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CAPITULO 3 La gerontologia comunitaria: poder, comunidad y vejez Ricardo Iacub Universidad de Buenos Aires Claudia Arias Universidad Nacional de Mar del Plata Ejes de la gerontologia comunitaria La posicion de poder y la inclusién en la comunidad son ejes de analisis para evaluar e intervenir sobre el sujeto y la socie- dad durante el curso vital. Los cambios y desequilibrios en los espacios de poder, asi como la pérdida del sentido de perte- nencia de un determinado grupo o individuo, evidencian las complejas, heterogéneas y dinamicas politicas sobre la edad (acub, 2002, 2006, 2011, 2013a) asi como tienen efectos a nivel de la identidad en los sujetos (lacub, 2002, 2006, 2011), Ambos ejes son los resultantes de una serie de coyunturas s0- cio-histéricas tanto a nivel social como individual que confor- man modos de envejecer y ser viejos; al tiempo que son cons- tructores de sentidos y propuestas para interpretar, abordar y transformar a realidad. El término comunidad no supone necesariamente un. enclave determinado (ya sea geografico, étnico 0 religioso), sino una serie de espacios simbélicos o reales en los que se constituye una conciencia compartida, 0 identidad comunita- ria, asociada a ciertos valores y rasgos comunes, que posibilite al sujeto sentirse parte de una red de intercambios afectivos, cognitivos e instrumentales. De esta manera, se destacan para los propésitos de este articulo dos ejes de significado del tér- mino de comunidad. La primera es una proyeccién utépica (De Marinis, 2010) que permite imaginar, comprender e in- terpretar un decurso social distinto, asf como viabilizar a los 45 Ing ergs Cndene / laud Roje Jara it individuos, grupos y sectores sociales en pos de dicho ideal; en segundo término es una vivencia efectiva que permite sentirse parte, desarrollar capacidades, fomentar recursos, modificar problemas y generar transformaciones, asi como mantener el control y poder sobre los ambitos en los que se desenvuelven (Montero, 1984). Por esta razén, se evitaré pensar a los gru- pos, en sus diversas escalas, como comunidades sino cumplen con los ejes antes citados. La “posicién de poder” ser conside- rada a partir de la nocién de empoderamiento, no porque una se subsuma a la otra, sino porque permite situar un término con una trayectoria dentro de lo comunitario y por otro lado se asume en una construccién dinamica del poder, relativa al incremento en la percepcién de capacidad para manejar e in tervenir sobre el entorno, desde el individuo hasta los micro y ‘macro contextos. La Gerontologia Comunitaria genera una lectura politi- «a, ya que se propone la construccién de poder y de ambitos de pertenencia, donde el bienestar y la libertad de los adultos mayores se cuestionen y encuentren formas de realizacién. Para ello resulta importante la reflexin critica, la investiga- cién disponible y un fuerte anclaje ideolégico desde donde se fundamente la toma de decisiones con el fin de alcanzar ciertos objetivos, Planteo que implica un modo de operar con diversos grupos sociales cuyo fin es una proyeccién utépica (De Marinis, 2010) que dé lugar al empoderamiento y a una vivencia comunitaria. Bn Ia actualidad los adultos mayores presentan situaciones de desventaja con respecto al conjunto de la sociedad en donde emergen creencias, imagenes y actitu- des negativas, as{ como situaciones de discriminacién, abuso y violencia. De igual manera hallamos cambios en los entornos, desde los sociales, fisicos y psicolégicos del adulto mayor que afectan los niveles de integracién, participacién, planificacion y control sobre las diversas esferas de desarrollo personal, lo que puede acarrear vivencias de desempoderamiento, exclu- sion, inseguridad, menor autoeficacia y autoconcepto. Este 46 (GERONTOLOGIA Actueaones Temas Emerges conjunto de cambios fueron interpretados de diversos modos, muchas veces fragmentarios y reduccionistas, que soslayaron Ia multiplicidad de enfoques que requiere la complejidad del fenémeno del envejecimiento. En este marco cultural y social es donde emerge la Gerontologia Comunitaria como una pers. pectiva que abarca desde la critica cultural a los modelos vi- gentes, los desafios politicos relativos a la modificacién de las desventajas de este grupo social, la multiplicidad de abordajes de “las vejeces” generadas por tejidos diferenciales, ya sea de ase social, de género, de etnias, etc, los conocimientos mul- tidisciplinarios y finalmente las practicas que requieren inter- pretar un contexto, un momento histérico y un sujeto pro- ducido para poder impactar en un cambio social e individual La importancia de la perspectiva critica La deconstruccién de ciertos paradigmas en los que se basa la gerontologia resulta itil para dar cuenta de las conti- nuas transformaciones que tienen los conceptos de envejeci- miento y vejez y de su incidencia en los modos de vida de los adultos mayores. Aun cuando nuestra generacién ha cuestio nado y relativizado la centralidad de la problematizacién dela vejez en relacién ala cuestién de la enfermedad, este factor no deberia suponer un término de las lecturas criticas sino uno de sus momentos o variantes del relato. Factor que lleva a no poder dejar de pensar criticamente a las diversas narrativas que componen los modos de entender y pensar el envejeci- miento y la vejez e incluso a la gerontologia misma. Resulta necesario atender a la dinamica de las representaciones y alos, modos de dar sentido a las realidades actuales y por venir, ya que el gerontélogo es hoy uno de los actores de peso dentro de Ia construccién de los relatos posibles y de las practicas socia- les con la vejez. Lo social no es un todo homogéneo, sino la resultante de relatos y practicas cambiantes e inestables que cuentan con a Ing Bergson Cndee / hud Roje Jaa tre) mayor 0 menor nivel de hegemonia. Su derrotero no resulta un camino totalmente previsible, sino que implica margenes de indeterminacién, de construccién ideolégica y de tension entre fuerzas. En este sentido la Gerontologia Comunitaria se basa en un paradigma de la complejidad ya que reconoce que la realidad no puede contemplarse desde un pensamiento re- duccionista, disyuntivo, simplificador y acritico, Por ello, toda visién de conjunto permite niveles de organizacién posible pero sin dejar de lado los inevitables niveles de incertidumbre, Este modo de comprensién supone dar cuenta de las varian- tes discursivas que conforman un decir y un hacer sobre una tematica y su sujeto, establecidos en base a mecanismos de poder que producen tales saberes, modos de agrupamientos y tipos de identidad (lacub, 2012, 2014) Los relatos estan en permanente interlocucién con otros, que cuestionan, critican e interpelan, generando inestabilida- des y transformaciones en el tiempo. Estas decodificaciones resultan fundamentales para poder salir de los espacios de significados dominantes y abordar los significados emergen- tes, particularmente cuando hablamos de temas o grupos hu- manos que resultan afectados por discursos que los marginan 6 reducen sus significados (Iacub, 2016b). La produccién de conocimiento puede basarse en modelos poco explicitados © sesgados, de alli que “desenmascarar” la forma en que se cons- tituye ese conocimiento y el uso social que este discurso per- mite o limita resulta fundamental (lacub, 2011). Las perspectivas sobre la vejez.disputan espacios de con- trol sobre los relatos de lo social, estableciendo concepciones, ec identidades diversas, asi como también estrategias de trans. formacién. Uno de los ejemplos emblematicos que entran en conflicto con la “gerontologia” es el discurso “anti edad”. Los relatos que componen el andamiaje de la gerontologia aceptan los cambios vitales como esperables al desarrollo humano y afiaden una multiplicidad de lecturas, a partir de diversas dis- ciplinas, que promueven valores, terminologias y formas de 48 (GERONTOLOGIA Actueaones Temas Emerges comprensién originales. Su propuesta ideol6gica lleva a la in tegracidn y aceptacién social de esta etapa, aunque en marcos diferenciados a otras edades. Los relatos sobre la nocién de “anti edad’ (0 popularmente anti age) argumentan el proceso de envejecimiento como una suma de pérdidas, patologias 0 deformaciones que llevan a atenderlo desde una perspectiva biomédica y donde la propuesta es la erradicacién. Cada una construye su campo de poder especifico a partir de un relato prefiado de ideologia donde se definen los contornos del obje- to, el envejecimiento y la vejez, las definiciones de lo normal y lo patolégico, las formas de integracién ciudadana, etc., cons- tituyendo de esa manera los efectos de control y manejo sobre el objeto. Klein (1990) sostiene que cada “campo de conocimiento” implica una particular cosmovisién que organiza y concen- tra la experiencia, lo que determina que las preguntas que se piensen o formulen se encuentren limitadas al material, los métodos y los conceptos que se utilizan previamente, es de- cir alos relatos desde donde se construyé dicho campo. Katz, (1996) considera que “son superficies retéricas que obscure- cen drdenes politicos y jerérquicos més profundos” (p. 2). Por esta razén, resulta necesario revisar el sentido ideol6gico del conocimiento y las practicas producidas, pero asi también la vigilancia epistemolégica, es decir donde los conocimientos cientificos permitan cuestionar, criticar y reformular los enfo ques alcanzados. Abordar criticamente los campos de conoci- miento, donde se incluyen los conjuntos de relatos e imagenes © cualquier forma de narracién sobre el envejecimiento y la vejez, permite conocer las posiciones de poder que producen, fijan y promueven en el conjunto social (lacub, 2013, 2016a). El objetivo en este nivel es situar y debatir el rol y el valor so- cial de los adultos mayores. Esta cuestién lleva a estar atentos a dichos procesos, lo cual constituye la base critica sobre la que se asienta el discur- so comunitario, aunque a su vez, este iiltimo toma posicion 49 Ing ergs Cndene / laud Roje Jara it y elige una alternativa relativa a las posibilidades concretas de un momento sociohist6rico y de contextos especificos que den lugar a las multiplicidades de opciones. Alternativa que no se encuentra exenta de criticas pero que puede resultar una de las mejores posibilidades en un momento especifico, leido desde cierta comunidad de sentidos. El salto alo comunitario La palabra “comunidad” tiene su origen en el término latino communitas y toma como eje las caracteristicas com- partidas de un determinado conjunto, tanto a nivel politico (nacién), de una cultura o religién, de intereses y posibilidades compartidas y finalmente de un sentido de identidad, La comunidad aparece en las referencias semanticas como aquellos aspectos que unen a los sujetos entre si como variable elegida, aunque al mismo tiempo puede ser concebi da como una lectura externa que agrupa a ciertos sujetos por referir elementos que se le suponen especificos y compartidos, como un mismo lugar de vivienda o caracteristicas de edad, Stnica o religién especificas. De Marinis (2010) encuentra que en las definiciones populares aparece una connotacién positiva, del orden de la “fraternidad’, la “unidad’, la “unién’, la “solidaridad’, la “co- munion” y la “cohesién’, de aquello que compartimos y nos distingue de los otros, de lo que nos identifica como Io que somos, de lo que habla de nuestros origenes y legados cultu- rales, nuestras inclinaciones, gustos, afanes y, probablemente también, nuestros destinos compartidos. Lo comtin no implica falta de diferencias, ni dejar de considerar que lo diferente y lo semejante son espacios que alternan, varian y se constituyen en contextos de significados dinamicos y complejos. Sin embargo ciertos niveles de unidad y semejanza dan lugar a mayores niveles de integracién que congrega intereses, afinidades, necesidades, etc. Esto implica 50 (GERONTOLOGIA Actueaones Temas Emerges la puesta en juego de momentos de unidad, sin que implique criterios esencialistas y trascendentes acerca de lo que resulta propio o comiin a cierto grupo (Lacub, 2012). La proyeccién utdpica puede ser un marco ideal que per- mita un espacio cierto de encuentros y de esta manera inere- menta la posibilidad de sentirse parte y de aumentar el poder. Para Max Weber (2006) la comunidad se basa en una relacion social en la medida que se inspire en el sentimiento subjetivo (afectivo o tradicional) de los participantes de constituir un todo a partir de una razén incluyente (De Marinis, 2010). Las diferencias que se generan en torno a ciertas alteri- dades de la cultura occidental, como las variedades de género, Stnicas, religiosas, no resultan elementos propios a toda cul tura, ni siquiera a nivel intracultural, Son devenires historicos que alojan o rechazan ciertas caracteristicas y no otras, o que promueven ciertos ideales en detrimento de otros. Por esta raz6n hablar de comunidad no implica referir a una serie de enunciados inmutables, sino de aquello que resulta itil soste- ner como factor aglutinante e integrador en un determinado contexto socio-histérico, Montero (2004) define la comunidad como un conjunto de individuos que se encuentran en transformacién y desa- rrollo y que tienen una relacién de pertenencia entre si, con tuna identidad social y una suma de criterios compartidos que promueven una conciencia “para sf”. Cuando esta forma de consciencia se pone en acto, es decir cuando el conjunto pue- de reclamar por lo que considera que le corresponde, se genera tuna mayor interaccién e integracién social. Por ello De Mari- nis (2010) seBala que la “proyeccién utépica” (p. 7) permite dar lugar a la “imaginacién politica” (p. 7) y a la realizacién comunitaria Sarason (1974) presenta el sentido psicolégico de comu- nidad, donde la percepcién individual toma un valor central Sus definiciones refieren a “una red de relaciones de apoyo mutuo de la que uno puede depender” (p. 1), asi como a “la 5 Ing Bergson Cndee / hud Roje Jaa tre) percepcién de similitud con otros, reconocimiento de la in terdependencia con los demas, la voluntad de mantener esa interdependencia dando o haciendo por otros lo que uno es- pera de ellos, [y] el sentimiento de que uno es parte de una es- tructura més amplia, estable y fiable” (p. 157). En esta misma linea McMillan & Chavis (1986), agregan “una fe compartida en que las necesidades de los miembros seran atendidas a tra- vvés del compromiso de estar juntos" (p. 9). Estas concepciones resultan oportunas por dos facto- res: por un lado pensar la comunidad desde estos atributos la define de un modo mas claro y no se confunde con sociedad u otra agrupacién alternativa que pierda de vista el lazo que la compone; por el otro, en la posmodernidad 0 modemidad tardia, los ordenadores tradicionales, tales como el grupo ét- nico, nacional, religioso o incluso la familia dejan de producir sentidos de comunidad o de afiliacién necesaria y tinica. Por ello en los modelos actuales aparecen comunidades més elegi das e incluso miiltiples y hasta contradictorias. Maya Jariego (2004), sostiene que el surgimiento de formas comunitarias tiene caracteristicas nuevas y marcadas por el individualismo y la personalizacién de las practicas sociales (Maya Jariego, 2002; Smith & Kollock, 1999; Wellman, 2001). Las nuevas organizaciones emergentes para 0 con adul- tos mayores se estén componiendo de maneras inusuales en relacién a los de una generacién anterior. Las propuestas de espacios especificos para este segmento permitieron agrupar a los mayores entre si y generan un espacio que tradicional- ‘mente le incumbia a la familia. Estos cambios se insertan en variables més amplias que se asocian con transformaciones en el mundo laboral, social, filoséfico y hasta econémico y donde la propia sociedad produce formas de nucleamiento que pue- den, en ciertos casos, generar espacios comunitarios Elias (1990) sefiala que: “La configuracién social de las, relaciones humanas no ha extinguido la necesidad elemental que todo individuo tiene de calor y espontaneidad en su rela- 52 (GERONTOLOGIA Actueaones Temas Emerges ign con otros, no ha hecho desaparecer el deseo de seguridad y estabilidad de la afirmacién emocional de la propia persona através de las demas, ni su contrapartida, la necesidad de con- vivir con otras personas con las que se est a gusto. La gran diferenciacion de la sociedad, que va de la mano de una gran diferenciacion de las personas particulares, con una marcada individualizacién, conlleva una enorme multiplicidad y varia- bilidad de las relaciones personales” (p. 235) Como ejemplo de sentido de comunidad, podemos ver esta persona siendo parte de un centro de adultos mayores: “Yo paso todo el dia aca, me distraigo, vengo todos los dias, encontré un lugar y momentos para compartir. En, contré una satisfaccién barbara, me hice de muchisimos amigos y eso que jams pensé estar aca y conocer cosas, y gente. Yo siempre fui de campo y no conocia nada mas que los pueblitos donde trabajaba, ahora me siento me- nos solo, no sé cémo explicarlo, soy medio corto de pala- bras pero creo que esto, si uno lo sabe aprovechar, sirve mucho. La gente deberia venir més, tener més unién. Yo me siento muy bien formando parte de este grupo, dejé de estar solo, no tenia donde ir ni con quien, hasta que egué aca y aca estoy. Creo que muchos llegan por lo mis- ‘mo, por soledad y acé entre todos nos hacemos compa- ‘ia” (Iacub, 2001, p. 95). E] “salto a lo comunitario” esta dado por la capacidad de expresar, a partir de una reflexién critica, la construccién de practicas o intervenciones donde el foco esté puesto en la orga nizacién de comunidades que se otorguen nuevas formas de re- solucién a los desafios y generen transformaciones colectivas Siguiendo la perspectiva comunitaria de Montero (2004), aunque considerada en relaci6n a la cuestién de la Gerontolo fa, considerar el fenémeno del envejecimiento focalizando el contexto cultural y social en el cual surge; tomando las vejeces 53 Ing ergs Cndene / laud Roje Jara it como fenémenos dinamicos, con sujetos grupos o sociedades que sean agentes de transformacién y constructores de la rea- lidad en que viven; incluyendo las limitaciones biopsicosocia- les aunque a su vez confiando en las fortalezas y capacidades que se potencian comunalmente; considerando la relatividad cultural y las diversidades de envejecimientos; sabiendo que todo problema es complejo y sus motivos y soluciones parten de la multiplicidad de causas que se generan; teniendo una orientacién hacia la transformacién y el desarrollo comunita rio, que se arraiga tanto en las formas de investigacién como de intervencién; enfocando en la agentividad que lleva a do- tar de control y poder a los que se sientan implicados, y final- mente movilizando a partir de una biisqueda de un bien para Ja comunidad, que pueda convertirse en un vector politico de transformacién comunitaria. En este sentido, resulta importante considerar que la comunidad, en este caso, no necesariamente se nutre por adultos mayores, 0 por los miembros de un barrio o grupo de autoayuda, sino que en las mismas se incluyen profesionales u otros actores que tienen intereses comunes y son parte de los procesos de encuentro y transformacién. La diferencia fundamental con otras metodologias es que el conocimiento se comparte y se construye comunalmente, confiando en los recursos de la gente para sortear y desafiar las dificultades. El empoderamiento como cambio ideolégico La nocién de empoderamiento remite a grupos con de- mandas especificas que bregaban por cambios puntuales, como evitar los aumentos de precios en los supermercados britanicos, o frente a niveles de discriminacién hacia grupos particulares, como negros o mujeres. Detrés de estos movi- mientos se construyeron argumentaciones que establecieron esta particular forma de reivindicaci6n, como el poder negro, el feminismo, y marcos tedricos que se plegaron a estos mo- 54 CGERONTOLOGIA.Actalzaioer Temas Emergent vimientos dandole fundamentos como desde el psicoanalisis, Ia psicologia social o la teologia de la liberacién (Simon, 1994; Cornwall & Brock 2005; Calves, 2003). El Cornell Empowerment Group concibe al empodera- miento como “un proceso intencional centrado en la comu. nidad local, que implica respeto mutuo, reflexién critica, par- ticipacién de grupo y cuidados personales, a través del cual la gente que carece de una igual distribucién de los recursos ‘gana mayor acceso y control de los mismos” (Perkins & Zim merman, 1995, p. 570). De esta manera es posible considerar que este término cobré resonancia para describir un proceso de cambio politico originado por diversos grupos sociales que reclamaban un mayor espacio de decisiones, inclusién, reco nocimiento social y una toma de conciencia “para si". Lo que Musitu y Buelga (2004) consideran un cambio de valores que introduce la psicologia comunitaria a partir del concepto de empoderamiento. Diversos autores destacan las dinamicas que generan em- poderamiento, asi como los resultados del mismo en dimen- siones diferentes (Lord & Hutchison, 1993; Rowlands, 1997). En primer término se sefala la dimensién personal que requiere el desarrollo de confianza, control de si y Ia creen- cia en la propia capacidad individual. Kieffer (1984) agrega el control psicolégico o la capacidad de influencia sobre las si- tuaciones de la vida cotidiana y la participacién comunitaria. Este proceso es correlativo de la toma de conciencia de las di- namicas del poder que operan en el contexto vital y generan tuna opresién interiorizada (McWhirter, 1991). En segundo término, las relaciones proximas es otro de los espacios don. de resulta necesario el desarrollo de la capacidad de negociar e influir frente a otros que pueden tener un alto nivel de in- cidencia sobre el sujeto. Presby, Wandersman, Florin, Rich & Chavis, (1990) agrega que los pequefios grupos generan em. poderamiento en tanto incluyen experiencias compartidas, analisis e influencia de los grupos sobre los propios esfuerzos. 55 Ing ergs Cndene / laud Roje Jara it En tercer término, la dimensién colectiva surge en relacién al grupo como referencia potenciadora del si mismo y donde el empoderamiento se relaciona con la utilizacién de recursos y estrategias para aumentar el control comunitario (Labonte, 1989). La interacci6n entre cada una de estas dimensiones es permanente, aunque si podemos ver como los pequefos gru- pos tienen una influencia muy fuerte sobre lo individual y lo comunitario, La ideologia que trasunta toma en cuenta la po- sicién del oprimido, o de aquellos cuyas situaciones relativas al poder se encuentran en una situacién de desventaja, para desde all fortalecer su posicién individual y colectiva, lo que redundaria en una ganancia de poder y sobrepasar las estruc turas de dominacién que sumian a un sujeto (Wise, 2005). La nocién de “conciencia dominada” de Paulo Freire (1968) ofrece una metodologia que supone tomar concien- cia de su situacién, de si mismo como sujeto, y que le facilite obtener “instrumentos que permitirian tomar decisiones” y volverse “politicamente consciente” (Freire, 1974). Para que desde alli el oprimido pase a una posicién que vaya de la com- prensién a la accién transformadora Desde la Posgerontologia (Iacub, 2002; 2013a, 20136) la cuestién del poder en la vejez interpela al gerontélogo ala ‘mayor contextualizacién de las practicas y de las posiciones teéricas en la medida que ante cada intervencién resultaria necesario especificar las representaciones de vejez que rigen enese contexto; el sujeto producido, y las propias representa- ciones disciplinarias desde donde cada uno actiia. Tomando a la gerontologia como una respuesta politica ante una coyun. tura cultural, en donde emergen situaciones de injusticia que se traducen en discriminacién y violencia cultural frente alos adultos mayores (lacub, 2011, 2013b) 0 como senalaba Moody (1993) generando un conocimiento emancipatorio, La suma de procesos que conlleva le otorga al término una complejidad en donde se procesan miltiples mecanismos 56 (GERONTOLOGIA Actueaones Temas Emerges que permiten abordar desde el fendmeno politico hasta los re- cursos para llevar adelante la puesta en marcha de una toma de conciencia que permita la transformacién, Las politicas de edades La situacién de la vejez, con relacién a los usos del po- der, ha sido diferente a lo largo de la historia occidental: hubo momentos de alta valoracién, e incluso de gerontocracias, y etapas de exitica, denigracién y negacién. Estas variaciones dependen de culturas, momentos histéricos, recambios de poder, tipos de economias, etcétera. Las politicas de edades regulan las representaciones del envejecimiento y la vejez en Ia medida que asignan significados, proponen practicas socia- lesy ejercen controles sobre el desenvolvimiento de los indivi- duos. Es decir que funcionan como mecanismos que legitiman y regulan los criterios de edad, estableciendo roles y funcio: nes, obligaciones y permisos (Iacub, 2011, 2012, 2014) En la actualidad, hallamos valoraciones miltiples, aun cuando existan algunos parémetros preeminentes. La repre- sentacién de la vejez suele ser negativa. Se la reduce a una cuestiOn de deterioro, sin tomar en cuenta la riqueza que pue- de tener esta etapa vital y las enormes potencialidades de los adultos mayores. Por esta azn Thursz (1995) considera que el concepto de empoderamiento est basado en la conviccién de que deberia haber una fuerza alternativa contra los mitos po- pulares de dependencia sobre las personas mayores. Esta cues- tién resulta clave para alcanzar una sociedad més inclusiva, all tiempo que es uno de los factores que determinan la impor- tancia del discurso gerontol6gico actual y de todo un profundo cambio en los modos de pensar y abordar esta etapa vital. Uno de los cambios a nivel de la conciencia colectiva que se produjo en relacién a la vejez.es la definicion del término “viejismo” que aglutina un conjunto de prejuicios y estereoti- pos. El mismo fue acufiado por el psiquiatra norteamericano 8? Ing ergs Cndene / laud Roje Jara it Robert Butler (1969) y alude al conjunto de prejuicios y este- reotipos sobre el envejecimiento yla vejez. Lo define como una alteracién en los sentimientos, creencias o comportamientos en respuesta a la edad cronolégica percibida de un individuo un grupo de personas, donde los atributos personales son ignorados y los individuos son etiquetados de acuerdo con es- tereotipos negativos basados en la afiliacién grupal. Creencias ¢ imagenes negativas que los supone basados en la dificultad de aceptar el paso del tiempo. Uno de los factores mas intere- santes relativos a la constitucién del término viejismo es que Butler contribuyé decisivamente a introducir un giro politico ena tematica (lacub, 2011, 2012, 20134). Este grupo de edad no solia concebirse entre los clasicos conjuntos discriminados y esta calificacion ayud6 a evidenciar que existe un problema hhaciala vejez y los adultos mayores, y que debiera ser interpre- tado primariamente como un problema de la sociedad que no acepta ciertos grupos sociales. Bl empoderamiento como recurso psicolégico La psicologia del envejecimiento ha brindado muchas contribuciones tedricas sobre el ajuste psicolégico antes los cambios biolégicos, psicolégicos y sociales del envejecimiento. ‘Muchos de estos hicieron hincapié en el control (Brandtstad- ter & Gréve; 1994; Heckhausen & Schulz’s, 1995), otros sobre lautilizacién de los recursos disponibles Baltes, 2000), sobre la fijacin de metas (Carstensen, 1992, 1995), 0 sobre el nivel de autoeficacia (Bandura, 1986). Elinterés de pensar el empoderamiento como un recurso especifico que potencia y fortalece al sujeto, permite compren- der la capacidad de estimular los mecanismos psicolégicos de ajuste 0 adaptacidn. Por ello diversos investigadores conside- ran que el empoderamiento permite incrementar los recursos, © revertir las dificultades, que se generan en la toma de deci- siones (Simon, 1994) en las situaciones de apatia, alienacion se CGERONTOLOGIA.Actalzaioer Temas Emergent (Seeman, 1959) o interés y compromiso, en la indefensién o en la esperanza aprendidas (Seligman, 1975; Zimermann, 2000), en los mecanismos de control (Rotter, 1975), o en las, creencias sobre la eficacia (Bandura, 1977) Existe otra dimensién enunciada por Berger y Neuhaus (1977) que encuentran en las organizaciones e instituciones “estructuras mediadoras” que proporcionan a los individuos oportunidades para implicarse en el devenir de la misma, re- ducir el sentimiento de indefensién, aprender nuevas habi lidades, desarrollar el sentido de comunidad, u otras (Maya Jariego, 2004) y de empoderamiento (Zimermann, 2000). Los ambitos organizacionales que permiten el efecto de comunidad que venimos sefialando tienen efectos concretos sobre los mecanismos de empoderamiento y se reflejan en liderazgo, creencias positivas y apoyo social (Dalton, Elias & Wandersman, 2001; Speer & Hughey, 1995). En las tltimas décadas los adultos mayores han cambia do notablemente su estilo de vida. Cada vez sus vidas tras- cienden los limites del hogar y del contexto exclusivamente fa- miliar. Actualmente, un elevado mimero de personas mayores participa en distintos espacios de indole recreativa, social, cul tural, politica, educativa y artistica, entre otras (Arias, 2015), Sin duda, més alla de los objetivos explicitos y especifi- cos que persigue cada uno de dichos espacios, establecer nue- vas relaciones, conformar grupos, generar proyectos, resolver problemas, fortalecer Ia autoestima y propiciar el desarrollo del potencial en esta etapa de la vida son algunos de los logros adicionales de las personas mayores como individuos y como colectivo social (Iacub & Arias, 2011). Concluyendo La Gerontologia Comunitaria emerge como un instru, mento eficaz para dar cuenta de una problematica compleja y dinamica, fruto de una tensién de fuerzas, donde resultan 59 Ings Bergeon Ciena / Cao ej Jr i necesarios miltiples niveles de problematizar e intervenir. La dimensién politica implica la busqueda de la trans- formacién positiva de la nocién de envejecimiento y vejez asi como de la vida de los adultos mayores. Esta posicién no implica perder el compromiso con la ciencia, como referente de una interlocucién permanente. Sin embargo la perspectiva critica debe tener una posicién de vigilancia hacia dénde se conduce el desarrollo cientifico y cuales son los objetivos éti- cos que se persiguen. En este sentido la Gerontologia Comunitaria es politica en la medida que traza horizontes posibles, debate, critica y reclama espacios de poder; busca el empoderamiento de los, mayores y gestiona espacios de comunidad. Por esta razén tie- ne dos objetivos centrales: la revisién critica y la propuesta de intervencién, Toma magnitudes micro, meso y macro que in- teractian permanentemente ya que no reduce los fenémenos a criterios aislados. Fsta lectura de la Gerontologia persigue la transformaci6n de ciertas situaciones de desventaja y desafiliacién en un grupo con certas especificidades aunque con elementos propios a otros, segmentos de grupos minoritarios 0 aminorados socialmente, Para ello pretende ser un espacio eritico, cientifico y de interven- cign que argumente y haga posible esta suma de cambios. Referencias bibliogréficas Arias, C, (2015). La red de apoyo social, Cambios a lo largo del ciclo vital. Revista Kairds Gerontologia, 18(20), 149-172. Baltes, PB. (2000). Human strengths: facets ofa positive psycholo- ‘gy. XVII International Congress of Psychology. Estocol mo, Suecia Bandura, A. (1977). Self-efficacy: toward unifying theory of behavior change. Psychological Review, 84, 191-215. Bandura, A. (1986). Pensamiento y accién. Fundamentos socia les, Barcelona: Martinez Roca Berger, P, & Neuhaus, R. (1977). To empower people. 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