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Los museos iin de gubernament Jestis Carrillo En esta sesin de Ideas recibidas tenemos la oportunidad de escuchar y dialogar con Tony Bennett, director del Centro de Investigacién del Cambio Sociocultural del Consejo de Investigacién Econémica y Social del Reino Unido y uno de los pensadores que han Puesto las bases para el andlisis del papel de las politicas culturales en la constitucién ylatransformacién de lo social. Su libro The Birth ofthe Museum, Publicado en 1995, se ha convertido en un modelo de referencia para la interpretacién del funcionamieste de las instituciones culturales y un hito en ese espacio de conocimiento politicamente comprometido que son los estudios culturales en la estela de su iniciador, Raymond Williams. De hecho, en 2005 Tony Bennett publicé una revisién del célebre vocabulario coneel que Williams nos guié para adentrarnos en el complejo andlisis social de lo cultural ~y cultural de lo social- en los afios setenta. 4 cultura y la politica para Bennett son inseparables en la medida en que la cultura eselambito de la generacién y diseminacién del significado y el discurso que tienen lo Politico como medio y objeto fundamentales. Tal como establecié en su ensayo «Putting Policy into Cultural Studies» alld por 1992, la accién cultural ~cuyas coordenadas pre- tende revelar este campo multidisciplinar de conocimiento- tiene un enorme potencial ena transformaci6n y emancipacién social, ya que contribuye a articular y constituir nuevas subjetividades politicas Htrabajo de Tony Bennett pivota sobre el proyecto de Michel Foucault de hacer la genealo- Siay el anilisis de instituciones y espacios culturales -el museo, la biblioteca, el archivo, el laboratorio, el aula~ como instituciones y espacios centrales en la gubernamentali- dad de las sociedades modernas, lugares heterotépicos, como comenta Foucault, en los ane $e recombinan, reordenan y rearticulan los espacios y los tiempos, las relaciones entre los distintos componentes de lo social: entre los individuos y entre los individuos ¥ las cosas, construyendo el orden simbélico que busca modelar las conductas y los modos de subjetividad individual, grupal y de agencia politica. Museo 178 Los pivotes complementarios en esta labor s todo de andlisis critico de labor son, por un lad métod los campos de produccién cultural y su papel en la asa ae estructuras de poder mediante la distribucién de capital sim! ee Pierre Bourdieu y, por otro, la deteccidn de las leyes de func fae sear nes cientificasy su clara influencia, transparente e inc eae a de los habitos generales de pensamiento y acci6n, tal y como Br alas nuevas generaciones de historiadores de la ciencia. in y mantenimiento de las jento de las institucio- acion ese ela la relacion entre Elconocimiento del museo, el lugar por antonomasia en que se modela r lerna, en términos los individuos, la colectividad y el mundo en la sociedad disc ‘iplinar mod diacrénicos en cuanto memoria, y en términos topolgi oh Gna hene eaten relaciones espaciales entre nosotros y los distintos otros, gana com i sobre todo del Laboratorio. en su andlisis comparado con las instituciones de la cienc ae tod aes Asi ec Anan i lo ha hecho Tony Bennett en un texto que me parece particu i a ne os s objec F su personalidad intelectual: «Civic laboratories: museums, cultural obj governance of the social», publicado en Cultural Studies en 2005. cos, en cuanto cartografia de las i OS i raigo de los objet EH museo, como el laboratorio, funciona sobre todo a partir del desa ge de su contexto original. En ese proceso de abstraccién los objetos paradoj Pee ei ; s vinculan a ritos : ntextuales que los vin " «si mismos» ~al margen de las ataduras cot ate Fina we y.a la vera ser otra cosa, signos susceptibles de ser recombinad 3 tal y como sucede en la ciencia~ acién y de yreligiosos contingentes- y de una manera aparentemente natural y transparente A isa ables dentro de la producci6n de un discurso de la memoria, de la com! te oe eg la humanidad. Esta tiltima posibilidad ya fue atisbada por Hegel a ee an cape y la historia del arte. En este sentido, los museos modernos act a see ae Gis $ és eZas, fundamental en el disefio del régimen laico burgués al Sees ee ifn de de funcién religiosa 0 dulica, de los espacios ritos en las ee Pie: insertarlas en el museo para el gozo y la educaci6n individuales y 176 Jestis Carrillo, Imaginemos el shock cultural que debié de suponer contemplar Por primera vez tanto las imAgenes de santos y mértires como las de reyes y cortesanos fuera de sus retablos ocdmaras regias, en las luminosas salas de un museo como El Prado a comienzos del siglo xxx. Hl ritual de situarse ante los cuadros, uno tras otro, derivando de su contemplacién juicios de naturaleza estética, realizarlo armoniosamente yen términos de igualdad den- tro de un espacio piblico y compartido con otros sujetos sociales equivalentes a uno mismo, adquiria un enorme poder ejemplarizante dentro del nuevo régimen civico. Los objetos se hacian simulténeamente caut6nomos» y méviles, infinitamente reorde- nables. Esta posibilidad y disponibilidad combinatoria, comin a las muestras que se analizan en los laboratorios, debia ser fuertemente regulada, sin embargo, mediante la Seneracin de unos discursos y la cimentacién de unos saberes: los de la antropologia, la historia natural o, en nuestro caso, la historia del arte, asi como de unos espacios disciplinarios: las aulas universitarias y el museo, que garantizaran la autoridad yes tabilidad de estas configuraciones y, a su vez, permitieran la diseminacién de modelos ejemplares al conjunto de lo social. Este proceso de descontextualizacién, movilizacién y fijacién no solo se producia res Pecto a los marcos de interpretacién del antiguo régimen, sino que, simulténeamente ycon la misma naturalizada transparencia, se llevaba a cabo respecto alos lugares que cran objeto de «descubrimiento», «conquistas y «explotacién» por parte de las potencias occidentales que habian hecho del antiguo templo griego de las musas un instrumento fundacional de su orden simbélico. E] Museo se constituia por lo tanto en un instru- mento de interpretacién y salvaguarda de la estructura colonial en el que se fortalecia clvalor universal de los logros de la metr6polis y se situaban los valores relativos, tanto €n términos espaciales como temporales lo primitivo y exético junto a lo arcaico ylo Prehist6rico- de las culturas subyugadas. Una interpretacién similar podia aplicarse a las politicas de género, por supuesto. {Cual es o cual puede ser la funcién de estas instituciones fundacionales del sistema moderno burgués en la configuracién de un orden simbélico plausible dentro de las sociedades multi, inter y transculturales en el sistema-mundo globalizado? Esta pregun- ‘a se ha formulado con insistencia desde distintas instancias del debate museolégico en Jos tiltimos treinta aftos, y con particular fuerza en la préctica critica y artistica de losafios ochenta y noventa. Las eoordenadas derivadas del discurso de Tony Bennett aos datan de un marco conceptual privilegiado para situarnos ante esta cuest ee a se hace particularmente urgente en un momento en que proliferan ee mot ae éeinsttucion cultural que no parecen partir de la reflexi6n critica de los existente yque se postulan como modelos de actitud y comportamiento dotados de una enorme fuerza ideol6gica. 17 yyy) Tony Bennett Con respecto e a A Fespecto a cualquier glosario més convencional, el que compilé Raymond Williams en Keywords («Pa bras Clavero,si'se pref ores claves 0, si se prefiere, eldeas recibidas») se distingue abiertamente or su dedicac ri co de cé | ledicacion al rastreo de cémo la historia del uso ~a menudo polémico y discutido- de ciertos términos clave afe —— ‘4 a nuestro actual vocabulario de la cultura y la sociedad Este es el aspecto del proyecto de Wi specto del proyecto de Williams que Larry Grossberg, Meaghan Morris y yo mismoa ra a revita i mo aspiramos a revitalizar cuando, casi treinta afios después, emprendimos nuestro proyecto titulado New Keywords. Se trataba de hacer una puesta al dia de algunas de las entradas que habia recopilado Williams y, simultaneamente, de ampliarlas mediante la inclusion de palabras que habian adquirido en la configuracién de nuestro vocabulario cultural y social un significado crucial que no tenian cuando Williams escribié su obra en los aftos setenta. Sin embargo, aun cuando el ntimero de museos habia aumentado de forn erable ma considerable durante el periodo transcurrido, y por mas que los museos habian pasado a ser espa ; cios politicamente discutidos y epicentros sumamente sensibles de la Politica cultural, hasta el punto de que hoy forman bisagras de vital importancia en las relaciones que existen entre cultura, gobierno y sociedad, no se me ocurrié la posibilidad de incluir una entrada sobre «Museo» en New Keywords. Por eso recibi con tanto agrado la Propuesta de impartir una conferencia sobre este tema dentro del ciclo Ideas recibidas organizado por el MACBA, ya que i ji . ya que me brindaba una inmejorable oportunii C gir esta deficiencia. i ae Permi eza pa irit Permitaseme empezar, de acuerdo con el espiritu del proyecto original de Williams, repasando algunos aspe cairns toe ane encierran los sentidos y usos tanto hist6ricos como 3 . Por tratarse de un vehiculo id6neo para identificar las Cuestiones que he de explorar mas adelante. Al igual que Williams, recurro al Oxford English Dictionary (OED) con esta intencién en mente. Tras definir fee cis ccdiiclo’ institucion en la que se conservan y exponen objetos de valor hist6rico, cientifico, artis- tico o cultural, el OED recoge también una crdnica de lo que ha sido una cantinela bastante habitual en las concepciones contempordneas del museo considerado como Museo 170 lugar que est4 manifiestamente al margen de la vida misma. El primer ejemplo de este divorcio lo data el OED en una descripcidn de un compositor que se remonta a 1925: «Sus melodias estan ahora recopiladas en varios libros que cualquiera podra interpretar erréneamente; no le queda mas que morir y apagarse... Ha sido museizado». De esta acepcién se hace eco D. H. Lawrence al aito siguiente, cuando escribe: «No me Mas adelante, a, un lugar en gustaria vivir en Asis [..] es un pueblo demasiado museistico, no tiene mucha vida» encia a ¢...] Ital ya en 1988, un novelista como John Mortimer hace refe el que munca acaba el drama que se desarrolla en las calles. Todo lo contrario de un museor. En 1998, en el Sunday Telegraph se afirma que «la museizaci6n del arte se ha com- pletado del todo». Por tiltimo, en el afio 2000, un historiador de los museos aleman de an simbolos vivos deplora clara que caquellas personas para las que tales objetos atin e ron su museizacién>. Ninguno de los usos anteriores que recoge el OED refleja esta concepcidn del museo como lugar que esta al margen de la vida, por lo que podria darse el caso de que esta concepeion iticas de la practica muse reflejara la posterior absorcién en el uso cotidiano de las tica que se han ido desarrollando dentro de la moderna teoria social y cultural, a co- mienzos del siglo xx: pensemos, por ejemplo, en la concepcidn del museo como depésito de cadaveres que desarrollaron los futuristas italianos, y también en la idea de que los museos de arte son mausoleos para las propias ob’ Adorno? Sin embargo, sean cuales fueran las razones de este uso contemporneo en constante circulacién, quisiera proponer que esta concepcién del museo como lugar apartado de los flujos habituales en la vida cotidiana -siempre y cuando, claro esta, le demos una vuelta de tuerca adicional-, en el que los textos, objetos y obras de arte que se coleccionan se hallan también desprovistos de sus usos mas caracteristicos, constitu- ye una perspectiva titil desde la cual es posible abordar la naturaleza de las relaciones y tuerca adicional as de arte, expuesta por Theodor W. compromisos que mantienen los museos con lo social. Y esa vuelta de equivale a decir que la mejor forma de entender los museos consiste en percibir que TS 180 Tony Bennett Proporcionan un entorno hecho al gusto del consumidor de cara al despliegue de una amplia gama de saberes por medio de los cuales esos objetos, textos y obras di deretiienie y le arte que nel museo experimentan una resocializacién, se adaptan a nuevos usos ¢ intenciones, como parte de las tecnologias de la cultura que acttian sobre lo social.‘ Mi idamentena uy resumidamente, ya grandes rasgos, esta es la perspectiva a partir de la cual, inspirin- f a de Foucault, he querido aportar un informe sobre el desarrollo de los museos desde finales del siglo xvm en adelante, civiles que actiian sobre dome en la obr: tomAndolos entre otras cosas por motores la sociedad para transformar la conducta social.’ Digo «entre otras osasy eos, sin lugar a dudas, siguen estando asimismo enmarafiados en el ejercicio del poder y la soberania que cai unos afios el museo ~y de manera cosas» porque los mus cteriz6 una fase anterior de su historia, Durante 7 pecifica el museo de arte- funcioné como medio para manifestar y hacer patente el poder y la soberanfa. Sin embargo, su desarrollo moderno , : . ha caracterizado de manera particular por configurarse como un instrumento del poder gubernamental, tal como lo define conducido por una parte jucault, fruto de un proceso que, en Occidente, cha ; al desarrollo de una serie de aparatos (appareils) gubernativos especificos, [y, por otra] al desarrollo de una serie de saberes (savoirs)$ Por lo tanto, lo que me importa aqui es rastrear las conexiones que existen entre el desarrollo de los museos -entendidos como conjunto de aparatos gubernativos que forman un aspecto distintivo de nuestro presente- y los saberes culturales (de la historia, la historia del arte, ‘a arqueologia, la estética, la antropologia, la arquitectura, etc.) por medio de los cuales, y gracias a la disposici6n calculada de las relaciones entre objetos, visitantes y diseno del espacio museistico, se desarrolla, se pone en practica y se somete a un examen y revisién eTMane! s a i p ntes una serie de programas diferenciados que aspiran a la transformacion calculada de la conducta. Las lecciones que impartié Foucault en el Collége de France durante el curso 1977-1978, recogidas en Seguridad, territorio, poblacion y en Nacimiento de la biopolftica, apuntan varias maneras provechosas de ampliar esta perspectiva y ahondar en ella. Lo que me interesa en el primero de los dos guarda relacién con el modo en que Foucault describe la orientacién cambiante de la poblacién con respecto a la transicién hist6rica que se da en el paso de la soberania a la seguridad. Lo que interesa al poder soberano es ante todo el volumen de 1a poblaci6n. Esta debe incrementarse porque es el simbolo del poder soberano, o fuente de suministro indispensable para los ejércitos de las monarquias; del mismo modo, al Musoo 181 gobierno poco leinteresa esa poblacién, salvo para tener plena garantia de su obediencia Con el binomio liberalismojseguridad que posteriormente aunque nunca sea asi del todo), en el cual el gobierno aspira cos permitiendo que estos sigan su curso, la poblacién adopta una nue nto exhaustivo de sus propiedades inma- desplaza al poder soberano a dirigir los asuntos publi: a forma, que ha deadministrarse sobre la base de un conocimie: nentes, Lo importante para nuestros intereses es lo que dice Foucault acerca del concep mas 0 menos en esta época, a comienzos to de pablico en este contexto: sostiene que e del siglo xix, cuando el puiblico emerge como nuev. poder gubernamental. Al decir «ptiblico» se refiere a «la poblacin considerada sub specie de sus modos de actuar, formas de comportamiento, opiniones, costumbres, temores, cién, las eam- base sobre la que ha de ejercerse el prejuicios y exigencias; es algo a lo que uno se une por medio de la edu paiias de difusién gubernamentales y las propias convicciones»’ espacio dentro del cual y con res: En cuanto a esta interpretacién de lo piiblico como pecto al cual debe uno actuar»,* el museo piiblico y moderno se de actuaci6n circunscrita a ese espacio, en el que también opera. No obstante, de ser asi, como algo que discurre en medio dio de las practicas tructura como medio el modo de actuacién del museo ha de interpretars' de las nuevas realidades que adquieren existencia propia por me: museisticas, realidades que configuran la conducta del puiblico de maneras especificas, dotandola de docilidad y responsabilidad ante tipos concretos de intervencién o, dicho en términos foucaultianos, permitiendo que sea susceptible de asociarse de maneras diversas. Con esta finalidad es necesario examinar el papel de los saberes que informan las practicas de los museos en la produccién de las «realidades transaccionales» por medio de las cuales se organiza y se mediatiza la actuaci6n de los museos sobre lo social. Tomo la expresi6n «realidades transaccionales» de Nacimiento de la biopolitica, donde Foucault la emplea para referirse a unas cuantas realidades hist6ricas -los ejemplos que propone son la sociedad civil, la locura y la sexualidad-, que, segtin defiende, «aunque no siempre han existido tienen sin embargo realidad»? en el sentido de que han sido producidas histéricamente tanto en virtud como en el seno de las interrelaciones de poder que se entablan entre los que gobiernan y los que son gobernados. Anteriormen- te, en las lecciones de este mismo curso, identifica su esfera de interés en «mostrar por medio de qué conjunciones una suma de practicas -a partir del momento en que se coordinan con un régimen de verdad- fue capaz de de dar existencia a lo que no existe (la locura, la enfermedad, la delincuencia, la sexualidad, etc), de hacer que pese a todo ‘Tony Bennett fuera algo», alg e «i es * igo», algo que «no es pura ilusion, ya que se trata precisamente de un conjunto de practicas, practicas muy d y que de manera imperiosa ‘icticas, practicas muy reales, que le dan ent . le idad y que de m: designan en la realidad». De manera similar, necesitamos entender de qué modo se han implicado las practicas intel y los saberes que las organizan en la produccién de toda una serie de «rea idades transaccionales» que, por asi decir, formatean lo social de cara a determinados Uipos de accién e intervencién gubernamental, posibilitando que la conducta del puibli- Co sea susceptible de asociarse de maneras diversas y con diversas finalidade. En qué clase de realidades . alidades estoy pensando? Bien, se trata del arte, de la herencia cultural, del patrimonio, del pasado de la r : idn, de la prehistoria, de la comunidad, de las identi- Jades regionales: tod. ni nterfaces histéricas que por una parte organ: is ellas son nuevas int istori - a zan| Badly fe tr relaciones entre pricticas gubernamentales y racionalidades, y por otra articulan los aspectos concretos de la conducta de determinados sectores poblacionales. No se trata ni mucho menos de que lo Heven a cabo por su cuenta, aislados del resto de los aparatos que intervienen en la produccién y circulacién de esos mismos saberes. No es posible desgajar el desarrollo del museo de arte de la evolucién de la misma historia del arte como disciplina universitaria, por ejemplo, y tampoco lo es disociar ~a ae del siglo xix y a comic! glo xix y a comienzos del xx- el papel de la antropologia en los museos de sus rela ciones con las asociacione: pee antropologicas y el desarrollo inicial que tuvo la antropolo- mo disciplina universitaria. No obstante, el museo ha desempefiado un papel crucial en la amplia difusi6n de las realidades transaccio: producidas por esos sa: n de las reali nsaccionales 108 Sa- beres; en particu mien ar, ha contribuido a que se convirtieran, en términos de Foucault, en medio de ce elas ic : le control de las opiniones, creencias y maneras de actuar y hacer, de modo que pueden englobarse bajo la influencia d i le las campaiias y los programas gub: e tales de muy diversos tipos. Re, Tae relaciones que se entablan entre el desarrollo de las galerias de arte en la Gran Bre- s ES siglo xx y su inclusi6n en la campana contra el alcoholismo entre los varones es sae shape de cia ta creencia de que las galeria de arte podian ser un antidoto s leg6 a estar muy extendida -eran corrientes las descripciones de las galerias como un espacio alternativo a las tabernas y los pubs-, y fue objeto de una activa campana de difusi6n por parte, entre otros, de Henry Cole, arquitecto del South Kensington Museum (que més adelante iba a ser el Victoria and Albert Museum). Lo que Museo 183 eencia fue la modulacién posromantica de la obra dio particular verosimilitud a esta cr 4. Con ello se prometia de arte como recurso susceptible de reformar a | la solucién de un dilema crucial para el pensamiento liberal dem esto es, cémo transformar la conducta de acin con el consumo de alcohol, problema que era a un tiempo econdmico (I debido a la resaca de los lunes) y moral (los abusos en que incurria emborrachaba, con respecto a su mujer € hijos), pero sin interferir © galeria de arte concebida como espacio idéneo para | a posromantica ofrecia una solucién al modular Ja obra de arte como recurso para la libr persona. Cuando se inauguré la Sheepshank Gallery en el Victoria and Albert Museum, en 1858, una revista de la época no duds en procl: en el bienestar de los hogares de la clase trabajadora Ja propia person: Jiados del siglo xx, Ja clase trabajadora en rel; a pérdida de jornadas laborales | obrero, cuando se n su libertad." La a estétic transformacién de la amar que inmediatamente repercutiria no tendra que visitar las sucesivas urdido a fuerza de tanto n cambio al museo mas Laesposa preocupada y angustiada ya tabernas para rescatar a su pobre marido, beber, para levarselo a casa. Ind a buscarlo ¢ proximo, y alli tendra que recurrir a todas sus dot todo su afecto conyugal para arrancarlo de la embelesada contemplacion de una obra de Rafael. es de persuasion y a arwinianas de la antropologia, la ar- La influencia posterior de las concepciones post 1 que iban a desempenar los museos queologiay la geologia tuvo un gran efecto en el pape! en la produccién de un nuevo conjunto de realidade: cuales se modulé su actuacién sobre lo social. En el contexto britdnico, el método tipo” l6gico desarrollado por Henry Pitt Rivers -que influyo e tanto britanicas como de todo el mundo musefstico angloparlante- consistia toda suerte de objetos artificiales delos medios sociales y culturales que les eran propios sarrollo humano, yendo de lo simple, © 46 un papel crucial en la organizacion ciones colonizadas, puesto que las achandolos de meros super rmas de administracion le desarrollo social 0 impedirselo, 5 transaccionales por medio de las n muchas muestras museistica enextraer para representar secuencias universales del de do primitivo», alo complejo, Este método desempe de las interfaces entre los colonizadores y las pobla descripciones que de estas tiltimas hicieron los primeros, t vivientes de la prehistoria, contribuyeron al desarrollo de las fo al negar a los colonizados toda capacidad di © bien imponerles dicho desarrollo, o bien colonial, puesto que, cultural propio, pretendian

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