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FICHA JURISPRUDENCIAL

SALA: Civil

PROCESO: Nulidad de escritura pública por simulación absoluta.

AUTO SUPREMO / AS/1231/2019 del 27-11-2019


SENTENCIA:

MAXIMA: LA SIMULACIÓN SE DEMUESTRA CON CONTRADOCUMENTO NO ADMITE FORZAR


OTRA INTERPRETACIÓN/ Por mandato ley la única forma para demostrar la simulación es el
contradocumento, no existe otra manera de evidenciar el vicio, la lesión o la intención
deliberada de evadir principios y formas jurídicas preestablecidas.

SINTESIS DEL CASO: El recurrente, denunció que el Tribunal de alzada vulneró los arts. 543, 544 y 545 del Código
Civil, al mencionar al demandante como parte y no así como tercero, porque a su criterio
dentro la simulación adquiere trascendental relevancia la condición de perjudicado. Reclamó
la decisión emitida por los de alzada como irracional, inmoral y jurídicamente inadmisible, al
exigírsele como única prueba válida un contradocumento u otra prueba escrita para probar la
simulación, asimismo que por el solo hecho de tener la condición de heredero o
causahabiente, se le restringió su derecho de acceso a la justicia, bajo el entendido que todo
acto simulado se transmite al heredero, lo que no ocurrió en el presente caso, donde se
efectuó una transferencia hereditaria en favor solamente de una parte de los legitimarios en
lesión a la legítima, por cuanto en esa transferencia se ocultó la verdadera intención cual era
un anticipo de legítima, independientemente de la figura que se le haya otorgado a ella, por
cuanto el objeto de la compra venta está referido a la masa hereditaria, y en desmedro de que
todos los sucesores de similar vocación tengan similitud de condiciones y proporciones
iguales. Refirió que el heredero Ernesto Wálter Velarde Tapia (codemandado), habría urdido
esa transferencia a su favor en desmedro del demandante, por lo que menos habría firmado
otro documento o contradocumento que podría probar ese fraude. Arguyó la vulneración del
art. 1321 del Código Civil, porque se desconoció la confesión judicial del codemandado Carlos
Johny Velarde Tapia, que resultaba ser la reina de las pruebas en este proceso, en la cual se
demostró el deterioro de la salud física y mental de la vendedora siendo que a raíz de ello se
suscribió un documento con errores, vulnerando también los arts. 17 y 25 de la Ley del
Notariado, el art. 9 del D.S. Nº 21532 de 27 de febrero de 1987 y el art. 12 del D.S. Nº 24054
de 29 de junio de 1985, puesto que en el presente caso no existe acta de protocolización
notarial y menos que se hubiera insertado las exigencias dispuestas por la normativa
señalada, a tal efecto expresó la vulneración al art. 265.III del Código Procesal Civil, no
obstante todos estos hechos al ser parte del memorial de expresión de agravios, el Tribunal
de alzada no valoró estos extremos. Manifestó no haberse valorado adecuadamente los
documentos cursantes a fs. 1, de fs. 3 a 7, de fs. 154 a 155, y a fs. 133, que demuestran que
el referido bien inmueble en el momento de la supuesta venta, estaba subvaluado, es decir
que su precio de transferencia fue simbólico, irreal, irrisorio, ideal o nominal. Expresó que los
de instancia vulneraron el principio de verdad material contenido en el art. 180.I de la

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Constitución Política del Estado, siendo que el proceso se sustentó con todas las pruebas
referidas. Denunció que el Auto de Vista impugnado sería injusto y lesivo a la sucesión
hereditaria prevista en el art. 56.III de la Constitución Política del Estado. Expresó la indebida
valoración de la prueba, por cuanto no se valoró la confesión judicial del codemandado
recurrente, así como el procedimiento de formalización de la Escritura Pública Nº 291/2003,
vulnerando así los arts. 145, 162.II del Código Procesal Civil y el art. 1321 y 1286 del Código
Civil. Acusó que el Auto de Vista impugnado si bien describió la apelación de Carlos Johny
Velarde Tapia, no se pronunció al efecto sino sobre otros aspectos que no son parte del
proceso, lo que conllevaría a su nulidad. Finalizó solicitando casar el Auto de Vista Nº
127/2019 de 13 de agosto, o en su caso anular obrados para que se emita un nuevo Auto de
Vista que se pronuncie sobre la apelación del codemandado recurrente.

EXTRACTO DE LA ?? Aclarando que en los contratos de venta el objeto resulta ser las obligaciones generadas
RATIO DECIDENDI: por la transferencia de la propiedad de la cosa, cambio de un precio así se materializa el
intercambio de una cosa a cambio de un precio, de forma que el vendedor obtiene el precio
de la cosa que vende y el comprador al pagar adquiere la propiedad de esa; aunque con ello
de ninguna manera quiere decir que el precio sea realmente cancelado o la cosa realmente
entregada, y es justamente en estos últimos casos a fin de que esos documentos no sean mal
utilizados y para verificar ello, que necesariamente entre las partes deben suscribir un
documento aclaratorio o contra documento, del cual carece este proceso.
En tal sentido al pretender forzar una supuesta simulación con base en un precio
aparentemente supuesto o nominal requiere necesariamente una prueba escrita para
desvirtuar ese acuerdo aparente. (?) Corresponde establecer que, si bien el demandante
ofreció un cúmulo de probanzas, sin embargo, ninguna de ellas dentro los parámetros de la
prueba de simulación entre partes establecida en el art. 545.II del Código Civil, cual es un
contradocumento u otra prueba escrita conducente a probar la simulación, en tal sentido el
marco normativo sustantivo civil para probar la simulación es claro y no admite pretender
forzar otras interpretaciones.?

DESCRIPTOR: Derecho Civil / Derecho Civil Sustantivo / Contratos / Tipos de contratos / Compraventa /
Perfeccionamiento

RESTRICTOR: Desde el consentimiento

PRECEDENTE: Auto Supremo Nº 518/2014 de 8 de septiembre, estableció lo siguiente: ?Es también


necesario realizar diferencia de la nulidad sustentada en la afectación a la legítima, a esto es
preciso partir nuestro análisis del art. 1059 del Código Civil, que señala: ?I. la legítima de los
hijos, cualquiera sea su origen, es de las cuatro quintas partes del patrimonio del progenitor,
la quinta parte restante constituye la porción disponible que el de cujus puede destinar a
liberalidades, sea mediante donaciones o mediante legados, en favor de sus hijos, parientes o
extraños?, ésta fórmula normativa prevé la proporción del patrimonio que el de cujus puede
destinar a liberalidades, en cuatro quintas partes, situación legal que se considera antes o

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después de abierta la sucesión; en esa lógica el de cujus si no tiene herederos forzosos
puede disponer de la totalidad de sus bienes (art. 1065 del Código Civil) y en caso de que los
tuviera (herederos forzosos) la liberalidad de sus actos sobre su patrimonio se limita a la
proporción que indica el art. 1059-I del Código Civil. Se debe dejar en claro que la liberalidad,
referida, es la libre disposición no onerosa que tiene el de cujus en su patrimonio sea en
donaciones (mediante actos entre vivos) y o legados (por testamento). En ese contenido, aún
el causante por actos entre vivos haya dispuesto liberalmente sus bienes, es decir donado los
mismos en exceso, no es pasible aquel acto de voluntad a ser sancionado con nulidad, pues
si el de cujus sobrepasó la porción de liberalidad permitida, la ley prevé como remedio la
reducción de la disposición testamentaria o la reducción de las donaciones efectuadas,
conforme los arts. 1068 y 1254 del Código Civil; entonces queda claro que la afectación a la
legítima por excederse el límite de liberalidad en las disposiciones, no da lugar a la nulidad
de esos actos, sino que, una vez abierta la sucesión, su reducción hasta reponer la
proporción fijada en ley como legítima, de otra manera, se entendería que todas las
donaciones, per se, realizadas por el causante por actos entre vivos fueran nulos, lo que riñe
con el poder que faculta el art. 105.I del Código sustantivo, además que a objeto de esa
reducción lo primero es determinar la masa hereditaria y en función a ella verificar si aquel
acto de disposición es susceptible de reducción conforme establecen las normas sucesorias.
Sin embargo no debe confundirse la liberalidad, limitada por el régimen sucesorio, con los
actos de disposición que hubiere realizado el de cujus de su patrimonio en sujeción estricta
del art. 105 del Código Civil, es decir aquellos actos en que onerosamente dispone el
causante de su patrimonio antes de abierta la sucesión no pueden considerarse como actos
de liberalidad que tiendan a violar la legítima, puesto que los actos que derivan de contratos
sinalagmáticos, por naturaleza, tienen una contraprestación que recibe el causante a cambio,
en ese contexto, la disposición de un bien tiene una retribución onerosa que no afecta el
patrimonio, dese el caso de la compra venta, al vender un bien se tiene una retribución en
dinero del mismo, por lo que en un sentido meramente económico el patrimonio no sufre
ninguna afectación, por lo que si el patrimonio no es afectado, claro está, tampoco existe
lesión a la legítima. (el resaltado nos corresponde).
Auto Supremo Nº 1160/2015 de 16 de diciembre señaló que: ?? En el caso en cuestión, es
preciso señalar, que la jurisprudencia nacional con referencia a estos negocios jurídicos
simulados, ha establecido que los contra-documentos suscritos entre los mismos simuladores
hacen fe entre ellos de conformidad con el art. 545.II del Código Civil, concordante con el art.
1297 del mismo Código y 399 del Código de Procedimiento Civil, demostrando de esta
manera incuestionablemente, que el contra-documento constituye una prueba concluyente
para probar la simulación, pues la declaración contenida en él expresando que no es cierto el
documento, tal como debe suceder en la especie, dejaría sin efecto e importaría una
revocación del negocio jurídico simulado por mutua voluntad de las partes contratantes y
constituiría ley entre los mismos de conformidad con lo previsto por el art. 519 del Código Civil
resguardando los derechos del simulador que en ciertos casos resulta víctima de mala fe de
aquel que aparece actuando simuladamente y trata de aprovecharse de esa situación para
ejecutar el acuerdo simulado, que en esencia jamás fueron ciertos. Por ello que en esta clase

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de procesos, el contra-documento es tenido como prueba fehaciente, para acreditar que el
acto fue simulado?.

Auto Supremo Nº 153/2014 de 16 de abril, que orientó lo siguiente: ?Al margen de lo


expuesto, resulta conveniente realizar las siguientes puntualizaciones con respecto al contrato
de compra venta, con la finalidad de lograr una mejor comprensión de lo antes señalado, por
consiguiente se entiende que el contrato de compra venta es un contrato consensual, que
para su nacimiento basta que ocurra el acuerdo de las voluntades, sin importar si éste se
expresa en forma verbal o escrita en documento público o privado, no está sujeto a
formalidades, como también señala Gonzalo Castellanos Trigo ?No es formal o tiene forma
Libre, porque la ley no impone como regla general, una solemnidad para su existencia???
debiendo entenderse esta como una constancia documental del consentimiento expresado
por las partes, por lo que la solemnidad de transcribirla en una escritura pública es
simplemente un requisito para su inscripción en el registro Derechos Reales, lo que no
significa que no surta efectos en cuanto a lo consensuado por las partes contratantes,
razonamiento orientado en lo establecido por la Corte Suprema de Justicia que en el Auto
Supremo Nº 64/2011 dijo: ?Es habitual, en nuestra práctica jurídica, que muchos de los
contratos consensuales se redacte o documente a través de una minuta, dejando así la
constancia escrita respecto del contrato celebrado entre partes y del consentimiento
expresado por ellas, sin que ello suponga la infracción de ninguna norma legal, ni motive su
invalidez por la nulidad o la anulabilidad, pues, si un contrato consensual, como es la
compraventa, puede celebrase incluso en forma verbal, no existe ningún óbice legal para que
el acuerdo de partes y el consentimiento de ellas respecto a ese contrato se lo documente a
través de ese medio, sin que ello suponga causal de nulidad ni anulabilidad del contrato? (las
negrillas son nuestras).

FORMA DE INFUNDADOS
RESOLUCION:

TIPO DE Reiteradora
JURISPRUDENCIA:

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