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docencia
Bollini, Rosana
Cartografías de la palabra : problemas de la enseñanza de
la lengua / Rosana Bollini y Valeria Sardi. - 1a ed. - Buenos
Aires: La Crujía, 2013. Sobre la colección
144 p.; 21x14 cm. - (Docencia)
ISBN 978-987-601-193-8
3. Del dicho al hecho... Propone estrategias didácticas y ex
Primera Clase Impresores periencias para problematizar y enriquecer el día a día de'
California 1231. CABA.Argentina
la enseñanza.
Noviembre de 2013.1000 ejemplares.
© Valeria Sardi y Rosana Bollini Todas ellas conjugan un mismo propósito: propiciar un
© 2013 La Crujía Ediciones
espacio de reflexión crítica que potencie -desafiando el
* -J
Diseño de tapa | Melasa Diseño descreimiento y el dogm atism o- la practica cotidiana de¡¡
Diseño de colección - Diagramación | m&s enseñar.
Corrección | JimenaTimor
P ablo C ifelli y N ora G raziano
cerco de la timidez para poder decir. £n ese hacer escribir, h a Leer el Martín Fierro ha form ado parte durante décadas de
bilitar la palabra propia, la profesora construye un marco en el la experiencia de escolarización de los estudiantes en nuestro
que Eloy puede empezar a desandar el camino de la resistencia país. Las prácticas de lectura en torno a este texto representa
para incluirse en el camino de la apropiación. tivo de la literatura argentina van desde la selección de algunos
Por otro lado, en esta escena también observamos las m úl cantos, el reconocimiento de los versos octosílabos, el análisis
tiples dimensiones del conocimiento lingüístico y del mundo en del lenguaje gauchesco, la lectura política, hasta la escritura
torno a la escritura como práctica sociocultural. Las indicacio de payadas, la renarración oral y la reficcionalización de algún
nes e intervenciones de Eloy en torno a la puntuación, por ejem fragmento del texto. Se trata de una práctica de lectura literaria
plo, dan cuenta de un saber específico sobre la lengua que se que, aunque sea tangencialm ente por la lectura de los cuentos
pone en juego a partir de la escrituración de otro. De allí también de Borgess o la relectura de Fontanarrosa y su Inodoro Pereyra,
es interesante observar cómo la profesora en form ación inter está presente en la escuela argentina. La disp uta o el debate
viene didácticamente poniendo enjuego una concepción de e s que podemos reconocer en estas prácticas de abordaje literario
critura que se opone a la creencia social de que escribir es solo tan diversas es cuán fieles tenem os que ser a ese texto, para
usar el código escrito, y da lugar a otra práctica de escritura muchos “sagrad o” de la literatura argentina, o cuánto podemos
escolar como escribir oralmente, a través de la inscripción en el romper los límites de su universo ficcional para ap osta r otras
papel por parte de ella. Artimañas de un estudiante para escribir, interpretaciones y relecturas; cuánto debemos seguir la voz de
para aventurarse en un recorrido incierto como es la búsqueda la crítica literaria en torno al texto o cuánto transgredir esos
de la propia voz y de la palabra propia. Primer paso, tal vez, para límites y proponer otras lecturas, otras voces en diálogo con la
perder el miedo a la página en blanco, "un espacio 'propio1 [que] voz de Martín Fierro.
circunscribe un lugar de producción para el sujeto”;' en otras Hace unos años, en un CENS del barrio de San Telmo, donde
palabras, siguiendo a De Certeau, en ese territorio en blanco el los estudiantes venían de una práctica m em orística y fuerte^
sujeto tiene que construir, poner en obra, su propia voluntad y mente historiográfica para leer la literatura argentina como así
construir un texto a partir de la materialidad del lenguaje, fra g también de un encuadre estructuralista para la enseñanza de lav
mentos lingüísticos que se combinan de maneras inesperadas o lengua, me propuse correr el cerco y proponer otros m odos de
convencionales para llenar ese vacío y para dar lugar a un arte leer y escribir, intentando encontrar, descubrir o provocar o tras
facto fabricado por el propio sujeto. voces, las voces de esos estudiantes adultos que iban de los 2QJ
a los 65 años. Romper con las m atrices pedagógicas de reprpf.
ducción de las voces de otros para instaurar, paulatinamente,*
las voces de los estudiantes -trab ajad ore s de la construcción,
amas de casa, oficinistas, mecánicos, vendedores y empleadas 5
Escribir la experiencia 13. Mandigorra Llavata, María Luz, M. L., "La configuración de la identidad'
privada: diarios y libros de memorias en la Baja Edad Media”, en Castillo
Una cita me lleva a la reflexión sobre la búsqueda de la voz Gómez, A. (coord.), La conquista del alfabeto. Escritura y clases populares,
propia en otras prácticas de escritura donde se escribe a partir Gljón-España, Ediciones Trea, 2002, p. 141. ,
14. Esta colección fue impulsada por la Lie. Beatriz Alen desde su lugar d|
de la necesidad de contar lo vivido, de textualizar la materia de
coordinadora del Proyecto de Acompañamiento a Docentes Noveles del Iris-
la vida cotidiana o los modos de hacer de un sujeto. Dice M aría tltuto Nacional de Formación Docente y financiada por la OEI. Estuvo confor
Luz Mandigorra Llavata: mada por seis libros -Lo s inicios de la profesión, Los procesos de gestión en
el acompañamiento a docentes noveles, Iniciarse como docentes en escuelas
rurales, Un caso de la práctica: somos todos nuevos, Primeros pasos en es
10. Deleuze, G. y Guattari, F., op. cít. (1988), p. 107. cuelas urbanas, Una experiencia piloto de trabajo en red en la formación de
11. De Certeau, Michel, op. cit. (2007), p. 163. form adores- escritos por formadores de institutos de formación docente
12. Deleuze, G. y Guattari, F., op. cit. (1988), p. 89. de todo el país.
CARTOGRAFÍAS DF LA PALABRA | CAPÍTULO 4 un texto narrativo.19 Asimismo, una narrativa que diera cuenta 113
de la propia voz, de las huellas subjetivas en la materialidad del
transform ación subjetiva de quien escribe como a sí también de texto, en la cadencia y el ritmo del escrito, en la selección léxica
quien lee”.15 y la estructura. Escribir un trayecto vital que es individual pero
La aventura de hacer escribir a otros una narrativa de sus también involucra a un colectivo. De allí que la práctica docente
prácticas, es decir, textualizar su experiencia biográfica y na- deviene m ateria textual y la escritura “es considerada mucho
rrativizar situaciones cotidianas escolares particulares que dan más que un mero instrumento de gestión, es un catalizador de la
cuenta del rol del acom pañante pero, también, de macroproce- experiencia vivida”.20
sos sociales, políticos, educativos e ideológicos, en un tipo de Ahora bien, ¿cóm o dar voz a esa experiencia? ¿Cóm o impri
registro no académ ico, borrando las m arcas de la experticia y mir la propia subjetividad borrando la dim ensión ascética del
dándole un lugar privilegiado a la narración, supuso quebrar la discurso aca d é m ico ? ¿Cóm o construir un texto narrativo que
"burocratización de la escritura”;161
7es decir, prácticas de escri estructure o modele la experiencia?
tura mecanizadas, habituales en los ám bitos docentes, que se A partir de talleres de escritura con las y los autores, se trató
vinculan con "u n a burocratización de la vida escolar que neutrali de acom pañar el proceso de búsqueda de la impronta personal
za también la posibilidad de una producción magisterial creativa en cada texto, de encontrar un tono, un modo de decir la expe
de la escritura".11También fue necesario romper la hegemonía del riencia. Así, trabajam os con la escritura de textos autob iográ
discurso académico, que se escenifica en los ám bitos de form a ficos que dieran cuenta de sus primeros recuerdos escolares, de
ción y que parte del presupuesto piagetiano que plantea que el escenas vividas en las aulas y sus inicios en la docencia, como
conocimiento abstracto solo está presente en las form as lógico- modo de volver sobre su experiencia educativa y, a partir de allí,
m ate m áticas y se su ste n ta en la prim acía de los paradigm as poder re-presentar y re-conocer la experiencia de los noveles.
lingüísticos de raigambre comunicativa y cognitivista que se ins La escritura de la experiencia biográfica obligó a los autores a
tauran en los ám bitos educativos a partir de la década del 90.18 trabajar la dimensión narrativa y a jugar con la escritura dándole
Escribir para comunicar una experiencia vivida, representar un tono acaso poético y, de esta manera, alejarse de la buro
cierto recorrido de la formación, interpretar esa travesía como cratización de la escritura. Así, por ejemplo, una de las autoras
modo de construir conocim ientos socialmente significativos en -L ilia n a P áez- narró sus "Recuerdos de mi escuela primaria”:21
fue mi maestra de primer grado, fue con la que compartí la mayor memorar la experiencia en la escuela y, en especial, el lugar de
parte de mi escuela primaria y la que recuerdo con mucho cariño. su maestra Ñata, la lleva a relatar su historia involucrando a los
Se distinguía del resto de las docentes no solo por sus virtudes de lectores y, a partir de su relato, reinventa su propia identidad
buena maestra-comprometida, esmerada, paciente-, sino, por a partir de la tom a de conciencia de su trayectoria biográfica.
sobre todas las cosas, porque fue una de las primeras personas La trama narrativa del relato nos lleva primero a la figura de su
que confió en que yo podría llegar a ser alguien en la vida. (...) m aestra y, a partir de allí, la autora nos acerca a la vida en un
A la escuela íbamos caminando porque no había otro modo de medio rural y, detalladamente, muestra las diferencias de clase
llegar, aunque hoy ya no me parece tan lejos, en ese entonces no en una com unidad en torno a un ingenio azucarero a partir de
pensábamos lo mismo, pues las calles eran de tierray en tiempos la descripción de su barrio y de los enclaves de los trabajadores
de lluvia se convertían en lodazales. y del patrón. Luego el relato vuelve a recuperar la imagen de la
61 frente de la escuela daba a un barrio pobre, el único de los ba maestra, su huella en su formación, que la llevó a ser maestra.
rrios aledaños que no pertenecían al ingenio azucarero del lugar, En este texto, Liliana relata en un registro íntimo y subjetivo sus
pero que dependían del ingenio como fuente de trabajo. Los lí primeras experiencias escolares y vitales; recuerda, rememora y
mites de este barrio y el perímetro de la escuela marcaban el co se proyecta en su escritura pero, a su vez, involucra al lector en
mienzo de los cañaverales, que era el paisaje rural típico de esta esas vivencias autobiográficas.
zona. Desde aquí y hacia la ruta nacional 38 se levantaban las Otro momento de la producción de los textos se dio en una
casas de propiedad del ingenio, destinada a vivienda del personal instancia de taller en el que trabajam os con la escritura de los
obrero. Las casas de los empleados y de personal jerárquico se eri primeros párrafos del libro. Les propuse que pensaran una im a
gían en las cercanías de la administración del ingenio y, también, gen, una metáfora que diera cuenta de la experiencia de acom
muy cerca de la casa del propietario, protegida de las miradas pañam iento a los docentes noveles y que trataran de poner en
indiscretas por un grueso cerco de siempreverdes y rodeada de un palabras ese inicio, en un tono narrativo que invitara a seguir,
parque imponente. Un palacio de Versalles en pequeña escala. La leyendo. Así, el grupo de autoras de la provincia de La Rioja22
riqueza arquitectónica y paisajística estaba reservada a esta es eligió la imagen de la apertura, en este caso de abrir la puerta a
pecie de señor feudal y para el resto solo la pobreza. Lo único que una nueva experiencia:
de descubrimiento, de ¡ncertidumbre, de asomarse a lo nuevo. qué particularidades tenía la creación de la Escuela N° 407 en
Cuando asumimos el desafío, de acompañar a docentes en sus pri el Barrio Alunai a partir de la descripción detallada del lugar.
meros desempeños laborales, intuimos que estábamos abriendo Veamos una primera versión de ese texto:
múltiples puertas. Abríamos la puerta, por ejemplo, a una nueva
función de la institución pues, como profesorado -además de la Visitar por primera vez la Escuela Na 407 significó todo un aconte
misión fundacional de formar docentes- nos iniciábamos en el des cimiento para nosotras aun cuando como profesoras de práctica
cubrimiento de una tarea distinta, la de acompañar a los nuevos tuviéramos experiencia en recorrer los lugares más recónditos en
profesores en su inserción en las escuelas. También, abríamos la los que hubiese escuelas. Sin embargo, esta institución -reciente
puerta a una forma diferente de desarrollo profesional, a una ins mente creada- tenía otros significados. A pesar de que contába
tancia de crecimiento en la profesión que nos generaba incertidum mos con indicaciones precisas de cómo llegar, nos costó ubicarla;
bre pues involucraría no solo a los noveles sino también a quienes está enclavada muy cerca de la montaña y rodeada de vegetación
durante el desarrollo de la experiencia iríamos construyendo nuestro autóctona; un privilegio para quien pueda admirar el lugar.
perfil como acompañantes. Abríamos también la puerta, tal vez, a (...) Hablemos en principio de la escuela. Está ubicada en el Barrio
una respuesta para la pregunta que como formadores siempre y, Alunai que presenta diversos sectores, constituidos por asenta
ahora, como acompañantes, nos interpelaba: ¿cómo se transforma mientos espontáneos con viviendas de condiciones precarias
uno en el docente reflexivo que demanda hoy la profesión? y otros con casas construidas por el Instituto de Vivienda de la
y, no ya en sentido figurado, sino de manera concreta abríamos provincia.
la puerta de la Escuela N° 407 del Barrio Alunai de nuestra ciudad Sus pobladores-la mayoría excluidos del modelo de desarrollo
-inserta en un contexto sociocultural que iríamos descubrien económico- se desempeñan en oficios, trabajos temporarios o
d o - para encontrarnos con un grupo de docentes noveles junto son beneficiarios de algún plan social. Evidencias deseos de su
a quienes trabajaríamos por el término de un año. Sentíamos la peración buscando conseguir mejores condiciones de vida. Con
inquietud de asomarnos a lo nuevo. sus estrategias de lucha, sobre todo manifestaciones y cortes
de ruta, lograron proveer al barrio de agua corriente; también Iq
En este texto, las autoras expanden y develan los sentidos edificación y puesta en funcionamiento de la escuela fue resulta^
de la metáfora “abrir la puerta” para referirse a la experiencia de do de la fuerte presión de los vecinos. Convirtieron las dificulta^
acompañamiento a docentes noveles. Esa imagen la van decons des cotidianas en disparadores para la búsqueda de alternativas
truyendo hasta armar una constelación de sentidos posibles que (...)•
dé cuenta de la experienciá vivida, que acerque al lector cuáles
fueron sus pensamientos, sensaciones, vivencias al embarcarse A partir de esta primera versión, les pedimos a las autoras
en un proyecto inaugural en la formación docente. que trataran de describir más detalladam ente el lugar, que lo
acercaran al lector, que intentaran dar cuenta del espacio geo-
CARTOGRAFÍAS DE LA PALABRA | CAPÍTULO 4 En esta segunda versión, el texto nos invita a visualizar el 119
contexto geográfico de otro modo, a partir de la descripción
gráfico tal como ellas lo habían vivido para que el lector se im a detallada de la flora del lugar. Adem ás, nos acerca a sus po
ginara el lugar como si lo estuviera viendo a medida que leyera el bladores no desde una mirada extranjera sino, más bien, dando
texto. Queríamos que encontraran otro modo de decir que diera cuenta de cómo transform aron las dificultades en logros para
cuenta de cuál había sido el impacto de esa primera visita. Vea la com unidad y cómo las autoras pudieron darle una impronta
mos la segunda versión: personal al texto a partir de trabajarlo desde una dimensión más
afectiva y cercana a su experiencia.
Visitar por primera vez la Escuela Na 407, con el objetivo de cono Veamos un fragm ento de otro texto, de una de las autoras
cer la institución y establecer contacto con los directivos, signifi del grupo, que tam bién relata la llegada por primera vez a la
có un acontecimiento importante para nosotras. Aun cuando como escuela:
profesoras de práctica teníamos experiencia en recorrer escuelas
de distintos barrios de la provincia, esta institución -reciente Cuando llegué al barrio me impactó el contraste entre el moderno
mente creada- poseía otros significados. edificio escolar y la fisonomía del lugar con calles de tierra, con
A pesar de que contábamos con indicaciones precisas de cómo irregularidades en su trazado, con casas de construcciones di
llegar, nos costó ubicarla. Enclavada muy cerca de la montaña y versas. Al final de una calle pedregosa se levantaba una escuela
rodeada de jarilias, pichanas, tuscas, algarrobos y algunos car nueva, de estructura muy actual con una importante entrada y,
dones erguidos como custodios, apareció la escuela. como marco de fondo, un cerro imponente (...).24
Está ubicada en el Barrio Alunai constituido por diversos sectores:
unos integrados por asentamientos espontáneos con viviendas de En este fragm ento observam os cómo de manera concisa la
condiciones precarias y otros con casas construidas por el Institu autora nos acerca al lugar a partir de dar cuenta de detalles que
to de la Vivienda de la Provincia. hacen a la urbanización del barrio: las calles de tierra, la calle
Sus pobladores, en muchos casos excluidos del modelo de desa pedregosa, el contraste entre el edificio de la escuela y la a r
rrollo económico, se desempeñan de manera independiente en quitectura del barrio y, asimismo, cómo en la narración se hace
diferentes oficios, en trabajos temporarios o son beneficiarios de hincapié en la impresión que tuvo la autora, esa primera mirada*
algún plan social. Con diversas estrategias de lucha -sobre todo del espacio donde se encuentra la escuela.
manifestaciones y cortes de ruta- lograron proveer al barrio de Tres versiones posibles para dar cuenta de la experiencia^
agua corriente. También la edificación y puesta en funcionamiento inaugural de conocer la escuela en la que iban a trabajar cor|j
de la escuela fue resultado de la fuerte presión de los vecinos que los noveles nos muestran cómo las autoras van buscando y en¥-
lograron transformar las dificultades cotidianas en impulsos para contrando su propia voz para relatar la experiencia del acom -4
la búsqueda de nuevas alternativas.” pañam iento a docentes noveles, a partir de un trabajo con la
m aterialidad de la palabra para darle form a a un texto que dé
23. Moraga, R; Ávila, G. M.; Rodríguez, S. A. y Juárez, B., op. cit., pp. 20-21. 24. Ibídem, p. 23.
CARTOGRAFÍAS D i LA PALABRA | CAPITULO 4
de las y los educadores so cia le s-,25ya que al escribir la memoria 121
cuenta de sus puntos de vista sobre la experiencia recorrida y la desarrollo profesional, de sus primeras prácticas profesionales
£1 ejercicio de b u scary encontrar los sonidos de la voz pro de su travesía biográfica, formativa y profesional. La escritura de
pia, ocultos en la lengua y el discurso pedagógico dominante, la memoria es una instancia de autoinvención y autoformación;
es encontrar los puntos de fuga de la lengua m ayoritaria para se tra ta de escribir para ir haciéndose a sí mismo, com o una
imprimirle a la propia escritura un sello personal que dé cuenta práctica cognoscitiva que promueve la m irada sobre la propia
del propio yo, de la subjetividad hecha palabra. Asimismo, el ha percepción y, a su vez, permite reflexionar, c u e stio n a ry com
llazgo de una voz propia puede pensarse como una operación de prender la experiencia.
subversión o rebeldía frente al discurso pedagógico hegemónico, De esta experiencia me interesa reflexionar en torno a cómo
las y los estudiantes trabajan sobre la construcción de una voz
ya que esa voz construye saberes teórico-pedagógicos a partir de
la narrativización de experiencias concretas de la práctica que propia, cuáles son las dificultades que se presentan, cómo en
históricamente han sido silenciadas y marca el discurso con las tran en tensión las representaciones y experiencias de escritura
semana. Siempre era la misma camioneta y el mismo chofer el En esta búsqueda de la voz propia en la escritura, una d i
que nos conducía a los barrios. Lo que siempre cambiaba era lo que mensión interesante para analizar es cómo, a veces, la presencia
acontecía en las barriadas. del registro oral en la escritura puede dar cuenta de una poética,
Según como planificábamos el día se hacía el recorrido. Entrá de una marca personal en la enunciación que construye un d is
bamos a un barrio y la gente reconocía la camioneta y sabía que curso propio, una voz propia. Recuerdo a un estudiante, Matías,
llegábamos nosotros. Los pibes salían a nuestro paso, se acerca que cursó el taller en el año 2011, cuya escritura estaba marcada
ban, sacaban sus instrumentos, nos saludaban, era su manera de fuertemente por el registro coloquial -c o n matices de una jerga
recibirnos, de demostrar que éramos bienvenidos. b a rria l- y que ante la propuesta de revisar ciertas zonas de su
texto en las que se incluían expresiones coloquiales o giros lin
(...)
Era verano y las tardes hacían sentir el calor. Entre el chaperío y güísticos populares, atendiendo a una posible publicación de la
la tierra daba la sensación de que se elevara la temperatura en el memoria, defendió la inclusión de térm inos como "p artid o s al
barrio en unos cuantos grados más. (...) medio”, “estos pibes”, “no te van a perdonar que seas un cagón
£1 desafío en los talleres era armar un centro murga desde cero. en territorio ajeno lavando culpas pequeño burguesas” porque
La mayor dificultad era animarse a exponerse frente a sus com dijo que usar esas palabras era “su forma genuino de escribir” y
pañeros, amigos y vecinos. Esto provocaba mucho nerviosismo y que no encontraba “el sentido de forzar [su ] estilo de escritu
se percibía en el ambiente, como se percibe con todos los senti ra” como habitualmente le pedían en la mayoría de las materias
dos el carnaval. Porque en las calles, en noches de febrero, cuando teóricas. La decisión férrea de este estudiante de no modificar su
el corso irrumpe en los barrios, transforma la realidad. Viste de texto, de no borrar las marcas de la oralidad, da cuenta de reco
seda de colores los adoquines, empapa de lentejuelas las plazas nocer que en esas palabras estaba la singularidad de su poética,
que hasta al barrendero más astuto engañan, al agazaparse en en ese modo de decir la experiencia se hallaba su subjetividad
las grietas de las baldosas y se eternizan hasta la próxima luna hecha palabra, su voz propia. De allí que coincidimos con Rosana
de carnaval. El carnaval inunda con sus colores y sus olores, la Bollini cuando dice que “un texto surge de una determinada poé
parrilla desbordada de chorizos jugosos tientan hasta al vecino tica que lo ha hecho realizarse, adem ás de que pueda contener
más inapetente. (...) una propia”,28*por lo que podemos pensar que el uso de ciertqg
marcas de subjetividad como el uso del registro coloquial y oríjl
De esa manera, Patricio da cuenta del carnaval en el barrio puede estar dando cuenta de una voz propia, un recorte singular
y la significación que la murga tiene para los vecinos del lugar de la palabra para decir su discurso, y habilitar esa palabra im-
27. Para leerlo completo, ver Villani, Patricio, “Recordar del latín re-cordis, 28. Bollini, Rosana, "Trazos para una poética de la escritura”, en Actas V Con
volver a pasar por el corazón”, en Kurlat, S. y otros. Con la cabeza en los Pyes, greso Nacional de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Homenaje a Maite
Buenos Aires, Instituto de Tiempo Libre y Recreación, 2011, pp. 37-39. Alvarado, Buenos Aires, El Hacedor-Jorge Baudino Ediciones, p. 71.
CARTOGRAFIAS DE LA PALABRA | CAPÍTULO 4
a la vez lo escrito y lo hablado”, como señala Josette Rey-Debo- 127
ve.30 Asimismo, desde la incorporación de las nuevas tecnologías
a la vida cotidiana y su presencia en las prácticas de lectura y
plica reconocer la existencia de un sujeto que escribe desde su
escritura habituales, se pueden observar cam bios en los modos
propia identidad lingüística, desde su propia lengua.
de escrituración y la aparición del "h ab laescritu ra” (parlécrit)
Sin embargo, en general, ese cruce o pasaje entre oralidad y
-té rm in o acu ñ a d o por A. M. Jeay en su libro Las m ensajerías
escritura, y escritura y oralidad, se vive -d e sd e el discurso peda
electrónicas (1 9 9 1 )-; es decir, se da una hibridación entre la
g ó g ic o - como una falencia o algo a corregir. Existe una creencia
oralidad y la escritura, “a mitad de camino entre lo oral y lo es
entre los docentes que postula que la naturaleza de la lengua
crito (...) un abandono de las form as de escritura clá sica s”31 y
es escrita y, más allá del discurso pedagógico que sostiene la
la aparición de nuevas formas de textualización que dan cuenta
im portancia de la oralidad en la form ación de los estudiantes,
de otros m odos de apropiación y circulación de lo escrito y lo
prácticamente se borra la existencia de lo oral en las prácticas
oral. En este sentido, Anne Marie Chartier señala la invención de
concretas. De allí que se tome lo escrito como norma lingüística
nuevas escrituras que evolucionan “con la rapidez de las len
y, en el caso de la oralidad, se recomiende un uso normalizado de
guas orales mientras que lo escrito, al fijar las formas gráficas,
lo oral que remite, nuevamente, a lo escrito. Asimismo, este jue
am inoraba la evolución de los idiom as”; además, plantea que
go de espejos se hace evidente en el discurso docente de que los
estos cam bios repercuten "en los escritos comunes: estilo elíp
alumnos escriben como hablan, dando cuenta de una mirada pe
tico, simplificación de la sintaxis, brevedad en lo producido, ra
yorativa hacia sus variedades lingüísticas y desconociendo que
pidez necesaria en las interacciones y, en consecuencia, en las
en las m arcas de oralidad en la escritura puede estar presente
reacciones”.32 De allí que sea necesario, como docentes, romper,
la enunciación de la propia voz, de su identidad lingüística, más
ciertas cristalizaciones teórico-prácticas en torno a lo oral y lo
allá de que no se encuadre en la lengua escolar que espera el
maestro o profesora o en el "lenguaje dom inguero”.29 escrito, y atender a otras dimensiones cuando hablamos de ora
Estas creencias no dan cuenta de los hallazgos de la inves lidad y escritura/escritura y oralidad.
tigación en el área que niega la existencia de una sintaxis de lo En esa urdimbre de palabras y discurso es donde el sujeto
oral y otra de lo escrito, o la existencia de un léxico diversificado construye su voz propia, su subjetividad hecha letra, su propio
que constituiría distintos niveles de lengua como, por ejemplo, yo. Encontrar la voz propia es encontrar la propia lengua, esos
culto-fam iliar, correcto-incorrecto; más bien, se discuten estas sonidos que construyen una musicalidad singular donde el sujetó
entre la oralidad y la escritura y la escritura y la oralidad, de Tal vez se trate, como señalan Deleuze y Guattari, de q ie
"lenguaje 'e la b o ra d o ’ y un lenguaje relajado, en lo escrito y lo cada sujeto pueda encontrar "la lengua menor, dialecto o n^üs
29. Con este término, Blanche-Benveniste se refiere a un lenguaje utilizado Nina (comp.), Hacia una teoría de la lengua escrita, Barcelona, Gedisa, 1996,
por los usuarios de la lengua que es considerado especial, prestigioso, que p. 106.
se usa en ocasiones especiales. Ver Blanche-Benveniste, C., “La escritura del 31. Chartier, Anne Marie y Hébrard, Jean, La lectura de un siglo a otro, Barce
lenguaje dominguero”, en Ferreiro, £. y Gómez Palacio, M. (comp.), Nuevas lona, Gedisa, 2002, p. 167.
perspectivas sobre los procesos de lecturay escritura, México, Siglo XXI, 1986. 32. Ibídem, p. 197.
CARTOGRAFÍAS DE LA PALABRA | CAPÍTULO 4