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De esta misma manera, el siglo XX ha creado y a la vez parcelado tun tejido planetario tinico; sus fragmentos se han aislado, erizado y combatido entre si. Los Estados dominan la escena mundial ‘como titanes brutales y ebrios, poderosos e impotentes. Al mismo tiempo, el despliegue técnico industrial sobre el Globo tiende a suprimir las diversidades humanas, étnicas y culturales. El desa- srollo mismo ha creado mids problemas de los que ha resuelto y ha conducido ala crisis profunda de civilizacién que afecta las s0- ciedades présperas de Occidemte, Concebido tinicamente de manera téenico-econdmica, el desarro- Ho esté en un punto insostenible incluyendo el desarrollo sostenible. Esnecesaria una nociém méstica y compleja del desa- ‘rollo, que'sea no solo material sino también intelectual; afectiva, mora El siglo XX no ha dejado Ia edad de-hierro planetaria, Se ha hun- dido en ella. 2. EL LeGano DEL siGLO XX Elsiglo XX fue el de la alianza de dos barbaries: la primera viene desde el fondo de Ja noche de los tiempos y trae consigo guerra, masacre, deportacién, fanatismo. La segurida, helada, anénima, vviene deb interior de-una racionalizacién que no conoce més que cl célculo-e ignora a los individuos, sus cuerpos, sus sentimien- tos, sus almas y multiplica las potencias de-muerte y de esclavizacién técnico-industriales, Para atravesar esta era barbara primero hay que reconocer su he- rencia. Esta herencia es doble, al mismo tiempo herencia de muerte y de nacimiento. n 2.1 LA HERENCIA DE MOERTE El siglo XX pareeié dar razén a la formula atroz. segéin la cual la evolucién humana es un erecimiento del poder de a muerte. La muerte introducida en el siglo XX no es solamente Ia de las, decenas de millones de muertos de las dos guerras mundiales y de Jos campos de concentracién nazis y soviéticos, también es la de Jas dos nuevas potencias de muerte 2.1 Las ARMAS NUCEARES. La primera es la de la posibilidad de la muerte global de toda la hhumanidad a causa del arma nuclear. Esta amenaza atin no se ha disipado con el inicio del tercer milenio; al contrario, se inerementa con la diseminacién y la miniaturizacién de 1a bomba. La poten- iatidad de auto-aniquilamiento acompafia en lo:sucesivo el ca- mino de la humanidad. 2.1.2 Los Nuevos perceos La segunda es la de,la posibilidad de Ia muerte ecol6gica, Desde Jos afios 70, hemos descubierto que los desechos, emanaciones, cexhalaciones de nuestro desarrollo técnico-industrial urbano de- gradan nuestra bidsfera, y amenazan con envenenat.irremedia blemente el medio yiviente del cual hacemos parte:,Ja domina- cién desenfrenada de la naturaleza por la téenica conduce la hu- ‘manidad al suicidio, Por otra parte, fuerzas mortales que crefamos en via.de extincién se han rebelado: el virus del SIDA nos ha invadido, es el primer virus desconocido que surge, mientras que las bacterias que crefamos haber eliminado vuelven con nuevas resistencias a los antibioticos. Asi pues, la muerte se introduce de nuevo con virulencia en nuestros cuerpos los cuales crefamos haber esterilizado, cz Al fin Ja muerte ha ganado terreno al interior de nuestras almas, Los poderes de auto-destruccisn, latentes en cada uno de noso- tros, se han activado, particularmente con Ja ayuda de drogas se- ‘eras como la herofna, ahi donde se multiplican y crecen las sole- dades y las angustias. La amenaza planea sobre nosotros con el arma termonuclear, nos envuelve con la degradacién de la bidsfera, se potencializa en cada uno de nuestros abrazos; se esconde en nuestras almas con el llamado mortffero a las drogas. 2.2 Maexre DE LA MODERMIDAD Nuestra civilizacin, nacida en Occidente, soltando sus amarras con el pasado, crefa dirigirse hacia un futuro de progreso infinito que estaba movido por los progresos conjuntos de la ciencia, la azn, la historia, la economfa, la democracia. Ya hemos aprendi- do con Hiroshima que la ciencia es ambivalente; hemos visto a la raz6n retroceder y al delirio stalinista tomar la mascara de la ra- 26n histérica; hemos visto que no habfa leyes en la Historia que guiaran irresistiblemente hacia un porvenir radiante; hemos visto ue el triunfo de la democracia definitivamente no estaba asegu- rado en ninguna parte; hemos visto que el desarrollo industrial podia causar estragos culturales y poluciones mortiferas; hemos vvisto que Ia civilizaci6n del bienestar podia producir al mismo tiempo malestar. Si la modernidad se define como fe incondicio- nal en el progreso, en la técnica, en la ciencia, en el desarrollo econémico, entonces esta modernidad esté muerta, 23 La esperanza Sies cierto que el género humano, cuya dialégica cerebro+ mente no es cerrada, posee los recursos inagotados para crear, entonces podemos avizorar para el terver milenio la posibilidad de una nueva creaciGn: la de una ciudadanta terrestre, para la cual el siglo XX ha aportado los gérmenes y embriones. Y la educacién, que es a la vex transmisién de lo viejo y apertura de 1a mente para acoger lo nuevo, esté en el corazén de esta nueva misién, 2.31 EL aponTE De As conTRACORRIENTES El siglo XX ha dejado como herencia en el ocaso contracorrientes regeneradoras. A menudo, en la historia, corrientes dominantes hhan suscitado contracotrientes que pueden desarrollarse y cam- biar el curso de los acontecimientos. Debemos anotar: + lacontracomtiente ecolégica que con el ¢recimiento de las degradaciones y el surgimiento de catéstrofes técnicas/in- dustriales no puede mas que aumentar; + Iacontracorriente cualitativa que en reacci6n a la invasién de lo cuantitativo y a la uniformacién generalizada se ape- ‘ga ala calidad en fodos los campos, empezindo porla cali- dad de la vida; + Ia contracorriente de resistencia a la vida prosaica pura- ‘mente utilitaria que se mnifiesta con la bisqueda de una vvida poética dedicada al amor, a 1a admiracién, 1a pasién el festejo; + lacontracortiente de resistencia a la primacfa del consumo estandarizado que se manifiesta de dos maneras opuestas: Ja una por la buisqueda de una intensidad vivida (*consu- macién”), la otra por la bésqueda de una frugalidad y una templanza; + Ia contracorriente, aén tfmida, de emancipacién con tes- pecto de la tirania ommipresente del dinero que se pretende contrarrestar con las telaciones humanas solidarias hacien- do retroceder el reino del beneficio; + la contracorriente, también tinnida, que como teacciGn al 15 desencadenamiento de la violencia alimenta éticas de paci- ficacién de las almas y de las mentes. e puede pensar igualmente que todas las aspiraciones que han alimentado las grandes esperanzas revolucionatrias del siglo XX, pero que han sido engafiadas, podrian renacer bajo la forma de tuna nueva biisqueda de solidaridad y responsabilidad, Se podefa esperar también que la necesidad de volver a las raices {ncitada hoy en dia por los fragmentos dispersos de la humanidad y provocada por la voluntad de asumir las identidades étnicas 0 nacionales, se pudiera profundizar y ampliar, sin negar dicho re- ‘greso a las rafces en el seno de la identidad humana de ciudadano de la Tierra-Patria. Se podria esperar una politica al servicio del ser humano insepa- rable de una politica de civilizacién que abrirfa la via para civili- zr la tierra como casa y jardin de la humanidad. ‘Todas estas corrientes prometen intensificarse-y.ampliarse duran- eel siglo XI y constituir multiples principios de transforma- cién; pero Ja verdadera transformacién sélo podria llevarse a cabo conta transformacién entre sf, Operiinds entonces una transfor- UGIGN Slobal que retroactiiarfa sobre las transformaciones de cada ‘uno. 2.3.2 Es a. jueco couTRADICTORO DE LAS POSIBILIDADES Una de las condiciones fundamentales para una evolucién posit va serfa que las fuerzas emancipadoras inherentes a laciencia y a la técnica pudieran superar las fuerzas dle muerte y esclavitud, Los desarrollos de la tecno-ciencia son ambivalentes: han religado Ja Tietra, permiten a todos los puntos de! Globo estar en comuni- caciGn inmediata, proporcionan los medios para alimentar todo et planeta y asegurar a todos sus habitantes un mfnimo de bienesta, pero en cambio han creado las peores condiciones de muerte y de 16 destruecién. Los humanos esclavizan a las méquinas que esclavi- zan la energia, pero al mismo tiempo son esclavizados por ells. Lasaga de ciencia-ficeién de Hyperién de Dan Simmons, supone que en un milenio en el futuro las inteligencias artificiales (1.A.) tendriin domesticados a los humanos sin que estos sean conscien- tes, preparando su eliminacién. La novela describe peripecias sor- prendentes al cabo de las cuales un hforido de humano y de L.A. portador del alma del poeta Keats, anuncia una nueva sabidueta. Este es el problema crucial que se plantea desde el siglo XX: ; ‘estaremos sometidos a la ecndsferao sabremos viviren simbiosis con ella? Las posibilidades que ofrece el desarrollo de las biotecnologias ‘son prodigiosas tanto para lo mejor como para lo peor. La genética yy la manipulacién molecular del cerebro humano van a permitir ‘normalizaciones y estandarizaciones nunca antes logtadas por los adoctrinamientos y las propagandas sobre Ia especia humana; y vvan a permitir la eliminacidn de taras deformadoras, una medici- 1a predictiva, el control por la mente de su propio cerebro. La importancia y Ia aceleracién actuales de las transformaciones parecen presagiar una mutacién mucho mis considerable que la que hizo pasar al neoltico pequetias sociedades arcaicas de caza- dores y recolectores sin Estado, sin agricultura ni ciudad, a las sociedades hist6ricas que desde hace ocho milenios estén desple- gadas por el planeta, ‘También podemos contar con las inacabables fuentes del amor humano, Cierto es que el siglo XX ha sufride horriblemente ca- rencias de amor, indiferencias, durezas y crueldades. Pero tam- bign ha producido excesos de amor consagrado a los mitos enga- fiosos, a las ilusiones, a las falsas divinidades, 0 petrificado en pequeiios fetichismos como la coleccién de estampillas De igual manera, podemos confiar en las posibilidades cerebrales oRecaucon El principio de incertidumbre proviene de Ia doble necesidad del riesgo y de la precauci6n, Para cualquier accién que se emprenda ‘en un medio incierto hay contradiccién entre el principio de ries- g0y el principio de precaucién, siendo ambos necesarios; se trata de poder ligartos a pesar de su oposicién segin el dicho de Pericles: “Nosotros sabemos a la vez probar una audacia extrema y no cemprender nada sin una reflexion detenida. En los demés el atre- vimiento es.un efecto de la ignorancia mientras que la reflexién implica indecision”, (en Thuucydide, Guerra det Peloponeso) 43.2 61 oases nes <> Heni0s El principio de incertidumbre del fin y de los medios. Como los medios y los fines inter-retto-actian los unos con los otros, ‘es ‘casi inevitable que medios innobles al servicio de fines nobles los alteren y terminen por sustituirlos. Los medios dominantes em- pleados para un fin liberador pueden no solamente contaminar este fin sino también auto-finalizarse. Por ejemplo, la Teheka, 2 después de haber pervertido el proyecto socialista, se autofinaliz6 convirtiéndose, bajo los nombres sucesivos de Guépéou, NKVD, KGB, en una potencia policfaca suprema destinada a auto- perpetuarse. Sin embargo, la astucia, la mentira y la fuerza al ser- vicio de una justa causa pueden salvarla sin contaminarla, & con- dicién de haber utilizado medios excepcionales y provisionales, En cambio, es posible que acciones perversas eonduzcan a resul- tados excelentes, justamente por las acciones que provocan. Ei tonces, no es absolutamente cierto que la pureza de los medios conduzca a los fines deseados, tii tampoce que su impureza sea necesariamente nefasta. 433 EL waas: coon conTexTO ‘Toda accién escapa a la voluntad de st autor euando entra en el juego de las inter-retro-acciones del medio donde intervierie. Tal ¢s el principio propio de la ecologfa de Ia accién. La accién no sélo arriesga el fracaso sino también la desviacién o la perversion de'su sentido inicial 0 puede incluso volverse contra sus iniciado- res. Asf, el inicio de la Revolucién de Octubre de 1917, no-suseité una dictadura del proletariado sino una dictadura sobre el proleta- riado. En un sentido mas amplio, las dos-vias hacia el Socialismo, la reformista social-demécrata y I revolucionaria leninista ter- minaron ambas en cualquier cosa distinta a'sus finalidades. La instalacién del rey Juan Carlos en Espafia, segin la intencién del general Franco de consolidar su orden despético, contribuy6 por el contrario a llevar a Espafia hacia la democracia. La accién puede tener tres tipos de consecuencias insospechadas come lo ha resefiado Hirschman: + El efecto perverso (el efecto nefasto inesperado es mis importante que-el efecto benéfico esperndo). + Lainanidad de ta innovacién (entre més cambia més es la misma cosa). La puesta en peligro de las adquisiciones obtenidas (se ha querido mejorar la sociedad, pero no se ha logrado otra cosa que suprimir libertades 0 seguridades). Los efectos perver- 508, vanos, nocivos de la Revolucién de Octubre de 1917 se manifestaron en la experiencia soviética. 5. La IMPREDECIBILIDAD A LARGO PLAZO En realidad, se pueden considerar 0 calcular a corto plazo los efec- tos de una accién, pero sus efectos a largo plazo son impredeci- bles. Asi, las consecuencias en cadena de la Revolucién Francesa (1789) fueron todas inesperadas: el Terror, el Termidor, el Impe- rio, y més adelante el reestablecimiento de los reyes Borbones, y ‘ain més, las consecuencias curopeas y mundiales hasta octubre de 1917 fueron impredecibles, como lo fueron enseguida también las del mismo Octubre de 1917, desde la formacién del imperio totalitario hasta su caida. De esta manera, ninguna accién esta segura de obrar en el sentido desu intenci6n. La ecologia de la acci6n nos invita, sin embargo, no a la inaccién sino a la apuesta que reconoce sus riesgos y a la estrategia que permite modificar incluso anular la accién emprendida, 5.1 LA APUESTA V LA ESTRATEGIA En efecto, hay dos vias para enfrentar Ia incertidumbre de la ac- cin. La primera es la plena conciencia de la apuesta que conlleva Ja decisi6n; la segunda el recurso-a la estrategia. Una vez bien tomada la decisi6n, la plena conciencia de la incer- tidumbre se vuelve la plena conciencia de una apuesta. Pascal habfa reconocido que su fe proventa de una apuesta. La nocién de puesta se debe generalizar para cualquier fe; la fe en un mundo mejor, la fe en Ia fraternidad o en la justicia, asi como en toda decisién ética. Laestrategia debe prevalecer sobre el programa. Fl programa es tublece una secuencia de acciones que deben ser ejecutadas sin variaci6n en un entorno estable; pero desde que haya modifica- cidn de las condiciones exteriores el programa se bloquea. En cambio, la estrategia elabora un escenario de accién examinando las certezas y las incertidumbres de la situaci6n, las probabilida- des, las improbabilidades. El escenario puede y debe ser modi cado segin las informaciones recogidas, los azares, contratiem= pos u oportunidades encontradas en el curso del camino. Pode- ‘mos, dentro de nuestras estrategias,uliizar secuencias cortas pro- gramadas, pero para todo aquello que se efectue en un entorno inestable e incierto, se impone la estrategia; ésta debe privilegiar tanto la prudencia como la audacia y si es posible las dos a la vez. Laestrategia puede y debe efectuar compromisos con frecuencia, {Hasta dénde? No hay respuesta general para esta pregunta, es ‘més, hay un riesgo que puede ser el de la intransigencia que con- duce a la derrota o el de la transigencia que conduce a la abilice cin, Fs en la estrategia que siempre se plantea, de manera singu- lar en funcién del contexto y en virtud de su propio desarrollo, el problema de la dialégica entre fines y medios. Finalmente, tenemos que considerar las dificultades de una estra~ tegia al servicio de una finalidad compleja como la que indica el ema “libertad, igualdad, fraternidad”. Estos tres términos com- plementarios son al mismo tiempo antagénicos; la libertad tiende a destruir Ia igualdad; ésta, si es impuesta, tiendé a destruir la libertad; pot dltimo, la fraternidad no puede ser ni decretada ni impuesta sino incitada. Segtin las condiciones hist6ricas, una es- {rategia deberd favorecer la libertad o la igualdad o la fraternidad sin oponerse nunca a los otros dos términos. De esta forma, la respuesta a las incertidumbres de la acci6n esté constituida por Ia buena elecci6n de una decisién, por la concien- 95 cia de la apuesta, la elaboraci6n de una estrategia que tenga en cuenta las complejidades inherentes a sus propias finalidades, que en el transcurso de la accién pueda modificatse en funcién de los riesgos, informaciones, cambios de contexto y que pueda consi derar un eventual torpedco de la accién que hubiese tomado un curso nocivo, Por esto, se puede y se debe luchar contra las incer- tidumbres de la accién; se puede incluso superarlas a corto 0 me- diano plazo, pero nadie pretenderia eliminarlas a largo plazo. La estrategia, como el conocimiento, sigue siendo la navegacién en un océano de incertidumbres.a través de archipiélagos de certe- mas. El deseo de aniquilar la Incertidumbre puede parecernos como la enfermedad misma de nuestras mentes y toda direccién hacia la ‘gran Certeza no podria ser més que un embarazo sicolégico. EI pensamiento, entonces, debe encaminarse y aguerrirse para afrontar Ia incertidumbre, Todo aquello que implica oportunidad implica riesgo y el pensamiento debe diferenciar las oportunida- des de los riesgos asi como los riesgos de las oportunidades. EI abandono del progreso garantizado por las “loyes de la Histo- ia” no es el abandona del progreso sino el reconocimiento de su caricter incierto y fragil. La renuncia al mejor de los mundos no es de ninguna manera la renuncia a un mundo mejor. En la historia, hemos visto permanente y desafortunadamente que lo posible se vuelve imposible y podemos presentir que las més ricas posibilidades humanas siguen siendo imposibles de realizar, Pero también hemos visto que lo inesperado llega a ser posible y se realiza; hemos visto a menudo que lo improbable se realiza mas que lo probable; sepamos, entonces, confiar en lo inesperado y trabajar para lo improbable. Cariravo VI ENsENAR LA COMPRENSION a situaci6n sobre nuestra tierra es paraddjica. Yee Ls interdependencias se han multiplicado, La ‘coneiencia de ser solidarios con su vide y con su muerte liga desde ahora a los hummanos. La BY comunicacion triunfa; el planeta esté atrave- sado por redes, faxes, teléfonos celulares, mo- dems, Internet. Y sin embargo, la incomprensién sigue sien- do general. Sin duda, hay grandes y miltiples progresos de la comprensién, pero los progresos de la incomprensién pare- cen ain mas grandes. El problema de Ia comprensién se ha vuelto crucial para los humanos. Y por esta razén debe ser una de la finalidades de la educacién para el futuro. ‘Recordemos que ninguna técnica de comunicacién, del telé- fono a Internet, aporta por sf misma la comprensién, La com- ” prensién ng puede digitarse. Educar para comprender las mate- maticas 0 cualquier disciplina es una cosa, educar para la com- prensién humana es otra; abi se encuentra justamente la mision spiritual de la educaci6n: ensefiar la comprensién entre las per- sonas como condicién y garantia de la solidaridad intelectual y ‘moral de la humanidad, El problema de la comprensién esté doblemente polarizado: Un polo, ahora planetario, es el de Ia comprensién entre humanos: los encuentros y relaciones se multiplican entre personas, culturas, pueblos que representan culturas dife- rentes. Un polo individual, ¢s el de las relaciones particulares en- tre familiares. Estas estin cada vez més amenazadas por la incomprensi6n (como’se indicaré més adelante). El axio- ma “entre més allegados, mds comprensién” s6lo es una verdad relativa y se le puede oponer al axioma contrario ‘entre més allegados menos comprensién” puestorque 1a proximidad puede alimentar malos entendidos, celos, agne- sividades, incluso en los medios intelectuales aparente mente més evolucionados. 1, Las Das cOMPRENSIONES La comunicacién no conlleva comprensi La informacién, si es bien transmitida y comprendida, conlleva inteligibilidad, primera condicién necesaria para la comprensién, pero no suficiente. Hay dos comprensiones: la comprensi6n intelectual u objetiva y la comprensién humana intersubjetiva. Comprender significa in- telectualmente aprehender en conjunto, cam-prehendere, asit en 98, cconjunto (el texto y su contexto, las partes y el todo, lo multiple y lo individual). La comprensién intelectual pasa por 1a imteligibilidad. Explicar es considerar lo que hay que conocer como un objeto y aplicarle todos los medios objetivos de conocimiento. La explica- cin es obviamente necesaria para la comprensién intelectual u objetiva. La comprensién humana sobrepasa:ta explicacién. La explica- ciGn es suficiente para In comprensién intelectual u objetiva de las cosas anénimas o materiales. Es insuficiente para la compren- sién humana, Esta comporta un conocimiento de sujeto a sujeto. Si veo un nifio Horando, lo voy a comprender sinmedir el grado de salinidad de sus légrimas y, encontrando em mf'mis angustias infantiles, 1o identifico conmigo y me identifico con é1. Las demis personas se perciben no s6lo objetivamente, sino como otro sujeto con el cual uno se identifica y que uno identifica en sf mismo, un ego alter que se vuelve alter ego. Comprender incluye necesariamente un proceso de empatia, de identificacisn y-de proyeccién. Siempre intersubjetiva, la comprensin necesita apertura, simpatia, generosidad. 2. UNA EDUCACION PARA LOS OBSTACULOS A LA COMPRENSION ‘Los obstéculos externos a la. comprensién intelectual u objetiva son miiltiples. La comprensién del sentido de las palabras de otro, de sus ideas, de su visiGn del mundo siempre est amenazada por todos Ios lados: + Hay “ruido” que parasita la transmisién de la informacién, crea el malentendido 0 el no entendimiento. Hay polisemia de una nocién que, enunciada en un sentido, se entiende en otro; asf, a palabra “cultura”, verdadero ca~ ‘male6n conceptual, puede significar todo lo que no siendo naturalmente innato debe ser aprendido y adquirido; puede ignificar los usos, valores, creencias de una etnia o de una nacién; puede significar todo lo que aportan las humanida- des, la literatura, el arte, la filosofia, Existe la ignorancia de los ritos y costumbres del otro, es- ;pecialmente los ritos de cortesia que pueden conducir a ofen- der inconscientemente 0 a autodescalificarse con respecto del otro. Existe la incomprensién de los Valores imperativos expan- didos en el seno de otra cultura como lo son en las socieda~ des tradicionales el respeto hacia los ancianos, la obedien- cia incondicional de los'nifios, la creencia religiosa 0, al contrario, en nuestras sociedades demoeriticas contempo- raneas, el culto al individuo y el respeto alas libertades. Existe la incomprensién de los imperativos éticos propios de una cultura, el imperativo de la-venganza en las socieda- des de-tribus, y el imperativo de la ley en las sociedades evolucionadas. Existe « menudo la imposibilidad, dentro de una vision del ‘mundo, de comprender las ideas o argumentos de otta vi- in del mundo, o dentro de una filosofia comprender otra filosofia Por dltimo, y més importante, existe la imposibilidad de comprensién deuna estructura mental a otra, Los obstaculos interiores a las dos comprensiones son enormes; no solamente existe la indiferencia sino también el egocentrismo, eletnocentrismo, el sociocentrismo, cuya caracterfstica comin es 100 cconsiderarse el centro del mundo y considerar como secundario, insignificante u hostil todo to extrafio 0 lejano. 2.1 Ei ecocenTRisHo El egocentrismo cultiva la self-deception, traicién a si mismo en- gendrada por la autojustificacién, la autoglorificacién-y Ia ten~ dencia a adjudicar a los demés, extrafios 0 no, ja causa de todos los males. La self-deception es un juego rotativo complejo de mentira, sinceridad, conviccién, duplicidad, que nos conduce:a pereibir, de manera peyorativa, las palabras 0 actos de los demés, aaseleceionar lo que es desfavorable, a eliminar lo.que es favora- ble, a seleccionar nuestros recuerdos gratificantes, a eliminar © transformar los deshonrosos. El Chreulo de ta Cruz, de Iain Pears, muestra bien, a través de ‘cuatro relatos diferentes de eventos jguales y de un mismo homi- cidio, la incompatibilidad entre los relatos debido no solamente al disimulo y a la mentira sino a las’ ideas preconcebidas, a las racionalizaciones, al egocentrismo o'a la ereencia religiosa, La fiesta una vez més, dé Louis-Ferdinand Céline, es un testimonio ‘inico de la avtojustificacién frenética del autor, de su incapaci~ dad de autocriticarse, de su razonamiento paranoico. En realidad, la incomprensiGn de sf mismo es una fuente muy importante de la incomprensién de tos demés. Uno se cubre a si :ismo sus carencias y debilidades, lo que nos vuelve despiadados con las carencias y debilidades'de los dems. El egocentrismo se amplia con el abandono de ta disciplina y las obligaciones que anteriormente hacian renunciat a los deseos in- dividuales cuando se oponfan a los de parientes o cényuges. Hoy en dia, la incomprensidn destroza las relaciones padres-hyjos, ¢s- posos-esposas; ésta se expande como un céncer en la vida coti- diana suscitando calumnias, agresiones, homicidios siquicos (de- seos de mucrte). El mundo de Ios intelectuales, escritores 0 uni 101 versitarios, que deberfa ser el'més comprensivo, es el més gangrenado bajo cl efecto de una hipertrofia del yo asumido por tuna necesidad de consagracién y de gloria, 2.2 EnwocentRisMo ¥ SOCIOCENTRISMO Etnocentrismo y egocentrismo nutren las xenofobias y racismos hasta el punto llegar @ quitarle al extranjero su calidad de huma- no, Por esto, la verdadera lucha contra los tacismos se operarfa ‘més contra sus rafces ego-socio-céntricas que contra sus sinto- mas. Las ideas preconcebidas, las racionalizaciones a parti de premisas arbitrarias, la-autojustificaciGn frenética, 1a ineapacidad de autocriticarse, el razonamiento paranoico, a arrogancia, la nega- in, el desprecio, Ia fabricacién y condena de culpables son las ‘causas y consecuencias de las peores incomprensiones provenien- tes tanto del egocentrismo como del etnocentrismo. La incomprensién produce tanto embrutecimiento que éste-a su vez produce incomprensién. La indignacién economiza examen y andlisis Como dice Clément Rosset: "la desealificacién por razones de orden moral evita cualquier esfuerzo de inteligencia del objeto descalificado de manera que un juicio moral traduce siempre un rechazo al andlisis e incluso al pensamiento!?”.Como sefialaba Westermarck: “E! cardcter distintivo de la indignacién ‘moral sigue siendo el instintivo deseo de devolver pena por pena” La incapacidad de concebir 1o complejo y la reduccisn del cono- cimiento de un conjunto al de una de sus partes provocan conse- ‘cuencias atin més funestas en e! mundo de las relaciones humanas que en el del conocimiento del mundo fisico. 12, C. Rosset, Le démon de la tautologie, sui de cing pidces morales, Minuit, Pars, 1997, p 68. 2.3 EL espinira reactor Reducir el conocimiento de lo complejo al de uno de sus elementos, considerado como el mas significativo, tiene consecuenciais peores en ética que en estudios de fisica. Ahora bien, es también el modo de pensar dominante, reductor y simplificador aliado a los ‘mecanismos de incomprensién el que determina la reduecién de una personalidad mailtiple por naturaleza a uno solo de sus rasgos. Si el rasgo es favorable, habré desconocimiento de los aspectos negativos de esta personalidad. Si es desfavorable, habré desconocimiento de sus rasgos positivos. En ambos casos habrit incomprensién. La comprensién nos pide, por ejemplo, no encerrar, no reducir un ser humano a su crimen, ni siquiera reducirlo a su criminalidad asf haya cometido varios crimencs. Como:decia Hegel: “el pensamiento abstracto no ve en el asesino mds que esta cualidad abstracta (sacada fuera de su contexto) y (destruye) en él, con la ayuda de esta tinica cualidad, el resto de su humanidad’ Recordemos también que la enajenacin por una idea, una fe, que ala conviccién absoluta de su verdad, anula cualquier posibilidad de comprensién de la otra idea, de la otra fe, de la otra persona. Los obstéculos a la comprensisn son méltiples y multiformes: los ‘més graves estén constituidos por el bucle egocentrismo autojus- tificacién + self-deception, por las posesiones y las reducciones, as{ como por el talién y la venganza; estructuras éstas arraigadas cde manera indeleble en el espfritu humano que no se pueden arran- car pero que se pueden y se deben superar. La conjuncién de las incomprensiones, 1a intelectual y Ia huma- na, la individual y la colectiva, constituye obsticulos mayores para el mejoramiento de las relaciones entre los individuos, gru- pos, pueblos, naciones. No son solamente las vias econ6micas, juridicas, sociales, cultu- rales Ins que facilitardn las vias de la,comprensién, también son necesarias vias intelectuales y éticas, las cuales podrén desarro- Tar la doble comprensién intelectual y humana, 3. La ETICA DELA COMPRENSION La ética de la comprensién es un arte de vivir que nos pide, en primer lugar, comprender de manera desinteresada. Pide un gran esfuerzo ya que no puede esperar ninguna reciprocidad:aquel que cesté:amenazado de muerte por un fandtico comprende por qué el fandtico quiere matarlo, sabiendo que éste no lo comprenders ja- més. Comprender al fandtico que es incapaz, de comprendernos, ¢s comprender las rafces, las formas y las manifestaciones del fanatismo hhumano. Es comprender por qué y eémo se odia 0 se desprecia. La ética de la comprensién nos pide comprender la incomprensién. La ética de 1a comprensi6n pide argumentar y refutar en ver de excomulgar y anatematizar. Bncerrat en la nocién de traidor aquello que proviene de una inteligibilidad més amplia impide reconocer el error, el extravio, las ideologias, los desvios. La comprensidn no excusa ni acusa: ella nos pide evitar la conde- nna perentoria, irremediable, como si uno mismo no hubiera cono- ccido nunea Ja flaqueza ni hubiera cometido errores. Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la via de la Iumanizacién de las relaciones humanas. Lo que favorece la comprensién es: 3.1 E. “Siew PENSAR” Este es el modo de pensar que permite aprehender en conjunto el texto y el contexto, el ser y su entorno, lo local y lo global, lo ‘multidimensional, en resumen lo complejo, es decir las condicio 104 ‘nes del comportamiento humano. Fl nos permite comprender igual- ‘mente las condiciones objetivas y subjetivas (self-deception, ena- jenacién por fe, delitios e histerias). 3.2 La INTROSPECGON La priictica mental del auto-examen permanente de s{ mismo es necesaria, ya que la comprensi6n de nuestras propias debilidades « faltas es la via para la comprensiGn de las de los dems. Si des- ‘curios que somos seres débiles, frdgiles, insuficientes, carentes, ‘entonces podemos descubrir que todos tenemos una necesidad :mutua de comprensién. 1 auto-examen eritico nos permite descentrarnos relativamente con respecto de nosotros mismos, y por consiguiente recanocer y Juzgar nuestro egocentrismo. Nos permite dejar de asumir Ia po- sicién de juez en todas las cosas”. 4. LA CONGIENGIA DE LA COMPLEJIDAD HUMANA La comprensién hacia los dems necesita la conciencia de la com- plejidad humana, Asi, podemos extraer de la literatura novelesca y del cine Ia con- ciencia de que no se debe reducir un ser a la minima parte de si mismo, ni al peor fragmento de su pasado, Mientras que en Ta vida ordinaria nos apresuramos a encerrar en la.nocién de crimi- nal a aquel que ha cometido un erimen, reduciendo los demés aspectos de su vida y de su persona a ese tinico rasgo, descubri- ‘mos los miltiples aspectos en los reyes gangsters de Shakespeare y en los gangsters reales de la peliculas policfacas. Podemos ver 13. Crest un con” (es un estipido), * est un Salant” (es un cabrén), on dos expresiones que expresan tanio la incomprensin como la preter: sin de Ie soberani intelectual y moral. 105 cémo un criminal se puede transformar y redimir como Jean Valjean y Raskolnikov. ‘hf podemos, finalmente, aprender las més grandes lecciones de la Vida, la compasi6n por el sufrimiento de todos los hunillados y la verdadera comprensién. 4.1 La apentara susjeriva (stPAriCA) HACIA Los DEMAS ‘Somos abiertos para ciertos allegados privilegiados, pero la ma- ‘yor parte del tiempo permanecemos cerrados # los demés. El cine, {que favorece el pleno empleo de nuestra subjetividad, por pro- ‘yecciGn e identficacién, nos hace simpatizar y comprendera aque- os que nos serfan extrafios 0 antipéticos en un momento cusl- quiera. Aquel que siente repugnaticia por el vagabundo que en- uentra en la calle, simpatiza de todo corazén en el cine con el vagabundo Charlot. Siendo que en la vida cotidiana somos casi indiferentes a las miserias fisicas y morales, expetimentamos con la Jectura de una novela o en una pelicula: la compasién y Ia con- miseracién. 4.2 La IvTERIORIZACION DE LA TOLERANCA, La Verdadera tolerancia no es indiferente a las ideas 0 escepticis- mos generalizados; ésta supone una convicei6n, una fe, una elecci6n ética y al mismo tiempo la aceptacidn de la expresién de las ideas; convicciones, elecciones contrarias a las nuestras. La tolerancia supone un sufrimiento al soportar la expresiOn de ideas negativas 6, segiin nosotros, nefastas, y una voluntad de asumir este suftimiento, xisten cnatra gradas de tolerancia: FI primero, expresado por Voltaire, nos obliga a respetar el derecho de proferir un propésito que nos parece innoble; no se trata de respetar lo innoble, se trata de evitar que impongamos nuestra propia concepcién de lo inno- 106 ble para prohibir una palabra. El segundo grado es inseparable de Ja opeidn democritica: lo justo de la. democracia.es nutrirse de opiniones diversas y antagénicas; asf, el principio democratico ordena a cada uno respetar la expresién de las ideas antagdnicas a las suyas. El terver grado obedece al concepto de Niels Boh, para quien el contrario de una idea profunda es otra idea profunda; dicho de otra manera, hay una verdad en la idea antagénica a la muestra, y es esta verdad Ia que hay que respetar. El cuarto grado proviene de la conciencia de las enajenaciones laumanas por los itos, ideologfas, ideas 0 dioses asf como de la conciencia de los desyfos que llevan a los individuos mucho més lejos y aun lugar diferente de donde quieren ir. Ls tolerancia vale, claro esta, para Jas ideas no para los insultos, agresiones.o actos homicidas. ‘5. COMPRENSION, ETICA Y CULTURA PLANETARIAS Debemos ligar a ética de la comprensién entre las personas con In ética de la era planetaria que no cesa de mundializar la.com- prensiGn. La tinica y verdadera mundializaci6n que estarta al ser- vicio del género humano es la de Ja comprensi6n, de la solidari- dad intelectual y moral de la humanidad. Las culturas deben aprender las unas de las otras y 1a orgullosa cultura occidental que se estableci6 como cultura enseftante debe también volverse una cultura que aprenda, Comprender es tam- bign aprender y re-aprender de manera permanente. {.Cémo pueden comunicar las culturas? Magoroh Maruyama nos da una indicacién stil". En cada cultura, Jas mentalidades domi- nantes son etno 0 socio céntricas, es decir més menos cerradas con respecto de las otras culturas. Pero también hay dentro de M4, Mindiscapes, individuals and ciures in management, en Journal of Management Inquiry, Vol. 2, N° 2, junio 1993, p. 138-154. Sage Publication 107 cada cultura mentalidades abiertas, curiosas no ortodoxas, margi nadas, y también existen los mestizos, frutos de matrimonios mix- tos que constituyen puentes naturales entre las culturas. A menu- do, los marginados son eseritores 0 poetas cuyo mensaje puede inradiarse en su propio pais y en el mundo exterior. Cuando se trata de arte, mtisica, literatura, pensamiento, la mundializacién cultural no es homogeneizante. Constituye gran- des olas transnacionales que favorecen, al mismo tiempo, la ex- presién de las originalidades nacionales en su seno. Asf ocurri6 en Europa con el Clasicismo, las Luces, el Romanticismo, el Rea- lismo, el Surrealismo. Hoy en dia, las novelas japonesas, latinoa- mericanas, aricanas son publicadas en las grandes lenguas euro~ peas y las novelas europeas son publicadas en Asia, en Oriente, cen Africa y en las Américas, Las traducciones de una lengua a otra de las novelas, ensayos, libros filos6ficos, permiten a cada pais acceder a las obras de los otros paises, y alimentarse de las cculturas del mundo nutriendo con sus propias obras un caldo de cultura planetaria. Fiste, que recoge los aportes originales de mil- tiples culturas, est atin limitado a esferas restringidas en cada nacién; pero su desarrollo es un caracterfstiea de la segunda parte del siglo XX y se deberfa extender hacia el siglo XI lo cual serfa un triunfo para la comprensién entre los humanos, Paralclamente, las culturas orientales suscitan en Occidente di- versas curiosidades e interrogaciones. Oceidente ya habia tradu- ido e1 Avesta y las Upanishads en el siglo XVIII, Confucio y Lao ‘Tse en el siglo XIX pero los mensajes de Asia permanecian sola- mente como objeto de estudios eruditos. Es s6lo en el siglo XX cuando el arte africano, las filosofias y misticas del Islam, los textos sagrados de la India, el pensamiento de Tao, el del Budistno se vuelven fuentes vivas para el alma occidental Hevada/encade- nada en el mundo del activismo, del productivismo, de la efica cia, del divertimento y que aspira a In paz interior y a Ia relacién armoniosa con el cuerpo. 108 La apertura de la cultura occidental puede parecer para algunos incomprensiva e incomprensible a la vez. Pero la racionalidad abierta y autocritica proveniente de la cultura europea permite la ‘comprensi6n y la integracién de lo que otras culturas han desatro- llado y que ella ha atrofiado, Occidente también debe integrar en 1 las virtudes de las otras culturas con el fin de corregir el activismo, el pragmatismo, el cuantitativismo, el consumismo desenfrenados que ha desencadenado dentro y fuera de él. Pero también debe salvaguardar, regenerar y propagar lo mejor de su cultura que ha producido ta democracia, los derechos humanos, la proteccién de la esfera privada del ciudadano. La comprensién entre sociedades supone sociedades democrati- cas abiertas, lo que quiere decir que el camino de la Comprensin entre culturas, pueblos y naciones pasa pot la generalizacién de las sociedades democriticas abiertas. Pero no olvidemos que incluso en las sociedades democriticas abiertas reside el problema epistemolégico de la comprensiGn: para que pueda haber comprensién entre estructuras de pensa- mmiento, se necesita poder pasar a una metaestructura de pensa- miento que comprenda las causas de la incomprensi6n de las unas con respecto de las otras y que pueda superarlas. La comprensién es @ la vez medio y fin de la comunicacién hu- ‘mana. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sen tidos. Dada la importancia de la educacién en la comprensin a todos Ios niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensi6n necesita una reforma planetaria de las mentali- dades; esa debe ser la labor de la educacién del futuro. 109 Caviruvo VIL La Enica DEL GENERO HUMANO omo lo vimos en el capitulo TH, Ia concepcién compleja del género humano comprende triada individuo © sociedad «> especie, Los 4 ») individuos son més que el producto del proce- I 0 reproductor de la especie humana, peta este ‘mismo proceso es producido por los individuos de cada generacién. Las interacciones entre individuos pro- dducen la Sociedad y ésta etroacttia sobre los individuos. La cultura, en sentido genérico, emerge de estas interacciones, Jas religa y les da un valor. Individuo * sociedad especie se conservan en sentido completo: se sostienen, se retroalimentan y se rligan, individuy ‘* sociedad “> especie son no solamente inseparables sino coproductores el uno del otro. Cada uno de estos términos es ala vez medio y fin de los otros. No se cr puede absolutizar a ninguno y hacer de uno solo el fin supremo de la trinda; ésta es en sf misma, de manera rotativa, su propio fin, Estos elementos no se podrfan comprender de manera disociada: toda concepcién del género humano significa desarrollo conjunto dc las autonomias individuales, de las participaciones comunita rias y del sentido de pertenencia a la especie humana. En medio de esta triada compleja emerge la conciencia Desde ahora, una ética propiamente humana, es decir una antropo- ética debe considerarse como una ética del bucle de los tres tér- minos individuo ‘ sociedad * especie, de donde surgen nues- tra conciencia y nuestro espiritu propiamente humano. Bsa es la base para ensefiar la ética venidera. La antropo-<ética supone la decisién consciente y clara + Deasumir la humana condicién individuo +> sociedad ** especie en la complejidad de nuestra era. De lograr la humanidad en nosotros mismos en nuestra con- ciencia personal. De asumir el destino humano en sus antinoinias y su pleni- tud La antropo-ética nos pide asumir la misién antropolégica del milenio: Trabajar para la humanizacién de 1a humanidad, Bfectuar el doble pilotaje del planeta: obedecer a Ia vi sguiar la vida. Lograr la unidad planetaria en la diversidad. + Respetar en el otro, a Ia vez, tanto la diferencia comia fa identidad consigo mismo. + Desarrollar la ética de la Solidaridad. + Desarrollar la ética de la comprensién. + EnsefiarIa ética del género humano. Laantropo- Sociepan: ENSENAR LA DEMOCRACIA Individuo y Sociedad existen mutuamente, La democracia permi- te la relacién rica y compleja individuo sociedad donde los indi- viduos yy Ia sociedad pueden entre sf ayudarse, desarroilarse, regularse y controlarse, La democracia se funda sobre el control del aparato del poder por Jos controlados y asf reduce la esclavitud (que determina un po- der que no sufre Ia autoregulacién de aquellos que somete); en este sentido la democracia es, més que un régimen politico, la regeneraci6n continua de un bucle complejo y retroaetivo: los ciu- dadanos producen la democracia que produce los ciudadanos. AA diferencia de las sociedades democriticas, que funcionan gra- cias a las libertades individuales y a la responsabilidad de los in- Aividuos, las sociedades autoritarias o totalitarias colonizan los individuos que no son mis que sibditos; en la democracia cl indi- viduo es ciudadano, persona jucidica y responsable que, por un lado, expresa sus deseos ¢ intereses y, por el otro, es responsable yy solidario con su ciudad. 1.4 Denoceaaa ¥ comPLeyIDAD La democracia no se puede definir de manera simple. La sobera- nia del pueblo ciudadano comprende al mismo tiempo la autolimitacién de esta soberania por la obediencia a las leyes y el traspaso de soberanfa a los elegidos. La democracia comprende al mismo tiempo la autolimitacién del poder estatal por la separa- én de los poderes, la garantia de los derechos individuales y la proteccién de la vida privada Evidentemente, la democracia necesita del consenso de la mayo rfa de los ciudadanos y del respeto de Ins reglas democriticas, Necesita que un gran mimero de ciudadanos crea en la democra- cia, Pero, al igual que consenso, la democracia necesita diversi- dades y antagonismos, La experiencia del totalitarismo ha relevado un cardeter funda- mental de fa democracia: su vineulo vital con la diversidad. Le democracia supone y alimenta la diversidad de los intereses asf como la diversidad de las ideas. El respeto de la diversidad significa que la democracia no se puede identificar con la dicta- dura de la mayorfa sobre las minorfas; ella debe incluirel derecho de las minorfas y contestatarios a la existencia y a la expresiGn, y debe permitir la expresin de las ideas heréticas y marginadas. Asi, como hay que proteger la diversidad de las especies: para salvar la biésfera, hay que proteger la de las ideas y opiniones y también la diversidad de las fuentes de informacion y de los me- dios de informacién (prensa y demas medios de comunicacién), para salvar la vida democritica. La democracia necesita tanto conflictos de ideas como de opinio- nies que le den vitalided y productividad. Pero Ja vitalidad y la productividad de los conflictos sélo se puede expandir en la obe- diencia a la norma democrética que regula los antagonismos re cemplazando las batallas fisicas por las batallas de ideas, y deter- 14 ‘mina por la via de los debates y las elecciones un vericédor provi= sional de las ideas en contflicto, el cual, a cambio, tiene larrespon= sabilidad de dar cuenta de la reatizacién de sus ideas. Exigiendo a la vez, consenso, diversidad y conflicto, la demoera« cciaes un sistema complejo de organizacién y de civilizacién polt= ticas que alimenta y se aliments de la autonomia de espfritu de los individuos, de su libertad de opinién y de expresién, de su eivis- mo que alimenta y se alimenta del ideal, Libertad Igualdad Fra= ternidad, el cual comporta un conflicto creador entre estos tres ‘términos inseparables. La democracia constituye por consiguiente-un sistema politico complejo en cuanto que vive de pluralidades, competencias y an- tagonismos permaneciendo como una comunidad. Asi, la democracia constituye la unin de la unién y de ta des- uni6n; tolera y se alimenta endémicamente, a veces explo- sivamente, de conflictos que le dan vitalidad. Ella vive de phurali- dad hasta en la cima del Estado (divisin de los poderes ejecuti- vo, legislativo y judicial) y debe conservar esta phuralidad para conservarse ella misma, El desarrollo de las complejidades politicas, econémicas y socia~ les nutre los desarrollos de la individualidad y ésta se afirma en sus derechos (humano y del ciudadano); adquiere libertades existenciales (cleccién auténoma del cnyuge, de la residencia, de los placeres...) 1.2 La Diawaaica DenocRariCa ‘Todas las caracteristicas importantes de Ia cemocracia tienen un cardcter dialégico que une de manera complementaria términos antagénicos: consenso/conflicto, libertad igualdad fraternidad, comunidad nacionallantagonismos sociales ¢ ideolégicos. En re- sumen, la democracia depende de las condiciones que dependen de su ejercicio (espirit civico, aceptacién de la regla del juego democratico). Las democracias son frégiles, viven de conflictos, pero éstos las pueden sumergir. La democracia atin no estd generalizada en todo el planeta que incluye dictaduras y residuos del totalitarismo del siglo XX o gérmenes de nuevos totalitarismos. Ella seguir ame- nazada encel siglo XXI; Ademds, las democracias existentes no es ‘que no se hayan logrado sino que estén incompletas 0 inacabadas, La democratizacién de las sociedades occidentales ha sido un pro- cceso largo que se ha continuado imegularmente en ciertos campos ‘como el acceso de las mujeres a la igualdad con los hombres en la pareja, el trabajo, el acceso a las carreras piblicas. El socialismo ‘occidental no ha podido democratizar la organizacién econémi- co-social de nuestras sociedades. Las empresas siguen siendo sis- temas autoritarios jersirquicos, democratizados muy parcialmente cen su base por consejos o sindicatos. Es cierto que la democrati- zacién tiene limites en organizaciones cuya eficacia esta basada emia obediencia, como en el ejército, Pero nos podemos cuestio- nar si, como Io hacen ver ciertas empresas, no se puede lograr otra eficacia apelando a la iniciativa y responsabilidad de indivi- duos 0 grupos. De todas formas, nuestras democracias comportan carencias y lagunas. Por ejemplo, los ciudadanos implicados no son consultados sobre las alternativas en materia, por ejemplo, de transporte (TGV —tren de gran velocidad—, aviones cargueros, autopistas, ete) No existen solamente las incapacidades democriticas. Hay pro- cesos de regresién democritica que tienden & marginar aos cit- dadanos de las grandes decisiones politicas (bajo el pretexto de ue éstas son muy “complicadas” y deben ser tomadas por “ex- pertos” tecncratas); a atrofiar sus habilidades, a amenazar la di- versidad, a degradar el civismo. Estos procesos de regresién estan ligados al crecimiento de la 116 complejidad de los problemas y al modo mutilador de tratarlos. La politica se fragmenta en diversos campos y la posibilidad de concebirlos juntos disminuye o desaparece. Del mismo modo, hay despolitizacién de la politica que se auto- disuelve en la aédministracién, la técnica (el expertismo), Ia eco nomi, el pensamiento cuantificador (sondeos, estadisticas). La politica en trizas pierde la comprensién de In vida, de los sufti- :mientos, de los desamparos, de las soledades, de las necesidades no cuantificables. Todo esto contribuye a una gigantesca regre~ sin democritica: los ciudadanos desposefdos de los problemas fundamentales de la ciudad. 1.3 EL Futuro DE LA DEMOCRACIA Las democracias del siglo XXT estardn cada vez mas enfrentadas ‘aun problema gigantesco que nacié con el desarrollo de 1a enor- me méquina donde ciencia, téenica y burocracia estén intimamente asociadas. Esta enorme mAquina no produce sélo conocimiento y elucidacién, también produce ignorancia y ceguera. Los desarro- los disciplinarios de las ciencias no han aportado solamente las ventajas de In divisién del trabajo; también han aportado los in= convenientes de la superespecializacién, la separaci6n y la parcelacién del saber. Este tiltimo se ha vuelto cada vez més eso~ {érico (accesible s6to para especialistas) y-anénimo (concentrado cen bancos de datos y utilizado por instancias anénimas, empezan~ do por el Estado). Igualmente, el conocimiento técnico se reserva a los expertos cuya habilidad en un campo cerrado se acompafia de una incompetencia cuando este campo es parasitado por in- fluencias externas © modificado por un evento nuevo. Ei tales condiciones el ciudadano pierde el derecho al conocimiento; tie~ ne el derecho de adquirir un saber especializado haciendo estu- dios ad hoc, pero esté desprovisto com ciudadany de cualquict punto de vista global y pertinente. El arma atémica, por ejemplo, hha desposefdo por completo al ciudadano de la posibilidad de pensarla y de controlarla; su uilizacién depende generalmente de 7 la decisién personal y Ginica de un jefe de Estado sin consultar ninguna instancia demoerética regular. Entre més técnica se vuel- ve la politica, ms retrocede la competencia democritica. El problema no se plantea solamente por la crisis o la guerra. Es tun problema de Ia vida eotidiana: el desarrollo de la tecnoburo- ccracia instala el reino de los expertos en todos los campos que hhasta ahora dependian de discusiones y decisiones politicas y su- planta a los ciudadanos en los campos abiertos a las manipulacio- nes biologicas de la paternidad, de la maternidad, del nacimiento, de la muerte, Estos problemas no han entrado en la conciencia politica ni en el debate democratico del siglo XX, a exeepeién de algunos casos. En el fondo, la fosa que se agranda entre una tecnociencia esoté- rica, hiper especializada y los ciudadanos crea una dualidad entre os conocientes-cuyo conocimiento es parcelado, incapaz de ‘contextualizar y globalizar-y los ignorantes, es decir el conjunto de los ciudadanos. Asi se crea una nucva fractura de la sociedad centre una “nueva clase y los ciudadanos. El mismo proceso esté ‘enmarcha en el acceso a Jas nuevas tecnologias de comunicacién centre los paises ricos y los pafses pobres. Los ciudadanos son rechazados de los asuntos politicos cada vez mis acaparados por los “expertos” y Ia.dominacién de la “nueva clase” impide, en realidad, la democratizacién del conocimicnto, De esta manera, la reducci6n de lo politica a Jo técnico y a lo ‘econsmico, la reduccién de lo.econémico al crecimiento, la pér- ida de los referentes y de los horizontes, todo ello produce debi- litamiiento del civismo, escape y refugio en la vida privada, alte~ racién entre apatia y revoluciones violentas; asf, a pesar de que se ‘mantengan las instituctones democréticas, la vida demoerética se debilita En estas condiciones, se plantea a las sociedades conocidas como 118 democréticas la necesidad de regenerar Ia democracia, mientras ue, en una gran parte del mundo, se plantea el problema de gene- rar democracia y que las necesidades planetarias nos piden en- gendrar a su nivel una nueva posibilidad democratica La regeneracién democritica supone la regeneracisn del civis- ‘mo, la regeneraci6n del civismo supone la regeneracién de la so- idaridad y de la responsabilidad, es decir el desarrollo de Ia antropo-ética!’ 2. EL BUCLE INDIVIDGO + _ ESPECIE: ENSENAR LA CIUDADANIA TERRESTRE El vinculo ético del individuo con 1a especie humana ha sido afir- mado desde las mas antiguas civilizaciones. Fue el autor latino ‘Terence quien, en el siglo IT antes de la era cristiana, hacia decir a uno de los personajes del Bourreau de soi-méme: “homo sum nihil 15. Podriamos preguotarnes Finalmente si la escuela no posi ser prctca y coneretamente un Jaboratodo de vida democrética, Obviamente, se tratara de una democracia limitada en el sentido que un profesor no serfa elegdo por sus estudiantes, que una necesaria autodisciplina oo- lectiva no podeta eliminar una disciplina impnesta igualmente en el sentido que la desigualded de principio entre'los que saben y los que aprenden no se pod abot. Sin embargo, (y de fodas formas la autonomia adquirda por el tipo de ‘edad adolescente To requiers), la atoridad no podria ser incondicional, {ye podfa instaurarreplas de cuestionamiento de las decisiones consi ‘eradas como abitraras, especialmente con Iainstitucion de un consejo de grupo elegido, por los estudiantes o incluso por instancias de arbitrumento extemos. La reforma francesa de los liceos que se realiz6 en 1999 instaura este tipo de mecanismo, Pero sobre todo, Ia clase debe ser el lugar de aprendizaje del debate arpnmentado, de ls reglas movesaris para a disens conciencia de las necesidadesy de los procesos de comprensisn de pen samiento de Tos dems, dela escucha y del respeto de las voces minor- arias y marginadas. As, el aprendizaje de lacomiprension debe jugar un papel fundamental en el aprendizaje democrétco l.toma de 119 ame alienum puto” (“soy humano, nada de lo que es humano me es extrafo Esta antropo-

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