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pientes de leche rs Fuimos a Voodo con Palo. Casi siempre ibamos solas, con laes- peranza de hacer nuevos amigos. El resto de nuestras amigas iba | alos boliches de la Costanera, donde habia palmeras de plastico prillante a los costados de la entrada y los tragos tenian nombres como “esperma de pitufo”. Para entrar a esos lugares teniamos que hacer filas larguisimas; nos pasabamos horas temblando en la vereda mientras los autos aceleraban por Ja avenida. Una vez en la entrada, nos acodabamos en. la barra de metal que nos separaba de la puerta y gritébamos entre todas el nombre de algin relaciones publicas que estaba del otro lado. Alrededor, otras miles de personas hacian lo mismo. Los RR. PP. desfilaban con par- simonia, fingiendo que no nos escuchaban ni nos vefan. Hablaban entre ellos 0 con los patovicas con despreocupacién, como musicos que demoran en arrancar con un tema en un estadio leno. Mas de una vez, después de esa espera, cuando por fin llegabamos a la puerta, el patovica nos rechazaba porque se daba cuenta de que éramos menores de edad, y nos fbamos a comer unos choripanes atomicos en algin carrito. 57 Escaneado con CamScanner os habiamos cansado de esa rutina, asi We empen, Con elon Ahi no habia que hacer filas, ni Sritar nom, mos a e a von ni enfrentarse a patovicas, Entrébamos e 7 oat ues de que Daniel, un cubano de mediang edad, on : —- falsos con una linterna de bolsillo, m aoe entrar a los boliches, Palo nos habia Conseguido sts tence viejas para estudiantes universitarios Franceses de intercambio. Se las habia dado Dominique, una amiga suya que iba a un colegio francés y que las habia robado de una caja de la sala de profesores. Las credenciales eran rectangulares, de cartén naranja apenas plastificado, Tenjan un nombre y algunos puesto de Kodak del Solar de la Abadia, “ePara qué las necesitan?”, nos Pregunté la fotografa. Le diji- vez en mi casa, pegamos las fotos Voodoo quedaba ti, una calle oscura un descampado, st ‘obre la calle Dorrego, entre Conde y Gorri- Y Poco transitada, Enfrente del boliche habia ‘eparado por un muro alto de ladrillos rojos. Cuando llegabamos a la puerta, le Pasabamos lag credenciales francesas a Daniel, Tratébamos de hablar famos un acento gangoso, Daniel se Sar casi sin mirarnos, “Adelante, chica”, Sular, como sj fuéramos una sola, La entrada daba aun Pasillo largo, iluminado Por luces rojas, ©on fotos de Morrison, 1. endrix y Debbie Harry bajo los focos Corria para dejarnos Pa- Nos hablaba asi, en sin- ° Escaneado con CamScanner pyillantes: Una de las cosas que mas me gustaba de Voodoo era ye fuera tan espacioso: siguiendo por el pasillo, habia una pista de baile amplia, con reservados para sentarse y una barra al fon- | do, Mas cerca de la entrada habia un patio con algunos bancos y mesas de madera y, enfrente, un sal6n tranquilo, sin mAsica, con mesas redondas para dos. Una noche, nos juntamos con Palo antes de ir para tomar fer- net con coca y fumar porro en lacalle. Haciamos eso siempre en el mismo lugar: en la puerta de una casa abandonada, sobre la avenida Lacroze, casi llegando a Luis Maria Campos. Comprabamos el fer- net en el quiosco de la esquina y lo mezclabamos con una coca que alguna de las dos Hevaba de su casa. El porro lo levaba Palo. Tardé afios en aceptar que el efecto no me divertia, salvo algunas veces excepcionales; me hacia pensar todo mucho més. Entraba en ese estado de divagacion mental en el que una idea estipida de repente se convierte en algo importante y complejo. Pero eso no me parecia gracioso, me angustiaba, y el esfuerzo por tapar esa angustia para no arruinatle la noche a los demas me sumaba un estrés extra. De todas formas, cuando estaba con Palo, me resultaba mas facil controlar la angustia. Nos conocimos hace afios, haciendo natacin en el club del colegio. Estébamos las dos en quinto gra- do, pero en distintas divisiones. Palo usaba una malla Speedo de color azul eléctrico, con detalles en verde y naranja en las costi- las, Todavia me acuerdo de ella, nadando crol con las antiparras y el gorro de bafio ajustado sobre la frente, boqueando para res- pirar mientras el profesor la alentaba desde afuera de la pileta. La primera vez que hablamos fue durante la clase donde nos ensefiaron cémo tiramos de cabeza. Los profesores nos indicaron fei. Escaneado con CamScanner 4s veces de las que eran necesarias, pero yo todavig cémo hacerlo m: , cabeza era algo que me interesaba aprender no podia. El sae ‘ 1ués de haber visto a mis primos haciéndolo ¢| parila ui guiem de mis abuelos: un mediodia, después verano ria do, se sacaron las remeras, corrieron hasta la pileta sesmiiiren asf, como una manada de delfines. Me arecis el movimiento més perfectamente despreocupado que habia visto, En uno de mis intentos de ese dia en la clase de nataci6n, me golpeé la boca contra el borde de la pileta al caer. Cuando sali a la superficie, senti el gusto salado de la sangre y un dolor palpitante en una de las paletas. Me la presioné con un dedo y senti que le faltaba un pedazo. No hacia mucho que se me ha- bian caido, demorados, los iiltimos dientes de leche. Me habian crecido unas paletas de borde irregular, torcidas hacia adentro, de las que yo igual estaba muy orgullosa. Palo estaba sentada enfrente, envuelta en una toalla afuera del agua, sumergiendo los pies. Ya habia aprendido a hacer el salto de cabeza, le salia perfecto. “:Estas bien?”, me Pregunto. Le dije que creia que me habia roto un diente, Se desenrollé la toalla y se meti6 al agua. Me ayudé a buscar el pedazo de diente perdido. Recorrimos el fondo, haciéndonos 8estos con las manos cuando nos cruzaba- mos. Me acuerdo de sus cachetes, inflados Porque aguantaba la respiracion, que sumados a las antiparras, el gorro y el color celeste de la pileta, la hacian Parecer un extraterrestre. No en- Contramos el pedazo de diente, Nos tomamos un colectivo en Cabildo después del ritual de Lacroze. Nos bajamos en Plaza Italia, Seguiamos tomando ¢] 60 Escaneado con CamScanner fernet acido, que habfamos mezclado con coca en una botella de Jastico- Nos costaba caminar, asi que decidimos tomar un taxi hasta Voodoo. _Hola, vamos hasta... —dijo Palo cuando se subié, y me mird. Yo me ref. Ella también—. La direccién, boluda —me dijo—, no me la acuerdo. Yo me rei todavia mas. Los ojos oscuros del taxista se impa- cientaban en el espejo retrovisor. Finalmente, le dimos la direc- ion y arrancé. Era invierno, pero en Voodoo siempre hacia calor. Nos sacamos os abrigos, los dejamos en un reservado y fuimos a la pista a bai- Jar. Pasaron veinte minutos hasta que se nos acercé Xavi. Xavi era espafiol, hijo de un diplomatico al que habian mandado a trabajar aca. Usaba sacos de tweed grises y se pintaba de negro las ufias de los dedos gordos. Era parte del grupo que a veces se sumaba alas salidas de Voodoo, chicos de otros colegios que Palo habia conocido y después me habia presentado. Hacia unos meses, en una fiesta en la casa de alguno de ellos, Palo y Xavi habian chapado encerrados en el lavadero, entre la ropa recién lavada que colgaba del tendedero encima de ellos. Xavi estaba con un grupo de amigos. Bailamos todos juntos y después Palo, él y yo salimos al patio a fummar. Compartimos un cgariillo. En un momento, Xavi succioné fuerte, se lend la boca de humo y se lo soplé a Palo en los labios. acercando mucho su cara ala de ella. Palo se rio y se dieron un beso largo. Cuando se apartaron, Xavi me miré. Tenia los ojos de un verde musgoso, el color del pasto que se mezcla con el parro cuando llueve. “Ahora ti", me dijo, Aspir6 el humo y se acercé a mi. Yo abri la boca y él 61 Escaneado con CamScanner to largo. Cuando nos separamos y abri los Ojos, Paty me beso un Ta estaba. A yano esta f uivando tragos de ” La busqué por todo el boliche, esq 60S derramados brazos que me buscaban para bailar. Al final, la encontré a} y brazos Jado de la puerta, con el abrigo puesto. —A donde vas? —le pregunteé. —Me voy —dijo ella, sin mirarme. Yo sentia un dolor acuatico en la sien, como si el alcohol que habia tomado hubiera formado un lago en mi cerebro, un lago que se movia por el retumbar de la misica del lugar. —A donde? —le pregunté—. ;No te habrds enojado por eso? Ella me miré y después sali6. Yo la segui, hablandole, excu- sandome, diciendo que era una boludez, que ella jamas me ha- bia dicho que Xavi le gustaba en serio y que habiamos chapado un segundo, nada mas, y que encima habia sido él, él se me habia tirado. —Palo, dale, gno lo viste, boluda? Caminaba unos Pasos adelante de mi, con los brazos cruzados. Algunos mechones de pelo se le movian con el viento. Tenia el pelo largo y rubio, reci . Y Poco iluminadas. Yo se ia ha- a a ae €ntono suplicante, a veces en tono de es tro de la boca como un animal torpe y enojado. Me sie ta a a nivel casi totalmente cubierto de plantas, » “2 Sombra oscura de Un tipo aparecié de frente. Puesto un buzo azul con la capucha subida y los Pantalones 62 Escaneado con CamScanner bajos hasta los tobillos. Se hacia una paja moviendo la mano de arriba abajo con furia. Era muy flaco y tenja la barba y los pelos de color marron, muy largos y llenos de nudos, parecia Jesucristo. Me acuerdo de que eso fue lo primero que pensé. Que parecia Jestis. Lo segundo fue que nos ibaa violar. No lo pensé, lo supe. Lo vi. Nos vi alas dos, a Palo y a mi, en las noticias del dia siguiente. Vi nuestros cuerpos tapados por bolsas de consorcio. Vi a un notero de saco y corbata, diciendo nuestros nombres frente a una c4mara. Via nues- tros viejos llorar, culposos, deshechos sobre la mesa de la cocina. Todo eso vi en la cara de ese Jestis que nos miraba con hambre. Palo sac6 su celular, hizo como que hablaba con alguien. “Ya estamos yendo, estamos yendo para el auto”, decia. Me agarré del brazo y me oblig6 a caminar rapido. Jestis nos siguid, pero no se apuraba; no parecia interesado en alcanzarnos. “Ya estamos yendo, ¢me ois?, estamos Megando casi.” En un momento, empe- zamos a correr. No quisimos darnos vuelta por miedo a que nos estuviera siguiendo. Un espasmo parecido a una turbulencia me sacudi6 el estd- mago. Me arrodillé en la vereda y vomité, En un momento, senti una caricia en los pomulos: eran las manos de Palo, que me co- trian el pelo de la cara, Escaneado con CamScanner

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