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La palabra crisis proviene del verbo griego “krinein”, que significa decidir o separar.

En
ocasiones, una crisis puede tener un lado positivo, convirtiéndose en una oportunidad para
fortalecerse y renovarse; sin embargo, en la mayoría de ocasiones, la palabra crisis no tiene
connotaciones positivas, sino todo lo contrario.

Las crisis son situaciones difíciles ya que aparecen de manera imprevista y sin revelar. Una
crisis de reputación puede combinar dignamente su representación e incluso su vida, una crisis
de reputación se origina cuando ocurre un hecho sorprendente e inesperado que puede
impactar en los medios de comunicación y en la creencia de las marcas, ya que las
organizaciones se pueden encontrar ante una crisis de reputación y la distancia potencial de
cada uno de los conflictos para intervenir de manera apropiada, pero sin minimizar lo
sucedido. Lo que quiere decir que un conflicto no solo obtiene demostrar un gran riesgo, sino
que puede soportar una crisis de comunicación si ella no se formaliza de manera correcta.

Sabemos que el Internet y las redes sociales tienen mucho que ver en ello. Ya que su capacidad
no solo requiere a las organizaciones tener la capacidad de asemejar las posibles crisis, sino
que también contar con una preparación y respuesta frente a estas situaciones y sin una
estrategia de comunicación, cuanto más se extienda por alrededor del mundo la situación de
crisis podrán correr más peligro las empresas de llegar tarde al reinicio de la normalidad.

Puede ser que el marketing no tenga algo de sentido sobre en tanto que los negocios estén
cerrados u lo estén utilizando de manera extraña, pero lo que tendremos en seguro es que,
con la mayor parte de la población confinada en sus casas, el uso de Internet y el acceso a las
redes sociales se ha disparado de una manera imprescindible.

En tiempos de crisis la comunicación, es de vital importancia ya que actualmente vivimos de


tiempos confusos, de inseguridades, de silencios, de sobreinformación, exceso de opiniones y
falta de criterio.

En definitiva, la comunicación, y especialmente el branding, pueden ser elementos definitivos


a la hora de determinar el futuro de una organización en tiempos de crisis, por lo que no
conviene minimizar su importancia. Apostar por ella y aprovechar bien las oportunidades
puede marcar la diferencia.

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