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Zoologicos y Derecho Animal
Zoologicos y Derecho Animal
Índice:
-Que es un zoo?__________________________Pagina
-Un poco de historia...______________________Pagina
-Zoo porteño_____________________________Pagina
-El holograma como futuro__________________Pagina
-Conclusiones____________________________Pagina
-Bibliografía______________________________Pagina
Que es un zoologico?
El rey Nezahualcóyotl fue el creador del primer jardín botánico y el primer zoológico
de América en Tezcutzingo, un pequeño cerro al Oriente del reino de Texcoco, allí
tenía animales de la región y de otras latitudes, tanto salvajes como domésticos.
Cuando llegaron los españoles, pensaron que había tesoros escondidos de oro y
plata e hicieron múltiples excavaciones, destruyendo el lugar.
Los zoológicos modernos en Europa comienza con lo que fue la Casa Imperial de
Fieras en Viena, en 1752 y se abrió al público trece años después, en 1765, y en
Francia luego de la Revolución Francesa, se decretó que el antiguo jardín del rey en
París, conocido como Le Jardin des Plantes, estuviera abierto al público.
Esa es una parte de la historia, aún falta la otra parte que no se muestra mucho por
ser una vergüenza para el hombre “moderno” del siglo XIX y XX. Desde 1874, y
tomando Alemania la delantera gracias al comerciante de animales Carl Hagenbeck
, artífice de un espectáculo donde además de fieras enjauladas, se mostraban
individuos de pueblos considerados “exóticos”, todo esto en momentos en que en
Berlín se daba el reparto de África, sus tierras, riquezas y su gente.
Entre 1877 y 1912 se realizaron unas treinta exposiciones de este tipo en el Jardín
Zoológico de Aclimatación de París, donde la afluencia de público fue masiva y
regular, al extremo de que el primer año recibió un millón de visitas.Completando la
idea de grandeza imperial, también se celebraron cuatro exposiciones coloniales, en
1907 y 1931 en la capital, y en Marsella en 1906 y 1922 y finalmente, aparecieron
las compañías itinerantes y los “pueblos de negros”, estos últimos en el marco de
las exposiciones, como la citada de 1889.
ZOO PORTEÑO
Pero poco antes en septiembre de ese año, Eduardo Wilde, ministro del Interior del
Pte. Juarez Celman, citó a su despacho al dr. Eduardo Holmberg para conocer al
hombre que según había oído, podía serle muy útil al gobierno, considerando sus
indudables méritos como hombre de ciencia. Holmberg, era descendiente de una
familia austriaca que heredó la pasión de su abuelo y su padre por las ciencias
naturales.
En 1893 editó el primer número de la “Revista del Jardín Zoológico de Buenos Aires,
publicación que fue muy reconocida en el círculo del periodismo científico de la
época. En ella escribieron Florentino Ameghino, Carlos Spegazzini, Juan
Ambrosetti,, entre otros.
Cuando en 1903 Holmberg falleció, asumió la dirección del Zoológico Clemente
Onelli, un naturalista entusiasta que siguió la línea de trabajo trazada por Holmberg
hasta que se jubiló en 1924, habiendo logrado poner al Zoológico de Buenos Aires,
entre los más completos por la cantidad de animales que allí vivían, el mejor trazado
y la mejor arquitectura y reproducción de los “hábitats” de América. Onelli venía de
familia aristocrática, hasta que vinieron a la Argentina. Cuando recibió la propuesta
para dirigir el Zoo, cuentan los medios de la época, aceptó de forma rutilante. Y las
anécdotas de su periodo van desde visitas de personalidades europeas, hasta que
llevo caminando un ejemplar de jirafa desde el puerto de Buenos Aires hasta
Palermo, ya que por su tamaño no cabía en el transporte. También tuvo diferencias
con Juan Albarracin, sobrino de Domingo Faustino Sarmiento e historico
proteccionista presidente de la SAPA (Sociedad Argentina Protectora de Animales).
El tercer Director fue el Dr. Adolfo Holmberg, sobrino nieto del primer Director, don
Eduardo Holmberg, Asumió en 1924 y quizás sea éste, el último que puede ser
considerado de carrera hasta 1930, Cuando asumió su cargo, la colección
zoológica del Parque, estaba integrada por 650 animales, pertenecientes a 53
especies. Su empeño, junto con el del sucesor del Intendente Crespo, el Dr.
Francisco Seeber, logró que el zoo porteño, contara con ejemplares pertenecientes
a más de 300 especies.
Los años pasaron, transcurrio gran parte del Siglo XX. A partir del 1 de febrero de
1991, pasó a manos de JZBA S.A., la empresa concesionaria que luego se integró a
la división Zoo de Buenos Aires de la Corporación Interamericana de
Entretenimiento.Se sustanciaron causas judiciales, una denuncia penal contra el
intendente que se tramitó ante el Juzgado Nacional de Instrucción N° 29 y una
acción de amparo. Asociaciones vecinales y de amigos organizaron abrazos al
Jardín Botánico y al zoológico, hubo opiniones del Centro de Arquitectos Paisajistas,
y hasta a la Comisión de Asuntos Municipales del Congreso de la Nación
concurrieron funcionarios a brindar explicaciones por el proceso de privatización",
recuerda el informe, pero nada de eso impidió que el 7 de noviembre de 1990, el
intendente Carlos Grosso firmara el decreto 5.584/90 y adjudicara la concesión a
"Zoo-Botánico 2000 S.A.". La disposición dejó afuera al Jardín Botánico gracias a la
movilización de los vecinos.
(imagenes)
CONCLUSION
Hoy los zoológicos están en crisis, porque una parte de la sociedad rechaza el
cautiverio y exhibición de animales, tanto terrestres, aves y acuarios. Estamos en el
siglo XXI, cambiaron los paradigmas de cómo percibimos a la naturaleza y a las
otras especies que conviven con los humanos.
. La relación entre los seres humanos y los animales no era la misma cuando, a
principios del siglo XIX, las grandes urbes empezaron a llenarse de parques
zoológicos como los que siguen en pie hasta hoy, ni cuando en 1875 abrió sus
puertas el de Buenos Aires, aunque la idea de coleccionar animales como símbolo
de estatus va tan atrás en la historia como hasta los faraones egipcios.De la
exposición al espectáculo, de lo salvaje a lo amaestrado, de lo exótico a lo único,
hay una serie más de dicotomías que sirven para ocultar la verdad de estos
zoológicos, que históricamente se han construido como monumentos al poder y de
allí pasaron a ser un espectáculo del mismo, una manera amable de demostrar lo
diferentes e “inferior” pero bajo control.
A pesar del acuerdo sobre que ya no pueden seguir siendo como eran, los
zoológicos aún existen (la Asociación de Zoológicos y Acuarios acredita 232 en el
mundo, y 40 solo en América Latina y el Caribe) y lo que sí genera discusión es la
pregunta sobre qué debería pasar con ellos. Tenemos que aceptar que no tenemos
derecho a ver animales exóticos a una cercanía conveniente con nuestros hogares.
Además, si queremos ver esos animales, su comportamiento y su hábitat, ahora
tenemos múltiples maneras virtuales e interactivas de hacerlo. Incluso un
documental en la televisión puede decirnos más que una visita un zoológico
Para otros, los zoológicos no tienen que cerrar sus puertas, sino cambiar de misión.
El argumento de esa corriente es que, como consecuencia del crecimiento
demográfico de la población humana, la sobreexplotación de recursos, la
deforestación y la contaminación de ríos, lagos y mares, entre otros, la naturaleza
ya no siempre es el mejor lugar para que una especie se desarrolle. "Los zoológicos
modernos cumplen un rol fundamental en la conservación de las especies y sus
ecosistemas, sobre todo si consideramos que la vida sobre el planeta está sufriendo
una situación inédita, que distintas universidades y otras instituciones científicas del
mundo han calificado como la Sexta Extinción Masiva de Especies desde que hay
vida en el planeta. Muchos de los zoológicos son los últimos reductos donde se
mantienen grupos de animales que están en peligro de extinción o que ya han
desaparecido de la vida silvestre. Los zoológicos, acuarios y centros de
conservación son instituciones, que por la naturaleza de su actividad, reúnen a los
profesionales e investigadores necesarios y competentes para hacer frente a esta
situación", explica Alexandra Guerra, directora ejecutiva de la Asociación
Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios. Según esa organización, en
2017 los zoológicos y acuarios miembros aportaron un total de 3.500.000 de dólares
a la conservación de especies, y rehabilitaron y rescataron a 160.000 animales
silvestres.