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Taxonomias y tipos de inferencias 24. INTRODUCCION Lo revisado en el capitulo introductorio supone tan s6lo una pequefia muestra de lo que esté acon- teciendo sobre este tema, La importancia de las in- ferencias est creciendo tanto que ya ocupa buena parte del marco de investigacién de la comprension del discurso. Pero este avance tan significativo no podré materializarse en toda su amplitud si no se desarrolla un modelo teérico Io suficientemente potente como para dar cuenta de todos los procesos inferenciales que tienen lugar durante la compren- si6n, Bste avance requiere también de una taxono- mia lo més completa e integradora posible que per- mita conocer tanto las caracteristicas especificas de una inferencia particular como sus semejanzas y diferencias dentro de un mismo marco comparati- vo. En otras palabras, una aproximacién precisa al estudio de las inferencias que se desarrollan en el contexto de la lectura y la comprensién del discur- 30 requiere de una elaboracién taxonémica que des criba las inferencias dentro de un contexto lo més claro, integrador y exhaustive posible. En este capitulo describiremos 1a problemética que supone precisamente la ausencia de una taxo- nomia general. Para ello, comenzaremos por €XPO~ ner los distintos obstaculos que los investigadores tendrfan que salvar para elaborar una clasificacién de este tipo, asf como los criterios mds cominmen~ 4¢ desarrollados en las multiples clasificaciones en- contradas a lo largo de la literatura sobre este tema. Continuaremos con la descripcién de algunos ejem- © Eéiciones Pirémise JOSE A. LEON OLGA PEREZ plos concretos que se vienen desarrollando desde los afios setenta, En este punto, cabe sefialar 1a evo- lucién que se ha observado recientemente, en los aiios oventa, con motivo de mejoras en el estudio de Jas inferencias. Esta circunstancia ha permitido entender mejor los procesos cognitivos implicados en el procesamiento de inferengias, asf como cla- borar nuevas agrupaciones més ricas, completas € imegradoras. En este periodo destacan, sin duda, las propuestas de las dos posiciones teéricas clave en el estudio de las inferencias: la hipétesis mini- malista y la teoria construccionista. Dado que estas dos perspectivas ya fueron tratadas en Ja introduc- cign (véase Lesn, en este mismo volumen), aqui nos centraremos inicamente en la informacién referen- te a la clasificacién de inferencias. Concluiremos con una valoraciGn general de las clasificaciones de inferencias que se han desarrollado hasta el mo- mento, con el objeto de proponer algunas suge- rencias encaminadas a la elaboracién de taxonomias con un carécter més integrador. Estas sugerencias pasan por tener en cuenta un némero mayor de fac~ tores que provienen del texto, del lector y de la in- teracci6n entre ambos factores. 2.2. OBSTACULOS PARA LA ELABORAGION DE UNA TAXONOMIA DE INFERENCIAS GENERAL La ausencia de un marco globat donde integrar todas Jas inferencias ha desembocado en el desa~ 46 / Conocimiento y discurso rroflo de un importante ndmero de clasificaciones. En este sentido, algunos autores han optado por agrupaciones estaticas, bien definidas y con limi- tes claros (v. g.. Keefe y McDaniel, 1993; O'Brien, Schank, Myers y Rayner, 1988). En este tipo de agrupamientos predominan las taxonomias que poseen una marcada naturaleza dicotémica, es decir, aquellas clasificaciones que tnicamente po- seen dos categorias diferentes. Otros autores, en cambio, prefieren clasificaciones mas dinémicas y menos restrictivas, situando una inferencia de- terminada en un continuo en el que, segtin opere un tipo de factor u otro, fa inferencia puede ocu- par distintas posiciones (Fincher-Kiefer, 1993; Per- fetti, 1989; van den Broek, Fletcher y Risden, 1993). Si comparamos todas estas clasificaciones po- demos observar que no estén exentas de proble- mas. En aiguaas ocasiones, la nomenclatura se convierte en fuente de controversia cuando se emplean idénticas etiquetas para referirse a dis- tintas inferencias (segiin los autores y segin el dominio de donde se procede). O viceversa, en ‘otras ocasiones se proponen tipologtas que. aun- que tengan distintas denominaciones, se refieren frecuentemente al mismo grupo de inferencias. Un ejemplo claro de estos malentendidos es el de las aandforas, denominadas también inferencias refe- reneiales, inferencias puente © conectivas. que no siempre responden a las mismas caracteristicas y criterios. Pero. aunque Ia nomenclatura pueda ser tana fuente de solapamiento, los problemas depen- den, en realidad. de tres tipos de factores que pue- den ser ios causantes de su origen. a saber, los problemas derivados de la teoria, los que provie- nen de la metodologia empleada y los que nacen de los objetivos de la investigacién. A estos tres obstdculos nos vamos a referir brevemente. 2.2.1. Marco tedrico La falta de consenso sobre una taxonomfa uni- alfgencia de_un marco teérico comtin, 1 que pro- poreiona diferentes posiciones en lo que s¢ refiere 2 qué inferencias se producen y cémo, dénde y cudndo se realizan. Estas propuestas tedricas se distribuyen a fo largo de un continuo que va desde una posicién maximalista hasta una posicién mi- nimalista extrema (para una revision completa véa- se Britton y Graesser, 1996). De todas ellas, dos son las mas relevantes: In hipétesis minimalista (McKoon y Ratcliff, 1986, 1992, 1995) y la teoria construccionista (Graesser, Singer y Trabasso, 1994). Como ya hemos mencionado en Ia intro- duccién, las diferencias mas importantes entre ambas posiciones tedricas provienen de su concep cién de la comprensién y de la representacion mental (Le6n. en este mismo volumen). Estas di- ferencias provocan el planteamiento de taxonomnéas también distintas, como veremos mas adelante. 2.2.2. Metodologia Los problemas metodolégicos que dificultan la generacion de un marco integrador de Tas infe- rengias se pueden resumir en dos. Uno dé ellos alude a la diversidad de tareas en ren el estudio de la comprensidn y de las inferencias. Estas tareas aba aren ‘desde técnicas cualitativas (por ejemplo, entrevistas y protocolos verbales) hasta otras de coffe mas cuantitativo. y..objetivo (Bor ejemplo, dectsin lesica y técnica de nom brado) que requiéren de medidas tan precisas como el tiempo de reaccién’ Todas ellas son.en déTingtiva, medidas indirectas del proceso de g¢- [jesse inferencias, lo que conlleva una se- rig de Timitaciones quie’se deben tener en cuenta ala hora de interpretar los resultados (véunse Haberland!, ett éste mismo volumen: Leon y Es- cudero, en este mismo volumen). De esta mane- ra, la ausencia de un marco metodolégico comtin podria explicar, al menos parcialmente, el hecho de que a lo largo de la investigacién sobre infe- rencias se hayan detectado resultados y conclu- siones no siempre convergentes. la heterogendl 1 : io, Suele tratarse de materiales que varfan am- Pliamente, ya sea en su longitud (desde unas po- cas oraciones hasta textos completos), ea 1a forma de presentaciém (palabra a palabra, frase a frase, © Bdicwmes Piedide con ventana fija 0 mévil, etc.), en su contenido, compiejidad y estructuracién (explicita o implici- ta, bajo Und estructura causal, descriptiva, etc.) 9 enel género al que pertenecen en el caso de textos (harrattvo, expositivo, periodistico, et.)- En cuanto ala longitud, mientras que en algunos estudios se prefiere utilizar pocas frases simples, en otros, en cambio, se opta por textos completos. En este sen- tido es preciso tener en cuenta que la presentacin de textos muy cortos puede evitar, por ejemplo, la generacién de inferencias més complejas, pues éstas requieren de un mayor tiempo de procesa- miento. O'Brien y cols. (1988) sefialan a este res- pecto que una de las formas de motivar a los lec- lores para que realicen inferencias elaborativas consiste en mostrarles, precisamente, materiales que contengan més informacién de la que puede incluirse en dos frases simples. 2.2.3. Objetivos de investigacion Por tiltimo, y respecto a los objetivos que han interesado a los investigadores, también se obser- va que existe una gran diversidad. Entre ellos, resaltamos como més relevantes los siguientes: a) Determinar qué inferencias son las nece- Sarias para obtener la coherencia | tales inferencias se producen en el mismo Momento de Ta Teeture (on-line) b) ‘fdentificar qué inferencias no resultan_ne- cesarias para establecer dicha cohereacia local y si tales inferencjas se desarrollan ©) Profundizar en Tos procesos cornitivos im- plizados en ol momento en. ave $¢<6alt dos en el momento en que se realiza una inferencia. d) “Oiros objetivos ms involucrados en as- pectos parciales y concretos de Ia investi- gacién como, por ejemplo, el estudio de las relaciones entre las inferencias y los Tipos-de-meMoria inplicados (Trahasso y Magliano, 1996a), la_pertenencia de Tay “GirereMles Tiferencias a los niveles “Ge representacion mental (Fincher-Kiefer, 7996) o el uso compartido de los mismos 1 Luiciones Pirdmide Taxonomias y tipos de inferancias | 47 recursos cognitivos entre distintos tipos de inferenela (Pérez, 2002). Respecto a los tres primeros, s¢ trata de objet vos basados, casi de manera exclusiva, ¢n el estu dio del curso temporal de las inferencias. 2 2.3, CRITERIOS DE CLASIFICACION Si en el apartado anterior mencionébamos tres importantes obstdculos para una unificacién de las taxonomfas, este apartado lo dedicaremos al am- plio nimero de criterios que se derivan de estos aspectos. Fstos criterios han sido utilizados de una manera aislada 0 combinada con el objeto de agru- par las inferencias en continuas o discretas. glo- bales o especificas, distinciones que analizaremos més adelante. En este apartado se describira vemente cada uno de estos criterios de manera ai ada, Sefialamos los siguientes: a 4) Grado de probabilideed versus certera. Un primer criterio Tue el propuesto por Harris y Monaco (1978). Estos autores conside- rarom que Una inferencia puede probabilidad o de terieza sobre la informa- i eigigue se ha deducido a partir n- «do, Comio ya se ha mencio- nadaep el capitulo anterior, las inferencias Sgicas/se ejecutan fundamentalmente so- bre la aplicacién de reglas formales que permiten obtener € imo de. cer- teza (es decir, el 100 por 100). Estas infe- Tenctas Togicas pueden subdividirse, a su vez, en inferencias inductivas, deductivas yanalégicas (Kintsch, 1993). Todas ellas se construyen medianie sistemas de razo- namiento Formal independiente de dominio. nento formal in Las inferencias pendtcl por el contra- TOT in eT Conocimiento general de Tas personas, y- son d¢ natsalena-probabi Wtica, puesto que, aunque creamos qu IPO puede ser cierto, no tiene necesaria mente que ser asf. Este criteriv es el ma 48 / Conocimiento y discurse 4 \ 2 vw amplio de los que vamos a tratar en este apartado, puesto que abarca précticamente todas las inferencias posibles. Curso temporal o momento en el gue se reeled de las mnferencias proporciona una valiosa in- formacién acerca del proceso mismo de comprensi6n, permitiendo establecer dife- , Tencias entre grupos de inferencias que pongan a prueba las predicciones de las 5 a distintas posiciones tedricas. Ademis, la metodologia mas reciente empleada en la investigacin sobre inferencias suele ba- sarse en medidas de tiempo de reaccién, dando ugar a resultadus precisos sobre el tiempo que se requiere para procesar un determinado material o para acometer una tarea especifica (v. g., Calvo y Casti- Ito, 1996; Leén y Pérez, 2001; McKoon y Ratcliff, 1992), Seguin los dif un tos de vista. las eee ieee sncias s¢ pueden agru- ‘Par cn torno al momento en que se produ- m, bien sea este en el mismo mom de la Tectura (on-line) posteriorid al proceso de lectura (off-line) (Graesser Passe ae on Bs TSabre esle punto, hay au- tores que han legado a establecer un li- mite temporal entre ambas. Este Ifmite se ha fijado en torno a 750 ms en una tata de reconocimiento (McKoon y Ratcliff, 992). Buena parte de ta investigacion actual y de la discusi6n tedrica se centra en confirmar estas posiciones tedricas, tra- tando de comprobar si una determinada in- ferencia puede ser considerada on-line u off-line dependiendo de la técnica emplea- da, de los materiales seleccionados 0 del contexto en que ésta se produce. EI estu- dio de las inferencias predictivas y causa- les antecedentes es un claro ejemplo de esta situacién (Calvo y Castillo, 1996; Keefe y McDaniel, 1993; Magliano, Bag- get, Johnson y Graesser, 1993). Nimero de recursos cognitivos implicados, fuy relacionado con et anterior, este Cri- terio se basa en la cantidad de recursos que @® La direccién 5. ¢l lector debe poner en juego para realizar la inferencia. Segtin este criterio, las int mncias: igtuparse cn automdticas estraiégicas (6 elaborai e- fas se realizan de manera no consciente, apenas consumen Tecursos apenas consumen recursos cognitivas ys yse eneran en un corto espacio de Mempo. Le Some verse das, por el-contrario, requieren de la puesta en marcha de estraiegias por parte lel lector, To gue conlleva tna mayor can- je tempo como consecuencja devo Hioratiepecaniane ee oo Me. Koon y Rate. 1992). ‘oon y Raich en la gue el lector husca 0 conect forma Se los: criterios TAS WUTTZidos. Desde esta pers- pectiva, suele diferenciarse entre inferen> cjas hacia atrés 0 retroactivas ¢ inferen- igs hacia adelante-o-preactivas- Se han dEromfuado es caghiutisas Latedie™ Fi tivas (Le6n y Pérez, 2001; Jeabasso y Ma- gliano, 19964) ~as inferenciasticw Sis 0 expheativas suponen ta los ant tes-O- Q producir con anterioridad. Por e or eT cont rio, las io, ls inferencas hacia adelante pedice facia adelante predice iomctn at earl vendo en ese momento y oe las expertat Jo en ese momento y de las expectati- ¥as que genera el lector. Fee aae poneae ol eee Desde cl camp el campo) de Ta induccion causal es tradicional 1a distincion entre inferencias diagndsticas~ y predictivas (v. g., 2.» Feinéndee bla. raz, 1994; Waldmann, 2000; Waldmann y as primeras tienen ugar’ Holyoak, 199. cannds, SHCA e efecto ¥, se infiere la cau- ‘sa X, mientras que las inferencias predicti- ‘Vas consisten en dada fa Causa X inferir el / efecto Y. Necesidad de o requisito para comprender En este caso, el criterio deo aieaci6n afecta a'las necesidades de la comprensiOn, tear eke fzaciGn dela inferencia considerada contribuye decisi formacion de un modelo mental adecuado 0 Si, por ¢l fi- quecer» ese modelo mental (v. g., Just y quecern ese oo © Ediciones Pirienide A esta distincién corre: obligato- rias;"por un Tado, y las elaborativas, por Y. g.. Clark y Haviland, 1976; Reder, 1980). Entre las inferencias necesarias pura 4a_comprensién, suelen incluirse las infe- Tenctas «puente», la repeticidn de argumen- tos, las inferencias anaféricas y las antece- dentes_causales. Entre las inferencias no Agcesarias para la cOmprensién 0 elabora- tivas, se incluyen las inferencias hacia ade- Jante 0 prosctivas. las instrumentales y las -predictives. Establecimiento de la coheren Jobal. Este criteria tata de-aieTeneTa “el aietdr; ocesamiento de-cada Inferencia, -pudiendo ser éste de cardcter local o glo- ‘Sr taareencasgueconmmerse tablecimiento de la coherencia local esta- blecen_una Conexion que en CSE MOMENTS se-estd leyendor con la que se acaba de Teer, como seria el caso elas inferencias autométicas (McKoon y Ravel, 168), Probablemente, la forma mas simple de coherencia local sea la and- peg Estas tleeencias se produces cuando un pronombre o un nombre tiene que rela- cionarse con un nombre o una frase men- cionado previamente (por ejemplo, Luis fue a visitar a Pedro y éste le enseiid su casa). La comprensién de estas dos frases requiere de la inferencia puente para que «&ste» se identifique con Pedro untes que con Luis. El género (por ejemplo, Luis fue a visitar a Marta. Ella le ensefié su casa) y el ni- mero (Luis fue a visitar a los Garcia, Ellos le ensefiaron su casa) ayudan a establecer la coherencia local. Por su parte, Jas infe- encias que contribuyen a la coherencja global permiten Ta conexion_ entre partes congciinento previo del lector. Las infe-, réficias instrunientales _y predictivas son Eqemiplos de este Tipo Ge Tcrencias ia local y 9 Eanes Prramide ent ot Carpenter, 1987; O'Brien y cols., 1988). 6° 7 9. Taxonomies y tipos de interencias 1 49 Five de contenido, Otra forma de agrupar fas Tnferencias €s a través del tipo de infor- maci6n que contienen. Este criterio se pue- de entender de dos formas ditere ae in se refiera al contenido © infarmacién deta Tata de responder (Graesser, [98T)~ Aa, segiin su contenido, una inferencia puede ser Instrumental, temdtica, superordinads, de_rasgo, clinica, emocional, etc. En este sentido, podemos sefialar que hay inferen- cias que por su contenido se ajustan mejor 8 un tipo de textos que a otros (por ejem- Plo, la reaceién emocional del personaje es propia de las narraciones), En relaciGn con las preguntas, el lector puede deseacade- nar_un tipo diferente de inferencia segiin Fesponda a Ta pregunta por qué (por ejem- plo. inferencia causal antecedente y expli- cativa), 8 Ono (por ejemplo, inferencia instrumental) 0a gué ocurrird después (por ejemplo. inferencias causal consecuente y predictiva) (veaxe Leon y Escudero, en este mismo volumen). La fuente de informacion de la inferencia De jos suelen ser Tas prin: ales a las que el lector acude a fa in- formacidn que utilizaré para generar la inferencia: e] texto v i - vig del lector (Graesser, Swamer, Bagset ¥ Sell, 1996). tas primeras suelen deno- minarse inferencias busadas en.el.texto, mientras que las segundas recibei - miento, Otros autores (V. g., Trabasso y “Magiiano, 1996a) afiaden una tercera fuen- te de informacién que proviene de otras inferencias realizadus anteriormente y que reside en la MLP. Nivel de representacién o grado de codifi- cieida ow deen eile ulilizada en las taxonomias es la que se refiere al nivel de representaci6n en él que se ileva a cabo la inferencia. Desde esta perspectiva, la comprensién se asume COMO UN COMIMTD: ce pREROTeTOENGa ee eTGuE TT Taferencias en el que el nivel 50 / Conocimiento y discurso 10. de, wacion que se estf desarrollan- Coa pena creer OPS erenca que ie ne lugar en cada momen (Perfetti, 1989). ‘Esta concepcion de la comprensién y de las inferencias se basa en los modelos ini- ciales propuestos por Kintsch y van Dijk (1978; van Dijk y Kintsch, 1983). De esta manera, para algunos autores la saalifica- cidn de WeSinuctora superrcial no daria WENT a anferencias. Estas se jan riids Bren durante Ta construccion de Ta ¢s- ars proparisonal del mua a ‘eituacion,(Fincher-Kiefer, 1994). Las jn- ferencias generadas durante la construc- cidirae Ta estructura proposicronal con- yotignen el objeto de mantener la cohe- rencia local. Durgnte la constmuccion del mocelo de Ia situacidn, sin embargo. ten- jan lugar las inferentias ehrborati Estas inferencias tratan de conte} la informaciéa, permitiendo generar una imerpretaciGa cohcrente de 10 leido. Un claro ejemplo es el caso de las inferen- cias predictivas, Operaciones gue se Hevan a cabo en ta 7 1a que Ta ca- ‘trabajo. esti uede activarse 10 la snqda con el texio eanjenie. Tanto el tipo de infe- simul Fencia Como su probabilidad de ocurren- cia dependeran de ta cantidad de in- formacién que la memoria sea capaz de activar simultaneamente (van den Broek, 1990). Este punto de vista ha Hevado a algunos autores a establecer diversos cri: terios de clasificacién, describiendo una serie de relaciones explicitas entre las inferencias, las fuentes de la informacién necesarias para Hevarlas a cabo y los pro- cesos de memoria que operan en cada momento. Por ejemplo, Trabasso y Ma- elias (1996a) han juentMieado tres ope- (eciones de ly memoria funcionalmegie distintas que facititan ef acceso a Jain formacién necesaria para realizar infe- neias: a) la activacion de conocimien- SET RORIGS By Ts Eade commer ixsmemimne TIES piers Seecn estos fatores Ta activacion de} conocimiento general del lector aporta la base funda- mental para las inferencias generadas durante la comprensién. Ademés, rela- cionan cada una de estas operaciones coirtiio-de-tos ares tipos dé inférencias que proponén (expheaciones prediccio- nes y asociaciones). En primer lugar, tas eiplicaciones estar i is asociadis al mantenimiento de informacion en la me- moria de wabajo (operacién 5); en se- gundo lugar, las predicciones se rela- cioaartan mas con Ta recuperacign de ‘ATRERSIOn Goad a tepetiacin de texto en la memoria a largo plazo (ops- racidn ay. par iiltime las asaciacio- nes se corcesponde en mayor grado conta TeeueeraciSn de infor le informacion pro- ventente del conocimiento general del tector sobre el mundo (operacion a) (Wf. sé Lean y Escudero, en este mismo vo- lumen). 2.4, CLASIFICACIONES MAS REPRESENTATIVAS DE LOS ANOS SETENTA Y OCHENTA Varios fueron tos intentos pioneros a la hora de clasificar las inferencias. Autores como Frederik- sen (1975) o Kintsch (1974) ya incorporaron a sus modelos sobre el discurso escrito inferencias que sé generaban «a través de proposiciones». Ambos autores consideraron que ¢stag inferencias inter- venfan en aspectos muy relacionados con fa estruc- tura del texto, como son identificar la estructura causal 6 establécer una referencia. La estructura del jexio cra, por consiguiente, la base sobre la que ite se desarrollaban las inferencias. Muy lejos queda- ba atin la Considéracion de-tasinferencias basadas en el conocimiento del lector. Tanto Frederiksen como Kintsch consideraron que estos tipos de in- ierencias posefan una raiz idiosincriisica muy fuerte y. por ello, eran imposibles de incluir en las repre- sentaciones. Por otro lado, desde la perspectiva de las gra- miéticas dé Ta historia (v. g., Mandier y Johnson, 1977, Rumethart, 1975; Stein y Glenn, 1979) la realizacién de inferencias se conceba como un producio_snatmrals_deta-comprensién-del texto (vease Leon, 1986). Segiin esta perspectiva, el lec- tor, a medida que va procesando la historia, cons- iruye una representacién interna de la misma a tra- vés de un proceso de integracién semdntica. En este proceso. el significado y las relaciones entre Jos elementos individuales que forman el discurso se integran dentro de representaciones més globa- les. Enire los autores que s¢ interesaron por el es- uidio de las inferencias destacan Glenn (1978) y Mandler y Johnson (1977). En un estudio sobre la influencia de diversos aspectos de las historias en el recuerdo, Glenn (1978) observé que los nifios, de segundo grado (7 afios) afiadfan con frecuencia informacion propia cuando reproducian historias. Esta informacién afiadida fue clasificada por la autora dentro de dos clases de inferencias: susti- tuciones y extensiones. Las primeras consisten en aportaciones nuevas que realiza el lector para sus- tituir Ia informaci6n original del texto (supuesta- mente no recordada) y que mantienen la misma funci6n dentro de la historia que cumplfa la origi- nal. Las extensiones corresponden a afiadidos que el lector realiza con el objeto de ampliar o aclarar la informacion original, Por su parte, Mandler y Johnson (1977) propusieron otra taxonomia basa- da en los protocolos de recuerdo, distinguiendo tres clases de inferencias: adiciones enfdticas, elabo- raciones racionales y elaboraciones irrelevantes. Las adiciones enféticas se identifican con aque- ilos adjetivos y locuciones que otorgan un mayor énfasis a la proposicién correspondiente, asi como las redundancias cometidas cuando se repite la informacién bajo dos formas distintas (semejante a una paréfrasis). Las elaboraciones racionales se © EBiciones Predumide Taxonomias y tipos de inferencias / 51 corresponden con las explicaciones acerca del ‘c6mo © porqué ge un suceso. Por tiltimo, las ela- boraciones irrelevantes se corresponden con infe- rencias consideradas «incorrectas» en el sentido de que no se deducen directamente del texto. Nuevas propuestas sobre inferencias surgieron de ta mano de Ia teoria de! discurso (Kintsch y van Dijk, 1978; van Dijk, 1977). Kintsch y van Dijk asumieron que dos de sus tres macrorreglas. la generalizacidn y la construccién, eran las respon- sables de retacionar la microestructura y la ma- croestructura mediante la generacién de inferen- cias, llegando incluso a determinar diferencias entre ambas. Por ejemplo, consideraron que s6lo las in- ferencias de generalizacién eran verdaderas por definicidn. La tercera macrorregla. la macrorregla de supresién, sin embargo, no estaba implicada directamente en Ia realizaci6n de inferencias. Este aspecto ha sido revisado mds recientemente por Kintsch (1993), quien considera que la macrorre- gla de supresiéa también podria implicar un pro- ceso inferencial que en lugar de afiadir informa- cién la suprime y la abstrae, de ta misma forma que ocurre en la realizacién de un resumen. 2.44. Relevancia de fas inferencias en los procesos de comprension Par_otro lado, autores como Clark y Haviland (1976) 0 Schank 1972, 1973. 17SB) Seen. ran entre los precursores que enfati 1 iy tancia del conocimiento previo en la generacién inferencias durante el proceso de comprensién, ‘Clark_y Haviland (1976) realizaron_una curiosa clasificacién basada en. dos-ctiterios dicotémicos (errelacionados: Ja direccién en que Gene lugar el proceso de inferencia y la autorizacién (0. no) de_la inferencia por parte. del auior del texto. De esta forma, las inferencias pueden dirigirse hacia atrds, Si_conccian Ia oracidn que s¢ esta leyendo con Ja anterior, o hacia adelante, si se. 9 eX pectativas.¢ Ja informacién dada. El segi terio, 1a autorizacién de Ja inferencia, targa al autor el papel decisive.para sugeric, demandar.o autorizar_al lector la cealizacion de. na determi- nada inferencia con el fin de alcanzar un nivel de 52? Conocimiento y discurso comprensién efectivo. Este criterio, a diferencia de la direccién, parece descansar sobre un enfo- Que de corte eminentemente estructuralista (Reder, 1980). Del cruce entre ambos criterios surgen tres tipos de inferencias; inferencias hacia dirds auto- rizadas, inferencias hacia atrds no auiorizadas « inferencias hacia adelante. Las. dos primeras co- nectan la oraci6n leida con las anteriores, como Por ejemplo aquellas inferencias que sirvenjde puente enlace entre una oracion y stance te, haciendo posible la comprensign. Los epitetos y.seferencias son claros ejemplos de «puentes» 0. senlaces» entre oraciones. El terest ipo de infe- ‘Fencias, las inferencias hacia adelante, quedan exi- midas del criterio de autorizaci6n al no ser deman- dadas por el escritor. En relacién con la cantidad dé inferencias; Clark y Haviland concluyeron que elTector debe realizar ef minimo numero deinfe- rencias posible (tanto hacia atrds como hacia ade- produccién supone una ralentizacis faJectu- =giin ellos, el lector debe buscar siempre el camino mas coria para asociar o-coneciar-las-ora- ciones. Por el contrario Shay 1972 1973, 1975b) sostenfa que el lector dEb¢ realizar un gran ndmero de inferencias, especialmente hacia atras, ya que con Glo $é facilita Ia elaboracién de las condiciones suficientes para garantizar Ja comprensidn_del.tex- to. Ante este supuesto, Schank distingue entre infe- rencias que surgen como consecuencia de condi- ciones absolutamente necesarias y de condiciones razonablemente necesarias para la comprensién. De esta manera, ante la lectura de la frase Juan comen- 26 a cortar st césped, ejemplos de inferencias ab- Solutamente necesarias Serian aquellas que activa- rian el conocimiento relativo a que Juan tiene césped, 2 que Juan tiene un cortacésped o a que Juan esté Vivo. Como condiciones razonablemente necesarias tia aludirse a que no hace frfo, a que no Hueve © a que no hay nieve sobre el césped. Desde otra perspectiva, Reder (1980) postulé su modelo de elaboracidn de guiones en un im portante esfuerzo por demostrar la necesidad de generar inferencias mds elaboradas en €] curso de Ey comprensién. En este modelo se otorga al pro- aoe ee .eiiboriiee Ja relevancia que, segiin la ssponde tanto en la retencién como en la comprensién del discurso. Respecto a su cla- sificacién, Reder diferencié entre dos tipos de in- ferencias: aquellas que representan los conceptos fundamentales de un guién o esquema y las ela- ‘boraciones. Cuando el texto omite acciones 0 con- ceptos clave de un guién, el lector los genera acti- vando su propio conocimiento. Estas inferencias suelen ser muy probables y comunes 0 universa- les entre individuos pertenecientes a una mista cultura. Por el contrario, las elaboraciones son de naturaleza idiosincrdsica, variando en gran medi- da tanto su nimero como su contenido de unos Tectores a otros. En este sentido abordan descrip- ciones fisicas y rasgos psicoldgicos de los perso- najes, metas 0 intenciones del autor. En cuanto a Ta cantidad de elaboraciones que pueden realizar- se, ésta depende de multiples factores, entre los que se encuentran la experiencia previa, las carac- teristicas del material escrito, el interés det lector por la materia, el grado de comprensién del texto. el tiempo dedicado a su lectura o el nivel de con- centracién. ‘Ademds, Reder puso de manifiesto algunas im- plicaciones educativas relativas a las elabora- ciones al considerar que una via para mejorar la comprensién seria, precisamente, entrenar a los alumnos a inferir de manera automatica 1a infor- macién implicita del texto, lo que probablemente resulte necesario para comprender la informacién venidera. Consideré importante el hecho de saber de antemano ¢! nivel de conocimiento del que par- ten los estudiantes acerca de los concepios referi- dos en el texto, de tal forma que pudiesen rea- lizar las inferencias requeridas y completar asf la elaboracién de la informacién. Por ultimo, cabe sefialar que esta autora afirmaba que las inferen- cias y elaboraciones que tienen lugar durante la comprensién deberfan reflejarse en una estructure que trate de representar c6mo se almacena un tex- to en la memoria, especificdndose el mecanisme sobre cOmo y por qué se realizan tales inferencias. En otras palabras, resaltaba la necesidad de bus- ‘car un modelo tedrico sobre comprensién que fuese capaz de dar cuenta de todos los procesos inferea- © Ediciones Piréide ciales que tienen lugar durante la comprensiOn del discurso. 2.4.2. La direccionalidad de las inferencias Al igual que Schank, Just y Carpenter (1987) también concedieron un papel muy relevante a las inferencias en el proceso de la comprensién, otor- gindoles una presencia importante. Estos autores aplicaron como criterio predominante la necesidad de integrar todas las partes del texto que resulten indispensables para garantizar una correcta com- prensidn. Pero ademds de este criterio, Just y Car- penter introducen otros dos, a saber, la direccio- nalidad de la informacién a conectar y el nivel de sepresentacién que el lector debe aleanzar en fun- cién de sus objetivos (por ejemplo, una lectura superficial versus una lectura més profunda). La consideracién conjunta de todos estos criterios per- mite a Just y Carpenter aseverar que son los obje- tivos del lector los que llevan a que una inferencia se realice 0 no. De este modo, si lo tinico que pre~ tende el lector es realizar una lecturd superficial 0 répida, puede que ni siquiera alcance a desarrollar todas Jas inferencias necesarias. Sin embargo, si su objetivo es examinar hasta el titimo detatle det texto, puede necesitar de todas las inferencias po- sibles para obtener una representaci6n lo més com- Tras recopilar Just y Carpenter est eren cias: hacia atrds y hacia adelante. Las primera unen o conectan él texto leido con algtin segmenta jicen Siempre qué las metas. de comprension del lector requicran de una integra- cién completa de la informacién leida. Estas infe- FencTag_tmbiénse_ban-denominado-isfereasias puenie, integrativas y conectivas. Pot el contrario, las inferencias hacia adelante sueléfi cenriquecer> con detalles la representacién del texto, cumplien- dB asi unt propésito mids bien, estético..Pueden ge- erarse también cuando el lector irata de anticipar lo que vara oeurrir despues. En cualquier casd, se trata de inferencit s opcionales, y son.menos proha- bles que Jas inferencias hacia atrés. También se Sonocen como inferencias predictivas, extrapolati- © Ediciones Pusmide Taxonomias y tipos de inferencias | 53 vas o elaborativas. Just y Carpenter consideran este tipo de inferencias especialmente titiles en Ia Jectu- ra de textos expositivos, dado que, en estos textos, Ja construccién de un argumento requiere de una Tectura y de un proceso de comprensién muy minu- ciosos. Ademds, la comparacién de las inferencias hacia adelante generadas por uno mismo con Ia in- formacién que aparecerd a continuacién en el texto sirve para verificar que Ia informacién se ha com- prendido correctamente. De manera general, y teniendo en cuenta un criterio temporal, est6: firman-quetas inferencias hacia atrds son esenciales ata Ja co- he Jel texto, ya que se lievan a cabo durante Ja lectura de Ja palabra 0 la frase que debe relacio- wnat.las partes previas del texto, Por el contrario, ‘Jas inferencias hacia adelante se. realizan.mucho después de la lectura de! texto, cuando el lector ha_ tenido la oportunidad de re ar sobré Vas im- plicaciones de su contenido. 2.4.3. La necesidad o la contribucion a la coherencia local como criterio de comprensién También en los afios ochenta,O' Brien y cols. (198Bp>retomaron de nuevo el criterig de necesi- dad. Segiin estos autores, dos son los grandes eru- pos de inferencias: inferencias necesarias para la comprensién (por ejemplo, la repet de ar- guimentos, unaforas y relaciones causales) ¢ in ferencias elaborativas que, aunque amplfan Ja in- formacién explicita en.eLtexto, no son esenciales para la comprensién_(por ejemplo, instrumenta- Ie, hacia adelante o inferencias acerca de suce- sos predecibles). O’Brien y cols. confirmaron.em- pfricamente una mayor presencia de inferencias delprimer tipo que del segundo. Este resultado > se justifica, en el caso de las elaborativas, por- que, al no ser necesarias para la comprensién, no resulta fécil para el investigador saber en qué con- sisten (fundamentalmente debido al carécter idio- sincrésico de su contenido) o el momento exacto en el que se producen. Ante la falta de conereci6n de tan manido cri~ terio, Vonk y Noordman (1990) cuestionaron se- 54 / Conocimiento y aiscurso riamente el concepto de «necesidad» en este con- texto. Asf, estos autores se propusieron aclarar qué se considera exactamente necesario y qué resulta accesorio para la comprensién mediante una cla- sificacién basada en dos dimensiones diferentes: el grado en el que ta inferencia puede deducirse a partir de la informacion que aparece en el texto y Ta medida en que la inferencia contribuye a la re- presentacién del texto, De la combinacién de es- tas dos dimensiones surgen los cuatro tipos de in- ferencias siguiente a) Inferencias que pueden ser deducidas ne- cesariamente del texto 0 autorii das _por aTTERIG [par ejemplo, presuposiciones, vin. culaciones, implicaciones convencionales © inferencias transitivas). ias probablemente ciertas 0 no au- mbién llamadas pragmuiticas.o ias inducidas (por ejemplo, los pro- tOtipOs, Tas CaiGBorias y las relaciones cau- sales). ¢) Inferencias gue contribuyen a ia coheren- cig local (por ejemplo, Tas anatoras y algu- nas relaciones causales). b) ) Inferencias que contribuyena la elabara- cibn de ung representacion. Con esta nueva taxonomia, se puede observar que Vonk y Noordman introducen importantes cambios respecto a las clasificaciones anteriores. Al incluir la dimensién de deductibilidad a partir del texto, diferencian entre inferencias pragméri- cas (de naturaleza probabilisticay y las deducidas necesariamente a partir del texto (relativamente equivalentes a las inferencias légicas), En cuanto a la segunda de las dimensiones, Vonk y Noord- man sustituyen ef criterio de necesidad por el de la contribucién a la coherencia local con el obje- to de precisar y operativizar més este concepto. Por Ultimo, estos autores destacan el cardcter rela- tivo de la comprensién como una funcién entre ésta y ta presencia de factores propios tanto del lector como del texto. Por su parte, Swinney y Osterhout (1990) cla- sificaron las inferencias atendiendo al grado de complejidad de los procesos en ia comprensién, Gistinguiendo asf entre inferencias perceptivas ¢ inferencias cognitivas, Las inferencias perceptivas Se caracterizan por ser autométicas, obligatorias y de realizacién inmediata durante el proceso per- ceptivo del lenguaje, mientras que las inferencias Cognitivas, por el contrario, se encuentran bajo control cognitive y dependen de estrategias que emplean conocimiento general. Las andforas se- rian un claro ejemplo del primer tipo de inferen- cias, mientras que las inferencias instrumentales podrian formar parte del segundo 2.4.4./ A modo de resumen / i Zea deiresumen: En la tabla 2.1 aparecen algunas de las posicio- nes de naturaleza dicotmica descritas anteriormen- te. Segiin lo expresado en la tabla, dos parecen ser las grandes categorias 0 bloques que claramente se deducen del andlisis de todos los trabajos men- cionados y que, siguiendo a Reder (1980), deno- minaremos de manera general inferencias obliga- torias y elaboraciones. De esta manera, la primera de las categorias estaria formada por aquellas in- ferencias absolutamente necesarias para la com- prensidn, siendo retroactivas 0 hacia atrds en cuanto a la direcci6n en la que el lector busca la informa- cién para realizarlas. Ademés son inferencias que se deducen directamente desde el texto o son au- torizadas por el autor, contribuyendo asf al esta- blecimiento de la coherencia local. En cuanto al tiempo de realizacién, se trata de inferencias muy répidas, ya que tienen lugar durante las primeras fases del proceso de comprensién, Como ejemplo més consensuado de esta categoria podemos citar las andforas o inferencias referenciales. La segunda categoria hace referencia a las ela- boraciones. Se trata de inferencias que no resultan absolutamente necesarias para la comprensién del mensaje y que tienen como funcién «enriquecer» el modelo mental elaborado por el lector. Son in- ferencias proactivas o hacia adelante en el senti- do de que el lector tema de adelantar la informa- cién que aparecerd en el texto mds tarde, y se basan fundamentalmente en el conocimiento previo del lector. Por todo ello, se trata de inferencias que © Eiiciones Presmide Reder (1980) Frederiksen (1975) y Kimtsch (1974) TABLA 2.1 Taxonomias y tipos de interancias / 55 Algunas taxonomias dicotémicas de inferencia’ propuestas en la década de los aftos setenta y ochenta Obligatorias Inferencias a través de propesiciones Estructura del texto, . Por ejemplo, causalidad y referentes. Elaboraciones Idiosincrésicas y dificiles de evatuar. Kintsch y van Dijk (1978). De generalizacién De construcci6n — No necesariamente ciertas. Schank (1972, 1973, 1975b) ‘Verdaderas. Clark y Haviland >) Hx a ards) Hada atras Hacia adelante ) Autorizadas ) = [+N au! — No autorizadas. —— = — «Adomoss 0 elaboraciones. = Condiciones absolutamente necesarias — Conectan informacion. — Pocas en admero. Condiciones razonablemente necesarias Reder (1980) Obligatorias 0 necesarias — Conceptos omitidos de un guidn — Apenas diferencias individuales. Elaboraciones No necesariamente ciertas, idiosinerdsicas, opcionales. Funciones de biisqueda de co- nexiones entre oraciones. gencracién de ex- pectativas, deteccién de anomalias 0 ayuda a la retencidn (por ejemplo, eariquecimiento de descripciones 0 ta intencidn del autor) Just y Carpenter (1987) Hacia atrés 0 Puente, integrativas 0 Conectivas Necesarias para la compreasién Hacia adelante o Predictivas, extrapolativas 0 elaborativas. «Adornans la representaci6n 0 predicen to que ocurrira. O'Brien y cols. (1988) Vonk y Noordman 1990) ‘Swinney y Osterhout (1990) © Cticiones Picdmide Necesarias para a comprension Ejemplos: repeticin de argumentos, ancfé: ricas y relactones causales (antecedentes). a) Deducidas 0 autorizadas por el texto Ejemplos: presupasiciones, vinculaciones, implicaciones convencionales ¥ transitivas. Elaborativas No son necesarias para la comprensién. Ejemplos: instrumencates, hacia adelanie y predictivas. +b) Deducciones probablemente ciertas o no autorizadas por el texto” © pragmiticas (por ejemplo, prototipas, ca- tegorlas y relaciones causales). ) Contribuyen a lx coherencia local Ejemplos: andforas y algunas relaciones cau- sales. Perceptivas — Autométicas. — Obligatorias. — Durante el proceso perceptive @) Contribuyen a la elaboractén de ta re- presentacién Cognitivas — Bajo control cognitive. — Con estrategias y conocimiento generat. 56 / Conocimiento y discurso suelen generarse después de la comprensién, ya que requieren cierto tiempo para ser realiza- das. Ejemplos de este grupo son las inferencias pre- dictivas, las causales consecuentes y las instrumen- tales. Det andlisis conjunto de todas las taxonomias descritas hasta ahora se desprenden dos aspectos fundamentales a tener en cuenta. En primer lugar, Podemos observar cémo en este periodo (décadas de los setenta y Jos ochenta) existe una gran pre- ocupacién por diferenciar los procesos cognitivos implicados que resultan necesarios 0 accesorios de cara ala comprensién. En este sentido, el concep- to de necesidad cobra sna especial relevancia. sien- do el criteria que més se repite en las clasifica- ciones estudiadas (v. g., Just y Carpenter, 1987; O’Brien y cols., 1988; Reder, 1980; Schank, 1972, 1973, 1975b). A pesar de esta circunstancia, y de acuerdo con Vonk y Noordman (1990), se trata de un concepto muy poco preciso y dificilmente ma- nejable. Esta falta de concrecién u operativizacion puede ser quiz un reflejo de !a metodologia de investigacién empleada durante este periodo so- bre la comprensién del discurso. Se trata de una metodologia de corte experimental, con objetives no siempre muy definidos y precisos (necesidad para la comprensién) y basada fundamentalmente en tareas de recuerdo y reconacimiezto. Un segundo aspecto digno de mencién que se desprende de este grupo de taxonomias és la con- traposicién de dos posturas a la hora de abordar el papel de las elaboraciones en fa comprensi6n. Por un lado, encontramos autores que las consideran como parte «. tas cuales generan conexiones de informaciOn que no resultan indispensables para aleanzar la cohe- rencia local. La totalidad de estas inferencias se construyen sobre la base del conocimiento previo del lector relacionado con el contenido del texto Segin McKoon y Ratcliff hay tres tipos de infe- rencias estratégicas: semdnticas, instrumentales y predictivas. Otros aspectos que marcan diferencias entre las, categorias automdtica y estratégica hacen referen- cia al grado de codificacion de las inferencias y a TABLA 2.2 Criterios de clasificacion segiin la hipétesis minimalista propuesia por McKoon y Rarcliff (1992) ‘Criterios MeKoon y Ratelift (1992) ‘Autométicas Estratégicas ] Momento en que se producen _| Durante la lectura Posteriormente a Ia lectura Coherencia Local Global Coneiencta No Si Accesibilidad de ta informacién Maxima (texto © conocimiento previo) Baja (menor) Grado de codificacion Alto Bajo Curso temporal Menos de 750 ms Mas de 750 ms ‘Andfora. Semanticas *yene catiad es Predictivas © Ediciones Pirie 58 / Conocimiento y discurso su curso temporal medido en tiempos de reaccién en tareas de reconocimiento, En este sentido, las inferencies automdticas se deducen fécilmente a partir del texto, por lo que son codificadas con mas fuerza que las estratégicas. Las estratégicas son, por el contrario, mas vagas y menos predecibles. En relacién con el curso temporal, estos autores establecen el limite de 750 ms desde la presenta- ci6n de la oraci6n en una tarea de reconocimiento como frontera que separa una inferencia automd- tica de otra estratégica. Tal y como se expresa en fa tabla 2.2, puede observarse que McKoon y Ratcliff recurren de nuevo a una division dicot6mica. Sin embargo, a diferen- cia de otras propuestas anteriores, en ésta intervie- nen un extenso niimero de criterios, poniendo de manifiesto un importante esfuerzo integrador. En- tre todos los criterios de clasificacién recogidos en dicha tabla el més relevante es el momento en el que tiene lugar Ia inferencia, siendo el principal res- ponsable de la divisin entre las dos categorias. El segundo rasgo diferenciador hace referencia a la contribuci6n de la inferencia a la coherencia local. Estos autores concretan este criterio afirmando que la coherencia local se alcanza cuando un conjunto Ge dos o tes oraciones «tienen sentido por si solas 0 en combinacién con conocimiento general fatcil- mente accesible» (McKoon y Ratcliff, 1992. p. 444). En terver lugar, McKoon y Ratcliff tuvicron en cuen- ta el grado en el que interviene la conciencia det jector a la hora de generar la inferencia. diferen- ciando entre procesos autorniticos (y por tanto no conscientes) y procesos estratégicos que sf deman- dan de la conciencia del lector. En cuarto lugar, le concedieron importancia at grado de accesibilidad de la informacién, y no tanto a la fuente de dénde proviene (el texto 0 el conocimiento previo), ya que estos autores consideraban que la informacién pue- de permanecer disponible también en el conocimien- to previo. En cuanto at grado de codificacién, con- sideraron que éste puede ser alto, cuando el texto sugiere de forma més evidente la generacién de una inferencia, 0 bajo, cuando se trata de inferencias Mmenos precisas y més vagas. Por ultimo, y hacien- do hincapié en ¢l momento en el que se realiza la inferencia, McKoon y Ratcliff llegaron a estable- cet un Ifmite temporal a partir del cual una inferen- cia ya puede considerarse estratégica (750 ms) en una tarea de reconocimiento. Segiin todos os criterios de los que parte la pétesis minimalista, puede concluirse que inferen- Cias como las anéforas o las inferencias puente se consideran automaticas porque se realizan duran- te Ia lectura (antes de 750 ms) con el objeto de mantener la coherencia local del texto. No requie- ren de la participacién de la conciencia del lector y ponen en juego informacién que se encuentra altamente accesible o disponible bien desde el texto 0 bien desde el conocimiento previo del lector. Se trata de inferencias que se codifican altamente, pues son facilmente deducidas a partir del texto. Por el contrario, inferencias como las semanticas, las ins- trumentales o las predictivas se realizan después de la lectura (después de 750 ms) con el objeto de mantener la coherencia global del texto, requirien- do la conciencia del lector para Hevarse a cabo. ‘Ademés, cuentan con una informacién menos ac- cesible y su grado de codificacin es més bajo. 2.5.2, La teoria construccionista y otras propuestas alternativas Como reaccidn a la hipétesis minimalista, y desde una concepcion ms epnsrivisa dela compen én, Graesser (4) profonen una nueva GAT Téitcada en el estudio de las in- ferencias que se ha denominado teorfa construccio- nista, Desde este enfaque, estos autores trataron de predecir que inferencias tienen lugar durante el pto- ceso de lectura (on-line) y cudles se realizan con posterioridad (offline), A diferencia de la hipétesis minimalista, la teorfa construccionista predice, ade- mds de las ya citadas por los minimalistas, tres cla- ses de inferencias que se realizan durante la lectu- ra: las metas superordinadas de los personajes que motivan las acciones presentes en el texto, las infe- rencias causales antecedentes, que explican el por. qué de una accién, un suceso 0 estado menciona- dos en el texto, y las inferencias tematicas globales, que son aquellas que integran o resumen el signifi. cado del mensaje. Por otro lado, esta teoria predice que las inferencias elaborativas. pragméticas y ex. © Ediciones Pirdonige plicativas. como por ejemplo las inferencias causa- les consecuentes, las inferencias predictivas, las instrumemiales 0 las meta subordinada-accién, for- marian parte det grupo de inferencias que se reali- zan después de la comprensign del material. Se tra- tade inferencias que no son necesarias para construir una explicacién coherente del contenido explicito en la narraci6n, por lo que poseen una probabilidad muy baja de generarse on-line. Enxiste cierta evidencia empirica del procesamien- to on-line de inferencias relacionadas con metas superordinadas (Long y Golding, 1993; Long, Gol- ding y Graesser, 1992). En sus trabajos, estos auto- res diferenciaron entre dos tipos de inferencias: ‘melas superordinadas y metas subordinadas. Las primeras describen el objetivo que el personaje de- sea alcanzar mediante una acciGn intencionada. Por el contrario, tas metas subordinadas describen el medio que el personaje empleard para llevar a cabo esa accién. Por ejemplo, si consideramos la accién El dragon secuestré a las tres hijas, en la famosa historia de «El zac y sus hijas», la meta superordi- nada especificaria lo que ef dragén queria conse- guir al secuestrar a las hijas, como por ejemplo el dragén queria comerse a las hijas det zar, En cuanto a la meta subordinada, un ejemplo podria ser el dra- gon secuesiré a las hijas Hevdindoselas con sus ga~ ras. Los datos obtenides mediante diversas tareas experimentales (por ejemplo, preguntas-respuestas y decisién léxica) confirmaron que s6lo las inferen- cias superordinadas son susceptibles de codificarse durante el proceso de lectura como parte de la re- presentacidn del texto. Todas estas clasificaciones, desarrolladas en los. afios noventa ¢ interesadas en analizar el momen- to en el que tienen lugar las inferencias, convi- ven con otras ancladas en criterios que provienen de las décadas precedentes (véase tabla 2.3). Una de estas propuestas es fa realizada por Keefe y McDaniel (1993), quienes agruparon las infe- rencias en dos categorias siguiendo el criterio de coherencia textual: inferencias necesarias para mamener ta coherencia (ya sea ésta referencial 0 causal), de carécter automftico, y las que no se requieren para establecer fa coherencia del tex- to, Estas Gltimas incluyen las instrumentalés, que © Ediciones Pirimide Jaxonomias y tips de interencias | 59 pico relacionado con un instrumento ti ee ir martillo para clavar un verbo (por ejeniplo, inferi a clave) is ceménticas, que aftaden formas de sig: nificado a un coneepto (por ejemplo, enfatirancie redondo para un tomate en fa chica hizo rodar Wt tomate), y las inferencias predictivas, au = ie ran informacién acerca del resultado posible de un crito. ; Sees antares insistieron en otco de 10s crite ros de clasificacién clisicos, la direccion de las inferencias (v. g., Murray, Klin y Myers. 1993), empleando de nuevo 1a distincién entre inferen- cias hacia atrds y hacia adelante. Mientras que Jas inferencias hacia atrés se requieren para conec- tar la frase que se est leyendo con el texto proce- sado anteriormente y sé realizan siempre que se lee un texto, las inferencias hacia adelante o pre- dictivas mueven conocimientos sobre sucesos probables que pueden confirmarse en las oracio- nes posteriores. Segiin estos autores, estas inferen- cias no suelen realizarse salvo excepciones, como en el caso de que se rompa la coherencia causal y/ el hecho de que lo lefdo sea extremadamente pre- visible o predecible, En la tabla 2.3 se resumen algunas de estas categorizaciones Hevadas a cabo en la década de los noventa A pesar de incluir perspectivas tedricas opues- tas, como es el caso de la hipétesis minimalista y la teorfa construccionista, a la vista de este cua- dro, podemos concluir que buena parte de las inferencias se agrupan en torno a dos categorias consensuadas por la mayor parte de los autores. Por ejemplo, las inferencias referenciales o las and- foras pertenecen claramente a la categorfa de las inferencias obligatorias, automaticas u on-line, mientras que las inferencias instrumentales, las predictivas 0 las consecuentes causales son, para la mayor parte de los autores, inferencias elabora- tivas, estratégicas u off-line. Existen, sin embar- 0, otras inferencias, Como las metas superordina- das o las causales: a psconnias a intecedentes, que se situarian en ee u otra segiin la perspectiva tedri- ca. Asi, mientras que la hipétesis minimalista las etiquetarfa de estratépicas, para la teoria construc- cionista se trataria de inferenci i las que ti durante ta comprensi6n. al 60 / Gonocimiento y oiscurso TABLA 2.3 Algunas taxonomlas dicotémicas propuestas en la década de los noventa Reder 1980) |, “Obtigatorias, (1992, 1995), — Coberencia local. Hip6tesis minimalista Elaboraciones Till y cols. (1988) | (Sin etiqueta) Elaborativas — Antes de los 500 ms. Antes del proceso | — Después de 500 ms. Durante el proceso de elaboracién. de elaboracién. McKoon y Ratclitt | Autométicas Estratégicas — Extraordinariamente répidas (< 750 ms). — Proceso més largo (> 750 ms). — No esenciales para la coherencia local. — Facil acceso. | Ejemplos: referenciales, puente y causales | Ejemplos: semduticos, instrumentales y ceu- entecedenies, sales consecuentes. Graesser y cols. On-tine Off-tine (1994). Teoria — Durante ta lectura, — Después de Ia leetura construceionista — Comtribuyen a la coherencia local y | — Elaborativas. global, — Pragmiticas. Ejemplos: Metas superordinadas y teméticas. — Explicativas. Ejemplos: Causales consecuentes, predic- tivas, instrumentales ¥ meta subordinada- accién, Keefe y McDaniel (1993) — Necesarias. — Durante la lectura. ‘Requeridas para la coherencia textual Elaborativas — No necesatias para la coherencia. Ejemplos: Instrumeniates, semdnticas y pre- dictivas Murray, Klin y Myers 4993) Hacia atris — Se realizan siempre. — Conectan con el texto previo, Hacia adelante o predictivas — Sobre lo que probablemente ocurriré en el texto. — No se realizan salvo si se rompe la cohe- herencia causal o es muy predecible. 2.6. CLASIFICACIONES GENERALES MAS. INTEGRADORAS A pesar de que la concepcién dicotémica de la categorizacién de inferencias ha sido, sin duda, la mas hegeménica, existen otras opciones muy se- tias y sugerentes que, aun retomando criterios tra- dicionales, alcanzan una mayor precisién y rique- za. Unade las més completas, desde nuestro punto devista, es la defendida por-van.den Broek-y-cols. (1993; van den Broek, 1994), * 2.6.1. Retomando e integrando criterios Partiendo de una concepcién construccionista, van.den Broek y cols. (1993).acuden_a_la.direc- cidn que el lector sigue para establecer Jas conexio- es como criterio principal de agrupaci6n. De esta forma, estos autores dividen las inferer tro categorias que aparecen_ modelo de !a figura 2.1 y que son las siguiente: ipferencias hacia atrds, inferencias-hacia adelan- fe, elaboraciones ortogonales € inferencias aso- © Edicioies Pirtmise Taxonomias y tipos de inferencias { 61 Inferencia basads principalmente ~O entarepresemacién del texto gry, Inferencia basads principalmente nel conocimiento previo Hacia strés {antecedent causal anéfora) Conocimiento previo Elaboraciones hacia adelante. Hacia adelante (onseeuente esusal, mantenimiente de un suceso, catéfora) Figura 2.1.—Un modelo del proceso de generacién de inferencias durante la lectura (van den Brock, 1994). Siativas. De cada uno de los grupos de inferencias podemos decir que: 1. Las inferencias hacia.atrés se. subglividen, a su Vez, en inferencias conectivas, reactiva-_ ciones y elaboraciones hacia atrds, seg a distancia de la conexién entre las proposi- ciones implicadas. Las inferencias conecti- vas enlazan Ja informacién que se esté leyen- 0 Con informacion procesada recientemente “Gla que ain se estd atendiendo o que se en- euentra en la memoria de trabajo); [as reacti- vaciones conectan Jo que se esté leyendo con informacién que se encuentra en Ia memoria alargo plazo, y las elaboraciones hacia atras son las que establecen la conexién con el co- nocimiento previo del lector. — © Ediciones Pirdmide Las inferencias hacia adelante predicen in- formacién_que atin no ha aparecido enel texto, anticipando la ocurrencia de hechos © indicando ta futura relevancia de Ja in- formaci6n que se esté leyendo.en.ese.mo- mento, Las elaboraciones ortogonales activan in- formacion que viene dada por (0 coexiste con) la informacién de la oracin que se (por ejemplo, informacién visual 0 e5- pacial que esté relacionada). Las inferencias ssoriaiies Si aquellas que selee Supuestamente nediante, mecanismos dg propagacidn en un marco asociacionis- e activaci6r esta- blecidos. 62 / Conocimienta y discurso Al analizar en detalle esta clasificacién, se pue- de observar que no se basa tinicamente en Ia direc- cién en fa que se establecen las relaciones, sino que, ademas, combina este criterio con la fuente de don- de proviene la informacién que emplea el lector para realizar la inferencia. Conviene sefialar que estas categorfas no son independientes del todo, ya que las fuentes de la informacién pueden interactuar entre si. Ademds, yan den, K 1993; - van den Broek y cols(1993) plan tape iain de nein a tipo.de TelaciGi © contenido de la relacién) qug- conecta-los,sucesos,_estadlos-o_ heches individuales dei texto. Segiin este criterio, las inferencias pue- den ser anafGricas, causales, instrumentales-¥ te nidticas. Las relaciones anaféricas proporcionan Fdentidad, estableciendo que Ta persona u objeto en Urerctdestre Tr aTaa ve TAU BT oo Os. ‘as rélaciones causales establecen que un suceso cjesoritg bir Uy CTRUauTN devermTnaOs PCIE SE a caiisi dé otro Suceso. Una al también puede Cofieclar sucesos en ‘anteceden- tes qué no se mencionaa, pero que es muy posible. que se ailadan desde el conocimiento previo del lec- tor. Del mismo modo, las inferencias instrumenta- les activan herr ‘ométodos que se emplean_ en los sucesos descritos en el texto. Por ultimo, las interencias tematicas reflejan ta moraleja o la esen- ia del signifiexao Blobal del texto. Es preciso se- falar que esta Clasificacion, al igual que otras mu~ chas, se ha disefiado sabre la base de investigaciones con textos narrativos simples. lacion 2.6.2, Nivel de representacién y tipos de conocimiento Durante los tltimos afios, han ido emergiendo otras clasificaciones igualmente sugerentes que se han concentrado en identificar las inferencias se- gain el nivel de representacién en el que tienen lu- gar o segun él tipo de conocimientos en los que se basan. Autores como Perfetti (1989) identifican el proceso de comprensién con un continuo de pro- cesos inferenciales que tienen lugar a través de los diferentes niveles de representaci6n en el lector. Seguin este autor, la diferencia entre el significado del texto (determinado por su estructura proposi- cional) y Ja interpretacién del texto (determinada por el modelo de la situacién) se encuentra, preci: samente, en la riqueza de inferencias que se gene- ran. De esta forma, aunque la estructura proposi- cional del texto sea lingiifsticamente fértil, es, sin embargo, escasa en inferenvias, como escasa es también la participacién de informacién que pro- cede del fondo de conocimientos del lector. El modelo de Ia situacién es, en cambio, lingiifstica- mente pobre, pero abundante en numero y tipo de inferencias, asf como en el uso que se hace det conocimiento general que posec el lector. En esta linea incide también la clasificacién de Fincher-Kiefer (1994). Esta autora desarrolla una taxonomia cualitativamente distinta a las des- critas hasta el momento, ya que alude, mas que a una estructura dicotémica, a un continuo en el que las inferencias van surgiendo siguiendo un mo- delo de representacién multinivel. Asf, desde su punto de vista, las inferencias que se realizan guardan relacién con cada uno de los niveles de procesamiento: la estructura superficial, la pro- posicional y el modelo de la situacién. Durante la codificacién de la estructura superficial del texto no se generan inferencias, mientras que la construccién de Ja estructura proposicional im- plica un procesamiento inferencial limitado. Es en este nivel de procesamiento donde se generan las inferencias automaticas, destinadas a mante- ner la coherencia local mediante asociaciones entre conceptos. Finalmente, durante la construc- cién det modelo de la situacién es cuando se pro- ducen las inferencias elaberativas, como serfa el caso de las inferencias predictivas. Ya que el modelo de la situacién suponc una interpretaci6n del texto, la produccién de predicciones facilita- rfa el procesamiento del texto posterior, durante el cual se confirmarian o anularian tales predic- ciones. El resultado final se traducirfa en una mayor eficiencia del procesamicnto, puesto que no requerirfa la adicién de ms proposiciones a la estructura proposicional del texto, consumien- do asi menos recursos. Esto es consistente con una visién estratégica de la comprensi6n. Un criterio mucho menos corriente que lds an- teriores es el que atiende al tipo de conocimiento © Ediciones Pirkmide previo en el que se basa la inferencia (Wine, Gra- ham y Prock, 1993). Para Wine y cols. el conoci- miento sobre el que se sustentan las inferencias puede ser declarative 0 procedimental. A las in- ferencias que dependen del conocimiento declara- tivo, formado principalmente por esquemas, se les denomina inferencias de especificacion (McNama- ni, Miller y Bransford, 1991) 0 inferencias busa- das en el esquema (Whitney, 1987). Por el contra- rio, cuando ¢l conocimiento en el que se basan las, inferencias es un métedo para operar en la infor- macién representada efi el texto, nos encontramos ante inferencias basadas en el texto. Los lectores menos capaces suelen toparse con dificultades paca desarrollar inferencias basadas en el texto, al ca- recer normaimente de un conocimiento procedi- mental suficiente. El tipo de conocimiento previo en el que se basa la inferencia tiene, por ast decirto, otra acepcién, que implica la procedencia de dicho conocimien- to, Autores como Graesser y cols. (1996) conside- raron que las inferencias son susceptibles de agru- parse en torno al tipo de conccimiento sobre el que se sustentan, bien sobre la estructura del texto (muy restringide y pobre). bien sobre el conocimiento del lector (muy rico y amplio). De tal manera que las inferencias basudas en el conocimiento pue- den ubarcar un amplio campo de conocimientos que incluye el escenario de una accién, las pro- piedades de los objetos, los rasgos de los persona- jes, Sus conocimientos y sus creencias, las reac- ciones emocionales del lector, etc. Estas inferencias se construyen cuando las estructuras de conoci- miento de la MLP se incorporan a la representa- cién del significado del texto. Esta representacion se nutre tanto de la base del texto como de! mode- lo de Ja situacién (v. g.. Garnham y Oakhill, 1996, Johnson-Laird, 1983; Kintsch, 1988; van Dijk y Kintsch, 1983). La base del texto contiene propo- siciones del texto explicitas y un pequefio niimero de inferencias que otorgan coherencia seméntica local a las proposiciones. El modelo de la situa cién se interpreta como una representacién men- lal sobre los personajes, escenarios, act las y sucesos que se mencionan explicitamente en el texto o son sugeridos implicitamente por él. Estas © Biiciones Pictmige Taxonomies y tipos de interencias ! 63 estructuras de conocimiento previo incluyen tanto paquetes genérieos de conocimiento acerca del mundo y de las acciones humanas (guiones, este- reotipos, marcos o esquemas) como represemtacio- nes especificas acerca de una experiencia previa o de una parte del texto ya comprendido. 2.7. VALORACION DE LAS TAXONOMIAS ACTUALES Una sensacién que genera el estudio de las taxo- nomfas de inferencias es el grado, quizd excesi~ vo, de ambigiledad con el que se suelen definir gran parte de ellas, especialmente aquellas mas elabo- radas 0 més estratégicas. Esta ambigiiedad dificul- ta, segdn nuestro punto de vista, la identificacién de miltiples inferencias enmarcadas en contextos con cierto grado de especificidad. Un claro ejem- plo lo constituye el contexto social 0 el contexto médico, en los que se ubican las inferencias de rasgo y las inferencias clinicas, respectivamente. Sin embargo, encontramos criterios originales y sugerentes que han tenido en cuenta otros factores tan importantes como'los sefialados en los traba- jos tradicionales. Por ejemplo, cabe destacar aque- Mos que han otorgade un valor al nivel de repre- sentacién mental, a la continuidad en la direccién © a los tipos de conocimiento (declarativo, proce- imental). Estos trabajos ofrecen, sin duda, nue- vos campos que se deberian ubordar con mayor profundidad en el future. En general, en nuestra opinién, cxisten tres limitaciones importantes que deberian superarse en el estudio de inferencias, las cuales sefialamos a continuacién, Una de Jas limitaciones se refiere a la metodo- logia en el estudio de las inferencias. La aporta- ci6n de los estudiosos del tema en los aflos setenta marcé de manera decisiva las taxonomias que si- guen sustentando hoy en dia las actuales. Un cam- bio sustancial que se ha producido ha sido el es- pectacular avance metodolégico que, sin duda, ha permitido avanzar en el estudio y clasificacién de las inferencias. Esta busqueda de nuevas férmulas metodoldgicas mds precisas probablemente fue ocasionada por problemas propios de las medidas 64 / Conocimiento y discursa de memoria que interferfan o facilitaban per se la generacién de una inferencia. Esta circunstancia ha ocasionado que actualmente sean numerosos y variados los métodos de investigaci6n en esta érea de los que se dispone. Fruto de esta diversidad Son los resultados que se obtienen del estudio so- bre una misma inferencia que pueden resultar di- vergentes al aplicar distintos paradigmas metodo- J6gicos (Keenan, Potts, Golding y Jennings, 1990), Hechos como éste deberian Hevamos a reflexio- nar sobre la forma en la que debemos plantear una taxonomfa determinada, considerando las caracte- risticas especfficas de los diferentes métodos an- tes de sacar conciusiones definitivas (véase Ha- berlandt. en este mismo volumen). Una segunda limitacién de las teorfas 0 de las taxonomfas propuestas hace alusién a su cardcter restrictivo o dicotémico. La divisién entre auto- mAticofestratégico u on-line/off-line constituye dos claros ejemplos. Como alternativa a esta li- mitacién, cabe plantearse una distribucién a lo largo de un continuo, una continuidad probabi- listica entre los diferentes tipos de inferencias clasificadas por Jos distintos modelos y teorias en funcidn de los miiltiples factores que inciden en su desarrollo. Gutiérrez-Calvo (1999) mencio- na algunos de estos factores clasificéndolos en dos grupos seguin su procedencia: los que provie- nen del texto y aquellos que provienen dei lec- tor. Entre los factores del texto, este autor desia- ca la implicacién del propio texto (causalidad, secuencialidad temporal, proximidad espacial, asociacin seméantica, pragmética, etc.), asi como Ja importancia de la informaci6n en su estructura jerdrquica y la distancia en él. Por otro lado, en- tre las caracteristicas del lector, este autor men- ciona el conocimiento previo o Ia capacidad de la memoria operativa (Estévez y Calvo, 2000). Ademis de lo expuesto, nosotros afiadirfamos dos factores més: la motivaci6n y las expectativas del lector a la hora de enfrentarse al texto por un lado y al género del texto por otro. Varios estudios han aportado evidencia de Ia influencia de algunos de estos factores en la realizacién de inferencias: el conocimiento previo (v. g., Fincher-Kiefer, 1992; Leén y Pérez, 2001; Pérez, 2002), el tipo de tex- to (v. g., Ledn, van den Broek y Escudero, 1998; Millis y Graesser, 1994) 0 las expectativas del lector (por ejemplo, Zwaan, 1994). Si bien es cier- to que algunos de estos factores que determinan la activacién de una inferencia si se han conside- rado en muchas de las clasificaciones (por ejem- plo, aspectos relacionados con la coherencia del texto), existen otros que, a pesar de ser igualmente importantes, atin no se incluyen de una forma adecuada, como son el conocimiento previo o el contexto en el que tiene lugar Ja inferencia. Enfocado de esta manera, una inferencia que puede activarse en una tarea durante e} proceso de comprensién puede no ser tan imprescindible en otra situaci6n similar. El continuo puede ex- plicarse también desde la perspectiva teérica de que una inferencia puede ser codificada en cierto grado antes que en un todo o nada, tal y como lo avalan muchos de los modelos construccionistas (v. g.. Kintsch, 1988; Sharkey y Sharkey, 1992). El grado con el que una inferencia es codificada depende del fortalecimiento o atenuacién de la informacién que esta recibiendo. De esta mane- ra, cuando se afirma que una clase de inferencia es generada durante la comprension, se est afir- mando que posce un fortalecimiento mayor o una probabilidad més alta de generarse que otras in- ferencias consideradas con posterioridad a la lec- tura y a la comprensién. Una dltima limitaci6n que puede sumarse a la anterior tiene que ver con el contexto en el cual las inferencias han sido estudiadas. Tradicional- mente, éste ha sido el narrative. En contraste con jas narraciones, los textos expositivos se encuen- tran menos contextualizados, ya que, como es sa- bido, estos materiales se escriben para informar al lector acerca de nuevos conceptos, realidades ge- néricas y materiales técnicos. El lector no suele tener un conacimiento previo muy amplio acerca de los temas que se tratan en ellos y, por este mo- tivo, generan muy pocas inferencias durante la comprensi6n. La dificultad del estudio de este tipo de textos se acentéa por la poca aplicabilidad de las taxonomfas realizadas, demasiado dependien- tes de la estructura narrativa. Actualmente se es- tdn Ievando a cabo estudios para confirmar si bue- © Ediciones Pisimide na parte de lo estudiado en el dmbito narrativo es aplicable a otros mbitos. Asi, por ejemplo, en dis- ciplinas como la medicina o la psicologfa la reso- Incidn de un problema (es decir, la elaboracién de un diagnéstico) también parece depender de Ia comprensién ¢ integraci6n de los sintomas descri- tos por el paciente; ya que el andlisis ¢ interpreta- cién del problema en estos campos requiere de la construccién de bloques de conocimiento en la memoria del terapeuta necesarios para establecer En este capitulo hemos considerado la proble- matica que supone la ausencia de una taxonomia general y consensuada sobre inferencias para abor- dar con garantfas su estudio, tal y como se descri- be en Ja literatura de la psicologia del discurso. Hemos aludido varias de las posibles circunstan- cias que pudieran haber obstaculizado esta clasi- ficacién, tales como la inexistencia de un marco teérico comin, la carencia de una metodologia directa 0 la ausencia de un tnico objetivo de in- vestigacién. En este capitulo hemos revisado al- gunas de las clasificaciones mas representativas de la psicologia del discurso dentro de su contexto histérico y cémo una serie de hitos pueden haber pesado en la eleccién de unos criterios frente a otros. Asi, en esta revisién hemos podido compro- bar que, en un primer momento, las clasificacio- nes se basaban en criterios difusos (v. g., necesi- dad para la comprension) y restrictivos. Mas tarde, fos autores fueron adoptando criterios més concre- tos como el curso temporal de las inferencias gra- cias a los avances tecnolégicos que se introduje- Ton en el ambito experimental hasta llegar a la diversidad de las taxonomias actuales. A pesar de todas las dificultades posibles se hace necesario, tanto por razones (eéricas como meto- dolégicas, disponer de una clasificacién general de inferencias, La propuesta que se articula en este capitulo sugiere desarrollar una serie de pasos que eben tenerse en cuenta a la hora de poner en mar- ‘Ren tenerse en cuenta a la hora de poner en me © Ediciones Pirémide Taxonomias y tipos de inferencias / 65. tun diagnéstico correcto (Patel y Groen, 1986; Pa- tel, Groen y Frederiksen, 1986). De esta forma, los procesos de comprensién y de inferencias es- tén también implicados en la realizaci6n de un diag- néstico, siendo éste en ditima instancia un pro- ceso de categorizacién a partir de un cuadro dé conductas, verbalizaciones y sintomas mostrados por un paciente (Leén y Pérez, 2001; Leén, Pérez, Ferndndez-Llorente y L6pez-Gironés, en este mis- mo volumen, Pérez, 2002). cha cualquier investigacién sobre inferencias. Con- sideramos Tos tre ae siguientes: Pee El primero consisté err elaborar una definicién lo mas precisa y exacta posible de Ja inferencia que serd objeto de estudio. No es suficiente iden-~ tificar una inferencia mediante una etiqueta sin — més, como por ejemplo explicativa, elaborativa 0 ~ necesaria. Segin hemos observado en este capitu- lo, en muchos casos este tipo de etiquetas no su- pone una descripcién exhaustiva del proceso, sino més bien un nombre que puede interpretarse de distinta manera segin la perspectiva te6rica que se adopte. Por ello, consideramos que Ja defini- cién de una inferencia debe incluir una serie de criterios que ofrezcan a priori informacién concreta y precisa sobre el tipo de proceso que queremos estudiar. En este sentido, pensamos que podrian resultar Gtiles los términos que hacen referencia a la direccién del proceso (v. g., hacia adelante y hacia atrés) o al contenido mismo de la inferencia (Vv. g., causales o instrumentales). Otros criterios més difusos 0 peor definidos como, por ejemplo, la necesidad para la comprensi6n o la autorizacién por parte del autor, deberfan, en nuestra opinién, ser desechados en esta definicién inicial, Una vez definida la inferencia 0 el proceso que queremos estudiar, otro paso indispensable es de- finir de la forma més exhaustiva posible ta situacién en la que va a tener lugar la investigacién. En esta fase se debe tener en cuenta ¢l mayor mimero de 66 / Congcimiento y discurso factores que pueden estar influyendo en los pro- cesos de lectura y comprensién. Entre estos factores figuran aspectos del lector como son su conoci- miento previo o la capacidad de su memoria ope- rativa o bien aspectos del texto como son su género ‘© su contenido. Un estudio mas sistematico de la influencia de estos factores nos permitiria ir eva- luando su importancia dentro del proceso de com- Prensi6n y realizacién de inferencias. Ademés, el hecho de controlar estas variables permitiria com- parar los datos obtenidos en diferentes estudios por diferentes autores. . El tercer paso tiene lugar en la fase experimen- tal propiamente dicha. Esta fase comprende la de- finicién de unos objetivos y una serie de hipétesis en relacién a la inferencia y la situacién conereta del objeto de estudio. Como es sabido, un objeti- vo muy frecuente en este tipo de investigaciones suele orientarse a desvelar el curso temporal o el momento en el que se realiza una determinada in- ferencia. De esta manera, el curso temporal, mds que un criterio capaz de definir una inferencia a priori, se convierte en un indice fundamental don- de establecer comprobaciones de las distintas posiciones te6ricas sobre cémo se producen las inferencias. Este criterio puede servir, ademas, para deducir otros aspectos te6ricos fundamenta- les como es, por ejemplo, el nivel representacio~ nal en el.que se desarrolla la inferencia. En esta linea existen aproximaciones muy sugerentes como la ya comentada de Till y cols. (1988). necesidad de emplear varios tipos de metodologia adoptando paradigmas integradores como es el caso del método de tres puntas (para més informacién véase Leon y Escudero, en este mismo volumen). Sélo de esta manera pueden alcanzarse resultados lo suficientemente validos como para poner a prue- ba las predieciones de las teorfas sobre inferencias y los modelos més generales de comprensién, Pen- samos que gran parte de las investigaciones sobre inferencias comienzan directamente en la tercera fase, y es por ello por lo que luego resulta tan difi- cil conciliar los resultados obtenidos en todas elias. Si los autores dedicaran un mayor esfuerzo ala iden- tificaci6n de las variables intervinientes en la situa- cidn experimental, el resultado de muchas investi- gaciones podrfa ayudar a elaborar esa clasificacién de inferencias general, capaz de englobar una serie de criterios bien definidos que nos permitiera po- ner a prueba las diversas teorias sobre inferencias y, en dltima estancia, los modelos de comprensién, En este punto no seria justo ser pesimistas pues recientemente han sido varios los intentos por estu- diar de manera sistemAtica algunos de los factores intervinientes en el proceso de comprensién. Pén- samos que éste podria ser un buen comienzo en un camino repleto de obstéculos terminolégicos cuya meta iiltima es el consenso. Un consenso impres- cindible en cualquier disciplina cientifica y que, en nuestro caso, pasaria necesariamente por el desa- rrollo de una taxonomia general de inferencias. Pero en esta fase no debemos dejar de lado la | © Euliciones Pirdmide

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