y el intercambio no mer- cantil de bienes, sino que también destruyen todas las pose- [ Sones de os macs os blancos duermen. mucho, pero sole suertan consi- 0 miss. Este es, quizés, el juicio més cruel y preciso “jaINas entinciado sobre la caracteristica antropolégica de los “blancos": aquellos quienes Latour llamaria “mo demos" 0, més perversamente, “humanos", La desvalori zacién epistémica del suefio por parte de los blancos iria a la par de su autofascinaci6n solipsista ~su incapacidad para discernir la humanidad secreta de los existentes no humanos- y su avaricia “fetichista”, tan ridicula como incurable. Los blancos, en suma, suefian con lo que no tiene sentido,™ 29. hi, pp. 437-439; ol subrayado es nuesto 32, La muerte para los yanomamis es et fundamento, en el sentido de ‘azn, de la economia del interambio sinblico" (er Jean Boul, intercanbio simbslice y ta muerte, Careas, Monte Avila, 1960). Todo sto se encuentra desarllo en el seminal articulo de Abert sobre a “ertcachamanica del economia politica dela natraleza”vehulzada ‘en el discuro de Kopenane, critica qu incluye una apreiacinsaeistice el fetichismo de ls mereanca propio de los Manco, tanto como de st relacin intinsaca con el carsbaismo; vr Bruce Albert, "UOreannibae tla chute du cil Une critique chamanigue de économie politique dela nature", [Homme n° 126-128, 1993, p. 349-578 431. suefo,en particular et sueio chamnico inducid por et consumo de alucindgenos, sla via regia hacia et conocinienta de lo fundamentos 'nvisiblas del mundo, para los yanomanis como para muchos ctios puso: amerindios: ver Eduard Viveiros de Caso, “The etal forest: notes on ‘the ontology af Amazonian spirit, op. ct. Es interesante destacar, por una parte, que en el diag néstico de Kopenawa hay algo profundamente pertinente desde un punto de vista psicoanalitico ~su Traumdeutung relativa alos blancos es la envidia de cualquier pensador freudomarsista~ y, por otra parte, que este diagnéstico nos paga con nuestra propia moneda falsa: la acusacion de una proyeccién narcisista del ego sobre el mundo es algo alo que los modernos siempre recursieron para defini la caracteristica antropol6gica de los pueblos “animistas’; en efecto, Freud fue, como se sabe, uno de los més ilustres defensores de esta tesis.”* A juicio de aquellos.a.quienes llamamos animistas, por el contrario, samas.nosotros, los rmodernos, g5.que al adentramas.en_el espacio de la Fejos y simula de abriznos ala inquietante nercio con la ‘Tliidad de agencias, al mismo tiempo inteligibles y ex- tremadamente otras, que ae encuentran dseminadas por el cosmos. Los yanomamis, ola poi tra el Estado: no nuestro *sueio” r Estado, sino el suefo tal como él es sofiado en una socie- dad contra el Estado. cr08 0 EL FIN DEL MUNDO DE LOS INDIOS El mismo chaman, en su libelo contra el vertigo eco-sui- cida de la civilizacién que va sofocando el “mundo-sel- va" de los yanomamis, profetizaba lo siguiente: “Los blancos no temen, como nosotros, ser aplastados por la caida del cielo, Pero un dia tendran miedo, ;tal vez tanto 22: A cono Has tonto dt ica colons ltr to “fetichiemo",y (eae con ello ~y de ura forma que pasb tal vez Inadvertda- un reo filn analitio tore las profundas relaciones entre ‘conomlay teologia en la metafsca occidental. Ona maena N HRM EOZES oe ‘como nosotros!".” Aparentemente ese dia ya comienza 2 despuntaren el haiznte, En un psae intsuinene primitivsta” de eu tratado de antropologta de le mer demos, ator observa qe “la mated dele o-ha, manos que las erisis ecolgiasaptan en todos los sve totes de la economia” reinstala de modo angustante ta cuaston,iniaublemente “economen”y “teas des telacén de los mediosy de los fines, lamativasete, sespecto a esto sev obervando enti nesotton, conc, ¥6 Latour, un etamo prgtesie ses eoeaolgas a guas ya sus inguletues qu, de pronto, desea no tan mal fundadas”.** " Pronto deseubrimos Sak ae cmens ener stim pe ta ros Endtor, Abtan y sobre todo Athshe, que sigificaba el Bosque, yel Mundo. dos saniclos y no, eo pas alshaos else, aera, no a soak ep tema pee etree ietendn pemtamemerae etn teas ae eee in Sie cee eget 2atae eeemonas pulannecaueinnoeetaen fendencia a un cert caéctr czeularo recombinatoio dela imoginaeién a La profecia del desmoronamiento del cielo, desarrolla~ a con excepcional elocuencia en la declaracion de Kope- nawa, es un tema recurrente en distintas escatologi rindias. Por lo general, esos desmoronamientos, que pue- “Tai star asociados a césmografias superpuestas en las que varios “cielos" y “tierras” se apilan unos sobre otros, son fenémenos periédicos, parte de grandes ciclos de destruc cién y recreacién de la humanidad y del mundo. Es comin ‘que tales reordenamientos estratigraficos sean atribuidos al envejecimiento del cosmos y al peso creciente de los snuertos (sea de sus cuerpos dentro de la tierra, sea de sus almas sobre la capa celeste). Lo cual puede producir (es el caso de la cosmologta yanomami) la caida en cascada de las, capas celestes, que vienen a ocupar el lugar de las antiguas, capas terrestres, convertidas en estratos subterréneos, con sus habitantes (nosotros, los vivientes de hoy) transfor- mados en monstruos canfbales del inframundo, mientras las almas celestes de los muertos se vuelven la humani- dad de la meva capa terrestre. En otras escatologias, la destruccion del mundo es causada por los métodos harto clisicos ~pero todavia eficaces, considerando la presente crisis climatica- del cataclismo (diluvio) o de la conflagra- cién (incendio) universales. En el caso de los guarantes.del sur de Brasil y de la cuenca de los rios Parana y Paraguay, sucesivas tierras y sus respectivas humanidades fueron (y serén) creadas y destruidas por los dioses, por medio del agua 0 del fuego, o incluso por el replieque de la estruc~ tura de sustentacion de la capa terrestre,”* En la proxima 35. Ceres humanas de la primera Tera, en vitud de su comportamiento anizoclal o,antefpatorio del habitus det aninal futuro, fueron trans- formados en los animales de la Tera actual (sin perder sin embargo sus fmigenes imperecedras,antropomoras, que habitan el estrato eoleste); ‘otze al contavio,aleanzaron un estado de “maduracin” o “perfecc6n”™ ‘qe os transform en sores itis alas dvindadeseelestes. Para una etallada discs de las excatologias guaranies, especialmente de los aigenas del fin del mundo es el, destruccién del mundo, que es inminente, la escatologia de los quaranies fiandéva ~descripta célebremente por Curt ‘Nimuendaju- prevé el descenso del cielo de un gigantesco Jaguar azul que vendra a devorar a la humanidad, mientras {os pilares de la tierra se deshacen y todo lo que existe se hhunde en el abismo eterno, ** No es necesario detenernos en las bien conocidas cos- mologias mesoamericanas que imaginan una sucesin de eras o “soles”, sucesin caracterizada por la deposicién y reposicion de mundos, dotados cada uno de sus respec- tivas humanidades (fabricadas por los dioses a partir de diferentes sustancias: arcilla, madera, trigo...), ni en su conviccién sobre la fragilidad esencial del presente y la responsabilidad humana en la manutencién del precatio equilibrio césmico, conviccién que se traduce en la exi- gencia de alimentaci6n sacrificial incesante de un mundo estinado inapelablemente a la entropia, Lo que parece ser una constante en las itologias in: del fn wacker impensablede un ‘mundo sin gente, sin una humanidad, por més diferente ‘ue esta sea de la muestra; en general, ademas, las sucesi- vas humanidades de cada era césmica son completamente ajenas entre si, como especies distintas. La destruccién del mundo es destruccién de la humanidad y viceversas la ecreacin del mundo es la recreacin de alguna forma de a 1mbyés, ver Daniel Pier, “Como acabard ext teva? Reflentes sobre a ca. taclsmologiaGuaran-Mbya, a luz da obra de Mimuendaju, ilu, ne 26, 2015: y “0 dono da figura ea oxgem de Jesus: una etica rama ap xistanismo", Revista de Antopologia, 203, 3. Curt Mimuendaja Unk, Ls mites de eeacén y de destrccon det mundo como fndamentos de a rlgin dele Apapotuve Guarani, Lina, Centro Amazbnico de Antropologia y Aplcacin Picica, 1976. Faa un Panorama ye desactalizad, ero todavia tl, dels cosmogonasy esta ologtas de ta América del Sur indigena, ver Lawmence Sullivan, Teanc’s ‘rum. n Orientation to Meaning in South American Raion, Nueva York, Macklan, 1988 Vida sen, QS ERpHGTa y papeARRy como ya vimos, i pone ds Gar ds co hoa eel noma sen, en estas cosmologias la idea de una destruccin tiltima y efinitiva del mundo y de la vida es xa se qu existe La humanidad es consustancial al mundo 0, mejor dicho, 5 objetivamente “correlacional” con el mundo, relacional como el mundo, No hay “colin” entre epistenelogia Fr—_Ci“i tnistenciay experiencia en le constitucén de-un mult verso rlacional. Lrr—~— ‘manos (es decir, de los indios) incluye, aclarémaslo, a los waRcG) y su civilizacion material. Estos en general son Glas como los descendientes de un grupo de gente ue en linc de los tempos, fue expulsade el centao fet mundo por el demiurg, en ton de su comport mien apervoo avo, ¥ que vtors insperadamente muchos siglos después.” Su llegada a América dio lugar, {J eontinda dandol, a una inmenca perpeidad metafises Yor pate dels indgenas. Perleiad cas lempre acon LULU ——— Iatanas), de mushe indignaionyaprenensién y qu, eX el plano practico-especulativo, acostumbra desdoblarse en una variedad de agenciamientos contra-histéricos, tales come el profetisn, la inureccon autonomista a espe- tae la renovacioncfamiea por mei de una eatistofe a Lr——s—s Gel chamanismo nativo en leaguaje ecole. Ea todos tos eauo, se trata de frmar el presente etnogrdfic, de conservarlo o recuperarlo, no de “crecer", “progresar” 0 oa. 37, Los mtos'no tardazon en "siempre haber previo” este regrso (ver Claude Lévi-Strauss, Historia de Lice, Barcelona, Anagrama, 1992). En otras variates, los blancos se fueron en razén de un enor de uit de os ‘propos indice, que aburdamente ls expolsaron ols djeon Ir evando- se consgo ls instruments desu potencia tecnolica future. nxusozn 7 “evolucionar’, Como profesan los pueblos andinos en su hoy célebre lema cosmopolitico: vivir i Ta regla en las mitologias amerindias, deciamos, son los apocalipsis periddicos. Pero cuando estos se cruzan, en \a imaginacion de los pueblos actuales, con las miltiples informaciones sobre la catéstrofe climatica en curso que les Ulegan de todos lados, cuando a estas informaciones se suman las observaciones atin més preocupantes, obtenidas or la experiencia directa, de una desincronizacién de los ritmos estacionales y de los ciclos hidrol6gicos, y de una consecuente perturbacién de las interacciones biosemi6ti- as caracteristicas de los habitantes tradicionales de estos ueblos,”* y cuando a todo eso se le agrege la destruccién generalizada, creciente y violenta de estos ambientes a manos de los “programas de aceleracién del crecimiento” promovidos por Estados-nacién rehenes del capitalismo ‘mundial integrado, por no hablar de ta penetracién ya an- tigua, pero ahora mucho més acelerada, de las escatologias apocalipticas diseminadas por las sectas misioneras evan- gélico-fundamentalistas... en estas condiciones, entonces, hoy cada vez més presentes en la América indigena, las “inguietudes” en cuanto a la imposibilidad patente de re- producir el presente etnogréfico adquieren un sentido de lurgencia decididamente pesimista. Los yanomamis, como otros pueblos préximos (por ejemplo, los wajapi), asocian las actividades extractivistas en sus tertitorios (oro, casiterita, a las cuales se les viene sumando, en otras regiones de la Amazonia, la explotacién industrial de petréteo y gas y, en breve, del niobio y de los minerales de “tierras raras”) al debilitamiento y putre- faccién de la capa terrestre, tanto como a la liberacién de cefluvios patogénicos que diseminan epidemias y extincio- nes biol6gicas.” Ellos entienden que la ignorancia de los blancos (apodados tatiis gigantes “por i incesante actividad de excavacion y remocion de la Bewa) com tact a lagen We los coitus y de los “Gara que sustentan el statu quo cosmeléico ya desen- cadend una venganza sobrenatural, que viene provocando soquiai-¢ Hiundaclones en diversos puntos del planeta. En breve, con la muerte de los sltimos chamanes yanomanis, los espirtus maléficos se apoderarin del cosmos, el cilo se desmoronaréy todos seremos aniquilados. Kopenawa inca- so adiite como posible que otra humanidad sobrevenga de aqui a mucho tiempo, pero tos actuals “blancos comedores de tierra” van a desaparecer junto con los indigenas. ‘Los mbyé.guarantes, por su parte, desarrollaron recien- temente una escatologia en la cual la recreacién del mundo xy de la humanidad tras la catéstrafe no ineluirg, como in cluyé la recreacién anterior, a los blancos. La Tierra actual no sera exactamente destruida, como la primera vez, solo sufiré una limpieza completa: la espesa capa de suelo que Tecubre los imperecederos cinientos de piedra del nivel terestre sera raspada por Nhanderu (la divinided princi- pal de los mbyés) y arrojada al mar limpiando el mundo de toda la basura, el veneno y la maldad que los blancos fueron depositando en la tiera. La humanidad entera pe- recerd en esta barrida pusfcadora; los mbyés, sin embar- go, serin recteados por Nhandera, para repablar un mundo 28. Ye prep Bika Negi, “Tr de pero pr cont de aa? 4 muons imdtinswb os rds mre de ft te ecto, Capi, 2015 Patel 3 Hanmer, Pea gs il acd alte change inthe Ande”, Bait, Harerd Revo of an ne 2014, acon asa a la ators "A como Se sang (nits oats) en so wel dca phsweoaacLon, 439, Ver Bruce Albert, “La fume du métal: histoire et repésentations Gu contact chez le Yanomami (Brésil)", Homme, n° 106-107, 1985, ‘pp 87-19; “U0 cannibale et la chute du cll, op. ct: Davi Kopenawa Bruce Albert, La chute du cil op. eit Dominique Galli, “0 discus fo waidp eobre oouro: um pofctisno modemo", Revista de Antropoogia, ol 30/31/32, 1987, pp. 457-457. renovado, mientras que los blancos perecerén definitiva- mente: esta vez no quedard nadie de esa especie maldita para recomenzarla." Entre algunos guaranies del litoral sudeste de Brasil, a su vez, fue registrada una profecta li- gata al riesgo de accidentes en la usina nuclear situada en su tertitorio. Un chamén evocé el cataclismo que destruyé a la primera humanidad para prever el segundo, presto a suceder: “El primero {mundo} terminé con agua, este aqui determinaron sea con fuego [...]. El blanco estudi, sabe escribir, ya sabia que el mundo iba a terminar con fuego, centonces dijo, ‘vamos a hacer la usina nuclear cuanto antes para que todo termine precisamente con fuego". El hecho es que, para muchos pueblos amerindios que ‘nunca parecen haber imaginado que el mundo fuese a du- tar para siempre, ni que su presente etnografico pudiese de hecho volverse eterno, ni menos atin transformarse de forma progresiva en un futuro glorioso, la destruccién del ‘mundo actual es vista cada vez mas como algo inminente. En verdad, es algo que ya comenzé. Oiara Bonilla relata luna conversacién que mantuvo en noviembre de 2013 con luna rezadora guarani kaiowa del estado de Mato Grosso del. Sur, cuyo territorio, de una extensién equivalente a la de Polonia, fue literalmente devastado por el agrocapitalismo industrial para la implantacién del monocultive de soja y de cafia. La rezadora le explicaba que distintas sefiales habian comenzado a anunciar el fin del mundo. Ademas de las fuertisimas tempestades que se habian abatido sobre su aldea en los diltimos meses, te conté que los gallos se 40. Esto recuerds un episodio del mito quaani dela ceaciGn dl mundo, en el culos gemelos mitiosexterninzn, por ahogamiento, a toda la po. Paco de joguaescaniales que dominabs la Tierra, pero dejan eacapar ‘una hembra embararda, que da arigen a los aguares actuate, flint ‘menos mumerosos que sis arquetipos originales, 4 Aldo tlt, As dvinas palabras, entdadeética dee Guaranty Foianopolis, ea, 1996, p. 116 habian puesto a cantar sistematicamente fuera de hora, y que -l signa mde grave de todos habia sorpendio a las gallinas conversando “como gente”. Sabemios que cuan- do el mundo acabe los animales volverén a ser humanos, como eran en los tiempos miticos: los perros, las gallinas, los animales de la selva, todos volveran a hablar nuestra lengua, en una desespeciacion regresiva que nos traeré de vuelta el caos originario, hasta que, imaginamos, un nuevo plano de inmanencia sea trazado, un nuevo recorte © tajada (coupe) del caos sea seleccionado, y un nuevo ‘mundo pueda surgi. 0, justamente, no. Observernos, para terminar, que la aparente imposi- bilidad de concebir el fin del mundo como implicando la desaparicién definitiva de todo tipo de humanidad o de vida -la imposiilidad de separar la idea.de mundo de la idea de vida, y esta de la idea Ge, adenci verse ino. jeriencia-jes una simple transposicién hacia al futuro “Ge WOH fundamental de un eigen antropombiico del existente. Puede haber habido una humanidad antes del mundo, pero no puede haber un mundo de después de la Inumanidad; no puede haber-un-mundo,-en_suma,.despro- vista de selacién y de alteridad. Pero es0 no es todo. Veremos que, en lo que respecta al fin del mundo, los amerindios tienen algo més para censeflamos. ure de mencionar que una solitaria incongruente promesa de alegria atraviesa por algunos minutos el film, trafda y le- vada por la carteta de los gitanos que pasan ruidosamente Por la propiedad pidiendo agua, para nego seguir adelan. te, no sin dejar en manos de la protagonista femenina un tmisterioso libro que habla del cierre y demolicién de las ‘glesia."* Tal vez sean ellos ta verdadera imagen antcipa. toria de la vanguardia de los terricolas, aquellos capaces de evar la guerra contra tos humanos hasta sus momentos de. cisivos. Pues es dificil concebir al pueblo de Gaia como una mayorla, como la universalizacién de una buena conciencia “zifopéa"; los Terticolas no pueden no ser un pueblo “irre- mediablemente menor” (por més numerosos que lleguen 2 ser), un pueblo que jamés confundiria el territorio con {a Tierra.” Ells se parecen, tal vez, antes que al “piblice fantasma” de las democracias occidentales," mucho més a aquel pueblo que falta del que hablan Deleuze y Guattari, el pueblo menor de Kafka y Melville, la raza inferior de Rimbaud, el indio en que el fil6sofo deviene (“tal ver ‘para que’ el indio que es indio devenga €l mismo algo més y se Ubere de su agonia’): el pueblo por venir, capaz de oponer tuna “resistencia al presente” y as{ crear “tna tierra nueva”, el mundo por venir.** 38, Bro es una “ant-bib”nietzscheana, como expla el diertor ens fnteistactada ms eb (Bla Tar, "Sinpley pura op cit) Ls pote, tans, que dcen estar yendo a Antica tie amxralits de ses apaitions", Pasi, Demopolis, pp. 3-48 42, Ver Giles Deleuze y Felix Gutta, cut es ta flesofla?, Barcelona, ‘magma, 1992, yp. 110-11. La eproxnacn ene lo teense 9a EL FIN DEL MUNDO COMO ACONTECIMIENTO FRACTAL Yo no quiero morir de nuevo. Davi Kopenawa lante en las conferencias, Latour se pregunta sino sede pose aceptar la candidatura “de aquellos pueblos ue pretenden estar reunidos bajo la égida, por ejemplo, de {aochamana, a iosade a Tea Severe clement los pueblos amerindios y sus congéneres no modernos, que vienen aaptando cada vez mi a retcea anbenalta cccidental a sus cosmologias, vocabularios conceptuales y proyectos existenciales, y retraduciendo estos itimos a un lenguaje modernizado de inequivoca intencion politica, y que con esto pretenden hacer que la civiizacién que consi- dora haber inventado la politica, y que cree que tal inven- lim a sting entenda qua plitca es tolo un dope tamento de la cosmopolitica, y que esto la iguala a todas las otras civilizaciones. La voz de esos pueblos empieza a ser ofda por lo menos en algunos sectores de las sociedades vlegiade del “norte lbs”, alls que ya. don cuenta de que, esta vez, las cosas pueden terminar mal ara todo ol mundo, en todas pnts de on mado oto, Pero sucede que Latour no cree que esa “gente de la Pachamama” esté a la altura del desafio: Si al menos, duda @, pudisemos estar sequros de que aqullo jer no se dabe solo al paquefio que pasa por respeto por la Ti ‘mero poblacional y al carcter relativamente rudimentario "Fate gar asso sapn polars nds ana, pueblo que falta” nos fue sugerida por el articulo . 4 Alexandre Nodat nos record el pj La hora dele dei {arc then st a nme see tn enna oben que ta ver am la eniqn derecho a git Gaeta de lela Sa 885.7%. (the reativeneaness det tecnologia de ess pueblos. King ‘no de esos pueblos lamados“tradicionales”, enya sabiduria nd. ‘itamos con frecuencia, esti preparado para ampit la ercla de sus modos devia hata las dimensions de las giganteseas ‘etréplistenicas en las que hoy se amontona mas de ls ma tad de trata humana ‘Nos parece que Latour no considera la posibilidad de sie las en general pequefias poblacione, y la tecnologia Giiativamente rudimentaria" de tos pueblos indigenas y de tantas otras minorias sociopoiticas de la Tiera, pue, dan tzansfommarseen un ejemplo, un “ecutso"y una vetaja ruciales en un futuro poscatastrafico 0, si se prefiere, en un mundo humano permanentemente disminuido, Nuestro autor no parece estar preparado para enfrentar la situacion altamente probable de que seamos nosotros, los pueblos det centro, con muestras sociedades de tecnologia “avanzada”, Pobladas por autématasobesos, mediéticamenteteleguiados, Psicofarmacolgicamente estabilizados, dependientes de un consumo (de un desperdicio) monumental de energia,® vi. ‘Viendo como enfermos heteronémicamente sustentados por aparatos de dlicada y carsima manutencién, en sua, de que seamos nosotros los que a la mayor brevedad tengamos Que poner un freno y la magnitud de nuestros confortables modos de vida. En efecto, si hay alguien que necesita “estar Preparado” para algo, ese alguien somos nosotros, los que ‘nos amontonamos en las “gigantescas metrépolis téenicas” ee 42. “Este ‘anthropos euya evita 4. encamina para 100 sel resto del mundo se deearols Ieee ‘vel de consumo de enegia de os Estados Unidos; un nines expences ‘i consideramos que ls furzasenvuctas en el moviniento dele ong {sctincas no generan més que 40 rw de eneraia"s er Bran Lato ee Gut op. t.Vvias fuentes indica, en verdad, un consumo gab neve del orden de 15 rr, y espciican qu los Estados Unidos, con el he ee, ‘oblacén mundial, consunen ol 26% de es eneyis ta 1a oposicién latouriana entre modernos y no modems, desarrollada en Nunca fuimos moderns, su Ubro seminal de 1991, se apoyaba extensamente en una “diferencia de es- cala”, esto es, en la diferencia de longitud de las redes so- ciotécnicas en estos dos-regimenes de los colectivos. En st propuesta de una nueva constitucién, el autor afirmaba la eseabilidad de que se preservasen las “redeslargas" de los electives modemos, por consttui estas, en su opinién, un vance hist6rico innegable. Pero ya vimos cémo la definicién ‘misma del Antropoceno consiste en el fenémeno del colapso de las magnituses escalares. Cuando la expecie-agente bi ico se vuelve la especie-fuerza geofisica (por la mediacién historica de la especie-ingeniera), cuando la economfa polit case encuentra con la entropfa cOsmica, son las mismas ideas, de escala y de dimensién las que parecen fuera de escala. Yal final de cuentas, zno es el propio Latour, en sus contferencias, de Edimburgo, quien observa que “ya nada esta en la escala Jjusta"? Qué sahemos con certeza sobre las ampliaciones 0 reducciones de escala que tendremos que sufrir alo largo de este siglo? No mucho. El futuro es cada vex més incierto, 9 jor (0 peor), 1p que con seguridad se puede saber de él es que, como en la cancin, “nada sera como antes” En cuanto al pequefio némero poblacional de los pue- los “Ilamados tradicionales", segin una estimacion recien- te de la ovo, existen cerca de 370 millones de personas am poles gis comenaa nia de usage cs fe Marge Sst ig ata sr sees po ‘Stas lo de tans tae adem an indent 0 ee) aerate tev un peli denen ces, oo Sec pa ‘Sr Hann Seater 0 to enogrfen¢ cuore Sen a Ch hy an og wa Bale Inte vais tte ste es ema coe onda Fertil omc, a rk Atanas 0 ‘United tos Remanet Fran on nies ies, th Sesion, ht Sets ngrns ges es, dele eno, indigenas -es decir, miembros de pueblos que no se te- conocen ni son reconocidos como ciudadanos comunes de los Estados que los engloban y que, frecuentemente, los dividen- repartidas en setenta paises del mundo. Por cier- to, ese miimero no llega ni cerca de los 3,5 mil millones de personas (= mitad de la especie humana) que se encuen- tran amontonadas en nuestras metropolis téenicas ~cerca de mil millones de las cuales, por cierto, vive en suburbios no especialmente “técnicos’~"* pero es, a fin de cuentas, mayor que la poblacién de tos Estados Unidos (314 millo- nes) y Canadé (35 millones) sumadas, to cual debe signi- ficar algo. Pero sobre todo, y una vez més, ;qué sabemos acerca de las transiciones demogréficas que le esperan a la hhumanidad hacia fines de este siglo, o incluso mucha antes, de eso, si consideramos que la temperatura media global podria alcanzar los 4°C de aumento ya en 2060 0 20702 Sin olvidar, por cierto, el ya mencionado axgumento de que, si todos los siete mil millones de personas del mundo adoptasen el American way of life -la extrafia versién ame- ricana del buen vivir- serian necesarias cinco Tierras. Esto significa que el pais al norte de México le esta debiendo como minimo cuatro mundos al resto del mundo, en una ‘ransformacion inédita del tema mitico de la “humanidad sin mundo’. Mas allé de que haya demasiada gente en el mundo (infelizmente, no hay racionalizacion que destruya esa evidencia), hay ante todo muy poca gente con dema- siado mundo y demasiada gente con muy poco mundo, y es ahi que la cosa se complica. Plus intra es el llamado que hace Latour contra ese peli- 10, corrigiendo y actualizando el viejo plus ultra del tiem- 45, Ver Mike Davis, Planeta de cudades misera, Masi, Akal, 2014; ver también John Vidal, Every third person will be a sum dele within 30 yeas, m agency watns, Th Guardian, 4 de octubre de 2003, 46, Richard Bets et.al, “When could global waming reach 402, Philoso- ‘hical Transactions ofthe Raya Secety, vel 369, n° 1934, 201, pp. 67-86 MUMAMOS y TERRICOLAS po de las grandes navegaciones -las cuales, no olvidemos, instituyeron el moderno “nomas de ta Tierra" de acuerdo con Schmitt, nomos que necesit6 del genocidio americano y, més en general, del exterminio de muchos millones de seres hhumanos que se encontraban fuera del espacio del derecho de gentes europeo, a partir del postulado de apropiabilidad ‘total de las “zonas libres” del mundo.” Es imperativo aho- 12, segiin Latour, reconocer la existencia de limites ("Los terticolas deben explorar la cuestiOn de sus limites": esta declaracion, osamos decir, es un verdadero tipping point en la vision det mundo latouriana...), convencerse de ta idea de que, en este mundo sublunar nuestro, toda accion tie- ne un costo, esto es, tiene consecuencias que reconducen inevitablemente sobre el agente. La maxima de Latour nos parece, evidentemente, mas que sensata, (Tarde, como vi- mos, ya habia propuesto en su Fragmento una version en verdad extrema del plus intra...) No obstante, nosotros la entendemos como una exhortacin a preparamos para una intensficaciin no material de nuestro “modo de vida", 47, fruna Latout, Face & Gla, op. ct. Agradecemos 2 Alexandre oda lar aclaracones sobre la nocién schnitiana del moderno nomos o par- ficén de a Ter, nagurado con Ta Savion a América y ala India, ‘yeu inalzacion (ciempresegin chat) con el ascenso de las Estados Unidos y la ersaci deta Sociedad de las Naciones. Nodarisugiee qe el nomos contemporéneo seria algo as como la divsn entre Estados nacio nes “lgitimos" y los rogue states, el “je del mal” (al que sunaiames a los “véndals” os easzeus, os black blocs, los zapatistas, ls pusbles en testada de insuteccn), y que un fat nomos dea Tierra energeria del teacenario dela atitrofe ambiental imaginad por Stengersen el que un "stado mundial, autrizado por la “urgncia” (a excepeién) a intervenir onde, como y cuando quiere, ejrcera a dominacin universal. 48. Ver el concept de loop (cuit, vuelta, retomo, etoacién) como ‘consittivo de la "tescolida” en la euartaconferenca; Brano Lato, Face & Gaia, op. ct. 49, Proyecto que uno dels autores de este Uhr denominé en ota parte “suficiencia intensive; ver Eduard Vives de Cast, "Desevolvinento| scondmica e reenvlvimento cosmopoliica: da necessdade exensia & sufldnia intensive", Sopro, n° 51, 201, pp. I-11. esto es, para una total transformaci6n de dicho modo en un proceso que imperativamente tome distancia de toda fanta- sia de “dominio prometeico”, de control gerencial sobre el mundo tomado como otro de la humanidad: ha Wegado la hora de transformar la enkrateia, el dominio o maestria de si mismo, en un proyecto colectivo de re-cvilizacion ("civilizar las précticas modernas", escribe Stengers) 0, quién sabe, en un proyecto ~tal vez mas “molecular”, menos titénico- de inciviizacion.” El plus intra debe significar, de ese modo, una tecnologia de frenado, una deseconomia liberada de la alucinacién del crectiafento continuo, y una insurreccién cultural (si se nos permite la expresién) contra el proceso 4e zombificacién del ciudadano-consumidor. Una palabra sobre la técnica. Asi como Latour viene buscando disolver la fatidica amalgama entze la ciencia y las ciencias, pensamos que es necesario hacer lo mismo en lo que concieme ala relacidn entre la técnica y las técnicas, rechazando una interpretacién unidireccional y modernista de la téenica que la toma como una esencia ontoantro- polégica que florece triunfal en la historia (los tecnéfilos al estilo del Breakthrough Institute son tan esencialistas como sus enemigos retro-heideggerianos). Existen técnicas terricolas como existen técnicas humanas, diferencia que no se reduce, nos parece, ala mera cuestién del largo de sus Tedes, La guerra entre los terricolas y los humanos habré de librarse esencialmente en este plano, sobre todo cuan- do incluimos en la categoria ampliada y pluralizada de las ‘éenicas toda una gama de agenciamientos sociotécnicos y de inventos institucionales, algunos muy antiguos, otros mas recientes, que van desde los sistemas de parentesco y los mapas totémicos de los aborigenes australianos hasta 1a organizacion horizontal y la tactica defensiva black bloc 50. Para la idea de incvlizacion (unellleation}, ver el manifesta del Dark Mountain Projet, disponible en darkemountain. net, UMaNos y TeRRicoLas de los movimientos de protesta altermundistas, desde las nuevas formas de produccién, circulacién, movilizacién y comunicacién creadas por la Internet,” hasta as organiza- ciones de proteccién e intercambio de semillas y cultivos tradicionales en distintas zonas de resistencia campesina por todo el mundo, los eficientes sistemas de transferencia financiera informales del tipo hawala, la arboricuttura dife- rencial de los indigenas amaz6nicos, la navegacién estelar polinesia, los “agricultores experimentadores del semiari- do brasilefio,” hasta, en suma, ciertas innovaciones hiper- contemporéneas como el movimiento de las ecovillas, la psicopolitica del tecnochamanismo o las economias descen- tralizadas de las monedas comunitarias, del biteoin y del ) es en contra de la "evilizacion’, el “progres”, la “isto, tia", el “destino” o la “humanidad’,concretamente, que tos terscolas estan luchando, sito en contra de estes tx, tidades mencionadas, Son ellas las que actdan en nombre de los "humanos" Fero volvamos a nuestros misteriosos tercalas, Vol. vamos por un breve instante a las cosmogonias y las. catologas amerindias que evocdbamos algunas paginas atrds, cuando habldbamos de su antropomorfismo esttice Y¥ su pampsiquismo metaisic, dos carat de una mises ontlogia “animista. En un mundo en el que “todo oa esta vivo, es necsaro dar cuenta de a muerte, esto ee justifcata. Los mitosindigenas ven el orgen dela cal, tura y de la sociedad como algo intrinsecamente ligado a ta vida de los humanos, ala mortalidad como condicion existencial, Esta es imaginada, por lo. general come a resultado no de un eximen o pecao cometido conta una divinidad, sino de un engao,un deseuido, una certa es. tupldez inexplicable de nuestros antepasados Los hurna, 10s arcaicos, cuando se enfentaron con desta altsrna, tivasofecdas poral demiurgo, enaron en su election y terminaronenvejciendo y murendo de pris en gar vivir para siempre como otros existentes(pedtas, Soles de madera dura) ode permanecer perpetunmentejovence mediante perédios cambios de piel, como las semlentes ¥ distintos invertebrados. Agréquese a esto que, asi como la especiacion posmiticadexivo de un continuum intens vo originario de consstencia “humana”, las dstinciones inter eintraculturales en los humanos actuals sutlen ser explicadas como el resulta del empobreciniento dens ardfco de la humanidad prinigenia, en pocas palabras, de ta mortandad (extineién por una catistof, exterminio por una divindad) suftida por una poblacion esession mente numeroa y demasiado homogénea, eeando as los ee eer ieee adores de eos mits, ahora, si los amends, coma Seat a SO coat oo See sn Tae ec oe fig mn yam pec el proceso en el-origen antes que il mo. domes mset teste ag, Un te. Vor Marsal Sehlins, What Kinship i ~ andi not, Chicago, University ‘of Chicago Pres, 2013. 189 algo mis para enseflamnos en materia de apocal Détdas de mando, ctistofes demogrsnsy fines de la historia, es simplemente lo siguiente: para los pueblos nativos de las Américas, el fin dl mundo ya sucedi6, cin. co siglos atras. Para ser mas precisos, la primera sefal del fin se manifests el 12 de octubre de 1492. (Como posted alguien en Twitter alguna vez, “el primer indio que en- contré a Col6n hizo un pésimo descubrimiento"...) La po- blacién indigena del continente mayor que la de Europa en aquella misma época, puede haber perdido (por la ae- cin combinada de ls virus “avira fu espantosanen- eletal-, del hierro, de la pélvora y det papel los trata. dos, las bulas papales, las encomiendas y, por supuesto, la Biblia-) hasta el 95% de su efective a lo largo del primer siglo y medio de la conquista, lo que correspondera, de acuerdo con algunos demégrafos, a 1/5 de la poblacion del planeta." Asi, podriamos dar el nombre de Primera Gran Extincién Modema a ese evento americano en el que el Nuevo Mundo fue alcanzado por el Viejo como si se tstaze du planeta gigateso, que proponenos lamar fercancia, en analogia con el planeta Melancolia de Lar von Ber in mites de conser apospan eee ue el genocidio americano de los sglos XVI y XVII -la mar {ot atiuotedemouica dea hats tet 9 oo con la posible excepcion de la peste negra~ causado por el cchoque con el planeta Mercancia siempre tendra garanti- zado su lugar entre las primeras posiciones, por lo menos eno qe concer 2a especie humans, ics eon- sideramos las grandes posibilidades futuras - mde dl megtsentaninto gla = ee 65, Pum an ves de sora debate sobre dmenin dl mp ts sobre a dnensn dl inpaca Aenopco del invstn de mc, eel tien documenta ese portaje de Charles Mann, 1491. Una nueva historia de las Américas ant sf de Colén, Madrid, Taurus, 2006. “ Evidentemente, estos fines de mundo provocados por el avance del frente (en el sentido bélico) de moderniza- cién, que se inicia, precisamente, con el ;plus ultra! de la expansion europea del siglo XVI, continéan sucediendo en distintas escalas, en varios lugares més 0 menos remotos del planeta, en los tiempos que corren. No es preciso in- sistir sobre lo que sucede hoy en Africa, en Nueva Guinea yy en la Amazonia 0, para situamos més al norte, en los territorios indigenas de los Estados Unidos y de Canada “impactadas" por los proyectos de fracking hidréulico. La palabra “fracking” en verdad, no podria ser més apropia- Ga: pues es como si el fin del mundo fuese un aconteci- miento fractal, que se reproduce indefinidamente ex di- ferentes escalas, desde las guerras etnocidas en distintas partes de Africa al asesinato sistematico de \ideres indige- nas o de militantes ambientalistas en la Amazonia, desde 1a compra de gigantescos territorios de paises pobres por parte de potencias hiperindustriales a la apropiacion y deforestacién de tierras indigenas en funcién de intereses tanto mineros como del agronegocio, a la expulsién de familias campesinas para la ampliacién de un campo de soja transgénica... Eso por no hablar de la “fractalizacién” del fin que atraviesa de arriba abajo a la Gran Catena del ‘sex, con ta desaparicién de los innumerables Umwelten Ge los vivientes. Gaia es “solo” el nombre de la sumatoria {inal ~en todos los sentidos de este adjetivo- de todas ‘esas figuras del fin: Gaia, en suma, es el punto maximo que podemos aleanzar. Si la América indigena de los siglos XVI y XVII repre~ sent, para los humanos que la invadieron, un mundo sin See al Ver “Extinction cise continves apace oy, 3 de noviembre de 2008 ‘eponible en ung, at come el ye mencionao ito de Ezabeth Kol. ens La sexta exincion, op ct, ye inereile sitio de David Ulansey, The furent Man Extinction, en mystesim.con/extinction snl, que desde 008 acumula ntl sobne La actual extincion en masa. sas. hombres -ya sea porque ellos la despoblaron objetivamente, ya porque los hombres que encontraron allf no cuadraban en la categoria de los “humanos’-, los indios sobrevi- vientes, los terricolas de pleno derecho de aquel Nuevo Mundo, se vieron, a la inversa, como hombres sin mundo, naufragos, refugiados, inguilinos precarios de un mundo al que ya no podian perteneces, pues ya no les perte- necia. ¥, no obstante, inesperadamente, muchos de ellos sobrevivieron. Pasaron a vivir en otro mundo, un mundo de otros, sus invasores y sefores. Algunos de esos néu- fragos se adaptaron y se "modernizaron’, pero en general lo hicieron de formas que poco tienen que ver con lo que los modernos entienden por eso; otros luchan por mante- ner lo poco de mundo que les qued6, con la esperanza de ue, mientras tanto, ls blancos no acaben por destruir su Propio mundo, el de los blancos mismos, ahora convertido en el “mundo comin” ~en un sentido nada latouriano- de todos los seres vivos, Nos resulta fuertemente simbélico que una de las re- cientes versiones del fin del mundo que logré entusiasmar ala nueva generacién de espectadores planetarios -la vas- ta platea globalizada de la red~ haya sido el ast lamado “Apocalipsis Maya”, anunciado para el 21 de diciembre de 2022. Como podemos constatar, el mundo no acabé, lo que ademas, como se sabe, no estaba previsto, en estos térmi- nos, en ninguna tradici6n escrta u oral de los mayas. Aun asi, a pesar del equivoco; no nos parece un despropésito vincular el nombre de los mayas a la idea de “fin det mun- 4"; al fin y al cabo, no es' menor el hecho de que la tinica fecha del calendario de origen supuestamente amerindio que se ve incorporada a ta cultura pop mundial se refiera a un apocalipsis. En verdad, la historia de los mayas conoci6 varios “fines’. En primer lugar, la poderosa civilizacion mesoa- mericana que nos legé monumentos como Chichén Itz8, ‘Tikal o Copén suftié una progresiva decadencia a lo lar. go de los siglos VII aX a.C., probablemente debida a ‘una combinaciOn de conflictos sociopoliticos (rebeliones y guerras) y un prolongado estrés ambiental (sequias relacionadas a periodos de Fl Nifo, agotamiento de los suelos), que finalmente tlev6 al colapso de la sociedad, al abandono de todas aquellas piramides y templos ma- jestuosos y, muy probablemente, de la cultura cientifica y artistica que florecia en aquellas ciudades de la selva. Primer “fin del mundo”, por lo tanto, del petiodo preco- ombino,”” que nos puede servir de ejemplo y Ulamado de atencion frente a los procesos contemporaneos en los que la economia y la ecologia entran en un colapso recipro- camente retroalimentado, al mismo tiempo que estallan “eventos insurreccionales” en distintas partes del planeta. A continuacién, con la invasion de América en el siglo XVI, los mayas como los demas pueblos del continente- fueion sometidos y esclavizados, ademas de devastados por las epidemias que trajo el invasor." El genocidio de los pueblos amerindios ~e fin del mundo para ellos~ fue el inicio del mundo modemo en Europa: sin a expoliacién de ‘América, Europa jamas habria dejado de ser el patio trase- “Teds Furasia, coittiente que abrigaba, durante la “Edad “edia" a civitizaciones inmensamente mas ricas que las, Gan boesa eee epoca oe en ae cree ees eo ee ee a ee ee meen utah aesame selon Sorted ene Se Seite een errematas ee a ee tn ers oe ee et a eee Relea ae aie 2188 ‘europeas (Bizancio, China, India, el mundo arabe). Sin el saqueo de las Américas, no existria el capitalismo, ni hhubiese existido, mas tarde, la revolucion industrial; por lo tanto, tal vez, tampoco existiria el Antropoceno. Este fin del mundo que alcanzé a todos los pueblos amerindios es incluso mas emblematico, en el caso de los mayas, en vista del hecho de que el libelo inaugural contra el geno- cidio americano proviene del puiio del obispo de Chiapas, Bartolomé de las Casas, corajudo campeén de los derechos indigenas, opresor tempranamente arrepentido del brutal tratamiento que los muy catélicos europeos infligian a los indios de su obispado. A pesar de todo esto, a pesar de haber pasado por su- cesivos fines-del-mundo, de haberse visto reducidos a un ‘campesinado pobre y oprimido, de tener su tertitorio divi- ido y administrado por distintos Estados nacionales (Mé- xico, Guatemala, Belice, Honduras, Fl Salvador), los mayas, continian existiendo, su poblacién aumenta, su lengua florece, su mundo resiste, disminuido pero irredento. Pues son justamente los mayas quienes nos ofrecen, hoy, el mejor ejemplo quizés de una insurreccién popu- lar exitosa (en el sentido de no haberse transformado en otra cosa) contra el monstruo bicéfalo Estado-mercado que oprime a las minorias del planeta: el tinico alzamiento de tun pueblo indigena de América Latina que logré mante- nerse sin degenerar en otro proyecto estatal nacionalista ¥, lo que es por demas importante, que rapidamente dejé de apoyarse en la vieja escatologia revolucionaria “mar- xista” (en verdad cristiana de cabo a rabo), con que Euro- a, por medio de sus insoportables intelectuales-clérigos, continéa queriendo controtar las luchas de liberacién de los pueblos, para trazar un camino cosmopolitico propio. Estamos refiriéndonos, claro esta, al movimiento zapatista, esa singular rebelién que es un modelo de “sustentabili- dad"; sustentabilidad politica también y sobre todo. Los rmayas, que vivieron varios fines-del-mundo, nos muestran hoy como es posible vivir después del fin del mundo; cémo, fen suma, es posible desafiar al Estado y al mercado, y hacer valer el derecho de los pueblos a la autodeterminacion. Verdaderos especialistas en fines del mundo, los mayas ~y todas los demés pueblos indigenas de las Américas~ tienen mucho para ensefiamos, ahora que estamos en el inicio de un proceso de transformacion del planeta que fen algo se parece a la América del siglo XVI: es un mundo invade, amasao J dlernado por bsharos eranjes, Imaginese el lector®” que esté viendo (o actuando en) una de esas peliculas clase B de ciencia ficcin en las que la ‘Tierra es invadida por una raza de alienigenas, que se ha~ ‘cen pasar por humanos para dominar el planeta y asf ut lizar sus recursos, porque su mundo de origen ya se agot6. En general, en esos films los alienfgenas se alimentan de los propios humanos: de su sangre, su energia mental, 0 algo por el estilo. Ahora, imagine que esa historia ya sucedié. Imagine que la raza alienfgena somos, en ver- dad, nosotros mismos. Hemos sido invadidos por una raza disfrazada de humanos, y descubrimos que ellos ganaro nosotros somos ellos. 20 se tratara tal vez de dos especies de humanos, como sugiere Latour? ;Una alienigena y otra indigena? 0 tal vez sean todas y cada uno de los humanos ‘os que estarfan partidos al medio, con una mitad alie- nigena cohabitando con una mitad indigena dentro del mismo cuerpo; un ligero desajuste de la sensibilidad nos habria Uevado a percibir esta autocolonizacion. De este ‘modo, seriamos, nosotros todos, indigenas, o sea, todos te- nicolas, indios invadides par los europeos, los “humans”; todos nosotros, inclusive, claro, los europeos (que fueron uno de los primeros pueblos terricolas en ser invadidos). 58, Ver EduardaViveiros de Castro, “Desenvlvimento econémicoe reer valvimento casnopolitio: da necessidade extensiva & sulicincia inten sia, op. 495- Una perfecta duplicacion en intensidad (;plus intra!), fin de las divisiones en extensi6n: los invasores son los inva- ios, los colonizados son los colonizadores. Despertamos de una pesadilla incomprensible. Y, como decia Oswald de Andrade, solamente el hombre desnudo comprenderd. r EL MUNDO EN SUSPENSO Sten ons Vi whale Hate 2 Y geal 1a fa « 2a pativme Nusa Desear la guerra conta las guerras futuras y pasadas, la agonia contra todas las muertes, ‘yla herida contra todas las cicatrices, en nombre del devenir y no de to etemo. Gilles Deleuze y Félix Guattari Hablamos de tres nombres que nos guiaron en buena parte de nuestro recorrido hasta aqui, pero falt6 hacer hhincapié sobre un iltimo y no menos esencial, el de Isa- belle Stengers. Hace algunos afios, por lo menos desde En tiempos de catdstrofes, esta filésofa viene trayendo a escena, junto con Latour," la figura ambigua y compleja de Gaia, puesta como el personaje-lave para la comprensi6n 1. Este lo hace, creomes, desde su “An Attempt at aCompostionist Mani- festa, New Literary History, n° 61,2010, pp 471-490.

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