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COLECCION Conjunciones El dispositivo del Hospital de Dia en Adicciones La subjetividad y la intersubjetividad en la clinica Alberto Trimboli (dir.) Prélogo de Alicia Stolkiner. Epflogo de Alberto Calabrese noveduc EEE Prologo BE LA HOSPITALIDAD © EL COMO ALOJAR A PERSONAS QUE PADECEN DE CONSUMOS EN UN HospiTAL GENERAL Alicia Stolkiner El hallazgo del campo fue escuchar que todos los usua- rios han evitado realizar diversas situaciones de la vida cotidiana (en ocasiones, acercarse al sistema de salud) por el temor a volver a vivenciar la experiencia de ser rechazado. Andrea Vazquez, 2016 Durante afios he sostenido la necesidad de que la actividad académica confluya con la producci6n realizada en las pricticas de los servicios.’ Es se el territorio privilegiado donde las teorfas se ponen a trabajar en lo Concreto y tienen la posibilidad de salir de un cierto “circulo vicioso dog- mitico”, frecuente en nuestro campo. Lamentablemente, no siempre se Yetifica esa posibilidad y entonces se coloca la producci6n al servicio de Sonfirmar las creencias tedricas més que de utilizarlas como herramien- (as, Definitivamente, eso no sucede en este texto. Hay un hilo conductor 15] positivo del Hospital de Dia... pees os: Ia pregunta por el concepto ; capitul sue atraviest todos los f entre enfoque de derechos y subj comun q acion fi! dispositive, el marco dele ica en relacion al otrO Y SH padecimiettl sea, la referencialidad a uns oe cectorial Oe D ct manera 10! el pensar y actuar en red y/o de ra ine i ri También su confluencia con los rincipios de la Ley naria. Ta Pp y Nai entramado con las accion Salud Mental. Pero ese hilo conductor ee a ns pe & -xperiencia. Luego, © " coneretas, con la expere f riaentel oat es agrega sus propios referenciales que no ee cael 08. ‘Afortunadamente, hay disonancias, Sah s SS pe 1 sin resolver. Asf, se presenta de forma multifacetica y a intas \ una experiencia que tiene casi tres décadas y respecto de la que sei maduraci6n reflexiva. La com odidad de lectura del texto no impid embargo, encontrar -entre lineas- el | esfuerzo de horas de trabajo, de vision de errores, de imaginacion € incluso de improvisaci6n creati han posibilitado este dispositivo. 7 Es casi una tradicién de la salud mental en la Argentina que las expe cias innovadoras sucedan por el impulso que le dan algunos actoi cificos, por el deseo y la preocupacién de profesionales que no se repetir las practicas preexistentes y por una cierta pasién. Muchas experiencias quedaron escasamente docum: merece ser celebrado, porque reflexi ened ned oe a que puede servir a alii ‘ Seen Eon ne A limentar otras 0 F; las existentes, Para formar red e inte El Equipo de Adicciones del Hi Agudos “Teodoro lel Hospital d ‘ ital de dc creado S 1989, abrié un espacio de respuesta y acogida a us consumos adictivos, que suelen ser rechazados en los h itales spit € incluso en los servici crvicios de Salud M. ental. Es facil re conocer en clusién el proceso de esti 98, reconog;, siendo 5 : blece, Para esos usuarios todos Alicia Stolkiner | La hospitalidad... ff Como lo seftala Alberto Trimboli en el primer capitulo —donde historiza y fundamenta la experiencia~ al instalar este dispositivo en un Hospital General se conmovfa al hospital en su fuerte pregnancia biomédica, ten- sjonandolo como “instituci6n médica” para promoverlo como “institu- cién de salud” en un enfoque interdisciplinario. Eso tendria efectos en el interior del hospital, como lo ejemplifica el capitulo referente al Taller de Futbol intrahospitalario, sobre lo que volveremos luego, o los dispositivos trasversales que comienzan a romper barreras entre la atencidn a los pa- cientes tradicionalmente psiquiatricos y los que tienen consumos adictivos. Pero también, en esta experiencia y como lo sefiala el autor, era necesa- rio romper con muchos imaginarios que devenfan de la estigmatizacién. El primero era cl que es construido y a su vez construye como modelo hegemonico de atenciOnsaslas “adicciones” a las llamadas “comunidades terapéuticas” donde se propone la cura por medio de internaciones muy prolongadas en un tipo de establecimiento que:no,tiene,cxactamenteylos; requisitos:de-una-institucion.de. salud, constituyendo un modelo que, al dccir.de Alberto Trimboli, “prevalecia sobre otras alternativas y funcionaba como una barrera infranqueable para Ja incorporacion.de.tratamientos con fundamentos clinicos y, éticos en.dispositivos.con,base-enila.comunidad”. Dentro de tales comunidades terapéuticas hay algunas que incluso han terminado en procesos ju les por muerte de internados y donde, en algunos casos, la ausencia de controles adecuados favorece situaciones de franca violacion de derechos (Galfré, 2017). Hay una tradicién de estudios sobre este tipo de instituciones que algunos autores consideran dispositi- ‘05 privilegiados de “(des)-construccién de subjetividad” (Garbi, 2013). Sucede que hay dos.enfoques»genéricosidel-abordaje. de las adicciones que forman’parterde alineamientos politicos:mas amplios y.que se concre- an en las practicas. Uno de ellos es el enfoque de la penalizacion-crimi- nalizaciony que irradia a-un-imaginario deyculpabilizacion. y, peligrosidad. dela persona que tiene consumos adictivos ¢ incluye un componente de thenalfeacion moral que suele infiltrarse peligrosamente. en.los diagnés- “0s y en las terapéuticas: El otro; mas ligado:a las politicas:dereduccion 2 "esgos y dafios, colocajlos consumos adictivos en el terreno de las pro- f “maticasidersaludenselmarco de politicas con.cnfoque de derechos, es “safio para este ultimo, que.csta-experienciaal JE! dispositivo del Hospital de Dia... socioculturales, que también tario y el abordaje clinico. Es sobre esa intersecci6n entre lo clip actividades vitales que se estructura el texto en partes Y capitulog La segunda parte esta dedicada a los Espacios terapéuticos, con el proceso de admisi6n que, segiin el Grupo de Trabajo en es cl ambito donde se va construyendo el inicio de tratamiento, mg una puerta de exclusién selectiva, Particularmente Porque, con | de problemas, la “baja adhesién al tratamiento” que se endilgag Sientes suele ser la punta visible de una serie de Procesos de parte de los espacios de asistencia. Los recursos iniciales son las en individuales y el grupo de admisi6n, a los que se fundamenta mente; la derivacién al Hospital de Dfa es una de las opciones dent oferta terapéutica. La misma Precision, que es claramente product larga experiencia, aparece en los dos capitulos siguientes que Psicoterapias grupales y los grupos multifamiliares. En ambos cas valiosos recursos terapéuticos que ademis tienen una fuerte t la Argentina— son detallados, fundamentados y ejemplificados. enza con un capitulo en el que se presen! decir de su autora, “funcionan como satre lo clinico y lo cu tural” y también como espacios de viven Partidas, disparadores de situaciones, escenarios de exploracion spacio acotado, Sostenido y ) uidado que favorece y posibilita s© en relacion a los Propios deseos”, Agregaria que, al entrar & Fiencia de los talleres, se percibe en ellos algo que suele ser mt atencion médica y “specialmente a esta problematica: la alegtias Todas las experier que se exponen en los ¢ “iced Sables in enlace entre ef adentro y el afuera de 1a) Ospitalaria de distintas mManeras 4 as Tas, La excepei Taller ©16n cognitiva, que Cee ; dirige reparatori L ; ‘atoriame: hayan podido ser disminuid, Te nelas de talleres u Alicia Stolkiner | Lv hospitalidad,.. ff to, no pude dejar de pensar que este mismo taller deberfa ofrecerse a las Personas'con Eritamientos psiquidtricos firmacolégicos prolongados, que tambien producen algunas dificultades Cognitivas, pose a tratarve de dro gas legales HI Taller de Fotografia, con mas de siete aos de experiencia, ha logrado salir del hospital para exponer en espacios de la comunidad ese trabajo que, a-su ver, cada uno produjo a partir de un Proyecto, con una edmara que “posibilita una mirada del mundo distinta”, EL Taller de Video se pre: como un espacio donde se trabaja a partir scenificadas con improvisaciones, para luego. almente un producto que durante el Proceso ha permitido compartir los “modos de hacer”, pero que también se espera que sirva a otros, por lo que trasciende la barrera de lo institucional. El Taller de Entrenamiento en habilidades sociales se hutre de un re- ferencial tedrico espeeifico de tipo conductual en el que se fundamenta la actividad. El proyecto inicial ha tenido modificaciones a partir de la sxpenencia, dado que la prictica lo llevé a ampliar las herramientas y habilidades desarrolladas en el Programa original, Se trabaja en sesiones semanales, grupales, de tres horas. También, en este dispositivo, los pro- fesionales evaltian que lo trabajado grupalmente se transfiere al contexto vital natural de los pacientes, de situaciones cotidianas planificar grup. A continuacién, sigue la cuarta parte del libro, que se destina a un tema. fundamental: los dispositivos transversales, Se trata de esas pricticas en las SHE se rompe la barrera que podria encapsular el trabajo con “adictos” Para establecer co-tareas con otras Areas del hospital, E! primer texto de este modulo es el de a intervencidn del Trabajo Social y ¢5 absolutamente valorable que se inicie planteando cémo el pro- blema de estos consumos adictivos y las intervenciones que se realizan en el contexto hospitalario los leva reflexivamente a revisar la propia prictica Profesional y el lugar del Trabajo Social en el Ambito hospitalario, Espe- cificamente, en Jo relativo al trabajo que se lleva a cabo con personas con “onsumos probleméticos, se sefala que la prictica varia segan el modelo de atencién en que se enmarque: el abstencionista o el de reduccidn de Nesgos y datos, A partir de alll, se explicitan las actividades y tareas del Jeidispesitive dol Hospital de Dia ‘entes internados como ambulay relaci6n a personas con esta p d de una perspectiva intersect, € Aci Jer, tanto en cuanto a pa su accionar ¢n especifico de ’ a Jtando la necesida’ especifica, resa terdisciplinaria 9 sobre el Taller de Futbol ejemplifica muy bien | que representa para la institucion bee el ero vivo, en movimiento, donde desde el logro del apto sico hasta purocritico-administrativas funcionan como uri analizador de | en que lo hospitalano prioriza lo tradicional médico curativo o al sujeto ¢ inmovilizando los cuerpos. El siguiente capitulo resulta indispensable: se trata de un trab; crupo terapéutico para pacientes “duales”, como afirman los auto mis excluidos del sistema de salud”. Por eso, la simple presen grupo con estas caracteristicas, la decisibn estratégica de cl contacto entre pacientes ambulatorios ¢ internados y la gue produce a los encasillamientos, que mucho favorecen la EI capitul complejidad de estos problemas, H texto que viene a continuacidn es “Entre la sala de in Hospital de Dia”. El hospital cuenta con una sala de intert PE sre y los autores conceptualizan alrededor de so articulacién con la misma para la atencién de las per momentos agudos en consumos problematicos. En wn ae fo concreto NO se presenta dicotomicament a ie Coo Padecimientos ligados al consumo y mr oe ee 's “enfermedades mentales”, Pero, al ¢ ae cn el corazén de la trama conceptual basada en “tratag eet 16n, interpelan | idad d , nh earn tpelan la comodidad estrictas” Los aun, Urados con Alicia Stolkiner | La hospitalidad... ff también), Correctamente, parten de revisar el instituido sobre lo que se considera “éxito” en el tratamiento de sujetos con consumos adictivos. Expectativas que “encierran las demandas impuestas tanto por la institu- cion como por la sociedad misma” y operan sobre Las practicas poniendo como objetivo fundamental el cese del consumo. Como contraparte, al partir de que el je no es la sustancia sino el sujeto, la cura ofrecida “no opera por la abstencién sino por la responsabilidad” y le ofrece al mismo la posibilidad de que “ubique las coordenadas de lo consumo determinado”.. que ¢s para él un La importancia de este enfoque y su eficacia se potencian al ser parte de este complejo conjunto en red de dispositivos que constituyen el Hospital de Dfa. En los siguientes capitulos se abordan los las terapias de lo familiar, importancia, tratamientos. En primer lugar, Stupo de familiares y terapias multifamiliares. Su la modalidad de funcionamiento y sus objetivos estan clara- mente fundamentados; la ejemplificacién con viftetas de casos muestra en la practica su objetivo: “poner en evidencia lo que circula en los grupos familiares; conmover esquemas rigidos y modos estaticos de vinculacién gue impiden un cambio significativo de alguno de sus integrantes” El re- saltado de “alguno” es mfo: me parece un hallazgo que cuando se piensa este dispositive no sea Para que cambie el paciente en Cuesti6n, sino para Permutir multiples cambios, Como cierre, tenemos tres textos, E] “a caso atendido en el Hospital de la trayectoria de una persona por cl Jastitucional: ante una situact 810n establecido por la Ley Na adopta como parte de la estra El segundo es un tal de Dj, primero es el anilisis detallado de Dfa que, ademas de permitirnos yer | dispositivo, tiene una originalidad n compleja, se recurre al Organo de Revi- cional de Salud Mental, una medida que se tegia integral de cuidado, perfil estadistico de los pacientes atendidos en el Hospi- » que aporta para formular preguntas valiosas, Es importante que 1° produzca sus propios datos y especialmente en un area y donde son tan necesarios, Como lo hemos planteado en alguna oport dad, las herramientas de evaluacién de los servicios desarrolladas PFopios actores no solo permiten modificaciones Fumbo tomado, sino de defensa y tema ‘tuni- por sus: Necesarias y revisiones del que también constituyen un instrumento importante legitimacién de los mismos (Ardila y Stolkiner, 2011). JE dispositive de! Hospital de Dia... de “el problema de las drogas”, sus connotaciones polite ys cn los modelos de atencién, sobre lo que nosy dice que “al cualquier dispositivo le corresponde revisig Practicas, proced respuestas para saber qué es lo que tenemos incorporado como pri Y practicas razonables, a aquellas que son simplemente respuesta las actitudes clasicas del conjunto de la sociedad”, Agradezco la oportunidad de haber escrito este con una cierta urgencia que me obli des y a sumergirme intensivament de dialogar con los autores, Sias, de escuchar mas relatos Todo eso convoca su Jectura. Yuna tltima reflexién general: contamos con una Ley de §, de avanzada y Con actores dispuestos a sostenerla, pero tambi ¢ limiten los Fecursos. Los que trabajamos en el Servicios piiblicos de salud nos hemos es; €M Sostener la dignidad de mann treeanplatat materiales po "abajar con un enfoque de derechoran te condiciones ad MOS, 0 sea, tambi, * implica la integralidad tes del campo, € Nuestros Propios derechos Prélogo; me ig0 a hacer un paréntesis di ite en la experiencia. Me qued quizas de debatir o sefalar alg de acontecimientos, de ver al; én la defensa q COLECCION Conjunciones El dispositivo del Hospital de Dia en Adicciones La subjetividad y la intersubjetividad en la clinica Alberto Trimboli (dir.) Prélogo de Alicia Stolkiner. Epflogo de Alberto Calabrese noveduc = Epilogo 7 RECEPTIVIDAD © RECHAZO EN Los SERVICIOS DE SALUD/SaLuD MENTAL. EXCLUSION © INCLUSION EN ELLos Alberto Eduardo Calabrese Dado que las adicciones a sustancias Psicoactivas prohibidas se han conver- tdo en un tem: la paradigmatico para toda la sociedad Y, Consecuentemente, Para el sistema, de salud, podemos hacer un balance de cual ha sido la verda- dera Significaci ‘ala tensi6n ‘6n del fendémeno y su incidencia en un colectivo que sobrevi- de ser un actor relevante del mismo o escindirse del problema. A ctarenta aos largos de aparicién del fendémeno (en el orden de con- 10s modernog ¥ masivos, en el marco de una prohibicién) hasta conso- oa Un significante mayor de los problemas que afectan a es e an to de Ja Sociedad, el problema del consumo/consumo prot "incluso adicciones 4 Sustancias psicoactivas prohibidas experiment cenign mento Sensible en ntimeros y poblacién, Pero mis atin ei Le Stasis ja Beasionamiento hipertr6fico, Si nos Biter Soa dedegg ct Conjunto de toda una poblacién en relacién Sa oe 88S, estas Parecerian por lejos el mayor de los que agobian 977) JE! cispositivo del Hospital de Dia. en términos generales, este no ¢s un disciirso pero sin lugar a dudas, donde mis inte, H] ises de América Latina y algunos que tenga el peso qt ¢ I 1 e | mundo. Esto no ocurre en Europa, por ejemplo, donde urso oficial encarnado por los EE.UU, vias iste una respuesta mas de tipo sanitario que las que ocurren en el pais emisor del discurso represivo. Para Sopesar yi. sualmente la cuestién, como dato de color, sefialamos que el edificio alberga al “problema mundial de las drogas” (0 sea, todos los Organismos dedicados a tratar este tema) ocupa un volumen arquitectonico similar, en tamaiio, al dedicado a los debates y resoluciones que se aplican en mate- ria de energfa atémica y todas sus vertientes de uso. Si vemos quea nivel mundial y segtin la propia OMS el universo con una prevalencia de con- sumo anual de una sola sustancia es de aproximadamente 250 millones de personas, y el mismo organismo determina que, de ese total, un maximo del 5 % podria considerarse adicto, estamos frente a una poblacién naa los 12,5 millones o sea que, globalmente y desde el punto de sanitario, es una cifta que resulta insignificante en comparaci6n poblacién mundial, que ronda los 7.350 millones de personas. En funcién de otras grandes enfermedades que afectan a la huma esta cifra es baja y, salvo que se incluyan al alcohol y al tabaco (la opone a hacerlo), todas las drogas prohibidas sumadas en cuanto a pacto en la salud publica no alcanzan a cubrir a cualquiera de las dos bradas, que son de consumo legal. Hacemos este pequeiio intro cuanto al marco general porque hasta ahora nada indica (salvo ab poco confiables investigaciones que, ademas, no superan los min quisitos de matriz como para conformar una informacién que sea de alcance nacional) que las adicciones en la Argentina han ex por mucho las estadisticas y estimaciones a nivel mundial. El problema se configuré como tal en los aos 70 en nuestro alla de consumos problemiticos aisl lados di décadas anteriores y desde siempr ‘as Gee ‘ : ¢. O sea: a principios de la 1970 existian tres experiencias de ONG y piiblicas at pais (¢ del Fondo de Ayuda Toxicoldgica en la Catedra de Toxicologfa cultad de Medicina, UBA; el servicio del profesor San Martin pais. Debemos decir que exclusividad para la Argentina ic tiene es en los pa otros espacios de si bien hay adhesidn al dis propuestas a nivel mundial, \278 Alberto E. Colabrese | Receptividad o rechazo... N il Borda y, posteriormente, algo cl CeNaReSo). A mediados cada del 80 comin: an a conformarse otras opciones terapéuticas campo. Ahora bien, gpodemos sostener que por haber aumentado , tenemos hoy un mayor grado de comprensién y aceptaci6n del sjema, 0 que lo sopesamos de la manera adecuada? Aparentemente, sodramos decir que St, dado que las reacciones miltiples que se produ- veg entre los trabajadores de un sitio que tiene entre sus funciones o en , exclusiva actividad en este tema, darian a entender que no existirian s inconvenientes a la hora de hacerse cargo de un paciente presun- rente adicto, lo que no parece ser tan asi. Seguramente, de poder estu- > en una forma mas adecuada y profunda, tal vez podriamos afirmar clo no dicho en este sentido tiene un peso mucho mayor que el que |mente queremos admitir, En otras palabras, se puede llegar al proble- ¢ las adicciones de muchas formas: desde considerar que la mirada es suficientemente amplia como para albergar cualquier tipo de disfunci6n in mayores inconvenientes, hasta colocar el tema en un perfil de observa- oon tan alto y refractario que disponga a cualquier actitud que logre que ‘sona con consumo problemético pueda ser rechazada del servicio mayores reclamos, También lo que parece una aceptacion plena puede der lugar a una postura que finalmente conduzca a conductas de rechazo. se configura al entender que se esta frente a un problema especial por lo tanto, se asume la tarea como una suerte de cruzada personal 2 olectiva (dados los riesgos que se corren al atender a ese tipo Sepeccates | dificil tarea que conlleva el intercambio con los mismos): _'sto hace a la prolongacién del preconcepto Ys snbsecnentemente, del Psiconamiento frente al paciente, que se traduce en una prictica cS 7, Qué se juega con esto? Nos encontramos eh el Ambito del pe °° sus maltiples formas, y ante la conveniencia de que exista ae iL. ansible, aun en términos utdpicos, sobre el que una sociedad q) ase ‘Positar todo lo que otrora colocaba en él biblice chivo ccs ._*Pcion contleva una ventaja importante: remite & aquello que desde an ja imps ‘al punto de extrato, afuera todo lo relevante o irrelevante Hlevadlo a P! rtenarats Verso tee a los patrones aceptados por ‘ OE hes, con otras “Onducta 'tcligible, con persistencia en actitudes 0 att elas 0 SOI, S castigadas socialmente, etc., atribuibles todas ©= dé difcreng JI dispositivo del Hospital de Dia ymnimodo motivo: el problema que acarrea cl uso de os otras palabras, lo que las Naciones Unidas q : iné pomposamente el “pre sblema mundial de las drogas - Ahi podem, ae 4s sustancias resulta un canal aliviador muy impo problemas practicamente insolubles, persistente y tancias prohibidas. Er ver como el de | para una sociedad que rebosa de Por las razones que fuere, existen problemas recurrentes yde Magnitud en la historia del pais: distribucion de la riqueza, imposicion sobre recur. sos 0 produccién, concentracion de poblacion excesiva en Pocos ambj- tos con un territorio semidesierto, ausencia casi total de poblacién rural, poblaciones urbanas asentadas cadticamente, deuda externa sempiterna, bolsones de pobreza, crecimiento dispar, lucha no resuelta entre produe- cién agricola o industrial, etc. y una extensa lista en la cual no tiene sen- tido abundar por razones de espacio y objetivos. Sin embargo, en cuanto al discurso de los medios masivos de comunicacién, amén del oficial (no el del gobierno) que desborda en ese sentido, nos encontramos con una absurda transferencia al problema del consumo de sustancias, como ¢ origen y fin de todos los males consecuentes. Y ese discurso, aunque se rechace argumentalmente, se cuela en muchas de nuestras apreciaciones 0 consideraciones generales acerca del fenémeno y lo que representa, asi como obyiamente en el de su protagonista, que es el consumidor exten- dido, en forma artificial, a la categorfa solemne de adicto. Estas conside- Taclones se permean inconsciente y naturalmente y tanto las apreciaciones sociales como individuales acerca de la persona o el fenémeno pueden tender a repetir supuestos axiomas en Alberto E. Calabrese | Receptividad o rechazo... rs asi como SC constituye la presencia del modelo ético-juridico en el sco de la salud, donde se ha comprobado en mas de una oportuni- y irrupeidn (a través del lenguaje, las actitudes y ordenamientos en ynar) en diversos servicios 0 espacios de salud, aunque nadie se lo ormalmente y sea de modo subliminal o explicito y claramente ndo no coercitivo. La rebelién frente a este modelo ha surgido y es motivo de este libro, lo que no implica que todavia no haya un largo camino a recorrer; el punto «siel enunciado alcanza para constituir una propuesta distinta Hay muchas cuestiones puestas en relieve en la Argentina; en estos mo- ys vemos una sensible involucion en ese sentido, que en el ambito 2salud lleva a respuestas a tono con el discurso oficial (en conjuncion, vez si, con el discurso de gobierno). a acercar el discurso a los hechos cotidianos que no estan en el am- , de las corrientes de mayor conocimiento o de orden geopolitico, © punto mas importante es como s¢ traduce esto en los servicios- eae cacontramos con una cuestién de cuantificacion dificil de responder nroponga f atorio, cual a “iscurso represivo? + decimos estar de acuerdo en Hay varias cuestiones que reafirmar, St cién det paciente com mae eno alos servicios ligados 0 que debe ba ‘n primer lugar, el hecho de que Ja acepta wat de abuso o dependencia al consumo de sust ue no ae) a todo el sistema de salud, entre O18 sw Pera e quiere aceptar un nuevo desaffo en ambitos a ethizar ge razonable de pricticas ya est onsiderand Paciente, En segundo término, muchos Pemeado aa nivel de sus jefaruras, oa donde Ss Integra is egrantes el discurso 1 ae ts a Mitir 0° Piensan 4 determinados pacientes; ¢n OOS 3S na prictica con la que sus jefacuras NO [[&1 dispositive del Hospital de Dia tla necesidad de declarar la cura con sentido g puede establecerse fehacientemente , onocible en ninguna otra afeccié; En tercer luge olvida que la misma no terio, toda ver que no es rec existen recidivas 7 En cuarto lugar, muchos jefes € integrantes de los sistemas creea hacerse cargo de este asuinto ¢s propio de servicios especializade asi la pertinencia de espacios mas amplios atin dentro del area, e ejemplo los de psicopatologia 0 salud mental, € incluso en est dencia a considerar hechos que en otras cuestiones serian consi atenuantes, aqui son tomados como agravantes de conductas tipica personas que padecen “adicciones”, donde la intolerancia a la €s poco menos que impensable en otras. Qué se juega en todo esto? Probablemente un mix de in temor a lo desconocido, preadjudicacién de conductas rit pacidad para pensar nuevas formas de abordaje, admisién de la limitaciones, etcétera. Probablemente estemos ante algo mds profundo: entender y jt incluso diluir la propia naturaleza del prejuicio y su explicita co el otro, que se constituye a partir de su lugar de enemigo, disid tumaz de todas la normativas pablicas y societarias. El personaje c do estaria dispuesto a delinquir; a olvidar los beneficios que ha re si nticleo fundamental” y de la sociedad que lo alberga, asi con Principios y mandatos, sus costumbres que pretenden ser eternas ra. Ahora bien, siquicra sea que una Parte del discurso resulta en los cédigos socictarios de quien ejerce la funcién desde la in salud, el resultado ser obrar como un actuario de ese di: seria el beneficio? Indudablement siente habilitado y responde, por oan eeues ona Sal tansmisor del discurso que au ee res al hecho Nta; esto se traduce en p gar en la integracion es resy rs Ponder con el mandato ala Logica “ellos y nosotros” © “nosotros sin ellos. “— Alberto E. Calabrese | Receptividad o rechazo, I consonancia con el discurso positivista decimonénico su- extinguido. Cuando se suman las clasificaciones y se aplican es, solo nos quedan dos Posibilidades: obedecer o eee y De alguna manera, la mayoria acepta de una u otra forma el andato ¥, como en cualquier prejuicio, su etiologia lo remonta al per- manente tironco entre simplemente deslizarse o pararse para enfrentar la gquaeidn y, como acto consciente, aceptar también los castigos emergen- tesdel no asimilar €s0s mandatos en forma indiscriminada. gs notable ver como un criterio desprendido de una generalizacién im- puesta como postura politica en los afios 70 deviene en un credo uni- yersal que decanta su accién hasta nuestros dias. E incluso se acrecienta con un simple soplo de noticias infundadas acerca de nuevos efectos de las sustancias O sustancias nuevas, demagogia politica sobre cémo termi- nar con el narcotrafico, utilizacién del tema con los mismos fines, pero, sobre todo, incremento de las pauitas que permiten controlar a quien se quiere controlar y enmarearlo en un dilema sea planteado en los términos tratamiento-carcel vs. no consumo ¢ inclusién. De mis esta decir que este planteo no tiene en cuenta hechos perfectamente comprobables y con Peso propio: vivimos en una sociedad de consumo por definici6n; incluso quien no puede consumir se encuentra inmerso en la Logica de consumo },segiin el tipo que se tenga del mismo (lo que esta perfectamente delimi- ‘ado por costo y tipo de personas que lo efectéian) puede ser visto como Tansgresor o no. En esta disyuntiva estamos. Algunos ya se atrevieron 4 dar pasos de *Pertura, de integracin, de ampliacién de derechos, de discusiOn sobre lo “sible hacia el interior de un servicio o lo que todavia nos cuesta exponst aa Parte del propio prejuicio. Es un déficit del sector salud el ne tener does que constituye un limite cercenante y una ae ty ee ~"sluto en una isla adonde solamente entra as Susans BAS TA Vistas idas y otra cantidad enorme de sustancias psicoactiyas sin eS i aceptadas como constituyentes de este fenomeno- ea Mim cn cuenta que usamos cuantitativamente como ae aunque de producci6n legal fama : Suen ¢| cohol y el tabaco, de consumo masiyo. Pt a Beate ¢l mismo olvido las relacionadas con conductas UCTS" 283] ae [Ei dispositive del Hospital de Dia... su cotidianidad, como el juego 9 | -ntarios, los laborales y los de sistemas de redo cibernétieg Sa Woe ae Sabemos que las alternativas de compulsién rast las posibilidade: en las que se cd eee ae la mayorfa adhiere a esa imagen de a no es Coe protagonizada por las extraordinarias a q oe colectivo a esas sustancias que han asumido en la actualidad s demonios que agitaban la locura de las supuestas no son vistas en funcion de los viej ; Aqui debemos apelar a una cuestion que no tiene que ver ¢ ginacién, sino con los hitos para configurar el lugar que se le que lo acompana (con su propia incorporacién subjetiva) a sunto paciente, como asimismo qué se espera de él y lo qu realizar en funcidn de sf mismo. En este caso, podriamos recom pertenencia y las formas de exclusion, que estan incorporados, desconozcamos. El ambito de poder desarrolla leyes constitutivas de su for Pretender que se vea el mundo, cuyo grado de cumplimiento y ace regula la vida de las personas y las aleja (natural 0 artifici Pertenencia que otorga el estar cercano a la emisién y aceptacio ley. En ese sentido, cuando cualquier persona se aleja de la Poder marca su grado de separacién de la misma. Todos nosot un grado de separa: ¢ cidn 0 no inclusién en un otro u otros; por! pertenencia social, de asimilacién del discurso oficial; por cuest género, de oficio, de conocimiento y, obviamente. de cump! ley, En ese sentido, : las separa: Son esperadas como las logica: inclusi6n social, Que, Categorizados minimo; teorizacién de las funde un discuy Produce la Prohibicién sobre las SIVO que insta a Pensar y conch Alberto E. Calabrese | Receptividad o rechazo. I fye dada, es imposible de modificar y no es bueno intentarlo. desvio (a eso nos referimos) son progresivos y se van ale- _qaticamente, hasta lograr una definicién de marginalidad jalado en ese sentido, independientemente del lugar oe siempre y cuando ya esté categorizado previamente como se necesita ser separado o controlado. En nuestra sociedad, como ier otra, las separaciones respecto del discurso establecido y sus amentales, estan preasignadas a quienes lo pueden alterar. Esto cbe controlarse desde el lugar de emisién del poder. Justamente por esa jad es que cada cierto tiempo vuelve a reciclarse y se insiste en na imagen directa de un adicto como alguien enteramente margi- o resulta una reiteracion de un discurso fallido, toda vez que, en el desde el momento de la prohibicion hasta hoy, se han producido ) etapas que son mas significativas para entender cémo han yariado hechos y cuan poco se modificé el discurso sobre los mismos. La primera de estas etapas resulta de la oposicién y extension de los consumos de sustancias prohibidas, de Jos que fueron cn su momento los cores primarios del mandato. Estos, hijos de los que estaban emi- do esos discursos de prohibicion, optaron por los consumos como rma de oposicién a quienes los habfan gencrado. En modo amplio, su cs la del hippie que nutre toda una vertiente cultural, hoy ya leja- 2, que significé en su momento un hito de rebelién occidental contra “natu quay el deber ser. Autoridades de los BE.UU- de aquel entonces proclamaban que era necesario “controlar nuestros hijos”, justamente do al consumo de sustancias psicoactivas prohibidas, en especial, las Pscodélicas. Curiosamente, una de las secuclas 09 deseadas de este hecho “cs generaci6n fue la paulatina incorporacién de un fuerte sesgo oe la ee y la heroina, Aqui viene la paradoja: Jos registros ore “ ze z Particular acento a la marihuana o al LSD, porque veian q) ee eC Paraban las conciencias hacia mundos inéditos; €s0 10s preocupaba, ¢ |, 0 Sgnificaba un grado de desapego Mayor £Ot Ja cultura eae nna. 4¢s¥i6 Ia atencidn de la cocaina y la heroina, los otros ANE, asi, se consolidaron. Pe Estas cong wana, por formaron. rfada junto con la marihuana, nd. 8 te < : a fesde Ia escla' wi itud Gairicancs: 8 a thy migraciones precisas: una, venida xsl Peleispositive det Hospital de Dia. marihuana); otra, casi esclava (chinos: herofna) y re tente (mexicanos; cocaina). De ae ee le, la persecutora, hoy protege I ultiv $, Ca a vez. més egaliza ntamiento de los opiaceos se da por via indirecta, debido al in de la receta facil del sector médico y odontologico a pacien consumo excesivo, se convierten en consumidores problem; ievas recetas, recurren al mercado clandestino y lo au obtener nu En segunda instancia, se constituye en fa expansion cont némeno, esto es, su capacidad de reproducirse a medida que culturales optan por estas nuevas formas de consumo que los aceptados. Por qué controlada? Porque, como todo fend; corrimiento se hace, mis all4 de las propuestas que se prodi de la oferta y son correspondidas y adelantadas, incluso pot de hoy, cuanto mis se califica de pertinaces a las sustancias, fica y sc las refuerza en su empatfa hacia el consumo. Ta tercera ctapa también es secuela de los grados mayore3 de consumo y consecuencia de la diversificacion de habitos, sustancias, de consumos junto a sustancias ya establecidas cull de mayor tolerancia por parte de algunas personas respecto ¢ consumo (por ejemplo, el no considerar “tan dafino” el marihuana respecto de otras sustancias, legales o no), inclu a algunos padres, maestros o personas pertenecientes al si Esto ¢s, la extensidn produce cotidianidad y la misma hac dos de aceptacién o replanteo, La cuarta etapa, en la que estamos actualmente, constituye sumo regular aceptado, en tanto y en cuanto integra los costumbres, Entre los mAs jévenes, percibir como diferent cuyo rasgo significativo sea un consumo problemiatico de s coactivas prohibidas no ¢s motivo de asombro. Por el cont [286 Alberto E. Calabrese | Receptividad o rechazo. jsos funcionara como una forma de acercamiento para incorporar gujeto aun sistema de resguardo o de cuidado. Las autoridades, la ores gubernamentales estin interesados en contar con una , adecuada de intervenci6én y control social que pueda ser agi- ja invocando fantasmas que, al contrario de los verdaderos problemas, z Jen levantarse cuando hay necesidad de alejar de ellos ala poblacién. Tal como sucedié con asuntos de mucha mayor relevancia (como los nbios sociales en temas tabi, como el sexo), la inclusién en Io usual modifica sustancialmente las posibilidades de una sociedad de manejarse n los acuerdos con los que se pretende controlar el mundo. Natural- mente, lo que acabamos de exponer corroe todo el sistema de pensamien- to como para bajar el nivel de tensi6n o alarma frente a la aparicién de nomenos que quiere hacer ver como extempordneos o destructivos, en funcién que en la practica no tienen. El centro de esta cuestién es per- cibir en forma autorreferida o grupal qué grado de prejuicios se manejan con respecto al hecho de la aparicién de nuevos vinculos con sustancias gue antes no estaban en la vidriera extendida del mundo, simplemente tal vez porque otra de las pautas de consumo consiste en extender a un hecho seneralizado lo que aparece como un fendémeno particular, La aparicion del automévil, a un siglo de la misma, configuré un esquema semejante; 2 diferencia sustancial es que nunca estuyo prohibido. Pero, desde sus ‘nicios, con pocos casos aislados de personas al volante, hasta hoy, su uso ‘ha extendido hasta convertirse en un simbolo del mundo actual, que “mbié la geometria de las ciudades, los tiempos, los espacios ligados al : oe ctcétera. Lo inusual se convierte en usual, lo particular en gené- ioe Le la secuencia de la apropiacién de objetos y sustancias, sin ig yee los dafios particulares que puedan ocasionar (asi como nadie ie ae se lanzé el automévil). Hay que sefalar se faa i ue comin que, aun aquellos que estin en contacto recto con paste representantes magnificados del Fengmenes seeks ‘nents Tos como “bueno”, “malo”, “mejor > “peor, a las viniaciga » etcétera, No es este el criterio que deberfamos ae Y objets a de potencial danto para los humanos son fants sane : tame’ "esulta dificil cuantificarlas. Los eaminos de Ia pre a “nto son otros y, en consecuencia, deberiamos mejorar mu pos ¢ Sst YG famient tra 287| JE! dispositivo del Hospital de Dia. nuestras cualidades de percepcion, motivacion, Ambitos que situaciones consumistas, viejas y nuevas formas de adicciones, otras amenazas reales 0 potenciales, etcétera. En cuanto a la cuesti6n del desvio, importa saber hacia el | es su adhesion al discurso clasico (esto ¢g enmarcado en una serie de caracterizaciones entre peyorativas nadas por los dichos sobre el mismo). O, por el contrario, cues esa matriz y decidiéndose por revisar los criterios con que al; problemas de consumo de sustancias psicoactivas prohibidas se e, “jdentificado y personalizado” como quien que ha roto sus’ los dispositivos ¢ un cambio de paradigma, seguiremos procediendo como canales de comunicacién del propio sistema, sin poder analizar « matriz y criterio para sostener el lugar de no pertenencia de determinada. Esto también lleva a un cuestionamiento sobre | > cerrados 0 el apego a categorias que ya hoy estan cuestio: propia naturaleza de los hechos. A eso también hay que agreg en momentos de incertidumbre social, se refuerzan los dis de Premisa de la cual es imposible salir. Esto es, los co! tancias Psicoactivas prohibidas obedecen a una tence calificativo que se desee); todos los que consumen son adictos, pueden dafiar 0, segtin la droga, convertirse en asesinos, etcétera lo que se transmite Y Pretende ser un discu: - rs a do, lo que se pretende e ‘© unificador. Y, € Alberto E. Calabrese | Receptividad o rechazo, I yca, sin Olvidar que una de las cos i fee oh a as as que debemos cludir es la conviccion de que estamos realizando una tarea exe - cional, tinta de a panto ¢ que podriamos desarrollar, por ¢jem- te a otras adieciones consolidadas. que reciben muy Poca atencién jc parte nuestra. Es importante darse cuenta que, con todos los esfuerzos « hagamos para resignificar la salud/salud mental en el campo de las adicciones de cualquier tipo, llegaremos incluso a poder trabajar en cam- pos menos circunscriptos y mds allegados a las verdaderas causales que jeva ¢] fendmeno adictivo. Tal vez lo mas importante de todos estos logros, en funcién de cambiar

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