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En torno a las ideas de Cossio Con certero sentido filoséfico, el Dr. Carlos Cossio plantea el problema metedolégico en el umbral mismo de sus investiga- eiones. Y, para resolverlo, desciende a la m&s puras aguas de la ontologia, dirigiendo su atencién hacia el examen de la natu- raleza de los objetos (1). “Hs de firme evidencia, —afirma—, que un objeto debe ser tratado con un método adecuado a su naturaleza” (2). Este eriterio lo conduce, inspirandose en las “ontologias regionales” de Husserl, a dividir los objetos en cuatro grandes categorias: 1) Objetos ideales. Son irreales. Tienen algén modo de Ser, pero carecen de existencia; no se dan en la experiencia ni el tiempo; son ajenos a la idea de valor. (Objetos de la légica y de las matemiticas). 2) Objetos naturales. Son reales, tienen existencia, se dan en la experiencia y en el tiempo. Son, en si mismos, netitros al valor. De ellos se ocupan las Ciencias de la Naturaleza. 3) Objetos culturales. Son creados por el hombre, actuando de acuerdo con valoraciones. Participan de los mismos carac- teres que el grupo anterior, pero, ademas, son valiosos, con signo positive o negativo. Aquf se incluiria el Derecho. 4) Objetos metafisicos. Son reales, tienen existencia, no estan en la experiencia y son valiosos. Por ejemplo: el Ser Supremo (8). Cada uno de estos planos de la realidad seria estudiado por ‘En. anilogo sentido, eserthe €1 profesor espaficl don Antonio Hemandes: Mi "en nabralors del suitcto ba’ de 'wanis astereataads "pot ic wataialoes ae) ‘Gbieto a considerar, Hn cuanto el Derecho acota una gona especifica de In rea- ded y, cumple ana fancién, propia. reclame an método propio, De squl aus métodos vlidos para otras disciplinas no Ip sean para la nostra, Poro ato uiery dgelr cup ags de rechasarse, sintemsticamente. toe mugestin, rsctodelgzien Foon, miticho.culdado™. (*hetodoloria Revista de Doe Recto Privado, Madrid, 1949, pag, 381 Vid. también Bascunan Valdés, Anibal, Beapeal ce Feenica de la Investigacion Juritico-Social", Baltorial Juridien ds @) ta evra elton ol Demoho Fst eonbepio fustaieo de in’ Hering’, Losada, . eno "(By Wid, Gociio. Ontlos, ob. tt, phge. 6° y oe. n0 un grupo especial de disciplinas, con métodos propios: el de los objetos ideales, por la légica y las matematicas, utilizando el método “racional-deductivo”; el de los objetos naturales, por las. Ciencias de la Naturaleza, con el método “empir'eo-induc- tivo”; el de los objetos culturales, por las Ciencias del Espiritu, con el método “empirico-dialéctico” (2): el de los objetos meta- fisicos, por la filosofia, no indicando el doctor Cossio con qué método. El catedratico argentino no se ocupa de estos tltimos, dejandolos al margen del cuadro general, con una discreta pero visible repugnancia de neo-positivista. La concepcién impuesta a grandes rasgos, no obstante su brillantez sistematiea y légica, merece algunas objeciones. La primera afecta las bases mismas en que se apoya. La divisién de los objetos en cuatro grupos no es tan mareada co- mo parece. Los lamados “objetos culturales” no son, en el fon- do —si se prescinde de un preconcepto sobre los valores—, sino objetos ideales materializados; pensamientos que, desbor- dando la esfera individual y subjetiva, adquieren realidad so- ~ cial. Piénsese, por ejemplo ,en la idea creadora de un pintor (“objeto ideal”, en tanto mera “idea”), que realizdndose en el espacio y en el tiempo, se convierte en el euadro (“objeto eul- tural); 0 en la concepeién del jurista que, incorporada a un texto legislativo, se transforma en Derecho. E]_ mismo objeto, por consiguiente, puede ser estudiado desde dos dngulos distintos: desde “fuera”, considerdandolo co- mo “objeto cultural” y desde “dentro”, abstrayendo la idea que lo informa, como “objeto ideal”, Por otra parte, para earacterizar una ciencia y determi- nar sus métodos, mds importante que su objeto material es la forma cémo éste se considera, el punto de mira que se adopte ante él; 0 sea, el “objeto formal”. Una misma disciplina puede ocuparse de diversos objetos materiales, a la vez que un mismo objeto material puede dar lugar a distintas ciencias. Por ejemplo, la filosoffa carece, como tales, de objetos ma- teriales propios: todo lo que existe puede ser objeto de su in- dagacién. Lo que la distingue es la intencién del agente, la peculiar actitud del espiritu que quiere descubrir en las cosas ciertos aspectos inespaciales e intemporales: origenes, causas, esencias, finalidades, valores. Un mismo objeto material, en cambio, puede ser estudia- do por distintas disciplinas. Por ejemplo, una eseultura puede EN TORNO A LAS IDEAS DE cOssIO iit atraer Ja atencién: 1) de Ja estética, como obra de arte; 2) de la historia, como testimonio representativo de una época de- terminada; 8) de la sociologia, como fenémeno social; 4) de Ia fisica y la quimica, en cuanto a la naturaleza ¥ propiedades de la substancia material que la constituye; etc, Aparece asi de manifiesto que lo que caracteriza a toda ciencia (entendiendo esta~palabra en su significado amplio, comprensivo de la filosofia), no es tanto el objeto material, sino la peculiar actitud que se adopta ante él, el especifico as- pecto que se estudia. El método, por lo tanto, debe estar sub- ordinado al objeto formal. TI En sus aspectos substanciales, la “teorfa egolégica del De- recho”, no obstante hallar su punto de partida en la “teoria pura”, desborda y supera su estrecho formalismo bajo la égida fecunda de Dilthey, Bergson y, sobre todo, Husserl y !el- degger (4). a doctrina de Kelsen, como el mismo ha terminado por reconocerlo (5), se limita a una mera légica juridica formal. Pero, observa el profesor Cossio, si bien este aspecto tiene plena validez dentro de su Ambito propio, el Derecho no puede ser reducido al estudio de puras estructuras conceptuales”, por- que, por encima de ellas, es ante todo realidad humana (6). Para formular una verdadera teorfa de la “Ciencia Ju- ridiea Dogmitica”, hay que poner en descubierto todos sus su- puestos, no sdlo los que atafien a Ja légica formal, sino también los que se refieren a Ja ontologia juridica, a la axiologfa jurf- dica pura y a la légica juridica trascendental (7). Tal debe ser la misién de la Filosofia del Derecho. El profesor Cossio comienza por ubicar e} Derecho, dentro (4) “*a teorfs egologics —expresa el Prof, Lega y Lacambra— representa 1 més Yograda aplicacién realizada hasta ahora de la metafisien del existenclalismo al pensamiento furidico”. "La concepelén egolégica del Derecho”, en la Revises de “Informselén’ Juridica” del Ministerio de Justicia, Madrid, octubre de 1947, ED (5) Vid. Cossio. Carlos. “Teoria egciéeica y teorla pura, (Balance provisional go Is visita de Felsen a la Argentina), en In “Revista de Estudios Politicos” de Madrid, Abo IX, N° 48, Vol, XXVIII. i949. (6) Vid. Coseio,-Catlos, “Norma, Derecho ¥ Filosofia”, Separata de los “Ama-- "ek Coleuio de Abogados de Santa Fe, Ano T, N° 1, g/t, pig, 18, (1), Wi. Cossio, teoria egoldgica..., etc."," pig. 124. Ea su reciente ar- Heulo “Teoria ezolégies y teoria pura” (Balance provisional de la visita de elsen a la Argentina), al profesor Cosslo agreza uno, més a los grandes problemas ©” que “se despliega” Ia “Teoria Eyoldgica": 1a “gnoseologla del error”. (2). 12 EN TORNO A LA IDEAS DE COssIO de las diversas zonas ontolégicas ya indicadas, entre los. ob- jetos culturales, pero formulando una distincién importantisima. Tales objetos pueden ser de dos tipos: 1) mundanales, en euanto representan, “vida humana objetivada” —segin la ex- presién de Recaséns Siches—, o sea, actividad del hombre ex- teriorizada y encarnada en la realidad externa; y 2) egolép eos (de “ego”, yo), que constituyen la misma vida humana en cuanto viviente y actuante, considerada en los actos humanos. Mientras para Recaséns Siches el Derecho pertenece al primer grupo de objetos (8), para el eminente jurista argen- tino debe ser situado en el segundo. En “solitaria” oposicién a todas las doctrinas tradiciona- les (9) —para las cuales, preseindiendo de diferencias aeceso- rias, el Derecho es un conjunto de normas de comportamien- to—, la afirmacién capital de la ‘teorfa egolégica”, de que de- rivan los desarrollos ulteriores, es que el Derecho es la conducta misma, es “vida humana viviente”. Por consiguiente, el objeto de la “Ciencia Juridica Dog- mética” tampoco es la norma, sino “la conducta humana con- siderada en su interferencia intersubjetiva” (10) ; la “conducta como conducta, es decir, Ja conducta en su libertad” (11), Olvidando completamente la diferencia que hay entre las ciencias del ser y las disciplinas del deber ser, el profesor Cossio eseribe: “De la misma manera que el objeto del conocimiento , del astrénomo son los astros, y no las leyes de Képler y Newton, porque éstas son sdlo conceptos, con Jos que los astros son ¢o- noe'dos, asi también en la Ciencia Dogmatica el objeto del co- nocimiento del jurista no son las normas sino la conducta hu- mana en su interferencia intersubietiva, porque las normas furfdicas son s6lo conceptos con los que aquella conducta es conocida come conducta. Las normas son simplemente Jos con- ceptos con que pensamos esa conducta” (12), Esta tltima frase debe ser subrayada con énfasis, pues (id. ecuséns Siches, Ents, “vide Humana, Sociedad y Derecho", 2 edi- alén, Fondo de, Cultura Economica, MéEt (9). Sobre el parnlelo entre In “ecria enoléeica” y Tas comeepciones tradicto~ ales, véase In blen documentads, monoyrafia, de Jalme Pecrlaux, “Tag reslas de condtcta. “Diferenclas entre ig teoria tradicional del Derecho "—incluso Is ds Kelven— y ta teoria ovol6yica®, Sepursta de lu "Revista Juridica de Cordoba”. ‘Abo, 2. NP 7, Buenos Aires, 198 que’ observar, sin aes ue Ro, compartimos ru opinion, por razonte fe. consicnaran That ‘as que te nisor ‘egologtea’ ae ‘Coeslo, Carl cema, Derecho Filosofia (12) Costa, Carios, “La teoria egologica del BN TORNO A LAS IDEAS DE COS&IO 113 pone de relieve otro de los puntos fundamentales de] “egolo- gismo”: el papel meramente cognoscitivo de las normas. Aclarando esta idea verdaderamente desconcertante, el ju- rista argentino Jaime Perriaux escribe: “Para toda la teoria tradicional (incluyendo a Kelsen), hay _que considerar tres planos: conducta, reglas de conducta o nor- mas y pensamientos —de la conducta y de Jas reglas de con- ducta—; para la teoria “egolégica” sélo hay dos planos: con- oe y reglas de conducta o normas, que son los pensamien- tos (13)”. Cossio repite de miiltiples maneras su revolucionaria afir- macién: “las normas nos resulta un simple concepto que repre- senta intelectualmente una condueta” (14); “la norma no pue- de ser objeto del conocimiento juridico porque ella misma es ese conocimiento juridico” (15); “la relacién de la norma a la _conducta es la relacién gnoseolégica de la significacién 0 concepto al objeto” (16); “no se conoce a Jas normas, sino que se conoce con las normas a la conducta como conductor” (17). Desde el punto de vista axiolégico, Cossio, siguiendo a Husserl, estima que “la norma no es, de ninguna manera, un juicio de valor, pero supone ineludiblemente un juicio de va- Jor” (18). Sin embargo, por otra parte afirma que “la norma- tividad es ajena a toda valoracién, aunque la norma mienta un objeto valioso, porque el valor aquf comprendido es una cuali- dad de la condueta y no de la norma” (19). Hn el plano de Ja légica-juridica-formal ,el jurista argen- tino, aceptando en general la doctrina de Kelsen, le hace, sin embargo, una apreciable modificacién: la norma no debe ser tenida como juicio hipotético, sino como “juicio disyuntivo”. “Dado un hecho con su determinacién temporal —debe ser— la prestacién —por alguien obligado— frente a alguien titular —o (cépula disyuntiva)— dada la transgresién —debe ser— la sancién por un funcionario obligado o ante la Co- munidad pretensora” (20). El primer tramo de Ja estructura disyuntiva —correspon- (13) Perriaux, Jaime, “Les regtas de conducta, Diferencias..., ete.", pag .12. frase entre paréntesis es agrerado nuestro, (14) Cosslo, Carlos, ‘La teorla egoldgioa del Derecho..., ete.”, pg. 103, (18) Cosslo, Carlos, “Norma, Derecho y Filosofia”, phe. 14. (18) Toidem, pag. ) Cossio, Carlos, (18), Gossto, Cartos, ‘La teoria enolégicn del Derecho... et ‘Norma, Derecho y Filosofia", pig. 35. », pie. 145, a) ate AES semen eset ioe es ats ann FS, (iroey apes pe eens iol Ghenes eemor awe eonstftuyen lo que Cossio iid EN TORNO A LAS IDEAS DE COssIO diente a la “norma} secundaria” de Kelsen— se denomina “en- donorma”’; el segundo ‘la “norma primaria” de ese autor— es Hamado “perinorma” (21). Hay que reconocer en este punto que, si se afirma que la norma no es un imperativo sino un juicio, resulta indudable- mente més agudo y profundo el andalisis de Cossio que el de Kelsen y mucho mas légica su conclusién. En los demas aspectos, parediando una vieja anéedota, po- dria decirse que en la “teoria egolégica” hay cosas nuevas y ¢iertas; pero lo nuevo en ella no es cierto y lo cierto no es nuevo. Cuando Cossio afirma que el objeto de Ja Ciencia Juridica es la conducta, est4 repitiendo, en parte, una antigua nocién de la filosofia perenne, Para los escolisticos, el Derecho es s6lo. una rama de la Etica y ésta tiene por objeto material la conducta y por objeto formal, la conformidad o disconformidad de Jos actos humanos con los fines sefialados por la norma (22). La segunda de las grandes tesis de la “teoria egolégica” debe ser aclarada bajo distintos aspectos. Se asevera que la eonducta es el Derecho y que, al mismo tiempo, las normas juridicas (Derecho también) son la repre- sentacién conceptual de la conducta. A primera vista, parece légicamente inaceptable que las mormas juridicas sean a la vez conceptos (objetos ideales) y conducta actuando (objeto real o cultural, segin el punto de vista que se adopte). Pero Cossio, tratando de salvar la in- consecuencia con una especie de realismo aristotélico, escribe que la norma, en cuanto coneepto, “integra el propio objeto que mienta, de modo que la norma resulta inmanente como sen- tido a la conducta” (23). Pero la conclusién no deja de impo- nerse: si la norma juridica integra, es inmanente a la conduc- ta, Derecho y conducta no son la misma cosa, sino dos obje- ‘tos distintos. Queda por examinar el otro término de la tesis: las nor- mas como coneeptos, como medios de conocer la conducta. Pe (21) Vid, Cassio, Carlos, “Norma, Derecho y Pilosotia”, pig. 38. (G2) El Profesor Ruis-Giménes, por ejemplo, cuya inapiracién. ideol6giea no ofrece lugar a dudas, escribe que el objeto de Ia clencia Juridica es “la conducta ‘humana en su concréta realidad" (“Introduceién Elemental a Js Filosofia Juridics Crltlena’”, Rdtclones y Publicaciones Espafiolas, 8. A, Madrid, 1945, Pag. 81. Vid. tamblén pies. 96 y 104). Tn andlogo eentido, Vid. "Tachance 0. B,, Louls, “Le jon Aristote et 8, ‘Thomas, Editions Albert Levesque, ‘Mos (23) “Cossio, ‘Onrioa, “Reoris. Egolégica y- teoria pura. (Bulance provisional de te visita de Keisen a la Argentina)”, pag. 213, EN “LORNO A LAS IDEAS DE COSSIO 116 ro aqui es necesario formular una distincién previa. sQué en- tiende Cossio por conocimiento? a) Si “conocer” significa para 61 lo mismo que para la gnoseologia y la légica, no cabe duda que la funcién de la norma no es cognoscitiva. Nadie diseute que la norma alude a un comportamiento como debido, futuro y’ contingente: por lo tanto, la norma no representa la conducta tal como es (cono- cimiento), sino como debe ser (ordenacién); no explica, pres- cribe. No es menester insistir mas en el punto: esta suficiente- mente claro en el ya muy repetido paralelo entre leyes fisicas y normas de conducta, que podré encontrarse en cualquier texto sistematico de Filosofia del Derecho. Por eso, tiene razén Kelsen cuando dice, reeurriendo a una diplomatica met4fora para no arremeter abiertamente con- tra la “teoria egolégica”: “EI Derecho, estatieamente conside ¥ado, es norma: las normas en cuanto que determinan la con- ducta, pero s6lo las normas y nada ms que las normas dadas por los érganos, En cambio, el Derecho dindmicamente consi- derado es conducta: la conducta, en cuanto esté determinada por las normas, hay que precisar...”. “.. .La distincién entre Estatica y Dinamiea obedece al Derecho visto en estado de re- poso o de movimiento: alli aparecen las normas juridicas y aqui los actos juridicos de creacién y ejecucién del ordénamien- to juridico” (24). b) Si “conocer” significa, en cambio, “valorar jurfdica- mente”, “categorizar”, confrontar una conducta pasado 0 po- sible con lo prescripto por la norma, para calificar su juridi- cidad, no habra inconveniente alguno en aceptar la tesis “ego- légica”. Pero, fuera de que los términos “conocimiento”, “co- nocer”, “cognoscitivo”, “concepto”, ete., estardn sacados de qui- ¢io, resultarfa que la concepcién de Cossio era... exactamente igual a la tradicional. Pues, en efecto, el papel de las normas ha sido siempre considerado bajo un doble aspecto: 1) antes de producida una conducta, para prescribirla; 2) después de ocurrida, para juzgarla, segtin su conformidad o disconformi- dad con lo establecido en Ja norma. Con todo, sean cuales sean las eriticas que puedan for- mularse a la “teoria egolégica” no puede menos de reconocerse (2) da ty Goferoncle, dictade por Hans Jelaen en Buenow Aires, sogin le ‘version dada por Carlos Cossto, Ob. elt., 288, Se ad hotties de Jas concenctones filosst juridicas contemporaéneas en lengua castellana. sae - Pox otra parte, con sus errores y sus ‘aclertog: ha tech la Inapreciable virtud de sacudir fuertemente, incitando al estu- dio y promoviendo apasionadas polémicas, la incipiente con- = filoséfico-juridica de Hispano-América, Profesor de Tenia aa Estadie de las as Clneia Jes ¥ Sociales

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