La diferencia entre ambas figuras es bien sencilla. Un hurto consiste en la
sustracción de un bien ajeno sin emplear violencia, fuerza o intimidación. Por tanto, engloba todo tipo de acciones como, por ejemplo, quitarle la cartera a alguien en el metro sin que se dé cuenta, incluso, entrar en una casa y apropiarse de objetos en su interior, siempre y cuando no se haya forzado ninguna puerta o ventana.
En cambio, un robo consiste en apropiarse de bienes ajenos empleando fuerza (el
forzamiento o rotura de puertas, ventanas o cualquier otro medio de acceso), violencia (física) o intimidación (verbal o gestual). Incluye conductas como romper una ventana y entrar en un inmueble para robar bienes, apuntar a alguien con un arma o pegar un tirón de bolso y salir corriendo.