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CapiTuLo | Las APROXIMACIONES SOCIOLOGICAS Y LEGALES AL CREDITO AL CONSUMO Y SU INCIDENCIA EN EL TRATAMIENTO DEL SOBREENDEUDAMIENTO. 1. IntRopUCCION En una valoracion previa del sobreendeudamiento, nos parece atinente efectuar algunas prevenciones sobre la estructura economica que le fe como escenario y caldo de cultivo. En efecto, solo a partir de la comprension de las actitudes generales de la sociedad respecto a la deuda, propiciadas por una serie de cambios culturales y sociales desde mediados del siglo XX, es que resulta posible entender las dinamicas conforme a las cuales una persona se puede encontrar ante un endeudamiento excesivo.” Y, conforme a esta misma mirada, advertir la forma en que los ordenamientos han avanzado en su tratamiento, pasando desde el mas absoluto desconocimiento (0, mas terrible aun, desde la mas férrea condena), al establecimiento de ciertos modelos preventivos o curativos que observan la fragilidad de la persona natural enfrentada a la industria financiera. He aqui donde se constata 2 como el crédito es la fuente del endeudamiento, y, en su vertiente patologica, del sobreendeudamiento. Como revisaremos, este camino no resulta facil de abordar desde perspectivas muy genéricas, puesto que incluye varios puntos invadidos por las idiosincrasias de los distintos colectivos, aun cuando es posible avizorar algunos elementos comunes a partir de la globalizacion de la produccion, del marketing y de las técnicas de financiamiento masivo. Por ello, nuestra propuesta es revisar algunos puntos de partida, como los que ofrece la literatura norteamericana, que describe como el correr de los tiempos revelaba profundos cambios en la "moral del crédito" para lograr el anhelado bienestar material que ilustra la publicidad; o la europea, que a pesar de su reticenc! ‘ial, fue abrazando de forma progresiva las ventajas de las diversas mecanicas del crédito al consumo para lograr la mejora y potenciamiento de sus economias. Las divergencias se expresan de modo algo mas sutil, pero el espacio europeo da cuenta de las dificultades para la construccion de un verdadero mercado comun, centrado en la libertad de movimiento de capitales, con varias tensiones en cuanto a la formulacion de un consumidor medio o la opcion mas moderna del consumidor vulnerable. El ordenamiento chileno tampoco ha sido ajeno a estas construcciones. En multiples ocasiones, se han afirmado en nuestro medio las aparentes bondades de los sistemas extranjeros, pero sin advertir las variables que los soportan. Las distancias en lo que se refiere a la funcion del Estado en el otorgamiento de ciertos estandares minimos de proteccion social, la menor o mayor fortaleza y profundidad de sus mercados, los desniveles educacionales y de alfabetizacion financiera, entre muchos otros, son factores que inciden en el tratamiento sistematico del crédito al consumo. Su desconocimiento lleva a aceptar como ldgicos ciertos "trasplantes juridicos", impidiendo la correcta aplicacion de las normas o conduciendo a resultados indeseados, en los que parte de la poblacion puede quedar presa de sus malas decisiones de endeudamiento o de las contingencias que no pudo prever, en ambos casos, sin la debida asistencia. Il, EL RECONOCIMIENTO DEL "CREDITO AL CONSUMO" COMO PUNTO DE PARTIDA 1. Una precisién previa con relacién al "crédito al consumo" La denominacion de "crédito al consumo" obedece a su raiz econdmica, como contrapuesto al "crédito a la produccion", de manera de identificar al destinatario y el proposito de la operacion.” Por ello alude, ya en términos juridicos, a un “préstamo al consumidor final que va destinado a la adquisicion de bienes de consumo o a la 5 realizacion de servicios no unidos a un proceso productivo". La definicion parece precisa, pero funcionalmente incompleta, si acaso no logra cubrir bajo su manto al financiamiento conseguido por medio de la dinamica de la "venta a plazo", como mecanismo de crédito directo concedido por el vendedor. Aunque no se pueda negar que esta posibilidad se ha ido desplazando por medio de la facil obtencion de créditos por parte de terceros, en especial por medio del recurso a las tarjetas de crédito (bancarias o comerciales), ello no implica que los perfiles juridicos de cada una de tales alternativas varien de modo radical, sea porque la técnica de financiamiento es interna (venta a plazo) o externa al contrato (préstamo)® A pesar de que la primera distancia de su tratamiento normativo se produjo en torno a la falta de aplicacion de las leyes de usura en las ventas aplazadas, ello mas bien resulta en una definicion de politica econdmica, pero no una calificacion del sustrato crediticio de ambas figuras.” No obstante, si cabe poner de relieve que en el financiamiento externo se aprecian otras tantas problematicas adicionales, en especial, las que resultan de la vinculacion de los contratos (venta y préstamo), por ejemplo, para la aplicacion del derecho de retracto o desistimiento, y las que derivan de la incorporacion de un tercero financista que, incluso, puede estar ausente al tiempo en que se realiza la operacion de compra, de modo que la decision de consumo debe considerar la bifurcacion de los proveedores con quienes esta contratando. Lo anterior, sin perjuicio de toda la tematica de los contratos vinculados.~ Todos estos son puntos interesantes, pero que, por el momento, desvian nuestra atencion del tema del sobreendeudamiento, por lo que deberemos posponer su examen para mas adelante. Por el momento, basta con resefiar que cualquier forma de facilitacion financiera del consumo constituye el punto focal en la introduccion de la materia que tratamos, y que, al mismo tiempo, las diversas alternativas previstas por la practica comercial dan cuenta de la profundidad del mercado crediticio y, en los casos mas extremos, de las dificultades que todo ello acarrea para quien debe tomar la decision de endeudamiento y de la forma en la que ella se estructura juridicamente. Ello quiere decir que parece prudente sefialar que el consumidor (tal vez) podra atender a los términos financieros de las alternativas ofrecidas (en término de costos o plazos), pero resulta menos probable que este pueda advertir todas las diferencias del régimen juridico aplicable a las distintas formas de financiamiento que le son ofrecidos. 2. Una vision general de las dinamicas del financiamiento al consumo y de las necesidades de proteccién del consumidor a partir de su desarrollo en Estados Unidos de América y Europa Con una imagen bastante candida, Curran nos transporta a un pasado nostalgico en que la vida de las personas transcurria sobre la base de la autosustentacion individual y en la que la economia doméstica se basaba en la compra diaria y en el pago en efectivo sobre la base de las remuneraciones laborales y, quizas, de los ahorros. El crédito, nos reporta, no se encontraba disponible para los trabajadores (wage earners), puesto que aquél estaba enfocado en el fortalecimiento del capital empresarial, en un contexto en el que no se habia consolidado la produccion en masa y, en consecuencia, los salarios parecian suficientes para dar cobertura al sustento vital, pero alcanzaban para muy poco mas.” En tal época, la sola mencion de la palabra "deuda" provocaba cierta repulsion, hasta el punto en que la persona que solicitaba un crédito era tenida como "financieramente incompetente' we y, por tanto, merecedora de alguna forma de reproche. De ahi, a lo sumo, el sentimiento podia ser reemplazado por la lastima, sea por haber tenido que llegar al extremo de tener que solicitar dinero, tal vez a la luz de terribles eventos, implicando una pérdida de estatus y un desplazamiento social. Desde hace un buen tiempo, ese mundo esta olvidado. Ha sido reemplazado por uno en el que la persona puede sofiar con la pronta obtencién de toda suerte de bienes y servicios sin gastar, al menos en un inicio, una sola moneda. Con la llegada del siglo XX, el crédito al consumo empezo a ser de interés, especialmente en los aoe ft ‘ ; i Estados Unidos,~ en el que lastimera imagen del deudor como necesitado frente al usurero, fue desplazada por la idea de quien recurre al crédito para mejorar su calidad de vida, permitiendo el acceso a bienes y servicios que, en otros tiempos, sdlo ; , F . aio 12 podrian haber sido conseguido con el esquivo ahorro personal o familiar.” De este modo, se empezo a aceptar que el endeudamiento era un medio para "financiar el « ; 13 ; Si F suefio americano",~ una forma de emular los iconos de la felicidad que estimula la imagineria publicitaria. Y, con ello, ser un medio para lograr la adquisicion de bienes de consumo que simbolizan el estilo de vida de la clase media, ~ bajo los impulsos que impone el deseo de pertenencia a un determinado grupo social. Ese suefio se hace realidad mediante la técnica del crédito al consumo y, por ello, su incorporacion en las dinamicas economicas desplazo el sentido condenatorio de la deuda, prometiendo un paraiso en el que el individuo logra un bienestar presente, aun sin ser consciente de sus efectos en el futuro. "Debt is no evil’, subrayaban ScHoeNreLD y Nate.ta, luego de relatar con sumo detalle la penosa historia en que una joven pareja habia caido en un espiral de deudas, a su juicio, a causa de su propia irresponsabilidad.~ Entre la década de los cincuenta y setenta del siglo XX, las estadisticas nos indican que el consumo se elevo en los Estados Unidos de USD 21,5 miles de millones a USD 137,2 miles de millones, justificandose tal dato en razones tales como el aumento de los ingresos, la mayor urbanizacion de la poblacion, los cambios de conducta (especialmente de parte de los consumidores mas jovenes) y el ingreso de las mujeres a la fuerza laboral. El reporte de la National Commission on Consumer Finance, de diciembre de 1972, daba cuenta que “una porcion creciente de la poblacion mas joven acepta el crédito como una herramienta economica de manera mas facil que las generaciones mayores; del mismo modo como la industria financiera ha respondido a la aceptacion del crédito por parte de la clientela creando nuevas y mas Utiles formas de crédito" a Pero, como explica Captovitz, no sdlo el crecimiento economico justifico el aumento del crédito al consumo, puesto que en Estados Unidos la tendencia al alza se presento incluso en tiempos de recesion. De ahi que la justificacion se deba buscar también en la expansion de la "clase media asalariada", en detrimento de la antigua "clase media empresarial", en que la busqueda (y obtencion del crédito) tenia fines productivos y estaba expuesto al éxito o fracaso del ini iz emprendimiento. Asi, el recurso al crédito resultaba ahora socialmente legitimado del mismo modo como, en otros tiempos, lo hacia el ahorro previo para el acceso al mercado. A partir de este cambio, era indistinto si el sacrificio se efectuo hacia atras, aminorando el item “"gasto" para fortalecer el item "ahorro" y, con ello, soportar un consumo futuro; o si el sacrificio se efectuaria hacia adelante, utilizando los ingresos futuros para el respaldo del "gasto", convertido ahora en "deuda". La diferencia, como observo Lynn Townsend, presidente de la Chrysler Corporation ante la convencion de la American Bankers Association de 1965, estaba en lo siguiente: "[e]sta nueva generacion tiene un conjunto de valores distintos —una nueva moral, si asi les parece— respecto al consumo. Ellos compran automoviles y mobiliario del mismo modo que los comerciantes toman deuda para la expansion del capital, porque tienen mucha mas fe en el futuro y mucho menos miedo que algunos de nosotros teniamos hace un cuarto 19 de siglo"-~ El cambio de mirada del mercado del crédito se propicio en Estados Unidos por medio de dos caminos de accion. El primero, mediante la denominada Uniform Small Loan Law, propuesta por la Russell Sage Foundation para efectos de resolver la carencia de crédito por parte de la poblacion mas necesitada (los trabajadores), sin caer en los riesgos de la usura extrema y otras formas aprovechamiento de los prestamistas (shark-lenders). El reporte de la National Commission on Consumer Finance (diciembre de 1972) afirmaba que, a inicios del siglo XX, casi toda gran ciudad en los Estados Unidos contaba con prestamistas que operaban ilegalmente, con tasas de interés que superaban el 200 por ciento anual y acompariadas de duras tacticas de cobranza extrajudicial. Por ello, los primeros aires de cambio no nacieron desde las légicas del financiamiento del consumo, sino de los "préstamos de emergencia", en los que los trabajadores debian acudir a alguna fuente de financiamiento externo para enfrentar una enfermedad o la cesantia y, en consecuencia, experimentaban altos indices de vulnerabilidad. Los modelos propuestos buscaban generar una industria regulada para estos préstamos menores, pero, ante los evidentes riesgos de incumplimiento, una de dos: o las entidades prestamistas debian constituirse como fundaciones, de modo que sus principales recursos no se obtuvieran del ejercicio de la actividad, sino de donaciones filantropicas (base de la aproximacion del movimiento de los credit unions americanos); 0, ya directamente, era necesaria la relajacion de las reglas sobre tasas maximas de interés, suponiendo que este era el menor de los riesgos a los que se exponia el deudor, en comparacion con las otras amenazas (incluso corporales) que supone el mercado informal. Este ultimo fue el principal enfoque de la Uniform Small Loan Law antes aludida, instando por una tasa maxima de 3,5% mensual para créditos por montos iguales o inferiores a 300 dolares y una minuciosa regulacion sobre las licencias de los prestamistas, garantias admisibles y formas de cobro de la deuda. Un desarrollo paralelo, y mas vinculado al tema que nos interesa, se dio en relacion con las ventas a plazos como formula directa de financiamiento al consumo ("vendor credit’) Esta fue subitamente reconocida como un elemento cotidiano desde inicios , 2. . i del siglo pasado, ~ haciéndose cada vez mas necesaria conforme a los avances de la revolucion industrial, que permitio "la produccion y la comercializacion a gran escala de bienes de consumo durables, cuyo precio resulta inaccesible para la mayoria de - Be los ciudadanos".~ Si jien es claro que el aplazamiento del pago del precio existia : - we ming 24 desde antiguo, aunque con escasa regulacion por su minima incidencia economica, — la mayor preocupacion legislativa se presento cuando, a partir de tercera década del siglo XX, se convirtio en un primer mecanismo de financiamiento en la industria 28 A A ani automotriz.~ En su desarrollo, la idea de la venta a plazo pronto se hizo sindnimo de ‘crédito al consumo", tendiendo a eclipsar, al menos temporalmente, las formulas de a Woe an i : financiamiento externo, ~ y asi se le reconocié a nivel mundial por un buen tiempo. En este ambito, carente de la imagen de extrema necesidad que sustentaba por ese entonces la regulacion de crédito, no se observaban razones para ofrecer tutelas al deudor que, de forma libre y voluntaria, se comprometia al pago prorrogado de los A 28 P ; bienes de consumo.” A su vez, el incremento en el precio calculado sobre la suma de cada una de las cuotas no se calificaba tecnicamente como interés, por cuanto solo representaba la diferencia entre el precio en efectivo ("cash price") y el proyectado 2 ("time price").~ Uniendo ambas ideas, esta forma de endeudamiento quedo desprovista de la proteccion que implicaba la legislacion de usura, y, con ello, se permitio su florecimiento y expansion, en especial al termino de la Segunda Guerra 4) 30 - a . i 5 5 Mundial.” De ahi que la aproximacion legislativa fue diversa y solo se centro en la consagracion de lo que hoy denominariamos como deberes de informacion precontractual de la tasa de interés y otros cargos adicionales (como tarifas por - = 31 registro, seguros de dafios y seguros de desgravamen), de modo de poner en conocimiento de los consumidores el precio total de sus compras. Solo desde fines de la década de los cincuenta se empezo a revisar la figura con mayor rigor porque la desregulacion habria propiciado conductas inescrupulosas por parte de ciertos proveedores.*~ Las opiniones de la época, nos informa Hocan, pasaban desde apreciar al comprador como la parte débil de la relacion, con escaso poder de negociacion, y, por tanto, merecedor de un mayor nivel de proteccion, hasta aquellas que instaban por la menor intromision legislativa posible porque "se trataba de un mecanismo que, unido a la publicidad, habia inundado millones de hogares americanos con un numero sin precedente de automoviles, lavadoras, aspiradoras y a ' 3 . otros artilugios de la vida moderna". El punto focal, sin embargo, se mantuvo en considerar que el problema se encontraba en las técnicas de venta a crédito que inducian a la confusi6n, incluso para quienes tenian la prudencia de leer con atencion los extensos textos contractuales.* De ahi el origen de la Truth in Lending Act de 1969, que paso a formar parte de la Consumer Credit Protection Act de 1968. Su preambulo serialaba que el proposito del legislador estaba en "asegurar que cada consumidor que necesite crédito reciba informacion significativa respecto a los costos de tal crédito que, en la mayor parte de los casos, debe estar expresado por su carga financiera en dolares, como una tasa porcentual anual calculada sobre la base del saldo pendiente del monto financiado. Otra informacion relevante del crédito también debe ser entregada para que el consumidor pueda comparar facilmente varios términos de los créditos disponibles para él! desde distintas fuentes y evitar el uso , aditon 2= : ; a desinformado del crédito".~ Por ello, su finalidad no era evitar la sobreextension de dinero a los consumidores, sino sdlo permitirles conocer el “costo total del crédito", fuese éste obtenido por medio de un préstamo o de una venta a plazo, de manera de permitir la comparacion entre los diversos proveedores.~~ De tal suerte, la aproximacion normativa entre las dos formas principales de financiar el consumo no se produjo por la via de una unificacion juridica completa ni para fines de una real y completa tutela al consumidor, todo lo cual quedaba dejado a las legislaciones a ‘ - . estatales.”” Su finalidad era promover la competencia en los mercados a nivel federal mediante la particularizacion del contenido y de la forma de la informacion que debia ser suministrada a los consumidores para la adopcion de decisiones econdmicamente , 38 racionales.~ Aunque con una cierta resistencia inicial, la formula se propago a otras latitudes, pero muchas veces bajo la conciencia de estar aceptando el modelo impuesto por la 39 a , ia cultura estadounidense.~ La excepcién se da en Alemania, donde la regulacion es bastante anterior, recurriendo a la idea de la venta condicional reglada mediante la Reichsgesetz Betreffend die Abzahlungsgeschafte (1894). Las razones de esta regulacion parecen encontrarse en la necesidad de lograr la expansion de los mercados, desplazando Ia influencia inglesa, para lo cual se fue ampliando el uso de esta forma de otorgamiento de crédito.” En el resto de la Europa de la posguerra se empezo a hablar de la novedad que importaba el "crédito al consumo", aunque, en un primer momento, solo referian a las ventas aplazadas, en las que la intervencion de la banca estaba dada por medio del descuento o de la concesion de fondos al i At comerciante para soportar el descalce de los pagos. Sommace comentaba el estado de la cuestion en Europa a fines de la década de los cincuenta. Comparadas con las siderales ventajas del modelo norteamericano, en el Viejo Continente las técnicas de a , aay; a2 financiamiento eran aun modestas, pero no por ello inexistentes.~ En ellas, las estructuras contractuales tendian a la utilizacion de las ventas condicionales y la reserva de dominio como forma de garantia, ‘> como se observaba, por ejemplo, en Bélgica, por medio de la Loj/ réglementant les ventes a tempérament et leur financement (1957); y en Reino Unido, a través del hire purchase (0 arrendamiento con opcion de compra, reglado por el Hire purchase act de 1938). En Francia, por su parte, la reglamentacion del Conseil National du Crédit de 20 de julio de 1954 trataba la venta a crédito para dar publicidad a su costo total, aunque la regulacion se centraba especialmente en el tipo de entidad que podria ofrecer esta forma de financiamiento. Por ultimo, en Esparia, la regulacion fue bastante tardia, por medio de la Ley de venta a plazo de bienes muebles, de 1965; tardanza que se justifica por la politica econdmica de autarquia que se mantuvo en ese pais hasta la década de los 44 . . cia sesenta. Todas estas formulas quedaron eclipsadas, luego, con la aparicion de la tarjeta de crédito como medio de pago y de obtencion de financiamiento, pero su i ati i clacia 5 referencia resulta util para comprender sus efectos en la legislacion chilena. Pero a pesar de la existencia de estas normativas, se evidencia en algunos paises europeos que la expansion del American way por medio de la venta a plazo causaba bastante resquemores y una cierta perplejidad por la contravencion de las intuiciones 46 sociales y morales que subyacian a los modelos economicos. Por otra parte, las voces aun temerosas daban cuenta de una estimulacion artificial de la demanda que , 7 ; A ay AZ ponia a los comerciantes en riesgo en el caso de la ruina del consumidor. No obstante, para consolidar el transito desde la creencia del ahorro como motor moral a la confianza del crédito como fundamento de la sociedad del consumo (y, con ello, del a AB . ai F “ desarrollo econdmico), basto observar el crecimiento exponencial de la economia americana, con imagenes promocionadas por Hollywood a través de todo el globo. Paralelamente, se encontro en la concesion de crédito la respuesta al necesario , , , A . 49 oti iento de la floreciente industria automotriz europea, aunque esta ultima fortale propiciara cambios en las formas de financiamiento. Como destaca Coiapo-Ropricuez [Ja irrupcion del automovil como bien de consumo (en un primer momento el automovil se consideroé como un bien de lujo, inaccesible a la mayoria) fue el detonante del cambio de escenario respecto a la financiacion de bienes de consumo. La gran demanda y el alto precio del automovil en relacion con los bienes que se habian financiado hasta ese momento determino que el vendedor dejase de tener la 50 capacidad economica necesaria para asumir el papel de financiadot Abonado ya el campo para el financiamiento del consumo, por ahora nos queda revisar su aproximacion por parte de las Directivas europeas, aun cuando el analisis que sigue solo se centre en aquellos aspectos que, de alguna manera, nos acercan a los problemas derivados del endeudamiento excesivo. Nos parece relevante dar cuenta de este recorrido por la influencia de dicho modelo en la regulacion chilena del crédito al consumo, a pesar de que el legislador patrio ha ignorado que muchos de ‘sus postulados solo se justifican en la pretension de crear un mercado comun en el Viejo Continente, y, como veremos en el Capitulo IV, su formulacion se encuentra desvinculada de la orbita concursal cuando se evidencia que el sobreendeudamiento ha derivado en la insolvencia del consumidor. En efecto, solo en este siglo XXI, los relatos de una exoneracion inmediata 0 mediada por un plan de pagos han inundado las discusiones académicas en la Europa continental, “especialmente como resultado de la crisis sub-prime y el efecto contagio en sus economias a mediados de la primera década de este siglo XXI. La predileccion de la medida del descargue de la deuda (discharge), impulsada por diversas instancias internacionales para aliviar la posicion 52 i de emprendedores y consumidores sobreendeudados, reposa en un evidente quiebre de paradigma para los sistemas del Civil law y de ahi las dificultades que ha significado su reconocimiento como medida de "segunda oportunidad". La nocion del 7 i sai 53, “sobreendeudamiento" pareceria plantearse desde la logica del "sobreconsumo", y en ambos excesos, la primera reaccion vuelca la mirada a las codificaciones civiles para advertir que el problema se encuentra enraizado en la irresponsabilidad del deudor. Esta primera mirada omite considerar que en dichos excesos puede haber participado activamente el acreedor, mediante un "sobreotorgamiento de crédito". De ahi que el discurso de las medidas preventivas y curativas de la insolvencia de la persona fisica haya empezado a caminar, no sin dificultades, por las sendas del “préstamo responsable", como paradigma de la corresponsabilidad. El punto de partida del pensamiento europeo comunitario es que la deuda personal debe ser entendida como una pieza clave en el funcionamiento del mercado, permitiendo a las personas aumentar su bienestar, flexibilizando sus niveles de gasto 7 aaa of y reconociendo los patrones de consumo a lo largo de su vida. De este modo, en la Europa de posguerra fueron alzandose las barreras institucionales establecidas para que el crédito solo se enfocara en las actividades comerciales, y, con ello, los legisladores parecieron inicialmente asumir que los riesgos del sobreendeudamiento podian ser controlados por medio de técnicas de informacion, regulaciones de la 55 usura y una férrea supervision banc: Una apreciacion mas general de esta problematica solo se evidencio mediante la timida alusion a la "cuestion del endeudamiento excesivo de los consumidores" en la Resolucion de 13 de julio de 1992 del Consejo de Ministros, sobre futuras prioridades del desarrollo de la politica de proteccion de los consumidores,"= sumado, tiempo después, a un estudio publicado en el afio 1994 ("Overindebtedness of consumer in the EC member states. Facts and search for solutions") =~ Este informe reveld la falta de uniformidad en el tratamiento de la materia y, en algunos casos, la ausencia de cualquier disefio preventivo (0, incluso, resolutivo) para tratar el sobreendeudamiento de los hogares. En la misma linea, también conviene llamar la atencion de los Dictamenes del Comité Economico y Social, identificando una primera referencia en el dictamen sobre "E/ consumidor y el mercado interior", de 26 de noviembre de 1992, en el que se expreso que "las cuestiones relativas al endeudamiento excesivo del consumidor, si bien han sido identificadas y abordadas por ciertas legislaciones nacionales, todavia no han dado lugar a iniciativas legislativas comunitarias, cuando este problema reviste una dimension comunitaria". De la revision de las Directivas europeas se aprecia la discusion subyacente: la tutela podria provenir de técnicas de mayor informacion y educacion financiera o del incremento de la proteccion de los consumidores por la via de instar por una mayor responsabilidad de los acreedores financieros. La primera via parece ser la explorada por medio de las primeras directivas del Crédito al Consumo en el marco europeo (78/102/EEC, 90/88/EEC y 98/7/ec).= Pero, si bien algunas de sus medidas podrian ser observadas desde la logica de una mayor proteccion al consumidor para evitar escenarios de sobreendeudamiento (como el establecimiento del derecho de desistimiento 0 de retracto), lo cierto es que la propia idea de tratar esta problematic en esta sede (y no solo en el ambito propiamente concursal) solamente se ofrecio de manera mas clara el afio 2002 en el contexto de la revision de la directiva. Al efecto, la propuesta de modificacion dio cuenta de la forma en la que los diversos ordenamientos europeos habian construido modelos fortalecidos de proteccion del consumidor por medio de una mejor construccion de los deberes de informacion precontractual. Asi, se proponia un estatuto que considerase un concepto mas comprensivo del "costo total del crédito", un deber de asesoramiento y consejo, de manera de adecuar los productos financieros a las necesidades y capacidades de pago del deudor y la incorporacion del principio del "préstamo responsable", fundado en la calificacion previa de la solvencia del cliente. A lo anterior, la Comision agrego las ideas del derecho a desistimiento o retracto y una regulacion del pago anticipado de la deuda, todo en una logica de maxima armonizacion. No obstante, como comenta Franken, estas propuestas se fueron diluyendo en la discusion posterior, disminuyendo los componentes de la informacion a ser conferida a los consumidores y limitando la nocion del "préstamo responsable" a la calificacion de la solvencia solo por medio de la informacion otorgada por el propio cliente, sin establecer deberes adicionales para la entidad crediticia.” Como agrega Rott la pretension de consagrar deberes especificos para tratar el endeudamiento excesivo si se encontraba en las ideas matrices originales, expresadas en la incorporacion de deberes de evaluacion y consejo, que quedaron luego reducidos a la mera profundizacion de los deberes de informacion bajo el paradigma del homo economicus, solo parcialmente perfeccionados mediante la idea de la evaluacion de las capacidades de pago o solvencia de los consumidores (creditworthiness). Al parecer, el temor expresado por las entidades financieras era que el establecimiento de normas de responsabilidad del prestamista por no haber llevado a cabo una adecuada calificacion o haber cumplido de forma satisfactoria con el deber de consejo encareceria el otorgamiento del crédito y, muy probablemente, conllevaria una limitacion al acceso para un porcentaje importante de la poblacion. Una vision opuesta a la expresada por las organizaciones de consumidores y usuarios, que pretendian la profundizacion de todos estos puntos, buscaba la consagracion de un deber de consejo en que se promoviera la mejor asesoria posible a fin de guiar la decision del consumidor hasta un punto optim. No obstante, de toda esta discusion se deduce io de un movimiento que pretendia un sistema mas profundo de resguardos que se intensifico, aunque algo mas tarde, con la crisis europea de mediados de la primera 3 década del siglo XxI. Por ello, en las Directivas europeas sobre crédito al consumo se evidencia la tension entre la aproximacion neoliberal, en que el centro se encuentra en los deberes precontractuales de informacion, y una vision social de mercado, que, con opticas mas paternalistas, aboga por una mayor intervencion estatal. En sus versiones originales, Ramsay observa el resultado de la preponderancia de la vision del Reino Unido, satisfaciendo la proteccion en el orden de la dotacion de informacion y un principio atenuado de responsabilidad del prestamista, en contraposicion a la orientacion mas social de Francia o Alemania, con inclinacién a un estatuto mas ian Of , : , completo de proteccion. La "Estrategia en materia de politica de los consumidores 2007-2013" de la Union Europea afirmaba que "[l]os 493 millones de consumidores de la UE desempefian un papel fundamental en los tres retos principales a los que se enfrenta la UE: el crecimiento, el empleo y la necesidad de retomar la conexién con los ciudadanos. Son el elemento vital de la economia, ya que su consumo representa el 58 % del PIB de la UE. Unos consumidores seguros, informados y capacitados son el motor del cambio economico, puesto que su libertad de elegir es el motor de la innovacion y la eficiencia. Pero es en su papel de consumidores donde la UE también puede conectarse de la manera mas directa con el dia a de nuestros conciudadanos y demostrar los beneficios de la UE. La respuesta a estos retos radica en proporcionar al consumidor las capacidades y las herramientas necesarias para desemperiar su papel en la economia moderna; en hacer que los mercados cumplan sus expectativas y en asegurar una proteccién efectiva contra los riesgos y las 65 amenazas a las que no pueden hacer frente en tanto que individuo: Esta construccion se aprecia particularmente en la Directiva N° 2008/48/CE, que funda la tutela del consumidor financiero en la posibilidad de que este "pueda tomar una decision con pleno conocimiento de causa, [de modo que,] antes de la celebracion del contrato debe recibir informacion adecuada, que pueda llevarse consigo para su examen, sobre las condiciones y el coste del crédito, asi como sobre sus obligaciones" (considerando 19°). No obstante, para dicha Directiva el asunto del sobreendeudamiento no es desconocido y, asi, se aproxima a la idea del "préstamo responsable", reconduciéndolo a la inclusion de advertencias de los riesgos en caso de impago o de endeudamiento excesivo, a la evaluacion previa de la solvencia del prestatario y a la consagracion de deberes de consejo y adecuacion del producto ofrecido a las necesidades del consumidor (considerandos 26° a 299), Sobre la evaluacion de la solvencia de los consumidores (articulo 8°) por el momento cabe agregar que ella traslada la preocupacion desde un sistema que buscaba la estabilidad financiera de las entidades bancarias, a la relacion precontractual que se genera con el consumidor. Esta vision quedo luego reforzada por los casos de Crédit 82 68 - ici Lyonnais y Consumer Finance, en los que el Tribunal de Justicia de la Union Europea aclaré que, en este punto, la finalidad ultima de la Directiva era la protec de los consumidores ante los riesgos de sobreendeudamiento e insolvencia. Una reorientacion (al menos parcial) del modelo solo fue posible como resultado de 69 los efectos de la crisis subprime en Europa, una crisis que se produjo por deficiencias en el mercado de los créditos hipotecarios, constatando que una dinamica profundamente liberal y desregulada no solo propicio una catastrofe financiera global, sino que también suscito la desconfianza de los consumidores frente a la industria _, 20 sai adi - i financiera. Ello supuso pasar desde la logica del crédito como “lubricante" de la vida a 7d i : economica, a advertir que este puede revestir los caracteres de un producto o servicio peligroso.~ Una nocion que, a efectos de conferir una mayor proteccion, Warren graficaba del siguiente modo: "es imposible comprar un tostador que tenga idad de uno entre cinco de inflamarse e incendiar una casa. Pero es posible refinanciar una vivienda con un préstamo hipotecario que tiene la misma posibilidad de uno entre cinco de poner a una familia en la calle y que el contrato ni siquiera entregue informacion sobre tal hecho al propietario. De modo parecido, es imposible cambiar el precio de la tostadora una vez que esta ha sido adquirida. Pero mucho tiempo después de que los documentos han sido firmados, es posible triplicar el precio del crédito utilizado para financiar la compra de tal aparato, incluso si el cliente ha cumplido con todos los términos del crédito, integra y oportunamente".— Todo ello implica un desplazamiento de la mirada en que el punto de atencion no parece ser el "consumidor medio" al que haremos referencia mas adelante, construido sobre las bases de las teorias del "individuo racional" y de la "eleccion racional". Al contrario, se le posiciona como un sujeto intrinsecamente vulnerable, alguien que, como indican Ferretti y Livapa, aun recibiendo informacion, no es capaz de administrar los riesgos que asume de forma eficaz ni puede calcular sus capacidades de pago, de lo que se deriva la necesidad de un incremento en la proteccion por parte del legislador.~ El transito, sin embargo, no fue tan expedito e incluso hoy suscita amplios debates. Por ejemplo, mientras DomuratH sostiene que el deudor (de consumo 0 hipotecario) se encuentra en posicion vulnerable dado que presenta una exposicion incrementada al riesgo y una incapacidad para absorber pérdidas,-Reicu afirma que el concepto de vulnerabilidad debe quedar restringido a quienes requieren de productos y servicios financieros basicos y que, en virtud de su situacion financiera, no tienen acceso a todos ellos o solo pueden contratarlos a precios irrisorios.~ La primera vision se centra en la incorporacion de elementos tutelares en todas las orbitas contractuales en las que se ha producido una privatizacion del bienestar, mientras la segunda se ofrece de modo mas restrictivo y solo alude a la problematica de la exclusion financiera. Cabe observar que, en el Derecho europeo, la idea del consumidor vulnerable aparece reconocida en la Directiva N° 2005/29/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de mayo de 2005, relativa a las practicas comerciales desleales de las empresas en sus relaciones con los consumidores en el mercado interior. ~ En ella se alude la necesidad de superar al “consumidor medio", caracterizado como quien esta normalmente informado y es razonablemente atento y perspicaz, como Unico punto de referencia, incluyendo “disposiciones encaminadas a impedir la explotacion de consumidores cuyas caracteristicas los hacen especialmente vulnerables a las practicas comerciales desleales". De ahi que "[lJos tribunales y autoridades nacionales deben aplicar su propio criterio, teniendo en cuenta la jurisprudencia del Tribunal de Justicia, para determinar la reaccion tipica del consumidor met en un caso concreto” = Conforme a dicho modelo, Grunomann sostiene que la posibilidad de diferenciar paradigmas de consumidores en el ambito contractual desde luego es posible, aunque ello supone revisar el papel que juega el contrato en la obtencion del bienestar general de la poblacion.~ En este punto, resulta necesario advertir como en la orbita europea se omite el modelo del consumidor medio para aquellos casos en los que existen riesgos a la vida y salud de los individuos, reemplazandolo por el paradigma de la mayor vulnerabilidad. Solo cuando se logra apreciar que el crédito al consumo puede conllevar un verdadero peligro para el estandar de vida digno del consumidor es que parece consistente soslayar todas las consecuencias del "mito del a rari F . . aa, 80 prestatario racional" y dar cabida a mecanismos mas profundos de proteccion. ~ Por ello, en la orbita del consumo financiero esta apreciacion provino de la crisis financiera que asol6 a varios paises europeos a mediados de la primera década de este siglo, y se tradujo en la introduccion de renovados mecanismos de tutela en la Directiva N° 2.014/17/UE, de 4 de febrero de 2014, sobre los contratos de crédito celebrados con los consumidores para bienes inmuebles de uso residencial. Ella asume que los términos y condiciones de los créditos pueden acarrear una serie de riesgos que deben ser puestos en conocimiento de los consumidores. incluso desde la fase publicitaria (articulo 11), sin perjuicio de una comprension mas amplia de los demas deberes de los prestamistas derivados del principio de "préstamo responsable", formulado desde la nocion de una conducta "honesta, imparcial, transparente y profesional, teniendo en cuenta los derechos y los intereses de los consumidores" (articulo 79) 2 En estos términos, destaca una mayor profundidad en lo referente a la evaluacion de la solvencia del prestatario, centrada "en la capacidad del consumidor para atender a sus obligaciones en virtud del contrato de crédito" (considerando 55°). Asi, en el articulo 18 se tratan aspectos tales como la forma de realizacion de la evaluacion, la comunicacion de sus resultados al deudor, la restriccion al otorgamiento del crédito si la calificacion es negativa, la necesidad de reevaluacion en caso de aumento del importe, entre otros. Ademas, se regulan aspectos relacionados con la educacion financiera de los consumidores sobre la responsabilidad en la contratacion de préstamos y la gestion de deudas (articulo 6°); con la busqueda de informacion sobre las circunstancias del consumidor y de cualquier hipotesis razonable sobre los riesgos para su situacion durante la vigencia del crédito (articulo 7°); con medidas para evitar los conflictos de intereses por parte del personal y los intermediarios de crédito, especialmente en lo que se refiere a la politica de remuneraciones, pretendiendo una gestion sana y eficaz del riesgo (articulo 7°); con medidas para asegurar que los prestamistas, intermediarios y representantes tengan un nivel adecuado de conocimientos en relacion con la elaboracion, la oferta o la concesion de contratos de crédito, a fin de afianzar los deberes de consejo y adecuacion (articulo 9°); con la entrega de informacion personalizada al consumidor para poder comparar los créditos disponibles en el mercado, evaluar sus implicaciones y tomar una decision fundada sobre la conveniencia de celebrar o no un contrato de crédito (articulo 14); con los eventuales servicios de asesoramiento para la celebracion del contrato (articulos 22 y siguientes), entre muchos otros. En conclusion, bastante camino se ha recorrido desde la caracterizacion del crédito al consumo como soporte del mercado, hacia lo que Guinara ha denominado como la “panalizacion del endeudamiento".” Para lograr lo anterior, han lo dos las principales fuerzas que han contribuido a la expansion. Desde el lado de la oferta, se destacan estrategias de marketing y publicidad agresiva por parte de los intermediarios financieros, que, sumadas a la liberalizacion de los mercados~ yel incremento en el uso de los medios tecnologicos, han diversificado y ampliado los productos crediticios. Desde el punto de vista de la demanda, se aprecian cambios sustanciales en las reglas socioculturales que derivan en el aumento de los gastos y el consumo, la precariedad laboral que insta por el crédito para soportar los vaivenes en las economias personales y el descenso en las provisiones publicas de seguridad social = La construccion de cualquier modelo de regulacion del crédito al consumo debe tomar en consideracion todas estas variables, especialmente al tiempo de promover formulas mas adecuadas de resguardo para el deudor. Y, en ellas, advel la necesidad de generar mecanismos de corresponsabilidad entre el proveedor y el consumidor financiero para distribuir el riesgo de sobreendeudamiento de modo adecuado, cuestion que constituye la pieza central de la propuesta que presentamos en este libro. 3. Una lectura general de la evolucién de la regulacion chilena del financiamiento del consumo En Chile = la preocupacion por el financiamiento del consumo se produjo de manera bastante pronta en la escena comparada, como queda en evidencia de la lectura de la Ley N° 4.702, de 3 de diciembre de 1929, que establece las disposiciones a que se cefiran las ventas a plazo.= Sus disposiciones deben leerse en conjunto con las previstas en el Decreto Ley N° 776, de 22 de diciembre de 1925, que, regulando la forma de ejecucion de la prenda, dispone en su articulo 1°, que "[s]e comprenden en las disposiciones de esta lei toda clase de garantias sobre bienes muebles que se entreguen a un acreedor, sea bajo la forma de una venta condicional, de un pacto de retroventa o de otra manera; sin que valga estipulacién alguna en contrario". El punto de contacto se encuentra en que, a la fecha, era habitual la celebracion de contratos por medio de los cuales se pretendia escapar de la prohibicion de pacto comisorio (articulo 2397 CC), y, en la especie, celebrar contratos de arrendamiento con opcion de compra final (en definitiva, un "moderno" contrato de leasing), de forma que el arrendador pudiese mantener la propiedad del bien como una forma fiduciaria de garai a Las diversas construcciones tienden a evocar las formulas de financiamiento interno que se fueron reconociendo en Europa, sea en términos de ventas condicionales 0 sujetas a reservas de dominio, pero que, en el territorio nacional, fueron desplazadas por medio de una estructura prendaria que gravaba al bien adquirido, como una modesta forma de compra apalancada.~ Mas alla del interés dogmatico (y, por supuesto, practico) de la revision de dichas disposiciones, por el momento queremos centrar la mirada en las motivaciones en la dictacion de dicha ley. La ineficiencia de la garantia prendaria para soportar el proposito practico de la venta a plazo, al igual que las restricciones a la reserva de dominio en la dicotomia de los articulos 680 y 1874 CC, provocaron la busqueda de medios alternativos para asegurar la posicion del vendedor cuando el pago del precio aparecia estructuralmente aplazado. Como sefiala Atcatoe Siva, "[dje éstos el expediente mas difundido fue el arrendamiento con opcion de compra, donde el vendedor comparecia en calidad de arrendador y el comprador lo hacia como arrendatario. El sistema funciono correctamente, ya que la mayoria de estas operaciones eran realizadas por firmas comerciales de reconocida honorabilidad, que no abusaron de la situacion privilegiada en que se encontraban; pero no faltaron algunos comerciantes inescrupulosos que, aprovechandose de las clausulas a su favor que insertaban en los contratos, engafiaron a algunos clientes demasiado confiados".~ Al efecto, en el Mensaje de la Ley N° 4.702 se expresaba que su finalidad era “establecer una reglamentacion que sirviera para proteger el comercio serio y honrado, cuando dispensa créditos al comprador, y para reprimir la usura y el abuso de los comerciantes inescrupulosos", optando por un modelo de prenda sin desplazamiento como ya se habia anticipado en orbitas mas especificas, como en la prenda agraria y en la prenda industrial. Buines Sanruentes sefiala que la razon que motivo la configuracion de toda esta mecanica de financiamiento se encuentra en que, en el tiempo de gran prosperidad antecedente a la Gran Guerra, "automoviles, radios, frigidaires y otros articulos cuya adquisicion al contado no estaba al alcance sino de una minoria, comenzaron a venderse mediante el sistema de pagos periédicos" = Sin embargo, la logica de la normativa era mas bien restrictiva y, al tiempo en que se enumeraban los bienes que podian ser objeto de esta compraventa (articulo 41), se evidencia el interés de limitar esta figura a objetos que no estuviesen de alguna manera vinculados a la industria, a la agricultura, a la cultura o al menaje del hogar. Lo anterior, con el objeto declarado de evitar "un contagio psicologico en todo el globo y en todas las clases sociales", que significa "devorarse el porvenir, consumirse anticipadamente el valor de lo que alin no se ha producido" = Conforme a igual idea, Santa Cruz Barcelo argumentaba a favor de la inclusion de esta forma de financiamiento en el pais, pero advertia que el reconocimiento debia ser "con limitaciones, a fin de que no se aplique a la compra de objetos que son exclusivamente de lujo o superfluos; pues en esto estriba el peligro del sistema, en que acarrea a las masas a un habito de adquirir toda clase de cosas, muchas veces completamente inutiles, lo que puede traer desastrosas consecuencias. Salvado este inconveniente, las ventajas que presenta el sistema de ventas a plazo son innegables, sobre todo para las gentes con modestos recursos, para los obreros, - F 98 y en general, para todos aquellos que viven de un salario o sueldo".~ Esta idea se expandio por medio de una técnica aun mas limitativa de la autonomia privada, aunque con un objetivo diverso. Asi, el articulo 172 de la Ley N° 10.343, de 28 de mayo de 1952, dispuso lo siguiente: "[p]rohibese la venta a plazo de los articulos suntuarios que sefiale el reglamento que dictaran los Ministros de Economia y Comercio y de Hacienda. Las instituciones de crédito no podran financiar directa ni indirectamente esta clase de operaciones. Respecto de estas ventas no regiran las disposiciones de la Ley N° 4.702". Norma curiosa y destacable por varias razones: primero, porque se incrusta en una ley que "modifica la escala de grados y sueldos establecidos en la Ley N° 9.311, fija disposiciones sobre jubilaciones, pensiones y 5 : ay tari an aticay 28 montepios y adopta medidas tributarias" (con escasa coordinacion tematica), con mas de diez afios de discusi6n legislativa; segundo, porque recalca la preocupacion de utilizar este mecanismo de financiamiento para bienes que, con caracter de lujo, s6lo podrian ser adquiridos al contado; y, por ultimo, porque también se refiere de modo implicito al financiamiento obtenido por el vendedor para soportar los costos financieros y el riesgo de crédito de estas operaciones. La regla también revela un tratamiento paralelo para ambas clases de financiamiento a las que hemos puesto atencion (externo e interno), dando pie a una logica unitaria poco habitual al tiempo de Stacia 98 ° “46 i i acig la dictacion de esta ley, y que solo se consolido por medio de la aplicacion de la tasa de interés maximo convencional por medio de la Ley N° 18.010, de 27 de agosto de 1981. Para colegir los propositos de la norma y carentes de mas antecedentes de la @poca, no nos queda mas que advertir algunas explicaciones que se dieron con posterioridad, al tiempo en que se amplio el ambito de aplicacion de sus disposiciones (Decreto con Fuerza de Ley N° 435, de 1 de febrero de 1954) y en que se discutian las sanciones pecuniarias que derivarian de su infraccion.~ Al efecto, el tema no era la tutela de quien hoy identificariamos como "consumidor", sino el control de la inflacion (que en el afio 1954 llego a 71,1%, especialmente motivados por el deterioro economico que produjo en Chile el término de la Guerra de Corea) y el fortalecimiento de la industria nacional dedicada a la produccion y desarrollo de bienes esenciales (y no suntuarios) ~~ Lo anterior, haciendo uso de soluciones que ya se habian dispuesto a nivel global, especialmente al término de la Segunda Guerra Mundial, en la que las presiones inflacionarias y otras dificultades economicas llevaron a imponer algunas restricciones al crédito al consumo, aunque ellas estuviesen centradas en la obligatoriedad de un pago inicial (pie) y una limitacion al numero maximo de cuotas. Todo ello para contener el aumento artificial de la demanda y, con ello, la fluctuacion A 102 de los precios al alza.— Para los demas casos, el Decreto N° 1.091, de 27 de octubre de 1959, dispuso que los establecimientos comerciales que expendiesen articulos de primera necesidad con la modalidad de venta a crédito o a plazo, debian indicar el precio unitario de la venta, tanto al contado como a crédito. De ello se deduce que el punto focal se encontraba, como en otros ordenamientos, en conceder algun grado de resguardo al comprador fundado en un deber de informacion precontractual estandarizado relativo al costo de la operacion. Y ella nos recuerda las primeras respuestas dadas en el Derecho norteamericano para sobreponerse a las intrincadas formulas empleadas por algunos vendedores, simplemente para confundir al cliente. Logica que, como veremos, continua inundando nuestro ordenamiento de consumo, en general, y del consumo financiero, en particular, como herramienta que lograria una mejor autoproteccion y una mayor transparencia de los mercados. Respecto al mutuo, como formula alternativa de financiamiento, la principal preocupacion estaba en la fijacion de una tasa maxima, del modo apreciable en la Ley N° 4.694, de 27 de noviembre de 1929. Obsérvese, sin embargo, que esta legislacion no centraba su mirada en la orbita de la tutela del consumidor, algo que, como se ha indicado, pareceria anacronico ante la ausencia de una verdadera "banca 103 “oti personal" como la que conocemos actualmente. El objetivo estaba centrado en evitar "ciertos abusos que se habian cometido en las tasas de interés cobrados en , , 104 5 ai operaciones de descuento de letras comerciales". La referida tasa maxima, inicialmente de "una mitad al término medio del interés corriente bancario en el semestre anterior", fue reformada por la Ley N° 11.234, de 9 de septiembre de 1953, a "un veinte por ciento al termino medio del interés corriente bancario en el semestre anterior"), extendiendo asimismo su aplicacion a las demas operaciones de crédito que efectuasen las empresas bancarias, fuese por medio de avances en cuenta corriente, en virtud de contrato o simples sobregiros temporales, avances contra aceptacion, pagarés, descuentos de otros instrumentos de crédito, o en cualquiera otra form: alas operaciones de crédito que puedan ejecutar las personas naturales © juridicas; y, luego, por la Ley N° 16.464, de 25 de abril de 1966, que sustituyo el indice de referencia ("término medio del interés corriente bancario en el semestre anterior’) por "el interés corriente que fije semestralmente el Banco Central de Chile". Por su parte, estas reglas fueron incorporadas y reformuladas en la normativa mas amplia para las operaciones de crédito de dinero por medio del Decreto Ley N° 455, de 25 de mayo de 1974," y, finalmente, por la Ley N° 18.010, de 27 de agosto de 1981. Para los efectos de este analisis, basta destacar dos puntos de interés respecto a la normativa en vigor: por una parte, que solo con motivo de esta ultima norma se produjo una vinculacion definitiva de las formas de financiamiento a las que aludimos, al menos en lo que se refiere a la extension de ciertas reglas a las ventas a plazo (articulo 26, en referencia al concepto de interés, a los efectos de la superacion del maximo convencional y a la posibilidad de pago anticipado de la deuda), y, por la otra, que las continuas modificaciones de la normativa vigente, especialmente en el ultimo tiempo, dan cuenta de una especial preocupacion por conferir una tutela mas amplia al consumidor financiero. A diferencia de las primeras regulaciones relativas al mutuo de dinero, a estas alturas ya se puede apreciar que, fruto de las dinamicas de la inclusion financiera a las que haremos alusion mas adelante, se trata esta de una figura ampliamente disponible para la poblacion.= Y, al tiempo en que su estructura se incrusta en las dinamicas del financiamiento del consumo, parece ldgico advertir que su normativa se debe ampliar a fines de aplicar todos los postulados del Derecho del consumo, con las particularidades de los denominados "productos y servicios financieros". Sobre este ultimo punto, especial atencion se debe prestar a la Ley N° 20.715, de 13 de diciembre de 2013, no solo por la reconfiguracion de la formula de calculo de la tasa de interés maximo convencional para los créditos al consumo (caracterizados por 107 sus montos y plazos, en el articulo 6° bis), sino también por la nueva definicion de los intereses (articulo 2°), la reduccion del monto minimo para el prepago (articulo 10) y el establecimiento de un plazo de gracia previo a la operativa de las clausulas de aceleracion (articulo 30). Aunque el estatuto vigente no se aprecia completamente si no se vincula con la Ley N° 19.496, especialmente con motivo de la dictacion de la Ley N° 20.555, y la regulacion derivada de ella, a la que prestaremos mayor atencion en el Capitulo II. Por ahora basta con reseriar que el articulo 39 de la Ley N° 19.496 da cuenta de la especial conexion entre la legislacion de proteccion del consumidor y la Ley N° 18.010, de modo tal que se entiende que también infringen la normativa de consumo los proveedores que cobren intereses por sobre el interés maximo convencional, sin perjuicio de las demas sanciones que resultan aplicables.~ En consecuencia, al serialar que cometen infraccion "a /a presente ley", el mentado articulo 39 pretende dar lugar la aplicacion de las reacciones infraccionales establecidas en la Ley N° 19.496, que, al no tener establecida una sancion especifica, debe entenderse referida a lo dispuesto en su articulo 24. Lo anterior, sin perjuicio del efecto civil dispuesto en el inciso primero del articulo 8° de la Ley N° 18.010, que, conforme a su nueva redacci6n, dispone que "[s]e tendra por no escrito todo pacto de intereses que exceda el maximo convencional, y en tal caso los intereses se reduciran al interés corriente que rija al momento de la convencion o al momento en que se devenguen los respectivos intereses, en el caso de las operaciones a que se refiere el inciso primero del articulo 6° ter"; y, ahora expresamente, también sin perjuicio de las sanciones penales contempladas en el articulo 472 del Codigo Penal. A ellos se suma, el articulo 19 de la Ley General de Bancos, modificado por la Ley N° 21.130, de 2019, que dispone que "[l]as sociedades, personas o entidades sometidas a la fiscalizacién de la Comision, en virtud de la presente ley, que incurrieren en infracciones de las leyes, reglamentos, estatutos y demas normas que las rijan o incumplieren las instrucciones u ordenes legalmente impartidas por la Comisi6n, podran ser sancionadas conforme a las reglas establecidas en el titulo Ill de la Ley N° 21.000, que crea la Comision para el Mercado Financiero, sin perjuicio de las sanciones especiales contenidas en este u otros cuerpos legales. Estas resoluciones podran ser impugnadas de conformidad con lo establecido en el titulo V de la precitada ley". Por de pronto, queda por evidenciar que las limitaciones a la tasa de interés, como paradigma de norma imperativa en la orbita del derecho privado, tienen un cierto impacto en la problematica del sobreendeudamiento, aunque algo limitada.= Por una parte, restringe el incremento exponencial de la deuda, y, por la otra, excluye del acceso al crédito a personas con un nivel de riesgo muy superior. Pero ello depende de la forma en la que queda fijado el mencionado interés maximo, si acaso se acepta © no el anatocismo y de la efectiva ponderacion de los riesgos de los solicitantes de crédito. En el caso chileno, varios de estos antecedentes todavia parecen jugar en contra del consumidor. Asi, a pesar de que la tercera regla del articulo 1559 CC dispone que "los intereses atrasados no producen interés" y el hoy derogado 110 articulo 2210 CC agregaba que "se prohibe estipular intereses de intereses", el articulo 9° de la Ley N° 18.010, permite estipular "e/ pago de intereses sobre intereses, capitalizandolos en cada vencimiento o renovacion". El regimen previsto, sin embargo, tiene ciertas particularidades, impidiendo capitalizaciones por periodos inferiores a treinta dias, manteniendo el caracter de interés de aquellos capitalizados en infraccion a dicha limitacion a efectos de aplicar las restricciones de la tasa maxima convencional, y disponiendo una regla supletoria a la voluntad de las partes en que los intereses correspondientes a una operacion vencida que no hubiesen sido ; . am ane ani pagados se incorporaran a ella. El principal problema logico se presenta cuando tratamos del "anatocismo convencional" reconocido en el primer inciso del citado articulo 9°, puesto que este parece suponer que las partes se encuentran en una igual posicion negociadora, de modo tal que las partes pueden prever las ventajas e inconvenientes del pacto. No obstante, queda claro que esta idea es ajena al planteamiento de una relacion de consumo, y, en particular, de consumo financiero, cuestionamiento que se acreciente si se concluye que la clausula no puede ser estimada como abusiva en los términos del articulo 16 de la Ley N° 19.496 porque su posibilidad se encuentra amparada por la Ley N° 18.010." Por ultimo, no se puede obviar que el instrumento por medio del cual normalmente se conduce el crédito al consumo es, hoy por hoy, la tarjeta de crédito. Se trata esta de una herramienta extendida en nuestro entorno, haciendo eco de las tendencias generales del comercio que han afirmado que se tratan estas de "los medios mas difundidos y seguros utilizados como medio de pago de las obligaciones de dinero". = Su nivel de penetracion en Chile, como también el monto total de las operaciones realizadas a su amparo, permiten sefialar que, en conjunto con los créditos hipotecarios, constituyen una de las formas mas habituales de acceso al crédito por parte de la poblacion. Esta propagacion ha sido alentada por el desarrollo tecnologico, como también por las politicas de inclusion financiera impulsadas por nuestras autoridades, a las que haremos referencia en el apartado siguiente. Al efecto, la Asociacion de Bancos e Instituciones Financieras informa que un 23% de los hogares utiliza tarjetas de crédito bancarias, cifra que se eleva hasta un 52% en los hogares de ingresos superiores. Asimismo, se observa un uso bastante mas intenso de las 14 tarjetas de crédito no bancarias, que, en promedio llega a un 53% de los hogares. Por su parte, las estadisticas de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (hoy, Comision para el Mercado Financiero, en adelante, "SBIF" y "CMF", respectivamente) también demuestran un considerable nivel de acceso a las tarjetas como medio de financiamiento. Se destaca que, para 2016, un 34% de la poblacion adulta tendria tarjetas de crédito bancarias y un 31%, tarjetas de crédito no bancarias;~ y que, para el 2019, ellas se desglosaban del siguiente modo: Tenencia __| N° de productos T T Hombres| Mujeres |Hombres| Mujeres TC 249% | 272% | 2.23 | 1,89 bancarias JCNo | 32.9% | 38.4% | 2,26 | 242 bancarias Conforme al Informe Financiero sobre Tarjetas de Crédito de la CMF a marzo de 2020," se registraba un total de 16.715.159 tarjetas de crédito, distribuyéndose en 14.127.829 en calidad de titular y 2.587.330 como adicionales. En cuanto al tipo de operaciones y su monto, se registraron 741.013 avances en efectivo (por un monto de 246.447.345.382 pesos); 40.169.840 operaciones de compras (por un monto de 1.931.019.722.092 pesos); y 9.116.649 cargos por servicios contratados (por un monto de 117.727.254.828 pesos). Asi, en total se efectuaron 30.814.692 operaciones por un monto total de 1.495.775.373.019 pesos. Obsérvese, adicionalmente, que parte de las tarjetas de crédito no comerciales, como CMR Falabella y Presto S.A., se incorporaron en diciembre de 2018 como sociedades de apoyo al giro de Banco Falabella y Banco BCI, respectivamente. Todo ello se enmarca en la manera en que ha evolucionado nuestra forma de consumir, y que se integra en la denominada "sociedad de consumo". En este contexto, las tarjetas de crédito se ofrecen como una herramienta aparentemente simplificada para el consumidor puesto que, liberado de las dificultades que implicaba la necesidad de ahorro previo, se configura la posibilidad de tener un acceso expedito al crédito y a la decision sobre las alternativas de pago, sea minimo 0 total, al tiempo de la fa turacion Desde su punto de vista, este instrumento le permite anticipar la adquisicion de un vasto numero de bienes y servicios difiriendo el pago del precio (incluso, fraccionandolo en cuotas), pero no mediante un acuerdo particular con el proveedor, sino por medio de un crédito concedido por el emisor de la tarjeta. No obstante, la utilizacion de este dispositivo envuelve ciertos riesgos para el consumidor en la medida en la que se trata de una forma de incentivar el consumo sin una delimitacion especifica del uso eficiente (0 no) al que puede dar lugar, devengando intereses y justificando el cobro de comisiones por su caracter rotativo. Pero, ademas, 124 su uso puede dar cabida a fendmenos de sobreendeudamiento, —- que pueden incidir i i anon a) 122 en la vida de los consumidores como una causa de marginacion social, y, en el sistema en general, como un factor de la disminucion de la demanda interna y la generacion de una espiral que puede impactar, incluso, en la estabilidad del sistema warn 123 ; andi . : financiero. ~~ Lo anterior no se indica para demonizar la deuda, sino para alentar un modelo mas sustentable y responsable. Las normas de la CMF y del Banco Central,“ como asimismo el articulo 3°, N° 1 del Decreto N° 44, de 2012, del Ministerio de Economia, que aprueba el reglamento sobre informacion al consumidor de tarjetas de crédito bancarias y no bancarias, definen estas ultimas como "cualquier instrumento que permita a su titular 0 usuario disponer de un crédito otorgado por el emisor, utilizable en la adquisicion de bienes o en el pago de servicios prestados o vendidos por entidades afiliadas con el correspondiente emisor u operador, en virtud de convenios celebrados con éstas que importen aceptar el citado instrumento como medio de pago, sin perjuicio de las demas prestaciones complementarias que puedan otorgarse al titular o usuario". En esta definicion se destacan a los actores que participan en la operatoria de esta clase de tarjetas (titulares, usuarios, emisores, operadores y entidades afiliadas que proporcionen bienes 0 servicios), al tiempo en que se da cuenta de su objetivo: el otorgamiento de un crédito por parte del emisor para ser utilizado por el tarjetahabiente como medio de pago frente a una entidad afiliada. Esto supone una disposicion de crédito que no por ello calza de modo perfecto a la nocion de operacion de crédito de dinero contenida en el articulo 1° de la Ley N° 18.010, puesto que no implica el compromiso de entregar una cantidad de dinero al tarjetahabiente (funcion de crédito), sino ofrecer un reemplazo en el obligado al pago con la entidad afiliada 126 sobre la base del uso efectuado por su titular (funcion de pago). Sin perjuicio de lo anterior, la misma ley ignora la dificultad de encuadre a efectos de disponer la forma de computo de la tasa maxima convencional aplicable a los créditos originados debido a la utilizacion de las tarjetas de crédito, entendiendo que, bajo ellas, opera una linea de crédito pactada entre el titular y el emisor, sea de modo rotativo o refundido (articulo 6° ter de la Ley N° 18.010). Ello se colige de varias normas del Decreto N° 44, de 2012, aunque se presentaba de manera mas clara 7 5 : ao 129 en versiones anteriores del Compendio de Normas Financieras del Banco Central ~~ al tiempo en que la emision de las tarjetas de crédito se sujetaba de modo expreso a una apertura de crédito. Si ahora tornamos a consideraciones sobre la naturaleza juridica de la tarjeta de crédito, > esto implica que ella comporta un dispositivo instrumental para efectuar disposiciones al alero de la mentada apertura y, en suma, permite apreciar los términos de la relacion juridica entre dos de los actores: el tarjetahabiente y el emisor. Cabe concluir que no es indispensable que el dinero sea entregado directamente al deudor, como parecia implicito en la definicion legal de las 134 operaciones de crédito de dinero, como tampoco que ella suponga una entrega fisica del dinero, bastando la asuncidn de la obligacion de pago por parte del emisor respecto a los comercios afiliados a través de un complejo sistema de registro de operaciones electronicas. Pues bien, la inclusion del crédito derivado del uso de las tarjetas en el marco de la Ley N° 18.010 es relevante por dos aspectos adicionales: en primer lugar, la posibilidad de anatocismo, en los términos en que éste aparece admitido en su articulo 9°, proyectando un aumento ostensible de la deuda durante su horizonte de pago, el que no necesariamente es reconocido por el consumidor al tiempo de hacer uso del instrumento; y, luego, porque, como hemos sefialado, en la evolucion del tratamiento de las operaciones de crédito de dinero se ha observado una creciente incidencia de la logica de proteccion de los derechos de los consumidores, bastante mas apreciable a partir de las modificaciones incorporadas por la Ley N° 20.715. Esto permite su identificacion como producto financiero y su coordinacion con las reglas de la Ley N° 19.496, en especial si se considera que el contrato de emision de la tarjeta de crédito, que dara cuenta de los términos juridicos y economicos derivados de su uso, se estructurara bajo la formula de un contrato por adhesion, activando los diversos mecanismos de tutela previstos en la citada ley. Y, estructurada normativamente de esta forma, como observaremos mas adelante, el foco de atencion se centrara en la formulacion de ciertos deberes de informacion que, al igual como ha ocurrido en Europa, se pueden estimar insuficientes como medida de prevencion del sobreendeudamiento. Todo ello nos lleva a afirmar que, en la medida en que se van generando nuevas formas de otorgamiento de crédito que, a su vez, aumentan también en complejidad, se necesitan mayores niveles de tutela por parte del ordenamiento. Lo anterior cobra especial relevancia al considerar que las pretensiones de las politicas publicas de “inclusion financiera", a las que nos referiremos a continuacion, parten de la base de que estas herramientas de financiamiento del consumo deberian extenderse a todo el espectro poblacional, llegando, incluso, a quienes se encuentran expuestos a mayores indices de vulnerabilidad. III. Los DILEMAS DE LA "DEMOCRATIZACION DEL CREDITO" Y DE LA “INCLUSION FINANCIERA"133 Ahora nos interesa indagar en las causas por las cuales se ha producido una expansion del mercado financiero al mayor numero posible de la poblacion, puesto que a partir de ellas sera posible identificar los postulados sobre los cuales deberia construirse un sistema eficaz de proteccion de quienes acceden al crédito para financiar sus gastos de vida. Adelantamos que la intencion es relevar como esta dinamica de inclusion resulta concordante con los presupuestos de la denominada "sociedad de consumo", pero que requiere indudablemente de un trasfondo de proteccion acrecentado para el consumidor por los riesgos que el endeudamiento excesivo puede significar para su bienestar. En este sentido, nos parece que el punto focal se debe encontrar siempre en el respeto a la dignidad del deudor, y ello supone que, en las diversas fases del otorgamiento (y eventual ejecucion) del crédito, el ordenamiento juridico debe velar que ella no sea vulnerada ni ignorada. La pregunta que empezamos a formular en este apartado, y que iluminara también los Capitulos siguientes, es si el Derecho chileno satisface dichos estandares. Por ahora, nos queda dar cuenta de la realidad nacional a partir de las estadisticas disponibles por parte de entidades publicas y privadas, para comprobar la expansion de este ideal de inclusion en las diversas capas de nuestra poblacion. 1. Origen y desarrollo de Ia inclusion financiera A fines de los arfios sesenta, Cartovirz iniciaba su libro ("The poor pay more" o "Los pobres pagan mas") anunciando que, en décadas pasadas, un estudio sobre los consumidores estadounidenses de bajos ingresos hubiese implicado explicar una forma de sobrevivencia en que el crédito (siempre escaso) estaba dado por el arrendador que concedia prorrogas en el pago de la renta o por el almacenero de la esquina que vendia al fiado.- Los cambios paradigmaticos del modelo norteamericano tendientes al fomento del consumo por medio del pago en cuotas, que luego derivaron en la creacion de una industria de crédito al consumo, permitieron extender el acceso al mercado financiero a quienes antes se encontraban constrefiidos a los peligros del financiamiento informal o a la contingente caridad del prdjimo. De ello se deriva la pérdida de los sustentos morales que veian en la deuda, sea desde la posicion del prestamista (usura) o desde la del prestatario (irresponsabilidad), una situacion meritoria de reproche, pasando a un lenguaje en que el consumidor es digno de acceder a toda suerte de bienes y servicios, a la vez que merecedor, también, de confianza en el repago de la deuda.~ La “cultura del crédito" se refleja fielmente en la candida idea del "vivir ahora, pagar después" ("Jive now pay later’), muy propia de la publicidad de los productos y servicios financieros. La idea de la democratizacion del crédito (democratisation of credit), propia del contexto anglosajon, va de la mano de Ia liberalizacion y desregulacion del mercado financiero,= y se asocia con la posibilidad de que toda la poblacion pueda participar . < : r ioacic 9) 139 activamente en él y, con ello, servir como un instrumento de ecualizacion social. El crédito, nos indicaba Curran a mediados de la década de los sesenta, se encontraba disponible para la mayor parte de la poblacion, con independencia de su estratificacion economica, sus origenes étnicos y cualquier otra caracteristica. ~~ Ello, afiaden ScHoenreLo y NaTeLA, permitio que personas de las clases mas bajas y medias pudiesen disfrutar bienes bastante mas costosos que jamas podrian haber adquirido sin crédito, poniendo el punto en perspectiva de otras latitudes, en las que solo las clases mas ricas podian comprar automoviles, artefactos del hogar y otros A 11 bienes durables. Desde esta perspectiva, la sociedad norteamericana se anunciaba como mas igualitaria. Ramsay, no sin ironia, nos advierte del caracter populista de este tipo de slogans, en la medida que supone que el crédito permite a mas personas "probar el pastel", en un tiempo en que se evidencia que sus porciones se encuentran distribuidos de manera cada vez mas desigual“ Sin perjuicio de lo anterior la idea se sostiene en que, como expresa Casa.ero, ella refleja "un antecedente imprescindible para la comprension del endeudamiento como un fendomeno social y esta directamente vinculada a una politica publica de favorecimiento del acceso al crédito apoyada en la evidencia ofrecida por los economistas" vs Esta evidencia, agrega el mismo autor, se refiere a la relacion virtuosa sostenida por estos ultimos en referencia al fortalecimiento del mercado de la intermediacion financiera y el desarrollo economico de los paises. Tal nocién se redenomina a nivel internacional como “inclusion financiera’ argumentando una mejora en la situacion particular de las personas dado que se posibilita una estabilidad de los ingresos y de los gastos a lo largo de su vida: el denominado "consumption smoothing’, = bajo la hipotesis del ciclo vitai.“® Ello realza las diferencias existentes entre dicho ciclo con el de los ingresos, constatando que los salarios suelen ser menores en la juventud alcanzando un peak en torno a los cincuenta afios, mientras que los trabajadores se tienden a independizar y formar familias a sus veinte (aunque, en la actualidad, a los treinta) afios, con una mayor necesidad de fondos para estos efectos. En este sentido, el crédito al consumo permitiria emplear los ingresos de ese futuro prometedor para soportar los gastos actuales, algo que se aprecia especialmente en los créditos a largo plazo, como aquellos destinados al financiamiento de la vivienda. Esta idea alcanzo renovados brios a partir de la crisis mundial de mediados de la primera década de este siglo como un elemento trascendente para la recuperacion y - ani a 148 7 ani posterior crecimiento econdmico, ~~ de la mano de una formulacién sobreviniente al decaimiento de los Estados de bienestar, y, por tanto, constatando el paso del endeudamiento publico al privado.“= De lo anterior se aprecia que las necesidades de las personas que no logran ser satisfechas por medio de beneficios estatales, no siendo consideradas en el importe de las retribuciones laborales o de las pensiones de jubilacion, deberan ser soportadas por otras vias, abriendo mayores espacios al mercado del crédito. Mediante esta estrategia de inclusion no solo se pretende un incremento en el acceso y utilizacion de la mayor variedad de productos y servicios financieros para el mas amplio espectro posible de la poblacion, en particular, aquellos que se encuentran cercanos a la linea de la pobreza, sino que se alberga también la esperanza de que, por medio del uso del crédito, se logre "evitar, reducir 0, al menos, ana nianw 151 retardar, el dolor de la marginacion"— La inclusion financiera ha sido descrita por el Centre for Financial Inclusion, como la posibilidad de que "todos puedan acceder a un amplio rango de servicios financieros de calidad a precios razonables con conveniencia, respeto y dignidad, entregados por un rango de proveedores en un mercado estable y competitivo para clientes financieramente capaces"= destacando, con ello, ciertos pilares implicitos que se relacionan con la formalidad, la seguridad y la atencion a la dignidad del deudor. Su finalidad, como se enuncia en la Declaracion Maya de 2011 de la Alianza para la Inclusion Financiera (0 “Alliance for Financial Inclusion", "AFI"), supone el reconocimiento de "la importancia crucial de la inclusion financiera para empoderar y transformar la vida de todas las personas, especialmente los pobres, su papel en la mejora de la estabilidad e integridad de las finanzas nacionales y globales y su contribucion esencial a un crecimiento fuerte e inclusivo". El debilitamiento general del Estado de bienestar supone situar al individuo, en lugar del disfrute de los beneficios del monopolio estatal, ante las mecanicas competitivas del mercado para la , o> bi , . 4 busqueda de su propio bienestar en una nueva "sociedad de riesgos", _ debiendo escoger aquel proveedor o producto que satisface de mejor manera sus necesidades. = De tal suerte, si se estima posible el reemplazo del Estado de bienestar por medio del mecanismo sustitutivo del acceso al crédito, es indispensable anti A 158 tener en cuenta la Optica social del contrato. ~~ Sin embargo, cabe observar que la idea de la expansion del crédito como medida de obtencion de bienestar tiene limites. Como sefialan Ruiz-Tacte et alii, "el uso del crédito ha permitido a las familias gastar en consumo presente, comprometiendo sus ingresos futuros, y de esta manera suavizar la senda de consumo a lo largo del ciclo de vida. No obstante, las mejoras en bienestar asociadas al uso del crédito pueden verse cuestionadas cuando el nivel de deuda es excesivo y se produce una carga financiera que los hogares no pueden manejar de manera adecuada. En particular, cargas financieras muy altas en forma de amortizacion y pagos de intereses, pueden afectar negativamente el ingreso de largo plazo y por ende reducir el bienestar en el tiempo". Y ello no solo supone fijar la dificil frontera entre el endeudamiento y el sobreendeudamiento, sino también revisar si esta mecanica resulta apta para todos los sectores de la poblacion, especialmente cuando el crédito es el unico instrumento disponible para satisfacer las necesidades mas basicas. En la vereda opuesta se critica todo este planteamiento por los problemas que se . ao . 158 derivan del "financiamiento de la pobreza" ("poverty finance") y de las formas de acumulacion planteadas sobre los pilares del crédito, en especial, si se consideran las altas tasas de interés y costos de administracion que son usuales en la mayor parte aa 159, ; . _ de los créditos al consumo. Aqui, la sola referencia al consumption smoothing es vista de manera paraddjica, puesto que, en realidad, no aludiria a una mera modificacion en los patrones de consumo explicados a partir de la "teoria del cambio" 160 adenci: ("theory of change"), sino que, en los extremos, evidencia de manera un tanto eufemistica el uso del crédito para la satisfaccion de necesidades mas basicas, como la vivienda, la educacion, la salud y la alimentacion ~~ A partir de las evidencias globales de la inequidad en la distribucion de las riquezas (por supuesto, observables también en Chile), Sauires nos indica que ella también se replica en los mercados financieros. Asi, afirma que la reestructuracion de los servicios financieros sobre los pilares de estas técnicas de inclusion también da cuenta de un sistema que se ofrece, al menos, en dos niveles (two-tier system) aa Conforme a ello, se detectan proveedores y productos financieros diferenciados para los diversos sectores de la poblacion, distinguiéndose, principalmente en razon de la vulnerabilidad de sus destinatarios, productos bancarios de "tope de rango" de aquellos obtenidos, por ejemplo, por medio del avance en efectivo de la casa comercial. Conforme a este modelo, el rango inferior suele ser disefiado de manera de alertar sobre la facilidad en la obtencion del crédito y en los escasos antecedentes financieros que es necesario aportar para la valoracion del mérito crediticio (easy credit), lo que, a la larga, resulta compensado por medio de condiciones menos favorables, como las que se derivan de la mayor tasa de interés, los costos ocultos, el calendario de pagos, el régimen de a 163 garantias, entre otros. Asi, se constata que muchos de los sectores de menores ingresos de la sociedad . a adi , . wan 164 tienden a utilizar el crédito por necesidad, mas que por opcion, de modo que suelen ser facilmente canalizados, en razon de su mayor riesgo, hacia instrumentos de crédito en los que aun se observan algunas practicas predatorias. “= Esta ampliacion no desconoce la denominada "poverty premium" ("prima de pobreza"), en que el consumidor tiende a pagar un mayor precio total por los productos adquiridos, al ‘ar medios de pago que le ofrecen condiciones subdptimas (con mayores tasas de interés), al efectuar compras atomizadas, sin poder obtener ventajas de las economias de escala o al ver restringidas sus elecciones de compra, si no logra acceder con facilidad a todos los canales de istribucion. Lo anterior se replica en el mercado del crédito, en términos que, si no logra el perfil del cliente bancario, la persona sera conducida a mecanismos de financiamiento del segundo rango, como el antes indicado, que parece ser subjetivamente preferible a la carencia de consumo (en especial si se trata de bienes de primera necesidad) o el recurso al crédito informal, que puede resultar, incluso, mas peligroso. Asi también, el contexto socioecondmico de los grupos mas vulnerables puede implicar que las decisiones de endeudamiento estén motivadas por formas de ‘consumo de ostentacion' © "consumo compensatorio", aludiendo a la funcion simbolica del consumo en razon de la obtencion de una imagen o estatus 0 como compensacion al estancamiento de la movilidad social. A partir de estos modelos de sociedades occidentales actuales, De. Necro observa que "las recientes generaciones de adultos se han criado en la cuna del consumo, de los bienes suntuarios adquiridos a través del crédito, de la publicidad que vehicula sutilmente mensajes como ‘eres lo que puedes comprar’, contribuyendo a definir identidades a través de la capacidad de compra, y donde los centros comerciales se ha vuelto espacios privilegiados para ‘gastar’ el tiempo libre". En las sociedades en la que la distribucion del ingreso no es equitativa y existe un persistente estimulo al bienestar material (por ejemplo, por medio de la publicidad), el estandar estara establecido en torno a estos modelos iconicos de felicidad. De tal suerte, quienes tengan ingresos inferiores se compararan con dichas imagenes, asumiendo que un consumo asistido por la deuda les permitira, al menos, acercarse al nivel de vida que se propicia como fundamental para la consecucion del mentado bienestar. Como expresan Frabe y Asreu, en este escenario el endeudamiento, ahi donde se encuentra facilmente disponible, se transforma en un modelo aceptado para obtener un upgrade social, y, no estando asociado a estrategias de administracion de los propios recursos, puede conllevar al F a 10 A 5 endeudamiento excesivo. Lo anterior, sumado a los fendmenos de sobreendeudamiento pasivo, en los que factores individuales (desempleo, divorcio, enfermedad) o colectivos (crisis econdmica) impiden el pago de la deuda cuando el patrimonio del consumidor jamas estuvo preparado para soportar esta clase de i jae it interferencias.—~ Y he aqui el dilema: los modelos de inclusion financiera que no sean configurados de manera mas completa, esto es, integrados con mejores y mas amplios desarrollos de mecanismos de proteccion de los consumidores financieros, como, asimismo, que se encuentren desprovistos 0 gravemente aligerados de un sistema de proteccion social para las personas de menores ingresos, conducen a la generacion de una creciente poblacion sobreendeudada. Y, como consecuencia, dicha poblacion se encontrara excluida, no solo del mercado financiero, sino también de la sociedad, desmejorando los objetivos que esta politica inclusiva pretende. Como indica Rei.- Rupee, vivir sobreendeudado presenta a los afectados con el desafio de existir en los 4 ami i ct aaa 12 margenes economicos de nuestra sociedad y de su propio estilo de vida. ~ Con todo ello, se advierte que el solo impulso del crédito no produce por si mismo una mejora en la brecha de ingresos a nivel nacional, y solo (parcialmente) es esperable la disminucion de la pobreza si se estima que no se trata de créditos dirigidos a la produccion, sino al consumo, y, en particular, cuando este se destina a la obtencion de bienes y servicios primarios 0 de mera subsistencia. De ahi que el esquema de la inclusion financiera requiera fundarse en bases robustas que entiendan que existen multiples escenarios en los que el crédito al consumo se debe advertir como un producto al menos potencialmente riesgoso.

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