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Derecho Privado:

1. Sí TALENTO EN MISION SAS, lo que desea es obtener por el


incumplimiento del contrato por parte de la Empresa usuaria, es una
indemnización, la acción que debe promover es la de daños y perjuicios,
puesto que esta es la que faculta a la sociedad que se considera afectada, a
efectuar la reclamación de los daños y perjuicios sufridos con ocasión al
incumplimiento.

El incumplimiento de MISION S.A.S. a una de las cláusulas del contrato, que


cabe resaltar ambos pactaron libremente aceptando a que se iban a obligar,
genera que TALENTO EN MISION SAS, pueda hacer uso de ciertas acciones,
bien sea para solicitar el cumplimiento o para terminar el contrato. El objetivo
de TALENTO EN MISION SAS es obtener una indemnización por los daños y
perjuicios causados en virtud del incumplimiento, es por esto que la acción que
deben promover es la mencionada anteriormente y no las otras, puesto que no
dan lugar a que se genere la indemnización deseada.

La acción de cumplimiento, como su nombre lo indica, se utiliza cuando lo que


se quiere hacer es exigirle a la parte que incumplió que cumpla sus
obligaciones establecidas en el contrato, pero esta no puede ser tomada como
una indemnización, por lo tanto, no puede ser usada por TALENTO EN
MISIÓN, si tiene tal objetivo.

2. La manera en que TALENTO EN MISIÓN SAS solicito la indemnización del


lucro cesante no fue de manera acertada, debido a que simplemente estipulo la
pretensión en los hechos, es decir, se pretendía solicitarlo a través de una
simple declaración. Es menester recordar que el lucro cesante hace referencia
al dinero o ganancia que se dejó de percibir como consecuencia de no haberse
cumplido la obligación o si se cumplió pero de manera imperfecta, según lo
establecido en el artículo 1614 del Código Civil, por lo tanto el demandante
tiene el deber de probar y acreditar debidamente el lucro cesante sufrido. Es su
deber convencer al juez de la existencia de este perjuicio, no puede
simplemente estipular la ganancia que dejo de percibir, como se hizo en este
caso, sino que también debe emplear hechos que demuestren que esa
ganancia realmente se habría producido de no ser por el incumplimiento
correspondido.

Otro de los elementos que el demandante debe probar es la existencia del


nexo causal entre el incumplimiento del contrato y el beneficio dejado de
percibir, es decir que debe probar que las ganancias que se dejaron de
obtener, fueron en consecuencia por el incumplimiento de la parte demandada.
La prueba del lucro cesante no podrá ser la ganancia dejada de obtener,
debido a que el lucro cesante es un hecho que podría haber acontecido y que
no se produjo, sino que la prueba recae en hechos que sean indicativos y que
demuestren que esta se habría realmente producido.

En conclusión, los errores cometidos por TALENTO EN MISIÓN SAS al


solicitar el Lucro Cesante que sufrió por el incumplimiento de MINAMSO SAS
se basaron en que no relato los hechos probatorios exigidos para demostrar el
perjuicio sufrido, ya que lo que realizo fue una simple solicitud estableciendo el
valor que consideraba el correcto en virtud de esta figura,

3. La posible defensa que puede usar la sociedad MINAMOS SAS para las
pretensiones formulada por la sociedad TALENTO EN MISIÓN SAS, se deriva
de que en realidad no se causó ningún perjuicio por la terminación del contrato,
debido a que nos encontramos frente a un contrato de tracto sucesivo, es decir,
que es un contrato mediante el cual se establece el suministro de un bien o
servicio durante un período de tiempo determinado.

En el caso que nos ocupa es un contrato de tracto sucesivo de servicio de


ejecución periódica, puesto que las prestaciones en las que se provee el
servicio se prestan cuando el contratante lo solicita, ya que TALENTO EN
MISIÓN SAS se obliga a proporcionarle y enviar a trabajadores en misión a
MINAMOS SAS cuando este lo requiera, así mismo, MINAMOS SAS se obliga
a pagarle una suma de 5.000.000 de pesos mensuales (o la suma
proporcional) por cada miembro de personal enviado en misión.

Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, la sociedad MINAMOS SAS


no causo perjuicio alguno a TALENTO EN MISIÓN SAS, debido a que las
partes pactaron en el contrato que la obligación de pagar por parte de
MINAMOS SAS solo sería exigible en los casos en que la misma le solicitará a
TALENTO EN MISIÓN SAS que le enviará trabajadores en misión, por lo tanto
si está no le solicitaba trabajadores en un tiempo, no tendría que pagar ninguna
contraprestación, ya que no se le estaría prestando ningún servicio, esto quiere
decir que, MINAMOS SAS al terminar el contrato no le causo un perjuicio a
TALENTO EN MISIÓN y por lo tanto no tendría que indemnizarlo y mucho
menos pagar el lucro cesante, ya que como se mencionó anteriormente,
MINAMOS SAS no tenía una obligación periódica de solicitar personal, ni
tampoco de pagar un valor cuando esta no le prestará los servicios
contratados, por lo tanto si el contrato continuara vigente, MINAMOS SAS no
tendría la obligación de solicitarle trabajadores en misión mes a mes, puesto
que solo es cuando este lo requiera, según las ocasiones mencionadas en la
ley.

En conclusión, MINAMOS SAS no genero un daño o perjuicio a TALENTO EN


MISION SAS, debido a la clasificación del contrato como uno de tracto
sucesivo, es por esto que no hay lugar a una indemnización, puesto que como
se explicó anteriormente, no se causó una perdida, por lo tanto, no habría lugar
a resarcir un daño que no se causó.

4. Lo establecido en el artículo 6 del Decreto 4369 de 2006 no afecta la validez


del contrato celebrado entre TALENTO EN MISIÓN SAS y MINAMOS SAS es
el contrato marco, y debido a que lo pactado en el contrato no vulnera o afecta
los casos en los cuales las empresas usuarias pueden contratar los servicios
requeridos con las empresas de servicios temporales. En realidad, si leemos
solo las cláusulas que se pactó por las partes en el contrato o supuesto de
hecho, podemos inferir que no hay una afectación a las causales allí
expresadas, ya que los términos ahí pactados regulan la relación celebrada
entre la empresa usuaria, MINAMOS SAS, y la empresa de servicios
temporales, TALENTO EN MISIÓN SAS.

Aunque se podría pensar que puede existir una afectación a la validez del
contrato por la prórroga pactada en el mismo, debido a que excede el tiempo
establecido en la Ley para un trabajador que se contrate por aumento de
actividad, ya que este término es de 6 meses prorrogables por el mismo
periodo, en realidad no es así, ya que como se mencionó anteriormente las
cláusulas pactadas en este hacen referencia al contrato celebrado entre ambas
sociedades y no son las consideración o elementos que rigen los contratos con
cada trabajador enviado a misión, por lo tanto a simple vista y según lo
estipulado en las cláusulas conocidas, no se pude inferir que la validez del
contrato se pueda ver afectada por lo consagrado en el artículo en mención,
además que las obligaciones pactadas entre ambas sociedades solo se hacen
exigibles cuando MINAMOS SAS solicita los servicios de TALENTO EN
MISIÓN SAS, ya que cuando esto sucede, se obliga a pagar el precio por
comisión de cada trabajador enviado en misión.

Las relaciones jurídicas en ambos casos son distintas, puesto que una es entre
la empresa usuaria y la empresa prestadora del servicio, mientras que la otra
es entre el trabajador enviado en misión y la empresa prestadora de servicio,
esto quiere decir que los términos legales que se rigen en ambas relaciones, en
cuanto a la antigüedad y continuidad son distintos. La relación entre ambas
compañías puede durar el término que estas convengan, pero la duración del
servicio que presta el trabajador en misión puede durar seis (6) meses
prorrogables por el mismo término de tiempo. La validez del contrato no se ve
afecta, puesto que no vulneró ninguna ley.

5. La acción de responsabilidad social es un mecanismo previsto en la Ley 222


de 1995 para extender la responsabilidad sobre los administradores, los cuales
en el ejercicio de sus funciones generen un daño a la sociedad, a los socios o a
terceros. El propósito o fin de este mecanismo es que la sociedad adquiera la
reparación de los perjuicios que se le generaron a la misma, debido a una
acción que ejercicio un administrador que infringió el régimen de deberes de los
administradores, es decir que es el mecanismo que tiene la sociedad, socio y
acreedores para exigir que se repare cualquier daño producido al patrimonio
social por un conjunto de conductas.

Las personas catalogadas como administradores son los representantes


legales, los miembros de junta directica, consejo directivo, liquidadores, es
decir, cualquier persona que ejerza las funciones anteriormente mencionadas
en una sociedad en concordancia con lo estipulado en los estatutos, en este
caso como se trata de una persona jurídica el administrador es su
representante legal. Estas personas son responsables cuando, por su
negligencia o de manera intencional le generen perjuicios a la sociedad, socios
o terceros y no serán culpables en los casos en los cuales no hayan tenido el
conocimiento de la acción u omisión.

En el caso que nos ocupa, no habría lugar a iniciar una acción social de
responsabilidad, debido a que según lo relatado en los hechos el administrador
no tenía conocimiento de la intención que tenía la sociedad de terminar el
contrato celebrado entre las partes, por lo tanto no podemos calificar que su
actuar fue contrario a los deberes del administrador y tampoco establecer que
su acción u omisión causo un perjuicio a la sociedad, por esto no habría lugar
de iniciar una acción social de responsabilidad.

6. En el supuesto planteado en el punto a resolver, si habría lugar a iniciar una


acción social de responsabilidad, puesto que como se mencionó anteriormente,
esta es un mecanismo que la sociedad tiene para garantizar la reparación de
los perjuicios generados hacia la misma, por medio de la acción u omisión que
realizo el administrador, en este caso, el representante legal de manera
negligente o intencional.

La ley 222 DE 1995 en su artículo 25 consagra la acción social de


responsabilidad, la cual tiene como propósito la reparación de los perjuicios
causados a la sociedad por la conducta culposa o dolosa de los
administradores sociales. Esta acción de responsabilidad social busca que los
administradores indemnicen a quienes les hayan causado perjuicios y también
retornen el patrimonio de la sociedad, en el evento en que este se haya visto
desmejorado.

En el caso que nos ocupa, el representante legal de la sociedad no cumplió con


los deberes que establece el artículo 23 de la ley antes mencionada, puesto
que, él conocía la intención de terminar con el contrato dentro del término
estipulado en su cláusula número 3 y este no informo esta intención a la
contraparte, por lo cual el contrato continuo con vigencia, debido a esto cuando
la sociedad MINAMOS SAS quiso reiterar su intención de terminar el contrato,
ya había iniciado la prórroga, generando un incumplimiento por parte de la
misma. Es por esto que el representante legal incumplió con los deberes del
administrados, los cuales están consagrados en el artículo 23 de la ley 222 de
1995, puesto que no actuó con la diligencia de un buen hombre de negocios y
tampoco desplego sus acciones para cumplir con los intereses de la sociedad.

El proceso para iniciar la acción está regulado en el artículo 25 de la misma ley,


la cual establece que la decisión para iniciar con la acción social de
responsabilidad recae sobre los socios, los cuales deberán adoptarla mediante
una reunión bien sea ordinaria o extraordinaria. La convocatoria se podrá
realizar con un número de socios que represente el 20% de las acciones o
capital social.

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