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Universidad Nacional de Mar del Plata


Facultad de Humanidades
Departamento de Letras
Asignatura: Literatura y Cultura argentinas II
Docente: Dr. Edgardo H. Berg
Adscripta: Profesora Fernanda Mugica
Día y horario: Viernes 18 a 20 hs.
Clase 25/6/2021

UNIDAD II LAS FORMAS DE LA ENFERMEDAD

Dolor y poesía: Mundo de siete pozos y Mascarilla y Trébol de Alfonsina


Storni.
Erotismo, moral y enfermedad: El derecho de matar de Barón Biza.

Hola a todas y a todos. Bueno, seguimos con el temario del


programa de Literatura Argentina. Como habíamos anticipado en la
anterior clase, la adscripta y Becaria Doctoral de Conicet, la Profesora
Fernanda Mugica les va a hablar de Alfonsina Storni y colgará su clase
en You Tube (van encontrar el enlace en el aula virtual de
Humanidades) y, también, estará disponible en el drive de la materia.
Ahí, encontrarán, además, también bibliografía crítica y una selección
de poemas (donde se encuentran los libros citados en el programa)
junto a un prólogo que editó EUDEM (la editorial de la Universidad
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Nacional de Mar del Plata) y que estuvo bajo el cuidado de la Dra.


Nancy P. Fernández, especialista en el tema.

Vamos a hablar de Raúl Barón Biza (1899-1964). Ustedes tienen que leer
su novela El derecho de matar cuya primera edición es de 1933. Vamos
a pensar una serie de cuestiones que atañan a su poética; y, en
particular vamos a rodear a la novela de Barón Biza, vamos a intentar
problematizarla. En primer lugar, ¿es una novela? ¿En qué sentido
podemos hablar de novela? Por momentos, y ustedes verán cuando la
lean (está subida completa en el drive de la asignatura y la vamos a
subir también al aula virtual) parece un panfleto; un sermón de un
(in)moralista o una diatriba en contra de la ley, la moral y las buenas
costumbres pequeño burguesas que gobiernan y sostiene la sociedad,
en particular hay que situarse en la sociedad de los años ´30´. El texto,
puede leerse como un texto irreverente, un texto de diatriba, un tratado
de contramoral o un ensayo ideológico. En este punto, el autor dialoga
fragmentariamente con la Genealogía de la moral de Friedrich
Nietzsche o con algunas ideas reflejadas en algunos de los escritos
filosóficos de Arthur Schopenhauer. La novela alterna un par de
episodios en la vida del personaje Jorge Morganti, una especie de alter
ego del autor, con extensas frases que parecen, más bien, lecciones
filosóficas o sermones morales. Otra cuestión, sería ver cómo se
construye la figura de autor y hasta dónde se cruza la vida de Barón
Biza y el personaje de ficción; ambos excéntricos o atípicos para la
clase social a la que pertenecen por origen, refutadores, millonarios,
extremistas, inmorales y con tintes donjuanescos. Y, también habría que
ver si su rescate contemporáneo (de la crítica literaria y cultural) no
tiene que ver con ese desfasaje que mencionamos. ¿Cuándo lo
biográfico de un personaje singular, atípico o excéntrico, vale más que
su obra? O, mejor, cuando lo biográfico inunda y altera lo literario. Esa
figura del millonario excéntrico, cruza su obra y es muy propia del siglo
XX. Recuerden la magistral película de Orson Welles, Citizen Kane (1941).
Su vida, la vida del autor, parece la vida de un personaje novelesco y El
derecho de matar ficcionaliza algunos rasgos de Barón Biza. Aunque
hay que tener algunos reparos. Un personaje salido de una novela de
Roberto Arlt podríamos afirmar. ¿Un personaje sin novela? ¿O la novela
El derecho de matar es más bien una autobiografía que se presenta
como una heterografía? ¿Cómo cruzar lo biográfico de la
(auto)biografía? ¿O el testimonio de la ficción?
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¿Hasta dónde puede hablarse de transgresión? ¿Y si es verdad


que el cruce de límites altera o predomina en lo estético de la novela?
En la novela de Biza podemos leer o percibir, fragmentos de estéticas
pasadas (un poco de naturalismo, un poco de romanticismo) pero
predomina, las construcciones metafóricas y las descripciones muy
caras al modernismo estético; Barón Biza no abandona la ortodoxia
modernista (fijensé en el lenguaje, en los tropos, en los tiempos verbales
que utiliza el autor) y parece seguir, por momentos, las enseñanzas de su
maestro, el escritor colombiano José María Vargas Vila (1860-1933).
Como el escritor del Aura o Las violetas, Biza promueve una severa
crítica al clero al poder imperante, y sus novelas sentimentales
(calificadas en su época como sensualistas, pornográficas e inmorales)
promueven la libertad sin ataduras, fuera de la ley y de cualquier
control sexual de los cuerpos. En este sentido, Barón Biza construye un
personaje y construye una figura de autor (si hacemos ese
desplazamiento entre biografía del personaje y biografía de autor como
instancias gemelas) como transgresor, rebelde y revolucionario. Piensen
que es una novela narrada en primera persona y, por lo tanto, la
posibilidad de ver en la figura de Jorge Morganti, un alter ego o un símil
de la figura de autor es posible. Son dos aristócratas que reniegan de su
clase y de su procedencia (miren el primer capítulo de la novela y verán
como el autor deconstruye cualquier intento de sellar una genealogía
“noble”)

En otro sentido, la novela, en tanto historia puede verse como una


fábula (in)moral. Ya que cada episodio narrado es ensamblado con un
argumento que demuestra la inmoralidad de la humanidad y ponen al
descubierto el carácter contra natura de las leyes (el derecho a matar
se titula la novela y en sí mismo ese título es una condensación de
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sentido, un haz de relaciones múltiples) y de las normas sociales. La


literatura, en este sentido, sería un testimonio de esas contradicciones
entre norma y acción, entre moral y libertad sexual, entre delito y
castigo del mismo. La inclusión del alegato del abogado que patrocina
en su defensa al autor, ante el secuestro de los ejemplares de la primera
edición de la novela y la condena penal por inmoralidad ejercida al
autor por el gobierno imperante (la dictadura de Agustín Pedro José
Justo) son pruebas ejemplares de esto. El juicio y condena al poder
eclesiástico puede verse también en la carta que reproduce Barón Biza
y que envía al Papa Pío XI; inscribiendo la provocación y el escándalo
maniobrados por el propio autor (el libro que envía al Vaticano del
ejemplar de la novela se encontraba cubierto de oro). Sus invectivas
contra la Iglesia y la doctrina cristiana se enmarcar en el territorio
ideológico abierto por el laicismo radical y el ateísmo (piensen que fue
partidario de Hipólito Yrigoyen, estuvo entreverado en las sublevaciones
yrigoyenistas, apoyó la insurrección de Pomar después del golpe de
Estado y patrocinó financieramente la candidatura del líder cordobés
Amadeo Sabattini; capítulo aparte será su casamiento con su hija
menor y su desenlace trágico).

Dejamos acá y seguimos en la próxima. Gracias.

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