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D. Privado
D. Privado
3. La posible defensa que puede usar la sociedad MINAMOS SAS para las
pretensiones formulada por la sociedad TALENTO EN MISIÓN SAS, se deriva
de que en realidad no se causó ningún perjuicio por la terminación del contrato,
debido a que nos encontramos frente a un contrato de tracto sucesivo, es decir,
que es un contrato mediante el cual se establece el suministro de un bien o
servicio durante un período de tiempo determinado.
Aunque se podría pensar que puede existir una afectación a la validez del
contrato por la prórroga pactada en el mismo, debido a que excede el tiempo
establecido en la Ley para un trabajador que se contrate por aumento de
actividad, ya que este término es de 6 meses prorrogables por el mismo
periodo, en realidad no es así, ya que como se mencionó anteriormente las
cláusulas pactadas en este hacen referencia al contrato celebrado entre ambas
sociedades y no son las consideración o elementos que rigen los contratos con
cada trabajador enviado a misión, por lo tanto a simple vista y según lo
estipulado en las cláusulas conocidas, no se pude inferir que la validez del
contrato se pueda ver afectada por lo consagrado en el artículo en mención,
además que las obligaciones pactadas entre ambas sociedades solo se hacen
exigibles cuando MINAMOS SAS solicita los servicios de TALENTO EN
MISIÓN SAS, ya que cuando esto sucede, se obliga a pagar el precio por
comisión de cada trabajador enviado en misión.
Las relaciones jurídicas en ambos casos son distintas, puesto que una es entre
la empresa usuaria y la empresa prestadora del servicio, mientras que la otra
es entre el trabajador enviado en misión y la empresa prestadora de servicio,
esto quiere decir que los términos legales que se rigen en ambas relaciones, en
cuanto a la antigüedad y continuidad son distintos. La relación entre ambas
compañías puede durar el término que estas convengan, pero la duración del
servicio que presta el trabajador en misión puede durar seis (6) meses
prorrogables por el mismo término de tiempo. La validez del contrato no se ve
afecta, puesto que no vulneró ninguna ley.
En el caso que nos ocupa, no habría lugar a iniciar una acción social de
responsabilidad, debido a que según lo relatado en los hechos el administrador
no tenía conocimiento de la intención que tenía la sociedad de terminar el
contrato celebrado entre las partes, por lo tanto no podemos calificar que su
actuar fue contrario a los deberes del administrador y tampoco establecer que
su acción u omisión causo un perjuicio a la sociedad, por esto no habría lugar
de iniciar una acción social de responsabilidad.