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“HEMEROTECA: NACIONAL MEXICO Z EL DOMINGO DE “EL PARTINO LIBERAL” ‘tomo rv. ‘MEXICO, 16 DE FEBRERO DE 1896. NUM. 16. FRAGMENTO VESPERTING a [pe wna NovELA} Ja hora crepuscular. Un grupo de nifios ha- ce irrupcién en el patio; vienen del colegio con la travesura en los labios, Ios carrillos enrojecidos, las frentes sudorosas, las manos Ile~ nas de tinta, el sombrero. como cay6 en Ia co ronilla, la chaqueta con un:desgarr6n mAs, y las blusas, azules 6 de‘percal rosado, con un botéu de vidrio menos, el pantal6n fuera de sitio, 1as medias arrugadas y los zapatos sin betin, espol- voreados de ladrillo 6 con costras de lodo; los, muchachos menos descuiidados, como que aprie- fan con amor las cajas de puros que les, sirven “de almohadillas; todos Megan y saludan de prisa 4 10s parientes, aventando al azar la pizarra, la bolsa y los libros mal forrados, para cometer al- gfim retozo Meno de gritos, saltos y carreras; 6 exhumaciones de musiecas reventadas, invélidas, con luxaciones, pero bien escondidas en el mismo rine6n que los mintisculos trastos despostillados y los muebles impares de una ideal casa de ju- guete. En Ios lavaderos se suspende el trabajo y hay tumulto, vuelcos de bateas, jicarazos de agua, flagelacién de lienzos torsalados, sacudimiento de sibanas, derrame de espumas de jabén, y de extremo & extremo del estanque reclamaciones por um pan que ge ha perdido 6 un estropajo que 10 parece; bajo los tendederos rebosan las bateas, Prendas hémedas, y los canastos rigidos, ropas asoléadas que se descuclgan de la cuerda 6se le- vantan de los suelos, camisetas en cruz, calzon- illo’ abiertos de piernas y caleetines’ de perfil, prensados por seudos pedruzcos para que el vien to n0 se los Ueve. —Mire vd., clama una lavandera, mire va., es- tolo han hecho adrede; mire vd., en esta funda Jas patas deuna gallina y en este caracot las pisa- das del’ muchacho de la ‘Torres. Le’ voy 4 dar parte la casera, Esa mujer y yo vamos 4 aca- bar mal, ‘Hay on ol patio animacién de plazitela, loa ni fos por grupos lo invaden todo; miontras unos juegan al urro odligado, contando plomos, otros, cansados do Ia juorga, ‘rodean f Don Silvestre del Pino, pobro pintor que, como Dios y sus can- sados y enfermos ojos le dan G entender, apro- ‘yecha la Iuz que so va, para retocar eu. pinturas sontado en una cubots do albafiil, al revGa, y ha~ Dilitando do caballote una silla desfundeda: al Indo, ln caja do colores y una familia do vasijas con tierras y albayaldes disuoltos on aceite do Tinaza; lo agrada sor visto por el ptiblico y por 80 como que se permite coyueterfas do artist toma él pinosl, lovantando ol moftique y carga do vermellones y carminos musculares. 1n ces! do.corazones’ quo un angel do azul y amarillo, cRevlath Axaly 29

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