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forgot ESCALA DEL PARAISO a ew So sy Se? o ws ve R. P. JUAN ANTONIO LATORRE de la Congregacién de Misioneros Hijos. | del Inmaculado Corazén de Maria ESCALA DEL PARAISO | © sea CURSO DE MEDITACIONES ESPIRITUALES para | Seminarias y Colegios de Religiosos SEXTA EDICION | corregida y aumentada | por el I R. P. DONATO CHAVARRI | Dicestor espiritudl del Seminario de Sigiemsa i De la misma Constrogactsn | TOMO II | ° EDITORIAL COCULSA Victor Peadora, 65 ‘MADRID 955 Ra ste Uo or aE APROBACIONES NIHIL OBSTAT: CarLos B, Musa, C. M. F. Censor. | j VIA UNITIVA PUEDE IMPRIMIRSE Pepro Scuwererr, C. M, F. SECCION I ‘Sup. Gral. MEDITACIONES DEL SANTISIMO [ SACRAMENTO NIHIL OBSTAT: 1—EL CORDERO PASCUAL, FIGURA Dr. Anorfs pe Lucas. DEL SANTISIMO SACRAMENTO Censor. RELUDIO 1.” Represéntate a Cristc JJ Nuestro Sefior en cl cengeulo eomiendo el cordére pascual cor IMPRIMASE: sus apdéstoles, + Jost Maria, On. Aux. Pret. 2° Pide a Jests la gracia de rec! Vie. Gral. bir su Cuerpo con las mismas disposiclones con que fl comié el cordero pascual en 1 noche de la Cena, Es propiedad de los editores Punto 1.°: El cordero paseual, simbolo de los efectos que causa Jess en el Santisimo Sacramento. Impreso én Bepatia Considera cémo. antes de que saliesen los israelitas del cautiverio de Egipto, mandéles el Seftor que le sacrificasen un cordero sin mancha y que se lo comie. MARIBEL—Tomas Bretén, 51—MADRID 6 via UNITIVA—sECCION 1.6 sen, (Exod., 12, 3.) Este cordero pascual figuraba a Jesucristo Nuestro Sefior, el cual se sacrifica todos los dias en los al- tares y es comido por los cristianos en la Sagrada Comunién. Aquel cordero le- gal se sacrificaba en agradecimiento de la merced que hizo el Sefior al pueblo de Israel libréndole del cautiverio del Faraén, y este Cordero divino se sacri- fica en la Misa en memoria y agradeci- miento de la soberana merced que hizo al pueblo cristiano rescaténdole de Ja esclavitud del demonio y del pecado. Con la sangre del cordero pascual sefialaron los israelitas las puertas de sus casas y libraron a sus primogénitos dela muerte temporal, y con la sangre de este Corde- ro de Dios, que quita los pecados del mun- do (Joann., 1, 29), somos preservados de la muerte de la culpa en esta vida y de la muerte eterna en la otra. Finalmente, los israclitas, con la carne del cordero se fortalecieron para salir de Egipto y emprender animosos el largo camino que habfan de recorrer hasta entrar en la tierra prometida, y los cristianos somos confortados con la carne de Cristo para salir de la esclavitud de los vicios y ca- minar con fervor por las sendas de la virtud hasta entrar en la tierra prome- tida de la gloria, MED, 14—EL CORDERO PascuaL, x De la consideracién de los bienes que comunica este Cordero celestial a los que dignamente lo comen, sacards grandes deseos de recibirle, haciendo firmes pro- POsitos de acercarte con frecuencia a esta mesa divina en agradecimiento a los beneficios que de Dios hag recibido para preservarte de la muerte de la cul pa y para caminar seguro por el sendero de la virtud hasta la muerte, *iOh dulefsimo Jestis, Cordero de Dios, que quitdis los pecados del mundo! Li brad mi alma con vuestra sangre de la esclavitud del demonio, de la tiranfa del mundo y de la muerte del pecado, y con fortad mi espfritu con vuestra carne pa- ra que camine sin desfallecer por el de- sierto de esta vida hasta Megar a la tie~ rra prometida de la gloria. 3k Punto 2.°: Las ceremonias para comer el cordero, simbolo de las disposiciones para comulgar. Considera cémo todas las ceremonias que orden6 el Sefior para comer el cor- dero pascual, significan las disposiciones con que hemos de comer el divino Cor- cero, que se nos da en el Santfisimo Sa- cramento. Primeramente, se comia el g Vid UNITIVA—srecién La cordero pascual con pan sin levadura, porque, como dice San Pablo, nadie se ha de acerear al Sacramento con la leva. dura del pecado, sino con pura concien- cia, ajena de toda maldad y malicia (£ Cor, 5, 7); lo segundo, con lechugas amargas, para significar que se ha de purificar el alma, si algo hay en ella que no sea puro, con las lagrimas amar- gas del dolor y con la amargura de la mortificacién y penitencia; lo terecro, cefiido el cuerpo, porque siendo este Cor- dero inmaculado fuente y origen de to- da pureza y santidad, a quien acompa- fian en el cielo los puros y castog (Apoc., 14, 4), exige grande castidad y pureza en el que lo come; lo cuarto, calzados los pies y con baculos en las manos, que es hébito de caminantes, para significar que los que comen de esta mesa se han de tener por peregrinos que no tienen en este mundo ciudad permanente, sino que buscan la venidera (Hebr., 13, 14), los cuales no echan rafces en esta tie rra de donde esperan pronto partir, sinc en la otra, donde vivirdn siempre. Fi nalmente, mandaba la Ley que se co miera aprisa, sacudiendo toda pereza y¥ flojedad, para ensefiarnos que hemos de comer de este Cordero divino, no con tedio ni fastidio, sino con hambre y dt DOD. 1—EL CORDERO PascuAr... 8 verdadero fervor, esto es, con entrafia- bles deseos de quedar saciados de log in- estimables bienes que en sf encierra. Entra, por tanto, dentro de ti mismo y examina si siempre te han acompafia- do estas disposiciones al acerearte al convite celestial. Mira si guardas tu al- ma libre de la levadura del pecado, si burificas tu conciencia con Mgrimas de dolor, si vives cefiido con el cingulo de la castidad y si suspiras, como peregri nO que eres sobre la tierra, por partici par del cuerpo de ‘Cristo en esta vida y en la otra de su felicidad y posesion eterna, 40h Cordero de Dios, figurado desde tiempos muy remotos en cl cordero pas- cual! Puesto que queréis darme a comer vuestra carne divina, concededme para ello las disposiciones que exigiais a Ios hijos de Israel para comer el cordero. Dadme pureza de conciencia, dolor de corazén, castidad de alma y cuerpo y vivos deseos de la vida eterna, dispo- niéndome para este convite como quien esta de paso en este mundo y en breve ha de Megar al descanso eterno de la gloria 10 Via UNITIVA—SECCION 1.8 Epilogo y coloquios. jCudn grandes son los bienes que co- munica Jestis a los que le reciben en la Eucaristia! Significados estén en el cor- dero pascual, figura de este Sacramento. Con el saerificio del cordero daban los israclitas gracias al Sefior por haberlos libertado del cautiverio del Faraén; con su sangre los primogénitos se libraron de la muerte temporal, y con su carne tomaron fuerzas para salir de Egipto y caminar hacia la tierra prometida Con el sacrificio de Jestis, Cordero divino que borra los pecados del mundo, damos los cristianos gracias infinitas a Dios por todos sus beneficios; con su sangre nos libramos de la muerte eterna del alma y con su carne somos confortados para salir de los vicios y caminar hasta el cielo. ;Deseas ser participante de tantos bienes? Acércate a comer este Corderc divino con las mismas disposiciones con que los israclitas el cordero pascual. Hillos lo comfan con pan sin levadura, con lechugas amargas, cefiido el cuerpo, calzados los pies, con béculos en las ma- nos y con grande apresuramiento. Reci- be tti este Cordero divino sin levadura de culpa, con lagrimas amargas ¢e com- MED. 2.A—EL MANA, FIGURA DEL... i puncidn, cefiido el cuerpo con el cingu- Jo de la castidad y con tal fervor y es- piritu como quien est4 de paso en esta vida y en breve ha de pasar a la eterna. iOh si fueran éstas tus disposiciones al comer la carne y beber la sangre de este Cordero bajado del cielo!... jCudn rice serias de virtudes y cudn amable al Se- fior y a sus santos seria tu vida!... Hxa- mina, por tanto, cémo te dispones a este celestial banquete, resuelve reparar tus descuidos pasados, haz a este fin los pro- pésitos que més te convengan y pide las gracias que necesitas. Ramillete espiritual—Dios nos hizo este regalo de la Comunidn en forma de festin, para que, asi como no hay modo de poder separar él alimento convertido en la sus: tanela del cuerpo, asi no haya fuerza capaz de apartarnos de 11, Gespués de haberle recibido en la Comunién, (San Antonio Ma- ria Claret.) 25—EL MANA, FIGURA DHL SANTI- SIMO SACRAMENTO Pretupio 1° Represéntate a Jestis que te dice: «Yo soy el pan vivo que descendi6 Gel cielo; el que comiere de este pan vivird eternamente.» Pret. 2° Pide al Sefior la gracia de reci- birle en la Eucaristia con las debidas dis- posiciones. SECCION 1” 12 via Unrriva. Punto 1,°: Providencia de Dios en alimentar a los israelitas con mand del cielo. Considera la providencia singular de Dios Nuestro Sefior en sustentar nues tras almas, comparandola con la que tu- vo en sustentar a log israclitas en el de- sierto con el mand, figura de este Sa- cramento. Primeramente, ponderarés cémo el mand, aunque tenfa un solo sabor na- tural, mas para los justos reunfa todos Jos sabores (Sap., 16, 20), sabiendo a cada uno a lo que queria; del mismo modo este divino Sacramento, que es manjar del alma, aunque tiene un solo sabor na- tural de pan y vino, mag para los jus- tos encierra todo sabor-y deleite, sabien- do a_cada uno a la virtud que desea, conforme a la necesidad de su espiritu. Lo segundo, ponderarés cémo el mand, ya se cogiera en pequefia ya en grande cantidad, bastaba para el sustento del que lo cogia, quedando tan harto quien cogia poco como quien cogia mucho, y este divino Sacramento basta para el sustento espiritual del que lo come, porque todo el Cuerpo de Cristo se con tiene en la hostia, ya sea grande, ya pe- simp, 2.9 —EL MANA, FIGURA DEL... 13 quefia, y tanto recibe uno como mil, y mil como uno, porque todos reciben a yan mismo Sefior, suficientisimo para hartar a todos. Finalmente, ponderarés cémo el mand era pan de angeles porque se fabricaba por manos de los angeles en la regién del aire, y pan del cielo por- que cada mafiana descendia de lo alto cayendo como rocio sobre la tierra, don- de se cuajaba; luego se molfa y amasa- ba, y, después de cocerlo al fuego, se co- mfa. De la misma manera, este divino Pan descendié del supremo cielo. y del seno del Eterno Padre, y fué formado, no por manos de Angeles, sino por obra del Espiritu Santo, en el cielo purisimo del seno virginal de Maria, y fué molido durante su vida con muchos trabajos corporales y amasado con agua de aflic, ciones interiores y cocido con el fuego del amor a Dios y a los hombres. De la excelencia de este pan sacarés Jas disposiciones con que has de reci- birle, Jestis en el Sacramento es llamado pan de angeles, luego es preciso ser an- gel para comerle, viviendo vida de 4nge- les por la pureza de costumbres y por la perfeccién del amor, Se lama pan del cielo para denotar al que lo recibe que ha de llevar vida, no terrena, sino celes- tial, y si bien con el cuerpo ha de vivir 14 via UNITIVA.—sECCION 18 en. la tierra, con la mente y el coraz6n ha de morar ya en el cielo. 3&jOh Padre amantisimo! Gracias os doy por haber dado a vuestros hijos pan tan soberano, Dadme perfeccién angeli cal para comer el pan de los angeles y vida del ciclo para participar del pan celestial. Y puesto que con tantos tra- bajos le preparasteis para que lo pudie- ra comer, yo también me prepararé con yuestra ayuda para recibirle, triturande mi coraz6n con el dolor de los pecados y mi cuerpo con la penitencia, amasan- do mi espiritu con el agua de la gracia y abrasindolo en el fuego de vuestro ite Punto 2.°: Diligencia en buscar et mand y agradecimiento que exigia. Considera cémo Dios Nuestro Sefior ordené a los israelitas que cogieran el mand a la madrugada, y que una parte 16 guardaran en el Arca del Testamento para perpetua memoria. Pondera primeramente, cémo para co- ger el mand ordend el Sefior que se le vantasen los israelitas muy de mafiana, porque en saliendo el sol se derretia, en castigo de los perezosos, para que en- tendieran todos, como dice el Sabio, que MED, 2.8 —BL MANA, FIGURA DEL, 15 se habfan de adelantar a la luz del sol para recibir la bendicién de Dios. Asi te has de disponer ti para recibir el divino Sacramento, figurado en el mand, antes que el sol de las ocupaciones y tentacio- nes que suceden entre dia te derramen la atencion y sequen’ el espfritu. ¥ en especial debes madrugar el dia de la Comunién, para disponerte a ella con toda diligencia, tomando esta ocupacién como la primera y principal de todas las de aquel dia, fijando toda la mente y corazén en el Sefior que has de recibir aquella mafiana. Lo segundo ponderarés\ cémo, para eterno agradecimiento y memoria del sustento con que habia alimentado el Sefior a los hijos de Israel, les ordené que Ilevasen mand en un vaso de oro y lo guardasen en el Arca del Testamento. Este agradecimiento y memoria que tu- vieron los israelitas del man& debes te- nerlos tt, y mayores si cabe, del divino Mana que recibes en el Sacramento. Porque si nuestro Sefior deseé tanto que hubiera memoria de aquel mand con que sustent6 s6lo cuarenta afios al pueblo de Israel, gcudnto mAs querrd que tengamos perpetua memoria de su carne divina, con la que ha sustentado al pueblo cris: 16 via UNITIVA—sECCION 18 tiano hace ya casi dos mil afios, y lo sus. tentard hasta el fin del mundo? *% {Oh Dios omnipotente, que ordenas teis a Moisés que tomase un vaso de orc y lo llenase de mand y lo guardase en el Arca del Testamento perpetuamente! Trocad mi corazén en vaso de oro.por la caridad, y lenadlo con vuestra presencia, y convertid mi cuerpo en arca y templo de vuestra Majestad, donde vivdis eter- namentes. Epilogo y coloquios. Si fué tierna y amorosa la providencis de Dios en alimentar con el mand a los israelitas en el desierto, infinitamente mas tierna y amorosa es la que tiene con nosotros, los cristianos, alimentédonos con su propio cuerpo y sangre en la sa- grada Eucaristia, Efectivamente: el ma- nd era fabricado por manos de Angeles, v e! cuerpo de Jestis lo fué por obra del Espiritu Santo; aquél se molia, amasa- ba y cocfa al fuego; éste fué molido con muchos trabajos, amasado con. afliccio- nes y cocido en el fuego del amor a Dios y a los hombres; aquél sabia a todos los gustos de la tierra, éste a sabores y de- leites del cielo; aquél, aun tomado en ep, 24 —eL MANA, FIGURA DEL. ie pequefia cantidad, era suficiente para sustentar el cuerpo, éste, aunque se re- ciba en hostia muy pequefia, Ilena todos los deseos del corazén, con tal que se le coma dignamente, iLe recibes tti con las debidas disposi- ciones? Mira que es pan del cielo y ali- mento de 4ngeles; exige, por tanto, pu- reza angélica y vida no terrena, sino ce- lestial. Molido fué con trabajos y asado en el fuego del amor a Dios; justo sera que gea tu corazén molido por el dolor de tus pecados y abrasado en llamas de diving amor. Para comer el mand se ha- bia de recoger muy de madrugada, an- tes que el sol lo derritiera; para recibir a Jestis has de acercarte muy de mana na, antes que el sol de las ocupaciones te derrame el espiritu y seque tu devo- cién. El] mand se guardaba en el Arca del Testamento, en agradecimiento de tan grande beneficio; guarda ti perpe- tua memoria del Sefior en tu coreziu por Ja inefable bondad de alimentarte con su cuerpo y sangre, Examina si son éstos los sentimientos que te animan, y haz Jos propésitos que més te convengan. Pi- de la gracia que necesitas, y ruega al Sefior te conceda a ti y a todos !os cris- tianos eterno agradecimiento por el be- ESCALA DEL PARAisO.—IL 2 is via UNLTIVA—sECCION 1.8 neficio que nos dispensa en la Sagrada Eucaristia. Ramittete espiritwal.—Alimentais, Sefior, mi alma con pan del cielo que encierra en si todo deleite, (Sap., 16, 20.) 38—-EL ARCA DE LA ALIANZA, FI GURA DEL SANTISIMO SACRA- MENTO Pretuio 1° Represéntate el Arca del Se er conducida en carro triunfal, y a Oza muerto de repente por tocarla sin el de- Dido respeto, Pret. 2.9 Pide a Jestis grande reverencia para recibir su cuerpo, verdadera Arca del Nuevo Testamento, Punto 1.°: Reverencia con que se debia tratar el Arca del Seftor. Considera la profunda reverencia con cue habian de tratar los hijos de Israel al Arca de la antigua ley, fgura de este soberano Sacramento. Tenfa ordenado Su Majestad que caminaran los israclitas a dos mil codos de distancia del Arca, y amenazaba con ejemplares castigos a los que se atrevieran a tocarla sin respeto 0 a mirarla descubierta. Porque extendié Oza su mano y la tocé con poco respeto al ser trasladada en carro de bueyes y cuando corrfa peligro de caer, se airé el MED, 3.A—EL ARCA DE LA ALIANZA.., 19 Sefior con grande indignacién y le cas- tigd con muerte -repentina. Porque los betsamitas la imiraron con curiosidad, cuando pasaba por sus tierras, fueron muertos setenta hombres del pueblo y cincuenta mil de la plebe, quedando tan sobrecogidos de pavor los que presencia- ron este castigo, que exclamaron a una voz: «{Quién podra estar en presencia de este Sefior, Dios santo?» Pues, si tal reverencia pedia el Arca de la antigua Jey, que no era mas que una sombra del Sacramente, ,qué reverencia no se debe- ra al mismo Sacramento? Y si tocar el Arca sin respeto fué cosa tan grave que mereci6é la muerte, {que no mereceré yo, si me lego indignamente y con mala conciencia a recibir en la Comunién al que en aquella Arca era figurado? Cuan. do los hijos de Israel caminaban a pie enjuto por las aguas del Jordin, mand6- les el Sefior que nadie del pueblo se acer- case al Arca, y que entre ellos y ella hu- biesen dos mil codos de distancia. ;Como, pues, te atreves tia estar sin respeto en el santo templo y a faltar en él a la reverencia debida, hablando, riendo, vol- viendo la cabeza sin necesidad y no guar- dando aquella modestia y compostura que pide la presencia del Sefior en el taber- ndculo? Y gquién sabe si ha Iegado tu 20 via UNTTIVA.—SECCION 1.5 atrevimiento y falta de fe a cometer se mejantes irreverencias, estando expues- tc solemnemente Su Divina Majestad en la custodia, causando no pequefia des- edificacidn en los circunstantes? Oh Sefior omnipotente y terrible, que tanta reverencia exigiais para tratar el Arca de yuestro Testamento, sombra y fi- gura del Santfsimo Sacramento! Desper- tad en mi alma Ja devocién y reveren- cia; traspasad mis carnes con wuestro santo temor (Ps, 118, 120), y grabadlo en mi coraz6n de tal manera, que al re- cibir este eugusto Sacramento no merez- ca, como Oza, la muerte temporal, sino ly gracia y la vida eterna. Funto 2.°: Bendiciones que dispens6 el Sefior a los israelitas por causa del Area. Considera los’ inestimables beneficios que hizo el Sefior a los hijos de Israel por respeto al Arca santa. Ante ella se div‘: dieron las aguas del Jordan, abriendo ca mino expedito para que pasasen por me- dio de ellas a pie enjuto; con ella derriba- ron los muros de Jeric6, hicieron frente y vencieron a aquellos siete pueblos ene- migos que les impedian entrar en la tie- rra prometida; desde el Arca les hablaba MED. 3.A—EL ARCA DE LA ALIANZA.. 21 el Sefior, manifesténdoles su voluntad so- berana, y por ella, finalmente, los Meng de bienes de la tierra y bendiciones del cielo. También a ti te Menara el Sefior de sus bendiciones si recibes dignamente a Jestis, verdadera Arca del Nuevo ‘Tes- tamento, Bl te conduciré seguro por los caminos de la vida, sin que manchen tu alma las cenagosas aguas del Jordin de este mundo. El te prestard su ayuda para que venzas y destruyas los enemigos de tu salvacién, que pretenden estorbar tu entrada en la tierra prometida de la glo- ria. Desde el sagrario te hablard al cora- zon y te dard a conocer su voluntad santti- sima. Y si este Sefior bendijo a Obededén y a toda su familia por haber hospedado en su casa el Arca santa, que sdlo era fi- gura de este Sacramento, jqué bendi nes no reservar para el que reciba, no en sombra ni en figura, sino en la misma realidad y en su persona misma? Bendito serds en el cuerpo y bendito en el alma, bendito en el tiempo y bendito en la eter- nidad. Bendeciré tu memoria para que te acuerdes de Hl, y tu entendimiento pa- ra que le conozcas con perfeccién y tu yoluntad para que nunca ceses de amar- le, Bendeciré tus ojos para que no vayan tras la vanidad, y tu lengua para-que ja- mas profieras palabras de desedificacién. 22 via uniriva—secci6n 1° y tus ofdos para que no escuchen pala- bras de seduccién, y bendecira tus manos y pies, tu cuerpo y todas tus cosas, para que jamés con ellas le ofendas y siempre le ames y sirvas, [Oh dulcisimo Jestis, que con las ma- nos IMenas de gracias estdis en esa arca de vuesiro Sacramento, esperando que os visite y reciba! Venid a mi corazén, en- trad dentro de él y bendecidme con ben- diciones de dulzura; bendecid mi cuerpo y mi alma, mis potencias y sentidos y to- das mis cosas para que con ellas os sirva en la tierra, y en el cielo eternamente og alabe y bendiga. Epilogo y coloquios. Cuan celoso se mostré el Sefior del respeto y veneracién debidos al Arca san- ta! A los hijos de Israel tenfa ordenado que caminasen dos mil codos distantes de ella, y fulminé terribles castigos contra los que la miraran y tocaran sin la debida reverencia. Por tocarla cuando corria pe- ligro de caerse fué herido Oza con muer- te arrebatada; y —jquién Jo creyera!— s6lo por mirarla descubierta mds de cin- cuenta mil betsamitas perecieron en un instante, victimas de la indignacién di MED, BBL ARCA DE LA ALTANZA. 23 vina. Si asf castigé la falta de respeto a su Area santa, {qué castigos no reserva- r4 para los profanadores de su sacratisi- mo Cuerpo? ;Ah!, espanta el sdlo pen- sarlo. j Ay de ti si osas tocarle con Ja len- gua manchada por la culpa y recibirle en un corazén Ileno de inmundicia! La ira de Dios vendra sobre ti en este mun do y en el otro, La, muerte y la eterna condenacién serén tu justa recompensa. Mas, por el contrario, jqué feliz serds, $1 le hospedas en tu coraz6n exento de cul- pa! Los cielos Hoveran sobre ti bendi ciones sin cuento. Esta Arca divina te preservard de las aguas cenagosas de! pe cado; sera tu mds eficaz ayuda contra log enemigos de tu salvacién, y, como a otro Obehed6n, te Ienaré de bendiciones en cl cuerpo y en el alma, en el tiempo y en la eternidad. Mira, por tanto, qué de- pes practicar para merecer tanta dicha; examina con qué respeto y reverencia te acercas a la Sagrada Comunion, y resuel- ve purificar tu corazon y revestirlo con los m4s delicados sentimientos de temor, humildad y confianza. Pide a este fin la gracia que necesites y ruega por los Pro- fanadores de este venerable Sacramento para que reconozean y Iloren sus culpas Ramillete espiritual—Acércate, alma mia, al Altar santo con reverencia, para que no 24 via UNITIVA—SECCION 1.® mueras como Oza, y te bendiga el Sefior como bendijo a Obededén y a toda su fa milia. (IT Reg. 6, 11) 4°—LOS SERAFINES, ANTE EL TRO- NO DE DIOS PRELUDIO 1.9 Represéntate al Dios de la Majestad sobre un resplandeciente trona y a los Serafines que le cantan: «Santo, San: to, Santo.» Prut. 2° Pide a Jestis te dé el amor y el fever de aquellos soberanos espiritus para recibirle en la Sagrada Comunidn, Punto 1.°: Reverencia de los Serafines en presencia de la Majestad de Dios. Considera a Dios Nuestro Sefior senta- do sobre un resplandeciente trono en lo més elevado de los cielos, empufiando el cetro del Universo. Sirvenle de dose! los Querubines, siéntase sobre los Tronos, ro- déanle las Potestades y forman su ejér- cito y guardia de honor todos los espfri- tus de la gloria. Pondera el profundo acatamiento e in- tima reverencia de que estan penetrados los Serafines ante la Majestad de Dios. Estos encumbrados espiritus, que son los mds cercanog a su solio, se encogen y MED. 4.9108 SERAFINES ANTE EL, 25 mblan en su presencia. Isafas (6, 1) log vié ante el trono de Dios cubriéndose el rostro con dos alas en sefial de reveren- cia y con las otras dos velando sus pies para significar que no eran dignos de es- tar delante de El, De esta consideracién debes sacar la humildad y reverencia con que has de acercarte al Sacramento del altar, donde se halla la Majestad de Dios rodeada también de aquellos soberanos espfritus que forman su corte. Y si serfa grande la confusién de aquel pobrecito que hubiera de Wegarse a un gran Rey rodeado de su brillante corte, teniendo que pasar antes por en medio de sus tro- pas, vestidas de gran gala, {qué reveren- cia y confusién no deberds tener tt ai acercarte al trono de Dios en el Sanitisi- mo Sacramento, abriéndole paso por en- tre las jerarquias celestiales que le sit- ven de escolta? Los Serafines, que son espiritus purisimos y santisimos, y es t4n abrasados de amor, se tienen por indignos de estar en presencia del solio de Dios, y de respeto cubren sus rostros; icémo, pues, te atreverdés ti a mirarle cara a cara estando tu alma Ilena de im- perfecciones y frfa en el divino amor? Eilos ocultan con las alas sus pies santi- simos, hechos a pisar estrellas; y {te atre- verds tti a Ilegarte a #1 con los pies Henos 26 via UNITIVA—SBCCION 1. del polvo de las aficiones terrenas y con las manos manchadas en el cieno del pe- cado? jAh!, y no olvides que estos su- blimes espiritus, con toda su altisima dignidad y ardentisimo amor, nunca ja- més lograrén la dicha que a ti te es dado disfrutar todos los dfas: recibir en tu pe- cho a este Dios sacramentado por medio de la Sagrada Comunién, Pdstrate, por tanto, en espiritu ante el trono de Dios; humillate en su divino acatamiento, y a los Serafines y demas espfritus bien- aventurados que forman su corte, pide- Jes te comuniquen sus divinos incendios y aquelfas alas de sus ardientes deseos para volar al trono de Jestis sacramenta- do y unirte estrechamente con Hl, Exa- mina si son éstos tus afectos, Punto 2.°: Alabanzas de los Serafines ante el trono de Dios. Considera cémo alaban y bendicen los Serafines al Sefior, admirados de su infi- nita dignacion y agradecidos a su bondad soberana. Noche y dia le cantan sin ce- sar aquel himno que, extaticos, oyeran Isafas y San Juan: «Santo, Santo, Santo es el Sefior Dios de los ejércitos; lenos estén los cielos y la tierra de su gloria.» Pues, si estos soberanos espfritus no tie- 27 nen descanso ni de dia ni de noche (Apoc., 4, 8), alabando sin cesar a la Ma- jestad de Dios por haberlos escogido pa- ra morar continuamente en su presencia, gcuél no deberfa ser tu agradecimiento al permitirte que te sientes a su mesa en este Sacramento y lo recibas dentro de ti, haciendo un cielo de tu pecho y de tu coraz6n su mas regalado trono? Cierra los ojos del cuerpo y abre tan sdlo los del alma para ver al Dios de la Majestad sentado en medio de tu corazén y, unien- do tu débil voz a las de los Serafines, di- Ie con encendido fervor y rendida grati- tud: «Santo, Santo, Santo es el Sefior de los ejércitos, que se ha humillado a mo- rar dentro de mi alma.» Luego, discurriendo por cada uno de los coros angélicos, los invitardés a que alaben y bendigan al Sefior en tu nom- bre, para agradecerle la inapreciable merced que te dispensa. ;Oh Dios de in- finito amor! Haced que os bendigan por mf los Angeles, que traen a la tierra vues- tras érdenes; los Aredngeles, que celar yuestra gloria, y los Principados, que presiden los reinos y naciones, Que os bendigan las Potestades, que publican el poder de vyuestro brazo; las Virtudes, que reflejan el brillo de vuestras perfec: ciones infinitas, y las Dominaciones, VIA UNITIVA—SECCION 1.8 que os reverencian como Arbitro y sobe- rano Duefio del cielo y de la tierra. Que os bendigan los Tronos, que resplande cen con el brillo de vuestra Majestad; los Querubines, que cubren con sus alas vues- tra gloria, y los Serafines, que se abre san en Hamas de amor en vuestra pre- sencia, Recorridas las jerarauias celestiales, invitards a los coros de los santos a que alaben también y bendigan al Sefior, y asi les dirés: Bendecid, Patriarcas y Pro- fetas, al Sefior; alabadle y glorificadle eternamente. Bendecid, Apdstoles y Evan- gelistas, al Sefior; ensalzad y bendecid su nombre para siempre. Y de este modo proseguirdg por los Martires y Doctores, Pontffices y Confesores, Virgenes y Viu- das y por todos los Santos del cielo y al- mas justas de la tierra. Y lamando, por Ultimo, a las potencias de tu alma y a los sentidos de tu cuerpo, les mandards que todos juntos se postren ante este Sefior; que le adoren, alaben y den gracias por la parte que les cabe en este soberano beneficio. Bendiganos, Sefior, mis ojos, porque os han visto en este Sacramento, y mi lengua, porque os ha tocado, y mi boca y paladar, porque os han gustado; y mi pecho, porque es morada vuestra, v todos mis huesos digan (Ps. 34, 10): MED, 4.\—LOS SERAFINES ANTE UL, 29 «{Quién hay semejante a Vos?» Que mi memoria os alabe recordando vuestros beneficios; que mi entendimiento os glo- rifique contemplando vuestras grande- zes; que mi voluntad os ame experimen- tando vuestras bondades; que mis ape- titos, en fin, os codicien y deseen, y todos se deshagan en vuestra presencia can tando la gloria de vuestra venida. Epilogo y coloquios. {Qué reverentes se presentan los so- beranos espfritus ante la Majestad de Dios! Por mas que sean superiores en natitraleza a todas las criaturas, a pesar de su excelencia y poderfo, mira cémo estén en presencia del trono de Dios. Cubiertos tienen sus rostros en sefial de reverencia, y velados los pies en reco- nocimiento de su indignidad. Ellos, con ser los cortesanos de Dios, tiemblan er su presencia, y tt, que eres polvo y ce- niza, 4con qué respeto y veneracién te acercaraés a recibirle en el Sacramento? Ellos, siendo espiritus purisimos, se re- conocen indignos de rodear su trono, v no te confundirds en su presencia, sien- do t@ polvo miserable, y por afiadidura pecador? Al contemplar Isafas al Sefior 30 via uNttiva—secci6N 1.2 sentado sobre un resplandeciente trono, oy6 a log Serafines que de dia y de noche le cantaban sin cesar: «Santo, Santo Santo es el Sefior Dios de los ejércitos llenos est4n los cielos y la tierra de su gloria» Asi alaban al Sefior por haber- los escogido para cortesanos de su real palacio. {Qué canticos no entonarfan si les hubiese hecho la gracia que te con- cede a ti siempre que viene sacramental- mente a tu pecho y se aposenta dentro de tu corazén? Prorrumpe, alma mfa, en mil acciones de gracias a este Sefior por tan soberana merced; canta cdnticos de amor y de alabanza a tu Dios; tnete en espiritu a las jerarquias celestiales, e in- vita a todos los santos del cielo y justes de la tierra a que le alaben y bendigan en tu nombre. Pide a Jestis te ayude a darle las debidas gracias y suplicale que, después de esta vida, te eve al reino de ja gloria para continuar alabéndole y cantando eternamente sus divinas mise. ricordias. Ramillete espiritual—Tiemblan los ange- les en vuestra presencia y no se atreven a mirar vuestro rostro, y yo me alimento con vuestra carne y sangre adorables. MED, 5.4—EL CENACULO, FicURA... 31 ‘EL CENACULO, FIGURA DEL AL- MA QUE HA DE COMULGAR PReLuDIO 1.9 Jesucristo escoge un salon grande y bien aderezado para instituir ef Santisimo Sacramento, Pret. 2° Represéntate a Jestis en el ce. naculo Javando los pies a sus amados apds- toles e Instituyendo el Santisimo Sacra mento. Pret. 39 Pide al Sefior gran limpieza y el adorno de todas las virtudes para reci birle en el Santisimo Sacramento. Punto 1.°: Jesus, antes de instituir el Santisimo Sacramento, lava los pies a sus apdstoles. Considera cémo Cristo Nuestro Sefior, antes de instituir la divina Eucaristia, quiso lavar los pies a sus apéstoles para significar la limpieza de alma y cuerpo que se debe tener para recibirle en la Sagrada Comunién. Pondera con atencién cémo, para Ile var los vasos que servian para el sacri- ficio, exigia el Sefior que se lavasen pri- mero los hijos de Israel. Moisés, con ser tan amigo de Dios, no pudo acercarse # la zarza ardiendo sin antes descalzarse. El profeta Isafas (6, 5), sintiéndose man- chado de culpas, no se atrevié a fijar 35 vis UNITTVA—SECCION 1.8 sus ojos en el Sefior, que se le aparecis, hasta que un Angel le purified los labios con una brasa de fuego. Y el mismo Je sucristo no quiso dar su cuerpo a fos apéstoles sin haberles antes Javado cui- dadosamente los pies, y porque San Pe: dro rehusara esta ecremonia, amenazéle con que si no se dejaba lavar no tendria parte con Jl ni seguirfa perteneciento a su escuela, Pues gcémo te atreverds tii a legarte a este adorable Sacramento teniendo el alma manchada por la culpa sin descalzar y purificar los pies, des- nuddndote de todo afecto terreno y la- vandote de toda mancha e imperfeccisn? Mira que vas a recibir al Autor de la pureza y santidad, en cuya presencia los ciclos no estén limpios, y los mismos Angeles no son bastante puros. Para ve- nir a ti salj6 del seno purfsimo de su Eterno Padre, que es todo pureza y san- tidad, y habité mueve meses en el seno purfsimo de Marfa, ;Cudl, pues, no de- herd ser la pureza de tu alma, ahora que te dispones a recibirle y que tu pecho va a quedar trocado en sagrario vi- viente? KiOh santisimo y purfsimo Sefior! Al veros venir a mi pecho, me veo preci- sedo a deciros con vuestro apéstol: «Apartaos de mf, que soy un vil peca- ED. PEL CENACULO, FIGURA... 38 dor» (Luc. 5, 8.) Si miro log dias de mi vida pasada no hallo uno solo en que no os haya ofendido, Si examino mi vida presente la veo Mena de imperfeeciones ¥ pecados. Mis pensamientos, los mas son intitiles o perniciosos; en mis pala- bras faltan frecuentemente la prudencia vy Ja caridad; mis obras estan casi siem- pre animadas de intenciones torcidas vy miras interesadas, No entréis, Sefior, dentro de mi pecho, porque os veriais precisado a quejaros con el Profeta: «Me han sumergido en un abismo pro fundo de lodo e inmundicia.» Mas ya que vuestro amor quiere pasar por todo y desea hacer hoy de mi pecho vuestro albergue y morada, lavadme antes, Se- fior, por vuestra gran misericordia: le- vadme cabeza, manos y pies; lavad mis pensamientos, palabras y obras, para que, Furificado por Vos, pueda unirme a vues. tvo Corazén y morar en Hl todos los dias de mi vide Ke ESCALA DEL Panaiso.—IL. 8 34 via unrriva.—seccién 1.8 Punto 2.°: Jestis, para instituir la Eucaristia, escoge un salén grande y bien aderezado. Considera el lugar que escogié Criste Nuestro Sefior para instituir e) Santfsi mo Sacramento y el misterio que en él se encierra. Este lugar fué un cendculo grande y bien aderezado, donde se 08 ientaban las joyas y mAs preciosos mue bles de la casa. Pondera cémo este cendeulo represen ta al alma que ha de recibir a Cristo en la Sagrada Comunién. Por lo cual, este Sefior, aunque tan amigo de pobreza, no escoge para obrar este misterio el es tablo donde nacié, sino que elige un ce néculo grande y bien adornado, para que entendiésemos que el alma que ha de recibir cl Santisimo Sacramento ha de ser grande y muy capaz por los dones Gel Espiritu Santo, ancha por la latitud del amor a Dios y a los hombres y ador- nada con las joyas de las virtudes, que son la tapiceria de la casa en que Dios mora; porque como esta el cielo ador- nado con estrellas, asi ha de estar el alma adornada con virtudes. Considerando el majestuoso aparato de virtudes que necesitas para hospedar a ED. 5.A—EL CENACULO, FIGURA.. 3a este Sefior en tu pecho, y reconociendo tu pobreza y miseria, con grande con- | fianza y humildad le rogarés que envie primero a sus Angeles a la casa de tu aima para disponerla y hermoscarla, y suplica a la Santisima Virgen y a todos los Santos del cielo y justos de la tie- rra te presten sus virtudes y relevantes méritos para hacer de tu pecho un tra- sunto del cielo donde descanse el Rey de la gloria, +e {Oh Dios eterno! ;Cémo queréis hos- pedaros en la casa de mi alma? Por ven- tura no sabéis que es mds pobre y he- sv Gionda que el establo donde nacisteis? ‘Mi lengua. Sefior, es un mundo de mal- \, dad; mi pecho, un albafial de inmundos pensamientos, y mi coraz6n y mi cuerpo, | cueva de basiliscos y casa de perdicién. | iCudn bien os cuadra ser Padre de mi- sericordias! Y pues quieréis mcrar en ca- , sa lena de tantas miserias, renovadla,— Sefior, primero; limpiadla con vuestra sangre, engrandecedla con vuestros do- \ Res y adornadia con vuestras virtudes E'stampad cn mi alma las perfecciones v 4 1-hermosura de los cielos para hacer de ella una morada y palacio menos indig- \no de vuestra soberana srandeza.y 36 vis UNITIVA—succI6N 19 Epilogo y coloquios. jCudn celoso se ha mostrado el Sefior de la pureza de corazon! Para que los hijos de Levi pudiesen levar sus vasos sagradog, para que pudiera verle Moisés en la zarda, para que le pudiese hablar un Isaias, les exige primero limpieza y quridad. ;Qué no exigiré, pues, este mis- mo Sefior, no ya para verle y hablarle, sino para recibirle y aposentarle dentro cel pecho? Antes de dar su Cuerpo a los apéstoles, lavales los pies. {No te pasma ver a todo un Dios en accién tan humil- de? Con ella quiere darte a entender la limpieza con que has de recibir al que es todo pureza y santidad, que eterna- mente mora en el seno purisimo de Dios y que durante nueve meses vivid en el seno purisimo de la Santisima Virgen Marfa. js tu pureza scmejante a la del Padre Celestial, a la de su Hijo San- tfsimo y a la de Marfa Inmaculada? El Sefior escoge para. instituir la Eucaristia un salén grande y bien aderezado, para significar que el alma que ha de recibir- Je ha de ser grande por los dones dei cielo, y ha de estar alhajada y adornada con todo género de virtudes, ,Son éstas tus disposiciones? jCudn distante estds MED, GA—qué TE DA Ji is RN ky Er de ellas! Si bien te examinas hallard¢ que eres pobre de méritos, que estas fal- to de virtudes y necesitado de los dones de Ja gracia, Pues jqué deberds hacer para disponerte debidamente? Levanta tu corazén al cielo, y al contemplar las riquezas celestiales de Maria, de los an geles y de los santos, ruégales te cedan sus galas, te presten sus méritos, te fa- voregean con sus dones y adernen tu alma con sus virtudes. Pide a Jestis que ¥l mismo disponga tu corazda y le haga digno de ser su morada. Ramnillete espiritual—Arvancad, Sefer, de mi alma todo género de culpa, para que sea hermoso y agradable a vuestros purisimos ojos. 6:—QUE TH DA JHSUS EN EL SAN- TISIMO SACRAMENTO PRELUDIO 1.0 Represéntate 2 Jestis que te dice desde cl Sagraris: «Si alguno: co- milere de este pan vivird cternamente,» Prev, 2° Pide a Jes que santifique tu cuerpo y alma con su venida, Punto 1.": Jestis en el Santisime Sacramento te da ecuante tiene. Considera la gencrosidad extremada de Testis para con el hombre en el Santi simo Sacramento. No contento con haber CION 18 38 via UNITIVa— bajado del cielo y haberse hecho hombre por salvarte, ahora, en este Sacramento, te da tode cuanto tiene para sustentar te; a saber: sU cuerpo, SU sangre, SU alma, sus merecimientos y su misma di- vinidad. Pondera con detencién cada una de es- tas casas. Te da su cuerpo: aquel cuer- po que fué formado por el Espiritu San- to de la sangre purisima de Maria; aquel cuerpo que por tu amor fué azotado. co- ronado de espinas, muerto y sepultado; aquel cuerpo que resucité triunfante y glorioso al tercero dia, y que ahora est sentado con gloria y resplandor en los cielos a la diestra de Dios Padre. Te da su sangre preciosisima, la cual es de tanto valor, que una sola gota es pode- rosa para salvar al mundo y mil mun- dos que hubiera, y te la entrega, no er parte ni en pequefia cantidad, sino toda entera, toda la que fué vertida por sus Iagas adorables. Te da su alma santi sima, en la cual deposité el Eterno Pa- dre jesoros inmensos de sabiduria y de santidad, y con ella te hace entrega de sus merecimientos, que son las riquezas que le adornan. Te da su misma Persona divina, y como donde esté.una Persona de la Santisima Trinidad alli estén las demés, poseyendo al Hijo en este Sacra- MED. 6.—QUE TE DA JESUS RN wt, 39 mento, posees también al Padre y al Es. piritu Santo. |Oh generosidad infinita de Jestis en la Sagrada Eucaristia! Bien dijo San Agustin: «Siendo Dios infinita- mente sabio, no supo darte mas; siendo infinitamente rico, no tuvo mas que dar, y' siendo infinitamente poderoso, ya no te pudo dar més de lo que te did.» Pon- derando esta generosidad de Jestis, pro- rrutmpirds on afectos de alabanzas y en acciones de gracias por tan inestimable dadiva, y ya que Fl te da en este Sacra- mento todo cuanto tiene para tu bien v provecho, tii te ofreceras a #1 con todas tus cosas para su honra y servicio. 10h Dios de bondad! {Qué os daré yo por Jo que Vos me dais en el Santisimo Sacramento? Os ofrezco mi cuerpo, mi sangre, mi alma, mi persona y todas mis cosas, Todo lo entrego sin reserva a vuestra yoluntad. Reconozco que es muy poco, 0, mejor, nada, en comparacién de lo que Vos me dais y de lo mucho que os quisiera dar; pero si mucho més tu- viera, todo, Sefior, os lo diera de muy buena voluntad. 40 Punto 2.°: Fines por que se te da Jestis en el Sacramento. Considera que si bien todos los Sacra- mentos estan ordenados para la salvacion y santificacién de los hombres, sefalada: mente lo esi el de la Sagrada Bucaris iia, por contenerse en él el mismo santi- ficader de las almas y autor de la gracia, Jesucristo Nuestro Sefior Pondera cémo no hay parte en el cuer- po y alma del hombre que no quede san- tificada con la venida de Cristo en este Sacramento. Por medio de su carne vir- ginal purifica y hace casto el cuerpo, apagando en él el fuego de la concupis- cencia y sometiéndolo al espiritu. Por- que si con Ia sal se preservan de corrup- cién las carnes, y si con s6lo tocar la Hemorroisa las vestiduras de Cristo que- dé sana, {cudnta mds virtud tendra la carne virginal de Jestis para conservar el cuerpo libre de la corrupeién de la culpa? Con su sangre preciosa borra las manchas de nuestra alma, satisface a la Justicia divina por nuestras culpas y nos libra de la servidumbre de los vicios y dé la muerte del pecado, como en otre tiempo la sangre del cordero libr6 de la esclavitud del Fara6n a los israelitas y de AD. 6."—@1 BN EL.. 41 la muerte temporal a sus primogénitos. Con su alma benditisima santifica ia nuestra con todas sus potencias, Santi- fica la memoria, despertando en ella el recuerdo de Dios y de sus beneficios Santifica el entendimiento, ilustréndolc con luces sobrenaturales, a favor de las cuales ¢l hombre conécese mejor a si ya Dios, que es lo que pedfa San Agus. tin, diciendo: «Sefor, conézeame a mi ¥ conézcate a Ti; a mi, para despreciar- me, y @ Ti, para amarte» Santifiea la voluntad, uniéndola y conformdndola con la suya, haciéndola décil y obedien- le a sus divinos quereres y ordenaciones y abrasdndola en el voledn de lamas en que se consume su divino Corazén. Fi- nalmente, con su Persona divina nos ha- ce hijos suyos, herederos del reino de los cielos, y nos comunica su espiritu conforme lo dijo San Pablo: «El que sé junta con Dios queda hecho un espi- ritu con Bl» (1 Cor, 6, 17.) Y haciendo reflexién por cada una de estos fines que se propone Jestis con su venida, le pediré que los ponga por obra con aquella plegaria tan devota: Alma de Cristo, santa con la santidad de Dios y adornada de perfecciones divinas, santifi cadme. Cuerpo de mi Jestis, muerto y se- pultado por mi amor, y ahora triunfante 42 via uNrriva—sseci6N 1.8 en los cielos y aposentado dentro de mi pecho, salvadme. Sangre preciosa de mi Jestis, embriagadme con el vino duleisimo de vuestro amor, de tal manera, que esté pronto a derramar la sangre de mis venas antes que ofenderos con la culpa. Agua Gel costado de Cristo, lavadme hasta de lag més ligeras imperfecciones. ;Oh buen Jestis!, acoged benignamente mis stipli- cas, Dentro de vuestras Iagas escondet- me y ocultadme a las acechanzas de mis enemigos. Bn ellas more todos los dias de mi vida, para que con vuestros dnge les y santos os alabe y bendiga por los siglos de los siglos. Amén, Epiloge y coloquios. iCudn grande es la generosidad de Je- stis en el augusto Sacramento de nues tros altares! Todo cuanto es, todo cuanto tiene, todo se lo entrega al hombre mor- tal en este adorable Sacramento. Su cuerpo, su sangre, su alma, su divinidad, sus méritos, sus satisfacciones, su mis- ma Persona, jtodo!, todo se'lo da sin. reserva. {Oh alma mfa! {Qué més pue- des ya desear? El] infinitamente sabio no conoce otro don mejor, el infinitamente poderoso no puede hacerte dadiva mas preciosa, el infinitamente rico no tiene MED, 6.\—QUE TE DA gests EN BL... 43 ya més tesoros con que enriquecerte. iOh generosidad de mi Dios!, jcuén grande eres! ¥ el hombre, jc6mo corresponde a es- tas finezas de su divino Hacedor? ;Cé- mo? ‘Con ruindades inconcebibles, con ingratitudes sin nombre. Dios se lo da todo, y 61 todo se lo niega, aun aquello mismo que por tantos titulos se lo debfa de rigurosa justicia... Y td, alma mfa, ile niegas alguna cosa a tu buen Jestis? Avergiiénzate de tu conducta pasada y. Gesde hoy, entrégate del todo y sin reser. va a un Dios tan amante. Para 1 sean tus pensamientos, palabras y obras; para #l sea tu cuerpo y tu alma para El tode tu ser y todos los instantes de tu vida. Y, pues viene a santificarte, una vez le hayas recibido en este Sacramento, pi dele que, por su cuerpo virginal, purifi que el tuyo; por su sangre preciosa, lave las manchas de tus pecados; por st al- ma santisima, santifique la tuya, y por su Persona divina, te colme de sus dones y te conduzca a la mansién eterna de la gloria, Ramiliete espiritual—Vos os habéis en- tregado fode a mi; pues yo, Sefior, me con- sigro enteramente a Vos. (San Alfonso Ma- rie de Ligoric.)\—La Eucaristia es compen dio de jas maravillas de Dios, argumentu 46 via unverya—sacci6n LA afiable amor y prenda segura de (San Antonio Maria Cla- de su ent eterna felicidad. ret.) qa—JESUS, Ei SANTISIMO SA- CRAMENTO, TE DA SU CUERPO Prettpio 1° Represéntate al Salvador diciéndote, coma a los apéstcles en la no che de la cena: «Toma y come; éste es mi cuerpo.» Pret. 2° Pide a Jestis que, por yirtud de su Cuerpo santisimo, santifique cl tuya con todo: sus miembros y sentidos. Punto 1.°: En el Santisimo Sacramento recibes el cuerpo de Jests. Considera cémo, en virtud de las pa: Jabras de la consagracién, lo que antes era puro pan, se convierte en cl cuerpo de Cristo Nuestro Sefior. Pondera que, si bien cualquiera partecita de su carne hubiera bastado para santificarte en este Sacramento, quiso, no obstante, Hevado de su infinito amor, darte todo su cuer- po con todos sus miembros y sentidos para santificarte todo entero. Te da su cabeza santisima, en quien residen los tesoros de la sabiduria del Padre, para santificar la tuya. Te da sus ojos santt bsp, 7.4 —gEsts, EN EL sanTisto. 45 simos, més hermosos que el sol y que punea miraron la maldad, para que re- rrimas tu curiosidad y no te expongas 8 los peligros que te rodean por todas partes, Te da sus ofdos divinos, siempre abiertos para escuchar los ruegos de log infelices, para ofr compasivo tus suspi- res y gemidos. Te da su lengua divina, gue mands eallar a los vientos y resucit6 a los difuntos, para mandar a la tuya que modere sus impetus, y a tus pe nes, que ro se rebelen contra el espi- ritu. Te da sus divinos pies, que andu- vieron en busca de pecadores, para re- cogerte, y sus omnipotentes manos, con que formé los cielo, para abrazarte. Fi nalmente, te da tedo su cuerpo triun- fante y glorioso, con toda la hermosura y majestad que tiene en la gloria a la Giestra de Dios Padre, para que un dia tu cuerpo se torne también glorioso ¢ inmortal, y asf suba triunfante al reino de los cielos. Ponderando esta maravillosa traza del Salvador en darte su cuerpo en el Sacra- mento, junt&ndolo con el tuyo, para san- tifigarlo con jodos gus miembros x sen. tid6s, discurtirds pér cada uno dé los“de tu Salvador, habldndole de esta manera XiOh dulcfsimo Jestis! Pues os hab acnecogide tanto en este Sacramento para ee Yee eK eK EH EK 4G via uNrTIva—secci6N 1. dar vida a mi alma, con vuestros ojos ¥ ofdos santificad los mfos, para que sola- ~%® mente vean y oigan lo que os agrada; con vuestra lengua purificad la mfa, pa- ra que no hable palabra que os ofenda; con vuestros pies enderezad los mios, para que corran por el camino de vues- tros mandaimientos, y con vuestras ma- nos santificad las mfas, para que estén prontas a hacer en todo vuestra volun- tad. ;Oh Amado mfo! Abrid esos vues: tros ojos de misericordia; miradme con ellos y alumbrad los mios, para que os conozean y crean en Vos con fe viva Abrid esos ofdos y escuchad mis oracio- nes y gemidos, haciendo que los mifos se abran para ofr vuestra palabra y obe- decer a vuestra santa ley. Abrid esa bo- ca y lengua benditisimas y decidme algo al corazéu, con que mi boca se abra para bendeciros y mi lengua nunca cese de alabaros. Abrid, Dios mfo, vuestro pe- cho y dilatad vuestro Corazon y meted me dentro de El, para que todo me en- cienda y abrase con el fuego de vuestro amor, MK oa oe # & MED, 7.A—smS0S, EN FL santisiMo.. aT Punto 2.°: En el Sacramento recibes el cuerpo de Jestis sefialado con las lagas. Considera las Magas que resplandecen cn él cuerpo sacratisimo de Jestis, oculto en el divino Sacramento. Estas precio- sas sefiales quedaron impresas en sus pies, manos y costado y en su sagrada cabeza, semejando otros tantos soles de inmenso resplandor, que aumentan su gracia y hermosura, y otras tantas fuen- tes, de las cuales en otro tiempo mané abundancia de sangre, y ahora manan aguas vivas de gracias celestiales, que recogen con gozo las almas cue se acer- can devotamente a este Sacramento. Fondera ¢émo estas sagradas Magas son las mismas que tocé y besé la Santfsima Virgen on el dia de la Resurreccién, quedando su alma inundada de gozo ce- Jestial, y las que tocaron y besaron los ~ apéstoles, sacando de ellas brfos y aliei- tos para seguir al Salvador y predfcar su Evangelio por toda la tierra. Esas mis- mas agas son las que palpé Tomés, cuando le dijo el Sefior: «Mete aqui tu dedo y mira Jas Magas de mis manos; extiende tu mano y métela en mi cos- tado, y no seas incrédulo, sino fiel.» 7A Xa de mi Salvador! 48 Vis UNTTIVa—sECeI6N 1.0 (Joann., 20, 27.) Con esta consideracién, siempre que comulgues te acerearas ti también a tocar y besar con devocién esas sagradas Magas de tu Salvador, aun- que estén ahora cubiertas por los velos cucaristicos. Fn especial te Megaras a la herida del costado para beber en larga vena el agua viva de la gracia y el licor preciosisimo de la caridad, ¥ si esto haces con viva fe, reverencia y amor, quedaras Ticno de gozo como la Santisima Virgen v animado a seguir a Jestis y a extender su reine por el mundo como los apésto- les, y tan trocado en tu alma y tan re- novado en tu espfritu, que digas con Santo Tomas: «Vos sois mi Sefior y mi Dios, gloria mia y bienaventuranza mia para siempre.» i0h Ilagas de mi Jestis y fuentes divi- {De donde a mi tanto bien, que me sea dado tocaros con mi lengua, besaros con mis labios y be- ber largamente cl dulce licor que de vosotras irrestafiablemente mana? De- rramad, oh Sefior, derramad a raudales ese divino licor y regad con é1 mi cuer. pe y mi alma para que todo mi ser que- de transformado cn Vos. Derramadlo so: bre mis sentidos para que se aparten de la vanidad; sobre mis pasiones, para que st sometan déciles al yugo de vuestra MED, b SANTESINO... 49 Jey: sobre mi memoria, mi entendimien to y mi voluntad, para que me acuerde de Vos, piense en Vos y os ame con todas mis fuerzas, Derramadlo sobre mis 7 pies ‘para que corran ligeros por el ca mino de vuestros mandamientos, y sobre mis manos, para que se ejerciten cor tantemente en santas obras. {Ch Sefior! sas Tlagas que el hierro cruel abrié er vuestro cuerpo, me indican otra lags nds ancha y més profinda: la llaga que \\ el amor habia abierto antes en vuestro Corazén. {Oh Jestis mfo! Esa Maga dul- cisima quiero xe abréis también en mi pecho para que en adelante, como he rido de amor, no suspire sino por Vos no piense sino en Vos, no viva sino para AA. 0S: ni desee ni aspire a otra cosa en este mundo que a unirme con Vos indi Np Solublemente por toda la eternidad. a Rew huge Epilogo y coloquio x < x x iCudn grande es la bondad de Dios en ‘el Santfsimo Sacramento! Para santificar - 4 tu cuerpo, inclinado al mal desde tus “| primeros afios, jtintase conmigo, asf como Bliseo junté su cuerpo cou el de un nifie muerto para resticitarlo. Con su cabeza « santisima quiere santificar la tuya; con RNA SCALA DEL PaRgiso. rd su Coraz6n, el tuyo; con sus manos v~_ ES via unrniva.—secci6n 1a pies, los tuyos. No contento con esto, te permite, como a Tomés, tocar sus Iagas para con ellas sanar las que en tu alma abrié el pecado, Este efecto deberfa obrarse en ti siempre que recibes el cuerpo del Sefior. Mas jsucede asi en la realidad? jAh!, por desgracia, lejos de salir purificado en el cuerpo y santificado en el alma, quedas después de la Comu- nin tan tibio y disipado como antes. Tur ojos van tras la vanidad, tus ofdos s¢ complacen en ofr conversaciones intiti- les y peligrosas, y tu corazdn sigue tan apegaro a los bienes perecederos de este mundo, Justo es que lo reconozcas y que de aqui en adelante pongas remedio a tanto mal. Asi que hayas comulgado, re- preséntale a Jess todas las Nagas de tu aima y los desérdenes de cada uno de tus sentidos; pidele que los santifique y entrégate todo-a*Hl, ya que ise téuda todo a ti en este SacramentoXjOh dul- Xeisimo Jesis mio! La gratitud y propia K interés me estén provocando a que me consagre a Vos en cuerpo y alma. Todc mfo os hacéis al entrar en mi. pecho; todo vuestro quiero hacerme yo también x en tiempo y eternidad. Vuestros sean ms ojos, vuestra mi lengua, vuestra mi me- moria, vuestro mi entendimiento, vues- Aya mi voluntad, vuestras todas mis po- SSv RAR RK RNS NT NS ve Mep, §.°—gESGs, EN EL sanrisimo. 51 teneias, vuestros todos mis sentidos, En adelante quiero apartarlos de las vanida- aes del mundo y reservarlos exclusiva- mente para Vos. Sélo quiero mis ojos para contemplar vuestro divino rostro, ¥ mis ofdos para escuchar vuestra dulcisi- ma voz, y mi lengua para hablar. con Vos en la oracién. Que mi alma en adelante no acierte sino a pensar en Vos, a ama- ros a Vos, a desearos a Vos, y a nadie nia nada mds que a Vos, en tiempo y eternidad, Amén, asi sea. Ramillete espiritual.—Cuerpo de Cristo, sélvame, Dentro de tus lagas, escéndeme. EN EL SANTISIMO SA- tO, TH DA SU SANGRE Pretupio 1° Represéntate a Jestis rodea: do de los apéstoles en la noche de la Cena, diciendo: «sie es el caliz de mi sangre, que seré derramada en remisién de los pe cados.» Pret, 29 Pide a Jesés que su divina sengre produzca en ti Jos efectos para que fué derramada. Ne via UNITIVA—ssccr6Nn 1.0 Punto 1.°: En el Santisimo Sacramento recibes toda la sangre de Cristo. Considera cémo, acabada la consagra cién del pan, tomé Cristo Nuestro Seftor en sus santas y vencrables manos un cA liz. de vino y lo consagr6, diciendo: «ls. te es el caliz de mi sangre del Nuevo Testamenio, que por vosotros y por mu- chos sera derramada en remision de los hecados» Pondera céma, en virtud de estas palabras, Cristo Nuestro Sefor pu so en el céliz toda su sangre, sin dejar una sola gota. Y aunque bastara para nuestra santificacién que nos diera par te de ella, no se contenté con ego su bon- dad, sino qué nos la dié gencrosamente toda eniera, mostrandonos con ello el mor grande que nos tenia. Pondera en especial cémo la sangre que est en el cdliz es aquella misma que con tanto amor y a fuerza de tantos tormen- tos derramé en cl huerto de las olivas, en el pretorio de Pilatos y en cl monte Calvario. En el huerto, con la conside racién de los pecados de todos los hom- bres, entre los cuales estaban también los tuyos, de puro dolor y congoja’ de- rram6 sangre por los poros del cuerpo Mgb. 8.\—JESGs, EN EL SaNTistup... 38 hasta regar la tierra, y esta misma san gre te da en el Santisimo Sacramento para que te compadezcas de la tristeza que alli tuvo, te duelas de tus pecados y te ofrezcas a cualquier trabajo por amor de El. En el pretorio de Pilatos derram6é su sangre, sacdndosela los ver dugos de las espaldas con azotes, en cas- tigo de los deleites que has dado a tu cuerpo, y de su sagrada cabeza con es- pinas, en castigo de tus ambiciones y soberbias; y toda esta sangre te da en el Sacramento, para que te acuerdes de sus dolores y te animes a castigar la de licadeza de tu carne y a reprimir Ja soberbia de tu alma, Finalmente, consi- dera cémo esté reunida también en el céliz toda la sangre que derram6 en el Calvario por las heridas que en sus pies y manos hicieron los clavos y por la que. después de muerto, abrié la lanza cruel en su sagrado costado, para que no que- cara ni una gota que no fuera vertida por nuestro amor; y esta misma sangre te la da toda junta en el Augusto Sacra- mento, en testimonio del amor que te tiene y del que te tuvo al derramarla. De la consideracién de esta sangre sacarés ei amor tierno y la reverencia con que debes acercarte a la Sagrada Hucaristia, imagindndote, cuando comulgas, que apli- vis UNITIVA—sEecION LS cas los labios a las Magas de Jestis, para beber de la sangre que mana por ellas, puesto que, como dice cl Criséstomo, «to- das las veces que nos Ifegamos a la Co. munién ponemog la boca en el costado de Cristo y nos ponemos a beber de su sangre preciosisima.» iOh dulcisimo Jestis, que con tanta ge- nerosidad me dais a beber en este Sacra- mento la sangre que derramasteis en el buerto de las olivas, en ¢l pretorio de Pilatos y en el monte Calvario! Hacedme sentir cl dolor de mis culpas que sentis: teis en el huerto y el amor a la peniten- cia que me ensefiasteis en el pretorio, y en retorno del amor que me mostras- teis en el Calvario, derramando, después de muerto, las tiltimas gotas de sangre que os quedaban, haced que os consagre mi vida entera y esté dispuesto a derra- mar por Vos toda la sangre de mis venas Punto 2.°: Virtud y efieacia de la sangre de Cristo. Considera cémo la misma virtud y efi- cacia que tuvo en otro tiempo la sangre de Cristo, esa misma tiene ahora en el divino Sacramento. Pondera, primeramente, cémo esta san- gre de Jestis no clama al Bterno Padre wnp, 8A—JESES, EN EL sanvisiM... 55 venganza, como la de Abel, sino antes perdén y misericordia, pues con ella con- siguié pacificar el cielo con la tierra y la criatura (Colos, 1, 20) con su Creador. Asi como por la sangre del cordero pas cual se libraron los primogénitos de I> rael de la espada del angel extermina dor, asi también nosotros, en virtud de esta divina sangre, nos libramos de la muerte de la culpa y nos preservamos gel pecado, Esta sangre divina, dice el Criséstome, ¢aparta muy lejos de _nos- otros a los demonios y atrae a los ange- les y al Sefior de todos ellos; porque, viendo nuestro cuerpo rociado con la sangre del Nuevo Testamento, huyen des- pavoridos aquellos espiritus infernales y se acercan gozosos log angeles de paz» Ademés, lava las manchas de nuestras culpas; porque si la sangre de los anti guos sacrificios, que no era mas que uns figura de ésta, limpiaba a los que estaban inmundos segtin Ja ley, «,cxénto més la sangre de Cristo, que se ofrecié come hostia pura y sin maneilla, Empiaré nues- tras conciencias de las obras muertas para que sirvamos al Dios vivo?» Final- mente, con esta sangre divina nos de Cristo en el Sacramento prendas ciertas de que en cuanto esta de su parte, para siempre nos conservaré la gracia y nos 5b via UNITIVA—SECCION L® Garé la vida eterna, conforme a su pre mesa, cuando dijo; «El que come mi car- ne y bebe mi sangre tiene la vida eter y yo le resucitaré en el dfa postrero.» {Oh alma mia, cudntos bienes estan en. cerrados en la sangre de Jestis! Acérca- te con alegria a sacar agua de la fuente divina de Jestis sacramentado; ldvate con esta sangre, riega con ella la tierra seca de tu corazén y te verds libre de la muerte del pecado, huirdén de ti los de monios, se te acercarén los angeles y el Dios de la paz moraré dentro de ti, y. acabada que sea tu carrera mortal, un dia subirds a la gloria a formar parte de aquellos bicnaventurades que, vestidos de blancos ropajes, estén ante el trone de Dios gozando de su presencia. (Apoc., 7, 14, 15.) jOh sangre preciosisima del Cordero, en la cual lavaron y blanquea- ron sus estolas los santos que ahora res- plandecen en la gloria! Lavad y herme sead también la estola de mi alma para que logre un dia unirse a ellos y cantar en su compafifa eternamente vuestras di- vinas alabanzas. sup, 8.\—JESUS, EN EL Santisimo, BT Epilogo y coloquios. {Qué dicha la del alma que se acerca a recibir el cuerpo de Nuestro Scfior en la Sagrada Eucaristia! Con El recibe juntamente aquella sangre divina que por nosotros derramé en el huerto por todos los poros de su cuerpo, en el pre. torio de Pilatos con log azotes y la co- rona de espinas, y en cl monte Calvario con las heridas que abrieron los clavos y la lanza. Toda la recibes junta en este Sacramento, y toda entra por tu boca, y con ella se enrojece tu lengua, y se riega tu corazén y se empapa toda tu alma, iQué felicidad la tuya! Razén tienen los Angeles y santos del cielo para envidiar: te por tanta dicha. Mas sube de punto tu felicidad si atiendes a los bienes que esta sangre te comunica. Porque ella te libra de la muerte de la culpa, mejor que a. los israelitas la sangre del corde- ro; ella ahuyenta de tu alma los demo- nios y atrae al Sefor de los angeles; con ella se lavan las manchas de tus culpas mejor que los hijos de Israel con la de los antiguos sacrificios; con ella se de- positan en tu carne semillas de inmorta- lidad, y Dios Padre te da una prenda de felicidad eterna. ,Quieres participar de BCCION 1.6 58 yis onIviva—s tantos bienes? Ten sed de esta sangre divina y recfbela en el Sacramento con los mismos sentimientos con que fué de- rramada. Exeitate a dolor de tus culpas y procura sentir por tus pecados aquella pena que por ellos s‘ntié Jess en el hhuerto de las olivas; castiga tu cuerpo y humilla tu frente para participar de los dolores y afrentas que padceid por ti en el pretorio de Pilatos, y entrégate sin re- serva al amor de Jestis, el cual nada se reservé para si, antes todo te lo did, has- ta la Ultima gota de su sangre. Examina si son éstos tus sentimientos’ y prané- sitos; resuelve lo que mas te conviene, y pide a Jestis, por los méritos de su sangre, te conceda estas gracias y las demas que necesitas. Pide también por las demas necesidades. Ramillete espiritual.— {Oh sangre pre ciosisima de Jostis!, ti me Itbras de la muer- te de Ja culpa, lavas las manchas de mi alma y me comunieas la gracia en esta vida y la gloria en la otra. . 92—JESUS, EN FL SANTISIMO SA- CRAMENTO, TE DA SU ALMA SANTISIMA PRELUDIO 1° Represéntate al alma de Jestis en el Santisimo Sacramento como un océano de infinitos bienes, de cuya plenitud todos recibimos. MED. 9.4 sGs, EN BL SANrisIMo... 39 Pret, 2.° Pide a Jestis te haga partici- pante de sus infinitos méritos y scberanas virtudes. Punto 1.°; En el Sacramento recibes el alma de Jestis con todos sus méritos, Considera el inmenso y riquisimo teso- ro de mereeimientos que consigo Meva el aima de Jestis, al que le recibe digna- mente en la Sagrada Comunién. Pare formarte alguna idea de ese tesoro, pon delante de tus ojos los merecimientos que contrajo ¢l Salvador en el momento de su Enearnacién, durante su vida y en su santisima Pasién. En el primer instante de gu Enearnacién se presentaron ante su vista las obras que habia de hacer, las privaciones que habfa de soportar y los tormentos que habia de sufrir; y todo Jo acepté gustoso y con voluntad pronta y generosa, Durante su vida, incesante mente se cledicé a la oracién y al tra bajo; sufrié hambre, sed, cansancio y to da suerte de oprobios; predic sin tre- gua ni deseanso, de dia y de noche, en las ciudades y en los desiertos, y hasta en el mar, desde la nave. Nacié en una cueva, sin medios para defenderse de la intemperie; y pasé la vida en medio de eo via UNITIVA—SECCION 1.8 privaciones, experimentando las estre- checes de una familia pobre y sin recur- sos, que necesita trabajar para poder sus- tentarse. Y en su Pasién santisima, jeudntas injurias y baldones, qué de tor- mentos y de ultrajes no hubo de pasar! Fué taladrada de espinas su cabeza, agu- jereadas sus manos y pies con durisimos clavos, heridas sus espaldas con cinco mil azotes, y todo el cuerpo hecho una laga de pies a cabeza. Vidse burlado de unos, escarnecido de otros, perseguido de muer- te por sus enemigos, traicionado y nega: do por sus amigos, abandonado de todos y, lo que es més, hasta de su mismo Pa Gre, quien se retira de Fl y le deja solo en la cruz, entre las agonias de la muer te; y de este modo, en medio de la ma- yor soledad y desamparo, tiene que ex. halar el tiltimo aliento. ,Comprendes, elma mfa, el ctimulo de dolores y sufri mientos que pesaron sobre el Corazén dé Jestis, y, por lo mismo, el ctimulo de méritos que contraeria su alma benditt. sima? Pues todos los tiene depositados en la divina Bucaristia, y con tedos ellos desea enriquecerte en la Sagrada Comv- ni6n. ;Quieres participar de tantos bie- nes? Deséalos con ardor, porque escrito esti que a los hambrientos hinche el Sefior de bienes, Deséalos con la vehe- Mep. 9.0 —aust EN HD SANTisIMD... 61 mencia con que el ciervo sediento busca las fuentes de las aguas, y con el ardor con que el menesteroso corre en busca de su remedio, iOh alma de Jestis, riquisima en teso- ros celestiales! A Vos vengo para que Temediéis mi pobreza y cubrdis mi des- nudez ¢ indigencia, De ese manantial in- agotable de vuestras infinitas misericor- dias, salgan, Sefior, rios de gracias que se derramen sohre mi alma sin medida: ¥, Duesto que sois océano dé bienes, Te- nadme de riquezas celestiales y mi alma quede harta para siempre. Punto 2.": En el Sacramento recihes el alma de Jestis con todas sus virtudes. Considera cudn rica de virtudes entra el alma de Cristo en el pecho del que le recibe en la Eucaristia. Porque en este Sacramento ejercita la humildad, encu- bricndo los infinitos resplandores de lo Majestad y gloria que tiene en el cielo, aebajo de los accidentes de pan y de vino. Resplandece su obediencia, porque tan pronto como pronuncia el sacerdote las palabras de la consagracién, al mo- mento baja del cielo y se pone en sus manos, aunque sea malo y las diga con 62 via unrriva—seccrén 19 mala intencién, Una vez subié Isaac con la lefia al monte para ser sacrificado, ¥ su obediencia fué tal, que nunca se aca- ba de ponderar y encarecer. ,Cuél, pues, no ser el valor de la obediencia de Jestis, e) cual baja del ciclo a las manos del sacerdote para ser sacrificado todes los dfas, y no una sola, sino infinitas veces al dia? Aquf brilla su rara mansedumbre ¥ paciencia, sufriendo el olvido que de ¥i tienen la mayor parte de los cristia nos en este’adorable Sacramento; y los desprecios, injurias y desacatos que re cibe, no sélo de los herejes, sino también de los pecadores que se acercan con con- ciencia de pecado, Aqui ejercita su gene- rosidad, d&ndonos todo cuanto tiene: cuerpo, sangre, alma, méritos, virtudes y hasta su misma divinidad. Aqui des- cubre su misericordia, ejerciténdola con los que le recihen, remediando todas sus miserias; aqui manifiesta su constancia, permaneciendo en el sagrario bajo las especies sacramentales hasta el fin de! mundo, sin que sean poderosas tantas injurias como recibe de los hombres pa- ra cansarse y ausentarse. Sobre todas es- tas virtudes campea la reina de ellas, que es Ia caridad y amor a los- hombres, el cual ejercita sacrificéndose por todos ellos indistintamente, por sus amigos y MED. 9.%—JnsGs, EN EL sanvisuso... 63, también por sus enemigos; dandose igualmente a todos en manjar y behida, no sdlo a los inocentes, sino también & los pecadores, con tal que esién arrepen- tidos, sin tener co de entrar en sus pe chos, aunque antes hayan sido cueva de ladrones y madriguera de demonios. Es- tas y otras virtudes te ensefia el alma de Jesiis en el Santisimo Sacramento, las cuales debes ponderar mientras le ten gas en tu pecho, haciendo firmes props sitos de estamparlas en tu corazon, y pidiendo al mismo Sefior te favorezca con sus gracias, para reducirlas a la prac- tica. iOh alma santisima de mi Jestis, ador- nada con perfecciones divinas, santa con la santidad de Dios, y a quien dentro de pocos momentos voy a recibir dentro de mi pecho! Pues que de vuestra plenitud todos recibimos, llenad mi alma de vues tra gracia, adornadla con todas las vir- tudes y estampadlas de tal manera en ella que, siéndoos semejante en la tierra, lo sea para siempre en la gloria. Epilogo y coloquios. iQué deseo tan ardiente tiene Jestis de enriquecernos con sug bienes! En el Sa- cramento de la Hucaristia, juntamente 6 via UNITIVA—SECCION 1.9 con su alma, nos da todos sus méritos y las virtudes que le adornan. Los méritos que contrajo en su Encarnacién, ofre- ciéndose al Padre sin reserva; durante su yida, con tantas predicaciones, pena- lidades y trabajos; y, sobre todo, en su Pasién saptisima, con tan inauditos tor- mentos: todos estos méritos los pone en las manos del gue comulga, ,Quién de- jard de acercarse a participar de tantos bienes? ,Quién no anhelardé y no suspi- rard por tan rico tesoro? Mas no acaban. aqui las finezas de Jestis para con el alma que le recibe: a sus méritos infi- nitos afiade las virtudes que ojercité du- rante su vida y las que continuamente practica en la Bucaristia. Mira qué hu- mildad tan profunda, qué obeciencia tan omnimoda, qué mansedumbre tan admi- rable, qué paciencia tan acabada y, sobre todo, qué amor tan encendido. ;Cémo no te animas a practicar estas virtudes con tan eselarecidos ejemplos? Fija en ellas tu atencién, examina si las has practi- cado hasta el presente y haz los propé- sitos que mas te convengan; y cuando tengas a Jestis en tu pecho, suplicale te Jas conceda generosamente y ruega por las demas necesidades. Ramillete espiritual.— Alma de’ Cristo, santificadme con vuestras virtudes y enri MED. 10.—Jusis, EN EL SaNTisiMo.. 65 quecedme con vuestros méritos y sobera nos dones, 10—JESUS, EN EL SAN'TISIMO SA. CRAMENTO, TE DA SU DI NIpAD Preiumio 1° Represéntate a la Santisi ma ‘Trinidad descendiendo a tu coraz6n, desde lo mas alto de los cielos, ucompana- ca de innumerables escuadrones de espfirt- tus bicnaventurados, Pret. 2° Pide al Sefior haga de tu cora- zon un cielo, donde descansen las tres Di- vinas Personas. Punto 1° En el Santisimo Saera- mento recibes al Hijo de Dios. Considera cémo, recibiende en el Sa cramento el cuerpo y alma de Cristo, juntamente recibes al Hijo de Dios, Por- que con el cuerpo y alma de Jesucristo esté inseparablemente unido el Verbo Divino, que es la segunda Persona de la inefable Trinidad, Pondera la grandeza del Sefior que re- cibes en la Comunién, para lo cual re cordards algunas de sus perfecciones adorables, Su_grandeza lena los cielos y la_tierra, y todas las gentes en su pre- sencia son menos que una gota de rocic. Hs tal su majestad, que los cielos de los ESCALA DEL Pasaiso.—II. 5 66 Via UNITIVA—SECCION La cielos forman su trono; por criados tie ne al agua, al fuego y demas seres, y por cortesanos a millones y millones de espt ritus bienaventurados. Su poder es tan grande, que con sola su palabra hizo bro- tar al mundo de la nada; y atin le quedé virtud para, con la misma facilidad, crear millares de mundos més, pudiendo, asi mismo, en un momento, reducirlos a to- dos a la nada, Su sabiduria es tal, que para E] no hay secretos; todas las cosas, pasadas, presentes y futuras, estan pre- sentes a sus divinos ojos. Finalmei su santidad y pureva son tan admirables, que no puede transigir con la menor culpa; por sélo un pecado arrojé a milla-— res de soberanos espiritus a las Hamas eternas, y por otro, condené a los hom bres a trabajos y sufrimientos que no tienen ndimero, _Ponderando estas grandezas de Dios y_ su infinita sabiduria y santidad, te move- as a temor y reverencia, por una parte y por otra, a disponer tu corazén con la_ gracia, que es el mejor cielo, donde pue da_descansar el Autor de la santidad. Las columnas del firmamento tiemblan en su presencia; a su mirada los cielos_ se conmueven y estremécese la tierra; delante de Bl encogen sus alas los més encumbrados espiritus, y gno~te—humt mrp, 10.—yestS, EN EL Sawrisnyo... a7 Maras tii hasta el polvo de la tierra? Las estrellas no estén limpias ante su divino acatamiento; el Bautista, santificado en el vientre de su madre, no se juzga dis- no de desatar la correa de su calzado; y josards td acercarte a recibirle en la Sagrada Comunién sin purificar antes iv alma_de las mas ligeras manchas? \~ {Oh Dios de infinita santidad y gran- deza! Si el cielo y los cielos de los ciclos \. Ro bastan para conteneros, ieudnto me: nos bastard la casa de mi pobre alma? Renovadla, Sefior, y adornadla con vues: ‘tra gracia soherana, para que sea digna morada vuestra. Inclinad esos cielos y bajad. Vengan las virtudes celestiales conviertan mi alma en corte de Vuestra / Majestad y en cielo animado, donde ten- gan morada las tres Divinas Personas. © se Ae x ~ Punto 2.°: En el Sacramento 1ecibes, juntamente con el Hijo. al Padre y al Espiritu Santo. Considera cémo en el Santisimo’ Sacra mento, jumtamente con el Hijo de Dios, estén el Padre y el Espiritu Santo; por- que todas las tres Personas son un solo Dios, y donde esté 1a una estén las otras Y asi, recibiendo al Hijo, juntamente vie- nen a ti el Padre y el Espiritu Satito. 68 via UNITIVA—SECCION 1. Aqui est4 el Padre, con aquel mismo amor con que envié a su Hijo al mundo para salvarnos; aquf esta el Hijo, obran- do las mismas maravillas que cuando vivia sobre la tierra, y auf estd el Es pfritu Santo, infundiendo preciostsimos dones a las alma que le reciben y abre: séndolas en el fuego de su divino amor. Pondera la fineza de las tres Divinas Personas en venir a tu corazén, para ha cer de él su morada, A este fin, consi- dera atentamente quién es el que vien® y a quién viene. El que viene a ti es no s6lo cl Padre, no s6lo el Hijo, ni sélo cl Espfritu Santo, sino todas las tres Di- vinas Personas: el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo. Y ,adénde se dirigen es- tas tres augustas Personas desde el cie- lo? No a un mundo mejor, no a un nue- vo paraiso ni a un cielo mayor que los cielos, sino a la pobre y estrecha morada de tu corazén. Admfrate de tanta bon- dad y purifica y prepara tu corazén, de modo que merezea ser deleitable paraiso Gel Padre, tabernéculo esplendoroso del Hijo, tdlamo divino del Espiritu Santo: templo, en fin, y sagrario de la Santt sima Trinidad. Pondera, ademés, los fines por que vie- nen a tu coraz6n las tres Divinas Perso- nas. KE] Padre viene, como Creador, para EN EL SANTESTMO.. 69 hacer de ti una nueva ecriatura, déndote un nuevo espfritu y un nuevo corazén. (Bzech., 11, 19.) El Hijo, como Redentor, para libertar tu alma de la esclavitud del demonio y del pecado, y el Espiritu Santo, como Santificador, para purificar la y enarla de los dones de la gracia También puedes mirar dentro de ti al Padre Eterno, llenando tu memoria de santas inspiraciones con su infinito po- der; al Hijo, ilustrando tu entendimien- to con su infinita sabiduria, y al Espiritu Santo, encendiendo tu voluntad y abra sando tu corazén con su infinito amor ie habfas parado a pensar, alma mia, en los tres ilustres Huéspedes que al- bergas en tu pecho, después de comul- gar? Agradece tan delicada fineza, y dis- curriendo por las tres Divinas Personas les pedirés con humildad la perfeccién en las obras que se les atribuyen, diciendo @ cada una: {Oh Padre Eterno! Llenad mi memoria de santos pensamientos y cedme fuerza y estabilidad en ellos. ;Oh Hijo de Dios, Sabidurfa eterna! Tustrad mi entendimiento con la luz de vuestras santas verdades, déndome claro conoci- miento de ellos; y Vos, Espfritu Sant‘ simo, encended mi voluntad en fervoro- sos afectos, de modo que os ame junta- mente con el Padre y el Hijo, y asf per- 70 via UNrriva—secci6N 1 manezca unida con las tres Divinas Per- gonas por todos los siglos de los siglos. Epilogo y coloquios. Con cuanta razén exclama la Iglesia santa: jOh cosa admirable, que reciba al Sefior el pobre, el siervo y el plebeyo! Porque ;qué cosa més admirable que venir a ti aquel Sefior de tanta grande za, que Mena los cielos y la tierra; ante cuya majestad tiemblan los espiritus més encumbrados, y que con su poder hizo brotar los mundos de la nada? ,Qué cosa més admirable que venir a ti aquel Dios a quien nada se oculta, cuya pure- za y santidad es tanta, que sus ojos no pueden ver la maldad, y por ella arroié a millares de éngeles al abismo y anegd en un diluvio toda ta tierra? Pero mas admirable es todavia que, no sélo el Pa- dre, no s6lo el Hijo y el Espiritu Santo vengan a ti, sino las trés Divinas Per- sonas desciendan del cielo y escojan tu corazén por morada. {Oh bondad infini ta de Dios! ;De dénde a mf tanta dicha? iCémo podra ser que mi corazén, tar manchado de culpas, sea templo y_sa- grario de las tres Divinas Personas? jAdmirate de tanta bondad, confdndete en presencia de Dios uno y trino, reco- MED, 11.—ses GS SACRAMENTAnO... 71 noce tu indignidad y suplica al Padre te convierta en nueva criatura, al Hijo que purifique tu corazén y lo libre de la cul- pa, y al Espfritu Santo que lo santifique, abrase y encienda. Examina si son éstas tus resoluciones, haz a este fin tus pro- pésitos, y ruega’ por ‘tus necesidades y por las ajenas, Ramillete expiritual—jOh prodigio inau dito! Comer a su. Dios y Sefior el pobre, el siervo y el miserable—Como la barra de ro que se mete en Ia fragua se convier ts en fuego, asi queda endiosada el alma que comulga bien, (San Antonio Maria Cla- ret.) 11—JESUS SACRAMENTADO, RE- DENTOR DIVINO PReupIO 1° Represéntate a Jestis rom. Fiendo las cadenas con que te tenia apri- sionado el demenio, Pep, 2° Clama a Jestis con cl profeta: «Tened compasién de mi, Sefor, ¥ resca. tadme.» Punto 1.°: Jestis viene al alma para ser su Redentor. Considera cémo todos log hombres, por el pecado de Adan, quedaron muertos a ls vida sobrenatural de la gracia; te nfan a Dios ofendido; eran esclavos de! 7 via UNITIVA—SECCION 1.8 demonio y estaban condenados al infier- no. Mas el Hijo de Dios, compadecido de nuestra inmensa desgracia, movido de las entrafias de su piedad, bajé del cielo a la tierra a rescatarnos con su Pa sion y muerte santisimas. Pondera que, si bien pudo remediarnos enviéndonos un Angel cel cielo o de otra manera que no le costara trabajo, no quiso hacerlo, sino que, para darnos a entender lo mu- cho que nos amaba, se determiné a ba jar Kl mismo en persona a la tierra v padecer en su propia carne los.mds crue les tormentos, hasta Ja muerte, para sé carnos de aquella situacién tristisima Levanta tus ojos al madero santo de Ja cruz, y contempla en él, colgado de tres clavos, a tu divino Redentor, muert6 por tu amor, Mirale hecho todo una llaga; la cabeza coronada de espinas, los ojos y mejillas sureados de hilos de sangre, Ja boca entreabierta, los labios amorata- dos, rasgadas sus espaldas con azotes, las manos y pies traspasados con clavos, y su divino pecho y amante Corazén abiertos por la lanza. {Oh incomprensi- ble misericordia de Dios! Oh amor nun ca pensado! Qué visteis en nosotros, 0 qué servicios os hicimos para que asf os movierais a pasar tantos tormentos pa- ra nuestro rescate? Bien se ve, Sefiar, wep. 11.—sEsts SACRAMENTaDo. 73 que nos améis, y que vuestro amor es sincero y no de solas palabras; pues ast os abrazdis con el sacrificio, sin detene- ros ante el mayor de todos, cual es el de dar la vida por el amado. De esta con: sideracién debes sacar cudn obligado’ es- tés a nd ser ya mag tuyo, sino de quien te compré tan a costa suya, y procura vivir en adelante, no para ti, sino para Aquel que vivid y murié por ti, comc lo dice San Pablo: «No sois vuestros, sino de quien os compré con tan inesti- iable precio.» Pondera, lo segundo, cémo vive en es- te Augusto Sacramento del altar’ y se dispone a venir a ti con el mismo amor que le movié a subir al altar de la cruz para redimirte. En la cruz merecié w rescate, y en este Sacramento te aplica el fruto de sus padecimientos. Por él te librards de la servidumbre del demonio y del pecado, de la tiranfa de la carne y de tus pasiones y de la esclavitud de los ios. Considerando la_necesidad que tienes de que venga Jestis a librarte de tantos males y a romper tantas cadenas. le dirds con_el real Profeta:_«Tuyo soy, (Ps, 118, 94.) Romped x ‘para que os ofrezea sacr ' ficio de alabanza.» Y puesto que estdi en este Sacramento esperando el momen, "ye SY < xv 74 viA UNITIVA.—SECCION 18 to de venir, a mi alma para rescatarla y Hbrarla de la odiosa servidumbre de mis Viclos_y pasiones, venid, Sefior, venid presto y ‘desatad mis ligaduras para que, Ibres de ellas mis manos y pies, pueda serviros con alegria y correr desembara zado por la senda de vuestros_santos mandamientos. Punto 2.°: Cémo ejereita Jess el oficio de Redentor en este Sacramento. Considera cémo Cristo Sefior Nuestro se ofrece en cl Sacramento del Altar, y er el ara de tu corazn, al Bterno Pa- dre, tal como se ofrecié en los dias de su carne en el monte Calvario, aunque de un modo incruento. Pondera, primeramente, eémo por vir- tud del sacrificio que ofrece Jestis en el -altar de tu corazén, el Eterno Padre te mira con ojos de misericordia, te conce- de el don de arrepentimiento, te comu- nica su gracia, y te libra de la esclavi- tud del demonio y de la condenacién eterna que habias merecido, En agrade- cecimiento a tan inmensos beneficios, Iuego que lo hayas recibido, prorrum- nirds en cénticos de acciones de gracias, bendiciendo a tu Divino Redentor y pu- Meb. 11.—JESOS SACRAMENTADO... 75 blicando sus misericordias, como ense- 16 el arcdngel San Rafael 2 Tobfas. (Tob. 12, 20.) {Oh Redentor mio amo- rosisimo! jD6nde estarfa yo ahora, si no os hubieseis ofrecido por mi en sa- crificio en el ara de la cruz? El inferno me habria ya devorado, y mi alma esta- ria ya sumergida en lo profundo del ubismo, en aquella regién de tinieblas v de Ianto, de donde ha huido para siem- pre la esperanza. Que ensalcen vuestra infinita misericordia los angeles del cie lo, y mi lengua no cese de cantar vues- tras alabanzas, «Digan los redimidos po el Sefior, los redimidos de manos del ene. migo: Alabad al Sefior, porque es bue- uo, porque es eterna su misericordia» (Ps. 106; 1, 2.) " Luego pondetarés el amor y genero- sidad con que se ofrece todos los dias en ei sacrificio de la Misa y en el altar de tu coraz6n. Porque, no contents con ha- berse sacrificado infinitas veces durante su vida mortal por tu rescate, aun aho- ra no cesa de ofrecerse por ti en los al- tares; y estando glorioso en lo més alto de los cielos, gustoso baja a la tierra, para hacer de tu coraz6n un altar e in. molarse en él de nuevo por ti a su Bter- no Padre. Entra, por tanto, dentro de su pecho con la consideracién, después que

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