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1uscoMMUNE TAMAR HERZOG

trôffentlichungen des Max-Planck-Instituts


für Europâ.ische Rechtsgeschichte Mediaci6n, archivos y ejercicio
Frankfurt am Main
Los escribanos de Quito (siglo XVII)

SONDERHEFTE

Studien zur
Europâ.ischen Rechtsgeschichte

82

-~AREA DE C/C''Cl/\S y
Tti.,.'/ICi1S 1;:_, - .., ~ • . ~
'"'·"·"-· .nc.1s

Vittorio Klostermann Frankfurt am Main


1996
1996
En memoria del Prote-or
Francisco Tomas y VaJicn~
Excepc1onal peTh-Ona y quendo m -tro
Brutalmente a,:esinado por t.;,rron-ta.-
en su desµacho en la ünnt!r,;idad
el 14 de febrero dt." 1996.

Su sonrisa me acompnna_

Di< Orutseh< Bibliothrk- ClP-Einhci=ufnahmr

Studim zur europiiscb<n Rcchugcschichtt : lus commune,


Vaôffmdichuogrn des Max-Planck-lnsriruu für Europaischr
Ri:chcsgcschichu, Frankfurt am Main, Sondcrbcftc. - Frankfun
am Main : K..losurm:inn.
Frûhrr Schrihcnrcihe
aahcSmdien zur curopaischcn Rcchugcschichte z.u: lus commune
NE: lus commune/ Sondcrhcfte
112. Herzog. Tamar. Mediaciôn, archivos y ejrrcicio. - 1996
Herzog, Tamar:
~ udùTos y cjcrcicio: los cscribanos de Quito (siglo
l.'bF Herzog.- Frankfun am Main : Klostemtann,
1996
curopiiscbcn Rccbugcschichte; 82)
lSBN 3-46S-02880-~
Indice

Abreviaturas utilizadas ....... .


Pr6logo ....... · · · · · · · ·
Capitulo l : La fe publica como r cvolu cion: u mam:m de 1nlro-
ducci6n ................. ..... ..... 3
~ Capitulo 2 : Escribanos , secret,arios y nol n o~ ....
-? Capftulo 3: Escribanos y me morin: podcr pnkt.ico y rncur, o. im-
b6lico . . . . . . . . . . . . . . . . . . i:»
l. Los escriban os y ln memon 11 orul l5
Il . La memori n escri ta: los 11rchivos l7
/> Capftulo 4 : Trabajo, saber y profesiona lida d
1

Capftulo 5: Preparaci6n y exa men . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33


l. La adqui sici6n del saber y su natu ruleza . . 33
II. La prueba del saber : el examen . . .... , . . . . 3
- . Capitulo 6: El oficio del escribano . . . .................. 45
!. La organizaci6n del oficio y la divis ion de trnbaJo . . . -15
Il. lÜficio u oficina?. . . . . ... . ...... . . 49
~apitulo 7: Control y escribanos: las relaciones dentro de la a d-
m.inistraci6n . ..... . ................ , ...... , . . 51
!. Contrai disci plinario . . . , . . . . . . . . . . . .. , . S1
Il. Control profesional . .. ............ 53
Capîtulo 8: ldentidad y procedencia . ... .
59
Capitulo 9: Nombramiento y venta del oficio . . . . . . . . . . . . . . 77
I. i,Venta o merced? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ï7
II. La renuncia . . . . ......... .... 7
Ill. El remate publico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
IV. Los arrenda:rnientos y la crisis del siglo XVlll . . • . . 92
V. El recibimiento, el titulo y la conftnnaci6n . . . . . . . . 94
VI. La naturaleza de la propiedad del oficio ... . . . . . . . . 9.5
1Pitulo 10: Rentas y honorarios... .. .. ........ . .. . .... . .. 97
o 11: lmagen y prâctica. . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . .... . 105
lndiw
VIII

Il:)
Conclusi6n .. · · • · · · · · · · • · · ·
Apéndice• .... · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · · J 19 Abrevialuras ut11izad a.
I. Lu eacribanlaa de Quit.o durant.e el •i11lo XVII. . • . . . . ..... •. 119
Il. Loi c111:ribanoa de Quito 1600-1750 · · · · · · · · · · • · · · · · · · ..... 133
Ill. Document.oa. . . . ·············· ········· 168 AHN Archivo Il i tiirico. 1 HC1onul, M dnd
IV. Ejemploa de acluacion~ ........... · · · · · · . · ... . l 74 AHQ Archivo Hi 11t6nco, Quito
175 AGf Arch1vo Cen"'rnl d e 1ndi , • nll 1
Fuentes: archivoe y manuscritos ....... .
BBC!JC Bibl ioteC(I del Banco Ci·ntrul, col ~1011 .J tJon )
Bibliografla citada ............... · · . · · . · · · · · · 177 Canmafto, Qu1l-0
BN Bibliolt·cA Nac1onal, , lodnd
BPR Bibliotecn del Palacio ~al , tudrid
Mss. Secc16n de Manu crito de lu B1bliuwca. ·aciv-
nal, Madnd
Pr6logo

Este ensayo intenta describir un viaje de ex ploraci6n y de dc,,cubn -


rniento ; sigue los rnismos pasos dados por ' U autora en el camrno
hacia el terreno desconocido de los escriba no de la ciudad de Qu.iw eo
el siglo XVII. Comienza con una concepci6n ge neral de la revoluciôn
que supuso la creaci6n del oficio de escribano, para luego centrarse en
el campo de interés especifico. De ahi pa a a la lectura de Io!'
documentos producidos por aquel grupo profesional. para intea1.ar
comprender su pape! tanto institucional como social .
Dada la importancia de la practica de la escribanla. el ensayo -.e
pregunta después por la especializaci6n necesaria para Uevar a cabo
estas misiones y, como consecuencia natural, se interesa Lamb1eo por la
forma en que se conseguia y se probaba dicha especializaci6n_ t.an to en
el momento inicial de acceder al oficio (el examen ) como posteriormen te
de forma continua (por medio del control de las aut.oridadesl. Los
procesos de aprendizaje ponen de relieve la existencia de unos des-
pachos notariales con una divisi6n interna del trabajo. Surge ent.once
la cuesti6n de la forma de conseguir un despacho y las caracterL ti cas
de los que Io pudieron obtener. Quien tiene despacho, tiene tanto gastos
como ingresos, de modo que este ha de ser otro tema a tratar.
Cerca del final , casi una conclusi6n : t,qué se sabia de todo ello fuera.
entre el gran publico espectador y participante? ï,qué se entendis? ï,qu é
se exigia?
El estudio de los escribanos propone ser, ademas, una ref1ex:i6n mas
genérica sobre el mundo de los subalternos dentro de la ad.ministraciôn
moderna. Indica la diferencia entre autoridad formai (que les faltaba J y
poder (que tenian). Destaca la importancia de qu.ienes - segùn el
discurso oficial - no eran mas que miembros intrascendente de la
burocracia estatal, cuyas tareas eran supuestamente técoicas y m
arbitrio. Inquiere sobre las formas de provisi6n de oficios y las carac-
teristicas profesionales y socio-econ6micas de los funcionarios \egale; .
~n este sentido, Io que aqui se refiere a los escribanos se pod.la aplicar,
igu.almente, a los procuradores, relatores y abogado .
Capitulo 1
La fe publica como revoluci6n : a manera de introducci6n

En una sociedad mayoritariamente agrafa, en la que predorninaban


las tradiciones y practicas orales, pero en cuyo seno la escrit.ura iba
ganando importancia y centralidad a medida que pasaba el t.iempo,
los escribanos servian de puente entre el mundo de la letra e crit.a -
considerado cierto e inmutable - y la vivencia oral de la mayoria de los
individuos. 1 Especialistas en un saber poco difundido, pero altamente
necesario, ganaron una posici6n central en la vida social, econ6mica y
administrativa durante la Baja Edad Media hispana y los tiempos
modernos. De origen artistico y poco regulado, los escribanos consti-
tuian una profesi6n )ibre, cuyos miembros prestaban servicios segiin
su p~ocimiento, estilo y deseo.
-Uurante el siglo XIII, y a raiz de la introducci6n en Castilla de la
J>bligatDriedail_de_lo escrito en ciertas actividades , la ~scribania se fue
convirtiendo en una ciencia y en una técnica çon reglas propias....Fu~
J,"ègulada con mayor detalle d,µra~te el reinado de los Reyes Cat6licosy
de Îosmonar.cas posterio,res,
~- ~ 2 .
hasta consolidarse como una in stituci6n
dJ!r_a nte el siglo XV1.
La introducci6n, tanto en el mundo judicial como en el extrajudicial
de ùn régimen obligatorio de escritura publica (por medio de la
prestaci6n sine qua non de servicios por parte de los escribanos)
constituy6 una verdadera revoluci6n, cuyos efectos no se pueden
sobrestimar. Esta novedad, aparentemente modesta y de caracter
meramente técnico, transform6 en realidad el mundo subjetivo - y,
en consecuencia, poco cierto y seguro - de la .. fe particular» (de las
partes en un negocio o de los testigos en un juicio) en un mundo de ..fe

1 Segiln Antonio Manuel Hespanha (•Justiça e administraçao entre o antigo regime


e a revoluçao•, en Bartolomé Clavero, Paolo Grossi y Francisco Tumâs y Valiente, eds.:
Hiapania entre derechos propios y derechos nacioTUJks, alti del/'incontro di stud10
Fir:tnze - Lucca 25, 26, 27 de mayo de 1989, Milan, Giuffré, 1990, pp. 1_35-204, en
91), a mediados del siglo XVII en Portugal cerca de 260.000 persanes te~1nn
con los notarios, es decir una de cada dos casas. Las tasas de a nalfobt:t1 ·mo
la misma época se estiman entre el 60 y el 90 por 100.
re la historia de la instituci6n y del derecho notarial en general vesse. Jos<
istoria del derecho notarial espanol, Madrid, Junta de Decanos de los Colcgio;;
'8 de Espana, 1979 y 1982 (2 tamos).
eapflulo l

4 . ·vo neutral y duradcro. La rt fo publica. se


'derado o eti d rueba con un vulor muy superior
pUblic••· conSlun roecan1 Il\~ e Pb como ~la verdad... Bastaba con n técnico, que iba nlcjôndof.lc de la cx pret;16n trad1c1on ul d{' lu muvoriu dt'
la poblnci6n. Ln misma a pariciencia de la obligut.oriedad- do Io
en 1e CO •n81 dera a . 8u
cons
___ , uier otta vfa: se -~·ntac1 6n Para hacer. con star
b c1 rcunst
fi uncias 0 documentos escritos Y de la fo publics creo una e1>pec1af17..uci6n qui
~q cia y con su P·-~ s La fe pubhca goza a, en. in , de una lleg6 a convertirse e n una necesidad fomenla ndo la dept' ndenc111 d 1
11
esisf.eil •....cmiteS legal · ti'tu d • fidelidad y veraCJdad. Por su vulgo respecto a los escribanos. No cran yu simplet> ei;cribi 1:: n ~~. ~ino
hechos en 1.1~ • exac 1
'6n de inocencia. d . strumento para a expansi6n y la creadores e impulsores de una nueva realidad . 11
Presuna ·rvi6 e in J
'al naturaleUl Sl . •15traci 6n asi como para e crecun1ento de
· ·
Por su posici6n de expertos de la nueva t.écnica comercial e ini;lilu-
especl t;izaci6n de la achIU:" po~ar una economia cada vez mâs cional, los escribanos luvieron que crear un ambito de trabajo en donde
b~dades permiti6 activar. y ya a mayor escala.
dia·
las au ·
de caricter
monetano .
. cre6 una esfera que, a primera Vlsta,
Y
reptibtiëi6j6 l~ m~:t::srrecha relaci.6JJ._en.tr_e_t_e_x:_t~ autor_; el
.
la realidad jurfdica, de natW'aleza altamente compleja y a cadémica.
fuera proyectada sobre la vida cotidiana, reduciendo las regl !lh a b-
stractas y de dificil acceso o comprensi6n de la primera a document.os
8
ft .. _ . . noms. Y libre tos redactados por profes10nales a los con significado legal, pero con fu er te arraigo en la segunda . Funciona-
--
bec:ho de que se trataradedocumen
.
. . te . .
part.ados de cualq wer m res particular, ron, desde este punto de vista, como un puente entre un mundo form al,
e se suponia tesbgOS fieles, ~ 1 cual el oficio del escribano no era !!!âs publico y técnico, de una parte y, de la otra, las circunstancias, deseos e
qu · · falsa, segun a · 't · al int.ereses de los particulares.
cre6 una apanenoa . En la estructura msti uc1on y en la
\ \que una mera actividad _eiecu;:a convicci6n de inspirac.lô.n..l~gal que En realidad, los es cribanos tenian encomendada una doble misi6n :
primero teni~ que formular el negocio o las situaciones cot.idianas en
sodedad en general. ~ un~o caract.er y preparaci6n del redactor no
argumentaba que el ingedis~cia entre documento r~dacto~ una vez
términos legales ; 1luego, como una segunda etapa, redactaban el
prodûëio .empleando ciertas reglas de escritura, gramâtica y estilo.
influfanensustextos· La .60 (distancia en sentido fis1co , pero
acabada la f'ase d~ la prep~CI primeros perduraran después de la Tanto una labor como la otra eran de su propia especialidad. Sin
~D eD el seotido dedq~diOSmas posibilidades, reales o ficticias, de embargo, C.Qn la expansion graduai de la alfabetizaci6n, el peso de la
primera actividad, la conversi6n legal, se hizo mâs importante que el de
~delœsegun.,_~
. la lectara de lœ &CA...... ~ orando tanto a sus productores como
..... ign fa segunda, la redacci6n. Aunque la escritura era la que garantizaba la
de 80 producci6n. . "te publica» su misterio se fu e reduciendo, adquiriendo los escribanos,J
:'~ttal#1!81'1llCÏI.)Il ntre el texto y el autor no era m es gradualmente, mas prestigio como profesionales Jegales que como 1
o. e . . fi
rsonales como las caractensticas pro e- escribientes experimentados.
pe · ar influfan sobre su producci6n. La profesi6n del escribano americano fu e similar a la de su hom6logo E--
eran simples ejecutores: aunque castellano .. La Recopilaci6n de Indias, publicada en 1681, compilando y-:)_
los escribanos iban trans- ordenandd las leyes indianas promulgadas hasta mediados del siglo
contacto; no s6lo daban otro XVII, regul6 la materia de una manera parecida a la prescrit.a en las
que iban modificando su leyes de la metr6poli; su libro quinto, titulo octavo, dedicado casi
· sivos influyeron en exclusivamente a los escribanos, era, en esencia, una repetici6n de
des de expresi6n, las reglas de nombramiento y de trabajo existentes en la legislaci6n
castellana. Para casos de duda o de laguna legal se estableci6 una
relaci6n directa entre la practica existente en la peninsula y la deseada
para América: tanto en el Consejo de Indias como en las audiencias, en
consecuencia, la escribania castellana se tom6 coma modelo para
completar el arreglo legal de la americana. 4

'Véase, por ejemplo, Io cédula de 13.3.1672, AHN , C6<hces , 719B, num. 20:l,
7

J,tt llU •nfllt dt• 11011 dt 1·11pn6n ff]ol111


. n 111 " mt •r 1c-11 n 11 •n ·l•h 11 pt·< lti .µroi• um lt y I", •11 li
..crib11
c ircncin d i·•· 1ud1 m 1<<>hn· · u 1mporu111n11, u l<JJ'r11 ~ u dof1,ult
Clo11 h on in .'htc ido 11 d n r fo r01 ;1 •· 1·nl 1 u 11111• lrn con~"1x·1611 d• Io 'lU'
n 1 8 ,. cri bnn o~ 11ml'n c11nml y dt Io q111 • dulwn !y r• 11111111 d1 • l
crnn °
. d d dl'~ · RU l'ntorno. 1' P11 1i 11•11clo dl· un L·n fioqu< d1 1u t<n 1· 1 0<" 1ttl d· 1
BOCIC U . . J f
, h buscnrl'mos lu 111n ue111·111111utuu1·11tn • n:i< a ) u11uonn11111·11·
dcri:c o, 1 f . 1 • d .
to cfccti vo, int ·n tnndo dt•H<.'l fnu u;, ut•rza . ocia l qur• 111 u11·1on u
·o n uro n tcrrc n o 11 cic11.t1H11du11c1onl',,. PonJJ·ndo t•n con e 'on 1
proporc1 l J'd d 1 . . . 1
uctividn d Psy lns r1·gfo1;soci11ks, ns 1m•nlu 1 1 · .' in l_11uc1om· ) •
dcrccho con 111 cxiotcn dn ~ ln lnbor de los e. cnbtLno , 111Lt·'.1 r •rnu
mostrur fa reJnci6n QU C t!X lHllll entre 1_1queJlm1 cJem ·nt~-· r,~l ftn, L'
t.aré. de j un tar dos c1:<fc rn1:; que 1rnd1c1onulm1·11Lf han 1do n tu
tru a do y cst udi nr la compl cjidnd ini;tituc1onnl
~ pu . por 1 cuul Io
form a parte de l derecho y cl dcrecho de Io social. . .
En Jas pâgi n ns sigui cntcs proccdercmoi. a relntar y e. plu:ar cuàl h
'do la importancia de los escribanos de la ciudad d<: Quito y 'u
~~risdicci6n du rante el siglo XVl I, cual era su preparnci6n , c6mo
}ueron controla dos, qué mundo crearon y qué recibieron de vuelw..
En Ultima inst an cia , mirare mos a su posible contribuci6n documt:ntal
para la investigaci6n hi st6ri ca .
Las fuen tes u tilizadas proceden tanto de Espana como del Ecuador.
Incluyen documentos administrativos (correspondenc1a emre las auto-
ridades y entre ést as y los partic ulares, autos de proce o de residencia.,
de visitas y de t r âmites de confumaci6n de titulos o venta de C$Cribn-
nias, relaciones de méritos, informes, relaciones geogràficas, actas del
cabildo, autos a corda dos , etc.), judiciaJes (actas de juicio criminale )
civiles llevados a cabo en la misrn a Audiencia de Quito y en "us
juzgados ordinarios) y notariales (secci6n de notarias del Arrhivo
Hist6rico del Ecua dor, incluyendo tanto los libros de protocolos como
los autos de procesos). E n esencia, b ernos querido ofrecer un retraLO del
• · n de negocios entre los escribanos
c:illerfa de Valladolid y José Bono
unta de Decanos de los Colegios
s Dos autores fra n ceses, J ean-PauJ P oisson y Jean L. Lalîont, ,e dc-d1can . ultim11-
mente, al estudio de estos aspectas e n r elaci6n con el trahaJo y la producc1on de ""
escribanos de aquel pais. Véase, por eje mplo, J ean-Paul Pois.'On ; . 'ara,,.. , r '"'"' u
tra11auz d 'histoire et de sociologie notariales, Paris, Economie. 1990, Je n L Lalfont.,
dir.: Notaires, notariat et société sous l'An cien Ri!gime (acte. du colloque à Thulou.
15-16 Decembre 1989), y Pr-oblèm.es et methad.es d'anal)'_.: ht..~umqur d l'aa11 11<
notariale rxv-XJX siècles) (actes du calloqu.t de Tbulou.< . 15-16 <pt.mbn !990 1,
'lbulouse, Chambre Departeme nlale des 1 ot.aircs de ln Haut.- G:lronn,., 1990} 1991 ,
reapectivamente.
Capltulo 1

8 . d .
. 8 de Quito 8 partir e sus m1smos Product.o
do de Jos escnban° -'ctica cotidiana més que en la legislaci~ a.
mun tradoen 1a P'" d h 'd l uuy
Nos hemos cen ue nïnguna de las os a 81 o comp etaJnente
la teoria Jegal, aunQ s querido aportar un nuevo punto de vista al Capitulo 2
ïgnorada. Con ell~, herno de los notarios, estudio que tradicionabnen. Escribanos, secretarios y notarios
estudio de Ios escnbanos.~ 8 la legislaci6n que a la practica. Sin quitar
te ha prestado rnas atenCJ~cciones del derecho, quisimos ave~ Tradicionalmente, siguiendo las definiciones jurldicas, los escribanoa
importancia a las co~anos y qué posici6n tenian, tanto en el sistetna del antiguo régimen formaban diferentes grupos pro es1onalea.
quiénes fueron los es;[.1dad social y econ6mica de la ciudad de Quito distingue, especialmente, eJ>tre dos grupos principales. A un primer
Iegal como en la re t grupo pertenecerian los escribarws piiblu:os de numero (con un

El Quito d~l .
ivn
durante _el siglo ~gl
81 0
era una pequena capital provincial. Contaba
un obispado, varios conventos y monasterios
territorio asignado de ejercicio) ;y los escrOwnos qrqlps (ajp dqjgg-
ciQn ae te.ffitWlP), ambos c~dos como !slulllt.l~m:ullùpa
con una aud!enCJ: Ycolegios y una Caja Real. Seglin di versas estima: notarios actuales. Al segundo gruoo fueron adecritos lœ escribanoa de
algunos hosp1tale r. XVI tenia solamente unos 2 ooo habitantes
ciones, a finales de siglb. ndo esta cifra ~.500 a mediados del siglo
0
ccimara y gobierno, dé cabzido, de prouincia, de visita y de la a~n­
cia (es decir, los escribanos receEtores), todos concebidos como una
. oies varones su ie . ul . . especie de secretarios c~a misi6n era .P-!Uticipar en lœ gmàii)ë
_... lj e~P8:'11 lu e~do otros estamentos mestizos, m atos e md1os),
5 "':1 ent.e. 1 ~~ y oblaciôn estimada en 1650 era d~ aimas.7 JUdî~1a_les r_ a:o~panar a los funcionarios del gobiemo en su trah'Ù!'
5 âcfifürustratîvo.
- ' I muJeres Y runb? • su P cerca de 400 establecimientos de comercio
En 1690 ha 1a en e11 a . . . . ' Es""~- separaci6n, claramente marcada en la legislaci6n y en la
. d 1 0 periodo de crisis econom1ca que empezo, pos1ble-
despues e un arg s · .. di d tr t doctrina juridica, no fue respetada en la realidad quitena del siglo
mente en la década de 1630. Su s1tuac10n me a o~adend e ce~ ros XVII. SegU.n se desprende de los fondos documentales de esta ciudad,
. · 'a1
VUTem es y zonas marainales la transform6 en una c1u a con
d c1erta
b' existentes tanto en Espafia como en la propia Republica del Ecuador,
. · 0 sin ser Unica ni de un peso desmesura o como los escribanos locales, al menos durante la época en cuesti6n, funcio-
undiportanc1a. pMere' xico o Lima Desde esta perspectiva, Quito puede
pu eron ser • · · d d · naban tanto de secretarios de ôrganos de gobiemo como de secretarios
servir de ejemplo de Jo que eran muchas otras cmda es e su tamano de cuerpos judiciales y de notarios, por utilizar los conceptos actuales.
y calidad. Los escribanos destinados al gobierno (los de camara, de provincia, de
cabildo y los receptores) trabajaban como secretarios, preparando
decretos, anotando actuaciones y acompanan-dOîos "ProcesOs-jWlicia-
les; ae forma paraJe}a y complementaria Servian Corno notarios, tanto
para ~rjr las necesidades de estos cueœos como- para prest.ar sus
serv1cios al resto de la poblaciôn.
La prueba de lo dicho es bastante simple; durante el siglo XVII, tanto
en los oficios de câmara (secretaria de la auiliencia) como en lo· de
c,: provincia (adscritos al juzgado de provincia), de visita y de cabildo se
esperaba encontrar y, en efecto se encontraban, document os ueltos. o
7 Alfredo ul1.ano Cwllro: Quito: ciudad miLPnarin: (ama y .~lmbolo, Quito, Abya Yala, regi~mpletos de escritµras de.tipo comercial Q_Qarticular. Asi, por
1991, pp. 161-162. .
8
Javier Ortiz de la 'l'abla: •Panorama econ6mico y Rocial del corregimiento de Quito
(1768-1775)·, ReuU.ta de lndias, ano 36, mime. 145-146 (]976), pp. 83-98, en PP· BG- 9 Ornitimos aqui, por encontrarse fuera del marco de nuestro cstudio. a . Io,

~
8; Y Manuel Nino Grijalva: · La economia de la Real Audiencio de: Quito, siglo XVJI., esctibanos con tftulo eclesiastico. De la misma manera , e'>i.tamos trotnr a Io, c,cnh.•-
~ n Ennque Ayala Mora, ed. : Nu.eua historia del Ecuador Quito Grijalbo, 1991, vol. 4 nos de los juzgados especiales, tales como la Caja Real o los Bienes de D1funto•.
Epoca colonial fi ), pp. 49- J 03. ' '
Capitulo 2

w .
di .
receptores de la au enc1a, supuestarnente
11

ejemplo, Ios e~bano no notarial, fuer~n requeridos en 1690 J>Or


5

destina secretanal _Y . Ponce de LeOn, para que presentaran l


:e Desde el punto de vista del persona), habia un IDOVÏIDiemo ClO:Dl.i.n00
de profesionales del ramo secre~ de la escribania al nlDODdarial
visitador de la audienJciuana, Nunez de Montesdoca dijo no tenerlo ~ viceversa. Mateo Delgado, por ~,Jemplo, escribaoo ~ de la
Iibros de P
rotoc0los. . · ta .
h ta ahora de notano, por crrcuns nc1as pereo
e Ili audiencia (de naturaleza secretarial) us6 el ofic:io pûbtiœ atWl&»
(de naturaleza notarial) durante tres aftoa en la ~ Al
haberse empl~do as panero Lorenzo Bautista de Mayorga adnü~
les. Al contrano.,su co~urante sus largos aiios de escribano receptor Pedro G6mez de Aguayo, otro escribano recept.or, dGIM llllllllfill\f
lUJl# ••lM*-•
habe r
becho escnturas l .
sent.O al visitador; sea por e comprormso con el cuerpo
Y de 1670 el oficio pliblico de nWllero durante las ~~~-M~··,.
dades de su propietario, Pedro de los Reyes. 12
se las pre A?lae19n persona! con las partes preett) Valverde era escribano interino de c8mara entre UJ.'10
~jnjsfrativ.o o por una . ' a
a servicios de tjpo notanal . . ---- rastros en los protocolos de la escribania del œJIQq!Ni:
menudo arte los escribanos que func1onaban como Qtwips (eSCrj. manera, la rubrica del receptor Alvaro Arias a1PllJMllil
Por su P ' M · tad) l t..arnhi&ft __
banos publicos Y escribanos de Su_ aJr se ~mp ~on ~ del cabildo y en los de una de las escribanias p·QQJllA!&'.i
actividades judiciales Y gubernativasd e mdin~e~a codmlp emen~na. En Osorio fue nombrado, a la vez, receptor y~
• d rdinarios (de los alcal es or anos, e corregidor y su su compafiero Juan Velazquez Manzanares. 1li
~~= Yo~: los alcaldes y provincial d~ 1~ Santa Hermandad) se En la medida en que la identificaci6n entre el - -
· la ayuda de los escribanos publicos. para llevar a. cabo el de notario podia ser, en Quito, tant.o institucional ~
requena
actuaciones procesales. Lo mismo pasaba en ~l.JUZ~~do de provmcia 0 puede llegar a dudar en la validez de tal divisi6n en loque•w:MDijl91j
en la misma audiencia, en cuanto la part1cipacion de uno de los practica local. A pesar de la diferencia en titulos y en,......_ _.
escribanos de camara o de los receptores no era posible por ausencia, escribanias e ignorando, en gran medida, las leyes y ordenamaa lœ
enfennedad, excusa o recusaci6n. En este caso la prueba es igualmente escribanos quiteiios ejercian en todos los oficios y no distinguian entn
tajant.e; Ios mismos autos judiciales declaraban la identidad del lo notarial y lo secretarial. 16 Aunque en proporciones distintas. eada
escribano de la causa. Hemos podido comprobar que eran, en su gran escribano era tanto notario como secretario judicial (utilizando los
mayorfa, por lo menos en los juzgados ordinarios, escribanos de S.M. o términos actuales) dependiendo su actuaci6n, a veces, mas de las
ptiblicos. En la audiencia solian ser escribanos receptores y de camara, circunstancias locales que de las definiciones legales. Esta confusion
aunque no fal taban ocasiones en que se acudia a los notarios. Tan era conocida e incluso fomentada por las instituciones: los jueces que
comun era la practica de utilizar a los escribanos pu blicos y de S.M. llamaban a los notarios y les convertian en escribanos de causas
como secretarios que se consideraba, por ejemplo, incompatibles el contribuyeron a ella; por su parte, los visitadores esperaban que todos
ofi cio de escnbano publico y el de teniente de alguacil, siendo ambos los escribanos presentaran tanto actuaciones notariales como aur.o-
ayudantes de las justicias en el desarrollo y determinaci6n de los judiciales. En fin, la division te6rica no fue reclamada por las auto-
procesos judiciales. 10 ridades ni t ampoco r espetada por los escribanos. 17
. L~ co_nfusi6n no era solamente funcional, sino también personal e
mst 1_tuc1onal. El ofi.cio de escribano del cabildo y los dos oficios de 11 AGI, Quito, 41, nûm. 22.
12
escnban_o de provincia durante todo el siglo XVII eran tanto despachos AGI, Quito, 42, nûm. 18.
13 Su firma aparece en protocolos de 1686 de la primera notaria de Quito.
secr~tanales c~mo notariales. Juntaban, desde este punLo de vista, dos 14
Véase: la notaria (libros de 1610-1633) y Sa notaria (libro de 1632).
func1ones cons1deradas en principio antagonistas. 16
Estos son s61o unos pocos ejemplos de los mucbos casos en que se ha comprobado
este movimiento de personas de un oficio a otro.
1
~ A una conclusion similar tocante a Guatemala Jleg6, al parecer, .Jorge Lujli.n
Muno_z: •La literatura notarial en Espaiia e Hispanoamérica, 1500-1820·, Anua.rW de
est ~~ios am.ericanos, v. 38 (1981), pp. 101-116, en p. 101.
Hubo s6lo unos pocos casos en que los escribanos se queJaron de e>-UI ,1 ruaciC.n,
io Véase, por ejemplo la nier . normalmente considerada por ellos beneficiosa. Véase, por ejemplo, E'>.p. 26.11.163 6
' P ica menc:1onada en: Exp. 7.10.1747, AHQ, Oficios, 34 .
Capitulo 2
Escribanos, secret.a.rios y notan""
12 . d 'b
stintos t1pos e escn anos as1• 13
. '6 entre 1oS di . ' co'ttl
r-'ta
La nu de distJECl n espaldada por las autondades locales 0 ~ey confirm? titulos de. es~ano re~l (publico) a pen;on~ que no
-d d éstos - r . d b' -a
1a d'is ponibilida e ·banos corno de - notanos,
. se e ia, en . gran llledida ~~n todavia up_a escrjb~ es_deçir que no teni~ un ~cho
. cer tanto
e1er -
de escn i todos los pretendientes. a escnbanias hab;- 1an• donde pudieran eJercer en virtud del titulo. 19 Los preteo.diente&
Jhecho de que ~s .d d el titulo de «escnbano reah., titulo r;spondian a las ex.igencias legales y como tales habian reeibado
~ tenon a . que
obtenido con an. . otarios. En consecuenc1a, 1.!)S escriban titulo. AJ.gu,IlOS de ellos n~~aron a e'ercer su ·
., ~ 1 ·ercicio como n . di . os hicieron realidad el titulo solo afl.os después: Mateo QI.....
p"ênrut1a e .eJ . almente escnbanos que po an eJercer d
adroinistrativos eran igu almente no estaban en posesion de 111... e ejemplo, a pesar de ser confirmado como escribaoo de
'bli
.pu cos•, . d um·ero · Sin despach o, en t onces, pero con,,.a
aunque norrn
la 1636, compr6 la titularidad de una receptoria de la,
- · 'bhca en 1645; 20 de la misma manera, Alonso Sânchez Mal_. ___ ·., ,~,..,
e ~pu 1 'vilegio real correspondiente, P2dfan emplearse en
real a partir de 1602, pero su primer empleo como
titulan~.d Yd ~ :: ~~se@n sus necesidades person,ales o la .dispo81_
0
una acti~a to
interino lo obtuvo en 1606 y su primera propiedad, ~
·a
(}ïiQ.ë.Ias...au n a
des· locales. Con el mutismo de estas Ultimas se
. - . 'da , fue aun posterior.
21
Hubo también otros casoa CO,!Qfil~iii:J
ci n . Onito la practica de llevar a cabo actiVl des notariales
~ 1 relativarnente raros, de una titularidad simultAnea. es
~ -
desarrollo en.a
aun en ausencia e
, · b
oficio publico. Basta a con e
-
titul
'b ·
al
o re . el titulo de escribano real se pedia junto con la con6nnaâ6n 4'è la
.
El rrusmo hecho explica la aparicion de firmas y ru ncas en los libros 22
escribania. En fin, los propios candidat.os creian que el primer pue
'b l h
de pro tocolos de cerca de treinta escn anos .rea. es, que nunca abian para convertirse en escribano de cualquier tipo era conseguir eJ UtWo
obtenido una escribania y, a pesar de el o, eJerc1er~n, a veces durante
1 de escribano publico. Este se convirtio en el titulo casi universal de los
!argas temporadas, como escribanos pu~licos : Intennos en _au.senc~as y escribanos quiteftos del siglo XVII, a pesar de su especialidad y de su
enfermedades 0 por nombramiento pres1denc1al, nada les d1stmgu1a en estrechez de destinatarios original .
su trabajo de sus colegas propie . ta nos.
, 18
Esta realidad, evidente en cuanto se examina la produccion masiva
Por otro lado y como contrapartida, se estimaba que quien po~eia el de los escribanos de Quito, obliga a reconsiderar la division tradiciona.1
privilegio real era capaz de llevar a cabo actuaciones secretariales. entre las distintas clases de escribanos. Se hace evidente que, mientras
Aunque la posesi6n del titulo no liberaba a los pretendientes a este tipo que resulta factible dividir las funciones de cada individuo, es ilnposible
de- escnoanias (de provincia, de cabildo, etc.) de tener que demostrar clasificar a las personas segU.n los conceptos teoricos actuales de
sus conocirnientos en el campo de trabajo especifico designado (coma «notario» o «Secretario». La utilizacion de éstos en la investigaci6n
secretarios de cuerpos administrativos o como secretarios judiciales), a hlstorica es susceptible de crear una division artificial y algo forzada,
!os que no querian poseer una escribania y se limitaban a ejercer, por la que se considera solo una faceta del trabajo de los escribano ,
ocasionalmente, como escribanos de causas, no se les ex.igia ningunà ignorando la totalidad de sus ocupaciones. Si la meta es concebir
preparaci6n esp~ciaL Bastaba con su tftulo de escribano, fuera cual quiénes fueron los escribanos y qué papel tuvieron en Quito durante
~era su tipo y orientaci6n. el siglo XVII, es preciso tener en cuenta todas sus funciones, respetando
L~s confirmaciones de oficios de Quito aclaran algo mas esta la unidad natural que supone la persona fntegra y compleja. Tanto el
reahdad. Ourante el siglo XVII h.ubo al menos 48 casos en los cuales papel institucional como la posicion social de los escribanos dependian

AHQ, Gobierno, 3: la Jucha d 105 1


los demas escrib la e . recept.ores por sa! vaguardar sus privilegios frenle a ~ Enprincipio, los escribanos sin escribania no debian ejercer: para trabaJll.T dC!
mercado de escri::~~ Yd SquMeJa. de los escribanos ptlblicos contra la entrada en el ~scnbano hacian falta dos condiciones : titulo y escribania. En Quito, los que u:man
18 E s e u aJestad
ste era, por ejemplo el cas d · · · d tulo pero no escribanîa servian en vacantes (t~porales o pennanent.esl. fonrurndo
1666-168S, Sa nolaria rb ' d 0 e Diego Melian Betancur (la notaria, bbros e Pai;~e de un dep6sito de profesionales para casos de necesidad.
16Sl-16S4 y Sa nolari~ 1\ros de 1664-1665), Ju an de Heredia (4a notaria, libros de 21 AGI, Qu~to, 39, mim. 17 y AGI, Quito, 40, nûm. 15.
6---16S7). Algimo 8 d~ e~~os e b641 -1644) o de Pedro Pacheco (la notaria, libros de
163 1
22 AGI, Qmto, 31, ntlm. 8 y AGI, Quito, 36, ntlm. 35. . _
en la visita general de la au~ ·escn anos reales fueron comprendidos en consecuencin, AG Vé~se, por eJ_emplo, el casa del escribano de provincia lriigo Antohne.> ~e V11ldti ·
1enc1a de 1691-1692. ' I, Quito, 37 , num. 7, o el de Juan del Castillo Figueroa en AGI, Quiw, 38, num 8
Capftulo 2

14 . . Yde construcci6n mUltiple, que p


fuente de insPU:aci n 0 de su ocupaci6n como secretari~
6
de u~el traba.iO not4rial co1:ies. S6lo una visi6n global serâ cap )' 91
tantoropias ca!idsdes_ perso;prensi6n del oficio de escribano en :_~ fi. Ca 3
sus P uns meJor co ~\IQO
acercarnos a .,.rn 23 Escribanos y memoria: Poder préctico y recuno 11111116lliee
durante el siglo ,. yu·
Los escribanos quitenos eran, ante ~o. guardianes p~
memoria tanto personal como colectiva, tant.o oral como 4llCrita. ·
la memoria el fundamento de la identidad y la bue llObre la a.a\
asientan derechos y obligaciones, el hecho de aer loe Protect.oi:.
de Ja memoria confiri6 a los escribanos una cierta centralidad -.a
institucional. Los document.os notariales,juridicoey iepleedela«mi114
de Quito evidencian este papel, nonnalment.e ignorado o ormslbfo
s6lo como un subproducto de actividades mu importantes.

I. L<:.!_escribanos y la _memoria oral


Los escribanos tenian un monopolio sobre la memoria oral. ~
oficiales de «fe publica•., gozaban del derecho a certificar la · •
0 no de ciertas cosas o de ciertas circunstancias y acciones, mediante
Ja elaboraci6n de un documento llamado •fe de escrib_an~ simple.
mente «certificaci6n». Sabian relatar y, mâs importante aun, tenian
derecho a hacer constar cual era_ la vida institucional. pUblica y
p_rivada de su lugar de residencia.
La verdad hist6rica pasaba ante sus ojos y encontraba eco en sus
plumas cuando era necesario. Largos aiios después de lo ocurrido, las
partes interesadas o las autoridades buscaban a los escribanos y les
pedian que reconstruyeran el pasado. ~ testimonio, otorgado en virtud
de sus capacidades y posici6n profesional, era considerado ·la verdad ;
su declaraci6n t enia una fuerza superior a la de cualquiei:otra persona.
La ley otorgaba un status especial al testimonio de un escribano, puesto
que no hacia fal ta ratificarlo; pero es que, ademâs, tal testimonio
gozaba de una amplia aceptaci6n social, fenémeno que reviste mucha
mâs importancia. Normalmente no se dudaba de su veracidad, lo cual
resulta sorprendenté'"si conside~ que a menudo se requeria su
intervencién ju stamente en circunstancias de conflicto, en las que las
23
Con ello, nos identifica
tematico de J sé Man
1
mos con a postura, aunque mas limitada en su en oqu
Ji e sospechas e impugnaciones eran frecuentes. 24 Alrededor de los escri·
cit p rx.' Retio 'é d uel Pérez Prendes en la introducci6n al lfüro de Corral Garcia, 0P· banos hubo aparentemente un consenso tanto social como juridico.
• · nnosealescrib d · d u
identificaci6n con una 801 d ~no e conseJo, Pérez P rendes opina en cont.ra ~ 5
secretario de cuerpos) a Je as figuras modernas (secret.aria judicial, notano Y
funciones a la vez. y exp ics que este escribano ejercia, en realidad, las t,res 24
Plantear dudas sobre la veracidad de un documenta rcdnclildo por un e_..,nb.•no
Cepiwlo3
17
16 utral del escribano su sabe.r
te6ncamen~ne :J;~~-iab~~Jiiit su actuaci6n en éstos, eno 1œ que 1l1ljor lœ......,.. ....
PDdlaa
La posici6n · da en él...J>libli!:
yjl. ropfian@ de~és e .•~de otros ne h aœrdanle de au desarrollo Y c:ircnmt-nri• Eraa.U. ..-.a
~ asado no se limitaban •. rela~ se dirigian tanto las parte& mmo lu •utaridades.,.
el lldblim __.
declaraciones sobre el P los cuales su memona podia ser querian informarse de las adividade& de la jUltil:ia 1 del -ilao.
eran
.vil . en
casos da debido a su ent.endimi"ento y Tanto cuando se les ccmsultaba con finee utilitarioe camo · ,_
judiciales, que
rada rea}mente pn e:tigode todo Io que sabia o presen · motivos formales, o simplemente por c:uriosidad penou1 , _ .
mentar la red social de los rumores, lœ eacribanoe CoQlfÏWCaa ana
ellos; el ~o e:. lemente por su propia exist.encia ffsiœy •
vïrtud de su ofiao
05
':encïas desaparecidas que hubiera conocïdo 4!11 fuent.e de infonnaci6n que pareda inagotable.
daba fe tanto sobreb sen! clima, la situaci6n de la ciudad, la conducta Corno parte de su trabajo, los escribanœ se encupban • la
do como so re e · · · · 1 audiencia de hacer relaciones de causas en apelaci6n o ~ca 1 clit
e1pasa · s En las residenc1as, VISttas, autos JUdiciales., dar t.estimonio del desarrollo y de la suerte de otras cauaaL Did.abea
105 .deseos
.
de sus vecmo . . . . blig J
este apel de testigo llegaba a constituir cas1 una o · aci6n. el contenido, preparado de ant.emano por ellos mismoe, de lœ Pf'l!l&'lmM
\\ petiaon~b _ p requeridos para recordar y dar forma a los hechos
Los escn ano~ eran b · publicos y acompailaban a los pregoneros para dar fe de su ejec:uci6n.
d05 8 do sus afirmaciones en los documen~s &JO su custodia A tal grado lleg6 la especializacion de \Oii eeoribanoa.en~àn:am­
~ · asanteen Io que habian visto, oido y presencrado como testigos, stancias concretas de cada caso, que les estaba pennitido negarw a
osunp1emen . . "vil · d 1 d 25
iban describiendo, a partir de su posm6~ pn egi~ a, e pasa ~- suplir a sus propios compaiieros cuando alegaban no conooer lœ
Los contemporâneos no ignoraban la 1m?ortanc1a de ~~os detalles de un caso, es decir, los hechos concret.os, las partes, el estado
como testigos; buscaban su ayuda para meJor argumentar sus prete0 . de la actuaci6n, etc. La profesionalizaci6n, pue.. no era meramente
siories y su5 versiones de la realidad. Se sabia que una certificaci6n de tè6rica ni concernia solo a la prâctica genérica; incluia. ndem un
ll escribano valia mas que muchos testigos, tanto a los ojos de las dominio sobre las circunstancias concretas de cada ca.-.o v de cada
instituciones como en la apreciaci6n general de la sociedad. En asunto. 27 Las autoridades reconocieron tanto el hecho de l~ memoria
consecuencia, las partes emplearon, a menudo, mucho tiempo, energia privilegiada de los escribanos como su importancia para la buena
y dinero para encontrar un escribano que avalara su reconstrucci6n del administraci6n.
pasado. A ta! grado lleg6 su utilizaci6n por las partes en procesos sobre
causas de tipo privado que la Audiencia de Quito, temiendo a que se
II. La memoria escrita: los archiuos
identificaran demasiado con intereses particulares, les prohibi6 dar
·fe. Ycertificaciones sin mandato judicial. Tal prohibici6n fue ignorada La concie_ncia, especialmente fuerte en Castilla a partir del s· Io XVll ,
a menudo, de modo que no sirvi6 para alejar a los escribanos de las !!e la singularidad del papel escrito y de los archivos que lo almaœ-
luchas cotidianas entre partes; se vieron mezclados en ellas y, muchas naban, puso de relieve una funci6n adicional de los e5Cribano:. como
veces, acabaron por ser tachados con los epitetos emocionales que guardian;; de la memoria escrita, tanto colectiva como panicülar En
supone cualquier confrontaci6n. virtud de su contro1 sobre la mayor parte de los archivas en donde :-e
La mem~ria ~los escribanos incluia, evidentemente, muchos
detalles sobre actuaciones gubemame;tales y J!.rocesosjucticiales. Por
26
. Estas prâcticas existian tant.o de iure como de {octo: vèan..-., las le) •, cit.ada.· ror
supondria, en realidad una · · d ~·e~o de Rivera (.Primera parte de escrituro.~ y orckn d~ par11ctpo• on .' dr " W>"IL:ILJ
document.osera un cri~en· 8 acusaci 6n penaJ._ puest.o que la falsedad en e~t.e bJ>." e escribono; drl "''""al pn nr1pU> )" "'
JUdtc1.a.l, cwil y cri minal con UTl.D. 1nstrucc16n a los
los conocimienws q e , . ' este respecto no 1mportaba en gran medida la int.enci6n ° ~nceL., Madrid, Luis Sânchez, 1596. en p. 123(}-12361. Exp. 2ï 9.1661, ..>JiQ Cnm1·
2S E E u •UVlera el escnbano
n rp. 26.6.1680 AHQ C . . 1 . "b iis, 4 Y Exp. 26.7 ._1671, AHQ, C'.riminales, 5. .
H
püblico, de cabildo y de 'Real nmma ~s, 8, por ejemplo, L6pez d e Urqwjo, escn ano Esta fue, por •Jemplo, la pos1c16n que adopt6 el ~;;cnbano reœpwr Pach<CO ct>n el
vio. en realidad coma u . !ICtlen~ dio una certificaci6n (como escriba no) de Io que apoyo de los oidores, cuando su compailero, el escnbano de cli.mara AndRl!O)"a. I~ p1di6
' n s1mp e test1go. que le supliera en un remate publico: AGI, Qun.o. i3, pp. 18.9-201.
Capitula 3
Escribanos y memoria: Poder Pr6ctico y recui., ......_
18
. . sobre las actividades personales, econ6llli. l9
encont raban testunomos
. " . al es a d qumeron
. di .ales estos pro1es1on . . una distintos cuerpos a~stra~vos ap~6 el ofie.io de~
bemativas y JU c1 ' d' . 'd' .sion era la de org~ar Y SIStema 08 , Cl9a
cas,· gu d
. central en ro t de la sociedad, tanto en me ms Jun
., icos corno lI!!. ser.xaci6n. Se trataba no s6lo de guardu los docv
pos1c16n 'to en este sentido, no era una excepc1on. Lo que ~~n de tener «noticia e inteligencia.. de los misinos: vitliJa,.,,... ~
entre legos. Qw ' . ·ento externo de raiz e influencia metropo. ntrega, ordenarlos, colocarlos y s6lo en ûltima instancia ~
6 como un movuni ·
comenz ,
litanas, acab6 por l w
.nfl ·r en la poblaci6n local en un JUego de ecos y e A oivel Jocal, el con~ol sob~e los escribanos de Quito~
mu Y intenso a partir del s1glo XVII. 32 Se insistia, &obre ~
réplica:i·
'lèmendo en cons1'd eraci6n a que en las escrituras . consiste
d la fue limiento de Jas reglas de trabajo dictadas desde u .. ~·•el
t' .. dad y viendo que en los tiempos pasa os no cuIIlP . d 1 d to --..ou, en el
« .
emona de 1a an igue ' '6 estado rnatenal. e o~ o~umen s y en el buen orden de su~
m
. .
admirustracion
.
habia hab1do tan cw
to 'dado como convenia en su conservac1 n ... » la
. · di
· · hispana tanto metropolitana CO!!J.Q.J!t ana.y_ ocaLse_
. • d " d
- _.....-- a artir dei siglo XVII, por la suerte e S_?S ion os escntos, ya
1
·
r- La iJDportanc1a atribwda a los documentos, concebidos 00010 la .
rueba ca~de aclarar la verda~ de Io ~l'!Ïdo, no s6lo in0uy6
P anizaci6n y control de los archivos, smo que contribuu6 G~-L la
a
pre~~· - p • te · ado 0 publico. 28 Motivada por la creencia de que org . . Id . -~ aucwaa,a
elevaci6n de IQ. escnto ~ un 1:1-~e e !!P~~~a ceremonia] en el què:Jô
1

fueran de carac r env ' 1 'tul d h


los documen to s 1egal es
eran la mejor garantia de os ti os y erec os, y
· t · · · ~e mezclaba-con.lo...magico. En los procesos penales, por ejemp1o,
de que eran necesan .os para conocer las leyes, crrcuns anc1as
d y reqms1- L ~ortante tener los autos que controlar a la persona del
er . d 1 reo.
tos de1b uengobiern0 ,
gestion
. y preocupada • ademâs, pore 1temor
., pudiera llevar a su adquisici6n y mal uso por sus enemigos,
Administraci6n se sinti6 obligada a reaccionar. DJ!!ante e~ s1g~o XVIl se
e que
.
su
. mala
la
Mientras que la ausencia e presunto delincuente no hacia mas
dilatar el proceso - por la necesidad de llamar al reo mediante
la desaparici6n de los autos podia paralizar completamente la causa EÎ
em:
crearon y ordenaron los archi yos centrales ~e-~~MonarqwaHisp~e,p. decreto de «autos», que se referia a la necesidad de JocalizarJos y
Simancas y Roma 29 y se insisti6 en la po.s1b1lidad de formar arch1.vos llevarlos frente a la autoridad competente antes de que ésta viera el
1 al tanto de documentaci6n gubernat1va como de carâcter part1cu- caso, indica algo mas que la simple necesidad de estudiar la causa antes
oc Ses,
lar. ibi'o' asi la posibilidad, nunca plasmada en la realidad, de de decidir sobre ella. Los autos demostraban quién tenia jurisdicciôn y
e conc b 1 hi
acabar por esta via con el monopolio de ~os escribanos s~ re o~;rc vos quién trataba el caso; daban fe de lo ya obrado y transformaban el saber
querontenian documentaci6n produc1da por e os !Dlsmos. En los individual de un testigo o de un escribano en algo pUblico y de una
esfera superior. 33
28 La cita es de la cédula de 1588 refereate al Archivo de Simancas: AHN, c6<lices,
La importancia material y ceremonial de los documentas oh~ a
695B, atim. 265, pp. 263-270. . . someterlos a ciertas reglas de decencia y de presentaci6n. Es por ello,
29 ARN, C6dices, 695B, num. 265, op. cit, y nurn . 266, pp. 27~-278 . La h1stona de la en parte, por lo que el derecho y _las autoridades localèSTeQmto
creaci6a de los archivos y los distintos proyectos de consei;ac16n de d?Cun_ientos ~ue
estudiada entre 1680 y 1726 aproximadamente, por Santiago Agustm Riol, oficial insistieron en la correcta forma de escribir y de borrar informaci6n en
mayor de la Secretaria del Real Patronato. (•Informe so?re el estad~ ~e los pa~eles de la
monarqu!a y qué remedios se puedea aphcar para ataJar tan perruc1osos danos por su
pér<lida-, BN, Mss. 4368 y 5991). . 31
. Cédula de 30.1.1661, AHN, Côd.ices, 694B, mim. 184 en pp. 191-192. Véase.
ao Un decreto inserto en la Mi.,celaruw de Ayala (BPR, 2820, fol. 206), menc1ona, por igualmente, •Arreglo de archivas y modo en el despacbo universal de lndias-. BPR
ejemplo, el proyecto de eetablecer en todae las ciudades, villas y lugares de Espa.iia 2851, fol. 162 (s/f), José Antonio Maravall: Estado moderno y mentalilùui BllCÙÙ flgb
archjvos publi cos y generales de documentos notariales procedentes de todos los ofic1os
de escribanos o notarios. Este proyecto fue hecho realidad en Quito en 1 780 cuando la
XV ~ XVII, Madrid'.~evista de Occidente, 1972, tomo II, p. 473.
3 .
audiencia sac6 t.odoe loe autos de los oficios de câmara y les agrup6 en piezas destinadas . En Qwto las V1S1tas generales de la au<liencia de 1624 y 1691 ded1caron una ~
importante de su trabajo a la revisi6n de los arcruvos de los e..<cribano;;. De igual
a servir de archivo dentro de la parte euperior y mW! reservada del ed.ificio que sirvi6
manera, las residencias de los corregidores -por ejemplo, la de lfügo de Aranguren Yla
de ~ranc1sco_ de Figueroa- se ocuparon de estos archlvos de forma insiste.ate.
antes de residencia a la familia del presi dente, al cual fue trasladada a un edilicio
contiguo al palacio. Era una respuesta a la situaci6n anterior en la cual los documentos
no fueron guardados con el secri:to debido, a menudo desaparecieron por ocultaci6n, del Gregono de Altube (.Sentido reverencial y valor literario del notanado·, Analts
s~bstracci6n o venta por los olicialee de pluma. Véaae: 15.11.1747, AHQ, Testamenta· . a Academia Matritense del Notariado, v. 7 (1953), pp. 727-753, en p. î4l> I hab!Jl del
na.,90. •ntu~ formulario., que segûn él tenia un gran valor liturgico y no ~lo un ..-alc.r
prâcbco.
20 Capitulo 3 Escribanos y memoria: Poder prâctico Y recurso simb6lico 21

l~!!_bros_y ~ocumentos producidos or Io . . se hubiera cumplido un plazo de destierro, a pesar de que


c1a de finalidad~s utiles, corno la ga~antfasdescnbano~. Bajo la a .
de l.ectura, las mstrucciones sobre la c ~
la verac1dad y la t P~en. po s1ble
. . . que
declaraciones a este e fiecto que d eb'tan habe r apoyado una
reci~!O . contraria. Rodriguez Plaza fue puesto en prisi6n, donde se
pagma. y la obligatoriedad de una letr':~d~d d: palabras ~ilidad conc us:uvo 60 varios roeses hasta la llegada del visitador de la audiencia
entendida por los contemporaneos como e a '. limpia Y legibl cada le ~~ste, se querell6 con~ra el escribano de cama:a, quien, seglin él,
cupa~a por la imagen no menos ue una exigencia externa e fue Anb. ocultado a prop6s1to los autos y sentenc1as de su proceso.
parec1da, la encuadernaci6n d 1 q por el contenido 34 D , Preo.
ba su mejor conservaci6n y l~ o~
protocolos en pergami~o gae fonna
ba w . .. ~
usândole dafi.OS y peIJUlClOS.
ca En este contexto de importancia tanto real como ceremonial de los
preocupaci6n por embellece . p1eza, pero a la vez respond _rantiza.
La existe . J su aspecto exterior 35 ia a llna fondos escri tos, es fâcil comprender la centralidad de los escribanos en
nc1a separada y cer . . la vida social y juridica, por ser quienes redactaban y controlaban los
l:s ~aba un poder que iba mas e:I:?mal de Ios ~utos y de las escri
s1gruticaba, en realidad 1 a . a de s~
prop10 contenido. S étu:as
docuroentos. La su erte de Ios asuntos no depend.ia s6lo de su art.e y de
posible reemplazarlos
el otor ·
c~n ~pr ctica.nuhda d de todo Io obra/ 0 PNrdida
a rnernona de Ios q h b' · o era
su técnica profesional, sino también del orden con el que llevaran sus
archivos, asi como de su buena voluntad para autorizar la consulta de
un . . ~Ill.lento de la escritura o hubier ue u ieran presenciado los docuroentos que contenian. Fue justamente la enemistad de un
~~an
JU1c10. Sus recuerdos s6lo se . an escuchado a los testi escribano la que dio lu gar a la persecuci6n (mencionada en el pârrafo
vo\ver a producir documentos para recomenzar todo el progos en
acia falta un ob'e ~1 ares a los que habfan d ce~o Y anterior) del licenciado Rodriguez Plaza por la Audiencia de Quito,
H
constancia de Io q~e ~ui~ate~1al, un~ existencia palpabl:s~~:r~1do. segUn aleg6 él rnismo. En principio, aunque hubiera perdido su copia
Fu: por estas razones Y p~ra ~ab1do y reconocido por todos
personal de los autos judiciales, el licenciado Rodriguez Plaza podria
era haber contado con los originales depositados en el archiva del oficio de
. q~e e hcenciado
Rod n guez Plaza fu ' r eJemplo, por las l · ·
de 1620 al e perseguido por la j t' . câmara. Sin embargo, cu ando se los solicit6 al escribano Diego Valencia
penal , no ?oder presentar document us icia qUJtena en la década Le6n, éste le respondi6 que los documentas no se hallaban en su sitio y
destierro 36 S tes ~ ia acabado Y que habîa
contra el se h b' os que a testa que, en consecuencia, no era posible localizarlos. El escribano aleg6 que
1ran que el proceso
unos hechos ~n . tigos no fueron considerado~~mp .ido su condena de la desaparici6n de los autos se debia a la negligencia de su antecesor en
revistay su lug ~lmple~ como el pronunciam' ufic1entes para probar el oficio, pero tres de sus oficiales declararon que 38
estaban en su lugar
vista formalistar e res1dencia durante van'o ie~to de la sentencia de poco tiempo antes de que los pidiera el licenciado. Probado el caso, el
· a, que fue 1 s anos· de 8 d escribano Valencia Le6n fue condenado por la «Calta de fidelidad y
unprescindible P e que adopt6 la A cli • e un punto de
ausencia, el tribresalentar los autos Y ce-'-'"'c u. encia de Quito, era buena correspondencia» y por la ocultaci6n del proceso con intenci6n de
un se ne · ' cuJ ac1ones Je 1 causar dano al licenciado. Fue sentenciado a privaci6n perpetua de su
te ner los papeles eXlgJ. 'd go a recibir cualq . ga es, y en su
contra el licenciado no ~ . au enc1a consider6
os la cli . wer otra b oficio y de otros empleos similares y a una multa de 2.800 pesos de a
prue a. Al no
bia acabado y qu que el proceso penal ocho. Esta sentencia, dictada por el visitador de la audiencia en 1725.
39
e, en conse ·
cuenc1a, no era
:i. • . obtuvo, aunque anos después, la aprobaci6n del Consejo de Indias.
Lo, prop1os visi d
adelant.e 1 AGI Q . La ores, por ejemplo
legibles. reforcnc~: 8 ~ regis~ros nota~;~ada
indecent.es- C • . u1t.o, 72-74J clasilicab • en
· 851 nunca hicieron
1 8 la visita de la de 1670 y en
0 ncces1dad de que ~es de •decentes .. 0
37 AGI, Escribaoia de camara, 920C.
38
El escribano aleg6 que habla recibido los papeles del oficio de su ant.ecesor 5În màs
No cabe duda d . inventario que un abecedario de nombres, en donde no aparecia el del licenciado. DiJO.
~ra 35
demasiado cara~ : e si se lrataba sôlo de la c ueran simplemente ademés, que el licenciado se habia querellado contra él y no contra su anterior en d
igualmente efica2. podfa haber optado onservaci6n, la o . oficio porque sabia que él tenia mâs caudal que el otro y, en consecuencia, que podia ;oer
El licenciado por otra soluci6n pciôn del pergamino obligado a pagar mas intereses y da.iios. Pretendi6 que el mismo licenciado podin ""U\r
36
cuestionada la exi:i:;;do.s~o prescntar una co . menoe cost.osn pero involucrado en la desaparici6n de los autos, porque siendo abogado podia fécilrnen1~
proceso) y naturalme:c: e l~ scntencia de /'e~sde la sentcncia de . entrar en las escribanias de camara y persuadir o cohechar a sus oficia.les para que le
proceder contra él por unala eJecuci6n del castigo ~l(la que cierra v1st.a, queda.ndo
causa ya sentenciada . resultado fu' normalmente el ayudaran a esteUeg6
39 La causa fin . al consejo por ser una querella criminal por via de visita. incl uids
Y acabada. o que se volvi6 a
22 Cap!tulo 3
Escribanos y memoria: Poder préctico y recunio eimb6lico
, J ~' La misi6n delgestionar los fondos documentales no
la busqueda de papeles en los archivos terminaba resultaba sirnp) . empleo (la escribania), no era la mas comlin. Aunque eJ an-.bive
descubrimiento de su verdadera desaparici6n. 4 0 Resu~t;enudo con ej fi rJJlaba parte de los contratos de renuncia y de remate de eacribanW
de los fondo!l _llo era fécil ni gratificante: su extensi6n que el~ (~ue 8 roenudo hacian menci6n expresa del hecho de que la compn
su cirCulaci6n ~hacian muy diffciles )de controlar.4~~~:m~i~ incluia los papeles y despachos del oficio), al margen de ellos hubo en
que se presentaron en este sentido fueron constante problern Quito unrier~d? de _paE_eles de escribano~ tenfan un valor de por af y
.t . . . s, Y no se 1 118 fueron comerc1a11zados, tanto por los prop1os escribanos como por sua
naron, m an s1qmera expenmentaron mejoras sign'fi 1 t' so Ucio..
durante todo el siglo XVII. ca ivas en Quito parientes, a la Juz del dia y con el consentimiento tacito de lu
43
L~ p~era dificultad que existla, igualmente, en el caso de 1 autoridades.
func10nanos de la época, era la identificaci6n persona} tr os detnâs Especialmente frecuente era la venta separada de los archivœ
. . 1 1 en e el ar h' cuando el titular maria sin haber renunciado legalment.e a su oficio.
}'._ e.1fun c1onano : os pape es eran tratados como propiedad a . c tvo
En tales casas el archiva era tratado como una parte de los bienes del
qwen los redactaba o recibfa· segw'an al funciona . P rticularde
· · ' no a su casa y escribano difunto y sus herederos disponian de él segiln su pareœr: 0
viaJes Y se gestionaban coma cualquier otro efecto de er en s~s bien Io pasaban al sucesor cobrandole dinera, o bien lo vendian a otro
personal. Esta costumbre
.. • generalizada en la adm'1ms ?, tenenc1a
. t rac10n his escribano o, en su defecto, vendian los papeles a algiln comerciant.e. 44
Ypocas veces cnticada abiertamente caus6 un d Pana Otra ocasi6n comtin de venta separada de los papeles de los archivas
parad~ro de~s documentas. Corno c;nsecue~i:r-:hl~~c:;tro~ so~re el era la entrada de un nuevo titular en el despacho. Queriendo recuperar
;:~- unpos1~le localizar los papeles, es_pecial~e:nte desr;_;}ésc~eoya una parte, al menas, de ·su inversion, el nuevo escribano ofrecia a
- J~ en e per_sonal encargado o del fallecimiento ines d~ menudo a sus colegas comprar algunos de los papeles de su oficio. Est.o
repentino de su propietario. pera o_y fue el caso, por ejemplo, del can6nigo Diego Valencia LeOn en 1663.
45

A pesar de que los oficios de 1 'b , El comercio de los archivas era normal a partir del momento en que

6 d:
particular destinado a la d d os escn anos teman un archiva
se descubri6 que los papeles de los escribanos tenian un valar de.par &î,
entre oficial y papeles n~:. a sus do~umento_s , la identificaci6n
sèparado e independiente del oficio. Al estimar el precio justo de los
muchas casas el archiva n Gtab tener influencia sobre ellos. En
despachos, se consideraba la cantidad de papel que habia en sus arcas,
lugar, sinoque se hallaba ~e e~rtida centrado ?sicamen~e en. un s6lo asi coma su antigüedad ; los que tenian mas pape! y de naturaleza mâs
casas. Era practica comun sa~ar de~ enti:e van~s armanos, tiendas o corriente se consideraban mas caros. Los papeles, aparte de su
papeles para completar el t b . archiva los mstrumentos, libros Y significaci6n ceremonial y de prestigio, constituian una fuente de
mostrarlos a terceras. ra aJo de redacci6n, hacer consultas o
trabajo y, en consecuencia, de ingresos. Su adquisici6n era, en reali-
La regla segtin la cual el b' dad, la adquisici6n de «unos despachos», ya que se presumia que daban
que lo encarnaba en arc ivo pertenecfa al oficio y no al escribano al escribano la titularidad y contrai sobre las materias en ellos
un momento det . d
respe t a da . Se conocen much . ermma o, no fue siempre contenidas. Las partes interesadas en unos documentas determinados
Part'ic ul ar Y separada del 0 fi as· queJas Y en't'icas sobre la negociaci6n necesitaban los servicios del escribano que los poseia siempre que
segun' la eual el archiva pasab cio Ydde los arch ivos.
· 42
La practica debida
a e mano en mano juntamente con el
43 El comprador del oficio de provincia en 1637 pidi6 hacer un inventario de su..<
papeles, expresando el miedo de que los substrajeran del todo o en parte entre el rems te
en la visita general de la aud' . . y su toma de posesi6n : Exp. 17.3.1637, AHQ, Oficios, 2. . . .
autos estan en AGI, Escriba~enc1a eJecutada por Muno 44 El problema consistia en que una muerte tempi:an~ sm haber renunciado ?I ofiCJo,
:o Véase, por ejemplo Exp ~ d~ ~amara, 920 (A a C) z~ entre 1624 y 1627 y cuyos
5 2 llevaba aparejada la perdida de su valor, pues se adJudicaba al rey en su i.otahdad lc_n
lbSobre la extensi6n de Io~ ar~h·i 665, ARQ, Criminafes 41 (A a C). vez de la mitad o un tercio). En esos casos, los herederos mtentaban sacar del ofic10
esc;~ ano de ciimara de 1661 a 166;os notariales véase ' .. algûn provecho, aunque fuera mini.ma, recurriendo a la venro ilegal y sepHada del
. Se _trataba de una practica il enl AGI, Escribanf~ ~or eJemplo, el testimonio del
qumto, titulo octavo, ley 17 de la R ega .' prohibida por e ciimara, 910B, pp. 49-54. archiva.
45 Este caso fue mencionado en : Exp. 4.5.1655, AHQ. Oficios, 3.
ecop1laci6n de lndias.cédulas recogidas en el Jibro
Capitulo 3
Escribanos y memoria : Poder practico y recurao aimb6liœ
desearan sacar copias autorizadas o simples testimonio d
cia y contenido. Si se trataba de un negocio complejo s e su e)(jste11• ·t ban hacer constar cualquier hecho, fuera éate ·
mas de un documento o un instrumento, Io normJue necesitaba neces1 a _ d d
_xtrajudicial. Los aboga os, procura ores, relatores y lu
interesados acudieran a seguir la actuaci6n frente al er~ que los earfes 0 sus apode~ados preten~an y conse~an sacar de_-:a!14•1J1111:;·
' 1os documentos ongm · · al es. D e ahi la importan escnban
pose1a
. .
· d
cra eq
0 que
p de forma contmua y relativamente mas1va, <lifeœo.tes.
papel es fu eran •cornentes , es decrr, que tuvieran todavia si . ue los vos, ' ·ai .
to procesales como notan es, necesanos para reclamar deredaœ
fueran capaces de generar mas trabajo y mas ingresos. 46 gnificado y tan .
reparar alegac10nes. .
La relaci6n entre el precio del oficio de por si y el de s p El flujo de papeles 9ue salian y volvian a los archivos clelU.
. h us papeles ll ,
a ser, en ocas10nes asta de uno a cuatro es decir 8 OOO ego controlarse mediante unJregistro_llamado «libro de reco · ·
· mas
ofi c10 - 2.000 pesos por sus papeles. 47' En otros c· pesos por el
·. asos, aunqu 1 En él, el escri~ano debia anotar los dak>s de ~..__ _..
relac1on entre 1os precios no fuera tan alta era evide te e a identiaaëf ae las partes interesadas y su naturaleza juridica) el
d l , n que 1a co
e os papeles suponia un desembolso considerable pe ·b·d mpra nombre de la persona que los sacaba. ~sta ultima tenia que mostrar
· · dibl · ' rci 1 o com
imprescm e s1 se q~eria tener un despacho respetable ren ° su conformidad con esta informacion firmando la raz6n inserlârui en el
Par~ esto~ fines, por eJemplo, Diego Valencia de Leon qu/com ta~le. li~ escnbano tenia la obligacion de velar por la devoluciM de los
~fic10 de camara a favor de su hijo menor por el precio de 24 000 pro el papeles y asegurarse de que la nota.correspondiente en ellihro..fuera
e a ocho en 1605, tuvo que gastar «mas de 3 000 . pesos tachada a medida que ibanregresando los document.os. f>en>, segün se
los papeles del escribano antecesor. Era a la.vez »unpeas~s para. :ondse~ èlësPrende de los mismos libros de reconocimiento - custodiados boy en
patrimonial to ' • mvers10n e t1po dia en el Archivo Historico del Ecuador - asi como de las visitas a
Papeles adn:,f~des que, ap~. de generar ingresos, la cantidad de
'1~n os repercutia direct t b escribanos, la mala gestion de la salida y entrada de documentas en los
comercial del oficio rrusmo.
· 48 amen e so re e1 valor objetivo y archivas era un feÎÎomeno .muy comiln. L~ria de loi; re nnci- 00

Otro problema de naturaleza dm . mientos se quedaban sin borrar, y:a, iuera por error (segtin solian
fondos. Los archivas de Io 'b erente era la propia gestion de los reclamar los fumantes), ya porque los documentas no se reintegi_:aban
s escn anos Servian de fuente para qi:!-~nes
a los archivos, como argumentaban los escribanos.
Los escribanos se quejaban continuamente de Jas dificultades que
":3 Véase, por ejemplo, el anâlisis hecho . encontraban en cuanto intentaban recuperar los papeles pertenecien-
cab~o en 1627, quien aleg6 que los pa ';°r ~I pretend1ente al oficio de escribano de tes a sus archivas. Sus demandas topaban, a menudo, con una fuerte1
n:iu.c o provecho y, por tanto, no podfanpe es e la escriban(a en cuesti6n no tenfan
~·~ 1 ei;_.00 eran de considerad6n y que en ~ner mucho valor. Explic6 que sus pleitos
8 oposicion: las partes y sus representantes alegaban que todavia los •
e im iv~, que las causas criminales eran d gran rnayorfa llegaban al despacho s6lo en necesitaban; los abogados, procuradores y relatores los retenian en
1
~s ~stnturas Y contrat.os tampoco e e gente pobre que no pagaba derecbos y que prenda hasta recibir sus honorarios (lo que a veces queria decir hast.a
x~7E·11· 1.627 • AHQ, Olicios 1. ran muy corrientes ni de mucho valor.
ste eJcmplo proccde de las d 1 • siempre); algunos jueces se molestaban por este tipo de peticiones Y los
41 num 22 A . · · ec arat1oncs 8 b
AGI Quito
'
44 pnr~cia4c1~~,es si ':1'1ilares fueron inclou.rde
• • um . . •t:ase igua)
e 1 valor del oficio en AGI, Quito,
1 as en· AGI Q ., _ ·
escribanos no se sentian con fuerza para insistir. Por si est.o no fuera
el distrito de la Audiencia Re~ me~te, •Relaci6n de la · . • Ulw,. 43, num. 18 Y suficiente, resultaba que los reconocimientos s6lo daban testimonio del
1011 olicios de udminhitraci n d ~ que.r~side en la ciudad defl~iudader; y villas quo hay en paradera inicial de los documentos, que a menudo pasaban de mano en
6
cada uno de ellos y do los qu e J\J Hl!crn de ella11, vendibl an Francisco de Quito y de
en: Pilar Ponce Leivn ed . ;,,;e ~odrfan criur y acrccenct Y no vendibles, y del val or de
mano sin conocimiento ni autorizacion del esc1;bano. El re ult.ado
fsiglo XVJ.XIXJ Madrid ·c· . a~t0Sne11 hi11t6riro. aeon 4/r•, Madrid , poatcrior a 1582, natural de semejante descontrol era, con frecuencia, la pérruda efecti-
, • • onseJo upe · d "· ,,r 1tca11 de l A .
num . 3 3, pp. 435 145 en pp. 437 _ nor e lnvc 11 tigoci ~ udienc:ia de Quito va (aunque quizâ no la pérdida ffsica) de los pape) es : podian ira parar a
411 411
. AGI, Quito, 36, num. 35 f!u P~t' . onefl CienWicas, 1991, v. l,
H1mda1., en A~I, Quito, 41 , nu~ . 4 J 1c1'6n al Consojo de .
cualquier sitio. . d1
olicrn de provincia, dcbido al hecho'd~fl lcHtigofj mcncionuro lnd1 na en 1607. De forma Aunque la versi6n que nos han dejado los escnbano accrca e
h1ihf~1 compmdo ulgunos papelc11 que 1 Que fjlJ unterfor tituJ n IMa llubida da vnlor de un extravfo de documentas puede ser entendida como u~ m n · te t de
1
°
exculparse frente a las criticas que re~ibian, su: q~eJa ~ · obr?da~
11rch1vo11 por c·1 . ,_ · e PCrl-Onecfa 1 ur, un.u 1 d .
rcunswnc1a11 no relutudaH c:n 1 1, Pt!ro Que no fi Il c R1vadeneyra,
os out.011. ormuban parie do s us imposibilidad en la que se vefan de garanl1zar por sf ::;olos la mtegn
Capitulo 3
Escribanos y memoria: Pocrer practâou y rtoCWMI . . . . . . _ 1:1
de ~us archivos debia reflejar en alguna medida 1 . .
Quit_<> durante el siglo XVII. Los archivos de lo a teal~dad Vigen hivo. Los que se utilizaban a diario se de~ en h'R"' de
destmados al uso publico, pero el siste s escribanos e tate en ~~ or conveniencia, por ejemplo en el mismo oficio, eo la aala fie
- • .- ( d . ma no pro . e i.....
~wres
. . es ecir, a los mismos escn'b a.nos ) run . ,Porc1onaba a UilJla mY
'""'gfic1a de au di enc1a,
. en casa dl
e as part.es contratante6. etc. J>r8diœ
run~ respaldo oficial a fin de garantizar u gun medio lit' ~ 0
~~miln, al menos desde mediados del siglo XVII, dificultil at'in mâl e1
servmos no perjudicara la integridad de 1 q e es~ presta~i6~ control de los documentos. Çomo consecuencia, y por si no fuen.n
facultades Y de posibilidades reales os arch1vos. A fr-'t e suficientes las irregularidades mencionadas, los document.os se me.z-
l hi para controlar 1 '1l a de
os ~ vos, a menudo profesionales jerârq . a os usuanos d claban, metiéndose a veces uno dentro de otro, papeles vfrgenes con
escnbanos, la desintegraci6n de los archiv wcame.nte superiores a 1e otros ya escritos, borradores con copias limpias, etc.
recurso efectivo para exigir la devoluci6 d os era mevitable. El Unios La ultima dificultad en el manejo de los archivos era el simple robo.
desorden era el empleo de censuras lin . e los documentos Yevitar ~ Teniendo los papeles un valor de por si, tanto por Io que en ellos ~
ml ento li~~· depend.ia de la buena vol~t:ao;als. b~unque era un inst111~ escrito (valor para las partes interesadas o para los escrihanos) QOP.l.O
.a cuesnon·• de ahi q ue, se emplear e o ispo y de su in•~ . en
.,.,res por su propio soporte material (pod.ian servir para envolver mercade-
importantes Y extremos c a so1 o en casos considerad rias, etc.), hubo casos en que éstos fue~on robados del mismo despacho
si6n habian fracasad ' uando todos los demas métodos de os publico o de la sala judicial,.QJ>ien fùeron vendidos por algtin asistente
El o. persua-
orden de los archivas . del oficio, que trataba asi de completar su salaria. Otras veces, las
visitas generales de la a::;;Jor~ba ~e forma espectacular durante las partes mencionadas en ellos hicieron todo Io posible para esconderlos
~~ebraron ~sitas en Quito (1~~~~·162n las dos ocasiones en que se de sus rivales o destruirlos del todo. Para este fin, emplearon el robo y
. ~ senu:ncia desfavorable llev. l
50
7 Y_ 1691-1692), la amenaza de la sustracci6n, con o sin ayuda del escribano.
~:~~~:~a los autos y papele~, ae: ~:~~banos a buscar con renovada
corta duran. :0n una especial rapid~ R o a s.us poseedores que los
los archi acion temporal, sirvi6 al m . emedio extraordinario y de
La fr-'ta vos po r dos veces durante • enos
. ' para aJustar
· relativamente
ru de orde e1 s1glo XVII
objetiva de r n en los libros de .. .
afect.6 di ecuperar los docume t reconocmnentos y la dificultad
sus fondos recta.mente
C a 1a integridad
. d aun eu an d o fu eran localizables,
n os,
1
menos de.su uando el mismo escribane os archivas y a la fidelidad de
6nde ' podianmemori· a Ylva
· y privad o segu'la en el oficio disponia al
d parar 1 a Y podf · fi ' '
cuando esto . os Papeles Al d a m ormarse o adivinar en
U1 . ocuma d ~ · esapa
~o rastro conoeide orma repentina . recer él, y especialmente
consideraci6n de d~ de muchos d e inesperada, desaparecfa el
en Ela h a b'ttaci6n confper tdos ' aunque a ocumento s, que pasaban a la
arc~i~~:cer problem~~:r~ ~n la casa d:e~~: estuvforan s~plemente
era la costumb a conserva '6 persona conoc1da. 49
mente los , re de te c1 n de l d 60 Exp. 8.6.1690, AHQ, Criminales 11 menciona algunos casos ocunidos en d
mas cornent.es r ner una Part d os ocumentos en los lo~sado ..un in~o~e quiteèi.? de finale~ del siglo XVI mencionaba el' robo de pape! de
49 ' uera del recinioe fi ~ los papeles, normaJ· fïsi archivos p~bh.cos, por eJemplo el del Cabildo de Quito, que por la poœ seguridnd
c~ de su ectific10, fue quebrado y robados sus papeles: .Relaci6n de Quito• de 15î3
•Noti ~ste problema en sico del oficio o de su t~bhca_do en: Pilar Ponce Leiva, ed.: op. cit, v. l, mim. 18, pp. 251-265 en pp. 26S-2&L
. c1a genera] d~ su enfoque ase, 1gualmente, Exp. 18.5.1699, AHQ, Oficios, 13: la queja de Ignacio Aybnr y Eslav11
aucliencias de E todos los .gcneral f
spana., 1726, BNch1vos Y ~a ue lratado or . s~b:e el rob~ de documentas de su casa. El robo de papeles del oficio por sus mismos
'Msij, 4368 Pcles Perte P . Santiago Agustfn Riol : 0 c1ales fue 1gualmente evocado, aunque en una época posterior, en AGT, &."Clib3nia de
Y 5991. ncc1entes a los consejos y Cé.mara, 914B, 5o cuaderno, pp. 237-251.
Capftulo 4
Trabajo, saber y profesionalidad

Quienes habian comenzado dando forma es~ta en el papel a palabru


pronunciadas oral_m~nte, acabaron cus~diando, _aparte del saber
escribir, un conocuruento de extrema rmportanc1a: los escribanoa
conocfan las formulas legales que daban fuerza y validez a las
decisiones tanto de los particulares como de los funcionarios publieos.
La importancia de su intervenci6n en los procesos judiciales, asi como
en la preparaci6n de escrituras, fue mas alla de su capacidad de
lectura y de escritura. Efectivamente, a medida que avanzaba el siglo
XVII su buena letra paso a ser Io de menos; 51 en una sociedadcada vez
mas burocratizada, los escribanos se fueron caracterizando por ser los
encargados de conocer las normas, formulas y procedimientos juridi-
cos. 52 De ellos dependfan no solo las partes legas, sino también los
letrados. En las visitas, por ejemplo, los jueces expresaban su opinion
de que el escribano era quien debia guiarlos acerca de los proœdi-
mientos a seguir y le consideraban responsable de la buena canaliza-
ci6n del proceso. Implicitamente dejaban traslucir su concepci6n del
escribano como la parte conductora y, en consecuencia, mas activa de
las actividades judiciales.
Corno guias y especialistas, los escribanos daban forma al sistema.
Su ciencia particular, compartida entre todos los miembros de la
profesi6n, daba al sistema su continuidad, tanto fisica como tempo-
ral: por su intervenci6n se conseguia que documentos redactados en
distintas partes y por personas diferentes parecieran similares, que
tuvieran, mas o menos, la misma lectura y fueran vâlidos ta.nto en su
lugar de procedencia como fuera de él. En los procesos judiciales eran
los escribanos los que garantizaban la similitud entre acciones de
jueces letrados y de jueces legos, de funcionarios experimentados Y de

61 Esto era verdad aun antes de la jerarquizaci6n de las escribaoîas, es decir, ante::
de que los escribanos dejaran, prâcticamente, de escribir, y encargaran a 5lJ • e:-cn·
bientes la preparaci6n fisica de los documentos. Sobre la divisi6n del trabaJO en l<»
oficios véase mâs adelante.
52 Sobre este punto véase, igualmente, José Bono, Historia del derecho · ·• op eu ,
pp. 15-23.
30 Capftulo 4

Trabajo, saber y profesionalidad


novatos. También se les utilizaba, entre otros fines .31
informaci6n cuando surgian dudas en el despacho co'rn~orno b5anco8 d
. . ente a e bas de votaci6n y de publicaci6n de las sentencias. Reœpt.oreede lu
Los escnbanos monopolizaban todas las actuaciones j di :
la sentencia, tanto en primera como en segunda instanci~· Claies hasta
f~ticiones, de la infoi:maci6n .Y. de ~as pruebas, su buena o mala
P luntad, su negligenc1a o su diligenc1a podfan retrasar o aœlerar un
que redactaban los autos, investigaban a los testigos Y · eran eUos )0g vo 56

informes. «Vehiculos intermedios por donde pasan al f::~:~ban l0g 0


p.rue~as _ldi~galeds, 1as razones, la confirmaci6n de los hechos, la
Cl6n Juri ca e 1os casos y cuanto constituye el pro
'to . d . ceso por
las
Posi.
:z proceso.
Los saberes especificos de los escribanos les convirtieron en peritœ
de todo lo que tuviera que ver con la escritura ~ los docummtœ:
reconocian papeles y fumas, atestaban su veracidad o falsedad o
mén s se sustancia, eterauna, falla, pronuncia y s t . cuyos interpretaban su contenido. A veces se trataba de una actividad
·
rmpo rtan cia
· en el proceso era rmponente.
· 54 en enc1a'» su
Los escrib constitutiva, pero a menudo era puramente declarativa y formai; en
struian la verdad legal a partir de los hechos v por este adn.os recon. to do casa ' servia para dar una garantia o una apariencia de garantia~a
d te . me io pod:
e rnunar, aunque fuera de forma implicita y sutil, los result~d tan
J•
los documentas a pesar de la ausencia de sus autores u otorgantes.
proceso, ya que, en realidad, controlaban tanto su trans os dei Corno detentadores de la fe publica, los escribanos acompaiiaban a
final. 55 curso coma su
los ministros y al persona! subalterno del sistema judicial y guberna-
A~arte. de su trabajo sustantivo a lo largo del proceso, los escrib tivo en sus diligencias, a fin de dar testimoruo autorizado de ellas. Su
se1:1~· igu~ente, como mediadores entre la justicia y las anas proxirnidad fisica a la ejecuci6n del derecho (acompaiiamiento en
rec~b~an petic10nes para tram.itarlas ante los jueces y comunicagartes; embargos, prisiones, pregones, diligencias varias, rondas, etc.) les
~~ISlones de éstos a los interesados. A pesar del acceso relativS: las transformaba, en caso de necesidad, en verdaderos colaboradores, ya
acil. a la persona deljuez, generalmente se preferfa la partici· . , ndte que, en estas ocasiones, solian integrarse voluntaria y espontaneamen-
escnbano Se recurri · ., pac10n el te en la fuerza ejecutora de la justicia. En algunos casos de resistencia,
agilizad . d l a a su rntervenc10n como una figura mediadora y
por ejemplo, los escribanos, presentes in situ por su tarea de testigos
proceso, e~ parte debido a la naturaleza escrita del
Proceso ,otanra toec1'vil coma cnminal pero oficiales, intervinieron a favor de los funcionarios reales. Emplearon
las capacidades de este sec ' n.o menos por una confianza en tiempo, esfuerzos y a veces hasta arriesgaron su integridad fisica para
controlar el ritmo d l tor profesional. Los escribanos solian que se llevaran a cabo actividades judiciales que en principio eran
e os procesos. Eran los responsables de fijar las
ajenas a la definici6n de su oficio (coma poner preso a alglin reo o llevar
a cabo una embargo, ambas responsabilidades, te6ricamente, de los
.53 Véase, por ejemplo, el anlilisis ue de . alguaciles, en los que el escribano era s6lo un acompaiiante pasivo).
•Dis~s penales y particulares d2i ob· este oficio hace Juan de Moriana en su obra Posiblemente, el pape) de los escribanos en las negociaciones priva-
de Just1cia de e5to5 reino5 de Castilla g ~~rno general Y politico del Consejo Supremo das no se lirnitaba a la preparaci6n de document.os notariales (su forma,
p. ~2. . Y 0 Yceremonias en él•, 1632, BN, Mss. 7467, su conterudo y su adecuaci6n con las exigencias juridicas), sino que
La et.ta ~~resa la opini6n de un autor .
~II 0 pnnetp10~ ~el siglo post.erior: •Discu an 6nimo, al parecer de finales del siglo
~~bu~~;~ ~tilll:straci6n de justicia 8 ue1~S::. ~n unf breve idea de los estorbos que
55 'I1 '88 • • 20.245(10) p. 4 oner os agent.es subalternos de los 56 En Exp. 27.9.1661, AHQ, Criminales, 4, una de las partes se. quejô de q~e. el
Méx:ic eresa. Loz~o Armendares'CLa ~riminal' escribano de la causa, Pedro Aguayo, se habia negado a comun.icar al Juez una petio6n
o, Uruvers1dad Nacional Aut6 ida.d en la ciudad de Mé · 1800 1821 suya y, en consecuencia, habîa embarazado su intenciôn en .el p~c~ Y habla c;ausado
~~~te;:eo;~esop~lito d~ VillaroeJ,n.o~e:e~:~c:· 19~7, en p. sa{'~~ta un -auto; una demora poco justificada en su desarrollo. Una queJa smùlar fue registrada,
posteriormente, en el acuerdo de la audiencia de .24.~1 . ~7.10 :. vé?se .Autos a~rdado.s
deben aplicar para sun c=c~~ . los cu~rpos de que !°~!:as que padece .la capital de
08
de la Real Audiencia de Quito 1578- 1722•, Anuano h.r.stonco 1uridico ecua.tcruma, v. 2
cuaJ las visitas a las car 1 si se qu1ere que sea ûtil pone Y remed1os que se Js
otros conocimientos de ::a
ec':i •se hacen al arbitrio de los a 1 ;ey Y al pûblico•) segûn el
(1971), p. 354. 'd
tengan, de modo que siendo 1 :i;:; n.i de los reos que la escnbanos, .sin tener los jueces
57 En Exp. 10.7.1674, AHQ, Criminales, 5, el escribano fue requen o a reconoccr un
escrito de apartamiento y dar fe de él. Su especialidad era similar, en este .asJl<-"'.LO, ~ 111
a?toja, .l'. dejan en Ja prisi6n a los ~tros Y. arbitradores, ~~~los esc:ibanos quieren que de los maitre· écrivains de Paris: Christine Metayer: •De l'école au ~a lat de JUStlf ·
d1chas Visitas a otra coaa que a~ c .no tienen empei\o 0 d ' en en hbertad al que se les l'intinéraire singulier des maitres écrivains de Paris (XVIe-XVIIIe SJèclcs)., Anna es
acto de Plll'a ceremon . inero; Y no reduciéndose las ESC, année 45 (1990), pp. 1.217-1.237.
18 .• ,,,,
32 Capflulo 4

determinaba, igualmente ' e1 hec bo nusmo


. de h b
entre las partes o una voluntad unilateral d a er habido un acu
ta) como un testamento. El conte 'd e otorgar un instru erc10 Capi'.tulo 5
fre~uencia se debian, a menudo ~ ~ r~alde las. ~cciones,
asi cornento,
Preparaci6n y examen
gwaba a las partes les a d b ' mtervencion del escrib rno su
explicaba las ventaj'as leg~ ~ ll~gar
a a a concretar su neg que ~o
El escribano era, frecuente~::~
ucidas .por la intervenci6n on:o o .les r. La adquisici6n del saber y su naturaleza
esperaba a que sus clientes con ' un BUJeto activo, es decir tana1.
lilguraran por sf solos sus posibU~due no
La preparaci6n del escribano se basaba en el ejercicio mismo del
derechos y voluntades s· oficio. Los futuros escribanos in.iciaban sus carreras, generalmente,
tivos. 58 , moque es asesoraba en los trSmite i ades,
s prepara- trabajando como escribientes o como oficiales menores o mayores de
un oficio; como ayudantes de un escribano titular aprendian de su
trabajo tanto las reglas, las f6rmulas y las leyes sustanciales de la
materia como el comportarniento profesional debido. Se consideraba
que una experiencia de ~s a tres aj!_os en uno de Ios oficios era
suficiente para poseer el sa6ërylaPractica necesarios.
Desde este punto de vista, no era necesaria la identificaci6n entre el
lugar de aprendizaj~ y el futuro puesto de trabajo. Un oficial del oficio
publico podla ganar luego la escribania de provincia, un receptor podia
postular a la de camara, etc. Tanto en los estudios como en el posterior
ejercicio practico, en Quito no se distingufa realmente entre los
diferentes tipos de escribanias: se consideraba que si alguien era habil
y capaz en una, podla manejar también todas las demâs. Bernardo
Espinosa de los Monteros, por ejemplo, fue aprendiz del receptor
G6mez de Aguayo antes de conseguir el oficio de provincia. De la
misma manera, Francisco Manuel Calder6n era oficial mayor del
oficio publico antes de hacerse receptor y, mas tarde escribano del
cabildo.
El saber, sin embargo, no tenia que ser necesariamente memori-
zado ni incluir respuestas para todas las posibles preguntas y
situaciones. Después del tiempo de estudio y al margen de éste, los
escribanos quiteîios solfan recurrir, ademas, a otros medios de
aprendizaje. Tenfan a su disposici6n, en caso necesario, un archivo
entero, lleno de ejemplos de actuaciones que podian imitar o mejorar
y de los cuales era posible deducir las soluciones a ciertas dudas. Era
comun, igualmente, pedir el consejo de un colega con mayor expe-
riencia edad o consultar los documentos archivados en otro oticio.
0
La dependencia de ejemplos viejos para redactar los documentos
6
~ WtJIU;, por <-j<·m J nuevos dio Jugar a una permanencia basics de f6rmulas y estroctu-
~énoiL dt, 'f'ronc ,. Po, ·fran-Puuf PtJÎijlf-On: •N
, ot11rout. él.elmont.uli~
, ras. Sin embargo, siempre hubo lugar para pequenas correcciones y
,J59. Y , t lkln forrnululrn. ' 111.io irr•,
, cr:o11()111iP Hodétt 'R uu XVJbmo 'é
' v. 3 ( 1982), pp~~~;~ mejorarnientos que, a través de un proceso lento y an6nimo, fueron
34 Capitula 5
Preparaci6n y examen 35
perfeccionando los documentos : cada uno era s . .
los anteriores. 59 urular, Pero no . la procuraduria; el Ultimo de ellos era, al mismo tiempo,
. , tgual
Los escnbanos recurnan tamhién a m al a acced~rd:l Real Fisco. De trayectoria similar, Miguel Ortega ejerci6 de
, r ul . anu es pra t· age\ano receptor entre 1651y1658, y compr6 el titulo de procurador
man iorm anos de escrituras y otros do c lcos que
· ifi d cumentos y e l" COnte. escn , ero en 1658, 62 igual que su companero Tomas Suarez de
s1gn ca o y de sus posibles variaciones. Se tratab xp t~acionesdes
por Io. ge~eral, por personas de su propia profi .6 a de libros escritosu d~ nm;;a El mismo camino fue hecho al revés por Francisco Diaz de
F1guer
Asta za y. Pedro de los Reyes, qwenes
. . do procurad ores compraron
sien
expenenc1a en el ejercicio del oficio 60 E es1 .n que relataba •
formaron parte, al menos de las b"bli t. n Quito estos man n su o~cios de provincia y publico respectivamente. Otros procuradores,

Bravo de Pereira (escribano de câ.m
l o ecas de l
ara,
) F
·
. os escnbanos Lor s
ranc1sco n· . .
ua)e
enzo
:U
10 Juan de Morales y Andrés Munoz de la Concha, obtuvieron titulos
0
gro (.recep to r Y escribano publico) y Amb . iorus10 Monte ~: escribanos reales sin haber ejercido nunca aquella profesi6n. Pedro
(escnbano real e inte · . . ros10 Rueda del C ~e. Zurita trabaj6 de escribano y de procurador de forma alternante
Otra d nno en provmc1a, cabildo y publi ) 61 arnp11lo
manera e acceder al c . . co . durante mas de dos décadas ;63 la prâctica y el saber que se necesita·
oficio de escribano era el e onoc1miento necesario para e. ban para ejercer los diferentes oficios de pluma se consideraba Io
En realidad, habia ur/dep:f~~=n o~os. oficios considerados s = : el suficientemente similar como para permitir que el ejercicio de uno
tanto a los escribanos .ro es10nales «de pluma .. I u . e~. conllevara la experiencia necesaria en otro y viceversa
64
agentes del Real Fi Y sus ofic1ales como a los proc 'l' qd e mclu1a La posibilidad de aprender la materia del escribano sin acudir a
les. El movimiento dsco y los de la protecturfa general duerla ores, los escuelas ni leer, necesariamente, libros, no se cuestion6 en la época
dir . e una ocupa ·, os natura
;cc1ones. Francisco Rueda Sala~on; otra :ra continuo Y en amb~ estudiada. A pesar de ser un trabajo de carâcter sustantivo, relacionado
Y ernando Rodriguez Lepe eran to~'os ~~~albe Gregorio. Alarc6n Tofuïo con un contenido legal y de alta responsabilidad e influencia, fue
c1 es de escnbania antes de considerado como una técnica de tipo artesano mâs que como una
ciencia elaborada, abstracta y de dificil aprendizaje. Esta concepci6n
59 $egû.n Juan Antonio Al .
permiti6 limitar la preparaci6n de los futuros profesionales a la
notanaJ. eran proyecci 6 eJandre Garcfa (op .1 imitaci6n; aunque se creia que hacia falta cierta dedicaci6n e inteli-
~po del derecho. Lo n d~l ars dictandi (arte d;'r~d p. ~ 9 3) los manuales del •arte gencia para poder adquirir el conocimiento debido, se separaha,
erdaderos tratados di~ n -romper la imitaci6n a~6n de documentas) sobre el
pr~ptos de la teorîa norrnros en los que estaban se • de f6rmulas : constitulan conceptualmente, la preparaci6n dicha «técnica" de los escribanos, de
~ona del ritmo de las' frases ~ de composici6n Y dis::e~~~tes las reglas de gramatica la comprensi6n verdadera del espiritu de las cosas, no exigida ni
"":~~ profesion.al, as! comoc=). Se destinaban a~·~ n l6gica de las f6rmuJas y I~ considerada pertinente para este oficio.
escribie::::,; ~Jemplo, Diego de ruarlos en su trabaj~ c!~'.11° a los escribanos para el De esta manera, por ejemplo, el saber notarial fue clasificado como
edici6n d ' nd, Real Acad · vera, op. cit · Anto · •ano.
manuscri~o~efa de Zamora Y~m•a. Espaiiola C~neo :•ode 'lbrquemada: Manual de un dep6sito de respuestas a problemas materiales concretos y como una
notariales. s~o fecha,.CBN, Mss. 9~~o ~amora Vice~te· J~ Boletin XX!), 1970 [1574] fuente de reglas sensatas de aplicaci6n de instrucciones consideradas
Jurid.iros, i9 47
xvm"
Formular;,; ,.,:·::,~:;to del siglo c~';:?ulano de ~and~ Gu.r;al: Arte <k escribir,
~klla"° del sig't,, xV M.ss. 8-4 529 )· LJ~dic1aJ e instrumentas
de por si faciles de lectura y de comprensi6n. Se pretendia que en el
Antigua JUg~ 0 SV! Gonzâlez Cru • Madrid In '.Y U!Ba Cuesta Gutiérrez: ejercicio de su profesi6n el escribano no necesitaba interpretar ni
y
Alejandre Garcr:c:~;OO-JBOJ), Huelv~ (~s~riballOs no~!•t~to NacionaJ de Estudios valorar los preceptos del derecho. De esta manera, a pesar de la
V: 2, nùm. 2 (1977-1~~denotar1aylosr.ruversidad de s:·~s en Huelua durante el similitud entre el conocimiento exigido de facto de los letrados Y de
na! .· .. op. cit) incl ), PP. 189-220) orrnularios. Re .Yllla, 1991), Juan Antonio
E 61 Véanse io~ inv~~~en ~us obras se;~o~e Lujâ~ M.::! 0
<k historia del <krecho, los escribanos, se concebia a estos dos grupos en una manera total-
L:P· ~.11.1729, Testame~:a: sus bienes en\; ibliografias d~o~! ~·La literatura nota· mente distinta: los primeras tenian la obligaci6n de razonar y, en
•Es~t corn~leta era la biblio~ y Exp. 6.10 ~~· 3.11.1673 AAQ o~manuales.
sobre couras e or~en Y Partici6 de Mont.ene" 36, 3a Noi.:irra • sta.menta.ria, 11,
MelgareJ.!r;~s P~tUcos, un libr~ d~el Cuenca., fo~· 1te inclura l~ ~· respectiva.me?te.
ro • ro manuscrit.a t" eyea Penales • ros de Rive ueva Recop1lac160,
AGI, Quito, 42, miro. 12.
62
63
Su declaraci6n en AGI, Quito, 41, miro. 22.
•tulado •inst~ un libro de esc;a sobre escrituras y El mismo fen6meno fue detectado en Huelva durante el siglo )..'VITI ; vés~i' Dnvid
64
Cc1onea de es .t•turas cuyo autor era
en uras ... Gonzalez Cruz: op. cil., p. 99.
Preparaci6n y examen 37
Cap!tulo 5
36
'b os al explicar por qué incumplian algunas regl.aa,
consecuencia, necesitaban adquirir un saber te6rico del derech . l LOS escn ~udo la existencia de una costumbre o prâct.ica oontra-
segundos eran tratados como simples ejecutores y su conocimie oto OS 81egabail a .m;ad entera o en su oficio en particular. Mas allé. de la
limi~ba a un cierto tipo de arte considerado estrictamente funci~nalse ria e~ la~:za de la costumbre en el derecho castellano e indiano, y en
vocac1onal. 65 1 Y cono~da derecho notarial, la prâctica del despacho llego a formar
Esta apreciaci6n, que hacia a unos,ofi<ios mâs..no~ que otrosJ er espeCI~ en e1codigo completo de actuaci6n. Su fuerza legal proœdia de
normal en una época en la que la sociedad estaba altamente jerar ~ en ~uilto ~n en los contratos de compra y venta de las escribanfas.
zada y en el seno de la cual habla que definir siempre la situacio q~i­ sil 1nc usiomados en el mismo titulo otorga d o al escn'bano como parte
cada miembro en relaci6n con los demas. Sin embargo, con inde n e ~stos, ~1~:l mismo, solian incluir una clausula de apariencia banal.
dencia de estos criterios, no cabe duda de que la se:Q!J.raci6n ent;enj integrd importanc1a . pnmor
. ' 1a eu al e1 nuevo encargado
dial , segun
saber de los letry.dos y_ el de_los escribanos-era mas .ficticio q;~ pero , ede sus facultades de la misma manera que Io habian hecho
Tanto unos como otros dependfan, en su ejercicio dfario, de ïêiaprendid · llSana tecesores. Destinada a asegurar la continuidad en el oficio,
en la practica; y tanto unos como otros podfan entender o no entender ~ sus
. lianitamente daba vigor
- a dic10n
- al a 1a prac
, ti' ca, aun cuando fu era
fondo de las cosas.66 En.~ui~, por lo menos, l~ postura social de la éli~ ~l p le simplemente poco deseable. Aludiendo a sus derechos adquiri-
1 ega 0 1 , - 1 rib . -
no mantuvo una relac1on directa entre la importancia verdadera dos, de los cuales formaba parte a practica, os esc ~os qwtenos
ce~emonial de los diferentes oficios. Mientras que los escribanos er/
qwenes d~ban forma~ continuidad al mundo legal y controlaban tant~
rechazaban las acusaciones de las autoridades locales, qwenes a su 67 vez
aceptaban, a menudo, el predominio de la practica sobre las_le~es.
la memona como el ntmo de desarrollo de las acciones, los letrado La prâctica y el conocimiento formaban parte de la espec1alidad de
m uch. o menos activos
· en este aspecta, gozaban de una posici6n en 1s, los escribanos y de su orgullo profesional, persona! Y de gremio. La
cilsp1de de la pirâmide. a acusaci6n de no saber los deberes del oficio era, en consecuencia,
La P'.âc~ca dfaria de los escribanos no era solamente una forma de particularmente odiada y rechazada. Llevaba, a menudo, a confron-
apre~diza1e. Fue reconocida como una fuente de creaci6n de normas de
taciones entre los escribanos y el publico al cual prestaban sus
por s1, capaz d.e_ crear derecho tanto por falta de preceptos legales corno servicios. Especialmente dolorosos eran los enfrentamientos con los
en contra~enc1on de ~~os. «Forma y pragmatica•» es decir practica y ley, demâs miembros de la administraci6n de justicia, particularmente con
er~ los pilar~s tradic10~ales de la profesi6n; y, en gran medida, debian
su parte letrada (relatores, abogados y oidores). Solian ser publi".°5,
su rmportanc1a compart1da a las circunstancias hist6ricas es decir al durante las audiencias los remates y las rondas, y de ellos salian
perdiendo los peor sit~ados jerarquicamente hab!ando, es d~ los
hecho de . que la regulaci6n legal procedfa de la pr...1. ct'.1ca y no ' a1
escribanos. En algunos casos sufrieron humillaciones pu~licas
~ntrano : la costumbre iba hacienda el cargo en ausencia de di ._
cranes concretas sobre su contenido. sposi J
descrédito tanto en su honor personal como en su fama profeSJonal.

65 Pablo Morajanaba desarroll6, en un manuscrito del


sante en contra del. prestigio creciente de la experiencia· .ri· . .
ll;na pol~m1ca mtere-
de los de su profes16n y contra los plumistas llamados · a ciencia vmdicada a favor
Mss. 11.038. Sobre la pugna entre ciencia y e . c?munalmente corbatas•, BN,
Marin: •El dilema ciencia experiencia en la selec:e~e~ci~ ~éase, José Maria Garcia
cial pûb.lico en 1.a Espafta ~e
0
los Austrias•._ en Actas del .TV_ symposium de hist;:,iae
Inst1tuto. Nac10nal de Adrmmstraci6n Pùblica 1983 de la adm1mstrac16n , Madrid,
escri~anos ge~e: ~u!;:~
1 ~· 6l-280; Y en su libro lA
2 67 Esta fue , por ejemplo, la respuesta de los en la vifilta
cho den~
burocracia castel/ana bajo los Au.strias Sevina ' In8 t't'
0
de Le6n (1691-1692), cuando el visitador les eiagi6 exponer los lib";j'
curadurias: alegaron la costumbre general en. la ciudad y en·~~ pro;;: m~-:. prncuca
de Sevilla, 1979, especialmente en pp. 159-19Ô. u Garcia Oviedo - Universidad
66 José Bono y Carmen Ungueti-Bono (Los prot
descubrimknto, Sevilla, Junta de Decanos d~ los ~~Io~ seuillanos de la época del
tenerlos, asf como su 1gnorancta de la eXlgencrn legal, produc1 po
Colegio Notarial de Sevilla, 1986, pp. 27-28) llaman ~08egios Notariales de Espafia - con;:~:~e, igualmente, el capitulo sobre el control de los escribanos.
citan a Stintzing que les calific6 como •semi-letrado~ •. notanos •juristas practicos• y
38 Capitulo 5

Il. La prueba del saber: el examen Preparaci6n y examen 39

~l grado ~e especializaci6n y de saber exi .do Esta voluntad real de centralizaci6n parece esconder, en parte,
importanc1a como detentadores de la fe ~1 · a los escnban
aprendizaje fuera de carâcter incontrolad pu ~ca? y .el hecho qos, su.
consideraciones econ6micas. Algunas cédulas induœn a pensar que el
convencirr:~~: ~c1r ni:~
ternor principal de Madrid era la frecuencia de nombramientos inte-
prue?as oficiales, llevaron al sm titulos su. rinos, necesariamente hechos por los virreyes o presidentes. Los
rantiza: los. conocimientos de los que se em leo b e que habia que ras interinos, decîan estos textos, no solian ser gente cualificada (es decir
fin se mstituy6 una condici6n si p a an en este oficio Aga. exaroinada y probada); incluso se argumentaba que una escribania
pretendiente debia pasar por un exne qua non, seglin la cuaJ. taJ vacante era de menas perjuicio publico que el ejercicio de una persona
de u~a escribania. 69 El deseo inicial~ecn antes de acceder al ejer~~~a poco babil, cuyas actividades pudieran hacer cuestionar la legalidad y
Yexamenes en Madrid de'o as en~r~ todas las candidat cio la confianza en las instituciones. 72 La preocupaciôn verdadera, pocas
cual cada audie . 1 p o a una amb1c1on mas factibl uras
ncia se encargaria del e, segûn 1 veces abiertamente confesada, era, al parecer otra: el nombramienw de
su propia provincia. Sin embar . ~~arne~ de los pretendiente a interinos, al contrario que la enejacion del oficio en propiedad o en
~::n~
A .
~~s la seleccion por l;~u:~i=~::~~~urocracia
obligaci?n de rec~b~~
central en
arrendamiento, no suponia ningll.n ingreso para la Hacienda Real,
puesto que aquellos no pagaban ni el precio inicial por el derecho de
73
unque era relativamente f' il . ejercer el ofi.cio ni necesariamente una parte de sus rentas.
por quienes hubieran pasad ac conseguir el visto bueno de M drid El examen propiamente dicho, sin embargo, fue responsabilidad de
(compra Yexamen) la Monao ya, porl las etapas anteriores en Arn~ . la audiencia durante todo el siglo XVII. En buena logica, debia
de una · ' rquia a ego con tin nca
exigencia necesaria movid uamente que se trataba examinarse a todos los candidatos al oficio antes de iniciar la negocia-
preparacion de los candida~s . a ~or el deseo de controlar el nive! 1
su propio discurso, confuso
afirmaciones. Dicho dis
:i
sm nm~a otra finalidad. Sin emba[ a
y go repet1tivo, ponia en tela d . . . go,
cion sobre su precio, para asi averiguar de antemano su capacidad para
presentar posturas en el remate. Esta idea, adoptada por la Audiencia
real curso consti tuia e Jmc10 tales de Quito durante la década de 1680, fue luego rechazada por temor a
~s que se consideraba hab, una reaccion fren te a privil . sus efectos economicos. Corno alegaba el fiscal, un examen obligawrio a
audiencias D b l . ian usurpado los virr egios
taba cont .1 ~a a rmpresion de que la ad . . eye~ y presidentes de todos los candidatos podria incrementar sus gastos e incluso baœr que
fueran d:o ar .esb delapeninsulaelterrenodnuruistrac16n central inten- solo algunos - o, peor all.n, solo uno de ellos - fueran clasificados como
escn anas fu d e os nombra · t capaces. Esta significaria que la usual afluencia de pretendientes
ejecucion de los ofi . Ier~ e otros oficiales - ~en os en si- desapareceria y, en consecuencia, no habria buenas posturas ni buen
cws Y a 1doneidad de 1 Y no solo la buena
os pretendientes. 71 regateo. El precio bajaria y la Hacienda Real acabaria siendo perjudi-
69
er El e~en fue regulado en ln n ___ . cada. 74 En virtud de esta consideracion, la audiencia volviô a su
P o su ongen es castellnn """"P'lacion de lnd ' prâctica anterior defexaminar solo a quien salia ~~dor de la subasta
~~~ili~~d, legalidad y sufici~:C;!n:ror al. siglo ~f8 ~~el Li_br_o 5, titulo IV, Jey 3,
acue ~ ula renJ acompaiiada de U:: cand1~ato el examenmo uruca garantia de la
1o'Los ~~-la audiencia de 1638 Autoauto Vlrreinal, inserto aparece mencionado en
a o igac16n de recib' ' s acordados s ambos en el l'b d
muchos problemas 1 ir -o, mejor dicho de . 'r·: op. cit, pp, 45-47 ' ro e
escrib a os pretend1entes S ' con trmar el t ' .
Quito)a~o que no Io presentaba en los téu defecto Ruponf~ el itulo en Madrid caus6 interinos. Otra copia de la misma cédula se encuentra en AHQ, Cedulario, 2, libro de
confir.:ia~~ ~P:~ 0,:~ e~rcicio y su es:~na~r~~c~dos (por Io ~:~~r:7 el ejerci?o: el
6 1
1601-1660, miro. 306, p. 307. Véase, igualmente, cédula de 1.9.1638, AHQ, Ce<lulano.
por ejemplo en céd a e ante. La obligaci6n d ec arada "Vac(a, S cuatro anos en 2, libro de 1601-1660, nlim. 184, p. 204 .
a la Audien~ia de Qlas ~e 4.11.1665 y de 26.3. 166~ odhten:r un tlt~Jo ob:1 el titulo y su 12 Cédula de 4.4.1652, AHQ, Cedulario, 2, libro de 1601-1660. num. 480, p. 475 )


11 Un e'em Ullo. AHQ, Cedulario 4 nû ' ingidas direc re fue evocada, cédula de 26.4.1653, AHQ, Cedulario, 2, libro de 1601-1660, nlim. 512, p. 507.
num 139 ~ f
7~
1 de este discurso es la ~d
1 rr:i
8
· 229 Y 269 ta Y exclusivamente 73 Véase, por ejemplo, cédula de 15.1.1650, AHQ, Cedulario, 2, libro 1601-1660,
del e~am~np~I d -l 74 ,quenohacedistinci6nuv:r e -ll.16Û
22 num. 448, p. 444. Se podia exigir a los interinos dar una parte de sus ingrcsœ del
Ios escriba~os re~lp~°.Z;rol
llocnl sob:e el ejercicio g:1era ~n_tre ~l C6dices, 715B,
a as autondades que los noos o ic10s, el de laema del tftulo, el
ejercicio del oficio a la Gaja Real. Esta practica, sin embargo, dependia de la volunt.ad de
la autoridad que nombraba a los escribanos interinos; se trataba, pues, de un ingre.."'1
mbran y cl dei dependencia de que no era ni fijo ni seguro.
nombramiento de 74 EJCP. 12.2.1695, AHQ, Oficios, 12.
40 Capftulo 5

Preparaci6n y examen 41
del oficio, celebrada con antelacion 0 .
escn'bano de Su MaJestad
· sin pretend a qwen q uena · saro- t·
El examen se celebraba en la Sala d Aer a una es 'b _, ituJ0 l cual un pretendiente no pasara el examen. No sabemoa si e&to
cri ania. de casoen e
1 t'll
P an 1 a entera del tribunal inclw'do 1fi e cuerdo • en Presenc1a
· d be a que no se han conservado estos docwnentœ 0 a que
d . • e sca1 Te • 1 d se d ederamente no existieron. La primera posibilidad es m.U que
espues de reconocer la letra del pretendie . te rua a fonna sigiu e la ver a d , .
preguntas sobre los distintos mom n ' se procedfa a h ent.e: hable ya que los autos e 1os examenes se conservaban. pnncipaJ-
proceder en él, y el significado legale~~s d~l proceso, las fonnaeerJe pronte , como parte justi.ficante del titulo de escribano y no de forma
me
ras. Los autos de los examenes de Q 't vanos documentos Y e as. de independiente: si hubo cas.os d~ fra~.es ~r~bab~e .q.ue quien acabara
que esta. Sin embargo segûn b w o no revelan mas info scntu. 00
teniendo el titulo no tuviera mteres ru qwza pos1bilidad de conservar
para los exâmenes l~ sa emos P?r los manuales de pr l"Illaciôn Jas pruebas del examen. De todas formas, la posibilidad te6rica de Cailar
deseadas eran de ~at ~eguntas pos1bles, asi como las eparac1ôn en el examen estaba presente tanto en los manuales de preparacion

~~:~ l::::::n~s~~:: ~fa!~:~: ~eal::::~~el:s;~~~~~


como en Ios libros de practica de los tribunales peninsulares. En el de
Navarra, por ejemplo, se mencionaba la existencia de dos respuestas
::argo bde bienes y eilictos de re~:i:;:bt, rle~las de soltura de pre:s
concebibles del tribunal frente a un candidato inhabil: si el fracaso se
ro so re capacidade . . . . ne wan, ademas , debia a un problema de naturaleza remediable, el tribunal debia llamar
menores de ed s Jundicas de diferentes ' un apartado aJ pretendiente y avisarle de su parecer, dandole instrucciones sobre Io
proceder el trib:!~e~cl~vos y pobres) y sobre ef :so;as (por ejempJo que tenia que hacer para presentarse de nuevo al examen y pasarlo con
de escriban ac1a cada una de ellas 75 E to o o en que debia éxito, cuantos <lias, meses o a.iios le hacia falta estudiar y qué materias;
os aparte d _ · s s mis
maneras d ' e ensenar f6nnu1as mos manuales cuando el fracaso era de caracter irremediable, como podia ser la falta de
nes legalese =~~en orden los archivos e;uregla~ de escritura y idoneidad fisica del pretendiente (cuestiones de limpieza de sangre ode
parte del saber c1 ~ del derecho, por estim mera an las provisio- fama familiar, por ejemplo) el tribunal encargaba a su secretario que
los tipos de ctaU:~cesano Y exigido a los de su ~r qu~. constituian una comunicara Jas noticias secretamente aJ candidato, cuyo acceso al oficio
los tipos de escrit as cons1deradas ilegales 1 p ofe~1?n. Mencionaban quedaba bloqueado para siempre. 77
Solo quienes ob':::· la potes~d de otor~a~:;tndic10nes imposibles, El examen, pues, no solo servia para fines profesionales, sino que se
examen Podian an la cons1deraci6n d rumentos, etc. entendia también como una ocasi6n para verificar la adaptaci6n def
del oficio de escn?broce~~r al juramento y; e e «suficiente y habiJ,, en el candlcî.ato a las exi.gencias leg_ales de edadY:ŒiWofamiljar. Se ponia un
ano · s·ID em bargo n • n consecuenc1a,· al eJercicio
.
' o conocemos de Qu1to. ni un solo énfasis especial en quélos escribanos fueran calificados de •limpios de
sangre» y que pertenecieran al estamento espa.iiol, fueran peninsulares
75 Por eJemplo · C .
causas civiles Y cri ":'1•lla Y examen de e . o criollos. 78 Repetidas céduJas insistieron en que mestizos y mulatos
semejanU, asunto B~nales, ordenanzas SCnbanos en que se co . eran gente de «poca satisfacciôn» y, en consecuencia, inapt.a para
abogados era muy . '.f'188· 12.958(3) EÎ · ~ue PUeden servir ntienen t.odo género de ejercer el oficio. Madrid encarg6 a la audiencia local que velara por el
dos pûbücos. VéanS:m' ar,_si se comp~ransa er elc:Îgido tant.a a tara los que hablan de
5

Œsti'? legal matn1e',:',.~r;:empJo, manuaJe~o~ manuaJes destina~s escnbanos como a los cumplimiento de esta regla, argumentando - con razôn - su incapaci-
r,rilcticas Judlciales, su ~ adn~. lmprenta deeL,bogados como el ~s ~~ada uno de estos dad para averiguar el origen de cada candidato antes de confirrnar su
o~ulanos de fndias. , libr ord1nana, ejecut1va !omo_ Espinosa ~791ego Pérez Moztin titulo. La negligencia o la falta de cooperaci6n de la Audiencia de Quito,
Yéase, por eiemplo e o manWlento an6ni y cnm111aJ, su in ' ~) o •Apuntes de
~e cab1Jdo en 1627: AMQ ~xamen celebrado mo Y sin fecha e si;"1c•a en procesos... al menos, llev6 a la Monarquia a exigir que cada petici6n de confi.m1a·
ere~bo .. ., op. Ctl P 22 scelanea, 00095 a Diego Ros Urb n N, Mss. 20.258(28).
cons1stfa en la red~J(, B--238), el exame ' 1:J'· 9-17. Segûn J"· escribano pûblico y
ras, probablemenu, co n Y extensi6n anu, 1n e los escnba osé Bono (ffist.ona del
~scrib/nos catalanes r:ee~~~~iones verba~: e.::,~minadores ~~s pûblicos en Castilln enteramente oral; véase, por ejemplo, AGI, Quito, 38, nûm. 43. Une pnictica ~imiJAr"
doarce ona en el stglo XVIII Bo en: Raimon N re su COnl.eniduna o varias escritu- la de Ca~tilla fue seguida en Navarra, segûn se desprende del libro sobre la prlictie& en
cumentos QW!ênos, sin e.:iba arcelona, Colegi~~era de Guzm~· El examen de los aquel remo: •Ceremonias y estilo de los tribunales del Heino de Navarra•, BN, ~fa'.
rgo, deJan entend 0 tariaJ de B n : Los notarios de 9901, atribuido al oidor Jeloaga el viejo, siglo XVII, pp. 88-89.
er Que se trat!~:elona, 1978. Los ~~ Ceremoi:iias y estilo... ibid. .
de una prueba Los motivos de tales regulaciones se tratan , parcialment.e, a continuAci6n.
42 Capitulo 5 Preparaci6n y examen 43

ci6n de titulo viniera acompaiiada por un certificado de ha ber,.,,_ . el examen,. re tirada su aprobaci6n, le oblig6 a
· 'al
con las ex.igencias estamenta1es y racr . es, an t enormente ~""' 11 Phdo
implicito e t davia por 62 1 J tad
~resentars~
asado o la prueba. buenas intenciones y a vo un
el hecho mismo de aprobar al pretendiente en el examen. Est.a n n
. tampoco fu e respe t a da. 79
instrucc16n Ueya
a las reiteraciones, las es repetidas se desprende que !a
A pesar e . mas cédulas tantas vecfi . de escribano a personas sm
las mis
:xame~, aparte de .verificar los conocirnien!()a . · · del o cro d te
~~stu~bre d~ ~=n practicand~~~ ;:al
La tercera funci6n del gia de ·tir el eJercrcio Quito aJ menos uran
y el estamento, era, segun el discurso oficral, la de garantizar sigui6 segÜn la cual al castigo
8 1
escribanos un cierto margen de libertad en el ejercicio de su oficio. ~ titulo real m ·~d del siglo XVII. La sanc10 'bano~
sin tener el titulo o el
esperaba que quienes habian merecido su titulo, conseguido JlOr la primera m1 ue retendieran ser e~~ aftadia la nulidad de los
p tilizaran sus servic10s) se fu uficiente para
p~en
méritos propios, no se sintieran obligados frente a las autoridades rsonal (a los q
locales. Tanto el acto oficial~de rueba y no de merced, coma la
y a los que u los no titulados, no e s
e redactados por 83
necesidad de una confirmaci6n prOCëdente de la metr6poli,dcl;"îan documentas t ' .on de estos casos.
evitar la repe ici
ase~ que l~s escnoanos s6IO obedecie.:._an ~ la verdad:
• ... como los tales personas asi nombradas (por autoridad local - nota de
la autora) no los tienen (tftulo y examen - nota de la autora), se alteran
muchas cosas en diferente forma del verdadero hecho: y cuando por
alglin casa accidentai se pierden las informaciones, y demas autos, y
escrituras que ante ellos han pasado, queda la verdad de todo perdida, y
la relaci6n de Io cierto en s6lo una persona, que es la que us6 del dicho
oficio de escribano, Io cual como depende del ministro que le nombr6, se
halla obligado por el respecto, y gran satisfacci6n de tal nombramiento,
con menos libertad de la que en semejantes casos se requiere, para
mformar de la verdad de todo, ni para que las casas judiciales, y examen
de tesl!gos, preguntas, y repreguntas que ante él pasan se hagan, y
actuen, como conviene, y esta dispuesto por derecho ... • 80
. Las autoridades, tanto metropolitanas como virreinales y locales,
tnU:ntaron~filrar el cumplimiento del examen, aunque no siempre
tuVJero~ éxit.o. Hubo ocasiones en las que se admiti6 al ejercicio a un
~ei:en~ente antes de que cumpliera con esta obligaci6n a veces debido
. sunlp e e rror Y no necesariamente a la mala voluntad En 1676 por
eJemp o, e1 cabildo de Quito s di · · · ' d
'b 1 . e 0 cuenta de que habia rec1b1do e
escn ano a capitan Andrés de Peralta, a Pesar de que éste no habia

?& VéaJ1e, J>Or •iemplo, cédulu de 7 6 162


~ula d1, 22.ll.1621 citada en ·la.de 9\~~-:· ?6diccs, 720B, nûm . 58, pp. 87-88.
1660, num. 307, p. :J07. Hubo innumtrahl~ · 46. AHQ, Ccdulario, 2, libro de 1601-
8
H{)

décadn de 1660, uidllH si~'llicndo el mi• 0 céduiait a ea(-0 rcspecto cnLrc 1621 y la
pr_imera_cédula. Véansc, por r:jempJo, nû'::, 8 &~famtnto
Y hacicndo nlusi6n cil.ando la
hbro, o AHQ, C•dulario, 4, nu ms 2 9 2 2 6~80
d~
81
mosmo Y 512 en pp. 444, 4750y 507 en el
_ EsLo se dcsprGndc de ltt rep(:Lici<În ' •n PP. 243 y 283.
Pllrl1~l11r 1
duranLe Lodo el siglo XVII. Yétta . ;• decrctos y los cédulos sobre esLe . de cabildo, OO Il 4 ·
de 1636 y 1638. "· Ulos ncordados .. . , op. cil, pp, _ 7, s2 Cabildo de 21.4.1676, AM~eS~~S
et.aria general,
en ARN. Llbros
C6dices, 7218, n tim · 2 • pp 2-3.
45 4 83 Véase, igualmenLe, cédula
Capitulo 6
El oficio del c1:1cribano

!. La organizac1611 del ofic10 )' la ditJi, ion de trabajo


Aparie de ser oficialcs de curà~l·r publico, lod . ribanos . ran
estros de sus propios bufcles. r~n un proce.so e J •rarqu1:iac1 n
:,~ccializaci6n crecicntos, quienc.•1:1 pn la E~ud M ~ia habian do
autores rnateriales de los documcntos y rcgi tro bajo la protecci n
y vigilancia de otros, fueron udquincndo un i;tatu uperior, delegan-
1
do el trabajo material en sus ayudantc:-<.
El oficio de un ei<cri bano const.uba d un local, por Io g n raJ una
tienda ea alquiler, y de un archivo. En l tntbajuban un oficial mayor
(jefe del despachol y algunos oficialcs mcnorl'>< o •scribi n
podian ser aprend.ices, de iure ode facto, o simplcmcntt! profi ional
que preferian un empleo subalterno a la poscsion d un d pacho
11
propio o que no podian costear el scgundo."
Dentro del bufete habia una d.ivisi6n del trabajo claramente marca-
da. Los escribanos no se ocupaban , normalmcnte. de la preparaci6n
material de los documentos: daban instruccione y ôrden a ua
ofi.ciales, quienes se encargaban de la tarea de c cribir. En algunoa
casos se trataba de una informaci6n genérica, que pennitîa - o incluao
obligaba - al oficial a emplear sus conocimiento y u diacreciôn.
depend.iendo de él no solo la ejecuci6n sino también la redaca6n del
documento. Otras veces el escribano d.ictaba literalmente el texto al
ofi.cial, reduciendo a éste a un simple receptor y ejecutor.
En su trabajo, los oficiales de pluma se apoyaban en los mismœ
instrumentos que el escribano mismo: dependian de su experiencia y de
la de otros profesionales, de los manu.ales y de los documentas
archivados en su propio ofi.cio o en algiln otro oficio de la c1ud.id . Lo
petici6n de ayuda a otro oficio para conseguir ejemplos de , ctu cione.~

84 Sobre la distribuci6n del trabajo en la b-ùa Ed d ~Il-dia <>• : O. ;d ""


La administraci6n central caste/IQJ'lll en la ~a Edad ,\frd•a . \ ladolid, l! ni r
de Valladolid, 1982, pp. 102-105. El mismo probl ma durent~ la Ed d \\od1:rn.a ha
tratado, parcialmente, por José Bono. Histori d 1 d.-rt!Cho, .• op. ni, pp. s.,1.., ~
85 José Bono (Los prot.ocolos .... op. cil., pp. 27 y 301 m~llClona 1.. < •lHln• rada
del oficio y el régi men contnlctunl de su;; oficinl ·.
46 Capitule 6 El oficio del escribano
47

firJilaban co~o si fuera ~e su puôo Y le_tra. Su presencia en el oficio no


especificas era, al parecer , .
Manuel Calderon escrib 'una practica comlln· en 167
de Pop ayan, · p1dio ano receptor encarga d o' de acom7• por
· . '. y consiguiô ·
- eJemplo solia ser contmua: acudian para autanzar y firmar los despachos, dar
cuademos de autos de visitas pres~dos del oficio de c _Panar la Visi~ inStrucciones y poco mas.89 La frecuencia de sus visitas dependia de
La· diferencia entre ofi c1.al esantenores.
m ala,,~
amara .,......,os ellos roismos. Se suponia que cuanto mas tiempo pasaran en su
re lahvamente limitad ayores y menore despacho mas rentas obtendrian, puesro que los asuntas se tramita-
de los · a Se consideraba s a este res rian roâs râpido y mejor. Ademâs, la presencia persona1 del escribano al
pruneros el manejo d 1 . una responsabilid pecto era
pre~umia que los ofi.cial e os registras notariales A ad Privativ oficio inspiraba confianza en el publico, que asistia con mas voluntad a
pos1ci6n jerârquica d
·b
es mayores tenian mas
entra del ofi. ·
' .
expene ·
P:rrte
de esta a
•se
un despacho que parecia mejor dirigido y mas estrechamente contro-
escn ano en sus ausenci oo. Eran los sustituto noa Y mejor
documentas Y ejecutaban las, dllen:Wan las escrituras s ~aturales del Jado.
La prâctica de delegar la preparaci6n de los papeles en personas que
~untualidad, cuidad as emas diligencias , as1 coma otros en derecho no se consideraban capaces de ello (por ser escribientes y no
importantes· sol' o Y presencia en el but; que se presentaban S
alter ego, ademasian ser, en realidad, un al ete eran especialm~n u
escribanos) explica la insistencia legal sobre la aparici6n de la firma y
de la autarizaci6n del escribano en los documentas. Esta exigencia.

El escribano co::Osiempre disponible ;:;:o


presente en el of.ici que -: al contrario del .ter ego del escribano ( te
ego - estaba siemp':
cualquier otro ma strlaba a sus oficiales d lsus necesidades) 86
repetida en las visitas a los escribanos, no era una mera formalidad; el
momenta de fi.rmar solia ser la primera y casi la tinica oportunidad en
la cual los escribanos, coma funcionarios publicos detentadores de la fe
fun c1onamiento
· e o arte e amis ·
o l a ne, li sana u ob ra1ero . a 1 ma manera que Ycomo responsables U.ltimos, estudiaban los documentas y garantiza- 90
querella civil . . g gencia podian ll os suyos. El al ban que eran veraces y que cumplian los requisitos del derecho.
q we~ maestro de la -
· 0 crun.mal A.di · evar al d m
. oonalmente 1 . espido o a una La dependencia entre los oficiales - especialmente los mayores -y los
prop1.a autoridad Y: : - podia castigar ~ :u:scnbano - coma cual- escribanos era un fen6meno comlln y ademâs reconocido en parte por
. Se conocen casos en rios, por ejemplo en ~uhalternos usando su las autoridades. Dependiendo de la personalidad especifica de cada uno
:anas al oficio para CW:~ los escribano~ u~ de ~eprehensi6n•. s1 Yde las circunstancias de cada casa, se conocen ocasiones en las que el
rios :~acidad bâsica de~ee con sus obligaciones ;on mcluso personas escribano confiaba toda la responsabilidad del despacho a un oficial, de
ejemp~o
nad
o;:eegistros (lista der:u:s;noc·bir; la
' encargada a wnentos
prep~a:~~a pl ara ello con
e os abeceda-
forma absoluta y sin ni.ngulla reserva ni control. Especialmente
frecuente era la disociaci6n del escribano de todo Io que tenia que ver
os profesionalmente menudo a simpl po~ orden alfabético) con el manejo fisico de los papeles y del archiva: el oficîal mayor solia
Los escrib con el m es veonos cul ' por
dantes d anos se encargab undo de la plum 88 tas, no relacio- ser el unico que conocia el archiva, que sabia donde estaban cîertoS
Y e supervi.s an, te6rica a. papeles y que manejaba los registras. El caso del escribano de provincîa
mentas e inst ar sus actuaci mente, de diri . Espinosa de los Monteras puede servir de ejemplo de esta relaci6n y de
de forma estilrumentas que produ· ones, garantizand gir a sus ayu- sus posibles consecuencias. Muestra, ademâs, la ù:nprecisa diferencia
' o Y contenido En Jeran se adecu o que los docu-
. casode COnformidad aran a 1as exigencias
. entre Io que puede ser considerado un simple desorden, y lo que es la
con el resultado, Io negligencia profesional o, peor alin, el fraude.
~ Véase, por ejem Io
Qu11<>, 44, nûm 11 P • la descriJ)Clôn d
87 Este fue eÏ . . e las obligaci
El!CTlbanfa de C~~ de swi oliciale~ ro~~t'
deseubn6 que u caeo, por CJemplo eu
el escnbano d
onee del ofic·
•al mayor en : AGI,
89 Sobre esta base Sanchez Maldonado aleg6, en 1669, su capacidnd de ejerœr a la
vez las dos escribanl;.,. de camara: dijo que su asistencia persona! s61o era neœsana
118 Espinoea de 1 ara, 914B, 5o cuadl: a Y luego vend e Câmara Sé
costumbrc de da os Monteroe relat.6 e rno, pp. 237-25{a papeles d nchez Maldonado para finnar y autorizar los despacbos, ~ que losoficinl~ mayores Y .~enores EC

de la audiencia,: e:te trabajo a cualqui~;~ P~oceeo cnmi e eu arch.ivo: AGI,


encargarfan del resto, es decir, de los registros, de los pleit.OS, de las peooon"'3 y de
las mismas partes. Véase: AGI.• Quito, 43 , ~ûm. 16, p. 2~.
leer y escnl>ir. o~cino
n olicial de pluma de ro olicio
capa;i ~ ello,
P,;al
o sim P<>r e~ continuaci6n
, tratado . la OO Véase, por ejemplo, la visita a los escnbanos de Quito en AGI, Quito, 72, pp. 71 -
P Ctnente a ~mplo, al po~ro
0 " 08 que sabfan
813 y 981-1100.
48 Capitulo 6 49
El oficio del escribano

La mala gestion de los protocolos del oficio de Espinosa .al sus escribientes fueran
Monteros fue descubierta durante la vi~ita de ~os escribanos de ta:~ ara sospech ar que sulicaciones
ofici Y fueron rechazadas por
a raz6n P . dores. Tales exp
del siglo XVII. Mientras que los demas escnbanos de Quito fu et pin~ tes 0 falsifica d no a varias penas.
censurados a raiz de algunos instrumentos defectuosos ganar eron pegligend quien le con e
0 el visita or,
estimaciôn del visitador por la perfecciôn de sus archivos, Espinoon la
1
los Monteras saliô de a reVIs1 . .6n preso Y ~c~_sa do de refrendarsa un
de
fi ina?
una institucion duraderda,t1~minado. Corno
instrumenta falso. Parece que su culpa cons1stio en autorizar, es d . · dependiente de
0 . ïOficio u o c .
afirmar la veracidad de una escritura de donacion, sin haber v:isto :c;r ribano era omento e e
El oficio del esc e la ocupara en .un ~el es acio fisico (el despnc o
h
parte otargante, sin averiguar si Io que pretendia ser su firma Io era, ~
saber si el documenta representaba fielmente sus intenciones. p 0 la persona q~ tfa de forma conti~ua, .
estructura, eJOs . os y los func1onai:os
e~an trasladados de un
raba el oficio. como
factum se supo que algunos vecinos utilizaron una pagina firmada 081
blanco por la otargante para falsificar el instrumenta y que el eSCrj.
en
mismo), los ~~~;da vez que ~e ve~~~:St:o:i~ombre
del despacho
escribano a o integrante del uusm?· . sin variaciones aunque
si fuer~ parteFulano de Tal») podia se~ Tanto de iure como de
bano, sin saberlo, les ayudô cometer un fraude.
La acusaciôn de Espinosa de los Monteros, aunque centrada en un (.el ofic10 de del escribano encarga o. .dad o al menos. una
r::.i:~~:e~~:~:u;ar~!~.a~~ne~ ~; ~~t~~:e~:m:!e~e~~~~4~
caso particular, fue promovida, entre otras razones, por el disgusto
general que el visitador sentia bacia la manera en que este escribano
gestionaba su oficio; sus archivas contenian 44 distintas clases de resonancia de continu "esional (•oficio») s1gmficad 'a que existia de
errores, faltas o indecencias, que en total sumaban varios cientas de tarea proi• fi . y dura er ,
zado en una al a una •oficina » Ja as en ella.
casos de negligencia o mala funci6n. Se aii.adîan a estos casas, ademâs, pertenencia tempor d los cambios de persan
forma continua a pesar e
crfticas genéricas que incluian desde la simple desaprobaci6n del
desorden hasta referencias al poco aseo y limpieza, la letra ilegible, la
escritura demasiado pequeiia y comprimida o la utilizaci6n de abrev:ia-
turas prohibidas. Thdo ello le result6 sospechoso al visitador, quien
juzg6 severamente la actuaci6n de Espinosa de los Monteros y le
persigui6 personalmente, dejando relativamente en paz a los demâs
escribanos.
En s~ defensa, Espinosa de los Monteras aleg6 su ausencia continua
del oficio y su confianza completa en el oficial mayor el cual tenia la
llave del oficio y del archiva y era el responsable linico de sus registros y
~apeles, ~entras él sez:via como agente del Real Fisco.91 Explic6 que su
~ntervenc16n en el ofic10 se limitaba a la autorizaci6n y finna de los
mstrui;nen~s pre~arados por sus ayudantes. Aunque reconoci6 que era
su ~b~rgacion verifi:a1" el contenido y la forma de los documentos,
explico que su trabaJo en defensa de los interese · ( te
de1 fisco) no le deJaba
. .
el tJempo necesan pa s regios
ll como agen ·
0
ra e o y que no terua
9J Habfa, al parecer, una costumbre entre los escriban d . r en el oficio M CllmM11 _1.3::,~
ingresos -de conocida estrechez- con el salario procedente ~8 e Pro~ncia de suplir sus
. · · de oficial mayo teceSor. !guai pns6
poaldonado como baJO ~~-ara bajo Diego Valenoa
- r ejeroplo, sJ..l'VlO . enz.o Bravo. su an . LeOn. Ant0n10
92 Marcos Tofino,M
Real Fisco: tant.o Espinosa como los dos escribanos qu el1 trabaJo como ngentes del . Sanchez ·ai ayor de"'""
empleado en ese oficio. e e Precedicron se habfan baio Alonso que era ofic• m d Aybar.
Jer6n.imo Cabrera, Martin Martlnez e
Sânchez Maldonado y
f1 Capitulo 7
Control y escribanos: fas relaciones dentro de la administraci6n

I. Control disciplinario
El control de las autoridades sobre el funcionamiento de los escriba-
os al menos en Quito, fue bastante frecuente y relativamente
:ev~ro. El primer sintoma es su enorme contribuci6n (no voluntaria,
desde luego) a los ingresos del ramo de penas de camara y gastos de
justicia. Normalmente eran multados por «via de proveido», es decir,
sin llevar a cabo un procedimiento judicial, sino recurriendo a una
facultad de caracter administrativo, y por la audiencia. Las cantida-
des de dinero acumuladas podian llegar a constituir hasta un 65 por
100 de los ingresos de este ramo en la ciudad de Quito y su
jurisdicci6n. 93 Estas cifras, bastante altas en si, se acentuan si
comparamos el mimero reducido de escribanos con el resto de la
94
sociedad urbana, estimada en 1650 en 24.000 almas. Aunque los
libros de cuentas de penas de camara y gastos de justicia no solian
especificar la motivaci6n concreta de cada decisi6n, si anotaban su
existencia y su relaci6n con el ejercicio del oficio de escribano. No
conocemos, pues, las circunstancias especificas de cada multa, pero si
sabemos que se trataba de un cierto control administrativo que la
audiencia ejercia sobre estos profesionales.
La abundancia y cuantia de las multas pueden indicar una mala
gesti6n o un mal comportamiento de parte de los escribanos quiteiios;
pero también pueden ser resultado de su precaria posici6n frente a los
jueces que les multaban. Su contacto diario con los agentes de la
justicia les obligaba a tener una precauci6n especial, ya que cualquier
mal entendimiento o negaci6n, justificados o no, podian dar lugar a una
reacci6n violenta por parte de los mismos ofendidos, con fuerza y

93 Este fue el caso en 1672, segiin el libro de condenaciones de aqucl ano:


Exp. 14 .1. 1672, AHQ, Gobierno, 6. La importancia de estas muJtas, aunque con un
porcentaje menos elevado, volvi6 a aparecer en los libros acumuJados en Exp. 1. .1660.
AHQ, Gobierno, 4, que abarcan los anos 1655 a 1694. El mismo fen6meno ~ntinu<i
durante la primera mitad del siglo xvrn. segiin se desprende de los hbros de
condenaciones de los Exps. 13.8.1682 Y 9.11.1707, en AHQ, Gobierno, 7 y 10.
respectivamente.
9 4 Véase supra nota mim. 6.
52 Capitulo 7
Contrai y escribanos: Las relaciones dentro de la administraci6n 63

jurisdicci6n suficientes para castigarlos 95 L !llisrno, la intervenci6n ~e la au~encia. Sorprendentement.e, a la 1.arga


colaboraci6n cotidiana y estrecha funcion ·, a cercarua fisic
cio de los escribanos. La identificaci6n , e n o,esetons este fue el a}calde y ~o el esc~bano qwen obtu~o la raz6n: tanto la audiencia
casosentido ' en aPel'JUi
Y. la
omo el ConseJO de Ind1as se desentendieron del caso, dejandolo sin
di~o
condenador, ambos personalizados en el 'uez . s, entre ofendi .
creemos, estas multas tan frecuentes Y dJ 'explica en gran m Y ~esoluci6n legal: indirectarnente dictaminaron en contra del escribano
to . di . l esmesuradas Ad e da Sosa , al rnenos, se negaron a respaldarlo, a pesar de su peticion de
au s JU c1a es sabemos que en estas circun t . . emas, Por 1 ' 0
to, normalmente pUblico durante una dis. anc.1as de enfrentan-.; os ayuda.
r d 1 · au enc1a .......en. En su ira, los jueces, especialmente los oidores, podian llegar 8
. on as,al os escnbanos fueron humill a d os Y casti ' dun remate o en ignorar consideraciones de utilidad y de provecho comful o hasta de
musu en la administraci6n de JUS . ·ti· c1a
. en general.ga 96 t os con un ngor . conveniencia personal. Asi, por ejemplo, mantuvieron preso a un
que .1as ofensas profesionales de los escribanos , anto mas cuanto escribano de camara mientras que el otro estaba enfermo en cama,

~:: i;;:!~::; consid~<ada


realidad, crimenes atroces de ent nunca pudieron ser dejando abandonadas arnbas escribanias de câmara, de las cuales
1
:nie pelig<?'a. Sin emh8'go, :,, ; :,:' dependia su propia cornodidad y buen despacho.
_tas administrativas se convirtieron en 1 , . os escnbanos. Sus Los escribanos fueron tratados con la misma dureza cuando fueron
cnmenes graves; es la Unica e licaci , ~ pr~ctica de los jueces en reos de causas criminales no relacionadas al ejercicio de su profesion.
con orden de poner la cabeza xp en un cepo on que
conJustifica el uso de la pn·s·, ion El sistema parece haber reaccionado con roayor dureza ante las
Ilaves, con utilizaci6n de grillos l ' . , un guarda especial de las infracciones legales cometidas por sus propios agent.es; Io que podia
Un caso acaecido en Quito en 02~ reclus1on en un calabozo. ser ignorado cuando era obra de un vecino cualquiera, merecia una
ser
., mencionado como ilustrac10n . , de' esta
a pesar debl su fecha
, . tardia ' mere ce respuesta severa en cuanto se trataba de delincuentes de profesion
bie_n durante todo el siglo XVII L . p:o emabca, evidente tam- legal. El amancebamiento de un escribano, por ejemplo, fue seguido de
Arias, alc~de ordinario, deseos~ dea t:=na empez6 cuando Antonio forma continua y castigado con un destierro especialrnente largo, a un
nal, llamo al escribano de la . nar de ver una causa cri.mi destino considerado de alto riesgo. 98 Mientras esperaba su sentencia el
presentarse durante dos di misi:na, Pedro Sosa. 97 Este se excus, d - escribano era puesto en la carcel con grillos y cadenas, practica poco
. ., as segmdos ale d o e
;ra. conns1on especial con el oidor Ri~ gan o que estaba ocupado en comun en la época y ciertamente no justificada si se considera la
d e~Juez y sus repetidos llamamiento ;ra Aguado. Ante la insistencia naturaleza de la ofensa alegada.
e s_egundo dia fue a ver el ale s, emeroso de su reacci6n, al final
llamandole «perro indio b h alde. Este le maltrat6 de pal b
llarnado l orrac O», le reprendi, a ra, Il. Control profesional
fi . E y e amenaz6 con «enseftarl o por no venir al ser
o cio. l alcalde orden6 poner r e» a s~r atento y puntual en su El control sobre los escribanos era, en parte, estrictament.e profesio-
cepo. y _entregarle a él mismo 1a :useso ~l escn.bano con la cabeza en un nal. Su posici6n privilegiada coroo detentadores de la memoria comlin
explic?dque no pretendia mas quetodad1aalde las llaves de la carcel. Luego Y particular movi6 a la Monarquia a definir sus formas y a controlar
d escm o y ?nud.s1on.
escriba · · , No se trataba seglin r esl end'b ano una lecci6n por su sus actuaciones. Las ordenanzas y las leyes reales int.entaron regular
no smo e una critica profe~ional . e '. e una ofensa personal al el trabajo de los escribanos en todas sus facetas, tanto para buscar la
JUstificada, que rnerecfa, por Io similitud entre los documentas redactados por uno u otro escriba.no,
como para garantizar que fueran fieles a la verdad y hacer mas dificil
95 Un ejemplo a ello es la mulla
meses de destierro a Riobamba . de 1.000 pesos de a och el La
fraude.
legislaci6n cre6 una larga lista de reglas a las cualcs deb1a
su .. falta
AHQ de venerac16n,
G b' · • impuestoa
respecto y ate . por l a audiencia o, un
al ano .de suspens16n
. y se1s
.
96, o ierno, 7. nc1 6n.. hacia uno de s es.cnbano de carnara por adaptarse el trabajo notarial; defini6 el tipo y la cantidad de pagina
Anda~~a;s?ÀJr eje.mplo, las causas contr us o1dorea: Exp. 13.8.1682,
AHQ d· . ,
97 • nmmales, 1).
Qwto, 73, pp. 189-20 1) Ya Diegolos escriban
Val o.s de cémara Nicolas de
AGI, Quito, 129, pp. 363-378. enc1a Le6n Œxp. 19.8.1610, na Exp. 30.3.1664, AHQ, Criminales, 4.
54 Capitula 7
Control y escribanos: Las relaciones dentro de la administraa6D 56

a ~tilizar en cada cuaderno (25 folios de cuartillo nua de los escribanos, quienes, en lo sucesivo, no podrian ni deberian,
as1 como la forma de construir éste ( , que hacen 50 h
d~ palabras en una linea Y lineas enmu~gen~s.a dejar libres, can~aa), teoricaroente, ausentarse del despacho entre el momento inicial de ver
a las partes y el momento final de firmar y autorizar los document.os
cifras y abreviaturas etc ) Obl' , a pagina, prohibicio'n d dad
• ·· igo a separ 1 e \Isar bechos, momentos que, segiln esta regla, debian ir uno a cont.inuaci6n
e~cu~dernarlos de forma fija (coserlos) %li:l registros por aiios del otro. En definitiva, el margen de acci6n y la libertad de trabajo de
S1gwe~do la misma linea, decret6 la se a~ . , os y enumerarl '
ros de inf?rrnaci6n y de actuaci6n (libro le p:~:ndentre distintos gé:: los oficiales que escribian los document.os debfa quedar reducida a muy
poco 0 practicamente nada: los document.os debian ejecutarse bajoel ojo
~an~8:8· libro de reconocimientos, de protocolos ~ e câmara, registrode vigilante del escribano y la presi6n de su presencia y la de las partes.
e V1S1tas de .~resos, de tutelas y curaduria 'te~ censos, de depôsitos La exigencia de la simultaneidad fue considerada, por tanto. imposi-
La obhgac1on de los notarios era en re . s, e . ' ble y se intent6 ignorarla o minorar sus efectos. En Quito prolifero la
redactar y escribir los instrumen . alidad doble: de un lado debian practica segUn la cual los escribanos recibian la firma de los otorgantes
apuntarlos en los libros-re ·s tos, de otro estaban obligados a en blanco para luego insertar en el espacio libre el contenido del
con claridad la fecha las p!.etros'i llamados «protocolos•>, anotand
obligaciôn de
·
mante~er .s y a naturaleza del documento 99 Lao
un registro separ d ·
instrumento, hacienda que las dos cosas (texto y firma) parecieran
coetaneas aunque no lo fueran. Para acordarse de los detalles del
dal estinada a garantizar . a o por materias Y anos i'b negocio apuntaban un resumen del mismo en un simple libro de
un c1erto orden . a
~ '.'aguarda de la informaci6n ori . y ~a c1erta seguridad en la borradores llamado «manual de pape! comtin• o sobre p8ginas sueltas
mdirecto fue la multiplicaciôn d l t gm~. Sm embargo, su resultado halladas (y luego perdidas . .. ) en su despacho. En la residencia del
causado a las partes. En conse e ~abaJ.o de los escribanos y del costo corregidor Ifügo de Aranguren, que incluia, igualmente, la residencia
deseaban; tanto unos como trcue~c1a, ru los escribanos ni las partes Io de los oficiales que ejercian en los a.ilos de su mandato, por ejemplo.
o as mtentab ·
nes cu~do les era posible. an esqmvar estas obligacio- todos los escribanos de Quito fueron acusados de esta pnictica y todOI
Espec1almente dificil d . respondieron en la misma forma, es decir, que era imposible baœrlode
~ntre la preparaci6n del d~ccumphr era l~ exigencia de simultaneidad otra manera. Explicaron que era impracticable mantener la regla de la
mstrucciones adicionales :ento ~ ~u mserciôn en los registras. Las simultaneidad cuando se trataba de documentos largos ode momentas
entre las distintas informa~onprohi~ier~n dejar espacios en blanco del dia en los cuales el escribano debia atender a otras ocupaciones. A
tos
. al registro,
. empeoraron es o. anadir . • pos te normente,
. documen- pesar de sus excusas, esta practica fue continuamente œnsurada por
1a s1tuac16n e. hi cieron
· 100
dmsertar i.nfiormacion· - a posteriori E ta cas1. imposible los jueces de visitas y de residencias.
eradas en su conjunto pretendi . sb . s obhgaciones formales consi- Las consecuencias negativas de <licha costumbre eran e'l<;dentesen los
un u. ruco
· d espacbo (donde• estabano h gara l os escribanos a actuar • en mismos registros; se encontrabanen ellos paginas en blancocon firmasy
coetanea
. (h acer l a escritura an 1
. os. re<ristr
. .,. os ) Y s1empre
· de forma sin contenido; por falta de espacio suficiente entre la cabecer~ Y ~a finna
tiempo): e mscnbirla en el registra al mismo se utilizaba a veces un~ Jetra espe?ialmente pequena y c:°".1pn~1da, que
muy a menudo result)l.ba lmpos1ble de leer; otras escnturas fueron
Las mstrucciones dictadas
manl era, c~ntra la practica de l:nd~s.U:, sentido atentaban en cierta dejadas sin acabar, incluyendo sôlo una parte de la inform~ci6n. a pesa~
d e os escnban os. como efecto sec IV1S1on
d . de t ra b aJo
· en los' despachos de que ya estaban firmadas y autorizadas. La abundanc1a de papele><
un ano ' e XJgian
· , la presencia conti- firmados en blanco facilit6 las falsificaciones y los fraudes; tales pnpele.;
circulaban y casi podriamos decir que existia un mercado espedfico parn
. 99 Los protocolos eran un •conjunt.o su compra y venta. 101 Los mismos escribanos pecaban a veces de
(mtegrado por cuadernos sucesivo 8 ) ordenado cronol6 .
autorizados por un notario en u de la redacci6n pri gicamente Y en forma de libro
normaJment.e) ... •. Contenfan , en : ~:~odo de tiempo :;:~a ~e los negocios juridicos
1 8
s6lo un r~sumen o noticia de el : José
8 00
~oderna, el texto i~mmado (un aiio naturel, Véase: AGI , Escribania de Câmara, 910C. El ;istemtt de uno nnoui01on Lnplr fu<
"'~"
100
Los archwos notariales: una introd i6 · Los prot.ocoJo tegraJ del documento y no mencionado por José Bono en su libro Los prooocolos.. ·" op. P· 3
la catalogaci6n de fond.os notariate":cs n.f n seis temas 0 ~~· ; : : :· cit .• p. 37 y José Bono, 101 Véase el caso de Espinosa de los Monteras, ambs mencionado.
' evi 1a , Junta de AndaJ umentaci611 notarial y a
Ucfa, 1985, pp. 17-25.
Capftulo 7

~ocia y, cuando llegaba el momento de rellenar las e&crit Contro1 Y escribanos: Las relaciona dentro de la
QP hallaban los borradores con la informaci6n pertinente ~. 1.t
...,...bon donde dtiiaban los papeles finnados en hlanco. La~ - roductores e
d textos judiciales, los escribaaol.
hallara en eU.O.. La
eJJ.tre la tinta la letra usadas para redactar el documento las llc:ie Corno P. fait.a 0 error que se bligat.oria
de cualqu1e~ cualquiera o de ~ etapa o t "bu{an siemp
y y
aparecian en la firma (en realidad, anterior al documento) cre6
chas y minor6 Ia certeza inspirada por los escritos pûblicos,
representaran fielmente la voluntad de los firmantes.
•un.:::: qUe
decreto o au
Y
los errores en .
.,
las pruebas escntas se a n
neghgenc1
.a de los escribanos. ~ de
d tas careDC188 o
nt.e •

actuac1on Y erdaderas razones e e_s . - diciales. Se


La ambici6n a la simultaneidad produjo, por Io tanto, un desorden e
d-~
averiguar las v . o de otros funcronanos JU • Jàj
los IUclllvos y una desconfian,. en la veraci<hd de Ios la figura del JUez
con d l dos pos1.bili"dades sianientes:
.oo-
o bienhabiae
que
redactados por los escribanos. Las exigencias legales que se juzgaban siempre una e as rrectamente en el proceso, pero ~
demasiado severas sufrieron un proceso de adaptaci6n a las circuns. habian desarro~lado;~ano· o bien que el escri:::.:::w\o
tancias reales del oficio, a sus problemas y a sus posibilidades y anotadas po.r e esc. ez e instruirlo sobre el p . en: •
acabaron, en consecuencia, siendo perjudiciales para la segundad y deber de avisar al JU ban de una cierta presunci6n de
œrteza que intentaban promover. La Monarquia fracas6, pues no seguir. Los jueces, pubesl,teg::s los escribanos, sufrian una
entendi6 del todo que cada regla tenfa una trampa y que la mejor .
m1entras qu e sus sul a ultado' era que 1os escribanos
forma de garantizar su cumplimiento era no pedir Io imposible, sino de culpabilidad. E res cul as de los demas; est.o era
tomar en COnsideraci6n las practicas y costumbres de los oficios. menudo, con los er:ores y las ue p r su posici6n inferiorcon
mente grave si cons1deramos q , , po n el curso normal de los
En cualquier caso, la firma en blanco era un problema mas genera- . el
lizado, que no se lim.itaba solamente a los registras. lncluso en la los jueces, los escn.bano s no. teman, a lose magistrados a segwr
osibilidades reales de obhgar . Incluso el mero intentô
preparaci6n de doeumentos sueltos, tales coma poderes, se utilizaba
miento debido segun su ~ , or arte de los superiores, que a
P , arecer YconseJO.
esta f6rmu1a por Calta de tiempo o por pura comodidad, pues algunos
eseribanos preferian preparar el documenta cuando a ellos les convenia costarles una reprehens10nl p . ~o hecho de ser corregidos pqr
Y no cuando se Io pidiera la parte interesada. La firma en blanco de
instrumentas y papeles sueltos también cre6 sospechas sobre su
ellos consideraban de poca
hacer de los subalternos -
::Il?
se sentian humillados pore. nus rtancia La contradicci6n
ente meros ejecut.ores-
n~rrollo del proceso no
reflejab~.
contenido, sospechas a menudo infundadas (ya que los document.os deros responsables del buen eh.da

~ndic1ones resuelta ni tal vez s1q~1er


fielmente una realidad que existfa), aunque justificadas por · · almente
a conce 1culpados
· --t..'bian
cuando no e&m ocuJtaiac10
llevaro~ ~
las del doeumenta mismo; los efectas perjudiciales de esta
Los escribanos eran igu nsideraba que estaban e1
practïc:a la censura y la critica por parte de las autaridades 0
. o cuando sedocoest.o se deb1a, a l problemas en
de Qwtocastigos
que utilizaron algunos papeles a btiempo, infracci"6n
imponer ejemplares. 102 casas especialmente llamativos para q
ciertas prue as, aun ue a menu hi antes mencrona. dos. 08
l
03 La tra
. 1 d los arc vos, roceso eran o
maneJo Y contra e ta de actuaci6n en un p. trabajo
del secreto profesional o la fald 104 La cercania de losJueces a1 res
r. :::,6De raz6n por la que fueron multa. os.
r:bi cra~~:1:;:,~ P~::cionarlo. c~aJ
1732 !lrocede el mejor ejemplo de este problema y por esto a pesar de su . t.o direct.a que teman, de sus erro
.b el CODOCUlllen
Se trata de un caso en el el escribano de los escn anos Y .d en su desfavor.
prese~~Ptr~ funcion6, en este senti o,
doc~ento q:~perd~~pe
momento cuando tuvo que un poder. Negligente en su ejecuci6n en el
un con la tinta fresca dos m:s. mas tarde se vio obligado a entregar

ra:si~~q~: ~~';;:no
result6 que la finna original se habia •nmedialamente sospechas. Ademas,

pé~.na
temeroso de la reacci6n del escribano, de los oliciales del despac.ho,

severamente su proceder y le conden6 a dos an ~


nueva. Aunque el finnante valid6 todo Io ejecutado r a de] .otorgante en una
el escnbano, la audiencia cntic6 103 .
Véase, por e1emplo, _las dmultas a 'Ibmés
la Concha Suare
en 1671
z de Figueroa, Eugenio F::::_:-•
Y 1672: libros de penas de ai

2;.ior~~~ntando,
original con la finna en bianco nunca fue halladoos e suspens16n del olicio. El pape]
Juan de Arce YAHQ
AndrésGobierno,
Munoz 4.e . Verzosa y Francisco
. Dioni,;;io
• Montene-
verdadero peligro para su otorgante. Véase Exp. en con.s ecuencia, un Exp. 1.8.1660 .' o las multas a Antoruo
104 Véase, por e1e~p~Q Gobierno, 7.
· 2, AHQ, Cnmmales, 27. gro en Exp. 13.8.168 • '
Capftulo 8
ldentidad y procedencia

La ex:igencia te6rica de r es ponder a crit.erios socio- raciales Oimpieza


de sangre, nacimiento legal y bonor familiar) y estamentales lno ser
ni mestizos ni mul a tosJ, plasmada en la necesidad de informarse sobre
la familia del p rete ndient.e antes de otorgarle el tftulo real, suponia
que las consi deraciones empleadas en el reclutamiento de los escri-
banos no se limitaban a cuestiones puramente profesionaJes. Al
contrario, la posibilidad de acceder a un titulo reaJ de escribano y,
en consecuencia, a una escriba nfa, dependia - segtln la ley - tanto de
las caracteristicas personal es y familiares del candidato coma de sus
capacidades profesionaJ es. De esta forma se intentaba garantizar que
el acceso al puesto quedara limi tado a gente de buenas costumbres y
hereditariamente reputada. El oficio y la persona se concebian como
una unidad inseparabl e: el bonor y el vaJor de aquél conllevaba el de
ésta y viceversa. La fe publica no debfa recaer en quien no la
mereciera. 105
Es dificil estimar el grado de cumplimiento de est.os requisitœ en
Quito, puesto que disponemos solamente de unos pocos informes de
limpieza de sangre y de legitimidad de nacimiento que se hayan
conservado hasta nuestros dias. 106 Su ausencia puede ser atribuida a
diferentes motivos y no necesariameote a su simple inexistencia. Por
un lado, en los document.os consultados aparecen referencias indirectas
a tales informes, aJ menas cuando los oficios se remataban en subasta
publica. Por otro, hay que tener en cuenta que Quito del siglo XVI1 era
una ciudad pequeôa cuyos vecinos pretendiao conocerse personalmen-
te entre si y tener «noticia segura" sobre la condici6n de cada uno. En
estas circunstancias, es posible que se coosideraba innecesaria la

105 Sobre este punt.o véase, por ejemplo, Johannes-Michael Scholz. ·El not.anado
catalan y la transformaci6n del campo juridico en el sig.lo XIX•, en Carlo:- PNiL, cd .•
Derecho priuado y reuolucitm burguesa , Madrid, Marcial Pons EdicioncS JundiClll·
1990. Los requisit.os exigidos a los pretendient.es a t!tulo de escribano e:.tAn cnwn.·n1 ·
dos, par ejemplo, en Jorge Lujtin Muiioz: Los escnbano en las lndias Oc-cuù·nUJlrs y' "
particular en el Reino de Guatemala, Guatemala, lnstituto Guat.emaheoo de ~r.-cho
Notarial , 1977, pp. 20--29.
106 Un ejemplo de aquellos informes esul incluido en: AGI, Quito, 44 . nùm 11
60 Capftulo 8 ldentidad y procedencia 61

ejecuci6n de un informe formai _ ofi .al 1 ara elegir el escribano a quien deseaba confiar sus negoc1oa
conte?taba con el saber socialmente ~~d~eiuerido por la ley, y
, .
publico :specie de mercado de profesionales. Aunque cada oficio t.enla
notono• y no en procedimientos legal ' asado en Io •pub)j se cre6 un ntela relativamente fi'1Ja, here d a d a d e un escn'bano a otro en
D tod es. coy
e as rnaneras, no poseemos ni una sola . una cli eespeciaJmente, d e 1a pose~'6 n d e. 1os pape1es, s1empre
. . . 1a
referente a que se hubiera introducido en 1 q~eJa del siglo XVn virtud, eXJstia
c?~1derada indecente para desempeiiarlos ;s o~c1os de pluma gente posibilidad de aurnentar o reduc1r el numero de personas que depen·
s1g o XVIII - tal vez por la masificaci6n d . o~ e contrario, durante dfan de cada oficio. .
se::raci6n entre la élite y el resto de la so~i~~~~udad y .Por la crecien~ El movimiento de personas de una escnbania a otra dependla, al
parecer, de la identidad de la persona.que ejercfa en cad_a una. En IBF
~eg:eAris~ctoAlcont:a algunos escribanos. Se de~~omero? rumores a declaraciones sobre el valor de los ofic1os, los testigos sohan est.ablecer
as tamirano · . , por eJempJ
cia, era «Datura} de u ' pnmero escnbano receptor Y luego de o, q.ue una relaci6n directa entre el precio del oficio y la identidad del
vestida d · n pueb)o,, Y posiblemente hï d pro\lln. escribano que Io hubiera encarnado anteriormente. Apart.e de conside-
e mestiza, pero de • naturaleza . . ~o e una senora
lec~e en casa de otro escribano. 101 Esta :::r,wa.. q~~ servia como ama de rar el tipo de escribanla (si era el oficio de camara, provincia, publico,
~ run~a acciôn por parte de las a .ormacron social no clio lugar etc.), la cantidad de pape les que custodiaba y Jas circunstancias sociales
llllp:rtinente y que se interesaban utondades que la consideraban y econ6micas de la ciudad, también daban importancia a la personali·
escnL bano~ y no tanto por su procedpor_laf:ac~~ci6n profesional de los dad misma del escribano. Explicaban que el oficio podfa variar de precio
a relaJaciôn de las ex:i· . enc1a amihar. segU.n quién se hubiera empleado en él en el pasado y seglin quién fuera
la , . genc1as estam tal fu el candidato en el presente. La relaci6n se debfa al hecho de que, segün
:etropoh, donde fue inicialme te en h es e percibida incluso en
em argo, coincicliendo con u . n rec azada. Posteriormente . la opinion general, los clientes escogian escrihano siguiendo criterios de
el .Co~ejo de lnclias se mo::~~s en la venta de los oficios de pl~;: amistad y de parentesco. Cuantas mas relaciones poseyera un escri·
cnteno, al menos de 1orma r
tem puesto
al a moclificar ta'c1't amente su, bano, mas posibilidades tenfa de aumentar su clientela con respecto a
suponer un gasto adicional de . por . Creyendo que el informe otros oficios o al ejercicio anterior de su mismo despacbo. Hifi Sin
por las cuales no habia sufic' titeempo y dinero, era una de las , al embargo, la acumulaci6n de clientes durante el ejercicio de un escri·
y renunciabl 1en s candidato razones
ingresos im es Y puesto que la venta de s:~a los oficios vendibles bano particular podîa repercutir en adelante sobre el oficio, ya que
agilizar sus i;~te, la administraci6n c~n~~ era ~na fuente de
mucha gente permanecfa fiel al mismo despacho, fuera por costumbre o
en virtud de su control sobre los papeles •Corrientes•, prefiriendo la
el nürnero de es .t:~ co_n la esperanza de el 1 se vio. obligada a
instnicciones an:1· aruas vendidas. Por Io e-;:t os precros, asf como comodidad a la amistad con el propietario.
El crédito persona! del escribano, influfa por Io tanto de sobremanera
ejercicio de la escri~ore.s - segün las cuales o, y a pesar de sus
dificultad que 8;'11a a mulatos ni a ~o se dehfa permitir el en el crédito de su despacho; y viceversa, quien se empleaba en un oficio
. supoma par 1 mestizos _ . honorifico recibfa algo de su esplendor para aiiadirlo al suyo propio. i
ofi cial, toler6 la inob a .os pretendiente por cons1~erar la
anularlas El inte , servancra de las 1 s preparar un informe el valor del oficio ni su clientela eran hechos neutrales y objetivos: eran
· res regio , . eyes aun la personalidad del escribano (su dedicaci6n, su asistencia. su inteli·
reales que la protecci6n de ' e~ ultima instancia que no llegara a
La consideraci6n ge :a l!nagen de los ofi ·:iieran mas las rentas
escribano con la de su one~a que tendfa a id cr_ es subalternos. 108 . 109 Otro factor persona! que solfan mencioner los ustigos era la rubgcncia Y
tenia, ademas bond fi~o, no era s6lo un rentificar la dignidad del es1s_uncia persona! del escribano. Esu aspecto del valor del oficio Cu• t.retsdo en cl
cap1tulo 9 sobre el nombramiento y la venta del oficios. Un fen6meno !dm1ler fu
' as rruce s y repercusionesa •ormalid
s .al a d legal, sinoque dete<:tado por Ruth Pike en su libro Aristocrats and troMr& : &villian .~•~!)- 111 <hi'
oci es. La libertad del 16th œntury, Ithaca-Londres, Comell University Press, 1972. Ruth Ptke opina qur
duranu el siglo XVI los mercaderes de Seville escogian la identidad de l"' =ih~n"' a
los ~a)es confiaban sus negocios segUn sus reJaciones famitiares o comtroalr .
: : AGI, Escribanre de Cârnar8 9148
prefiriendo a sus conocidos y asociados frente a los simples de.oonoctd<>-' Solu.n
AHN, C6dices, 758B, nûm. g9 • 5o CUedern
, Pp. 286-288. o, Pp. 237-251. tener, siempre segün la autora mencionada.. .•favoritos• a los qut ocud:fan tn rA'O dt
necesidad.
62
Capftulo 8
ldcnt1dad y proc<-denoa 63
gencia), asf como .
imp t . sus relacione .
or ancia, honor crédito s socrnles las
Est.a misma rela~i6
'bllflÎO. publica. Los de menos rèCUThO>' econ6miroi:. acabal.wi t"m
Y rentabilidad al fique daban o
esCJ'l . ·
o. recepto res.
-~
a la ob•- '6 n entre escriba o 1Clo. i 10 CIUit.L e:;cribanos de prov10c1a
...,nc1 n de un iîtul no Y escrib . Los precios de los ofic1os graduab~. en consecuencut. el rmel d
qu1en n 1 ' OCairi~
razones econ6micas A o de escribano por :in1a llev6 en
m · parte d l . . ueza exigido para cada nombrarruento dentro del mundo de J
eno.s polencial) y honor f e os g8.jes, el oficio odo o necesi~"'""' ~s~ribnnos. La obligaci6n de pagar al contado y de inmediaw 1 v rtt'
a a~1gos Y familiares ui ~~
como una posibilid:d dfa ofrecerPoder ~ correspondiente a la CaJO. Real cerro la:; puert.ai; 11 pret.eod1cnl.é!' m
reg a: la mayorfa d e 1os . esc In
'b embargo ' est.a era la e prestar sen..;.;_ !.i niogûn capital acumulado de antemano o, al menos. no lei; penruli
suficien:::.~
para subsislir. Al J n anos dependfan d excepci6n .. ._
e las rentas del no la i ejercer el oficio màs que por una temporada corta. hllBtll que 1
oficiales de la caja Y el fiscal t1e percataban de la ituacion ~ oblcman
es~~:a d~u~ del~
no eran nos encontraban incluso
conforme a su costear el estilo los ingresos la declaraci6n de la escribania vacante por falta de pago. Sigu1endo s&.e

~na obligad~
emplearse en mâs de ' hubo . escribanos que da .que consider fiao
razonamiento, uno puede asumir que 106 candidaw· a et1Cribanlu
sw_i rentM. Ese era el
q~1enes de::~~ po~ e!~:;1a
escnbania u oficio de se VJeron debian tener al menos una fortuna libre cercana a IDti 333 pesos de a
por razones ejemplo, de los Para compJ:.: ocho: esto es, un tercio del precio comùn de Io& oficios mu bnratoe, el de
receptor o el de escribano de provincia. En CtiOll de p~ra renuncia.
pars~ s~gun
m1smos - solfan ocu Tee ez econ6mjca - . anos de provinci

~rabaJo
paralelamente a su como agentes as declaraban eU a,
Los escribaoo
· S qu1teii
en el oficio
d 1 · •
alariados del Real F'
ISCo
°' cuando el rey era propietario de la mitad del valor del oficio. habnan de
tener haste 500 pesos si querio.n acceder al rnismo. Ciertament.e. ""
sociales med· os e s1glo XVII '
micmbros de1araa c~l~o de las altas 112 Popdir~edian tanto de las ca
podia pagar una parte del precio del oficio - normalmente la pllJ1.e
" m1 1as · . · an se l pas correspondiente al escribano anterior o a sus berederœ - con lœ

~~ ~dfan f~li
pequcnos tratante p pnnc1pales como hï r anto regidores mismos gajes de éste, pero, como llcvaJDOtl dicho, era de todo punw
en las profesiones proceder de de comercianles o d: inexcusable pagar inmediatemente la parte de la Caja Real.
radorcs, abogados P uma (escribientes ofi . as con gran tradici6n La cantidad de dinero mencionado. no era poca C06ll en el Quiw del
propiedadc!! ajena~: e~.).
o con ocupaci6~
crnles, es~ri~anos,
procu. siglo XVII. El sueldo medio de un proft..sional de baja esfera. t.al oomo lat
En reo.lidad par o r8Jes, haciendas o tie~mo admirustradores de oficiales mayores de las escribo.nio.s. oscilaba aln.-dedor de lœ 100 pe6I»
moldearon ell~s . cce que, mâs que esta n as .. al ano. Un labrador manu al con expcriencia solia ganar, si todo 1ba bien.
con antcrioridad :itmos. Evident.ement.e r defirudos por el oficio Io
c.o~~ra ~ e.r~
entre 30 y 50 pesos anuales. La inversiôn micial que es.igUI h8'ta la
los que lenfan mas a la que les .su situaci6n econ60:ica escribania roàs barata, ponia, por Io tanto, el oficiode escribano fuera del
mas prcstigio Y de pos1bihdades postulabp s1b1htaba el acceso al oficio· alcance de las capas sociales més mode.,;ta.S. que dtficilment.e podlBD
pûbl' an n Sèr e11cribanos d n a. En consecuenci 1eJores.ofi~ios, los de
llegab mayor re t an a los m · ·
soiiar con acumular el dinero necesario para comprarla.
icos de cabildo Lo e câmara y e a, os meJor mstalados E1 mismo hecbo de que los oficios $e vendiernn. a.~i como IOF pl"ll(:>06
. 8 que no tenfan tan7o~~nor mewda, escribaaos que alcanzaban, cerr6 el carnino, pue~. a Io:- meno.• fa•ort-cidnol
mero s6lo aspiraban a la econ6micamente y gradu6 el tipo de ofic10 a i:JCl'C<'f con arn·glo a la
riqueza o pobreza anterior al acce:SO a la .,,.ai'banitt. U.S r< nt.IL• d1·I
oficio s6lo ayudaban, segûn e percibia o?nwnœ~. 111 msnt.cnl'r1 Y
fortalecer una posici6n social ant~rionncnte ocupadn. Efec11w1m n·
ltO V~UH(' •
111 0 'p<or ~J<'m1>lo AOJ Q
uluuno• t')l<.:rih1ino i~ t.n f.C<:nl'rol de' 1, nüm. 22 AG
urnnw Io v· I ' ' uito 4
r1ovor " i11nt110• • <lUcron hnbcr 11ctlo nudicncin y 1, Quito, 42 num 12
Mr:;~,~;:: "" ° " ;'~;~~
Bono()~ 0
' '"' 6 Pt•r
1·1111. 81u• quo hubfnn ;~r;
undo
~olaa'::ntee
J>Or Pon
tales
d ' · ·
Le6n (1691-1692!,
'" 1 i'lo Mtond'"" Wo CD•o, J>or ejc:mpJ
Ill •ITio h11 no~do c"" AGI,E•crlbon~'
J BU 08181.encio pocns vcccs y corno
el CSCribono sa' y 81" ningtin interés
us Est.a ern la op1ni6n qu• expre ban lo.- k>llit"'' lm"'°"")
,... <1 ,-a)oc d·
mantenida, 1guolment.e, por 10 , mi,m<>- ...,,-.ban06. En •1 pu.-mo Of'ntldo
tu•
ha
""'lui d.. ~/~'.'~~:;~;•~ ;~1~·~··~6C)
... , "'" ~~b;0d.mnrn,
rduz on Hou 72 , r;.e;::/i mayor Baltazar
7
pronunciodo, pllrCI !mente, Mari• J u.. Ah . n:z.COC. Co..Ula <·IA fi,ura d•, ,.....,_
,Vqu~
bnno•, Bol<tln cU la A.<0<1<1c1<>n Nocoonol rk Arrhu ml. 81/o/•·"""""'.., ,.ngn1 )
'"'"" del •ii:Jo ~cô como · burgi; p. 0. Al contrario, José
•noH "'ovill ' . 1 <.ont'(i 'op, cit .
. csfft mcrcantil• el rango Documentol~•loo. v. 37, mlm. 4 ( t%7l. pp.~. ••n P. 5S9
64 65
Capltulo 8 Identidad Y p roœdencia

robable que estuviera relacio-


te, ya que Ios oficios mas caros eran los que mejor renta da li fortuna, aunque es P
progreso econ6mico de los que de antemano tenian mas, era masban'. el
bu~n la propied~as discusion~~ sob~e: .a
de aque _a d de tierras. 1 valor del oficio en 1655,
y seguro que el de sus companeros que ejercian los oficios d rapido algunos de los testigos
nsEn Jas !Ilenciona. r una valoraCJon a aun~ del escribano de câmara
precio. e lllenor
Los escribanos de câmara cuya fortuna hemos logrado establ
intentando ~n:!:ionaron gr~ f~s
la testigos insistieron en qu:. a
del in_teresa~nio Sanchez Mald?na :~ tener en cuenta que Sânc ~z
gozaban, como era de esperar, de situaciones econ6micas lllâs ecer
desahogada~, aunq~e nin~o te~i~_fortunas inmensas. Diego Oro: nntenor, An "encias hab1a q "da riqueza y que hab1a
Guzmân ChiJo) tema a su dispos1cion, antes de morir en 1637 ''" d Jas apan ' amilia de conoc1 . .
fortuna de 100.000 pesos de a ocho. ~~s herederos, intentando esq~: pesar e rocedia de una t:
Maidonado p b ena situaci6n econonn
, .ca a herencias reC1b1das y no a
. almente escribano de
la multa de 20.000 pesos que sufno como consecuencia de la visil<! triburr su u . S hiJ.o Alonso, igu bijo"
gene:al de la ~udiencia en la décad~ de ~~20, alegaron que todo Io que que s mo escnbano. u te oficio a favor de su
. ticias sobre su ~a son
entas co comprar es hi"
sus r . 17 000 pesos para 1
pose1a procedia de la dote de su IDUJer, hiJa de una farnilia Principal de
câffiara,J!~ue .sabemos poco de él, ase n:n 1682, recibi6 de s~
Guayaquil. Sin embargo, tales alegaciones no fueron aceptadas. 114
Otro escribano de cârnara, Diego Suarez de Figueroa, tenia una casa
men~r. te esclarecedoras. Al casars ' cual hay que aftadir
relativamen d 14 000 pesos de a ocho, a la d arido Al
calificada corno •muy buena• en el mejor sitio de la Plaza Mayor. Fue psdres una dote , e . a 6 en concepto de deudas e su ~ . s
subastada, tras su muerte, para cubrir sus deudas. La compr6 la
Audiencia de Quito en 1611 y la transform6, sin llevar a cabo en ella ~~~:nfa~é:: ~~el ~2~, :~ ~~~::i::n~:as:a=~~~(e
grandes obras, en su nueva sede, en la cual permaneci6 durante los dos tierras, cuatro esclavos, ~na c mas de dote a sus hijas 16.000 pesos ..
siglos siguientes. El precio estimado de la casa era de 20.000 pesos de a mucha plata labrada. Dio, ade ' "b de camara, tenia, al monr
ocho. ns Diego Suarez de Figueroa, sin embargo, fue calificado por el Lorenzo Bravo de Pereira, otro es~ =~uito - valorada en 20.000
posterior escribano de câmara, Diego Valencia Le6n (abuelo), como una en 1667, una casa en la calle C~aJ . do edificio y mercancias). Es
persona menos acaudalada que él y de quien no se podia esperar sacsr pesos - Ytres o cuatro tiendas (mcluyen . 1 "urisdicci6n de
grandes cantidades de dinero. 116 .
posible, 1gualmente, que t uvie
· ra un obraJe
., en
. a · J del lujo con el
El mismo Diego Valencia Le6n (abuelo) era rnodestarnente rico. En Otavalo. 119 El inventario de sus bi~nes deJO testimoru0 labrada. ropa,
1605 fue capaz de pagar 15.000 pesos, el precio del oficio de escribano de que vivia: tenia cantidades cons1derables de .plata d po
cârnara. Era arrendedor de obrajes y tenia a su disposici6n algunas imâgenes lienzos y bustos de santos, muebles ' JOyas ' cama e cam ·
tierras de cultivo; tarnbién se dedicaba a la venta de textiles y vino, asi dorada roulas
• etc Tenia en su casa un aposen t o especial que 1e serv1a
como al préstamo de dinero. Muri6 arruinado, posiblemente a raiz de '
de estudio, · se encontraron, tras su muerte ' muchos pape
en 'donde 1es,
.torios
las muJtas sufridas en la visita general de la audiencia en la década de libros de caja instrumentos de escribir hechos de plata, escn d'
1620 Y por sus largos afios de suspensi6n. Se dijo publicamente de él Y escribanias y llbros. Sus deudas sumaban unos 5.oopJ>esos, aparte e
de su hijo Garcfa
117 que ambos murieron pobres y que fueron sepultados la dote de su mujer que sumaba otros 20.000 pesos.
de limosna. Sin embargo, la siguiente generaci6n, la de Diego 2 Martin Martinez de Aybar que compr6 la escn·b arua , d e cârnara
. por
d
Valencia Le6n (nieto) fue capaz de comprar el oficio de câmara por 4.000 pesos en 1655 era ~ hacendado conocido. Siendo regid~r e 1
24.500 pesos. Desgraciadamente, no hemos podido encontrar las cahildo de Quito, fue crlticado a menudo por sus continuas ausencias de

11

leg~/~s
.• La discwii6n entre los herederos y las autoridades reales aparece en AGI, Qui!D,
::: Exp. 26.6:1725, AHQ, Testamentaria, 58. . almente
~xtil Los obra.ies ~wto,
2, 30, 31, 36, 61, 62 y 87, y en AMQ, 00095, fol. 295.
126 AHQ, Fon.do EspeciaJ, 1, libro de 1600-1628, mims. 28 y 29 de 16ll. de Otavalo, al norte de la ciudad de eran. no:te en cl
117 AGI, Escnbarua de C&mara, 920C, pp. 265-267.
Yéase: AGI, Escribanra de Cémo.ra, 920C.
X\ri
sigl 0 Fueron considerados durant.e toda la época colonial , Y especio.Jm los roll.<
va]j 905 I, como los tnâs reputados, los mâs rentables y, en coru;ecucncia,
1~ de la provincia de Quito. • 11
2
Exp, 3.5.1670, AHQ, Tustamentaria, 10, y Exp. 3.11.1673 AHQ, 'Tusulmentaria.
66
Cnpflulo 8 67
ldenlidad y procedencia
la ciudad a causa d
rurales.
. Turu'a o br8Je . e 1as v ocupac·1ones . Suarez de Figueroa, comprador de la escribanfa del cabildu eo
pos1blemenie en 1aruqui (j . . en sus mu Diegoor 10.000 pesos, era h"IJO de una "1aIDJ.11a . conoc1'da pur 11u buena
An~e Q~ 1~ 1 ~bn
suegro, Juan oiro, con producci6nunsd1cci6n de la cchas Ptopi
4 ocon6mica y por su larga ocupaci6n en oficios de pluma. l2:i Su
Po~ly
Nicolas Sanitsteban. 121 de paiios, que le1udad de
h tunc1
81 mnno mayor, Francisco, . . haciendas
tuvo vanas . y una encomienda.
conseguir el !g.oya Y Oialora n i fue dado
ofi · 011c10 de • . o uvo . au hcr encio de su padro Diego, que a su vcz habfa sido escribllllo de
icialmcnte e.
s·in embargo. segiJ la un r
escnbano d
1
que tnvert· . .
e cam ara, puosto Ilqu di nero Para ~~srn a finales del siglo XVI. Francisco posefa, igualment.e un
~us yern~s
ega o que Io h'izo
t~o en~· ~otrero, una estancia, algunas cuadras de t.ierra y otras muchaa
dos J un se desprcnde de los su Diego Val al rncn0s propiodsdes rafces ...como sogund6n, Dieg~ recibi6, ~egura1m:nte,
igualmente es~rib:n de Silvera Y Manuo~esiimonios dados e1a Leon.122 mucha menas. Su h1JO - tamb1én llomado Diego - explic6 anos mél
por ello tuv . no de camara) Rodrfguez d 1 n 17!2po
0 una s1t · • a pesar d e a Par r torde que de la propiedad que tuvo su padre, el e11Cribano de cabildo, le
una hacienda r uac16n econ6mica o ello o quiza .rn Ouego
pesos de censo uraJ valorada en 22 OO~as
que acomodad P~~1snmente qued6 poco, ya que ésto fue gastad1:1 en las dotes dadas a sus hennan8li
y en la manu tenci6n de la familia. 1 ~6 Sin embargo, Diego nieto, le dejoa
3.000 pesos. Ap:~ ~~ade casa e~
Qui:sos - pero carg:·da1sponfade
una renta an , rec1b16 una he. . • cuyo precio 7.00Q ~a su hijo - olro Diego - varias haciendas y caHBH en Quito.
versi6n de 1 ual , procedente de su' c;c.1a de 4 .000 pesos sed~stimnbn
en
Una siluoci6n econ6mic11 acomodada ora, igualmente, la que disfru·
tabnn los escribanot1 publicoll. F'rancil:!CO Dionisio Montenegro posefa al
espcciales os yernos, ncga da o 1c10, de 2.000 pe Y isfrutaba de
.. on Gua . por él · sos mas s . follecer una hacienda, unn ostoncia, ulgunas catlllrBH, cuadl'Bll de tierra.
iJas dio bend yaqu1J ce rca de l m1smo, gan6 . egun ln dos cusas de moradn en la Ploza de Snn Francisco de Quito, eaclavoa.
h Los c11crib as dotes de l .000 0.000 pesos adicio por
actuaciones
Diego Chien ~os de cabildo or~esos. na es. A sus dos
mucha pinta labradn, materialeli deodificoci6n deCWIBBY bieneacaecro•
que inclulan dcc<:nus de lionzoH, lnminnHy bustos 110bre temu religiOllOS.
pes arvaez co • a l pnreccr ·
. os, orn hncendad ., mpra dor dol oti . ' igualmonto aco od d muoblcs. un onll.orio y suH olhajuH, mucha rop11, varioe eacritorioa Y
trai; de sf o y obrajcr rc ro e n J 65 4 m a os.
eHcluvo. un a casn en Qui o. Al morir, a finnlc por v.o lor de 24.000 libroH. A pcsardoqueonwsdc HU muerte hubounconcursodeacreedorel
fort.une ~
mcrcaderfa8 ma• o~' una h11ciendn d s dol a1glo XVJI, dcj6 contru !lUI:! bicncH, e ra visto como f1lguicn que wnia 127muchas propiedadea

ha1;t.a El· rJn J 656 co11tc6• do rra co n 1u cual al • Oil es(.{) ncJBs,
0 · Y poca11 deudus, poro a quicn le fnlt11b11 liquidez.
1~ ~allao bolaill~ ~:~~cor, R~
mulns
Pedro de Los Reyes, escribnno pûblico y procurudor dl' ln oudiencia.
coma (el puorto d: U>ropio la .lrnbfn hccho
Al o ioal.a!! por el naci . in1n) destinndo11 a u.cc16n do so ldodoR orn propietario, a l menoH, do vurins cuudrllH de li1Jrro l•n ln jurisdicci6n
comp~6 ~onlo6s acaudnludo ~~nD~ dol principe 1f:1 dolonsa do Chilo, nRf do ln ciudad do Quito.
128
Los receploroH muntcnfnn unn ~ituuci6n econ6mict• mil~ humildr,
. ~n 73 ·I 0 li1 . " 1ego d c · nunque no mi11orablc dol todo. Juon Duquc dt' Estrrodu u•nfu unn
cuadru~,
1nven1i6n c c10 de · e Blliillo d
6.000 pc en la cscribunfo sabcab1 ldo por 16 000 e la Concha, quion hncicndn (casoR, gnnndo, etc.l en lu jurisdiccion d ' lburnr. ni
1101! y omo8 . POROS A
norle de lu provincio de QuiLo. [i'1·ancisco C6mc1 Act•vl·do 1~·nfu unu
'
propi cdudc que, a POHEtr d quo au mujor 1 • parte de su
do Qui'•-· 12~ ralccH, ln ncfl'- °
quo ompoz6 n~ort6 unu dote de
° hacienda de cni'ln y un hnto. Al 1nc>rirsc dl~O u s us hl•n•d1·ros un lr1.:udo
w. ''6 con de u d ns con , 1 Hu v1d. 8 con nlgunos
08 propres do ln ci udod

1 1
~ AOJ J•'
frHld1•ncfo 'd .JtCrll111n(11 d1 • Cltmur
'"~ l' •·I corr1·uldor 1n1 ''• OJOC <•11 r.
"' '"• tout.oH Ht· ht•I 1 uo do Aron11ur11 '•ld~11cl11
';'i', ~:12' n11t1m,J ri•11lld~:/ 1"""· 4.6.JBij~'~';" on loH 11111.<1" do 111
d• c111110 •
'n dlJ •tfo·; '"'
1. NotJ1rf1 "" tr11t11b11 do'
,.,· i:lbm• d11 C11blld~: c;:;\';;'"I"• du
AMQ 111 ' Q, Oflclo• 'f
Huhfu d1 P Io
on 1 •n11tuno1.,' ,;,;rm11no
,xp. Jf!. J. l!J79, Al IQ ' 0 Oclo•,
. 8. ' rircf1.,, 16110 170 1, pp, 626-0211 y
68 69
Capftulo 8 Identidad y procedencia

de 8.340 pesos ' d escontando las d d 129


era coprop·
. ie tari o d e una estanciaeuisoas . Franc1sco
. Valverd Nicolas Fernando era alcalde de la Santa Herm~dad
de Quito •. alcalde

Q ~enes parecen ha ber sufrid .


escnbanos de provinCJ·a S
.
o una s1tuaci6n econo' .
e ÂgujJar
ordinario y alférez real:· Acaudalado, tuvo haciendas y obraJeS y se
dedic6 a] préstaroo de dinero. .. .
Martin MartiJlez de Aybar era un militar que pas6 a Qwto en
su pob reza y sobre la ne· us contin
.d d uas que; as, ya me . ,..~vr son los
. llllca """
fiscal o de la protectoriaces1 a que tenian de ejercer c:c1onadas, sobre compaiila de su tio Lizarazu, futuro presidente de la Audiencia de
fondo de verdad N " l]'ara poder sustentarse te , mo agentes del Quito. Regidor perpetuo de la ciudad desde 1648, alcalde ordinario en
· ico ..s de Le , ' ruan al P varias ocasiones, sirvi6 de contador interino de la Caja Real al menos en
8_emardo Espinosa de Io M gu1a, por ejemplo o , arecer, un
onteros, cuando cay~ro su companero
1648. Logr6 casarse con Jer6nima de Santisteban, cuyo padre era
Vleron obligados a ingre s
que no podian coste d sar en el Hospital Real d 1 Cn ~nfermos
se igualrnente regidor perpetuo. Su hijo Ignacio, caballero de Santiago y
A
un~ue
medio fu
el segundo proce~'
ar e otra fo · e a and d
d nna ru su curaci6n ni s alima ' puestii
wa e una fanrili d us entos 1a1
licenciado en derecho, lleg6 a ser auditor general de guerra. teniente
corregidor de Quito, fiscal interino de su audieocia y luego proteetor
cierto, era por su ocupaci6n o fuer a e comerciantes de ale . general de indios. Se cas6 con la hija del maestro de campo del Callao,
. es que no goz6 de 1 .a por su posici6n de hï anœ
panent.es. a relativa comodidad , J? menor, Io nieta de un oidor que ejerci6 tanto en Charcas como en Lima. Su
La posici6n social econorruca de sus hermana, hija del escribano, se cas6 con un pariente lejano, natural y
residente en Navarra, senor del palacio de Aybar y caballero de
rasgos, las mismas l~ ocup~c2ion al de los escribano
m ""o
~- fi c1os
. ·
y dignidad
meas
·
Lo .
s escnbanos de
s seguia a d
• gran es Calatrava.
regidor del cabild d es ostentaban. Andrés 0 camera eran los que La familia Suérez de Figueroa, en cuyo seno hubo escribanOS de
al cuerpo municio a~ Qui~ entre 1608 y 1644 ffazco Guzman (hijol fue cémaray de cabildo asf como varios receptores, tuvo t.ambién miembros
Castro Guzmâi P en Lim a frent.e al . ' Y en 1616 represent6 regidores (por ejemplo Francisco), abogados de mucho prestigio (Diego.
Valencia Le6n ;~~cr~necfa a la oligarqui~7ey.J Su madre, Maria de hijo del escribano de cabildo del mismo nombre). cont.adores dl' la Caja
genero.J entre l599ue Io~, ftt e igualmcnte regi~: dde G~ayaquil. Diego Real (Diego, el nieto del escribano de cabildo, y José), y en el siglo.>.'Yill.
Y 1604. l lld Su nie~ .10 Y procurador general e Q_m to, depositaiio hasta un alguacil mayor (Miguel) y un corregidor en Ibarra (,.\nt,oniol.
Andugoya Y Otalom Di ego, _que compr6 el ofi d_e la cm dad entre 1603 Diego Chica Narvéez, escribano de cabildo. fue regidor dl' Quit.o
Cénones. Lorenzo Brera rac1onero de la catedr c10 a favor de Nicola~ entre 1681 y l 701. Fue elegido alcalde de la Snnta Hennnndnd ni
Real hasts su nvo Pereira se ma t al Y doctor en Sagrndos menos una vez, en 1686. Corno gobcrnador que ern. hizo o:;tent.ac16n de
1n hIJO 'a . . en 1667· Alonso Sân ch
.. de un u mucrt.e ;uvo de tesorero de la cl\J·a su posici6n social y de su riqueza. al costear vnrins celcbrncione. ~
" m1 10 de n ez Mald
sn.rgento mnyor Ni 1 encomenderos S .. onado se cos6 con conducciones de Lropas en Quito, como quec!B mcncionado.
fnmilin de lu v· . co 1~~ Fernando de la.C u h1Jn Basilio fue muJ·er del Muchos de los escribanos se ocupnbiln. de formn pnmldn 11 su ofic10.
1 H!Ja u n sto · nrrera en actividades comercinlcs. Tnnto Andrés Orozco Gurman c<>mo 01<·go
Valencin Le6n fucron mult.ndos por el Con~ejo de Jndi 1ls pon "" moti,·o.
1onores de · benem "t crnc111 quit.ei\u c . · pcrt.eneciento n unn
. , es dcc1r
6n .OS• · de descend·
• on prote ns1ones
· uJ tftulo y
ientcs de conquistadores. yn que una C duln Reni do L616 prohibfn de formn rxpf<'>'tl <'J m.·r
l\ctividndcs comorcio lcs n los e8Cribnno-< de ci1mnr:1. L<>n•nt.O Bnl\'o
Per ira, sogün dcclori1rfll mt\~ tnrdl' ~u v1udn. tl'nill ti1•ndn~ ''
dcdicnbn , comprnr y vcnd<'r por mcdio d<' uno _lc!'C'<'.n1 P'''"""n" dt• '"
1
conlionzn, fin do tcnor qu'' conln1V<'1l1r h1s d1$po.<1c11ln•'" ri•ok. 1.11
110
0
viudn cstimnlm quil l'i vnlor de <'"' •bi1.>nl'>. ttxlo.' un nrn.no" dt> nn
Kln\i\io•'O. podln oHcil11r nlrt•ch•dur d,• Io~S0.000 P'"'°'. _nw.:11 C'hi 11
N11rvôoz h11hh1 1t1lll11dt1 ~u fortunu. t1l f!t1T<'C1'r. i•r11•I co1m·1..-111 cl1• Ir 1111·'·
con ol cunl HÎh'ltiô, Îh" 11 1I11w11H'. th·~pu ~ d<' lu ro111pni d,• 1111>. nb.1n111 d• 1

Ct1blldo.
Capitulo 8 71
70 ldentidad y procedmcia

La ·carrera empezaba
. pronto. Los futuros escn"b anos mi,.;.1-_
. A esar de que nuestras pruebas son algo lim1tadas, se puede
trabaio como ofi.Clales. menores de las escribaru'as en su ad0"""Uilll
1 ...
"" ,W:ar que el parentesco entre los escribanos era mucho mas frecuen·
LI egados a la mayona . de edad - 25 aiios _ • se esfiorza b an eseelltia.
edia e- de Io que se venia suponiendo. Hubo una repetici6n continua de
· · consegurr una escribania. La mayor parte d ee u'osem uun ta-
mente, te ellidos, a veces hast.a de apellidos dobles, cuyo caracter no muy
. por
su eierc1c10· con 25, 26 6 27 anos de edad·' del resto • l a mayona . .1 pezaba
· ·
apmun bace sospechar que se tratase de hijos y padres ode henn nœ.
su t rabJ aio antes de cumplir los 34 anos '· y so'lo u na mmoria
hasta · lllCJaba ~iego y Francisco Herné.ndez MarciUo, por ejemplo, pud1eron IM.'T de la
os cuarenta o los cincuenta antes de hacerse escrib 0es~raba misma generaci6n. El uno, Diego, fue escribano int.erino de provincia
Estos da~s confirman, hasta cierto punto, lo dicho ha: :· .. entre 1637 y 1642. Dej6 prot.ocolos con su firma en la primera not.arta
qw, 106 entre los anos 1662 y 1672 y en la cuart.a notaria entre 1646 y 1651.
nuevos
lad escnbanos. dependian
. ' en gran medida, d e 1as fiortunas acurn
~s. c:on antenondad, y no necesariamente por ellos mismo U· Francisco fue escribano del cabildo intenno a partir de 1655. aproxi-
pos1b~1dades de_ un joven de costear el precio minimo de 333 s. ~ madarnente, y luego titular en arrendamiento entre 1664 y 1673 Lo
mencionado arnba, dependia en realidad de 1 . pesos mismo ocurre con Alejo y Juan Bautista Nunez Mont.esdoca; el primero
padres ode herencias 1c--" · ' ~- ' as capaCldades de sus
=w 1ares m= que de las re tas "d escribano pûblico a principios del siglo xvrn }' el segundo reœptor a
su propio trabajo. Desde este punto de vista 1 n ~obnsegw as por partir de 1690. Uno puede preguntarse también por la relacion entre
personas independientes· e . , os escn anos no eran José y Manuel Castro Calderon, ambos receptorcs a finales del 1glo
respaldaban tanto e 6 ' . staban ligados a redes sociales que les XVII, o la que existia entre Diego Bautista y Lorenzo Mayorga,
con mica como moralm te 1 .
momentos y ocasiones deb' en , a as que, en c1ertos escribano del cabildo y receptor respectivamente.
misma solidaridad. , ian corresponder con el mismo apoyo y la El parentesco no era s6lo un rasgo de los escribanoo; titulares.
A la deuda econ6mica del pa d 0 - • Aunque se trata de un ejemplo ünico, la coastituci6n de la ei;eribania
inmaterial. Muchos de ~b se anadia el deber hacia la herencia de câmara bajo Pedro Tomas Sanchez Maldonado penrute P<'n:.ar que el
1os escn anos hï
o, al menos de gente ocupada fi eran JOS o 136 yernos de escribanos fea6meno podria h.aber existido igualmente entre los oficiale~ de
adelante al' examinar el
. pro ema e
°
bl en dcios de pluma.
las ·
Corno se verâ mâs pluma. Parece que el oficial mayor era Jacinto Suarez y que >u hijo
haCJan en parient.es· Andr . 0 renunClas, muchas de ellas se Carlos ejercfa de escribiente, al igual que su otro hijo. e;;ta vez adoptivo
de câmara en su hiJ·~ del es rozco Guzmân (padre) renunci6 el oficio El tercer y Ultimo escribiente era Diego Arias AJt.amirano, un mozo que
su yemo Francisco G6mez m1smo C nombre. · 1o renunci6, a su vez, en
, qmen
0
fue adoptado por Nicolas Andagoya y Otalora, él mismo e."Cribano d
oficio pllblico en su hijo Gas 7::~ Gaspar Rodriguez renunci6 su câmara y pariente de Pedro Tomas.
138

de Figueroa renunci6 el suy~a~el cab~ez de C6rdoba, ~ Diego Suarez Las mas interesantes - desde el punto de vista de 1 " relac:ione"
Urban de la Vega. Hubo por 1 °
en su yerno Diego Rodriguez familiares - eran las dos dinastias de escribanos: •J9 el compleJO
durante el siglo siguiente e~ meno~ dos casos, a finales del siglo XVI y Valencia Le6n/Sânchez Maldonado/ Andagoya Y Oi.aJora; Rodriguez de
mente el mismo oficio 0 d~s ,,Q'. e ? ~ermanos ejercieron paralela-
1 5
p· 0 11c1os smular . L . la Parra/ Arias AJtamiranoNùlamil y Tapia y la familia Suiri"z de>
_igueroa , ambos escribanos de cama es .. ws Y Diego Suarez de Figueroa, ambas mejor represent.adas en los Clladros siguienlc ·
s.iglo XVI ), y Juan y Juan Crist6baJ V:~ al mlsmo tiempo (finales de
tieron el oficio püblico a mediados d la ~elrde Agui!ar, quienes compar-
e s1g o XVII. 137

138 Véase· AGl Escribanl• de i:amara. 9148. 5o cuademo, pp 237-'!51 La _pœ:b1-


de ""
lor. Kste ant!li•i•
cunle.M di ""basa en. una muc.stra de un 15
lidad de qu~ los oflciales fueran pa,;ent.e> de lœ e><:nban 1.nulan- fix ..u[•-nd• P"'"
136 Este ext::~•h: 0~J: ::~~mac~n llObre su ct.'I ;~~de':, los escriba.nos de Quit.o,
citÏi· 29': onu o, Laml,ién. por ,José Bon':~{.;,.'c!pc-cliva. José Bono (Los prot.ocOIOS ... , op. cil .• P 30).
139 L ·11.n Munoz <Los escnbanos ... op. eit .• pp. 89- 95 •. rnfl>Oon6 uimb11., b
El t1Lular del oficio "'" Ju P ot.ocolos ... , op. eristen~ de dinastias de e.saibanOS, aunque en :::.u ca.so hm1tad ~ a 1 -<n nt
le au pifa c:n lta mucha& OUM: un, pero au hcnnano Juan C .st6b
·ncias Y enformedadcs. n al, Cl!<:ribano de S.M.,
de câmara.
-:i
t-:>
Valencia Le6n-Sanchez Maldonado

Alonso Sânchez ~
Maldonado
recept.or 1597-1627

Diego Valencia Garcia Valencia


Ant.onio Le6n
Slinchez Léon
Maldonado Compr6 el oficio camara
receptor 1626-1636 de camara para 1632-1636
camara 1636-1654 Nicolas Andagoya
su sobrino natural
..
()
't:I
~
hermana ():::=:::: Alonso Sanchez 1fNicolés Andagoya 0
de Diego Maldonado / y Otalora CX>
Arias cérnara illterino / cérnara 1678-1737
Altamirano 1663-1678 / Cri6 en su casa a
1
1
(hasta mayoria / Diego Arias Altamirano.
de edad de / tEscribiente de Antonio
'' Nicolas Andagoya ,. / Sanchez Maldonado,
y Otalora / " escribano pûblico
y de provincia
Pedro 'Ibrnés Sanchez 1738-1746 Manuel Rodriguez de la Para
Maldonado receptor 1727-1734 y carnara en arrendamiento
camara 1701-1726 1736-1738 1726-1734
b Antonio Villamil y Tapia
cémara desde 1726

Suârez de Figueroa

~=r
rn"' s,,,.. ,, F;gu,ro•
cémara siglo XVI
lT
Diego Suér~z
de Figueroa Luis Suârel de Figueroa Q'.
cé.mara desde antes de
1582 y hasta 1604
cé.mara interino en la
década de 1580-1590
";>.Q;
~
'<

l
Francisco Sulirez de Figueroa Diego Sué.rez de Figueroa
(regi dor perpetuo y encomendero) cabildo 1615-1627

~
'Ibmâs' Sânchez de Diego Sénchèz de Figueroa ;;
Diego Rodriguez
Figueroa (abogado, fiscal y protector de Urban
receptor 1657-1681 general int.erino) cabildo 1628-1642

J lubo, ndem{1~, un José Suérez do Flgucron


receptor hosto 1716 y lucgo contudor de lu
Caj11 Reni. ~
76
74 Capltulo 8 ldcnt1dad Y procedencia

. s Desde esta perspectiva, no~ tratll.ba


En Quito los escribanos no fonnaban una corporaci6n con vincU] d' hos profes1onale . . de la representaa6n 60Clal.
especiales y con vida ~dep~ndi~n.te: n ~Jenian o:ga~aciones Prop~
1
a.tribuidos a ic alidades sino de la e.sendcia ·a1
de tipo profesional, social Ill rehgioso. Las sohdandades entre ellos de sÎJllples form ridica de la real1da SOCl .
se hacian y deshacian siguiendo las circunstancias de cada caso y de su pues ta iIJlagen ve
cada persona. En ocasiones los escribanos perdonaban sus honorai;
08
cuando la parte perjudicada en un proceso era de su misma profesi6n.
Otras veces rehusaron respaldar a sus compaiieros caidos en desgracia,
negandoles los testimonios que les pudieran sacar de la miseria. Hubo
incluso alguoos casos de violencia entre escribanos en el mismo
ejercicio de sus cargos: de los aiios 1659-1661, por ejemplo, se conocen
dos casos de confrontaci6n fisica y verbal entre escribanos sobre la
ejecuci6n de sus tareas profesionales; ninguno de ambos casos fue
solucionado privadamente, sino que ambos dieron lugar a sendas
querellas criminales sustanciadas ante los tribunales locales. Los
escribanos, tan familiarizados como estaban con el procedimiento
legal, no eran capaces de solucionar sus propios problemas sin recurrir
a las autoridades institucionales. 141
Por otra parte, los escribanos se sentian unidos e identificados como
cuerpo por su uniforme de casaca negra y chupa sin golilla, peluca, capa
corta, espadin y sombrero de tres picos. Utilizado tanto durante sus horas
de trabajo como fuera de ellas, su traje les distinguia y les identificaba,
situândolos en un lugar determinado de la escala sociale institucional de
laciudad.
En aquella sociedad jerarquizada, los escribanos tenfan en comun
algunos privilegios garantizados por su oficio. En la sala de la audiencia
se sentaban en el mismo banco que los relatores (los escribanos de
~ar.a) o simplemente en los estrados (otros escribanos), ambas cosas
1mpos1bles para el comûn de los vecinos. Al contrario que el resto del
publico presente (salvo los nobles y los relatores) tenfan derecho a
manten~r la cabeza cubierta durante las audien~ias teniendo que
descubnrla s6lo cuando se dirigieran directamente al tribunal, nor-
malmente al hacer relaciones.
Los privilegios, asf co.mo el uniforme Particular, ubicaba a los
escnbanos dentro de .la Jerarqufa local. A imagen de una sociedad
c?rtesana, cada espac10, ceremon~a y derecho se observaba con preci-
s16n, por miedo de que su alterac16n cambiarfa el 1 · tan ·a
ugar e rmpor Cl
I<O Jos~ Bono (Los prot.ocolos . . ., op. cit., p. 30) moncion . . .
un 141
•cabildo de los escribanoe pUblico8•. 6 ln ex1stenc10 en Scv1lla de
Exp. 30.1.1659, AHQ, Notnrfo Io, 2, y Exp. 27.9.JGGl, AHQ, Criminalos , .
4
Capitula 9
Nombramiento y venta del oficio

I . e.Venta o merced?
El status personal_ d~l escrib~o depe~dia d~ ~~ factores: de su
osici6n socio-econormca antenor, del rmsmo eJercicto del oficio - por
~u importancia y centralidad en la vida local - y, por Ultimo, del hecho
de que se tratara de un cargo comprado y a menudo negociado. El
honor y consideraci6n obtenidos por acceder al oficio, y la transfor-
maci6n sufrida por los pretendientes - que tras el aprendizaje y el
examen, pasaban de ser «vecinos normales• a convertirse en testigos
privilegiados de la vida local - no eliminaba el hecho de que al fin y al
cabo, no dejaban de ser compradores de un privilegio con propiedad
condicionada, o con un simple arrendamiento. Aunque se pretendia
pûblicamente que el acceso al puesto s6lo dependia de atributos
personales (el informe sobre la familia) y profesionales Os préctica y
el examen), se sabia que no menos importante era la inversion
econ6mica que hacia el candidato; el oficio de escribano estaba
estrechamente relacionado con la disponibilidad de dinero, mérit.o
que, dentro del contexto y de los esquemas te6ricos del antiguo
régimen, no conferia a sus poseedores ni respetabilidad ni bonor y a
veces hasta podia perjudicarlos.
La venta del oficio de escribano era uns practica antigua y geueral-
mente aceptada hacia la mitad del siglo XVI. 142 A principios del XVII
(en 1606) adquiri6, ademâs, el caracter de uns verdadera transfenmda
patrimonial, al quedar abolida la limitaci6n de la venta a dos vidas y
hacerse perpetua la enejaci6n del oficio bajo ciertas condiciones. 141

142 Jorge Lujân Munoz (Los escribanos .. ., op. cit, p. 29) data el comienro de la venta
de escribanias en lnd.ias en 1559.
14 3 La mejor fuente para conocer las reglas de la venta de oficio., s 11(Ut siendo
Antonio de Le6n Pinelo, Tratado de confirmaciones reale.< de encomumdo.<. ofteW> J
casas en que se requieren para las Jndi.a.s occidentaks, Madrid, Ivan G<>nuilct, 1630.
Maria Jesùs Alvarez-Coca Gonzâlez (op. cil., en pp. 561-563) cnumcrn, cntrt' 111>
consecuencias de la venta del oficio de escribano, el cambio en el origcn :>OC1nl di J.,,,
escribanos la necesidad de amortizar la inversi6n econ6mica y la aP"rici6n del conc. pLO
patrimoni~ de las escribanîas, que afectaba a la conscniacion do :-;us rcp:i~tro~
entendidos como propiedad privada del escribano.
78 Capltulo 9 Nombramiento y venta del oficio

Siguiendo
"b estrictamente las di spOSlCIODes
. . d 1d rsonas, podia motivar largos pleitos sobre la suœsi6n. aunque ee
escn ano se conseguîa por méritos erso 1 . e erecho, el titul pensideraba que el orden de aparici6n establecia una precedencia. 141
supuestamente, la escrib . p . na es, loque se co ode CO Las personas nom bra das en 1a renunc1a . teruan
• que pre11entarse eo la
uso del tîtulo s· b an1a, es dec1r la posibilidad fi _mpraba era,
escri:a:~np~~at1ban ~ga~cer
. · Ill em argo, titulo . . . e ectiva d h audiencia dentro de los primeros 60 dias desde la fecha del ot.orga·
q(uien hadcia postura a una a menudo iniento y pedir ser recibidos de escribanos; en caso contrario,
marcan o, entonces difi . ra ener ya un t' os; 148 11e
tenerlo E te ' una erenc1a entre tftulo y itulo reaJ consideraba caducada la renuncia y el oficio quedaba •vacio-. Uns
. . . n es segundo caso la confirm . . compra) o podî vez hecha la presentaci6n, el pretendiente tenfa que demostrar me-
implicaba igualmente 1 '. ac10n de la venta a no
llevaba a la otra es d .a necesrdad de recibir el tftulo· en Madrid diante una «fe de escribano» que el titular seguia 149 vivo, o que VÏ\'ÎO al
im.p~cito de da~
el ~~~oque .~sma ~enta
en la habîa 'i!e;~muna
casa menos 20 dias después de otorgar la renuncia S61o si se dabao estos
eXIgiendo que los candida~ :~tir ~l eJercicio. Aunque s pronuso dos requisitos, la renuncia era considerada por la audiencia
Una practica corriente era renunciar en algiln hijo, yeroo u otro
nales, normalmen . s VIeran c1ertas cualifica . e s1gw6
otorgamiento de tî~~~ ~vel ~oera el mismo que en Io~~::~
profesio- familiar, tratando el oficio como un especie de herencia o de dote. Fue
por completo los requi~ito~e:as,
en estas ocasiones desapare~?e
hbre asi como Andrés Orozco Guzmân, escribano de cama.ra. renunci6 su
oficio en su hijo (del mismo nombre), quien a su vez Io pas6 a su yeroo
tes: el dinera agiliz b e ascendencia familiar d 1 ian cas1
a a el proceso y garant" b e os pretendien- Francisco G6mez Comejo; igualmente, Francisco Vega y Polanœ
rza a un final feliz.
renunci6 su receptoria en Diego Orozco Paredes, su yemo. Estos
Il. La renun.cia ejemplos y otros son, en gran medida, los que dieron origen s dinastias
de escribanos, familias en el seno de las cuales se conservaron algunos
Habia dos maneras . . 150
escribano: la renu .dis tintas de vender de oficios durante largos aiios.
ciones s;~il ncia Y el remate Amb y . comprar ei oficio de La motivaci6n de la renuncia, al menos en Quito, casi nunca ae
~ ares
banias, salvo en en la t ·
s ransferencias de Io . a. parecen en propor-
as Vias confesaba abiertamente en los documentas legales. Sin embargo. en
habitual de ca b~as rece.ptorfas, donde 1 s distmtos tipos de escri- varias expedientes resulta evidente que se trataba de una verdadera
La ren . m rar de titular. 144 e remate era la forma mas venta, que involucraba a comerciantes especializados en el t.ema. en un
. unc1a del escrib mercado de pretendientes y de negociaci6n. Diego Suarez de Figueroa.
eJecutado por escrito fr ano titiilar consisti
~ejez y cuando se r en~ a un escribano u~ ~n un trârnite formal, escribano de cabildo, renunci6 su oficio en Diego Rodriguez Urban de la
mcluir uno ~ esum1a cercana 1 h p lico, normalmente en la Vega en 1627. Al dia siguiente de hacerlo, pidi6 ante las justicias
· habiles. para0 e~;nos nombres de po:ib~ra de su muerte. 145 Podia quiteiias que revocaran el documenta de cesi6n. Explic6 que, al caer
rcer el oficio de escriban es1.;andidatos, todos ellos
o. La renuncia en varias

,... Las cifra.s exacta.s necesariamente habilidad profesional, ya que esta ûltima podia ser adquirid8 con
de oficio conocidas • calculada.s t.o
por 100 de remaiJe eeiudiadne en Qu:ia~~o en coneideraci6n t.od posterioridad.
transferencia no se • 7 por 100 de rcnunr~nl.e el siglo xvn as las transferencias 147 Véase, por ejemplo, AGI, Quito, 39, nûm . 28.
HB Aunque Jas cédulas reales fijaban en 70 dias el pla.zo. para prc,,ent.ar.e en ta
recept.orfa.s solfan especifica en los auto CJas, 8 por 100 d' eran las siguientes: 53 aucliencia, la pnlctica quiteila consisti6 en eXJg>r la prese'.'tac.16n. dentro de 60 dfas
(como la hemos !laser traneferidas caei aie e Y 2 por 100 de e casos. cuya forma de 149 Desde este punto de vista, el estuclio de las renunoas 10d1ca un grado <0rprcn-
concentraci6n de re:ado noeotroe). en donmpre por remates caeos UTegularee. Las
relativamente bajo atee en_las recept.orfa de prevalecieron j salvo la 4a receptorfa
dente de acierto en la estimaci6n de la fecha de la muerte. En la m~o.rfa de !<>5 CIL.'-"" la
renuncia se hacîa un mes, aprorimadamente, antes de falleœr el otular. e.< dCC1r ri
D 145 Sobre las ren~naci".::," aéun m~e bajae r:nr:ede ser ntribu~"a r~~uncias. La gran ~e ~umalvt
OCUm.entos para /a histo .V ~e, por ejemplo r C ' vez, a SU va) or
tiempo justo necesario pero nada més; esperaba al ultimo room.ent.o y .
bien su cercania o lejania. Véase, por eiemplo, AGI, Qu1t.o, 41, nuffi!>. B y 10 o AGl,

p. 108) y ~6n Pin~/: (~e l~.3.1634 (AHQ.'~:.,?:ito,


PP- 41-45) la Céd rui ue la Audienc · • a édula d 2
!},·1;8~
Madried (José Rumazo: Quito, 43, nuro.también,
160 Véanse, 15. . 38, mim ; 39 Y AGI , Quito,
en AGl, .Quito, . 39'. num. 49 y ln.
146 La renuncia en p:;s~t.' esF·aJmente en 1:10, 2, libro 'de ~~d:'o Aguado, 1948, casos de Gaspar Rodriguez y su hiJO Gaspar Rodriguez. de C6rdoha (e;cnh.1nf.o p11bl1CJ<l.
nas • d.b1 lcs. suponfa / 8 ":" Il, capftul -1660, mim. 91, y de las familias Sanchez Maldonado y Suarez de Figueros amba m~ncionRdo.
ab•hdad fnrrulW:" V- VI y VIIJ-X).
Y estamental y no
80
CapituJo 9

en&!nno, su familiale convenci6 Para Que renllnciara el oli .


BœBo morfa. Dio poder al escribano Juan del CestiJJo ~
que Io tratase y ~do Porsona de los censos Que tenr • "'1cuenti.'llloo renuncia formai, p
reso• entre loe dôiJ
la....,_,. ~
ara revocar su
un «contrato exp do mas que cit.ar
~
Îllten!eado. AlgUn tiemPo después le comllnjcaron Que 8 éste

térmm,. de~
-estaba hecha•. El mismo no Particip<I en ningùn lllOniento., escon154aSin embargo, no pu '6n existia una
blisqueda de candidat.os ni en la fijaci6n de los bres .l ya que, , su se~
vers1 Maldon
' ado. ••
ee'au.~
Sanchez
venta."' Si bien en este caso el agente promotor de la aa;o1n.,.., pape 'd en manos e . 1vendedor
esaibano, por otros ejemplos •abemos que se trataha a v..., de queda o n consecuenCia, e , él mis11;10
ar Y que, e . o Alego que .
terœn.s )lersonas Poco relacionadas con el duefio de la -bani, pag arte del compromIS ·. . nto del vendedor, 41.n
su p . sin el consentllDle 'gual ara su
ofrecida en venta,
la Degociacion era cuyo oficio era el de mercaderes y cuyo lituJo...,
cesionarios». arrepentirs~ 1.dio un trat.o 1 P trat.o~
J~~::d~ neg6 nci~:li: :~
152
forzado a la exisdte h
Siendo la renuncra y venta del oficio un negocio Partioular ""' Sanchez . o entre los os. reœ

~;:Oto ~~enlo ..me ~redeb


- · al lDargen dei sistema legaJ de transferencia de oficios, aunqu, a l de comprorms, de Gaona querla ser
no en contradiccion con ella, solia Plasmarse en un simple pape), O. de que oon éste
di esto a llegar a bre como el pnme
ninguna ceremorua, f6nnuJa fija o intenoenci6n notarial. Tal papoJ
inclura la identificacion de las Partes y del oficio en cuesti6n, el p...,;, .:":uo habia incluido su no.:, Su intenci6o era 1
P 't formai de renun . , de Gaona tras a
a )>agar y los ténninos de pago, NonnaJmente mencionaba una '"'"' su escn o ta con Rodriguez bre no
globaJ, de la cua) el comvrador te0<lrfa que pagar Jo debido a la Cajs econ6micos de la ve? como era la costum .
Real (fijado luego por las •utoridades) y el resto al vendedor. "' S6ioa y no an tes de la m1sma, h
r provec o indebido de
l la SI
trat.o
, te intenta ha saca d edactar e con
CODlinuac;on, y como "'DSecuencia de este contrato primario que " que es a prâctica (la e r , "do esa
Principio P<><lia œlebr- de fonna oral, el escribano en cuesti6n h"" argumento en un no se hab1a segw
la renuncia formal) q~~chez Maldonado y le
Uoa l'enuncia fonnai de su •ficio &ente a un notano, obedeciendo lu acept6 la postura de al
reg)ag "'-das sobre e"8 matena, mencionad., m'8 aniba.
renunc1a . ta y renunC18 . quedaban
Los contratos de ~e~ l oficio y a menudo erante
A J>esar de que los <ontratos sobre la venta y renuncia del oficio en>n
escritos -cillos y de car.icter privado, nonnalmente se consideraho
que •bfioaban a las P"""8, en especia] cuando quedaban pJa..,,adoo legal de transferenc~daad:saunque probabllemd:.mentlicitiâ
·d las auton tre toda a •
des....,. en docwnentos ••<ariales. Marcos Rodriguez de Gao•• " os po.r solo oaso, en ticia de sus .
ta1 - Y no s6lo la no. ·ento de los tribunal .
co~o
"'"'Prador dei •ficio de recepto, de Aionao Sânchez Maldonado" existenc1a. Hubo un
1613, J>Or <>iempJo, ale"" ante las juaticias que no debfan dar licencia a el que el contrato cia - lleg6 al conocmu testigo mencion6el
mero hecho de •-;;~•,:.,del oficio de:"'~Gu,.,.. ~ ?i
•~".!_El
162 mioono S..,,,."' P;.....,
or:;;;::';' U - ... qw" """"""-
"'"rl• •4o ""'' , d~ "'"" , '" re"'"'' ~
~""'""· Vé.,., E'P. ll. U .1627, AHQ,
En 1655, al dIScu de en 1630 entre An155 El juez busc6 y encon
«concierto» celebra. o obre su venta. d umentos del proceso.
Cosme de Oliva Atienza s Io insert6 en l?s oc darle copia de un
AffQ
'" i.. ~.. .;.. ..; ,, ,°""· '
Véanse, por ejemplo: Exp. 24 .12.1629 Üfi · . 3 AHQ, l firmado por los dos y 'bano del cabildo a. Sanchez Maldona-
Olic:ios l· Exp 6 2 1658 A.HQ Üfi · • cios, 1, Exp. 6.4 .163 , pape br , al e"n de Antomo d"'J
. . .
en~~dor tenr~
1

instrumento celebr;~~) y Martin Martinez e


lgualmente, o igo d tre el albacea , d Aybar (el compra
evaJuaciôn baja del valor d21 oficio un •nterés espec1aJ en consegwr una
do (el vendedor, ya
::C"~
88
ésta y el Precio ya fijado de Bnterna!: e 1autondades, Puesto que la diferencia entre

.,~.;.,,.,~ ,,.,,.'"""'"-""Y
''"' ., ~.;,....,..;:":,. ';: ~'"'~"""" """ °"'"
J>ago El cornprado,, sin ernbargo P<>dia ne de Venta iba destinada a él como su

~ ,......,. "'w1.:;"''°' ~oboJ Y fren_to • Io


"""""""
rnlUirno • Wde antemano) y su distribuciôn inte-
fijado JUn1 ta~l 'ilo "'""'·''"
adaptadas a un c1erto ! 54
155
AHQ, Foodo e
Exp. 4 .5.1655.,
x;:'Q·a1,, Oficios,
5 . 3,dePP·
1, hbro 1600-1628,
43
-45. Lanûm. 35! e~6~· del
transcnpci
4-0 de 15.5.1613.em
documento
• .. a no e "'l!Ctaba.
inserta en el apéndice.
82 CoplluJ1, 9

que mencionaba los términos de la Célli6n ..


pr~bar eu~ era el verdadero valor del ·o~~~lizados en C!HUJ ca . .
p 1116n
sobre el ptedo debid" de la transacci6n, buada en Ja 0 ...._
. . . . • . ~
e~unado hbrementé por 10.l:l peraonas ic10, o al menos c6 ll<J Par11 0 1 . de
rienc1a
au prop10 eJ<trC.'lc1ci o en e 1conoc1mumto que tuvîeran de •-
. . pedfa el par~r de lot
-
d1eron lugar a laa unicas pruebas d' que tomaron parte en cl mo fue d. as. Jnrnedlat&mcnte después, )a audwncJa
los contrat.os privados de ve t.a d ircc~s y litcrales que co .negocfo,
Aun a falta d
.
b n
e prue as mas directas
e escr1banfas.
a
nocemO!! de 0 ~:a.1es de la ~aj~ Real, q.uiene~ fundab~n Ru ùpini6n en au propi.a
experiencfa: se hrni~ban a m~est1gar HU~ hhroH de cuenta y a citar loi
presum1r que en la mayorfa d 1 o m s abu ndanLcs antecedentcs, es decJT los precJOs consegu1doR en ca80H de cornpraventa
tr~t.aba de una compraveni: o~ ca.:s de re~uncia -ai no e~ ~~ PUede parecidos, remontandoHe a v~ces hasta 50 anos atré.a.
m~ma inatituci6n de la reou: . va ani:enor. En caso contr o~-se Los oficiales reales no anahzaban nunca el por qué de JOii precio11, ni
ces16n sin renuncia aportab ~1a no hub1era perdurado ano, la mencionaban las condiciones especiales de cada negodaci6n o de la
valor. ioo Parece 16gi a a propiet.ario del oficio la' Y~ue una época en cuesti6n . De esta manera, ignoraban los cambios oc-urridos en
mCJlestia de acudir a co pe~ar, entonces, que quien s m~ d de su las circunstancias econ6mica.s y sociales de Quito. Ademé.a, paredan
hiciera para obtener: ::ib~nopliblico y otorgar unaeren:a~a
la sostener que el valor de los oficios era un dato objetivo, independient.e
fuera de caracter persona! f:efi~o. mayor, fuera de caracter DC!a~ Io de los térroinos especiales pactados con cada pretendiente, del desa-
se d l h.. o am1liar com , econ6m1co rrollo de los mismos ofici.os (si habfan decafdo o mejorado con el ejercicio
guro e lJO o df:l yerno o el oto , . o sena, por ejemplo, el empl •
p(:rsona (:SC()gida po 'l
U na re.
rgarruento del oficio y s h
u onor a una
eo de los wtimos eacribanos, si acumularon nuevos papeles ucorrientes•,
15
VE!Z que la audj . etc.), del tiempo y de la evoluci6n local. s
comprobar el valor del ei:cta admitia la renuncia La audiencia, centrada en la defensa de los intereses regios, solfa
r(:n casos de pri oficto, ya que segûn la Jey la , .se procedia a decantarse por el informe oficial, que normalmente fijaba precios mas
hubfora co .mera t(:nuncia, es decir . rrutad del mismo
1 d nsegwdo el ofi.cio mediante que el titular renunciante altos, ignorando las declaraciones contrarias de los testigos. De esta
OS emas C8SOSJ fua d . un remate ubl' marrera, consigui6 mantener artificialmente estables los precios de los
inlluy6 tante> n .estinados al rey. Este i P, ico) o su tercio (en
oficios durante todo el siglo XVII, a pesar de las quejas, probablement.e
d(:l titular a laenb la actitud. de la audiencia nteres econ6mico variable 159
en la de 1os h erederos justificadas, sobre la caida de su valor verdadero.
81. se trataba deora de co ns1'de rar la existe como .
d(:m~...:--' launa prim(:ra renun,.;~ 1ncta y validez de la renuncia Efectivaroente, a partir de la década de los cuarenta y al menos hasta
aeldUQ por CUesti , d ~...., as parte finales del siglo XVII, todos los testigos observaron 160 un cambio en Ja
t(:nuncia ; en cual ui on e si habia que remata s no se. preocupaban
valor. La Jucha seq in:~ cada una de ellas r~ e~ ofieto o aceptar la
naturaleza y rentas de los oficios de los escribanos. Declan que el

diferencia (:ra entr :ficaba en los otros c biria la mitad de su


mitad Y dos ter . e(reci r la rnitad o un te . asos, es decir cuan do la
ctos en el d rcio (en 1 1 ~ Esta parece haber sido, en general, la actitud de la burocracia del AnLiguo
convirti6 a m(:nudo en 1 caso . e los her(:deros) E e caso. del reyJ o la Régimen hispano. El salario de los oficiales, por ejemplo, fue el mismo durante mas de
d(: ambas partes rfiscaf de
cuesti6n central Para sta c?ns1deraci6n, se 20? anos, en los cuales las circunstancias locales variaron considerablemenie. El
Pnmer reajuste en los salaries de los rnïnU;tros de la audiencia fue Uevado a cabo .s6lo
probar o negar la valid y hi:rederos del eserib ternunar las postura en 1776 .. ., AHN COdices 710B , ntun. 253, p. 203 y John Leddy Phelan: The Kfogdom
El valor del ofi . ez de la renuncia im ano) en la Jucha por of Quito in the hth Cent~ry: Bureaucratie Politics in the Spanish Empire, ~adison,
d C10 Be dete . . University of Wisconsin Press, 1967, pp. 143-149.
espués de un doble rmmaba por (:1 Acu
testigos por parw delP~oceso. El Prim(:r cau,.r. erdo de la audiencia 159 Véase, por ejemplo, Exp. 4.5.~655, AR~. Oficios, 3. . .
60 Véase, por ejemplo, AGI, Qwto, 41, num. 22, AGL Quito, 43, num. 18 y AGI,
1 · mt(:resado· era J-.ç 1
re acionada con el rnund d , solfan ser esc 'b a presentaci6n de Quito, 44, mim. 4. El fen6meno continu6, al parecer, e mcluso empeor6 durante el siglo
o e los oficios de 1 ;n anos u otra gente xvrn en el cual se escucharon quejas que bablaban de la falta de dinero. Jas epidemias
y la e~casez En este u}tiroo siglo, sin embargo, la audiencia reaccion6 de una forma
&d.arad! ~~ eù:I C>fkio ~nia, en
i:11; El ro · · P urna d
Y eclaraban su distinta· a diferencia de la postura que hahia mantenido durante el xvn. se mostr6
)<, mü.ad
lt.7 \li
d~ suo~auloer:ra

por falta dt: renun~ ~e rema.1.1; - e~ d.,,.:
uera por t ~• r cuand 0 .
dispuesta, ocasionalmente, a_reconocer las estima?ones de los testigos y a b;ijar los
~. p<>r ejem plo Ex ra call8a d. su ofic10 era precios oficiales de las escnban!as. Véase, por eJemplo, Exp. 10.10.1721, AHQ, la
Notaria, 11yExp. 29.1.1742, ARQ. O~cios, 30. Esta actitud fue influenciads, en gran
CJ _
' p. 16. 10.1655 AHQ, Oli . 1!recho a percibir
' tti.oa, a. medida, por la disposici6n de las autondades metropohtanas a reconocer el camb10: uns
84 CaplluJo 9
Nombramiento y venta del oficio 85
valor de todos los oficios de pluma en genera] (h .
especial a los de escribano pûblico, receptor, de pro~c~endo referen . recios de un pliego variaban dependiendo del tipo de i;eUo. El
los procuradores) habfa descendido a raiz d 1 cta, de cabiJd0 Cla ~:: sello y el mâs caro (de 24 reales) debia ser utilizado t-n
ac ti. Vl'd a d econ6m1ca
· en la zona, debida _ segu' e all red ucc16n · de Ya pri chos de gracia y merced. El segundo, de 6 reales, se usaria Milo
dine ro, a 1a d esapancion ~
· "' de muchas pulperias y n 1e osb - a Ja •aJta 1 despa · d e co~1as · 'dicos, d.e escnturas.
· d e d ocumentos Jun ·
da en la primera pâgma
1 · · Al a a Po rez e tamentos y contratos, truentras que para las demâs pâgmas b881.llria
a provinc1a. gunos mencionaron también la P li" . a genera( d
. tan . d b . ro ierac16n . e tes el tercero. El sello tercero, de un real, se utilizaria, aparte de Io va
ms · c1as e tra a10 de las cuales los escribano s no sacaba reciente de ~a .
por e1emp1o las causas de oficio (especialrnente 1 d n Provecho encionado, en todos los documentos presentados ante jueces y otraJ;
pobre~, en 18:' cuales estaban obligados Jegalmentea a ~:~~~s) Y las d~ Jllutoridades. El cuarto Y mâs barato (de un cuartillo) sen'Ïria para
~espachos de ofi.cio
gratuita o srmplemente sabian por experiencia q Jar de fonn 8 w en los tribunales y para document.os de pobrei; .
cob~ar. La frecuencia de obligaciones sin contrapre:~ci~ era Posible indios y solda dos.
La obligaciôn legal de usar el pape! sellado fue acompaiiada de
hac1endo cada vez menos atractivo el oficio de e 'b n alguna fue
tamb"é . d sen ano Los te 8 ti sanciones contra los escribanos y demé.s funcionarios que no la
~ n se que1aron e que no se tomaban en conside ·: 1 gos
ocurndos en la definici6n de los oficios y la c era~16on os cambios obedecieran. Dichas inclufan desde simples multas hasta la suspen-
escrib aruas ' que necesariamente habfan hecho d" r ac1 n de si6n del oficio, aparte de la nulidad de todos los document.os redactados
. . nuevas
de ~egocios en las demé.s. Esto era evidente or e ~smmurr la cantidad en contravenci6n de las instrucciones de la pragmâtica. Segûn 106
ofic10 de escribano del cabildo que a partir ;t
1 J~mplo, en el caso del testigos, el aumento consiguiente en los precios de la actividad notarial
y procesal produjo una reducci6n en su clientela, pues a partir de 1640
una reducciôn en sus actividades, debida eena a1cada de 16_20 sufria
exclusi6n de los asuntos de la Santa Hermandadguna medid~ a su
el publico evit6 en la medida de Io posible el recurso a los escribanos.
La postura de la audiencia, que adopt6 la opiniôn de los oficiales
una nueva es_cribanfa especial para este juzgado. 16?
a la creac16n de
reales y rechaz6 la versi6n de los interesados sobre la valia de los
Para enfatizar la situaci6n de crisis 1 . .
sobre el valor de los oficios hicieron hi ' os. ~~tigos llevados a declarar ofi.cios, acabô produciendo, desde mediados del siglo XVII, una crecien-
negativos de la introducci6n del pa lncallp1ed, igua lmente, en los efectos te desproporci6n entre el precio y el verdadero valor. Caus6 al endeu-
pe se a o Aunque ofic" lm damiento de los escribanos de Quito, que no podîan pagar Io acordado
presen tar a como un sistema de al"d "6 d . ia ente se
mas en la bûsqueda de legalid vd 1 a~ n o~um ental y como un paso en el remate por ser, normalmente, una cifra desmesurada. IG4 Creô,
privados, de hecho el pape! sell ad en os escntos tanto pûblicos como ademé.s, una situaci6n endémica de oficios vacfos, criticada tanto por
165
. a o no era mé.s qu e . las autoridades locales como por las metropolitanas. Ni unas ni
so bre e l trabaJo notarial y ro al 162 un nuevo 1mpuesto
pragmatica de 28 de diciep bcesd . lmplemen tado en Indias por la
• • m re e 1638 a rt " d
imp 11c6 la construcci6n d • pa 1r e enero de 1640
. . e una nueva bur · • 163 Marti.nez de Saünos, op. cit., pp. U8-120. Sin embargo, no poroco que p<•rm11wra
a d1c1onales para Lodo el t . ocraci a Y supuso costos Io recaudaci6n de grandes cooLidodes de dinero. Segün Mart.inez d~ Salin ~ Cpp. ln-
escrilo. que uviera contacta con e l mundo oficial y 178) • e recaudnron por este impue•to 6.077 pesos de o ocho prOC\.><lcnl<'• de Quito «n
1642 , 1.743 e n 1643, 9.801 en 1644 y 6.421 en 1645. Otro ejemplo, del µmodo 16!16-
1687 esLâ en : Exp. 3.8.1686, AHQ. Reni Hnciendo, 5.
164 Es pinosu de los Mont.eros , por ejemplo, al rcnuncior su oficio d~ ~,..;ribuno de
Cédul1J Rt11l dt 17. ll.173G inscrllJ en E provln cia on 1691 confcs6 no hnbor pa!(ado todovfn la parle corrcspon1hcntc de •u vulor
aul.ondodcs quit.enr1" rcvaluar cl r , xp. 7 . JO.I 747 , AHQ, OlicioR 34 n los hercdcros d~ su anLecesor, Rivodeneyrn: AGl, Quito, 72. De igual mnnl'rn .Io>• dt<
tn(mcionur •1mplem1mt.c la ' Il' P cclo de loa oficioH y ub d ' ' orde n6 n lus lu Pue nlc qucd6 dcbicndo dinero n li\igo Anlolincs .de Valdés, su onw<:e>-or •·n l'i ofic'.o
lfJ.1 VéaRe: Exp. l l.JJ.l ~. 'J;;iQu;;o ? c dincro pogodn po/eÏto~no r lu prdctico de
62 de provincia. Similur ero lumbién !!I coso de f'ronc1 sco B11ourio, qmcn p1: rd1ô >U oftrin
11 '~ Sobru cl pnpcl Kcllodu, véonK~
<L<J 1mplrm1•nlf1ci6n del i
,:c•o•,
8
1
·
lrnbuJoa de Morin Lu '
· por no pogur a ln Cujo Reni.
16t1 V6nse, por cjcmplo, Io pelici6~ del procurn?or gcnernl del cnbildo dt' t69i . AMQ .
Nucionol de fii•Lorio 1986mp';:Rto def papi'/ H<•llado en lnd '•sn Mortfnoz do Sn linos SecroLorfn Genernl , Libros de Cobtldo, 00016, m•c.rlo con Io, n<1LOs dt' acu1 rdn d•
dur11nte Ill tolonio : Vali.dn~l, d:g~I ~ICRCt> 'l'orrono (.EJ Sollo ;;:;'~! Cnro~11R, Aca domin
(1981) pp. 609- 62 8).
1 0 ocnmc nlllcl6n publicn . d" on H~8pnnonm6rico
oclubre de nquel a"o, y lu Céduln Rcol y orden Vlrremnl 1nserioo nmbo ron cl ..ctu rdo
dol cabildo de 7.8.1663 en: Oust.ovo Chiriboga, cd .: Libro de cnbildo d• ln cwrlarl t1
'" •nnu., Il1dalg ufa , v. 29 Quito 1650-16.';7, Quito, lnstiLulo Municipal de Culluro, 1967, pp. 2.'l9- 24 2 En 1626,
86 Copftulo 9 Nombramiento y venta del oficio 87

otra~, sin embargo, no repararon en .


negltgencia de los jueces, sino a las ;u~ la s1~uaci6n no se d
nfirmado por Madrid. Cuando, posteriormente, les lleg6 la noticia,
se encontraban cornpradores porquepe~p1~s
.eXJgencias del a lasis~ia CO taron por pedir una indemnizaci6n econ6mica Ga devo)uci6n de llUS
:versiones y de las rentas conseguidas en el oficio entre la fecha de su
mas alto que el valor de la tran .6 piec10 que se exigfa ma: no pérruda y la actual) y no ~or volver. a ~jercer como escribanos. iœ
ReFijado el precio, el pretendie~~:c1d:i;_Yolveremos
a ello e:~~·~cho El control de las autondades qmtenas sobre las confi.rmaciones no
al su parte correspondiente, mas el . ia pagar en efectivo a 1 iCa., era del todo diligente. Hubo casas en que la falta de confirmaci6n fue
acabar este tram ite podia se . impuesto de la media a a.ia
al oficio mediante un . r exammado y, en caso de éxito anata. Al revelada 17 o 18 anos después y otros en los cuales s6lo 170 después de la
Juramento publico y ceremonial. , ser recibido muerte del titular el fiscal se dio cuenta del problema. Incluso se
Uegaba a adro.itir renuncias de escribanos que no habian presentado
todavia la confirmaci6n y que, por tanto, no debian considerarse dueôos
III. El remate publico
de sus oficios ni tenian pleno derecho sobre los mismos. Los fiscales de
La segunda forma de acceder al fi . Quito solian hacer peri6rucamente campa:ôas de contrai, en las cuales
°
preg6n •, pracn·ca dos cuando el ofi · CIOd era por via de1 «remate
~10 vacan~
pedian a los escribanos de câmara que prepararan listas de las
en el oficio podia deberse a v se eclaraba «vacfo,,, La personas sin confirmaci6n para iniciar procesos para declarar sus
c~rrespondia a las exigencias 1:r1a~s razones : una renuncia que no oficios vacantes. 171 Corno en cualquier acto judicial, hubo escribanos
172
c1ado al oficio o la falta de confi g e.s,' una muerte sin haber renun- que consiguieron defender su oficio y hubo otros que lo perdieron. El
normalmente fijado en el . rma:10n real dentro del término legal propio Consejo de Inruas estaba dispuesto, a veces, a dispensar a los
aiios: rmsmo titulo Y lirnitado a cuatro o cinc~ canrudatos que no hubieran sacado a tiempo la confirmaci6n, a cambio
173
. ~1i~ntras que el rechazo de la r . de que hicieran una «donaci6n graciosa».
Jun~cos era relativamente raro e~unc1a en base a argumentos
166 Declarada una vacante, a petici6n de cualquier pretendiente o del
nos sm renuncia, la falta de confum a~1 como la muerte de los escriba- fiscal de la auruencia, se procedia a fi.jar el valor del oficio. En este
un problema endémico aci 6n en el oficio parece haber sido proceso, al contrario de Io ocurrido en casos de renuncia, el precio del
negligencia ni a la exi·g'eqnu~ ndo se debia, necesariamente ni a la oficio se deterro.inaba solamente a partir del informe de la Caja Real.
drid. 167 Aunque ambos factore
c1a e pre · mayores por parte• de Ma·
t c1os puesto que no habla todavia, al menas te6ricamente, una ~ 17
~ta de confirmaci6n fue d b"ds ac uaron en ocasiones, a menudo la interesada directamente y con derecbo a intervenir en la tasaci6n. '
mterrupci6n de las comun~c~ .a a problemas objetivos, tales coma la El informe de los oficiales de la Caja Real era idéntico en los casos de
galeones, etc.) o la muerte . c1ones entre Quito Y Madrid (falta de renuncia y en los de remate; sin embargo, su influencia era mayor en el
corte
. · iœ Otras veces Io ûnicomesperada
q J: del agen i e irarnjtador en la segundo caso, por ser la ûnica fuen~ de informa~6n. Aparte de
caci6~ ~ escribano de la respu:s~ a 11 a~~ era simplemente la comuni- congelar de forma artificial los prec1os de los oficios - como ya
es~ ult1ma raz6n, Lanto Martfn M positiva del consejo de Indias. Por
Chica Narvâez perdieron sua oli . ar~nez de Aybar como Diego de la
1 169 Véase, por ejemplo, Exp. 19.1.1679, AHQ, Oficios, 8.
mente : no supieron ni pudieron Pciosb e camara y cabildo respectiva-
ro arque a-nos atras su puesto fue 110 Exp. 6.4.1633, AHQ. Oficios, 1. .
111 Véase, por ejemplo, Exp. 7.1.1690, AHQ, Ofic10s, 10. .
112 Se podia, igualmente, y como en cualqu!er proceso, apelar o suphcar .la dec1~6n
..
de la audiencia en esta materia. Véase, por eiemplo, el caso de ~uanBauttst.a Nunez
~r éjemplo, no huho nin nln Montesdoca, quien defendi6 su oficio en 1695, o el de Exp. 7 .l.169o Y de E>1>. 12.2 1695.
Exp. 27.8.1626, AHQ, OCici~B 1 post.or al oficio de rcce
iœ Conocemoe s6lo cuat ' · ptor que se hollobo vacant.c: ambos en AHQ.
173 Esta fue suOficios,
oferta 12.
en el caso de Diego Chica Narvaez, amba . menciono.
· do
validez a una r<:nuncia, lre:~:':::~oB8 en los que Io Audlencl 8
. 167 Corno ocurri6 en el casa del por.heber pasodo el té ~e Quito se negaro a dor
. 174 Los testigos sobre el valor del oficio dedaraban 51empre por part~
de una pcn.on•
CJ"~flo. cf!Cribono de provincio~~no lega! d e prese?leci6n. rec1b~r
g~t<>S
interesada. La audiencia de por si se 1im1taba a el informe ofioal. que deb1a , en
Leoria reflejar la realidad. De esta forma , la aud1enc1a evitaba los mvoluc:rad°'
Véase, por ejemplo cl caso d iego Ruiz de Pad1lla, por en la ;ecepci6n de las declaraciones de los t.estigos (honoranos de escnbano, paJ>"l. etc. l.
22) Y AG!, Quito, 45, nur:.i. 3. e 01 ~go de IR Chien N orvaez !AGJ, Quilo, 41, num .
Capftulo 9 Nombramiento y venta del o6cio
88
dijimos _ el informe de los ofici~~s produjo ~ veces en una verdad .. do el precio, se procedîa a dar 30 pregonee, oormaJ.meote uoo
trampa administrativa. La amb1c16n de repetir los precios conse .era . FJja
. durante 30 dias segw"dos, anunc1a0 . do que eJ o6cio de fulaoo
· 1as nuevas c1rcunstancias
· gtùdos
anteriormente no s6lo llev6 a 1gnorar d dianbo a venta a tal precio. Durante todo ese tiempo lœ ioteruadol
ciudad sino también a olvidar que cada caso de compraventa tem e la esta
odian a presentar «posturas~, es decir · fiorm ular ofiertaa de precioa y de
1
suyas. Entre 1667 y 1680, por eJemp o, a au enc1a se vio incapaaas
' · 1 1 di · d P d'ciones para la compra del oficio. Cada poetura teoia que eer
vender los oficios de escribano de camara y de escribano public: de con 1
«adrnitida» por la au di enc1a
. y, a m edid
. a q~e se a dmiuft- .
....,_ ibao modifi-
cabildo. 11° En ambos casos el remate anterior _habla alcanzado e~ do el precio pregonado, anunciando, 1gualmente, el nombre deJ
extraordinario precio de 24.000 pesos de a ocho, mientras que el Precio cantor El criterio de la audiencia al admitir las pretensiones incluia
normal debia estar entre los 15.000 y los 18.000 pesos en el caso del po~to Îa procedencia familiar y estamental del postor como el precio y
t
oficio de câmara y en torno a los 10.000 en el caso del oficio publico de a fr ,
Jas condiciones que o ec1a.
cabildo. La audiencia insisti6 durante trece anos en su intento de En caso de que no se formulara ninguna oferta o de que ninguna
conseguir los 24.000 pesos, por supuesto sin éxito. Su fracaso le llev6 fuera admitida por la audiencia, se podian volver a dar otros 30
finalmente, a un cierto compromiso con la realidad y al remate de esto~ pregones. La decisi6n de renovar los pregones podia repetirse cuantas
oficios en un valor mas ajustado. veces se creyera necesario hasta conseguir posturas que se juzgaran
Lo increible en esta historia es que, durante los largos aii.os en que los aceptables. Hubo ocasiones excepcionales en las que los pregones se
oficios estuvieron vacantes, desempenados por interinos o en arrenda- repitieron hasta diez veces, es decir un total de 300 pregones para
miento, nunca se intenta averiguar por qué se habia alcanzado aquel vender un solo oficio. A partir de 1644 se institucionali.z6 la pré.ctica de
precio de 24.000 pesos, ni analizar si era posible mantenerlo; concre- pregonar los oficios de Quito no solo en la propia ciu~ad, sino .~ién
tamente, se ignor6 que habian sido dos casos de compraventa muy en las ciudades, villas y asientos cabeceros de los demas correguruentos
particulares a favor de menores de edad (de ocho y doce anos respecti- 177
y gobernaciones de la provincia. . . .
vamente) bajo condiciones especiales de interinidad. Se habia inten- Acabados los pregones, se procedia a la venta publica del ofioo. La
tado, sin éxito, hacer del precedente ûnico y excepcional, la regla. ceremonia del remate tenia lugar en las puertas del edificio de la
A pesar de la concepcién personalizada del oficio que predominaba audiencia que daban a la Plaza Ptiblica (Plaza Mayor) de la ciu~ La
tanto entre los propios escribanos como entre sus testigos, segiin la cual presenciaban un oidor por turno, el fiscal, el contador de la CBJ& Real.
el valor de la escribania no era neutral ni objetivo sino que dependia de un escribano y el pregonero ptiblico. Este ultimo, en al tas e int.eligent.es
sus propietarios (sus relaciones, su inteligencia y su t rabajo), las voces repetia la formula de la venta: «quien quisiera com~rar Y paner
autoridades mantuvieron durante toda la época estudiada una postu- en precio» el oficio tal que fue de Fulano de Cual, al precio de tant.os
ra opuesta. La ûnica circunstancia persona! que tomaban en conside- pesos (o al cual ofrece Fulano de T'.11. ~l precio ~e... ). Cuando los
racién era si la compra de la escribania suponia la venta de otro oficio· ministros creian que ya no habia pos1bilidad. d~ ~as postores, ~
es decir, si el comprador era propietario de otro cargo administrativo ai orden de anunciar el Ultimo pregén y el aperc1brm1ento: •no hay qwen
que te_ndria que ~enunci~ necesariamente a raiz de la nueva compra. diga mas, a la una, a las dos, a las tres; que buena, que buena, que
Esta crrcunstancia garantizaba a la Real Hacienda una renta adicional buena». Con estas palabras el oficio quedaba rematado en el ponedor
la p~oducida por la renuncia del cargo original y, por tanto, fu~ cuya postura hubiera sido la tiltima pr~gonada. ~l remat.e concluia COD
cons1derada favorablemente por la audiencia.176 la ratificaci6n de la oferta de éste mediante un 1uramento.

1 76 AGI, Quito, 33, carta del fiscal de 6.2.1673 y los documentas an · ,


AGI, Quito, 43, mlm . 15. eJos, as1 corn 0
176 Véase en este sentido, por ejemplo, la 177 Véase, por ejemplo, A~I. Quito, 41 , n11m: 22. La pnicti~ co~traria. es decir, el~
r~ de. Guerrero, escribano de la preg6n de oficios de provincia en la capital, Quito, era una obligaci6n legal deede el lliClo
gobernaci6n de Popayan y su consideraci6n iencia: AGI, Quito, 43, num. 15,
en pp. 17 y ss. XVI.
-Oap{tQio 9

~~era m'8 solemne que reaI, P8rs>


~ro'du,jo Yerdadero regateo; en 1657, por
• · que~presentaba, ademés, el valor constant.e del
tre,œpt.or, el de 1.000 pesos de a ocho, fue elevado
JMP.tA basta 1.520 pesos, debido a la presencia de cinco
8En1662 ocurri6 lo mismo con el oficio de escribano de p
que subi6 de 1.5001~ de a ocho (su valor estimado) a 2.00() Peaol
debido al regateo. La presencia de un solo postor tampoeo 8~·
ba, necesariamente, el estancamie~to del ~r?cio. A ~esar de la falta ~
competencia real, algunos pretendientes un1cos me1oraron sus ofertaa
durante el acto pliblico, a instancias de los ministros presentes. ieo
Los postores eran, a menudo, los mismos escribanos que habian
venido ejerciendo el oficio en venta antes de que fuese declarado
vacante, tanto en condici6n de interinos (como fue el caso de Francisco
Hernandez Marcillo en el oficio de cabildo) como en la de propietan
08
que habian perdido el oficio por falta de confirmacion (el caso, por
ejemplo, del reœptor Francisco Valverde Aguilar) o, posteriormente,
por haber terminado su periodo de arrendamiento; todos ellos consi-
guieron, a pesar del remate y por su medio, mantener sus posiciones
anteriores.
El remate del oficio se hacia normalmente en quien ofrecia mâs
dinero o mejores términos de pago. Conocemos un solo caso en que los
ministros prefirieron una apariencia de rectitud y de idoneidad a un
precio algo superior; bajo la excusa (no documentada, pero posiblemen-
te verdadera) de que el mejor postor no era digno del oficio por ser
reputado socialmente como un mestizo y de nacimiento ilegal, prefi-
rieron a su oponente, que era de mejores caracteristicas familiares y,
ademâs, tenia experiencia en el oficio. Perdieron asî 50 pesos de a ocho,
la diferencia entre la oferta de uno y de otro. 181
El remate no solo incluîa un precio a pagar; contenia, en realidad, un
contrato entre las autoridades y el comprador. A rnenudo se trataba de

l78 AGI, Quito, 41, nüm. 6. De forma similar, en 1726 el precio a scendi6 a 1.400 pesos
por la presencia d~ tres po~tores: AGI, Quito, 38, num . 43. En una ocasi6n posterior, un
nuevo posto.r al mis.mo oficio, refinéndose a Io ocurrido en 1726, aclar6 que 1.400 pesos
era un precio exces1vo, que no respondfa al valor verdadero de la escribanîa en venta
sino que era resultado de •temas de remate y por diferentes intereses•. '
119 AGI, Quito, 41, num. 10.
180 AGI, Quito, 38, num. 59.
181 Véase AGI, Quito, 45, num. 3. La experiencia como una circirnstancia a favor de
un postor fue mencionada también en : AGI, Quito, 43, num . 15.
Capitulo 9

prdida la receptoria ante su ausencia cont. d El caJDbio de postura de Ma~.d, que pe~~~
wica se hubiera presentado en la audienc·1a mua
para ad Yelfihecho de 75 los arrendamientos, pro. UJO una .ve~~
~ despachos. 8610 quedaba obligarlo a pag 1 ~ anzas ni 16 : . n de escribanias en Qwto: a partir de fioalu
•unque nunca lo hubiera ejercido ni probablemar te precio del oficio 6
J.... l te-~ 186 D scub" ' en e supie . , provt~~ente tras el restablecimiento de la a ·
'l'"""' o 1.Ua.
. fu e 1erto en Guayaquil • fue puesto en p ra· .a tiempo espeCln'a de los despachos fueron rematados en alquile,I;
mayo . · .1 -..-
PQC(>S b lenes eron embargados. De nada . . ns16n y 8,,b
, tid d Sll"Vleron sus e l. ..., rida por los postores, p~r requenr. ~ comproDl.ISO a p~
en e1 sen o e que no esperaba que el remate li xp icaciones
h~ en el mismo varias irregularidades (rem:~e ::elan~ Yde qu~
&elS meses después de recibir la postura s· t
e::
senc1a, mas de
una inversion econormca mas limitada y menos 8llr1.eil!l.ll
arrendamiento era mas c6modo por no exigir co~
té · · • m omar en cons·d · suponia, también, un ahorro econ6mico: no bacia .falta pagar
. ~os particulares que ofreci6 en ella, ni tan . . i e~ac16n los de las copias autorizadas de las actas de remate y~
JustiCUl queria su dinero y, al fin, Io tuvo. s1qmera c1tarlo): la del procurador en Lima y en Madrid, el precio del flete, etc.
La época de transici6n era dificil: los titulares que no co1nsegi~~
rv. Los arrendamientos Y la crisis del siglo XVIII su oficio fuera rematado en propiedad sufrian daiios econ6mîèo8
poder disfrutar de su parte correspondiente del valor del m.ÎSDlQ
La administraci6n central v il, su venta definitiva, que a veces nunca lleg6 a plasmarse o, aJ
la del arrendamiento duranteactoodentlre _la practica de la interinidad Y
o e s1glo XVII. H b , tard6 aiios en hacerlo. Para minimizar el perjuicio, intent.aban
prefiri6 l a primera f6rm l , u o epocas en que
. u a y otras en que t' 1 el ejercicio efectivo del oficio (el alquiler) dentro de su
prohibiendo una practica co t d op o por e contrario
.
no era simple· los te .
mo o ra e forma lt
a ernante.
187 . '
La opc16n pretendian convencer a las autoridades para ceder, al ~
El Consejo de ~
m· 190
. . ·
oficio, llllentras que la rmos no pagaban 1 d
por e erecho de ejercer el parte del disfrute del arrendamiento.
· compra o el arrend · · aprob6 las primeras peticiones, cambi6 de postura post.eri
sas cant1dades en el erario al p anuento mgresaban diver-
tense expresaba continuam re te. or otro lado, la burocracia matri- neg6 a admitir el derecho de los propietarios a una parte del
191
arrendar los oficios disua~n su te~or de que la posibilidad de oficio antes de su venta definitiva.
en propiedad, puesto que a 1.os posibles candidatos de comprarlos El arrendamiento se limitaba, por ley, a un plazo de tres
c6
modo. La frecuencia de la e1 pnmer t rarmte
' · era menos caro y mas introducci6n en Quito cambi6 el caracter del empleo de los
. P zas vacantes 188 . Los oficios, propiedad, anteriormente, de la misma ~ U"i. __,.·
a final es del s1glo XVII y d te . ' espec1almente llamativa
monarquia a adoptar una pour~. , el siglo XVIII, acab6 por obligar la largos aiios a veces décadas, perdieron su caract.er fi.JO. puesto
0 Ptando, por fin, a favor de SlClOn mas clara Y expresa a este efecto, partir de lo~ alquileres su ejercicio se reducia a un plazo Iimitado.
1os arrenda · funcionarios cambiaban continuamente y, a menudo, no l~
~ns1"deraba que el oficio quedab mientos. En estos casos se obtener la misma identificaci6n con el oficio, ni la misma experienc:ia
· · efectivo fue pe...,...;t·d acomo prop1e
e~erc1c10 · d ad del rey pero que su
al quiler. J o a los
de sus hom6logos en las épocas anteriores. El mercado de preten:mi:nœs
•UJ.J.
cand"d1 atos que ' pagaban el y de cargos se hizo mucho mas dinamico y habia un mayor mo~ento
de personas entre un oficio y otro. Cada uno buscaba meJOr&r los

. 186 Las autoridades se inter b


189 Véase AHN, C6dices, 684B, mi.ms. 28 y 34 en p~. 39-;40 y~- En rea:Jidad, no
ignoraron los derech d 1 .esa an solamente
187 Las cédulas d os25 e2 prop1etario anterior
es trataba de un fen6meno que afectaba solo a l~ escnbaruas. Lo Ullsmo ocu_m 6 con l;
por su deuda con la CaJ·a Real e
e · .1675yde20 ·
40), y de 7.11.1678 CAHQ Ced 1 . .9.1684 CAllN C6d" demâ.s oficios •vendibles y renunciables• de Qwto: 'lbdos, salvo el de 8:1guaol mayor e
escri~anos interinos. En, 1675u:eno, 4, ~~m . 474) pr~hibe1~es, 68~B , mim. 28, pp. 39- corte y escribano publico fueron rematados en arrendanuento a partir de 1722.
pr~c,::ca del. ~endamiento. perm1ti6, de forma ofici;I por eJemplo, el empleo de 90 Véase por ejemplo'. AHQ, Oficios, 30 y 34: Exp. 29.1.1742 Y Exp. 1.9.17.~. d 1
. La cns1s en la venta de oficio . Y declarada, volver a la 1
191 Véase' r ejemplo, AGI, Quito, 104: consulta de 23.8.1734. La deci516n e
escnb~nfa de cémara, la de cabildo ~:roduJo _e n 1699, por e·e consejo si~ la ruina de muchos titulares ya que la venta en prop1edad pudo no
alguacil mayor de corte : AGI Quito' .de hacienda, en dos J mplo, sede vacante en la
' •33 .carta de 23.2.1599 . receptorfas y en el oficio de producirse nunca o al menos tardar muchos anos.
94 Capftulo 9
Nombramient.o y venta del oficio

términos de . bsu contrato o buscar un puesto mas


, rentabl
se r~nunc1a a a i;nenudo a su despacho con el fin e Y, con este fin. VI. La naturaleza de la propiedad del oficio
cons1derado
, t· o estimado superior. El si"stema establede consem.;
., ...... r otr • Las opiniones sobre la naturale~a de la pr~piedad de una escribania
m uno, compuesto por pocas personas que e·e , ' conocido y c ~ an diversas. La postura oficial presurma que el titular de una
periodos de tiempo, se convirti6 en un con. t ~ :c~an durante lar as1 e:cribania tenia tanto un «dominio directo» (de tipo patrimonial) como
El te . Jun o movil y gos
~ "dominio util» (el derecho de disfrute a través del ejercicio). En
194
rema en arrendamiento incl uia un . menos conoc. d
calculado como un 5 por 100 del valor glob~f~c;o ~n1:1al a pagar que ~o. consecuencia, se distinguia claramente entre derechos patrimoniales
temporal, la arriba mencionada. Por la corta ~uo c~~· Y una lirnitacio~ y derechos de tipo laboral. Por ejemplo, el fiscal de la audiencia exigi6
busca~a en estos casos con mas insistencia can~~c1on del ejercicio, se con éxito en 1668, al nombrar un interino para el oficio de câmara, que
ya el titulo de escribano real. atos que poseyerao la mitad de los emolumentos y derechos conseguidos en el ejercicio
fueran reconocidos como pertenecientes al rey, propietario, en reali-
V. El recibimiento' el titulo y la confi rmaci6n
. dad, del ofi.cio vaco, nùentras que la otra mitad se adjudicara al
195
interino para compensar su ocupaci6n personal .
Después de poseer una escriban' . Los escribanos, en funci6n de sus intereses, defendieron a menudo
ban~ real y haber pasado el e~:~es1mplemente .un titulo de escri- una postura opuesta. En su respuesta a la mencionada petici6n del
escnbanos eran recibidos al . . . n de la aud1encia, los futur
legal y fielmente su oficio eJerc1cio de su profesi6n. Juraban us~s
fiscal, Sanchez de Maldonado, que era el escribano que ejercia el oficio
marcara el arancel y obrar' ;:~~~rar otros derechos que los qu~
de camara en interin por la muerte de su propietario, alegô que los
derechos recibidos en el oficio se debian a su trabajo persona!, a su buen
causas tocantes al Real F" i amente en casos de pobres y en proceder, puntualidad y breve despacho y no al hecho mismo de tener el
reales. 192 isco, guardando en todo las ord enanzas
despacho ; formaban parte, segiin él, de un salario y no habia en ellos
El siguiente paso era la obtenci6n , ninguna renta de origen patrimonial. En consecuencia, alegaba que
~s sacaban testim.onios de la ren d~l titulo. A tal fin los pretendien- tales ingresos le pertenecian exclusivamente a él, por ser el quien los
Jur8:°1ento Y de la cancelaci6n de ~nc1: o el remate, del examen, del producia.
enviaban todos a Lima, d d os erechos de la Caja Real y lo
otor~?do ~rio~ p~cedi~n titul~
En los debates sobre el valor de los oficios, los testigos solian adoptar
por el virrey se los titulos. Con el ' una postura similar, que relacionaba el goce con la persona que
~.ac1on. Si querian usar de s:;1ofi ~ adnd para conseguir su confir- ocupaba el puesto. Alegaban que los oficios de por si no tenian
" una, ~omo era el caso mas corn: ante_s de recibir los despachos de emolum.entos y que su renta procedia de la inteligencia, del trabajo y
donat1vo .. en concepto d 1 . , deb1an pagar a la C . R al de las relaciones de quienes los usaban. 196 Su postura., igual que la de
el . J XVII e a •gracia,, 1 . aJa e un
Li:! o , al menos, se presumia :~ es er~ ~torgada. 193 Durante Sanchez Maldonado, quitaba importancia a la consideraciôn de la
. . como en Madrid eran una q ,,as peticiones hechas tanto en propiedad del oficio desde el punto de vista patrimonial; el oficio en sf
a dic1onal Sup f pura (Onnalid d
rables (d~ é ~~an gastos crecidos y riesg a y no una prueba mismo no era tan importante como el trabajo, que constituia la
tramites ~ ~ tda, de que pasara el plazo ~s. adveces bastante conside- verdadera fuente de los ingresos.
, e · ' pero poco mas. 0
Ja para completar estos Por otro lado, se sabia que el oficio tenia un. valor como mercancia
vendible, de modo que los acreedores de escribanos en quiebra int.en-
taban embargar sus oficios y sacarlos a la venta publica . Esta se bacia

. 192 Véaae, por ejemp)o AGI . 194 Véase, por ejemplo, José Bono, Histo'"!n del derecho . . ., op. ciL, pp. 276-281.
eJemplo proporcionado p'or Jo'sQéuB1io, 38, num. 43. En C••l' IJ 195 AGI, Quito, 43, num. 15 y AGI. Qu.it.o, 33. cari.a del fiscal de 6.2.1673 y lo~
~ 1 a se , 0
1
9a ~i~ ' m ..., l~go y m é.s detall ado p . cit., PP. 25l-252i' ~ se desprende del
ceremo · 1 "- ono (o ·
documentas del apéndice.
1 ase, por CJemplo, ABQ Re J rr' . ' e JUramenio fue mas IOG AGI, Quito,41, num . 22; AGI, Quito, 42, num. 1.2; AGI, Qu1t.o, 43, ml.m l ; y AGI ,
• a acienda ' 40 , l'b J ro de 1648. Quito, 44, nüm. 4 .
96 Cepftulo 9

normalmente
d . a través de la audi enc1a . y por , d
escnto, pero en algunas ocasiones el ofi . VIa el remate .
subasta por los jueces ordinari c10 fue vendid Plihüco Y
· · 197 os, como cual · o en . a Capitulo 10
e1ecutiva».. En tales casos , la d"iv1s10n entrquier otra
. . , . ace·.ion pPubJica
ac
h i a evidente: se reconocia por e. 1 e prop1edad Y . ~r •Via Rentas y honorarios
a la mujer del escribano c' Jemp o, que el oficio podî e1erc1cio se
omo parte de d a Perte
otorgaba el derecho de venderlo segtl su ote y, por tanto necer Las rentas de los escribanos est~ban constituidas, por Io generaJ, por
embargo, a pesar de ser propietaria n su parecer. La mis ' se le los diversos derechos y honoranos pagados por los negocios y actua·
oficio. En otra ocasi6n se b l no pu~o, naturalmente ~a, sin
~1cluso :~~:~e ~:~~s1deraciôn dueft:J:i;ce~.el
ciones que pasaban ante ellos. La excepci6n a la regla eran los casus
cuando se sabia,que de del escribano de visita y de uno de los escribanos de cAmara que, por
el.. Se aleg6 que el beneficiado sôl :omprado la escribania hijo, su condici6n de «secretario" y «secretario del acuerdo· respectivamen-
nuentras que el dominio d" t o posern derecho al don11· . Para te, ganaban un salaria fijo, aunque muy moderado. Los demâs
• trec o carre p d ' al mo Il.li!
mantema el oficio como un b"ien suyo. 19· on 18 comprador• el cual cscribanos vivian, estrictamente, de la acumulaci6n de honorarios,
que Ouctuaba de mes en mes y de ano en ai'lo.
Los honorru;os fueron fijados con arrcglo a unos aranceles, algunos
generalcs por toda América y otros particulares para la Audiencia de
Quito. 199 En el trabajo notarial, talcs aranceles eran evocados y
exigidos por los mismos escribanos. Por 1contrario. en las actuacione
procesales, dopondfon del tasador de la audienciu, nonnalmente uno de
los cribanos receptores con tftulo espccinl paru este fin, que era el
encargado de aplicar cl ara ne 1a cada causa y de dccidir las cantidades
de dincro a pagar a cada funcionaiio involucrado o a Jas partes
ganadorAs.
Sogt'l.n se desprende de las costas insertudas en los procesos, los
cscribanos ganaban monos que los reb1torcs o losjuecos, aun cuando
trntaro d 1 mismo tipo de actuaci6n, por ejt•mplo. la de relatar un
proc o en la audiencia o la de firmur y nutorizar un auto. Con ide·
raodo su g:rado de especio1izaci6n, su neccsidnd dt• cn'dito pùblico Yde
r lnciones socinles y ol mismo precio de su olicio, se pu~l' concluir que
cl trnbajo d 1 scribnno no ora unù fu ntc fncil de inW<'>'OS, a pcsar de
lus grandes inv rc ionc · que oxigln, tnnlo rnonct:irin. como socinlu · Y
profosionn1os. n g noral. soHnn QUl\il11--se dl• su pobn•11\, de Io.~
Los scribanos, u oficio y de ln nccc•,;idnd de ('mplt•ar:"I' <'11 olrnl\
pocos ingr sos d

w1 W11s1: Exp . 24.12. 1629 AH ,


Bn~urlo) y AHQ. Rc11l f!hdc•nd 4~· ,Ofic10R 1 C~I olici!l d
Di.u·1ll\l:(O). li. o, lthro de ( 735 (Ill 0 (" l
. . . .
Pl OVIOCIEI du l~rflllCl~CO
"'~ Ibid. ic CJ do Provincin du t•'mnci~r.o
98 Capitula 10
Rent.as y honorarios 99
tareas para completar · su sustento segun' su condici, .
Maldona . on.
200
S.1- La esti.Jnaci~n a la baj~ de las re.ntas de las escribanias no proœdfa
.bd o,, escnbano de c.im.ara ' por ei~emp1o, estim, 0 l "-llChe , de los escnbanos. Un informe sm fecha, al pareœr post.erior 8 1582
su escn arua en 1675 en. 400. pesos anuales , ID.lentras. as renf-- z
qu 1 "<18 de 1
~o 6 que los derechos de los escribanos de camara y gobiemo era.o
0
d e su persona»
- 201 y sus obligac10nes le exi·b.an
ai
gastar m , de " a decenci.a . JUZgderados y totalm ente necesanos . para costear sus gastos profesi<r
por ano. Por esta raz6n intent6 evitar as e 2.0oo Pe
·b · · su nombr""": sas JIJ~es. 2os De la inisma manera, el informe estim6 que los escribanœ
escn ano mtenno con la. mitad del goce, prefirien .......u.i:nt.o cozn0
plearse
·b , .en «otras ocupacrones de ma yores conveme . ~o, segtln él • ezn.
neceptores, al igual que el escribano de cabildo, ganaban ·bien de
~oJIJef» y nada mas; y que los oficios de provincia eran de •poco
escn a~, m~luso cuando es la mejor renumer nc1as,, .que una
Con una 1dea similar, tanto Orozco Guzman ~~a d~ la c1udad. 202 provecho». En ninguno de los tres casos se trataba, &egUn este
escribanos de camara dur ante las primeras ~:;o , a enc1a Leon, ambos
informe, de rentas c6modas ni exageradas.
Esta situaci6n oblig6 a muchos escribanos a completar sus ingresos
se ocuparon en acti vida des comerciales paral sl decadas del siglo XVII
d d l e amente a s · . ' por roedio del empleo en otros o.ficios o simplemente por la posesi6n de
es e P uma. Alegaron que sin estas . us acfaVJ.da. mas de una escribania. 206 Sin embargo, esta decisi6n no siempre
te . . pnmeras no eran
sus nta~ rn ellos rrusmos ni a sus familias. 203 capaces de solucionaba el problema; los escribanos solian emplearse en otros
L'.15 quejas de los escribanos, aunque en a . oficios de pluma, cuyas rentas eran igualmente precarias e inseguras,
mot1vadas por su pobreza real, a menud o respondi p rte pudieron
d· venir ya que dependian, normalmente, del ramo de penas de camara y gastos
una defensa a sus intereses particular Tal , an irectamente a de justicia, ramo bastante pequeii.o e irregular en la ciudad de Quito.
en los ejemplos arriba citados eu e~ 1 sena, ?laramente, el caso Espinosa de los Monteros, escribano de provincia, por ejemplo, trabaj6
excusarse de un empleo o conse ' ·r man· o os_ es~nbanos pretendian también como solicitador del Real Fisco; sin embargo, al renunciar su
(el caso de Sanchez Maldonad~o b.eJor~ t~rmmos para su ejercicio escribania en 1691, cont6 que no habia recibido todavia su salaria de los
baber contravenido las 6rde 1 ien sc . p_arse por el hecho de 207
camara emplearse como nes r.ea es que prohib1an a los escribanos de Ultimos ocho aftos, debiéndole la Real Caja 1.600 pesos de a ocho.
Valencia Le6n) L . comerc1an.tes Oos casos de Orozco Guzman y Aparte del empleo paralelo, los escribanos consideraron mas ren-
. a rrusma su.ma citada S, h table y segura la combinaci6n de actuaciones de tipo proœsal y
ejemplo, como la mfnima . por anc ez Maldonado, por gubernamental con las de tipo notarial. Una raz6n adicional para la
que - segûn testi.monios n:ce:~~ para sustentarse con dignidad es la confusi6n persona! e institucional entre escribanos de un tipo y de
1712
escribanos de camara es d: . 2 OOY0 - ganaban anualmente los otro - que ya hemos comentado - era esta dependencia de una variedad
' cir, · pesos de a ocho. 204
de actividades, la via elegida por muchos escribanos para hacer frente a
< zoovi:a11e, por ejemplo, la queja de Es . su situaci6n econ6mica, normalmente precaria. Los procesos largos
0 P;,,cLt.JY IW! eHllmacicme11 de1 08 1:.el!f prno:a de los Monteroe al renunciar su oficio prometian rentas considerables, pero menos seguras e inmediatas que
J AOJ , Qu.it.o, 43 num 15 p 50 i~os BO re el valor de los oficios
las del trabajo notarial, en principio peor renumerado. En la combina-
fü~bl<;, H(,'Tf'.' o.lra dcm~etrac"i6~ <l,,"1~ ~rill~H eJ~ 11~aci6n
8
~e
las rentas d~I oficio, si fu era
ll!Jkmo ol1c10 fu er on eval uadaf! en 1
500
c " eBcnbanfaa en Quito. Las rentas del ci6n de ambos residia su fuerza.
~'lgu~nfiabifid:Jd Hf puede atribuir~ a ~~~~,:nua l~e en 631, men os de 50 aiios atraa.
? Otra posibilidad era la dejuntar la posesi6n de una escribania con el
u.,H ~Hli~oH sobr~ Joa valorc.11d1;1 011 ofkios soJf- m.{. "~ con~1deramoa que la esLi maci6n de ejercicio asalariado de un oficio de pluma, por ejemplo el de oficial u
fl/~~ c 1<u11 m gn;so" i:ntr<; J0 ,. primç,r-: ;~ e ryHc, igu almente, a una cafda de dos
'"~,;{~~~~t" a - •eu llfl deJ s iglo XVTI y las décodas

ioa OcHde l 6Jfl lu aclivldr,d corn ·r .·,. 1 . 205 Pi Jar Ponce Lei va, . Relaci6n de Jas ciudade~ Y villas .. .•, op. cil. .
CCH1Hc:cucmci,,, tant.o Orcw-co Guzrr, <: ci fu t: proh1bidii " loa Cflcr· Un fen6meno similar fue detaclado por DaVld ~onzâlez Cruz: op. ~ri .• en p. 70
et1nlrav1inir ''"l" c?.dul ·. AGI É '·'~ como V1.Jencio Lc:on fuc
2011
1bf nos de ctlmara; en AGI, Quito, 72. La combinaci6n de una es~nbania con olro ofic10 de plumA,
~M Wmie fhp. .G . J~S/j, Af.rQsc;,~~~n!a du C~m>mi, 921 /\ .ron mu lodos, en 1637, por
4
201
normalmente agent.c del Real Fisco o. de la protectona general_. era un fen6mcno comun
liubo lnmbién <:Hlirn · .· ' COH, 3 ,y&xp. J.JOJ712
fücp. 4.5.1665, los CHcrib~,~~:~ll ~~1LruriuH: "''lflln un. U!HLI A:TQ, 'I'ost1Jmcnlnrla, 41.
cspccialmentc en el oficio de provinc1a; t.anto Verzosa como R1vadeneyra y EspinoM de
los Monteros ac emplearon en ellos. Sin .embargo, no se lrawba de un mo~opoho; olTOs
loH ~u1de11 corc" do 600 ér a n ''J maru no gunubrm rn{Jff uog 1 qu e opnrccc en cl
cacribanoa consiguieron también trabaJnr en eslos. cargos. Banolo~é E,c.1]A.nt , por
Ofiw>H, 6, drm uou modi" de ~fi~Lùs'. LoH Humus mc:m~1nnnd;iH <! ·~OO flOHOR onunles, de
' fl l!KOH an unl<:H (JllW~ do d n J~Xfl , l .J2.I667 AIJQ ejcm plo, eacribano publico, era paralelamente sohcitador del Reni F1sco.
ûRcontor los guKl.oH. ' '
Cap(tulo 10
100 Rentas y bonorarioa 101

oficial mayor de un despacho difere~te. ~sta fu~ la soluciôn ado . , ntre ellos es decir, que siguiera vigente la jerarquia interna
por Carlos Suarez, receptor de la audienc1a y ofic1al del oficio de cJ:ntada elac1on e ' d
r ficios mejor y peor renumera os.
y gobierno. ara entre Mi rencia en el valor y en la rentabilidad de los distintos oficioa
La renta de los escribanos no sôlo dependia del ejercicio partiCU] ~a ~ovimiento intemo entre los escribanos. Deseando mejorar su
cada uno de ellos, sino también del tipo de oficio en cuestiôn. ;: de cre~ ~ algunos de ellos pasaban de un oficio a otro, asœndiendo
Quito del siglo XVII se consideraba que las escribanias de visita n el pos1cion, , d 1 An . Vi
. renumerad as, y cons ti"twan, , adualmente por el escalafon e a . renta toruo . erzosa, ~r
las meJor por l o tanto, el oficio eran. ~ Io siendo escribano real, compro en 1658 el oficio de proVUl-
codiciado y de mayor precio. Les seguian en rentabilidad, casi enm~ eJemp
. 209 Francisco Valverde, escn ano receptor, paso en 1667 al Juzga
' "b , · do
de igualdad, los dos oficios de câmara y gobierno y el de cabildo MP~e cia.b.enes de difuntos. 210 Alonso Sanchez Maldonado era igualmente
· as de i de camara. 211 P'-..J-
estrechas solian ser las rentas de los escribanos receptores y de los d .
ribano receptor antes de eJercer .
como escribano toWV
mimero. Los peores ingresos eran los de los escribanos de provincia. e ~:cmandez Espinosa era receptor antes de ser el escribano publico del
Los mimeras ex:actos eran los siguientes, de acuerdo con un informe cabildo. 212 Diego Arias Altamirano fue primera receptor y luego
del presidente de la Audiencia de Quito de 1631: el escribano de visita escribano de provincia.
entre salaria y derechos de actuaciôn, percibia a una renta anual d~ Las rentas de los escribanos no guardaban proporci6n, a veces, con su
6.000 a 7 .000 pesos. Los dos escribanos de câmara y gobierno, igual que ocupaci6n efectiva. Fueron obligados a trabajar gratuitamente en
el de cabildo, podian esperar derechos anuales acumulados de cerca de causas de pobres y de indios y, en principio, también en las de la
1.500 pesos. Los receptores, si salian fuera de Quito, podian llegar a Iglesia y de la Real Hacienda. Esta obligaci6n era fruto de un cierto
obtener la renta de 1.000 pesos anuales, pero quedandose en la ciudad consenso, puesto que formaba parte explicitamente del contrat.o de
solo podian esperar unos 400. Los dos escribanos de mimero ganaban compra del oficio, como ya se vio. Sin embargo, se trataba de una
una media de 1.000 pesos al afio. Los de provincia podian llegar a condiciôn sine qua non, sobre la cual no podia entablarse una verdadera
facturar cerca de 500. Corno punto de comparaciôn, mencionaremos negociaci6n. Similar al compromiso de respetar las leyes y de adaptarse
que el alguacil mayor y los relatores tenian, segU.n el mismo informe, al arancel, el pretendiente solo tenia estas dos opciones: o estar de
una perspectiva de 2.000 pesos anuales y el alguacil menor de 1.500; el acuerdo o no ser escribano.
tesorero Y el contador de la Real Hacienda, igual que el canciller de la El trabajo sin renumeraci6n lleg6 a constituir una parte considerable
audiencia, estaban peor renumerados. 208 del volumen de los negocios tratados en las escribanias, especialrnente
Los ntimeros arriba mencionados databan de la década de 1630 es a partir de mediados del siglo XVII. La facilidad con la que los ju~s
decir, a parte de pertenecer a la version oficial y no necesariamente ~ la quitefios de esta época declaraban a los litigantes •pobres de solemru-
veridica, procedian de la época anterior a la crisis en el valor de las dad" y la proliferaci6n simultanea de causas de oficio perjudicaron
es~banias. Si ~nfiamos en las declaraciones de los testigos sobre la gravemente a los escribanos, minorando sus rentas en relaci6n con el
valia de los ofic1os y en las quejas de los mismos escribanos las rentas trabajo y produciendo una bajada en los valores verdaderos de los
de todos los despachos, sin excepci6n, habrian bajado entre' un 50 y 66 oficios.
por 100 durante ~s cuatro décadas siguientes (hasta 1670 aproxima-
damente). Es decir, que los escribanos de câmara y de cabildo no
llegaban
· · a facturar. mas que 750 pesos anualrnente y que los de
provmc1a, por eJemplo, tenian que contentarse con 250 pesos. A 209 Exp. 5.4.1658, AHQ, Ofi.cios, 4. Los escribanos_ reales er~ tirulndC\S~ pero
. . b unos carecian de un oficio particular. Podian ejercer como escnbanos ~e n_umero en au;;cnClll
pesar d e 1a cnstS, es pro able, sin embargo que tu · l de otros escribanos de esta categoria, en ocasiones extraor~anas o si.m~lemente
, se man viera a
siguiendo las ôrdenes de la audiencia. Es probable _que en Quito llegaran n e;ercer de
208 vez en cuando aunque de manera mé.s bien excepciooal.
Antonio Morga: · Relaci6n del Presidente de Qui . . 210 Exp. 17.3.1667, AHQ, Oficios, 5.
otros aprovechamientos-, en: Pilar Ponce Leiva op . to s~bre_ la matena de ofic10s y
pp. 127-128. ' · ci1·• v. • num . 59, pp. 125-146, en 211 AGI, Quito, 38, miro. 64. . . .
212 Pilar Ponce Leiva, . ReJaci6n de las ciudades Y villas ... •, op. ctt.
102
Capftulo 10
Rent.as y bonorerios 103

Al simple h~cho de _las Ouct~aciones nat~ales ~e


la renta_ debido . pre es post.erior1 ...a la actividad
su dependencia del numero y tipo de actuac1ones eJercitadas en el fi _a lam ar los d e rechos s1em
en cada momento - se aiiadia el problema de su cobro. Los derech~ ~o cos~tado mgr~
de rec b' ·nnuir en a owa.
0 de 1a J . su
el JJlOmen:uencia, que una
Cu.and~
con respecta a los la
nci~
los escribanos debian ser pagados por las partes interesadas. e en cons que hemos ap 1 tiempo contrastaban co
trataba de honorarios por actuaciones en procesos judiciales, forrnab se y. Los probleroas su fluctuaci6n en e con que sus ingreso&
parte de la carga econ6mica impuesta sobre quien hubiera perdido :~ bro inseguro y to 214 A pesar de la fre~ue tenian que afrontar
cO d los gas s. 1 escnbanos "
caso, sentenciado, entre otras cosas, a pagar las costas del proeeso. En certeza e no llegaban, os . 'a el eiercicio de su pro1e-
estos casos, segiln se desprende de los mismos autos, los escribanos tr saban o . tos que eXlgi. , 25 """""'
se re a te los crec1dos gas_ d 1 oficina (entre 20 y
continu~en
r-
tenian verdaderas dificultades para conseguir ser pagados: quienes no ue agar el alquiler _e a 1667 en la camara. 130
habîan logrado probar su causa no solian mostrar gran interés por la '6n Teman2 q pal . de los ofic1ales (en fi "ales menores
s1 · 15 los s anos al or hoja a los o a
implement.aci6n de la sentencia nj por la conservaci6n fisica de Ios anuales)ual
5 Ys al oficial mayor y un_re Pd trabaJ·o se veîan obligados.
papeles. Por tanto, no teruan nada que perder al no pagar los peso an e
. . tes)21s_ . a su réaimen
Debido b'
eadminjstradores
' al preparar
honorarios de los escribanos. Ademâs, siendo Quito la capital de la y escnb1en
â a dar cr é.J'to a las partes y ab los
w e pape 1; sufragaban el costo del
provincia y el lugar de litigio de muchas personas no residentes en ella,
documentost~mbién tie~
adem s, los instrumentas so r . _ es rando que su
se repetfan los casos en los cuales los perdedores forasteros desapare- los
Pape! blanco Y del sellado - mâs caro ai:o después o a
.6 l fuera evue , d lta nonnalmente mue
cian de la ciudad inmediatamente después de la decisi6n legal y sin
cancelar Io que debîan. Debido a los medios de comunicaci6n de invers1 n es 211 . or la legislaci6n
veces nunca. .d omo bemos VlSto - P ·
El pape] sellado_. introdi:c1 dod~l\iglo XVII, alter6 seri_amente~=
entonces,
su deuda. era prâcticamente imposibJe localizarlos y obligarlos a pager
Los intent.os de los escribanos por cobrar sus honorarios fracasaban a real durante la pni:nera rmt.tu talares el trabajo de los escnb~os. n gast.o

~~'q;:,~:, :~ •:;;1,~\~'0 :~: 'Ob~


· d l rrusmos 1 • supoma u
menudo por su posici6n relativamente humilde dentro de la jerarquia
; .,Jum•n d• '"' ;mpu"tn
arucional para las partes. Er:J en re que i~troducido por una pue
juridica local y par la negativa de los tribunales a respaldar esta
intenci6n. Se consideraba que las multas y Jas condenaciones, asf actividad notarial y proces ' aun
218
como los honorarios de los abogadoa, procuradores y relatorea, prece-
trasera. ecialrnente pesado cuando ~
El costo del papel sella~o r~s~lta~:é:~ûblico, ea las cuales no;a~~a
dian en orden de importancia a los suyos. En condjci6n de ûltimos en
una
si larga lfnea
n recibir nada.de pagos, los escribanos se quedaban, frecuentemente, trataba de causas de ofic10 o e md. a ex:igir su pago. Los escn an . ,
una parie privada a la cual se pu ier
Otro fon6meno comûn era el del retraso en los pagos. Los autos
judiciales demuestran que los deudores tardaban a veces meses o hasta
ai\os en liquidar su cuenta con los e6cribanos. 213 Estos ultimos carecfan ·a del mismo Sanchez d e Maldonado en '"' p..t1oon de
r wdo. El l!i<ribano
uil~r gen~~'....ro,
•H Véase por ejemplo, la quCJ 10
de mecanismos eficaces para forzar al pago de sus derechos. Los 1678, AGI, Quito, 43, num. 15, en p. era un fen6meno 128 I" t•n
intentas de dilatar aus actuaciones como un medio de presi6n o de debln~o'::..s
ac;,ba~ ~~~J
'15 La dificultnd de pagnr este nl\rcicio en 1679, •d1oonulc.' de ' L<
proLesta, no contaron con el respaldo de la audiencia, que les obligaba a Vcr1.osn, por ejemplo, al Quito, 72, p. ld03T ·ud"ad de Qu1w. )H que I"
conccpt.o de nlquiler del " ic;°" cue~tos de propios . e a oudiencin.
responder primero a sua obligacioncs y s6Jo a continuaci6n velar por problema se encuentrnn e n as l cabildo o la m1sma a
Stl!l propios intereses. La audiencia sostenfa, de acuerdo con la ley, que cascros de los e•cribanos soHan ser e6 . - LO. del oficio d<
216 Exp. 1.12.1667 '. ARQ, ~ficio:.'s . i 650 ,
AHQ. Ofici"i:.
'" Seglin un LcRUgo en xp los 500 pesos. Los m . m
!, ~~,:"ruenm t·vo.lund<

~ncontrndo •i~lo nnu~;;'~nst.e ~'


~delont.e:
.,,, El c-.o m6• «xtrcmo qu<; htrnos del XVJJ proccdc do unos auto• cdmarn podfnn llcgnr 6n en 220 pesos onuale ..rnn con,id1·r.1hl -' · ""'"'un

hbr~
en Exp. 1.12.1667 '. AHQ, mi'.:, ';,,.;pucsto en Qu11.0 no vcn e. AHQ. Fon o
::~~~~~~:':,"~~~:~UR
acnbodo• en octuhre de 1691; Io ln•1oc16n de COHlnR tuvo lug r en junio de 1702 y cl
21R LAR dimens1ones de es el sclludo de 1642 y_enHQ Fonda ,.,p.-ci; 1, 3,
t~9~a~ocu1nenlo 1~3·t
11 d,
honororlo• s6Jo "" oc1.ubrc de; 170:J, CM decir •ieJ.o niloR deBpuél! de d<!ijprende de lns cuentos mlm . ndo. C>pt'CΕI. 4. hbro dr 16th-
cspetinl, 2, libro de 1642-. 4 en p. 100; Y AH · 0
1661 - 1669, documenta n~ m~n2 p7.• 56.
1677, documento nüm. 3 · 1
104 Capirulo 10

que debian costear el pape} hasta recib"


menudo defraudados en su expectativ~ sus honorarios, QUedab
~tos
campelara Y de justicia. de don de debi~ ~~~~~~
ramfino de _Pen~: Capitulo 11
pa . en e:stos casos. se encontraba norm a anciaci6n d
e~n~œ no aceptaron de buen grado la id:~en::u
sin fondos. ~~ Imagea y practica
:b~i:=os.draz6n por la que llegaron a rechaz:r al:·,;ue costea.r]o
'"". . e e actuar en causas publicas ' e .,~,as ofertas u A pesar de la inseguridad de los ingresos, de los elevados gastos y las
Audiencia de Quito. a peticiôn del cabildo ~X: eau _as de pobres. La deudas, y aun sometidos al severo control de las autoridades, los
da..~ de documentas de l bl . . . , a o por hberar a estas d
1663. ~1~ os
a o 1gac1on de utilizar pape! s ell ado en escribanos debfan cuidar y fomentar su reputaci6n tanto profesionaJ
como personal. Esta obligaci6n de sustentarse «conforme a su estado y
:\ l - problemas financiero~ de Io- - .b cond.ici6n» suponia, a menudo, un gasta superfluo destinado a la
deu a;; ~dit>utes por la com~ ra ::; e"c1: anas venian a swnarse las ostentaci6n; es decir, su misma profesiôn - que les exigia mantenerse
legal del titulo en Lima Y en -:-.Iadri~e] .z:~o y el cos~o de la trarnit.aci6n con «decencia y honor» segiin los términos de la época - les obligaba
221
de ls..s rentas con.seiruid. - . ependencia. a veces absoluta gastar un dinera que en ocasiones no tenian.
., · ::. as poco a poco en e] trabaj . •
e.cnbanos en un secror muy sen -"bl . o. convertia a los Conscientes de la re!aci6n existente entre crédita persona! y rentas
trabajo. uando caian en de ~ e a las muta c1ones de status Y de percibidas, los escribanos mostraban a menudo un gran interés por
clades o, ·implemeute. cuand~~:.~eran suspendidos en sus activi- ganarse el respeto y la aceptaci6n de la sociedad en la que vivian. Hast.a
mente. no """'an. . enfermas o a usentes temporal- tal punto lleg6 esta ambici6n que, a veces, estaban dispuestos a
t""li por 1o general connnua te ·
pagando su.s deudas E _ · r man mendo su oficina y condicionar su ejercicio profesional con el fin de conservar o mejorar
· · · n esos ca os a menudo ei d · su imagen. Siguiendo este razonamiento, se mostraron reacios a
IDJ.Sena u obligados a renun . al fi . 220 se an re uCJdos a la
Clar 0 ClO .
introducir ciertas regulaciones d.ictadas por las autoridades. argumen-
tando que, si las aplicaran, se ganarian la hostilidad de sus propios
clientes. Esta ocurri6 incluso cuando las regulaciones podrian haber
supuesta en realidad una mejora en sus propios ingresos. Por ese
motiva, por ejemplo, se negaron a introducir en su practica nuevos
registros : la perspectiva del disgusto que prevefan entre sus clientes les
inhibi6 mas que el temor a desobedecer las leyes, y ello a pesar de que
sus intereses econ6micos iruned.iatos iban en sentido contrario.=
De la misma manera, los escribanos qmteiios evitaban - siempre que
podian - apremiar a las partes o a sus representantes, aun cuando e:,"ia
era su obligaci6n, por ejemplo, cuando se trataba de recuperar los auws
o instrumentas sacados del oficio. Ellos explicaban que una actuaci6n
asi de su parte les hubiera ganado mala reputaci6n entre sus clientes y
en la sociedad en general, situaci6n que deseaban evitar a toda co -ia.

fül Cabildo de 10.12. 1663 A.\1Q Se 221 fbidem .


Vé~. por ejemplo, el ::aso d~ Es:.~-~a/eneral , Libros de cabildo 00012 222 De esta manera, por ejemplo, los e;;criban03 quiteiios alegaron. durante !A , ; ,11.
~,:f ~el ~fi~ol debido a _la exist.encia de la o~cin: !~~Mont~ros'.op. cil. El' proble~a del general de la audiencin. en contra de la introducci6n de nue1·0· n.'gi;rros. \ e" ""' AGI
e.> e ~ 1 g o À'VI : Pilar Ponce Leiv a · Relac·6 d ri;œ m_encionado en un informe de Quito, 72-74.
' t n e as oudadcs y villas . . .•, op. cil ..
106 Capitulo 11

Sin embargo, hay que tomar en cuenta que no se tratab d ncia generaba la fama del ·
simple cuesti6n de orgullo persona!. De la fama del escriban ~ e una consecue
infl '
. para obtener mas clientes y me,JOœt
. .
su posibilidad real de despachar el oficio. Cuando ejercian do e~dia Ai;:rarte de la necesidad de atraer c~eo.tes
los escribanos eran elegidos libremente por las partes entre os, :i arar los instrument.os o de abnr lOJJ
disponibles; en los procesos, en cambio, la identidad del esecn'b os los prebap;ahan bajo la amenaza continua de la
dec1"dfa o b"~en por turno (escri"ba no semanero), o bien, desde 167gano se
al tra u • •ti l artes
nana, vigente en Qwt.o, permi a a ~ P . p
menos, segun el parecer del portero de la audiencia o por desi·gn .. roiento judicial alegar contra los funcionanos cuando
dl" 223E . acion
ed Jduez . timnes!'8s cuestiones, entraba en consideraci6n la persona. eran partes interesadas en el asunt.o o que no COJ.tuliE~iAIJ
li a y 1a es ac16n que se tenia de cada profesional.
bjetividad y neutralidad. Para recusar a un escribano
Incluso el reparto de los negocios, aun cuando fuera tratado c
• . omo ~era alegaci6n de que era «odioso y sospechoSO»; raras
una cu~sti6Trn puramdfe~te técmc~ de turno, tenia una importancia
6
econ uuca. anscen a, en realidad, de los simples mimeros (un
argumentarlo con mas profundidad o con pruebas. La
sospecha podia ser general - por el caracter, la fama o la
caus~ a cada es~ano), puesto que cada asunto o proceso tenia sU: anterior con el escribano - o particular, basada en la
prop1as expectativas de renta en funci6n de su complejidad y de su mismo procedimiento para el cual se le recusaba.
extensi6n, tanto fisica como temporal. De esta manera, los procesos La posibilidad latente - pero a lavez bastante real- de la
penales a~ul8:dos se consideraban como un.a sola causa, al igual que formaba parte, al parecer, de la conciencia y de los temoree
el tit~o ongmano y los posibles pleitos que luego se plantearan acerca escribanos. En la visita general de la audiencia de finales del ·
del mlSIDo. El r~partidor debia considerar todos estos aspectos y velar explicaron, por ejemplo, que siempre trataban de evitar ser
por la conservaci6n de un cierto equilibrio en los turnos. Los escribanos de «sospechosos» y que a este fin dirigian muchas de sus 8ctÎl •
por su parte, debian aceptar estoicamente las diferencias entre Io~ Aunque no hicieron referencia directa a la recusaci6n, es 1119
negocios, considerândolas una cuesti6n de suerte que en un momento probable que estuvieran pensando en esta figura; asî se deduœ
dad~2l<>?Ia favorecerlos ~to a ellos mismos domo' a sus compafie- hecho de que utilizaran precisamente los adjetivos «Odioso 1 - . .
ros. Sm embargo, nadie sospechaba de que en las decisiones del choso», términos tradicionales utilizados para recusar a func:iona-:
rep~idor no entraban en juego consideraciones sobre amistades y rios. 22s
e?e~sta~es, fama Y r~putaci6n. Aparte de la supuesta justicia en la La imagen, sin embargo, no era cosa fâcil de manipular, ni dependfa
distribuci6n, estaban s1empre presentes los intereses de los afectados de cada escribano en particular; la m.isma posici6n de los escriban~lea
sus relaciones con la sociedad en general y con las instancias de pode; hacia muy vulnerables a la critica, pues se encontraban en un limbo
(de cualquier género) en particular. entre las autoridades y los particulares, como situados a caballo entre
Existia en Quito, por Io tanto, una especie de «mercado» en el cual una y otra parte de la misma gestion legal. Considerados oficiales de
cada escriban~ in~~taba parecer mejor y atraer mas publico, tanto justicia y, por tanto, obligados a servir intereses elevados Y~et.os,
cuando su des1gnacion era de elecci6n libre (por la parte 0 por el juez) debian mirar por el bien de la republica sin molestar a sus clientes: por
como cua~do se trataba, ~n teoria, de una distribuci6n técnica y formai lo general gente particular con intereses divergentes si no contranos 8
(el repart1dor~. La capacidad de hacerse elegir para llevar muchos y los del rey. Corno redactores de escrituras, debian conservar ;
buenos negocios era la que garantizaba las rentas del oficio y, en neutralidad, prestando servicio por igual a dos partes que, a menu o,
se transformaban luego en rivales.
223
Cédula de 21.5.1572, ARN, C6dices, 721B, nûm. 130 p 159-160
24.6.1679, AHQ, Cedulario, 4, mim. 47. ' · Y cédula de
2
24 .I nforme ~e los escribanos de la Chancillerfa de Valladolid de 1572 ..
ConseJo de lndias, que luego aphoo su soluci6n a América : cédula de ; Î5tici6n del 225 Ejemplos de recusaciones y de la utilizaci6n de los acljetivos è~i~=~
C6dices, 719B, mim. 203, pp. 220-225. 13 · · 72, AHN, son : Exp. 27.9.1661, AHQ, Criminales, 4; y Exp. 2.4.1659, AHQ. nm•
Capitulo 11

p~ pqsici6n de mediadores les enfrentaba tanto os la historia de Francisco Dunmgo,r..-eJlllll!tlMI


• · wino con las autoridades. En ocasiones frustraban las co~ el nare~ . historia que, a pesar de acaecer e& U
: ~ wios y de otros~ ~ l~ iras resul~tes degeneraban h:daJra. ProvinCla, temporal de nuestro estudio, merece m.enea•
p~ ... y a menudo lDJUStificado - odio. Heridos, insultadoe el a}cance fue procesado por la audiencia, a petici.6n•
Jlllt,nlt,uios, ~ lo~n nunca gozar de una protecci6n especia} Y ourang0 . . tanto est.os uno
il'dad en dar testimomos,., opu
parte de la audiencia, que trataba los casos de agresi6n por particul por ~!ac ; mente falsos. 228 Fue suspendido de su oficio ~
Ç.OQ.tra e scribanos como srmp· 1es crfmenes contra una persona cual ares. suntp e an-08 y logr6 que su caso fuera visto y deciclido
·
l'll, ignoran do 1as Cll'Cuns
· · espec1"ales de su perpetraci6n asf qUJ.e.
tanc1as cua ro . M drid
Gobierno del Consejo de Indias en a . . . •
su relaci6n con el trabajo de est.os profesionales en tanto q~e r:~o 'lbdo comenz6 con la queja de. un eclesi8stico, el d~ lpuio
narios legales. 226 cio- Escalera, tesorero de la igles1a local,. en el sentido ~ C1Q4t
~ legislaci6n y la prâctica intentaron garantizar la neutralidad del cribano habia dado al obispo de Qwto - el doctor Lws
escn~~· o al menos .una ~pm:ïencia de imparcialidad, mediante la ~omero - una certificaci6n segiln la cual él~ Escalera, h~ taû.•illn. .if ;.,-ii
prohib1ci6n de dar testimoruos sm mandamiento judicial. 227 Se pensa- relaci6n ilicita con una mujer casada, asesmada por su mando ....-""""'"'!!"!~.·
ba que de e~ forma no .se podfa i~volucrar a los escribanos en disputas raz6n. Result6 que el eclesiâstico mezclado en el asunto en. ottv
que no mereoeran una mterveno6n legal, pero que podian ser causa de su nombre (de Escalera) fue introducido al caso por el obispo de
rencores contra estos profesionales y minorar la seguridad y la fe tanto ciudad quien buscaba pruebas contra el por una enemistad perlJOll8l;
en ellos como en sus autos e instrument.os. Esta prohibici6n, pensada por querer apartarlo de sus responsabilidades en la iglesia l~
P~ el ~ien de la instituci6n, fue a menudo mal utilizada por los ;,C6mo cay6 Durango en la trampa? ;,Por qué habfa penm dDi
DllSmos JUeces cuando se vieron enfrentados personalmente con otros obispo utilizarlo de esta manera en sus disputas ~es? En .
individuos. Por su posici6n privilegiada y dando ellos mismos el dur ante su proceso, el escribano Durango Io explic6 con toda ~
mandamiento, podian conseguir la palabra del escribano con todo su Dijo que el obispo le habia llamado un dia a su palacio Y le.~
valor probatorio. Sus adversarios, en cambio, personas sin jurisdicci6n, preguntado, como escribano de la causa, por el n~mbre del ecl~
car~ leg~men~ de esta posibilidad. La prohibici6n s6lo consigui6, involucrado orrùtido en los autos segUn la practica acostumbrada en.
en Ultim~ instancia, una ventaja injustificada para los jueces, a casos seme]antes que recurrfa al secreto para _s~var la ~ de
~enudo mvolucrados en conflictos de naturaleza privada. Ademas, «personas principales». El obispo insinu6 que terua ~o~6n de que
dicha regla no pudo evitar que el publico identificara a menudo a los se trataba de Escalera, pero que necesitaba un testimomo de~
escribanos con los intereses que representaban sus escritos Habia una sobre ello. Durango se excus6, alegando que la petici6n era contrana a
creencia .gener~da, posiblemente con un fondo de raz6~, de que la la costumbre y a la ley. Sin embargo, se vio obligado a ot.orgarla cu~clo
~pe~aci6~ profes10nal conllevaba una relaci6n persona! y una cierta
el obispo «con la entereza de su austera condici6n• ~e puso b&JO el
idenbficaci6n con los intereses del cliente. precepto de la «Santa Obediencia en virtud del Espfritu Santo- .Y la
amenaza de «excomuni6n mayor reservada en si la absoluci6n.•.
Corno ejemplo de la dificultad de encontrarse a medio camino entre
las partes y la autoridad, o entre vanas· au ton"dades a la vez, menc10·· Compelido por el respeto y la autoridad del dign~tru:îo, Y en ause~cia
d e cualqmer · pos1'b'lidad
i de protecci6n por la extinci6n
. di hde la audien·le
cia, 229 dio el testimonio que se le pedia o meJor c o, que se
226 Véase, por ejemplo, Exp. 30.1.1659, AHQ la Notan ordenaba.
. .
por parte de la audiencia fue patente en tod 108' a, 2. La Ialta de protecc16n
del sector subalterno de la administraciôn ~ casos de agreai6n hacia los miembros
mente destinadas a estos casos (por ejempÏo la recu~': a ~as figuras penales especffica-
y, por lo general, s6lo se empleaban en casos de 7esi~to ncia a lajueticia») no era comun 228 AGI, Qwto., 131, en .PP·f425-xti4?5. 'de entre 1718 y 1722, con motivo del primer
ejemplo, aunque posterior, es: Exp. 23.3.1709 ~Q c8no ~gres1ones haciajueces. Otro 229 La Audienc 1a de Qwto ue e ngu1
intento fracasado de establecer el V'trreinato de Nueva Granada.
227
Véase, por ejemplo, Exp. 16.5.1690, AHQ, Ofi~ios, ~~~es, 18.
Capitulo ll

eclu6, ademés, que en aquel momento no ,


euna informacion equfvoca y, por Io tanto, de un sabi~ que ae La literatura de la época, ~que la lite
t:1..ey/J en las afirmaciones del obispo; por los siete ~~rti.6caci.6n los escribanos, tanto amencanos como
·~désde que actuara en la causa ya no se acordaba d
8 a démica. 233 Aparecen retratados como ·
tranecu.. en . . rtan. 1
el-Obispo no le dej6 tiempo ni para deliberar ni par e sus detanes y social humilde y sm mayor rmpo cia en a
--\.:. L uego, al ref1enonar,
. se dio cuenta de sua consuitar ocial. Cuando se buscan las razones de esta
au•1,u.vos.
,1...,_.. _ _ • • • error " 8Us ~e su inexistencia: a pesar de la repetici6n de la ·
- s - su conciencia, comumc6 Io ocurrido al mis .J• Para

quien se quej6 contra él al Consejo de Indias. Duran mo Escaiera, estereotipo, usado de forma acritica por suœsitiis
. di .
respuesta a la audiencia c1endo que la culpa deb ' go concluy - escritores e historiadores Y no de una conclusi6n
. . 0 su 234
· d · al ·
supenor, es ecir oblSpo, que fue quien le obligo' ex di , ia atnbuir se al independiente.
• ce endos Por lo que concieme a la ciudad de Quito en parti
sus tia cultades, a cometer este delito. La versi6n del oh' e en
escucha..1- "-11 . ,
. ~ ya que uwec10 antes de que su participaci6n e 1
ispo nunca fu
e
afi.rmar que sus escribanos, al menos, respondian a otra
hub1era s1do revelada. n e asunto gozaban de otro nombre. 235 A Io largo del siglo XVII partiCi
mundo de los escribanos, fuera como compradores o pro ·
~ pesar de la recomendaci6n opuesta del fiscal la A di .
Qwto, atenta a la situaci6n imposible en que se h, li b u enc1a de practicantes, muchas personas importantes e influyentes de
n.·-~~ El Co . . a a a, exculp6 dad local. No tuvieron ningUn. temor de asociar su nombrè
..,...aaugu. DSeJO de lndias, algo menos beni · - a
culpa, pero que ésta hab' ·d gn 0 • opmo que tuvo medio y juzgaron que la compra de un puesto de escribano con
posible te . ia s1 o ya purgada con los cuatro aiios (y asegurar un futuro respetable a sus descendientes.
men. ~co contando la demora natural en conocer Y Ademas, aunque hubo muchas quejas sobre la labor de los~
consecuencia, e1ecutar la d · · - · ) • en
de la averiguaci6n del caso~on regia de suspensi6n s~dos a raiz nos, la practica muestra que el pliblico prefiri6 recurrir a ellos ant.e
asesinato de la . . Los autos del proceso onginal por el seguir dependiendo de la simple fe de particulares, a menudo socios
mu1er nunca fueron hall d , comercio o familiares. Al fin y al cabo, la utilizaci6n de los servicios ~
llevados por el obispo Ro a os y se suporua que fueron
provincia de Char 231 mero a su nuevo destino de arzobispo de la los escribanos solo era una opci6n que se ofrecia a quien quisiera tenèr
cas.
documentos escritos de naturaleza publica declarando sus intenciones
La indefinida posici6n institucional d 1 .
reflexiones como la de Diego de Riv e .escnban? lleg6 a motivar
escribanos con el macabro co . d era, q~en termm6 su manual de
un oficio pliblico. Ciro a Plu:;-: e ~r~~enr la ~uerte al ejercicio de 233 Véase, por ejemplo, Constantin Bayle: Los cabildos seculares en la AmhÏOll
escoge el oficio «le acaecera una de~ :ipo,. segun los cuales, quien espanola, Madrid, Sapienta, 1952, en p. 253 y Jer6nimo Castillo de Bobadilla: PolUim
tara a los hombres· y si mal a 0 st
' ,
8 81
: °
Io hace bien, desconten-
ue ro 8 enor Dios ... »232
para corregidores y senores de vasallos en tiempos de paz y de guerro., Madrid. lnstitutD
de estudios de administraci6n local, 1978 [Medina del campo, 1608], libro m. Cllpl1;ulo
14, puntos 40-45. Véase, igualmente, los autores y textos mencionados por MariaJeslls
Alvarez-Coca Gonzâlez, (op. cit., pp. 556-559).
294 La imagen negativa de los escribanos en la literatura, fuente del est.ereotipo
sobre su imagen supuestamente correspondiente en la sociedad, puede ser atnl>uida a
230 ~l proceso contra Durango se inici6 r la relaci6n, mantenida durante el Antiguo Régimen, entre la literatura -y el teatro en
en ~~~nQuise:ntia
33
' de 6.3.173~. Fue tr:id~': 1!f~~~ula de 20.4 .1727 y termin6 particular- y la critica social. En las comedias, especialmente, aparecieron ridiculizadas
y criticadas, una tras otra, la mayoria de las figuras principales de la vida institucional,
Q · ' • , p. 24: la busqueda de Io eJo en mayo de 1731
econ6mica y social. La inclusion de los es~ribanos entre ellos, por l~ tanto, p~ede
resW:n~~~ ~:P~'::;:S .~e 1735. La decisi6ns :e~i:~~j0 ~~v:!~·a
1
cabo, sin éxito, en interpretarse como una manifesta~i6n de ~u unportanc1.a y no al co.ntrano. Gregono de
crados murieron antes de ~ n no tuvo efecto, puesto que Lod 1 igar a los que debfan Al tube (op. cit., pp. 731-737) relac1ona la una~en negativa del escnbano con sus rasg~
232 Dieg d Ri .gar la orden. os os escribanos involu-
o e vera, op. c1t p 7 La te . fisicos (su •apariencia exterior grotesca y pmtoresca•), con el hecho de que hab1a
de su obligaci6n pûblica h . ·' · · ns16n entre los escrib algunos escribanos - aunque ~a. minoria- q~e. ejercian mal y de forma fraudulenta sus
por Antonio Manuel H ::ae~Jey .Y el derecho escrito fue mano~ Y su publico a rafz oficios y con su profesi6n •envidiable Y envidiada•.
por Jorge Lujén Muno:Scto b tiça e administraçao... , op e~1onada, igualmente,
.us 235 Maria Jeslis Alvarez-Coca Gonza.Iez (op. cit., p. 559) opina que los escribanos
s escn anos .. ., op. cit., p . 95). · c ·· en pp. 188-192) y indianos gozaban de una imagen y de un status mejor que sus bom6logos castellanos.
Cap{~ll

Cl i!,o ~cciones o para quien no pudiera


1' • coQftict.os por si solo. La posibilidad de mante:$()}*
~~.,,,,,.,....~orali
.... ·cJ.d. en el mundo de los tratos de palabra y en e~:~
~yarbit;fajes privados, sigui6 siempre abierta. Sin emb
ui.uduMi casos el pUblico confi6 en los escribanos mâs que en
voluntad de los interesados. Su imagen publica, por lo tanto n ;~na
• en. 1:: 0
10J
Los escribanos desemperuu:<>n un pa~l
on6roica y juridica de Qwto. Su p~n
de ser peor que la del resto de la sociedad, sino mâs bien al c~nt: ~ .ia ~~ y su trabajo indispensable. Eran
~de las _criticas, a menudo se preferia la intervenci6n del esc~o. a e:sonal como colectiva, tanto oral como
asuausenC18. ano p rivilegiada, y a petici6n de terceros, se en
El ~o t.6pico tradic_ional que denigra~a. la imagen de los escriba- p asado para forjar, posteriormente, el present.ë y
nos solia, igualmente, mmusvalorar su posm6n en el sistema situan. ~u monopolio sobre los archivos de document<>
dol?8, normalmente, en el Ultimo escal6n de la clase profe~ional y como resultado de su control sobre la •fe pu
atribuy~ndoJ:, ~r ende, una posi~6n social relativamente precari~ Unica prueba concluyente en el derecho entonc:et1
Y marginal. Sm basarse en estudios prosopogrâficos e ignorando l una posici6n central en la vida cotidiana, en donde se
hecho de que la_~ma. agrupaci6n de personas segtln sus ocupacion:s requeria su presencia para llevar a cabo cualquier
es ':1118 concepcion social ~ntemporanea y poco aplicable al antiguo verdad se transformaba en «la Verdad• del sistema
régimen, las posturas mencronadas no han sido nunca argumentad gozaban de una presunci6n de inocencia: eran profesio
~ Pi:c>?a~ po~ sus autores. 237 Amenudo parece tratarse de una m: rados neutrales y de alta solvencia moral.
mtui".16n, ~u-ada en conceptos actuales y en la division social del Los escribanos de Quito se emplearon en todas las~
trabaJo, propia de la edad contemporânea. mantener la divisi6n te6rica entre notarios, secretariQB
gubernamentales y secretarios judiciales. Aunque man
titulos tradicionales («escribano publico•, •escribano c\e
«escribano de câmara», etc.), en su labor cotidiana no d
bacer tanto un papel como otro, respondiendo a sus propiaa Q
des o a la de las autoridades. El movimiento continuo entre el
notarial y el secretarial les transformaba en expertos de un
amplio. Los escribanos garantizaban la similitud entre los autos
justicia ordinaria y lega y los de lajusticia letrada, entre actuacio d
novatos y de funcionarios experimentados. Guiaban a las partes Y
aconsejaban tanto en Ios procesos judiciales como en las negociacio
privadas: traducfan sus voluntades, declaraciones y qu oas al idioma
f'ormal y rit.ual del derecho y, post.eriormente, transformaban l
decisiones d las autoridades al 1 nguaj comun.
La pr poraci6n practica do los e1:1cribanos cre6 la ~r sunci6n d q
Hu Hab r oro. tllcnico y vocacional: cont.enra un dc~6s1to d r pu t.a_s a
probl maf! maLcrialos concr tos y simpl 1:1, y no ox1gi una comp n 16n
globul d los roglas dol dor cho. El p nsumicnt.o j rarquizad~ d 1
i\nUguo r6gimcn lgnorab11 aH( ln flimilit.ud ntr . 1 conocim1 .nto
~ou
aii1
\.1
na x pcl6n a 11.11 ru"lo t1M J rucl nl.tl Jlhro d Duvld Cl
H • por ~ mpfo, Huth l'lk ; op. cil., l•P· 9:S llO.
11
nzllloz Uruv., 1111 , iill .
t.co~'I vo qu.,,, H xl'.tn
11•
11 loH 1 trudoH y 1 qu H c 1gi11 n lm1 11CnhR-
.
nuo umbt1H profoHion •1:1 cl plmdlnn l'n u trobu.10 d !OK
llllH, U pOHllf dU ..,
114 Los escri ban os de Quito
Conclusi6n 116
conocimient.os adquiridos en la p~âcti~a ~ poco ~as . Aunque la li ,a el hecho de que est.os pretendient.e&
preparaci6n de los abogados era umvers1tana, y la literatura en De otra forma, no se e~a= de tiempo y de dinero para oomprar una
se apoyaban era distinta de la disponible para los escribanos q~e . an grandes can
invirtier
similitud de su experiencia (la prâctica en los tribunales) igualaba a escribania. oficios de escribano fueron gradualmente mâs
unos con otros. Ademâs, a la bora de la verdad, los escribanos eran la: Lo Precios de los . . el tiempo puest.o que las auto-
s did ue transcurno ' . 1
que realmente se encargaban del buen desarrollo del proceso, mientra avosos a me a q d fi'ar el valor formal del ofic10, ~n
que los letrados dependian de su saber, su inteligencia y su voluntad~ ;[dades, por su .forma e le la crisis econ6mica Y de la desvalo~­
Las criticas vertidas, tantas veces, contra los escribanos en obras de congelar los prec1oss~J:::-as. En consecuencia, el a~so al ofi~liga~ se
teatro, en novelas o en libros juridicos, se debian , justamente, a su ci6n de todas las ~ . tes En estas circunstancias, era o. .
importancia y centralidad. Corno cualquier gremio omnipresente y del convirti6 en mas dificil q~e ~:nt~ material coma inmaterial. La .1oveo
cual dependian tantos asuntos, atraian la atenci6n. Para los que torio recurrir a la herencra, tos recios transformaban la obteocr6n de
disfrutaban de una posici6n mâs alta en la jerarquia, los escribanos dad de los candidatos y los al Pd d "amiliares: se requeria una
representaban una amenaza a su apreciaci6n general: hacia falta e mpresa e re es " 'b
una escribania en una e l renuncia de un pariente escn ano
destacar su status humilde para poder ignorar y hacer ignorar a los gr an acumulaci6n de f~rtuna o a t l Se creaban asi dinastias de
eJercer como a · fi ·
demâs su importancia verdadera y reclamar crédito por sus actuacio- para poder liegar a al se erpetuaban varias o cros.
nes. Para los de abajo, los escribanos eran la esencia del sistema legal y escribanos, en el ~eno ~-e las c~u~~da~es respondian con una actitud
administrativo: sus contactos con éste pasaban siempre por la relaci6n Frente a esta situac10n, las . . d tratos de compraventa de
. 'ti la existencia e con
con el escribano. En consecuencia, su imagen en ese caso era la imagen de laissez faire: pernn an almente se desinteresaban por su
del sistema visto desde fuera: la critica contra aquel se transform6 en escribanias entr~ ~articulares ~~rmalmente de acuerdo en otorgar un
una critica contra los escribanos. Su posici6n de mediadores s6lo contenido y cond1c1ones. Estab algufi . vi·m· éndolo en parte de los
t · ·al 0 c10, con . ,
empeoraba la situaci6n: se encontraban entre las autoridades y los carâcter totalmente pa :imom ribano o de los bienes prop1os de este
particulares y entre unos particulares y otros. En estas circunstancias, bienes dotales de la muJe~ del esc concurso de deudores.
era dificil, si no imposible, satisfacer las expectativas de todas las en casos de embargo de ?1~nes odd~ aba 'o de los escribanos destaca la
partes, antagonistas por definici6n. El estudio de las condiciones e r . J parte y sus rentas Y
falta de relaci6n entre su unp . ortancia por una · dra fundamental en 1a
Este cuadro se complicaba debido a los esfuerzos de los escribanos
quiteiios por ganar una posici6n honorable - y no solo central - en la Privilegios por 1a otr a. A pesar de ser una 'b
pie d
no goz.aban de gran es
·
construcci6n del s1stema Jeg.al ' los escnb anos gun· sus actuaciones Y en
sociedad. La existencia de un mercado de escribanos, en el que las
rentas. Su provech o econonn , co fluctua
. d La segastos corrientes del ofi c10 ·
partes podian escoger con libertad la identidad del profesional y en el
que se establecia una relaci6n directa entre el valor de la escribania y la general no respon dia a s us neces1da . es. eosse percibia: los escn'b anos
personalidad de su titular, daba lugar al empleo de estrategias eran altos, y la renta ganada no hs1empr . s debido en gran medida.
. problemas para cobrar sus onorano
teman arte de 'la aud:ienC1a
, -
personales para fomentar la imagen de cada escribano. Estas in-
cluia°? principalmete, gastos destinados a la ostentaci6n y prâcticas a la falta de protecci6n y ayuda por p trol severo tante personal
d as a un con •
profes10nales mâs adaptadas a la voluntad y comodidad de los clientes. Tenian que hacer fren te ' a em . ' L diencia, que se negabn a
El resulta~o era que en Quito, ~egiin hemos podido constatar, )a imagen
. l arte de esta. a au
como profes1ona , por P b n gran rapidez a sus transgre-
di · em argo co
de los escnbanos no era espec1alrnente negativa. El oficio de escribano respaldarlos, respon a sm.b r s1'empre toialmente correctos,
fue considerado un buen empleo, en el cua] deseaba instalarse uno siones· exigia d e 1os es en anos se dia pasar desaperci'b'd
t 8
misi:no oins~~ a sus hijos, yernos u.otros familiares. Algunos de Ios
· U onducta que po , .
legales y corteses. na .c al .era era castigada energicamente
es~nbanos qmie?os p~rtenecian a la éhte de la sociedad local : no tenfan cuando procedia de un ve.cmo cuAdqui âs 'cualquier confrontaci6n entTc
m1edo de verse 1dentificados con el gremio de escribanos Io cuando el reo era un escnban~. t e:taba en favor de los primeros. La
_,, h be 'd . , que, por
tanto, no powa a r iem o una mala imagen, sino mas bien al revés. los jueces y los escrib~os ~e m :rp~nos y otros acababa constituycndo
cercania fisica y profesion en e
116 Los escribanos de Quito
Conclusi6n 117
una desventaja: los jueces estaban muy a tenta al
los escn·ban os y tamaban como un insulta cua] s . comp . o.rt~-·
··a.uuent.o d banos eran Jas figuras mâs conocidas Y mâs cercanas al pUbli~. Si es
técnica o profesional. quier discusion de îndol: "ble afirmar que su verdad se transformaba en la verdad del s1st.ema
Por otro lado, la tarea de manejar los archi
tratab a d e r:ton d os d e caracter-
.
publico destin d vos era unPOstble: .
r s;
0
medio de la · fe publica»), de la misma manera se puede concluir

muchas personas. Al frente habia


· fi "al ·
w: solo e a ?bs al USo COtidiano d:
sen ano acom -
8 poe sus fracasos eran entendidos como los de la administracion en
~~neraJ y viceversa. De~de .est~ perspectiva, la histori~ de l.os e~ba­
van~s. o cr es, runguno de los cuales tenia facultad Panado de nos es la historia de las mstituc1ones y, por Io tanto. la histona SOCial de
condic10nar el acceso a los documentas . . es Para negar 0 aquella época. . . .
l~s mismos al archivo. El desorden reu;.~iara ~.lllgtr la. devolucion de La herencia legada a la postendad por los escnbanos, es dear, sus
directo de su régimen mal pensado y al en o~ archivos, resultado archivos, roantiene esta misroa relacion entre escribanos, instituciones
sist.ematicamente a los escribanos . mta orgaruzado, era achacado y sociedad. Los docun1entos juridicos y notariales que incluyen son, hoy
dificu] tades arriba mencionadas • sm mar en con ·d ·.
si erac1on las en dia, una fuente de informacion privilegiada sobre el pasado, por su
. El control severo sobre los es~ribanos es una . . globalidad de vision y de materias. Las series que incJuyen y su orden
unpo~cia dentro de la sociedad local Aun prueba adic1~n'.11 a su relativo (a pesar de las quejas de las autoridades del siglo XVIl),
algo c1ego, demuestra claramente el . 1 quel a menudo InJusto Y transforman los archivos notariales, olvidados hasta hace poco tiem-
fi ca dos. Lo s llUSmos
. fi ·a1pape con e que han s1"do J.denti-.
jueces po, en una rica base de datos, fa.cil de localizar y de manejar. 238 La
acabaron dando testim . dy o c1 es que tanto les maltrataban Unica dificultad, es la necesidad de comprender su sentido y su
oruo e que los ·b •
mente hacian funcionar el d 1 escn anos eran quienes real- configuraci6n. Es preciso estudiar tanto los escribanos como la insti-
respecta a la administracio::
0
e?~ de Quito, tanto por Io que tuci6n de la escribania: son claves para entender a fondo los documen-
particulares. Corno tales hacia raJ:ticrn como a los negocios entre tos que producian. En este sentido, no hay que olvidarse que estos
Y garantizar de que cump'li contr?larlos con especial dureza ultimos eran el resultado final de un largo proceso cuyos autores tenian
Lo - eran con su ofic10
. s escnbanos, cargados de obli . . nombre y apellido, un saber y una practica determinados, diferentes
disposici6n un despacho d gaciones 3'. de deberes, tenian a su problemas y desafios, ciertas reglas de oficio y un contexto hist6rico
«·oficiales» o •escribientes•)~~ur~:de tr~ba1aban varios ayudantes determinado. 239
mando en vigilantes e instru to te el ~iglo XVII se fueron transfor- A este fin hemos querido dirigir nuestras palabras. El estudio de la
preparaci6n de doeume to c res, de1ando el trabajo material de figura del escribano (de sus condiciones de trabajo, su posici6n social,
a 8 ~8 subalternos, los cuales aspiraban
5
normalmente a adrn,;,.; n sus practicas y saberes) se hace indispensable a partir del momento en
• .... ~ ,r e1conocunien t . •
e Ilos también. La aparicion de la firm 0 nece~ano para ser escribanos que se desea entender los documentos producidos por este grupo
se transform6 entonces e 1 • . a del escnbano en los documentos
1 n a umca forma d rifi
os ayudantes y su conform.idad c ~ ve car su control sobre 238 La conciencia recieote sobre la importancia de los archivos notariales ha
en aquel siglo. on su traba.io, Y de ahi su irnportancia encontrado expresi6n en varios articulos y coloquios, por ejemplo: B. Vogler, ed.; Les
En~· el estudio de los escribanos d . actes notariis, source de l'histoire sociale, XVe-XDU siécle (actes du colloque de
Strasbourg 1978) Estrasburgo, Société Savante d'Alsace el des Régions de l'Est,
de ale1arse de t6picos y de op· . . e Quito nos enseiia la necesidad 1979 ; A. Ei~as RoeL dir.: La documentacion notarial y la historia (aclas del n coloqui<>
vi ta ·
s sunple y coherent.e
iruones mtuiti s
vas. u profesion a primera de metodolog{a historica aplicada, Santiago de Compostela, 1982), Santiago de
f; 1 ' era en r rd d '
acu tades, oficios, dignidades ' ea 1 a • un nudo complejo de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 1984; A. Eirns Roel: ·La
persona! • smo · que mvolucraba
· Y
u responsabilidad S
es. u accion no era
documentaci6n de protocolos en la reciente bibliografia modernista•, Estudios hil;tàn-
cos y documenta/es de los archiuos de protocolos, v. 9 (1980), P.P· 7-:27; Alfred Soma.n:
:aras veces es evidente en la ~ persona) subaJterno cuya ex:istencia •L'infra justice à Paris d'après les arcltives notariales•, Hr.stoire, economie el sociell,
una~e~ dependia de su import!,n.mer~ lectura de los documentas. Su v. 3, mim. 3 (1982), pp. 369-375; y la bibliografi'.a menciooada por David Gonuilez Cruz,
cond1c10naba. Estaba relacionadCJaa y e su centralidad, a lavez que Jas op. cit., pp. 210-206. . . .
239 Coincidimos en esto con José Bono (Los arch1vos notariales ... , op. cit., pp . .54-
contr 1 · con una 'ti 58), segûn el cual. !os documentos oo.tariales no deben ser la fuent~ exclus1va dè
a e SJStema administrativo y jud· . en ca social generalizada
icia1' dentro del cual los escri- ninguna invesbgac10n, smo que, més bien, debeo completarse con ot.ras.
118 Los escrib:mos de Quito

profesional, documentos que forman la fuente m as rica y màs ab .


dante que conocemos boy en dia para el estudio del pasado. ~l
escribano, central y meoospreciado a la vez en el sistema, propietan Apéndice 1
del oficio y de sus arcbivos a pesar de su coodici6o de servidor publicoo La s escriba nias de Quito durante el siglo XVII
cuya posici6n social fue taoto afirmada como creada por su profesi6n;
cuyo âmbito de saber era mâs amplio de Io que te6ricamente se le
reconocia, personalizaba las contradicciones internas en el seno de la
adrninistraci6o del aotiguo régimeo. En él se bacîa evidente la falta de Escriba nos de Camara
relaci6n entre poder real y poder ceremonial, en tre esfuerzo y goce y
entre imagen y actividad. El discw-so y la postura oficial, a doptados, en Primer a escriba n fa (la m a s antigua, c~n d_enominaci6n de
parte, por el publico, no representaban sino un reflejo distorsionado de «secretario d el acuer do» y con un salano fiJO aparte de los
la realidad. La lectura critica de cieotos de documentos nos ha d erechos par actu a ci6n )
permitido vislumbrar entre lineas, el verdadero pape! e importancia
de los escribanos de Quito en el siglo XVII.
Orozco y Guzmcin, Andrés (padre)
desde: siglo XVI precio: ?
confirmaci6n: ?
renunci6 en:

Orozco y Guzmcin, A ndrés (hijo)


desde: 1604 precio: ?
confi.rmaci6n: ?
renunci6 en:

Oliva y Atienza, Cosme de


desde: 1632 precio: 18.500
confi.nnaci6n : ?
suspenso en visita general de la audiencia

G6mez Cornejo, Francisco


desde: 1637 precio: 18.000
confirmaci6n: 1638
se ausent6 de Quito por cioco aiios a partir de 1639 .
y en su lugar ejerci6 de int.erioo Lomas, Pedro de, escnbano renl.
renunci6 en :

Bravo de Pereda, Lorenzo


desde: ? precio: 24.000
conlirmaci6n: ?
por muertc su oficio sali6 a romate
J..tlV npenruce l

Jnterinos Las escribanias de Quito durante el lillo XVU


Entre 1667 y 1680 el oficio se halla vacante
S u tio Diego de Valencia. Hast.a eu IDAJGda4a
consideradas suficientes. Lo ejercieron como inr:;r. faJta de Poa
f ue cornPr
ado . . Sanchez Maldo nado Alonso.
. por
donado, Alonso (en 1676 y de nuevo entre 1578 ~os Salle~' 78 lo e1erc10
Crist6bal (entre noviembre de 1676 y agosto de
fue rematado en:
i
68 0) YAree, Ja1.
67 8). 14Q~
en 16 · · · 1665
co ofirtJlacion.
.6 (An d ago ya) hasta su muerte en 1737 aprœimadmr•
Lo ejerc1
Sanchez Maldonado, Alonso
desde: 1680 precio: 17.000 d Cabildo (publico de cabildo) (en AHQ, la~
EscribanO e
fue comprado por él a favor de su hijo Pedro Tom · ..
partir de 1701 (mayoria de edad). as, quien Io ejercj a . ez de Espinosa, Pedro
confinnaci6n: ? 6 ferna~ald enos 1580 precio: ?
desde. ~ . ?
Lo ejerci6 (Pedro Tomas) hasta 1726. confirmacion. .
? en:
Segunda escribania GarcLa. Monteverde,
. ?Francisco de
desde : 1602 prec10 : .
Suarez de Figueroa, Diego renunci6 en:
desde: antes de 1567 precio: 4.000
confirmaci6n : 1567 Suarez de Figueroa, Diego
desde: 1614 precio : 10.000
Su oficio fue declarado vacante por su muerte y rematado en : confirmaci6n: 1617
Valencia Le6n, Diego renunci6 en:
desde: 1605 precio: 15.000
Rodriguez Urbd.n de la Vega, Diego
Fue comprado por él a favor de su hijo Garcia quien Io ejerci6 a partir desde: 1628 precio : 10.000
de 1632
confirmaci6n : 1608 confirmaci6n: 1629 . eclarada
renunci6 (Garcia) en su yerno: Su oficio fue rematado (puesto que muri6 Y su renunc1a fue d
sin efectos legales) en:
Sd11Chez Maldonado, Antonio
desde : 1636 precio : 16.000 Montesdoca, Baltazar
confirmaci6n : 1641 desde : 1644 precio : 9.500
En sus enfermedad 1 confirmaci6n : no tuvo nfi ·on y fue
renunCJ6. en: es o reemplaz6 L6pez Salcedo • Juan Su oficio fue declarado vacante en 1652 por falta de co rmaci
rematado en:
Mart(nez de Aybar, Mart[n
desde : 1655 precio: 24.000 Chica Narvaez, Diego de la
eo nfirrnaci6n : denegada en 1662 desde : 1654 precio : 24.000 . . te · lo usaron
S u ofic10 fue d 1
remata do en: ec arado vacante por falta de confirmaci6n Y fue Lo compr6 para su lùJ"o menor Diego Antomo - en tn n 0 ..
Montesdoca, Baltazar (1655) y Hernândez Marcillo ' Francisco.
Andagoya Y Otalora N · l ' confirmaci6n : 1660 fi . fue declarsdo
desde: 1663 . • LCo as Por no 11egar su confi.rmac10n
. , a tiempo
. a Quito • SU O CIO
prec10: 24.500
vacante. Fue rematado en:
•..'l
• do por una cêdula real de 1678, pero el hijo
' .ti!~Mi le œdi6 sua derechoa. Renunci6 en:
f.èSpez de Urquta, Antonio
dead.e: 1681 precio: 21.200
confinnaci6n:?
Lo ejerci6 al menos hasta 1717. Velazquez Manzanares, Juan
desde: 1684 precio: ?
confirmaci6n: ?
Escribano publico de numero Su oficio fue declarado vacante por au Q)

Primera escribania (en AHQ, 6a notaria) Uipez Salcedo, Antonio


desde: 1691 precio: ?
Rodriguez Ocampo, Diego confirmaci6n: ?
desde: 1600? precio:? Lo ejerci6 posiblemente hasta el final del siglo.
confinnaci6n: 1604
renunci6 en: Segunda escribania (en AHQ, 5a notarfa)
Martinez Gasco, Juan
desde: 1624 precio: 4.500
confirmaci6n: 1626
Su oficio fue declarado vacante por su muerte y fue rematado en :
Rodrigua, Gaspar
desde: 1646 precio: 6.020
confirmaci6n: 1648 Arce, Juan y Juan Crist6bal
renunci6 en su hijo: desde : al menos 1644 precio: ?
(alternaron uno con otro, aunque el titular era Juan)
Rodrlguez de C6r®ba, Gaspar confinnaci6n: ?
de&de: 1659 precio: 5.500 Su oficio fue declarado vacante por muerte de Juan y fue
confirmaci6n: 1662
? en: Montenegro, Francisco Dionisio
desde: 1687 precio: 4000
Rodrlgu.ez de Villamill, Diego
confirmaci6n: ?
desde: 1668 precio: 6.020 Lo ejerci6 hasta su muerte en 1718.
tenerUtulodenotario~Jr:i,
(par ~o · hasta 1661)
proVJDCUl
era escribania (en el AHQ aparece como la 3a no renunci6 en:
Garcia Moscoso, ~uan
desde: 1662 precio: 700
coofinnaci6n: ?
renunci6 en:
l'.'!nunci6 en:
Rivadeneyra, Ma_n uel
Basurto, Francisco de desde: 1675 prec10: 750
desde: ? precio: 2060
confirmaci6n : ?
confirmaci6n: ?
renunci6 en :
por deuda a la caja real, su oficio sali6 a remate y luego, por una
sent.encia de la audiencia, fue declarado propiedad de la viuda de Espinosa de los Monteros, Bernardo
Vùlaseca en concepto de su dote. Ella Io vendi6 a : desde· 1683 precio: 700
Antolines de Valdés, Inigo
co~aci6n : 1686 (titulo de escribano de 1673}
desde: 1610 precio: 1800 fue inducido a renunciar su oficio por auto de hi•
confirmaci6n: no tuvo
Leguia, Nicolas de
declarado vacante por falta de confirmaci6n y rematado en: desde : 1692 precio : 750
(la renuncia en Juan Lorenzo de Morales en 1619 fue declarada sin confirmaci6n: ?
efectos legales)
sigue hasta 1708
Vacante
Entre 1619 y 1628 el oficio qued6 sin titular debido a un error
administrativo y luego por falta de postores Segunda escribania (en el AHQ es la 4a notarfa)
Puente, José de la Robles, Pedro de . ?
desde: 1628 precio: 1000 desde: antes de 1590 prec10: .
conlirmari6n: ? confirmaci6n:? fu rematado en·
su oficio fue declarado vacante por su muerte Y e ·
En 1632 se defendi6 con éxito frente al intenta del fiscal de declarar su
oficio vacante por su deuda ante la Caja Real.
Ruiz Padilla, Diego
declarado vacante por muerte y rematado en :
desde : ? precio: 1500 . ar el recio dema.siado bajo. Su
Rob/es, Juan de confirmaci6n: denegada por consider P . fu d "tado
desde: 1649 precio: 725 oficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n y e eposi
conlirmari6n: ? como interino en:
? rematado en:
Herndndez Marcillo, Diego
Dfaz de Astayza, Francisco desde: 1637 precio: ? .
desde: 1653 precio: 600 confirmaci6n: no hubo neces1dad
confirmaci6n : 1661 fue rematado en:
1

nuez, Andrés .
desde: 1648 preCio: 950
tuvo confirmaci6n: no tuvo
, s oficio fue declarado vacante por falta de confirma Su oficio fue declarado
reQ}111,cia fue declarada sin efectos legales) y fue rematado en~ rematado en:
»~. Antonio di! Ortega Osorio, Miguel
4.eede: 1658 precio: 2000 desde: 1658 precio: 1520
confirmaci6n: 1662 confirmaci6n: ?
Jf9-unp6 en: Su renuncia fue declarada sin efectos legales y en co~
Femandez, Juan di! la Cruz oficio fue rematado en:
~e: 1683 precio: 2200 Nunez de Montesdoca, Juan Bautista
continnaci6n: no tuvo desde : 1690 precio : 1520
BU oficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n y fue confirmaci6n: no tuvo
rematado en: Defendi6 con éxito su oficio en 1695, cuando el fiscal intent6
rarlo vacante por falta de confirmaci6n, pero en 1699 el oficio
Cevallos y Velasco, Manuel
deBde: 1692 precio: 2800 declarado como tal y fue rematado en:
confirmaci6n:? Hurtado de Mendoza, José
ejerci6 hasta BU muerte en 1737 desde : 1690 precio: 1100
confirmaci6n : no tuvo
Lo ejerce hasta la extinci6n de la audiencia en 1718.
Receptores
Primera recept.oria Segunda receptoria

Marin, Jer6nimo Fernandez de Medellin, Pablo


desde: ? precio: ? desde : ? precio: ?
confirmaci6n: confirmaci6n: ?
Su oficio fue declarado vacante Su oficio fue declarado vacante y rematado en:
por Bu muerte Y fue rematado en:
G6mez Morcillo, Di.ego Castillo Figueroa, Juan del
desde: 1622 precio: 900 desde: 1623? precio: 1100
confirmaci6n: ? confirmaci6n: 1626
su renuncia no tuvo efectos legales . renunci6 en:
Y su oficio fue rematado en ·
Hernti.ndi!z Marcillo, Francisco · D(az de Urana, Gregorio
desde: 1648 precio: ? desde: ? precio: ?
El re~ate fue declarado nulo por el virre confirmaci6n: no tuvo
el ofic10 fue rematado en.. Y del Peru Y en co nsecuenc1a
. Su oficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n y fue
rematado en:
128 Apéndice I Las escribanias de Quito durante el siglo XVU

Rubio, José
desde: 1644 precio: 900 aomez de Aceve~o, Francisco de
confirmaci6n: 1647 (titulo de escribano de 1610) desde : 1658 prec10: 1.350
Su ~ficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n confirmaci6n : ?
mac16n, al parecer, nunca lleg6 a Quito) y fue rematado en~a confir. ? en :
Valverde de Aguilar, Francisco Duque de Estrade:, Juan
desde : 1655 precio ; 1.100 desde : 1662 prec10 : 1.400
confirmaci6n : no tuvo confinnaci6n: ? .
Su oficio fue declarado vacante por falta de (La sucesi6n de los escribanos a partir de 1669 sera tratada al final de
n te confirmaci6n y fue este apéndice)
uevamen rematado en él en 1663 por 1.100
Confirmaci6n : ? ·
Renunci6 en:
Cuarta receptoria
Ortega, José de
desde: 1667 precio : 1.350 Heredia, Lorenzo de
confirmaci6n: ? desde: 1620? precio : ?
? en :
confirmaci6n: no tuvo
Paz Alcoser, Alonso de Su oficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n Y fue
desde: 1669 precio : 1.300 rematado en :
confirmaci6n : ?
Dorotineo, Lucas
(La sucesi6n de los escribanos a · d
este apéndice) partir e 1669 sera tratada al final de desde : 1626 precio : 1.400
confirmaci6n : 1628
Su oficio fue declarado vacante por su muerte y fue rematado en:
Tercera receptoria
Granja, Damian
Vega Polanco, Francisco de desde : 1670 precio : 1.000
desde: ? precio : ? Nunca lleg6 a ejercer efectivamente su cargo.
confirmaci6n : ? confirmaci6n: no tuvo
Su oficio fue declarado vacante por falta de pago y fue rematado en :
renunci6 en su yerno :
Orozco Paredes, Diego Cabrera, Sebastian
desde: 1623 precio : 900 desde : 1674 precio: 1210
confirmaci6n : 1628 confirmaci6n: no tuvo
renunci6 en: Su oficio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n Y fue
rematado en:
Rivas Guerrero, Pedro de
desde: 1633 precio : 1.300 Salas y Valdés, José
confirmaci6n : 1637 (i,no lleg6 a Q .t 0 ? desde : 1681 precio : 1210
Su oficio fue declarado vacanteui ·)fi confirmaci6n : 1689 (i,no lleg6 a Quito?)
rematado en : por alta de confirmaci6n y fue Su oficio fue declarado vacante por Calta de confirmaci6n Y fue
rematado en :
Apêndi

de Vaca, Jo é de
o: 210 Montenegro Dionisio, Francisco
n: o tu o desde: 1685 precio: 1.000
'o fue declarado vacante por falta de confirmaci6n: ?
do en: renunci6 en:
tillo F"ix del Mayorga Lorenzo, Bautista
e: 1699 precio: 1.100 desde: 1688 precio: 1.000
aci6n: no tuvo confirmaci6n: ?
Lo ejerce al menos hasta final del siglo.
Lo ejerci6 hasta su muerte en 1715 aproximadamente.
.

Sexta receptoria
Quinta receptoria
Arias, Alvaro
Sanchez
d d Maldonado, Alonso desde : ? precio: ?
es e: 1597 precio: l.OOO confirmaci6n: 1611
COnfinnaci6n: 1599 Su ofi.cio fue declarado vacante (puesto que su renuncia en
renunci6 en su hijo: hijo fue declarada sin efectos legales) y fue rematado en:
Sanchez Maldonado, Anfunw . Hurtado de Velasco, Andrés
d d desde: 1643 precio: 900
es e: 1627 precio: l.OOO
confirmaci6n:? confi.rmaci6n: 1661
renunci6 en: Su ofi.cio fue declarado vacante (puesto que su renuncia en favor
hijo fue declarada sin efectos legales) y fue rematado en:
Montesdoca, Baltazar
desde: 1637 precio: 900
Aguayo, Pedro
desde: 1655 precio: 1.100
confinnaci6n: 1639
confirmaci6n: 1656
renunci6 en: Su oficio fue declarado vacante por su muerte y fue rematado en:
Delgado, Mateo Castro Calderon, José
desde: 1645 precio: 900 desde: 1687 precio : 1.700
confirmaci6n: 1647 confi.rmaci6n: no tuvo
renunci6 en: Su ofi.cio fue declarado vacante por falta de confirmaci6n y fue
Suarez de Figueroa, Tomas rematado en:
desde: 1657 precio: l.OOO Flores, Sebastian
confirmaci6n: 1662 desde: 1694 precio: 1.100
renunci6 en: confirmaci6n: ?
Lo ejerci6 al parecer hasta finales del siglo.
Vaca, Diego
desde: 1681 precio: l.OOO
confirmaci6n: ? Nota: No hemos podido seguir las lfneas de sucesi6n de escribanos en
renunci6 en: ]a segunda y tercera receptoria. Sin embargo, disponemos de dos
132 Apéndice I

continuaciones parciales que debfan haber fo


Se trata de: rmado Parte de arnbas.
Apéndice II
Primera continuaci6n
Veltizquez Manzanares, Juan Los escribanos de Quito 1600-1750
desde: al menos 1680 precio:?
confirmaci6n: ?
Su oficio fue declarado vacante por s u muerte Y fue remat d Aguayo, Pedro
GOmez del Aguayo, Juan a o en: Receptor desde 1655 y hasta 1685 (precio: 1.100 pesos). La confirma-
desde: 1691 precio: 1.lOO ci6n data de 1655.
Trabaj6 como escribano publico en el despacho de Pedro de Los Reyes
confirmaci6n : 1696
(vid.) en ausencias y enfermedades de éste, ayudado por el oficial
Lo ejerci6 al menos hasta finales de siglo
mayor Manuel Calderon (vid.).
Segunda continuaci6n Tenfa de aprendiz y ayudante a Bernardo Espinosa de Los Monteros,
Pacheco, Francisco posteriormente escribano de provincia (vid.).
desde: ? precio: ? Su firma aparece en protocolos pertenecientes al Archivo Hist6rico del
confirmaci6n · ? Ecuador (en adelante AHQ), secci6n primera notaria (en adelante la
Su oficio fue d~clarado vacante o
notaria), 1660-1688 y en la secci6n quinta notaria (en adelante 5a
Calder6n M l F . p r su muerte y fue rematado en: notaria), 1688.
anue , rancisco
desde: 1685 precio: 1.200 Aguirre, Juan Fermin de
confirmaci6n: 1689 Receptor desde antes la extinci6n de la Audiencia de Quito (1718) y
Ejerce hasta finales de siglo. hasta su muerte en 1723.
Alarc6n Tofino, Bernabé
Escribiente y, posteriormente, oficial mayor de una de las escribanias
de camara de la Audiencia de Quito.
Procurador entre 1683 y 1690 (precio 1.000) y nuevamente entre 1690
y 1703.
Alvarez, Francisco
Dej6 su firma en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria, 1698 y
la secci6n sexta notaria (en adelante 6a notaria), 1697.
Andagoya Y Otalora, Nicolas
Escribano de câmara desde 1678 (con 26 anos de edad), tras la
compra, en 1663, de la plaza por su tio natural Diego Valencia Le6n
(el segundo, vid.), hijo de Diego Valencia Le6n (vid.) y hermano de
Garcia Valencia Le6n (vid.) (precio : 24.500 pesos). Ejerci6 hasta su
muerte, acaecida antes de 1737.
Rasta su roayoria de edad (1663-1678) ejerci6 la plaza Alonso
Sanchez Maldonado (vid.)
Apéndice Il

Fœnilia y propiedad:
Era bijo natural de Pedro Valencia Le6n, hermano de Diego y Garcia .AnJ.rade• Nicolas . CI.a primero como int.ei;îsP.
hijo de Diego. Bautizado en Quito en 6.5.1653. e Esen"bano de provin ' . t.e W\ni,
7_ 17 38 y, post.enormen , en P...-rr
SegUn AHQ, secci6n Testamentaria, caja 41, expediente l.10.171 dente) en 173
tenfa varios bijos de su primer matrimonio, todos menores de edad e~ 2 precio: 2.800). n protocolos pert.enecientes Al.M!_Q
esta fecha (1712), salvo Lucia, casada desde 1706 con Juan de Silvera firma aparece e 1738
Su d
notaria (en a e Jante 4a notaria), ·
y Maria, casada desde la misma fecha con Manuel Rodriguez de la
Parra (vid.). Sus hijos se quejaron conjuntamente contra él porno
darles dinero para su manutenci6n. Alegaron que se casé en segundas Antolines de Valdé~, ~ni~:sde 1610 y hasta 1619 cuando
E "bano de provrnc1a . 1 800 .._....).
nupcias con una mujer de baja condicién social y que no dio a sus hijas sen vac1a
declar6 , por falta de confirmaci6n (precio: . r-'7"

la dote correspondiente a su posici6n. Ademâs, pidieron 5.000 pesos


anuales para la manutencién de cada uno de los hijos menores. Arce Valuerde, Juan
Enumeraron entre sus propiedades: Escribano publico entre
- el oficio de escribano de câmara con 2.000 pesos anuales de renta, murié sin renunciar a su plaza. . te al AHQ 5a
- una hacienda que habia vendido por 22.000 pesos y de la que, tras Su firma aparece en pro t ocolos pertenec1en s • ,,,,.!~NI:·
pagar los censos, le quedaron 15.000 pesos de contado,
- Una renta de diferentes comisiones ejecutadas en Guayaquil 1641-1684. .d d Anansayas entre 1646y
Teniente corregidor para el parti o e
(10.000 pesos),
Familia· ( "d)
- Una casa de morada en la ciudad de Quito (valor estimado 3. 000 pesos), Era he~ano de Juan cristébal Arce Valverde, VI ••
- 4.000 pesos que recibié de herencia,
es decir, un total de 32.000 pesos al contado, mas 2.000 pesos de Arce Valuerde, Juan Crist6bal
rentas anuales. Escribano interino de camara entre 1670 .Y 1!78~ AHQ la notaria,
En su respuesta, Andagoya y Otalora negé haber recibido 10.000 Su firma aparece en protocolos pertenec1en s '
pesos por comisiones en Guayaquil y alegé dar suficiente dinero a sus 1686.
hijos menores. Estim6 la dote dada a cada una de sus hijas en 1.000
Familia:
Hermano de Juan Arce Y Valverd e (VI.d •) y, a menudo, coofundido con
pesos. Anadio, ademâs, que Maria se casé con Rodriguez de la Parra
contra su opini6n y que, sin embargo de ello, le dio dote. a quel.
Segiln el cabildo de Quito, poseia en 1678 dos haciendas en las 5
leguas de jurisdiccién de la cuidad: Archivo Municipal de Quito (en Arce (Zea?), Sebastian de .. 032 pesos).
adelante AMQ), Secretaria General-Libros de cabildo, 00053, pp. 5-6, Escribano publico desde 1680 (precio. 4· . tes al AHQ 6a notaria,
carta del cabildo de 1.9.1678. Su firma aparece en protocolos pertenecien '
Se emple6 en la apertura de un camino desde Quito a Esmeraldas, junto 1681-3.
con su tio Diego Valencia Le6n (1678-1681). Vid, tambien Archivo General
de lndias (en adelante AGI), Seccion Quito, 34 diferente's documentos. Arias Altamirano, Diego . . d d 38 (con 40 aiios de edad) Y
. , . d rovmc1a es e 17 firm
Escnbano publico Y e P declaré vacante por falta de con a-
Andrade, Felipe hasta 1746 cuando su plaza se
~scribano p~blico en propi~dad en 1747 (precio: 1.600 pesos). Ten- ci6n. . to ( lor- 55 pesos anuales) al menos entre
iente alguacil mayor de Quito en el mismo ano. Receptor en arrendamien i
v:re 736 y 1738 (por el mismo valor);
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ · · ta 1727 y 1734 y nuevame;:i~:os pertenecientes al AHQ, 4a notana,
notaria (en adelante 5a notaria), 1747-1 . • secci 6n qum Su firma aparece en P
752 1738-1745.
Ap6ndice n

Fomilia:
Erà compadre de Sim6n Alvarez Montese-'- 'd ilia Y propiedade : •
• terin 78 nu, regi or F~ AffQ, secci6n Testamentarfa, ctqa
m o en 1 6 y 1737, alguacil mayor desde 1748 ' COITegi
alcabalas Y mercader acaudalado. • cobrador a, Se. ll expediente 3.11.1673:
CBJB
Se cas6• en segundas nupcias,

en
166 1A-J ~IUMJ•&
4Rela~6n de familia con Juana Arias Altamirano (hij d
Altamirano y de Catalina Arias de Avila Y m .er del a . e Pedro Ariae 2o.OOO pesos).
de Cevallos?): vid. AHQ, 4a Notaria, 2, exp~iente :~;~~ernando Al morir, dej6 tras si deudas por valor de 6.000
(en concepto del precio de su oficio) y a un ved.no de
Arias, Aluaro ·
compr6 por 20.000 pesos algunas casas en la ~
Receptor al m~nos desde 1611 (fecha de confirmaci6n . Su viuda declar6 que se ocup6 en actividadea CO •
plaza en su •hijo• (?), Blasaria de Atiaga q e ). Renuncio au
cons'd d 'd6 E u , por ser menor no fu tiendas a cargo de un tercero, Francisco Nieto de So1fa. Dis
l era o l neo. n consecuencia la plaza fu d l ' e
Su firma a , e ec arada vacante esperaba prosperar econ6micamente sin traspasarla
1610-1633pare5ce en protocolos pertenecientes al AHQ la no•ft_, . prohibia a los escribanos de camara tener este tipo de
Y a notaria, 1632. ' ....na,
Francisco Nieto de Sous declar6 que Bravo de Pereira li
Arostegui, Francisco tiendas y su contenido como una especie de dote, por
Escribano piiblico en arrendami to ( al con una hija natural suya, Hamada Juana. Soifs era, aclemâ.
1729 (con 41 aiios de edad) y ha:~ 17;4 or: 150 pesos anuales) desde
~as~747 (por el mismo valor). y, nuevamente, desde 1742y de la primera mujer del escribano. Segtin AHQ, la notaria.
expediente 23.5.1701 Francisco era el segundo mari.do deJ
1~39 y : a : :. ;;f9~~:~~s pertenecientes al AHQ, 4a notaria, estaba casada anteriormente con el capitan Antonio de
aquel primer matrimonio tuvo una hija, Maria de la 'lbrre,
Atienza, Francisco de cas6 en primeras nupcias con el alférez Jer6nimo Martin lllon1~!111lt
Su firma aparece en P toc l (hijo del alférez Diego Martin Montenegro y Fnmcisca Pérea
1640-1650. ro o os pertenecientes al AHQ, la notaria,
nacho, hacendado y mercader con tiendas de seraria y boclegas aocio
Basurto, Francisco en negocios de Diego Chica N arvâez - vid. y su hijo José) (dote: 2.000
Gan6 la plaza de escribano de . . pesos) y en segundas, con el capitan José Miguel de los Santos.
precio: 2.060 pesos) no pago p;ovmcia en remate (antes de 1610, morir Jer6nimo, Juana Bravo de Pereda (madre) y Maria de la 'lbne
. e1 va or Y su plaza se declar6 vacante. (su hija) discutieron la tutela de los ocho hijos menores de Jer6nimo Y
Betancur, Diego Melùin de
Maria.
Titulo de ~scribano de Su Majestad de 1661 Entre sus bienes (seglin el expediente de 3.11.1673, op.cit., PP· 112-
Comprendido entre los escribanos . - . .
Mata Ponce de Le6n, que le atribu quite~os visitados por Mateo de 130) habla mucha plata labrada, ropa, lienzos, bastos Y cuadros de
6
men.os des~e 1663 y hasta 168 1. los~~baJo como ~s~ribano publico al santos y de la virgen, muebles caseras, pequeiios oratorios,joyas, una
secc16n Qwto, legajos 72_74 tos de la VlBlta estân en AGI, cama de campo dorada y dos roulas de camino. Tunia un aposento
Su firma aparece en pro~los . especial que le servia de despacho, con muchos libros de cuentas de
1666-1685 y Sa notaria, 1664-1~;.enecientes al AHQ, la notaria, caja, diferentes cartas y papeles, pinturas de paisajes y ciudades de
otros paises, libros de cocina, obras en latin por diferentes. autores,
Bravo
E .b de Pereira (Pereda), Lorenzo cuatro escritorios, escaparates, un tintera de plata y una escnbania de
sen ano de camara. Muri6 en 1658 .
qued~ vacante hasta 1667. sm renunciar a su plaza que madera.
Es posible, ademâs, que tuvo un obraje e~ Otavalo ~una zona al norte
Era, igualmente, tesorero interino de la C . de la provincia, conocida por su producc16n de textiles).
BJa Real de Quito.
138 Apénd1œ n Los escribanos de Quito 1600-1750 139

Biu;tamente. Jat·ier ... A}eiandra Capilla, mujer de Juan Navarrete


Receptor en arrendamiento desde 1749 (valor 50 pesos. anual h1Ja· , R' (V'd )
··a· ? casada con Vicente 1vera 1 •
CabTl'ra, Jeronimo de es). hIJ ..
bija: Josefa (soltera?) , .
OficiaJ. mayor en la e:;cribania de cam b . hijo: Placido, maestro, ~lengo . .
\·aJenoa Leon y Antonio 8anchez ~1ald~ daJo.},os es~ri~anos Garci Propiedades : (El expecliente arnba c1tado).
œnte.. a o. mpezo s1endo adol es-a Casa de morada por valor de 800 pesos que, al menos en 1757, estaba
censado con 500 pesos.
Cabrtro, Jas Dos haciendas en Sangolqui (dentro de las cinco leguas dejurisdicci6n
Su fuma apareœ en protocol - . de la ciudad de Quito) cargados con 3,000 pesos de fianzas a favor de
16-0-16~3
1 , • o penenec1entes al AHQ , 5 a notaria,
su hijo Plâcido, ocupado en el cobro de cliezmos.
Cabr ra. ba..•;ian
Rectptor desde 16î4 y hast.a 1681 ( . Capilla, Jer6nimo Enrique
plaza se decl- · . precw: 1210 pesos) cuand Oficial de pluma.
• aro \ acante por falt.a de confi.nnaci6n. o su
Receptor en arrendamiento desde 1722 (con 22 afi.os de edad) y hasta
Calderon. Juan circ. 1726 (valor: 50 pesos anuales) y, nuevamente, aunque en otra
anual~ . en arrendruni ento desd e 1 ~t38 Y hast.a 1749 (vaJor: 70 pesos
Reœpwr receptoria, entre 1726 y 1736 (por el mismo valor).
Escribano publico en 1739 y hasta antes de 1744.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notaria,
CaUJ_uon tF.ronci....'CO?) Jfanuel
Ofioal mayor de la escribania Uhl' . 1731-1742.
Pedro Aguayo f\,;d.. ,_ P ica baJo Pedro de los Reyes (vid.) y
Reœpwr deo.èe 1605 <con 27 . Cardenas, Alonso de
(prE:cio: L200 pe-o C<infi ~os de edadJ Y al menos hasta 1691 Su firrna aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria,
E,cribano de cabild 1. " i:mao6n de plaza en 1689. 1675.
0 llltE:nno?) en 1686
u fi•rma aparf:Ce en ·
1692-J 701. prot.oco1os pertenecientes al AHQ, la notarfn, Castillo de la Concha, Diego de
Escribano de cabildo desde 1673 y hasta 1679, fecha de su renuncia
Familui:
\' . (precio : 16.000 pesos).
ecmo de Popayân (provincia de QuiU>J. Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria,
Cap1Ua, Agut>tfn 1673-1675.
E,..cribano de pro,·inda en arrend· . Familia y propiedad:
edad 1 Y 1734, en prllpiedad t ami(:nUJ (:ntrc 1730 (con 36 ai\os de
Muri6 en Febrero de 1679.
arrendamu:nt.o <tr8.6 I& d1;Cl ~n.re 1735 Y 1742 y nucvament.e en Era hijo de Diego Castillo de la Concha y de Felipa de Bustillo.
falta d 1· Côn fi1rrnaci6n di:sde&.raci6n dr,, la vacanc:1a
· de Bu plaza por Se cas6 en Guayaquil (provincia de Quito) con Magdalena Ruiz de
1 1742
pesos anuale:1>). Y hast:. al me:noR 1744 (valor: 90 Eguiilo, hija del capitan Pedro Ruiz de Eguifi.o y Maria del Portillo
Su fi rma apa n;ce '"n protocol 0 (dote: 6.000 pesos en bienes y esclavos).
1733-1747.
. .. " P<ertene:ci<·nl.!:11 al AHQ <• •3 a no tar ra , Tenla de cuiiado al reclor del colegio quiteiio de la Compaiiia de Jesus.
S 1rvJo, al m1"no en 1757 n,, .
Segijn AHQ, secci6n Oficios, caja 8, expecliente 19.1.1679, dej6 tras sf
f', · · · '~ mo E:Rcr1ba d al morir deudas por un valor total de 1.277 pesos a los propios de
amllui: <AHQ, 3a oLa.rfa c:aja 3g no '= la Real Hnc:ic:nda
Mari~o de Petr.<ma de: Ayba; Y EHi~~~ e:xpe~i".nl.I: 21.fi.1757) · Quito (el alquiler de su oficio?). Sus propiedades no bastaron para
Martm<:z de A1bar?J · (Vid • J• (Jle:Juc16n dt•• "'r~m·1 1·lfl con Mart 1"n cubrir ln dote de su mujer.
140 Apéndice II 141
Los escribanos de Quito 1600-1750

Castillo, Félix del


Receptor desde 1699 y hasta su mue Chica Narv<iez, Diego Antonio
(precio 1.100 pesos). rte en 1715 o una fecha pr6xiina Pr ietario de la escribania de cabildo desde 1654 y hasta 1664
opdo por falta de confirmaci6n, su plaza se declar6 vacante (precio:
eu an ' ., . b
24.000 pesos). La documentac10n recoge, sin em argo, una co
nfirma-
Castillo Figueroa, Juan del
ci6n de 1665 (que no lleg6 a Quito?)
Receptor desde antes de 1626 (fecha de co ., Se trat6 de una compra hecha por su padre, Diego Chica Narvaez,
1644 (precio: 1.000 pesos). nfirmac10n) Y hasta antes de
cuando él era menor. Baltasar Montesdoca (vid.) y Francisco Her-
Su firma aparece en pr t 1 nândez Marcillo (vid. ) hicieron de escribanos interinos durante su
1628-1636 5 o oco os pertenecientes al AHQ
Y a notaria, 1632. • la notana,
minoria de edad.
Familia y propiedades:
Castro, Jer6nimo Su padre, comprador de la plaza, era alcalde de la Santa Hermandad en
Su firma aparece en t 1 1659, regidor entre 1681y1701 y gobernador. En 1656 organiz6 y coste6
1617-1641. pro oco os pertenecientes al AHQ, 5a notaria,
el desplazamiento hasta Callao (Lima) de una compaiiia de soldados (o
de convictos exiliados?) destinada al socorro del Reino de Chile. Coste6,
Castro Calderon, José ademâs, varias fiestas en honor de nacimientos de principes. Ere
Receptor desde 1687 bas albacea testamentario de su hermano Jer6nimo Chica Narvaez <AHQ,
vacante por falta de ynfirmta. ~694 cuando su plaza fue declarada
co ac1on (precio: 1.700 pesos). la notaria, caja 3, expediente 26.8.1666) y socio en algunas tiendas de
sereria con Jer6nimo Martin Montenegro, primer marido de la nieta de
Castro Calder6n, Manuel Lorenzo Bravo de Pereira, escribano de camara (vid.).
Receptor en arrendamiento d d Seglin su testamento CAHQ, la notaria, firma de Rubio de Pereira,
1722 (valor: 50 pesos anual ~s e l 7l 7 (con 35 afios de edad) y hasta 1699-1701, fols. 626-629) era obrajero, tenia una hacienda en Chil-
( valor: 50 pesos anuales). es Y nuevamente desde 1724 y hasta 1736 logallo (uno de los pueblos de las 5 leguas de jurisdicci6n de la ciudad
Era ~yudante de caballeria. de Quito), una casa en Quito, dos estancias, una roula, un esclavo y se
Propiedad: ocupaba en vender fardos de tela de Panama.
Era propietario de una hacienda Sus abuelos paternos eran Diego Chica y Ana Maldonado.
las 5 leguas de J·u . d . . , d en Tumbaco (uno de los pueblos de Su madre era Ignacia de Vega Bazân (no llev6 dote).
. . ns icc1on e la ciudad d Q . ) Al
eJerc1cio qued6 deudor d 1 C . e mto . acabar su El mismo tenia titulo de capitan y gobernador.
e a aJa Real por no pagar todo el alquiler.
Se decia en Quito que tenia muchos hermanos naturales en varias
Cerda, Manuel Jer6nimo ciudades de la provincia.
Escribano de camara en arr .
edad) y 1733 (valor- endamiento entre 1731 (con 41 afios de Cifuentes, Pedro de
Era capitan . 820 pesos anuales). Receptor en arrendamiento desde 1716 (valor: 55 pesos anuales).

Coba y Castillo, Pedro Marcos


Cevallos Velasco, Manuel Receptor desde 1741 (valor: 80 pesos anuales).
Oficial mayor de la escribanfa de . .
Bernardo Espinosa de los M t provmc1a durante el ejercicio de Cordoba, Fernando de
E .b d on eros Haber ganado una plaza de receptor en arrendamiento en 1736 (val or:
sen ano e provincia desde 1692 .
2.800 pesos). Y hasta su muerte en 1737 (precio: 68 pesos anuales), no fue recibido como tal por ser considerado inapto
y por tener «otras incomodidades». Posteriormente cons1gui6 comprar
Su firma aparece en protocolos
1729-1730, 4a notaria 1692_
'
J .
ertenecientes al AHQ, 3a notaria,
17 7 Y Ga notaria,1693.
en propiedad una plaza de escribano en Otavalo (provincia de Quit.D l.
142 Apéndice Il Los escribanos de Quiw 1600-1750

Delgado, Mateo . en arre ndamiento desde 1710 {con 41 aiios de edad)


ublico
Receptor desde 1645 (con 40 anos de edad) y hasta 1657 (precio: Escribano P alor 180 pesos anuales). . .
pesos). 900 y hasta 1713 {v . · . ntre 17 27 y 1730. La mayona del tiempo ae
Propietario de titulo de escribano desde 1636. Su plaza de receptor fue Escribano de provrnc1:e~ empleo a raiz de una causa penaJ pendiente
confirrnada en 1647. encon tr a ba suspenso
• al s versiones compr6 e 1ofi CIO
· de provincia para
tra él. Segun guna . . •
Escribano interino de cabildo en la década de 1630 por nombramiento con . . , no para s1 m1smo. ,
del virrey del Peni. su hiJO Ramon y protocolos pertenecientes al AHQ, 3a nota.ria,
Su firma aparece en
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notarfa, 1710-1728.
1644-1657 .
Propiedades: . d d Real Hacienda, por Io que su oficio
M un'6 en 1730 s1endo deu or e 1a
Dlaz de Astayza, Francisco 1 fi . 1 eales
Procurador desde 164 7 y probablemente hasta 1654. fue embargado por os? cia .es :8
e~ediente 16.9.1730 dej6 tras si
Escribano de provincia desde 1654 y hasta 1662 (precio: 600 pesos). Seglin AHQ, 4a N~tanaS C~J~ ~e muebles Y vestuario por un valor
Rasta 1661, aiio de la confumaci6n de la compra, no tenfa titulo de casas en la parroqwa de ha 4 ~ r~ales. Sus deudas mootaron a una
total de 275 pesos de a oc o y .
escribano pliblico y, por Io tanto, a pesar de tener en propiedad una
suma similar.
escribania •de provincia y publica» solo ejerci6 de escribano de
provincia. Familia : . t vo dos hijas: Mariana y Juana.
Se cas6 con Ana Baquero, con qUien u
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 3a notaria,
1653-1660.
Echevarria, José Joaqu[n · ntes al AHQ la not.aria,
Su firma aparece en protocolos pertenecie '
Diaz (de Urana ?), Gregorio
1735-1747.
Receptor desde antes de 1644 cuando, por falta de confirmaci6n, su
plaza se declar6 vacante.
Escalante, Bartolomé de . t l 7l8 {con 29 aiios de edad)
Escribano publico en arrendamiento en re
Dorade de Vergara, Alonso
y 1721 (valor: 112 pesos anuales). 1722 basta 1735 (valor: 55 pesos
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria, Receptor en arrendamiento desde Y
1599-1618 y 6a notaria, 1614.
anuales).
Dorotineo, Lucas
Espinosa de los Monteras, Bernardo 'd)
Receptor desde 1626 (con 31 aîios de edad) y hasta su muerte en 1668
{precio: 1.400 pesos). Obtuvo confirmaci6n en 1628. Oficial mayor de Pedro de Aguayo ~VI{ · 32 aiios de edad) y 1691
Escribano de provincia entre 168 con
Duque de Estrada, Juan (precio : 600 o 700 pesos). d d l673 Su plaza de escribano
Receptor desde 1662 (precio : 1.400 pesos). Propietario de titul o d e es cribano es e ·
En 1692 apost6 sin éxito al oficio de provincia. . .
d e provrnc1a se co niiri6 en 1686.
(vid) era su ofic1·ai mayor· ,
Propiedades : Manuel de Cevallos y Velasc~ . rtenecientes al AHQ, 3a notaria,
Hacienda en Ibarra (al norte de la provincia) con casas, tierra, Su firma aparece en protoco os pe
ganado, etc. 1679-1691. ·~; na] por la que la Audiencia de
d a causa COuu.>• ,
Durango, Francisco En 1691 era reo e un . u oficio.
Quito le oblig6 a renunciar a s
Receptor desde 1703 Y hasta 1716 cuando su oficio se declar6 vacante Familia y propiedo,des:hi'os y alegaba ser pobre.
por falta de confirmaci6n (precio : 1.010 pesos). En 1691 tenia muJer e 1
144 Apéndice II Los escribanos de Quito 1600-1750 145

Falcon, Mariano Félix aomez Aceuedo, Francisco


Receptor en arrendamiento desde 1737 y hasta 1741 cua d
se dec1aro· vacante por no pagar e1 alqmler
· °
n su ofi cio
a la Real Haciend · Receptor desde 1658 y hasta 1662 (precio: 1.350 pesos).
En 1662 era reo de una causa penal, por la que la Audiencia Je obligô a
50 pesos anuales). a (valor:
renunciar a su oficio.
Fausto de Andrade, Ignacio Propiedades :
Receptor en arrendamiento desde 1739 (valor·· 65 pesos anu ales) SegUn AHQ, Testamentaria, caja 53, expediente 18.8.1722 y AHQ, 3a
Fern6ndez, Juan de la Cruz Notaria, caja 7, expediente 16.6.1705, en 1703, al morir, tenfa una
Escribano de provincia desde 1683 (precio: 2.200 pesos) y hasta 169 hacienda de cana y un trapiche en Guayabamba (jurisdicci6n de la
cuando su plaza fue declarada vacante por falta de co nfirm ac1on.
.. 2 ciudad de Quito) con varias caballerias de tierra y ganado, unas
caballerias de tierra en lchinguil, una hacienda en Yaruquî (jurisdi-
Fernandes de Aguilera, Tomcis
cci6n de Quito) y casas de morada en la ciudad. Debi6 dinero a Ios
Escribano de câmara desde 1745 y hasta al menos 1750 (pr .
14.200 pesos). ec10: indios de su hacienda y por concepto de censos, y era acreedor de
muchas personas. Se ocup6 en cobrar diezmos en la zona de Cayambe.
Fern6ndez de Espinosa, Pedro Tras pagar sus deudas y vender sus propiedades, su hacienda se sum6
Escribano de cabildo en la década de 1580 y hasta 1602 Ant .
mente era receptor. · enor- a 8.340 pesos.
Familia:
~:aJ~:~~:oa,d~u~:~:~di~~ mis~o :ombre, ejerci6 como escribano Era natural de Quito, hijo de Juan G6mez Acevedo y Ana Gonzalez
confirmaci6n en 1647). rman a en 1640 (precio: 500 pesos, Talomenes.
Se cas6 (en primeras nupcias?) con Angela Hurtado de Mendoza y
Ferncindez de Medellin, Pablo (len segundas?) con Maria de Espinosa y Castaîieda, hija de Andrés
Receptor desde antes de 1626 cuando su plaza se declar6 vacante. Garz6n, con quien tuvo a Gerônima, Beatriz, Juan (teniente de
Flores, Sebasticin caballeria), Manuel, José-Francisco, Manuel-Salvador, Ignacio y Ja-
Oficial escribiente del procurador J vier. Maria le trajô de dote 2.200 pesos en plata labrada y albajas. El
ceguera de éste. Ejerci6 como tal ha u~ Morales Melgrejo por la tenfa, como caudal propio al casarse, 8.000 pesos.
1692. Conocido entonces co sta a muerte del procurador en
Receptor desde 1694 has mo un •mozo pobre ... Su hijo Ignacio se casô en primeras nupcias con Maria Josefa Sancho de
. . y ta finales del s1glo (precio: 1.110 pesos). la Carrera (dote : 2.500 pesos). El tenia entonces 1.500 pesos de caudal
Garcia Duran, Francisco propio. Se casô en segundas nupcias con Rosa Gonzalez (dote: 600 pesos
Su firma aparece en proto l en ropa). Del primer matrimonio sôlo sobrevivi6 el lùjo, Manuel Ignacio
1598-1611. co os pertenecientes al AHQ, la notaria, Javier, quien se gradu6 de doctor, era clérigo presbitero y disfrutaba de
una capellania fundada en 1742 por su tia Francisca de Vargas, viuda de
Gar~{a Monteuerde, Francisco de la
Francisco Antonio de Losada. Del segundo matrimonio quedaron vivos 9
Escribanodecabildodesdel602yhastal614 S
Garcla Moscoso, Juan · uplazaseconfirm6enl613. hijos: el padre fray Thmâs (de la orden de la Merced), Maria Cecilia
(religiosa del convento de la Concepci6n), Maria Andrea (mujer de
Escribano de provincia entre 1662 Cristôbal Duran y Turre), Luciana, J oaquina, Antonia, Jose fa, Fernando
Su firma aparece en protocol y 1674 (precio : 700 pesos) y Rosalia. Al morir Ignacio (vid. AHQ, 4a Notaria, caja 34, expediente
1648. - 1689 Y 3a notaria, 1664-167 · s a 1 AHQ, la ·notaria,
os perteneciente
5 16.12.1746) sus bienes incluian tres haciendas en Guayahamba y
Res1denciado, en 1684 J·unto co ·1 Yaruqui (jurisdicci6n de la ciudad de Quito), 6 caballerias de tierras,
A · . ' n e corre 'd -·
gwrre (AGI, Secc16n Escribania de Ca gi or l~1go Aranguren y cuadras de tierra en la parroquia de Santa Prisca de Quito y casas en la
mara, legaJo 910C).
Apbdice li

parroquia de Santa Bârbara de la misma ciudad. El valor total de sua Heredia, Juan
bienes, tras pagar los censos y deudas, se sum6 a 22.000 pesos aproxi. Escribano real. . •-- al
aiadamente. arece en protocolos pertenecienw:e
Su fi rma ap 644
G6mez Aguayo, Juan _
1651 16 54 y 5a notaria, 1641-1 ·
Recept.or desde 1691 y hasta al menos 1699, fecha de la confinnaci6n Familia: M di villa(· ta~'"'..-.&:«.
(precio: 1.100 pesos). mu·er: Isabel Rodrfguez de e a. "a~n .. wa .,.,.._
qu; lleva el mismo apellido?). TuVIeron vanos hijos men
GOmez Cornejo, Francisco Juan en una fecha pr6xima a 1656.
Escribano de camara desde 1637 (precio: 18.000 pesos). Su plaza se
confirm6 en 1638. Recibi6 licencia para pasar a Espafi.a y ausentarse Heredia Lorenzo de laza
de Quit.o por cinco aiios a partir de 1639. Recepto~ desde 1620 (?) y ha~~ 1626 cuando su p le'
Tenfa de oficial mayor a Gregorio Gutiérrez de Logroiio (vid.). vacante por falta de confrrmac1on.

GOmez Morcül-0, Di.ego Hernandez Marcillo, Diego


Recept.or entre 1622 y 1648 (precio: 900 pesos). Escribano interino de provincia entre 163_7 Y 1642. la
Su fuma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ,
Gonzalez, Vicente l662-1692 y 4a notaria, 1646-1651.
Recept.or en arrendamiento desde al menos 1730 y hasta 1737.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 3a notaria, Hernandez Marcillo, Francisco . del Penî
1730-1733. Compr6 un oficio de receptor en 1648, pero el VIrreY
Granja, Damian el remate nulo y sin efectos legales: 1664 (con 57 &Dos
Escribano de cabildo en arrendaIDlento entre rar el oficio ~
En su ausencia, y sin su conocimiento, se le declar6 ganador del edad) Y 1673 (valor: 850 pesos anual_es). Pro~uso comp . t.o el precao
remate de la plaza de receptor en 1670 (precio: 1.000 pesos). En 1674 · d Quito cons1der6 que, VlS
propiedad pero la Au diencia e . 1 laza en arrenda·
se declar6 la plaza vacante por falta de confirmaci6n y pago. Se . ' ., (16 000 os) era meJor sacar a p
intent6 obligar a Damian Granja a pagar su precio. baJO que ofrec10 · pes ' . . te · de cabildo durante la
miento. Al parecer, ejerci6 de escnbmi:o m nno
Guerrero, Joaqutn propiedad de Diego Chica Narvaez (VId.).
Receptor entre 1723 y 1726 (precio: 1.020 pesos).
Receptor en arrendamiento entre 1736 y 1739 (valor: 50 pesos Hierro, Juan del . )
anuales). Receptor entre 1631 Y 1633 (precio: 850 pesos ·

Gutiérrez de Logrono, Gregorio Hurtado de Mendoza, José d dad) y hasta la extinci6n de la


on 26 aiios e e
Oficial mayor de la escribanfa de camara en tiempos de Francisco Receptor des d e 1690 (c · . 1 100 pesos).
G6mez Comejo (vid.). Tema ent.onces (1637) 32 ados. Audiencia de Quito en 1718 (precio. ·
Gutiérrez, José H urt ad o de Velasco, Andrés (precio: 900 pesos ).
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ la notaria, Receptor entre 1643 Y 1655
1667-1687. ' Su p1aza se confirm6 en 1661 · ·
. u hijo Manuel, que no Io qwso.
Renunci6 el ofic10 en s
Heredia, Jeronimo
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ la notaria Jaramillo, Joaqu{n 'ento desde 1750 (valor: 50 pesos anuales).
1619-1633. , ' Receptor en arrendanu
148 Apéndice Il

Jerez de Figuera, Ignacio s Pedro de . .


Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 3a notarra, Loml!' ' real y escribano mtenno de
1709-1710. Escnbbanlo ente 1645 por ausencia de Francisco
proba em • •
Landdzurri, Felipe [,(Jpez Gregorio . _1
Receptor desde 1673. Su ~a aparece en protocolos pertenecientes ~
Larrain, Carlos 1702-1713.
Receptor en arrendamiento entre 1739 y 1744 (valor: 50 pesos L6 ez Salazar, Juan
anuales). ~eptor desde 1713 (con 20 alios de edad?) Y ?88ta
Procurador entre 1745 y 1746 (valor: 50 pesos anuales) y, nueva- plaza se declar6 vacante por falta de confirmao6n- y,
mente, a partir de 1746. 1730 a 1734. di ·
En 1730 pidi6 ser nombrado portero ~e la Au enoa l>(I!:
Leguia, Francisco Javier oficio vacante por muerte de ambos titulares. Se •
Receptor en arrendamiento entre 1744 y 1747 (valor: 80 pesos). . salario ni renta, otorgado median~ un nombranu~
Legufa, Nicolas ~:i. En aquella ocasi6n dijo te~er as!ento en Estra !os
prueba de una cierta prominenCia social .. MenCion6, ade
Oficial mayor de la escribania de cabildo de Antonio L6pez de Urquia.
Audiencia de Quito le agradeci6 ceremorualment.e, en dos
Escribano de provincia entre 1692 y 1708 (precio : 750 pesos).
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 3a notaria, los servicios que le habia prestado.
1692-1708 y 6a notaria, 1693. Familia: bo segUn el •
Propiedad.es: Era hijo de José Salazar y de Maria.L6pedz, amJ , s, de sorSe
, , . nte de Manana e esus y
Entre junio y diciembre de 1698, al encontrarse enfermo, se vio Alego, ademas, ser pane arta d 20 12 1730 en AGI,
obligado a ingresar en el Hospital Real de la Caridad, donde los de Caro (beatas locales). Véase suc e . . ''"'' ..."'· ~--,:,
servicios eran gratuit.os. Quito, legajo 13.
AHQ, 4a Notaria, caja 6, expediente 3.8.1709 contiene su testamento L6pez Salcedo, Juan .
e inventario de bienes. Dejô tras si, una «estanzuela», ropa, joyas, 1694
Escribano publico entre, al menos, 1691
nfi y edad de Antonio
plata labrada, muebles, lienzos y libros (especialmente de Derecho), Despach6 el oficio de camara en e erm
por un alor total de cerca de 2.600 pesos.
Familia: Maldonado (vid.). rtenecientes al AllQ. 5a D
1
Su firma aparece en ~rotoco ~~~7 y 1716-1731.
Se cas6 con Maria de la Peiia, con quien tuvo dos hijos: Lazaro y José. 1688-1690 y 6a notarta, 16 91
Le6n, Francisco Javier ck
Receptor desde 1699 y hasta antes de 1704. L6pez Urqula, An~onio (con 34 anos de edad) Y hall(ll..aa
1681
Escribano de cabildo desde el oficio de cabildo Y otros 16.'YVql
Casado con Teresa, una niiia criada por Inés de Cé.rdenas, segunda menos 1717 (precio: 21.200 pehsos. podra)
majer de Francisco Pérez Guerrero CSargento mayor, regidor perpe- "b 0 de acien ·
tuo, alcalde de la Santa Hermandad y una persona extremadament.e pesos por el de escn an N"colés
1
Leguia (vid.). notada,
acaudalada). Tenia de oficial mayor a los pertenecientes al AHQ, la
Su firma aparece en prot.oco
Le6n, Juan CristoTTUJ 1679-1716.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notaria, Familia: . J:.,6pez Urquia (vid.).
1702-1713. Era padre de J)onungo
~dicell

U.rvu/ll Domingo
'.tJi;ji·;;~~ Cllbildo entre 1729 (con 44 aiios d d d Pas6 a Indias en _1634 en compailia de su
• t.e, escribano de haciend a. N uevamen~ :.1ta1 ) Y 1734 y, Audiencia de Qwto.
oticios al menos en 1754. u ar de ambo8 Se cas6 en 1646 con Jer6nima de Santfste
Familia: natural de Quito, hija de un regidor perpetuo.
Bra 'do de Antonio L6pez Urqufa (vid. ). Su hija se cas6 con José Joaquin de Aybar, seiior
(es decir, de la casa familiar de los que se apellidân
Losada, Juan de Calatrava, residente en Espafia y pariente suyo.
Oficial en diferentes oficios. Su hijo, Ignacio Aybar y Eslava, licenciado en 88,B.?.
Universidad de San Marcos de Lima, lleg6 a ser J>J'.21
Maldonaào de Mendoza, Baltasar fiscal interino de la Audiencia de Quito en la décida
Escn'bano de visita al menos en 1681. compra de la plaza de protector de indios con una ~-
Marcel.o Alarcan, Juan oidor, se convirti6 en propietario del puesto, que ej
muerte en 1708. Era teniente corregidor de Quito env •
~scribano del Juzg~do de la Santa Hermandad desde al menos 1628 y auditor general de gente de guerra. Secas6conRosa
Ciecha de confirmaci6n).
y Contreras, hij a de Francisco, caballero de Santiago,
Marcos, Pedro Callao y del batall6n de la ciudad de Limay nieta, porpart.e
Receptor en ~endamiento entre 1741y1742 cuando, por razones de oidor limeîio Sebastian de Alarc6n.
salud. renunci6 a su oficio. (,Relaci6n de farnilia con Alejandra Aibar y Eslava, mujer de
Capilla (Vid)?
Marin, Bartolomé Martin Martinez de Aybar tenia haciendas en la jurisdicci
Receptor entre 1638 y 1648 (precio: 900 pesos). ciudad de Quito y un obraje de textiles en Yaruquf (en la
jurisdicci6n). Anteriormente, se emple6 como administrador
Marin, Jer6nimo
obraje de paîios, perteneciente a su suegro.
Receptor hasta su muerte en 1622.
Mtirmol, Lorenzo de Martinez de Medina, Francisco
Escribano ptiblico hasta 1710. Su firma a parece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a ootadal,
1633-1644.
Mart{nez de Aybar, Martin
Propietario de la escribania de camara desde 1655 (con 41 anos de MarUnez Gasco, Juan .
edad) Y hasta 1663, cuando la p]aza se declar6 vacante por negarle la Escribano publico desde 1624 Y hasta su muerte en 1645 (precio:
confinnaci6n (precio: 24.000). 4.500 pesos). Su plaza se confirm6 en 162.6· ·
rotocolos pertenec1entes al AHQ, 5a notaria,
Era regidor perpetuo de la ciudad de Quito entre 1648 y 1663 (precio: Su fiirma apareCe en P
l.~97 pesos) y, nuevamente, a partir de 1663. 1633-1640 y 6a notaria, 1624-1641.
~Jerc_i6, en varias ocasiones, de alcalde ordinario y de cont ador
mtenno. Mata, Benito Anto~i~ d d antes de 1750 (fecha de confirmaci6n).
Os~nt.0 e] titu]o de capitan por haber sido soldado en Buenos Aires y E scribano de provmcia es e
Chile. Fam ilia: d M t quien eierci6 en esta escribania hast.a la
Murio en 1684. . d Mateo e a a, ~ · 1
E ra hiJO e Benito Antonio y cuya firma aparece, por eJemp o,
Familia y propiedades: mayorfa de edad de . t al AHQ 3a notarfa 1747-1762. Mate0
Era natural de Aybar, Navarra. en protoco1os pe rtenec1en es ' '
Apéndicc JI LoK c11cribunoa de Quito 1600-1760
162

de Mata era, ademé.s, ten~ente.alguacil mayor de c~rte en la década de u casa al parecer, un archivo privado que recogfa diatim.
11\•vo en s , 1 . te famj .
1740. En 1747 intent6, sm éx1to, comprar la e!lcnbnnfo de provinc· J"'
01
tftulos y cédu as concermen s a su ha UJllU(Dea
18 paP . es.Y a sus propiedades. El total de sus bienes sum6 20.160-
para un hijo exp6sito suyo (lBenito Antonio?). oHtica . 1 d ,_
P 1os que se reba1aron
de · 12.10 pesos a rafz e deudas, censo11 lutAll
Mayorga, Diego Bautisla de de albaceazgo.
Su firma aparece en protocolos pertcnecientes al AHQ, la notarfa,
Familia: . 2 d' .
1622-1650. , A"_rQ
Segun n. •
Testamentana, Ca.Ja 3 , expe tente 22.6.1703
.
y ca.ia. 67,
expediente 11.11.1729 y AHQ, 6a notarfa, c8Ja 8, expediente
Mayorga, Lorenzo Bautisla de
Rcceptor desde 1688 y al menos hasta 1691 (precio: 1.700 pesos). s21.5.1739: . M f AJ s h" ' U-..t-
as6 en primeras nupc1as con ara varez. u IJ& comun, ......~..
Melo, Juan Crist6mo de
J:s~fa Montenegro, se c~~6 con Ambrosio Rueda del Campillo Cvid.).
Escribano publico en arrendamiento entre 1742 (con 34 an.os de edad)
El matrimonio no tuvo hlJOS.
Se cas6 en 1690 (probablemente en segundas nupcias) con Sicilia Rosa
y 1746 cuando su plaza se declar6 vacante por falta de confirmaci6n
(valor: 125 pesos anuales).
de Sosa, hija del alférez José Sosa y d~ Ana ?e.
Acost.a (do~ de 5.000
pesos), con ]a que no tuvo hijos. Su mUJer rec1b16 en herencia algunas
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notarfa,
haciendas, por un valor total de 15.000 pesos y uns casa en la plaza de
1742-1755.
Familia: San Francisco de Quito.
Era yerno de Gregorio de tal, maestro sombrerero del obraje del
capitan Antonio Pastrana. Corno tal, considerado criado suyo. Montenegro, Ignacio . .
Oficial mayor de la escribanfa pubhca de AleJo Nuilez Montesdoca.
Miranda, Alonso de
Oficia1 mayor del oficio publico de Francisco Dionjsio Montenegro Montenegro, Jer6nimo d 1640
(vid.). Escribano del J uzgado de la Santa Hermandad en la d~ada e ~
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AH • la no
Montenegro, Francisco Dionisio 1641-1644.
Receptor desde 1685 (lcon 21 anos de edad?) y hasta 1686 cuando
consigui6 el oficio publico (precio: 1.000 pesos). A partir de 1687 era Monteiiegro y Morales •. José (valor: 50 pesos anualesl.
escribano pubLico (valor: 4000 pesos), posici6n que mantuvo hasta su Receptor en arrendam1ento desde 17 37
muerte en 1718.
Tunfa de oficial mayor a Alonso de Miranda (vid.) Montesdoca, Baltazar de _ de edad) y !645 (precio: 900 pesos).
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 4a notarfa, Receptor entre 1637 (con 25 anos
1693-1694 y 5a notaria, 1685-1714. Su plaza se confirm6 en 1639. cuando su plaza se declarô
1652
Propiedades: Escribano de cabildo entre 16 ~4 Y( . ·'. g 500 pesos).
fi. nac16n p1ec10. .
Desde 1717 bubo un concurso de acreedores contra sus bienes. Estos vacante por falta d 0 con ~ 1 1652 1655. .
incluyeron: una hacienda, u.na estancia, algunas caseras, dos casas de Escribano interino de cabildolen erte1;ecientes al AHQ, la noumfl,
protoco os P
morada en la plaza de San Francisco en Quito, dos cuadras de tierra, Su firma aparece en a 1 tftulo de capitan.
ctiferentes objetos caseras (lienzos, laminas, muebles, oratorios, siete 1652-1654. Tenfa, adem s, e
escritorios, ropa, plata labrada, material de edificaci6n de casas y
esclavos). Su biblioteca inclufa 13 libros sobre temas de teologfa, Montesdoca, Manuel . to desde 1745 (valor: 80 peso anuales).
comercio, derecho y prâctica notarial Receptor en arrendrunien
li

Montesdoca, Juan BautiBta


:::tor desde 1690 (con 24 aftos de~
obviar que eu oficio fuera
695 consigui6
~ confirmaci6n. Sin embargo, no pudo v Y
en que fue obligado a cesar la plaza.
Muela, Manuel de
Oficial de pluma de distintos oficios en la década de 1710. Ocampo Lis6n, Diego
Receptor, al menos entre 1730 y 1734. .
Mutloz, Domingo Su firma aparece en protocolos pertenecJ~I\
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 5a notarfa 1709-1764, 3a notaria, 1728-1730 Y 6a notarfa,
1613-1614. •
Ocherreda, Juan
Mufioz de la Concha, Andrés Escribano de Su Majestad al menos en 1655.
Escribano de Su Majestad, al parecer sin tener la propiedad de una Oliva Atienza, Cosme de
eacribania. Incluido, en calidad de escribano, en la residencia hecha Escribano de camara desde 1~32 ~precio ~8.500 ~~.
en 1684 al corregidor liiigo Aranguren y Aguirre (AGI, Escribania de En la visita general de la Audieneta de Quit.o en la8 aeca
Cémara, legajo 910C}. 1630 fue suspendido de oficio.
Procurador entre 1679 y 1693 (precio: 1.000 pesos).
Su firma aparece en prot.ocolos pertenecientes al AHQ, la notaria, Orozco Guznuin, Andrés
1664-1673. Escribano de camara entre 1604 y 1630 (precio: 18.000
de Quito entre 1608 y 1644. En 1616 represent6 al
Nunez Morûe8ckx:a, Akjo virrey del Peru. En 1637 fue recomendado por ~1 corregi, or
Escribano publico en arrendamiento entre 1726 (con 43 afios de edad) para el puesto de comisario general de caballena. dê
y 1729 (valor: 200 pesos anuales) y, posteriormente, en 1732-1734 En la visita general de la audiencia de Quit.o, en las dkaw
cuando fue suspend.ido del oficio por ser reo de una causa penal (AHQ, 1630, fue suspendido de oficio (entre 1624 Y 1627 y, nue
secciôn Criminales, caja 27, expediente 20.10.1732). partir de 1632).
Era, adem.âs, notario eclesiastico. Familia y propiedades: ·ban d c&mara y c1è
En 1732 t.enfa de oficial mayor a Ignacio Montenegro (vid .). Era hijo de Andrés de Orozco, igualmente escn ° e
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 5a notaria, Maria de Castro Guzman. . . . eral rocuparee,a
1726, la notaria, 1727-1748 y 3a notaria, 1728. Multado (20.000 ducados) en la menci~nada VJSJta~ l:esta ocasi6n
Familia y propWùuks: pesar de la prohibici6n legal, en actividades co:~rna ~ el salario de
Era natural de Quito. aleg6 que le era imposibl~ susten~ a ~ncia del Consejo de Indias.
Se cas6 en 1722 con Maria Prieto del Castillo, hija de Félix Prieto del escribano. Muri6 en 1637 sm conoce:e:a~:ne de la multa, alegando que
Castillo y de Nicolasa Navarrete, nieta, por parte materna del alférez Sus herederos pagaron solo una ~ ( ropiedades por valor de 100.000
Nicolas Navarret.e, Y pariente del tesorero de la catedral de la ciudad todo Io que pretendia tener su pa ~ fl nnaba parte de su dote.
(dote: 977 pesos en dinero y alhajas). pesos), pertenecia realmente a su ma Yo
Alejo NWiez ~ont;esdoca aleg6, en 17~4, ser pobre y no poder mante· Orozco Paredes, Diego ( . . pesos). Recibi6 confirmaci6n
ner a su familia sin las rentas provementes de su oficio de escribano. Receptor entre 1623 y 1631 prec10. 900
i,Relaci6n de familia con Bernardo NWiez Montesdoca notario menor en 1628.
del juzgado eclesiâ.stico? (vid. AHQ, 3a Notarfa,' 8, expediente Familia: . Vega Polanco (vid. ).
5.2.1706). Era yerno de Francisco
156 Apéndice II Los escriban08 de Quito 1600-1750 157

Ortega, José de Perez de Castro, Jer6nimo . , .


Receptor entre 1667 y 1669 (precio: 1.350 pesos). 1604 ganô el titulo de escnbano pubhco. .
Ortega Osorio, Miguel de
~~ fuma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 5a notaria,
Procurador al menos en 1655. 1609.
Receptor entre 1657 y 1690 (precio: 1.520 pesos). Sirvi6 por épocas Plaza Cepeda, Nicolas
como escribano pûblico y como canciller de la audiencia. Procurador desde 1692 (precio: 1.000 pesos). .
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 5a notaria, Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 3a notaria,
1688-1689, 6a notaria, 1694-1695 y la notaria, 1663-1687. 1711-1715.
Ortiz de Osorio, Juan Narciso
Ponce, Manuel
Receptor en arrendamiento entre 1746 y 1751 (valor: 50 pesos Receptor suplente en 1738.
anuales).
Osorio, José Carlos Puente, José de la 1649 ( ·o·
Escribano de provincia desde 1746. Escribano de provincia desde 1628 Y hasta su muerte en d ~reCJd~
1.000 pesos). En 1632 consigui6 obviar que su ofiCJo fuera ec ara
Osorio, José Enri.que vacante por falta de confirmaci6n.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 4a notaria,
1746-1789. Ramos y Guayo, Juan
Familia: Receptor desde 1691 (precio: 1.000 pesos).
Marido de Maria Josefa de Santa Cruz, hija de Matfas de Santa Cruz.
Recibi6 de dote una hacienda por valor de 10.000 pesos (AHQ, 3a R eyes, Pedro de los d plaza se declar6
Notaria, caja 37, expediente 9.3.1756. Procurador desde 1658 Y hasta 1664 • cua~ 0 su amente en é.l en
vacante por falta de confinnaci6n. Remata 8 nuev
PacMco, Francisco 1664, fue declarada vacante en 1672· do por entrar en un
Receptor hasta su muerte en 1685. Escribano piiblico desde 1672 Y hasta 1680' cuan ' )
. a (precio · 6 000 pesos .
PacMco, Pedro monasterio, renunCJ6 a su P1az. dro ~ayo (vid.). Tenia de oficial
En su ausencia despach6 el ofiCJo Pe
Su fuma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria, mayor a Manuel Calderon (vid.).
1636-1657.
Propiedades: , ·a l2 expediente 19-4.1678
Parreiio, Bernabé
Mencionado en AH~ Testamen~~ ~ ~n c:i.spigase (provincia de
8
8

En 1701 era oficial de pluma y bachiller y tenfa 44 anos. como el pasado dueno de unas
Paz Alcoser, Alonso de Quito).
Procurador desde antes de 1667. Riuaneneyra, Francisco Javier
En 1667 apost6, sin éxito, a la plaza de receptor. Receptor desde 1669.
Receptor desde 1669 (precio: 1.300 pesos).
Era, igualmente, agente fiscal en la Audiencia. Riuadeneyra, Man.uel. de y l683 (precio: 750 pesos).
Escribano de provmcia entre 1675
Peralta, Juan de
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ la notaria, Agente del Real Fisco en ;o~~~~s pertenecientes al AHQ, 3a notarîa,
Su fuma aparece en pro
1636-1641. •
1675-1681.
Ap6odlce Il

Riuae Guerrero, Pedro de Relaci6n de familia con label


Beceptor entre 1633 (con 34 aftos de edad} y 1658, cuando su PW. eteribano Juan Heredia (vid,)1
declar6 vacante por falta de confmnaci6n (precio: 1.300 pelOI). A
peur de ello, existe documentaci6n sobre la confirmaci6n Cpoaitiva)eo
1637.
Riuera, Vu:ente
Receptor en arrendamiento entre 1736 y 1749, cuando se convirti6 en
procurador (valor: 55 peeoe y 4 reales anuales}.
Yemo de Agustin Capilla Cvid.)
Robles, Juan de
Escribano de provincia desde 1649 (valor: 725 pesos).
Rodrtguez, Gaspar
Escribano publico entre 1646 (con 51 anos de edad) y 1657 (precio:
6.020 pesos). Su plaza se confirm6 en 1648. Ronquillo, Juan de . . . . XVU.
Escribano de visita a pnncipio• del li,to
Rodrlguez Ocampo, Diego
Familia: . n Diego Valeacla Le6Jl
Eecn"bano publico desde antes de 1604 (fecha de confirmaci6n) y hasta Su mujer se cas6 en segundas nupci.u CO
1626. primera, vid.). . al uien, con 13 aftœ de eclld.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 5a notarfa, Tenfa por hija a Ana Ro?qudlo de G ai;8s!villa.merc:ader y ~
1601-1632 y 6a notarfa, 1596-1632. se cas6 con Diego de N1ebla, natur~u!ct delde antes de 1606 y buta
Rodrlguez de C6rdoba, Gaspar acaudalado y alguacil mayor de la Cl
1620 (precio: 25.000). Ella llev6 de dote 12·000 pe801.
EBCribano pUblico desde 1657 (precio: 5.500 pesos).
'lènfa tftulo de escribano desde 1659. Su plaza se confinn6 en 1662.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notarla, Rubio de Pereira, Blas rtenecientes aJ AHQ, la not.arfa.
1646-1467. Su firma aparece en protocolos pe
1694-1704.
Rodrlguez de la Parra, ManW!l
Escribano de camara en arrendamiento desde 1726 (valor: 810 pesos Rubio, José uerte acaecida en 1653 en Guaya-
anualee) y, nuevamente, desde 1731 (valor: 810 pesos anuales). Receptor desde 1644 Y hasta su m .;iôn por parte de la audiencia
Famüia: . . Il ba a cabo una com•
qml, m1entras eva confirm6 en 1647.
Era yerno de Nicolti Andagoya y Otalora (vid.). (precio: 900 pesos). Su pl~a;: scribano desde 1610.
Rodrlguez de Mediavüla, Diego Era propietario de un tftu 0 te ~ en la Audiencia.
Escribano de Su Majestad desde 1659, al parecer sin escribanfa. Sin Ejercfa, igualmente, de agen
embargo, comprendido en la visita general de la Audiencia de Quito Familia: . de Alvarez.
de la década de 1690 <AGI, secci6n Quito, legajos 72-74). Se cas6 con Francises
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notaria,
1657-1671. Rubio, Juan rot.ocolos pertenecientes al AHQ, 6a notarla,
Familia: Su finna aparece en P
Espoea: Maria Alvarez 1620.
160 Apéndice Il Los escribanos de Quito 1600-1750 161

Rueda del Campillo, Ambrosio Salcedo, Antonio


Escribano de Su Majestad y procurador en la década de 1720. Escribano publico en arrendamiento entre 1730 y 1734.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al ARQ la ta .
1714-1737, 3a notaria 1729 y 5a notarfa, 1727. Ante~ de lino na, Sanchez Maldonado, Alonso
Qw·to eJerc16
· · d
e procurador en Lima y en Panama.
egar a Se conocen dos personas, abuelo y nieto, que responden a este
Propiedades : nombre :
Segûn AHQ, 3a Notaria, caja 19, expediente 6.10.1736, dej6 al morir El primera (abuelo):
una gran cantidad de ropa (por valor total de 71 pesos) y libros (por Receptor entre 1597 y 1627 (precio: 1.000 pesos). Su plaza se confirm6
valor de 30 pesos y 2 reales). Entre los ultimos habfan obras de en 1599.
derecbo Y de prâctica de escribanos y de procuradores. Dej6, igual- El segundo (nieto):
mente.' algunos muebles caseras, dos esclavas y dos casas de morada Escribano interino de una de las dos escribanfas de camara desde
en ~wto, a los. que declar6 ser propiedad de su mujer y no suya. Dicba 1667 (i,con 22 aiios de edad?) y hasta 1680, cuando la compr6 para su
m~Jer. gan6 dinero empleandose en la •industria de hacer chicha y hijo Pedro Tomas (precio: 17 .000 pesos), con la condici6n de ejercer en
teJer henzos de la tierra~. El mismo confes6 en su testamento no baber ella hasta la rnayoria de edad de éste, en 1701.
llevado ninguna propiedad al matrimonio y no haber podido producir Era, igualmente, interino de la otra escribania de camara entre 1664 y
en sus .ocupaciones .de escribano y procurador mas renta que la 1678 (hasta la mayoria de edad de Nicolas Andagoya y Otalora, vid.J.
~ece~ana para vestirse y mantener s u casa, criados y sirvientes Familia (del segundo):
mclmdos. Qued6 debiendo dinero, tanto en Quito, como en Lima y Hijo de Antonio Sanchez Maldonado (vid.) y nieto del primer AJonso
Panama Sanchez Maldonado (vid.).
Familia: Segûn ARQ, Testamentaria, caja 58, expediente 26.6.1725, se cas6 con
Era hijo de Andrés Rueda del Campillo (nature l de Granada, Espaiia) Isabel Boh6rquez Vùlamarin, hija de una familia de encomenderos.
Y de Isabel Méndez ~e la Vega (natural de Panama, bija de Juan Tuvo por hijos a Pedro Tomas Sanchez Maldonado (vid.) y a Basilia,
Méndes de la Vega, 01dor de aquella audiencia). quien se cas6 en 1682 con el sargento mayor Nicolas Fernando
Se cas6 con Maria Josefa Monten egro, hija de Francisco Dionisio (Sancho) de la Carrera (dote: 13.926 pesos en dinero y especies, mâs
Montenegro (vid.) Y de Maria AJvarez. El matrimonio no tuvo hijos. 3.290 pesos en concepto de deudas pagadas). El marido era alcalde
ordinario y de la Santa Hermandad en varias ocasiones, alférez r~al Y
Ruiz Padilla, Diego sargento mayor. Procedia de una familia bien empare~tada e~ Q~to Y
Apos.t6, i;in éxito, al oficio de provincia en la década de 1630. se consideraba «benemérito». Tenia haciendas, obraJeS Y e1ercia de
Escnbano de provincia desde 1642 (con 37 aiios de edad) y hasta su prestamisia.
muert.e en 1658 (precio: 2.000 pesoH). AJ morir, Basilia Sanchez Maldonado tenfa coma bienes propios una
Su firma aporece en protocolos pertenccicntcs al AHQ 4a nolarfa estancia, cuadras de tierras, una casa en la plaza de San Agustfn en
1651-1658. • • Quito, plata Jabrada y esclavos. Coste6, ademâs. una dote de 16.?00 n
una de sus hijas. Su hijo, José Anto~i~ de la Carrera, se caso con
Safos y 'ValdéR, Jo Ré Mana Senteno de Villar de quien rec1b16 20.000 pesos en dote. o-é f
Antonio posey6, ol morir, en 1734, tres h~ciendas, casas en QUJto y
Rcccptor ontrc 1681 (~on 31 aflol! de edod) y 1689 cuondo su p][lUI se
csclovos CAHQ, lo Notarfo, caja 22, cxpcd1ente 28.8.1734).
dc\lnr6 v11 cudnte por foll'.1 de confirrnnci6n (prccio: J.21 o posos). Sin
cm mrgo, 111 ocumcntuc16n rccogc una conlinnflci6n de 1689. Stfo.chez Maldonado, Antonio . OOOl
nccop t,or dosdo 1627 yhosla .1637
. d.
(pr c10: 1. .
hast.a su mucrtc en 1655
Salazar, P1<dro cU' 0 1636
Escribano do cam!ll"ll H partu fi1 y 6 en 1641
Recopt.or dosdc 172(3. (precio : 16.000 pesos). Su pln.zo se con rm ·
162 Apéndice Il Los escribnnos de Quito 1600-1750 163

Tenîa por oficial mayor a Jer6nimo de Cabrera (vid.). En sus en.fi Su.cirez Cabeza de Vaca, José de
medades despach6 el oficio Juan L6pez Salceso (vid.). er- Receptor desde 1689 y hasta al menos 1691 (precio: 1.210 pesoaJ.
Familia y propiedades:
Era hijo de Alonso Sanchez Maldonado (abuelo, vid.), padre de Alonso Su.cirez de Figueroa, Diego
Sanchez Maldonado (nieto, vid.) y abuelo de Pedro 'lbmâs Sânch Se conocen dos personas que responden a este nombre.
Maldonado (vid.). ez El primero:
Su hija Maria se cas6 con el capitân Lucas Loyola, alcalde de la Santa Escribano de camara por designaci6n del presidente Hemando San·
Hermandad en 1659, procurador de Quito en 1668, teniente canciller tillén y cuyo nombramiento se confirm6 por el Rey en 1567. (precio:
may~r al menos en la. década de 16_70, natural de Espana, hijo de 4.000 pesos). Ejerci6 hasta su muerte, acaecida, probablemente, en
Do~mgo de ElZmendi y de Catalina Loyola (ambos vecinos de 1604.
Gwpuzcoa). Maria y Lucas tuvieron dos hijas: Ignacia, casada con Familia:
José Guerrero Salazar (alcalde de la Santa Hermandad en 1679) y Tuvo dos hijos, Francisco Suérez de Figueroa, regidor perpetuo y
'lbmasa, casada con Martin de Roa Albarracin. encomendero, y Diego Suérez de Figueroa (el segundo, vid.).
Tenia por cwï.ado (i,suegro?) a Garcia Valencia Le6n (vid.) Su hermano, Luis Suarez de Figueroa, era escribano interino de
Sus herederos alegaron que obtuvo sus bienes en herencia y que no cémara, a finales del siglo XVI.
lleg6 a acumular dinero mediante su ejercicio profesional. El segundo:
Escribano de cabildo entre 1614 y 1627 (precio: 10.000 pesos). Su
Sanchez Maldonado, Pedro Tomcis plaza se confinn6 en 1617.
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, lo notarfa,
E~cribano de camara desde 1680 (por compra de su padre, Alonso 1616-1626.
s .a nchez Maldonado (nieto) (vid.) (precio: 17.000 pesos)), pero con
Familia:
eJ:rc:ic10 efectivo s6lo a partir de su mayoria de edad en 1701 (con 25
Era hijo de Diego Suérez de Figueroa (el primero, vid.).
anos de edad). Ejerci6 el oficio hasta 1726.
Era capitan. Se cas6 con Beatriz de Atienza.
Familia: Tuvo al menos tres hijos:
'lbmés Suérez de Figueroa (vid.), Diego Suarez de Figueroa (obogado
Hijo de Alonso Sanchez Maldonado (el segundo vid.) y nieto de y protector de indios interino de la Audiencia) y una hija que se cas6
Antonio Sé.ncbez Maldonado (vid.). '
con Diego Rodriguez Urbén (vid.).
Su hija Tomasa se cas6 con (Patricio) Antonio Villamil y Tapia (vid.),
su suceso.r en el oficio, con quien tuvo siete hijos. AHQ Menores de
Suârez de Figueroa, José
E.dad, caJa 1, expediente 26.8.1737 contiene un inve~tario de los Receptor antes de 1716, cuando su plaza se declar6 vacante por falta
b1enes de 'lbmasa
. · Juyeron, entre otras cosas, unas casas
• los qu e tnc de confirmaci6n.
en la esquma del convento de la Compaiifa de Jesus con tiendas
Contador de la Caja Real en 1746.
mucha ropa, plat.a 13:b~ad~, j~yas y alhajas caseras y un~ hacienda d~
ganado en Pomasqu1 (Junsdicci6n de Quito). Familia: din · d Q ·
Yerno de Juan de Ibarguren, capitan y alcalde or ano e wt.o en
1745.
Sosa, Pedro
Rec.~tor en barren~amiento desde 1722 (valor: 50 pesos anuales). Es Suârez de Figueroa, Luis .
pos1 e que aya s1do receptor en las dos décades antcriores Escribano interino de cémara a finales del SJglo XVl.
~; ~~; :.parece en protocolos pertenecientes al AHQ, ln .notnrla,
1 2 Familia: d Fi ( . ·a)
Hermano de Diego Suérez e gueroa e 1 pnmero. v1 - .
Apéndice Il Los escribanos de Quito 1600-1750
164

Suarez de Figueroa, Thmas Valencia Le6n, Diego


Receptor entre 1657 y 1681, cuando pas6 a servir de procurador Se conocen dos personas que respondieron a este nombre:
(precio: 1.000 pesos). Su p\aza se confirm6 en 1662. El primero:
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notarfa, Compr6 en 1605 la escribania de camara para su hijo Garcia Valencia
1657-1680 y 4a notaria, 1647. Le6n, con la condici6n de ejercerla hasta la mayorla de edad de éste
Familia: (precio: 15.000 pesos). Ejerci6 hasta 1632 cuando, por sent.encia del
Hijo de Diego Suarez Figueroa (el segundo, vid.) y nieto de Diego visitador de la Audiencia, confirmado por el Consejo de Indias, tuvo
Suarez Figueroa (el primero, vid.). que pasar el oficio, con 23 afios de retraso, a su hijo. El padre y el bijo
mantuvieron, anteriormente, pleitos legales sobre este asunto.
Téllez, Andrés Por otra sentencia del visitador fue privado de ejercicio, entre 1624 y
Receptor desde 1648 y hasta 1657, cuando su plaza se declar6 vacante 1627.
por falta de confi.rmaci6n (Precio : 950 pesos). Era regidor, depositario general entre 1599 y 1610 (precio: 4.000
pesos) y procurador general del cabildo en 1603 y 1604.
Tello de Figueroa, Juan Antonio
Fue multado (20.000 pesos) y privado perpetuamente de su oficio en la
Receptor hasta 1746.
visita general de la Audiencia, por no haber transferido la escribania
Tubar, Juan de camara a su hijo, como y cuando debia, y por emplearse en
Su fi.rma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, 6a notaria, actividades comerciales a pesar de la prohibici6n legal.
1638. Familia y propiedades:
Se cas6, en primeras nupcias, con Petronila Os?rio c:>rozco Y. en
Turres, Miguel de la segundas, con Juana Mufioa, viuda de Juan Ronquillo (Vld.), escnba-
Escribano publico desde 1721 (precio: 3.000 pesos). Posteriormente
no de visita.
abandon6 la ciudad, deserta.ndo su oficio. Tuvo cinco hijos: Garcia Valencia Le6n (vid.J, Diego Valencia Le6n (el
segundo, vid.), Pedro Valencia Le6n (padre ?atural de .Nicolas An·
Umanes Grisaldo, Pedro
dagoya y Otalora (vid.]), una hija que se caso con un nuembro de la
Escribano de Su Maje,s tad incluido en la visita general de la
familia Sanchez de Arellano (procuradores y abogados) y otra que se
Audiencia de la década de 1690 (AGI, secci6n Quito, legajos 72-
74). cas6 con Antonio Sanchez Maldonado (vid.). . .
Era propietario del tftulo desde 1662. Era administrador de obrajes, comerciante Y ?:estamista. Tent~:
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ, la notaria, ademâs, algunas cuadras d~ tierras. 'fras la V1S1ta general muno
1664-1670. pobre y retirado en una iglesia.
El segundo : d b·
Vaca, Diego . 1663 la escribanfa de cé.mara a favor e un so nno u?10,
Compro en . tu t cho nno~
Receptor entre 1681 y 1685 (precio: 1.000 pesos). Nicolas de Andagoya y Otalora (Vld.), que vo en onces o. .
( . . 24 500 pesos). Hasts su mayoria de edad (1678) eJerc16 de
Vacaro Casimiro, Venlura .prec~o . Al. Sanchez Maldonado (vid.). La plaza se confirm6 en
Receptor entre 1747 y 1757 (precio : 700 pesos). En 1748 fue suspen· mtenno onso
dido del ejercicio, por haberse ausentado de Quito sin licencia de la 1665. . ro de la catedral de Quito, procurador en ocasiones
Era doctor, rac1one . .
Audiencia. Fue restituido en 1751, tras la intervenci6n del virrey, y bildo local y prop1etano de ganado. .
trabaj6 hasta 1757. del ca And goya y Otalora se ocup6 en la apertura de un cammo
Familia: Junto con. h a t Esmeralda; (costa norte de la provincia).
Se cas6 con una hija de Félix Castillo (vid.). desde QUlto as a
66 Apêndice Il

Valencia Le6n, Garcia Velazquez (Vazquez?J Manzanares, Juan


Escribano de cémara desde 1632 (l,con 48 anos de edad) y hasta 1636 Escribano publico y receptor desde al menoe 16801:
Familia y propiedades: · Su firma aparece en protocolos pertenecien~
Natural de Lima, hijo de Diego Valencia Le6n (el primero, vid.) y 1684-1690.
hermano de Diego Valencia Le6n (el segundo, vid.).
Vérsoa (Verzosa), Antonio
Muri6 pobre y fue preciso pedir limosna para enterrarlo.
Escribano de Su Majestad y agente de pro~
Valuerde Aguilar, Francisco Audiencia en la década de 1650.
Receptor entre 1655 (con 24 anas de edad?) y 1663 (precio: 1.100 Escribano de provincia entre 1658 (con 36 ados
pesos) y, nuevamente, entre 1663 y 1667 (precio: 1.100 pesos). En (precio: 2.000 pesos). Su plaza se confirm6 en 1662.
ambas ocasiones perdi6 la plaza por falta de confirmaci6n. Su firma aparece en protocolos pertenecientes al
En la década de 1660 era, igualmente, escribano del Juzgado de 1647-1682 y 6a notarfa, 1656.
Bienes de Difuntos. Villacis, Francisco Antonio
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ 5a notaria 1
Oficial de pluma antes de 1691.
1669-1688. ' Portera de la Audiencia e hijo adoptivo del co~
Propiedades: Villacis (provincial de la Santa Hermandad y caballe,IJ!.
Hered6 e.n 1683,junto a Bartolomé Aguilar (procurador), una estancia casado con Micaela Manrique, cwiada del oidor Juan ~P.'C!!Wîl
pertenec1ente a Manuel Valverde. oidor supernumerario Juan Dionisio Larrea).
Vaquero, Felipe Villamil y Tapia, (Patricio) Antonio
Escribano pUblico en 1669. Escribano de câmara desde 1726.
Propiedades: .
Vargas Gauna, Juan de Hered6 en 1750 los bienes de Antonio L6pez de Villamil Qsu •
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ la notaria, mana?), natural de Asturias, hijo de Juan L6pez de Villamil Y J~
1703-1705. 1
L6pez de Villamil, soltero y sin hijos. Vid: AHQ, Testamentarla, OJ8
Vcizquez, Ventura 100, expediente 18.1.1750.
Familia:
Su firma aparece en protocolos pertenecientes al AHQ la notaria Se cas6 con Tomasa Sanchez Maldonado, hija de Pedro Thmas S8n-
1735-1750 y 4a notaria, 1739. ' chez Maldonado (vid.) y tuvo con ella siete hijos. Thmasa era ~
Vega PolaTIC(), Francisco de mujer muy acaudalada, con una hacienda.de ganado en Po~asqm,
Receptor hasta 1623. muchas joyas, plata labrada, vestidos y b1enes caseros. Vid. AHQ,
Familia: Menores de Edad, caja 1, expediente 26.8.1737.
Suegro de Diego Orozco Paredes (vid.). Villaseca, José de
Su plaza de escribano de provincia se confirm6 en 1602.
Vega y Salazar, Afejo
Receptor en arrendamiento desde 1735 y hasta 1738 ( al . Zarza Monteuerde, Francisco necientes al AHQ, la notaria,
anuales). v or. 50 pesos Su firma aparece en protocolos perte
1602-1613.
Velazquez, Manuel
Zurita, Sebastian rtenecientes al AHQ, 6a notaria,
Receptor en arrendarniento ~ntre 1742 y 1745 (valor: 70 esos Su firma aparece en protoco1os pe
anuales) y nuevamente a partir de 1745 (valor: 80 pesos anuale':). 1681-1683.
Documentos 169

para todo ello, asi escri~a co~o plazos de paga, le tengo de dar
guridad bastante a su satisfaccron; y con esto cada uno Io que le tDca
~~ligamos nuestras personas, bienes habidos y por haber, derecbos y
acciones, muebles y raices a guardar Y cumplir este contrato como en
Apéndice III el se declara y damos todo nuestro poder cumplido a cualesquiera
Documentos jueces y justicias de su majestad y a esta Real Audiencia para que nos
compelan y apremian al cumplimiento de ello como por sentencia
definitiva de juez competente pasada en cosa juzgada y Io firmamos de
1. Contrato de venta - renuncia de la escribania de camara nuestros nombres;
Andrés de Orozco Cosme de Oliva y Atienza
entre Andrés Orozco Guzmcin y Cosme Oliva Atienza
Quito 6.10.1630 Nota : la puntuaci6n y la division en parrafos no sonoriginales sino
Fuente: Exp. 4.5.1655 AHQ, Oficios, 3, p. 43 aftadidos por la autora.
En la ciudad de San Francisco del Quito en seis dias del mes de
octubre de mil y seiscientos y treinta aftos=
So~os concertados el secretario Andrés de Orosco y Cosme de Oliva y
At1enza en _esta manera : que yo el dicho secretario Andrés de Orosco 2. Instrumento de aceptaci6n de renuncia y de sus condiciones
v~ndo al dicho Cosme de Oliva y Atienza el oficio de escribano de
camara de est;a Re~! Audiencia que al presente est oy ejerciendo con entre la alabacea de los bienes del difunto escribano de camara
~~~ pap~les a _el_ aneJOS Y pertenecientes, en precio y cuantia de diez y Antonio Sanchez Maldonado y Martin de Aybar.
. 0 . mil Y qwruentos patacones de a ocho reales pagados en los plazos Quito, 2.5.1655
s1gu1entes: Fuente: Exp. 4.5.1655 AHQ, Oficios, 3, pp. 44-45
~1 :r~ioJue su majestad ha de baber del dicho oficio lo he de pagar yo En la ciudad de San Francisco de Quito en dos dias del mes de mayo
e ic o osme_de Ol_iva y Atienza a la Real Caja luego de contado que de mil y seiscientos y cincuenta y cinco aiios ante mi el escribano de
se. ~aga l_a ~venguaci6n del verdadero valor; y el resto a los diez y ocho Su Majestad de cabildo publico y testigo de suso parecieron de la una
~~J qwrnentos patacones, los seis mil de ellos que me debe Diego de parte Juan Lorenzo Lucero albacea testamentario y tenedor de bienes
escri::.:m:~:~~ader Y Fr,ancisco de Soria su cuiiado Y fiador por de Antonio Sanchez Maldonado, difunto, escribano de câmara que fue
Hacienda y Real ego ~~n~ez de Ocampo, escribano de la Real de esta Real Audiencia y de la otra el capitan Martin de Aybar, ambos
de Orozco plaza; p~!e;o d: :a;:~:lga: al dic~o secreta~o Andrés vecinos de esta dicha ciudad; y dijeron que por cuanto el dicho Antonio
y el cumplimiento a diez mil pesos con l~n~.q~e V!~ne ?e tremta Y. dos; Sanchez Maldonado en conformidad de la cédula de su majestad
a dos aiioR de la fecha de este ic 0 seis mil de la escntura renunci6 el dicho oficio de escribano de camara en tiempo babil en
contrato que vion . el dicho Juan Lorenzo Lucero en primer lugar y en scgundo en el
después de cumplido el plazo de 1 d"1 h . e a ser se1s meses
dichos diez y ocho mil y quinientoa : a escnlura; Y el reslo a los dicho capitan Martln de ~bar y otros como van llamados segùn
. s pacacones - escalr d J consla de la dicha renunciaci6n a que se remiten; y porque cl dicho
del terc10 que como dicho yo, cl dicho Cosm . . 1a ?B os pesos
0 Juan Lorenzo Lucero tiene causas justas y urgentes para no aœptnr
pagar de contado a la Real Caja d _de Oh va Y Atienza, ho do
quedan declarados que ho de page ~ rnllJostad Y los <liez mil que
8
la renunciaci6n del dicho oficio ni puedo ocurrir al uso y ejercicio de él,
secretario. y lo demas que asf res~;ré e;etro de dos anos al dicho dio aviso de ello al dicho capitan Martin de ~bar insinuandole
negocio se lo he de pagar a otros dos l'i todo el precio del dicho acoptase la dicha renunciaci6n asegurando la paga y sntisfacci6n de
diez mil paiaconos. a os mai; adelante de los dichos Io que hubiese de tocnr a los herederos del dicho Antonio Sànchet
Maldonado del valor del dicho oficio y el que tienen los papeles anejos
170 Apéndice Ill
Document.os

Yconcernientes a él, asi de lo que hay de vengado en ellos


di funto como Io demas , que pudi era t ocar a los dichos . h Pord el dicho . cipales pagadores, hacienda coi_no hacen de deuda t,iena
. ere ero todos cuatro de mancomurudad a voz de Wlo y cada ._de
haberlos comprado separad os d el can6mgo Garcia de Val . 8 Pot prtn .
. d 1
en dos mil y cu~troc1entos pesos e p ata comente marcada ~n
. enc1a 1 _, propi~ y or si y por el todo insolidum renunciando como ,_,unti'W
consta de la escntura que en esta raz6n le otorg6 al escrib ~1110 e!los e p duodeoreis vendendis (sic) y la auténtica de fid ..;_.ft_,_ __ _
. Jas leyes '6 d b' - UllQlll!ll
Suârez de Figueroa a que as1, nusmo
. .
se rem1ten = ano Diego
bene fi c10 . y ejecuc1 n e personas y 1enes y las demaa w:
. (sic) .. _ la
y el dicho capit ân Martin de Aybar quier e aceptar la dicha re . ancomumdad = .
ci6n para presentarse con elia an t e l os senores - .
pres1dente y oidnuncia. Qtorgar on que presentândose con _la dicha . renunciaci6n el dicho
m
esta Real Au di enc1a. con l os d em "'as titul os y recau dos tocantes alores d. bde 't , Martin de Aybar ante 1os senores pres1dente y oidores de esta
oficio que se le h an de ent regar, obligândose el suso dicho y
' b . . .
J er6nima de S antiste a n _su IDUJ~r com a prmc1pa 1es deudores, Seba-
t ona
0
cap! an
Rea1
Audiencia y sien d o a dmit'd
. d 'b
h h 1
d ,
al ·
l o, ec a a ev uaCJ6n del verdadero
al del dicho ofic10 e escn ano e camara, enterarân en la Real
stiân Rodriguez y don Lllls de Miranda coma su s fi.adores, a pagar al ~ ~r de esta ciudad en poder de los senores oficiales reales de ella la
dicho Juan Lorenzo Lucero o a los herederos del dicho Antonio ~Jta d del valor del dicho oficio en la cantidad que monta requieresca
m1 a di . ·1 d
as 0 menos de los dichos ez y selS mi pesos e a ocho en que se
Sanchez Maldonado y quien en su nombre los quiere de haber, la
mitad del valor de dicho oficio que son ocho mil patacones de a ocho :Valu6 cuando fue admitido al uso de él el dicho escribano Antonio
Sanchez Maldonado realmente y con efecto =
reales respecta de haberse evaluado en diez y seis mil patacones de a
y debajo de la mancomunidad darân y pagarân a los herederos del
ocho reales cuando se renunci6 en el dicho escribano Antonio Sanchez
dicho difunto, su albacea tutor y curador, o quien por ellos fuese parte
Maldonado y fue admitido al uso y ejercicio del dicho oficio, en que no
legitima, los once mil y seiscientos patacones de a ocho reales en
se puede decir fraude ni engaûo, ni al derecho de su majestad ni a los
moneda usual y corriente, los ocho mil de ellos de la mitad del valor
dichos herederos, y el que se evahla en mâs o en menas no ha de ser
del dicho oficio y los tres mil y seiscientos por el valor de los dichœ
obligado a pagar mâs cantidad sino aquella que tocase a su majestad
papeles, derechos y devengados y los demâs pertenecientes a ellos =
en la mitad del precio de dicho oficio por segunda renunciaci6n, que
La mitad de todo qu e son cinco mil y ochocientos patacones de a oc:ho
esta ha de ser de contado, y lo que toca a los dichos herederos a los reales de la fecha de esta escritura en un ano y la otra mitad de otra
plazos que de uso se harân menci6n con mas tres mil y seiscientos tanta cantidad a cum plido este plazo a otro aiio; adelante cada paga
patacones de a ocho reales en que se han concertado.por el valor Y antepuest a en esta ciudad en la parte y lugar donde se les pudieran
precio de todos los dichos papeles tocantes y pertenec1entes al d1c~o con costas y gastos de la cobranza=
oficio derechos y devengados en ti empo del dicho difunto Y los ?emas A cuyo cumplimiento, paga y satisfacciôn obligasen los susos ~chos
'
que tocasen en el todo segiln y como los tuvo Y posey 6 e1di. ch0. difunto de Io~ sus personas y todos su s bienes, muebles y raices, derechos Y. aooones
tasados en la <licha cantidad por personas que tienen ciencia e habidos y por haber y sin que la obligaciôn general perjudique a la
dichos papeles a satisfacci6n del dicbo . . ,, M ar.Un de Aybarques
capitan bl 'gaci6n especial, ni por el contrario ; para mas seguridad de est.a deuda 8
· exceptuar nmgunos · ·, Mediante 1
1a dio ho
le han de entregar sm . Juan hipotecar el dicho oficio de escribano de câmara para no Io vender,
que ha de hacer el suso dicho y sus fiadores en que V1en ~be1 cy testigo t
ocar, m· en manera alguna ena1enar, · m· renunc1ar
· sm · 0 . fuere . con la
Lorenzo Lucero, el cual en presenc1a . d e mi. e1 d 1'cho escnt'tano
Io y coofir· carga Y obligaci6n y Io contrario no valga porque si en pie Y 1DJentras
de su so entreg6 al dicho capitan Martfn de A~bar e1 1 ~e del dicho esta deuda no se ' pagase ha de quedar el ' dicho oficio · afiecto a est.a
rnaci6n del dicho oficio, testimonio de la fe de vi da .~.;~: que doy fe = deuda, aunque pague a tercera y mal poseedores = .
escribano Antonio Sanchez Maldonado, que los r_eci d1 Aybar y doi\a y el dicho Juan Lorenzo Lucero como ta1 albacea Y tenedor ~e bi.enes
En cuya conformidad el dicho . capitan . Ma~tmd edicho su rnarid.o del dicho difunto en nombre de sus herederos acepta esta obliga~6n/
Jer6nimo de Santisteban su muJeT con licencia e1 d Luis de M1· q~ere Y consiente que el dicho capitan Martin de Aybar ~d n~ 8y
dich · · , y se presente con ella ante 1os 8 eiiores pres1 e da
. a renunc1acion
como principales deudores, Sebastiân Rodrfguezdy onabonadores Y
.
randa vecinos de esta d1cha c1u. d a d corn o su s fi a ores, o1d ores de esta Real Audiencia y luego que sea adroifd 1 0 y ~-e le man
Apéndice Ill DoaamentGa
172
dar despacho y testimonio para traer titulo dara y ent.regara al dicho 10 firrn6 con los demés otorgantes a los cualea yo el didio
-.~- Martin de Aybar todos los papeles concermentes al di h Y re conozco, siendo testigos Juan del Baii.o Mon•-a.r.... -~
cap1....... . . c o
oficio sin exceptuar ningunos por mventano o como 1e pareciese Para doy •• de la viJla
cabildo . de R'10 bamba, José Sepwveda- --
y Bafle1 G6'lla
·
que use de e\los, recibe y cobre los derec~os y de.vengados y todos los Jurado, presentes ~Juan Lorenzo L~cero = Marun de /qbar • da6a
demâs que pertenecieron por raz6n del.d1cho ofic10 a cuyo saneamien. Jer 6nirna de San~1steban = Sebastiân Rodrfguez ., don Luis dt
to obligatorio de Ios herederos de los dichos menores que de presente Miranda = ante m1 Mateo Delgado escribano de Su Msja&ad_
tienen y que adelante tuvieron en ta\ manera que no se le pondra
pleito, embargo ni contradicc~6n por ninguna persona; y si se le
pusiese a este otorgante los d1chos menores o quien por ellos fuese
parte legitima saldrén a la voz y defensa en cualquier estado que
fueran requeridos y Io seguirén a su costa en todos juicios, grados e
instancias hasta dejar al dicho capitan Martin de Aybar en quieta Y
pacilica posesi6n y saliendo incierto en cualquier manera demâs de
pagarle las costas y dai'ios que se le hubieran causado le volverân el
valor del dicho oficio en la cantidad que montase aviéndole pagado; a
que obliga los menores del dicho Antonio Sânchez Maldonado y sus
herederos, derechos y acciones como va referido =
Y todos y cada uno por Io que le toca dieron poder a todos los jueces y
justicias de su majestad de cualesquier parte que sean, al fuero y
jurisdicci6n de las que halle, se rernitieron y renunciaron el suso
domicilio y vecindad y la ley reconvenerit (sic) de jurisdicci6n Om-
nium Iudicum (sic) y Ultima pragmâtica de las sUJOisiones y las demâs
en su favor con la general para ser apremiados como por sentencia
pasada en cosa juzgada =
y la dicha dona Jer6nima de Santisteban renunci6 el beneficio vele-
diano que aprob6 el senado y jurisconsultos, Leyes de Turo y partida a
que son en favor de las mujeres, que yo el presente escribano le di a
entender; y por ser casadajur6 por Dios nuestro, sefior palabras de los
santos, cuatro evangelios y una seftal de cruz que hizo en forma de
derecho so cargo del cual prometi6 haber por firme esta escritura y no
ir contra ella alegando fuerza, temor, engai'io o otro derecho, oponién-
dose con su dote a mâs mitad de multiplicados y otros derechos que
pudiera intentar; y declar6 no haber hecho ni para exclamaci6n contra
esta escritura y si pareciese la revoca porque sabe que el efecto de que
procede esta deuda se convierte en su pro y utilidad; y no pedirâ
absoluci6n ni relajaci6n de este juramento y aunque se le condena de
propio mutuo (sic) no usarâ de él , ni de beneficio de ley alguna so pena
de perjura; Y a la conclusi6n de este juramento dijo asi juro, amen;
Fuentes

Apéndice IV Archiuos
Ejemplos de actuaciones _ Archivo General de Indias (AGU, Sevilla: secciones de Quito de
Escribania de Câmara. Y
_ Archivo Hist6rico Nacional (ARN), Madrid: Secciones de C6di
Ejemplos de instrumentas que pueden ser incluidos en libros de de Consejos Suprimidos. ces 7
protocolo: 1 _ Archivo Hist6rico, Quito (AHQ): secciones de Cedulario, de Crimi-
nales, de Fondo Especial, de Gobiemo, de Nota.rias (pnlœllQI y
testamento, venta, donaciôn, poder (dejaciôn de/sustituciôn de), hipo-
protocolos), de Oficios, de Real Hacienda y de Testamentaria.
tecas renuncias, obligaciôn, cesiôn, tratado, fianza, censo, recibo
_ Archivo Municipal, Quito (AMQ): secciones de Seaetaria GeneraJ.
Jicen~ia, exclamaciôn, examen, reconocirniento, convenio, depôsito'.
Libros de Cabildo y de Miscelânea.
promesa, transacciôn, aprobaciôn, carta de pago, capellania, obra
pia, traspaso, fletamiento, declaraciôn, apartamiento y perdôn, con-
sentimiento, ratificaciôn, trueque y cambio, dote. Manuscritos
- «Apuntes de practicas judiciales, su via ordinaria. ejecutiva y
Oficios anejos a la escribania del cabildo: 2 criminal, su instancia en procesos.. .fonnularios de Indiu.,
particiôn de indios, visita de tiendas, tratantes y demâs oficios, listas (an6nirno, s/f), BN, Mss. 20.258(28).
y reseiias de milicias, gremios padrones y casas tocantes a alcabalas, - «Arreglo de archivos y modo en el despacho universal de lndiu-,
visita de montes y ejidos, cuentas de tributos del corregidor, cuentas (an6nimo, s/f), BPR, 2851, fol. 162.
de obrajes en visita del corregidor en pueblos, asiento en el cabildo. - «Cartilla y examen de escribanos en que se contienen todo género de
causas civiles y criminales, ordenanzas... que pueden servir
para los que hablan de semejante asunto•, (anônimo, s/O, BN.
Ocupaciones de receptor: uarios ejemplos 3 Mss. 12.958(3).
recibir la informaci6n sumaria, recibir peticiones de partes y proveer· - •Ceremonias y estilo de los tribunales del Reino de Na\'arr&•.
las, hacer prisiones y soltar presos, apercibir, notificar, publicar (atribuido al oidor Jaloaga el viejo, s/O, BN, Mss. 9901.
pruebas, dar fe de notarfa, llamar a personas a petici6n de la justicia, - •Discurso con una breve idea de los estorbos que en la recta
dar c~enta o relatar una causa, pedir perd6n de un reo en nombre de administraciôn de justicia suelen poner los agent.es subaltem·
otro, actuar en vez del alguacil mayor y su teniente. os de los tribunales", (an6nimo, s/O, BN, Mss. 20.245(10!.
- •Formulario de mandato judiciaJ e instrumentos notariales•. (an·
6nimo, s/f), BN, Mss. 8-4529.
- Gural, Jaime: «Arte de escribir» (s/O, BN, Mss. 9923.
- Mariana, Juan de: Discursos p~nales y particulares del gobiemo
general y politico del Consejo Supremo de Justicia de e;;ui;;
1
no Fuent.e: examen de los mismos libros de prot.ocolos. José Bono (Los archivos reinos de Castilla y Le6n y ceremonias en él·, ( 1632>. B.'. ~f.s.
';'~ales.··· op. cil., en pp. 29-41) enumero varios instrument.os notariales. 7467.
uent.e: Exp.19.12.1643, AHQ, Olicios 2. 0
3 Fuent.e· a part· del ' .. - Morajanaba, Pablo: «La ciencia vindicada a fuvor de los de "
dise f da d h " examen de aut.os de procesos. No incluye su m1S16n - ya
profesi6n y contra los plurnistas Jlamados comunamentt' ror-
'u ' - e acer instrument.os publicos
Véase Exp. l9.4.1731, AHQ, 6à Nolarfu, 7.
batas., (s/f), BN, Ms.. 11.038.
Fuentes
176

_Riol, Santiago Agustin de: Noticia gen~ral de t~dos _los archivos y


papeles pertenecientes a los conseJos Y audienc1as de Espafl.a, Bibliografia citada
(l726), BN, Mss. 4368 y 5991. . dre Garcia, Juan Antonio: «El arte de notar{a y los fonnuJa.
Ale;:,,, Revista de historia del derecho, v. 2, nlim. 2 (1977-1978),
PP· 189-220: . . .
A]tube, Gregono de: «Sentido _revere~c1al y valor literario del nota-
riado», Anales de la Academia Matritense del Notariado, v. 7 Cl953),
pp. 727-753. , , ,
Alvarez-Coca Gonza.Jez, Mana Jesus: «La figura del escribano-
Boletin de la Asociaci6n Nacional de Archiveras, Bibliotecano;,
Arque6logos y Documentalistas, v.37, miro. 4 (1987), pp. 555-565.
Artiles, Jenaro : «The office of escribano in sixteenth century Havana.,
Hispanie American Historical Review, v. 49 (1969), pp. 489-502.
Autos acordados de la Real Audiencia de Quito 1578-1722, A1wario
hist6rico juridico ecuatoriano, v.2 (1971).
Bayle, Constantine: Los cabildos seculares en la América espailola,
Madrid, Sapienta, 1952.
Bernard, Tomas Diego: El notariado en la colonia y la emancipaciOn.
Los Rocha : un linaje porteno, Buenos Aires, Bibliografica argen-
tina, 1960.
Bono, José : Historia del derecho notarial espanol, Madrid, Junta de
Decanos de los Colegios Notariales de Espalia, 1979 y 1982 (2
tomos ).
- La ordenaci6n notarial en Indias, Madrid, Junta de Decanos
Le los Colegios Notariales de Espada, 1984.
- Los archivas notariales: una introducci6n en seis temas a la
documentaci6n notarial y a la catalogaci6n de fondas nota-
riales , Sevilla, Junta de Andalucia, 1985.
Bono, José y Carmen Ungueti-Bono: Los protocolos sevillanos de la
Epoca del descubrimiento Sevilla Junta de Decanos de los Cole-
gios Notariales de Espan~-Colegio' Notarial de Sevilla, 1986.
Castillo de Bobadilla, Jer6nimo: Politica para corregidores Y seliores
de vasallos en tiempos de paz y de guerra, Madrid, lnstituto de
Estudios de Administraci6n Local 1978 [Medina del campo, 160BJ.
Cuesta Gutiérrez, Luisa: Formulari; notarial castellano del sigloXV.
Madrid, Instituto Nacional de Estudios Juridicos, 1947.
Chiriboga, Gustavo, ed.: Libro de cabildo de la ciudad de Quito I6SO-
l657, Quito, Instituto Municipal de Cultura, 1967.
Bibliografia citada
179
Bibliografia citada
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