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gástricas o gastropatía hipertensiva portal o habiten en áreas alejadas eficaces de los trastornos inflamatorios agudos y el envejecimiento de la
de centros de atención especializada o con acceso limitado a ellas. Los población, el espectro de esta enfermedad ha cambiado. Actualmente,
pacientes que habitan en localizaciones remotas y aquellos en los que el absceso hepático piógeno afecta a personas en la sexta y la séptima
fracasan el abordaje endoscópico y la farmacoterapia son sometidos a décadas de la vida y se relaciona más habitualmente con enfermedad
derivación selectiva o DPIT. Un ensayo controlado ha revelado que, si de las vías biliares o de naturaleza criptógena.
se procede a una cuidadosa vigilancia de la permeabilidad de la DPIT Sin embargo, la incidencia de este absceso se ha mantenido en
y si se realizan frecuentes reintervenciones de DPIT, estas técnicas términos similares. En 1938, Ochsner y DeBakey comunicaron una
resultan igualmente eficaces. incidencia de 8/100.000 ingresos hospitalarios, mientras que en 1975,
Hasta que se consigan de forma fiable mejoras en la tecnología de la Pitt y Zuidema refirieron una de 13/100.000 hospitalizaciones. Dos
DPIT, es probable que la derivación esplenorrenal distal sea la solución grandes estudios de autopsias, uno de 1901 y otro de 1960, comuni-
a largo plazo más duradera y constituya una opción razonable a la caron incidencias similares para el absceso hepático piógeno, del 0,45
DPIT. No obstante, la DPIT se realiza más frecuentemente y son pocos y el 0,59%, respectivamente. Estudios más recientes, realizados entre
los cirujanos experimentados en derivación quirúrgica que quedan. los años ochenta y la primera década del siglo xxi indican pequeños,
Por consiguiente, es probable que en el futuro el papel desempeñado aunque significativos, aumentos en la incidencia de este tipo de abs-
en este ámbito por las derivaciones quirúrgicas sea aún menor que cesos, que alcanzan un valor de hasta 22/100.000 hospitalizaciones.11
en la actualidad. Los pacientes con ascitis médicamente intratable, Según los datos más recientes, este valor podría estar disminuyendo.
además de con hemorragia por rotura de varices, se tratan mejor con Ello puede ser reflejo del uso de técnicas de imagen de alta calidad
DPIT cuando las medidas menos invasivas no consiguen controlar mejores, de más fácil disponibilidad y usadas con mayor frecuencia.
la hemorragia. Si la DPIT termina por fallar, es posible proceder Las prácticas de ingreso hospitalario también afectan a estas cifras.
a una derivación de tipo laterolateral abierta si el paciente presenta una Un reciente estudio de base poblacional realizado en Norteamérica
función hepática razonable y no es candidato a trasplante. Por otra calculó una incidencia anual de 3,6 casos/100.000 habitantes.12 No
parte, la DPIT está claramente indicada en pacientes en los que hay diferencias significativas de sexo, etnia o carácter geográfico en lo
ha fracasado el tratamiento endoscópico y pueden requerir trasplante que respecta a la frecuencia de la enfermedad. La relación aproximada
en un futuro próximo y en los que no son candidatos a trasplante y hombres:mujeres es de 1,5:1, las enfermedades concurrentes asociadas
presentan deterioro funcional hepático avanzado. Los candidatos a al absceso hepático piógeno son cirrosis, diabetes, insuficiencia renal
trasplante han de ser minuciosamente controlados para que puedan crónica y antecedentes de neoplasia maligna.
ser trasplantados en el momento idóneo, antes de que los riesgos de la
intervención sean excesivos. Patogenia
El algoritmo de tratamiento de la hemorragia por rotura de varices Probablemente el hígado se ve expuesto a carga bacteriana veno-
ha cambiado considerablemente desde los años setenta. Desde entonces sa portal de forma regular y, normalmente, elimina dicha carga
se han ido introduciendo el tratamiento endoscópico, el trasplante sin problemas. El desarrollo de un absceso hepático se produce cuando
de hígado y la DPIT. Las operaciones diferentes del trasplante son un inóculo de bacterias, con independencia de la vía de exposición,
necesarias en la actualidad con menor frecuencia, los resultados de supera la capacidad del hígado para eliminarlo. Ello da lugar a invasión
supervivencia son mejores, ya que los pacientes de alto riesgo quirúrgico tisular, infiltración de neutrófilos y formación de un absceso organi-
son tratados por otros medios, y la cirugía de urgencia ha quedado zado. Las potenciales vías de exposición hepática a las bacterias son el
virtualmente eliminada. árbol biliar, la vena porta, la arteria hepática, la extensión directa de
un nido de infección próximo y los traumatismos. En la tabla 53-3
se resume la contribución relativa de estas vías a la formación del
absceso hepático.
ENFERMEDADES INFECCIOSAS Junto con las infecciones criptógenas, las infecciones de origen
biliar son actualmente las causas más comunes de abscesos hepáticos.
Absceso piógeno La obstrucción biliar produce una estasis de la bilis con la posibilidad
Epidemiología de colonización bacteriana posterior, infección y ascenso al hígado. Este
En su clásico informe sobre el absceso hepático piógeno publicado en proceso se denomina colangitis supurativa ascendente. La naturaleza
1938, Ochsner y DeBakey describieron 47 casos y revisaron la literatura de la obstrucción biliar se relaciona sobre todo con la colelitiasis o neo-
médica mundial sobre el tema. Se trataba de la mayor experiencia sobre plasias malignas. Los cálculos intrahepáticos y la colangitis (colangitis
la cuestión recopilada hasta ese momento y del primer intento serio de piógena recidivante; v. más adelante) representan una causa común
estudiar esta enfermedad. En aquella época, el absceso hepático piógeno en Asia, mientras que en el mundo occidental la obstrucción maligna
era una enfermedad que afectaba mayoritariamente a personas entre constituye un factor más prevalente. Otros factores asociados con un
20 y 40 años, sobre todo como consecuencia de apendicitis aguda. mayor riesgo son la enfermedad de Caroli, la infección de la vía biliar
Con los importantes cambios registrados en la atención médica desde por Ascaris y la cirugía de la vía biliar. El eslabón común entre todas las
entonces, sobre todo por la eficacia de los antibióticos, los tratamientos causas del absceso hepático a partir de la vía biliar es la obstrucción y
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TABLA 53-3  Abscesos piógenos atribuibles a causas específicas


CAUSA (%)
ARTERIA ÁRBOL EXTENSIÓN
AÑO DE INFORME N.° DE PACIENTES VENA PORTA HEPÁTICA BILIAR DIRECTA TRAUMATISMO CRIPTÓGENA
1927-1938 (un estudio*) 622 42 — — 17 4 20
1945-1982 521 17 9 38 10 4 16
(ocho estudios)
1970-1999 1.264 5 3 38 1 2 43
(ocho estudios)
*Ochsner A, DeBakey M, Murray S: Pyogenic abscess of the liver. Am J Surg 40:292–319, 1938. Es el estudio clásico de Ochsner y DeBakey en el
que se revisaban 286 casos publicados anteriormente y 47 casos nuevos.

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la presencia de bacterias en el árbol biliar. La anastomosis bilioentérica Anatomía patológica y microbiología
previa también se ha asociado con la formación de abscesos hepáticos, Casi todos los abscesos hepáticos afectan al lóbulo derecho del hígado
posiblemente por la exposición descontrolada del árbol biliar a los (tres cuartas partes de los casos). Se desconoce la explicación, aunque
microorganismos entéricos. se ha propuesto un flujo sanguíneo laminar preferente hacia el lado
El sistema venoso portal drena al tubo digestivo y, por tanto, cual- derecho. El lado izquierdo se afecta en un 20% de los casos y el lóbulo
quier trastorno infeccioso del tubo puede causar una infección ascen- caudado lo hace rara vez (5%). No es corriente la afectación bilobu-
dente de la vena porta (pieloflebitis), con la exposición consiguiente lar con abscesos múltiples. Casi la mitad de los abscesos hepáticos
del hígado a cantidades abundantes de bacterias. Históricamente, la tiene carácter solitario. El tamaño (diámetro) del absceso hepático
apendicitis no tratada se consideraba la causa más habitual del absceso puede variar desde menos de 1 mm hasta 3-4 cm y el aspecto puede
hepático, pero con la llegada de los antibióticos y el desarrollo de un ser multicavitado o unicavitado. En la exploración abdominal, los
tratamiento inmediato y eficaz de las infecciones abdominales agudas, abscesos hepáticos tienen un aspecto bronceado y fluctúan con la
las infecciones venosas portales del hígado han disminuido. Las causas palpación, pero los más profundos no siempre se ven y ni se palpan.
más habituales de pieloflebitis son la diverticulitis, apendicitis, pan- La inflamación circundante puede determinar una adherencia a las
creatitis, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedad inflamatoria estructuras vecinas.
de la pelvis, perforaciones viscerales u onfalitis neonatal. El absceso Los estudios sobre la microbiología de los aspectos hepáticos han
hepático se ha asociado, asimismo, con neoplasias malignas del colon resultado variables por una serie de razones. En las primeras series
y recto. En un estudio de casos y controles realizado en Taiwán, la se describían abscesos estériles frecuentes, probablemente por la
incidencia de cánceres gastrointestinales se multiplicó por cuatro entre insuficiencia de las técnicas de cultivo, mientras que en las series más
los pacientes con absceso hepático piógeno en comparación con los modernas se han analizado muy pocos abscesos antes de administrar los
controles.13 antibióticos. Además, la heterogeneidad de las vías de infección hace
Toda infección generalizada (p. ej., endocarditis, neumonía, osteo- que varíe mucho la microbiología. Los abscesos de la pieloflebitis o de
mielitis) puede ocasionar bacteriemia e infecciones hepáticas a través de la colangitis tienden a ser polimicrobianos, con un alto predominio
la arteria hepática. Los microabscesos múltiples suponen un hallazgo de bacilos gramnegativos. Por otro lado, las infecciones generales suelen
relativamente frecuente en la autopsia de los pacientes fallecidos por obedecer a un único microorganismo.
sepsis, pero estos pacientes no suelen ser incluidos en los análisis de Aunque la tasa de esterilidad notificada en la revisión de Ochsner
los abscesos hepáticos piógenos. Los abscesos hepáticos por infecciones de 1938 se aproximaba al 50%, en las series de 1990 en adelante,
generalizadas reflejan, en ocasiones, una alteración de la respuesta el número de abscesos estériles era del 10 al 20%. Muchos abscesos
inmunitaria, por ejemplo de los pacientes con neoplasias malignas, hepáticos son polimicrobianos y dan cuenta del 40% de la totalidad.
síndrome de inmunodeficiencia adquirida o trastornos de la función Algunos autores señalan que los abscesos solitarios tienden a ser polimi-
granulocítica. Los niños con enfermedad granulomatosa crónica son crobianos. Los microorganismos anaerobios contribuyen del 40 al
especialmente vulnerables. 60% de las ocasiones. Los que más veces se cultivan son Escherichia
El absceso hepático puede ser la consecuencia de la propagación coli y Klebsiella pneumoniae. Otros microorganismos frecuentes com-
directa de un proceso infeccioso. Algunos ejemplos comunes son la prenden Staphylococcus aureus, especies de enterococos, Streptococcus
colecistitis supurativa, el absceso subfrénico, el absceso perirrenal e viridans y especies de Bacteroides. Klebsiella suele asociarse con abscesos
incluso la perforación del intestino en el hígado. formadores de gas. Los enterococos y S. viridans se encuentran casi
Las heridas traumáticas penetrantes y contusas pueden seguirse de siempre en los abscesos polimicrobianos, mientras que las infecciones
un hematoma intrahepático; otras veces, una zona de necrosis hepática estafilocócicas obedecen, de ordinario, a un único microorganismo.
acaba abscesificándose. Con el traumatismo se pueden introducir Entre los gérmenes menos habituales (< 10% de los cultivos) cabe citar
las bacterias o el área afectada queda sembrada por el efecto de una Pseudomonas, Proteus, Enterobacter, Citrobacter, Serratia, estreptococos
bacteriemia generalizada. Los abscesos hepáticos asociados con el β-hemolíticos, estreptococos microaerófilos, Fusobacterium, Clostri-
traumatismo pueden manifestarse con un retraso de hasta varias dium y otros anaerobios raros. Los hemocultivos resultan positivos de
semanas. Los demás mecanismos de la necrosis hepática yatrógena, un 50 a un 60% de las ocasiones. Curiosamente, conforme se extiende
como la embolización de la arteria hepática o, más recientemente, las el uso de los catéteres biliares permanentes, cada vez se encuentran
intervenciones de termoablación se complican a veces por un absceso. más microorganismos con alta resistencia entre los pacientes con este
Se trata de una complicación rara que, sin embargo, se da más en los tipo de catéteres, episodios múltiples de colangitis y uso repetido de
casos con una anastomosis bilioentérica previa. antibióticos. Los abscesos hepáticos por hongos y micobacterias son
En muchas ocasiones no se descubre la causa del absceso hepático. raros y se asocian casi siempre con inmunodepresión, habitualmente
Los abscesos criptógenos predominan en muchas series y su frecuencia por quimioterapia.
está aumentando en las más recientes. Entre las posibles explicaciones
del absceso hepático criptógeno se encuentran enfermedades abdomi-
nales no diagnosticadas, infecciones que han remitido en el momento Características clínicas
de la presentación clínica y factores del huésped, como diabetes o La descripción clásica de los síntomas iniciales del absceso hepático
neoplasias malignas, que aumentan la susceptibilidad del hígado hacia alude a la fiebre, ictericia y dolor, espontáneo y con la palpación, en
las bacteriemias pasajeras vehiculadas por la arteria hepática o la vena el hipocondrio derecho. Por desgracia, esta presentación solo se da en
porta. Se ha señalado que debe efectuarse una búsqueda diligente un 10% de los casos. La fiebre, los escalofríos y el dolor abdominal
de la causa ante un paciente con un absceso hepático criptógeno representan los síntomas iniciales más frecuentes, pero el espectro de
que, en general, se ha sometido ya a una tomografía computarizada síntomas inespecíficos es muy amplio (tabla 53-4). En un estudio
(TC) y una ecografía. El rendimiento de la colonoscopia y de la realizado recientemente en Taiwán con 133 pacientes se observó
colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) entre los fiebre en el 96% de los pacientes, escalofríos en el 80%, dolor abdo-
pacientes con absceso criptógeno ha resultado bajo en las series y suele minal en el 53% e ictericia en el 20%. Muchos de los síntomas (como
dar fruto solo cuando se descubre algún signo objetivo de anomalías el malestar y los vómitos) son de tipo constitucional. La afectación
subclínicas (p. ej., elevación discreta de la bilirrubina). En general, diafragmática puede producir síntomas de tos o disnea. Rara vez, el
estos pacientes precisan una anamnesis meticulosa, una exploración paciente acude con peritonitis secundaria a rotura del absceso. Se han
física y un estudio de laboratorio en busca de anomalías del tracto descrito casos, verdaderamente raros, de rotura en el espacio pleural o
intestinal o de la vía biliar. Las intervenciones cruentas o los estudios en el pericardio. La duración de los síntomas iniciales varía; se conocen
de imagen se deben solicitar en función de la sospecha clínica des- casos agudos y otros de naturaleza crónica, de varios meses. Se ha
pertada por el estudio. propuesto que la presentación aguda se asocia con una enfermedad

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TABLA 53-4  Abscesos piógenos sintomáticos


SÍNTOMAS (%)
ANOREXIA, DOLOR
AÑO DE N.° DE FIEBRE, SUDORES MALESTAR PÉRDIDA NÁUSEAS, DOLOR DE DE
INFORME PACIENTES ESCALOFRÍOS NOCTURNOS GENERAL DE PESO VÓMITOS DIARREA ABDOMEN TÓRAX TOS
1927-1938 333 94 — — — 33 — 92 — —
(un estudio*)
1945-1982 494 88 8 58 62 40 17 66 14 13
(ocho
estudios)
1970-1995 1.314 72 9 25 33 30 14 59 16 16
(10 estudios)
*Ochsner A, DeBakey M, Murray S: Pyogenic abscess of the liver. Am J Surg 40:292–319, 1938. Es el estudio clásico de Ochsner y DeBakey en el
que se revisaban 286 casos publicados anteriormente y 47 casos nuevos.

abdominal identificable, mientras que la crónica suele acompañar a los


abscesos criptógenos. Una complicación específica (y poco frecuente)
de los abscesos hepáticos por Klebsiella es la endoftalmitis endógena,
que se observa en el 3% de los casos, aproximadamente. Esta com-
plicación tan grave es más frecuente en los diabéticos. El diagnóstico
y tratamiento precoz representa la mejor opción para preservar la
función visual.
Los datos más frecuentes en la exploración física son la fiebre y el
dolor con la palpación del hipocondrio derecho, que ocurren en el
40-70% de los casos. La ictericia ocurre en un 25% de las ocasiones,
casi siempre por una enfermedad biliar de base. Frecuentemente se
observan anomalías en la exploración del tórax (una cuarta parte de los
pacientes). La hepatomegalia también es frecuente (50%). La ascitis,
la esplenomegalia y la sepsis grave son raras.
Las anomalías inespecíficas de los análisis de sangre suceden con
frecuencia en el absceso piógeno. Del 70 al 90% de los pacientes
muestra leucocitosis y con frecuencia se observa anemia. Suele haber
anomalías de las PFH. La ALP se eleva discretamente en un 80%
de los casos, mientras que la bilirrubina total lo hace de un 20 a
un 50%. Las transaminasas aumentan discretamente en un 60%
de las ocasiones. Las anomalías intensas de las PFH casi siempre
FIGURA 53-27  Radiografía abdominal simple que muestra una acumu-
se asocian con enfermedad biliar de base. La hipoalbuminemia o
lación patológica de aire en el hipocondrio derecho, compatible con un
las prolongaciones discretas del tiempo de protrombina y el INR absceso hepático piógeno (flecha).
pueden reflejar cierto grado de cronicidad. Ninguno de estos datos
sanguíneos ayuda específicamente a diagnosticar un absceso hepático,
pero hace pensar en una alteración del hígado que, a menudo, motiva contraste. La sensibilidad de la TC en la detección del absceso hepático
los estudios pertinentes de imagen. es del 95 al 100%. Tanto la TC como la ecografía resultan útiles para
El elemento capital para el diagnóstico del absceso hepático son diagnosticar otras patologías intraabdominales, como la enfermedad
los estudios de imagen. Las radiografías de tórax dan un resultado biliar (ecografía) o trastornos inflamatorios como la diverticulitis y la
anómalo en la mitad de las ocasiones; los signos suelen reflejar la lesión apendicitis (TC). La resonancia magnética (RM) es, en ocasiones, útil
subdiafragmática, por ejemplo, la elevación del hemidiafragma derecho, para diferenciar la causa de numerosas masas hepáticas y para evaluar
el derrame pleural derecho o la atelectasia. En algunas circunstancias las alteraciones anatomopatológicas en el árbol biliar, aunque no parece
se ven signos en el lado izquierdo cuando el absceso afecta al lado que reporte ventaja alguna con respecto a la TC en el diagnóstico del
izquierdo del hígado. Las radiografías simples de abdomen casi nunca absceso hepático.
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aportan datos. Pueden mostrar niveles hidroaéreos o gas en la vena


porta (fig. 53-27).
La ecografía y la TC son las modalidades diagnósticas básicas para el Diagnóstico diferencial
absceso hepático. La ecografía suele revelar un área redondeada u oval Conviene separar el absceso piógeno de otras infecciones quísticas
menos ecógena que el hígado circundante. Esta técnica distingue de del hígado, como el absceso amebiano o el quiste hidatídico, debido
manera fiable las lesiones sólidas y las quísticas. Las limitaciones de la a las diferencias terapéuticas. El absceso piógeno (se comenta más
ecografía son su escasa capacidad para visualizar lesiones situadas en la adelante) se trata fundamentalmente con antibióticos y drenaje. El
cúpula del hígado y que es una modalidad dependiente del operador. Su absceso amebiano se trata básicamente con antibióticos y los quistes
sensibilidad en el diagnóstico del absceso hepático oscila entre el 80 y el hidatídicos suelen requerir tratamiento quirúrgico. Por suerte, los
95%. La TC presenta hallazgos similares a los ecográficos y las lesiones quistes hidatídicos se diagnostican, de ordinario, por la historia clí-
tienen una menor atenuación que el parénquima hepático circundante. nica y por los signos característicos de las técnicas de imagen (v. más
La TC de alta calidad permite detectar abscesos muy pequeños y con adelante). Sin embargo, los abscesos amebianos y piógeno se pueden
ella es más fácil identificar los abscesos pequeños múltiples. La pared manifestar de forma casi idéntica al principio, con algunas excepciones
del absceso suele presentar un realce intenso en la TC potenciada con notables que son fundamentales para su diferenciación (tabla 53-5). En

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TABLA 53-5  Características del absceso y los anaerobios. Las asociaciones, por ejemplo, entre ampicilina,
un aminoglucósido, y metronidazol, o una cefalosporina de tercera
hepático amebiano frente al piógeno generación más metronidazol, son adecuadas. No se ha definido bien
CARACTERÍSTICAS ABSCESO ABSCESO la duración del tratamiento antibiótico, que se ajustará de forma
CLÍNICAS AMEBIANO PIÓGENO individual según el resultado del drenaje. Desde luego, los antibióticos
Edad 20-40 años > 50 años se mantendrán si persisten los signos de infección, como fiebre, escalo-
Cociente hombre:mujer ≥ 10:1 1,5:1 fríos o leucocitosis. Aparte de esto, se ignora cuánto tiempo deben
Solitario o múltiple Solitario 80%* Solitario 50% darse los antibióticos; en general, se recomienda su administración
Localización Casi siempre, hígado Casi siempre, hígado durante 2 semanas o más.
derecho derecho
El drenaje percutáneo del absceso hepático piógeno se describió
por primera vez en 1953, pero no ganaron adeptos hasta los años
Viaje a regiones Sí No
ochenta, con la aparición de las técnicas de imagen de alta calidad y la
endémicas
acumulación de experiencia en las técnicas de intervención radiológica.
Diabetes Poco frecuente (≈2%) Más frecuente (≈27%) El drenaje con un catéter percutáneo se ha erigido en el tratamiento
Consumo de alcohol Frecuente Frecuente preferido para la mayoría de los pacientes en los últimos 25 años
Ictericia Poco frecuente Frecuente (fig. 53-28). Las tasas de respuesta varían entre el 66 y el 90%.11,13
Elevación de la bilirrubina Poco frecuente Frecuente Las ventajas evidentes comprenden la sencillez del tratamiento (suele
Elevación de la fosfatasa Frecuente Frecuente efectuarse en el momento del diagnóstico radiológico) y la evitación
alcalina de la anestesia general y de la laparotomía. Entre las contraindicaciones
Hemocultivo positivo No Frecuente relativas para el drenaje con catéter percutáneo se cuentan la presencia
Serología amebiana Sí No de ascitis, coagulopatía o la proximidad con estructuras vitales. El
positiva drenaje percutáneo de los abscesos múltiples suele seguirse de una
tasa mayor de fracasos, si bien los informes revelan que la tasa de res-
*La mitad de los abscesos amebianos agudos son solitarios. puesta es lo suficientemente alta como para intentar la vía percutánea
al principio, reservando la cirugía por si fracasa. En un estudio retros-
pectivo reciente en el que se comparó el drenaje quirúrgico con el
drenaje percutáneo como tratamiento para abscesos de gran tamaño
general, los abscesos amebianos afectan a los hombres hispanos jóvenes (> 5 cm) se consiguieron mejores resultados con el primero. A pesar
y los piógenos, a pacientes de 50 a 60 años sin ningún predominio de ello, dos tercios de los tratamientos percutáneos dieron resultados
por sexos o razas. La fiebre es común en ambos, pero los escalofríos satisfactorios, y los porcentajes generales de morbilidad y mortalidad
y los síntomas de bacteriemia aguda intensa se ven más en el absceso fueron similares. Jamás se ha realizado ninguna comparación aleato-
piógeno. Las pruebas serológicas para los anticuerpos de Entamoeba rizada y prospectiva entre el tratamiento percutáneo y quirúrgico del
histolytica se realizan casi siempre en los abscesos amebianos pero son absceso hepático, si bien las series de casos apuntan que las tasas de
infrecuentes en los piógenos. En un estudio en el que se compararon respuesta y la mortalidad se asemejan. Las series modernas, en las que
471 pacientes con abscesos amebianos y 106 pacientes con abscesos se ha intentado comparar retrospectivamente ambas técnicas, se deben
piógenos se comprobó que una edad superior a 50 años, la presencia interpretar con cautela, porque la mayoría de los pacientes operados
de signos pulmonares en la exploración física, la existencia de múltiples no había respondido a las técnicas menos cruentas. La cirugía debiera
abscesos y unos títulos reducidos de serología amebiana constituían reservarse para los pacientes que requieran tratamiento quirúrgico de
factores independientes de predicción de un absceso piógeno. En la enfermedad primaria (p. ej., apendicitis) o que no hayan respondido
ocasiones, es imposible la diferenciación y hay que proceder a una a las técnicas percutáneas. Se han descrito técnicas de drenaje laparos-
aspiración diagnóstica o a un ensayo con antibióticos antiamebianos. cópico, con cierto éxito, y en determinados casos cabe considerarlas
Por desgracia, la aspiración solo resulta diagnóstica entre el 10 y el 20% como una opción razonable.11
de los abscesos amebianos.14 La aspiración percutánea, sin colocación de un drenaje permanente,
se ha investigado por una serie de grupos. Las tasas de respuesta varían,
Tratamiento en la mayoría de los casos entre el 60 y el 90% y se parecen a las del
Antes de que se dispusiera de los antibióticos y se utilizaran sistemá- drenaje con catéter percutáneo.15 Sin embargo, normalmente se necesita
ticamente técnicas de drenaje, los abscesos hepáticos piógenos no más de una aspiración, y la cuarta parte de los pacientes precisan tres
tratados producían invariablemente la muerte. El drenaje quirúrgico o cuatro aspiraciones. En un estudio aleatorizado se ha comparado
sistemático no se utilizó hasta la revisión clásica efectuada por Ochsner la aspiración percutánea con el drenaje por catéter percutáneo. En el
y DeBakey en 1938 (v. anteriormente); se observó entonces un des- grupo de aspiración se obtuvo una respuesta del 60% y en el del catéter,
censo espectacular de la mortalidad. El drenaje quirúrgico abierto de del 100%, si bien todos los pacientes del grupo de aspiración, salvo
los abscesos piógenos era el único tratamiento (con la adición, si acaso, uno, recibieron una única aspiración. En otro estudio aleatorizado
de antibióticos) del absceso hepático hasta los años ochenta. Desde reciente se ha comparado la aspiración con el drenaje por catéter.
esta década se ha recurrido a técnicas de drenaje percutáneo, menos En el mismo participaron 64 pacientes distribuidos aleatoriamente,
cruentas, y al uso de antibióticos intravenosos (i.v.) La laparotomía se y se obtuvieron unos resultados similares en términos de porcentaje
reserva, en general, para cuando fracasa el drenaje percutáneo. de éxito del tratamiento, tiempo de hospitalización, duración de la
Si se sospecha el diagnóstico de un absceso hepático piógeno se antibioterapia y mortalidad. En el grupo de la aspiración, el 40% de
empezará de inmediato con antibióticos i.v. de amplio espectro para los pacientes necesitaron dos aspiraciones y el 20% precisaron tres
controlar la bacteriemia instantánea y sus complicaciones. Hay que aspiraciones. En general, el drenaje por catéter constituye el tratamiento
remitir muestras de sangre y del absceso (aspiración) para gérmenes de elección, aunque parece razonable considerar la posibilidad de
aerobios y anaerobios. Si el paciente está inmunodeprimido, se plan- realizar una aspiración de prueba.
tearán cultivos del material aspirado para micobacterias y hongos. A Algunos investigadores han obtenido éxito con la antibioterapia
los pacientes en riesgo de contraer infecciones amebianas se les debería aislada. Sin embargo, la mayoría de estos pacientes se había sometido
extraer muestras de sangre para determinación de serología amebiana. a una aspiración diagnóstica y, en consecuencia, a un drenaje parcial.
Hasta que no se descubran el o los microorganismos específicos en Además, en otras series se ha señalado que el tratamiento antibiótico
los cultivos se continuará con una cobertura antibiótica de amplio sin drenaje comporta una mortalidad prohibitiva (del 59 al 100%). El
espectro frente a los microorganismos gramnegativos y grampositivos ensayo de la antibioterapia parece razonable si el paciente no resulta

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FIGURA 53-28  A. Tomografía computarizada (TC) de un absceso hepático multicavitado en el hígado dere-
cho. B. TC en el momento del drenaje percutáneo. C. Estudio de contraste a través del catéter de drenaje
donde se aprecian el aspecto característico, cavitado e irregular, y la comunicación con el árbol biliar. D. TC de
revisión a los 3 meses del tratamiento que muestra la remisión completa del absceso. (Tomado de Brown
KT, Getrajdman GI: Interventional radiologic techniques in the liver and biliary tract. In Blumgart LH, Fong Y,
editors: Surgery of the liver and biliary tract, London, 2000, WB Saunders, pp 575–594.)

apto para la cirugía o rechaza por completo cualquier técnica cruenta; los signos de sepsis parecen ser un indicador coherente de mal pronós-
sin embargo, no se recomienda en ningún otro caso. tico. Los signos de enfermedad crónica, como la hipoalbuminemia,
El absceso hepático requiere, a veces, una resección hepática, por también se asocian a menudo a mal pronóstico. Por último, los signos
ejemplo, por una neoplasia maligna infectada, hepatolitiasis o estenosis de infección grave, como la leucocitosis significativa, las puntuaciones
biliar intrahepática. Si la destrucción hepática causada por la infección Acute Physiology and Chronic Health Evaluation II (APACHE II),
es intensa, algunos pacientes mejoran con la resección. la rotura del absceso, la bacteriemia y el shock se correlacionan con
la mortalidad.
Resultados
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La mortalidad por absceso hepático piógeno ha mejorado radicalmen-


te en los últimos 70 años. Antes de la utilización de rutina del drenaje
Absceso amebiano
quirúrgico, este absceso era casi siempre mortal. Cuando se instauró el Epidemiología
uso rutinario del drenaje y el de los antibióticos i.v. la mortalidad se La amebiasis representa, en esencia, una enfermedad de los países
redujo en torno a un 50%, porcentaje que se mantuvo relativamente tropicales en vías de desarrollo, pero también un problema grave para
constante desde 1945 hasta principios de los años ochenta. Desde los países desarrollados, como consecuencia de la inmigración y des-
entonces se ha referido una tasa de mortalidad de entre el 10 y el plazamientos entre los países. E. histolytica tiene un carácter endémico
20% y en una serie realizada en los años noventa se registró una en México, India, África y algunas partes de América Central y Suda-
mortalidad inferior al 10%.15 En las series más recientes del Memorial mérica. La Organización Mundial de la Salud calculó en 1995 que entre
Sloan-Kettering Cancer Center (MSKCC) se ha comunicado una 40 y 50 millones de personas sufrían una colitis amebiana o un absceso
mortalidad del 3%. Numerosos estudios han analizado los factores hepático amebiano en todo el mundo y que esta enfermedad producía
predictivos de mal pronóstico en pacientes con absceso hepático de 40.000 a 100.000 muertes al año.14 Las estimaciones de la amebiasis
piógeno. La presencia de neoplasia maligna, los factores asociados a la anteriores a estos cálculos eran poco fiables, porque no se separaba
misma (p. ej., ictericia o resultados de PFH marcadamente elevados) y E. histolytica (la forma patógena) de Entamoeaba dispar (la forma no

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1450 X Abdomen
patógena). Se ha observado que hombres homosexuales con diarrea, que ocurra una sobreinfección bacteriana. La necrosis hepática pro-
que anteriormente se creía que albergaban E. histolytica, se hallan de gresiva continúa hasta la cápsula de Glisson, puesto que la cápsula
hecho infectados por E. dispar, infección que no requiere tratamiento. resiste la hidrólisis amebiana; por eso, los abscesos amebianos suelen
En estudios epidemiológicos específicos sobre las infecciones por E. apoyarse en la cápsula de Glisson. Debido a la resistencia de esta
histolytica se ha calculado que hasta el 55% de los habitantes de las cápsula, la cavidad está, de manera característica, entrelazada por
regiones endémicas están infectados, aunque manifiestan síntomas tríadas portales protegidas por esta vaina peritoneal. Al principio, la
menos de la mitad. cavidad formada está mal definida, pues no hay ninguna respuesta
A diferencia de los abscesos hepáticos piógenos, los amebianos fibrosa real alrededor de los bordes, pero, al final, se establece un abs-
normalmente afectan a hombres hispanos de entre 20 y 40 años con ceso crónico con una cápsula fibrosa que puede incluso calcificarse.
antecedentes de viajes a una región endémica (o procedentes de ella). Como los abscesos piógenos, los abscesos amebianos afectan casi
La pobreza y las estrecheces económicas se asocian a porcentajes de siempre al hígado derecho.
infección superiores. En la mayor parte de los estudios se ha observado
una razón de masculinidad superior a 10:1. Por razones poco claras, la Características clínicas
incidencia de amebiasis invasiva resulta baja entre las mujeres mens- Aproximadamente el 80% de los pacientes con absceso hepático
truantes y el embarazo parece derribar esta resistencia. El consumo amebiano acude por síntomas que se extienden desde unos días hasta
intenso de alcohol es también común y puede aumentar la vulnerabili- 4 semanas. Informes más recientes indican que los síntomas duran
dad del hígado frente a la infección amebiana. Los pacientes inmunode- generalmente menos de 10 días. Los signos y síntomas clínicos iniciales
primidos parecen también más expuestos a la infección y tienen unos se resumen en la tabla 53-6. El cuadro clínico característico se corres-
índices de mortalidad más altos. Los pacientes con abscesos hepáticos ponde con el de un paciente, de 20 a 40 años, que ha viajado a una
amebianos que no han viajado a ninguna zona endémica suelen sufrir región endémica y presenta fiebre, escalofríos, anorexia, dolor en el
alguna forma de inmunodepresión asociada, como infección por el hipocondrio derecho (espontáneo y con la palpación) y hepatomega-
VIH, malnutrición, infecciones crónicas o tratamiento prolongado lia. El dolor abdominal suele ser constante, sordo y localizado en el
con esteroides.16 hipocondrio derecho. Aunque en algunos estudios se han citado cifras
mayores, solo el 25% de estos pacientes presenta diarrea, a pesar de
Patogenia la infección obligada del colon. El absceso hepático sincrónico se da en
E. histolytica es un protozoo que existe en forma de trofozoíto o de un tercio de los pacientes con colitis amebiana activa. La ictericia, por
quiste. Todas las demás especies del género Entamoeba se consideran la compresión de la vía biliar causada por un absceso voluminoso, no es
no patógenas y no todas las cepas de E. histolytica son virulentas. La tan infrecuente como se creía en otros tiempos y, por término medio,
ingestión de los quistes de E. histolytica por la vía fecooral es la causa de el 22% de los pacientes de todo el mundo manifiestan inicialmente
la amebiasis. El ser humano es el huésped principal y la fuente habitual este síntoma. El adelgazamiento y las mialgias ocurren cuando los
de contagio es el contacto humano con un portador de quistes. Otra síntomas llevan varias semanas. El dolor pleurítico o en el hombro
fuente de infecciones humanas es el agua y los vegetales contaminados. derecho se observa si existe irritación del hemidiafragma derecho. Los
Los quistes, una vez ingeridos, no se descomponen en el estómago, síntomas y el dolor con la palpación pueden localizarse en el epigastrio
sino que pasan al intestino, donde se libera el trofozoíto que llega
hasta el colon. El trofozoíto invade la mucosa del colon y produce la
enfermedad.
Se cree que los trofozoítos alcanzan el hígado por el sistema venoso
portal. No hay pruebas de que los trofozoítos pasen por los vasos TABLA 53-6  Signos, síntomas y datos
linfáticos. Como su propio nombre indica, los trofozoítos de E. his-
tolytica pueden lisar los tejidos a través de una compleja serie de acon-
de laboratorio de los abscesos hepáticos
tecimientos, entre otros la adherencia celular, la activación celular y la amebianos*
liberación posterior de numerosas enzimas causantes de necrosis. El N.° DE CASOS
mecanismo principal probablemente reside en una hidrólisis enzimática PARÁMETRO MEDIA INTERVALO REVISADOS
de las células. Los abscesos hepáticos amebianos se forman, pues, Síntomas y signos
por una necrosis hepática localizada y progresiva que determina una Dolor abdominal (%) 92 73-100 1.701
cavidad que contiene detritos proteináceos acelulares, rodeados por Fiebre (%) 90 72-100 2.192
un ribete de trofozoítos amebianos invasivos. El desarrollo precoz Sensibilidad abdominal (%) 78 40-100 1.424
del absceso hepático amebiano se asocia con una acumulación de Hepatomegalia (%) 62 20-100 1.539
leucocitos polimorfonucleares que son, posteriormente, lisados por Anorexia (%) 47 28-89 499
los trofozoítos. Pérdida de peso (%) 39 11-83 871
Los pacientes con una infección invasiva o un absceso hepático Diarrea (%) 23 12-40 1.426
amebiano desarrollan rápidamente anticuerpos antiamebianos. Se ha Ictericia (%) 22 5-50 1.630
comprobado que la inmunoglobulina A (IgA) secretora inhibe in vitro
la adhesión al epitelio del colon; sin embargo, la aparición de estos Pruebas de laboratorio
anticuerpos no detiene el avance de la enfermedad. Curiosamente, Quistes/trofozoítos en 12 4-30 4.908
los niños que carecen de IgG antiamebiana poseen una resistencia heces (%)
innata a la infección invasiva, lo cual parece indicar la existencia de Amebas en el aspirado 42 30-76 1.402
una respuesta inmunitaria alternativa. Actualmente, disponemos quístico (%)
de pruebas que parecen demostrar que el principal mecanismo de Hemoglobina (g/dl) 12,1 10,2-12,8 229
resistencia es, probablemente, una respuesta celular de los linfocitos Fosfatasa alcalina 76 65-91 589
T colaboradores. (% > 120 U/l)
Bilirrubina total (g/dl) 1,4 0,8-2,4 509
Anatomía patológica
Albúmina (g/dl) 2,8 2,3-3,4 404
El absceso hepático amebiano constituye, en esencia, el resultado AST (× límite superior 1,7 1-2,5 459
de una necrosis hepática por licuefacción, que produce una cavidad normal)
llena de sangre y tejido hepático licuado. La aparición de este líquido
suele describirse como pasta de anchoas; el líquido es inodoro, salvo *En una reciente revisión muy extensa de la literatura médica.

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53 Hígado 1451
o en el hipocondrio izquierdo, si el absceso afecta al lado izquierdo del
hígado. No es frecuente que los abscesos se rompan hacia el peritoneo
y produzcan peritonitis, siendo esta posibilidad más frecuente con
los abscesos del lado izquierdo. Se han publicado algunos casos ais-
lados de rotura hacia el espacio pleural, el pericardio y otros órganos
intraabdominales.
Los pacientes que presentan síntomas agudos (< 10 días) difieren
desde el punto de vista clínico en comparación con los que tienen
manifestaciones crónicas (> 2 semanas). Las presentaciones agudas
son normalmente más aparatosas, con fiebre alta, escalofríos y dolor
abdominal importante. En la presentación aguda, el 50% de los
pacientes tienen lesiones múltiples, mientras que en la presentación
crónica, más del 80% de los pacientes muestran una lesión única
del lado derecho. En la presentación aguda tiende a producirse un
curso más complicado, pero la respuesta al tratamiento es similar en
ambos grupos.
Las anomalías de laboratorio son frecuentes en los abscesos ame-
bianos (v. tabla 53-6). Es característica la leucocitosis leve o mode-
rada, sin eosinofilia, y la anemia ocurre a menudo. Las anomalías FIGURA 53-29  Ecografía característica de un absceso hepático ame-
leves de la función hepática, entre ellas de la albúmina, el TP-INR, la biano. Obsérvense la localización periférica, la forma redondeada con un
ALP, la AST y la bilirrubina, resultan características. La anomalía más ribete poco diferenciado y los ecos internos. (Tomado de Thomas PG,
común de la función hepática es la prolongación del TP-INR. Más del Ravindra KV: Amebiasis and biliary infection. In Blumgart LH, Fong Y,
70% de los pacientes con absceso hepático amebiano no tiene amebas editors: Surgery of the liver and biliary tract, London, 2000, WB Saunders,
en las heces, por lo que la prueba de laboratorio más útil consiste en pp 1147–1166.)
medir los anticuerpos antiamebianos circulantes, que se ven del 90
al 95% de los casos. A lo largo de los años se ha concebido una serie
de pruebas serológicas. En el pasado se utilizó mucho una prueba de
hemaglutininas indirectas, con una sensibilidad del 90%. Esta prueba
ha sido, en gran parte, sustituida por los enzimoinmunoanálisis, que
detectan la presencia de anticuerpos contra el parásito, son sencillos
y baratos y se realizan con rapidez. Un enzimoinmunoanálisis tiene
una sensibilidad del 99% y una especificidad mayor del 90% en
pacientes con abscesos hepáticos. Desgraciadamente, la presencia de
anticuerpos puede reflejar una infección previa, y la interpretación
puede resultar difícil en áreas endémicas. Los estudios en desarro-
llo se centran en la identificación de los antígenos específicos de
E. histolytica en un intento de establecer la infección aguda. En áreas
endémicas se han evaluado los kits de detección del antígeno. Estos
kits pueden detectar el antígeno lectina de E. histolytica en el suero y
en el pus del absceso hepático y, en pequeños estudios, se ha demos-
trado que tienen una elevada sensibilidad. Sin embargo, la sensibili-
dad puede disminuir si la prueba se realiza después del tratamiento FIGURA 53-30  Tomografía computarizada de un absceso amebiano (A).
con metronidazol.17 La lesión es periférica y redonda. El ribete no se realza, pero muestra
Los estudios radiológicos resultan determinantes para el diagnóstico edema periférico (flechas negras). Obsérvese la propagación al espacio
del absceso hepático amebiano. La radiografía simple de tórax resulta intercostal (flecha blanca).
anómala en la mitad de las ocasiones y suele revelar una elevación
del diafragma derecho, derrame pleural o atelectasia. La ecografía
abdominal tiene una exactitud aproximada del 90%, si se combina
con una historia y manifestaciones clínicas características. Los datos dos opciones. En primer lugar, es posible proceder a un ensayo tera-
habituales en la ecografía de abdomen comprenden una lesión redon- péutico con fármacos antiamebianos. Si se produce una mejora rápi-
deada que linda con la cápsula hepática (v. anteriormente) sin ecos da, ello refuerza el diagnóstico. En situaciones en las que la serología
perimetrales significativos, que podrían interpretarse como la pared del amebiana no llega a conclusiones definitivas y en las que una prueba
absceso. El contenido de la cavidad suele ser hipoecoico y heterogéneo con antibióticos no se considera adecuada o no mejora los síntomas,
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(fig. 53-29). Estos datos ecográficos se ven en un 40 a un 70% de las es posible plantear como segunda opción la aspiración diagnóstica.
ocasiones. La TC abdominal probablemente sea más sensible que la El absceso piógeno presentará bacterias y leucocitos, mientras que el
ecografía y ayuda a separar el absceso amebiano del piógeno; en este absceso amebiano contendrá lo que típicamente se conoce como pasta
último se aprecia un realce del ribete (fig. 53-30). La TC también de anchoas. Los cultivos de abscesos amebianos suelen ser negativos
permite identificar los quistes simples y los tumores necróticos. La RM y no contienen leucocitos. En pacientes en los que la neoplasia o la
del hígado no aporta grandes ventajas sobre la TC ni la ecografía en los hidatidosis forman parte del diagnóstico diferencial no debe realizarse
casos característicos, pero puede ayudar a separar las lesiones atípicas. aspiración.
Los estudios de medicina nuclear, como la gammagrafía con galio o la
gammagrafía hepática con tecnecio (Tc) 99m sirven para diferenciar Diagnóstico diferencial
los abscesos piógenos de los amebianos, porque estos últimos no El diagnóstico diferencial del absceso hepático amebiano es amplio
suelen contener leucocitos y, en consecuencia, no se iluminan en los y comprende enfermedades como las hepatitis víricas, la hidatidosis,
barridos.18 la colangitis, la colecistitis e incluso otros trastornos inflamatorios
Cuando el estudio anteriormente descrito aún no es definitivo y abdominales, como la apendicitis. Las lesiones malignas del hígado
cuando la incertidumbre del diagnóstico persiste, pueden considerarse también pueden presentarse de forma parecida en situaciones atípicas.

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A veces, hay que pensar en enfermedades primarias del pulmón. con una mala evolución son la elevación de la bilirrubina sérica
Al final, la distinción más importante debe establecerse entre el (> 3,5 mg/dl), la encefalopatía, la hipoalbuminemia (< 2 g/dl), las
absceso piógeno y el amebiano. Los elementos esenciales para la cavidades abscesificadas múltiples, un volumen del absceso superior
diferenciación se resumen en la tabla 53-5 y en la sección sobre abs- a 500 ml, la anemia y la diabetes. Aunque la mejoría clínica es la
ceso piógeno. norma después de un tratamiento adecuado con los preparados antia-
mebianos, la resolución radiológica de la cavidad abscesificada suele
Tratamiento demorarse. El período medio hasta la resolución radiológica es de
La piedra angular del tratamiento del absceso amebiano es el metro- 3 a 9 meses y, en algunos casos, puede prolongarse años. Diversos
nidazol (750 mg v.o., tres veces al día durante 10 días), que cura a estudios han demostrado que más del 90% de las lesiones visibles
más del 90% de los pacientes. La mejoría clínica suele ocurrir en los desaparecen en las radiografías, pero en un pequeño porcentaje de
primeros 3 días. Los demás nitroimidazoles (secnidazol, tinidazol) pacientes persiste una lesión residual, irrelevante desde el punto
también son eficaces y se utilizan bastante fuera de EE. UU. Si la res- de vista clínico.
puesta al metronidazol es mala o si no se tolera el fármaco, se pueden
utilizar otros preparados. La emetina surte efecto contra la amebiasis Quiste hidatídico
invasiva (sobre todo, del hígado), pero requiere inyecciones i.m. y posee La hidatidosis o equinococosis es una zoonosis que ocurre sobre todo
efectos secundarios cardíacos graves. Otra alternativa más adecuada en las zonas donde pasta el ganado bovino, pero es frecuente en todo el
es la cloroquina, aunque posee menos eficacia. Después de tratar el mundo, porque el perro constituye el huésped definitivo. La hidati-
absceso amebiano se recomienda elaborar preparados luminales como dosis es endémica en los países mediterráneos, Oriente Medio, Lejano
yodoquinol, paromomicina y furoato de diloxanida para combatir el Oriente, Sudamérica, Australia, Nueva Zelanda y África oriental.20 El
estado de portador. ser humano contrae la enfermedad de los perros y no se conoce ningún
Se ha propuesto la aspiración terapéutica con agujas del absceso contagio entre personas.21,22
amebiano. Sin embargo, una revisión sistemática Cochrane no apoyó Hay tres especies de Echinococcus causantes de hidatidosis. E. gra-
ningún beneficio de la aspiración terapéutica además del tratamiento nulosus es la más común, mientras que E. multilocularis y E. ligartus
con metronidazol sobre el tratamiento con metronidazol solo para dan cuenta de un número reducido de casos.20 Los perros representan
acelerar la resolución clínica o radiológica de los abscesos hepáticos el huésped definitivo de E. granulosus, pues la tenia adulta se adhiere
amebianos.19 En general, se recomienda la aspiración cuando el diag- a las vellosidades del íleon. Los huevos son eliminados (en cantidades
nóstico es incierto (v. anteriormente), cuando el paciente no responde a diarias de millares) y depositados con las heces caninas. El ganado
metronidazol en 3-5 días, o cuando se considera que el absceso corre un bovino es el huésped intermedio habitual y el ser humano representa
riesgo importante de rotura. Se cree que corren mayor riesgo de rotura un huésped intermedio accidental. El ser humano representa el estadio
los abscesos de más de 5 cm de diámetro y los que se localizan en el lado terminal para el parásito. El embrión del parásito libera, en el duodeno
izquierdo del hígado; en tales casos hay que considerar la posibilidad humano, una oncosfera que contiene pequeños garfios que penetran
de la aspiración. en la mucosa y facilitan el acceso al torrente sanguíneo. Desde la
sangre, la oncosfera alcanza el hígado (en la mayoría de los casos) o
Resultados los pulmones, donde el parásito alcanza el estadio larvario conocido
El absceso amebiano suele seguir una evolución benigna, aunque tiene como quiste hidatídico.
complicaciones raras que debe conocer el profesional. La complicación Tres semanas después de la infección aparece un quiste hidatídico
más frecuente del absceso amebiano es la rotura al peritoneo, cavidad visible que crece de forma lenta y esférica. En torno al quiste hidatí-
pleural o pericardio. Al parecer, el tamaño del absceso constituye el dico se forma un pericisto o cápsula fibrosa procedente de los tejidos
factor de riesgo más importante para la rotura y la incidencia general del huésped. La propia pared quística tiene dos capas, una membrana
de rotura oscila entre el 3 y el 17%. Casi todas las roturas intraperi- gelatinosa externa (ectocisto) y una membrana germinativa interna
toneales suelen contenerse por el diafragma, la pared abdominal o (endocisto). Las vesículas prolíferas son pequeñas masas celulares
el epiplón, pero la rotura puede fistulizar hacia una víscera hueca. intraquísticas, en las que las futuras cabezas del gusano se convier-
La rotura intraperitoneal se manifiesta, por lo común, como dolor ten en escólices. Los escólices se desarrollan, dentro del huésped
abdominal, peritonitis y una masa o distensión generalizada. En otras definitivo, hasta la tenia adulta, pero en el huésped intermediario
épocas se recomendaba la laparotomía para combatir esta complica- solo se pueden diferenciar hacia un nuevo quiste hidatídico. Las
ción, pero hoy muchos casos se controlan satisfactoriamente con un vesículas prolíferas rotas y los escólices se encuentran en el líquido
drenaje percutáneo. La laparotomía está indicada cuando se duda del hidatídico y forman la llamada arenilla hidatídica. Las vesículas hijas
diagnóstico, hay una perforación de una víscera hueca, fistulización son auténticas réplicas del quiste precursor. Los quistes hidatídicos
con el resultado de hemorragia o sepsis o fracaso del tratamiento con- pueden destruirse con la degeneración de las membranas, la aparición
servador. La rotura en el espacio pleural suele determinar un derrame de vacuolas quísticas y la calcificación de la pared. Sin embargo, la
amplio, que se acumula enseguida y colapsa el pulmón afectado. El calcificación del quiste hidatídico no siempre significa que el quiste
tratamiento consiste en la toracocentesis, pero, si ocurre una sobre- haya muerto.
infección bacteriana, puede requerirse una cirugía más radical. El Los quistes hidatídicos se diagnostican en un número equivalente
absceso puede romperse a los bronquios y suele autocontenerse con el de hombres y mujeres con una media de edad próxima a los 45 años.
drenaje postural y los broncodilatadores. Excepcionalmente, los abs- Aproximadamente tres cuartas partes de los quistes se localizan en
cesos del lado izquierdo se abren al pericardio y se presentan como un el lado derecho del hígado y son solitarios. La presentación clínica
derrame pericárdico asintomático o incluso como un taponamiento. del quiste hidatídico casi siempre es asintomática, hasta que ocu-
El tratamiento consiste en la aspiración o el drenaje a través de una rren las complicaciones. Los síntomas iniciales más asiduos com-
ventana pericárdica. Otras complicaciones raras son la compresión de prenden el dolor abdominal, la dispepsia y los vómitos. El signo
la vía biliar o de la VCI por los abscesos más voluminosos, así como la más frecuente es la hepatomegalia. La ictericia y la fiebre se dan
aparición de un absceso cerebral. en un 8% de los casos, respectivamente. Se puede producir una
La mortalidad de los abscesos hepáticos amebianos es de aproxima- sobreinfección bacteriana del quiste hidatídico, con manifestaciones
damente el 5% y no parece alterarse cuando se agrega la aspiración al similares a las de un absceso piógeno. El quiste también puede
tratamiento con metronidazol ni cuando se cronifican los síntomas. abrirse a la vía biliar o al árbol bronquial o romperse libremente
Cuando se rompe un absceso, la mortalidad fluctúa desde el 6 hasta en las cavidades peritoneal, pleural o pericárdica. La rotura libre se
incluso el 50%. Los factores que se asocian de forma independiente sigue de una equinococosis diseminada o una reacción anafiláctica

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