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XI El nudo Hay una expresién de Picasso que me cautivé esta semana. Solo me ocupé de Picasso por haberme dirigido el sébado pasado a la exposi- cién, que les recomiendo, presentada en el Jeu de Paume bajo el rétulo de Picasso erético. Es un titulo hecho para atraer multitudes, pero no me parece exacto segtin la idea que me hago del erotismo. Esto me forz6 a interrogarme al respecto. Atravesamiento de lo imaginario Me parece que el erotismo entrafia el deseo y, con este, la defensa contra el deseo —defensa que se anuda con el deseo, a tal punto que Lacan decia que el deseo y la defensa contra el deseo son lo mismo. Con el deseo entonces se introduce lo prohibido y también la transgresi6n, e incluso el impedimento y también el amor. Al menos a mi juicio hay erotismo allf donde se manifiesta la condescendencia del goce al deseo. Y para que haya erotismo es necesario que centelleen y se estremezcan los tornasoles y las turbaciones! del amor que permiten esta condes- cendencia. Debo decir que nada de esto vi en esa exposicién. Vi una exhibicién del goce, precisa y unfvocamente del gace falico sin trasfondo, sin tras- 1, Les moires (“Ios tornasoles”) consuena con ’émoi (“la turbacién”). [N. del T.] 197 seme apse Escaneado con CamScanner JACQUES-ALAIN MILLER mundo, sin mas alla, sin semblante alguno, sin otro semblante que el de los cuerpos representados de uno y otro sexo. Ante esta abundancia, esta Iluvia de cuerpos, no se puede evitar la idea de que ella se man. tiene, como decimos, en el nivel de lo real. Es por cierto un real de la copulacién lo que esta representado, pintado, dibujado, pero digamos que a través de lo imaginario, en lo imaginario de los cuerpos, de todos modos da la idea de lo real. Me dije que sin duda eso era lo propio de Picasso en la historia de la Pintura: ser alguien que buscaba. Qué? Jamés se supo decir, ni siquie- ra él mismo, qué buscaba. Buscaba, estaba descontento, a veces estaba satisfecho, se encerraba, fracasaba, recomenzaba. Se comportaba como un buscador en sus afios mozos, hasta que dijo que habfa encontrado, que no cesaba de encontrar. Se tiene la idea de que lo que buscé al comienzo era lo que para un pintor constituye el colmo: atravesar lo imaginario hacia lo real. Lo que Pensé el sébado pasado es que sin duda en esta via atenté como jamas se lo habfa hecho contra la forma del cuerpo. Tal es el testimonio de sus contemporéneos, quienes lo presenciaron a principios del siglo pasado. Hoy se perdi6 el sentido de eso, pero en su momento (1907) provocé una arcada general, a tal punto que el cuadro de las famosas Sefiori- tas de Avignon -ahora hay que atravesar el Atlantico para poder verlas en carne y hueso, si me permiten- permanecié enrollado en su atelier durante una buena década y media. En cierto sentido es una revolucién de efectos retardados. Nos damos cuenta con posterioridad de lo que esto hab{a conmovido. En su momento no fue una transgresi6n celebrada, ni siquiera conocida. Una vez producida una revolucién de este orden, sin duda se requiere un tiempo de latencia para percibirla, De allf surgié lo que algunos -61 no- llamaron cubismo, Ese es por cierto el primer momento del mencionado atravesamiento de lo ima- ginario, bajo la forma de una simbolizacién de la imagen: geometrizat todo, dominar por medio de la geometria, Pero mds alld de esto lo que est en juego en su produccién es lo real de la imagen. A partir del momento en que dejé de buscar, en que habfa encontrado y encontra- ba incesantemente, se trat6 de lo real. En efecto, cuando estamos en la dimensién de lo real no hay nada mas que buscar, ya estamos allf. Bus- camos cuando hay un desajuste entre las dimensiones. 198 seedy apse Escaneado con CamScanner ELNUDO Lo que admiro es que él lo haya alcanzado con una extraordinaria desenvoltura respecto de lo Bello. Por lo demés, nos costarfa mucho decir que lo que vemos en esa exhibicién “es bello”. Incluso es extraor- dinario cémo nos aligera de lo Bello, del culto a lo Bello. £1 convirtié en remilgado todo lo que se producfa en su época y que seguia cautivado por el prejuicio de la belleza. Hay que reconocer que eso inauguré una via que no ces6 de ser explotada, con resultados que no es el lugar ni | momento de apreciar, pero me parece que quien consumé ese pasaje fue él. En el mismo movimiento -al menos asf lo experimenté, dadas mis preocupaciones actuales-, al mismo tiempo que libera de lo Bello, convierte en ridiculo lo simbélico. Reduce el discurso universal a la anécdota, a la futilidad. Bien puede representarse a sf mismo como el Minotauro que estd aparedndose: a las claras vemos que es una anéc- dota futil en relacién con lo que esté en juego, que no hemos cesado de adornar lo real del asunto mediante montones de historias, de mitos hoy apolillados.2 Considero en efecto extraordinario que tuviera 87 afios cuando expone su serie de aguafuertes sobre Rafael y la Fornarina fornicando bajo la mirada del Papa, y con qué irrisién se representa una vez a Miguel Angel deslizado bajo la cama sobre la cual eso mismo tiene lugar. Y tiene 90 cuando ridiculiza a Degas mostrandolo como un voyeur impotente en el burdel. No veo a nadie que haya ilustrado como 4lo que podemos lamar el cinismo del goce, tanto més cuanto que no se trata del goce del idiota, del goce solitario, sino exactamente del cinis- mo del goce del coito. Y por el hecho de que se lo muestra en una forma tan cruda, con esos oropeles anecdéticos, se torna misterioso. ;Por qué debe el goce pasar por el cuerpo del Otro? {Qué le falta al idiota, que encuentra en el cuerpo del Otro sexo? Yo no habria dicho en absoluto Picasso erético. Esta problematica de ningtin modo me parece de tal orden. Decir Picasso porndgrafo habria sido mas exacto, aunque carezca de decoro. Habria estado mas cerca del cinismo del goce de Picasso: el goce de un Didgenes que, en lugar de masturbarse, copulase sorprendido de que la copulacién le resulte irresistible. 2. Juego de palabras entre mythes (“mitos”) y mités (“apolillados”). [N. del T.] 199 seedy Tascam Escaneado con CamScanner JACQUES-ALAIN MILLER Vuelvo a esa expresién de Picasso que anuncié, que me cautivé ¢ incluso me deslumbré por su cinismo. Veo a Picasso en efecto como a un cinico. Todas las cosas que se saben de él -y se han contado muchas, las hay de todos los colores, tanto verdaderas como falsas~ parecen indicar que en la pintura él batall6 solo, ya de entrada con la idea de cox-sistir a la pintura, de existir fuera de ella, fuera de todo lo que habia sido hecho. Esto suponia que conociera mucho de lo que habla sido hecho, y deslizé mucho de eso en sus parodias. Se burl6 tanto de Rafael como de Miguel Angel y de Degas. Tal vez hacfa una excepcién con Cézanne. Batall6 por su lado desde muy pequefo, sin duda impulsado a ello por el hecho de que su padre era un profesor de pintura académica que segtin dicen sufria por ser un fracasado en este Ambito. En todo caso lo que esta claro es que Picasso jamés aposté a la escuela. No reunié una escuela, ni siquiera se ocupé de ello como Courbet lo hizo. Incluso en la 6poca de los cubistas, jamas quiso tener nada que ver con ellos. Creo que jamés expuso con ellos. Para él, eran impostores. Si tuvo alumnos 0 si hubo algunos que se consideraron alumnos suyos, é1 consideraba que eran impostores. No lo dijo asf, pero lo dio a entender. Puede hacer- se una excepcién con Braque, de quien él deca: Es mi mujer. Creo que en definitiva él no disponfa més que de la relacién sexual para cifrar su relacién con el Otro. Digo esto y habré que verificarlo. Lo que a mi entender lo atestigua es que en algtin lugar que no pude averiguar, en un dibujo o un cuadernillo, quizds en una tela, escribe una frase en espaiiol que dice algo asi como que la felicidad suprema es darle al padre por el culo. Creo que esto viene a respaldar la frase sobre Braque y @ remarcar que su relacién con el Otro es cifrada por medio de la relaci6n sexual La expresién de Picasso que me deslumbré no es esta, sino otf mucho més presentable pero que tiene alcance: “{Cudntas personas han leido Homero? Sin embargo todo el mundo habla de él. Se ha crea- do de este modo la supersticién homérica”. Me parece muy fuerte. Ante todo, sin duda esto dice algo de él. EI cre6 la supersticién picassian2- Esto indica muy bien su posici6n en la historia del arte, a tal punto que se ha hablado del siglo xx como del siglo de Picasso, aunque no es $84" ro que él fuera tan amado, apreciado. Tuvo y tiene buena venta, Peron? vemos que su obra esté rodeada de una dileccién especial. No obstante 200 sey Tascam Escaneado con CamScanner EL NUDO dio que hablar como ningtin otro, y es algo por completo distinto ser mirado que ser comprendido e incluso amado. Hay una objetividad propia de este “todo el mundo habla de é1” que traduce la inscripcién en el discurso universal, la cual nada tiene que ver con el control de las significaciones. Le importaba un bledo lo que dijeran de él. Jamés se tom6 el trabajo de rectificar o de completar lo que fuera. Al leer sus declaraciones y sus entrevistas ni siquiera estamos del todo seguros de que sean exactas. Nunca se tom6 el trabajo de controlarlas. La inscrip- cién en el discurso universal se burla por completo de la exactitud y hasta del conocimiento. Homero sencillamente se convirtié en un sig- nificante universal. Supersticion En funci6n de lo que me ocupaba en ese momento, me dije que hay algo asf como una supersticién lacaniana, ya que en definitiva no se lee tanto Lacan. Por otra parte en sus tltimos escritos es muy poco legi- ble, incluso casi nada. En todo caso se lo lee bastante menos de lo que se habla de él. Esto no impide, ni siquiera a quienes lo tienen entre ceja y ceja, tomarlo —como nosotros, como yo- por el sujeto supue: to saber de qué se trata en el psicoandlisis, y hasta mucho mas que Freud. No tomen todo esto completamente en serio, lo digo cum grane salis, pero como Freud se hacia ideas sobre el psicoandlisis, conservaba semblantes en el psicoandlisis, Lacan quiso taladrarlos. Busco alge ast como lo real del psicoanilisis, es decir, despojarlo de lus prestigios que este podfa tener de lo imaginario y de lo simbolico, a tal punto que eo relacién con Lacan y especialmente con el tiltime Lacan el practicante honesto siempre se siente ingenuo. Lacan no para de tenderly celadas. El término supersticion es muy justo, Calitica La celacion que tene- MOs con algo en Jo que creemos sin haber ido alli a ver, Pertenece a la flosoffa de las Luces. Los fildsofos de las Laces eran qttienies pensaban Que Es supersticién todo lo que no esti fiurudado en razon. Evislentemente, La rae €ra su propia supersticién, y se les subio tanto a la cabeza que se docs la Raz6n una diosa y se inventaron ritos para su ee oe Ti6 ir ale Es supersticién todo lo que no estd funsdado en naa se let Oe Ver por todos lados, transgrediendo los limites que Descartes 201 sey apse Escaneado con CamScanner JACQUES-ALAIN MILLER habia establecido. Querian que todos fueran fil6sofos, que la filosotta se volviera popular. Resultado: echaron todo por tierra. Como sabemos, eso produjo un retorno sensacional al significante amo, a la supersti- cién del poder, a una ereccién de soberbias insignias que consagré ¢| refuerzo del discurso del amo bajo la forma de su payaso incretble, que presagiaba muchos otros, Ilamado Napoleone. La razonable es pensar que no se debe hacer desaparecer la supersti- cién y que ademds se hizo la prueba de que no se puede, que la supers- ticién estd fundada en la estructura, que es un hecho del lenguaje, y que el nombre de la supersticién en psicoanidlisis es transferencia. Para ir en el sentido de Picasso, la supersticién es una transferencia con a ilectu- ra. Apoyo esto mediante el dicho de Lacan que cito: “La transferencia parece motivarse ya suficientemente en la primariedad significante del rasgo unario”. Esto enlaza la supersticién con la ilectura, ‘Acuso a Lacan de haber querido provocar una superstici6n, es decir, una transferencia, al echar sobre nuestros hombros la primacfa del nudo borromeo. Lo acuso de haber querido inspirar una supersticién precisamente respecto de un trazado que no se puede leer. Podriamos incluso imaginar que él haya querido, sofiado, hacer del nudo borro- meo un rasgo unario, el rasgo unario del psicoanalista. Pero si lo es, esto requiere dejar caer la idea de que es un significante, requiere que se discuta la expresién “significante del rasgo unario” —que, si mal no recuerdo, Lacan publicé en 1969, es decir, antes de comenzar con el nudo que justamente distingue el significante y el rasgo. Ménage a trois Lacan venia de lejos para aportar este nudo borromeo, ya que comenz6 en el psicoandlisis por el sentido, lleg6 con la intuicién de que cl psicoandlisis era una experiencia semantica y que por eso mismo Consonaba con lo que él mismo podia ir a buscar, sustraer, restaurar © Parodiar de la fenomenologia, comenzando por la idea de que en el Psicoandlisis 1a cuestin es dar sentido y que este don del sentido tiene el poder de modificar cémo se vive la propia vida, Recién en un segun” do Uempo se orienté hacia el signiticante, Mientras nos ocupamos del sentido, las imagenes resultan adecuadas. El se orienté enseguida hacia 202 Seamed Tasca Escaneado con CamScanner ELNUDO. cl significante como soporte del sentido. El término ea eal ca bien: el significante sirve para significar. Un paso mas asta Ps e separar el significante y el sentido y mostrar que al significante a suyo totalmente solo, es decir, para producir el significante come mostrar que es precisamente lo que permite circunscribir el sentido. En definitiva, legar a aislar el significante como fuera-de-sentido permite aislar el sentido como sentido gozado. Pero esta claro que él dio un paso mas alld, incluso més all4 del significante como fuera-de-sentido, hasta poner en tela de juicio el término significante por més que siguie- a empledndolo, ya que el significado sigue siendo el juez de lo que ustedes llaman significante, sea lo que fuere, porque el significante esta hecho para el significado. A propésito de eso tuve ocasién de dar una conferen vé para mi, que rechacé publicar bajo ese titulo, Me di cuenta de que era como si con ella hubiest a mis colegas. Dado que en ese condiciones de desarrollarlo, es “adiés al significante” cia que conser- “Adis al significante” 3 arrebatado lo més caro momento yo no estaba totalmente en me dije ;Alto ahi, Como fuera-de-sentido, Es @ hen El matema es una f6rmula, Bien pue: ido, pero Pese a todo es muy diferente P de un rasgo, ¢ 1. figura, que no es nada mas que que es menos que trazado. Ambos esta; nee un ‘Mbos estén fuera de Palabra, y ustedes pueden decir que ambos estan fuera-de-sentido, Pero el i i i. i matema Givere decir, el matema organiza Significaciones posi- oe el trazado esta en cambio Separado de las significa weir nada. Si ustedes se empefian en que diga algo, de Minotauro sobre la jeta: salta a a lo que esta en juego, 3. Final Mente fue publicada en francés y en castellano, [N. del T) 203 seamed Tascam Escaneado con CamScanner JACQUES-ALAIN MILLER Pues bien, una vez arribado al matema Lacan fue més allé con e| nudo borromeo. Cabe decir que sin duda el nudo es Tepresentado y que entonces est4 en lo imaginario, o que puede transcribirse en {6. mulas y que entonces puede ponerse allf lo simbélico, pero de todos modos en él tocamos ~zqué diremos?- algo de lo real de lo escrito. En todo caso puede decirse que el nudo borromeo realiza lo escrito como no a leer, porque en calidad de tal no hay nada que leer en é1: pasen de largo. Nada tiene que ver con el significante, en la medida en que este es al menos radicalmente lo escrito de la palabra. El nudo borromeo no escribe nada de la palabra, sin embargo hablo de él. ¥ no lo dibujo pues hay un punto en el que no hay que especular sobre la fascinacién de la imagen, tanto mds cuanto que esta es por cierto elemental. Veo bien el camino que llevé a Lacan, en ese escrito en el que presenta su topologia (titulado “El atolondradicho”), a no hacer ni la menor figura de topolo- gia y obligarse a comunicarlo sin su figuracién. Tenfamos la impresién de ver que Lacan no podia separarse de este nudo fatal. Afio tras aio, suspiro general: jTodavia sigue con eso! El nudo se transformard no solo en el objeto y el soporte de su ultima ense- fianza, sino verdaderamente en su partenaire-sintoma. El no ocultaba cuanto lo hacia sufrir, sino que més bien alardeaba de ello. El nudo, tal como Lacan se valia de él, tiene de real al menos el hecho de que jamés anda como deberta, que resiste, que nos equivocamos y que ademés respecto de él nos formulamos problemas que no logramos resolver. iCémo cans6 Lacan a su auditorio al plantearse todo el tiempo a propé- sito del nudo problemas insolubles o cuya solucién aportada la sema- na siguiente fallaba por algtin lado, desmintiendo entonces su axioma segtin el cual jamds formulaba preguntas si no era porque ya tenia la respuesta! Durante afios mand6 a Paseo a sus interlocutores, fingié ser el sujeto supuesto saber al formular, como él decia, solo preguntas cuya Fspuesta tenia en el bolsillo. Esta es en verdad la maniobra que eviden- cia que asumimos la suposicién de saber en nuestro propio beneficio. Todo esto para hacer exactamente lo contrario en su tiltima ensefian- 2a, es decir, para evidenciar en ella, mediante la abundancia de signos de interrogacién que quedan en suspenso, la ausencia, la fragilidad, el dolor del sujeto supuesto saber, Pero hay que interrogarse sobre el encanto del nudo para Lacan. No Sé si a este respecto se podria llegar a hablar de Lacan erbtico, pero sin 204 seam apse Escaneado con CamScanner ELNUDO a of ado tivo ara i UN eNCANLO, UN USO, Ja encan gate val habrfa que lograr arrojar alguna ty A pigamos primero que es un objeto articulado, ae, conmds precision atin, sin ser mecénico + rramblaje de elementos perfectamente distintos, que sega sun son son redondeles de cuerda, Son diferentes y al mien 8 7B ianions, 68 decir que no hay entre ellos mas que une dnge oP? rica: cada uno es similar al otro en todo, salvo que uno no _ numé. No una dstinciOn cualitativa 0 esencial, sino una distincién go” rumérica. Entonces el nudo evidencia la funcién del ntimens ee a Vayamos atin més lejos para decir que lo que se evidencis a

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