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Acozac Juergen K, Brueggemann ANTECEDENTES Acozac, también llamado Ixtapaluca Viejo, es un sitio arqueo- légico de la época azteca que se encuentra en la orilla septentrio nal del antiguo lago de Chalco, a 19° 19' 46'' latitud norte y 98° 53' 45'' longitud oeste. Su ubicacién en la ladera de la zona mon- tafiosa enla parte oriental de la cuenca de México le ha dado a es- te sitio una connotacién estratégica politico-militar. Por eso, Ni cholson y Grove (Grove 1963) han pensado que se trata, en esta ca- 50, de una punta de lanza de los acolhuas, puesto que, la pobla--- ¢ idn ‘chalea estaba en constantes rifias como 1a Triple Alianza a - mediados del siglo XV. Es f4cil entender que 1a posicién geografi- ca y geomorfolégica del sitio de Acozac debe haber jugado un papel decisivo en las disputas aztecas por la hegemonia en esta parte sur oriental de la Cuenca de México. Aunque no se menciona su existen cia en las crénicas y en las tradiciones orales, todavia hoy exis- te la costumbre de dividir la poblacién del lugar en aztecas y chalcas entre aquelos que viven al norte de la carretera México Puebla y los otros que viven al sur. Las condiciones ecolégicas y etnolégicas actuales del lugar - estén intimamente ligadas con el desenvolvimiento econémico y la - 134 expansién urbana de la ciudad de México. Todavia hace 15 afios la — regién de Chalco, Tlapacoya e Ixtapaluca vivia el ambiente provin- ciano del campo mexicano, pero ahora 1a mayor parte de la poble- cién est4 integrada, de una u otra manera, 4l proceso industrial de la.metrépoli. Lo que hab{a sido en tiempos prehispénicos el lago de Chalco se convirtié durante la colonia en un 4rea agricola importante pa- ra el suministro de la capitel. Ahora, se encuentran ahi muchos es tablos para la produccién lechera y se siembra alfalfa como alimen to adicional para la produccién ganadera. También se encuentran - granjas avicolas y de engorda de puercos al igual que plantas in- dustriales y de transformacién alimentaria. entre las cuales desta can las de la rama textil y destiladores de alcohol. A pesar de la contaminacién atmosférica de la Cuenca de Méxi- co y las lluvias 4cidas que caen sobre los 4rboles y los van des- truyendo, esta parte de la Cuenca aparenta todavia alguna estabili dad ecolégica. El clima es templado, con precipitaciones estacionales en los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre, en tanto que el resto del afio se caracteriza por la falte de lluvias, cielo despe- Jado, altas temperaturas durante e1 dia y bajas enla noche, ocasio nalmente, bajo 0° Cc. La flora y fauna silvestres han desaparecide casi por comple- to ante la intensa actividad agropecuaria y la densidad de los - asentamientos humanos. Por su alta densidad de poblacién, esta area ya no puede considerarse como rural, sino semiurbana o courbana. Los datos arqueolégicos del sitio se basan, exclusivamente, - en los estudios realizados por Nicholson y Grove (1963), Contreras (1976) y Brueggemann (1976). 135 Nicholson y Grove exploraron parte del juego de pelota en el lado noroccidental del 4rea ceremonial, obtuvieron en sus excava- ciones 370 tiestos ceraémicos, los cuales no pudieron seriarse por falta de estratigrafia y, en consecuencia, se clasificaron por ana logia tipoldgica en 8 tipos cerémicos. Los diferentes tipos de po- licromo texcocano fueron las cerémicas m4s representativas en esta ocasién. En 1973 la fraccionadora Acozac inicié obras de urbanizacién en el sitio, lo que llevé a la destruccién de gran parte del pala- cio (edificio No. 52), hecho que fue denunciado al Instituto Nacional de Antropologia e Historia (INAH). Durante la temporada ~ de 1973-74 Contreras exploré y reconstruyé, por parte del INAH, to dos los edificios que pueden visitarse actualmente; 41 mismo tiem- po, Brueggemann realizé los estudios estatigraficos y de seriacién cerdmica, ocasién enla cual, se obtuvieron 5227 tiestos cerdmicos que fueron seriados mediante procedimientos estadfsticos con el ob jetivo de resolver el problema cronolégico del lugar, asi como es tablecer la duracién de la ocupacién y las relaciones mélti- - ples con otros sitios arqueolégicos mediatos e inmediatos. Después de estos estudios, que desafortunadamente llegaron al conocimiento de pocos arqueélogos, Acozac como sitio arqueolégico de 1a época Azteca, considerable por su variedad de edificios y po sicién estratégica militar, no ha podido despertar mayor interés - entre los investigadores en particular y el piblico en general. II. LA CERAMICA La descripcién y el manejo de la cerémica se apoya, princi- - palmente, en el estudio realizado por Brueggemann en los afios 1973 1974 y publicado por el INAH en 1976, 137 El estudio ceramico se basa en los materiales de seis pozos— estratigraficos realizados en distintas partes del sitio (Fig. 1). Los pozos 1 y 2 pertenecen al 4rea de produccién del sitio. los 3 y 4 al 4rea habitacional y los 6 y 7 al area de gestién civico-re- ligiosa. A. Estratificacién: En lo referente al tipo de materiales, - textura y secuencia de las capas naturales, la estratificacién es homogénea en términos generales. En las capas 1, correspondientes a la eapa vegetal, el color del suelo es negro, negruzco o café os curo y la textura es algo compacta, mientras que, hacia las capas inferiores, el material de sedimentacién cambia hacia un color ca~ £6 color amarillento poco compacto. La capa V corresponde a una to ba voleénica intemperizada conocidaen la Cuenca de México con el - nombre vulgar de tepetate. Tal subsuelo, en términos generales, es culturalmente estéril, al menos para los pueblos sedentarios de Me soamérica (Figs. 2, 3, 4, 5). B. Descripcién dé la cerdémica: Se clasificé el material cerd~ mico de acuerdo con las caracteristicas sociales y culturales inma nentes. As{, se distinguieron tres grandes grupos, es decir, lo que en la literatura inglesa sedenomina "ware". El primer grupo -~ (1), reune toda la variabilidad tipoldgica que se identifica clara mente por su uso doméstico; estas son cerdmicas burdas con acaba~ dos sencillos como es el alisado, de formas to! s y pasta con des— grasantes gruesos. Tanto el segundo grupo (2), como el tercero (3) reune ceraémicas que convencionalmente se han llamado diagnésticas, - ya que se distinguen por su fina elaboracién y la gran cantidad - de caracteristicas particulares en forma, color y dibujo. Ceramica que se dividié en dos grupos porque existe una marcada diferencia en cuanto a su contenido cultural. Fl grupo (2), corresponde a to- 140 das las cerdmicas anaranjadas que se conocen con el nombre de Azte ca (I, II, ITI, IV), mientras el grupo (3), corresponde a cerdmicas policromas de fondo rojo o anaranjado cuya procedencia es de Texco co 0 de Cholula respectivamente. En los dibujos de las Figs. 6,7,8,9,10 y 11, se pprecia la - gran variedad de formas debido a las miltiples funciones en la vi da doméstica. Entra las formas, se distinguen ollas, platos, coma- les, cuencos y vasijas tr{podes, que se diferencian entre s{ por - sus aspectos formales tales como el borde, labio, asas de ollas, - color de las vasijas. La variabilidad en color se debe principal- mente, en este caso, a la falta de control de temperaturas y oxida cién en el cocimiento de la cerémica, Las cerémicas del grupo (2) (Figs. 12,13,14) se dividen en va rios tipos por su forma y disefio peculiar, la cerémica, en todos - los casos, esté bien oxidada, la pasta es de color anaranjado con desgrasante fino y la textura compacta, ademas de haber sido coci da a muy alta temperatura. Entre las principales formas se distinguen platos tripodes — del estilo Azteca III y IV, pero también hay vasijas abiertas sen- cillas. Por su aspecto tipolégico, esta cerémica marca los Gltimos perfodos del Postcld4sico tardfo en la Cuenca de México. Las ceramicas del grupo 3 (Figs.15,16,16a-f) se diferencian - del grupo anterior por 1a técnica decorativa, notivos, desgrasante més grueso y coccién incompleta; este grupo se divide a su vez en texcocano (fondo rojo guinda) y cholulteca (fondo anaranjado cla-- ro). f GRUPO CERAMICO: 1: TIPO A. B.C. eed TIPO TIPO LE TIPO Le GRUPO CERAMICO. 1: TIPOE GRUPO CERAMICO: 1: TIPO G, H, |, F 147 C. Seriacién: La seriacién del material cerdémico se basa en - la demostracién matemftica, que permite establecer cémo y de qué - forma los distintos tipos cerémicos se relacionan entre si en el - aspecto temporal, o si se trata de cerémicas continuas (tradiciona les) 0 discontinuas (diagnésticos marcadores de tiempo). La disimi litud temporal se mide por la distancia que separa a un tipo ceré mico del otro, de tal manera que se establece una secuencia de -- las cerémicas més antiguas hasta las nas recientes. Los 5227 tiestos cerdémicos obtenidos en la excavacién de los 6 pozos estratigr4ficos se distribuyeron de la siguiente maner: aru 350 tiestos (26.1%) y grupo - po 1=3383 tiestos (65.32%), grupo 2 41 tiestos (8.52%). En términos generales, los resultados de la seriacién indica ron que el material arqueolégico muestra poca estratificacién. En lo particular, se detectan indicios de estratificacién en los po-- zos 1 y 2 que corresponden a la zona aluvial. Pero ahi la estrati ficacién no es muy obvia puesto que no modifica el cuadro general. En lo referente a la cerdémica doméstica, se observa no sélo - una continuidad, lo que es de esperarse, sino también discontinui- dad en algunos de sus tipos. Independientemente de la variabilidad temporal de algunos ti- pos, la ocupacién del sitio no debe haber rebasado los 150-200 ~~ afios. La seriacién de la cerdémica policroma y bicroma presenta como conclusién el siguiente cuadro: la cerémica de Cholula (3c Cholul- teca laca firme), igual que la Azteca (2a-Azteca III-IV), antece-- Figura 12 neo 28 GRUPO CERAMICO: 2: TIPO A GRUPO CERAMICO: 2: TIPO A aa] rip. BA Tipo BA two: Eee miro] ea Figura 13 GRUPO CERAMICO 3: TIPO A, B Figura 15 GRUPO CERAMICO: 3: TIPO C Figura 16 Tipo 3d: Negro y blanco sobre rojo i a iy (& osc as Tipo 34: Negro y blanco sobre rojo rata PUS Eh | 1B bss pass: foes | ei Koss: ps W moos ee = sien heer! D> creed év Rider 7 L ee (Pasi sms 10 158 den ligeramente a algunos tipos (3b y 3a), de procedencia texcoca- na (Tolstoy 1958; Brueggemann 1976), siendo la cerémica texcoca na la diagnéstica mas representativa para todas las fases de ocu- pacién del sitio. La interpretacién histérica basada en el fenémeno y comporta- miento de la ceraémica, se incline hacia una explicacién en la cual se considera que el sitio arqueolégico fue fundado y poblado por - grupos de extraccién texcocana, primero bajo la influencia de Cho lula y después de Tenochtitlan. La fundacién del sitio debe suponerse a principios del siglo XV 0 finales del siglo XIV, con una ocupaci6én continua hasta poco antes de la conquista. El hecho de que no se mencione el sitio en las crénicas, sugiere su declinacién por la falta de importancia - politica y econémica a principios del siglo XVI, importancia que - habfa tenido seguramente durante las guerras que sostuvo la Triple Alianza por la provincia de Chalco (1452-1465 D.c.). III. EL ASENTAMIENTO El sitio arqueolégico de Acozac ocupa una superficie de apro- ximadamente 180000 m2 0 18 has. El plano topogréfico (Fig. 17), - que sirvié de base para el andlisis urbano del sitio, desgraciada- mente no cuenta con el levantamiento de toda el 4rea con 1a misma precisiél 1 topégrafo puso mucho més interés en el érea central que en el area de consumo y de produccién, es decir, donde se asen taba el grueso de ‘la poblacién y en donde se encontraron supuesta— mente las éreas para algunos cultivos y hortalizas. En esta parte del sitio, s6lo aparecea en el plano las pequefias elevaciones que deben haber servido de plataformas para las casas-habitaci6n. Por la falta de cotas de nivel, no se aprecia lo accidentado del te-— 159 rreno (Fig. 18). En el 4rea del control civico-religioso se distin gue fécilmente la cota 2400 m.s.n.m. y la cota 2355 m.s.n.m., lo - que corresponde a un desnivel de 45 m en una distancia de 250 m lo cual equivale a un declive del 18%. Tal declive resuelve segura mente cualquier problema de drenaje del sitio, pero al mismo tiempo ejerce una erosién pluvial sobre la superficie y tendiendo a desla var la tierra vegetal si no se regulariza el flujo de agua. Debido a estos factores naturales, el suelo es sumamente delgado en casi todas ‘las zonas del sitio actual y,en algunas partes, el subsuelo est4 conformado por sendimientos volcénicos compactados y roca pri maria aflorando en la superficie. Por otro lado, el terreno es ideal para la construccién de edificios debido a las caracteristi cas rocosas del subsuelo. La ventaja estratégica en cuanto se refiere a la defensa de ~ su poblacién, representa al mismo tiempo una desventaja de orden - intraestructural. No existe un manantial de agua potable, ni en el sitio, ni tampoco en las cercanfas. Por otro lado, es imposible - suponer que los pobladores prehispdnicos hubieran sido tecnolégica mente capaces de la construccién de un pozo profundo de unos cien o més metros. Existe otra posibilidad, la de pensar que la recolec cién del agua pluvial se hacia en depésitos exprofesamente cons- - truidos para tal propésito, aunque es dudoso si el agua acumulada de las lluvias hubiere alcanzado para todo el aflo debido a la mala distribucién de las precipitaciones en la Cuenca de México. Cierto es que no hemos halledo hasta la fecha, ninguna evidencia arqueo- 1égica que nos pueda indicar cémo la poblacién prehispdnica del si tio de Acozac resolvia su problema de agua potable. Sin embargo, - en el cerro de Tlapacoya, que se encuentra en yuxtaposicién al ce- rro de Acozac, hacia el sur y que en tiempos prehispénicos fue una isla, se han encontrado obras hidrdulicas (terrazas) que se remon- tan hacia épocas prehispanicas del Formativo (Brueggemann 1977). - Aunque, en este caso, se trata de muros de contencién para la for- maci6n de terrazas que evidentemente servian de areas de cultivo ~ 161 para mdltiples plantas domésticas, al mismo tiempo evidencian la -~ conceptualizacién del manejo de agua y su aprovechamiento en forma sistem&tica y regular. En forma semejante deber{an haber resuelto también el problema del agua potable, puesto que de la manera con- traria, ninguna poblacién podria haber sobrevivido en esta isla. A. LOS ELEMENTOS URBANOS: entre los elementos urbanos se cuentan los edificios que se identifican por su funcién especifica como puede ser la de habita, venerar o administrar. Pero no sélo es relevante en cualquier asentamiento el espacio construido, sino también el no construido. Varios edificios conforman un espacio ex terior que puede variar en tamafio y forma, y que, como elemento ur bano, se conoce con el nombre plaza; estas plazas no s6lo son sim- plemente espacios abiertos, sino que al igual que los edificios, = cumplen una o varias funciones especfficas articuladas dentro con la planeacién urbana en general. En el México prehisp4nico, el ta- mafio de las plazas estaba determinado por el carécter de las fies- tas religiosas que se celebraban en estos espacios abiertos y al - interior de los templos. Algunas fiestas religiosas se dirigian al pueblo en su totalidad y otras s6lo a un grupo privilegiado de la comunidad. En el plano general del sitio arqueolégico, se identifica cla ramente una plaza al oeste del Templo Mayor (edifico No. 43 Fig. - 17) que mide 75 m. de largo por 50 de ancho ocupando una superf: cie 3750 m. El uso de esta plaza era, en primer lugar, de tipo re- ligioso naturalmente, pero también se realizaron ah{ eventos poli ticos y se practicaba el comercio, asi como el intercambio a ni vel individual de persona a persona. Los edificios dedicados al culto (Pig. 17: edificios No. 35 - 50), se subdividen segin 1a funcién diferencial dentro del servi- cio religioso; asi, los edificios No. 39,40,41,46,47 y 48 corres ponden al tipo de edificios que se denominan altares. Los edifi- - 162 cios No. .43,44,45,49,50 y 51 se clasifican como templos. £1 edificio No. 50 se distingue de los demas edificios por la planta circular de su basamento, mientras que la forma ordinaria es rectangular o cuadrangular. El edificio No. 50 pertenece a los llamados tzompantli, cuya funcién era el almacenamiento de los cré neos de los sacrificados. £1 edificio No. 49 es un juego. de pelota que fue parcialmente explorado por Grove y Nicholson (Grove 1964). La importancia del edificio radica en el hecho de que es el iinico conocido arqueoldégicamente en la Cuenca de México (Grove 1964). - Los edificos No. 46,47,48, 50 y 51 y parte del 43, fueron explora- dos y reconstruidos por Contreras (Contreras 1976) en la temporada arqueolégica del INAH 1973-74, Existe sélo un edificio (52) que cumple con funciones admi- nistrativas y residenciales. Este edificio tiene una compleja es- tructura interna, con cuartos, salas y patios, de manera que puede hablarse con justa razén de un palacio (Fig. 20). £1 arreglo de los edificios entre si, no guarda ningin ordena miento, ni una orientacién evidente. Los edificios principales se alinean en forma irregular, en direccién nor-noreste. En el caso - de las plataformas habitacionales, la situacién es todavia més es- Ponténea, lo que no necesariamente quiere decir, en el caso de Aco zac, que se trata de un asentamiento caético. La falta de una pla- neacién aparente en el ordenamiento urbano, corresponde a una si- tuacién politica, social, cultural y econémica que asf lo requiere (Fig. 17). B. AREAS URBANAS Las 4reas urbanas que pueden distinguirse facilmente en el -- plano general del sitio (Fig. 17), corresponden a las que se han - 163 denominado 4rea de consumo y de gestidn (Castells 1974). B1 4rea de consumo, abarca una superficie de 120,000 m2 0 12 - has en la cual se encuentran 38 plataformas para casas habita~ cién. Estas plataformas suman en total una superficie construida de x-1292 m2, cuya media es de %-34 m2 y la decviacién estandar — de 49.8 m2. La desviacién estaéndar abarca el 66% de los casos y como es relativamente pequefia, indica que las plataformas de las casas-habitacién se parecen mucho entre si, en cuanto a su exten- sién; esto naturalmente es v4lido para la extensién de las casas, mismas que se encontraron originalmente encima de ellas. Juzgando por la superficie relativamente reducida, no queda otra posibili-- dad que pensar en el habitat de la familia nuclear. La falte deco hesién entre una y otra plataforma, descarta en gran medida el cre cimiento urbano en forma planificada y la homogeneidad en el asen- tamiento indica, en este caso, una comunidad so¢ialmente no estra- tificada con una economia predominantemente agricola, basada en la familia nuclear como fundamento de la fuerza del tra- bajo. La comunidad, como entidad politica, econémica y cultural - debe haberse organizado fundamentalmente sobre la base de lazos de unién consanguinea. Una o varias tribus conformaban la poblacién, en general éstas se encontraban organizadas politicamente en su - totalidad, por una reducida poblacién gobernante que vivia en el - @rea que hemos llamado 4rea de gestién. Las relaciones sociceconé- micas entre los gobernantes y los gobernados eran de tipo comunal y no ‘individual, como por ejemplo en ta sociedad moderna. Cada tri bu, conocida en el México prehispaénico como calpulli, tributaba en su conjunto al grupo dominante, es decir, a la nobleza indigena -- (Brueggemman 1981). Regresando a las manifestaciones espaciales del sitio, la re- lacién que se establece entre la superficie de construcclon y el - espacio abierto dentro del 4rea de consumo, es de 1:93. Esto quie- 164 re decir que el terreno que ocupa una familia es casi 100 veces - més grande que el espacio para habitar. Si el sitio arqueolégico - de Acozac se encontrara en un llano y no en 1a montafia, esta rela- cién entre casa y terreno indicarfa indiscutiblemente que, las ca- sas se encontraban en medio del 4rea de produccién agricola y des- de el punto de vista urbanfstico, el sitio se clasificarfa como ru ral y no como urbano. Pero en este caso, se trata de terrenos difi cilmente aprovechables para el uso agricola, sin obras de infraes- tructura para este propésito, mismas que desgraciadamente no se -- han encontrado, No existe rvidencia arqueolégica que indique el te rraceo del terreno como en el caso del cerro de Tlapacoya antes -- mencionado en este texto. Si se considera que en cada casa pudieron haber vivido cinco Personas (los padres con tres hijos) y con base en la evidencia ar queolégica, llegarfamos a un célculo demogréfico de 190 habitantes en el Grea de consumo. Esta cifra es naturalmente algo hipotética, especialmente si se toman en cuenta los agentes naturales y cultu- rales que han destruido el sitio después de su abandono en el sig- lo XV. De todos modos, este célculo revela algo sobre el tamafio -- del sitio, su poblacién y su importancia, posible o no, en el jue- go politico de la Cuenca de México en tiempos prehispanicos. El érea de gestién es aquel espacio dentro de un asentamiento humano constituido por edificios que representan los poderes poli- tico econémico y religioso. Si se tratara de una sociedad no estra tificada, evidentemente no se encontrarian edificios que materiali zaran la divisién interna de la comunidad en gobernados y gobernan tes. En el caso concreto de Acozac, el 4rea de gestién abarca una superficie de 31 250 m2 (Fig. 17), la cual resulta ser la cuarta -— 165 parte del Grea de consumo y consta de 14 edificios dedicados al servicio religioso, la residencia y la administracién ¢e la pobla- cién. La superficie construida suma 3 246 m2, 1a media es de 291.9 m2 construidos por edificio y la desviacién estandar es (-) 395.1 m2 construidos. £1 palacio, con sus 900 m2 construidos no se ha in cluido en esta cdlculo. La relaci6n del espacio construido contra espacio abierto es de 1:9.6; esto indica que el espacio cubierto por los edificios identificados con el poder politico y religioso esta diez veces mas densamente pobiado que el de las casas habitacién donde vivfa el ~ grueso de la poblacién, esto da también una idea sobre las contri- buciones tributarias de la poblacién. La distribucién de los edificios religiosos tampoco sigue al- gin patrén evidente, aunque la mayoria de los edificios se alinean en direccién nor-noreste, El edificio No. 49, 0 juego de pelota, - se aparta significativamente de la mayoria de los edificios, mien- tras que los No. 52,50,51, el palacio, el tzompantli y el templo - de Ehecatl, tienen aproximadamente 1a misma orientacion y estan muy cercanos unos a otros. Tal hecho, hace pensar en su conjunto - de edificios que estan estrechamente ligados entre sf en sus fun-- ciones especificas. £1 palacio cumple con la doble funcién de resi dencia y de administracién politica de la poblacién; el tzompantli con el almacenamiento de los craéneos de distinguidas personalida. des sacrificadas y el templo de Ehecatl con el culto dedicado al - dios del viento. Ehecatl representa a una deidad masculina que es t& intimanente ligada con la compleja deidad de Quetzalcoatl, la que entre otros atributos se asocia con el planeta Venus. Esta asociacién de los edificios hace suponer que la pobla- - cién gobernante o "casa reinante" se identificaba y apoyaba en el 166 culto a Quetzalcoatl, mientras que el Templo Mayor, representa la - cosificacién de la presencia divina para todos, independientemente de su condicién social o econémica (Figs. 21,22,23,24,25,26). C. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL ASENTAMIENTO DE ACOZAC En el an4lisis urbano que se traté de realizar en los aparta- dos anteriores, no fue posible la identificacién de algunos elemen tos urbanos tales como vias de comunicacién y el mercado, los cua-- les son de mucha importancia para cualquier asentamiento, espe- - cialmente para los urbanos. En cuanto a la identificacién del espacio dedicado al inter--~ cambio o comercio, es vélido pensar en la plaza frente al templo - mayor, porque estas plazas no sé1lo cumplian con funciones religio- sas y reuniones politicas, sino también con el intercambio de mer cancias a nivel individual en los sitios menores. En asentamientos grandes, como por ejemplo, Teotihuacén y México-Tenochtitlan, ha-- bia varias 4reas destinadas exclusivamente a actividades comercia~ les. 1 interpretacién se reafirma, si se considera también la - cercania de la plaza al 4rea habitacional de la poblacién general. Por otro lado, la distancia de los otros édificios no es sélo una separacién espacial, sino también social: significa exclusividad, © sea, espacios reservados para los privilegiados (nobles), de la poblacion. El espacio poblado por la gente coman muestra, en cambio, - - fuertes caracteristicas rurales por la falta de la estructuracién interna del habitat y la baja densidad de las casas. Por la falta de evidencias arqueolégicas de calles, drenajes y obras asociadas con servicios urbanos, el sitio en su conjunto muestra m&s bien un caracter esponténeo que de planeacién urbana. 167 En resumen, se considera que el sitio arqueolégico de Acozac representa una poblaci6n con tendencias urbanas, pero todavia - -- arraigada al’ campo y la produccién agricola. Por otro lado, tampo- co puede considerarse como una simple aldea, debido al numero de - edificios religiosos y la concentracién del poder politico y econg mico materializado en el palacio. En cambio, s{ puede pensarse en una pequefia ciudad, que pudo haber sido el centro de un pequefio -- sefiorfo prehispénico de poca importancia para los acontecimientos histéricos en la Cuenca de México. IV. LA ARQUITECTURA Lo que aqui se sefiala y analiza en cuanto al aspecto formal y constructivo de la arquitectura del sitio arqueolégico de Acozac, se refiere a edificios vinculados con el poder administrativo-polf tico y el ejercicio de las précticas religiosas. Desgraciadamente no se exploré ningdn monticulo perteneciente a la zona habitacio-- nal. A. Tipos de construccién: Los edificios restaurados en el si- tio pertenecen a dos géneros, uno de residencia para los gobernan- tes que representa al Estado o en este caso, el poder politico cen tral y otro también vinculado con el Estado en sus miltiples mani- festaciones a través del ejercicio del ritual religioso. Al primer género de edificios, pertenecen las construcciones que se han denominado palacio y Tzompantl } al segundo, los edifi- cios que se conocen con el nombre de templo, altar y juego de pelo ta. En el caso de los templos y altares, sélo se conservan los ba 168 samentos mal llamados pirdmides. Estos edificios pueden ser de uno © varios cuerpos sobrepuestos llevando siempre una escalera que mi ra hacia el oriente. Los edificios en su totalidad, no muestran -~ ninguna caracteristica particular que pueda considerarse fuera del estilo azteca, de 1a Cuenca de México y otras partes de Mesoaméri- ca a donde habfan inmigrado grupos del Altiplano Central. £1 llama do estilo azteca, perteneciente a la dltima fase cultural de Mesoa mérica antes de la llegada de los espafioles, se refiere a muchos ~ grupos étnicos del Altiplano Central, aunque no fueran aztecas. Todos los basamentos de los templos y altares tienen la misma técnica constructiv: un nacleo no estructurado sostenido por mu-- ros de contencién escalonados formando un volumen de varios cuer-- pos sobrepuestos; la superficie exterior de los muros era aplanada y por lo general pintada; la escalera con sus alfardas eran los ~~ elementos arquitecténicos que se adosaban al cuerpo anteriormente - descrito. Entre los elementos arquitecténicos de los edificios debe -- mencionarse, adem&s de los apoyos continuos y aislados, que exis-- tfa en la fachada un solo vano para el acceso hacia el interior -- del edificio. Lo mismo sucede en los tres géneros de edificios, -- sin importar que sean templos, palacios o casas-habitacién. La ar- quitectura mesoamericana no conoce ventanas, las puertas fueron co locadas en la fachada principal del edificio, al frente, y el vano se obtuvo en la arquitectura del altiplano por medio del dintel de madera, mientras los mayas utilizaron un monolito labrado y decora do muchas veces con bajo relieve. Tanto los templos como los pala cios llevaron comunmente almenas de distintas formas en el techo. La escultura aplicada al edificio en forma de bajo relieve se encuentra preferentemente en el basamento, como sucede en Tula o - 169 Xochicalco, para mencionar dos sitios del Altiplano Central, reem- plazando de esta manera, la pintura mural. Esculturas en bulto re- dondo aparecen sobre los dados de las alfardas o cumpliendo con u- na funcién arquitecténica de apoyo aislado para la estructura del edificio. B. Materiales de construccién: Los materiales de construccién utilizados en la arquitectura mesoamericana se dividen, por su na- turaleza, en dos categorias fundanentales, es decir, materiales pe recederos y no perecederos. La primera categoria se refiere a toda clase de materiales de origen orgdnico y la segunda a toda clase - de piedras, tierra apisonada, adobes (tabiques de lodo que en la - mezcla llevan algin tipo de paja como materia orgdnica) u otros ma teriales inorganicos. Por las condiciones climéticas qué imperan en la mayor parte del area cultural de Mesoamérica, es relativamente raro encontrar materiales orgdnicos como tejidos y maderas, en contrastacién con la gran cantidad de tiestos y artefactos liticos. En ocasiones, -- restos 6seos se han conservado en ¢apas lacustres del antiguo lago como el hombre de Tepexpan o restos de la fauia del Pleistoceno. - Casos excepcionales son también los restos de las miltiples lan--- chas de madera encontradas en las excavaciones arqueelégicas del ~ Metro y Tlatelolco, o los entierros encontrados en las formaciones troncocénicas de Tlatilco. En las excavaciones del sitio arqueolégico de Acozac, a excep cién de dos entierros relativamente bien conservados, no se encon- tr6 material orgdnico que pudiera haber proyenido de elementos de la techumbre de los templos y palacios, puesto que ese elemento, - segin la tradicién arquitecténica del Altiplano Central, era en -- 170 sus partes estructurales, de madera. Los muros de contencién de los basamentos, al igual que los ~ muros de los templos y palacios, fueron construidos de roca volcé- nica algo porosa (lava), o roca intrusiva como basalto y granito, utilizando una mezcla de cal y arena para unir una piedra con otra (Fig. 27). En ocasiones, las piedras de las esquinas eran labradas, las demas partidas poniendo su cara plana hacia la parte exterior del edifico. Este muro rfistico llevaba un aplanado y una capa de - estuco para alisar y preparar la superficie para pinturas murales. S6lo en caso del pequefio cuarto donde se encontraba supuestamente el trono, se utilizé adobe para la construccién de los muros. LOS EDIFICIOS Edificio No. 43 (Fig. 19): este edificio es el mas grande de todos, por lo cual 1o hemos llamado Tempio Mayor. Su planta mide - 40 m x 18.5 m aproximadamente y el basamento tiene una altura de - 8.5 m, El acceso hacia el templo se divide en cuatro secciones de escalinatas flanqueadas por alfardas y con descansos que correspon den a los cuatro cuerpos sobrepuestos. Al parecer, el edificio - - muestra dos fases de construccién. La escalera del primer descanso corresponde a la barrera arquitecténica que conforma 1a plaza prin cipal. El espacio interior del templo mide 90 m2 (9m x 10m) aproxi madamente, subdividido por un muro con una puerta de comunicacién, de tal manera que el templo consta de dos piezas con una entrada - principal. Edificio No. 46 (Fig. 20): el basamento de este edificio se - levanta sobre una pequefia plataforma que nivela el terreno y mide 10.5 m de largo por 7.5 de ancho y 1.9 m de alto, consta de una so la escalera y dos alfardas. En la superficie superior se encon-- Vista oriental del Templo Mayor (Edificio 45, Fig. 19. Edificio 43. Planta Templo Mayor. Levanté: Alejendro Arenae Villalin 173 traba originalmente un altar para la celebracién de ritos religio- sos en las fiestas prehispdnicas. Este edificio es el mas grande ~ de un grupo de tres altares. Edifico No. 47 (Fig. 21): Este edificio, igual que el edifi-- cio No. 46, se levanta sobre una plataforma que nivela el terreno, pero es més pequefio y sus proporciones son distintas. £1 basamento consta de un sélo cuerpo y mide 4.5 m de largo por 6.6 m de ancho y 1.5 m de alto. la-escalera también tiene dos alfardas pero es m&s estrecha que la escalera del edificio No. 46. Edificio No. 48: Este es el edificio m&s pequefio de todos, si gue fundamentalmente el mismo patrén arquitecténico de los otros - altares, es decir consta de un s6lo cuerpo apoyado sobre una peque fia plataforma. Mide 2.7 m de largo por 2.3 m de ancho y 7 m de al- to. En comparacién con los otros dos edificios, su planta esté con siderablemente descuadrada. Edificio No. 49 (Fig. 23 y 24): En este caso no se trata real mente de-un edificio, sino més bien de un complejo administrativo residencial que debe haber ocupado en tiempos prehispanicos, una - superficie no menor de 1500'm2. El complejo sufrié una destruccién terrible durante las obras de urbanizacién en el sitio a las que ~ debe su forma actual. El complejo, compuesto de cuartos de distintos: tamafios, salas y patios, esté rodeada por una barda que sefiala el acceso restric- tivo para circular en su interior. En el corte transversal, se dis tinguen varios niveles de pisos que elevan la parte central por en cima de todos los dem&s.cuartos y salas, La gran sala del centro, 175 desemboca en un pequefio cuarto elevado en cuyo interior, se encuen tra una construccién que se asemeja a un trono, por 1o que puede - pensorse en una sala de audiencie u otres actos publices. La sala en cuestién, est& comunicada hacia el sur con otro cuarto que da - acceso, mediante una escalinata, a un segundo piso encima de la sa la. Hacia el poniente, se encuentra otro pequefio cuarte con dos en tradas, o entreda y salida, dendo acceso a uno de los patios. En - la parte sur de este patio, se levanta otro muro que se manifiesta come una barrera arquitecténica que divide esta seccién del conju to de otra. Del otro lado del muro, hacia el sur, se localizan va- rios cuartes alrededor de un patio cuya funcién puede haber sido - la de residencia. En la parte norte del conjunto, se repite una distribucién parecida a la del lado sur: varios cuartos, al pare- cer dormitorios, alrededor @ encerrando un pequefio patio, con la - diferencia que en la parte norte hay un acceso hacia la parte cen- tral. Los elementos arquitecténicos que pueden distinguirse f4cil mente en la construccién del palacio son puertas, muros y escale- ras. Evidencias de la techumbre no existen, tampoco se encontraron bases de columnas o pilastras. La techumbre debe haber sido una construccion plana de madera, segiin la tradicién arquitecténica. - El vano, en algunos casos, como ¢e la gran sala, mide mis de 7m. - de ancho. Edificio No. $0 (Figs. 25,26): este edificio pertenece al gru- po de los tzompantlis, cuya funcién era almacenar los créneos de - los sacrificados. Su planta es ligeramente romboidal; mide 20.5 m de large por 11 m de ancho y 1.8 m de alto en la parte mas alta. El edificio a simple vista tiene la forma de un cuerpo cuadrangu lar alargadc. La superficie del edificio es completamente plana y los muros estan a plomo. Edificio No. 51 (Fig. 27): este edificio es el segundo en vo ig, 25. Planta Uificio 50. Tzompantl, Levanté Alejandro Arenas Villalon Fig. 26, Edificio 50 al frente; Edificio 49 al fondo fe cee eel eee 178 lumen de los edificios en la zona arqueolégica de Acozac y el Gni- co con basamento de planta circular. Mide aproxinadamente 27 m ¢e largo y 17 m ée didmetre en 1a parte circular. Su altura es de -- 4.5m La escalera, dividida en cuatro secciones, se desarroile so bre una extension de 10.5 ; la prinera sece n, tiene dos alfar- das con un zoclo en medio. Las otras secciones, tienen escaleras -— corridas con una alfarda en cada lado. E1 basamento circular cons- ta de dos cuerpos y dos épocas de construccion. V. COSTUMBRES FUNERARTAS En las exploraciones reslizadas en 1973-74 por Contreras se - encontraron dos entierros: "En el corte que result6 al abrir la ca lle y a una profundidad de 1.3 m. bajo el nivel del piso de la ga- leric principal, se descubrieron dos entierros primarios. £1 pring ro corresponde a un adulto. Estaba en decdbito dorsal extendido, con los pies y los brazos cruzados. El segundo era miltiple, de dos adultos y dos infantes. Todos estaban extendidos y ninguno te- nia ofrenda. Ambos entierros estaban en la capa de tepetate y, por la situacién en que se encontraban respecto a la estructura, se in Tiere que fueron hechos bajo el piso de los cuartos, costumbre muy comin en épocas prehispénicas" (Contreras 1976: 25-26). BIBLIOGRAFIA Brueggemann, J.K. 1976 Estudios e: queclogis INAH, Serie Arqueolégica Nam. 3 Contreras, F. 1976 Franco, J.L. 1957 Grove, D.C. 1964 Kendall, M.c. 1962 Montemayor, F.G. 1973 Noguera, & 1954 1965 Sabloff, J.A. y R.E. 1969 179 "La zona arqueolégica de Acozac, México, Temporada 1973-74", INAH, Boletin nam. 16:19-26. Serie Cientifica nim 5, Museo Nacional de Antropologia. "The Ixtapaluca Viejo Ballcourt Excava— - ticn (Preliminary Report)" University of California, Los Angeles. Bank Correlation Methods. Charies Griffin & Comp. Ltd. London. a_para_investigado FE. ress Coleccién Cientifica nim. 5, INAH México. mS México, Editorial Guarania. 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