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nuevo le pide a palabra ala historia, mientras que elhom: = bre, embrujado precisamente por una historia que vuelve a cobrar para é los rasgos oscuros del destino, enmudece en. el encantamiento? Hasta que una noche, en la penumbra cen la que un nuevo pesebre encender figuras y colores to- dlavia desconocidos, la naturaleza vuelva a amurallarse de tro de su lengua silenciosa, la fabula se despierteen a histo- ria y el hombre emerja desligado del mistero a la palabra. Programa para una revista OCOOOOOCOCOOCOCOECOCOLODOOOOLOLELED | La revista cuyo prograina se presenta aqut teivindica una pretensién de auroridad en la misma medida en que toma conciencia de su siruacién. Sélo en tanto que se atiene a una ‘onciencia semejante puede aspirat sin prepotencia.aencon «rar en sf misma el criterio de su propia acwalidad “en un tiempo que ha perdido cualquier otro crcerio de actualidad {que no sea "eso de lo que hablan los diarios” y precisamente ‘cuando “eso de lo que hablan los diarios’ no tiene nada que ‘ver com la realidad. El punto de vista en el que intentasituar- se es on efecto tan radical y originariamente histérico que puede renunciar con facilidad a toda perspectiva cronolégica ‘y aun incluir entre sus tareas ms propias una “destruccién” dela historiografia lceraria: el lugar que elige como morada vital no ¢s una continuidad nj un nuevo comienzo, sino una interrupcién y un apartamiento, y la experiencia de ese apar- ‘amiento como acontecimiento hist6rico originario consti- tye justamente el fundamento de su actualidad. El apartamiento al que nos referimos es el que se ha p ducido tempranamenteen la cultura occidental modema entre el patrimonio cultural y su transmisién, enere verdad y. twansmisiblidad, entre escriura y autoridad. Nuestra cultu- raesti tan lejos de tomar conciencia de ese apartamierito que uso su formulacién, sin recurvira categorias proveaientes de orrasculturas, presenta dificultades cas insuperables. Para dar cuenta de ello con mayor precisén podriamos servirnos de las caegortastalmiiicas de Halatha (la Ley en sha ver- dad separada de toda consistencia mitica) y Aggada (la ver- dad en su consistencia emocional, en su “ttaducibilidad”), 0 bien de ls categoria dabes shariary hagigarque designan 3 la Ley en su literalidad y en su sentido espititua;o recurit. también alas dos categorlas de "contenido fictico" y “conte- nido de verdad”, cuya unidad originaria y cuya separacién cia y la historicidad de la obra de are En_estos sé:minas_ el caricter especfico de la culmira © cccidental podria expresarse entonces dicienda queen.cla se-haproducide-une-fraeuure-inteporable-entce Halakhay contenido de cuatro interpretaciones sucesivas y diferentes de un texto, | sino que mas bien se inscrca entre ella, en la relacién vital entre contenido fictico y contenido de verdad), seha vs to imposible la rearticulacién de esos téxminos (lo que 5 ‘manifiests, entre otras cosas, en la pérdida del comer deTaglosa como formas creativas). De modo que hay. verdad, pero no la posibilidad vigjo y lo nuevo, el pasado y el presente, los ancien y los ‘madernez Lo que actualmente esta querelle impide ver es que tanto lo vie como To nuevo se han vaekeo igurosa~ ‘mente inaccesibles. Pues no ex verdad que nuestro tiempo se caracterice simplemente por un olvido de los valores tra males y por un cuestionamiento del pasado: al conera- Tio, uizis nunca una época ha estado tan obsesionada por su propio pasado y ha sido tan incapaz de hallar tuna rela- cin vital con an memoriosa dela Halakhay tan 2 para darle unaconsistencia agg Excrafiamientoy Int, dieumonanty ca fon enna sig ka ed sas tentativas para econstruie es elacin (a vanguardia, cuando es consciente, munca esté dicgida hacia el futur, sreccens enceaomnenceeny con el pasado): su ocaso sefala el comienzo de un tempo en queel presente, petifcado en una acer acca, es sim pte un escombro, mientras que el pasado, con su alienada riéscara moderna, no cr més que un monumenco del pre- La revista reinvindica esa desataduray ete apartamien- ‘0 como su propio lugar. Pues aunque el fendmeno que hemos descripto concierne por cierto a la culsura occiden= tal ens conjunco, sin embargo en a cultura italiana lean za su méxima amplitud, Lo particular de la cultura italiana. con respecto a las demés culturas europeas es que en su caso: no existe simplemente una tradicin anquilosada a la que se debiera restituir su fluidez original, sino que desde un redo cultural no se uid agul 4st tans ; ane aC oy Pin e\ak * ie ie \e e e e e e imisién, la Halabha no enconté su Aggada El apartamien- to en que la revista intentasituarse es por lo tanto, para la cultura italiana, el acontecimiento original que atin no ha ddejado de suceder. Aqui nada se ha agotado, porque toda- via nada ha empezado: no hay un eomienzo, porque todo ‘empieza por el final. Por consiguiente. en esta cultura todas lastradiciones son falss, todas las autoridades probadamente laciones a lo nuevo recaen en el pasado, todas las slesmitificaciones son mitificadoras. De all la peculiar fra; gilidad de todas las posiciones intelectuales en Ttalia, que parecen siempre sorprendidas en flagrante temor de sere: ‘minadas. De all ambién la fuerza de quien haya tomado 4 conciencia de que no puede legitimarse en ninguna tradi- cin viviente: ya es un despojo, ya ha sido eliminado; pero como despojo no teme a las correntes¢ incluso puede en viar sefiales. Tecuque su stuacdn Je impone ala revista no puede entonces definitse sencilamente como una “descruccién’ de la tradicin, si bien necesaria, sino mis bien como una destruccin de la destrucci6n” donde la destruccién de la ‘wansmisibilidad, que consttuye el cardter original de nues: ula, sea llevada dialéticamente ala conciencia, = camente con una “destruccién” asi podrin hacersevisibles Jas estructuras categéricas de la cultura italiana, como en tuna casa en llamas el proyecto arquitectOnico fundame tal, La eleccién dela comediay el rechazo de a ragedia, el dominio del elemento arquitectonico y una sensibilidad tan inerme ante la belleza que no ogra captarla sino cosh “va- ‘guedac!”, la preeminencia del Derecho junto 2 una concép-

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