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TEMA 1. LA OBRA.

1. El objeto de la propiedad intelectual.

Según el artículo 10 de la Ley de Propiedad Intelectual (Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12


de abril, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Propiedad Intelectual,
regularizando, aclarando y armonizando las disposiciones legales vigentes sobre la materia)
son objeto de propiedad intelectual todas las creaciones originales literarias, artísticas o
científicas expresadas en cualquier medio o soporte, tangible o intangible, actualmente
conocido o que se invente en el futuro, comprendiéndose entre ellas:

a) Libros, folletos, impresos, epistolarios, escritos, discursos y alocuciones, conferencias,


informes forenses, explicaciones de cátedra y cualesquiera otras obras de la misma
naturaleza.

b) Composiciones musicales, con o sin letra.

c) Obras dramáticas y dramático-musicales, coreografías, pantomimas y, en general, las


obras teatrales.

d) Obras cinematográficas y cualesquiera otras obras audiovisuales.

e) Esculturas, obras de pintura, dibujo, grabado, litografía, historietas gráficas, tebeos,


comics, ensayos o bocetos de los mismos, y demás obras plásticas, sean o no
aplicadas.

f) Proyectos, planos, maquetas, diseños de obras arquitectónicas y de ingeniería.

g) Gráficos, mapas, diseños relativos a la topografía, geografía y, en general, a la ciencia.

h) Obras fotográficas y las expresadas por procedimiento análogo a la fotografía.


i) Programas de ordenador.

El título de la obra, cuando sea original, quedará protegido como parte de ella.

Por tanto, la obra es el objeto sobre el que la propiedad intelectual concede un poder en
exclusiva a favor de su titular, inicialmente el autor.

La enumeración del artículo 10 es extensa pero no exhaustiva, se da a título de ejemplo,


siendo el concepto general de obra aquella obra literaria, artística o científica.

La obra debe ser una creación original, surgida del intelecto del ser humano.

2. Otros aspectos de la obra.

a) Se protegen los borradores y proyectos porque no es necesario que una obra esté
acabada, siempre que la parte ya realizada constituya una creación original.
b) No se protegen las ideas ni la información, cuya libre disponibilidad es esencial para el
desarrollo del conocimiento social, cultural, económico y científico.

c) La creación científica se relaciona con la obtención de información, descubrimiento de


teorías, sistemas, métodos, que tampoco son protegibles por el derecho de autor, sólo
cuando se exterioricen en una obra original. Las ideas científicas se pueden proteger
con el derecho de propiedad industrial, el derecho de la competencia y el derecho al
honor.

d) El método, el estilo o la técnica de creación tampoco son objeto del derecho de autor,
sería un freno para el desarrollo artístico, literario o intelectual.

e) No se protegen las ideas o los motivos inspiradores de una obra científica, mientras no
se hayan plasmados en formas concretas de expresión.

f) No importa la calidad o el esfuerzo empleado para la creación, la obra estará protegida


independientemente de si es mala o buena, carente de esfuerzo o con mérito.

g) Se protegen partes de la obra independientes del resto, por ejemplo: el título de la


misma si es original, obras complejas (un libro con ilustraciones), etc.

h) Se protege también la obra carente de utilidad práctica, la susceptible de explotación


industrial, la que carece de destinatario distinto de su propio autor (diario personal), las
que sólo tienen un destinatario (carta personal), las obras de encargo.

No constituye requisito para la protección de la obra la divulgación o publicidad, o la inscripción


en el Registro General de la Propiedad Intelectual, aunque alguna de estas actuaciones pueda
repercutir en la mayor protección de la obra.

Divulgación: toda expresión de la obra que, con el consentimiento del autor, la haga accesible
por primera vez al público en cualquier forma.

Publicación: divulgación que se realiza mediante la puesta a disposición del público de un


número de ejemplares de la obra que satisfaga razonablemente las necesidades estimadas de
acuerdo con la naturaleza y la finalidad de la misma.

3. Obra ilícita.
La obra existe por el mero hecho de su creación, sin necesidad de concesión administrativa
previa, ello viene además respaldado por la libertad de expresión y por la libertad de creación,
reconocidas ambas como derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución
Española.

Pero las normas imperativas de nuestro ordenamiento jurídico pueden restringir más o menos
el derecho de autor, pueden impedir, por ejemplo, la divulgación de la obra.

No obstante, las obras ilícitas son en verdad obras, cuya protección queda limitada por su
ilicitud, pero sólo en la medida requerida por la ilicitud de que se trate, ejemplos de esto parten
de:

a) La protección al honor, la intimidad y la imagen (Ley orgánica 1/19982)

b) La prohibición de la apología de determinados delitos (art. 578 del Código Penal)

c) La protección de menores e incapaces frente a la pornografía (artículos 186 y 189 del


Código Penal)

d) Protección frente a la publicidad ilícita (Ley 34/1988 General de Publicidad)


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e) La protección de los derechos de autor en el caso de obras compuestas y derivadas.

4. El medio de expresión o soporte de la obra.

Las ideas y los sentimientos que no se exteriorizan no son creación y por lo tanto no se
protegen, se protegen las obras que se pueden percibir (requisito de perceptibilidad).

El soporte de la obra puede ser tangible, concretándose en un objeto material (libro, cuadro,
escultura, partitura, grabación, etc.), o puede ser intangible (actuación oral, improvisación
musical, pantomima, etc.)

No es preciso que la obra haya sido percibida por otras personas, basta con que lo pueda ser.
La percepción puede ser directa o por medio de cualquier instalación o mecanismo técnico.

Los soportes pueden ser cualquiera de los conocidos hasta ahora o cualquiera que se invente
en un futuro, siempre que sean aptos para permitir la percepción por parte de terceros, aunque
sea pasajera.

5. Las obras literarias o del lenguaje.

El contenido de las obras puede ser literario, científico o artístico, también tecnológico. Puede
utilizarse cualquier lengua oral o escrita, también gestos o sistema Braille.

En el género narrativo (la novela) se puede proteger el argumento, los personajes, la


descripción ambiental, paisajes y escenas. Cuando la narración de basa en hechos reales o
sucesos históricos, los mismos constituyen materia de conocimiento e información y no quedan
protegidos por el derecho de autor.

No pueden protegerse por el derecho de autor los géneros literarios (narrativo, lírico, dramático,
didáctico) y sus distintos subgéneros tampoco (cuento, novela, oda, sátira, soneto, romance,
tragedia, comedia, ensayo, fábula, diálogo, etc.)

En el caso de unas memorias, la persona que redacta las mismas es la autora, no quien con su
memoria proporciona la información, aunque se trate de su vida.

En cuanto a las obras periodísticas, la mera información o comunicación de noticias no se


protege por el derecho de autor.

Los informes forenses y demás obra de contenido técnico necesitan originalidad para estar
protegida.

Las cartas empresariales, profesionales u oficiales carecen de originalidad y no están


protegidas, sí se protegen las cartas personales, aunque se observe una disociación entre el
propietario del soporte original (el destinatario) y el autor de la carta. La protección de la
intimidad y la protección penal del secreto tienen relevancia en este tipo de obras.

En las obras literarias donde se mezclan obras plásticas, fotografías, etc., se da lugar a obras
complejas. En la forma de realizar la mezcla radica la originalidad, existiendo por tanto
coautoría.

6. Obras musicales.
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Se pueden utilizar y se protegen los sonidos provenientes de cualquier fuente (humana, animal,
mecánica, de la naturaleza, etc.)

La originalidad de una obra musical radica en la melodía, armonía o ritmo. También se


protegen las letras y los arreglos musicales.

La selección y disposición de obra ajenas en popurrís también se protege.

No es necesario la fijación en un soporte, también se protegen las improvisaciones musicales.

No se protegen los métodos de creación musical como las escalas, los acordes, los tonos, los
géneros musicales (blues, hip hop, heavy metal, pop, rock, etc.)

La música es un elemento integrante de obras complejas como: obras dramático-musicales,


obras audiovisuales, obras multimedia, espectáculos de luz y sonido, la música con letras de
otro autor, etc. En todos estos casos se plantea el problema de combinar derechos de
diferentes autores.

7. Obras plásticas y fotográficas.

Incluye realidades muy dispares como: pintura, dibujo, escultura, impresión gráfica original,
tapices, tejidos, arquitectura, urbanismo, proyectos de ingeniería, bocetos y ensayos de estos,
escultura, pintura monumental en grandes dimensiones, jardinería y composiciones florales,
decoración de interiores, obras plásticas para el espectáculo (escenarios, vestuario, máscaras,
etc.), comics, personajes plásticos, dibujos animados, obra plástica audiovisual, elementos
plásticos incluidos en videojuegos, artesanado, signos tipográficos, logotipos, etc.

La diversidad de obra plástica surge de la combinación de dos parámetros: la función de la


obra plástica y el medio físico empleado.

La obra fotográfica es la creación de obras bidimensionales mediante la impresión de la luz que


reflejan los objetos, resultando normalmente imágenes similares a las del mundo real.
Se ha rechazado hasta hace poco la protección de la fotografía por la propiedad intelectual al
estimarse que el autor sólo se limita a apretar un botón y la máquina hace la foto. Actualmente
se considera que la fotografía es el resultado de la selección de múltiples opciones que toma el
fotógrafo (encuadre, composición, iluminación, etc.)

8. Obras escénicas.

La mayoría de las obras escénicas son de coautoría por su complejidad, ya que llevan música,
letra, narración, luz, decorados, vestuarios, danza, etc.

El director de escena es quien da las indicaciones sobre la escenificación, pero no es


considerado autor, sí lo es el director de cine. Se reconocerá derecho de autor al director de
escena cuando la escenificación sea suya y presente un grado de originalidad suficiente,
tratándose de una obra derivada.

Son por ejemplo: marionetas (donde se protege también a las marionetas mismas y no sólo al
texto y la escenificación), obras dramáticas, obras dramático-musicales (se diferencia de las
literarias y las musicales por su escenificación)

En cuanto a las coreografías y las pantomimas se exige que tengan una representación
escénica y el medio fundamental es el lenguaje del cuerpo (movimientos, gestos, señas,
muecas, etc.). Se protege en este tipo de obras la sucesión ordenada de gestos, en función de
una estructura armónica preordenada, quedando un escaso margen a la improvisación del
intérprete.

Se protege también la improvisación, no deben estar fijadas por escrito obligatoriamente o


grabadas en soportes físicos.

En cuanto a los bailes populares y los sociales son de dominio público.

La falta de identidad suficiente de la obra frente a la ejecución y el predominio de la mera


habilidad física es lo que impide conceder el carácter de obra a los espectáculos deportivos y a
los toros, en ellos predominan reglas, fuerza, habilidad, etc., sobre la creación.

9. Obra multimedia.

Es una creación original que combina, a través de un programa de ordenador, elementos


pertenecientes a medios diversos (vídeo, sonido, imagen estática, animación gráfica, texto,
etc.), permitiendo al usuario interactuar con su contenido, por ejemplo: videojuegos, obras
visuales, simuladores gráficos, web´s, etc.

Se distingue entre la obra multimedia y el programa de ordenador que la contiene, porque tiene
originalidad propia y no es una mera sucesión de instrucciones o indicaciones (definición del
programa de ordenador según la Ley de Propiedad Intelectual), teniendo protección
independientemente del programa de ordenador.

Es una obra de carácter complejo.

Es frecuente que sea el producto de una actividad creativa desarrollada por autores aislados,
entonces, salvo estipulación en contrario, se presumirá que han cedido los derechos de
explotación a su empleador.

10. Obras derivadas y obras compuestas.


El artículo 11 de la Ley de Propiedad Intelectual establece que, sin perjuicio de los derechos de
autor sobre la obra original, también son objeto de esta ley:

- traducciones y adaptaciones.

- revisiones, actualizaciones y anotaciones.

- compendios, resúmenes y extractos.

- arreglos musicales.

- cualesquiera otras transformaciones de una obra literaria, artística o científica.

En este tipo de obras se está haciendo transformación de una obra preexistente, con
necesidad del permiso del autor de la obra preexistente y el reconocimiento de su autoría. No
se trata de una obra original, no se hace nada nuevo, se transforma otra obra ya existente.
La obra derivada puede proceder a su vez de otra obra derivada, habiendo entonces una
cadena de autorizaciones, todas ellas necesitan autorización expresa del autor de la obra
originaria.
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El artículo 8 de la misma ley indica qué son las obras compuestas, son obra nueva que
incorpora una obra preexistente sin la colaboración del autor de ésta, sin perjuicio de los
derechos que le correspondan y de su necesaria autorización. No se transforma la obra
preexistente, tan solo se utiliza y se incorpora a la obra compuesta, un ejemplo de este tipo de
obras son los libros de texto con ilustraciones. Estas obras han de tratarse de una creación
original.

Los autores de ambos tipos de obras deben dar su autorización de forma previa para que los
autores de las obras derivadas y compuestas puedan ejercer con plenitud sus derechos sobre
ellas.

Los derechos de los autores de las obras primigenias son independientes de los derechos de
autor de las obras posteriores.

La extinción del derecho de autor de la obra original y su paso al dominio público no afecta a la
subsistencia del derecho de autor de la obra posterior.

11. Colecciones y bases de datos.

Las colecciones de obra ajenas, de datos o de otros elementos independientes que por la
selección o disposición de sus contenidos constituyen creaciones intelectuales, sin perjuicio de
los derechos que puedan subsistir sobre dichos contenidos, son también objeto de propiedad
intelectual.

Por ejemplo, englobamos aquí antologías, diccionarios, enciclopedias, recopilaciones, revistas


de prensa, obras completas, obras selectas, recopilaciones legislativas, periódicos,
almanaques, calendarios, atlas, recetarios, etc.

No basta con la mera recolección de datos ni su ordenación como ocurre con las guías de
teléfonos, callejeros, listas de direcciones, etc.

Las revistas y periódicos son obras de colección de carácter periódico, cada número es una
obra.

Las colecciones pueden ser obras musicales (popurrís), escénicas (espectáculos de


variedades), pláticas (exposiciones de arte), científicas (libros de problemas), literarias
(antologías), etc.

12. Obras en colaboración.

Según el artículo 7 de la Ley de Propiedad Intelectual, los derechos sobre una obra que sea
resultado de la colaboración de varios autores corresponden a todos ellos.

Para divulgar y modificar se necesita el consentimiento de los coautores, si no hay acuerdo


será el juez quien resuelva. Se puede sustituir por la voluntad de un juez cualquiera de las
voluntades de los coautores que se nieguen a divulgar y modificar la obra (derecho moral de
autor) cuando su negativa no sea razonable, teniendo en cuenta la conducta anterior, la
importancia de cada aportación y la posibilidad y valor de su explotación separada.
Una vez divulgada la obra, ningún coautor puede rehusar injustificadamente su consentimiento
para la explotación.

Los coautores pueden explotar separadamente sus aportaciones salvo que causen perjuicio a
la obra en común, salvo pacto expreso que implique otra cosa.

Los derechos de propiedad intelectual corresponden a todos los autores en la proporción que
ellos determinen, en lo no previsto por esta ley se aplicarán a estas obras las reglas
establecidas en el Código Civil para la comunidad de bienes.

En los supuestos de inseparabilidad de las partes de cada coautor lo que existe es una única
obra. En los casos de que se puedan separar las partes de cada coautor, habrá tantas obras
como aportaciones de cada coautor.

13. Obras colectivas.

El artículo 13 de la Ley de Propiedad Intelectual establece que son obras colectivas las creadas
por la iniciativa y bajo la coordinación de una persona natural o jurídica que la edita y divulga
bajo su nombre y está constituida por la reunión de aportaciones de diferentes autores cuya
atribución personal se funde en una creación única y autónoma, para la cual haya sido
concebida sin que sea posible atribuir separadamente a cualquiera de ellos un derecho sobre
el conjunto de la obra.

Los derechos sobre la obra colectiva corresponde a la persona que la divulga y edita bajo su
nombre, ya que hay un sujeto especial que toma la iniciativa de la creación, coordina la
participación de todas las partes y finalmente edita y divulga con su nombre, normalmente será
quien financie también la obra.

Como consecuencia de todo ello la ley le da la condición de autor, se trata por ejemplo de las
publicaciones periódicas de los medios de comunicación social y de las revistas
especializadas, programas de ordenador.

En las obras colectivas los autores participantes no tienen derecho sobre el conjunto de la obra
realizada, sólo pueden decidir si participan o no cuando se lo propongan, esto no es un
obstáculo para que conste la paternidad de cada autor sobre su aportación.

Bibliografía.

- Real Decreto Legislativo 1/1996, de 12 de abril, por el que se aprueba el texto refundido
de la ley de Propiedad Intelectual, regularizando, aclarando y armonizando las
disposiciones legales vigentes sobre la materia.

- Manual de Propiedad Intelectual, Tirant lo Blanch, coordinador Rodrigo Bercovitz


Rodríguez Cano.

Webgrafía.
www.culturaydeporte.gob.es/cultura/propiedadintelectual

www.wipo.int
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