Ante todo, toda labor educativa debe apuntar al propio aprendizaje del alumno,

es decir. el educador es el facilitador de procesos en los que nace algo, es decir

nace algo que ya está dentro del alumno. El concepto de educación proviene de la

palabra latina educere, que significa “sacar de dentro”, es decir, lo que debe hacer

el educador es dar vida, favorecer el surgimiento de potencialidades en una

persona. Esto significa que la comprensión de la educación debe cambiar

significativamente.

Otro elemento clave sería el logro de un aprendizaje significativo. Hay que

crear paulatinamente las condiciones, los elementos necesarios para que se

produzcan los quiebres. Porque la única vez que la gente aprende es a través de

la disrupción. Solemos operar en la transparencia de la existencia, ni nos damos

cuenta de que tenemos pies hasta que nos duelen, porque los zapatos nos

aplastan. No nos damos cuenta de que necesitamos el aire que respiramos hasta

que no lo tenemos. No valoramos lo suficiente la democracia hasta que la

perdemos, es así como absolutamente todos los seres humanos aprendemos de

nuestros errores.

Finalmente es necesario recordar la necesidad de posibilitar el contacto con la

realidad, el entorno en el que viven los participantes del proceso educativo. Una

educación que se separa del mundo en el que se sitúa es una educación que no

sirve al mundo porque no conecta experiencialmente al alumno con su sociedad...

con otras personas.