| Simone ve Beauv
Fania, Hor ~ 1&6SIMONE DE BEAUVOIR
En el afio 1999, la reedicién de una nueva traduccién de Ef
segundo sexo (1949),*” puso otra vez en primer plano la obra mas
significativa de la teorfa feminista del siglo XX; un hito clave de
| wna tradicién, segtin Calia Amorés.” En una operacién desnatu-
ralizadora, Beauvoir procedié a desmontar y denunciar la légica
de la opresién sexual y establecié, como pocas veces se habia he-
|
|
cho antes, el cardcter de constructo cultural del eterno femenino,
alinedndose no solo con los existencialistas en su rechazo a las
esencias, sino también en una linea genealdgica, que inicia en el
siglo XVII con Francois Poullain de la Barre.
Simone de Beauvoir nacié en Paris ¢l 8 de enero de 1908 y
murié el 14 de abril de 1986. Un halo polémico rodeé siempre
su figura, tensdndose entre la admiracién y el rechazo. Todos los
_ datos de su infancia y juventud los relata en sus ‘Memoria de una £5
_ joven formal. Por esa obra sabemos que & los quince afios decid,
; , Jovanka, *
| $78 Cagnolai, Beatriz, Fementas, Maria Luisa y Vucoie JO
Beauvoir ina: el rol de las edivoriales y
; repaide de sb en Belas Infiis, 2019 (en prensa). <9
79. Amorss, Cilia, “Simone de Beauvoir: un hito dae eae
6.1, 1999, pp. 113-134; Meyer, opts PP 55°58 DEN Eg
Femenfas, Marfa Luisa, “Simone de Beauvoir: ho! 04
Ubertad" en Ofiin Terese REPCGs (UNEP)
2008, pp. 32-45, Qsu formacién en ma
aunque completd Mateméy,
q escritora, a 7 ;
is ide lireratu En 1926, se dedicé a estudia, t
cas adem a
Josofia y obtuvo su cer
almente se licencl
ara y lacin.
tificado de filosoffa general al afio sigue,
6 en letras, con mencién cn filosoffa, -
ncluyendo sus estudios universitariog 7
Leibniz. En esa etapa conocid a Simong
¢ solo indirectamente hacen teferencig
te.
la primavera de 1928, cor
1929, con una tesis sobre
Weil (1909-1943), aunqu'
481 ya Jean Paul Sartre,
que mantuvieron siempre una relacion abierta y libre, Jo que
aun
les permitié a ambos mantener “amores ocasionales”, que Beau.
voir relata en sus memorias-
en Filosofia y mas tarde ejercié en
la Segunda Guerra Mundial, ambos lograron trasladarse a Paris,
I de quien nunca se separarig
una a la otra,
482 Durante el afio 1929, fue agregada
Ruan. Poco antes del inicio de
En 1943, publicé su novela La Invitada, en la que elabora una
reflexi6n filosdfica sobre la lucha de conciencias y la posibilidad
y limites de la reciprocidad.“ Durante la guerra trabajé en la
Radio Vichy, radio libre. Fund6 junto a Sartre, Raymond Aron,
Maurice Merleau-Ponty y Boris Vian la revista Les Temps Moder-
nes, que difundia el Existencialismo tanto en la filosofia como en
fa literatura, Entablé una relacién muy duradera con el escritor
estadounidense Nelson Algren, con quien intercambié alrededor
de trescientas cartas.*4
rae ai “Simone-Simone: De la praxis obrera a la intelectual
Feminions, Pat fda Primeras Jomadas CINIG de Estudios de Género y
* FACE, (UNLD), octubre 29 y 30 de 2009, CDRom.
B :
483 iene de, La fuerza de las cosas, Buenos Aires, Sudamericana, 1964.
humanista Sing cumple 70 aos de La invitada, el debut lieraris dela
» disponible en: heeps:/vww.20minutos.s!
ma ione de Beauvoir
Poticia/1887314/0/cumpl
/O/cumplen-70-aniversatio/lainvi 4
beauvoir-hy
$84 Beaurois, Sin
tone de, Cart
edicién y p; ~artas a Nelion Algren: un sno, 1947190
rere Sls hme ea ee wo
222 Marla Luisa FemeniagBeauvoir se inscribe en filosofia
existenciali.
desde finales de la década d Sncialista, que se desa-
rrollé lel treinta
h;
del Mayo Francés. Sus miembros més ices Poco después
Merleau-Ponty, Camus y ella misma,
Marcel, entre otros,
es fueron Sartre,
lo que implica una righideu Jaspers, y
ypalavez, una fuerte interdependencia conceptual, seiiliece
dela critica y del publico en general, como compatieta a
tal de Sartre, Beauvoir fue considerada una seguidora fiel de =
ensefianzas, y una mera sombra de la filosofia de aquel. Incluso,
en 1986, Judith Butler la interpreta de ese modo.‘ Esa singular
relacién como varén y mujer, fue percibida como dependencia y
subsidiariedad de la mujer (de Beauvoir) respecto del varén (Sar-
tre). En una explicacién estructural de la teorfa de la dominacién,
Iris M. Young advirtié con agudeza que, mds alla del sistema de
ideas, simbolos, modos de concienciacién y variables singulares
de las mujeres y los varones involucrados, siempre era necesatio
indagar y explicitar las maneras concretas en que los varones se
‘os que toman de las mujeres de
apropian de beneficios concret:
uctural.** El andlisis de Young
modo real, simbélico o supraestr
pone de manifiesto la densidad del problema y muestra cémo,
iduales de cardcter psicol6gi-
con independencia de rasgos indiv'
ienen por una suerte de ideo-
dad valorativa a la hora de
ealidad y de los lugares que
De modo
co, las estructuras sociales se manti
logia metafisica, que genet desigual
abordar los aspectos sociales de la r
entendido:
F 0 naturales.
Ocupan varones y mujeres, com
aks eedécadas hasta que la figura de Beauvoir Comen,
ron
que pasa recién entonces pudieron Vy
investiga’
6
{ misma; Crs”
rse por si Mm! . tual ety
tes y Ja influencia conceptual que ejercig Sobre
5 apo!
« » q
to del mismo Sartre. EI “Castor” (nombre que Ig daby
nt
una “musa inspiradora” sing ue eng
singulare
pensamiel
Sartre) no fue meramente :
los, ademés del yinculo afectivo y personal, habja también de.
ellos,
bate, influencia reciproca, coincidencias -disensos. El een
trabajo de Teresa Lopez Pardina hizo xe vidente que la filosof,
de Beauvoir desenreda los hilos de la situacién de las ™mujeresy
presenta una suerte de plan de trabajo, que guiard los desarrollo,
te6ricos del feminismo del siglo XX.”
“;Qué es una mujer?” se pregunta Beauvoir en El segundo sexy,
la respuesta en primera persona es: “Yo soy una mujer”,
Es significativo que yo lo plantee; a un hombre nunca se
le hubiera ocurtido escribir un libro acerca de Ia situacién
singular que ocupan los varones en la humanidad. Si quiero
definirme, me veo obligada a decir, en primer lugar «Soy
mujer». Esta verdad Constituye el fondo sobre el cual se yer
gue toda otra afirmaci6n.488
tuvoir: Una fildsofa del sigh XX. Cadit,
Orto, 1999, ta, ofa autora, Simone de Beauvoir (1908-
tinism, Race, and the én, Simons, Margaret, Beauvoir and ht
9 lati, Beg, 2718! Of Existencialism, Lanham, Rowt2!
defy Satz Fementas, Marta Luisa (eds.) Simone
i ‘Sex0”, La Plata, Edulp, 2000; oey més adelante agrega la repetidg frase:
Hlega @ serlo”, Se trata de un “yaivén” toting
un lado, del “dato biolbgico” de sexo “gue
de la “mujer femenin:
No se nace mujer, se
*tremos que van, por
da vida”
wales a” Ys por otro,
y “eterno femenino”, cuya construcciéy
mn
‘ alista Beauvoir rechaza. D,
social esencialista Bea ‘aza. Desde la infanci
cia, el mundo
¢ Su punto de partida
Asi, Beauvoir distingue en-
geleha revelado como masculino, de ahf qu
es su propia experiencia en el mundo,
"El feminismo de los sesenta,
denomind a lo segundo “género”, término que Beauvoir no uti-
liz, Para Beauvoir el cuerpo “no puede ser vivido como un dato
en bruto sino por la mediacién de las definiciones culturales”
Distingue entre la naturaleza o biologia, y los modos en que las
diferentes sociedades han instrumentado “ese dato” generando
la “esencialidad” de ciertos rasgos. Beauvoir firmemente 2firma:
“la naturaleza no es destino”. En efecto, “nada en la naturaleza
obliga a un orden social determinado” y menos atin si es discri-
treel “dato” y el “constructo social
minatorio. El orden social que confina a las mujeres a ciertos roles
“naturales” lo es en la medida en que es un impedimento para el
cjercicio de su libertad, de su proyecto, de su trascendencia.“° Por
eso, afirma también la autonomia econémica como prioritaria,
y la igualdad de derechos como base para su emancipacién. No
obstante, Beauvoir tiene claro que la sola ley no es suficiente:
hay que cambiar costumbres ancestrales. Sostiene que Suen
exist diferencias (materiales) en la igualdad (formal)”. Esto i
nifica, entablar relaciones simétricas y reciprocas entre varoncs Y
4 :
{89 Amorés, p.cit, p. 120. -
0 Guadalupe dos Santos, Magda, “A am
Simone de Beauvoir", en Cuadernos des de deseo, posesién, amor, aventura,
Pro.
mujeres, incluyendo la i.
que para ella conservan
ign de “mujer”, dos fuer ,
de su concepcién d i on las eicg
¢ le formularon: por un lado, su rechaay
on a
je como una decisién individual y libre
de vida de cada quien. Por ott,
ntido.
yecto sent
Respecto
mas extendidas que s
la maternidad, que entiend
dependiente del propio proyecto
n del dimorfismo sexual con base bioldgica,# mn
ncide en la decisién del objeto de deseo; de he.
cuenta de su bisexualidad: “Entre amboy
su aceptaci6r
para Beauvoir no i
cho, en sus memorias da
biolégica rigurosa [...), sostiene y
sexos no existe una distincién
rminada” por ningiin “des.
agrega: “ninguna sexualidad esta dete
tino anat6mico”.”? Es decir, la existencia de un cuerpo biolégica
lato” de la situacién pero, pata Beauvoir, es independiente
es.un “di
de las elecciones individuales de los objetos de deseo.
Escribe El Segundo Sexo (1949) tras la finalizacién de la Se-
gunda Guerra Mundial, Las mujeres ya habfan obtenido el voo
en la casi totalidad de los paises occidentales, logro que parecia
dar por terminadas las luchas sufragistas y feministas. Beauvoir
muestra que queda mucho por hacer y propone lo que denomina-
remos un programa feminista, donde muestra por qué y cémo las
reformas legales son necesarias —ineludibles— pero no suficientes:
todavia hay que construir una fundamentacién teérico-filoséfica
que explique cémo se ha desatrollado la historia, excluyendo has
mujeres de la memoria, Més atin, sigue ocurriendo. Filosdfice
mente, Beauvoir resignifica la dialéctica hegeliana en términos 4
Uno (varén) Otra (mujer), Entiende que histéricamente “mujer
491 Beauvoir, (1949), Il: 508 ss,
492, ‘ith,
ay acai sexo y gence: Beawoin, Witigy Foucault’
493 (1949) I. Capitulo IV, . Valencia, Alfons el Magnanim, 1990, 193-2!
226. Marla Luisa.fanciond como un “segundo” sexo en tanto
tradicional supone que el primer sexo “cre:
a fue formada la mujer. Beauvoir toma la dialécti
aportandole un juego propio y original, $j en la bn i. Hegel
guroconciencia de Hegel el “otro” estg tepresentado sian :
gel siervo, momento que atraviesa el Espiritu en su eas i
rocognoscitivo y autorreproductivo para aleanzar el saber Abso-
juto, Beauvoir, al asimilar a la mujer al “otro”, en la (hiporética)
jucha por el reconocimiento, toma conciencia de su experiencia
de desigualdad, dominacién y servidumbre. Ya Engels habia di-
cho que las mujeres fueron las primeras esclavas de las sociedades
patriarcales, por su capacidad productiva y reproductiva. Con
esto presente y simplificando mucho, en la lucha a muerte por
¢ reconocimiento, quien teme perder la vida (y experimenta que
ie es tan esencial o més que la autoconciencia) se convierte en
seve. En cambio, quien Ia arriesga (porque ser conciencia dey
pera si es més importante) se vuelve amo: ha preferido la libertad.
Desde la perspectiva de Beauvoir, los varones se constituyeron
Jo masculino ¢s, 2 la
que La interpretacién
ado” fue varén, y de
<= “sujetos aurénomos”, y las mujeres 10;
vez, cl universal del genérico humano (hombre) y el particular
(vat6n dé le especie); con esa operacién hacen invisibles a las mu-
ire, as sustraen de la calidad de “sujeros's en conseeuenciayfindamentitey de “la mujer’ y “nin - oie el Kencaly
no, li ubjetividad de ta clones, y la lucha de clases para gy libeta.
elon, Vernon
Hiv tdrminos de Heauvolry ef osenclallamo =teligioso 9 hiico. ha
Sconstintdo” a las mujeres sia historka, Uijadas cn cattod "aspos tes
nave Includibles yinculados a la categorla difusa de femineidad” g
de “eterno femenino’, tan cantado por los poctas, ie Segundo ¢s |,
alsa ereoncta de que la cleneia =su ejemplo es el psicoandlisis freu.
dlano= ex “objetivo” y no una construccién patriarcal més de lacul.
tuita Inperante, Sostiene que, bajo presuposicién de su “objetividad
clontitica” (acha de “filicas” a las mujetes que buscan Constituirse
ett sujotos autdnomos; es deceit, las considera masculinas, cuando
ho anormales, Por tiltimo, atenta a la experiencia de Alejandra Ko
Nontai, anuncta que ka “Revolucién del proleta
igual pata “proletarios” y “proletarias”, L
tiado” no lo fue por
Las clases sociales, y la obrera
NO es una excepeidn, estan atravesad:
las por los sexos; es decit, por
las relaciones de domina
cidn que estén estructural ¢ histéricamente
es Y mujeres attavesando todas las clases de
“A experiencia histérica
hes (la Francesa, de 1789, o la Bolcheyi
‘mujeres pasan de tevolucionaria:
abtenido beneticio alguno de |
establecidas entre varon
modo estamentario, L de muchas revolucio-
ique, de 1917) muestra que las
8 sumisas amas de casa sin haber
puesta en riego de sus propias vidas.
Los polémicos problemas que acabamos de enumerar, que Beau-
volt desarrolla en Profundid,
clalistas, pero también,
“vanguandias” defense
de-los marxistas en general. ‘Ty;
nd, le valieton las eriticas de los esen-
lk crftica de las denominadas
los freudomarxistas, ¥
Heton que transcurrir més de
199 CL Chapeson, Sy
Feoninista, Taal
cnince afios para que, a comienzos de lag,
‘ gus lineas crfticas cobraran fuerza "lob on
ds
egunda Oh”, tlginas
ovimi
Imientos de mujeres
adoptaran en lo que se denoming Women Stu
meo Estudios de la mujer. A modo de ye. Eudes de
» Teco
fue mérito de Kate Millet, en Sexwal Politics (1969),
deque las “vanguardias” también son patriarcales
rdemos que
Tetomar la idea
6 llevando ade-
. DHL
Henry Milles, Norman Mailer y Jean Genet. Un sided
0r-
rante del andlisis de Millet es desviar la atencién de las relacio:
inverpersonales del Ambito privado, para examinarlas desde nace,
tegoria estructural y politica, y al hacerlo, acufia la famosa frase Lo
personal ¢s politico, que se convirtié en lema de las luchas feministas
posteriores. Si bien muchos aspectos del ensayo de Beauvoir se han
Jante un anélisis fundamental de escritores como
superado, en particular las cuestiones vinculadas a la biologfa, lo
cierto es que su libro marcé un hito en la teorfa y en las précticas
del movimiento feminista de los sesenta y setenta.
Beauvoir no sélo sistematiza los problemas vinculados a la
condicién de las mujeres, sino que elabora un método que le per-
mitié, al mismo tiempo, dar cuenta de su historia y de su si-
tuacién actual, desenmascarando una red conceptual y filoséfica
497 Mucho se ha discutido sobre ese
la en su Critica de la razin dialéctica
ode un prolijo
cubierta por los prejuicios.
método, que Sartre desarrol
(1960) como “método progresivo-regresivo”- Lueg
examen, Lépez Pardina concluye que:
ro inventado Y aplicado por’
7 "
| método es, pues, prime! Ifnea de filosofla n°
Beauvoir en 1949, quien, fiel a su
49 Bete
6 Traduccién casteilana:
Lépee Pardina, op.cit,Voltaire 0 un Montaigne ng ge
emitica -afin a la de w on
eéricamente.
pone a la tarea de explicitarlo «
lera un aporte heuristico del Existen.
gindose a ignorar Ja autoria de Beauvoir. A gray.
0 Beauvoir lo emplea, constituye un
«la experiencia vivida desde la prop
general, se lo consid
cialismo, lle
des lineas, tal com
de reconstruir y esclarece
utica existencial, comen’
del hecho. Es decir, de la “facticidad en que las
sa existir” 0, en otras palabras, “de las
in de Jas mujeres en lo real”,
hermenéu zando con un anilisis regresivg
herr
de la situacién 0
mujeres se ven obligada:
condiciones que definen Ia inserci6
La primera fase “tegresiva” es la inicial e implica un anilisis (his-
térico-fenomenolégico) de las condiciones que hacen posible fx
existencia de las mujeres tal como es dada en una cierta sociedad
actual. Por eso, el método supone dos dimensiones: diacrénics
y sincrénica. Se trata, pues, de un primer momento analitico en
el que se establecen los puntos de referencia conceptuales que
configuran una cierta forma de vida. La segunda fase es “pro-
gresiva”, sintética y reconstructiva del modo actual en que vives
las mujeres como miembros de una cierta sociedad. Es decis,
desde aquellas condiciones en como viven las mujeres esta vida
presente.” Interesa a Beauvoir dar cuenta de las instancias me
diadoras que han hecho posible un cierto estado de cosas. Te
mando como base el comportamiento real de las mujeres &
tanto que “resultado” de una “experiencia vivida” bajo ciertas
condiciones histérico-sociales, Beauvoir pretende, con los dares
VE ee eG
498 Ibidem, Tambi
Sartre
‘ae, lc, Rolando, “Algunas coincidencias entre Bea oir?
o's en Cagnolati-Femenias, opque dispone reconstruir cémo se I
C86 a este estado de ¢
OSas,
ip
BiCOs y los Ptesupuestos
d
desen!
sobre los que se funda.
mascarando los elementos ideol,
‘Ahora explicitemos algunos Conceptos, que si b;
; <1} » que si bie
todos los existencialistas, Beauvoir desarro! ‘n Comparten
116 de
. maner; i:
Fundamentalmente, se distancia de Sartre (eee
en al menos d
: los,
de conceptos importantes pata el feminismo: Por un lad ee
* o, a no-
cign de cuerpo y de situacién, ambas estrechamente relacionadas
entre si. Por cae i de sujeto y libertad. Respecto de la nocién
de cuerpo, su posicidn esta préxima a la de Merleau-Ponty, como
Jo han sefialado Teresa Lépez Pardina y Sara Heinimaa, entre
otras2® El cuerpo de la experiencia es un cuerpo viviente, que
se desarrolla en el mundo con otros cuerpos, con otros seres, y
mn del
“cuerpo en situacién”, la que sea, pero eso lo hace a la vez, una
cosa del/en el mundo y un punto de vista tinico sobre el mis-
mo.*! Asimismo, el sujeto resulta del entrecruzamiento de actos
rural como indivi-
la presencia en el mundo implica rigurosamente la posi
intencionales previos y de la historia, tanto cul
dual, que da significado y trasfondo a todos nuestros actos origi-
a todo existencialista, el cuerpo no
una situacién. El cuerpo
através del cual
captacion
nales, Para Beauvoir, como par:
es una mera cosa sino fundamentalmente
es “nuestra captacién del mundo, el instrument
es un instrumento de
na forma diferente segiin
J desde un cuerpo
captamos el mundo” y porque
del mundo, “El mundo se presenta gt
Sea aprehendido de una manera 0 de otra tp52 Si bien Beauyes
mujer” Si bien Beauy,
de varén 0 desde un cuerpo de muje OFF ey,
le
j omeniza
re varones ¥ mujeres come; Ando pop a
i cias ent
mera las diferen a ded eucla te
nla minuciosidad que la Ciencia dy
anatémicas (que describe co
la época le permitia), no ¢s es el punto que Je interes subrayy,
a ,
{ cuerpo (sano, ¢
Por el contrario, pone el acento en que ¢ 1 enh
mo, mutilado, ante todo sex ‘me
mental de la situacién de cada cual, pero como Merl a Poy,
considera que el hombre -en genérico— no ¢s una especie “na.
tural”, sino una “idea histérica”: todos somos seres histéricos y,
en consecuencia, no hay diferencias “naturales” que puedan sy.
bordinar a las mujeres respecto de los varones. El cuerpo es ung
situacién sobre la que se han desarrollado mediaciones histéricas
ado) constituye el elemento funds.
que lo califican de “inferior” o de “superior”; de “imperfecto” 9
de “perfecto”; de “esclavo” o de “libre”. La situacién y las me-
diatizaciones que construyen el cuerpo restringen o amplian su
captacién del mundo. Como lo ha subrayado Célia Amorés, lo
biolégico se redefine por lo cultural; por.eso Beauvoir se opone a
que la biologfa de las mujeres sea un destino. De modo que, el pla-
no cultural y social de los “cuerpos en situacién” de las mujeres
ven coartada (0 no) su libertad, su trascendencia, su posibilidad
de constituirse en sujetos; la situacion restringe o amplia su liber-
tad mucho més que a los varones,
También respecto de la nocién de sujeto, Beauvoir adopta una
pode Propia. En efecto, en tanto las limitaciones de las mu-
jeres estén socialmente construidas ¢ impuestas por la sociedad
que es patriarcal, es imprescindible comprender cémo funciona,
desmontar sus :
mecanismos y generar condiciones para vivir hajbertad, @ partir del locus que a cada una le
hat
R 06
én marca de modo ambiguo formas de opr ‘ado, La situa-
esion y techazarlas es
i! so que aleja a las mujere:
i primer paso q Mujeres de su ¢;
Su caida en taj
inmanen-
ca. Beauvoir identifica tres razones histéricas Por las cuales {
es las
tos: en primer térmi-
lo; en sey
i u ‘gundo lugar,
tienen un vinculo de dependencia o necesidad (psicolégica) ‘v
° le
Porque muchas veces (psicologi-
camente) se complacen en su papel de Otras, lo que constituye,
2su juicio, una “falta moral” en tanto exige negarse a s{ misma
mujeres 10 pueden reivindicarse como suje
no, no tienen medios materiales para hacer
Jas ata al vardn y, por tiltimo,
el cjercicio pleno de la libertad. Como humanos, somos libertad,
pero esa libertad pivota sobre el eje libertad-facticidad, propio de
la realidad humana. En tanto proyecto, “no somos lo que somos
y somos lo que no somos”; es decir, somos transcendencia perma-
nente. Como no elegimos la libertad que somos, al mismo tiempo
somos facticidad. Nuestra libertad es un hecho, del que tenemos
que hacernos cargo porque se entreteje con la realidad humana.
En su otro ensayo, Para una moral de la ambigiiedad (1947),
Beauvoir sostiene que un acto es tanto mas moral cuanto mds
abre el horizonte de las libertades propias y ajenas.” La “libertad
siempre surge como movimiento de liberacién. Sélo prolongin-
dose a través de la libertad de los otros se consigue sobrepasar la
muerte y realizarse como unidad indefinida’> Por el coneratio,
una accién es inmoral cuando suprime o reprime las libertades
de los/as otros/as. Es decir, cuando una libertad no se si ~
—
: ero 2008,
504 se ious, 4, Consulta: 10 de fet ‘
Amorés en Investigaciones Fenomenolégi A ated
Sitio: www.uned.es/dpto_fim/invfen/invFe ; i ie
505 Guadalupe dos Santos, op.ciéy p. 605 de la misma a “ sige
sindrome de Lolita & : me
906 En castellano: B
Schapire, 1956, p.c Jas coarta. Eso su
otras libertades sino que simplemente cede cop
Ja libertad de las mujeres. Las relaciones asimétricas entre jog ie
malta” specto del o “
yos slo subrayan la “falta” de un sexo respecto del otfo y la “ma,
fe” sobre la que ambos han construido sus relaciones, explicacig,
zaciones, aceptindolas. Sélo abriendo el espacio de
ambién podrdn ser realmente libres
nes, nacurall:
Libertad para unas, los otros ¢
sin caer en la inautenticidad.
Libertad y situacién se entretejen en una espesa trama, Ep
: so? ir considera que la situacig
“ineas (1944),” Beauvoir co} We 1 situaciéy
Phyrrus y ;
de las mujeres es una verdadera coaccién a su libertad. Desde |
educacién que reciben durante la infancia, hasta los usos sociales
que se les imponen a las jévenes, todo contribuye a la limitacién
de su libertad. En algiin sentido, todo el tomo II de El segundy
sexo es una descripcién de cémo se “hace a las mujeres femeni-
nas” segtin los cdinones de la sociedad en que se encuentren. Por-
que para Beauvoir, libertad y situacién no son dos caras de una
misma moneda, la situacién se torna el marco en el que se puede
gjercer (0 no) la libertad: un marco que facilita mucho, poco o
nada su ejercicio. La situacién es, pues, el afuera de la libertad y
est constituida por el mundo, las cosas y los otros pueden ser un
obsticulo infranqueable 6 ser los posibilitadores méximos del
libertad de cada cual, La construccién de relaciones simétricas y
reciprocas es la tinica salida a lay
de todos los seres humanos en
(atin incumplido) sigue vigent
Pero la obra de Beauvoir
novelistica ocupa un ly
del siglo Xx
presién que mengua la libertad
general. Ese proyecto de Beauvoir
ie.
no se limita al ensayo filoséfico. Su
Bar significativo en la literatura frances?
do reflexién filoséfica, novelistica ¥
» Mancomunanensay® ae ea Petfectamente compatibles. Puesto que
sof seme & baum como domi a
y ademés histéricamente desestimé la Presencia de las Pocos
asma los grandes temas que conciernen al sez ‘amen
povela o las memorias porque esas palabras abiertas “ri oe
iamenso privilegio: las llevamos con nosotros” er
‘Adrién Ferrero, educada segtin los cédigos de una época que le
devuelve imagenes “inferiorizadas” de si misma, Beauvoir no se
hace victima de las representaciones que la culture de su 0c
hace circular sobre ella como mujer, minusvaloréndole y dise-
séndola por y para el ejercicio de una “libertad” delimitada por
lz dominacion masculina. Pero tampoco acepta convertirse en
cémplice funcional del patriarcado. Si Iz configuracién del sujero
mujer sufre notables amputaciones como resultado de le form
cién social en la que predomina la inequidad y le inautenticidad,
obras como La Invitada (1943), contribuyen 2 cuestionar el seazus
quo cultural de su época. El par solidario existencialismo-®-
minismo vertebra El Segundo Sexo y muy claramente también sus
escritos ficcionales, incluso los cuatro tomos de su autobiografiz,
donde brinda datos suficientes para reconstruir el itinerario de
sus ideas y de sus obras. Como observa Ferrero, ¥2 desde su ins-
talacién en una primera persona femenina que se auroconstruye 2
mo de escritura, Beauvoir se
declara “Yo soy una mujet"s
singular, condiciéa Fictica
partir de escenas, tanto de lectura co!
_ inscribe en calidad de sujeto pleno y
- “Yo soy” en primera persona femenin'
n Simone de Beauvoir”, en Fe
Plata, Buenos Aires, Catdlogos, 2006,de su existencia libre y a la vez dispositive de enunelacksy Yest
fe fe
Ein efecto, al elaborar caracteres y sltuaci
On
tegia de sus obra
no convencionales, Beauvolr no solo rompe estercotipos atu
Jes para el sentido comin, sino que genera modos altecnativos de
con la sociedad. Us decir, Insta
ver, resolver, enfrentar o inseribir
cructura las relaclones varén / mujer y
la miradas alternativas, ¢
contribuye a abrir camino a otras formas
Incluso en Memorias de una joven formal y La mujer rota ay.
ticipa los modos deconstructivos y fragmentados que prolife.
raran mas tarde con la postmodernidad, Mas atin,
ociales,
[ narar y
narrarse cn una primera persona de ecos cartesianos se “atreve
a construir(se)” y a “emerger mas allé del mundo dado”, cons-
truyendo el espacio de su propia libertad en la de sus personajes,
Cuando ellos se narran en primera persona, alientan en los/as
lectores/as a identificarse con ese estado, el seguimiento de sus
tribulaciones y la novedad del derrotero finalmente elegido, tras
una profunda toma de conciencia de sf y de su situacién, Qui-
zs ese trabajo esté mejor recogido en Las bellas imdgenes (1966),
exhibiendo el proceso de disolucién de una conciencia femeni-
na atada a los mandatos de la sociedad capitalista donde se et
cuentra permanentemente hetcrodesignada.”” Solo a partir de la
mirada auténtica con que enfrenta la dislocacién y la angustia
por el vaclo de su existencia, Laurence, la protagonista, puede
comenzar a perfilar las condiciones de un proyecto diferente part
sus propias hijas,
En sfntesis, ideologla, filosofta y literatura aparecen confor
mando una red novedosa, creadora Y caracterfstica de una bis:
queda que amplia to 0 dele’ propta lit e Some y_ApRneannoss deudora del estilo de tos moralig
yoke oa de constituir al sujeto sembre's tas Franceses, Beat?
_ yjcleo de impuracion de acciones que se
Porque, que las relaciones de dominaci
quidas las que se manticnen entre varo;
"ge libertad de las mujeres en Particular, pero también de |
LOS Va-
“pores. Ya que:
Todo hombre tiene algo que ver con los otros hombres;
el mundo con el cual se compromete, es un mundo huma:
no, donde cada objeto se halla penetrado por significaciones
humanas; es un mundo hablante, solicitante, (...) a
través de ese mundo cada individuo puede darle contenido
concreto a su libertad (...) y, en todas las circunstancias (...)
a libertad de todos.**