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Jaime García O., Pbro.

'"

TEOLOGIA y CATEQUESIS

El hecho catequístico colombiano a la luz de

'" la Teología Tradicional


'" la Teología Kerigmática
'" la Teología de la Liberación

INTRODUCCION y se concentra en Jesucristo, último acon-


tecimiento de la historia y última palabra
La transmisión de la revelación de Dios en ella.

El Vaticano 11, al expresar su con-


cepto sobre la revelación, nos habla, al en Jesucristo
mismo tiempo, de su transmisión:
Por ello afirmaba el Episcopado
" La revelación se realiza por obras Colombiano en su mensaje de la XXX
y palabras intrínsecamente ligadas; las Asamblea Plenaria, en 1974: "Nos parece
obras que Dios realiza en la historia de que todo puede resumirse en el pensa-
la salvación manifiestan y confirman la miento "on que comienza la carta a los
doctrina y las realidades qua las palabras Hebreos: De una manera fragmentaria y
significan; a su vez, las palabras proclaman de muchos modos habló Dios en el pasado·
las obras y explican su misterio. La verdad a nuestros padres por medio de los profe-
profunda de Dios y de la salvación del tas. En estos últimos tiempos nos ha ha-
hombre, que transmite dicha revelación, blado por medio del Hijo, a quien institu-
resplandece en Cristo, mediador y pleni- yó heredero de todo, por quien también
tud de toda revelación "(1). hizo los mundos (Heb 1,1-2). En realidad,
el paralelismo que allí se establece entre
Es así como la revelación, que es a los tiempos antiguos y ahora, en estos
la vez acontecimiento y palabra, culmina últimos tiempos, contrapone de manera

'" Especializado en Pastoral Catequética. Instituto Católico de Parfs; Profesor en la Facultad de


Teología y en el Departamento de Ciencias Religiosas. Universidad Javeriana. Bogotá.
(1) Dei Verbum, No. 2

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admirable la revelación de Jesús a la forma por el ministerio de la Palabra
fragmentaria. múltiple y por intermedia-
rios. de las primeras revelaciones. De ahí se En esta mediación eclesial partici-
concluye que la revelación en Jesús, por pan todas y cada una de las funciones de
ser direct,a y personal, es también total, la Iglesia, aunque de modos muy diversos.
definitiva y única ... Cristo, por su encar- Ella, en efecto, tiene la palabra de la Sa-
nación, es la plenitud del acto revelador ... grada Escritura, la palabra Kerygmática
Como consecuencia lógica, Cristo es tam- de la predicación, la palabra de la doctri-
bién en sí mismo la plenitud del mensaje na, la palabra de la teología, la acción cul-
revelado. Lo cual significa que quien co- tual litúrgica y, en dependencia de éstas,
noce a Cristo, conoce todo lo que de la misma expresión del arte cristiano. (4).
Dios podemos conocer. Y que no hay otro
camino para llegar a un verdadero conoci-
mit'nto de Dios: Si me conocéis a Mí, a cuyo servicio esta la catequesis
conoceréis también a vuestro Padre (Jn
14,7) (2). Todas ellas son momentos de la
transmisión de la revelación, pero sólo re-
y en la Iglesia presentan una plena manifestación histó-
rica de la verdad tomados en conjunto,
La revelación es, pues, esencialmen- unidos yen mutua dependencia (5). Es en
te transmitida a través de Jesucristo. Pero virtud de este múltiple pero articulado
para que esta transmisión llegue hasta ministerio de la Palabra, como la traditio
nosotros, aquí y ahora, necesitamos una de la revelación no se convierte en un es-
garantía. Y esta la encontramos en la me- tático depositum fidei, sino en un estre-
diación de la Iglesia, en el tiempo que va gar (tradere) activo, lo cual supone siem-
desde Pentecostés hasta la Parusía. "Con pre una relectura actual de los hechos y
los testigos oculares autorizados por Jesús, palabras que mediatizan la revelación cris-
comienza bajo el impulso del Espíritu tiana. Ahora bien, para que esta traditio
Santo, la "traducción" en lenguaje eclesial fidei se lleve a cabo como verdadera peda-
de la Palabra de Dios, definitivamente pro- gogía de la Iglesia, ésta acude a la cate-
nunciada en el encuentro con el Resucita- quesis, a la cual compete ayudar a des-
do. A partir de este momento, la palabra cubrir, en la historia que se vive, el desig-
y la acción de la Iglesia se convierten en el nio de salvación, a la luz del aconteci-
medio humano sin el cual, 6 al margen del miento central y la palabra clave que es
cual, ningún hombre pueda encontrar la Jesucristo.
revelación de Cristo" (3).

(2) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, Úl Evangelización. Exhortación de la XXX


Asamblea Plenaria (1974) p. 9

(3) PEINER J. Mysterium Salutis (Ed. Cristiandad 1969) 11, 603

(4) lb. 615

(5) PEINER 1., Mysterium Salutis (Ed. Cristiandad 1969) 11, 615

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en diálogo con la teología como compleja, preferimos abordarla to-
rnando como punto de partida el hecho
Es así como los diversos ininisterios catequético colombiano. Podemos reducir
ec1esiales de la palabra constituyen lo que a tres las grandes corrientes que se dispu-
el Directorio Catequístico General llama tan el rumbo de nuestra catequesis. Tales
las " fuentes de la catequesis" (6). Pero, son: la teología tradicional (escolástica y
entre ellas, corresponde a la teología un neoescolástica), la teología kerygmática,
papel especial: a ésta, en efecto, compete la teología de la liberación.
la reflexión metódica y crítica del conte-
nido de la fe. Y la catequesis, por su parte,
está llamada a elaborar .. una exposición,
I-LA TEOLOGIA TRADICIONAL
completa pero elemental, del mensaje cris-
(ESCOLASTICA y NEOESCOLAS-
tiano" (7).Esto no significa, empero, que
TICA) y LA CATEQUESIS
se identifiquen teología y catequesis de tal
suerte que ésta se reduzca a una miniteo-
El hecho catequético
logia o a un subproducto, a veces desvalo-
rizado. La catequesis está llamada a reali-
Fué en 1576 cuando Fr. Luis Zapata
zar una pedagogía específIca y una diná-
de Cárdenas, Arzobispo de Santafé, publi-
mica propia en el anuncio y educación de
có el primer catecismo del Nuevo Reino de
la fe (8).
Granada, el cual consistía en un directorio
pastoral para la evangelización y civiliza-
Planteamiento del problema ción o " policía" de los indios. En el
capítulo 25 se incluía .. el orden de lo que
Sinemhargo, en la estructuración del se ha de enseñar " conforme a las siguien-
contenido y en su metodología, de hecho tes fórmulas:
la catequesis ha seguido las vicisitudes de
la teología. Por eso, al hablar del nexo en- la señal de la Cruz
tre catequesis y teología, no podemos re- los 14 artículos del Credo:
ferimos a ésta como si fuera una sola y no 7 para la divinidad y 7 para
tuviera distintas etapas en su desarrollo. la humanidad
Es así como hay que distinguir entre las los Mandamientos de la Ley
varias teologías que han orientado y orien- de Dios y de la Iglesia
tan la catequesis, con el fm de valorar en los sacramentos
cada caso sus aportes y analizar sus pers- las obras de misericordia, los
pectivas, desde un punto de vista funda- 7 pecados mortales ( capitales)
mentalmente pastoral. y las 7 virtudes contrarias
el Pater, el Ave María, la
Tal es el objetivo general de este Salve, el Credo y la protesta-
trabajo. Como la cuestión es tan amplia ción de fe (9).

(6) SAGRADA CONGREGACION DEL CLERO, Directorio Catequístico General, No. 45


(7) DANIELOU Card. J., La Catéchese aux premien siecIes (Fayard-Mame 1968) 15
(8) COUDREAU F, La Coi s'enseigne-t-e1le? (Le Centurlon 1974) 35
(9) PACHECO J .M., FJ Catecismo del mmo. Señor Don Luis Zapata de Cárdenas, en Ecclesiastica
Xaveriana, 8-9 (1958-1959) 161

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La ordenación de las fórmulas co- copal, en 1916, había prescrito el Cate-
rrespondía exactamente al esquema de la cismo Mayor de San Pío X y, en 1953, la
" Doctrina Cristiana" que los misioneros Conferencia EpiScopal recomendaba los
dominicos habían publicado en la ciudad textos del P. José Deharbe y del P. Rafael
de México, en 1548, con autorización del Faría: Estos consistían en una ampliación
primer Obispo, Fr. Juan de Zumárraga. del catecismo y, al mismo tiempo, en un
Era una edición bilingüe, "en espafiol y resumen de la teología.
mexicano' " en la cual cada fórmula era
comentada frase por frase en una serie de El fenómeno que ocurrió entre no-
sermones. No se trataba, pues, de un texto sotros era apenas el eco de lo que sucedía
de preguntas y respuestas, sino de un con- en el resto del mundo católico: al lado
tenido predicable, estructurado de acuer- del Catecismo Tridentino, llamado Roma-
do con las fórmulas que le servían de SÚl. no, se impone el moderno catecismo pos-
tesis. El catecismo del Sr. Zapata, reduci- tridentino, al estilo del de Belarmino. El
do a las fórmulas esenciales, suponía, por del santo Cardenal, inclusive, llegará a ser
tanto, una base de predicación catequé- propuesto, en el Vaticano 1, como base
tica. para un catecismo universal, proyecto que
no llegó a realizarse. Sinembargo, a lo
Pero, con ocasión de la reforma pro- largo de este recorrido triunfal, se eleva-
testante y del Concilio Tridentino, se pone ron fuertes pero fundadas críticas a este
en boga un estilo no muy usual de cate- tipo de catecismo. Esto no ha sido obs-
cismo: el de preguntas y respuestas como táculo para que hoy, en medio del des-
manera de precisar conceptos teológicos concierto que engendran los cambios en
que podrían ser erradamente formulados. la catequesis, muchos retornen al cate-
Tales son los catecismos de San Roberto cismo Astete, que se trata de "aggiornar ",
Belarmino, aparecidos en 1597 y 1598, como única tabla de salvación. Este sín-
modelos sobre los cuales se elaborarán toma nos indica que no podemos plantear
otros, como el del P. Gaspar Astete, pu- la problemática actual de la teología y la
blicado por primera vez en Espafia en catequesis sino en confrontación con las
1599. Con éste se inauguraba, entre no- etapas que le han precedido.
sotros, una tradición que había de perdu-
rar durante cuatro siglos. Fundamentación en una teología

Reformado el Astete por el Ilustrí- El catecismo hasta ahora tradicio-


simo Sefior Mosquera (1800-1853) fué nal, concretamente el postridentino, se
adoptado oficialmente en 1913, a raíz del sitúa en un lugar histórico determinado.
Concilio Plenario de América Latina, por
la Conferencia Episcopal de Colombia, Nacido como tal en el siglo XVI, o
como texto de religión para la ensefianza sea en época de controversia, responde
primaria. Como tal subsistió hasta los nue- a una teología que se encuentra en cierto
vos programas de. 1962, tras las sucesivas momento de evolución.
reformas de 1936 y 1940, la simplifica-
ción como catecismo básico en 1951 y Pero retrocedamos a la edad de oro
la adaptación cíclica de 1960. Para los de la escolástica. La teología busca la in-
cursos de secundaria, la Conferencia Epis- teligibilidad de la Escritura y por ello se

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elabora una " scientia fidei ". En con~ porque es necesario defender el dogma
cuencia, para el Angélico Doctor " toda católico contra la herejía que, ateniéndose
actividad científica que se refiera a la Es- a la "sola scriptura ", pone en tela de jui-
critura es auténticamente teológica. Para cio el magisterio de la Iglesia.
Santo Tomás el papel más importante de
la teología no es sacar conclusiones teoló-
En el siglo XVIII vendrá un nuevo
gicas sino la "intelligentia fidei ", sin más.
enemigo: el racionalismo. Ante el peligro
El maestro en teología era entonces tam-
de reducir la fe a la razón natural o al
bién el maestro de la " Sacra Pagina" y
sentimiento, la teología neoescolástica
el teólogo de la Biblia por excelencia. (10)
reacciona reafirmando de tal manera el
Tal fué la mentalidad del tridentino cuan-
carácter intelectual del contenido de la
do acogió la primitiva idea de componer
fe, y que llega hasta desconocer los váli-
un catecismo que tomara como fuente la
dos esfuerzos del incipiente movimiento
Biblia y la teología, tomadas estas como
kerigmático por devolver a la catequesis
sinónimos (11).
su estructura de historia de la salvación.
El Vaticano 1, obligado por las circuns-
Sinembargo, en el siglo XVI viene
tancias, reforzará una concepción intelec-
Melchor Cano con su posición sobre los
" lugares teológicos" o argumentos a los tualista de la revelación (13)_
cuales acude la teología para edificar sus
tesis. Entre estos figurará la Escritura co-
Surge entonces la apologética que,
mo primera entre las " auctoritates' '.
paradójicamente. racionaliza la credibili-
La historia de la revelación solo servirá de
dad de la revelación. Ella, en • efecto. afIT-
presupuesto para los grandes principios
maba, por medio de la razón, la existencia
sobre los cuales se construirá la teología
y veracidad de Dios. A través de un análi-
como ciencia deductiva, según la concep-
sis "histórico" del hecho de Jesús, de sus
ción de Aristóteles. Se corre entonces el
doctrinas y milagros, vistos estos últimos
riesgo de poner la Escritura al servicio de
en una perspectiva metafísica, buscaba
la teología, en lugar de poner la teología
establecer el hecho de la revelación de
al servicio de la Palabra de Dios, conserva-
Dios en Jesucristo. Una vez probada esta
da en la Escritura (12).
revelación de Dios, y supuestas filosófica-
mente su existencia y su veracidad, el hOID
Es así como la reflexión sobre el
bre, su creatura, debe someterse a todo
contenido de la fe va distanciándose de
cuanto Dios haya revelado, p. ej. la Trini-
su dimensión histórica para reducirse al
dad en personas y la unidad de la esencia
ámbito de lo conceptual, compendiando
de Dios" (14).
la revelación en una serie de tesis de for-
mulaciones abstractas. Y en el contexto
de la lucha contra el protestantismo, esta En esta forma los misterios del cris-
mentalidad teológica cobra mayor vigor tianismo no son vistos como acontecimiet.!

(10) SCHILLEBEECKX E. Approches Théologiques, l. Revélation et Théologie (Du Cep 1965) 99-110
(11) GERMAIN E. Ungages de la Coi a travers l'histoire (Fayard-Mame 1972) 44
(12) GRELOT P., Sens chrétien de l' Ancien Testament (Desclée & Co. 1962) 61
(13) COUDREAU F., o. c. 44
(14) ZEA V., La Evangelización Trinitaria en América Latina, en Ecclesiastica Xaveriana, 24 (1974) 4

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tos de salvación sino como verdades in- rácter extrínseco como es la de las virtu-
comprensibles para la razón humana (15). des teológicas: fe-símbolo, esperanza-Pa-
ter, caridad-mandamiento~; y para los sa-
Ciertamente, por el camino de la cramentos, que se han constituído en ca-
apologética se reivindicaba la validez de pítulo aparte, se asigna el último lugar,
la razón para conducir a Dios. Pero esta en calidad de "medios" para cumplir los
vía requería una dimensión antropológica, deberes anteriores. A éstos, con ocasión
que la t.eología todavía no había integra- de la polémica jansenista, se les hará pre-
do. Tal es el panorama teológico en el ceder un capítulo sobre la gracia.
cual se desarrolla y prospera nuestra cate-
quesis .. tradicional". En esta forma, el mensaje de salva-
Clon es propuesto a manera de cuatro
obligaciones para cumplir a fm de obtener
Consecuencias de esta teología: la salvación. Sistemáticamente la historia
la catequesis teológico-conceptual bíblica se sitúa aparte y con ella la historia
humana. produciéndose si no una disocia-
A.- La estructuración del contenido ción, por lo menos un paralelismo en el
cual las dos líneas, catequesis e historia
En razón de su función pedagógica, sagrada, van la una cerca de la otra, pero
la catequesis no puede prescindir de pre- jamás llegan a juntarse.
sentar su contenido de manera orgánica,
ciñéndose a un plan o sistematización. Por consiguiente, la estructura de la
Pero esta no puede ser arbitraria, sino que catequesis no coincide en el catecismo con
tiene que obedecer a criterios teológicos. la estructura de la historia de la salvación:
y esto es precisamente lo que falta en los son dos estructuras diferentes, lo cual no
catecismos postridentinos. " Una visión se justiflca ni teológica ni pedagógicamen-
de conjunto sobre éstos -aflrma el P. te.
D'Hotel- confirma la ausencia de una
idea teológica preconcebida que hubiera La falta de organicidad del conteni-
presidido la organización de la catequesis. do aparecerá mejor si confrontamos el
Los autores de los manuales de los siglos catecismo moderno con la catequesis de
XVI y XVII son herederos de una tradi- la antigüedad:
ción, reciente tal vez, pero sólida y funda-
da en la más banal de las teologías: Para
salvarse hay cierto número de cosas que - El Símbolo, por su carácter kerig-
hay que creer, pedir, hacer, recibir, las rnático, era considerado como una síntesis
cuales se compendian en las fórmulas del de la historia de la salvación. Era la colum-
Símbolo, del Pater, de los Mandamientos na vertebral de la catequesis, al cual se
y en los Sacramentos " ( 16). añadía el Pater con una signiflcación esca-
tológica y como complemento litúrgico.
Es así como, a falta de la estructura Pero en el catecismo postridentino el Sím-
histórico-salvíflca, se adopta para el con- bolo pierde su carácter histórico para con-
tenido de la catequesis una división de ca- vertirse en el solo catálogo de los artículos
I

.(15)
. (16)
GERMAlN E., o. c. 131
D' HOTEL lEAN CLAUDE, Les origines du Catéchisme Moderne (Aubier 1967) 302

200
de la fe. Este fenómeno'es particularmen- mistagógicas, por su parte, tomaban como
te notable por cuanto su división trinita- punto de partida el sacramento recibido,
ria es sustituída por un fraccionamiento para interpretarlo como el " hodie " de la
en 14 o 12. artículos, con un criterio inte- historia de la salvación. Es la perspectiva
lectual y memorístico. La historia de la que los catecismos postridentinos han ol-
salvación apenas hace una tímida apari- vidado, al desconectar los sacramentos del
ción a través de los artículos que se refie- símbolo, para colocarlos en la última par-
ren al misterio de Jesucristo. Esta minimi- te. Se les ubica después de los manda-
zación de lo histórico conduce a fijar más mientos a los cuales se les subordina, como
la atención a la divinidad que en la huma- .. medios" para cumplirlos. Ahora bien,
nidad de Jesús. En consecuencia, se eclipsa esto no es toda la verdad, ni la verdad
la actitud de Cristo en cuanto hombre principal. El fm primordial de los sacra-
respecto del Padre Celestial. El misterio mentos es comunicarnos la gracia sobre-
trinitario, po.· tanto, no es presentado en natural que supone, claro está, el cum-
su dimensión existencial, sino que se redu- plimiento de la ley natural. Por otra parte,
ce a aflrmar la no contradicción en los la falta de contexto de historia de la sal-
conceptos abstr~~tos. La encarnación es vación causa distanciamiento entre fe y
más una cuestión conceptual que un pro- sacramento. Pareciera que la fe no fuera
blema histórico en su más profundo senti- necesaria para recibir los sacramentos. Se
do antropológico. La redención tampoco crea así una mentalidad de salvación má-
es considerada en su carácter histórico- gica, que no se compagina con el concep-
existencial, lo cual supone una antropolo- to de la salvación como acontecimiento
gía de la muerte sino en un plano jurí- histórico.
dico abstracto. La definición de Dios es
ftlosófica, desconectada de su revelación Por consiguiente. como anota Ger-
en la historia y en su Hijo Jesucristo. main. "la teolo[ía escolástica invade la
catequesis. Mejor: se mezclan los géneros
- Los Mandamientos, que pertenecen desconociéndose el género propio de la
a la ley natural y al Decálogo judío, sola- catequesis" (17). En efecto, " toda una
mente fueron incorporados a la cateque- concepción nocional y magistral de la re-
sis primitiva en una óptica de historia de velación se afirma a expensas de una his-
la salvación, centrada en Jesucristo. Pero toria de la Palabra de Dios en la Iglesia y
precisamente éste es el criterio que falta en el mundo, de una revelación-aconteci-
en el catecismo moderno, que destaca miento, memoria y expresión de todo
ante todo su carácter ético, dentro de una un pueblo en el cual ella suscita {e y com-
preocupación casuística y moralizante. promiso "(I 8). Y a su vez, esta concep-
ción de la revelación refleja cierta imagen
- Los Sacramentos normalmente ocu- de la Iglesia, que se perfila como "socie-
paban su lugar dentro de la historia de dad vertical, fuertemente estructurada,
la salvación. Así en el proceso catecumenal preocupada de atraer, de retener, de pre-
que conducía al Bautismo por el camino servar. Es cuestión de toda una herencia:
de la " narratio "biblica. Y las catequesis nuestra catequesis moderna deja entre-

(17) GERMAlN E., o. c. 93


(18) lb. 171

201
ver, de hecho, una teología de la Iglesia ción, de un sentido radicalmente nuevo
que se ha formado bajo el influjo de la que se da a la existencia; sino más bien de
controversia" (19). mandamientos para cumplir, de prácticas
para realizar, de cosas para hacer. El cris-
Es cierto que el contenido de la tiano no traspasa el umbral del fenómeno
catequesis, estructurado no como la histo· religioso que es apenas un preámbulo de la
ria de la salvación sino como un catálogo fe en Jesucristo. Nuestros catecismos, con
de verdades y deheres, pone de relieve la su énfasis puesto sobre las verdades y los
necesidad de las obras para salvarse, en deberes, son lo suficientemente cristia·
contraposición a la tesis protestante de la nos? "(21).
fe sin obras. Pero no evita el peligro de
un crudo antropocentrismo o moralismo. Este seccionamiento ahistórico del
Como dice Luis Maldonado. "la gran contenido de la catequesis llega a su máxi·
cuestión a una de las primeras preguntas ma expresión cuando las fórmulas básicas
de muchos catecismos es qué debemos en torno a las cuales se establecen las par·
hacer para alcanzar la vida eterna. La ac- tes del catecismo, se toman como ocasión
titud, en cambio, y la pregunta radical- para una división tripartita de los manua-
mente cristiana es bastante distinta: qué les de religión:
hace Dios para salvarme. La acción de Dios
en Cristo, a través de la Iglesia, es el co- el Símbolo se transforma en
mienzo de toda la vida religiosa cristiani- el DOGMA;
zada. No la acción del hombre, que es los Mandamientos en la MQ-
ulterior. La verdadera historia de la salva- RAL;
ción del hombre y del mundo comienza los Sacramentos en el CULTO.
con la iniciativa de Dios, con la acción
inicial de Dios, que se abre por su Palabra En esta forma, la historia de la sal-
a la humanidad. En un momento poste· vación, como estructura de los textos de
rior, el hombre actúa abriéndose a este religión, brilla por su ausencia. Por esta
don de salvación. •• (20). razón, ya en el siglo pasado, Hirscher no
vacilaba en calificar la anterior división
De aquí se sigue que una estructura como .. error fundamental" respecto de
del contenido catequético, que tome al la catequesis (22).
hombre como único punto de partida,
coincide simplemente con la estructura Este pecado original trajo una grave
de toda religión natural. •• El cristiano, consecuencia: se desconoció el puesto cen-
de ahora en adelante, se encuentra carac- tral del misterio pascual como clave del
terizado, ante todo, como el hombre de mensaje catequético. .. En efecto, advier-
una religión: creencias, mandamientos, te Oster. hacia fines del siglo XVIII.
pricticas. Es alguien que profesa verdades, la apologética y la teología fundamental
observa preceptos, va a Misa. Ya no se tra- se separaron de la teología dogmática pa-
ta de una manera nueva de estar en rela- ra erigirse en disciplinas autónomas. Te
(19) lb. 166
(20) MALOONADO LUIS, Enseñanza Religiosa y Pedagogía de la Fe (Ed. Verbo Divino 1966) 44
(21) GERMAlN, o.c. 178
(22) lb. 173

202
niendo por misión determinar las sólidas B.- El proceso metodológico
bases del cristianismo, la teología funda-
mental reivindicó para sí el tema de la re- Pero la teología escolástica y la
surrección en cuanto prueba por excelen- neoescolástica no condicionaron sólo la
cia dellegatus divinus. Muy legítima en sí, estructura del contenido de la catequesis,
esta apropiación no dejó de tener, empero, sino también su metodología.
consecuencias tan .perjudiciales como im-
previstas. Sabiendo que la resurrección " El concepto aristotélico de cien-
había sido tratada en el curso de apologé- cia- escribe Darlap- tal como era en-
tica, el profesor de dogma podía creerse tendido en la escolástica medieval, solo
dispensado de hablar de ella. Al obrar así, permitía ver ciencia allí donde; mediante
olvidaba que la apologética, por su misma un proceso deductivo, de unos principios
naturaleza, no estaba en condiciones de universales superiores, se obtenían nuevas
dar cuenta del contenido real de la resu- conclusiones. La teología podía ser pro-
rrección, puesto qu~ su misión consistía piamente ciencia sólo en cuanto teología
únicamente en considerarla bajo el punto deductiva y, por tanto, las afIrmaciones
de vista formal y forzosamente nivelador de fe eran entendidas, en esta concepción,
de un milagro. En esta perspectiva, la teo- como las premisas previas del proceso
logía dogmática apenas tiene algo más científico de la teología, que no erari de-
que decir que la teología fundamen- mostradas por la teología como ciencia,
tal " (23). sino que venían presupuestas como con-
dición de la posibilidad de su trabajo"
(24). Es así como" el punto de arranque
Es lógico, pues, que si la catequesis
de la deducción teológica lo constituyen
se desarrolla en el molde de esta apologé-
los artículos de la fe y la noción previa
tica y de esta teología, va a ser incapaz
que los creyentes tienen acerca de los
de llevar un mensaje cuyo contenido his-
mismos. Dado que los artículos de la fe
tórico-salvífico tenga como núcleo el mis-
pueden ser fundamento y principios de
terio pascual y no se limite a mostrar la la ciencia, de ellos pueden deducirse nue-
resurrección de Jesucristo solamente co- vos conocimientos. Estas conclusiones
mo la gran prueba de su doctrina, de su theologicae forman, por tanto, el objeto
misión y de su divinidad. del saber evidente por demostración y,
por lo mismo, también el objeto formal
Por consi~uiente, las fallas del cate- de la scientia fidei " (25).
cismo como instrumento de ~vangeliza­
ción no pueden remediarse con solas adi- Consecuente con esta teología, la
ciones o reformas en las preguntas y res- factura del catecismo "tradicional" re-
puestas que conserven y dejen intacta su clama de suyo un método deductivo que
estructura, que es donde radica su pro- parte de las defmiciones teológicas -que
blemática fundamental. ocupan lugar esencial- las cuales son ana- ,

(23) OSTER ENRIQUE, El misterio Pascual en la Pastoral (Ed. Verbo Divino 1966) 44
(24) DARLAP ADOLF, Mysterium Salutis (Ed. Cristiandad 1969) 1,53
(25) GLOTTI;IEB SOHNGEN, Mysterium SaIutis (Ed. Cristiandad 1969) lI, 1065, 1062

203
lizadas en virtud de una verdadera exége- También es cierto que "en aquella
sis, para llegar luego a la vida. En esta for- época, cuando la familia y la vida social
ma, el proceso metodológico se reduce a ejercían todavía, por lo menos en un sen-
nada, pues se comienza en lo que debiera tido amplio, su influencia educativa en
ser el punto de llegada. Así se ahorran los materia religiosa, la catequesis podía li-
pasos pedagógicos que no'"ma lmente han mitarse, sin grave perjuicio, al campo de
de preceder al descubrimiento y anuncio los puros conocimientos" (28} Hoy ya no
del mensaje, en aras de la seguridad doc- vivimos en los tiempos de cristiandad . ., Y
trinal. Se impone entonces, como de rigor, sin embargo, los últimos cincuenta años,
el esquema metodológico siguiente: en los que domina soberana la acción apos-
tólica de San Pío X, han visto una cate-
catecismo aprendido quesis inspirada por lo regular en el me-
catecismo explicado todo deductivo. El naturalismo y el posi-
catecismo aplicado (26). tivismo pedagógico, por Una parte, y el
modernismo, por otra, sugirieron a los
Son tres etapas que corresponden pastores de almas más bien la afirmación
a una imagen del hombre en el cual sola- que la explicación de la verdad, especial-
mente se tienen en cuenta las tres clásicas mente cuando se trataba de nii'i.os o de
potencias del alma: memoria, entendi- personas ignorantes (29). No es, pues, de
miento, voluntad. extrai'i.ar, que en 1913 la Jerarquía Co-
lombiana recomendara el método de San
Hemos de recordar que los métodos Sulpicio, fuertemente deductivo, que se
deductivos en la catequesis tuvieron su había puesto en boga, para la "ensei'i.an-
desarrollo en le época postridentina, con za" del catecismo, desde la tercera década
la recopilación de manuales y de catecis- del siglo pasado.
mos en los que se ejecutaban los decretos
conciliares que concernían tanto a la doc- Sinembargo, hoy se pone en tela de
trina, enriquecida con nuevas defmiciones juicio la validez del método deductivo
dogmáticas, como a la pastoral, que mi- como pedagogía de la fe. En realidad, co-
raba a la instrucción religiosa del pueblo mo lo advierte Riva. "el procedimiento
de manera más orgánica y continuada. Y deductivo, transferido de la teología a los
es fácil intuir la tazón de ello: el Concilio sectores pastorales, presentó una serie de
de Trento, entre sus propósitos especiales, dificultades a los catequistas cuya misión
intentaba defender al pueblo de la expan- era la de evangelizar a los fieles y éstos
sión protestante que se servía, para su ac- se sentían extrai'i.os a una técnica que in-
ción de penetración, de ., catecismos", teresaba más al conocimiento científico
tales como los de Lutero, Calvino y que a la vida de fe. En efecto:
Zwinglio, que anunciaban sus tesis teoló-
gicas con preguntas sencillas, seguidas de Los fieles, pequei'i.os y adultos,
respuestas adecuadas" (27), no preparados para el lenguaje teológico,

(26) MISSER SALVADOR, Evangelizar, problema de renovación (Estela 1965) 185


(27) RIVA SILVlO A., Catequética Pastoral (Ed. SÍguerne 1969) 40
(28) JUNGMAN JOSEPH-ANDRE, Catéchese (Lurnen Vitae 1965) 130
(29) R1V A, o. c. 40

204
ignorantes de las técnicas sistemáticas, guió en las épocas de la colonia y de la
experimentaban una notable dificultad emancipación de España, llevó un pensa-
para entender y retener la verdad religiosa, miento teológico capaz de integrar la his-
enunciada perentoriamente en las defmi- toria humana hasta obrar en ella un cam-
ciones doctrinales que constituyen el pun- bio específicamente cristiano? Se tuvieron
to de partida para el discurso explicativo, en cuenta los valores de la religiosidad in-
mas bien que el punto de llegada. dígena como praeparationes evangelicae,
o se trató de imponer a América la vieja
El mensaje de salvación, pre- cristiandad europea que aún se conservaba
cisamente por ser mensaje, tiene que ver incólume en España? "Por qué los cris-
más con la noticia que con el tratado; y tianos sacrificaron y subyugaron al indio
los fieles, que precisan co.'"'I.ocer para creer y al negro? Por la sed de oro, pero tam-
y para vivir, apetecen más aprender en fun- bién por una falta de conversión sincera.
ción de la vida que de la cultura. No se debe buscar el motivo en la imagen
de Dios que se formaron, que permitía
La deducción catequética, in- una división entre la fe y la vida? "(31).
cluso cuando se emplea en la catequesis Ciertamente las categorías esencia-
infantil, procede por análisis, esto es, afir- listas en que se conceptualizaba la " cien
mando una tesis doctrinal y descompo- cia" del catecismo postridentino no faci-
niéndola en sus partes; y todos sabemos, litaba una articulación directa con la si-
sinembargo, que tanto los niños como tuación histórica vivida, como se busca
los ignorantes aprendemos en forma "glo- hacerlo hoy con un criterio antropológico
bal' " totalmente diferente de la forma existencial. Tampoco lo garantizaba una
analítica y que parte de principios 'POl teología abstracta, no estructurada como
historia de salvación. Pero aun con ésta
Interrogantes y perspectivas como presupuesto, se exponían los debe-
res del cristiano, con un marcado acento
El enfoque teológico al cual obe- moralizante que obligaba a cuestionar la
dece la estructura y el método de una ca- vida en relación con los preceptos evan-
tequesis teológico-conceptual, implica, co- gélicos. Es así como la catequesis de los
como consecuencia necesaria, el plan- grandes misioneros interpela las situacio-'
teamiento de una problemática antropo- nes de injusticia de orden social y político
lógico-pastoral. Una catequesis, en efec- y se analizan, a la luz de la teología, los
to, no puede ser menos de un mensaje mismos procedimientos empleados para
para la salvación del hombre, sin reduCo la evangelización de los indígenas. La teo-
cionismos ni dualismos. Cómo se situa la logía del catecismo del siglo XVi conce-
teología escolástica y la neoescolástica bía al hombre en las categorías antropo-
frente a la historia del hombre? lógicas de su tiempo, pero por ello no de-
jaba de encarnarse a su manera, ni de lle-
Este interrogante es más apremiante var las riquezas del mensaje cristiano.
con relación al hombre latinoamericano. Sinembargo, las limitaciones de una
La catequesis de la conquista y la que si- catequesis teológico-conceptual, cuya in-
(30) RIVA, o. c. 40, 42, 43 _
(31) DUSSEL E., citado por ZEA, o. c. 3S

205
serción en la historia humana era cierta- tentaéión en la revelación de lo que es
mente deficiente, no dejaron de originar Dios.
las consecuencias que hoy estamos expe-
rimentando. En efecto, como lo afIrman En la fe tradicional, el Dios que todo
las conclusiones de Medellín, " la expre- lo sabe, para quien todo es presente, cono-
sión de la religiosidad popular es fruto de ce también el destino fmal de cada uno. A..Q
una evangelización realizada desde el tiem- te este Dios omnisciente e inmutable, la
po de la conquista, con características es- historia se convierte en un juego de nifíos.
peciales" (32). Es una religiosidad que por La historia de Jesús se reduce a lo absolu-
ser de tipo cósmico no acierta a integrar tamente determinado por Dios. na la im-
la dimensión histórica de la salvación cris- presión de que creíamos en un Dios deís-
tiana. Analizando el cristianismo colom- ta, que crea el mundo y lo deja luego a su
biano. el P. Virgilio Zea denuncia las propia suerte; y muy poco en el Dios
deficiencias de los conceptos populares de Trino del Nuevo Testamento. La historia
Dios, de Jesucristo y del misterio trinita- de Jesús no aparece como un drama dialo-
rio: gal entre Jesús y el Padre y la humanidad
a través del Hijo. Y es bien dificil expli-
" Imagen de Dios: el Dios car cómo puede formarse una imagen
de la teología escolástica como trasposi- justa de Dios cuando para él nuestra vida
ción del Dios de la filosofía. Es un Dios pierde la seriedad del diálogo" (33).
que tiene poco que ver con el Dios del
Antiguo y del Nuevo Testamentos. Es obvio que un diagnóstico como
éste nos da una voz de alerta para no in-
A Cristo se le conoce a partir tentar un viaje de regreso a la catequesis
del esquema de las dos naturalezas. De , , tradicional' " en cuyas estructuras es
tal modo prima la afIrmación de la divini- bastante difícil "acomodar" las nuevas
dad de Jesús que su verdadero ser humano perspectivas teológicas del Vaticano H.
queda opacado. Se llega a afirmar que el Como lo advertía recientemente el Secre-
sufrimiento del Hijo de Dios no tiene ma- tario General del CELAM "el recurso ac-
yor significación para nosotros, porque tual a textos venerables de Astete o de
al fin de cuentas El era Dios. Es una fe Ripalda, meritorios esfuerzos de síntesis
que, sin ser consciente de ello, es implí- teológica (y catequética) a raíz del Con-
citamente doceta. cilio Tridentino, sin mayor perspectiva del
tiempo, del agua que corrió bajo los puen-
El misterio trinitario se con- tes, y de los actuales desafíos, si llega a ser
sidera como algo que no se debe escrutar explicable, no parece la mejor senda. No
demasiado. Lógicamente no se entiende en vano han pasado dos Concilios, desde
por qué en la cruz Jesús espera todo de su entonces, y varios Sínodos y la Conferen-
Padre. La resnrrección pierde su dimensión cia de Medellín, y se ha ahondado más en
de revelación de Dios, tan característica las preocupaciones y enseñanzas tridenti-
del Nuevo Testamento. Tampoco se en- nas. Faltan quizás textos e instrumentos
tiende el papel que juega la historia huma- suficientes, serios y autorizados. Y si hay
na de Jesús y de sus decisiones, de su fallas en ciertos medios, el avance y no el
(32) CONCLUSIONES Medellín 6, 2
(33) ZEA Y., O.' c. 32

206
receso o el retroceso es lo que se exige. gión para la .enseñanza media, que signifi-
Si no estamos del todo satisfechos con los caban un cambio notable respecto a los
mecanismos para arar, no es -así parece- anteriores. En efecto, para los tres prime-
la clave propiciar el reacondicionamiento ros años de bachillerato, se adoptaba el
de la yunta de bueyes" (34). .. Catecismo Católico" que, años atrás, en
1955 se había publicado en Alemania, por
Pero el hecho de que una catequesi~ especial encargo del Episcopado de dicha
de tipo teológico-conceptual no constitu- nación. Para los tres años restantes, el
ya hoy el instrumento evangelizador ade- plan contemplaba respectivamente los
\ cuado, no significa que todo en ella sea grandes temas de la Iglesia, Jesucristo y el
completamente negativo. Porque, en sí católico en el mundo moderno, que venían
mismo, su objetivo sigue siendo siempre a reemplazar, para estos últimos cursos,
váJido, como lo es el de la .. intelligentia los programas de inspiración apologética
fidei" de la vieja escolástica. Solamente de 1953. Para primaria se publicaron en
que las fórmulas, de ahora en adelante, 1965 unos programas que se emancipaban,
van a estar en función de una diferente esta vez, del texto del P. Astete. Como 10
estructura de la catequesis. Ya no se limi- dicen en su introducción, la religión cris-
talán a expresar unos conceptos esencialis- tiana se presenta " no como una serie de
tas abstractos, sino que constituirán el verdades desconectadas, sino como un coq
lenguaje existencial que reinterprete la vi- junto vivo y orgánico, que es la historia
da como historia de la salvación. Es en es- de la salvación, ola historia de lo que
te sentido, eminentemente evangelizador, Dios ha hecho, hace y hará para salvarnes.
como el Directorio Catequístico General Esta historia tiene por centro a Jesucristo
afama: Nuestro Seiior y Salvador. Comienza COJ'!.
la creación, prosigue con Jesucristo, cort-
" Es necesario escoger aquellas fór- tinúa en la Iglesia y llegará a su perfección
mulas que expresen fielmente la verdad en el cielo. Así pues -continúa la Intro-
de la fe y sean adaptadas a la capacidad ducción al programa- en adelante no se
de los oyentes. No se debe olvidar que las hará la clase de historia sagrada y la de
fórmulas dogmáticas constituyen una ver- catecismo por separado; la historia sagra-
dadera profesión de la doctrina católica y, da es la base de donde se debe ir dedu-
por tanto, se deben acoger por los fieles ciendo la verdad cristiana .. (36).
en el sentido en que las ha entendido y
·entiende la Iglesia .. (35). En esta forma la catequesis colom-
biana entraba resueltamente en su renova,,:
II LA TEOWGIA KERIGMATICA ción kerygmática. La Conferencia Episco-
Y LA CATEQUESIS pal de octubre de 1966, en su plan nacio-
nal de pastoral, ratificaba, en el capítuló
El hecho catequético de la Pastoral profética, este nuevo enfo-
En 1963 la Jerarquía colombiana que teológico, señalando las siguientes
aprobaba unos nuevos programas de reli- características kerygmáticas del mensaje:

(34) CELAM, 8 (1975) No. 94,4


(35) Directorio Catequístico General, No. 73
(36) Nuevo Programa Analítico de Religión ••. (Ed. Voluntad 1965)

1.07
" que se presente como la re- " El año 1936 aportó, no obstante,
velación de Dios, en forma de un hecho que había de tener insospechada
historia de la salvación influencia en la catequesis. Apareció, en
cuyo centro es el misterio efecto. la obra del P. Jungmann. "La
pascual de Cristo Buena Nueva y la Predicación". No cabe
revelada por Dios en la Biblia identificar el anuncio de la palabra divina
que se continúa en la vida li- con la teología escolástica: tal es, muy SU]
túrgica y sacramental cintamente, la tesis de dicha obra. El tras-
que requiere una sistematiza- paso de la teología escolástica a la procla-
ción doctrinal mación práctica del mensaje evangélico,
y que se manifiesta en el tes- pese a los métodos cada día. más refinados
timonio vivo de la Iglesia" que empleamos, toca a su fm. El dogma
(37) tenemos que conocerlo, pero el kerygma
tenemos que pregonarlo '" (38).
Es la orientación kerygmática que
perdura en los programas oficiales de 1974 En la semana internacional de Eichs-
parcl primaria, actualmente vigentes. Los tato dirigida por el P. Hofmger. en
programas para secundaria, aprobados por 1960, este movimiento kerygmático al-
la XXIX Asamblea Plenaria del Episcopa- canza su cúspide, pues el tema central lo
do, en 1973, tienen este mismo enfoque constituye el kerygma, en función de la
para los dos primeros años de bachillerato; evangelización. El Vaticano 11 consagrará
para los años siguientes los cursos se pro- defmitivamente la teología de la historia
graman tomando como punto de partida, de la salvación: prueba de ello es la adop-
con criterio antropológico. la situación si- ción de la expresión '"historia salutis'" en
cológica de la adolescencia-juventud para su sentido teológico, como aparece en los
30. y 40. Y la situación sicológica de la documentos conciliares Dei Verbum (No.
madurez humana para 50. y 60. 2), Gaudium et Spes (No. 32), Ad Gentes
(No. 9) y Optatam Totius (No. 26).
Fundamentación en una teología
La necesidad de reevangelizar al mup
Esta opción kerygmática de nues- do de hoy, neopagano y descristianizado,
tra catequesis es la consecuencia de un mQ dieron la razón, por otra parte, a la teo-
vimiento teológico que se venía gestando logía kerygmática. Las viejas cristiandades
en Europa desde el siglo pasado. Juan empezaban a convertirse en países de mi-
Bautista Hirscher, en efecto, criticaba la sión. Se hizo clave la distinción entre
escolástica como " intrusa '" en el catecis- evangelización y catequesis, pero se vió,
mo y proponía recuperar para ésta la es- al mismo tiempo,. su necesaria y mutua
tructura de la historia de la salvación. dependencia. En adelante la " catequesis
Sinembargo, sus reclamos fueron ahoga- evangelizadora'" constituirá el pilar funda-
dos por el triunfo de la neo escolástica en mental de la pastoral. Tal es la insistencia
la catequesis, lo cual en gran parte se de- que caracteriza los documentos de Mede-
bió al P. Deharbe. Hín y, entre nosotros, el documento de

(37) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, Plan Nacional de Pastoral (Ed. Andes 1966) 47
(38) GOLDBRUM R. J., Métodos Catequísticos de hoy (Herder 1967) 123

208
" La iglesia ante al cambio", de 1969. Así. pues. como dice Jungmann.
La Conferencia Episcopal Colombiana, en la teología incluye 'en su definici6n la di-
su Asamblea Plenaria de 1974, reflexiona mensi6n cristocéntrica (39). En efecto,
sobre la natJ,lraleza de la evangelizaci6n co- ., la teología se ha interesado indudable-
mo auténtica proclamaci6n de Jesús, obra mente en la inteligibilidad del Dios vivien-
de la comunidad cristiana y manifestaci6n te, pero la historia de la salvaci6n es la sola
de la fuerza del Espíritu Santo. Y para el vía que puede conducirnos allí. La teolo-
Sínodo de 1974 la mayor urgencia pasto- gía es una " manifestatio Dei in Christo ":
ral es la evangelizaci6n en el mundo con- ella es, pues, teocéntrica, pero sobre la ba-
temporáneo. se de la historia de la salvaci6n y, por con-
siguiente, es cristol6gica. En otras palabras
En esta forma la teología kerygmá- la teología es teocéntrica en su objeto
tica ha conquistado una posici6n de prime- propio, pero cristol6gica en su método,
ra fih en el quehacer pastoral de la Iglesia. ya que reposa sobre la historia de la salva-
Pero el desarrollo de esta nueva teología ci6n o economía a través de la cual Dios
sólo iría a ser asimilado por la catequesis se nos revela" (40). Es así como la teolo-
de una manera gradual y progresiva. No gía kerygmática implica determinada ma-
todo se logr6 en los primeros ensayos. Y nera de concebir la revelaci6n: Dios, en
no es indiferente para nosotros situar nue,! efecto, se revela a 'través de una historia:
tra catequesis actual en tal o cual etapa "es la historia de la salvaci6n y no la crea-
de la evoluci¿n kerygmática. ción (por lo demás, en su punto de parti-
da) la que nos revela quién es Dios propia-
Consecuencias de esta teología: mente y lo que El quiere ser realmente
para los hombres "(41).
1.- La catequesis kerygmático-doS
trinal
Por consiguiente, la revelaci6n im-
El movimiento kerygmático, como plica un contenido que es radicalmente
lo hemos dicho, implica un cambio fun- hist6rico y no puramente conceptual.
damental que repercutirá en la catequesis. Sinembargo -como lo observa Coudreau-
La teología, concebida hasta ahora como ., La primera etapa de la renovaci6n cate-
ciencia de las conclusiones teol6gicas, de- quética estuvo constantemente frenada
jaba de "utilizar "la historia bíblica como por el respeto al carácter fundamental-
un simple presupuesto o "probatur ex mente objetivo de la revelaci6n. Es me-
Scriptura" de verdades abstractas, para nester entrar en esta perspectiva para per-
asumirla en su carácter de revelaci6n di- cibir los afrontamientos y los ., dramas"
vina. La historia humana, vivida en la Bi- que ha conocido el movimiento catequé-
blia, constituye por sí misma el "myste- tico" .
rium salustis ": es una oikonomia que tiene
como clave el acontecimiento pascual de El Vaticano 11, en la Constituci6n
Jesucristo, cuya proclamaci6n es el keryg- Dei Verbum (Cap. 1) presenta una pers-
roa del Evangelio. pectiva totalmente distinta: la revelaci6n
(39) JUNGMANN, o. c. 295
(40) SCHlLLEBEECKX E., o. c. 112,339
(41) lb. 333

209
no es un conjunto de verdades propuestas que antes de él, en el siglo XVII, intentó
al hombre a fin de que él se adhiera a ellas. hacer Fleury. sin conseguirlo. con su
La revelación es un acto en el cual Dios, .. Catecismo Histórico", Jo llevaba a la
en Jesucristo que es su Palabra, se comuni- práctica el .. Catecismo Católico" alemán
ca al hombre en un cara a cara decisivo (I955) al cual se había acercado un poco
(Dei Verbum, Cap. 1). Ya uno no se detie- el catecismo francés de I947. Es así como
ne más, como en el Vaticano 1, en las ver- el Catecismo Católico organiza sus partes
dades y en las fórmulas. La fe es directa- siguiendo la lógica de la historia de la sal-
mente la adhesión a Dios que nos salva vación y poniendo en su centro a Jesu-
en Jesucristo. Sinembargo, hay lugar a un cristo. Cada verdad se coloca en el lugar
aspecto objetivo en el acto revelador y el que le corresponde, para que se vea su re-
acto de fe: la adhesión a Jesucristo re- lación viva con las demás y con todo el
clama ser reflexionada para conocer quién conjunto. En esta forma, el catecismo se
es Jesucristo, al cual uno se adhiere "(42). divide en cuatro partes:

Es así como la teología de la histo- Dios y nuestra redención


ria de la salvación implica un retorno a la La Iglesia y los Sacramentos
predicación apostólica y patrística, centra- la vida según los mandamien-
da sobre el kerygma o anuncio de Jesu- tos de Dios
cristo, muerto y resucitado, con el Señor las postrimerías
de la hjstoria humana. Pero tampoco se
trata de una simple recuperación de la Sinembargo, si bien se muestra un
narratio bt'blica tal cual el Obispo de Hi- conjunto orgánico, que deja entrever el
pona la exponía a sus catecúmenos. Hoy, esquema del símbolo como estructura, no
en efecto, la teología de la historia de la se logra superar la tradicional división en
salvación representa una novedad por cua!! símbolo, sacramentos y mandamientos
to relaciona el anuncio kerygmático con (dogma, culto, moral) como pequeños
la conciencia que actualmente tiene el tratados que sólo se ubican y conectan
hombre de su propia historicidad, tanto mejor para formar un todo más coherente.
desde el punto de vista existencial, como
desde el punto de vista colectivo del sen- En 1969 aparecía el "Nuevo Cate-
tido de la historia. Pero estos son dos as- cismo Católico" alemán. del cual MiJler
pectos que estudiaremos luego por separa- afirma: •• El Nuevo Catecismo Católico
do. Ahora nos limitaremos a considerar el mantiene la antigua estructura con sus 136
kerygma en su dimensión objetiva, en temas. El hecho horrorizó sobre todo a los
virtud de la cual se elaboró, en un prin- catequistas que tuvieron en sus manos el
cipio, la que hemos llamado una cateque- manuscrito. Sinembargo, por lo que a la
sis kerygmático-doctrinal. estructura general atañe, la revisión per-
maneció fiel a la ley con que se iniciara, de
A.- La estructuración del contenido limitarse a algunas modificaciones dentro
de los grupos temáticos particulares. Tocar
Lo que no logró ver plenamente rea- la estructura general hubiera significado
lizado Hirscher en el siglo pasado y lo hacer un libro nuevo, y para tal empresa

(42) COUDREAU, o. c. 44

210
no estaban aún aclaradas las cuestiones Este peligro se evita si no se mira el
previas. El Catecismo tiene, como antes, símbolo con criterio analítico, sino en su
cuatro partes, siquiera estén bajo titulos calidad de síntesis de fe. Una síntesis
distintos: kerygmática, por cuanto annoniza la vi-
sión teocéntrica con la cristológica y que,
Dios nos da la salvación por lo tanto, no puede desmembrarse, so
Vivimos en el pueblo de Dios pena de atentar contra su integridad. Por
El cristiano en el mundo ello, una catequesis kerygmática ha de
Nuestra esperanza en la consy presentar el mensaje como una totalidad
mación. indivisible (44). La catequesis, si quiere
ser evangelizadora, ha de partir siempre
Los nuevos temas recogen desde de un anuncio que es global, embrionario,
luego los antiguos contenidos, pero no de Jesucristo, para irlo desarrollando lue-
los fonnulan partiendo de la doctrina, sino go, no ('T} virtud de partes que se añaden
del destinatario del mensaje de salvación. unas a otras, sino de una progresión orgá-
Ya el catecismo de 1955 se había aparta- nica que va de lo implícito a lo explícito.
do de la forma clásica, y puede decirse Es así como los acontecimientos de la
con certeza que el libro de religión, más historia de la salvación (" misterios") no
nuevo aún, que seguirá y dentro de unos sólo no son inseparables entre sí, sino que
años sustituirá nuestra versión actual, dará es nonnal que se incluyan mutuamente,
este paso hasta el final .. (43). de tal manera que cada uno de ellos cons-
tituya una síntesis de todo el misterio
Así pues, el Nuevo Catecismo Cató- cristiano. Así lo entiende el P. Liegé
lico es consciente de que debe perfeccio- cuando habla de una catequesis que pue-
nar su estructura, teniendo en cuenta una de desarrollarse según tres núcleos: epi-
visión más antropológica, más existencial. fánico, pascual, pentecostal.
Pero esto no impide que haya logrado
desde un principio una conquista funda- A este respecto es claro el criterio
mental: la coherencia objetiva del mensa- kerygmático del Directorio Catequístico
je cristiano. Sinembargo, el solo hecho de General: ., Así como Cristo es el centro
adoptar el Credo como estructura de la de la historia de la salvación, así el mis-
catequesis no excluye por sí solo la ten- terio de Dios es el centro del cual parte
tación de recaer en las divisiones sistemá- esta historia y hacia el cual se ordena co-
ticas de la teología. Y esto ocurre si cada mo último fm. Cristo muerto y resucitado
uno de los misterios que articulan el Sím- lleva a los hombres enviando al Espíritu
bolo (Creación, Redención, Iglesia, Esca- Santo al Pueblo de Dios. Por esta razón
tología) no se toman primordialmente la estructura de toda la catequesis debe ser
como acontecimientos histórico-salvíficos teocéntrico-trinitaria: por Cristo al Padre
sino como ocasión para retornar al enca- en el Espíritu" (45)." La catequesis, por
sillamiento de los clásicos tratados teoló- tanto, empieza por la proposición simple
gicos: De Deo Creatore, De Verbo Incar- de la estructura ínteg~ del mensaje cris-
nato, De Ecclesia, De Novissimis. tiano, valiéndose de fónnulas sumarias y
(43) FISCHER - MILLER, Lo nuevo en el catecismo católico (Herder 1971) 60, 62, 69
(44) UEGE A" us leyes teológicas del acto de la catequesis (Ed. del Sedes Sapientiae) 47
(45) DlHctorio Catequístico General, No. 74

211
globales de manera adecuada ... Pero de ni un desarrollo lógico y deductivo, ni
ninguna manera debe limitarse a esa pre- una progresión histórica. Esta pedagogía
sentación inicial, sino que debe proponer que unifica en desarrollos concéntricos lo
el mensaje de una manera cada vez más que la antigua catequesis repartía en aná-
amplia y explícita .. (46). lisis sucesivos, nos parece que surge, al
fm de cuentas, de una teología: la teolo-
Con el fin de asegurar una cateque- gía contemporánea ha descubierto, al con-
sis coherente como historia de la salvación, tacto con la Escritura, que la fe es ante
el Directorio de Pastoral Catequética para todo el acto de la existencia cristiana y
las diócesis de Francia (1964) hacia la que ella debe analizar las líneas de fuerza
siguiente opción: "La catequesis de los sintética de la adhesión a Cristo Se-
adolescentes procederá por síntesis suce- fior .. (49).
sivas en la transmisión de las verdades
reveladas. Ella presentará los temas bajo B.- El proceso metodológico
la forma que requiere el desarrollo de la
fe en el curso de las diferentes edades" La teología kerygmática reclama,
(47). Sinembargo, no basta garantizar la de suyo, un proceso inductivo en cate·
síntesis objetiva del mensaje, porque tam- quesis, o sea que tome como punto de
bién es necesario que en el curso de la partida no los principios abstractos, sino
catequesis se vaya elaborando una síntesis los acontecimientos concretos de la his-
a partir del sujeto, de sus" centros de Í!1 toria humana. Sinembargo, este procedi-
teres ". De lo contrario, la catequesis sólo miento inductivo no fué adoptado por la
lograría ser kerygmático-doctrinal. Es la catequesis, en un principio, en razón de
observación que hacía el P. Holstein. la teología, sino en razón de las leyes
por lo cual calificaba la programación del psicológicas.
Directorio francés como de "transición ",
en relación con un objetivo de síntesis En efecto, fué en 1905 cuando
kerigmático-existencial (48). Heinrich Stieg1itz expuso su método
inductivo en el Congreso Catequísti-
Este aparece más claro en el "Fondo co de Munich. por lo cual dicho método
Obligatorio" para la ensefianza del cate- fué bautizado con el nombre de esta ciu-
cismo a los niílos, aprobado en 1966 por dad. En adelante los pasos de la cateque-
la Asamblea Plenaria del Episcopado Fran- sis se regirán por los grados formales o
cés. Dicho Fondo condensa la historia de ternario psíquico:
la salvación en seis líneas, cada una de las
cuales es, a su vez, cristocéntrica. "Ellas presentación ... percepción. ..... sensibilidad
no constituyen, propiamente hablando explicación ..... comprensión. ... inteligencia
-dice esta vez el citado P. Holstein- aplicación ....... acción.................. voluntad
(46) lb. No. 38
(47) Directoire de Pastorale Catéchétique al' usage des Diocéces de France (Fleurus-Bonne Presse
1964) No. 112
(48) HOLSTEIN HENRI, Programmes ou centres d' intéret? en Catéchese No. 21 (octobre 1965)
429
(49) HOLSTEIN!L, Le contenu doctrinal du cycle du COUIS moyen, en Catéchese No. 29 (octobre
1967) 444

212
Es así como la catequesis kerygmá- La catequesis reconocía así la pri-
tica encontraba un terreno preparado. macía del anuncio kerygmático. Pero éste
requiere mucho más que un proceso psi-
En consecuencia, •• el empleo del cológico y que las técnicas de la escuela
método de Munich en el uso tiel Catecis- activa. Como lo advertía JUNGMANN,
mo será normal .. (50). Por eso, el co- .. uno empieza a preguntarse si los nuevos
mienzo de cada lección lo constituye un métodos pueden servir para engendrar la
hecho real y un texto intuitivo, tomados fe y la alegría de creer, o solamente para
de la Escritura. Sinembargo, los textos instruir en las verdades cristianas de la fe.
blblicos corren el riesgo de ser .. utiliza- Porque la fe se forma en una profundidad
dos" como material didáctico. Por esta que escapa quizá a los métodos activos.
razón el Nuevo Catecismo Católico am- y mientras no sean alcanzadas las pro-
plia la función del texto intuitivo, nom- fundidades del hombre, no habrá cabida
bre que desaparece, para convertirse en para un proceso hacia la fe" (54).
texto preliminar, que puede llegar a ocu-
par el centro de la clase (51).
2.- La catequesis kerigmático-
Pero ya no son solamente las exi- existencial
gencias psicológicas las que obligan a to-
mar este punto de partida. Porque es en En la Semana Internacional de Cate-
virtud de la teología kerygmática como se quesis, celebrada en Medellín, en 1968,
llega a colocar el anuncio de la Buena el P. AudiPet se refería así a la situa-
Nueva al comienzo mismo de la cateque- ción de la catequesis en Latinoamérica y
sis. Como lo anota SCHURR, .. a las eta- en muchas otras partes del mundo: .. He-
pas formales, de tipo didáctico-profano, mos, recorrido la mitad del camino, reno-
del método psicológico, presentación-ex- vando nuestra catequesis por un retorno
plicación- aplicación, tendientes a la expli- a las fuentes bfblicas, litúrgicas y doctri-
cación de una doctrina, se prefirió un tri- nales; nos queda la segunda mitad: reno-
nomio que, por ser personal, está más varla por una nueva relación al hom-
cerca del hecho salvífico y de la pastoral: bre .. (55).
proclamación - meditación - realización"
(52). Esto nos explica por qué van apare- Era la época en que ya se' había ini-
ciendo textos de religión que llevan el ciado la renovación kerygmática entre
siguiente esquema para las lecciones: tex- nosotros, con los nuevos programas estruc-
to blblico, análisis y memorización, apli- turados como historia de la salvación y
cación (53). basados en el Catecismo Alemán. Sinem-

(50) FOSCHER- TILMANN, Introducción al Catecismo Católico (Herder 1962) 40


(51) FISCHER-MILLER, o. c. 63
(52) SCHURR VICTOR, KerygDla:y Dogma, en ConciliuDI No. 3 (1965) 149
(53) Por ejemplo, los de ANDRES DOSSIN, (Ediciones Paulinas)
(54) JUNGMANN, o. c. 163

(55) AUDINET JACQUES La renovación de la Catequesis en la situación contemporánea, en Cate-


quesis y Promoción Humana (Ed. Sígueme 1969) 26

213
bargo, la Jerarquía Colombiana hacía, por mático-existencial. La historia de la salva-
su parte, al año siguiente de dicha Semana, ción déja, entonces, de ser una mera na-
este diagnóstico: ,. En la enseñanza reli- rración o esquema cronológico, para asu-
giosa específica, a pesar de todos los es- mir de lleno la potencia interpeladora que
fuerzos por una presentación adecuada compete al kerygma en orden a una deci-
del mensaje cristiano, manifestados a tra- sión personal, que concierne la totalidad
vés de los diversos programas de enseñan- de la vida frente al Evangelio. En esta
za, el contenido de ésta sigue siendo aún forma, la catequesis responde a una exi-
demasiado conceptualista, muy alejado gencia fundamental del kerygma y a la
de las realidades vitales de los alumnos, y vez se enfrenta al existencialismo que
con una dispersión tal de conocimientos, -como lo delcara Henry- constituye
que no facilitan una visión sintética del actualmente el mayor interrogante que se
mensaje y del compromiso cristiano que haya planteado jamás sobre el hombre,
impone ... La clase de religión no debe te- en comparación del cual el marxismo se
ner como función primaria la sola trans- queda filosóficamente analfabeta (57).
misión de conceptos, sino la preparación No es otra la gran preocupación del Vati-
del joven para que convierta su experien- cano 11 cuando en la Constitución Gau-
cia humana ordinaria en experiencia re- dium et Spes, se refiere a los "interro-
ligiosa ,. (56). gantes profundos" que angustian al hom-
bre de hoy (58).
Esta queja del Episcopado era el
eco a una necesidad que se venían pre-
sintiendo, tiempo atrás. en catequesis: el A.-La estructuración del contenido
descubrimiento de la dimensión antropo-
lógica. Fué necesario que se produjera A este criterio kerygmático-existen-
primero lo que el P. Nebreda llamó cial obedece el ,. Nuevo Catecismo para
la ., crisis del kerygma", para que en la adultos" (no tanto por su edad como por
Semana Internacional de Catequesis, cele- su madurez religiosa). Elaborado por el
brada en Kankok (1962) se insistiera en Instituto Catequético de Nimega, a soli-
un mundo paganizado y deshumanizado, citud del Epi~copado holandés, vió la luz
para la proclamación del kerygma. Desde pública en octubre de 1966. El contenido
entonces fué profundizando en esta pro- de la catequesis se estructura en una pers-
blemática, hasta pasar de una perspectiva pectiva histórico-salvífica, que rompe con
antropológico-cultural a un punto de vis- todo vestigio de divisiones especulativas
ta antropológico que integra los plantea- en la catequesis. Y esto es posible gracias
mientos personalistas y existenciales de la a una opción existencial según la cual la
filosofía actual. catequesis es concebida precisamente co-
mo la interpretación cristiana de la exis-
Es así como la catequesis gira en un tencia. Como lo explica Dreissen, "el
nuevo sentido que podemos llamar keryg- Catecismo tiene una estructura keryg-

(56) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, La Iglesia ante el cambio (Ed. Paulinas 1969)
Nos. 233, 235
(57) HENRY-BORNE, L' annonce de l' Evangile aujourdñui (Du Cerf 1962) 187
(58) Gaudium et Spes, No. 10

214
mática, no teológica. No conúenza, por siglo de erudición bíblica. litúrgica. patns-
ejemplo, por la doctrina sobre Dios, luégo tica, invadió el campo de la enseñanza elel
sobre el hombre, la Iglesia, los Sacramen- pueblo cristiano. Nuestros catecismos han
tos y la Moral. Este sería un orden siste- seguido el plan de la historia de la salva-
mático. Su orden es el de la historia de la ción. Pero, he aquí que de muchas partes
salvación" (59).Esto es evidente si obser- nos llegaban ecos que nos hablaban de
vamos las partes del libro: los línútes de ese lenguaje. Y el problema
es grave. No se quiere ya formar jóvenes
El nústerio de la existencia o adultos en una liturgia que se centra
El camino hacia Cristo sobre la comunidad reducida y local, se-
El Hijo del Hombre parada de la comunidad de los hombres.
El término del camino No basta contentarse con los signos del
pasado. Los acontecinúentos pasados de la
Es así como esta estructura consti- historia de la salvación no interesan ya a
tuye el desarrollo de un itinerario histó- los jóvenes, y para ellos resulta difícil des-
rico y existencial que se refiere a los hom- cubrir en Abrahán o Moisés una significa-
bres de todos los tiempos. Ahora bien, el ción para su vida. No basta tender hacia la
afán de relacionar todo el catecismo a la Parusía. sino buscar la venida del Señor
existencia humana, implica lógicamente aquí y ahora" (61).
la "traducción" del mensaje en términos
existenciales que realmente hablen al hom-
bre de hoy y éste los entienda. Es nada Por eso, como lo señalan las con-
menos que tocar la problemática de la in- clusione"S de Medellín, " se impone un
terpretación y formulación dei dogma, ta- trabajo permanente para que se haga
rea no exenta de graves riesgos. La desnú- perceptible cómo el Mensaje de Salvación
tización del lenguaje de la revelación ha es hoy palabra de vida. Hay que expresar
sido para el catecismo holandés el punto incesantemente, de nuevas maneras, el
neurálgico, por cuantó no se superan las Evangelio" en relación con las formas de
ambigüedades. Por esta razón la Santa Se- existencia del hombre, teniendo en cuen-
de señaló unas correcciones a las cuales se ta los ambientes humanos, étnicos y cul-
refrrió implícitamente S.S. Pablo VI en el turales, y guardando siempre la fidelidad
"Credo del Pueblo de Dios" (60). a la Palabra revelada" (62). Es verdad que
hay que estar alerta para no caer en la
Pero el hecho de encontrar tropié- tentación de ciertas tendencias teológicas
zas en la búsqueda de un lenguaje exis- que por exagerar el valor de la experiencia
tencial no quiere decir que deban ser aban- existencial llegan hasta prescindir de la
donados estos objetivos. En la Semana de conccptualidad del dato revelado (63).
Catequesis de Medellín Audinet afirma: Pero también es cierto que el kerygma re-
"En estos últimos años el resultado de un quiere una dimensión existencial que ha

(59) DREISSEN JOSEF, Diagnóstico del Catecismo Holandés (Herder 1969) 134
(60) DHANIS-VISSER-FORTMANN, Las correcciones al Catecismo Holandés (B.A.e. 1969) XXI
(61) AUDINET, o. c. 32
(62) Conclusiones Medellín, 8, 15
(63) SCHILLEBEECKX, o. c. 358

215
ile incorporarse en la estructura misma pasar desapercibidas. Así, por ejemplo,
de la catequesis. en lo tocante a la catequesis de adolescen-
tes. Rodríguez Echeverría propone unos
Esta es la razón por la cual se busca ejes psicológicos-existenciales como es-
hoy estructurar de tal manera el contenido tructurantes de la catequesis (67). Por
catequético que los núcleos kerygmáticos. su parte. el Instituto de Catequesis de
se articulen. como es natural. con las gran- Nimega nos brinda una interesante pro-
des experiencias existenciales del hombre. gramación de este mismo tipo, para la
Sólo así una catequesis evangelizadora po- ensefianza media. (68). Otro tanto pre-
drá conducir .• desde la experiencia ate- tenden los programas de catequesis ela-
mática hasta su tematización y explicita- borados por las diócesis canadienses de
ción cristiana" (64).Pero en el campo de lengua francesa. (69).
la programación catequética, este es un
camino que apenas se está explorando. En Entre nosotros constituyen un es-
efecto. sabemos que "es cosa fácil cons- fuerzo en esta misma línea los "Progra-
truir ún programa dentro de los moldes mas y guías de formación religiosa en la
de la teología clásica: ésta provee los en- ensefianza secundaria" para uso en la Ar-
cabezamientos y las concatenaciones. Pe- quidiócesis de Bogotá, pUblicados en
ro si se quiere fijar la atención en la exis- 1973 . ., Hemos tomado -dicen refIrién-
tencia del sujeto, este hermoso orden se dose a su estructura- el lenguaje de la ca-
encuentra transtornado "(65).Por ello, tequesis actual, que emplea no un esque-
hoy no se puede concebir el "tema" de ma lógico o una secuencia cronológica,
una catequesis en la forma abstracta tra- sino más bien temas globalizantes que pa-
dicional. Babin lo defme como "la pro- recen responder mejor a la unidad del
posición subyacente a la catequesis, en la mensaje de salvaci6n, por una parte, y por
cual se expresa una realidad doctrinal de otra, a la síntesis vivencial del cristianis-
tal manera que salga al tope de los intere- mo" (70).
ses profundos del grupo y revela al horg
bre a sí mismo" (66). Así, pues, la búsqueda de una es-
tructura kerygmático-existencial para el
Las experiencias que se están ha- mensaje representa hoy la preocupación
ciendo actualmente en este sentido son fundamental de las programaciones cate-
·tan importantes como para no dejarlas quéticas. •• Lo que no implica -como ad-

(64) RODRIGUEZ ECHEVERRIA G., Adolescentes experiencia humana y mensaje cristiano (Ed. SÍ-
gueme 1971) 134
(65) AUDINET, Vers une Catéchese des adolescents. Essai de methodologie (Ligel 1964) 59
(66) RABIN P., MethodoloJie pourUDe caticbese des jeunes (Du Chalet 1966) 53
(67) RODRIGUEZ E. G., o. c. 135
(68) INSTITUTO SUPERIOR DE CATEQUETICA DE NI MEGA, Bases para una nueva Catequesis
(Ed. SÍgueme 1973)
(69) OFFICE DE CATECHESE DU QUEBEC, un sens au voyage, la force des rencontres (Ed.
Fides 1969)
(70) ARQUIDIOCESIS DE BOGOTA, Programas y guías de formación religiosa en la enseñanm
secundaria (Ed. Pax 1973)

216
vierte Rodríguez Echeverría que el ca- Es verdad que la insistencia antro-
mino a seguir no está sembrado de di- pológica del Catecismo holandés lleva al-
ficultades.. El motivo fundamental de la gunas veces a confundir la experiencia hu-
problemática se encuentra en el modo de mana con el dato revelado, como ocurre
tomar en consideración la existencia: el en la presentación del pecado original.
procedimiento analógico no es una solu- Son escollos que hay que evitar. Pero esto
ción radical. Es un procedimiento en que no impide que sea necesario un proceso
tomamos la vida y la dejamos. La verda- existencial para comprender y aceptar el
dera solución, que creemos el camino del Evangelio, no sólo por conveniencia de
futuro, está en el procedimiento de pro- carácter humano, sino principalmente por-
fundización existencial •• (71). Sólo en que así lo exige el concepto teológico del
esta forma la situación psicológica del kerygma o proclamación del acon tecimien-
adolescente no será tomada como pre- to de salvación.
texto para enseñar determinada doctrina,
sino que será interpretada en su signifi- En efecto, .. reflexionando sobre el
cación profunda y totalizante, como cate- kerygma en ténninos de filosofía perso-
goría existencial que hará posible un ver- nalista, se ha afumado que la esencia del
dadero encuentro entre la vida y la fe. misterio cristiano concierne siempre a un
.. encuentro" actual entre Dios y los hom-
bres en Jesucristo. En definitiva es pues,
B.- m proceso metodológico la vida humana la que pertenece al con-
tenido de la catequesis. Pero primeramen-
En la catequesis kerygmático-exis- te este contenido se consideró a partir
tencial el método inductivo es tomado en de la revelación divina. En la actualidad
su carácter de procedimiento teológico. la perspectiva ha sufrido un giro de ciento
Es así como el catecismo holandés .. co- ochenta grados. El punto de partida no es
mienza presentando al hombre como ser ya la invitación de Dios, porque ello supo-
que pregunta. Cristo aparecerá así como ne que Dios es conocido. Lo que deseamos
el único que da las respuestas definitivas ahora es ir desarrollando la exneriencia
a los interrogantes que preocupan a los más directa, radical y progresivamente. Y
hombres. Un Catecismo basado sobre el aquí tenemos, pues, al hombre a la bús-
método deductivo habría comenzado, p. queda de una conciencia más clara y más
ej. afumando el misterio de la Santísima completa del sentido de su vida. La cate-
Trinidad, y se hubiera esforzado después quesis acompaña esa búsqueda y aporta
por explicarlo en el grado en que ello es una ayuda a su desarrollo. Hace tomar
posible. Es característico, por el contra- conciencia de los interrogantes profundos
rio, y precisamente por un uso preponde- del hombre y le prepara a la recepción de
rante del método inductivo, que sobre la luz que brota de la revelación cristia-
la doctrina de la Santísima Trinidad, el na. m contenido de esta catequesis con-
dogma fundamental del cristianismo, vie- siste en el sentido integral de la vida. Lo
ne a hablar el Catecismo holandés sólo que en ténninos teológicos podemos lla-
en las últimas páginas .. (72). mar sentido escatológico .. (73).
(71) RODRIGUEZ E. G., o. c. 135
(72) DHANIS-VlSSER-FORTMANN, o. c. XXIII
(73) VAN CASTER MARCEL. El sentido de la vida, en Catequesis Latinoamericana. No. 18 (1913) 6

217
En consecuencia, el anuncie keryg- siderar como un lujo que se podría aho-
mático, que descubre el sentido integral rrar, porque en ella se juega la dimensión
escatológico de la vida, requiere que el trascendente del Evangelio.
hombre desarrolle no ante todo un pro-
ceso intelectual o psicológico, sino bási- Fenomenología de la situación, in-
camente un proceso de toma de concien- terpretación existencia, reinterpretación
cia de sus experiencias personales e his- en la fe. Estos son los tres pasos, bien
tóricas. Es necesario interrogarse sobre ci!:,r precisos, que, como lo hace notar el P.
tas experiencias existenciales de vida y de Amalorvapadas. constituyen la dinámi-
muerte (implícitamente pascuales) y re- ca o "movimiento propio de toda cate-
. conocer la situación de pecado no sólo quesis" (76) .
a nivel de lo ético sino de lo existencial,
para abrirse al significado pascual del Sinembargo, el pasaje de una situa-
kerygma. Solo así llega el momento en ción dada a su significación existencial
que " el grupo esta preparado para en- constituyó el eslabón perdido para mu-
contrar una solución de totalidad. Ya no chas de nuestras catequesis que, preten-
se pregunta por soluciones a los proble- diendo ser situacionales, se enredaban en
mas, sino por la Solución Central, ya no la inmediatez de una situación, sin saberle
por caminos de salidas, sino por el Camino. encontrar la salida hacia lo trascendente.
Se busca la Clave Central que dé sentido Y en el mejor de los casos, de ahí se daba
al rompecabezas de la vida; el Mensaje un .. brinco" al Evangelio, quedando éste,
Total que anuncie una Salvación a las per- por tanto, artificial y reducido a los I(mi-
sonas y a la Sociedad en la historia" (74). tes de lo ejemplarizante. Con razón se han
levantado severas críticas contra estas ca-
Esto significa que para que una ca- ricaturas de la catequesis situacional (77).
tequesis sea " situacional" en su más au- Con todo, aquí tampoco la solución pare-
téntico sentido, no basta considerar la ce ser el regreso a la metodología de los
situación humana, como punto de partida, antiguos catecismos teológico-conceptua-
únicamente a nivel de lo inmediato, de lo les. El Directorio Catequístico General es
fenoménico. Por ello, el P. Van Caster explícito al exigir una pedagogía catequé-
establece entre la pre-catequesis y la cate- tica que integre la experiencia humana:
quesis un paso intermedio que él llama de
"transición" y que consiste precisamente " La experiencia hace nacer en el
en la interpretación existencial de una si- hombre intereses e interrogantes, esper:w
tuación humana (75). Tal es la profundi- zas y ansiedades, reflexiones y juicios que
zación que ninguna catequesis puede con- confluyen en un cierto deseo de transfor-
(74) VELA JESUS ANDRES, Grupos catecumenales. Metodología grupal de la educación en la fe
(Indo-American Press Service 1975) 147
(75) VAN CASTER MARCEL, Catéchese et Dialogue (Ed. Lumen Vitae 1966) 82
(76) SACRA CONGRAGAZIONE PER IL CLERO, Atti del 20. Congreaso Catechistico Internazio- _
nale (Ed. Studium 1971) 113
(77) Card. ANIBAL MUÑOZ DUQUE, Panorama eclesial colombiano, en Documentos para el
Diálogo No. S4 (MedeUÍn, agosto 1972). Circular de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de
Medellín, del 2 de febrero de 1973. Pbro. ALDO STELLA La nueva Catequesis, en Atanasio
No. 5 (mayo 1973)

218
.. A la catequesis corresponde, pues, la III LA TEOLOGIA DE LA
tarea de aclarar este objetivo, enseñando LIBERACION y LA CATEQUESIS
a los fieles la interpretación cristiana de
los acontecimientos humanos, especial- El hecho catequético
mente de los signos de los tiempos, de
tal manera que todos se capaciten panr En noviembre de 1971 se publica-
interpretar todas las cosas con sentido ron en Colombia nuevos programas nacio-
íntegramente cristiano (No. 26)" (79). nales de Catequesis para secundaria. Su
contenido estaba estructurado en torno
Pero esta perspectiva de síntesis im- a tres núcleos antropológicOs: "Persona-
plica, en la práctica de una programación lización, Liberación, Socialización ". Como
catequética, dos grandes interrogantes: punto de partida se presentaba " una vi-
sión global de nuestro país, pues es aquí
Cómo abordar la experiencia donde Dios se revela hoy para nosotros"
existencial de manera metódica, cuando (82).Para este diagnóstico general se ofre-
ella puede ser leída de múltiples maneras? cían los siguientes indicadores:
Los símbolos que' las interpretan también
son polivalentes y pueden leerse con plu-
ralidad de significación. Sería necesario el poder (dependencia econó-
contar con un cuadro de categorías hu- mica democracia)
manas básicas que correspondieran a las' la cultura
realidades de la fe. (80). la propiedad
la juventud (83).
Una cuestión humana profun-
da, o sea a nivel existencial (p. ej. el en-
cuentro con el otro) pone en juego la to- En consecuencia, los programas se
talidad del designio de Dios (la Trinidad, proponían brindar "un instrumento pro-
la Encarnación, la Redención, los Sacra- fético de cambio al servicio de la comuni-
mentos): por consiguiente, todos y cada dad eclesial' 'y, al mismo tiempo, de la
uno de estos misterios podrían ubicarse juventud. Como meta de la evangelización
justamente en tal experiencia existencial. se fijaba la siguiente: Que el joven en su
Pero con qué criterio se hará la tematiza- situación y en compaiiía de sus hermanos,
ción? En un artículo reciente Karl Rah- sea promotor consciente de la historia,
ner ha esbozado la importancia y la tras- unido a Cristo, meta que el designio de
cendencia de esta problemática para la Dios establece al desarrollo del hom-
teología contemporánea (81). bre" (84).
(79) SACRA CONGREGAZIONE PER IL CLERO, Atti del 20. Congresso Catechistico Internaciona-
le (Ed. Studium 1971) 2SS ss.
'(80) AUDINET J., o. c. S9
I
_(81) RODRIGUEZ E., o. c. 13S
(82) COMISIONES EPISCOPALES DE EDUCACION y CATEQUESIS, Programas Nacionales de
Catequesis .para secundaria. Guía General (1971) 22
I
(83) lb. 24
I
(84) lb. 29

219
Por esta misma época fueron apa- sias es ofrecer al Pueblo de Dios "las po~
reciendo publicaciones catequéticas y tex- bilidades de una liberación plena, las ri-
tos de religión que se proponían, apoya- quezas de una salvación integral, en Cris-
dos en las Conclusiones de Medellín, to, el Señor" (85).
orientar hacia una catequesis más cons-
ciente de sus implicaciones histórico-po- Todos los documentos de Medellín
líticas. traducen esta embrionaria teología de la
liberación, cuyos puntos claves resume así
Mons. Alfonso López Trujillo:
Fundamentación en una teología
Una interpretación religiosa
Tomamos estos hechos no para en- de la situación de América Latina: el es-
juiciarlos, sino como síntomas que refle- pectro del subdesarrollo, el fenómeno de
jan un viraje catequético que comienza a la dependencia, son situaciones de pecado.
darse no sólo en Colombia sino en Lati-
noamérica, en virtud de la que vendría a Estos hechos son un signo de
llamarse la "teología de la liberación ". los tiempos, de liberación. Detras de esos
clamores está Dios.
Para comprender mejor esta corrien-
te teológica, es preciso remontarnos a la La lectura de los signos de
Semana In ternacional de Catequesis y a la liberación lleva al compormiso del cris-
Segunda Conferencia General del Episco- tiano, porque son interpelaciones a su fe
pado Latinoamericano, celebradas en Me- y a su responsabilidad.
dellín en 1968. Estas se proponen reno-
var la acción pastoral de la Iglesia en 4 El compromiso se inserta en
tinoamérica, siguiendo los criterios teoló- la actitud de Cristo, cuya obra mesiánica
gicos del Vaticano n. Por ello, consideran es liberadora. Pero esta liberación cubre
que el momento histórico actual que vive y rebaza el horizonte de todas las esclavi-
nuestro pueblo, tanto en su problemática tudes, por lo cual no se agota en las di-
religiosa como en sus aspectos socio-eco- mensiones políticas y económicas, aunque
nómico-políticos, ha de ser analizado a la no las excluye.
luz de la visión conciliar de la revelación,
de la cristología, de la eclesiología, de la En síntesis, la perspectiva pascual es
la escatología. Es así como se van reco- la clave, en virtud de la cual la Iglesia asu-
rriendo los principales problemas pasto- me su misión liberadora (86).
rales para llegar a las respectivas conclu-
siones, bajo una idea dominante: no podrá • Es así como "la Iglesia latinoame-
haber dicotomía o divorcio entre los anhe- ricana, al centrar su atención en el hombre
los del hombre latinoamericano, que cla- de este continente, que vive un momento
ma por un cambio, y la historia de la sal- decisivo de su proceso histórico" (87) se
vación. Al contrario, la misión de la Igle- sitúa en continuidad con el criterio pas-
(8S) Conclusiones MedeUín 8, 6
(86) CONSFJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO (CELAM), liberación: Diálogos en el CELAM
(Ed. Paulinas 1974) 32 ss.
(87) Conclusiones MedeUín, Introducción No. 1

220
toral del Vaticano 11. Por que éste toma salvífica y del anuncio evangélico, lo cual
en consideración al hombre de hoy en trae como consecuencia, una reflexión crí-
cuanto vive el fenómeno de una historia tica sobre la acción de la Iglesia.
colectiva que se halla en trance de pro-
fundo cambio. Y al mirat desde esta pers- Después de Medellín, éste continúa
pectiva antropológica, el Concilio procede siendo no sólo el gran problema teológico
con toda razón, porque las búsquedas de de América Latina, sino que constituyó
los humanismos modernos tienen un pun- uno de los ternas mayores del Sínodo de
to de convergencia. En efecto -como lo 1974. Bastaría, para constatarlo, seguir
afirma N. Dunas- este valor ~lave es el las declaraciones de los Padres Sinodales.
sentido de la historia "(88). •• Liberación: fué quizás la palabra que
más veces se oyó en el Aula Sinodal, pro-
Ahora bien, si el existencialismo se nunciada por representantes de todos los
enfrenta a éste para negarlo, el marxismo, continentes. Y Pablo VI aseveraba, des-
por el contrario, afirma que él "resuelve pués del Sinodo, que liberación es una
el enigma de la historia y que sabe que lo palabra que la Iglesia tiene en alta estima
resuelve" (89). Y es evidente que su solu- y que hace propia, pues la encuentra, ante
ción es la del humanismo ateo: "median- todo, en su doctrina fundamental de la
te la aplicación de las ciencias, el hombre redención liberadora del mal, del pecado;
construye una historia: mediante la histo- pero, afiadía el Papa, como sabemos, la
ria, el tiene un futuro; mediante el traba- palabra liberación puede estar expuesta
jo, este futuro avanza hacia un ser-más: a interpretaciones ambiguas" (91).
mediante este ser-más, la historia ya no
tiene necesidad de Dios, ella se construye No es de extrafiar, por consiguiente,
sin El, ya no sube hacia El "(90).En esta que la teologi'a de la liberación haya hecho
forma, el hombre se va liberando hasta su ingreso a la catequesis según diversas
realizar su proyecto fundamental que, pa- modalidades, que podemos resumir en las
ra el marxismo, es de esencia política. dos grandes líneas que veremos a con-
tinuación.
Este nuevo mesianismo constituye
el gran desafío para el pueblo latinoame-
Consecuencias de esta teología:
ricano., por una parte tranicionalmente
cristiano, y por otra, ansioso de liberación. 1.- La catequesis de h'beraci6n bis-
Por ello, es necesario integrar a la dimen- tórico-pascual.
sión existencial y personal del kerygma
su dimensión histórica colectiva. Tal es la
tarea de la teología de la liberación: des- El documento de catequesis, de las
cubrir en qué sentido ésta,en su carácter Conclusiones de Medellín, traza una línea
socio-político, hace parte de la economía básica de renovación, la cual se expresa

(88) HENRY-DUNAS, o. c. 248


(89) MARX K., citado por HENRY -DUNAS, o. c. 267
(90) HANRY -- DU NAS, o. c. 255
(91) KLOPPENBURG BOA VENTURA, Evangelización y Liberación según el Sínodo de 1974, en
Medellín, l (1975) 31

221
en esta lacónica, pero ambiciosa frase: entre. la dimensi6n humana y cristiana,
" Manifestar la unidad del plan de constituye un atentado contra la visi6n
Dios" (92). integral y auténtica que nos da al Evan-
gelio" (95).
Este es el gran principio en virtud
del cual el citado documento añade: "A-
mérica Latina vive hoy un momento his- La estructuración de contenido y
tórico que la catequesis no puede desco- el proceso metodológico
nocer: el proceso de camuio social, exigi-
do por la actual situación de necesidad e La unidad del plan de Dios exige,
injusticia en que se hallan marginados lógicamente, una catequesis que tenga
grandes sectores de la sociedad. Por ello, como estructura la historia de la salvación.
la catequesis debe ser fiel a la transmisión Pero, en adelante, ésta va a ser mirada
del mensaje bíblico, no solamente en su también como la realizaci6n plena de
contenido intelectual, sino también en su una historia particular, muy concreta:
realidad vital encamada de los hechos de "como cristianos -dice el mensaje previo
la vida del hombre de hoy" (93).En efec- a las Conclusiones de Medellín- creemos
to, se rompería la unidad del plan de Dios que esta etapa hist6rica de América Latina
si los anhelos del pueblo latinoamericano está vinculada íntimamente a la historia
no encontraran respuesta absoluta y defi- de la salvaci6n "(96). Es así como las si-
nitiva en el misterio liberador de la Pascua tuaciones que vive el pueblo latinoameri-
de Jesucristo. cano encuentran su profunda significaci6n
dentro de los acontecimientos que arti-
Es para evitar este dualismo como la culan el símbolo, como síntesis de la fe.
Jerarquía Colombiana, a su vez, en el do- En los documentos de Medellín encontra-
cumento " La Iglesia ante el cambio", mos los siguientes ejemplos:
propone " que la catequesis integre, en
su auténtico sentido cristiano, las exigen- Creación: " El mismo Dios
cias de la actual etapa de desarrollo en que crea al hombre a su imagen y seme-
Colombia" (94).Porque "en los anhelos janza, crea la tierra y todo lo que en ella
por superar toda situación que impide el se contiene, para uso de todos los hom-
pleno y libre desarrollo de su ser, debemos bres y de todos los pueblos, de modo
descubrir una llamada fecunda y libera- que los bienes ..:reados puedan llegar a
dora de Dios al hombre. Se trata de que todos, en forma más justa, y le da poder
el hombre se realice en todas las dimen- para que solidariame!"'~e transforme y per-
siones de su vocaci6n única, alma y cuerpo, feccione el mundo" (97). "'No podemos
ser social e hist6rico. Cualquier separaci6n dejar de de"t:ubrir en la voluntad de trans-
de estos elementos y la separaci6n misma formación, las huellas de la imagen de Dios
I
(92) ~nclusiones Med.eUín, 8, 4
I
(93) Conclusiones MedeUln~ 6
1
(94) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, o. c. No. 273
(95) lb. No. 38
(96) Conclusiones Mede8ín, Mensaje
(97) lb. 1,3

222
en el hombre, como un potente dinamis- Espíritu Santo: "No podemos
mo. Progresivamente este dinamismo lo dejar de interpretar este gigantesco es-
lleva hacia el dominio cada vez mayor de fuerzo por una rápida transformación y
la naturaleza, hacia una más profunda desarrollo como un evidente signo del
personalización y cohesión fraternal y Espíritu, que conduce la historia de los
también hacia un encuentro con Aquel hombres y de los pueblos hacia su voca-
que ratifica, purifica y ahonda los valores ción " (102)." Por la fe y el bautismo
logrados por el esfuerzo hUrnaIlo" (98). (el hombre) estransformado,lleno del don
del Espíritu, con un dinamismo nuevo,
Encarnaci6n: •• Es el mismo no de egoísmo sino de amor, que lo im-
Dios quien, en la plenitud de los tiempos, pulsa a buscar una nueva relación más
envía a su Hijo para que, hecho carne, profunda con Dios, con los hombres sus
venga a liberar a todos los hombres de hermanos, y con las cosas" (103).
todas las esclavitudes a que los tiene suje-
tos el pecado, la ignorancia, el hambre, La Iglesia: •• Queremos que
la miseria y la opresión; en una palabra, nuestra Iglesia latinoamericana esté libre
la injusticia y el odio que tienen su origen de ataduras temporales, de convivencias y
en el egoísmo humano" (99). de prestigio ambiguo; que libre de espíri-
tu respecto a los vínculos de la riqueza,
Pascua: Como toda liberación sea más transparente y fuerte su misión de
es ya un anticipo de la plena redención servicio; que esté presente en la vida y en
de Cristo, la Iglesia de América Latina se las tareas temporales, reflejando la luz de
siente particularmente solidaria con todo Cristo, presente en la construcción del
esfuerzo educativo tendiente a liberar a mundo" (l04).
nuestros pueblos. Cristo pascual, imagen
de Dios invisible, es la meta que el desig- Consumaci6n escatol6gica :
nio de Dios establece al desarrollo del .. Cristo, activamente presente en nuestra
hombre "(100). historia, anticipa su gesto escatológico no
sólo en el anhelo impaciente del hombre
Sólo a la luz de Cristo se esclarece por su total redención, sino también en
verdaderamente el misterio del hombre. aquellas conquistas que, como signos pro-
En la historia de la salvación la obra divina nosticadores, va logrando el hombre a
es una acción de liberación integral, y de través de una actividad realizada en el
promoción del hombre en toda su dimen- amor" (105)." La fe, que opera por la
sión, que tiene como único móvil el caridad, está presente en el compromiso
amor" (101). temporal como motivación, iluminación
(98) lb., Introducci6n, 4
(99) lb. 11 3
(lOO) lb., 4, 9
(101) conclusiones MedeJ1fñ, 1,4
(102) lb., Introducci6n,4
(103) lb., 1,4
(104) lb., 14, 18
(105) lb., Introducci6n, 5

223
y perspectiva escatológica que da su sen- dicionamientos socio-económico-políticos
tido integral a los valores de dignidad hu- (" situaciones históricas" ) sino también
mana, unión fraterna y libertad, que vol- la dimensión existencial e' aspiraciones
veremos a encontrar limpios de toda man- auténticamente humanas" ). Se trata,
cha, iluminados y transfigurados el Dtá del pues, de la realidad humana, objetiva y
Sefior" (106)." La evangelización debe concreta, que no puede polarizarse en una
explicaF los valores de justicia y fraterni- sola de sus manifestaciones. Y a ellas se
dad, contenidos en las aspiraciones de las mira bajo un prisma teológico, desde
nuestros pueblos, en una perspectiva esca- un principio: " forman parte indispensa-
tológica "( 107). ble del contenido de la catequesis. ., En
efecto, ., interpretamos que las aspiracio-
Pero el descubrimiento de la acción nes y clamores de América Latina son sig-
liberadora de Cristo en el interior de la nos que revelan la orientación del plan di-
historia latinoamericana es, en catequesis, vino operante en el amor redentor de Cris-
el fruto de un proceso inductivo de carác- to que funda estas aspiraciones en la con-
ter teológico. El documento de cateque- ciencia de una solidaridad fraternal "(109).
sis lo resume en el siguiente párrafo:
- Un paso de transición: ,. deben
•• Las situaciones históricas
ser interpretadas seriam~nte, dentro de su
y las aspiraciones auténtica-
contexto actual. " Se trata, pues, de una
mente humanas forman par-
lectu~a de las situaciones históricas y las
te indispensable del conteni-
aspiraciones auténticamente humanas, que
do de la catequesis;
no puede limitarse a la sola significación
deben ser interpretadas seria-
sociológica ni psicológica, ni quedarse, por
mente, dentro de su contexto
tanto, en el plano de la inmediatez. Por-
actual,
que la historia que vive el pueblo latinoa-
a la luz de las experiencias vi-
mericano tiene por sí misma un lenguaje
venciales
mucho más profundo: no sólo se pregunta
del pueblo de Israel
por las liberaciones parciales, sino que
de Cristo,
plantea, en el fondo, el interrogante por
y de la comunidad eclesial,
una liberación plena y trascendente que
en la cual el Espíritu de Cris-
elimine la raíz de (oda opresi6n: el pecado.
to resucitado vive y opera
Tal es el diagnóstico que hace posible la
contínuamente ., (108).
apertura a la liberación pascual. En este
sentido son muy claras las conclusiones
Son tres pasos metodológicos, los
de Medellín: "EI origen de todo menos-
cuales se remiten unos a otros, y que se-
precio del hombre, de toda injusticia, de-
fialan respectivamente:
be ser buscado en el desequilibrio interior
Un punto de partida antropo- de la libertad humana, que necesitará
lógico que incluya no solamente los con- siempre, en la historia, una permanente
(106) lb., 10, 10
(107) lb., 7, 13
(108) lb., 8, 6
(109) Conclusiones Medeilía,Mensaje

224
labor de rectificaci6n" (11 O). Y a este esclavitud de Egipto hasta las opresiones
respecto también es muy claro el pensa- de la época de los Jueces, desde las derro-
miento de la Jerarquía Colombiana: "Pa- tas bélicas hasta las calamidades agrícolas,
ra el cristiano el cambio debe consistir en desde las matanzas ocasionadas por la
un esfuerzo de liberaci6n del pecado, que guerra hasta el destierro de los supervi-
por sí mismo y por sus consecuencias opri- vientes, desde las divisiones intestinas has-
me y esclaviza al hombre "( 111). ta la pérdida de la independencia nacional.
¡.
Cada una de estas coyunturas muestra a
Un punto de llegada o de en- su manera que la finalidad de la salvación
cuentro con el misterio cristiano: "a la de Dios ha sido siempre sacar al pueblo
luz de las experiencias vivenciales... Estas elegido de una situación común a todos
son las experiencias de liberaci6n vividas los hombres desde que el pecado se in-
en la historia de la salvación, cuya trama trodujo en la historia. Es normal que la
es preciso captar en su totalidad: no basta memoria de Israel se haya fijado preferen-
en catequesis situamos en la sola expe- temente en las experiencias más completas
riencia de Israel, o en la sola de Cristo, y decisivas de este género: liberación de
o en la sola de la Iglesia, como si cada una Egipto, introducción en la tierra prome-
de estas experiencias no involucrara las tida (no sin esfuerzos ni combates), libe-
restantes y pudieran darse aisladas. No po- raciones de la época de los jueces y de las
demos, en efecto, reducirnos al Antiguo guerras de la primera monarquía, apogeo
Testamento en una perspectiva judía, o a de la monarquía davídica, fracaso de Se-
la sola Iglesia en una perspectiva institu- naquerib ante la ciudad santa, decreto de
cional unilateral. La problemática huma- liberación de Ciro, etc ... Todos estos
na, por tanto, ha de ser ubicada dentro acontecimientos permiten, hasta cierto
de la globalidad de la economía de salva- punto, hacerse una idea previa de lo que
ci6n, centrada en el misterio pascual, que habrá de ser la salvación fmal. Lo que se
no es posible descomponer en sectores dice de la historia colectiva de Israel pue-
inconexos. de aftrmarse de las experiencias individua-
les de la salvaci6n: los salmos de lamenta-
En efecto, es en las experiencias his- ci6n y de acci6n de gracias son un ejem-
t6ricas vividas por un pueblo, primero en plo. La misma experiencia se proyecta en
el Antiguo Testamento y luégo en el Nue- las ficciones didácticas: Jonás salvado de
vo, y llevadas a su plenitud por Jesucristo, la muerte, Job probado, Tobías curado
donde Dios obra su gesta de liberaci6n. Tal de sus males, etc." (112).
es el plan salvífico divino, cuya realización Ahora bien, esta misma "experien-
dEScribe así el P. Grelot:· cia fundamental" es la que es retomada
en el Nuevo Testamento y sobrepasada
" A lo largo de los siglos Israel ha en profundidad.
tenido oportunidades para experimentar,
bajo todas sus formas, la condición mise- " Sobre la cruz, Cristo comparte
rable de la humanidad pecadora, desde la nuestra angustia y muere de nuestra muer-

(llO) lb., 1, 3
(111) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, o. c. No. 11
(ll2) GRELOT P., o. c. 311

225
mar el modo de vivir. La experiencia con- Una confrontación de los dos mode-
siderada en sí misma debe ser iluminada los educativos permite destacar las res-
por la revelación: la catequesis debe ayu- pectivas ventajas y puntos débiles. En el
dar a los hombres a: modelo kerygmático se distingue con ma-
yor claridad el criterio objetivo del men-
explorar saje revelado y así puede darse al oyente
interpretar y juzgar sus expe- una visión global y sintética de la revela-
riencias ción divina. Sinembargo, puesto que el
y a darle un sentido cristiano modelo kerygmático pone el acento prin-
a su existencia, poniendo de cipalmente sobre el aspecto histórico de
relieve la acción de Dios que la revelación, hay el peligre, para quien
opera nuestra salvación" (78). escucha, de considerar la revelación como
un hecho del pasado. De ahí el riesgo de
un distanciamiento cada vez mayor entre
Interrogantes y perspectivas el Evangelio y la vida. La ventaja del mo-
delo interpretativo está en que enseña al
El proceso de integración de la teo- hombre a buscar el sentido cristiano de la
logía kerygmática en la catequesis ha da- vida y a descubrir en el mundo el signifi-
do lugar a dos modelos de pedagogía de cado de una vocación cristiana. El punto
la fe que no hemos de considerar como débil de este modelo se encuentra en el
una alternativa en virtud de la cual sea peligro de un contacto insuficiente con las
preciso optar por uno de los dos caminos. fuentes de la revelación y de caer en el
En efecto, ellos se reclaman mutuamente subjetivismo en la interpretación de la
y representan dos líneas de convergencia vida. Además, es más difícil, en este mo-
en el anuncio del kerygma. Pero esta com- delo, transmitir a los oyentes un juicio
plementariedad no significa que perdamos de conjunto sobre el contenido de la re-
de vista las insistencias propias de cada velación.
procedimiento. En el Segundo Congreso
Catequístico Internacional, celebrado en Por otra parte, la confrontación de
Roma en septiembre de 1971, un Obispo estos dos modelos lleva también a la con-
polaco. Monsefior J. Stroba. empleada clusión de que se completan recíproca-
dos palabras claves para caracterizar estos mente, ya que a los aspectos más débiles
dos tipos de catequesis: " anunciar" e del uno corresponden las ventajas del otro.
" interpretar". El Prelado se refería a Se debe, además, concluir que la evolu-
ellos de la manera siguiente: ción de la catequesis no va en el sentido
de la oposición entre éstos. sino más bien
•• La palabra •• anunciar" corres- hacia una síntesis que pondría a salvo sus
ponde al modelo educativo cuyo punto ventajas. Esta conclusión la confirman tan-
de partida es la divina revelación: lo lla- to los nuevos programas catequéticos co-
mamos modelo kerigmático. A la palabra mo las publicaciones, ya teórica~. ya prác-
" interpretar", en cambio, corresponde ticas, que se refieren a este problema. Pa-
el modelo que tiene como punto de parti- rece que esta idea de síntesis entre los
da la vida: es el que designamos como an- dos modelos se abre camino en el Direc-
tropológico. torio Catequístico General cuando afirma'
t
(78) Directorio Catequístico General. No. 74

226
te; por eso tiene a flor de labio los salmos momento actual de la historia de nuestro
de dolor, porque la experiencia del sufri- pueblo era interpretarlo como un clamor
miento en los justos de Israel era el esbo- de liberación, y reinterpretarlo luégo como
zo profético de su propia experiencia, y acontecimiento de liberación en Jesucris-
más aún, una participación anticipada del to, significaba para la catequesis el camino
misterio de la cruz. Es así como el recurso acertado pero no por eso libre de grandes
de las grandes experiencias colectivas de riesgos. Por ello los Obispos dan una voz
salvación (liberaci6n) brinda las categorías de alerta contra lo que califican, ya de
de pensamiento que permiten exnresar el confusiones o identificaciones simplistas,
sentido de la historia de Jesús: por El se ya de dicotomías o dualismo~. Ciertos
realiza el misterio de un nuevo diluvio, rumbos tomados por la catequesis nos di-
de un éxodo, de una nueva alianza, de una rán si tales temores fueron infundados.
nueva entrada en tierra prometida, de una
nueva creación. Pero, si bien estas expe- En efecto, a raíz de Medellín se van
riencias históricas son asumidas en lo elaborando, en forma no muy sistemática,
escencial, la realidad escatológica las so- unas teologías de la liberación que apro-
brepasa: el pueblo de Dios entra verdade- vechan los aportes europeos de la teología
ramente en el reposo divino prometido a política y desprivatización de la teología.
los hebreos otrora en la patria celeste a la " Era el comienzo mundial del diálogo
cual habían vanamente aspirado: Cristo, entre marxistas y cristianos que, en Amé-
nuevo Adán, posee verdaderamente la glo- rica Latina, en el Tercer Mundo, adquiría
ria y la dominación otorgadas al primer un dramatismo incomparable "(1l4).Cier-
Adán recién creado" (113). tamente estas teologías han dado aportes
positivos como son "el amor a la justicia
Así pues, la liberación histórica no y el interés por llevar la comunidad ecle-
sólo constituye para el creyente una ex- sial a aproximarse a la realidad global
periencia de la salvación que viene de Dios, (principalmente estructural) de América
sino también el signo y profecía de la li- Latina, con el objeto de conocerla obje-
beración histórico-pascual puede garanti- tivamente en su línea de causalidad, cues-
zar, en catequesis, la unidad del plan de tionarla, transformarla. De aquí ha surgido
Dios, tanto a nivel de su comprensión co- una actitud muy honesta de autocuestio-
mo a nivel de la experiencia vivida. namiento progresivo de la misma Igle-
sia" (115).Pero talbs teologías s610 repre-
sentan una hipótesis de respuesta al
2.- Desviaciones:
marxismo, por cuanto pretenden "absor-
La catequesis de liberación históri- berlo ". Así en el caso de Gustavo Gutié-
co-temporalista y la catequesis de rrez (116).
liberación histórico-marxista.

En Medellín el Episcopado Latinoa- Es apenas normal que esta línea de


mericano era consciente de que asumir el pensamiento teológico haya abierto una

(113) GRELOT P., O. C. 313


(114) CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, O. C. 175
(115) lb. 110
(116) lb. 145

227
brecha en el campo de la catequesis. Y ción de su contenido: no son las realida-
ésta, con frecuencia, es repensada en el des históricas las que son llevadas a ple-
molde de una teología que descansa --co- nitud y reinterpretadas en los aconteci-
mo lo describe gráficamente el P. Po- mient(l~ en la historia de la salvación, sino
blete- en un razonamiento muy sim- éstos los que son reducidos a los proyec-
ple: " América Latina es dependiente y tos u objetivos liberadores que el hombre
por serlo vive oprimida. La liberación con- se propone. En esta perspectiva, Cristo
siste en romper con la dependencia y tan sólo da los medios para que el hom-
construir una nueva sociedad; y como el bre se libere, construyendo éste su propio
centro del que se depende es el capitalis- " sector" de la historia de la salvación.
mo internacional, la liberación significa
construcción del socialismo "(117). Por otra parte, si los planes históri-
. cos del hombre se identifican por sí solos
Sin este esqueleto de fondo no se con el disignio salvífico de Dios, es expli-
vería cómo podría encarnarse la teología cable que se desarrolle en catequesis un
de la liberación. Veamos las consecuencias proceso inductivo según el cual el conte-
para la catequesis. nido del mensaje 10 suministra el mismo
hombre, llamado a decir la palabra salví-
fica desde las situaciones que vive.
La estructuración del contenido y
el proceso metodológico Es así como se cae fácilmente en
una catequesis de liberación histórico-
Es en virtud del compromiso cris- temporalista, que muchas veces se con-
tiano como los documentos de Medellín funde con una catequesis de liberación
hablan de " la necesidad de un cambio histórico-marxista. Para mejor analizar el
global en las estructuras latinoamerica- problema nos permitimos hacer referencia
nas" (118). Y como lo declara el Epis- al esquema catequético de Medellin que
copado Colombiano, "la Iglesia no sola- atrás hemos transcrito.
mente tiene esta visión, sino además con-
sidera que le corresponde ser agente de - El punto de partida: " las situa-
cambio. Encarnada en el mundo, al cual ciones históricas y las aspiraciones autén-
debe servir como signo eficaz de salvación, ticamente humanas" del hombre latinoa-
es consciente de su compromiso para el mericano. Aquí la reducción consiste en
hombre y su historia" (119).Sinembargo considerar la dimensión socio-económico
esta misión de servicio al mundo no signi- política como totalizante. En consecuen-
fica que haya de elaborarse una teología cia, se opta por la causalidad: el subde.
en función de cambio, en el sentido de que sarrollo de América Latina se explica por
este acontecimiento constituye "la clave la teoría de la dependencia. Ante estos
de la liberación cristiana y se identifique peligros de identificaciones simplistas es
indiscriminadamente con ella. Tal parece preciso relativizar afrrmaciones como ésta:
ser, no obstante, la preocupación de mu- "Lo único que permite precisar las tareas
chas catequesis, a juzgar por la estructura- de la pastoral, las eventuales opciones
(117) CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, o. c. 215
(118) lb. 1, 16
(119) CONFERENCIA EPISCOPAL DE COLOMBIA, o. c. No. 14

228
preferenciales, las programaciones oportu- - El paso de transición: " deben ser
nas, es el análisis atento de la situación interpretadas ... " El proceso catequéti-
socio-cultural. Sólo una buena base so- co ha de ir hasta un planteamiento de
ciológica puede garantizar el recto plan- fondo de la situación histórica. Con qué
teamiento de la acción catequística, por- instrumento de análisis? . " Para poder ha-
que sólo así podemos estar seguros de que blar de una teología de la liberación -afIr-
estamos responsiendo a las exigencias rea- ma L. Gera- es necesario asumir la di-
les de los hombres concretos a quienes mensión política como conflictiva. Pero
queremos dirigirnos ,. (120). En efecto, el viene el problema: qué entienden unos por
compromiso de la fe no presume de "so- conflicto y qué entendemos nosotros por
luciones" técnicas ni remedios infalibles" conflicto? ,. (124).Ciertamente el teólogo
(121).Como lo decían algunos Padres Si- " no podrá marcar como un imperativo
nodales, en 1974, "hay aqpJun equívoco una opción en la que se interpreta el con-
fundamental: pensar que los desequilibrios flicto en el universo del análisis marxista.
sociales tienen su origen únicament~ en la Esta no asume el conflicto en general, sino
tensión existentes en las estructuras eco- una forma exclusiva y excluyente de con-
nómicas, políticas y sociales y que, cam- flicto social, que deriva de la dimensión
biándolas, el hombre podrá restablecer económica, si bien intentos posteriores en
una especie de paraíso perdido" (122).Lo el marxismo insisten en la dimensión po-
cierto es que "el cristianismo no es un lítica (125). Como anota el P. Bigó" el
camino sociológico para el cambio de es- conflicto entre las clases sociales, entre
tructuras políticas. Por eso no se puede capitalistas y proletarios, es un aspecto
presentar el cristianismo como una alter- fundamental del conflicto humano hoy
nativa entre capitalismo o marxismo. Có- día, pero no lo expresa en su totalidad. La
mo instaurar en el mundo estructuras so- iniquidad capitalista es una forma, más
ciales nuevas más acomodadas a la reali- urgente, no la única, del misterio de ini-
dad histórica, lo dirán la sociología, la quidad por el cual el hombre se enfrenta
política o la técnica. En cualquiera de las a Dios y, divinizando los poderes sociales,
opciones socio-políticas que se asuman, explota a su semejante. El fetichismo de
el cristianismo tendrá que vivir actitudes la mercancía tiene sus raíces en la idola-
pascuales. Y tendrá que rechazar cualquier tría que deniega la adoración al único
tipo de solución que, bajo pretexto de Dios: si no se reconoce esta fuante. se co-
,. científica", no le permita luchar por el rre el riesgo de generar nuevos fetichis-
hombre y la sociedad nueva a la manera mos de otra índole" (126).
de la Pascua" (123).

(l20) ALBERICH EMILIO, Orientaciones actuales de la catequesis (Ed. Don Bosco 1973) 21
(121) Conclusiones MedeHín, Mensaje
(122) KLOPPENBURG B., o. c. 32.
(123) VELA J. A., o. c. 58
(l24) CONSEJO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, o. c. 284
(125) lb. 265
(126) lb. 241

229
- El punto de llegada: "a la luz de de Cristo, sino el significado político, su
las experiencias vivenciales", o sea los persona misma pierde la identidad teoló-
acontecimientos de liberación: gica, para convertirse en un revoluciona-
rio más. ., Muchos grupos que pública-
" del pueblo de Israel". El tema del
mente se identifican con la teología de la
éxodo es clásico en la teología de la libe-
hberación -escribe Marins- insiste en
ración, de donde pasa a la catequesis." La
que la originalidad del cristianismo es la
liberación de Egipto- dice Gutiérrez- es
fraternidad de los hombres, pero casi nada
ante todo un acto político" (127). Pero
se dice de la filiación divina, del don de la
la experiencia bJ.'blica de liberación no pue-
gracia. Se acepta, entonces, una fraterni-
de reducirse a la liberación política. "El
dad sin padre, es decir sin base. El proceso
éxodo, concretamente, es la historia de cristológico es unicamente inductivo. Se
un conflicto, y muy serio. Pero no es tan- analizan dinamismos inmanentes de la es-
to conflicto de clases, cuanto enfrenta- tructura humana y se presenta a Cristo
miento entre Dios y el Faraón, entre los como respuesta a las preguntas últimas del
depositarios de la bendición y las fuerzas hombre y a sus inmediatas aspiraciones.
hostiles a ellos" (128).Pero aún el!tendi- El método es legítimo, pero no se toman
do el éxodo en sentido primordialmente en cuenta suficientemente sus limitacio-
religioso, es apenas una fase que no pue- nes, pues se quiere situar a Cristo como
de disociarse del Nuevo Testamento. En mera prolongación inmanente y directa
efecto. como observa Van Caster. cier- de los deseos del hombre. Además mu-
tos textos catequísticos actuales po- chas veces se identifica a Cristo con los
nen en corto circuito el éxodo (o la pas- pobres y de ah{ el riesgo de confundirlo
cua del Antiguo Testamento) y la situa- con uno más entre ellos. Su figura se dilu-
ción actual del Tercer Mundo o la activi- ye, pues Dios se revela no en el hombre
dad cristiana en esta situación. Tal simpli- en general, sino en un hombre muy con-
ficación es excesiva, porque ella olvida creto, en determinado tiempo y lugar:
mencionar lo principal: la Pascua de Dios se revela en Jesucristo. Se busca en-
Jesucristo. Es errónea, porque ella no
tonces salvar al hombre unilateralmente,
tiene en cuenta la diferencia que hay en-
partiendo de él mismo ... De hecho no se
tre las dos. Esta diferencia es esencial, ya
cuenta con la cruz, o sea la identifica
que es precisamente por su testimonio
sencillamente con la mala fe de la oposi-
sobre aquello que es diferente en su men-
ción, las calumnias y maniobras de los
saje por lo que Jesús ha sido crucificado.
adversarios, etc." (130).
No es posible que la concepción moderna
del cristianismo consista en reencontrar " y de la comunidad eclesial, en la
simplemente el Antiguo Testamento " cual el &píritu ... " La experiencia viven-
(129). cial de la Iglesia como sacramento de sal-
"de Cristo". Si la liberación pascual vación sufre también el reduccionismo y
no es lo más importante en el sacrificio la identificación simplista a lo político.
1(127) atado por CORREA G., Leyendo el Exodo ya Gustavo Gutiérrez, en Tierra Nueva, 2 (1973) 90
(128) CORREA G., o. c. 93
(129) VAN CASTER M., Liberación del hombre y misterio pascual, en Catequesis Latinoamericana,
No. 11 (1971) 366
(130) CONSruO EPISCOPAL LATINOAMERICANO, o. c. 113

230
Más aún, será posible encontrar en ella abstracto e .intemporal. Al contrario, las
tal experiencia salvífica porque se la con- dificultades que ella encuentra han de ser
sidera como el gran escándalo. El Episco- el mejor acicate para proseguir en la bús-
pado español describía así, en el Sínodo queda. No se resuelven los problemas eva-
de 1974, esta tendencia temporalista: ., La diéndolos. Tal es la lección que nos da el
Iglesia institucional, en virtud de compro- Sínodo de 1974.
misos históricos seculares, es obstáculo
para el acercamiento del hombre con los
oprimidos, cuyo vínculo sustancial es el Interrogantes y perspectivas
compromiso solidario de suprimir, me-
diante la revolución, la opresión en el En medio del desconcierto que han
mundo. La conclusión es que la Iglesia venido causando en catequesis las diferen-
institucional ha de ser abandonada como tes posiciones frente a la teología de la
cauce del encuentro con el hermano opri- liberación, era natural esperar del Direc-
mido, o ha de ser radicalmente transfor- torio Catequístico General orientaciones
mada. Frente a la Iglesia institucional y bastante definidas a este respecto. Sinem-
" oficial", corrompida por su complici- bargo, para muchos catequetas no basta-
dad con las clases dominantes, surge la ron las alusiones generales a la interpreta-
nueva Iglesia que es la fraternidad de los ción cristiana de los signos de los tiempos
oprimidos, cuyo vínculo sustancial es el (132). Según Chahin y Castañeda. "le-
yendo la primera parte del Directorio
compromiso efectivo y solidario por erra-
dicar la opresión del mundo. Y puesto se conciben grandes ilusiones en cuanto al
que la revolución socialista es el cambio con tenido que ofrecerá como respuesta
científicamente necesario para transfor- a la situación actual del mundo y de la
mar el mundo actual en un mundo confor- Iglesia. Pero tal respuesta no aparece en
me con la dignidad del hombre, el cristia- parte alguna. Y no es que el contenido
no debe colaborar positivamente con las esté mal. Es una síntesis bastante clara de
fuerzas socialistas para acelerar el triunfo las principales verdades de nuestra fe. Pero
de la revolución" (131). Tal sería el sen- no hay relación alguna entre esta síntesis
tido de la metanoia o conversión cristiana. y la situación planteada en la primera
Mientras triunfa la revolución, se optará parte. Hasta hoy todos los directorios y
por un "tercer hombre de la Iglesia .. que Programas de Catequesis han omitido esta
permanece en ésta como estrategia para parte actualizada de la revelación. No se
concientizar, hasta que consiga las nuevas transmite al Dios histórico presente en
estructuras eclesiásticas y sociales. todos los sucesos de la existencia humana.
Nuestra evangelización será capáz de dar
Sinembargo, las grandes tentaciones a conocer al Dios vivo, solo si logra trans-
que acechan la teología de la liberación mitir el mensaje de liberación de los pue-
no son razón para que la catequesis se de- blos. Este tendrá que ser el contenido re-
vuelva del camino trazado por Medellín velador extraído de los acontecimientos
y se paralice dentro de los moldes de lo históricos de América Latina" (133)
(131) KLOPPENBURG, o. c. 15
(132) Directorio Catequístico Geneml, No. 26
(133) CH~HIN E. y CASTAÑEDA J.L., Aportes al Directorio desde la base, en Catequesis Latinoa-
mencana, No. 16 (1972) 383

231
Sinembargo, es claro que la natura- en perjuicio del significado esencial que
leza misma del Directorio no permite en- la Iglesia atribuye a la evangelización o
trar en las aplicaciones concretas de las anuncio de todo el Evangelio "(135).
normas generales. Por ello el mismo Di-
rectorio afIrma: 'Tampoco se quiere mos- Es dentro de esta búsqueda de au-
trar en esta parte una manera orgánica de tenticidad de la catequesis de liberación
ordenar las verdades de la fe en una como histórico-pascual como se nos impone hoy
síntesis que responda, a la vez a una je- una doble tarea:
rarquía objetiva y a las aspiraciones exis-
tenciales de los hombres de nuestro tiem- - Una labor purifIcadora: "Urgen-
po. Esta es tarea de la teología y de otras te es rescatar la liberación de sus desvia-
disciplinas que se ocupan de exponer la ciones economistas, de sus desfiguraciones
doctrina cristiana" (134).En cambio, el politiqueras, de su transformación en me-
mencionado Sínodo de 1974 se proponía sianismo zelotista. Desintoxicar la libera-
una reflexión práctica sobre las relaciones ción no es hacerla analgésica o incolora.
entre promoción o liberación humana y Ella es y debe ser un reto a las clases diri-
evangelización o liberación cristiana. Es gentes injustas, a los privilegiados ciegos
así como en el discurso de clausura S.S. y sordos a la justicia. Al liberar la libera-
Pablo VI podía constatar los resultados ción de liberaciones se descubrirá el ver-
obtenidos: dadero rostro de la salvación integral en
Cristo. La liberación integral cuya arma
" Se ha aclarado la relación de dis- es la no-violencia activa, opta por lo ar-
tinción, de integración y de subordinación duo: acabar con la injusticia convirtiendo
de la promoción humana respecto a la a los injustos, suprimir la opresión trans-
evangelización del misterio de Cristo, que formando a los opresores en hombres jus-
implica el conocimiento de la Trinidad, la tos" (136).
participación de la naturaleza divina y la
salvación eterna del mundo presente y fu- - Una labor constructiva: profun-
turo. Además, la liberación humana ha si- dizar el contenido liberador de la cateque-
do puesta en su justo relieve, ya que for- sis destacando, sin confusiones, la unidad
ma parte del amor que los cristianos deben que existe entre la historia latinoamerica-
a sus hermanos. Pero la totalidad e inte- na y la historia de la salvación. En este
gridad de la salvación no se ha de confun- sentido Marins advierte que es necesa-
dir jamás con esta o aquella liberación; y, rio reubicar con mayor luz la siguiente
por lo mismo hay que procurar que el temática:
Evangelio conserve toda su originalid"tj
propia: la de un Dios que redime al hom- a.- "El primer acto salvador-li·
bre del pecado y de la muerte y le intro- berador de Dios, que es la creación del
duce en la vida divina. No se puede, pues, hombre, pues cada uno, individualmente,
acentuar demasiado, a nivel temporal, la fue fundamentado en su existencia por un
promoción humana y el progreso social, acto creador de Dios, que es don gratuito
(134) Directorio Catequístico General, No. 36
(135) SINODO DE LOS OBISPOS 1974, La evangelización en el mundo contemporáneo (Ed. Andes)
19,26
(136) GALAT J., liberación de las liberaciones (Ed. Paulinas 1974) 200

232
que abre perspectivas para la comunión gicos han originado, en catequesis, otras
con Dios y con los demás, que libera co- tantas modalidades en la estructuración
locando al hombre al servicio de la libe- del contenido y en el desarrollo del pro-
ración integral de todos. De ahí que todo ceso metodológico. Surge entonces espon-
10 que libera verdaderamente al hombre táneamente una pregunta: cual de ellos,
debe conservar esas características del ac- representa aquí y áhora, el criterio que
to creador. debe orientar nuestra catequesis?

b.- La liberación pascual de Cris- No se podría responder sin tener


to, algo único, inimitable, que es al mismo en cuenta que ninguna teología agota la
tiempo don de Dios y conquista del hom- reflexión sobre el misterio cristiano y que,
bre. Es una original experiencia histórica por tanto, ninguna tiene la última palabra.
que se manifiesta como liberadora a tra- Lo cual no impide que la teología, como
vés de un acontecimiento que transforma mediación eclesial de la Palabra de Dios,
la historia de los hombres para siempre ... cumpla su función de garantizarnos el co-
La Pascua fué una experiencia real que los nocimiento de la revelación. Sinembargo,
discípulos vivieron. Experiencia de Jesús éste no se lleva a cabo sin los condiciona-
y de su libertad, para los discípulos que se mientos inherentes a una época determi-
ven, entonces, comenzando a participar nada. Por tanto, en cadl momento de IfI
de esa libertad que es la de ser donación evolución teológica, las conquistas irán
para los otros. siempre alIado de las limitaciones, 10 cual
es aplicable, en consecuencia, a la cate-
c.- La experiencia pascual de la quesis.
comunidad eclesial, que no se separa de
la realidad histórica, pero se realiza en Porque -como escribe Audinet-
ella y dentro de ella (de modo compro- " con relación a nosotros, cada pedagogía
metido), se hace proceso transformador de la fe refleja también una imagen" en
de la historia del hombre que, en comu- acto" de la Iglesia y del misterio cristia-
nión con el don de Dios, camina hacia la no. Al fin y al cabo, es a través de lo que
plenitud de su realización" (137). pasa en la Iglesia como el cristianismo es
vivido y es "dicho", de una manera o de
Son las tres grandes articulaciones otra. Este punto es más delicado. El cris-
de la síntesis de fe del Símbolo -·estruc- tianismo, en efecto, a nivel de lo vivido,
tura de la catequesis-- que esta ha de re- es una totalidad. Todo se articula, desde
tomar como acontecimientos de liberación, la Trinidad, hasta el comportamiento en
que confieren su significación plena a la detalle de la vida cristiana. Pero esta tota-
historia del pueblo latinoamericano. lidad no es percibida por todos de la mis-
ma manera. Cada ángulo de vista pone de
relieve ciertos aspectos y deja otros en la
sombra. No basta contentarse con una
CONCLUSIONES GENERALES construcción intelectual que dé razón de
esta totalidad, para que a ésta se ajuste
Hemos visto cómo, a 10 largo de la vida, como la hace una teología clásica.
cuatro siglos, distintos enfoques teoló- El movimiento es a la inversa: la vida ex-
(137) CONSEJO APISCOPAL LATINOAMERICANO. o. c. 128 ss.

233
presa ciertJl manera de ver el cristianismo, de modas que se sustituyen la una a la
es decir, Dios, el hombre, la salvación, la otra. Por eso, en la práctica, una progra-
Iglesia, el mundo. Estos elementos se co- mación de catequesis requiere un criterio
nectarán, por su parte, de manera diferen- de síntesis e integración de las distintas
te según el ángulo de vista y el aporte de perspectivas teológicas: no es lo mismo
la experiencia. Sin insistir más, señalamos buscar el equilibrio de la catequesis que
que no hay nada más tradicional que ésto; tratar de componer un mosaico, tomando
cada época, en el curso de la historia, ha de todo un poco, para no comprometerse
percibido el cristianismo con insistencias con determinado punto de vista. Es en es-
diferentes, lo mismo cada .. espirituali- te sentido como el Directorio Catequís-
dad" : la imagen de Cristo, por ejemplo, tico General nos da unas sabias normas
se modifica desde el Pantócrator de los que asumen las riquezas que los distintos
Padres griegos hasta el Jesús' de San Fran- a
enfoques teológicos han aportado la ca-
cisco y al Verbo Encarnado del siglo XVII. tequesis pero ubicándolas, al mismo tiem-
Igualmente cada pedagogía pone de reiie- po, dentro del conjunto de la pedagogía
ve ciertos puntos del misterio cristiano de la fe.
en vez de otros, e insiste en estos puntos
en unos aspectos sobre otros. Para ser Por otra parte, los diferentes cami-
breves, digamos que la imagen de Dios, nos que se han ido abriendo, en los cam-·
de la Iglesia, de la fe, de la existencia cris- pos de la teología y de la catequesis, es-
tiana, no será la misma según una u otra pecialmente en lo que toca a nuestra si-
pedagogía "(138). tuación colombiana, nos indican cómo
a cada momento histórico corresponde
Por consiguiente, en catequesis no una responsabilidad creativa, de acuerdo
puede darse una opci6n teol6gica que sea con las necesidades que se viven, para que
exclusivista o unilateral. Pero también es la catequesis pueda hacer viviente la tra-
cierto que en un caso dado, según la situa- ditio o entrega eclesial de la Palabra de
ci6n concreta del sujeto, tendremos que Dios. Esta es otra razón para no anclamos
decidirnos por un tipo determinado de en las formas del pasado y afrontar, en
catequesis. En efecto, las diferentes edades cambio, la tarea que hoy se nos exige.
de la vida y las circunstancias múltiples
que nos rodean requieren cierto pluralis- Es así como podemos constatar que
mo y no quemar etapas en la educación nuestra Iglesia Colombiana se halla en es-
progresiva de la fe. Sinembargo, no pode- tado de búsqueda. consciente del aporte
mos encasillamos en una sola visi6n teo- teol6gico y catequético que los tiempos
16gica, como si ella tuviera el privilegio de actuales le reclaman. Es una labor que
hallarse éxenta de limitaciones. Al con- requiere la unión de las fuerzas en cola-
trario, el catequista ha de saber encontrar boración inteligente y fraternal: tal es la
en la evolución de la catequesis un desarro- gran intuición de este Primer Congreso
llo 16gico y arm6nico y no una sucesi6n Teológico Nacional.

(138) AUDINET J., Catéchese a la dérive? en Catéchese, No. 35 (1969)

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