You are on page 1of 2

Semana 9

Organización de los acontecimientos de un cuento.


Trama lineal: Hay varias maneras de ordenar los hechos que conforman un cuento. La más
simple es la organización cronológica, narrando los sucesos desde el primero hasta el último, en
el orden natural en que ocurren. Nuestra vida transcurre de forma cronológica y por ello se nos
hace sencillo organizar las historias de la forma que percibimos las cosas diariamente. Trama
lineal
Trama no lineal: el escritor tiene el poder de alterar el orden lineal de los acontecimientos para
crear intriga, generar expectativas que enganchen al lector o simplemente para retrasar esa
escena fundamental que servirá de clímax en la historia.
Elementos del cuento

Elipsis y saltos

Elipsis: En narratología, es una omisión, en la secuencia del discurso narrativo, de


segmentos de la historia que se narra.(DLE). En una narración no es necesario incluir
todos y cada uno de los pasos que dan los personajes. Basta con mostrar aquellas
escenas que son relevantes para la historia.

¿Cómo dar estos saltos en la narración sin que resulten abruptos o molestos para el
lector?

-No es que exista una solución mágica. Como casi siempre, depende de la historia, de la
pericia del escritor, de la estructura... Pero existen ciertos recursos a los que se puede
recurrir para hacer avanzar las historias en el tiempo. Veamos:

1. Partes distintas

Cuanto mayor sea el salto de tiempo que se quiera dar, más importante será marcarlo en
la estructura. Por eso, una opción puede ser dividir el libro en partes. Por ejemplo, Al
faro, de Virginia Woolf, cuenta con dos partes, una que ocurre antes de la Primera
Guerra Mundial y otra después. La guerra en sí no aparece, es una gran elipsis.

2. Capítulos distintos

Otra forma de crear estos saltos de tiempo es a través de capítulos distintos. Este recurso
es el que se usa en la novela Niña de cristal, donde cada capítulo corresponde a una
escena. Por ejemplo, en el primer capítulo la protagonista recibe una misteriosa llamada
que la empuja a emprender un viaje. En el segundo capítulo, la protagonista ya ha
llegado al destino de ese viaje. No se incluyó el trayecto porque no era necesario ni
aportaba nada a la historia.

3. Espacio entre párrafos

Cuando el salto de tiempo es breve, otra forma de solucionarlo es marcando el salto con
un espacio entre ellos. Esto lo hace mucho el autor Haruki Murakami. Aunque sus
novelas también suelen estar divididas en capítulos (con saltos de tiempo mayor), cada
capítulo cuenta con estos bloques o partes separadas entre sí por espacios. En el
siguiente fragmento de Baila, baila, baila, podemos observar bien este recurso, ya que
termina un bloque con la pareja esperando un taxi, y comienza el siguiente con ellos ya
dentro del vehículo:

(...) Durante unos cinco minutos, en medio de aquel revoloteo de pequeños copos de
nieve, esperamos a que llegara un taxi. Ella seguía agarrada de mi brazo. Estaba
relajada. Yo también. —Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto—me dijo. Lo mismo
me ocurría a mí. Volví a pensar que teníamos algo en común. Por eso me había caído
simpática desde el primer momento que la vi. En el taxi charlamos de cosas anodinas,
como la nieve, el frío, su horario de trabajo o Tokio. Mientras hablábamos(...).

4. Indicaciones del narrador

No siempre es necesario crear un salto de tiempo físico como un cambio de capítulo o


un espacio entre párrafos. A veces basta con que sea el propio narrador el que nos indica
el paso del tiempo. En este caso lo mejor es ser conciso, indicar en qué momento
estamos y no dar demasiados detalles sobre ello para no cansar al lector. Un buen
ejemplo es este fragmento de Paul Auster en Ciudad de cristal, donde se hace una elipsis
de veinticuatro horas con una breve aclaración por parte del narrador («La noche
siguiente»): (...) Contestó el teléfono después del sexto timbrazo, pero no había nadie al
otro extremo de la línea. La persona que llamaba había colgado. La noche siguiente
estaba preparado. Tumbado en la cama, leyendo cuidadosamente las páginas del
Sporting News, (...)

Semana 10

Tiempo en la narración

En una narración, el tiempo debe considerarse en dos planos:

A. Tiempo de la historia o tiempo externo: Es el tiempo real objetivo de la historia (se


mide en unidades concretas: horas, días, meses, años...)
B. Tiempo de la narración o tiempo interno: Regula el ritmo narrativo (da dinamismo o
lentitud a la narración eliminando, condensando, ralentizando, etc.).

You might also like