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Parte I DESCOMPOSICION DEL CRIMEN Empecemos por poner algunos ejemplos de crimenes del dia a dia, que cualquiera de nosotros puede presenciar al dar un pasco por la calle, ir al supermercado, salir a tomar unas copas el viernes por la noche o navegar por internet. El primer ejemplo consiste en un joven que, al salir del instituco, se dirige al Mercadona de su barrio, se guar- da una caja de galletas y un zumo debajo de la chaqueta, y sale an- dando de la tienda sin pagar, Nuestro segundo ejemplo es una sefiora que, dia a dia, se pasea por el metro de una gran ciudad en busea de oportunidades para cometer pequefios hurtas a turistas. Hoy ha teni do la suerte de que una pareja de turistas alemanes ha entrado al tren con la mochila abierta, y nuestra protagonista se ha podido apropiar de una cartera con 150 euros y una camara de fotos, que vendera mas tarde en una tienda de segunda mano por 30 euros, El tercer ejemplo es un seftor que, después de una larga semana de trabajo, y de varias broncas con clientes y su esposa, baja al bar el viernes por la noche, se toma unas cuantas copas de mis y, después de que el duefio del bar le pida que se vaya a casa, se encara con tres menores de edad que co- mian pipas en la calle y, tras unas cuantas amenazas, acaba propinan- do un pufietazo a uno de ellos. La policia llega 5 minutos mas tarde, tras la Hamada de un vecino, y el sefior acaba detenido. Y, para acabar, pongamos un cuarta ejemplo algo menos conocido, pero no por ello menos comin o cotidiano. La mujer del protagonista de nuestra. ter- cera historia, tras confirmar que su marido ha perdido completamente la cabeza y tiene problemas graves con el alcohol, decide divorciarse. Tras 15 afios de matrimonio, firma los papeles del divorcio, y no deja pasar ni un solo dia para apuntarse a Match.com, una pagina web para buscar pareja, en busca de un nuevo amante. Después de 30 minutos conectada a la web de citas le llega un mensaje de Hernando, un apuesto médico destinado a una misi6n humanitaria en Yemen. Es atractivo, inteligente, buena persona y no bebe alcohol: es perfec- to. Pasan los dias charlando a través de internet, y se enamoran. El apuesto doctor le pide a la sefiora que le envie algo de dinero para poder solicitar el visado e ir a visitarla, y lego algo mas de dinero 30 David Bail-Gil para el avidn, y el equipaje, y el contrato del servicio de roaming para el mévil antes de viajar, y mas dinero que le piden de la embajada tras haberle perdido el pasaporte y tener que renovarlo. Tras haber recibi- do mas de 5.000 euros, el hombre desaparece. Todo formaba parte de un fraude online. Ni se llamaba Hernando, ni era médico, ni estaba en Yemen, y tampoco tenia ninguna intencién humanitaria. Estos cuatro ejemplos, por muy distintos que parezcan, y lo son, guardan un minimo comin miltiplo. O, mejor dicho, tres. En primer lugar, en los cuatro casos nos encontramos con una persona que, por unas cireunstancias u otras, busea (0 se encuentra en un momento dado) una opertunidad para cometer un crimen. ¥ la persona apro- vecha esta ocasi6n, En el primer caso es el joven, que podriamos decir que tenia unas intenciones y una morivacién clara al entrar al super- mercado. En el segundo caso es la sehora carterista, también con una clara morivacién, En el tercer caso es el sefior que se pasa con las copas. En este caso, seria complicado afirmar que el hombre estaba especialmente motivado para dar un pufietazo a un adolescente, o que hubiera premeditado hacer esto antes de salir de casa, pero al darse las circunstancias (la oportunidad) el crimen tuvo lugar. Y, en cuarto lugar, el agresor seria Hernando (sea cual sea su nombre real), A par- tir de ahora, lHamaremos a este primer elemento necesario del crimen el “agresor potencial”. Es decir, un sujeto que busca o se encuentra lad para cometer un crimen y la aprovecha. Sin agresor potencial no hay crimen. Sin el joven, Mereadona no hubiera perdido esa caja de galletas y ese zumo. Sin la sefiora del metro, los alemanes todavia tendrian su cartera y su camara. Sin el senor borracho, el adolescente que comia pipas todavia tendria su diente (se me olvidé contar antes que, como resultado del puiietazo, el incisivo central del chaval salié disparado), Y sin Hernando, © sea cual sea su nombre, la mujer que buscaba pareja después de divorciarse todavia tendria sus 5.000 euros. Sin embargo, este primer elemento, el agresor potencial, no es su- ficiente por si mismo para dar lugar a un crimen, Pongamos que el joven se dirige al Mercadona, pero la tienda esta cerrada, 0 por cual- quier circunstancia se hubieran agotado las galletas y el zumo. En tal caso no habria tenido lugar el crimen en cuestion. Supongamos que los turistas alemanes ese dia deciden viajar en taxi en lugar de utilizar el metro. O viajan en metro, pero no llevan mochila. O llevan mochila, una oportun Descomposicicn de! crimen 31 pero esta vacia. La sefiora carterista no habria cometido su crimen, por muy motivada que estuviera para hacerlo. Si los tres chicos no hubieran estado en la calle comiendo pipas (0, mejor dicho, si no hu- bieran estado en esa precisa calle, en ese preciso momento) tampoco habrian sufrido la agresian del hombre alcoholizado, Y Hernando no habria obrenido sus ingresos ilicitos si la sefiora diverciada no hubie- ra accedido a la pagina web para encontrar pareja por internet. O uti lizando esa pagina, no hubiera abierto o interactuado con el mensaje de Hernando, O utilizando esa pagina e interactuando con Hernando, no hubiera enviado el dinero solicitado. Existe un segundo elemento fundamental en el crimen, sin el cual el mismo no tiene lugar: el ob- jeto. Mas tarde veremos que esta distincién entre agresor potencial y objeto no es siempre tan clara y nitida como la estamos reflejando aqui, La realidad social siempre es algo mas compleja. Asimismo, es importantisimo recordar, y lo haremos en repetidas ocasiones en este libro, la primera premisa del analista o estudioso del crimen: del mis- mo modo que, para desarrollar una visién analitica sobre el crimen y dar explicaciones al mismo, debemos tratar de evitar que nuestras emociones nos entorpezcan observar sus elementos fundamentales, también debemos evitar “juzgar” a las partes implicadas en el mismo. Evidentemente, la sefiora que utiliza paginas web para ligar no es res- ponsable de sufrir tal crimen, ni los chicos que comen pipas en la calle lo son de ser agredidos. Pero no podemos explicar el crimen sin ellos, porque en tal caso el crimen no hubiera renido lugar. Analiticamente, el objeto es una parte elemental del crimen, sin la cual el evento crimi- nal, por definicién, no seria un evento criminal, ni siquiera un evento criminal fallido ni una tentativa de evento criminal, Como veremos mas adelante, a pesar de que nuestra primera intui- cién nos puede llevar a considerar que el objeto de estos cuatro casos son Mercadona, los turistas alemanes, los jovenes y la sefiora soltera, una reflexi6n algo mas pausada nos lleva a darnos cuenta de que, en tres de los cuatro casos, el objeto del crimen no es precisamente una persona © entidad juridica (en el caso de Mercadona). El joven no tiene ninguna intencién de dafar a la cadena de supermercados. De hecho, la entidad juridica inanimada que posee la propiedad de esa tienda carece practicamente de importancia como objeto del crimen, Es cierto que Mercadona sufre las pérdidas monetarias del hurto, pe- re el objeto del crimen, aquello con lo que el agresor interactiia y 32 David Buil-Gil que da lugar al evento criminal, son las galleras y el zumo. De igual modo, a pesar de que los alemanes sufren las pérdidas econémicas, y posiblemente el efecto emocional negativo, del crimen, el objeto de este no son los turistas, sino su propiedad. A la sefiora que se dedica a robar carteras en el metro seguramente le importa poco si los pro- pietarios de la carrera y la camara son alemanes, altos, justos, guapos, inteligentes o si han visitado Canctn. Y, aunque asi lo fuera y esta persona tuviera una obsesién con robar carteras de turistas alemanes que viajan con la mochila abierta en el metro, el objeto del crimen, lo que da lugar al evento criminal, seguiria siendo la cartera y la camara. Es algo diterente, sin embargo, el caso del adolescente golpeado por el sefior embriagado. En este caso el objeto del crimen es, efectivamente, una persona, sin la cual el evento no bubiera tenide lugar, Ader también es esta persona la que sufre las consecuencias negativ: cas (un diente menos y dolor en la mandibula durante cinco dias), ne- gativas emocionales (tiene miedo de comer pipas en la calle a partir de las seis de la tarde), positivas econémicas (recibe una indemnizacié de 3,000 euros) y positivas comportamentales (reencamina su vida para evitar acabar como el sefior borracho) del crimen. Como veremos en capitulos posteriores, mientras que en los cri- menes patrimoniales el objeto del crimen es, valga la redundancia, el patrimonio o los bienes de alguien, los crimenes relacionados con la violencia fisica y sexual podran tener objetos que son, a su vez, la mi: ma persona afectada. Hay quien podria decir, y no le faltaria razon, que, en nuestro tercer caso, los tres adolescentes, a pesar de que uno de ellos sufre las consecuencias fisicas directas de la pelea, tambi fueron parte activa de la misma, y por lo tanto definir al menor de edad que pierde un diente como el “objeto” del crimen podria ser un error analitico que afectaria cualquier explicacién que queramos dar al evento criminal. Mas tarde veremos que, en ciertos crimenes, hay varias partes que son a su vez agresores potenciales, segiin los térmi- nos que hemos venido utilizando, Un ejemplo claro es una pelea en la que dos partes se involucran activamente. En tal caso podremos ha- blar de un “delito competitivo”, en lugar de “predatorio” o “explota- dor”, tal como describe Marcus Felson en su articulo “Las actividades Descomposicidin del crimen 33 cotidianas y la prevencién del crimen en las metrépolis en evalucion”, publicado en la revista Criminology* Otro caso en el que puede ser algo mas complicado descifrar el objeto del crimen son las apuestas ilegales, la compraventa de droga © incluso la prostituci6n consentida y no forzada, en los que tam- bién habria dos © mas partes que podriamos entender como agreso- res potenciales, pero cuyo objeto no estaria tan claro, Los crimenes con estas caracteristicas los podemos entender como “mutualistas” 0 “muruos”. En tales casos, una definicién algo mas amplia y relajada de lo que es el objeto del crimen podria llevarnos a decir que el mismo seria el dinero invertido y/o recibido por la apuesta, o el dinero y la sustancia estupefaciente en el trdfico de droga, o el dinero y el inter- cambio sexual en la prostitucion. Sin los mismos, el crimen no tiene lugar. Y en otros crimenes el objeto sera todavia mas ambiguo y dificil de definir, como lo puede ser en el consumo de drogas en la casa de un particular, Se podria decir que en este crimen hay una tnica parte in- volucrada, pero, de nuevo bajo una definicién amplia y laxa de lo que es el objeto del crimen, podemos decir que el objeto de este seria la sustancia estupefaciente consumida, sin la cual no habria crimen. Es tos crimenes los conocemos como “individualistas” o “individuales”. Este debate, aunque pueda parecer vacio y carente de aplicacién mis alla de la investigacion académica, es enormemente importante y tiene implicaciones vitales a la hora de desarrollar practicas de preven del crimen. Pero no nos adelantemas, tado esto lo veremos conforme avancemos en la lectura, Ya hemos visto dos de los elementos fundamentales del crimen: el agresor potencial y el objeto, Sin embargo, hay un tercer factor (o, mejor dicho, la ausencia de un tercer factor) necesario para que el crimen tenga lugar: la ausencia de un guardidn capaz. Volvamos a nuestros cuatro ejemplos, ya clasicos. En nuestro primer caso, si en el momento concreto en que el joven (agresor potencial) se disponia a agarrar el paquete de galletas (objeto), un empleado o empleada de la tienda hubiera aparecido por cualquier razon, el crimen se podria haber interrumpido. Del mismo modo, si el joven, en el momento de llegar a la zona de las galletas, se hubicra encontrado a dos agentes * Felson (1987). 34 David Buil-Gil de seguridad privada charlando justo en frente del objeto, el crimen tampoco habria tenido lugar. Y, dindele una vuelta de tuerca mas, quiza innecesaria, si los trabajadores de la tienda hubieran colocado, por pura casualidad, un enorme carro justo delante de la seccién de Jas galletas, de modo que las mismas fucran inalcanzables, el crimen, tampoco habria tenido lugar. ;Estamos entonces diciendo que el guar- didn 0 protector puede ser tanto un empleado de la tienda, como un agente de seguridad o un carro de hierro? Si definimos “guardian eapaz” como alguien, o algo, cuya presencia previene que el agresor logre aleanzar el objeto, entonces si. En nuestro segundo caso, por lo tanto, el guardian podria ser un policia patrullando en el metro, pero también otro pasajero que llame Ja atencién a la sefora al tratar de introducir su mano en la mochila de los turistas. Incluso puede ser que el otro turista (el que mo leva la mochila puesta) alerte al que lleva la mochila que hay una sefora acercandose sospechosamente a ellos, de modo que entre ambos cie- rren la mochila y la agarren con fuerza para evitar que la agresora potencial pueda entrar en contacto con el objeto. En el tercer caso, distintos guardianes podrian haber parado la pelea. Por ejemplo, un transetinte, los padres de los chicos 0 un amigo del hombre borracho. que, sabiendo que nuestro protagonista se pone violento cuando be- be, le acompafia a casa para evitar incidentes mayores. En nuestro Ultimo ejemplo, guardianes podrian ser una amiga de la victima, que le avisa que ese hombre de internet puede no ser trigo limpio, o los administradores de la pagina web, que observan actividad sospechosa por parte de un usuario de su plataforma y deciden eliminar la cuenta del supuesto Hernando. Del mismo modo que habfamos dicho antes que sin un agresor potencial, 0 sin un objeto, no hay crimen, también podemos asegurar ahora que, con un guardidn 0 protector (elemento que algunos textos llaman guardian “capaz”™) presente en el momento de la interaccién entre los dos elementos anteriores, tampoco habra crimen. Mas tarde analizaremos que hay distintas maneras de definir este guardian capaz, que como hemos visto es un elemento clave para la explicacidn del crimen y su prevencidn. Una clasificacién muy simple, intuitiva y enfocada a la practica es la propuesta por John E. Eck y otros colaboradores, que los estudiosos del crimen conocen como el tridngulo de Eck: si el agente o elemento inanimado que previene que Descompasicidn del crimen 35 el agresor potencial entre en contacto con el objeto y cjecute el crimen tiene responsabilidad sobre el objeto, lo podremos denominar simple- mente “guardian”; si este agente cumple una funcién de prevencién sobre el agresor potencial, lo llamaremos “vigilante” (traduccidn del inglés “handler™); y si cl mismo acttia sobre el lugar donde ocurre el evento, podremos denominarlo “gestor”’. Esto se refleja a la perfec- cién en la Ilustracién 1. Para que el crimen pueda tener lugar, todos ellos deber:in estar ausentes. lustracién 1. Ef triéngulo de (la prevencida det) crimen de john E. kek. Adaptacién de Cullen et al. (2002, p. 32) Podemos ilustrarlo de un modo muy simple con nuestros cuatro cjemplos. En ¢l primer caso, si, como hemos supuesto antes, el crimen hubiera sido interrumpido por la presencia de empleados del super- mercado o agentes de seguridad, cuya responsabilidad es sobre ell Iu- gar donde el crimen acontece, entonces estariamos hablando de una * Callen et al. (2002); Madensen (2010). 36 David Buil-Cil intervencidn efectiva de los gestores del espacio. Si el segundo erimen hubiera sido evirado por la presencia de un agente de policia, también podriamos hablar de un gestor que contribuye a la prevencién del crimen en ese lugar, aunque también hemos presentado la posibilidad que sean los mismos turistas los que perciban la presencia de la agre- sora potencial y cierren rapidamente la mochila, en cuyo caso ellos mismos estarian sirviendo una funcién de guardianes del objeto. En el tereer caso, habiamos supuesto que el crimen podia ser interram- pido por los padres de los chicos, en cuyo caso también hablariamos de guardianes del objeto, pero otra posibilidad era que un amigo del sefior borracho le acompafie a casa para prevenir incidentes, lo que podriamos entender como un ejemplo de vigilante del agresor (en el sentido téenico de la palabra, que hemos presentado mas arriba). Y en el cuarto ejemplo, si la funcion de prevencién efectiva viene de la mano de wna amiga de la victima, hablariamos de un guardian, o una guardiana, mientras que si tal funcién fuera ejecutada por el adminis- trador de la web se trataria de un gestor del espacio donde el crimen tiene lugar. En algunos casos, una misma persona puede cumplir fun- ciones de prevencién sobre varios elementos del crimen. Hay muchas otras maneras de dar sentido y estudiar la figura del guardian capaz, y mas tarde veremos algunas de ellas y explicaremos por qué estos conceptos son de enorme utilidad para estructurar el pensamiento sobre el crimen y su prevencidn, Pere, por ahora, que- démonos con la idea clave que el crimen necesita de tres elementos fundamentales: agresor potencial, objeto y ausencia de guardianes capaces. Esta es la composicién primaria del crimen, la “quimica del crimen”®, lo elemental para todo lo que vamos a ver en los préximos capitulos. Y es que, del mismo modo que se puede descomponer un coche en sus partes mecanicas, o un ser humano en un conjunto de elementos bioldgicos, también se puede descomponer el crimen en esta serie de elementos necesarios, sobre los que podremos estudiar como intervenir, Asimismo, del mismo modo que algunos ingenieros dedican toda su carrera profesional al estudio y perfeccionamiento del pistén del motor de un coche, 0 los médicos se especializan en el estudio y tratamiento de un Organo o parte del cuerpo humano, * Felson y Eckert (2019). Descomposicién del crimen 37 sea este el corazén, ojos 0 rifiones, los estudiosos del crimen también tienden, cada vez mas, a centrarse en uno de estos elementos clave y estudiar estrategias para mejorar la efectividad de la prevencién del crimen. Algunos crimindlogos 0 estudiosos del crimen dedican toda su vida profesional a analizar la trayectoria vital de los agresores, y qué funciona mejor para evirar que éstos comeran crimenes. Otros estudian como las fuerzas de seguridad o las comunidades de vecinos, como distintos tipos de guardianes capaces (o gestores, de acuerdo con el concepto propuesto por John Eck), pueden ayudar a prevenir el crimen, Y otros analizan como disefiar los objetos para dificultar que los agresores potenciales puedan ejecutar el crimen que tienen entre manos. En definitiva, esta manera simple, ¢ incluso basada en el senti- do comin, de sistematizar los elementos del crimen, sera fundamental en el estudio analitico del crimen, Dicha triple convergencia entre agresor potencial, objeto y ausen- cia de gwardianes capaces (presentada mejor en la Mustracién 2) es también el principio elemental de uno de los principales enfoques ted- ricos utilizados en Criminologia a dia de hoy: la teorta de las activida- des cotidianas desarrollada a finales de los aos 70 por Marcus Felson y Lawrence E, Cohen’, Es importante mencionar, sin embargo, que en un principio los autores de la teoria dieron un enfoque algo distinto a uno de los tres elementos tratados con anterioridad. En lugar de ha- blar del agresor potencial, Felson y Cohen se refirieron originalmente a esta figura como el agresor sotivade. Tal como los autores expre- san en el articulo original en el que propusieron el enfoque tedrico, el cual se publicé en la revista American Sociological Review con el titulo “Cambio social y tendencias en la tasa de crimenes: Un enfoque de actividades cotidianas”, y el cual ha sido citado ya mas de 11 mil veces, para que el crimen tenga lugar es necesario que el agresor tenga una motivacion para involucrarse en el evento criminal. Sin embargo, afios mas tarde, el propio Marcus Felson haria una pequefia rectifica- cién terminoldgica para asegurar que es indiferente si el agresor esta. motivado o no lo esta, lo importante es si la persona ejecura la accion en un momento dado". Volviendo a nuestros ejemplos previos, a pe- ° Cohen y Felson (1979); Felson y Coben (1980). 10 Felson y Eckert (2019). 38 David Buil-Gil sar de que en los casos primero (el joven del Mercadona), segundo (la mujer carterista) y cuarto (Hernando el de las paginas de “ligoteo”) la intencionalidad de los agresores parece ser clara y estan, efectivamen- te, motivados para el crimen, en el tercer caso (el sefior que se pasa con las copas) el sujeto no parece tener ninguna motivacién previa para enzarzarse en una pelea con unos chicos en la calle, pero al darse la oportunidad, se involucra en el evento. Entender si el agresor tiene no una motivacion particular para involucrarse en el crimen puede darnos pistas muy importantes para explicar el fendmeno criminal, pero no parece ser un requisito fundamental para que el crimen tenga lugar. Una persona no motiv: nes al toparse con una oportunidad facil y clara, y de hecho pasa to- dos los dias. Del mismo modo, una persona morivada para delinquir puede, en un momento dado, no aprovechar una oportunidad. Es por ello por lo que, en su mayoria, los estudiosos del crimen han dejado de utilizar la terminologia “agresor motivado” para referirse, en su lugar, al “agresor potencial”. Nosotros utilizaremos este segundo con- cepto en los proximos capitulos ja para delinquir puede cometer crime- Agresor potencial \usencla de guardian Objeto — Hustracién 2. Teoria ue las actividades cotidianas. Adaptacién de Felson y Cohen (1980) Descomposicién del crimen 39 Este enfoque, la teoria de las actividades cotidianas, ha sido apli- cado para estudiar una infinidad de comportamientos criminales, en miiltiples paises del mundo y a niveles de andlisis muy distintos, pro- bando su versatilidad como guia para el pensamiento y la reflexion sobre el crimen. Pongamos algunos ejemplos de su aplicacin. A fi- nales de los afios 70, los crimindlogos estadounidenses estaban pre- ocupados por el crecimiento generalizado de la criminalidad (pr palmente patrimonial y violenta) registrada por la policia, y muchos investigadores trataban de explicar a qué se debia tal aumento. Las principales teorias de la desviacién en boga se habian centrado, quiza en exceso, en dar explicaciones relacionadas con la desorganizacién social y la pobreza. De acuerdo con estas aproximaciones, la crimina- lidad debia incrementar cuando y donde la pobreza y la deprivacion material incrementaban. Pero los datos sobre el desarrollo econémico de los Estados Unidos parecfan indicar lo contrario: la pobreza es- taba en descenso, pero la criminalidad estaba en auge. Es entonces cuando Cohen y Felson empiczan a analizar qué transformaciones sociales se estaban viviendo en la sociedad norteamericana, y cuales de estas transformaciones podian estar provocando el incremento del erimen'!, Los autores tomaron nota de una serie de cambios sociales que encajaban practicamente a la perfeccién con los tres elementos del enfoque tedrico de las actividades cotidianas, que ellos mismos desarrollarian més tarde, Primero, se vivia, en aquella época, un in- cremento generalizado de la participacion de la mujer en el mercado. de trabajo, y cada vez mids personas tenian acceso a vacaciones paga- das. Ello implicaba que muchos hogares permanecian vacios, sin un guardian capaz, durante las horas de dia en dias laborales y durante el periodo vacacional., Como consecuencia, las oportunidades para el rabo en domicilio, pero también para otros crimenes patrimoniales en zonas residenciales, habian incrementado. Segundo, la mejora econd- mica llevaba a que los ciudadanos pudieran permitirse adquirir cada vez mas utensilios del hogar como tocadiscos, gramofonos, radios, neveras y televisores, que a su vez tenian un alto valor monetario, lo que incrementaba los objetos atractivos para el crimen en los hogares y fuera de ellos. Tercero, también inerementaba el uso de los vehiculos Cohen y Felson (1979). 40 David Bail-Cil motorizados, lo que permitia una mayor movilidad para los agresores potenciales, que podian transportarse por distintas zonas de las ciu- dades en busca de oportunidades criminales, y a su vez incrementaba el ntimero de objetos en las calles (para el robo de vehiculos 0 el robo de piezas de vehiculos, por ejemplo). Y cuarto, la poblacién general de las ciudades estaba en aumento, multiplicando las oportunidades para la triple convergencia entre agresores potenciales, objetos y au- sencia de guardianes capaces, Tan solo un ato mas tarde, Felson y Cohen publicarfan otro arti- culo, esta vez en la revista Hienan Ecology, en el que se empezaria a planrear que la aplicacién de la teoria de las actividades cotidianas no permite tinicamente explicar los cambios en el volumen del crimen a través de los afios, sino también qué comunidades y zonas geograficas estan mas expuestas al crimen'. Aquellos lugares en los que mucha gente vive sola y donde los ciudadanos poseen mas utensilios del ho- gar tienen menos guardianes capaces de prevenir o disuadir el crimen y concentran mis objetos de interés para los agresores. Desde enton- ces, ha habido muchas y muy variadas aplicaciones de este enfoque para explicar qué individuos estan mas expuestos al crimen, qué co- munidades y barrios concentran mas oportunidades delictivas, y qué cambios en las sociedades favorecen o reducen las tasas de crimen. James P. Lynch analiz6 datos de la Encuesta Nacional de Crimen de Estados Unidos de 1982 y observ6 que las actividades que las per- sonas desarrollan durante el dia a dia profesional estan mucho mas relacionadas con el riesgo personal de sufrir crimenes que las carac- teristicas sociales o demogrdficas de cada individuo!?. El dia a dia laboral influye en la exposicion de los objetos de cada persona a po- tenciales agresores, asi como la capacidad del individuo de ejereer de guardian de sus propios objetos, y también afecta como de atractivos son estos objetos a ojos de potenciales agresores. Dos ejemplos muy claros que analizé el autor: los trabajadores que, por la naturaleza del empleo, estan en contacto con muchas personas, o trabajan en varios sitios a la vez, exponen sus objetos a mas y mas variados agresores potenciales que pueden estar buscando oportunidades criminales, y Descomposicidn del erimen 41 los trabajadores que manejan dinero durante el dia a dia profesional exponen este objeto valioso (el dinero) a oportunidades criminales, y por lo tanto también sufren mds crimenes. En un estudio similar, Cortney A. Franklin y otros colaboradores encontraron que las estudiantes de universidades ptiblicas en Texas, en Estados Unidos, tienen mas riesgo de sufrir crimenes contra la pro- piedad, pero también crimenes violentos y sexuales, cuando asisten a mas fiestas y zonas de ocio (exposicion a agresores potenciales) y cuando viven fuera del campus universitario (menos guardianes, o gestores en términos de Eck)". Y multiples investigadores, en varias partes del mundo, han observado que aquellos jovenes que participan y se hacen visibles durante mas tiempo en una mayor variedad de entornos online, y que depositan mas informacién personal (objetos) en el entorno web sin la supervisién de adultos (gvardianes), son los que tienen un mayor riesgo de sufrir cibercrimenes'’, Recientemente, junto a un grupo de compafieros de varias universidades, hemos ob- servado que mientras gran parte de la criminalidad urbana descendid durante los meses del COVID-19, ya que habia menos personas en la calle, y por tanto menos oportunidades para una convergencia fisica entre agresores potenciales y objetos, la cibercriminalidad incrementé aun ritmo muy rapido por el motivo contrario: todo el mundo pa- s6 mas tiempo conectado a internet para teletrabajar, hacer compras ontine, charlar con familia y amigos y participar en juegos en linea, y por lo tanto se incrementaron las oportunidades para la convergencia entre agresores y objetos bajo la ausencia de guardianes capaces en entornos digirales'*, En resumen, el marco tedrico que nos brinda el enfoque de las actividades cotidianas parece adecuarse a la perfeccién a la explica- cién del crimen, o como minimo a buena parte de él, y es, sin duda, una manera simple a la vez que precisa de estructurar nuestro pensa- miento acerca del crimen como evento'’. Es probablemente la mejor 4 Franklin et al. (2012). 'S Holt y Bossler (2009); Ngo y Paternoster (2011); Miré Llinares (2012); Leuk- feldt y Yar (2016). 16 Rail Gil er al (07 1ab Po Gil v Fee (M71 Kemer al (20011 42 David Buil-Gil manera de introducir el estudio del crimen,y a partir de este momento. es posible, por no decir muy probable, que cada vez que presencies un crimen, 0 leas, escuches veas detalles sobre algiin crimen en pren- sa, radio, televisién o por redes sociales, empieces a plantearte cuiles fueron los tres elementos fundamentales presentes en el caso, y qué se podria haber hecho sobre cada uno de ellos para evitar la triple con- vergencia descrita por la teoria. En estos momentos estas desarrollan- do una vision analitica sobre el crimen, aprendiendo a descomponer sus elementos fundamentales en partes. Este, creo, es el primer paso que cualquier estudioso del crimen deberia dar, y por este motivo he decidido organizar los siguientes tres capitulos en base a los tres ele~ mentos fundamentales del enfoque de las actividades cotidianas. Los siguientes capitulos van a servir para sumergirnos en cada uno de estos tres elementos, y presentar la principal evidencia existente sobre el agresor (en la Parte 2), el objeto del crimen (en la Parte 3) y el guar- didn capaz 0 protector (en la Parte 4), Cada uno de estos elementos supone practicamente un ambito de estudio especializado por si mis- mo, ¥ merece, como minimo, un capitulo en este libro introductorio.

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