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ISSN: 2221-0369 Wy REVISTA HAUCAYPATA | Investigaciones arqueoldgicas de! Tahuantinsuyo Alio 2 - Numero 6 Lima- Director y Editor Rodolfo Monteverde Sotil Edicién Fiorella Burga Gil / Ivan Leibowicz / Tatiana Stellian Difusin Mayra Delgado Valqui Diseito y diagramacién Ernesto Monteverde P. A. Fotografia de la carétula Rodolfo Monteverde Sotil, 2012, Poblador de Chachapoyas, Chachapoyas Imdgenes de los indices y de la relacién de colaboradores Rodolfo Monteverde Sotil, 2013. Museo de Sitio de Chinchero, Cuzco / Camino a Sacsayhuamén, Cuzco / Vendedora ambulante en la ciudad del Cuzco, Cuzco Las opiniones vertidas, en los articulos publicados en esta revista, son de entera responsabilidad de cada autor. a revista no se hace responsable por el contenido de los mismos. © Prohibida la reproduccién total o parcial de la revista sin el permiso expreso de su Director Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo ‘Aflo 2, Nuimero 6, mayo 2013 Publicacién cuatrimestral ISSN: 2221-0369 Hecho el Depésito Legal en la Biblioteca Nacional del Pert N° 2011-00350 Hecho por computadora Jr. La Libertad 119 Santa Patricia, La Molina. Lima-Pera https: //sites.google.com/site/revistahaucaypata/ revistahaucaypata@gmail.com Todos los derechos reservados Dedicatoria A_ Manuel Chavez Ballon (Puno 109 - Cuzco 2000). Incansable docente, inves- ligador, protector y difusor * de nuestro pasado arqueo- légico cuzqueno. Machu Picchu (Cuzco), 1962. De- talle. De izquierda a derecha: Ber- nardino Ojeda, Manuel Chavez E, Ballin y Fidel Ramos, Foto cedida por B, Ojeda en el 2012, a REVISTA HAUCAYPATA Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Indice Editorial Relacién de Colaboradores Cuzco y Machu Pijchu Manuel Chavez Ballon Excavaciones arqueolégicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao Gori Tumi Echevarria Lopez y Zenobio Valencia Garcia El Usno de Tamburco: vineulos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en la ruta del Chinchaysuyu. Apurimac José Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvan Huancasragau: un asentamiento Inca en la cuenca del rio Gorgor. Cajatambo- Lima Arturo Ruiz Estrada éCudndo comenz6 “a existir” el arte rupestre incatco? Victor Falcon Huayta Elincémodo patrimonio arqueolégico en ta “modernizacién’ de Lima: construccién de tiineles, fa ampliacién de la avenida Javier Prado Este y la afectacién de Puruchuco-Huaquerones Rodolfo Monteverde Sotil Normas editoriales 10 4h 49 REVISTA HAUCAYPATA. Tnvestigaciones arqueologicas del Tahuantnsuy La Revista Haucaypata, Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo, es una publicacién peruana cuatrimestral que se centra en los estudios — arqueolégicos ¢ interdisciplinarios, tanto nacionales como internacionales, del Imperio incaico. La revista nacié con la intencién de cumplir tres objetivos que todo arquedlogo debe proponerse en su carrera: investigacién y difusion del patrimonio arqueolégico y su proteccién. Luego de haber publicado cinco niimeros, entre el 2011 y el 2012, les aleanzamos el sexto; el cual contiene seis articulos. En este ntimero, dedicado al reconocido investigador peruano Manuel Chévez Ballén, presentamos un importante articulo, escrito por él, sobre Machu Picchu. Exponémos los resultados de las excavaciones realizadas por Gort Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garefa en un basural arqueolégico del monumental sitio de Choquequirao. José Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvdn nos hacen llegar sus estudios y propuestas sobre el usno de Tamburco, Apurimae, y su relacién con el paisaje local en la ruta del Chinchaysuyo. Arturo Ruiz Estrada nos entrega una sintesis de su exploracién arqueolégica en la cuenca de Gorgor, Cajatambo, en donde describe y analiza el asentamiento Inca de Huancasragan Por su parte, Victor Falcén Huayta realiza una detallada revision de la historia de las investigaciones sobre arte rupestre incaico, tanto en el Perti como anivel sudamericano. ¥ quien escribe esta editorial les entrega un articulo sobre los conflictos entre "modernidad” y patrimonio arqueolégico, centrdndose en el reciente caso de Puruchuco-Huaquerones, el cual parcialmente seré afectado para ampliar una moderna avenida limena. Como siempre, queremos expresar nuestro mas sincero agradecimiento a todos aquellos que han colaborado con sus articulos y participado en la realizacién del sexto niimero de la Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo, Ademds, queremos agradecer a los lectores por los comentarios criticos y por la buena acogida de los mimeros anteriores de la revista. Con la entrega del presente mimero podemos decir que estamos orgullosos de seguir cumpliendo con la meta de publicar una revista arqueolégica ¢ interdisciplinaria detemdtica incaica en casi dos anos y medio consecutivos. Con esta sexta entrega, hemos logrado difundir 37 articulos, cuatro entrevistas realizadas a cientificos sociales y han participado 35 autores de distintas partes del Perti y del mundo Desde ya invitamos a todos los arquedlogos, estudiantes de arqueologia y profesionales de otras ciencias a publicar en el séptimo mimero de la Revista Haucaypata, programado para el mes de setiembre de 2013 Rodolfo Monteverde Sotil Director y Editor Editorial REVISTA HAUCAYPATA 5 Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Colaboradores Manuel Chavez Ballon + Arquedlogo y Docente (Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco) Gori Tumi Echevarria Lopez Arquedlogo y candidato a Doctor en Historia del Arte (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), Victor Falcén Huayta Licenciado en Arqueologia (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) Rodolfo Monteverde Sotil Maestrista en Arqueologia (Pontificia Universidad Catélica del Pert). Licenciado en Arqueologia (Universidad Nacional Federico Villarreal). Bachiller en Historia del Arte (Universidad Nacional Mayor de San Marcos) Wendy Moreano Montalvan Arquedloga, | (Universidad Nacional Federico Villarreal). Consultora en gestién de patrimonio cultural José Luis Pino Matos Arque6logo (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Consultor en gestion de patrimonio cultural Arturo Ruiz Estrada Doctor ‘en Arqueologia (Universidad Nacional Mayor de San Marcos). Instituto de Investigaciones Histérico Sociales (Universidad Nacional Mayor de San Marcos), Zenobio Valencia Garcia Arquedlogo (Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco) ° REVISTA HAUCAYPATA 6 Tnvestigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Cuzeo y Machu Pijchu! Hay dos centros urbanos que muestran daramente Jos principios que rigieron el Urbanismo Inca, pese a tener categorias diferentes, y son CUZCO y MACHUPIJCHU. La Ciudad del Cuzco, Capital del TAWANTINSUYU, se lamé QOSQO, y esta al centro de las 4'regiones que conformaban el Imperio de los Incas, representando en una admirable sintesis geogrifica, politica y cultural, todo el Imperio. El Centro de la Ciudad quedaba en el cruce de Jos 4 caminos principales, ubicadopor precision enelextremo sur de la Plaza Waqaypata, actual Plaza de Armas, punto de referencia para describir y dividir el Cuzco Inca, que tenia 2 sectores claramente definidos I EL NUCLEO URBANO, con 2 barrios, y II EL SECTOR PERIFERICO, con 12 batrios. Grandes reas verdes o andenerias separaban ambos Sectores y los unian 36 calles, de primera, segunda y tercera categoria, I EL NUCLEO URBANO O SECTOR CENTRAL. Tenia la forma aproximada de un. triéngulo escaleno, o de un felino estilizado, con 2.600 metros de largo y 600 metros de ancho mayor, delimitado por 2 riachuelos, por la unién de los mismos en PUMAQCHUPAN (Cola de Puma), y la Fortaleza de SAQSUMA (Cabeza Sobresaliente), dominando la Ciudad desde su extremo Nor-Oeste. II. EL SECTOR PERIFERICO. Con 12 barrios, estaba dividido en 4 sectores que correspondian, ‘articulo tomado de: CHAVEZ BALLON, Manuel, 1971. Cuzco y Machu-Pijchu. Wayka. Nro. 4-5: 1- 4 Programa Académico de Antropologia. Departa- mento de Antropologia, Arqueologia y Sociologia. Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco. Cuzco. Un ejemplar de la revista esta en la bibliote- ca central de la Pontificia Universidad Catdlica del Pert, Transeripeidn fiel del articulo original para la revista Haucaypata. Nro. 6, 2013: Rodolfo Monte- verde Sotil. Nuestros comentarios los haremos e in- dicaremos a pie de pagina con nuestras siglas (RMS). Manuel Chavez Ballon alos 4 SUYUS 0 Regiones del TAWANTINSUYU, definidas por las direcciones alos 4 puntos cardi- nales, orientadas desde el cruce de los 4 caminos, en el centro del Cuzco, de manera que el CHIN- CHASUYU, quedaba entre el Norte y el Oeste, el ANTISUYU entre el Norte y el Este, el QOLLA- SUYU entre el Sur y el Este, y el KUNTINSUYU *(RMS): Nacié en Puno el 2 de junio de 1919 y mu- i6 en la ciudad del Cuzco el 12 de junio de 2000. En 1937 ingres6 a la facultad de Letras de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cuzco (UNSAAC) y en 1940 ingres6 a la facultad de Pedagogia y Educacion de San Marcos. Su tesis de bachillerato en Humanida- des (1943) lleva el titulo de Los restos arqueolégicos del sur del Perti, visitados por la misién arqueolégica peruana de 1942. En ese aio junto con Julio C. Tello, participé en la investigacién y conservacién de Wintay ‘Wayna. Fue secretario del Museo Nacional de Antro- pologia y Arqueologia de Lima (1944-1945) ¥ profesor principal de la earrera de arqueologia de la UNSAAC 948), En 1949 exeavé en Pueara. En 1952 trabajé en Batan Orgo. Descubrié Mareavalle en 1953. Al aio si- ‘guiente trabajé en la expedicion de la Universidad de Berkeley dirigida por John Rowe. Fue miembro ho- norario de la Sociedad Cientifica del Cuzco (1957). En 1958 excavé en Puno con Richard Schaedel. Fue profe- sor de la Universidad Nacional de Ingenieria de Lima (4960). En 1961 excavé en Chavin y en 1964 integré la expedicién en Huanuco de la Universidad de Cornell y de Tokio, Cuatro artos después formé parte del equipo peruano en la misién espafiola en Chinchero dirigida por Alcina Franch, Fue jefe de Arqueologia de la Casa de la Cultura del Peri (1964 a 1965). En 1968 dirigié la investigacién y restauracién del Recinto 2 del eonjunto de la Roca Sagrada de Machu Piechu, Fue arquedlogo de Machu Picchu entre 1966 y 1971 y director del Mu- seo en este sitio (1968 a 1974). Participé en la creacion dela carrera profesional de arqueologia de la UNSAAC junto con Luis Barrera Murillo y Abraham Valencia Espinoza. En 1990 se retird de la docencia universita- ria, Nos ha dejado una importante bibliografia arqueo- Jogiea. Resumen bibliografico tomado de: VALENCIA ZEGARRA, Alfredo, 2003, Introduceién al estudio bi- bliografico’de Manuel Chavez Ballén. Arqueolégicas. Nro. 26: 27-33. Museo Nacional de Antropologia, Ar- queologia e Historia del Peri, Publicacién del Instituto de Investigaciones Antropolégicas. Instituto Nacional de Cultura Lima. CHAVEZ BALLON, Manuel, 2013. Cuzco y Machu Pijchu. Revista Haucaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo. Nro. 6: 6-9. Lima Manuel Chavez Ballon st ‘Cuzco y Machu Pijchu entre el Sur y el Oeste, con 3 barrios en cada SUYU. El Nucleo Urbano o Sector Central estaba dividido por el camino al ANTISUYU en dos grandes Barrios, uno Alto, llamado Janan, y otro Bajo lamado URIN, cada uno con 6 ca- Iles transversales paralelas a dicho camino, y 6 longitudinales, paralelas a los riachuelos de SAPHY (raiz) y CHOQUECHACA-TULLUMA- YO, y alos caininos hacia el CHINCHAYSUYU y QOLLASULLU. Las prolongaciones de estas calles hacia los 12 Barrios del Sector Periférico, formaban 36 calles que irradiaban de la forma de Felino 0 Sector Nuclear, la mayoria de las cuales se conservan todavia Hay evidencias para afirmar que a los 12 Ba- rrios del Sector Periférico seguian otros 12 barrios mas alejados, que rodeaban a los pri- meros, cual un segundo collar de poblaciones satélites, dando a toda la Ciudad una extension de 4 kilémetros de largo por igual de ancho, en. las cabeceras del Valle del Cuzco, atravesada por § riachuelos canalizados, que drenaban las aguas hacia el rio Huatanay, donde se unfan 0 amarraban, como su nombre WATANAY lo in- dica De esta Ciudad del Cuzco, con sus Sectores NUCLEAR y PERIFERICO, con sus 36 calles, grandes reas verdes, y sus 24 barrios agrupa~ dos conforme a los 4 SUYUS, salian 12 cami- nos hacia las 4 Regiones del Imperio, 3 a cada Regién, como una prolongacién de las 12 calles, principales que partiendo de la Plaza Principal de WAQAYPATA, pasaban por los Barrios Pe- riféricos. Cuatro de estas 12 calles eran las mis principales, posiblemente por su caracter eco- némico y antigo; las otras calles 0 caminos al parecer tenfan ¢ardcter militar y religioso, a juzgar por la direcci6n y sitios que llegaban. Asi era en sintesis el Cuzco Inca euyo trazo urbano conserva hasta hoy. La CIUDADELA INCA DE MACHU-PIJCHU. Fue posiblemente Vilcabamba la Vieja, la “Uni- versidad de la Idolatria” o Viteus 0 Pitcus, men- cionado por los Cronistas del siglo XVI como el iiltimo baluarte de la resistencia Inca a la Con- quista Espaiiola. Esta ubicada a.100 kilémetros al Nor-Oeste de la Ciudad del Cuzco, 0 sea a 2 dias de camino por la ruta Inca de Chinchero, Ollanta, Quenty, que estan a media jornada. Ocupa la cabecera de la Selva Amaz6nica y el li mite entre la Regién del CHINCHAYSUYU con el ANTISUYU. Tiene 700 metros de largo, de Norte a Sur, por 300 metros de ancho, situado entre los cerros de WAYNA PLICHU al norte y MACHU PLICHU al Sur, a 450 metros de altura sobre la margen izquierda del rio URUBAMBA 0 WILKAMAYU, y a 2450 metros sobre el nivel del mar. Como Cuzco, tiene 2 Sectores: 1, SECTOR URBANO O CENTRAL, y IL. SECTOR AGRICOLA O PERIFERICO DE AN- DENERIAS. Murallas, acantilados y bosques separan ambos Sectores, y los unen 8 caminos principales que atraviesan el Sector Urbano en forma de calles. 1, EL SECTOR URBANO O CENTRAL se divide claramente en 2 barrios A. BARRIO ALTO, y B. BARRIO BAJO, que po- drian denominarse también Barrio Occidental y Barrio Oriental respectivamente. Cuatro calles transversales y cuatro longitudina- les principales delimitan no s6lo estos 2 Barrios y las Plazas, sino 12 GRUPOS de Casas 0 KAN- ‘CHAS, que junto a los 2 grupos de Casas del Sec- tor Agricola hacen un total d 14 Grupos con 216 recintos o habitaciones, para todo Machupijchu Estos 14 GRUPOS de Casas 0 KANCHAS estan distribuidos simétricamente en 2 barrios, a 7 Grupos en cada Barrio, y delimitadas por calles, andenes, jardines y murallas. Sinumeramos estos GRUPOS o KANCHAS del 1 al 7, de Sur-Este a Nor-Oeste, en cada Barrio, se- paradamente, tendrfamos que los Grupos del Ba- rio Alto, que quedan a la izquierda del visitante que ingresa por el Hotel, se hallan casi al frente con 7 Grupos del Barrio Bajo, que estan a la de- recha, y ademas los que tienen igual nimero con, semejantes en sus elementos arquitecténicos, lo que pareceindicar funciones correlaciénales, con predominio de los grupos del Barrio Alto, asi all Grupo 1 del Barrio Bajo, le corresponde el Gru- po 1del Barrio Alto, denominados Guardianes de Abajo (URIN TAMPU) y Guardianes de Arriba (JANAN TAMPU), respectivamente. El siguiente esquema grafico simplificado, mostraré més fé- cilmente la ubicacién de los Sectores, Barrios y Grupos indicados (Figura 1)° Las denominaciones que se han dado a cada uno de estos 14 Grupos varian actualmente, pero todas estan basadas en las de Hiram Bingham, el descubridor de Machupijchu. $i comparamos (RMS): La numeracién es nuestra. REVISTA HAUCAYPATA Tnvestigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Z-EARRIOALTO RECINTOS EEARRIOBAIO RECINTOS 1. Guardanes de 1. Guardianes de sector acricora STB CANAN 5 UR TIPO 0 2 Escuelas de 5 2 Viviendas de Nobles cractiavwast a (APUKUNAQWASIN) ee Consejo Cielo (SANKA GUNTUR WAS) ANCE) w “Palacio Real +4 Palacios Reales fs as a csatritg Wasiy 23 5.Canteras 5 Depésits (QOLQA I. SECTOR URBANO ae of ‘Templo del So! 6, Excuca de Mires (INTIKANCHA) a sD 2 7 Observatorio Solar : ae a ee (USNU) ee 2 ‘TOTAL DE = os Tabla 1. estos Grupos de Casas con los elementos urba- nisticos y KANCHAS 0 Grupos de Casas con los elementos urbanisticos y KANCHAS 0 Grupos de Casas que tenia el Cuzco Inca‘, podriamos intentar las siguientes identificaciones y de- nominaciones, provisionalmente, mientras se halle mayores evidencias documentales y mo- numentales (Tabla 1)°. (RMS): Al parecer hay un error tipogratico. Si seguimos usando el método comparativo, abusando de é1, podriamos hallar semejanzas con las Plazas, Cerros, Caminos, SUYUS o Secciones de Machupijchu con los de Cuzco, basados en el principio de que esta Ciudadela Inca fue un pe- queiio Cuzco, y que los Incas trasladaban sus de- nominaciones cuzqueiias a los otros pueblos que fundaban uw ocupaban, como sucedié con Quito S(RMS): La numeracién es nuestra. Manuel Chavez Ballon 9 ‘Cuzco y Machu Pijchu y Huénuco, Luego las Plazas de Machupijchu podrian compararse con las Plazas de WAQA- YPATA, KUSIPATA, RIMAQPAMPA, CHUKI- PAMPA Y QOLQAMPATA; en el cero de Ma-~ chupijehu podria identificarse WANAKAURI, en Waynapijchu la Fortaleza de SAQSAUMA o Sacsayhuaman, y hasta habria coincidencias con los 4 caminos principales que salen de Ma- chupijehu, del total de 12, a razén de 3 por cada SUYU, Regién o Punto Cardinal. Finalmente, hab{amos dicho que Machupijchu tenfa um total de 216 recintos o habitaciones, las que podria clasificarse en 4 tipos y distribuirse en la siguiente forma: a. Tipo de 4 paredes 0 dormitorios: 79 (28 en el Barrio Alto y 51 en el Bajo); b. Tipo de 3 paredes o talleres: 74 (28 en el Barrio Alto y 51 en el Bajo); c. Tipo de 2 pisos 0 depésitos: 41 (7 para el Alto y 34 para el Bajo): y d. Tipos raros, o sea adoratorios, cue- vas, salones comunales y circulares: 22 (10 en el Barrio Alto y 12 en el Bajo). En conclusién, nos preguntamos: ¢Habria sido Machupijehu’ una versién de la ciudad del Cuzco realizada en pe- queio y ala mayor perfeccién, como fue Cuzco um pequetio TAWANTINSUYU 0 Imperio de las 4 regiones? Si es que Machupijchu es VITCUS, Capital de la provincia de Vilcabamba, éSeria el Inea Pachacuti el que lo planificé y ejecuté por 14go d. de C. como lo hiciera con Cuzco, Ollan- taytambo y Pisac? Estas y otras preguntas falta contestarlas. Machupijehu, enero de 1971 REVISTA HAUCAYPATA 10 Tnvestigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo ° Exeavaciones arqueolégicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao Gori Tumi Echevarria Lopez goritumi@gmail.com Zenobio Valencia Garcia avalenciagarcia@gmail. com Resumen Elpresente articulo describe las excavaciones arqueolégicas reatizadas en un depésito de desechos culturales interpretado como un basural del Sector VII de Choquequirao. Para su propésito los autores revisan los procedimientos de la excavacién, los resultados y evaliian parte de los artefactos recuperados haciendo inferencias sobre la proveniencia, actividad y cronologia, que estos implican; conchiyéndose que corresponden a la ocupacién cusquetia de la zona, relacionada a la expansién temprana del Tahuantinsuy Palabras claves: Choquequirao, Sector VIII, desechos, cerémica, litico Abstract This article describes archaeological excavations in Sector VIII of Choquequirao, in a deposit of archaeological rubbish interpreted as a garbage dump. For its purpose the authors review the procedures of the excavation, the results, and evaluate part of the recovered artifacts making inferences about the origin, activity, and chronology that these materials involve; concluding that they correspond to the Cusco culture occupation in the area, related to the early expansion of the Tahuantinsuyw. Keywords: Choquequirao, Sector VIII, rubbish, pottery, lithic. Introduccién Entre el 14 y el 16 de octubre de 2005 el primer autor de este reporte fue asignado por Zenobio Valencia, para realizar excavaciones arqueol6- gicas en el Sector VIII, Subsector G de Cho- quequirao. El 4rea en mencién es una ladera mareada, de aproximadamente 45 a 50 grados de declive; la cual estuvo compuesta en superfi- cie por tierra suelta, piedras, material orgénico moderno y abundante material arqueologico. Las excavaciones arrojaron informacién rele- vante sobre la ocupacion cultural del area, que implica a algunos sectores importantes dél si- tio, fuera del sector VIII, y al complejo de an- denerias que se encuentran en las laderas bajas del mismo sector VIII El Sector VIII - Sub Sector G Choquequirao es un extenso complejo arqueo- légico ubicado en la regién de Vileabamba en el Cusco, sobre la margen derecha del rio Apurimac, en una zona caracterizada por grandes y acciden” tadas formaciones montafiosas y gran cobertura vegetal, que debe considerarse plena Amazonia andina (Figura 1). El complejo posee 13 sectores delimitados y un mimero no reconocido ain de otras evidencias, como pequeiios asentamientos, caminos, entre otros. BI Sector VIII ocupa un lu- gar preferente por su ubicacién cercana al mticleo del asentamiento principal y por la existencia de las tmicas muestras graficas de camélidos (la- mas) en gran escala hechas sobre andenes con rocas blancas (Echevarria 2008 y Echevarria y Valencia 2009 y 2010). El Sector VIIT es um impresionante sistema de andenes de mas de 500 m. de longitud. Para su estudio fue dividido en. siete subsectores (A, B, C.D, E, ,yG), aislados usando saltos 0 espacios ECHEVARRIA LOPEZ, Gori Tumi y VALENCIA GARCIA, ZENOBIO, 2013. Exeavaciones arqueoldgicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao’ Revista Haueaypata. Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo, Nro, 6: 10-28. Lima Gori Tumi Echevarria Lopez y Zenobio Valencia Garcia u Excavaciones arqueoldgicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao 0 40km. A. Sitio Arqueolégico = Poblado actual Figura 1, Mapa de ubicacién de Choquequirao entre las cuencas de Apurimae y Urubamba, la zona de Vilea- bamba, Andahuaylas y Cusco. en la consecucién arquitecténica del complejo (Figura 2). De esta forma el Subsector G, se ca~ racteriza por no exponer arquitectura de ande- nes y por una importante presencia de material arqueologico mueble en superficie. Estos ma- teriales se distribuyen en la ladera de manera visible confundiéndose con restos orginicos como hojas y ramas. La distribucion general de esta evidencia comprende una pequenia area ovalada, que es uma seceién menor de toda el rea general del Subsector G. Este Subsector presenta un relieve muy acci- dentado, cubierto de bosque y con talud marea- do, constituyendo el espacio intermedio que di- vide la zona monumental central y principal de Choquequirao (Sectores IIT y IV)’ del complejo de andenes del Sector VIII. En esta zona, ade- nis, se localizaron secciones del camino de ac- ceso a Choquequirao que venia del NW. De acuerdo a los objetivos de la investigacién, Ja ejecucién de una unidad de excavacién en el Subsector G se realizé con Ja intencin de hacer unreconocimiento arqueolégico de una zona ca- talogada como un “basural” en ladera para dilu- cidarsuvalor cultural; ya que hasta ese entonces no habia sido objeto de un examen detallado Metodologia Previamente a nuestra intervencién en el Subsector G, la zona fue afectada por una re- coleccién parcial de superficie dirigida por el arqueélogo Zenobio Valencia, sobre una uni- dad especial seleccionada para tal fin, la cual fue subdividida en seis secciones, nominadas en una secuencia lineal del 1 al 6 por este autor y asi se mantuvieron hasta el final de las labores. Las seis cuadriculas comprendidas en esta uni- dad, de 3 x 3 m, cada una, se orientaron al norte y se distribuyeron siguiendo el declive de la la-~ dera, de arriba hacia abajo, en tres secciones con uno, dos y tres cuadrantes respectivamente; por Jo que la umidad total tiene la forma de una greca escalonada con 54 m? de area total (Figura 3) Esta area fue nuevamente afectada por nosotros mediante una recoleccién total del material ar- queolégico, a los que se sumé un registro foto- grafico intensivo (Figura 4) Posteriormente se decidié excavar la Cuadricula 5 ubicada en la base de la unidad, es decir al sur El criterio de seleccién se basé en el supuesto que Ja cuadricula pudo recibir un mayor volumen de desechos, debido al declive ligeramente menos marcado en esta seccién de la ladera La excavacién se realiz6 por niveles naturales, siguiendo las capas superpuestas de material te- rrestre acumulado, lo que se acompaiié con un detallado registro grafico, La distincin entre los estratos 0 capas se hizo por alguna caracteristi- ca fisica del suelo (componente material) la cual se realizé independientemente de la presencia 0 REVISTA H. Investigaciones arquelégicas Plaza Principal (Silly IV) Subsector G — Subsector F — Subsector E — Subsector C ee Subsector B Figura 2. Foto del Sector VIII de Choquequirao con los sectores delimitados. Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia 13 Excavaciones arqueoldgicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao C1 c2 c4 Figura 3, Dibujo de planta de las cuadriculas de recoleccién cerémica y excavacién, Unidad 36. Subsector G, Sector VIII de Choquequirao. ausencia de materiales arqueol6gicos en la es- tratigrafia Resultados Nuestro trabajo permitié documentar dos ca~ pas en la Cuadricula 5 (capa superficial y capa 1), las que arrojaron importantes materiales e informacién cultural. La descripeién de la su- perficie de la unidad, de las capas excavadas y de los materiales recuperados sigue a continua- cién. Hay que advertir que la nomenclatura de Jas capas fueron provisionales. Estratigrafia -Superficie La superficie expuso a simple vista mate- rial orgénico, principalmente rafces y hojas, ademas de material inorgénico como tierra y piedras chicas y medianas (-5 cm. y -15 cm. aproximadamente); asi como objetos arqueolé- gicos entre artefactos ceramicos y liticos, todo en situacin suelta. El nivel superficial cubrié entre 2 y 5 cm., aproximadamente, de acumu- lacién sin ninguna consistencia o compactacion (Figura 5). -Capa superficial Mostré las mismas caracteristicas de composi- cién dela superficie, particularizandose por cons- tituir una capa de consistencia més compacta, con gran cantidad de raices introduciéndose en el, sustrato de humus, del cual pueden considerarse su parte mds externa. La presencia de piedras pequetias y medianas, también caracterizan esta capa, asi como la exposicién de abundante mate- rial arqueolégico, entre cerdumica y litico. La capa tuvo una consistencia suave y un espesor variable entre 6 y 10 cm. aproximadamente (Figura 6). -Capat. Mostré una consistencia mis compacta que la anterior, con un contenido extensivo de humus terroso negro con pocas raices y piedras grandes (+20 cm.), y una importante presencia de objetos de arcilla modelada tosca en mayor proporcion al material litico y a la ceramica fina que continua Figura 4, Vista de la superficie de la Cuadricula con artefactos ‘puestos, Unidad 36. Subsector G, Sector VIII de Choquequirao. dela capa anterior. La capa 1, ademas, se cara terizé por la emergencia del afloramiento so que define el borde de la colina y que sirvié de soporte al humus formado naturalmente. La capa alcanzé su base en la roca, donde ésta se present6, aunque nunea se alcanz6 su final en Ia estratigrafia debido a la suspensién de la es cavacién dada la falta de material arqueolégico, en parte ms interna (Figura 7). Hasta el final de la excavacién la capa tuvo un espesor variable entre 8 y 25 cm. (Figuras 8 y 9). Los materiales arqueolégicos Unacorta variacion de objetos arqueolégicos fue- ron recuperados, los cuales incluyen tnicamente dos categorias artefactuales: alfareria y litico. De- bido a que todo este material requiere un andlisis, especial separado, es que una relacion con fines Gori Tumi Echevarria Lopez y Zenobio Valencia Garcia [Exeavaciones arqueolégicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao Figura 5. Superficie de la Cuadricula 5 con artefactos expuestos, Unidad 36. Subsector G, Sector VIII de Choquequirao, Figura 6. Cuadricula 5, Final de la Capa 1 (antes Capa superficial) REVISTA HAUCAYPATA. 16 Thvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo pr OTe eA APLORAMIENTOROCOSO Figura 8, Cuadricula 5, excavacion de la Capa 2 (antes Capa 1). Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia 7 Excavaciones arqueolégicas en un Figura 9, Cuadrieula 5, final de la Capa 2 estadisticos se presenta en este articulo (ver Tablas 1, 2, 3y 4). Hay que indicar que la distincién entre el ma- terial alfarero, como es descrito en las tablas, se basa en la clara y contundente variacion que estos artefactos presentan, lo cual es producto de la naturaleza téenica que le es propia y que no se expone en este documento como una ca- tegorizacion rigurosa basada en una clasifica- cidn singular La arcilla modelada tosca se distingue de la ceramica fina por su tratamiento tecnoldgico. Presenta una consistencia s6lida y ligera de pa- redes gruesas (+2 cm), aparentemente mode- lada. La composicién de la pasta incluy6 poco temperante de piedras segain se puede deducir por los fragmentos recogidos, aunque atin fal- ta un mayor examen. La coccién fue oxidante ya altas temperaturas, dando como resultado ‘basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao (antes Capa 1). una estructura porosa y de poco peso, con sec- ciones calcinadas y en algunos ejemplos casi fun- didas. La superficie fue alisada y tuvo un trata- miento similar al estucado, a juzgar por las capas de paja con arcilla y arcilla fina exterior que axin, han sobrevivido, Ninguna pieza presenté decor cién pero no se descarta pintura exterior. Por su parte, la ceramica fina es bastante carac- teristica respecto a la ocupacién principal del asentamiento, como se podria esperar de sitios Tahuantinsuyu (Chavez 1961), ¢ incluye piezas de coccién oxidante, pasta fina, superficie trata- da mediante pulido simple o alisado fino y deco- raci6n de pintura positiva en los fragmentos que han sobrevivido mejor al deterioro. Aunque mas adelante se va a evaluar mejor el material. ceré- mico, alin deben hacerse anilisis especificos. El material litico, grosso modo, se compone de restos de talla y piezas de desecho en roca de tipo REVISTA HAUCAYPATA 18 Investigaciones arqueoldgicas del Tahuantinsuyo Superficie Cuadricula Bolsa Ceramica Fina Arcilla modelada tosea_Litico ‘Total de artefactos 1 1 03 23 04 30 2 2 08 OL i 9 e 3 04 10 04 18 4 4 09 29 03 41 4 5 05 38 - 43 5 6 16 B - 89 6 7 i 09 = 20 Total 7 56 183 i 250 % 22.4 73.2 22.4 100 ‘Tabla 1. Cuadro cuantitativo de materiales arqueolégicos recuperados de superficie en todas la la unidad de excavacién. uadriculas de Capa Superficial Cuadricula Bolsa Cerdmica Fina Arcilla modelada tosca—_Litico Total de artefactos 5 8 23 08 02 33 Total 1 2a 08 oI 33 % 69.70 24.24 6.06 100 Tabla 2. Cuadro cuantitativo de materiales arqueolégicos recuperados en la Capa Superficial (Capa 1) de la Cuadricula 5 aplita, ademas de fragmentos de recipientes logrados en roca del tipo calcocuarcita. Estas clases de materiales, como es obvio en los cua- dros, se contabilizaron en conjunto, hasta indi- vidualizar su andlisis’ scusién ‘Vamos a enfocar la discusion en tres aspec- Capa 1 Cuadricula Bolsa Ceriimica Fina Arcilla modelada tosca_—_Litico Total de artefactos 5 & 05s 32 oO 38 a 10 08 28 03, 39 5 ll 09 02 - 1 a 12 08 26 03 an 5 13 07 36 - 43 Total 5 37 124 07 168 %. 2.02 73.81 4.47 100 Cuadro cuantitativo de materiales arqueolégicos recuperados en la Capa 1 (Capa2) de la Cuadricula § tos: la estratigrafia, la naturaleza de los materia- lesy la naturaleza de la deposicién. Sin embargo, debemos empezar con algunos comentarios res- pecto al procedimiento de excavacién. Como se ha podido ver en los resultados, la exeavacién artojé dos estratos naturales super- puestos y una superficie de deposicién reciente Estos estratos fueron definidos, fundamental- Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia 19 Excavaciones arqueoldgicas en un “basural” del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao OO rea ———“‘“‘“;C;*™*™*™C*C*~™S | ‘Capas Cuadricula Bolsas Ceramica Arcilla Litico Total Fina modelada tosca Superficie 1,2,3,4,5y6 Z 56 183 ll 250 | Capa 5 I B 08 2 33 superficial Capa | 5 5 37 124 07 168 | Total 13. 116 315 20 451 % 25.72 69.84 444 100 ‘Tabla 4. Cuadro cuantitativo general de materiales arqueologicos recuperados en la unidad de excavacién del Subsector G. mente, de acuerdo a la caracteristica del terre- no (capas fisicas) y no a la variacién en los ma- teriales componentes, por lo cual el valor de las capas es estrictamente fisico. Las capas, sin embargo, definidas sobre una distincion multivariable, fueron nominadas de forma irregular (ver nombres de las primeras capas) debido a tna ambigiiedad en la descrip- cin de una de las variables que permitieron tal distinei6n, en este caso la presencia de material organico (raices y plantas), La presencia de material organico en “superfi- cie" yenla" capasuperficial’ puede considerarse una coincidencia en el registro, mas no deberia indicar una misma capa literalmente hablan- do, tal como se puede pensar de la nominacién, propuesta durante la excavacién. Es por tanto mas coherente reconsiderar la nomenclatura Una lectura mas apropiada debe indicar la es- tratigrafia basada en dos estadios de formacién del registro estratigrafico: un nivel superficial, y dos capas superpuestas. Asi, la nomenclatu- ta debe replantearse de la siguiente manera: a. Superficie, b. Capa 1 (“Capa Superficial”), y c. Capa 2 (“Capa 1”). Dado el registro y la recoleccién de material previamente etiquetado, la nominacién origi- nal no se ha alterado, excepto en esta discusion para fines interpretativos. * Una deseripeién de sus caracteristieas y uso de es- tos tipos de roca en la arquitectura del Sector VIII de Choquequirao ha sido previamente expuesto por los autores en otro estudio (Echevarria y Valencia 2008). ~Acerca de la estratigrafia Resumiendo la estratigrafia tenemos: la Capa 1 (superior), caracterizada por la presencia de raices y piedras pequetias y medianas; y la Capa 2 (inferior) caracterizada por tierra Himpia aso- ciada a piedras grandes y a la base rocosa de la colina (Figura 10). Los estratos, tal como puede deducirse de la descripcién, aunque distintos, se asocian a un tinico proceso de formacion de suelo, el cual es resultado del acarreamiento de material inorginico y de la descomposicién de material organico, resultando en la formacién de humus, Aunque la capa 2, nunca fue agotada por la ex- cavaci6n, es claro que ésta tuvo su final en la roca madre de la ladera, la cual se presentaba como secciones extendidas de afloramientos rocosos con superficies fragmentadas en pequefios clas- tos (tipo cascajo) formadas por descomposicion, Habiendo mencionado que la exeavacion se de- tuvo debido a la falta de material cultural (alfare- ria y litico), es entonces factible proponer que los materiales culturales se depositaron ‘micamente sobre un exclusivo evento de formacién geolégi- ca, el cual consistié en la acumulacién de sedi- mentos y en la formacién de humus natural en la ladera alta del Sector VIII. El tiempo que tomé esta acumulacién, dentro del sustrato natural, nos es desconocido en términos geologicos. “Acerca de los artefactos Es relevante notar que todas las capas de la ex- cavacién arrojaron abundante material cultural, Jo que indica que la deposicién fue ininterrumpi- da mientras duré la formacién natural del suelo Esta acumulacién fue también selectiva dado el reducido grupo de artefactos excavados por no- REVISTA HAUCAYPATA 20 Thvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo Figura 10. Corte estratigritico de la exeavacién de la Cuadricula 5. sotros. La variacién en la categorias de arte- factos (alfareria y litico) parece exponer un comportamiento definido y constante hacia la actividad que generé la acumulacién, aunque con cambios en la frecuencia de determinados tipos de objetos (ver Tablas). ‘A pesar que desconocemos exactamente la naturaleza funcional y la procedencia del ma- terial ceramico, es posible imferir, en el caso de Jaceramica tosca (Figura 11 y 12), que este arte- facto ha sido parte de contenedores 0 grandes vasijas modeladas que se usaron en contextos de almacenamiento como colcas u otros, como parece indicar la evidencia hallada en dife- rentes_sectores del complejo®. La disposicién como desecho y su naturaleza mayoritariamen- te quemada, én algunos casos hasta fundida, revela sin embargo que este material ha podido servir también en contextos secundarios, como bases de quema, antes de ser finalmente des- cartados. Enel caso dela ceramica fina (Figura 13y 14) se ha podido reconocer, grosso modo, una varia- * En el sector II “Coleas”, se registran edificaciones en cuyo interior se presentan “bases” de contenedo- res euadrangulares elaborados en el mismo tipo de material reconocido en nuestras excavaciones. Estas bases son considerablemente anehas, aprox. 2.x 2m. y fueron exeavadas en temporadas anteriores. én de formas de vasijas fragmentadas, que van desde chuas (platos), pyuiiun (cantaros pe- quetios), mancas (ollas), pukus (bowls), raquis (vasijas de boca grande), urpus (cantaros, ‘ariba- los’). Todos en diferentes proporciones, aunque destacando la presencia mayoritaria (en la uni- dad de excavacién) de cuerpos y cuellos de pyu- jiuns 0 urpus, dato que esperamos corroborar con el anilisis ceramico. Aunque la evidencia muestra que ambos tipos de alfareria se depositaron en forma paralela, las, variaciones cuantitativas, por capas (ver Tablas), parecen indicar también que algunas actividades excluyentes se levaron a cabo con mayor fre- cuencia en determinados momentos durante la acumulacién del depésito; aunque guardamos nuestras reservas dada la escala dela excavacion. No obstante hasta aqui es claro que al menos dos actividades, que involucran el almacenamiento de productos y el servicio doméstico, se estu- vieron llevando a cabo durante la historia de la deposicién, lo que puede probablemente exten- derse a toda el area de la ladera que fue afectada por este proceso. Enel caso del material litico tenemos una varia~ cién de dos tipos de desechos hasta ahora recono- cidos. El primero consiste en restos de talla y pie- zas fragmentadas de cilindros de roca tipo aplita (Figura 15 y 16), mientras el segundo consiste en, restos de vasijas pulidas formando platos de base Gori Tumi Echevarria Lépez y Zenobio Valencia Garcia 21 Excavaciones arqueolégicas en un “basural” del Sector VII, Subsector G, de Choquequirao Figura 11 . Arcilla modelada tosea (cerdmica gruesa) exeavada in situ, Cuadricula 5 Figura 12. Arcilla modelada tosea (cerémica gruesa) en gabinete, Cuadricula 5, REVISTA HAUCAYPATA, nvestigaciones arqueologicas del Ta rei con ¢ 108 1yops Figura 13. Ceramica fina, cuello de urpu, excavada in situ, Cuadricula 5, Capa 2. Figura 14. Cerdmiea fina, cuello de urpu, en gabinete, Cuadricula 5, Capa 2. Gori Tumi Echevarria Lopez Zenobio Valencia Garcia Excavaciones arqueologicas en un “basural plana con paredes rectas, en roca calcocuarcita (Figura 17). Basado en el examen preliminar de estos materiales, es claro que provienen de con- textos de usos completamente diferenciados. Elcontexto de proveniencia de estos materiales aporta datos importantes respecto al origen de parte de los desechos encontrados en las exca- vaciones. El caso de la roca aplita es relevante Este material fue extraido de canteras locales? y fue utilizado, en todas de las muestras conoc das, como elementos de la arquitectura monu- mental, los cuales se encuentran tinicamente en los sectores II y III del complejo arqueolégico ELtrabajo en piedra aplita es diagnostico acer ca de la reduccién de esta roca para formar ci lindros, los cuales se incrustan como “clavo: en espacios estructurales de los muros de varios edificios de los sectores II y III, un ejemplo re- levante puede ser la kallanka mayor de la plaza donde los detalles volados en roca aplita apare- cen en forma masiva (Figura 18), Si el material fue reducido in situ, es decir en los edificios, y los tipos exactos de roca son confirmados, en- tonces tenemos un dato seguro que revalida la procedencia de parte de los desechos Hay que anotar sin embargo, respecto a los del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao fragmentos y cilindros de aplita, que estos pue- den ser desechos del proceso de elaboracién de los elementos arquitectonicos y pudieron ser ela- dorados en talleres especiales, los cuales no son conocidos hasta el momento, Siendo este el caso, es posible que los talleres se hayan encontrado cerca de los edificios hacia la cima de la ladera desde donde, es posible, estos restos fueron arro- jados originalmente La aplita, a diferencia del otro material litico, mantiene una presencia continua desde la Capa 2 hasta la superficie, variando en proporcién de acuerdo al tipo de desecho material que esta roca supone. Asi se ha reconocido principalmente de- sechos de talla en la superficie, variando a piezas enteras y pocos desechos en la Capa 1, hasta re- conocerse tinicamente piezas enteras hasta la mi- tad de la Capa 2, siempre en menos proporcién de la ceramica Esta claro, de acuerdo a nuestras observaciones ena cuadricula de excavacién, que los cilindros 9 Las cuales se encuentran en afloramientos de roca dispersos en la zona, nosotros hemos reconocido per- sonalmente estas “venas” discontinuas en varias areas del sector VIIL PROY .HOREQUIRAD egtioe UI -G UNIDAD 3G Cuapelcnla & CAPA 4 CHORDESU Figura 15, Cilindro litico en roca aplita po [%/t0 excavada in situ, Cuadricula 5, Capa 2. suyo Figura 16, Cilindro litico en roca aplita en gabinete, Cuadricula 5, Capa 2 Figura £7. Artefacto litico en roca caleocuarcita (écrisol?), en gabinete, Cuadrieula 5, Capa 1 Figura 18. Piezas liticas de roca aplica en su posicién original en la arquitectura monumental del Sector TI de hoquequirao, o de aplita aparecen posteriormente a cualquier material ceramico en el depésito cultural, lo cual indica que Ia industria relacionada a su trabajo es posterior a cualquier uso de la cera- mica, principalmente de la ceramica modelada tosca que es primera en el registro; siempre dentro de la escala que supone la muestra ex- cavada El otro tipo de material litico, del cual se re~ gistraron muy pocos ejemplos en comparacién a la aplita, consistié de platos pulidos en una roca de textura granulosa (calcocuarcita), los cuales fueron reconocidos primariamente, in situ, como “crisoles" por el segundo autor de este reporte. Este material fue identificado tni- camente en la Capa 1 y no presenté un patron de deposicién comparable al de los demés arte- factos asociados, por lo que se infiere una situa~ cin esporddica de uso. Visto este andlisis, es claro que la mayor parte del material cultural identificado ha constituido un grupo muy compacto, el cual puede asociar- se intra sitio de forma fumcional, si pensamos que corresponden a actividades vinculadas al movimiento social de la Ilacta. De acuerdo a esto, podemos comprender al menos tres cate- gorias de actividades que son implicadas direc- tamente por estos artefactos: almacenamiento ¥ quema, servicio doméstico 0 ceremonial y re- duccién de litico para edificaciones Las actividades comprendidas en estas catego- rias pueden por supuesto extenderse y haberse realizado simultimeamente si asumimos una procedencia general uniforme; aunque para corroborar este planteamiento todavia debe- mos establecer relaciones formales y técnicas mnis precisas con los materiales excavados en los sectores principales del complejo arqueolé- ico, los que ain espera su realizacion. “Acerca de la naturaleza del depésito Hasta donde se ha podido reconocer, el area de deposicién (en la que se inscribe la cuadri- cula excavada) es bastante localizada y com- prende una zona de forma ovalada de aproxi- madamente 50 m, de largo por 30 m. de ancho una ladera marcada de talud variable. Como se puede reconocer del Area completa del sub- sector (Figura 1) este depésito afecté solo una pequeiia parte de la ladera, donde los materia les se mezclaron y se incorporaron al proceso de formacién del suelo Dadas las condiciones fisicas de la Iadera es REVISTA HAUCAYPATA 26 Thvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo obvio que el material arqueolégico ha sufrido los efectos de la dinamica del suelo, lo que significa que ha sido removido y arrastrado colina abajo, hasta quedar estabilizado en las condiciones que nuestra intervencién ha verificado, Se infiere a partir de aqui que existen concentraciones va- tiables de artefactos, los cuales se han formado principalmente por la diferencia en la topografia de la ladera de la colina y la ubicacién de la'zona de arrojo. Los artefactos deben considerarse en contexto primario, mas alla de su proceso de for- macién como depésito arqueolégico. Alrespecto, la unidad de excavacién, ubicada al inicio del tercio inferior de la zona de concentra- cién material, parece haber acumulado una can- tidad importante de artefactos en comparacién a otras zonas de la ladera; lo que se debe, como ya hemos expuesto, a la variacién topogrifica del rea, Esta acumulacién podria ofrecer una inte- resante perspectiva para poder evaluar la histo- ria de la deposicién, especialmente tomando en cuenta la variacion cuantitativa entre los mate- riales excavados, principalmente los ceramicos Por supuesto debe advertirse que se trata solo de una muestra circunscrita y estas relaciones de- ben ser atm contrastadas con otros datos. Evaluando la cerémica modelada tosca, vemos que se presenta ininterrumpidamente en todas las capas de la excavacién, aunque con frecuen- cias variables. De acuerdo a nuestras observa- Gones, esta cerdmica aparece en mayor propor- cién en superficie y en la Capa 2 (mas profunda), mientras en la Capa 1 resalta un mayor volumen de la ceramica fina. $i consideramos que la cer’- mica tosca corresponde a un solo tipo de mate- rial, frente a la variacién formal en la cerAmica fina, es claro que su desecho provino de alguna actividad particular especifica. La proporcién porcentual de los artefactos es muy interesante respecto a los materiales cerd- micos, confirmando nuestras primeras observa- ciones. En superficie (las 6 cuadriculas) la cera- mica tosca se presenta con un 76.57% del total la muestra, contra un 23.43% de la cerdmica fina En la Capa 1 de la Cuadricula 5, por el contrario, Ja ceramica fina adquiere una proporcién mayor diametralmente opuesta, con un 74.19%, contra un 25.81% de la cerdmica tosca Finalmente en la Capa 2 (més profunda), la ceramica tosca recupera su proporcién original (77.02%) contra un 22.98% de la cerdmica fina Esta variacién alternada en la frecuencia de de- Gori Tumi Echevarria Lopez y Zenobio Valencia Garcia 27 Excavaciones arqueologicas en un “basural" del Sector VIII, Subsector G, de Choquequirao posicién cerdmica, si consideramos que la cers mica tosca aparece primero en el registro, pue- de significar que ha existido una intermitencia en el volumen del tipo de actividad que estos desechos han implicado; lo cual podria ser re- levante para inferir diferencias de actividades en las areas con arquitectura expuesta La variacién en la frecuencia del volumen de deposicién, por material, es también evidencia de que el grueso del depésito se ha formado en un lapso de tiempo en el cual han podido haber fluctuaciones en el tipo y cantidad de desechos, Jos que incluyen ademas material litico usado en Ja arquitectura monumental de Ja Iacta; esto podria indicar que cierto tipo de activida- des se hicieron con mayor incidencia en ciertos periodos de tiempo. Hasta aqui no estamos afirmando que toda el rea de deposicién completa haya sido afectada dela misma manera que nuestra tmidad de ex- cavacion, y guardamos nuestras reservas hasta que se amplien las investigaciones. No obstan- te, los flujos de actividad expresados fragmen- tariamente por los desechos de algumos ma- teriales arqueoldgicos parecen indicar ciertas dindmicas sociales durante toda la ocupacién arqueolégica del sitio, que hasta hoy no habfan. sido advertidas. ~Acercadelacronologtay laasociacién cultural Todo el material recuperado en este depésito constituye parte del conjunto de evidencia ar- queolégica del Sector VIII, que se caracteriza principalmente por su arquitectura agricola y un variado sistema de andenerias. Este depé- sito sin embargo se eneuentra ubieado al inicio del sector y no se vincula directamente con la arquitectura arqueologica, salvo mediante una simple relacién espacial en la ladera que se proyecta hacia el oeste. Aunque una asociacion puede ser sugerida por este hecho, los materia- les no parecen estar vinculados directamente a toda el Area construida dado el componente ar tefactual que presenta, con restos liticos, vajilla ceramica y restos de bloques de arcilla mode- Jada gruesa, que indican fuertes vinculaciones con los sectores II, [Il y IV de Choquequirao Es importante destacar, para establecer mejor el tipo de la relacién espacial entre la ande- neria y el deposito de la ladera, que nuestras investigaciones (registros y excavaciones)* no revelaron ningua concentracién de dese- chos, basurales 0 acumulaciones de ceramica u otros, en la arquitectura del Sector VIII, lo que parece indicar que las edificaciones del sector no soportaron el tipo de actividad que generé los restos del Subsector G. Esto ayuda a convalidarla vinculacién entre el la zona principal de la lacta y la basura arqueolégica excavada por nosotros. Hasta este punto, podemos confirmar que parte de los restos hallados, la cerdmica modelada tos- cay los clavos de roca, efectivamente se vinculan a actividades relacionadas a los sectores II y III de Choquequirao, y esto es muy importante para estimar la cronologia y la asociacién cultural en. conjunto, En este sentido hemos podido deter- minar, mediante investigaciones relacionadas en. el complejo arqueolégico, que los sectores cen- trales del asentamiento principal corresponden a la ocupacién cusquefia que hemos llamado la “llacta imperial temprana” (Echevarria y Valen- cia 2012), la cual fue edificada durante el gobier- no del Inca Pachacuti (Echevarria y Valencia 2008 y 2009). Es muy posible por lo tanto que el depésito de desechos se iniciara durante esa época y se haya mantenido permanente hasta el abandono del sitio. ‘Aunque atin falta analizar la cermica, la varia- cién formal de los fragmentos recuperados, que ya mencionamos, apuntan a corroborar los esti- mados temporales, confirmando la cronologia y soportando la asociacién a la cultura Cusco im- perial del siglo XV al XVI. Fue la implementacién de las facilidades para la ocupacién cusquetia del sitio Ia que produjo los desechos examinados, probablemente desde la expansién inicial del Imperio de Tahuantinsuyu a toda Ia cuenca del ‘Apurimac. Conclusiones Evaluando en conjunto la excavacién, podemos establecer que, dado el tipo de evidencia, su posi- cién estratigrafica, y el tipo de deposicién impli- cado, todo el conjunto de artefactos recuperados corresponde a un evento cultural sostenido que puede ser interpretado como los vestigios de di- ferentes actividades sociales relacionadas y lleva- das a cabo en el sector central y principal de la lacta, de las que parecen constituir sus desechos materiales. Se trata entonces de un basural ar- queologico relacionado a la ocupacién cusqueiia del area durante los siglos XV y XVI 4 Un articulo sobre las excavaciones en el sistema de andenes del Sector VIII se encuentra en preparacion. o La evidencia indica también que este basural no estuvo directamente asociado a las gran- des e importantes edificaciones de andenes que pueblan las laderas bajas del sector VIII, habiéndose originado probablemente desde antes de la construccién de esta infraestructu- ra, manteniendo una relacién constante y per- manente con los sectores centrales de la llacta. Esta es evidencia de un comportamiento que no habia sido advertido antes para Choquequi- rao y constituye nueva y relevante informacion sobie las actividades que se llevaron a cabo en el asentamiento. Nuevas investigaciones en el enorme complejo arqueolégico de Choquequirao, pero especial- mente en las zonas centrales intervenidas por la restauracién de COPESCO, con seguridad van a afianzar y complementar la informacién vertida aqui, de esta forma podremos aumen- tar nuestro conocimiento sobre esta Ilacta, y su larga y atin poco conocida historia. Agradecimientos Los autores desean agradecer a los revisores anénimos por sus valiosas observaciones para mejorar el articulo. Todos los errores y omisio- nes son de los autores, Bibliografia CHAVEZ BALLON, Manuel, 1961 La alfareria de Machupicehu. Revista del Museo e Instituto Arqueolégico. Nro. 19: 182-184. Cusco. ECHEVARRIA LOPEZ, Gori Tumi, 2008. Cho- quequirao. Un estudio Arqueolégico de suArte Figurativo. Hipocampo Editores. Lima, ECHEVARRIA LOPEZ, Gori Tumi y Zenobio VALENCIA GARCIA, '2008. Arquitectura y Contexto Arqueolégico. Sector VIII, andenes “Las Llamas” de Choquequirao, Investigacio- nes Sociales. Vol. 12, Nro. 20: 66-83, Revista del Instituto de Investigaciones Histérico So- ciales. Facultad de Ciencias Sociales, Universi- dad Nacional Mayor de San Marcos. Lima. ECHEVARRIA LOPEZ, Gori ‘Tumi y Zenobio VALENCIA GARCIA, 2009. The “Llamas” from Choquequirao: a 15th-century Cusco Imperial rock art. Rock Art Research: Vol. 26, Nro. 2: 213-223. Australia. ECHEVARRIA LOPEZ, Gori Tumi y VALEN- REVISTA HAUCAYPATA 28 Thvestigaciones arqueologicas del Tahuantinsuyo CIA GARCIA, Zenobio, 2010. Las Hamas de Cho- quequirao, arte imperial cusquetio en roca del siglo XV. Investigaciones Sociales. Vol. 14, Nro. 24: 67-88. Revista del Instituto de Investigacio- neg Historico Sociales. Facultad de Ciencias So- ciales, Universidad Nacional Mayor de San Mar- cos. Lima. ECHEYARRIA LOPEZ, Gori Tumi y VALENCLA GARCIA, Zenobio, 2011. Choquequirao, un asen- tamiento imperial cusquetio del siglo XV en la Amazonia andina. Revista Haucaypata. Investi- gaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo. Nro 2: 32-43. Lima. REVISTA HAUCAYPATA 29 Tnvestigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo o El Usno de Tamburco: vinculos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en la ruta del Chinchaysuyu. Apurimac José Luis Pino Matos Jjosepinomatos@gmail.com Wendy Moreano Montalvan wendymoreano@gmail.com Resumen Se presentan los recientes estudios de un Usno, que consiste en una plataforma ceremonial escalonada Inca, ubicada en el distrito de Tamburco, provincia de Abancay, departamento de Apurimac. Esta investigacién muestra los detalles arquitecténicos y orientaciones de dicha plataforma ceremonial, asi como su relacién paisajistica con la montaiia Ampay, una cumbre nevada importante de la zona de Apurfmac, como también su importancia en el contexto dela ruta Inca hacia el Chinchaysuyu y su conexién con otros paisajes sagrados. Palabras claves: Imperio Inca, Usno, Tamburco, paisaje sagrado. Abstract In this article, we present recent investigations of an Usno, which consists of a stepped Inca ceremonial platform, locatedin the Tamburco district, of the province ofAbancay, in thedepartment of Apurimac. This research considers the architectural details and orientation of the ceremonial platform, and its relationship with the local landscape and the Ampay mountain, an important snow capped summit within the Apurimac region, as well as its ritual importance in the context of the Inca road into Chinchaysuyu and its connection with other sacred landscapes. Keywords: Inca Empire, Usno, Tamburco, sacred landscape Introduccién El Usno en la época Inca, tuvo una particu lar importancia en las cetemonias publicas. Sus relaciones histéricas, caracteristicas fisicas y posibles funciones, que se observaron en el Cuzco y sitios significativos del Tawantinsu- yu, son referidos en importantes estudios pre~ cedentes (Ziuidema 1980, Rowe 1990 y 2003, Hyslop 1990), en algunos casos con mas de talle para él Chinchaysuyu (Shea 1966 y 1968; Matos 1986 y 1994; Meddens 1997, Meddens et al. 2008; Makowski y Ruggles 2011), otros para la zona del Cuntisiyu (Ziolkowski 2008) y dela misma manera para algunos casos de la zona del Collasuyu (Raffino et al. 1997; Lynch, et al. 2010; Moyano 2010). Estudios recientes sobre estas plataformas que se encontraban en. las plazas de las capitales y tambos Inca como también en zonas altas de montatias ynevados, nos indican su importancia a nivel ritual, estos estudios reserian investigaciones previas, anali- zan con mas detalle las fuentes etnohistéricas y asimismo plantean la relacin de estas construc- ciones con las libaciones ceremoniales que se realizaban en las principales festividades del ca- lendario incaico (Pino 2004, 2005, 2010a, 2010b y 2010c; Monteverde 2010 y 2011). Para la zona de Apurimac, las referencias sobre un sitio Inca con presencia de plataforma cere- monial Usno, han sido reportadas para el tambo de Curamba (Del Mar 2006 y Vetter et al. 2008), pero para el tambo que debid existir en Abaneay, las referencias escritas son muy pocas. La prin- cipal evidencia que existe es la arqueolégica, en- tre las que destacan los vestigios de arquitectura Inca en Tamburco, que constituye la evidencia material que ha permitido identificarla y asociar- Ta con esta época. PINO MATOS, José Luis y MOREANO MONTALVAN, Wendy, 2013, El Usno de Tamburco: vineulos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en la ruta del Chinchaysuyu. Apurimac. Revista Haucaypata Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo. Nro. 6: 29-40. Lima José Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvan 30 EI Usno de Tamburco: vinculos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en Ta ruta del Chinchaysuyu. Apurimac Antecedentes El Usno de Tamburco, a nivel local también es conocido en lengua quechua como Usnomoc- co 6 Usno-mogo, para referirse a un elevado promontorio que asoma en medio del distrito ¥ que sirve como punto de referencia y mirador de libre acceso en Ja zona. Entre los estudios arqueolégicos previos so- bre este Usno, se encuentran las prospecciones y excavaciones que realizaron Gladys Lagos y ‘Avelina Quispe en 1991, quienes lo ubican en sus reconocimientos, describen como una pla- taforma cuadrangular, denominan como Us- no-mogo y proponen su filiacién Inca a partir de sus excavaciones al pie del mismo (Lagos y Quispe 1993 y Lagos 1999). Algunos afios mas tarde, Italo Oberti plantea la importancia ritual de este Usno en el periodo Inca, levanta un pla- no detallado del sitio y refiere que Shirley Al- paca, hallé material éseo asociado a cermica Inca, piezas de oro y valvas de spondylus sp. (Oberti 1997: 15-21). Posteriores publicacio- nes, que refieren sobre este tipo de construc- ciones escalonadas ubicadas en el camino Inca del Chinchaysuyu (Espinoza 2002: 171 y Julien 2012: 153, 165), plantean que Tamburco se tra- taria del ‘Tambo de Abancay 0 Amancay, el cual figura en Ja listas de tambos que se tienen de la- Colonia (Vaca de Castro 1908 [1543]; Guaman Poma 1987 [1615], Pizarro 1968: 568 [1571]). En este articulo, en base ala informacién preceden- te, presentamos un analisis con mas incidencia en los aspectos arquitect6nicos, estructurales y sobre todo paisajisticos. Ubicacion Eldistrito deTamburco se encuentra en el Depar- tamento de Apurimac, al pie del nevado Ampay, al NE de la ciudad de Abancay. El camino Inca que viene de Cuzco a Vileashuaman (Ayacucho), atraviesa este distrito. En este lugar quedan los vestigios de una construccién incaica, a 50 me- tros de la plaza de armas del distrito en mencién, accediendo por la mitad de la primera cuadra de Ja calle Micaela Bastidas, hacia la derecha cuesta arriba. La ubicacién exacta de esta construccién Inca es la siguiente: Coordenadas Geograficas: 72°52’20’’ longitud oeste; 13°37’16’” latitud Figura 1. Ubieacién de Tambureo al pie del santuario de Ampay. Abancay-Apurimac. REVISTA HAUCAYPATA Tnvestigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo Figura 2. Plano y orientaciones del Usno de Tamburco. 12.5 m, José Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvan 32 EI Usno de Tamburco: vinculos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en Ta ruta del Chinchaysuyu. Apurimac Figura 3. Paramento frontal del Usno. Lado NW. sur, Coordenadas UTM-WGS 84, Zona 18S 730187 este, 8493136 norte y con una altitud de 2610 msnm (Figura 1) Descripcién El Usno consta de una sola construccién en un terreno semi-inelinado, dentro de una zona urbana. Es un edificio piramidal trunco de tres plataformas superpuestas, planta rectangular de 35 m. de largo, 22 m. de ancho y 8 m. de alto, con una escalinata adosada en el lado NW que va desde la base de la plataforma hasta la cima (Figura 2). Los materiales utilizados para la edificacién son basicamente piedra y barro. En la parte superior de la plataforma se obser- vala traza de un pequetio recinto rectangular a desnivel ubicado al costado de una formacién rocosa que aflora en esta cima. Tomando como referencia la escalinata, el frontis de esta cons- truccién es de 334° de Azimut (de SE a NW). Técnica constructiva La identificacién de las caracteristicas cons- tructivas se realiz6 utilizando los parame- tros de descripcion para muros arqueoldgicos planteados y usados por el arquitecto San- ftiago Agurto Calvo (1980 y 1987) en el estu- dio de la arquitectura Inca en Cuzco. Para el registro arquitecténico en campo, los muros de cada uno de los cuatro lados de las plata- formas superpuestas y algunos componen- tes se han enumerado de la siguiente manera -Primera plataforma o plataforma inferior: Mu- TOS 1,2, 3,4 -La tiniea escalinata se ha enumerado arquitect6- nicamente como §. ~Segunda plataforma o plataforma media: Muros 6,7, 8, 9. ~Tercera plataforma o plataforma superior: Mu- TOS 10, 11, 12, 13, -El recinto a desnivel o receptaculo de cantos ro- dados: 14 -La roca 0 el afloramiento rocoso que sobresale en la cima de la plataforma: 15, Caracteristicas Las tres plataformas del edificio piramidal rec- tangular del Usno estén conformadas estruetu- ralmente por muros de contencién con relleno de piedras y barro. La escalinata adosada a las tres plataformas, sirve de contrafuerte estructu- ral de la plataforma hacia el NW. Eltipo de aparejo es ristico, la naturaleza de las piedras es caliza con un tamatio promedio que va de 20 em. a 4o em, la junta de las piedras es, ristica y la argamasa que une las piedras es de tierra arcillosa. El estado y los perfiles de las pie~ dras fueron desbastadas. Estructuralmente los ‘muros tienen un asentado acufado de estructura transversal, un asentado desigual de estructura REVISTA HAUCAYPATA, Tnvestigaciones arqueoldgicas del Tahuantinsuyo Figura 5. Hilada ordenada en la base del muro SE, José Luis Pino Matos y Wendy Moreano Montalvan 34 El Usno de Tambureo: vineulos de una plataforma ceremonial Inca con el paisaje local en Ta ruta del Chinchaysuyu, Apurimae de estructura vertical y un asentado variable de estructura horizontal. Por ello se observa que la técnica de construccién es compuesta ¥ el sentido de las hiladas es semi-ordenada, de acuerdo a la clasificacion de las técnicas cons- tructivas descritas por Agurto Calvo (1980 y 1987) (Figura 3). En la estructura interna de Jos muros se observa presencia de cumias o pa- chillas, consolidadas con argamasa de barro (Figura 4). Asimismo, hacia el lado SE, en la base, se puede apreciar hiladas superpuestas ordenadas con piedras desbastadas con forma aplanada y rectangular, también con presencia de cumias o pachillas (Figura 5) Esta tecnologia constructiva observada en el Usno, es bastante similar a las caracteristicas de Llafiukancha, Inga Pinkuyllunan y Qorhua- ni (Lagos 1999: §6, 63-65), sitios arqueolégicos proximos a Tamburco en direccién al Cuzco. Particularidades moniales En la parte central de Ia cima del Usno, se puede apreciar un pequefio recinto rectangular a desnivel, que posiblemente se tratarfa de un recepticulo o pozo de ofrendas liquidas. Esta estructura rectangular mide aproximadamente 2.5m. por1.5 m. Ha sido construida con piedra semi-canteada de aparejo riistico y con presen- cia de cantos rodados en su interior (Figura 6). arquitecténico-cere- Este recepticulo fue construido adosado y al pie de la parte superior de un afloramiento rocoso que sobresale en esta cima hacia el lado SW. Asi- aismo, se observa que este afloramiento rocoso de naturaleza caliza, presenta hendiduras y aris- ‘tas naturales (Figura 7) Vinculos del Usno con el paisaje local La sociedad Inca, siempre tuvo en cuenta su cosmovisién al momento de planificar ciertos asentamientos, Es muy probable, en este contex- ‘to, que el paisaje local haya desempeiiado un rol importante en el disetio de las plataformas cere- moniales. Planteamos los siguientes vinculos: -Por la ubicacion: La plataforma Usno, como referimos previamente, se construy6 en una su- perficie semi-inclinada al pie y hacia el SE del hevado Ampay. -Por el lugar de emplazamiento: Si bien la pla- taforma fue edificada al pie del nevado Ampay, esta construccién se realiz6 sobre un afloramien- ‘to rocoso vertical notable (mas de 10 m. de alto aproximadamente). Por el tamafio de la superfi- cie rocosa, la plataforma superpuesta rodeé por sus cuatro lados, con muros de contencién, al afloramiento rocoso. Afloramiento que al ser de grandes proporciones, con forma puntiaguda en Su parte superior y presentar algunas concavida- des, debid tener una importancia particular. Figura 6, Recepticulo o pozo de ofrendas del Usno de Tamburco. = REVISTA HAUCAYPATA. 35 7 Investigaciones arqueolégicas del Tahuantinsuyo -Por el acondicionamiento arquitecténico: En este caso, la construccién por tener alrededor de 8 m. de alto, destaca en el paisaje local, vi- sualizando cualquier accién que se lleve a cabo en su cima, desde los espacios préximos a ella Dela misma manera, una evidencia que vincu- Ia directamente con el espacio local inmediato, es la implementacién de un pequetio recinto a desnivel, a manera de recepticulo adosado y al pie del afloramiento rocoso que sobresale por Ta cima de la plataforma (Figura 8). Este recep- taculo pudo haber servido como pozo de ofren- das Iiquidas de connotacién ritual, que por contener um relleno de piedras sueltas y can- tos rodados en su interior, debié drenar facil mente cualquier liquido hacia la roca y la parte interna de la estructura. Es decir, de’ modo ex profeso, el afloramiento rocoso fue cubierto en gran parte por la plataforma Usno, dejando al descubierto solo su parte superior. -Por la orientacién: La orientacién principal del Usno es hacia el lado NW a 334° de Azimut, que es hacia donde se dirige la escalinata de 1a edificacién. Esta orientacién es hacia las forma- ciones rocosas més altas y abruptas de la cima del nevado Ampay (5100 msnm). Del mismo modo, Ja orientacién inversa de la escalinata, hacia el lado SE a 154° de Azimut, se orienta hacia las for- maciones rocosas superiores del macizo de Yona- yma y las partes altas de la zona de Lambrama. La orientacién principal del Usno (a 334° de Azimut), no necesariamente tiene wna implican- cia astronémica directa, pero si una relacion con, los primeros rayos solares, todos los dias del atio cuando el cielo se encuentra despejado. Pues, por ser la cima del nevado Ampay el horizonte mas alto de todos los cerros de la zona y ser sus for- maciones rocosas de la cima las que primero se iluminan cuando sale el sol, la orientacién cobra mas sentido e importancia (Figura 9), -Por la presencia de material Inca en la monta- tia referencial: La montatia Ampay, se considera Figura 7, Roca o afloramiento rocoso en la cima del Usno de Tambureo

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